Delitos Informaticos. Fallo Lanata 1999
Delitos Informaticos. Fallo Lanata 1999
Delitos Informaticos. Fallo Lanata 1999
Fallo Lanata
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, marzo 4 de 1999.- Considerando: Previo a entrar al análisis de los
hechos que dieran origen a estas actuaciones, cabe dejar sentado un concepto para definir la
naturaleza del correo electrónico. El avance de la tecnología en este sentido pareciera haber dejado
en la obsolescencia al bien jurídico que tutela el Capítulo III, Título V del Código Penal, en especial a
los artículos que se ocupan de la protección de los papeles privados y la correspondencia. Pero queda
claro que el tan difundido e -mail de nuestros días es un medio idóneo, certero y veloz para enviar y
recibir todo tipo de mensajes, misivas, fotografías, archivos completos, etc.; es decir, amplía la gama
de posibilidades que brindaba el correo tradicional al usuario que tenga acceso al nuevo sistema.
Sentadas estas bases preliminares, nada se opone para definir al medio de comunicación electrónico
como un verdadero correo en versión actualizada.
En tal sentido, la correspondencia y todo lo que por su conducto pueda ser transmitido o receptado,
goza de la misma protección que quiso darle el legislador al incluir los arts. 153 al 155 en la época de
redacción del código sustantivo, es decir, cuando aún no existían estos avances tecnológicos.
La sala entiende que la decisión del juez correccional, si bien sólidamente fundamentada de acuerdo
a su criterio es, por lo menos, prematura. En este razonamiento e independientemente de las
consideraciones que se efectúan en el alegato acerca de la colisión de bienes jurídicos en este caso
específico, sobre la libertad de prensa el tribunal ya ha tomado posición en la causa n. 27472 "Kimel,
Eduardo G.", rta. el 19/11/96, por lo que no se detendrá en esta ocasión a efectuar consideraciones
al respecto.
En cambio, la eventual violación de los preceptos contenidos en los arts. 153 y 155, en que prima
facie se ha encuadrado la presunta acción del imputado y que podrían haber causado el perjuicio
potencial que la conducta típica requiere, merece que se profundice la pesquisa y de este modo,
brindar la oportunidad al periodista querellado de ejercer su derecho de defensa y ser oído en
cualquiera de las formas que el código adjetivo lo autoriza, amén de llevar a cabo las medidas
probatorias que el juez correccional estime pertinentes para esclarecer los entretelones del caso,
cuyos alcances aún no pueden vislumbrarse, pero que tampoco puede ser mate ria de una
desestimación in limine.
En tal sentido, se resuelve: Revocar el punto II del auto de fs. 28/29.- Carlos A. Elbert.- Luis A.
Escobar.- Carlos A. González. (Sec.: Roberto L. Ares).
Cabe señalar, en principio, que en la resolución de fs. 54/55 de los autos principales el Tribunal ya ha
emitido opinión al respecto, adoptando un criterio que, aún novedoso, no transgrede el principio de
legalidad del artículo 18 así como ninguna otra garantía consagrada por la Constitución Nacional.
Es que el legislador, con amplia visión de los adelantos técnicos y científicos que se producirían luego
de incluir la norma del artículo 153, ha dejado abierta la descripción típica a los "despachos de otra
naturaleza" y a cualquier "otro papel privado"; lo mismo puede decirse en lo que respecta al artículo
155, en cuanto a la equiparación a la correspondencia tradicional de un moderno sistema técnico, lo
que nos convence a sostener que en la especie no hemos allanado el camino a la analogía para
encuadrar la presunta conducta del imputado, supuesto que sí podría constituir una transgresión
incompatible con el derecho penal y por ende de progreso inviable.
Este criterio es compartido por Carlos Creus en un reciente artículo comentando el fallo en cuestión,
donde sostuviera: "...No parece que estos argumentos puedan tacharse de "analogía" (aunque sí
quizás de una interpretación extensiva por imperio histórico, lo que, insisto, no es hacer "analogía").
De lo contrario creamos inútilmente un "vacío" de legalidad que no tiene razón de ser y reduce
exageradamente la protección que en la actualidad proporciona nuestro sistema penal, basándonos
en un exagerado respeto a las "formas" de la ley nacido a impulsos del positivismo jurídico de la
primera mitad del siglo...salvo casos de conceptualizaciones terminantemente limitativas de sus
sentidos, acompañar las transformaciones técnicas ampliando, para comprenderlas, el significado de
las acciones típicas respecto del que poseían en tiempos pretéritos de la evolución técnica no es
hacer analogía sino interpretar..." ("El miedo a la analogía y la creación de "vacíos de punibilidad en
la legislación penal"; Revista Jurisprudencia Argentina, Nro. 6165, 27 de octubre de 1999, págs.
2/3).De lo expuesto se desprende que no ha de tener favorable acogida la pretensión del querellado.
En cuanto a las costas que se impusieran en la anterior instancia como en las que corresponderían
con motivo de la alzada, cabe presumir que el presentante pudo tener razón plausible para litigar,
por lo que procede eximirlo de su carga (artículo 531 del Código Procesal Penal de la Nación)
I.- CONFIRMAR el auto de fs. 13/14 por el cual se rechaza la excepción de falta de acción por hecho
atípico promovida por el querellado Jorge Ernesto Lanata en estos actuados, sin costas al
accionante.-
II.- TENER PRESENTE las reservas de derechos interpuesta por la defensa. Devuélvase y sirva lo
proveído de muy atenta nota.
LANATA, JORGE ERNESTO s RECURSO DE QUEJA, CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN PENAL, SALA
IV, 12-05-2000.
AUTOS Y VISTOS:
Para resolver en la presente causa Nro. 1983 del Registro de esta Sala, caratulada: "LANATA, Jorge
Ernesto s/ recurso de queja", acerca de la presentación directa formulada a fs. 19/23 vta. por el
doctor Pablo Miguel JACOBY, defensor del imputado Jorge Ernesto LANATA.
Y CONSIDERANDO:
I. Que el Juzgado Nacional en lo Correccional Nro. 6 de la Capital Federal, en la causa Nro. 1140 del
Registro de la Secretaría Nro. 101, con fecha 2 de agosto de 1999, rechazó el incidente de excepción
de falta de acción por hecho atípico -art. 339, inc. 2), del C.P.P.N.- promovido por Jorge Ernesto
LANATA en la querella que le inició Edgardo Héctor MARTOLIO, por los delitos de violación de
correspondencia y publicidad de correspondencia -arts. 153 y 155 del C.P.-, con costas (fs. 3/4).
II. Que la referida decisión fue apelada por la defensa (fs. 5/12), habiendo resuelto con fecha 2 de
diciembre de 1999 la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la
Capital Federal, en la causa Nro. 12.767 de su Registro, confirmar el auto del tribunal de instancia
inferior, sin costas (fs. 13/14).
III. Que contra ese pronunciamiento interpuso el querellado recurso de casación (fs.15/16 vta.), con
la asistencia letrada antes nombrada, que fue rechazado el 14 de febrero de 2000 por la Sala
interviniente (fs. 17/17 vta.), por considerar que la resolución recurrida no era una sentencia
definitiva ni tampoco alguno de los autos que menciona el art. 457 del C.P.P.N. 3
IV. Que ello motivó la interposición por parte de la esforzada defensa de la presentación directa a
estudio (fs. 19/23 vta.).
La señora juez Amelia Lydia Berraz de Vidal dijo: Considero que el recurso de queja de la Defensa
resulta inadmisible por cuanto carece del requisito de autosuficiencia exigido por la constante
jurisprudencia de esta Cámara, dado que ha omitido el recurrente rebatir en debida forma los
argumentos en que se basó la denegatoria del recurso de casación, relativos al carácter no definitivo
de la decisión puesta en crisis.
Se limitó en cambio, en este aspecto, a expresar su simple discrepancia con el criterio seguido por el
tribunal para arribar a tal decisión.
Tal falencia, aunada al cará cter no definitivo de la decisión atacada -puesto que, como bien se señaló
en la denegatoria de fs. 17/17 vta., no se trata de una sentencia definitiva o equiparable a tal por sus
efectos, ni un auto que ponga fin a la acción o a la pena, o haga imposible que continúen las
actuaciones o deniegue la extinción, conmutación o suspensión de la pena, en los términos del art.
457 del C.P.P.N.- impiden la viabilidad de la vía directa intentada.
GUSTAVO M. HORNOS
LILIANA ELENA CATUCCI AMELIA LYDIA BERRAZ DE VIDAL
Ante mí:
DANIEL ENRIQUE MADRID
SECRETARIO DE CAMARA