Preguntas Lectorado

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Preguntas lectorado

1. ¿Qué son y cuáles son los ministerios instituidos?


Hoy en día, la misma Iglesia designa cienos servicios con el nombre de Ministerios Laicales. Son
aquellos servicios referentes a aspectos realmente vitales de la vida eclesial (v. gr., proclamar la
Palabra, catequizar), ejercidos por fieles laicos, de manera permanente y no sólo ocasional, y que
han sido reconocidos públicamente por quien tiene la responsabilidad de la unidad en la Iglesia

Rta: Los que son conferidos en un rito litúrgico aprobado oficialmente, con un
compromiso formal y estable por parte de las persona idóneas que lo solicitan y sean
aceptadas por el Obispo. Los ministerios instituidos en la Iglesia son dos: el de Lector y el
Acólito.
-Lectorado, Acolitado, Catequista (2021 -antiquum ministerium)

2. ¿Cuáles son los principios que orientaron la reforma de estos


ministerios?
Rta: Principios que orientaron la reforma.
 Un hecho litúrgico debe corresponder realmente a aquello por el cual
está destinado: Los ritos que confieren las órdenes menores deben
estar de acuerdo con las funciones que serán oficialmente conferidas a
los ordenandos. Si estas funciones no tienen ya razón de ser en la Iglesia, y
si están efectivamente desempeñadas por otros distintos a los ordenados,
el rito litúrgico corre el peligro aparecer como pura formalidad, que se
conserva por rutina o por vano arqueologismo (Tendencia a referirse a
hechos o elementos de un pasado muy remoto).
 La distribución de las funciones en las celebraciones litúrgicas debe
hacerse de tal manera que "cada uno, ministro o fiel… haga solamente lo
que le corresponde en virtud de la naturaleza de la cosa y de las normas
litúrgicas" (S.C nº 28)
 Ningún principio teológico, ninguna exigencia de validez permite excluir a
los laicos de las acciones litúrgicas como son la lectura pública de la
Sagrada Escritura, el llevar las ofrendas o los cirios al altar, el
mantenimiento del orden en la asamblea, la dirección del canto o de las
respuestas, todas funciones que pertenecían antiguamente a alguna orden
menor.

3. ¿Cuáles son las grandes líneas de la preparación del Motu Proprio


Ministeria quaedam?

MANUAL 179= 217--


Rta: Grandes líneas de la preparación del Motu Proprio Ministeria quaedam

 que el término "clérigo" sea conservado solamente para las órdenes


sagradas, aunque la noción de privilegio que encubre ya no sea
conveniente después de Vaticano II. Pues las órdenes son un ministerio en
la Iglesia y un servicio al pueblo de Dios;
 que la incardinación sea realizada con la recepción del diaconado; - que el
término "ordenación" sea reservado única mente a las órdenes sagradas,
que se confieren por la imposición de manos;
 que el rito de admisión de los candidatos al sacramento del Orden tenga un
carácter espiritual y no jurídico: y parece inútil para los religiosos;
 que unas facultades más amplias sean conferidas a las Conferencias
episcopales para determinar los ritos destinados a santificar ciertos
ministerios litúrgicos o no litúrgicos y para organizar dichos ritos;
 que una comisión mixta de peritos de las Congregaciones para los
Sacramentos, para la Educación católica y para el Culto divino sea
encargada de clarificar las cosas; el punto de vista de la Congregación para
la Educación católica debe ser preponderante, puesto que "sería inútil
renovar unos ritos, si no fuesen acepta dos por aquellos para quienes están
destinados".

4. Diferencia entre ministerios ordenados, ministerios instituidos, los


ministerios ad tempus, los ministerios por simple encargo.
Rta: Diferencia entre ministerios ordenados, ministerios instituidos, los ministerios ad
tempus, los ministerios por simple encargo. (Página 237, 228)
Ministerios instituidos:
es decir, oficios instituidos o establecidos oficialmente por la Iglesia y conferidos por
ella, mediante un rito litúrgico especial que comporta una bendición del Obispo, para
ejercerlos en nombre y por deputation de la Iglesia, con carácter de estabilidad y
permanencia. Actualmente en la Iglesia latina, hay dos ministerios no ordenados e
instituidos con este sentido: el lectorado y el acolitado. Aunque sean ministerios
laicales, deben ser recibidos por los candidatos a la Orden sagrada del diaconado,
permanente o transitorio, y del presbiterado (cf. Ministerio Quaedam V-VII; XI).

Los ministerios ordenados o jerárquicos:


que se confieren por del sacramento del Orden, mediante la imposición de manos
del Obispo; este ministerio jerárquico consta de tres grados: el episcopado, como
plenitud del orden; el presbiterado, como segundo grado; el diaconado, permanente o
transitorio, como ministerio y no como grado del sacerdocio ministerial. Los tres
grados son una diaconía o servicio, comunitario y permanente, para presidir,
enseñar y santificar (cf. LG 21; 28; 29).
Ministerios no instituidos o "de hecho":
es decir, son ministerios que de hecho se ejercen no en virtud de una "Institución"
con carácter estable y permanente, como en el caso anterior, sino en virtud de una
"delegación" ad tempus, según la expresión de Jounel1. Estos ministerios laicales
son establecidos y conferi dos por la Iglesia mediante una bendición especial,
conforme al rito litúrgico previsto para ello y por cierto muy similar al rito de la
Institución del lector o del acólito, -lo que puede prestarse a confusión-, pero en este
último caso tienen sólo un carácter temporal, es decir, sólo por un tiempo
determinado. Estos ministerios conferidos, con el sentido de una "delegación" ad
tempus, a la diferencia de los anteriores, pueden ser ejercidos tanto por varones
como por mujeres. Es el caso, actualmente, de los ministros de la Palabra o lectores
y de los ministros extraordinarios de la Comunión. Por lo demás, los ministerios "de
hecho" pueden subdividirse en dos clases: los ministerios litúrgicos, y los ministerios
no litúrgicos o caritativos (cf. Ministería Quaedam, Introd. § 1).

Ministerios ejercidos por simple encargo

Si llega a faltar propiamente la “Institución” o colación, en el modo que ya hemos


explicado, entonces no existe el ministerio de lector y de acólito. Lo que existe más
bien son solamente los oficios o servicios de lector y de acólito, desempeñados por
particular concesión de la autoridad competente. Dichos servicios o oficios, así
desempeñados tanto por hombres como por mujeres, constituyen un servicio o un
empeño que por su naturaleza es ocasional o temporal, aún si en la practica pudiese
volverse ordinario y habitual. En este caso, semejante rito Ktúrgico de colación
(bendición) del lector y del acólito no tiene valor de una investidura formal y
canónica, la cual corresponde propiamente al rito litúrgico de la “Institución” del
lector y del acólito, aún cuando el rito correspondiente es parecido a la bendición de
la Institución.
Para confirmar y ampliar la información sobre todo cuanto hemos dicho, traemos
algunos ejemplos al respecto. La Sagrada Congregación para la Disciplina de los
Sacramentos, en base a la Instrucción Fidel Custos (de abril 30 de 1969) otorgaba a
los Obispos que habían hecho la petición la facultad de entregar a los fieles (hombres
o mujeres) el encargo extraordinario de distribuir la Sagrada Comunión a los
enfermos, tanto en la iglesia como en las clínicas y a domicilio. Así ocurrió en varias
diócesis de Italia, como también en varias diócesis de Bélgica, Francia, Suiza y las
Islas Canarias. Más recientemente, la Sagrada Congregación para el Culto divino ha
propuesto un rito litúrgico (de marzo 30 de 1973), unido a la Instrucción Immensae
Caritatis de la Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos (de
enero 29 de 1973). En dicha Instrucción, se presentan normas precisas sobre las
condiciones exigidas para que el Ordinario del lugar pueda confiar dicho encargo
extraordinario a ministros “extraordinarios” de la Comunión, por falta de sacerdotes,
1 Cf. Pierre Jounel, "Les ministéres non ordonnés dans l'Église", dans la Revue La Maison-Dieu,
149, 1982, pp. 102-103.
diáconos y acólitos; sobre las personas que deben ser escogidas por orden de
preferencia: lector, seminaristas mayores, religiosos, religiosas, laicos (hombres y
mujeres); sobre las cualidades exigidas para estas mismas personas, para que sean
escogidas entre las que tengan la preparación suficiente, una gran devoción
eucaristica, una buena reputación en la comunidad eclesial y que sean de buenas
costumbres, etc...
En cuanto a la motivación teológica, se puede resaltar que todos los oficios o
servicios inferiores a los del presbítero, incluyendo la distribución de la Sagrada
Comunión, pueden ser desempeñados por el diácono en virtud de la imposición de
manos como ministro ordinario, pero también por cualquier bautizado (hombre o
mujer) que esté en comunión con la Iglesia, puesto que es ella la que confiere la
diputación para dichos encargos83. Y todo ello es posible en virtud del sacerdocio
común de los bautizados. Para una mejor comprensión del caso, recordamos por
ejemplo que el bautismo es administrado normalmente por el presbítero o el diácono,
que son sus ministros ordinarios; pero en caso de urgencia puede ser administrado
por cualquier bautizado (hombre o mujer) con tal de hacerlo con la intención de
realizar lo que quiere hacer la Iglesia84.

5. ¿Que son los intersticios? ¿Y cómo se aplican al lectorado y al


acolitado?
Rta: Los determinados períodos de tiempo establecidos por la Santo Sede o por las
Conferencias Episcopales, entre la Institución de los ministerios del lectorado y
acolitado, -que tendrá lugar durante el curso de teología-, y también entre el
acolitado y el diaconado.

Actualmente, la práctica de los seminarios es la de mantener un intervalo de cinco o


seis meses entre la institución del lector y del acólito, es decir, el espacio de un
semestre a otro. El nuevo\Código de Derecho Canónico se limita a señalar que ha de
haber un tiempo suficiente para ejercer el acolitado. En cambio, fija en seis meses el
intersticio entre el acolitado y el diaconado transitorio o permanente (cf. 1035 § 2).
Luego no se habla de intersticio entre el rito de admisión y los ministerios
instituidos, o el rito de admisión y el diaconado, sin duda porque el rito de admisión
no es ni institución en un ministerio ni una ordenación.

El ejercicio progresivo de los ministerios, regulado por los intersticios y hecho más
consciente por los estudios teológicos, sirve de verdadera ayuda pedagógica en el
proceso de formación de los candidatos para que reciban la orden sagrada, con
mayor consciencia y determinación.
6. ¿Qué sentido tiene el lectorado actualmente y cuál es la naturaleza
exacta de este ministerio?
Rta:
(Página 287)

El lectorado es un ministerio (es decir, un carisma traducido en un servicio estable


mediante el mandamiento de la iglesia) instituido, mediante el rito liturgico propio
con una bendición especial, para ejercer públicamente en nombre de la iglesia el
servicio de la palabra de Dios.

Es instituido por la iglesia mediante una bendición particular. Esta bendición es un


sacramental: es un signo (tiene un valor o función de signo en la iglesia: de todo
aquello que se refiere al cuidado, atención a la palabra de Dios) externo y eficaz de
gracia (aun si no son instituidos por Cristo sino por su iglesia). Se le atribuye la
eficacia de gracia por la oración de la iglesia.
El lectorado es un ministerio instituido, mediante el rito litúrgico propio con una
bendición especial, para ejercer públicamente en nombre de la Iglesia el servicio
de la Palabra de Dios.
El lectorado, primero, es un ministerio, es decir, “un carisma traducido en un
servicio estable mediante el mandato de la Iglesia”. Gracias al mandato eclesial,
un carisma se convierte en un ministerio eclesial.
El lectorado es un ministerio instituido que tiene valor o función de signo en la
Iglesia. No olvidemos que los sacramentales siguen el modelo de los
sacramentos, aún si no son instituidos por Jesucristo sino por su Iglesia: Son
signos e instrumentos de la Gracia.

Sentido actual del Lectorado


El papa Pablo VI, con el Motu proprio Ministeria quaedam (15-agosto-1972),
suprimió en la Iglesia latina las órdenes menores y el subdiaconado, así como la
tonsura, pero mantuvo las funciones que se encomendaban a esas órdenes.
Ahora en vez de ser una ordenación, por tanto, reservada para clérigos, será una
institución para un cargo estable, un ministerio, que se le confía a un fiel laico.
Los Ministerios, en cuanto son conferidos con ritos litúrgicos particulares, excluyen
que quien lo recibe llegue a ser clérigo por eso mismo. Ponen entonces en
evidencia el papel de los laicos en las acciones litúrgicas, conforme a la voluntad
del Concilio Vaticano II. Además, se debe subrayar que, en las normas para el
Lector y el Acólito, hay un compromiso más consciente y libre para recibir y ejercer
los ministerios, precisamente por el efecto pedagógico previsto para los
candidatos a las Ordenes sagradas.
7. ¿Cuáles son las funciones de un lector de acuerdo con los principales
documentos de la Iglesia, dentro y fuera de la Santa Misa?

El Lector queda instituido para la función, que le es propia, de leer la palabra de


Dios en la asamblea litúrgica. Por lo cual proclamará las lecturas de la Sagrada
Escritura, pero no el Evangelio, en la Misa y en las demás celebraciones
sagradas; faltando el salmista, recitará el Salmo interleccional; proclamará las
intenciones de la Oración Universal de los fieles, cuando no haya a disposición
diácono o cantor; dirigirá el canto y la participación del pueblo fiel; instruirá a los
fieles para recibir dignamente los Sacramentos. También podrá, cuando sea
necesario, encargarse de la preparación de otros fieles a quienes se encomiende
temporalmente la lectura de la Sagrada Escritura en los actos litúrgicos. Para
realizar mejor y más perfectamente estas funciones, medite con asiduidad la
Sagrada Escritura.

8. ¿Cuáles son los 8 libros litúrgicos que debe aprender a manejar un


lector?

Rta:

 La Sagrada Biblia.
 El Misal Romano (cf. Especialmente “La Ordenación General del Misal
Romano” OGMR, corresponde al año 2002 con algunas enmiendas
hechas en el año 2008).
 Los Leccionarios dominicales y festivos, los feriales y los especiales.
 Los de la Liturgia de los Sacramentos: rituales y leccionarios propios.
 Los cuatro tomos de la Liturgia de las Horas (Oficio divino).
 El libro de la Oración universal de los fieles.
 El nuevo Bendicional.
 El Calendario litúrgico anual (Ordo). (pág. 160, Manual de Prepa. II)
(pág. 337, Manual de Prepa. I)

9. ¿Cuáles son las diversas condiciones para una buena lectura, en


relación con el marco ambiental (6); y, luego, en relación con el mismo
lector (8)?
Rta:
 En relación con el ambiente: (353)
La acústica, los micrófonos y parlantes, el ambón, el libro, el modo, el silencio.
 En relación con el lector: (365)
La presentación personal, la postura corporal, la buena dicción, la voz, las pausas, las
respiraciones, el mirar a la asamblea, no decir primera o segunda lectura.
Marco ambiental (358)
- La acústica.
- Los micrófonos y parlantes.
- El ambón
- El libro
- El modo
- El silencio.
Por parte del mismo lector (365)
- La presentación personal.
- La postura corporal.
- La buena dicción.
- La voz.
- Las pausas.
- Las respiraciones.
- El mirar a la asamblea.
- No decir primera o segunda lectura.

10. ¿Cuáles son las exigencias de la preparación para el ministerio del


lectorado? (p.421 manual)

Rta:

1. El culto de la Palabra de Dios en el Seminario: unas orientaciones


pedagógicas
2. La veneración por la Escritura y su lectura asidua;
3. La Mesa de la Palabra de Dios;
4. La lectura meditada y orante de la Palabra de Dios;
5. Principios generales para la celebración litúrgica de la Palabra de
Dios;
6. Cristo, Palabra de Dios.

Silencio interior
Debe el futuro sacerdote llegar a ser capaz de escuchar y entender la Palabra, el “Verbo” de Dios.

11. ¿En qué consiste el rito de la Institución del lector? Pag. 386 manual
Rta: El Ritual de órdenes presenta el rito de la Institución del lector distribuido en
cuatro momentos litúrgicos:

1. la presentación del candidato


2. la homilía del Obispo
3. la oración de bendición
4. la entrega del libro de la Sagrada Escritura.
Comparando con la estructura del rito de la Ordenación sagrada (diaconado,
presbiterado y episcopado), podríamos sintetizar la estructura del rito de
Institución del lector también en tres ritos principales:

1. los ritos preparatorios


2. el rito central
3. el rito explicativo
 Otros datos de interés previos:
Principios teológicos:
-Identidad y misión: Cristo está presente en la Palabra proclamada,
especialmente en la celebración litúrgica. Al servicio de esta presencia ejercen su
ministerio los lectores. El ministerio del lector es principalmente litúrgico, está al
servicio de la proclamación de la Palabra de Dios en la celebración, verdadero
encuentro con Cristo, presente en la Palabra proclamada, y del diálogo entre Dios
y su pueblo. Por tanto, se encuadra teológicamente en relación con la presencia
de Cristo, Palabra encarnada, en la Iglesia y en el mundo, y en la tarea de la
Iglesia para que la voz del Espíritu resuene en la proclamación y el anuncio de la
Palabra de Dios por medio de la palabra humana. No solo es un ministerio de
proclamación, sino que exige también la escucha.

Ejercicio del ministerio del lector- Competencias del lector


«El lector queda instituido para la función, que le es propia, de leer la Palabra de
Dios en la asamblea litúrgica. Por lo cual proclamará las lecturas de la Sagrada
Escritura, pero no el Evangelio, en la misa y en las demás celebraciones
sagradas; faltando el salmista, recitará el Salmo interleccional; proclamará las
intenciones de la oración universal de los fieles, cuando no haya a disposición
diácono o cantor; dirigirá el canto y la participación del pueblo fiel; instruirá a los
fieles para recibir dignamente los sacramentos. También podrá, cuando sea
necesario, encargarse de la preparación de otros fieles a quienes se encomiende
temporalmente la lectura de la Sagrada Escritura en los actos litúrgicos. Para
realizar mejor y más perfectamente estas funciones, medite con asiduidad la
Sagrada Escritura. El lector, consciente de la responsabilidad adquirida, procure
con todo empeño y ponga los medios aptos para conseguir cada día más
plenamente el suave y vivo amor, así como el conocimiento de la Sagrada
Escritura, para llegar a ser más perfecto discípulo del Señor».
Ritualmente, en la celebración de la eucaristía, se regirá por las indicaciones
específicas de la Ordenación general del Misal Romano.
Competencias del lector instituido.
Aunque las siguientes competencias puedan ser también encomendadas a
lectores no instituidos, parece adecuado que el que ha sido instituido en ese
ministerio y se ha formado adecuadamente para ello realice las tareas de:
— Coordinar la organización de la liturgia de la Palabra.
— Coordinar la formación permanente del grupo de lectores, bien como grupo en
sí mismo o bien integrado en el equipo de liturgia parroquial.
— Preparar a los fieles para una recepción fructuosa de los sacramentos en los
cursillos o reuniones que se organicen a tal efecto.
— Puede colaborar en las actividades evangelizadoras y de catequesis, dando
coherencia y consistencia a su servicio litúrgico. En cuanto a su colaboración en la
catequesis, ha de estar integrado en el equipo de catequistas, pero al servicio del
ministro de la catequesis.
— Acompañar la fe a los que desean un encuentro vivo con la Palabra de Dios,
ofreciendo los métodos de lectura para una recta interpretación de la misma y
posibilitar una fecunda espiritualidad y pastoral. Coordinar y dirigir grupos de lectio
divina, de plegaria y de meditación bíblica, etcétera.

Competencias a nivel diocesano


Si las necesidades de la diócesis así lo requieren, el obispo puede solicitar a algún
ministro instituido, a través del párroco, que pueda ejercer durante un tiempo su
ministerio en alguna parroquia que tenga necesidad de ello.
En concreto, el lector —especialmente si también es acólito o al menos ministro
extraordinario de la sagrada comunión— puede dirigir las «celebraciones
dominicales en espera de presbítero» cuando no es posible celebrar la eucaristía
dominical. Para ello se atendrá al ritual publicado a tal efecto por la Comisión
Episcopal para la Liturgia.
También, si así lo solicita el delegado diocesano de Liturgia, algunos lectores
instituidos pueden formar parte del equipo de la delegación para labores de
formación de otros ministros o en general de los fieles laicos.

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