Negrin
Negrin
Negrin
en el campo de las relaciones internacionales casi todos somos analistas y (aun los más
conscientes y orgullosamente ateóricos) formuladores de decisiones, presos de algún teórico
Revista Mexicana de Política Exterior 251
vivo o muerto. [De hecho,] la identidad de nuestro cancerbero puede tener una importancia
crucial no sólo para nuestro análisis sino, en particular, para las sugerencias de política que
puedan emanar de él.
¿Cuál teoría?
Más allá del porqué de la teoría, surge la pregunta de cuál teoría. En este caso,
la respuesta es bastante más compleja, debido a los rasgos que caracterizan a la
teoría de las relaciones internacionales desde sus inicios como disciplina
científica en la década de los veinte. El primero es que su desarrollo, funda-
mental aunque no exclusivamente, se ha dado en Estados Unidos. Otro rasgo es
que en su origen, y buena parte de su desarrollo, la teoría de las relaciones in-
ternacionales —sus más importantes teóricos, paradigmas y debates— se piensa
desde, por y para las grandes potencias, lo que no significa desconocer, entre
otras, las aportaciones estructuralistas o las adaptaciones que se hacen en países
en desarrollo.
Un buen ejemplo es, por supuesto, el de México. En “El estudio de la
política exterior en México: enfoques dominantes, temas principales y
una propuesta teórico-metodólogica”, trabajo de enorme interés y vigencia pu-
blicado en el número citado de Foro Internacional, Francisco Gil Villegas
señala no sólo la necesidad de reconocer que en Estados Unidos se delimitan
enfoques y temas dominantes sino que las asimilaciones y desarrollo en otros
países, en este caso México, pasan por la noción weberiana de relación a va-
lores e intereses condicionados social e históricamente. Gil Villegas alude a la
aceptación implícita, por parte de la mayoría de los estudios mexicanos, de un
presupuesto básico del realismo que identifica a las relaciones internacionales
con la política internacional y, en particular, con la política exterior. Como él
señala, el Estado es “el actor privilegiado en los análisis de los internaciona-
listas mexicanos”.
Sin embargo, si en tanto objeto de estudio se asimilan las relaciones
internacionales a la política exterior del Estado, no ocurre lo mismo con los
temas, los enfoques y las concepciones. En función de nuestra propia relación a
valores, se parte de la inadecuación de conceptos como lucha por el poder y la
252 Reseñas
Peculiaridades
Esther Barbé, por su parte, revisa en detalle las características del sistema
internacional a partir de los actores, la estructura de poder y las interacciones.
Por lo que se refiere a los actores (unidad que lleva a cabo funciones continuas;
significativas; con impacto en el sistema interestatal; que es tomada en cuenta
por formuladores de política exterior y que posee autonomía para tomar
decisiones), adopta y analiza la tipología clásica (Estados, organismos
internacionales y fuerzas trasnacionales). En el caso de los actores estatales, que
seguirían siendo el punto de referencia en el sistema internacional, la autora
desarrolla un amplio análisis a partir de las nociones de diferencia (antigüedad,
dimensión económica y militar) y la jerarquía (poder como recursos, poder
como influencia, poder relacional). En el caso de los otros actores, la autora se
centra en las organizaciones internacionales de base estatal y las fuerzas
trasnacionales (organizaciones no gubernamentales y empresas trasnacionales).
Por lo que toca a la estructura de poder —configuración de poder
generada por las potencias del sistema—, Barbé examina los orígenes y las
características de tres tipos de sistemas: multipolar, bipolar y unipolar o
imperial. En lo que se refiere a las interacciones —entendidas como procesos
relevantes de comunicación e intercambio entre los actores—, analiza el
continuum que va desde la guerra hasta la integración, pasando por el conflicto
y la cooperación. Finalmente, examina la conformación del sistema inter-
nacional que surge de la segunda guerra mundial (guerra fría, bipolaridad) y sus
principales cleavages (fracturas este-oeste y centro-periferia).
Alejandro Negrín
Esta obra aborda uno de los fenómenos sociales más singulares que resultan de
la compleja relación existente entre México y Estados Unidos: una comunidad
de más de 20 000 000 de personas de origen mexicano en Estados Unidos. Dicha
comunidad está formada por amplias y muy diversas comunidades de mexi-
canos y mexicano-americanos; por indocumentados, residentes o ciudadanos
estadunidenses que, con distintos perfiles profesionales, intereses o ideologías,
comparten un mismo origen étnico o cultural y, frecuentemente, una misma
identidad cultural.
A través de juicios y reflexiones producto del análisis teórico pero, sobre
todo, de la experiencia directa y la observación empírica, los autores de Los
mexicanos en Estados Unidos acercan al lector a la compleja problemática de
las comunidades mexicanas y mexicano-americanas en Estados Unidos. Como
es bien sabido, Roger Díaz de Cossío se encuentra en el origen de muchos es-
fuerzos por acercarse de manera ordenada y sistemática a los mexicanos que se
encuentran más allá de las fronteras nacionales. Prueba de ello es este libro,
aunque no podemos dejar de destacar la visión clara, sensible e inteligente de
Díaz de Cossío para lograr la fundación, en 1991, del Programa para la atención
a las comunidades mexicanas en el extranjero, de la Secretaría de Relaciones