La Interpretación de La Ley Penal
La Interpretación de La Ley Penal
La Interpretación de La Ley Penal
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R.N. N 730-2004
LIMA
&$#$' de conformidad en parte con el dictamen del Seor Fiscal Supremo; por los
fundamentos pertinentes de la recurrida; y #$
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( Que (...),
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( Que, en cuanto al delito de encubrimiento personal, perpetrado a raz de la
sustraccin de Montesinos Torres de la justicia penal, los recurrentes sostienen la atipicidad
de la conducta incriminada alegando que en la poca de los hechos Montesinos Torres no se
encontraba con orden o mandato judicial en su contra derivada de actuaciones penales, as
como tampoco con alguna medida de impedimento de salida o tena en su contra
requisitoria alguna; que como consideran que lo ltimamente indicado constituye un
elemento tpico necesario para su materializacin, la condena que se les ha impuesto
constituye una vulneracin del principio de legalidad penal; que sobre esta controversia
conviene precisar que los hechos acusados han sido encuadrados por el Ministerio Pblico
en el primer prrafo del artculo cuatrocientos cuatro del Cdigo Penal, esto es, la frmula
simple del delito de encubrimiento personal, conforme es de verse del dictamen acusatorio
de fojas ocho mil ciento cincuenta y siete, aclarado a fojas ocho mil trescientos treinta y
nueve y ampliado a fojas nueve mil ciento veintiocho, as como por lo expuesto en su
requisitoria oral; que a pesar de que en la poca de los hechos Vladimiro Montesinos Torres
no se encontraba con un auto de apertura de instruccin en su contra ni se haba dictado
algn mandato judicial causalmente vinculado a una investigacin en curso, debe precisarse
que el elemento objeto de tipo penal "persecucin penal" est construido finalistamente
para evitar todo tipo de actividad o ayuda prestada a los autores o partcipes de un delito
para que eludan la accin de la justicia, sin que sea necesario un proceso penal en forma o
siquiera el inicio formal de diligencias de averiguacin por la autoridad encargada de la
persecucin penal, en este caso el fiscal o la Polica; que ello es as por la naturaleza del
bien jurdico: la Administracin de Justicia en su funcin de averiguacin y persecucin de
los delitos; que es particularmente esclarecedor al respecto el artculo cuatrocientos cinco
del mismo Cdigo, que prev el delito de encubrimiento o favorecimiento real, para cuya
materializacin solo se requiere la desaparicin de las huellas o pruebas que se hagan de la
comisin del ilcito, sin que se requiera la existencia de un proceso penal, mandato judicial,
intervencin fiscal o policial, que imposibilite la remocin del
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producido por la
infraccin; que, en suma la figura penal del favorecimiento personal busca la proteccin de
la toda actividad vinculada a la persecucin penal, la que por mandato constitucional est
constituida por los actos de averiguacin de la Polica y de la Fiscala, derivados del
conocimiento o posibilidad de conocimiento de la comisin de un delito, y no solo por la
actividad estrictamente jurisdiccional iniciada con el auto de apertura de instruccin o con
las medidas limitativas de derechos dictadas previas al procesamiento formal de una
persona; que, en consecuencia comprende todos los actos dirigidos a ese fin y que
potencialmente puestos en conocimiento de la autoridad policial o fiscal obligan a su
persecucin; que dar mrito a la tesis de la defensa -adems de importar un incorrecto
juicio de interpretacin que deja vaco de contenido la proteccin del bien jurdico que
tutela el tipo penal en cuestin- conlleva forzar el mensaje normativo al punto de
condicionarlo introduciendo una condicin objetiva de punibilidad o, en todo caso, un
requisito de procedibilidad no contemplado expresamente en la ley, que estara
residenciado en la preexistencia de una orden judicial de requerimiento del favorecido
concretada -entre otros supuestos- por una requisitoria actualizada (vigente) a tenor de lo
dispuesto por la parte del artculo ciento treintiseis del Cdigo Procesal Penal; lo que
-como ya se anot- es incongruente con la naturaleza del bien jurdico protegido; (
Que, (...)".
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Si bien para la aplicacin de las normas de la parte especial del Derecho Penal al caso en
concreto, como resultado de un silogismo, existen los mtodos de interpretacin (1) , la
averiguacin del sentido de la norma debe hacerse siempre bajo ciertos principios rectores,
pues de lo contrario se da paso a la anarqua y arbitrariedad, y con ello a un Derecho Penal
de la pura venganza, contrario a los postulados de un Derecho Penal dentro de un Estado
social de derecho. En este sentido, postulamos que todo magistrado al momento de
interpretar la ley penal y aplicar su consecuencia jurdica al caso en concreto (2) , en
principio, no debe ir ms all del sentido literal posible de la norma (3) , pero, y sobre todo,
debe hacerlo a la luz del principio de legalidad (4) -la cual no solo proscribe la aplicacin
analgica del Derecho Penal (5) sino que, adems, exige precisin y certeza en la ley penal
( " (6) y " (7) )-, y del bien jurdico tutelado (8) , esto es, debe
interpretarse y aplicarse la ley de cara a lo tutelado por dicha norma de tal suerte que todo
aquello que quede fuera de lo protegido ser irrelevante para el Derecho Penal, luego para
el juzgador. Estos principios marcarn los senderos por los cuales debe discurrir la
interpretacin de la ley penal sustantiva (9) , es decir, sus lmites y contenido.
En este sentido, solo la interpretacin teleolgica (10) -que busca los fines del precepto, de
las instituciones, el orden jurdico-penal o del Derecho en general- desde el bien jurdico
(11) , nos puede garantizar una aplicacin imparcial y garantista del Derecho Penal, pero y
sobre todo respetuosa de la dignidad de la persona humana.
En este sentido, si aceptamos que el bien jurdico no solo cumple una funcin poltico-
criminal y sistemtica, sino que, adems, cumple una funcin dogmtica, la cual incide y se
desarrolla en el terreno dogmtico interpretativo, al momento de aplicacin de la ley;
entonces dicha funcin dogmtica significar, pues, el enlace entre el bien jurdico y la
teora de la interpretacin; es decir, la conexin interna e inescindible entre teora del delito
y poltica criminal. As, dicha funcin implica valorar la ofensividad al bien jurdico desde los
estratos analticos de la teora del ilcito penal; a saber, desde el tipo, el injusto y la
culpabilidad (13) .
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La doctrina italiana lo estudia como el delito de favorecimiento dentro de los delitos contra
la administracin de justicia (Captulo III), y en concreto, en la Seccin Primera de los
delitos contra la actividad judicial, por ello, entienden que el trmino "administracin de
justicia" tiene el mismo significado que jurisdiccin, como poder del Estado que tiene por
objeto el mantenimiento y la actuacin del ordenamiento jurdico (15) .
Por su parte la doctrina espaola estudia al delito de encubrimiento dentro del Ttulo XX de
los delitos contra la administracin de justicia, entendiendo como bien jurdico tutelado el
correcto funcionamiento de la administracin de justicia, institucin fundamental para la
convivencia social y desarrollo de las libertades y otros principios democrticos de cualquier
pas (16) . Respecto del delito de encubrimiento personal entienden que lo protegido es la
realizacin de la justicia, respecto de conductas que dificultan, si no impiden, el
descubrimiento de un delito y facilitan la impunidad de los responsables (17) . A pesar de la
falta de tcnica legislativa para ubicar adecuadamente el tipo penal de encubrimiento
personal bajo un determinado rubro acorde a lo que es protegido, modernamente, la
doctrina espaola entiende que lo que se protege es el ejercicio de la funcin de la Justicia
Penal (18) o funcin jurisdiccional, esto es, se pretende evitar la frustracin de un proceso
instaurado para la persecucin y castigo de quien resulte responsable (19) . Con ello, se da
un paso decisivo para delimitar el mbito de proteccin de la norma penal en el delito de
encubrimiento personal, desligndolo de otros bienes jurdicos como la administracin
pblica o la administracin de justicia (20) .
A su vez, esta idea de funcin jurisdiccional es reforzada con una serie de principios todos
vinculados, en estricto, a la actividad propia de los magistrados penales, como son: la
unidad y exclusividad de la funcin jurisdiccional recogida en el inciso 1 del artculo 139 de
la Constitucin, la independencia de la funcin jurisdiccional recogida en los incisos 1 y 2
del artculo 139 de la Constitucin, la inamovilidad en el cargo recogida en el inciso 2 del
artculo 146 de la Constitucin, el respeto y obediencia a las decisiones y mandatos
judiciales recogido en el artculo 4 del TUO de la Ley Orgnica del Poder Judicial.
En este sentido, el Cdigo Penal peruano, con una mejor tcnica legislativa, ubica el delito
de encubrimiento personal dentro del Ttulo XVIII de los delitos contra la administracin
pblica, Captulo III delitos contra la administracin de justicia, Seccin I delitos contra la
funcin jurisdiccional. As, el artculo 404 del Cdigo Penal, tipifica el delito de
encubrimiento personal con relacin a la existencia de una investigacin judicial y a la
ejecucin de la pena, siempre en sede jurisdiccional, es decir, como acciones propias dentro
de un proceso penal a cargo del magistrado quien ejerce la funcin jurisdiccional.
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Desde una interpretacin a la luz del principio de legalidad y del bien jurdico tutelado,
conforme ya lo hemos precisado lneas arriba, para la configuracin del ilcito penal de
encubrimiento personal se requiere: a) la preexistencia de otra infraccin penal y que esta
sea de conocimiento de los jueces penales, quienes ejercen la funcin jurisdiccional, y, b) la
inexistencia de toda forma de participacin del agente en dicho delito. Esto es aceptado por
la doctrina sin mayor discusin (27) .
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Puede ser "cualquiera", a excepcin del autor o partcipe del delito del cual se sustrae, toda
vez que el autoencubrimiento es impune (28) , y, atendiendo a la descripcin tpica del
ilcito, el sujeto activo puede ser el procesado no importando luego si resulta ser inocente
o responsable- respecto de la persecucin penal, o el condenado respecto a la ejecucin de
una pena, o ambos respecto de otra medida ordenada por la justicia. La doctrina argentina
en esta parte, debido a su tcnica legislativa, incluye al prfugo desconocido por la
autoridad (29) , interpretacin que no cabe en nuestra legislacin por la naturaleza del bien
jurdico protegido.
Siendo el verbo rector un hacer positivo: sustraer, estamos por tanto ante un delito de
accin, luego conforme a las reglas de la parte general resulta imposible la omisin y la
omisin impropia.
Siguiendo el norte trazado, esto es, que lo protegido es la funcin jurisdiccional, los
elementos normativos: persecucin penal, ejecucin de una pena u otra medida ordenada
por la justicia, deben ser tambin interpretados dentro de este contexto, es decir, si la
conducta imputada o materia de investigacin judicial se encuentra subsumida en el tipo
penal. As, dichos elementos normativos deben ser interpretados en relacin con la
actividad propia desplegada por los jueces y vocales penales y no de cualquier otra
autoridad por ms que forme parte de la administracin de justicia en sentido lato -llmese
fiscales o policas-, e inclusive, no debe atenderse a supuestos en los cuales ni siquiera
existe la intervencin de autoridad alguna -denuncia pblica, etc.-. Admitir esto ltimo,
significa vulnerar los principios rectores antes mencionados: bien jurdico, principio de
legalidad, etc., posibilitando la aplicacin arbitraria del Derecho Penal y, desde luego, una
justicia penal que responde a determinados intereses, desvinculado de todo principio
garantista. Adems, el tipo objetivo hace referencia a momentos procesales distintos a la
investigacin preliminar, y contempla la pena como finalidad ltima del proceso (30) .
Por otro lado, se afirma que el objeto de esta incriminacin es el inters pblico para que la
actividad de la justicia no quede frustrada en su finalidad de la persecucin al reo (31) , es
decir, siempre referida a un actuar efectivo y no potencial de la funcin jurisdiccional,
entendida como actividad propia de los magistrados penales. As, eludir la investigacin de
la autoridad significa frustrar sus pesquisas relativas a la comprobacin del delito, hacer
vanas sus investigaciones, que conforme a la redaccin del tipo penal en el Cdigo Penal
italiano, estn referidas a acciones propias de la autoridad judicial y no otra, pues solo esta,
dentro de su labor de investigar o comprobar la comisin del delito, puede arrestar al
imputado o al condenado para que pague su pena (32) . Es decir, la legislacin italiana
circunscribe el delito de encubrimiento personal a la etapa de la investigacin judicial
propiamente dicha y a la de ejecucin penal, y ambas competencias recaen nica y
exclusivamente en el rgano jurisdiccional competente.
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1. La interpretacin y aplicacin de la ley penal debe hacerse a la luz del bien jurdico
tutelado, en su funcin dogmtica, conjugado con el principio de legalidad.
3. Atendiendo al bien jurdico protegido en los delitos contra la funcin jurisdiccional y a fin
de evitar a toda costa compatibilizar el objeto de tutela y con ello interpretaciones errneas
que en todo caso distorsionan su contenido, los tipos penales de los ar-tculos 402, 407,
408 y 411 del Cdigo Penal que comparten su ubicacin sistemtica con el delito de
encubrimiento, deben ser trasladados a otro captulo, pero siempre dentro de los delitos
contra la administracin de justicia.
(*) Abogado penalista, socio del Estudio Jurdico Jos Urquizo Olaechea Abogados S.A.C.,
especialista en Derecho Procesal Penal y Derecho Penal Econmico. Miembro de la Comisin
Consultiva de Derecho Penal "A" del Ilustre Colegio de Abogados de Lima.
(1) Sobre los mtodos de interpretacin, segn el medio de que se vale, esto es, el
gramatical, sistemtico, histrico, lgico y teleolgico, Cfr. JESCHECK, Hans-Heinrich y
WEIGEND, Thomas. "Tratado de Derecho Penal". Parte general. 5 ed. renovada y
ampliada, Comares, Granada 2002. Pgs. 165 y sgtes.; COBO DEL ROSAL, Manuel - VIVES
ANTN, Toms: "Derecho Penal". Parte general. 5 ed. corregida, aumentada y actualizada,
Tirant lo Blanch, Valencia 1999. Pgs. 115 y sgtes.; QUINTERO OLIVARES, Gonzalo. "Curso
de Derecho Penal". Parte general, Cedecs, Barcelona 1996. Pgs. 105 y sgtes.
(2) Sobre la interpretacin, subsuncin y aplicacin de las normas penales, Vase MUOZ
CONDE, Francisco. "Bsqueda de la verdad en el proceso penal". Hammurabi, Buenos Aires,
2000. Pgs. 17 y sgtes.
(3) En palabras de Engisch, citado por Gimbernat Ordeig, la letra de la ley no debe ser
sobrepasada nunca cuando est en juego la imposicin de una pena:
, en GIMBERNAT ORDEIG, Enrique. "Concepto y mtodo de la ciencia de Derecho
Penal". Tecnos, Madrid, 1999. Pg. 45.
sistema penal ejercita sobre los ciudadanos, de manera que cualquier violencia que salga
del sistema penal, debe considerarse como ilcita. As, el principio de legalidad vendra a
constituirse en una exigencia de seguridad jurdica, que requiere solo la posibilidad de
conocimiento previo de los delitos y de las penas, y, en una garanta poltica para los
ciudadanos quienes no podrn verse sometidos por parte del Estado ni de los jueces a
penas que no admita el pueblo, en MIR PUIG, Santiago. "Derecho Penal". Parte general, 7
ed., B de F Ltda. Montevideo-Buenos Aires, 2004. Pg. 115.
(5) Debe diferenciarse entre analoga e interpretacin analgica del Derecho Penal, pues la
primera es inadmisible ya que lleva consigo resultados desfavorables para el reo, y la
segunda es lcita tanto si favorece o perjudique al reo. Sobre la prohibicin de analoga
en el Derecho Penal, Cfr. URQUIZO OLAECHEA, Jos. "El principio de
legalidad". Grafica Horizonte. Lima, 2000. Pgs. 93 y sgtes.
(6) La ley estricta impone un cierto grado de precisin de la ley penal y excluye la analoga
en cuanto perjudique al reo (analoga ). El intrprete no puede llenar los
vacos que se presenten acudiendo a una norma semejante o similar. En buena cuenta el
juez no puede asumir la funcin del legislador, luego, ello constituye una garanta de la
administracin de justicia. Cfr. ampliamente, ZUGALDIA ESPINAR, Jos M. (Dir). "Derecho
Penal". Parte general. Tirant lo Blanch, Valencia, 2002. Pgs. 264 y sgtes.
(7) La ley cierta exige certeza, determinacin o taxatividad, segn la cual tanto la conducta
punible como su consecuencia jurdica (pena o medida de seguridad), deben estar
consagradas de manera clara, precisa y determinadas en la ley para que no haya dudas de
su contenido y alcances. As, este principio no es otra cosa que la exigencia de que los
textos en los que se recogen las normas sancionadoras describan con suficiente precisin
qu conductas estn prohibidas y qu sanciones se impondrn a quienes incurran en ellas,
y su razn de ser, estriba en la proteccin de la certeza jurdica y la imparcialidad en la
aplicacin del Derecho. Es decir, que el ciudadano al momento de consultarlas pueda
predecir las consecuencias penales de sus acciones u omisiones, y los rganos del Estado
encargados de imponer sanciones vean efectivamente limitado su poder por normas
preexistentes, Cfr. FERRERES COMELLA, Vctor. "El principio de taxatividad en materia
penal y el valor normativo de la jurisprudencia". Civitas. Madrid, 2002. Pgs. 21 y 41.
Sobre el principio de determinacin de la ley penal, ampliamente, en URQUIZO OLAECHEA,
Op. cit. Pgs. 59 y sgtes.
(8) Consagrado en el principio de lesividad, y tal vez uno de los ms importantes, est
recogido en el artculo IV del TP del CP. El Derecho Penal se concreta a proteger "bienes
vitales": vida, libertad, salud, seguridad, patrimonio, etc., los cuales son indispensables
para la convivencia humana en sociedad y que por ello deben ser protegidos por el poder
coactivo del Estado a travs de la pena pblica, Cfr. JESCHECK-WEIGEND, Op. cit. Pg.8.
En otras palabras, la intervencin estatal se debe producir por la necesidad de proteccin
de intereses fundamentales de distinto carcter (bienes jurdicos), orientadas hacia el
individuo y que posibiliten a este la participacin en un determinado sistema social, en
VERDUGO GMEZ DE LA TORRE, Ignacio y otros. "Lecciones de Derecho Penal". Parte
general, Praxis. Barcelona, 1996. Pg. 48. As, el Derecho Penal solo debe proteger bienes
jurdicos y, por lo tanto, solo criminalizar conductas socialmente daosas que atenten
contra dichos bienes jurdicos.
(9) En materia procesal penal, prima la interpretacin de sus normas en consonancia con
los preceptos y principios constitucionales, toda vez que la Carta Magna desarrolla casi de
manera programtica, una serie de garantas tanto para el ciudadano respecto de la
intervencin estatal como para la materializacin del debido proceso (artculo 2, inciso 24, y
138 y sgtes. de la Constitucin). Cfr. SAN MARTN CASTRO, Csar. "Derecho Procesal
Penal". Tomo I. 2 ed. actualizada y aumentada. Lima, 2003. Pgs. 37 y sgtes.
improvisacin (...) y cuanto menor sea el desarrollo dogmtico, ms lotera, hasta llegar a
la ms catica y anrquica aplicacin de un Derecho Penal del que -por no haber sido
objeto de un estudio sistemtico y cientfico- se desconoce su alcance y su lmite, en
GIMBERNAT ORDEIG, Enrique. "Estudios de Derecho Penal". 3 ed. Tecnos. Madrid, 1990.
Pgs. 158 y sgtes.
(14) Texto modificado por el artculo 1 del D. Leg. N 747, publicado el 12/11/91, el mismo
que qued derogado por el artculo 1 de la Ley N 25399, publicada el 10/02/92,
recobrando vigencia el texto original por disposicin expresa del artculo 3 de la misma Ley
N 25399.
(15) MAGGIORE, Giuseppe. "Derecho Penal". Parte especial. Vol. III. De los delitos en
particular. Reimpresin de la 2 ed., Edit. Temis, Bogot 1985. Pgs. 305, 361 y sgtes.
(16) SERRANO GMEZ, Alfonso. "Derecho Penal". Parte especial, 6 ed. Dykinson. Madrid,
2001. Pg. 805. Al respecto, Juan Jos Gonzlez Rus afirma que lo protegido debe
determinarse desde una visin funcional de la administracin de justicia poniendo en
evidencia su cometido constitucional, as lo protegido no ser en s la administracin de
justicia entendida como organizacin, procedimientos y recursos, sino la funcin que
cumple, es decir, desde el servicio que presta y que no es otro de servir de garanta de los
derechos e intereses personales y sociales, resolviendo conflictos y preservando los
derechos y los legtimos intereses de los ciudadanos, en CARMONA SALGADO, Concepcin y
otros, COBO DEL ROSAL, Manuel (Dir). "Curso de Derecho Penal". Parte especial, II, Marcial
Pons. Madrid, 1997. Pgs. 454-455.
(18) BENEYTEZ MERINO, Luis en Cndido Conde-Pumpido Ferreiro (Dir.). "Cdigo Penal
doctrina y jurisprudencia". T. III. Trivium. Madrid, 1997. Pg. 4217. En igual sentido,
SNCHEZ-OSTIZ GUTIRREZ, Pablo. "El encubrimiento como delito". Tirant lo Blanch.
Valencia, 1998. Pg. 51; SERRANO BUTRAGEO, Ignacio y otros. "Delitos contra la
administracin de justicia". Comares. Granada, 1995. Pg. 9.
(21) FONTN BALESTRA, Carlos. "Derecho Penal". Parte especial. 16 ed. actualizada.
Abeledo-Perrot. Buenos Aires, 2002. Pg. 781. Por su parte Soler afirma que toda forma de
encubrimiento es un delito contra la administracin y aunque no lo diga la ley
expresamente, contra la administracin de justicia, en SOLER, Sebastin. "Derecho Penal
argentino". T. V. 8 reimpresin, TEA. Buenos Aires, 1978. Pg. 249. En igual sentido
Creus, en CREUS, Carlos. "Delitos contra la administracin de justicia". ASTREA, Buenos
Aires 1981. Pg. 530.
(24) Como bien seala Cantarero Bandrs, la actividad jurisdiccional, en razn de las
garantas y derechos constitucionales y procesales, se desarrolla en el ejercicio de un fin
autnomo frente a las de la administracin pblica como conjunto de tareas del Estado, as
la lesin de cualquiera de los principios que informan los presupuestos de actuacin en el
juzgamiento de los casos puede ocasionar un delito, que afectara solo a la administracin
de justicia, luego en ello radica la diferencia entre el concepto de "justicia" y
"administracin", en CANTARERO BANDRES, Roco. "Administracin de justicia y
obstruccionismo judicial". Trotta. Madrid, 1995. Pgs. 25 y 26.
(25) SNCHEZ VELARDE, Pablo: "Manual de Derecho Procesal Penal". IDEMSA. Lima, 2004.
Pgs. 73 y 74. En el mismo sentido Cfr. SAN MARTN CASTRO, Op. cit. Pg. 143; CUBAS
VILLANUEVA, Vctor. "El proceso penal". 5 ed., Palestra. Lima, 2003. Pg. 109; MAIER.
Julio B.J. "Derecho Procesal Penal". II parte general. Sujetos procesales. Edit. del Puerto
SRL, 1 reimp., Buenos Aires, 2004. Pg. 436; LONDOO JIMNEZ, Hernando. "Tratado de
Derecho Procesal Penal". Tomo I, Temis. Bogot 1989. Pg. 162; LPEZ DE BARJA DE
QUIROGA, Jacobo: "Instituciones de Derecho Procesal Penal". AKAL/IURE, Madrid 1999.
Pg. 143; MONTERO AROCA, Juan y otros. "Derecho jurisdiccional". Tomo III. Proceso
penal. Bosch. Barcelona, 1991. Pgs. 11 y sgtes.
(27) Cfr. CARMONA SALGADO. Op. cit. Pg. 477; FONT N BALESTRA. Op. cit. Pgs. 908 y
sgtes.; SOLER, Sebastin. "Derecho Penal argentino". Tomo V. TEA. Buenos Aires, 1978.
Pg. 250; MAGGIORE. Op. cit. Pgs. 366-367. Este autor precisando que no puede haber
concurso "posterior al delito", cita una serie de ejemplos para diferenciar el favorecimiento
(encubrimiento) del concurso de delitos.
(28) SERRANO GMEZ. Op. cit. Pg. 819; SOLER. Op. cit. Pg. 254.
(29) SOLER. Op. cit. Pg. 260, CREUS, Op. cit. Pg. 539.
(34) Al respecto en forma crtica, Cfr. BLANCO CORDERO, Isidoro. "El encubrimiento
personal, contribucin a la delimitacin del tipo del artculo 451 n. 3 del Cdigo Penal. En:
p #$ 2 poca, N 2, julio 1998. Pgs. 11 y sgtes.
(36) FONTN BALESTRA. Op. cit. Pg. 914; CREUS. Op. cit. Pg. 539.
(37) FONTN BALESTRA. Op. cit. Pg. 914; CREUS. Op. cit. Pg. 540.