M1-Periodo Prehispacnico e Hispanico

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Historia de Panamá

MODULO 1
PERIODO PREHISPÁNICO E HISPÁNICO

PERIODO PREHISPÁNICO

Antes de la llegada de los ibéricos, las tierras de Panamá estaban habitadas básicamente
por pueblos chibchenses que hablaban lenguas chibchas del grupo ístmico. Estos pueblos
formaban grupos diversos por lo que no constituían una unidad política unificada.
A raíz de las crónicas españolas del siglo XVI, se ha podido determinar la extensión de los
pueblos que existían en Panamá al momento de la conquista de América. Además de las
crónicas, la historiografía panameña e internacional ha utilizado el lenguaje, la orfebrería y
demás aspectos culturales, para lograr establecer el área de influencia territorial de las
distintas naciones indígenas.
Cacicazgos indígenas orientales.
Entre las naciones indígenas que habitaban el istmo destacaban los Cuevas, cuyo territorio
comprendía el suroeste de Panamá, tanto en sus costas caribeña y pacífica, incluyendo
el Darién. Se ha fijado el río Atrato como el límite este de los dominios de dicho pueblo
indígena, mientras, por el oeste, el territorio se extendería hasta Chame en el Pacífico y
Quebore (Río Indio) en el Caribe.
Los cacicazgos Cuevas más importantes eran los de Pocorosa, Comagre y Careta; cuyos
territorios ocupaban la actual comarca de Guna Yala. En el litoral pacífico destacaba el
cacicazgo de Chochama que ocupaba una buena parte del golfo de San Miguel, al igual que
la costa comprendida entre Chimán y la bahía de Chame, el archipiélago de Las Perlas y las
islas de Chepillo, Taboga, Taboguilla y Otoque.
No obstante, en la parte oriental del istmo existieron pueblos que no hablaban el Cueva.
Entre ellos destacan los Chuchures que, provenientes de Honduras, se asentaron
en Nombre de Dios. Por otro lado “los de Birú”, fueron reportados por Pascual de
Andagoya y ubicados por Romoli en la cuenca alta del río Tucutí, y los de ‘Quarequa’ o
‘Careca’ que habían venido conquistando de hacia las espaldas del Darién.

Cacicazgos indígenas en la región central.


Artículo principal: Gran Coclé
En la parte central del istmo vivían un número plural de naciones indígenas que no
compartían lenguaje ni características fenotípicas comunes. Las crónicas españolas apuntan
que estos cacicazgos mantenían constantes enfrentamientos bélicos entre ellos por el
control territorial.
Entre los señoríos hallados por los españoles durante la conquista, en territorios de la
actual provincia de Coclé, se menciona a Periquete, Totonaga, Taracuru, Penonomé. Sin
embargo, se ha establecido que en Natá residía el cacique Acherse que comandaba todos
esos territorios.
En el área geográfica de la actual península de Azuero se ha documentado los cacicazgos de
Escoria, Usagaña, Quema, Guararé, Pocrí y París. No obstante, se conoce que el cacique
Cutatara de París había dominado mediante la guerra al resto de los cacicazgos vecinos.
En la parte central de la actual provincia de Veraguas estaba establecido el cacicazgo de
Tabraba; hacia el norte se encontraba el cacicazgo de Urracá que se encontraba en el área
de la actual Santa Fe; con el avance de la colonización este territorio albergó una importante
resistencia indígena.

Cacicazgos indígenas en la región occidental.


En las actuales provincias de Bocas del Toro y Chiriquí, se desarrollaron un número plural
de tribus indígenas entre las que destacan los guaymíes, dorasques y dolegas. Estas tribus
se encontraban dispersas tanto en las costas del océano Pacífico y el mar Caribe; como en
la Cordillera Central.
PERIODO HISPANICO COLONIAL

Conquista española.
Artículo principal: Catástrofe demográfica en América tras la llegada de los europeos

Mapa de las diferentes entidades territoriales que existían en Panamá y Centroamérica en


el siglo XVI antes de la llegada de los españoles.
Cristóbal Colón fue el primer explorador español en alcanzar tierra firme americana, en su
tercer viaje, pero el primero en arribar al territorio panameño correspondió a Rodrigo
Galván de Bastidas, natural de la ciudad de Sevilla.
Como Colón había sido apresado en su tercer viaje, los Reyes Católicos eliminaron la
exclusividad de la empresa para él (las Capitulaciones de Santa Fe). Por esta razón, Bastidas
solicitó licencia para explorar. En 1501, el sevillano recorrió las costas de Venezuela y el
norte de Colombia, hasta el golfo de Urabá. Posteriormente bordeó la costa del istmo
panameño, y llegó casi hasta el emplazamiento actual del canal de Panamá.
En este trayecto, los exploradores no fundaron ningún pueblo ni se adentraron en el
territorio. Por medio de trueques con los pueblos indígenas, Bastidas acumuló oro y palo
de Brasil (apreciado por su madera y como fuente de un tinte). A diferencia de otros
conquistadores, Bastidas se dedicó antes a comerciar que a saquear las riquezas o a
esclavizar a los indígenas.
Las embarcaciones de Bastidas se vieron atacadas por el molusco llamado broma. Este es
un molusco de unos 20 cm de longitud, que excava galerías en las maderas sumergidas en
agua de mar, como los cascos de los barcos y los muelles. Por la razón anterior, varias naves
de Bastidas naufragaron camino a la isla La Española, y perdió gran parte de sus riquezas.
Al llegar a dicho territorio, el gobernador Francisco de Bobadilla enjuició a Bastidas por
haber violado la prohibición que tenía de arribar a la isla. En su contrato con la Corona
española, Bastidas se había comprometido a lo anterior y a no negociar con los indígenas.
Ambas cosas fueron incumplidas. Bobadilla envió a Bastidas hacia España, donde se le siguió
juicio, pero fue absuelto. Posteriormente, incluso se le reconoció una pensión vitalicia sobre
las riquezas extraídas de Urabá.
Bastidas realizó otros viajes de exploración. En 1525, fundó Santa Marta, en territorio de la
actual Colombia, primer poblado duradero en la región.
Como gobernador de esa ciudad, enfrentó una sublevación, debido en parte a su actitud de
comerciar con los pueblos autóctonos, en lugar de saquear sus riquezas. Fue herido, y
marchó a La Española a recuperarse, pero los vientos lo llevaron a Cuba, donde finalmente
murió en 1527.
El 10 de octubre de 1502, en su cuarto viaje, Cristóbal Colón llegó a la costa atlántica del
istmo, en las actuales provincias de Bocas Del Toro y Veraguas. El 2 de noviembre, llegó a
una bahía en la actual provincia de Colón, a la que bautizó como el nombre de Portobelo o
Puerto Bello.

Fundación de las primeras ciudades españolas.


Fundación de Santa María la Antigua
Artículo principal: Santa María la Antigua del Darién

Santa María la Antigua del Darién fue la primera ciudad fundada por los españoles en la
Tierra Firme del continente americano, situada en la Provincia de Darién, en la región de la
actual frontera entre Panamá y Colombia, en territorio colombiano.
Fue fundada por Vasco Nuñez de Balboa en 1510, en los territorios del Cacique Cémaco. Al
encontrar una fuerte resistencia por parte de los indígenas del área, los españoles
ofrecieron a la Virgen de la Antigua venerada en Sevilla que de salir triunfantes en la batalla
darían su nombre a la población. Cémaco fue vencido y en septiembre de 1510, cumpliendo
con la promesa hecha, la ciudad fue bautizada con el nombre de Santa María de la Antigua
del Darién.
Se constituyó un gobierno municipal, y se realizó en ella el primer cabildo abierto en el
continente americano, designando a Vasco Núñez de Balboa como alcalde. En dicha ciudad,
también se construyó la primera iglesia de Tierra Firme, sobre el sitio de la vivienda de
Cémaco, y fue la primera sede episcopal del continente. Los cabildos eran instituciones
democráticas, pioneras en todo el mundo en esta práctica.
Santa María la Antigua del Darién fue la capital del territorio de Castilla de Oro hasta la
fundación de Ciudad de Panamá por Pedrarias Dávila en 1519. Pedrarias ordenó el traslado
de la capital de Castilla del Oro, de personas, ganado y municiones a la nueva Panamá a
orillas del Mar del Sur u océano Pacífico. Pocos años después Santa María La Antigua del
Darién fue abandonada y en 1524 la ciudad fue asaltada y quemada por los indígenas.
Avistamiento del Mar del Sur.
Artículo principal: Vasco Núñez de Balboa

Monumento a Vasco Núñez de Balboa en la ciudad de Panamá.

En 1513, Vasco Núñez de Balboa emprende la conquista de los territorios de los caciques
Careta, Ponca y Comagre, donde escucha por primera vez de la existencia de otro mar por
parte de Panquiaco, hijo mayor de Comagre, donde se relataba de un reino al sur de
población tan rica que utilizaban vajillas y utensilios en oro para comer y beber.
La noticia inesperada de un nuevo mar lleno de riquezas fue tomada muy en cuenta por
Vasco Núñez de Balboa, quien organiza una expedición que parte de Santa María La Antigua
el 1 de septiembre de 1513. El día 25 de septiembre, Núñez de Balboa se adelanta al resto
de la expedición y se interna en la cordillera del río Chucunaque, y antes del mediodía logra
llegar a la cima de la cordillera desde donde logra ver en el horizonte las aguas del nuevo
mar.
Cuando la expedición llega a las playas, Núñez de Balboa levantó sus manos, en una estaba
su espada y en la otra un estandarte de la Virgen María, entró a las aguas hasta el nivel de
las rodillas y tomó posesión del Mar del Sur en nombre de los soberanos de Castilla.
Núñez de Balboa bautizó al golfo donde llegó la expedición como San Miguel, porque fue
descubierto el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel, y al nuevo mar como Mar del
Sur por el recorrido que tomó la exploración por el istmo rumbo al sur. Este hecho es
considerado por la historia de Panamá como el capítulo más importante de la conquista
después del descubrimiento de América.
En Panamá se han bautizado parques y avenidas con el nombre de Vasco Núñez de Balboa.
En la ciudad de Panamá, frente a las costas se erige un impresionante monumento dedicado
a su memoria y a la hazaña del descubrimiento del Mar del Sur. En su honor se ha bautizado
la moneda oficial del país con la denominación de balboa, apareciendo su rostro en el
anverso de algunas monedas. Así mismo, el principal puerto en el Pacífico del Canal de
Panamá y el distrito que abarca el archipiélago de las Perlas, también llevan su nombre. La
máxima condecoración otorgada por el Estado panameño a personajes destacados y
sobresalientes es la Orden Vasco Núñez de Balboa en sus diferentes grados.

Fundación de Ciudad de Panamá


Artículo principal: Ciudad de Panamá

Nuestra Señora de la Asunción, Panamá Viejo.

La ciudad de Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519 por Pedro Arias Dávila, siendo la
primera ciudad española en las costas del Mar del Sur u Océano Pacífico y la más antigua
de Tierra Firme que existe hasta nuestros días como ciudad. Su fundación reemplazó a las
anteriores ciudades de Santa María la Antigua del Darién y Acla, convirtiéndose en la capital
de Castilla del Oro. El 15 de septiembre de 1521 recibió, mediante real cédula, el título de
ciudad y un escudo de armas conferido por Carlos V de España.
La ciudad de Panamá se convirtió en el punto de partida para la exploración y conquista del
Perú y ruta de tránsito para los cargamentos de oro y riquezas provenientes de todo el
litoral pacífico del continente americano que se enviaban a España.
En 1671 la ciudad es atacada por las fuerzas del pirata galés Henry Morgan con intenciones
de saquearla. Por medidas de seguridad, de la población y los bienes, el Capitán General de
Tierra Firme, Juan Pérez de Guzmán ordena evacuar la ciudad y volar los depósitos de
pólvora provocando un gigantesco incendio que la destruyó totalmente.
Las ruinas de la antigua ciudad todavía se mantienen incluyendo la torre de su catedral y
son una atracción turística conocida como el conjunto monumental histórico de Panamá la
Vieja, reconocida como patrimonio de la humanidad por la Unesco. La ciudad de Panamá
fue reconstruida en 1673 en una nueva localización a 2 km al oeste-suroeste de la ciudad
original a las faldas del cerro Ancón, conocida actualmente como el Casco Viejo de la ciudad.
En 1821, luego de la independencia de Panamá de España y su unión voluntaria a la Gran
Colombia de Simón Bolívar, la ciudad de Panamá pasa de capital de Castilla del Oro y
el ducado de Veraguas, a ser la capital del departamento del Istmo. La unión a Colombia se
llevó a cabo con intenciones autónomas que Colombia nunca aceptó. En 1830, 1831 y 1832,
Panamá se intentó separar de Colombia, pero la insistencia de Bolívar primero, y la razón
de las armas luego, reunificaron los territorios. Dentro de las 6 guerras civiles habidas en
Colombia durante el siglo XIX, la ocurrida a mediados de siglo ocasiona la separación de
Panamá en 1840, adoptando el nombre de Estado del Istmo, por un año.
La fiebre del oro en California, en 1848, convirtió nuevamente al istmo como la ruta de
viajeros que cruzaban camino a la costa occidental de Norteamérica, devolviéndole el auge
comercial a la ciudad. En 1855 empezó operaciones el ferrocarril de Panamá, la primera vía
férrea transoceánica desde la Ciudad de Panamá en el Pacífico hasta la costa atlántica del
istmo.
En 1868 ocurrió otra revuelta popular; y finalmente el 12 de agosto de 1903 el Senado
Colombiano reunido en Congreso, rechazó el Tratado Herrán-Hay para construir un canal
por los Estados Unidos, por considerar que menoscababa su soberanía. La razón real del
rechazo era dejar caer la concesión hecha a la Compañía francesa del Canal, que vencía
hacia febrero de 1904, y así asumir la propiedad de sus haberes, y renegociar el tratado
estipulando que los 40 millones de dólares que irían a la compañía irían al Tesoro de
Colombia. Los panameños se organizan y declaran la separación el 3 de noviembre de 1903.
Estados Unidos reconoce a los tres días el nuevo estado, e impide con su armada la acción
de Colombia para restablecer la autoridad central.
La República de Panamá declara su separación de Colombia y la ciudad de Panamá se
convierte en la capital de la nueva nación. Con los trabajos de construcción del canal de
Panamá se mejoró la infraestructura de la ciudad en aspectos como sanidad, la erradicación
de la fiebre amarilla y la malaria, la reconstrucción de calles y alcantarillado, así como la
introducción del primer sistema de agua potable.
Durante la II Guerra Mundial, la construcción de bases militares y la presencia de gran
cantidad de militares y personal civil estadounidenses trajeron nuevos niveles de
prosperidad y comercio a la ciudad. También los alemanes (nazis) tenían como un punto
especial atacar el canal de Panamá. Incluso se han encontrado bases aéreas nazis que tenían
como dirección al canal de Panamá, también se encontraron submarinos hundidos en el
canal por acorazados norteamericanos.
Durante los años de 1970 y 1980, la ciudad de Panamá se convirtió en uno de los centros
bancarios más fuertes del mundo a la par de Nueva York, y el centro financiero y de seguros
más poderoso de toda América Latina. El 20 de diciembre de 1989, el ejército de EE.
UU. invade la Ciudad de Panamá con el propósito de capturar al general Manuel Antonio
Noriega, comandante en jefe de la Fuerzas de Defensa y último dictador militar de la
República de Panamá, quien era acusado de narcotráfico en tribunales norteamericanos.
Como resultado de esa acción militar, el barrio del Chorrillo, donde se encontraba la
comandancia de las Fuerzas de Defensa de Panamá, fue destruido en gran parte.
En la actualidad, la ciudad de Panamá, que incluye los distritos de Panamá y San
Miguelito principalmente, así como otros distritos y corregimientos cercanos, supera los 1,2
millones de habitantes, en una de las ciudades más avanzadas y cosmopolitas del
continente americano, con numerosas atracciones turísticas y vacacionales, hoteles y
restaurantes de clase mundial, casinos y centros comerciales internacionales, centros
nocturnos y recreativos, el centro bancario internacional, el centro de seguros y reaseguros,
y sus imponentes edificios y rascacielos, algunos de ellos entre los más altos de América
Latina y el mundo. El desarrollo megaportuario, la bolsa de valores, de diamantes y las
transacciones inmobiliarias son la tónica del inicio del Siglo XXI, siendo considerado el país
y su capital como uno de los mejores países para vivir.

Época virreinal.
El 15 de agosto de 1519, Pedro Arias Dávila funda Nuestra Señora Asunción de Panamá a
orillas del océano Pacífico, que aparte de responder a las instrucciones dadas por el Rey
Fernando de erigir poblados, se transformó en el centro de la actividad del descubrimiento
y obtención de riquezas, con la partida de expediciones hacia el istmo de Centroamérica y
el Perú.

Las Bóvedas en la Plaza de Francia


Simultáneamente a la fundación de Panamá, Pedrarias envía a su lugarteniente Diego de
Albítez a repoblar Nombre de Dios en el océano Atlántico, sitio que había sido descubierto
por Cristóbal Colón y ocupado con algunas chozas de paja por Nicuesa en 1510. Entre
ambos puertos, se estableció el Camino Real, una ruta en tierra firme que atravesaba el
Istmo de Panamá para el transporte de mercancías y metales preciosos entre ambos
océanos.
Gaspar de Espinosa en compañía del piloto Juan de Castañeda parten en julio de 1519 con
una expedición que visitaría las tierras de los caciques Paris, Escoria y Chagres, haciendo un
reconocimiento de la costa septentrional del Mar del Sur, a bordo de los navíos de Balboa,
el San Cristóbal y el Santa María de Buena Esperanza.
En punta Burica desembarca dispuesto a emprender su viaje de regreso a Panamá por
tierra, mientras Juan de Castañeda continuaba la navegación hacia el norte hasta alcanzar
el golfo de Nicoya en Costa Rica. En su camino de retorno Espinosa fue apresando indígenas
con la finalidad de llevarlos a Panamá para ser repartidos en encomiendas.
En 1520, Gaspar de Espinosa establece el asiento de Natá, en territorios fértiles
convirtiéndose rápidamente en un centro agrícola y de frontera con Veragua. Pedrarias
declara la fundación de Natá el 20 de mayo de 1522, la cual fue atacada por los indígenas
dirigidos por el poderoso cacique Urracá, quien agrupó en torno suyo a los pueblos de las
regiones de Chiriquí y Veraguas, creando una oposición al avance español en el área por
casi una década. En 1531 muere el gran jefe indio Urracá.
Pedrarias, interesado en encontrar un estrecho marino que comunicara ambos mares, se
dedicó a organizar una serie de expediciones como la de Gil González Dávila y Andrés
Niño que navegaron y desembarcaron en la actual Costa Rica y luego en Nicaragua. Gracias
a los indígenas González Dávila conoció la existencia de dos grandes
lagos, Nicaragua y Managua, pensando erróneamente que se trataba de un estrecho entre
los mares.
Otra expedición organizada por Pedrarias fue la del capitán Francisco Hernández de
Córdoba, acompañado por Gabriel de Rojas, Francisco Campañón y Hernando de Soto, que
partió a fines de 1523, con la misión de fundar poblaciones a lo largo de toda la tierra
visitada por Gil González y Andrés Niño. Hernández de Córdoba visitó parte de Costa Rica y
en 1524 fundó el asiento de Bruselas próximo a la actual Puntarenas, a orillas del lago
Cocibolca fundó la ciudad de Granada y al norte del lago Managua erigió el asiento de León.
En 1523, Hernán Cortés había concluido la conquista del Imperio azteca y con el propósito
de encontrar un paso o estrecho entre los dos mares, envió a Pedro de Alvarado con destino
a la actual Guatemala y a Cristóbal de Olid con dirección a la actual Honduras, creando una
situación de rencillas con Pedrarias.
Hacia 1526 tanto las exploraciones enviadas por Pedrarias desde el actual Panamá, como
las de Cortés desde el actual México, habían demostrado que el tan ansiado estrecho de
mar no existía en Centroamérica. Para entonces ya se habían cumplido seis años desde
que Fernando de Magallanes el 28 de noviembre de 1520 descubriera en el extremo
meridional del continente el estrecho de los Patagones que hoy lleva su nombre.
El 20 de mayo de 1524, Pedrarias autoriza la expedición de Francisco Pizarro, Diego de
Almagro y el sacerdote Hernando de Luque, la cual parte el 14 de noviembre desde Panamá
hacia la conquista del Perú.
Como resultado de las exploraciones en América Central y Perú, se produce un
despoblamiento de los principales asentamientos en el istmo. Esta situación es mencionada
por Pedro Cieza de León en 1535, en una descripción de la ciudad de Panamá donde indica
que, habiendo muerto los antiguos conquistadores, los nuevos pobladores no pensaban en
habitar Panamá más tiempo del necesario para hacerse ricos, sin miras a colonizar y
establecerse en el istmo. Panamá dejó de ser el habitual centro de exploraciones,
descubrimientos y conquista para convertirse en el sitio de paso de metales preciosos y
productos americanos con destino a Europa, y a la vez de centro de comercio de
manufacturas europeas con las que el Imperio español abastecía a los mercados de las
Indias Occidentales. La función de ruta de tránsito fue el papel que asumió el territorio
panameño durante poco más de dos siglos en la época colonial española.

Iglesia de San Francisco de Asís en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá

Las ferias realizadas en la costa atlántica del istmo de Panamá, primero en Nombre de Dios
en 1544 y a partir de 1597 en Portobelo, tenían como objetivo primordial abastecer de
artículos ibéricos los mercados americanos y enviar con destino a España los metales
preciosos procedentes del Perú. La importancia de este evento de intercambio comercial
se pone de manifiesto en los datos suministrados que indican que entre 1531 y 1660, de
todo el oro que ingresó a España procedente del Nuevo Mundo, el 60% cruzó por el Istmo
de Panamá. La última feria se realizó en Portobelo en 1737.
El camino real era casi intransitable en época de estación lluviosa por lo que se pensó en
una nueva ruta. En 1536 se autorizó a la Municipalidad de Panamá a construir un almacén
en Venta Cruz o Cruces a orillas del río Chagres, a siete millas de la ciudad de Panamá. Ante
las deplorables condiciones en que se encontraba el camino real, en 1569 el Virrey del
Perú, Francisco de Toledo, ordenó construir otro camino que pasara por Cruces, el cual fue
llamado camino de cruces. El sitio del antiguo pueblo de Cruces se encuentra bajo las aguas
del lago Gatún en el Canal de Panamá.
El río Chagres representó para las autoridades españolas una posibilidad de servir como
parte de una ruta transístmica navegable. Con este propósito, en 1527 el gobernador Pedro
de los Ríos instruyó a Hernando de la Serna, Miguel de la Cuesta y Pedro Corso para que
hicieran exploraciones en el río Chagres, los cuales determinaron que era favorable para ser
utilizado en una vía para comunicar ambos mares.
En 1529, Álvaro de Saavedra Cerón fue el primero en proponer la construcción de un canal
interoceánico por el Istmo de Panamá, pero en 1533 Gaspar de Espinosa le escribe al
rey Carlos I de España señalándole que el río Chagres podría hacerse navegable a un costo
muy bajo, siendo la ruta más útil del mundo, afirmando que un canal para la navegación
puede ser excavado. Por órdenes de la Corona española se hicieron otras exploraciones en
el río Chagres durante las Gobernaciones de Antonio de la Gama y Francisco de Barrionuevo
sin resultados alentadores.

La Real Audiencia de Panamá.


Artículo principal: Real Audiencia de Panamá
Fue creada mediante Real Cédula del 26 de febrero de 1538 por Carlos I y fue la tercera
Audiencia del continente. En ella se incluían las provincias de Tierra Firme (Castilla de
Oro y Veragua), todos los territorios que comprenden desde el Estrecho de
Magallanes hasta el golfo de Fonseca (las provincias del Río de la Plata, Chile, Perú, la
gobernación de Cartagena y Nicaragua).
La introducción de los negros en condición de esclavos provenientes de Senegal y el ex-
reino del Congo, ofreció resistencia como antes lo hizo el indio, con levantamientos y
ataques al Camino de Cruces, por parte de los negros cimarrones como Felipillo y Bayano.
La convivencia entre blancos criollos, indios y negros trajo una mezcla de razas en el istmo.
Durante los siglos XVI y XVII, Panamá fue blanco de constantes ataques por parte de
Inglaterra mediante piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros, asesinos racistas que
masacraban poblaciones y hacían esclavos, como Francis Drake y Henry Morgan, así como
algunos intentos escoceses de colonizar el Darién, en territorios denominados por ellos
como Nueva Caledonia.
Para 1746 las flotas del Mar del Sur utilizaban la ruta del Cabo de Hornos, que, aunque era
más larga en distancia, resultaba ser más segura. En 1753 se permitió a los barcos de
registro utilizar el puerto de Buenos Aires y con las reformas de Carlos III en 1764 se
comienza a abrir al comercio los puertos de España y las Indias, lo cual significó para el Istmo
la postración económica. Los campos adquieren importancia económica debilitando la vida
urbana.
Los movimientos separatistas nacidos a la sombra de Inglaterra y Francia, transforman al
istmo en sitio de exportador de ejércitos realistas, pues la situación de España y sus colonias
se había agravado y los movimientos conducían a las guerras separatistas.
La independencia de las 13 Colonias de Inglaterra en 1776 para constituirse en EE. UU.,
acrecientan el tema de los movimientos independentistas de España por parte de varios
panameños, que propugnaban por un régimen de libertades comerciales y civiles, contra el
desgastado régimen monárquico. En 1812 se establece el Virreinato del Istmo de Panamá,
como respuesta al contrabando y restableciendo el comercio por el istmo.
La invasión napoleónica a España y las victorias de Simón Bolívar en Boyacá debilitan el
poder de la corona española en América, empobreciendo el comercio en el istmo. En 1815,
Simón Bolívar en su profética carta de Jamaica habla de la asociación de los estados del
istmo de Panamá hasta Guatemala en una sola nación, la cual es vista con admiración por
los criollos (españoles o sus descendientes) en cuyas manos tenían todo el poder
económico.

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