Demencia Generalidades

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3.1.

La Enfermedad de Alzheimer

Alois Alzheimer fue un reconocido psiquiatra y


patólogo alemán , nacido en una pequeña localidad cercana a Würzburg, el
14 de julio de 1864. Estudió medicina y comenzó su carrera profesional
como residente en el Hospital para enfermos mentales y epilépticos de
Frankfurt, donde creó un Laboratorio para la investigación del cerebro. Deja
Frankfurt y comienza su trabajo en el Hospital Psiquiatrico Real de Munich,
donde su jefe va a ser el renombrado psiquiatra Emil Kraepelin.1

La enfermedad que lleva su nombre, fue descripta por


primera vez durante la exposición denominada: Sobre una enfermedad
específica de la corteza cerebral, en la XXXVII Conferencia Psiquiátrica del
Sudoeste Alemán, en Tubinga, el 4 de noviembre de 1906.

El trabajo presentaba el seguimiento de la paciente


Augusta D., enfermera, quién ingresó en el Hospital de Frankfurt en noviembre
de 1901, con 51 años de edad, y con un cuadro clínico con los siguientes
síntomas: había olvidado cómo cocinar, tenía celos hacia su marido (delirio
1
Del curso: “El Alzheimer: calidad de vida” Fundación Alzheimer España. Cap. 13-2004-España
2
En http://www.hipocampo.org/alzheimer.htm
celotípico), casi inmediatamente después de estos episodios, comenzó a
perder rápidamente la memoria, presentaba afasia, alucinaciones auditivas,
paranoia: decía que alguien quería matarla; llanto y trastornos de conducta.
Además se mostraba desorientada, con dificultades temporoespaciales,
alteraciones del lenguaje y demencia.

Augusta D. murió en 1906, con 55 años debido a un


cuadro de septicemia generalizada producto de las escaras por postura
decúbito y afectada de neumonía. Su cerebro fue remitido a Alzheimer, quién
realizó diferentes estudios histopatológicos, los que revelaron formas anómalas
con presentación de gran cantidad de placas seniles y ovillos neurofibrilares.

En Memoria

En 1907, Alzheimer publica los hallazgos que presentara


en su conferencia el año anterior, donde detalla la observación clínica y con
dibujos las lesiones que había encontrado en el estudio del cerebro de Augusta
D., con el mismo título de su exposición : Sobre una enfermedad específica de
la corteza cerebral. 4

Alois Alzheimer continuó sus investigaciones con otros


cinco pacientes. Johann F. fue el segundo paciente que presentó síntomas
semejantes a los de la primera. Murió en octubre de 1910, a los 57 años, y en

3
Maurer K, et al. Auguste D and Alzheimer's disease. Lancet 1997;349:1546-1549

4
Graever MB, Kösel S, Egnsperger R, Banati RB, Müller U, Bise K, Hoff P, Möller HJ, Fujisawa K,
Mehraein P. Rediscovery of the case described by Alois Alzheimer en 1911: historial, histológical and
molecular genetic analysis. Neurogenetics, 1997, 1:73-80).
el estudio histopatológico aparecieron anomalías con placas seniles y ovillos
neurofibrilares como en el cerebro de Augusta D.

Si bien la publicación de Alzheimer fue poco aprobada por


sus colegas, sin embargo, fue justamente Emil Kraepelin quién incorporó al
Diccionario de Psiquiatría a partir de 1910, la denominación Enfermedad de
Alzheimer para estos síntomas descriptos.

El 19 de diciembre de 1915, a los 51 años, Alois Alzheimer


murió en Breslau, donde ejercía como Director de la Universidad donde fuera
nombrado por el emperador Wilhem II, a causa de un gran enfriamiento que le
produjo una endocarditis de la que no pudo recuperarse.5

En revisiones realizadas por Fuller, consta que Alzheimer


trabajó con 13 pacientes quienes al momento de la presentación de los
síntomas tenían una edad media de 50 años y el curso de la enfermedad fue
de alrededor de 7 años.

Hace algunos años, en 1992 y 1997, se retomaron los


trabajos histopatológicos de Alzheimer de los cerebros de Augusta D. y de
Johann F. y se comprobó que en la primera no se encontraron lesiones
vasculares sino placas seniles y ovillos neurofibrilares y en el segundo,
homocigoto para el alelo ε3 de la apolipoproteína E y mutaciones en diferentes
codones de la APP.

3.2. Hacia una definición de la Enfermedad de Alzheimer- E.A.

Para poder acercarnos a una definición de la Enfermedad


de Alzheimer, debemos tener en cuenta dos aspectos. El primero, que
clínicamente se trata de una demencia; el segundo, que morfopatológicamente
se presenta como un proceso degenerativo con producción de placas seniles
constituidas por material amiloide y con degeneración neurofibrilar en forma de
ovillos. Si bien estas características aparecen también en cerebros no
demenciados la cantidad en estos es mucho menor.6 7

Este tipo de demencia produce un declinar progresivo del


intelecto y de la conducta, con manifestaciones neuropsiquiátricas.

El deterioro neuropsicológico se observa por la alteración


de la memoria reciente y remota, apraxia, afasia, agnosia, trastornos
visuoespaciales y dificultades a nivel del juicio y del razonamiento.

5
Op. Cit.
6
Martínez Lage, J.M. y Pascual Millán, L.F.: “Alzheimer 2003. ¿qué hay de nuevo? Aula Médica Ediciones,
2003. Madrid.

7
Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España
El deterioro neuropsiquiátrico agrega alteraciones globales
de la personalidad, alucinaciones, estados confusionales, ideas delirantes,
trastornos del sueño, del apetito, de la sexualidad. Pueden presentar además
cambios motrices sin poder determinar su causa.8

La E.A., se presenta en forma Familiar y en forma


Esporádica.

La Forma Familiar, se caracteriza por el inicio precoz de


los síntomas, no es más frecuente según el sexo, y se transmitiría por herencia
dominante que estaría asociada a mutaciones en los cromosomas 1-14 y 21. El
cromosoma 19, contiene el gen que codifica la Apo E y que estaría relacionado
con la aparición tardía de la enfermedad.

La Forma Esporádica, suele ser de progresión más


benigna que la Familiar. Presenta signos extrapiramidales con declinar
intelectual grave y aparición a partir de los 65 años, junto a manifestaciones
psicóticas y funcionales.

Las dos Formas, presentan aspectos clínicos y


neuropatológicos idénticos, pudiendo observarse solamente algunas
diferencias en relación a la edad de aparición sintomática y al tiempo de
progresión total de la enfermedad, características sobre las que no hay
necesidad de establecer distinciones de importancia para su caracterización.9

Hasta el momento, el diagnóstico de la E.A., se establece


según los criterios internacionalmente válidos como son: NINCDS-ADRDA;
DSM IV; DSM IV-TR; CIE-10, que se presentan a continuación:

10
3.2.1 Criterios NINCDS-ADRDA para el diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer
National Institute of Neurological and Communicative Disorders and stroke, and the Alzheimer`s Disease and
Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA ).

Criterios para el diagnóstico clínico de enfermedad de


I
Alzheimer probable

8
Cummings, J. L. y Benson, D. F.: “Cortical dementias: Alzheimer’s Disease and other cortical
degenerations. En Dementia: A clinical approach. Cummings, J. L. y Benson, D. F. Eds. Heinemann-
Butterworth. 2º Ed. 1992. Boston

9
Gonzalez Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica?. Tratamiento y Rehabilitación” Masson Doyma
de Argentina, 2003.

10
McKhann G et al. Clinical diagnosis of Alzheimer’s disease: Report of the NINCDS-ADRDA Work Group
under the auspices of Department of Health and Human Services Task Force on Alzheimer’s Disease.
Neurology 1984; 34: 939-944.
Demencia, diagnosticada mediante examen clínico y
documentada con el miniexamen mental de Folstein, la escala
de demencia de Blessed, u otras similares, y confirmada con
tests neuropsicológicos
Deficiencias en dos o más áreas cognitivas
Empeoramiento progresivo de la memoria y de otras
funciones cognitivas
No alteración del nivel de conciencia
Comienzo entre los 40 y los 90 años, con mayor frecuencia
después de los 65, y
Ausencia de alteraciones sistémicas u otras enfermedades
cerebrales que pudieran producir el deterioro progresivo
observado de la memoria y de las otras funciones cognitivas
Apoyan el diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer
II
probable”:
Deterioro progresivo de alguna función cognitiva específica
(afasia, apraxia, agnosia)
Alteraciones conductuales y en la realización de las
actividades diarias habituales
Antecedentes familiares de trastorno similar, especialmente si
obtuvo confirmación anatomopatológica, y
Pruebas complementarias:

 líquido cefalorraquídeo normal, en las determinaciones


estándar
 EEG normal, o con alteraciones inespecíficas como
incremento de la actividad de ondas lentas, y
 atrofia cerebral en TAC, objetivándose progresión de la
misma en observación seriada

III.- Aspectos clínicos compatibles con el diagnóstico de


III “enfermedad de Alzheimer probable”, tras excluir otras causas
de demencia:

Mesetas en la progresión de la enfermedad

Síntomas asociados de depresión, insomnio, incontinencia,


ideas delirantes, ilusiones, alucinaciones, accesos
emocionales, físicos o verbales, alteraciones de la conducta
sexual, pérdida de peso.

Otras alteraciones neurológicas en algunos pacientes,


especialmente en los que se hallan en fase avanzada, como
hipertonía, mioclonías o alteración de la marcha.

Convulsiones, en fase avanzada de la enfermedad

TAC cerebral normal para la edad del paciente.

Aspectos que convierten el diagnóstico de “enfermedad de


IV
Alzheimer probable” en incierto o improbable:

Instauración brusca o muy rápida

Manifestaciones neurológicas focales como hemiparesia,


alteración de la sensibilidad o de los campos visuales, o
incoordinación en fases tempranas de la evolución
Convulsiones o alteraciones de la marcha al inicio o en fases
muy iniciales de la enfermedad

V Diagnóstico clínico de enfermedad de Alzheimer posible :

Demencia, con ausencia de otras alteraciones sistémicas,


psiquiátricas y neurológicas que puedan causar esa
demencia, pero con una instauración, manifestaciones o
patrón evolutivo que difieren de lo expuesto para el
diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer probable”
Presencia de una segunda alteración, cerebral o sistémica,
que podría producir demencia pero que no es considerada por
el clínico como la causa de esta demencia
En investigación, cuando se produce deterioro gradual e
intenso de una única función cognitiva, en ausencia de otra
causa identificable.
Criterios para el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer
VI
definitiva :

Criterios clínicos de “enfermedad de Alzheimer probable”, y

Comprobación histopatológica, obtenida a través de biopsia o


autopsia.
: McKhann G et al. Clinical diagnosis of Alzheimer’s disease:
Report of the NINCDS-ADRDA Work Group under the auspices of
Department of Health and Human Services Task Force on
Alzheimer’s Disease. Neurology 1984; 34: 939-944.
Criterios DSM-IV para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer11

Desarrollo de deficiencia cognitiva múltiple, manifestada


A
por
Alteración de memoria (aprender nueva información y
A1
evocar la ya aprendida), y
Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas:

 Afasia
A.2  Apraxia
 Agnosia
 Alteración de funciones ejecutivas

Las alteraciones previas representan un deterioro con


respecto a las capacidades previas del paciente, y
B
producen dificultades significativas en las funciones
ocupacional y social.
La evolución se caracteriza por instauración gradual y
C
deterioro cognitivo continuo.
Las alteraciones expresadas en A.1 y A.2 no se deben a lo
D
siguiente:
Otros trastornos del sistema nervioso central que puedan
ocasionar deterioro progresivo de la memoria y de otras
funciones cognitivas (por ej. enfermedad cerebrovascular,
D.1
enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington,
hematoma subdural, hidrocefalia de presión normal, tumor
cerebral).
Trastornos sistémicos que pueden ocasionar demencia
D.2 (por ej. hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12, ácido
fólico, niacina, hipercalcemia, neurosífilis, SIDA)
D.3 Intoxicaciones
Las alteraciones no ocurren únicamente durante un
E
síndrome confusional agudo.
El trastorno no es atribuible a una alteración psiquiátrica
F que pudiera justificar las manifestaciones, como por
ejemplo una depresión mayor o una esquizofrenia.

11
American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders. 4th
edition. Washington DC, 1994
Criterios CIE-10 para el diagnóstico de la demencia12

1 Deterioro de la memoria:

Alteración en la capacidad de registrar, almacenar y evocar


información
Pérdida de contenidos mnésicos relativos a la familia o al
pasado
2 Deterioro del pensamiento y del razonamiento

Reducción del flujo de ideas

Deterioro en el proceso de almacenar información

 dificultad para prestar atención a más de un estímulo


a la vez
 dificultad para cambiar el foco de atención

3 Interferencia en la actividad cotidiana


Nivel de conciencia normal, sin excluir la posibilidad de
4
alteraciones episódicas
Las deficiencias se hallan presentes durante al menos 6
5
meses

Demencia de tipo Alzheimer13 14


Los criterios internacionales de diagnóstico acorde al DSM-IV TR
son los siguientes:
A. Presencia de múltiples déficit cognitivos (intelectuales) tales
como:

1. Deterioro de la memoria (deterioro de la capacidad para


aprender nueva información o recordar información
aprendida previamente).
2. Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas:

12
World Health Organization. The ICD-10 Classification of mental and behavioural disorders. World Health
Organization, Geneva, 1992
13
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition Text Revised (DSM-IV TR). American
Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000.
14
Kaplan and Sadock's Synopsis of Psychiatry, 9° edition. Lippincott Williams & Wilkins Press, 2003.
2.1. Afasia (alteración del lenguaje).
2.2. Apraxia (deterioro de la capacidad para llevar a cabo
actividades motoras, a pesar que la vía motora está
intacta).
2.3. Agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de
objetos, a pesar que las vías sensoriales s e encuentran
intactas).
2.4. Alteración de la ejecución (p. ej., planificación,
organización, secuenciación y abstracción).

B. Los déficit cognitivos en cada uno de los criterios Al y A2


provocan un deterioro significativo de la actividad laboral o social y
representan una merma importante del nivel previo de actividad.
C. El curso se caracteriza por un inicio gradual y un deterioro
cognitivo continuo.
D. Los déficit cognitivos de los criterios Al y A2 no se deben a
ninguno de los siguientes factores:
(1) Otras enfermedades del sistema nervioso central que
provocan déficit de memoria y cognitivos (p. ej., enfermedad
cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, corea de Huntington,
hematoma subdural, hidrocefalia normotensiva, tumor cerebral).
(2) Enfermedades sistémicas que pueden provocar demencia (p.
ej., hipotiroidismo, deficiencia de ácido fólico, vitamina B 12 y
niacina, hipercalcemia, neurosífilis, infección por HIV).
(3) Enfermedades inducidas por medicamentos o drogas de
adicción.
E. Los déficit no aparecen exclusivamente en el transcurso de
un delirium.
F. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro
trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).
Subtipos:

 De inicio temprano: Si el inicio es a los 65 años o antes .


 De inicio tardío: Si el inicio es después de los 65 años
(anteriormente denominada Demencia Senil).
 Con delirium: Si el delirium (estado confusional) se
sobreañade a la demencia.
 Con ideas delirantes: Si las ideas delirantes son el síntoma
predominante.
 Con estado de ánimo depresivo: Si el estado de ánimo
depresivo es predominante (incluyendo los
cuadros clínicos que cumplen todos los criterios
para un episodio depresivo mayor).
 Con trastornos del comportamiento: Si existen alteraciones
significativas del comportamiento (p. ej., vagabundeo).
 No complicado: Si ninguno de los síntomas antes
mencionados predomina en el cuadro clínico actual.

Referencias Bibliográficas
- Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition
Text Revised (DSM-IV TR). American Psychiatric
Association. American Psychiatric Press, 2000.
- Kaplan and Sadock's Synopsis of Psychiatry, 9° edition.
Lippincott Williams & Wilkins Press, 2003.

Más recientemente, la Sociedad Española de Neurología


presentó los criterios que se describen a continuación aduciendo la necesidad
de actualizar los mismos en relación a los Criterios anteriores.

Criterios para el diagnóstico de Enfermedad de Alzheimer de la SEN

( Sociedad Española de Neurología)

Criterios de la Sociedad Española de Neurología para el


diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer
I Demencia
a Inicio en la edad adulta
b Instauración insidiosa, referida en meses o años.
c Evolución lentamente progresiva
Afectación precoz de la memoria y de la capacidad de
d
aprendizaje, objetivada en la exploración.
II Ausencia en las fases iniciales de:
a Parkinsonismo espontáneo
b Inestabilidad de la marcha y caídas frecuentes.
c Síndrome cerebeloso.
d Síndrome piramidal.
e Alucinaciones visuales.
f Depresión mayor.
g Alteraciones destacadas del comportamiento.
III Exclusión de otras causas de demencia

a A través de pruebas complementarias estándar.


b Ausencia de ictus cerebral reciente ( 6 meses)
IV Apoyan el diagnóstico:

a Afectación de la capacidad de denominar objetos en la fase


inicial de la demencia.
Alteraciones de la comprensión verbal, de la fluidez verbal
b categorial y de la orientación visuespacial en las fases
iniciales.
Presencia de unos o dos alelos E4 en el gen que codifica la
c
apolipoproteina
Atrofia de los complejos hipocámpicos ( región temporomesial)
d en neuroimagen estructural, mayor que la del resto de la
corteza cerebral, en la fase inicial de la demencia.
Hipometabolismo o hipoperfusión bilateral en áreas croticales
e
temporoparietales, en PET o SPECT.
Reducción del péptido betaA42 e incremento simultáneo de la
f
proteina tau en el líquido cefalorraquídeo
V Hacen improbable el diagnóstico.
Predominio de las dificultades en el componente expresivo del
a lenguaje con respecto alas alteraciones dela comprensión y de
otros aspectos semánticos.
b Bradipsiquia intensa en fases iniciales
Fluctuaciones acusadas y frecuentes de las funciones
c
cognitivas.
d Parálisis de la miradavertical
Aparición de incontinencia urinaria de causa no urológica en la
e
fase inicial de la demencia.
Atrofia (neuroimagen estructural) o hipoperfusión o
hipometabolismo (neuroimagen funcional) exclusiva de lóbulos
f
frontales o/y polos temporales, en estadio intermedio o
avanzado de la demencia.
Electroencefalograma, o cartografía cerebral, normal en
g
estadios avanzados de la demencia.

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER PROBABLE

Deben cumplirse los criterios I, II y III y hallarse ausentes los


elementos de V.
ENFERMEDAD DE ALZHEIMER POSIBLE:

Se cumplen todos los criterios I, II y III excepto uno de Ib, Ic o Id, o


se da uno o más de V.

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER CONFIRMADA


 Enfermedad de Alzheimer probable o posible + criterios
neuropatológicos de EA, o
 Demencia
o + criterios neuropatológicos de EA
o + ausencia de otras alteraciones neuropatológicas
que pudieran causar demencia, o

Demencia familiar
presencia de una de las mutaciones conocidas como productoras
de EA autosómica dominante(en los genes de la presenilina 1 –
cromosoma 14-, de la presenilina 2 –cromosoma 1– o de la
proteína precursora del amiloide –cromosoma 21–)

DEMENCIA COMBINADA

Demencia

+ alteraciones clínicas o neuropatológicas características de al


menos dos entidades nosológicas que podrían contribuir a la
producción del deterioro cognitivo.
ENFERMEDAD DE ALZHEIMER CON ENFERMEDAD
VASCULAR CEREBRAL ASOCIADA
 Enfermedad de Alzheimer probable
o + evidencia en la neuroimagen de lesiones
vasculares cerebrales, o
 Demencia
o + criterios neuropatológicos de EA + presencia
concomitante de lesiones cerebrales vasculares.

Criterios para el diagnóstico clínico de la EA

EA
EA probable
posible
a Edad adulta X X
Instauración insidiosa (meses o
b X (2)
años)
Evolución lentamente progresiva
I c X (2)
(años)
Alteración precoz de
d X (2)
memoria/aprendizaje
No parkinsonismo espontáneo
a X X
en FID
No ataxia o caídas frecuentes en
b X X
FID
c No síndrome cerebeloso en FID X X
II d No síndrome piramidal en FID X X
No alucinaciones visuales en
e X X
FID
f No depresión mayor X X
No alteraciones conductuales
g X X
destacadas en FID
Exclusión de otras causas, con
III a X X
pruebas estándar1
No ictus en 6 últimos meses (en
b X X
FID)
Anomia para objetos
a
infrecuentes en FID
Alteración de comprensión
verbal, fluidez verbal categorial y
b
orientación visuospacial en FID o
en FMD
Genotipo Apo E homocigoto o
c
heterocigoto para e4
Mayor atrofia de región
IV d
temporomesial (RM o TC)
Hipoactividad TP posterior
e
bilateral (SPECT o PET)
Descenso de bA42 + Incremento
f
de t , en l.c.r.
Predomina el componente
a X
expresivo en la afasia
b Bradipsiquia intensa en FID X
Fluctuaciones notables de las
c X
funciones cognitivas
V d Parálisis de la mirada vertical X
Incontinencia urinaria no
e X
urológica en FID
Atrofia (RM o TC) o
hipoactividad (SPECT o PET)
f X
exclusivamente frontal y/o
temporopolar, en FMD
EEG o MAEC normales en fase
g X
de demencia avanzada

1. Es obligatorio realizar a todos los pacientes al menos un análisis de


sangre, que incluya hemograma, VSG, glucosa, colesterol, triglicéridos,
urea, creatinina, ácido úrico, GPT, gGT, fosfatasa alcalina, Na, K, Ca,
T4 libre, TSH, vitamina B12, ácido fólico y serología de lúes, así como
una prueba de neuroimagen estructural (resonancia magnética o
tomografía axial computarizada del encéfalo), una radiografía del tórax
y un electrocardiograma. El resto de pruebas complementarias
mencionadas en los demás apartados son optativas.

2. Sólo puede estar ausente uno de los aspectos marcados con este
epígrafe.

3. Este apartado describe manifestaciones que deben estar ausentes


en el paciente.

EAPos: Enfermedad de Alzheimer posible

EAPr: Enfermedad de Alzheimer probable

EEG: Electroencefalograma.

FID: Fase incipiente de la demencia.

FMD: Fase intermedia de la demencia.

l.c.r.: Líquido cefalorraquídeo.

MAEC: Mapa de actividad bioeléctrica del cerebro, cartografía cerebral.

PET: Tomografía por emisión de positrones.


RM: Resonancia magnética.

SPECT: Tomografía computarizada por emisión de fotón simple.

TC: Tomografía computarizada.

TP: Témporo-parietal

Con la presentación de los diferentes Criterios


internacionales, se está en condiciones de decir que la E.A. es un síndrome
neurodegenerativo y demencial, con signos y síntomas anatomoclínicos
característicos, de etiología heterogénea, de gran variabilidad en su
manifestación y evolución y que es la demencia más frecuente entre adultos y
ancianos. Su diagnóstico clínico es de E.A. probable hasta tanto no se
compruebe por prueba histopatológica post mortem.
15
3.3. Factores de riesgo

En los últimos años se han realizado progresos en


genética y biología molecular de la E.A., que han permitido establecer algunos
Factores de Riesgo para desarrollar la enfermedad. Existen otros Factores
sobre los cuales hay que profundizar las investigaciones y que encuadran
como Factores de Riesgo Probable o Posible.

3.3.1 Factores de Riesgo Establecido

3.3.1.1 Edad:
Es el factor de riesgo más reconocido e importante en la
E.A.
Con el paso de los años, una muerte neuronal que es
compensada por un continuo remodelamiento sináptico. Esta capacidad de las
neuronas disminuye con la edad y el proceso de envejecimiento cerebral va
acumulando lesiones y activando ciertos genes destructores.
La probabilidad de desarrollar E.A. aumenta con la edad y
una persona de 85 años, tiene mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad
que otra de 65.
No obstante queda la cuestión por resolver sobre la
relación entre envejecimiento y E.A., si la E.A. es dependiente del
envejecimiento o si se corresponde con un período etario determinado para
hacer su aparición.
La edad media para el diagnóstico fue de 74a. 4m.donde la
media para los varones fue de 72a. 8m. y para las mujeres de 75a. 4m.
15
En : Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.
La duración de la enfermedad desde el diagnóstico hasta
la muerte fue de 8a. 5m.16

3.3.1.2.Genéticos

Los antecedentes familiares constituyen un aumento en el


riesgo para desarrolla la E.A. cuando el comienzo fue antes de los 70ª., no así
en los casos de comienzo tardío.

Hay formas familiares asociadas a mutaciones de un gen


autonómico dominante por defecto de los cromosomas 1, 14, y 21, para la E.A.
de inicio precoz. Para las formas tardías, interviene el gen del cromosoma 19
de la apolipoproteína E4 ( Apo E4 )

Investigadores de la Universidad de Duke y de Boston17,


han trabajado en un nuevo factor genético de riesgo asociado al cromosoma 12
y que afectaría entre el 15 y 30% de los casos de comienzo tardío.

3.3.1.3 Síndrome de Down

Muchos pacientes con trisomía del par 21, en edades


medias de sus vidas desarrollan síntomas de la E.A.. También madres de
personas con síndrome de Down, han desarrollado la enfermedad. Esto podría
orientar a factores genéticos no bien determinados, que se heredarían por vía
materna.

Se considera la posibilidad de que Síndrome de Down y


E.A. sería expresiones potenciales de un fenómeno que no está todavía
absolutamente determinado.

3.3.2 Factores de Riesgo Probables

3.3.2.1 Traumatismo craneal

En la demencia pugilística o de los boxeadores y por la


repetición de traumatismos craneales, se han descripto encefalopatías
semejantes a la degeneración neurofibrilar presente en la E.A.

Hay estudios en los que se encontró asociación entre


traumatismo craneal y E.A., cuando el paciente era además portador del gen

16
Gonzalez Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica?. Tratamiento y Rehabilitación” Masson Doyma
de Argentina, 2003.

17
En : Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.
Apo E4 y posiblemente por esto, el trauma craneal podría dañar la barrera
hematoencefálica produciendo una reacción autoinmune, dañar las neuronas o
aumentar el material beta-amiloide.

Se han realizado muchos estudios para establecer si existe


relación entre trauma craneal y E.A. Los casos control no la han podido
establecer y hasta ahora estos datos solo son experimentales.

3.3.2.2 Nivel Educativo

De estudios realizados no se puede concluir que exista


relación necesaria entre Nivel Educativo y E.A.

Los resultados de esas investigaciones se puede decir


que: 1- no se puede afirmar que un bajo nivel educativo esté relacionado con el
desarrollo de la E.A.;

2- no se ha podido comprobar que un alto nivel educativo y cultural


produzca menor incidencia en el desarrollo de la E.A.

En otras investigaciones sobre la incidencia del nivel


educativo en la E.A., realizadas en New York, ( Rochester y Framinghan)18, en
una población muy diversificada culturalmente, se encontró relación entre Nivel
Educativo y E.A., por el tipo de desempeño profesional.

Si bien no se puede generalizar la relación antes


mencionada, sin embargo es conveniente continuar profundizando en los
estudios, para comprobar si la relación pudiera estar comprendida en la reserva
cognitiva de personas que ejercitan sus funciones cerebrales superiores , tiene
estilos de vida saludables y no padecen enfermedades crónicas del SNC.

3.3.2.3 Sexo

La mayor incidencia se da en el sexo femenino, y se cree


que por la mayor supervivencia de las mujeres.

La terapia con estrógenos en mujeres menopáusicas


tendría un efecto protector sobre las que no reciben esta suplencia hormonal.

Se considera que los estrógenos ejercen influencia sobre


las enzimas colinérgicas y producen crecimiento nervioso en el hipocampo.
Pueden tener efecto antioxidante, modular la memoria y probablemente,
suprimir el efecto de la Apo E4.

18
Cobb, J.L., Wolf, P.A., White, R., y D’Agostino, R.B.: “The effect of education on incidente of dementia
and Alzheimer’s disease in the Framinghan study” Neurology, 1995. N.Y
3.3.2.4 Terapia con fármacos antiinflamatorios

Se ha podido demostrar que cuando se ha tratado a


pacientes con artritis reumatoidea con antiinflamatorios esteroides y no
esteroides, estos parecen haber producido un efecto protector contra el
desarrollo de E.A.

Se considera posible la hipótesis de eficacia protectora de


fármacos antiinflamatorios en la E.A. ya que en su fisiología se observan
procesos inflamatorios crónicos o agudos.

Todavía quedan investigaciones para corroborar


fehacientemente el efecto protector de estos fármacos sobre la E.A.

3.3.2.5 Riesgo Vascular y E.A.

La diabetes y la hipertensión crónica están asociadas al


deterioro vascular y a la E.A.

Parece probable que la enfermedad vascular tenga


comportamiento aditivo para el desarrollo de la E.A., incrementando los
depósitos de beta-amiloide y/o produciendo daños neuronales específicos de
la E.A. como lesiones neurofibrilares o pérdida neuronal.

3.3.3. Factores de Riesgo Posibles

3.3.3.1 Edad de los padres

Es posible que la edad de los padres al momento del


nacimiento de la persona que desarrolla E.A., mayor de 40 o menor de 20
años, facilite su desarrollo.

Esta hipótesis estaría orientada a la transmisión por


herencia materna. No obstante estos hallazgos no se encontraron en todos los
casos estudiados, por lo que deben seguir las investigaciones al respecto.

3.3.3.2 Fumadores-Alcoholismo-Dieta alimentaria

Se pudo relacionar en algunos casos el abuso en el


consumo de tabaco y de alcohol en la aparición de la E.A y de Parkinson, pero
no está determinada la relación entre estos factores.
Se han reconocido algunos efectos protectores con el uso
moderado: la nicotina, podría estimular los receptores nicotínicos y favorecer la
memoria; la ingesta moderada de alcohol , sobre todo del vino tinto, y la dieta
alimentaria de los vegetarianos y de los consumidores de pescado, estaría
relacionada con menor incidencia de desarrollar E.A.

3.3.3.3 Exposición al aluminio

Si bien la comunidad científica actualmente, no confirma


las investigaciones de la incidencia por exposición al aluminio, cabe comentar
que un estudio de mineros expuestos al polvo de aluminio o la ingestión de
agua con alto contenido del metal, dio positivo en la E.A.19

3.3.3.4 Etnia

Es un factor poco investigado aún cuando se conoce que


la E.A. es casi infrecuente en personas de raza negra africana.20

Otro factor posible es la transculturación de japoneses a


occidente, con un incremento de la incidencia de EA., y con disminución de la
incidencia de demencia vascular.21

19
Mc. Lachlan D.R.; Bergeron, C.; Smith, J.E. y cols. : “Risk for neuropathologically confirmed Alzheimer’s
disease and residual aluminium in municipal drinking water employing weighted of residential histories”
Neurology, 1996. NY.
20
Hendiré, H.C.; Osuntokun, B.; may, K.S. y cols.: “Prevalence of Alzheimer’s disease in two communities:
Nigerian Africans and Africans Americans” Am J. Psychiat. 1995.
21
White, L.; Petrovitch, H.; Ross, W. y cols.: “Prevalence of dementia in older Japanese-american men in
Hawaii. The Honolulu-Asia Study” JAMA, 1996.
CAPITULO 4
4.1. Sintomatología

Es erróneo sostener en estos momentos el diagnóstico de


la E.A, por exclusión de otras enfermedades degenerativas.

La E.A. se manifiesta diversamente en cada persona.


Depende en gran medida de características personales preexistentes, de las
condiciones físicas y estilo de vida del afectado.

L a sintomatología es múltiple por el tipo de afectación que


produce en el SNC y los síntomas se comprenden mejor si se distinguen por
fases de la enfermedad: inicial, intermedia y terminal.22

En la Fase inicial: los síntomas suelen ser mal


diagnosticados por familiares, como expresiones del proceso mismo de
envejecimiento. Por esto es que se hace muy difícil precisar el momento exacto
de inicio de la enfermedad.

La primera fase identifica características fundamentales


pero todavía inespecíficas como el inicio insidioso, el progresar de los
síntomas, como las fallas o defectos notorios de la memoria.

En esta fase, la persona puede mostrar:

1) pérdida significativa de la memoria reciente;


2) dificultades en el lenguaje;
3) desorientación temporal;
4) dificultad para la toma de decisiones;
5) pérdida de iniciativa y motivación;
6) signos de depresión y agresividad;
7) pérdida de interés por actividades que le agradaba realizar.

En la Fase intermedia: con el progreso de la enfermedad,


los síntomas se hacen más evidentes.

La segunda fase, se orienta a indagar los rasgos clínicos


actuales o pasados durante los inicios, para poder determinar con la mayor
seguridad rasgos clínicos que son incompatibles con la E.A. de inicio precoz,
como parkinsonismo espontáneo, caídas, inestabilidad en la marcha, síndrome
cerebeloso, alucinaciones visuales, depresión mayor, o alteraciones
importantes en la conducta. La persona puede:

1) olvidar los nombres de personas y de eventos recientes;

22
Minervini, M.; Pinto, K.; De Bari, I.; Larissa, G.; Parisi, P. y Venaziani, B.: “La riabilitazione cognitivo-
comportamentale nel paziente con Malattia di Alzheimer” Istituti Ospedalieri “Opera Don Uva” , Bisceglie.
2005
2) no está en condiciones de vivir sola;
3) se vuelve extremadamente dependiente;
4) no puede cocinar y le resulta difícil reconocer los lugares de su casa;
5) necesita ayuda para la higiene y el vestido y todo otro tipo de actividades
que realizaba sola;
6) desarrolla mayores dificultades para el lenguaje y la comunicación;
7) puede perderse ya sea en su casa como fuera de ella;
8) puede presentar alteraciones de la conducta y alucinaciones.

En la Fase terminal: Esta Fase se caracteriza por la total


dependencia del enfermo, se agudiza la pérdida de la memoria, está en total
inactividad y se hacen evidentes los signos del deterioro físico.

Las fases terminales, requieren de estudios clínicos: con la


finalidad de conocer la condición clínica general del paciente y en especial si
hay compromiso vascular, y la exploración neurológica, en relación a la
existencia o descarte de bradipsiquia, fluctuaciones o alteraciones cognitivas,
parálisis de la mirada vertical, movimientos coreicos, incontinencia urinaria y
fecal.

En esta fase la persona puede:

1) tener dificultad para alimentarse;


2) no poder reconocerse a si mismo ni a parientes, amigos, objetos de uso
cotidiano;
3) tener dificultad para entender y comprender;
4) es incapaz de reconocer su propia habitación;
5) tener dificultad para caminar;
6) se vuelve incontinente;
7) mostrar conducta social inadecuada;
8) tener que permanecer en cama o sentado en una silla de ruedas.

Las diferentes Fases muestran síntomas cognitivos y, no


cognitivos o neuropsiquiátricos y conductuales, que producen en la persona
una afectación funcional global, que si bien son independientes de la
etiopatogenia, sin embargo, definen el cuadro sintomático de la enfermedad.

4.2. Síntomas Cognitivos

Son los causantes principales de la incapacidad funcional y


constituyen la base de la demencia, aparecen precozmente y se observan en el
deterioro de habilidades que la persona tenía para realizar actividades
habituales y cotidianas. 23

23
Agüera Ortiz, L.F.: “Demencia. Una aproximación práctica” Masson. 1999. Madrid.
4.2.1. Memoria

La alteración de la memoria se denomina amnesia. Es uno


de los síntomas más característicos de la E.A. y aparece como el primer motivo
de consulta profesional.

El paciente olvida dónde dejó las llaves, para qué se


levantó de su silla, deja el fuego prendido o pone sal en lugar de azúcar.

El deterioro de la memoria es gradual hasta producir una


amnesia global y profunda en los estadios más avanzados.

Tiene una progresión cronológica en su afectación y suele


presentarse como dificultad para evocar situaciones recientes, lo que es
observado tanto por el paciente como por sus familiares. Aparece otra
dificultad que es la de aprender o incorporar información nueva, mientras esto
no sucede cuando se trata de dar información pasada o remota.

Hay una progresión cronológica, donde la memoria


episódica es la primera que aparece afectada, pero todavía otras formas
permanecen preservadas y esto tiene relación con la alteración anatómica
inicial del hipocampo y la corteza entorrinal.

Continúa la secuencia cronológica, la memoria semántica


lo que revela que el proceso degenerativo está en la región temporal externa.
Los datos de la memoria a corto plazo desaparecen dificultando su
almacenamiento y evocación con la consecuente alteración de la memoria
secundaria.24

La memoria remota también se afecta y es mucho más


difícil la evocación de hechos recientes.

Las formas que pueden persistir hasta estadios avanzados


de la enfermedad, son la memoria procedural y el aprendizaje motor para
actividades sencillas.

25 2627
4.2.2. Lenguaje

La alteración del lenguaje se denomina afasia.

24
Nebes, R.D.:”Alzheimer’s disease: Cognitive neuropschological aspects” Mc Graw-Hill, 1997. New York
25
Agüera Ortiz, L.F.: “Demencia. Una aproximación práctica” Masson. 1999. Madrid.

26
Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.
27
Kertesz, A.; Mohs, R.C. : Cognition. En: Gauthier, S.: “Clinical diagnosis and management of
Alzheimer’s disease.”Dunitz Eds. 1996. London.
Cuando aparece este trastorno, hay evidencia de daño
cortical, adquiriendo diferentes formas según la magnitud que éste haya
alcanzado.

Están afectadas las capacidades para la comprensión y


para la expresión. En los primeros momentos se da la anomia, donde el
paciente no puede nombrar objetos que le resultan absolutamente conocidos,
no logra hallar las palabras adecuadas y se expresa por circunloquios, lo que
hace vacío su discurso.

En las evaluaciones del lenguaje, se pone de manifiesto la


dificultad para organizar un listado de palabras espontáneamente según una
categoría , siendo más fácil cuando se le da una consigna donde se le solicita
formar una lista por ejemplo de flores.

La lectura en voz baja suele perderse en fases iniciales,


pero la capacidad para leer palabras en voz alta palabras aisladas suele
preservarse en estadios intermedios, lo que colabora al momento de la
evaluación de la E.A.

En el lenguaje escrito, la comprensión va decayendo


paralelamente al empobrecimiento de la escritura hasta la agrafía y la
incapacidad para leer.28

A medida que transcurre el tiempo, la anomia es cada vez


más generalizada y el lenguaje se va empobreciendo y dados los pocos
elementos del lenguaje, el discurso vacío se hace cada vez menos
comprensible, confunden las terminaciones de palabras o puede decir una
palabra por otra.

Aparecen parafrasias porque no puede controlar su


fluencia verbal debido a las pocas palabras que maneja. Al principio las
parafrasias son verbales pero a medida que evoluciona la enfermedad, se
vuelven parafrasias literales es decir, que tiene cada vez menos relación con la
palabra que necesita reemplazar, y aparecen los neologismos. El diálogo con
el paciente se ve muy dificultado por la escasez de palabras, las intrusiones por
términos inadecuados o fuera del contexto del diálogo.

En estadios más avanzados y graves de la enfermedad, el


lenguaje se intoxica por repeticiones involuntarias, ecolalias, o repetición de la
sílaba final que su interlocutor dijo, logoclonía.

La capacidad para la lectura y la escritura, se pierden


antes que el lenguaje oral.

En los cuadros terminales por lo general se expresa por


medio de sonidos que repite constantemente hasta llegar al mutismo como
expresión del deterioro final del lenguaje.

28
Op. Cit p.p. 241-242
En la E.A., el deterioro de la función del lenguaje tiene un
patrón cronológico predecible, en el que se afectan progresivamente los
aspectos semántico y pragmáticos no tanto los sintácticos y fonológicos que
parecen permanecer preservados por más tiempo.

29 30
4.2.3 Praxias y gnosias

El trastorno de las praxias se denomina apraxia. Se


caracteriza por no poder realizar movimientos coordinados y de motricidad fina.
Se considera que la función motora está intacta por lo que hay ausencia de
parálisis y tiene comprensión del movimiento que debe realizar.

En el cuadro de la E.A., se puede presentar la apraxia


ideatoria, en la que la persona no puede simbolizar adecuadamente la sucesión
de movimientos para una determinada acción y la apraxia motríz, en la que no
pude realizar un movimiento solicitado pero que sí hace en forma espontánea.

Los síntomas apráxicos son bien identificables en la fase


intermedia de la enfermedad aún cuando estén ya en los inicios.

Hacia el final de la enfermedad se presentan trastornos a


nivel deglutorio y la casi total acinesia.

El trastorno de las gnosias se denomina agnosia. Es la


dificultad para obtener información a través de los órganos de los sentidos,
considerando que estos órganos perceptivos están también intactos.

El paciente presenta dificultad para reconocer un objeto


pero puede sin embargo describir sus características. No logra la síntesis para
relacionarlas con el objeto.

Este trastorno agnósico hace que el paciente no reconozca


partes de su cuerpo, confunde su lateralidad y su ubicación en el espacio.

La agnosia visual produce lo que llamamos el signo del


espejo, donde el paciente no puede reconocer su rostro al mirarse en el espejo.
Esto suele provocar serios episodios de desajuste conductual, frente a falsos
reconocimientos.

Lenguaje, práxias y gnosias, son funciones cognitivas


instrumentales de gran importancia para el diagnóstico de la E.A.

29
Op. Cit p.p 4-5
30
Cummings, J. L. y Benson, D. F.: “Cortical dementias: Alzheimer’s Disease and other cortical
degenerations. En Dementia: A clinical approach. Cummings, J. L. y Benson, D. F. Eds. Heinemann-
Butterworth. 2º Ed. 1992. Boston
31
4.2.4 Habilidades visuoespaciales

Las capacidades visuoespaciales suelen afectarse desde


los inicios de la enfermedad.

En los estudios de Baltimore, se administraron test de


memoria visual, con los que presuponía que se podría predecir el comienzo de
la E.A., muchos años antes de la aparición de sus síntomas.

Apenas se presenta, la dificultad visuoespacial preocupa a


los familiares porque lo advierten estando en la propia casa o cuando salen a
lugares conocidos con anterioridad por la persona. Esto genera temor y
preocupación cuando el paciente pasa por estados de agitación y vagabundeo,
quienes temen que se pierdan por su incapacidad para el reconocimiento visual
y espacial.

32
4.2.5 Otras alteraciones cognitivas

La progresiva degeneración cortical puede producir otro


tipo de alteraciones:

Atención: su trastorno se denomina aprosexia. La atención,


es fundamental para el procesamiento de la información y del adecuado
proceso cognitivo.

Cálculo: su trastorno se denomina acalculia. Se presenta


durante la segunda fase, y se la atribuye a las dificultades visuoespaciales o a
una acalculia primaria. Se manifiesta por la dificultad para realizar cálculos
mentales sin el apoyo escrito. Se observa en la dificultad que presentan para
manejar el dinero. Con la progresión de la enfermedad, también pierde la
capacidad para realizar los cálculos escritos.

Capacidades ejecutivas: se manifiesta por la manifiesta


desorganización para la planificación y secuenciación de sus acciones, lo que
está relacionado con el deterioro del lóbulo frontal y sus conexiones.

Los pacientes repiten una y otra vez algún segmento de la


acción que estaba realizando sin poder llegar a concluirla satisfactoriamente.

Pensamiento, juicio y abstracción: la afectación general


que produce la evolución de la E.A., produce también el empobrecimiento del
juicio, del pensamiento y de la abstracción. Pierde el razonamiento lógico y el
pensamiento abstracto. El paciente puede realizar actos inadecuados o fuera
de contexto y se altera frente a situaciones o lugares desconocidos, porque
tiene muy disminuida su capacidad para nuevos aprendizajes y nuevas
adaptaciones.

31
Op. Cit p.p. 242-243
32
Op. Cit. P.4
Se le hace cada vez más difícil la resolución de problemas
de la vida diaria.

En estadios terminales no se pueden reconocer las


funciones superiores de su intelecto.

33 34 35
4.3 Síntomas psiquiátricos y conductuales

Son múltiples y característicos de los estadios avanzados


de la enfermedad.

En etapas iniciales estos aspectos están menos


comprometidos en relación con la afectación cognitiva por lo que el paciente
puede seguir realizando actividades cotidianas a pesar que presenta trastorno
amnésico, apráxico, afásico y del pensamiento abstracto.

Los síntomas cognitivos permiten definir el diagnóstico


clínico y los psiquiátricos y conductuales, el momento y la gravedad de la
enfermedad.

Estos síntomas constituyen la primera causa de stress de


los cuidadores y el motivo por el cuál se produce la institucionalización del
paciente.

4.3.1 Trastorno de la personalidad

Las primeras manifestaciones son cambios de humor y en


el carácter, indiferencia, desinterés y apatía.

Son los familiares quienes advierten que está más


introvertido cada día, que no realiza las actividades que le resultaban
placenteras, dejó de practicar deporte, dejó su hobbie. Presenta además otras
características personales como disforia reactiva, ansiedad, abulia y
comportamiento pasivo.

Se vuelve menos expresivo, más obstinado, irritable, y


demuestra menos su afectividad. Está más demandante de alguien que lo
acompañe continuamente.

33
Op. Cit p.p. 5-11
34
Op. Cit p.p. 244-249
35
Gonzalez Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica?. Tratamiento y Rehabilitación” Cap. 2- Masson
Doyma de Argentina, 2003.
4.3.2 Delirio

El Delirio es un trastorno del pensamiento producido por


una percepción distorsionada de la realidad, que el paciente sostiene como real
aún cuando se le presenta evidencia de lo contrario.

Aparece a partir de estadios intermedios y afecta entre el


20% y el 70% de los casos, por esto es considerado como una de las
manifestaciones psiquiátricas más frecuente.

Si se diera una aparición temprana de delirio, es posible


que se esté en presencia de una E.A de evolución rápida. Las formas más
frecuentes son falsas ideas de robo, de que hay extraños en la casa, de que
ha sido abandonado, que su cónyuge es un intruso.

Estos delirios paranoides se explican como un intento


adaptativo frente al progreso de la enfermedad.

El robo puede ser una forma de no reconocer que no


recuerda dónde dejó lo que dice se le ha robado. Aquí cabe diferenciar Delirio
de Confabulación. La confabulación es una historia falsa que se usa como
recurso para rellenar los huecos que tiene la memoria en quién padece de
trastorno amnésico.

4.3.3 Alucinaciones

Son falsas percepciones sin objeto. Aparecen en estadios


tardío de la enfermedad.

Son predominantemente visuales pero pueden aparecer


relacionadas con otras vías sensoriales.

La presencia de alucinaciones descarta siempre la


posibilidad de enfermedad concomitante o consumo de medicamentos o de
sustancias tóxicas. No obstante conviene realizar al paciente estudios auditivos
y visuales.

4.3.4 Depresión y Manía

El deterioro cognitivo triplica el riesgo de padecer


depresión.

Se da con mayor frecuencia durante los primeros estadios,


es un tipo menor de depresión y va disminuyendo con el curso de la
enfermedad.
Se produce un fenómeno mixto: hay que considerar la
reacción psicológica de una persona a la que se le va disminuyendo su
capacidad mental, cuando aún es conciente de su déficit y por otra parte, la
enfermedad que evoluciona produciendo un déficit de neurotransmisión y con
pérdida neuronal, que facilita la aparición de la depresión.

El paciente con depresión se muestra triste, con


pensamientos negativos o disfóricos, conformando así el cuadro característico
de una depresión menor.

En un porcentaje menor, entre el 5% y el 15% de los


casos, pueden manifestarse por el contrario, estados maníacos con euforia,
excitabilidad, verborragia, taquipsiquia y aumento considerable del estado de
ánimo.

4.3.5 Ansiedad y Reacciones Catastróficas

La ansiedad se manifiesta en la exagerada preocupación


por la inminencia de eventos, lo que suele acompañarse por fenómenos
depresivos.

Las reacciones catastróficas son cambios súbitos de la


conducta, desproporcionados con respecto al estímulo que las originó. Se
produce en circunstancias desconocidas o frustrantes para el paciente.

4.3.6 Vagabundeo y deambulación

Se manifiesta una tendencia a caminar continuamente


durante el día y en algunos casos también durante la noche. Esta conducta
genera un gran stress en los cuidadores.

4.3.7 Trastorno del sueño-vigilia

Muchos pacientes presentan insomnio porque se invierte


su ritmo nictameral, por lo que suelen tener somnolencia durante el día.

Pueden presentar también otro tipo de trastorno


relacionado como dificultad para conciliar el sueño, sueño interrumpido con
dificultad para volver a dormir. Para este tipo de trastorno hay que tener en
cuenta que el anciano necesita fisiológicamente menor cantidad de horas de
sueño.
4.3.8 Trastornos del comportamiento

Se consignan a continuación otros cuadros sintomáticos


prejudiciales para el enfermo y para familiares y cuidadores.

Aparecen en estadios tardíos del curso de la enfermedad.

Son: Inquietud y agitación psicomotora: presenta excesiva


necesidad de movimiento, no puede estar quieto por mucho tiempo. Pliega y
arruga sus ropas y sábanas, mueve sus dedos sin finalidad aparente. Esta
alteración motora, puede estar asociada con ansiedad o ser manifestación de
dolor o enfermedad que no puede expresar.

Agresividad verbal: se manifiesta con gritos, llanto,


insultos y hostilidad y puede ser también agresividad física. En este caso es de
poca intensidad. Se da más en los varones y aparece con la evolución de la
enfermedad.

Comportamientos repetitivos: saca y pone una y otra


vez objetos en cajones, armarios y demás muebles, esconde y/o acumula
comida en lugares inadecuados, sigue a la persona que lo cuida a todas partes
generando el consecuente malestar.

En estadios avanzados, repite gritos o lamentos. En


este caso hay que poner atención para confirmar o descartar algún otro
síntoma que no puede expresar.

Comportamiento sexual: es menos frecuente y no


reviste amenaza para el entorno.

Puede observar actividades masturbatorias, privadas


o públicas, apetencia sexual aumentada e indiscriminada, falta de pudor. En
general se manifiesta la apatía sexual.

4.3.9 Hábitos alimentarios

Se produce una pérdida en relación a la


discriminación de los alimentos. Puede comer compulsivamente o ingerir
grandes cantidades de alimentos si no se lo controla. Pueden querer comer
siempre el mismo alimento. También se presentan síntomas anoréxicos o
negativa a la alimentación.

4.3.10 Incontinencia esfinteriana

Se da en estadios avanzados de la enfermedad.


Primero es urinaria y después fecal.

Cabe aclarar a los cuidadores y familiares, que este


hábito puede ser controlado por tiempo prolongado cuando se asiste
adecuadamente al paciente.
CAPITULO 5
36 37 38 39 40
5.1. Diagnóstico diferencial en la E.A.

El estudio neuropatológico de la E.A. revela una atrofia


cerebral y progresiva que se considera originada en una alteración
multisistémica del SNC. La forma clínica en que se presenta es el trastorno
neuropsicológico desde su inicio hasta la muerte.

36
Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.

37
Gonzalez Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica?. Tratamiento y Rehabilitación” Cap. 2- Masson
Doyma de Argentina, 2003.
38
Agüera Ortiz, L.F.: “Demencia. Una aproximación práctica” Masson. 1999. Madrid
39
Weiner, M.E. Y Lipton, A.M.: “Las demencias: investigación, diagnóstico y tratamiento” Masson Doyma
de Argentina, 2005.
Esta neurodegeneración afecta predominantemente a la
corteza cerebral, en el córtex entorrinal y parahipocampal, presentándose
después con el curso de la enfermedad en el cortex frontal, temporal, parietal y
occipital. Hay que considerar también la atrofia del cuerpo calloso por su
importancia en las conexiones cótico-corticales. El hipocampo se atrofia y se
reducen los núcleos amigdalinos. También se produce la reducción de
sustancia blanca de los hemisferios cerebrales.

El cerebelo y el tronco encefálico, permanecen más


preservados hasta estadios avanzados de la enfermedad.

Es necesario establecer el diagnóstico diferencial cuando


comienzan los primeros síntomas, para poder determinar si son manifestación
de una demencia o un deterioro propio de una persona adulta mayor o anciana,
o si es producto de una lesión cerebral o de perturbaciones emocionales. La
evaluación cognitiva permitirá determinar si el paciente padece o no demencia.
Si fuera la manifestación de la E.A., se podría establecer el momento de inico
aproximado y el curso de la enfermedad y además, descartar la existencia de
enfermedades concomitantes que pudieran adecuar o modificar la terapéutica.

La E.A. se describe tradicionalmente por el curso de su


evolución en fases, estadios, etapas, mediante los cuales se puede observar
cómo progresa la enfermedad dado el grado de desorientación
témporoespacial , ataraxias constructivas, afasias , agnosias.

El diagnóstico neuropsicológico tiene un enfoque


integrador en función de las características sintomatológicas propias de la E.A.

Los datos con los que se conforma el diagnóstico proviene


de: la Historia Clínica, la exploración física y neurológica, la exploración
neuropsicológica, estudios de laboratorio de base y específicos, de
neuroimagen y de pruebas complementarias.

5.1.1. La Historia Clínica

El recurso más utilizado es la anamnesis. Se administra al


paciente con sus familiares debido a la información que se requiere y que éste
no está en condiciones de proporcionar en su totalidad, debido a las fallas en
su memoria. También debe realizarse la entrevista a solas con el paciente para
apreciar otros aspectos sintomáticos que pudieran no haberse manifestado en
la entrevista anterior. La entrevista a los familiares en ausencia del paciente se
utiliza para conocer cuál puede ser el límite de compromiso de sus funciones
cognitivas y conductuales, sin que éste se sienta preocupado, dolido o
incómodo, sobre todo en las fases iniciales de la enfermedad donde todavía
comprenden la situación. No hay que olvidar recabar información acerca de
posibles componentes psiquiátricos. La entrevista familiar está orientada a
conocer información que proviene de la observación del paciente en su
contexto familiar, que de otro modo no podrían incorporarse a una exhaustiva
anamnesis.

En líneas generales la anamnesis debe proporcionar la


siguiente información:

 momento aproximado de aparición de los primeros síntomas;


 cuál ha sido hasta el momento el progreso;
 cuál es el carácter de los mismos en relación a progreso , fluctuaciones
o empeoramiento;
 cuáles son los síntomas cognitivos que presenta en el momento de la
anamnesis y cómo repercuten en la vida diaria;
 qué actividades conserva y cuáles ha perdido;
 si presenta otros síntomas psiquiátricos como: delirio, alucinaciones,
ansiedad, insomnio, estados depresivos;
 si presenta signos neurológicos como: parkinsonismo, alteración de la
marcha o de la postura, caídas frecuentes, convulsiones.
 si se observan cambios en su personalidad, si existen antecedentes de
demencia familiar, historia personal de trastorno psiquiátrico, consumo
de medicamentos o de sustancias tóxicas.

5.1.2. La exploración física y neurológica

La exploración física es obligatoria. Se determina por los


datos obtenidos durante la anamnesis y requiere de ser completada por una
evaluación neurológica para encontrar o descartar signos focales,
extrapiramidales y de encefalitis.
41 4243
5.1.3. La exploración neuropsicológica

El tratamiento de la demencia implica un diagnóstico


resultante de la evaluación clínica del paciente, y de una exhaustiva evaluación
neuropsicológica.

La exploración neuropsicológica: se realiza para obtener


datos funcionales y reconocer si existen déficit y el grado de afectación de las
FCS.

La organización de la exploración neuropsicológica,


depende de los síntomas observados y de los criterios de los profesionales
actuantes. En todos los casos están estandarizados, son accesibles y de rápida
administración.
41
Agüera Ortiz, L.F.: “Demencia. Una aproximación práctica” Masson. 1999. Madrid.
42
Gonzalez Mas, R.: “Enfermedad de Alzheimer. Clínica?. Tratamiento y Rehabilitación” Cap. 2- Masson
Doyma de Argentina, 2003.

43
Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.
La batería de test y escalas que se utilizan, cuantifican las
funciones cognoscitivas para determinar la severidad de la afectación.

La exploración debe realizarse teniendo en cuenta los


datos de la anamnesis y los criterios internacionales, como hemos visto
anteriormente DSM IV y DSM IV-TR, CIE – 10, NINCDS-ADRDA y en algunos
países también el de la SEN – Sociedad Española de Neurología.

Siempre es conveniente informar al paciente y al cuidador,


en qué consiste la prueba, aún cuando parezca obvio, o demasiado claro, para
expresarle, los beneficios que puede brindar para ayudarlo.

El personal encargado de esta evaluación debe estar lo


suficientemente entrenado y ser muy prolijo, de gran tacto y cuidadoso durante
la administración de las pruebas, para favorecer la apertura del paciente a la
evaluación y para advertir cuando el paciente muestra signos de cansancio.

Los síntomas cognitivos que generalmente se evalúan son


los siguientes:

 orientación personal y témporo-espacial;


 memoria: reciente y a largo plazo;
 pensamiento abstracto;
 lenguaje

 praxias;
 gonsias: visuales-táctiles y corporales.

Los test estructurados más utilizados son:

 MMSE- Evaluación del Estado Mental Mínimo de Folstein:

El MMSE, es un test cognitivo abreviado de validez y


mayor difusión internacional. Se valora hasta 30 como puntaje final, siendo el
de quiebre los 24 puntos. Los resultados deben ser interpretados teniendo en
cuenta variables personales como la edad y el nivel de educación alcanzado.
El puntaje máximo se considera en 26 puntos.

Explora memoria, atención, orientación, capacidad para


resolver consignas orales y escritas, escritura espontánea y habilidad
visuoconstructiva.

La característica de esta prueba es la rápida


administración y evaluación del deterioro cognitivo sobre todo en pacientes
demenciados, los que generalmente presentan tendencia al cansancio y al
quite de colaboración.
 ADL-Actividades de la Vida Diaria:

La escala ADL, es de utilidad para medir el deterioro


cognitivo del paciente y observa cómo se ve reflejado en el desarrollo de sus
actividades de la vida diaria.

Explora y cuantifica las siguientes funciones: cambios en la


ejecución de actividades de la vida diaria, cambios en los hábitos, en la
personalidad y en la conducta. Los puntajes superiores a 4, determinan la
presencia de deterioro cognitivo.

 IADL-Actividades Instrumentales de la Vida Diaria:

Mide la capacidad del anciano para el desempeño de


actividades instrumentales de la vida diaria, cuál es la capacidad funcional y
el estado mental del adulto mayor con enfermedades crónicas.

Es una escala heteroadministrada, es decir, para el


personal que está en contacto directo con el paciente y para el paciente.

Se conforma de 18 ítems que evalúan 8 tipo de actividades


de la vida diaria, 3 de habilidades sensoriales, 3 de capacidades mentales, 1
de dieta, 1 de continencia, 1 de medicación y 1 de tiempo de permanencia en
la cama.

El puntaje final es la suma de los parciales y oscila entre 0


y 8 , donde 0 es total dependencia y 8 máxima independencia.

Los resultados IADL, completan los ADL.

 GDS-Escala de Deterioro Global -Riesberg:

Permite conocer el grado de severidad de la demencia.


Establece 7 estadios: 1= Normalidad; 2= Deterioro muy leve; 3= Deterioro
leve; 4= Deterioro moderado; 5= Deterioro moderadamente severo; 6=
Deterioro severo; 7= Deterioro muy severo.

Esta escala es de gran utilidad para el seguimiento


evolutivo del paciente. Puede conducir a errores si se utiliza como criterio
rígido porque la aparición de los síntomas puede ser variable durante el
transcurso del desarrollo de la enfermedad.

 GDS-Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage:


Es un cuestionario autoadministrado con 30 reactivos para
evaluar depresión geriátrica.

Es muy usado para detectar demencias leves o moderadas


y evalúa los aspectos cognitivo-conductuales de la depresión del anciano.

Es una escala de tipo dicotómica, es decir, se responde SI


– NO, y se enmarca temporalmente en la semana anterior. Cada ítem se
valora con 0 o 1. Las respuestas afirmativas son para evaluar trastorno
afectivo y las negativas indican normalidad.

El puntaje final se logra por la suma del puntaje de todos


los ítems. La versión original tiene 30 y la abreviada, 15.

Para la versión original=30 ítems, la puntuación es:

0-9= No depresión; 10-19= Depresión moderada; 20-30= Depresión severa.

Para la abreviada=15 ítems:

0-5= No depresión; 6-9= Probable depresión; 10-15= Depresión establecida.

 CDR-Clinical Dementia Rating de Hughes

Valora seis modalidades evolutivas de tipo cognitivo:


memoria, orientación, razonamiento, actividades sociolaborales , actividades
recreativas y cuidado personal.

Las puntuaciones son: CDR 0= Normalidad; CDR 0,5=


Demencia cuestionable; CDR 1= Demencia leve; CDR 2= Demencia
moderada; CDR 3= Demencia severa. Se pueden agregar dos estadios más:
CDR 4= Demencia profunda (permanece en silla de ruedas) y CDR 5=
Demencia terminal (permanece en cama)44

 TEST DEL RELOJ, de Goodglass

Se administra para evaluar praxias constructivas y


habilidades visuoconstructivas.

Es muy adecuado para detectar el deterioro global que se


produce en la persona con E.A. porque implica la evaluación de otras
funciones cognitivas como atención, lenguaje, conocimiento numérico y
ejecución motora.

Puede administrarse por copia o a la orden.


44
Alberca, R. y López-Pousa,S.: “Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias” Editorial Médica
Panamericana, 1999. España.
Por copia se muestra al paciente una figura de un reloj con
números arábigos del 1 al 12 y las manecillas por lo general marcan las 11 y
10’. Se solicita al paciente que dibuje una réplica lo más exacta posible del
reloj, teniendo el soporte visual del otro reloj, en la misma hoja.

A la orden, se le pide que dibuje un reloj grande y redondo


y que le coloque todos los números, las manecillas y que la hora se las 11 y
10’. Es la forma de administración más usada.

La puntuación total es de 9 puntos. El número 12 arriba= 3


puntos; si están las dos agujas= 2 puntos; si hay en total 12 números= 2
puntos; y si las manecillas indican la hora correcta= 2 puntos. Total 9 puntos.

 ADAS- Alzheimer’s disease assessment scale:

Es un instrumento confiable, breve y capaz de medir


puntualmente los síntomas mayores de la E.A.

Evalúa el rendimiento y consta de 21 ítems divididos en


dos subescalas: 11 ítems para el ADAS-Cog. Y 10 ítems para el ADAS-No
cog.

Actualmente se usa más el ADAS-Cog, porque existen


muchas pruebas que profundizan aspectos No cognitivos de la E.A.

El ADAS-Cog. Está conformado por ítems para:

Funciones cognitivas = 3 ítems = 27 puntos; Orientación = 1 ítem = 8 puntos;


Lenguaje = 5 ítems = 25 puntos; Praxias = 2 ítems = 10 puntos.

El rango del puntaje varía entre: 0 puntos = sin deterioro y


70 puntos = demencia severa. Generalmente sujetos sanos se han
desempeñado con puntajes entre 0 y 10.

 HAMILTON- Escala de depresión:

Se administra para evaluar la severidad de la depresión


psiquiátrica y para la investigación psico-farmacológica.

Evalúa los aspectos somáticos y comportamentales de la


depresión.

Es una entrevista semiestructurada y está compuesta por


21 ítems y 1 ítem final para especificar otros síntomas.
 NPI- Inventario Neuropsiquiátrico de Cummings45

Es un instrumento para la evaluación clínica de la


sintomatología neuropsiquiátrica de pacientes demenciados.

Está constituida por una entrevista estructurada que


responde el cuidador principal y evalúa síntomas neuropsiquiátricos y
conductuales del paciente.

Mide la presencia, el grado y la frecuencia de 12 aspectos


patológicos de la conducta: 1-delirio; 2-alucinaciones; 3-agitación/agresión; 4-
desinhibición; 5-irritabilidad/labilidad; 6-depresión/disforia; 7-ansiedad; 8-
exaltación/euforia; 9-apatía/indiferencia; 10-conducta motora anómala; 11-
alteraciones del sueño; 12-trastornos del apetito. La escala va de 0 a 144
puntos.

Para la frecuencia: el puntaje se reúne en 4 categorías. 1 =


ocasionalmente, menos de 1 vez por semana; 2 = a menudo, una vez por
semana; 3 = frecuentemente, varias veces por semana; 4 = muy
frecuentemente, una o más veces al día.

Para la gravedad: el puntaje se reúne en 3 categorías: 1 =


leve; 2 = moderada; 3 = grave.

Esta escala mide también el distress, alteración de la


conducta por el grado de afectación del cuidador.

Para el distress la puntuación es de 0 a 5 puntos: 0 = sin


afectación; 1 = afectación mínima; 2 = leve afectación; 3 = moderada; 4 =
grave y 5 = muy grave.

 FIM o Medida de la Independencia Funcional

Está compuesto por 18 ítems que mide: ámbitos


funcionales del cuidado de la persona, del control esfinteriano, de la
movilidad, de la marcha, de la capacidad comunicativa y de la relación con
los otros.

Cada ítem comprende un puntaje variable entre 1=


necesidad de total asistencia y 7= completa autosuficiencia.

45
Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra. Vol 10-Nº1- Marzo 2002- Navarra –España
5.1.4 Las pruebas de laboratorio

Generalmente es necesario solicitar un estudio de


laboratorio para descartar la posibilidad de una sintomatología originada por
alguna demencia reversible. Las determinaciones básicas y las específicas
son:

Determinaciones básicas Determinaciones específicas


Hemograma completo Vitamina B12 : si existe Anemia-macrocitosis-
déficit neurológicos
Velocidad de sedimentación Serología de lúes: sospecha de contacto
antiguo en el paciente o cónyuge
Sodio-potasio-calcio Acido fólico: si existe anemia
Glucemia Análisis de orina
Urea-creatinina-enzimas hepáticas Pruebas de HIV
Hormonas tiroideas
5.1.5. Pruebas de neuroimagen

Permiten evaluar la anatomía del cerebro por regiones y la


actividad de las neuronas en una persona viva.

Esta técnica se usa para el diagnóstico diferencial de las


demencias y para poder distinguir aquellas potencialmente tratables de las
degenerativas como la E.A.

Permite ver la progresión de la enfermedad, y se ha


comprobado que la puede detectar antes de que aparezcan los primeros
síntomas, por lo tanto permite la implementación de estrategias terapéuticas
preventivas para ralentizar el progreso de la enfermedad.

Valorar por medio de neuroimagen, en los últimos años, se


ha vuelto muy beneficioso para la evaluación y tratamiento de las demencias.

Desde lo macroscópico, los métodos de neuroimagen


estructural y funcional se utilizan para la detección de las demencias, entre
otras patologías. Estos son: Tomografía Computada-TC; Resonancia
Magnética-RM; Tomografía por emisión de positrones-PET; Tomografía
computada por emisión de fotón único-SPECT; Resonancia Magnética
Funcional-RMf; Espectroscopia por Resonancia Magnética-ERM.

5.1.5.1 Neuroimagen estructural


Cerebro izquierdo: normal; Cerebro derecho: con E.A., ampliación de surcos y adelgazamiento de
circunvoluciones.Fotografía de la Revista de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría. Volumen 15-Nº3.

Tomografía Computada-TC

Proporciona la visualización de anomalías anatómicas


craneales y en el cerebro, por medio de imágenes con densidad de los tejidos
por refracción de rayos X.

Permite determinar anomalías y cambios en la estructura


cerebral.

Resonancia Magnética-RM

Es una técnica de imagen estructural con alta resolución y


permite la visualización con alto grado de contraste, de la anatomía del cerebro
y de los diferentes tejidos.

La RM, presenta ventajas sobre la TC. Permite cuantificar


el tamaño y la forma de las estructuras cerebrales y las modificaciones que se
producen, porque provee imágenes volumétricas para distinguir la anatomía
cerebral con alta resolución para la determinación de la región afectada.

Las imágenes estructurales en la RM, pueden ser


ponderadas en T1, con lo que se puede visualizar la anatomía cerebral y la
sustancia gris, aparece gris y la sustancia blanca y el líquido cefalorraquídeo-
LCR , aparecen negros. Las ponderadas T2, se utilizan para detectar la
presencia de cualquier otra patología cerebral.
Imágenes obtenidas por RM de sujeto control anciano sano (CS) y de un
paciente de E.A.(EA). La flecha marca el lóbulo temporal medial con evidente
atrofia en zonas vecinas al hipocampo y sistema amigdalino. 46

5.1.5.2 Neuroimagen funcional

Tomografía por emisión de positrones- PET

Proporciona información de los procesos fisiológicos y


químicos en el tejido cerebral y es de gran utilidad en la valoración de las
demencias.

Los radiotrazadores que emiten positrones construyen


imágenes de la actividad funcional del cerebro.

Los beneficios para el diagnóstico de la demencia están


dados por los patrones de metabolismo y perfusión cerebral observados en
diferentes enfermedades neurodegenerativas.

La E.A. se caracteriza por una reducción en el


metabolismo y en el flujo sanguíneo en regiones parietotemporales y en otras
regiones de asociación como el córtex de asociación frontal y occipital.

La PET, tiene la importancia de caracterizar el patrón


disfuncional cerebral en casos atípicos de demencia, como por ejemplo en la
E.A. con componente visual se ha comprobado hipometabolismo occipital.
Además, ayuda en el seguimiento de la progresión de la E.A. y puede
demostrar el grado de severidad que comporta.

46
Weiner, M.E. Y Lipton, A.M.: “Las demencias: investigación, diagnóstico y tratamiento” Masson Doyma
de Argentina, 2005.
Ejemplo de PET, con hipometabolismo en relación a un paciente control sano-
CS; con pacientes con E.A y E.A + variante visual; paciente con demencia
frontotemporal –DFT; y paciente con afasia progresiva primaria- APP47

PET, con paciente control sano- CS y paciente de E.A., en los tres grados de deterioro: E.A.-leve; E.A.-moderada y
E.A.-severa.48

47
Op. Cit – p. 115
48
Op. Cit p. 116
Tomografía computada por emisión de fotón único- SPECT

Proporciona información sobre los procesos fisiológicos y


químicos cerebrales. Es de gran importancia en la evaluación clínica de
disfunción cognitiva.

Tiene la capacidad para la detección de reducciones


regionales en la perfusión cortical que colabora en la valoración de
enfermedades neurodegenerativas.

Posee menor resolución que la PET, y mayor dificultad


para identificar estructuras cerebrales profundas, peor al igual que la PET,
proporciona información para el diagnóstico clínico de la demencia.

Resonancia magnética funcional-RMf

Es una técnica que data de aproximadamente diez años y


que proporciona información del volumen y perfusión regional en estado de
reposo o durante actividad cognitiva o conductual que se hubiere propuesto
para el momento del estudio. Puede demostrar también el sustrato
neurofisiológico de las alteraciones cognitiva de la E.A.

Espectroscopia por resonancia magnética-ERM

Proporciona información sobre la química cerebral y


complementada con otras técnicas de neuroimagen, puede mejorar el
diagnóstico diferencial precoz, el seguimiento de las demencias y la progresión
de la E.A. a largo plazo.

Si bien los marcadores genéticos, de neuroimagen y


biológicos no están definitivamente determinados, en la medida de poder
ofrecer terapéuticas más eficaces, estos servirán para obtener resultados
diagnósticos cada vez mejores y más positivos sobre todo en estadios iniciales
o preclínicos de la enfermedad.
CAPITULO 6
49
6.1. Neuropatología

En el examen microscópico, aparecen degeneraciones


neurofibrilares, placas seniles, angiopatía amiloide, degeneración
granuvacuolar, cuerpos de Hurano, pérdida neuronal, pérdida dendrítica y
sináptica y alteraciones de la sustancia blanca.

Degeneraciones neurofibrilares: se producen por un


acúmulo de fibrillas en el citoplasma celular.

Está relacionada a depósitos insolubles de la proteína β-


Amiloide.

En circunstancias normales, la proteína precursora β-


Amiloide inmunopositiva, se divide en α-secretasa y en segundo término en γ-
secretasa, formando un péptido soluble que el organismo elimina fácilmente.

En el caso de la E.A., la β-Amiloide, de escinde en forma


anómala, primero en β-secretasa y después en γ-secretasa. Se forma un
péptido β-Amiloide insoluble generando un proceso inflamatorio y tóxico que
lesiona las neuronas.

Estos depósitos producen neurofibrillas en forma de ovillos


neurofibrilares o tangles, que son acumulaciones fibrosas en citoplasma
neuronal. Se hacen visibles por técnica de tinción de hematoxilina y eosina en
las grandes neuronas piramidales del hipocampo, del cortex entorrinal y de los
núcleos del tronco, parahipocampal.

En los procesos de tinción se han encontrado proteínas


fosforiladas donde la mayor cantidad es de proteína tau. Son insolubles y de
difícil degradación y están constituidas por la acción tóxica de la β-Amiloide por
el error al escindirse generando el péptido insoluble que mencionáramos en
párrafo anterior.

49
Martínez Lage, J.M. y Pascual Millán, L.F.: “Alzheimer 2003. ¿qué hay de nuevo? p.p. 93 a 194. Aula
Médica Ediciones, 2003. Madrid.
En condiciones normales, la proteína tau conforma el
armazón de la neurona. Con la fosforilación de tau, el armazón se modifica y
cambia de forma. Como la forma determina la sinapsis, su alteración produce la
pérdida de las conexiones sinápticas neuronales.

Cuando la proteína se auto-agrega, forma los ovillos


neurofibrilares.

50
6.1.2. Ovillos neurofibrilares

6.1.3. Placas Seniles

Están constituidas por una zona central de amiloide y están


rodeadas por neuritas distróficas, que son inmunorreactivas con anticuerpos a
las proteínas altamente fosforiladas como la tau.

La placas tienen otros componentes como son los


depósitos amiloides, que se observan por tinción y son un material homogéneo
con fibrillas entrelazadas en el espacio extracelular.

En la E.A., este depósito amiloide se encuentra antes que


aparezcan las neuritas distróficas.

50
Jiménez, M.; Carro, C. y cols.: “Enfermedad de Alzheimer. Aproximación a la fisiopatogenia y
presetación de un caso clínico de inicio temprano con la mutación E280A” Revista de la Asoc.
Colombiana de Gerontología y Psiquiatría- Vol. 15-Nº3-2001
Las placas seniles se encuentran en mayor cantidad en
regiones cerebrales relacionadas con la memoria , en el hipocampo, y con las
funciones cognitivas superiores, como el pensamiento, en la corteza cerebral.

Placas seniles51

Imagen de la densidad regional de placas seniles y ovillos neurofibrilares52

51
Op. Cit
52
Martínez Lage, J.M. y Pascual Millán, L.F.: “Alzheimer 2003. ¿qué hay de nuevo? Aula Médica
Ediciones, 2003. Madrid. P. 145
6.1.4. Angiopatía amiloide o Congófila

Se produce cuando el depósito amiloide se adhiere a las


paredes de las arterias. Las venas son menos afectadas.

Se puede encontrar depósito amiloide en el espacio


perivascular y en el neurópilo que se encuentra alrededor de los vasos,
originanado placas difusa y placas seniles perivasculares.

Depósitos amiloides

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