Quimica Beda Peña Semana 3

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ASIGNATURA: NIVELACIÓN QUÍMICA BÁSICA

EJERCICIO: SEMANA III


NOMBRE DEL PROFESOR: Osmar Bogado
NOMBRE DEL ESTUDIANTE: Beda Paulina Peña Alarcón

Realiza un resumen acerca de la importancia de las fuerzas intermoleculares


en las propiedades de líquidos y sólidos, con lectura previa y atenta del texto
en la sección de química en acción, págs. 469-475 del libro de Química-Chang,
sito en la bibliografía básica. También podrás hacer una lectura párrafo a
párrafo, tomando nota de lo más importante. Te recomiendo el uso de un
diccionario cuando encuentres palabras de significado desconocido.

Haz una segunda lectura detenida del texto, subrayando lo importante. Escribe
un resumen breve, incluyendo sólo las ideas fundamentales, los datos técnicos
más sobresalientes y algunos ejemplos propios que refuercen los conceptos
más relevantes. Debes evitar hacer resúmenes demasiado extensos. Una vez
finalizado el resumen, sube el documento al espacio habilitado en la plataforma
virtual.

En los líquidos, las fuerzas de atracción intermoleculares son lo bastante


fuertes como para mantener juntas las moléculas. Por ello, los líquidos son
mucho más densos y mucho menos compresibles que los gases. A diferencia
de los gases, los líquidos tienen un volumen definido, independiente del
tamaño y la forma de su recipiente. Sin embargo, las fuerzas de atracción en
los líquidos no tienen la intensidad suficiente para evitar que las moléculas se
muevan unas respecto a otras. Por ello, los líquidos pueden vertirse, y asumen
la forma de su recipiente.

En los sólidos, las fuerzas de atracción intermoleculares son lo bastante


intensas no sólo para mantener muy juntas las moléculas, sino para fijarlas
prácticamente en su sitio.

Los sólidos, al igual que los líquidos, no son muy compresibles, porque las
moléculas no tienen mucho espacio libre entre ellas. Es común que las
moléculas ocupen posiciones en un patrón altamente regular. Los sólidos que
poseen estructuras muy ordenadas se clasifican como cristalinos. (La transición
de un líquido a un sólido cristalino se parece un poco al cambio que ocurre en
un campo de desfiles Militares cuando se llama a las tropas para que se
formen.) Dado que las partículas de un sólido no están en libertad de tener
movimientos de largo alcance, los sólidos son rígidos. No obstante, hay que
tener presente que las unidades que forman el sólido, sean iones o moléculas,
poseen energía térmica y vibran en su posición. Esta energía de vibración
aumenta de amplitud cuando el sólido se calienta. De hecho, la energía podría
aumentar hasta el punto en que el sólido se derrite o se sublima.
Las partículas que componen la sustancia pueden ser átomos individuales,
como en el Ar; moléculas, como en el H2O; o iones, como en el NaCl. El
estado de una sustancia depende en gran medida del balance entre las
energías cinéticas de las partículas y las energías de atracción entre partículas.
Las energías cinéticas, que dependen de la temperatura, tienden a mantener a
las partículas separadas y en movimiento. Las atracciones entre partículas
tienden a juntar las partículas. Las sustancias que son gases a temperatura
ambiente tienen atracciones entre partículas más débiles que aquellas que son
líquidos; las sustancias que son líquidos tienen atracciones más débiles que
aquellas que son sólidos. En vista de que las partículas de un sólido o líquido
están muy juntas en comparación con las de un gas, a veces llamamos a los
sólidos y líquidos fases condensadas.

Podemos hacer que una sustancia pase de un estado a otro mediante


calentamiento o enfriamiento, lo que altera la energía cinética media de las
partículas. Por ejemplo, el NaCl, que es sólido a temperatura ambiente, se
funde a 801ºC y ebulle a 1413ºC a una presión de 1 atm. Por otro lado, el N2O,
que es un gas a temperatura ambiente, se licua a 88.5ºC y se solidifica a
90.8ºC a una presión de 1 atm.

Si aumentamos la presión sobre una sustancia, obligamos a las moléculas a


juntarse, lo que a su vez da pie a un aumento en la intensidad de las fuerzas
intermoleculares.

El propano (C3H8) es un gas a temperatura ambiente y 1 atm de presión,


mientras que el propano licuado (LP) es un líquido a temperatura ambiente
porque se almacena a una presión mucho mayor.

Fuerzas intermoleculares

Las intensidades de las fuerzas intermoleculares de diferentes sustancias


varían dentro de un intervalo amplio, pero generalmente son mucho más
débiles que los enlaces iónicos o covalentes. Por tanto, se requiere menos
energía para evaporar un líquido o fundir un sólido que para romper enlaces
covalentes en las moléculas. Por ejemplo, sólo se requiere 16 kJ/mol para
vencer las atracciones intermoleculares entre las moléculas de HCl en el HCl
líquido y vaporizarlo. En contraste, la energía necesaria para romper el enlace
covalente y disociar el HCl en átomos de H y Cl es de 431 kJ/mol. Así, cuando
una sustancia molecular como el HCl cambia de sólido a líquido a gas, las
moléculas permanecen intactas.

Muchas propiedades de los líquidos, incluido su punto de ebullición, reflejan la


intensidad de las fuerzas intermoleculares. Por ejemplo, dado lo débil de las
fuerzas entre las moléculas de HCl, el HCl ebulle a una temperatura muy baja,
85°C, a presión atmosférica. Un líquido ebulle cuando se forman burbujas de
su vapor dentro del líquido. Las moléculas de un líquido deben vencer sus
fuerzas de atracción para separarse y formar un vapor. Cuanto más intensas
son las fuerzas de atracción, más alta es la temperatura a la que el líquido
ebulle. Asimismo, el punto de fusión de un sólido aumenta al incrementarse la
intensidad de las fuerzas intermoleculares.

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