Materia
Materia
Materia
presentación 3
programa 5
contenido módulos
mapa conceptual 6
macroobjetivos 7
agenda 7
material 8
material básico
material complementario
glosario 9
módulos *
m1 | 12
m2 | 20
m3 | 36
m4 | 44
m5 | 51
* cada módulo contiene:
microobjetivos
contenidos
mapa conceptual
material
actividades
glosario
evaluación 72
En esta materia esperamos que usted pueda lograr a lo largo de la cursada, una
visión general de la Radio como medio de comunicación masivo que converge
en cierta medida con otros medios para continuar su existencia, y la vez cómo
este medio fue mutando a lo largo de la historia.
La idea general es que puedan diseñar, explorar y realizar contenidos radiales
experimentando y utilizando todas las herramientas y recursos de este lenguaje.
Para lograr estos objetivos, es importante conocer los contenidos del programa
y saber que cada módulo es una instancia importante y necesaria, es decir un
eslabón clave para la cadena de sentido de esta materia.
El material de estudio es el que se encuentra cargado en plataforma, pero siem-
pre es importante recurrir a otras fuentes sugeridas como las que están cargadas
en miubp.
En cuanto a las actividades, se han diseñado de acuerdo a que el alumno pueda
avanzar en el conocimiento a través de ellas para lograr al final del cursado un
gran proyecto que fue realizando en etapas. Por ello, la evaluación integradora
se nutre de cada una de las actividades, y su resolución finaliza con la resolución
de las actividades.
La Historia de la Radio con sus hitos más importantes, el Lenguaje Radiofónico,
La Tecnología y las Múltiples Plataformas son los conceptos más significativos
que abordaremos en este viaje que ahora mismo emprendemos.
¡Adelante!
Producción Radiofónica
Radio
se apoya en cuya
en la NORMAS
Procesos
ejecutados
según
Roles y
Equipos
CONVERGENCIA
para la en la
B - Radios I - Radios
a g e n da
SEMANAS MÓDULOS
1 2 3 4 5
1
2
3
4
5
6
7
Primera
parte de la
8
Evaluación
Integradora
9
10
11
12
13
14
Segunda
y tercera
15 parte de la
Evaluación
Integradora
m a te rial
Material obligatorio:
Material complementario:
g l osario
m1
m1 microobjetivos
m1 contenidos
Antecedentes y evolución
Luego, ante el foro, Bruto y Marco Antonio cruzan argumentos para persuadir a
su audiencia.
Desarrollan y enuncian estrategias discursivas, recursos retóricos, estructuras
lógicas. En todos los casos, estas acciones parten del presupuesto inicial de la
presencia física, cercana, del público.
m1 material
Material básico
Material complementario
m1 actividades
m1 | actividad 1
La historia de la Radio
1-El objetivo de esta primera actividad es que pueda experimentar y re-crear con
sonidos y música la historia de la radio.
m1 glosario
m2
m2 microobjetivos
m2 contenidos
El lenguaje de la radio
“Esta transmisión en vivo, que tuvo lugar a las 8 PM, salía al aire al
mismo tiempo que un muy popular programa de la NBC conducido por
Edgar Bergen y es improbable que haya tenido más de 4% de audien-
cia. Muy pocas personas escucharon el anuncio incluido al inicio del
programa de que Mercury Theater estaba transmitiendo una versión de
la historia de Wells”.
“El programa comenzó mientras el locutor hacía la presentación de
alguna música de orquesta. Una segunda voz dijo después: Damas y
caballeros, interrumpimos nuestro programa de música de salón para
traerles un boletín especial. Veinte minutos antes de las ochos de esta
noche, hora del centro, el profesor Farrel, del observatorio de Mount
Jennings, Chicago, informó haber observado varias explosiones de
gas incandescente que ocurrían en intervalos regulares en el planeta
Marte”.
“La transmisión continuó con más música para bailar, y luego se leye-
ron más boletines acerca de un meteorito y con la alarmante noticia de
que cerca de Princeton, New Jersey, 1.500 personas habían muerto
cuando el meteorito cayó en su localidad. Después el locutor dijo que
no había sido un meteorito sino una nave espacial que transportaba
marcianos armados con rayos destructores. En Newark, más de 20
familias abandonaron precipitadamente sus viviendas, cubriendo sus
caras con pañuelos húmedos para protegerse”.
“Después de recibir una avalancha de llamadas de personas horroriza-
das, la CBS comenzó a repetir el anuncio de que el programa era sólo
ficción, pero el daño ya estaba hecho”.
Periodismo en radio
De modo que la especificidad del periodismo en radio es aquella que pone en
acto la enorme potencialidad comunicativa que la difusión de manera instantá-
nea de noticias presupone. Allí, en el soporte auditivo de la información y en la
instantaneidad que permite al momento de difundirlo es donde debe abrevar el
periodismo radial para descubrir las características de su propio desafío.
Pese al surgimiento de nuevas plataformas en las que la difusión de la primicia
disputa a los medios tradicionales la rapidez, a veces la precisión y no siempre
la credibilidad; el poder de la voz humana narrando la noticia en el momento
en que ocurre sigue siendo el mejor recurso de la radio haciendo ejercicio del
periodismo.
Se ha sostenido que ese lugar está amenazado hoy por la creciente adhesión a
redes sociales u otros sitios nativos de internet. Es cierto que en una variedad
de casos recientes las primicias se han conocido antes en Twitter (http://twitter.
com/twitter_es) o en Wikileaks (más información en http://es.wikipedia.org/wiki/
WikiLeaks) que en los medios tradicionales. No obstante, persiste en la per-
cepción de las audiencias un recurso a la legitimación de las informaciones allí
difundidas a través de su validación por los medios tradicionales.
Del mismo modo, las noticias que despuntan en las redes sociales refuerzan
su verosimilitud cuando son difundidas en las radios y en la televisión, adonde
parece residir un plus de credibilidad que para las audiencias garantiza el salto
del rumor a la versión y de la versión al hecho.
información complementaria 1
El lenguaje radiofónico
Armand Balsebre
¿Existe un lenguaje radiofónico? ¿Tiene la radio un lenguaje específico? Aunque resulte paradójico,
todavía hoy, una parte del pensamiento intelectual que trata el fenómeno de la comunicación de ma-
sas como un instrumento de reflexión sobre el proceso de construcción de la realidad que estructuran
los medios audiovisuales considera que " cine, sonorización ... en el sentido de que no disponen de
reglas, de un código articulado, no son, estrictamente hablando, unas lenguas"1. Esta negación se
afirma en el vococentrismo de los lenguajes modernos, como si la importancia expresiva del cine, la
radio o la televisión únicamente residiera en su función de transmisores del lenguaje hablado,
ignorando que sí tienen reglas, sí disponen de códigos de expresión, y sus discursos sí estructuran
unos lenguajes. Como afirma Fuzellierz2, a propósito del lenguaje radiofónico, " e l
perfeccionamiento de la técnica no sería suficiente para hacer de él un verdadero lenguaje si no
hubiera realizado poco a poco un inventario de la naturaleza misma de los sonidos que transmite
(voz, ruidos y música), de su propio valor y del valor de su mezcla, de la funcionalidad de sus
relaciones y de la eficacia de su utilización. Se convirtió en un lenguaje auténtico al definir así
empíricamente su gramática y su sintaxis". Del inventario de las formas.
4
Comunicación y sistemas de comunicación, Lee Thayer, Barcelona, Península, 1975, pág. 60.
5
La comunicación y los mass media, Abraham Moles y Claude Zeltmann, Bilbao, Mensajero,
1975, pág. 146.
6
Estbétique et semiotique de cinéma, Iouri Lotman, París, Editions Sociales, 1977, pág. 10.
7
La comunicación y los mass media, cit., pág. 147
Esta descripción estructural del sistema semiótico radiofónico refleja claramente la complejidad
significativa del sistema expresivo que aglutina el lenguaje radiofónico. Con el objeto de
15
Les troubles du langage, Didier Porot, París, Presses Universitaires de France, 1978, pág. 12
19
La comunicación y los mass media, cit., pág. 275.
20
Estbétique et sémiotique du cinema, cit., pág. 34.
Material básico:
Material complementario:
m2 actividades
m2 | actividad 1
La entrevista
m2 glosario
m3
m3 microobjetivos
m3 contenidos
Más tarde (1887) Heinrich Hertz, uno de los investigadores que trabajaban en
el laboratorio politécnico de Karlsruhe (Alemania), probó la teoría de Maxwell
empíricamente. Hertz instaló un inductor en un extremo de una sala y un
resonador (equivalente a receptor) en el otro. Al poner en funcionamiento por
medio de una batería el inductor (transmisor) que tenía dos placas metálicas
oscilantes, en su resonador (receptor) – un aro con dos esferas metálicas- se
producían casi al mismo tiempo pequeñas chispas en la abertura del aro. Este
sencillo experimento comprobó la existencia de las ondas electromagnéticas,
llamadas desde entonces también ondas hertzianas.
Radios AM y FM
Si se comparan estos antecedentes con la telegrafía inventada por Morse, se
observará que el cambio que dio lugar a la radiodifusión fue la utilización de dos
ondas: una portadora que se encarga de fijar la frecuencia de transmisión y será
utilizada como transporte; y una moduladora cuyo objeto es alterar de una forma
determinada la onda portadora. El resultado final es la onda modulada que será
radiada.
En ese proceso, conocido como modulación, pueden modificarse dos paráme-
tros: la amplitud de la onda o su frecuencia. Según el parámetro que se modifi-
que resultará dos tipos de modulación: la de amplitud (AM) y de la de frecuencia
(FM).
Ya las primeras transmisiones por radio emitían las ondas hertzianas de varias
longitudes, todas ellas entre 10 y 10.000 metros. Así hablamos de ondas cortas
(entre los 10 y 75 m) de ondas medias (entre los 100 y 500 metros) y de ondas
largas (entre los 500 y 10.000).
Si las ondas electromagnéticas no fuesen capaces de reflejarse en los estratos
superiores de la atmósfera terrestre, la transmisión alcanzaría únicamente el
horizonte óptico. Dicho de otro modo, la onda no superaría los obstáculos del
terreno y la distancia que alcanzaría sería sustancialmente más breve. Pero
la reflexión en la ionósfera, produce que las ondas de radio se puedan emitir
alrededor de la tierra. He aquí una ventaja en el alcance, vinculada con la longitud
de la onda.
B-Radios; I-Radios
Genéricamente, estos modos de emisión son conocidos hoy como B-Radios
(Broadcasting radios o radios tradicionales) por oposición a una nueva categoría
que apareció con el advenimiento de internet: las I-Radios (radios de internet).
El criterio de clasificación está basado en el modo de concepción de los
contenidos. Las B-Radios están concebidas prioritariamente para transmitir
sus contenidos por aire, mediante el método tradicional de emisión de ondas
electromagnéticas. Esta característica condiciona desde el origen la situación de
escucha y por tanto la orientación de contenidos.
Aun cuando también son transmitidas en IP (protocolo de internet), las B-Radios
estructuran sus contenidos situándose primero en el oyente que recibe la emisión
por aire. Ejemplos de ellas son www.cadena3.com.ar o www.radiomitrecordoba.
com.ar.
Las I-Radios, en cambio, generan sus contenidos orientándose desde el origen
al oyente que recibe la emisión a través de la web, considerando su diferente
situación de escucha. Dentro de éstas, se pueden diferenciar a su vez dos
categorías:
Las Radios On-Line que son producidas exclusivamente para la web.a partir de
una segmentación de las preferencias de contenidos. Por ejemplo, en el sitio
www.cienradios.com se agrupan un conjunto de I-Radios en los que el playlist se
adapta a un perfil de contenido que sólo elegiría un segmento parcializado de la
audiencia global.
Las Radios On-Demand son aquellas en las que el usuario selecciona los
intérpretes que quiere incluir dentro de su playlist y el sistema arma una radio.
Todas estas tipologías que han surgido con internet, también admiten
combinaciones, aunque en cada sitio se torna preponderante una u otra
característica. En casi todos los casos, los contenidos no se pueden “bajar” a
los equipos, sino que se escuchan desde ellos. En ocasiones, se complementan
con los modelos de “tiendas digitales” en los que sí hay un proceso efectivo de
downloading, generalmente pago o no gratuito, al estilo de I-Tunes de Apple.
Marco normativo
Como puede inferirse de lo expuesto, la evolución de la radio ha sido la resultante
de un entorno de intercambios permanentes entre la innovación tecnológica; la
demanda de comunicación y la lógica de las formaciones sociales en las que no
ha sido menor el rol del mercado y/o del estado.
Una fotografia reducida de ese entorno se puede advertir a través del marco
normativo que regula la actividad de la radiodifusión en una determinada
formación social.
En el caso de la República Argentina, la Ley de medios 26.522 -expuesta desde
el año 2009- está por el momento suspendida. Por lo que es importante conocer
sobre la iniciativa Creative Commons que significa Comunes Creativos. Es una
organización que trata principalmente de que los autores puedan compartir sus
creaciones para el uso académico y cultural. Su lema es “Compartir, Colaborar,
Remezclar, Reutilizar”. En su sitio web https://creativecommons.org/ puede
consultarse y profundizar más. Es importante resaltar que con los derechos de
autor, y las normativas de cada país, CC puede atravesar estas barreras para
expandir la cultura.
m3 material
Material básico
Material complementario
m3 actividades
m3 | actividad 1
Parte A
Luego de la lectura del material de este módulo, lo invitamos a conocer, buscar,
investigar y relevar sobre las radios exclusivamente Online que existen en su
localidad, y en el país.
Parte B
Ahora deberá pensar una radio para diseñar en su localidad. Luego del releva-
miento, seguramente encontró algún nicho para dirigirse, alguna temática o idea
general que no esté siendo ofrecida.
a- Escriba su idea de Radio Online. Temática principal, estética, tipo de música,
b- Seleccione su audiencia e investigue todo sobre ella.
c- Genere una grilla de los posibles programas que contendrá esta radio.
d- Elija un programa de esa grilla para comenzar a producir para la Evaluación
integradora.
e- Envíe al docente la actividad y espere su devolución.
m3 glosario
m4 microobjetivos
m4 contenidos
Sin dudas se trata de una mesa poco común, ya que requiere de la mediación
tecnológica para llegar a la audiencia masiva. En consecuencia, habrá micrófonos,
auriculares, monitores, indicadores de puesta al aire, intercomunicadores; en
un entorno insonorizado para aislarlo de ruidos externos y preparado con las
condiciones acústicas que eviten resonancias inconvenientes. Para separar el
estudio de la sala de control se utiliza un ventanal de vidrio acondicionado de
igual manera.
Hay que tomarse el tiempo necesario en esta etapa para poder sentar las bases
del proyecto a seguir. No quiere decir que no vaya a cambiar, pero mientras más
sólida es la pre producción, más rápido y seguro avanzará el proyecto. Aquello
que no se piense, diagrame o planifique en esta etapa, vendrá seguramente
en contra más adelante. En cuanto al propósito es muy importante plantearse
previamente: ¿Para qué estoy realizando este proyecto? ¿Cuál es el objetivo
principal?
Cada una de las etapas será requisito fundamental para poder realizar la
Evaluación Integradora. Por lo que deberá contar con el apoyo del tutor
para que supervise cada una de ellas a fin de avanzar correctamente.
información complementaria 1
Audacity
m4 material
Material básico:
Material complementario:
m4 | actividad 1
La pauta radiofónica
m5
m5 microobjetivos
Para llevar adelante este tema, lo invitamos a leer el artículo del Dr.
Roberto Igarza “Internet en transición” IC 1 como texto articulador impar-
tido en la Maestría en Comunicación Digital Interactiva de la Universidad
Nacional de Rosario.
Para concluir con este módulo es importante señalar que el avance tecnológico
viene de la mano con cambios en los hábitos y costumbres de los oyentes. La
radio se reestructura constantemente, adaptándose así a los cambios que se
vienen.
información complementaria 1
1. Realizada entre 27.000 adultos de 26 países (Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile,
China, Corea del Sur, Costa Rica, Egipto, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Gha-
na, Gran Bretaña, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, Japón, Kenia, México, Nicaragua,
Nigeria, Pakistán, Panamá, Filipinas, Portugal, Rusia, Tailandia y Turquía). Las encuestas,
que según las ciudades fueron telefónicas o personales, fueron realizadas entre el 30 de
noviembre de 2009 y febrero de 2010 por GlobeScan para BBC World Services. Consulta-
da en http://news.bbc.co.uk/2/shared/bsp/hi/pdfs/08_03_10_BBC_internet_poll.pdf el 28 de
mayo de 2010.
147
una mitad considera que Internet es el lugar seguro para expresar sus opiniones, la otra
opina exactamente lo contrario. Democracia, acceso a Internet y libertad de expresión
individual no son términos intercambiables. Tampoco son intercambiables “acceso a
Internet” y “participación ciudadana”. Aun así, es evidente que la participación está
mas condicionada cuanto más limitadas son las formas de acceso a las redes y más
primitivas las regulaciones para proteger las libertades, en especial, la de expresión y
privacidad. Paradojalmente, algunos países reconocidos por sus prácticas de convi-
vencia democrática, expresan desconfianza hacia la red como espacio de expresión
personal. ¿Es menos paradojal que exista simultáneamente una amplia mayoría que
afirma que el uso de Internet le da mas libertad, y una, con desigualdades por países
y sin ser contundente, que opina que Internet no debería jamás estar regulada por
ningún nivel de gobierno?
Una vez más queda en evidencia la ambivalencia del factor tecnológico y la necesi-
dad de evitar las actitudes corrientes de quienes asumen la crítica fácil, o enceguecen
bajo el influjo de la admiración. Aun consideradas como un derecho, las prácticas so-
ciales alrededor de Internet requieren una reflexión más interpretativa y crítica porque,
en el fondo, son facilitadas por una solución técnica que, como tal, tiene como atributo
la ambivalencia. El desarrollo técnico no es ni bueno ni malo, pero tampoco neutro.
De manera compleja, está compuesto de elementos negativos y positivos. Estamos
inmersos en un universo ambiguo en el que cuanto más progreso, más la relación entre
lo bueno y lo malo es inextricable, más tensa es la situación y menos podemos esca-
par a sus efectos ambivalentes2. Cuando introducimos tecnología en los problemas de
origen cultural o social, la solución técnica puede provocar más problemas de los que
resuelve y los que provoca suelen ser de otro nivel de complejidad. Por otro lado, las
técnicas permiten prácticamente producir cualquier cosa y, como “producir es bueno
en sí mismo” y “la eficiencia de la técnica consiste en aumentar la producción”, el vo-
lumen de cosas inútiles aumenta incesantemente. Además, sujeto a la propia imper-
fección humana, todo progreso conlleva un cierto número de efectos imprevisibles y
el riesgo de que se produzcan resultados no deseados, como un sistema que excluye
personas incapaces de adaptarse a la velocidad de los cambios. Al final, no sabemos si
lo que hemos conseguido es de menor o de mayor valor que lo perdido o lo evitado3.
Frente al incremento del ritmo y complejidad de los fenómenos técnicos que se renue-
van, especializan y multiplican al mismo tiempo que aumentan su eficacia, el derecho
nos obliga a la responsabilidad, a aceptar no-hacer todo lo que somos capaces, lo que
supone buscar, sistemática y voluntariamente, el “no poder”, que bien entendido, no
significa aceptar la impotencia, el destino o la pasividad4. Que se vuelva un derecho
social es tal vez el mayor desafío que Internet tiene por delante. Que se vuelva un
2. Ellul, J. La technique ou l’enjeu du siècle. Col. Classiques de sciences sociales. Economica. París, 1990. p.395.
Otras obras principales del autor no mencionadas en este trabajo son: Ellul, J. The technological society. Trad. J.
Wilkinson. Vintage. New York, 1964. (originalmente publicado en 1954). Ellul, J. The technological system. Trad. J.
Neugroschel. Continuum. New York., 1980.
3. El ejemplo que Ellul utiliza tiende a mostrar que la mejora en la higiene producida durante el siglo XIX y su exten-
sión en el siglo XX, así como los avances en el campo de la medicina, si bien prolongan la vida de las personas, las
hace más frágiles, más precarias. Ellul, Jacques,t ob. cit. p.397.
4. “[…] cuando las operaciones técnicas viajen a la velocidad del nanosegundo, cuando las máquinas mejor con-
sumadas se hayan vuelto obsoletas en pocos años, la distancia, la reflexión y la crítica ya no serán posibles.” Ellul,
Jacques. Le bluff technologique. Hachette. Paris, 1987. p.179. Traducción del autor.
148
derecho de ciudadanía representa para las personas, las organizaciones y los gobier-
nos, el desafío de un nuevo consenso sobre las libertades, ante un fenómeno cuya
ambivalencia requiere responsabilidades compartidas.
5. Townsend, A. “Life in the Real-Time City: Mobile Telephones and Urban Metabolism.” Journal of Urban Techno-
logy. 2000 (7) 2:85-104.
6. Schmucler, Héctor y Terrero, Patricia. “Nuevas tecnologías y transformaciones del espacio urbano. Buenos Aires
1970-1990.” En Revista Telos, Nº32. Fundesco. Madrid, 1993. p. 27.
149
central que ocupaba desde los inicios de la Sociedad de la Información. Aún quedan
por descubrir todas sus implicancias en lo sociológico (entre otras cosas, en la noción
de seguridad urbana), lo cultural (por la facilidad de comunicar con códigos y formatos
diferentes) y lo económico (por inhabilitar las fronteras de lo público y de lo privado,
de lo profesional y lo personal). Pero desde ya que la portabilidad de los dispositivos
de recepción tiende a ser clave en la relación de las personas con el sistema cultural-
mediático a lo largo del día.
La exposición a los medios de comunicación y a la publicidad que sostiene el siste-
ma ya no queda reservada a ciertos horarios o determinados espacios. Los medios im-
presos, la radio y la TV están ahora disponibles durante toda la jornada. El ocio penetró
los horarios laborales, como las actividades productivas del hogar. La publicidad que
inunda Internet está inmersa en casi todas las prácticas de navegación en el ámbito
escolar y laboral. En el epicentro de las prácticas comunicativas de muchas personas,
la telecomunicación inalámbrica produce nuevas prácticas sociales, valores y mode-
los de organización7. La llegada de la TDT, aun en su versión unívoca, transformará la
oferta. Cuando llegue la bidireccional en la misma pantalla, la recepción se hará mas
interactivamente horizontal.
Si todo eso ocurre es porque las personas interpretan que compartir es más bene-
ficioso que estar aislado. Casi siempre, el grupo agrega valor. La colaboración es más
eficiente y solidaria en la toma de decisiones. Simultáneamente con el desarrollo de
esa cultura 2.0, los teléfonos móviles y las tabletas tienden a cumplir las tres funciones
que la mayoría de los usuarios exigía a una computadora: ocio, información, produc-
ción (laboral, estudio). Pero la cultura del compartir requiere algo más, una plataforma
ubicua para los contenidos y una red de conectividad. Esta forma de compartir recur-
sos en “la nube” (cloud computing) implica que ni las aplicaciones ni la información
residen en las computadoras personales, sino en algún lugar del ciberespacio, en los
servidores de uno o mas proveedores externos, a los cuales se accede a través de
Internet. El ancho de banda creciente para una mayoría de los usuarios agiganta la
idea de que es posible migrar masivamente usos y prácticas sociales de producción y
consumo hacia la red, haciendo que la experiencia del usuario se vuelva cada vez más
dependiente de la conectividad, de sus costos, servicios, disponibilidad, flexibilidad y
capacidad de proveer una ubicuidad adaptada a la era de la movilidad. El usuario no
solo desea que el contenido esté accesible simultáneamente en todas las pantallas
posibles (concepto tradicional de ubicuidad), sino que además busca usufructuar de
todo su tiempo sin repeticiones ni retrocesos. Cuando descienda del ómnibus, hará
clic para pausar el visionamiento o la lectura y eso producirá una marca en el archivo
almacenado en los servidores desde donde se hace el delivery digital del contenido.
Cuando lo retome desde otro dispositivo y en otro contexto, lo hará desde el punto en
el que dejó sin haber tenido que buscar nuevamente el capítulo y la escena. Llega una
nueva etapa para la ubicuidad mediática, que expande exponencialmente los tiempos
de exposición al sistema.
El fenómeno de la hiperconectividad evidencia dos aspectos relevantes de las prác-
ticas de consumo: comunicar es compartir y compartir es “estar en la nube”. Esto im-
plica nuevas formas de intercambio de bienes y servicios que no siguen las reglas de
7. Castells, M., et al. Comunicación móvil y sociedad. Una perspectiva global. Fundación Telefónica-Ariel. Madrid,
2006. p. 378.
150
N o existe una única forma de definir Cultura Digital. En contacto, a veces forza-
do, con otras expresiones conocidas y más consolidadas, se mueve sin amarras
8. Se vendieron hasta septiembre de 2010 cerca de 76 millones de consolas. El juego más vendido (Wii Sports)
distribuyó más de 30 millones de licencias pagas. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Wii.
9. Planning director/Youth strategist, DDB, Sydney.
151
taxonómicas, entre las acepciones que los autores, investigadores, legisladores, jueces,
activistas y actores comerciales determinan a cada ocasión de acuerdo con sus inte-
reses. En ese contexto, Cultura Digital representa mejor un escenario que un conteni-
do, un recorrido que un estadio, un movimiento que un estado de situación. Cultura
Digital involucra las múltiples formas en que se expresan y entremezclan las culturas
colectivas a través de distintos modos de producción, distribución y fruición en los
que la mediatización es de naturaleza digital. Es, simultáneamente, la cultura atrave-
sada por el paradigma digital y las tecnologías digitales intervenidas por las estéticas
y las narrativas de la cultura mediática tradicional. De ese entrecruzamiento emerge
un conjunto de nuevas estéticas, narrativas y tecnologías que caracterizan la cultura
contemporánea. A cada etapa corresponde una tríada, un pacto. La cultura digital es
la expresión sintética de un nuevo pacto que opera sobre la recepción exacerbando,
como ningún otro antes, la recepción activa. Los lugares de consagración artística,
plástica, literaria y audiovisual, se vuelven sin pudor espacios participados. Interveni-
dos por la tecnología, acaban siendo participados por el público. En alguna medida, los
objetos de arte se convierten en el argumento de una performance dentro de la cual
el ciudadano alterna entre la ausencia y el protagonismo.
A cada cultura le corresponde una combinación de expresiones culturales, proce-
sos técnicos y métodos de trabajo, y experiencias comunicativas. Si es difícil definir la
combinación que da significado a Cultura Digital, es porque el proceso de metamor-
fosis aún está en curso. Están cambiando los procesos técnicos de acuerdo con los
cambios en la cadena de valor de los bienes simbólicos y con la resignificación de los
actores sociales que participan. Las formas culturales están cambiando a partir de una
pérdida de significado de los contenidos, una desaprensión respecto de la creatividad
legitimada y los métodos tradicionales de producción, circulación y consumo de los
bienes culturales, una desafección por ciertos lenguajes y formas expresivas a favor de
hibridaciones más complejas, y una evasión lateral de las vías convencionales de acce-
der a esos objetos. También cambian las formas de relacionarse con otros, personas u
objetos, debido a que los entornos creados por los medios digitales suponen experien-
cias inmersivas propias de la virtualidad, la telepresencia y la artificialidad. Si bien la
cultura digital ha recreado las formas de experimentar y conocer desde hace al menos
dos décadas, es Internet la herramienta del cambio en el cambio. Reconstruimos nues-
tra cultura a medida que reconstruimos nuestras herramientas. Al coevolucionar con
la tecnología que desarrollamos, nos autodomesticamos, nos hacemos dependientes
y simbióticos con ella. Alterando la tecnología, al mismo tiempo nos alteramos a no-
sotros mismos10.
En una sociedad que aprende a pasos agigantados a no temer a la quiebra de pa-
radigmas, la cultura digital representa un cortocircuito antropológico que supone una
revisión de los fundamentos del concepto cultura en todas sus dimensiones, tanto
simbólica, como ciudadana y económica11. Lo que está en disputa es el sentido de ese
cambio que, si bien no comenzó ayer, se acelera como se acelera la globalización, y
tiende a copiar la intensidad y dirección de Internet.
10. Kelly, Kevin. Domesticated Cyborgs. Artículo inspirado en el libro What tecnology wants and what it means in
our life. Viking. 2010. Consultado en http://quietbabylon.com/2010/domesticated-cyborgs-kevin-kelly/ el 14 de junio
de 2011.
11. Gil, Gilberto. Conferencia del ministro en el aula magna. Universidade de São Paulo. Aula Magna. Traducción
del autor.
152
Cocreatividad y participación
En la Sociedad del Conocimiento, la capacidad de articular saberes de distintas
fuentes y naturalezas para obtener un nuevo objeto, producto o servicio, es tanto
o más apreciada que la producción de una idea original. Si se ha producido tanto
153
154
de la obra original. Insatisfechos con el final o la relación entre los personajes, el colec-
tivo de fans pone manos a la obra para bifurcarla. Por un lado, estas prácticas expresan
una disposición a la creatividad individual y colectiva externa a la autoría del original.
Por otro, una forma de libre expresión de sus usuarios que, con los medios a su alcance
para compartir su construcción receptiva, escapa a la orden de Silencio! Si el pasaje
de una recepción pasiva a una activa se limita a poder hacer clic en las publicidades
y elegir entre una diversidad de canales de consumo y de contenidos, la transición
se habrá quedado a mitad de camino. Si, por el contrario, lo que se busca es ofrecer
simultáneamente un mayor grado de libertad de consumo pero también de expresión,
es probable que cada vez sean más los lectores, televidentes y oyentes que hagan uso.
Las formas de producción de contenidos y vías de difusión que antes eran exclusivas
para pocos, son más asequibles para muchos más usuarios. Es una cantidad creciente
de personas las que pueden apropiarse de alguna de las variadas herramientas para in-
sertarse en la cadena de valor con una participación activa. Ahora, tienen la posibilidad
real y concreta de expresarse públicamente gracias a los nuevos medios y compartir la
reflexión antes circunscripta al circuito introspectivo de su pensamiento y a sus próxi-
mos. La Cultura 2.0 es la cultura de la extroversión. Implica procesos de recepción más
compartidos, colectivizados, menos pasivos y más creativos. Ante las facilidades que
ofrecen los medios sociales en Internet para la “creatividad participada” o cocreativi-
dad, las tradiciones autorales palidecen en el imaginario de los prosumidores. Algunos
actores sociales de la cadena de valor institucionalizada piensan que es el momento de
acercarse a esas formas de cocreatividad con menos prejuicios, de interesar en la posi-
bilidad de retroalimentar el proceso autoral y sondear el proceso de recepción activa.
Del otro lado, estimulados por los procesos judiciales, los “insurgentes” cabalgan en
sentido convergente para dar a sus plataformas viabilidad a largo plazo, abandonando
lo menos posible de su fórmula de éxito 2.0. Es tan evidente la relación de los medios
sociales con las nuevas formas de creatividad, como que nadie se atreve ya a menos-
preciar el apoyo popular que reciben por las vías de apropiación que promueven. Con
controles de naturaleza predigital, apagones y censuras, mandatos judiciales o leyes
apuradas, ¿desandarán los usuarios los caminos aprendidos?
La cultura digital es la cultura de la participación. La nueva tríada estética, narrati-
va y tecnológica opera a favor de una participación mayor de los ciudadanos, de un
proceso de recepción abierto y compartido. Más las instancias de participación pro-
mueven la intervención, la adhesión o el acortamiento de distancias, menos incidencia
tienen los prescriptores e intermediarios, más las tomas de posición de los ciudadanos
se hacen públicas y más se modifica el valor de la obra. Más se desacraliza su rol crea-
tivo, más el autor debe esforzarse en desplegar escenas imaginarias que interpelen el
lector para que active sus capacidades de intervenir usando las diversas vías de acceso
que le propone, y de deconstruir y reconstruir individuada y colectivamente la obra.
Uno de los argumentos que prevaleció durante años para desestimar lo que ocurría
afirmaba que la participación era tan ínfima que, si el fenómeno alcanzaba algún día
la popularidad, eso no sería pronto. Se fue consolidando la idea de que la mayoría de
los usuarios consultan u ojean y que quienes participan representan irrelevantes. La
fórmula empleada (1/9/90) indicaba que apenas 1% de la comunidad son activos, 9%
contribuyen y 90% solo siguen las actividades de otros. Lo que está ocurriendo es que
el dinamismo de los comportamientos sociales en la web, amplificado por los consu-
mos solapados de medios, como Twitter o Facebook con la tv, refutan los principios de
155
esa ley. Un reciente estudio de la BBC mostró que el cambio de paradigma se acelera.
Actualmente, más de tres de cada cuatro usuarios de Internet en Gran Bretaña partici-
pa y uno de cada seis lo hace intensivamente12. El proceso de acelera a medida que las
plataformas son más usadas desde los dispositivos móviles. ¿Qué consecuencias tiene
para los paradigmas de transición de la industria?
El valor de la obra es más tributaria de la participación ciudadana que en las culturas
anteriores, fruto de un desequilibrio creciente a favor de la acción y en detrimento de
la contemplación. La lectura y la comunicación en general se han vuelto atléticas. Son
parte del movimiento. Nada de lo que ocurre los inmoviliza. Nada los hace callar. En la
cultura digital, la participación social implica un ensanchamiento de la esfera pública
en disfavor de lo privado. Está cada vez más claro que derrochamos nuestra privaci-
dad. La principal fuente de información sobre los usuarios son los mismos usuarios13.
En otros términos, el deseo de privacidad es fuerte, pero la vanidad lo supera14. En la
misma medida que las inteligencias se vuelven más colectivas, retrocede la privacidad
del acto creativo y de la comunicación.
La participación adquiere más significación cuanto más admitimos el valor de su ca-
rácter inclusivo. La cultura digital se vuelve virtuosa cuanto más aumenta su capacidad
de incorporar y poner en contacto actores sociales con prácticas y comportamientos
diferentes, algunos emergentes del mundo digital (nerds, hackers, gamers, produsers,
entre otros), otros instrumentales intermediarios ligados a las industrias culturales del
siglo xx, otros aun, narradores y artistas de prácticas más tradicionales y populares15.
Lo que está en juego son las normas que regirán esa cohabitación.
12. Goodier, Holly. The participation choice. BBC-Future Media. 4 de mayo de 2012.
13. Declaraciones de Anil Dash, director de Expert Labs. Consultado en http://expertlabs.org/2010/02/in-support-
of-grand-challenges.html el 18 de abril de 2012.
14. Declaración de Nicholas Carr. Consultado en http://www.roughtype.com/archives/2011/09/facebooks_busin.
php el 26 de septiembre de 2011.
15. Ministerio de Cultura. Conceito de Cultura Digital. Brasilia. Consultado en http://culturadigital.br/o-programa/
conceito-de-cultura-digital/ el 10 de abril de 2011. Traducción del autor.
156
Existen varios indicios de que la situación está cambiando y que estamos ingresan-
do en otra etapa. Hemos visto, por ejemplo, cómo con la desagregación de la crisis
global en crisis locales, Internet y más precisamente los medios sociales, digitales y en
línea, todos de naturaleza global, abandonaron la marginalidad y fueron determinantes
en ciertos conflictos al convertirse en el único medio capaz de perforar los conos del
silencio autocrático. Internet es el componente vertebrador de una nueva mediocracia
de incidencia global. Desde una perspectiva política, se ensayan formas de gobernan-
za sobre lo que hasta ahora tuvo una autarquía casi plena. ¿Está mutando su estatuto
político?
Existen factores económicos y sociales que estimulan un recambio urgente hacia
las tecnologías, contenidos y servicios de la ubicuidad. Accesibles desde cualquier lu-
gar, contexto y dispositivo, las aplicaciones desplazan la web. Los formatos y géneros
tienden a alinearse automáticamente con los dispositivos a medida que el usuario se
traslada entre pantallas. Si todo va a la nube, no puede sino revitalizarse el debate en
torno de la neutralidad de la red estimulado por quienes gestionan la circulación de los
bits. El conflicto escala a nivel de una guerra de muchos. Mientras que el acceso univer-
sal a Internet es considerado casi un derecho social por una mayoría de la población,
empiezan a surgir entredichos sobre las prácticas sociales vinculadas con la red, ya sea
por el acceso gratuito a la información, el uso de plataformas sociales en el trabajo o
de dispositivos móviles en el aula. Se tensa la relación entre derechos, participación y
privacidad. ¿Está cambiando el estatuto social de Internet?
Si bien el término no es intercambiable con Cultura Digital, es evidente que no es-
taríamos hablando de ella si Internet no existiera. La tríada estética-narrativa-tecno-
lógica que caracteriza la etapa actual estimula la recepción activa, otorga preeminen-
cia a la “cocreatividad” e interpela los modelos de legitimación por su ineficacia para
enriquecerse con las nuevas formas de producción y distribución de conocimiento. A
todo intercambio “gratuito” corresponde una cesión de privacidad. A todo remixado,
una cesión o apropiación de derechos. Las controversias aumentan y los juicios se
decantan en sentencias interesadamente magnificadas. El factor joven, estigmatizado,
es cada vez más relevante entre los motores de la mutación. Creatividad, innovación
y hackeractivismo mantienen una relación difícil de descifrar. El código abierto es la
fuente inspiradora de innovaciones y nuevos negocios. La mayoría de los actores de la
economía tradicional de bienes simbólicos pugna en favor de una corrección, de que
Internet “modere” las prácticas. Las tensiones en el sistema cultural-mediático se han
hecho insostenibles. La cultura digital está profundamente intervenida por las formas
que Internet adopta para regular la relación entre los actores sociales. Es mucho más
tributaria de Internet de lo que lo fue la cultura predigital de los medios de la posgue-
rra. ¿Está cambiando el estatuto cultural de Internet?
En ese contexto, emergen múltiples interrogantes acerca de las disposiciones técni-
cas, jurídicas y políticas que se adoptarán sobre los hábitos culturales para los cuales
Internet es una condición casi obligada. En otros términos, la forma de regular la re-
lación entre los diferentes actores sociales en Internet tendrá implicancias en la con-
figuración de la Cultura Digital, en la diversidad de formas de producir e intercambiar
conocimiento. En Internet, los usuarios se han sentido libres, más cooperantes y co-
creativos que nunca antes. Nuestra libertad se ha vuelto deudora de Internet y vicever-
sa. Sin embargo, dominadas por una visión economicista, la diversidad y la pluralidad
157
de voces estaría hoy menos asegurada que ayer y, tal vez, más que mañana. Quien
aparece después de la segunda página en el buscador, no existe.
¿Está Internet en crisis? ¿Qué disposiciones pueden adoptarse para que su meta-
morfosis no resulte en una modificación inapropiada de las condiciones de libertad?
Así como ayer se inmiscuyó en los comportamientos sociales provocando una pro-
funda transformación, ¿la crisis global, social, económica y política, puede apurar una
transición no deseada hacia otra Internet? Admitir la ambivalencia que la caracterizó
siempre nos permite tomar conciencia de lo que es posible exigirle y de actuar de ma-
nera responsable reconociendo los riesgos, como el efecto devastador de la concen-
tración sobre la libertad, la pérdida de privacidad en las gratiferías, la significación de
una discriminación entre nodos y entre contenidos, y la presión de los gobiernos para
encontrar las llaves de paso. ¿Cuál es el estatuto deseable? Asistimos a una reconfigu-
ración del entramado tecnológico, social, cultural y económico sobre el que se fundó y
desarrolló. La Internet que conocemos puede no parecerse a la que vendrá. Si hay algo
urgente, es atizar un debate superador acerca de la mejor combinación posible entre
regulación y autorregulación, reconociendo lo que a cada una de ellas se le puede
exigir a favor de un ejercicio responsable de la libertad en la producción, distribución
y acceso al conocimiento.
158
Material básico
Los materiales de estudio se encuentran desarrollados en los Contenidos de
este módulo que incluye la siguiente lectura obligatoria:
• Igarza, R. Internet en transición: a la búsqueda de un nuevo estatuto para la
cultura digital. En la ruta digital. Cultura, convergencia tecnológica y acceso.
Material complementario
• HAUSMAN, Carl; MESSERE, Frank; O´DONNELL, Lewis; BENOIT, Philip:
Modern Radio Production: Production Programming & Performance. EE.UU.,
Cengage Learning, 2003.
m5 actividades
m5 | actividad 1
Introducción
La radio es un medio vivo. Está vivo cuando nos acompaña y también en ese
momento mágico a partir del cual nos comunicamos sólo por sonidos nos hacer
sentir cerca, informarnos y entretenernos.
La radio está viva, está presente, nos llama a escucharla, a prestarle un oído
atento y por sobre todo a llenarla de contenido para expresarnos, para contar,
para compartir.
Llegamos al final de este trayecto, con esta actividad del módulo 5 con la pre-
misa de dar vida a la radio, de sentirnos parte. Le propongo que pasemos a
la siguiente y última fase para la realización de un programa de radio, a partir
del cual poder aprovechar lo aprendido y lo experimentado en cada una de las
actividades anteriores. En la actividad del módulo anterior, trabajamos sobre la
pre producción de un programa radial produciendo la apertura, cierre, y cope-
tes, fundamentando su realización, definiendo la audiencia, su sentido. Ahora es
tiempo de ir más allá y extender nuestros objetivos en torno a un proyecto de
programa.
En este módulo vimos la importancia de la convergencia de los medios en la web
y la interacción de la audiencia como recurso básico para hoy subsistir como
medio. Le propongo que no deje de lado la interacción con la audiencia, genere
en su programa espacios para la interacción y para que su oyente participe acti-
vamente de la programación y los contenidos.
Aquí se recomienda retomar la actividad de preproducción propuesta en el
módulo anterior, en la cual armó todo su programa.
Envíe al docente para que realice todas las correcciones posibles. Aproveche
estas instancias para poder rehacer la actividad las veces que sea necesaria.
¡Mucha suerte!
m5 glosario