03 CONTRERAS INVESTIG - Mata
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El primero en llamar la atención que existía un sitio arqueológico en ese lugar fue el arqueólogo
E. Shook (1952), quien indicó que existían tres montículos. El más grande de ellos estaba parcialmente
saqueado. Se pudo recobrar parte de unos esqueletos, unas pequeñas cuentas de jadeíta y restos de
cerámica que fueron clasificados como del periodo Preclásico Medio. Se levantó un mapa que existe en
los archivos de la Institución Carnegie. La cerámica fue archivada bajo el lote E-4.
El primer hallazgo de evidencias arqueológicas en el fondo del lago de Amatitlán por medio del
buceo con los equipos Scuba se realizó en el lugar que se conoce como Mexicanos (Mata 1974) o
Lavaderos (Borhegyi 1958a, 1958b, 1959). Anteriormente, Marshall Saville había recuperado algunas
piezas de las orillas del lago y pobladores de la región extraían piezas de cerámica enredadas en sus
redes. Cuando se construyeron los malecones en la región conocida como El Morlón, hoy día Club de
Oficiales, al hacer las excavaciones para los cimientos se encontraron restos arqueológicos.
Al explorar el fondo del lago frente a lo que se conociera como Yatch Club, lo que es hoy día son
las instalaciones del Instituto de Recreación de los Trabajadores (IRTRA) de Amatitlán, se localizó una
extensa área en la cual se encontraban esparcidos especímenes arqueológicos. Este depósito se
encuentra frente al sitio arqueológico Contreras, como a 300 m de distancia (Figura 2).
El área en la cual se recuperaron objetos arqueológicos se extiende unos 200 m hacia ambos
lados de este punto de referencia. Principiando frente a la playa llamada El Salitre, lugar de lavadero de
ropa de los pobladores del área y de los de la aldea de Llano de Animas, se extiende hacia el este,
terminando en el lugar que la línea férrea se acerca más al lago. Este es el depósito subacuático más
extenso de todos los investigados, haciendo la salvedad de que no se encontró concentración de objetos
como en los otros lugares. Las piezas se encontraron entre 5 a 20 m de profundidad (Figura 2).
Este fondo se caracteriza por tener cornisas de una formación silicosa. En el tiempo de la
exploración el lago no estaba contaminado, ni estaba en vías de eutroficación, por lo que se podía
observar el fondo arenoso o de piedras. En varias localidades existían salideros de agua caliente a altas
temperaturas. Las piezas se encontraban semi-enterradas entre la arena teniendo que excavar la arena
para liberarlas. Otras aprisionadas en la formación silicosa antes mencionada no se podían extraer. La
mayoría de las piezas recuperadas consistieron en fragmentos de diferentes tamaños. Aunque si fue
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posible recuperar algunos ejemplares casi completos, estos eran escasos en comparación con los
recuperados de otros depósitos. El lago aparentemente sirvió para tirar las piezas que se fracturaban
con su uso o accidentalmente. Las que se encontraron casi enteras posiblemente cayeron
accidentalmente. En los otros depósitos subacuáticos los objetos se encontraban mucho más
concentrados en menores áreas y el hallazgo de piezas casi enteras era mayor (Figura 3).
Otra pieza también de piedra son dos fragmentos de hongos de piedra, uno representando la
parte superior de una pieza y el otro la parte inferior de base cuadrada (Figura 5). Según clasificación de
Borhegyi (1961), pertenece este estilo al periodo Preclásico. Según los estudios de Ohi y Torres (1994),
corresponden al Tipo F, con figura antropomorfa en bulto.
A continuación describiremos someramente algunas piezas de cerámica que como todas las que
se han sido rescatado del fondo de lago de Amatitlan tienen una coloración café obscura, aunque en
ciertas piezas se puede observar claramente que fueron decoradas con pintura. El la Figura 6 podemos
observar una vasija de cerámica pulida con asa vertedero sin puente y en el lado opuesto una cara de un
animal. Mide de alto 11 cm y de diámetro en su base 9 cm y 10 cm en la parte superior.
En la Figura 7 se aprecia una vasija pequeña de cerámica bien pulida con una altura de 10 cm,
con un diámetro de 7 cm en la base y 10 cm el medio que es la parte más ancha. La parte superior
representa un rostro humano estilo negroide cuya boca abierta es la boca de la vasija. Tiene decoración
de orejeras y una línea resaltada que va de una oreja a la otra en semi círculo delineando la frente y
siendo la parte más ancha de la vasija. La parte anterior de las orejas tiene insinuado un agujero. Las
dos cejas y una línea que sigue el contorno de la boca son resaltadas, la nariz bien definida con agujeros
nasales y alas de la nariz grandes. En medio de las dos cejas, en la punta de la nariz y a los lados de los
carrillos tiene unas eminencias circulares como aplicaciones. Los ojos tienen la pupila hecha por medio
de depresiones del tipo punzonado o de grano de café. El único material comparativo parecido, pero con
la diferencia de que es una vasija con asa vertedera sin puente, está reportada proveniente de El
Salvador.
En la Figura 8 se contempla una figura humana de cerámica bien pulida que mide de altura 10
cm y en su parte más ancha, que corresponde a la región de los hombros, 8 cm y de grosor 4 cm.
Aparentemente representa una figura de mujer desnuda pues tiene pechos descubiertos y pequeños. El
sexo poco definido, no tiene cuello y la cabeza descansa sobre el cuerpo directamente, la cara con
caracteres negroides con orejeras y la parte inferior perforada. La nariz ancha con agujeros nasales
amplios, la boca ligeramente abierta, los ojos forma de grano de café. Desde la parte anterior solo se ve
una ligera línea del cabello crespo o lo que puede ser un tocado. Los brazos a los lados, separados del
cuerpo y con las manos en la cintura, a la altura del ombligo que está bien definido. Por la parte de atrás
se aprecia un peinado especial de pelo crespo o un tocado. A la altura de la unión de la cabeza con el
tronco, un agujero en el centro de 2 cm de diámetro, donde se observa que la pieza es hueca. La
espalda es ligeramente cóncava y le faltan las piernas.
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En la Figura 9 se observa una vasija con reborde superior y su borde festoneado, tiene tres
soportes mamiformes pequeños y se pueden apreciar claramente los diseños característicos del estilo
Usulután. Mide 8 cm de alto por 13 cm de diámetro en su base y 20 cm en su parte superior. En la
Figura 73 de Shook y Kidder (1952), se puede apreciar una vasija casi igual a ésta.
Las figuras fueron elaboradas por el señor por Humberto Oliveros (QEPD) en 1962.
REFERENCIAS
Borhegyi, Stephan F. de
1958 Hallazgos Arqueológicos en Aguas de Amatitlan. Antropología e Historia de Guatemala 10
(1):13-16.
1959b Underwater Archaeology in the Maya Highlands. Scientific American 200 (3):100-113.
Shook, Edwin M.
1952 Lugares Arqueológicos del Altiplano Central de Guatemala. Antropología e Historia de
Guatemala 4 (2):3-40.
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Figura 1 Sitio Contreras (tomado de Borhegyi 1959a) y Figura 2 Sitio Contreras subacuático
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Figura 3 Sitios arqueológicos de Amatitlán
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Figura 4 Vaso de piedra y Figura 5 Fragmento superior de hongo
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Figura 6 Vasija con asa vertedera y Figura 7 Vasija con cara antropomorfa
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Figura 8 Figura de cerámica antropomorfa y Figura 9 Vasija con diseños Usulután
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Figura 10 Fragmentos de soportes de vasijas y Figura 11 Cuellos de vasijas
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Figura 12 Fragmentos de ollas grandes y
Figura 13 Figuras con soportes mamiformes y otro tipo de vasijas pequeñas con diseños y decoraciones
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Figuras 14 y 15 Fragmentos variados
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