El Libro Del Emprendedor: Luis Puchol

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LUIS PUCHOL

EL LIBRO
DEL EMPRENDEDOR
Cómo crear tu empresa
y convertirte en tu propio jefe
CUARTA EDICIÓN

Dibujos de Carlos Ongallo

DIAZ DE SANTOS
ÍNDICE

Introducción ..................................................................... 1
A propósito de los emprendedores .................................... 3
I. ¿Qué requisitos son necesarios para crear la propia em-
presa? ................................................................................ 9
II. El proceso de creación de una empresa, paso a paso ....... 33
III. Bueno, ¿y ahora qué? ....................................................... 87
IV. Diversas maneras de convertirte en empresario .............. 99
• Anexo: Ayudas económicas para emprendedores .............. 143
• Acerca del Autor .............................................................. 157

IX
Introducción

L
a mayor parte de libros dirigidos a emprendedores suelen ser
muy voluminosos e incluir extensos capítulos sobre financia-
ción de las empresas o sobre formas jurídicas que puede revestir
la sociedad que se forme, con el riesgo de que son libros para aquí y
para ahora y corren el riego de desactualizarse en meses, o incluso en
semanas.
Yo he optado por escribir un libro corto, que contiene la informa-
ción fundamental y que explica dónde localizar aquella otra suscep-
tible de cambiar con el tiempo. En realidad no tiene mucho sentido
redactar un largo capítulo sobre algo que se puede encontrar actuali-
zado en Internet. Así, en lugar de introducir un test para evaluar si se
reúnen o no los rasgos que conforman el perfil de emprendedor,
suministro varias direcciones en la Red en donde se aplican dichos
tests gratuitamente.
El libro tiene cuatro capítulos principales:
 ¿Qué requisitos son necesarios para crear la propia em-
presa?, en que se analizan los cinco requisitos fundamentales
para crear la propia empresa: una idea realista, ciertas cualida-
des específicas, un capital inicial, una disposición a trabajar
sin descanso en todo momento, especialmente en la dura etapa
inicial, una formación, al menos básica, en finanzas, contabili-
dad, marketing, ventas, recursos humanos, etc.
 La creación de una empresa paso a paso. La creación de una
empresa, por pequeña y básica que ésta sea, requiere un proce-
so largo y prolijo, que el capítulo comenta indicando lo que
hacer en cada una de las etapas.

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2 LUIS PUCHOL

 Bueno, ¿y ahora qué? Este capítulo se refiere a la puesta en


marcha de la empresa y a los peligros que hay que conjurar
para salir triunfante del empeño.
 Diversas maneras de convertirte en empresario, en que se des-
criben los caminos para llegar a ser tu propio jefe: el autoem-
pleo, las ventas, el freelance, la consultoría, ser profesor, com-
prar un empresa en funcionamiento, adquirir una franquicia, el
portfolio ocupacional, la empresa virtual... Cierran el capítulo
unas orientaciones de lo que todo emprendedor tiene que hacer
para conseguir el éxito en los negocios.
 Y además he incluido dos anexos, el primero sobre Financia-
ción, en que lejos de dar la información válida para hoy y
seguramente inválida para mañana, explico los principios fun-
damentales de la financiación de las empresas, e indico cómo
conseguir la información actualizada. El segundo anexo deno-
minado Para saber más contiene una relación de páginas web
relacionadas con la creación de la propia empresa.
Espero que este esfuerzo de simplificación, que también repercu-
te en hacer un libro asequible, incluso desde el punto de vista de su
precio, sea apreciado por sus destinatarios: los hombres y mujeres
jóvenes y no tan jóvenes que han decidido crear su propia empresa y
ser sus propios jefes.

Madrid, marzo de 2011


LUIS PUCHOL
A propósito de los emprendedores*

E
n inglés, la palabra entrepreneur, que en realidad es una pa-
labra de origen francés, significa lisa y llanamente empre-
sario.
En este sentido, entrepreneur es sinónimo de merchant, dealer,
business person, gambler, doer... (según el reputado Roget’s Thesau-
rus of English Words and Phrases). Sin embargo, en los últimos
años esta palabra ha ido adquiriendo una carga semántica especial,
que podríamos resumir en las siguientes características:
Un entrepreneur es una persona, hombre o mujer, que monta su
propio negocio, normalmente de pequeño tamaño, por alguna de las
razones que siguen:
 ser sus propios jefes;
 huir de la estructura empresarial, en la que se sienten prisione-
ros;
 poner en práctica sus ideas creativas;
 poder ser útiles a los demás;
 ponerse a prueba a sí mismos.
Algunos entrepreneurs eligen esta opción desde el principio, sin
haber trabajado antes en ningún otro sitio, otros llegan al entrepre-
neurship desde la empresa, frecuentemente desde la gran corpora-
ción. Unos optan por establecerse por propia voluntad, otros porque

*
Este capítulo, con el nombre de El Perfil de los emprendedores, obtuvo el honor de
ser seleccionado para figurar en el libro Creación de Empresas, los mejores textos, publica-
do por Ariel Empresa en 2003.

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perdieron su puesto de trabajo y es la única manera de conseguir una


ocupación y unos ingresos.
Las connotaciones actuales de la voz entrepreneur son las de
independencia, de libertad, de creatividad...
Como en castellano la palabra empresario no siempre significa
exactamente lo que acabamos de mencionar, se ha traducido entre-
preneur por emprendedor y cada vez que aludamos a la persona que
desea crear su propia empresa le llamaremos emprendedor.

EL PUNTO DE PARTIDA

Hace poco tiempo, en el curso de una conferencia que pronunciaba


yo ante un grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, interesados en trabajar
independientemente, formulé al grupo la siguiente pregunta colectiva:
¿Por qué razón quiere cada uno de vosotros ser su propio jefe?
He aquí la relación que conseguí:
 Porque no encuentro trabajo, y más vale trabajar por uno mis-
mo que estar desempleado.
EL LIBRO DEL EMPRENDEDOR 5

 Porque trabajando por cuenta ajena, aún teniendo un buen


empleo, todo lo que consigues es un sueldo, y yo quiero ganar
mucho dinero.
 Porque, aunque tengo un trabajo, no me gusta lo que hago.
 Porque estoy harto de aguantar a personas sin formación y
con autoridad.
 Porque me gusta mandar y dirigir a otros. Y creo que lo hago
bien.
 Porque tengo una buena idea en mente, y estoy deseando
ponerla en práctica y competir.
 Porque estoy dispuesto a trabajar intensamente de lunes a jue-
ves, pero necesito tener libres el viernes sábado y domingo
para regatear1.
 Porque me han prejubilado con cincuenta años, y aunque en
teoría no puedo realizar ningún trabajo remunerado, sí puedo
montarle un negocio a mis hijos y colaborar en él.
 Porque la empresa en la que trabajo atraviesa por dificulta-
des, cualquier día puedo verme en la calle, y prefiero saltar
del barco antes de que se hunda y, con mis ahorros, y la expe-
riencia acumulada crear una empresa en la que haría más o
menos lo mismo que hago ahora, pero trabajando para mí.
 Porque yo he nacido en una empresa familiar, he trabajado
para mi padre junto con mis hermanos; me he cansado de ser
el que más trabaja y cobrar todos igual y ahora que me he
casado, en compañía de mi mujer, que me ha animado mucho
en este sentido, quiero montar nuestro propio negocio.
 De hecho desde hace unos años, ya estoy trabajando como
psicóloga clínica cuando salgo del Hospital pero ahora quiero
montarme una buena consulta y dedicarme exclusiva y profe-
sionalmente a lo mío2.
 Porque los compañeros en la empresa jugamos en grupo a la
Lotería Nacional. Últimamente conseguimos un buen pellizco,
y mientras otros lo han gastado en viajes, arreglar el piso, o
1
Quien dijo esto practica semiprofesionalmente el deporte de la vela.
2
La persona que dijo esto, una mujer, se licenció en Psicología, estuvo un par de años
colaborando gratuitamente en un despacho de psicólogos, sin conseguir trabajo allí y, como
necesitaba mantenerse consiguió una plaza como celador en un hospital del Insalud, simul-
taneando trabajo por cuenta ajena con una limitada actividad profesional, hasta que decidió
dar el paso y establecerse como autónoma.
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dar la entrada para un apartamento en la playa, creo que esta


es la ocasión para intentar dar el gran salto desde asalariado
a empresario independiente.
 Actualmente trabajo en una pequeña empresa, junto con cinco
compañeros más. El propietario se va a jubilar como autóno-
mo y, aunque tiene hijos, éstos trabajan en otras cosas, y no se
interesan por el negocio de su padre. El propietario nos ha
ofrecido a los trabajadores que nos quedemos nosotros con el
negocio. Tres de los compañeros han dicho claramente que no,
pero otro y yo vemos en la jubilación de nuestro jefe la oportu-
nidad de establecernos, seguir con el negocio, con los clientes
que ya nos conocen, los mismos proveedores y, en fin, hacien-
do lo que siempre hemos hecho, pero ahora como propietarios
en lugar de como asalariados.
 Mis hermanos y yo hemos heredado de nuestros padres un case-
rón grande en el pueblo, que, con unos arreglos podría conver-
tirse en albergue de Turismo Rural. La Autonomía da una finan-
ciación bastante importante y aunque ninguno hemos trabajado
en hostelería, arreglar unas habitaciones y preparar una comida
típica, pero actualizada, no parece muy difícil. Además eso per-
mitiría mantener la propiedad en manos de todos los hermanos,
porque a ninguno nos apetece venderla, que sería malvenderla.

Como vemos los motivos para querer dar el gran salto, como
muy gráficamente dice una de las personas mencionadas anterior-
mente, son tan diversos como las personas: sustitutivo de un trabajo
por cuenta ajena no conseguido o perdido, rechazo de la autoridad,
afán de liderazgo, gusto de independencia, necesidad de trabajar en
lo suyo, deseo de invertir el dinero, compatibilización del trabajo
con la actividad deportiva, preferencia por organizarse el propio
tiempo, deseo de crear un patrimonio para los hijos, mantenimiento
de una propiedad familiar...
Los puntos de partida son múltiples, pero no todos los que ini-
cian este viaje llegan a destino: algunos carecen de la decisión nece-
saria para embarcarse en una aventura tan arriesgada; otros no
encuentran la financiación necesaria; el perfil psicológico de otros
no los hace idóneos para ser sus propios jefes, algunos logran mon-
tar su chiringuito, pero al cabo de algún tiempo (generalmente antes
de cumplirse el primer año), no son capaces de seguir adelante...
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Los motivos para querer dar el gran salto,


son tan diversos como las personas

La causa de este número abultado de deserciones o abandonos de


la actividad independiente, especialmente en la etapa inicial se debe
en la mayoría de los casos a que a muchos les atrae las ventajas de
ser emprendedor: ser tu propio jefe, no temer ser despedido, poder
pagarse un sueldo y contar además con los beneficios, gozar de la
satisfacción de ser el amo, establecerte tus propios horarios y nor-
mas... todo eso es muy atractivo, pero como dicen los americanos
there are no free lunches, no hay almuerzos gratis, todo tiene un pre-
cio que hay que satisfacer.
Y, ¿cuál es el precio que hay que pagar por ser emprendedor?
 En primer lugar el tener que elegir entre dinero y tiempo libre,
o calidad de vida, por emplear el término de moda. La mayor
parte de los beneficios de tu negocio se obtendrán (si se obtie-
nen) a costa de las horas no laborales. Hay que estar dispuesto a
trabajar duro durante una temporada más bien larga que corta.
 Lo anterior requiere el gozar de una buena salud. La persona
que es su propio jefe no puede permitirse estar de baja por un
catarro3.
 Conocer perfectamente el producto y el mercado al que vas a
dedicarte, lo que implica leer revistas profesionales, ir a expo-
siciones, buscar en Internet, y todo eso consume mucho tiem-
po, sin que los beneficios que aportan sean palpables.
 El emprendedor debe tener la formación, o al menos debe estar
dispuesto a adquirir los conocimientos requeridos para estable-
cerse, y eso sigue consumiendo tiempo.
 Contar, si no con la ayuda, al menos con la no oposición fron-
tal de tu pareja. Por supuesto, si se cuenta con la ayuda, tanto
mejor.

3
Aunque no te preocupes, los emprendedores no tienen tiempo para ponerse enfermos.
Por razones que no acierto a comprender, los que no pueden permitirse el lujo de ponerse
enfermos, es como si adquiriesen una inmunidad natural. El hecho es que enferman menos
que los que sí pueden permitírselo. Si no te lo crees, pregúntaselo a un médico.
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 Contar con un mínimo de capital propio, o poder conseguirlo


en términos no excesivamente gravosos, que puedan suponer
altos costes financieros. Incluso en algunos casos, se tiene que
estar dispuesto a ofrecer la propia casa como garantía de un
préstamo bancario.
 Ser capaz de subsistir durante una temporada con unos benefi-
cios bajos, o sin beneficios en absoluto.
Las siguientes páginas se han escrito con el propósito de ayudar
a cuantos deseen establecer su propio negocio a encontrar respuesta
a unas preguntas muy básicas:
 ¿Qué requisitos son necesarios para crear una empresa?
 ¿Tengo cualidades de emprendedor? ¿Sirvo yo para crear mi
propio negocio?
 ¿Cómo se crea una empresa?
 ¿Qué es eso del Plan de Empresa?
 ¿Cuánto cuesta crear una empresa?
 ¿Qué conocimientos se necesitan para crear una empresa?
 ¿Debo trabajar yo sólo o asociarme con otros?
 ¿Qué forma jurídica es más interesante?
 ¿Cómo puedo conseguir financiación para crear mi empresa?
I
¿Qué requisitos son necesarios
para crear la propia empresa?

P •
ara convertirte en tu propio jefe son imprescindibles cinco
cosas:
una idea realista,
• ciertas cualidades específicas,
• un capital inicial,
• una disposición a trabajar sin descanso en todo momento,
especialmente en la dura etapa inicial.
• una formación, al menos básica, en finanzas, contabilidad,
marketing, ventas, recursos humanos, etc.

UNA IDEA REALISTA

Somerset Maugham, en un encantador cuento 1, nos refiere cómo


el sacristán de la iglesia de Santa María es despedido por el nuevo
párroco por no saber leer ni escribir. Y cómo el pobre hombre, abru-
mado y desesperado, se pone a vagar a la ventura y, de repente, se
encuentra en un barrio desconocido para él. Tiene ganas de fumar, y
como no le queda tabaco pregunta por el estanco más próximo. Le
indican donde queda dicha tienda de tabaco, que resulta estar lejísi-
mos. El sacristán se da cuenta de que si en aquel barrio el estanco
más cercano queda a varios minutos de distancia a pie, sería un buen

1
El Sacristán.

9
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negocio instalar por su cuenta un despacho de tabaco y similares.


Así lo hace.
Los negocios le van bien y va expandiendo su negocio. Siempre
que quiere abrir un nuevo estanco, se va a un barrio distinto y pre-
gunta a la gente dónde queda el estanco más cercano, y si no hay
ninguno por las inmediaciones, busca una planta baja desocupada y
abre una nueva tienda.
No te explico el desenlace del cuento, porque quizás te pique la
curiosidad y quieras leerlo. En todo caso, lo que nos interesa de esta
narración es la manera en que nuestro amigo el sacristán concibe la
idea de crear un negocio por su cuenta: descubriendo un área geo-
gráfica poco atendida por la competencia.
Básicamente, las oportunidades de negocio provienen de alguna
de las siguientes categorías:

• Existe demanda de un producto o servicio, pero esta demanda


está en la actualidad nada, poco o mal atendida;
• existe un producto, pero es posible fabricarlo más barato, o
introducir mejoras en su calidad;
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• existe un producto, pero es susceptible de ser sustituido ven-


tajosamente por otro con mejores prestaciones o más econó-
mico;
• existe un producto (generalmente costoso) que, cuando se ave-
ría o se rompe, tiene que ser sustituido por uno nuevo, y sin
embargo este producto es reparable;
• fuera de España existe un producto que aquí no es conocido, y
que sería factible de producir y comercializar;
• en España existe un producto que no es conocido en otros paí-
ses, y que es susceptible de ser exportado;
• en España se importa un producto extranjero, susceptible de
ser producido ventajosamente aquí;
• el emprendedor (o alguien asociado a él) posee una habilidad
especial, una afición, o un conocimiento específico susceptible
de utilización mercantil;
• el emprendedor (o alguien asociado a él) ha desarrollado un
invento susceptible de ser explotado empresarialmente;
• existe la posibilidad de aprovechar o reciclar una materia pri-
ma, un residuo industrial, los desechos de algún tipo de indus-
tria;
• en la actualidad se utiliza en la industria una materia prima,
que puede ser sustituida ventajosamente por otra.
• el emprendedor tiene una afición, susceptible de convertirse
en profesión.

La idea no tiene porqué ser revolucionaria ni de gran calado.


Quizás el negocio español con más proyección internacional sea el
de los chupa-chups, y si lo consideras bien, es algo bien simple: un
caramelo pinchado en un palo. Otra aportación española es la frego-
na, o mocho, como le llaman en algunos lugares. Los que tenemos
edad suficiente para haber conocido una época en la que no existía
este útil artilugio, recordamos a las mujeres fregando el suelo de
rodillas, postura incómoda, insana y humillante, hasta que a alguien
se le ocurrió combinar una bayeta, un palo y un cubo provisto de un
sistema para retorcer y escurrir la bayeta.
A nuestro alrededor hay ideas igualmente simples, y que no
requieren —al menos en un principio— una inversión extraordinaria
y que, si somos capaces de detectarlas, pueden convertirse en la
solución a la vida de unas cuantas personas.

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