Sistemas Históricos de Organización Económica

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ASIGNATURA:

PRINCIPIOS DE ECONOMÍA

TÍTULO:

PRACTICA 1

TEMA:

SISTEMAS HISTÓRICOS DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA

PRESENTADO POR:

MATRÍCULAS:

PRESENTADO A:

VICTOR M. DE LA CRUZ AMPARO

FECHA:

SAN FRANCISCO DE MACORÍS, REP. DOM.


LUNES 26 DE FEBRERO, 2024
INTRODUCCIÓN

En esta unidad se estudia la forma en que los hombres se han organizado históricamente para
satisfacer sus necesidades, es decir, resolver sus problemas económicos. Dicho de otra
manera, se analizan los modos de producción o sistemas económicos que han existido en la
historia humana.

La parte de la economía que estudia los modos de producción es la historia económica, que
analiza la forma en que los hombres se han organizado a través del tiempo para satisfacer sus
necesidades. los sistemas económicos o modos de producción más importantes que se han
desarrollado históricamente son:

• Comunidad primitiva.
• Modo asiático de producción.
• Esclavismo.
• Feudalismo.
• Capitalismo.
• Socialismo.

También se estudian, con cierto detalle, las características de cada modo de producción
haciendo énfasis en los sistemas capitalista y socialista vigentes en la actualidad. Asimismo,
se analizan las concepciones de desarrollo y subdesarrollo con objeto de precisar su
significado y utilizar otras categorías económicas para hacer referencia a los llamados países
subdesarrollados como México.
CONCEPTUALIZACIÓN

Para entrar en materia hay que definir lo que es un modo de producción o sistema económico
para lo cual se dan varias definiciones.

El modo de producción:
Modo de producción. Forma histórica en que se organizan los hombres para producir,
distribuir y consumir los bienes y servicios que satisfacen sus necesidades.

• Es la forma en que los hombres se han organizado históricamente para satisfacer sus
necesidades.

• Es la forma en que los hombres se han organizado para producir, distribuir y consumir los
bienes y servicios que satisfacen sus necesidades.

• Es la forma en que los hombres han resuelto históricamente sus problemas económicos, qué
producir, cómo producir, cuánto producir y para quién producir (en la actualidad se ha
añadido el problema de dónde producir).

• Es la interrelación dialéctica entre estructura económica y superestructura de una sociedad


históricamente determinada.
• Es la interrelación dialéctica que existe entre las fuerzas productivas y las relaciones
sociales de producción.

Esta última definición aclara que los elementos fundamentales del modo de producción son
las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción que interactúan en forma
dialéctica para desarrollar el modo de producción.

Las fuerzas productivas son los elementos materiales y humanos que hacen posible la
producción; y conforman la capacidad de producción de la sociedad. Las fuerzas productivas
se encuentran integradas por la fuerza de trabajo y los medios de producción.

Por su parte, la fuerza de trabajo es la capacidad física y mental de los hombres para realizar
un trabajo. La fuerza de trabajo es la capacidad de los hombres para producir.
Los medios de producción son todos los elementos materiales que hacen posible la
producción. Se encuentran integrados por objetos de trabajo (aquellos sobre los cuales actúa
la fuerza de trabajo) y los medios de trabajo (los elementos que permiten realizar un trabajo;
en sentido estricto, son los instrumentos de producción, y, en sentido amplio, se le agrega la
infraestructura).

Históricamente se ha observado que las fuerzas productivas actúan sobre las relaciones
sociales de producción, y éstas, a su vez, actúan sobre las fuerzas productivas, lo que permite
el avance y desarrollo de los modos de producción.

Las relaciones sociales de producción son aquellas que se establecen entre los hombres
durante el proceso productivo; su característica principal es que no dependen de la voluntad
humana. Así, el esclavo no escoge ser esclavo y el siervo nace siervo. Las relaciones sociales
de producción dependen de la época en que se vive.
COMUNIDAD PRIMITIVA

La evolución de los modos de producción se remonta a la comunidad primitiva, que surgió


con la aparición del Homo sapiens hace aproximadamente 600,000 años, aunque la existencia
de vida humana se calcula en unos 25,000 años. En esta etapa inicial, los seres humanos eran
nómadas y dependían de la recolección de frutos, la caza y la pesca para subsistir.

En la comunidad primitiva, la propiedad de los medios de producción era colectiva, lo que


implicaba una producción y distribución comunitaria de los bienes. No existían clases
sociales ni explotación del hombre por el hombre, ya que la producción se limitaba a
satisfacer las necesidades de la sociedad, sin generar excedentes económicos.

Los instrumentos de producción evolucionaron desde herramientas rudimentarias de piedra


hasta el uso de metales como cobre, bronce y hierro. Con el tiempo, surgió una división
natural del trabajo según el sexo y la edad, y la mujer desempeñó un papel importante en la
distribución de la producción, lo que llevó al surgimiento del matriarcado.

La primera división social del trabajo se dio entre quienes se dedicaban a la caza y la pesca y
los que se empleaban en la agricultura y el pastoreo. Posteriormente, con la elaboración de
vasijas de barro para resolver problemas de abastecimiento de agua, surgió una segunda
división del trabajo que incluía oficios.

El aumento de la producción y la creación de excedentes económicos llevaron al intercambio


y al surgimiento de mercaderes, lo que representó una tercera división social del trabajo. Con
el tiempo, la propiedad colectiva de los medios de producción evolucionó hacia la propiedad
familiar y luego hacia la propiedad privada.

Cada modo de producción tenía un periodo de transición, durante el cual las características
del antiguo modo de producción desaparecían y surgían las nuevas características del modo
de producción más desarrollado. Este periodo de transición podía durar mucho tiempo,
dependiendo del desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.
MODO ASIÁTICO DE PRODUCCIÓN

El modo asiático de producción, también conocido como régimen despótico-tributario, surgió


en algunas regiones de Asia y África como una evolución del régimen de la comunidad
primitiva. Aunque compartía ciertas características con otros modos de producción, como la
propiedad común de la tierra y otros medios de producción, también presentaba diferencias
significativas.

A diferencia de la comunidad primitiva, en el modo asiático de producción se desarrollaba la


explotación del hombre por el hombre, lo que conducía a la formación de una clase
dominante y clases dominadas. Esto implicaba una evolución hacia formas de producción
más avanzadas, como la agricultura sedentaria, la intensificación de la ganadería y el uso de
metales.

Una característica importante era la explotación colectiva de una comunidad por otra, lo que
Marx denominó "esclavitud general". A diferencia del esclavismo convencional, en este
sistema no existía una dependencia personal, ya que los esclavos o siervos trabajaban las
tierras de la comunidad en su conjunto, no de un individuo en particular.

La explotación de una comunidad por otra era frecuentemente el resultado de conflictos


bélicos, donde la comunidad victoriosa imponía tributos o esclavizaba a los miembros de la
comunidad derrotada. El soberano, conocido como déspota, actuaba como representante de
toda la comunidad y se encargaba de recolectar los tributos y exacciones.

La existencia de este modo de producción se basaba en la producción de excedentes, pero la


explotación, aunque presente, era de naturaleza colectiva debido a la forma de propiedad
comunal. Esto distingue al modo asiático de producción de otros sistemas donde la
explotación puede ser más personalizada.
ESCLAVISMO

El esclavismo fue un modo de producción que surgió tras la desintegración de la sociedad de


comunidad primitiva, caracterizado por la aparición y desarrollo de la propiedad privada de
los medios de producción, incluyendo a los esclavos como propiedad.

En las culturas esclavistas, como la egipcia, babilónica, fenicia, griega y romana, se


establecieron dos clases sociales fundamentales y antagónicas: los esclavistas, propietarios de
los medios de producción, y los esclavos, quienes no tenían propiedad ni control sobre los
medios de producción y eran utilizados para realizar las actividades productivas.

La explotación del hombre por el hombre se hizo posible gracias a la producción y desarrollo
del excedente económico, del cual una clase social se apropiaba, convirtiéndose en poseedora
de los medios de producción. Esta apropiación permitió el aumento de la producción y la
productividad.

Durante el esclavismo, las fuerzas productivas experimentaron un amplio desarrollo, como se


evidencia en el progreso de la agricultura, la construcción, la ganadería, el uso de piedras
preciosas y el desarrollo de sistemas de riego. El comercio también se expandió, surgiendo
los mercaderes y la moneda como facilitadores del intercambio de productos.

Sin embargo, el trabajo de los esclavos no era muy productivo debido a su falta de interés y
porque no tenían incentivos propios. Se requería una gran cantidad de esclavos para que su
explotación fuera rentable, lo que provocó rebeliones de esclavos que buscaban mejorar su
situación.

La sociedad esclavista alcanzó su máximo esplendor en Grecia y en el Imperio Romano, pero


eventualmente dio paso al feudalismo hacia el siglo V de nuestra era. La transición del
esclavismo al feudalismo se dio cuando muchos esclavos fueron liberados y se les repartió
tierra para que la cultivaran a cambio de un tributo, lo que llevó al surgimiento de los
colonos, precursores de los campesinos siervos medievales, marcando así el inicio del modo
de producción feudal.
FEUDALISMO

El feudalismo surgió como un modo de producción característico de la Edad Media europea,


como resultado de la desintegración del esclavismo, impulsada tanto por las contradicciones
internas del sistema como por las invasiones de los pueblos bárbaros del norte de Europa que
llevaron al colapso del Imperio Romano.

Durante el feudalismo, los jefes militares de los pueblos conquistadores repartieron tierras a
sus seguidores leales, quienes se convirtieron en señores feudales y dominaron extensas áreas
de tierra. Al mismo tiempo, muchos campesinos libres buscaron protección alrededor de estos
señores, lo que llevó al surgimiento de dos instituciones fundamentales: el feudo y la
servidumbre.

El feudo era una porción de tierra hereditaria propiedad del señor feudal, que la entregaba a
los siervos para su cultivo a cambio de servicios militares o tributos. La servidumbre
implicaba una relación de explotación en la que los siervos, que solo poseían instrumentos de
labranza, trabajaban la tierra del señor feudal y debían pagarle una renta.

La renta podía darse en forma de productos agrícolas, trabajo en las tierras del señor o dinero,
y representaba la forma de explotación predominante en el feudalismo. Los siervos
trabajaban en dos períodos: uno para producir lo necesario para su subsistencia y otro para
generar un excedente que era apropiado por el señor feudal como renta.

El feudalismo era un sistema cerrado y predominantemente rural, centrado en la agricultura y


con una producción destinada principalmente al consumo propio. Esto limitaba el desarrollo
del comercio y la producción de mercancías, aunque gradualmente se fomentó la producción
mercantil simple a medida que se ampliaba el mercado y surgían los burgos como centros
comerciales y artesanales.

Las relaciones feudales comenzaron a desaparecer hacia el final de la Edad Media, dando
paso a relaciones sociales de producción más desarrolladas y al surgimiento del capitalismo.
La transición del feudalismo al capitalismo se caracterizó por el fomento de la producción de
mercancías y el crecimiento de las relaciones capitalistas en las entrañas mismas del sistema
feudal.
CAPITALISMO

El capitalismo ha experimentado importantes transformaciones a lo largo de la historia, desde


sus antecedentes hasta sus fases más recientes. Algunos de los cambios clave que llevaron a
la transición del feudalismo al capitalismo incluyen la ampliación de la producción y
productividad en los centros artesanales, el desarrollo del comercio basado en la producción
de mercancías, la formación del capital comercial, y la acumulación originaria del capital,
especialmente notable en Inglaterra.

La producción de mercancías ha pasado por varias formas históricas, desde la producción


mercantil simple hasta la producción maquinizada. En la etapa de la manufactura, los
trabajadores se especializaban en un proceso o fase de producción, lo que aumentaba la
productividad y conducía a la concentración de capital. Con la producción maquinizada, las
máquinas comenzaron a realizar operaciones repetitivas, lo que marcó el inicio de la
Revolución Industrial y la transición hacia una economía más mecanizada.

El capitalismo ha experimentado dos fases históricas principales: la fase premonopolista o de


libre competencia y la fase imperialista o monopolista. En la primera, prevalecía la
competencia entre capitalistas, mientras que en la segunda, los monopolios desempeñan un
papel decisivo en la economía. La fase imperialista se caracteriza por la concentración del
capital, la fusión del capital bancario con el industrial, la exportación del capital, la formación
de asociaciones internacionales de capitalistas y la dominación de los monopolios en la vida
económica.

Las características fundamentales del capitalismo incluyen la propiedad privada de los


medios de producción, la existencia de dos clases sociales antagónicas (capitalistas y obreros
asalariados), la explotación basada en la plusvalía extraída del trabajo de los obreros, la
producción generalizada de mercancías y el desarrollo del comercio y la economía monetaria.
Sin embargo, también se señala la anarquía de la producción, las crisis cíclicas, la
desigualdad en el desarrollo económico y la contradicción entre el carácter social de la
producción y la apropiación privada de las ganancias.

Con el tiempo, la intervención del Estado en la economía se volvió crucial para abordar las
crisis y asegurar el funcionamiento del sistema capitalista. Esto condujo al surgimiento del
capitalismo de Estado, en el cual el Estado interviene directamente en la economía a través de
la propiedad de empresas y otras formas de asociación con el capital privado. En su etapa
más avanzada, el capitalismo de Estado evoluciona hacia el capitalismo monopolista de
Estado, donde los intereses del Estado y los grandes monopolios privados se fusionan a través
de políticas económicas que benefician a ambos sectores.

SOCIALISMO

El socialismo representa un modo de producción que surgió en el siglo XX como una


alternativa al sistema capitalista. La propiedad social sobre los medios de producción es una
de las características principales del socialismo, ya sea en forma estatal, cooperativa u otra
forma, pero no privada. Aunque persisten diferencias entre clases sociales, estas tienden a
desaparecer, ya que las relaciones de producción se basan en la cooperación y la ayuda
mutua.

En el socialismo, se produce para satisfacer necesidades sociales, no para obtener ganancias.


La planificación central de la producción reemplaza la anarquía del sistema capitalista, lo que
permite evitar crisis económicas y desempleo. Además, la inflación es menor debido a la
planificación y la distribución del excedente económico se realiza de manera socialmente
justa.

Aunque el socialismo se considera una transición hacia el comunismo, históricamente ha


habido desafíos en este proceso, especialmente en países como China y Rusia. Estos países
han experimentado cambios estructurales significativos, incluida la apertura a la inversión
privada y la adopción de elementos de mercado en sus economías.

En la actualidad, varios países que anteriormente se consideraban socialistas han adoptado


características tanto capitalistas como socialistas en sus estructuras económicas, lo que ha
generado incertidumbre sobre su evolución futura. En resumen, el socialismo representa un
modelo económico y social que busca la cooperación y la satisfacción de necesidades
sociales sobre la base de la propiedad social de los medios de producción.
DESARROLLO

El desarrollo económico es un estado alcanzado por algunos países que implica mejoras tanto
cuantitativas como cualitativas en las condiciones de vida de su población. Aunque a menudo
se confunde con el crecimiento económico, que se refiere exclusivamente a cambios
cuantitativos como el aumento de la producción o el ingreso, el desarrollo implica cambios
significativos en la calidad de vida de las personas, como un mejor reparto de la riqueza, más
empleo con mejores salarios, acceso a servicios básicos como la educación y la salud, entre
otros.

Es importante destacar que el desarrollo económico no es uniforme ni está garantizado por el


crecimiento económico. Muchos países pueden experimentar crecimiento económico sin que
este se traduzca en mejoras significativas para la mayoría de su población. En algunos casos,
incluso, puede resultar en un empeoramiento de las condiciones de vida para ciertos sectores
de la sociedad.

El desarrollo económico también conlleva desafíos y problemas, como la concentración de la


población en áreas urbanas, la contaminación ambiental, la enajenación de actividades
humanas y la destrucción de ecosistemas. Estos problemas plantean interrogantes sobre la
relación entre progreso económico y desarrollo genuino, y algunos investigadores cuestionan
si el progreso económico en realidad conduce al desarrollo sostenible y al bienestar de la
sociedad en su conjunto.

A pesar de estas interrogantes, hay ciertos indicadores que suelen asociarse con el desarrollo
económico, como la industrialización continúa, altos ingresos per cápita, diversificación del
aparato productivo, desarrollo de la ciencia y la tecnología, acceso generalizado a servicios
básicos, y terciarización de la economía, entre otros.
SUBDESARROLLO

El término "subdesarrollo" se refiere a países que, en el contexto del sistema capitalista


mundial, presentan características de atraso y dependencia económica en relación con los
países más desarrollados. La idea de subdesarrollo implica una situación de desventaja y falta
de progreso en comparación con los países que han alcanzado un mayor nivel de desarrollo
industrial y económico.

Históricamente, el subdesarrollo ha sido considerado como la contraparte del desarrollo en el


sistema capitalista. Se sostiene que el desarrollo de ciertos países ha sido posible en parte
debido a la explotación económica y la dependencia de otros países menos desarrollados.
Esta dinámica desigual ha perpetuado la existencia de países subdesarrollados que proveen
recursos y mano de obra a los países más desarrollados, pero que no logran un progreso
significativo en términos económicos y sociales.

Los países subdesarrollados suelen exhibir una serie de características comunes, como una
baja industrialización, una economía centrada en la producción de materias primas, altos
niveles de pobreza, desigualdad económica, dependencia tecnológica y falta de acceso a
servicios básicos como educación y salud para gran parte de la población.

En lugar de utilizar el término "subdesarrollado", algunos autores prefieren hablar de "países


capitalistas dependientes y atrasados" para enfatizar la relación de subordinación económica
y el retraso en el desarrollo en comparación con otros países más avanzados.

El concepto de desarrollo sustentable surge como una respuesta a los desafíos planteados por
el modelo de desarrollo tradicional, que ha generado problemas ambientales, sociales y
económicos. El desarrollo sustentable busca satisfacer las necesidades actuales sin
comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
Implica considerar no sólo los aspectos económicos, sino también los sociales y ambientales
en la toma de decisiones sobre el desarrollo.
CONCLUSIÓN

En este recorrido por diferentes etapas y conceptos relacionados con la evolución


socioeconómica de las sociedades humanas, desde la comunidad primitiva hasta el desarrollo
sustentable, hemos explorado las transformaciones fundamentales que han marcado la
historia económica y social de la humanidad.

Comenzando con la comunidad primitiva, donde la producción y distribución de recursos se


basaba en la cooperación y el intercambio dentro de pequeñas comunidades, hemos visto
cómo la aparición de la propiedad privada y la división social del trabajo dio lugar a la
formación de sociedades clasistas, como la esclavista, la feudal y la capitalista.

En el contexto del capitalismo, hemos examinado las dinámicas de desarrollo y subdesarrollo,


donde la desigualdad económica y la dependencia han perpetuado un sistema mundial
caracterizado por el progreso de unos pocos a expensas de muchos. Los países
subdesarrollados, o capitalistas dependientes y atrasados, enfrentan desafíos significativos en
términos de industrialización, pobreza, desigualdad y dependencia tecnológica.

Sin embargo, frente a estos desafíos, también hemos explorado el concepto de desarrollo
sustentable como una alternativa que busca conciliar el progreso económico con la
preservación del medio ambiente y la equidad social. El desarrollo sustentable reconoce la
interconexión entre el bienestar humano, la salud ambiental y la justicia social, abogando por
un enfoque holístico que promueva un crecimiento económico inclusivo y sostenible.

En última instancia, este análisis nos lleva a reflexionar sobre los desafíos y las oportunidades
que enfrentamos como sociedad en el siglo XXI. El camino hacia un futuro más equitativo y
sostenible requiere un compromiso global con la erradicación de la pobreza, la reducción de
las desigualdades, la promoción de la justicia ambiental y el fomento de un desarrollo
económico que respete los límites del planeta. En este sentido, el desarrollo sustentable
emerge como un paradigma crucial para guiar nuestras acciones hacia un futuro más próspero
y armonioso para todas las personas y el medio ambiente en el que vivimos.
BIBLIOGRAFÍA

“Fundamentos de economía para la sociedad del conocimiento”


-José Silvestre Mendez Morales.-

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