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LOCALIZAR: N.º
COMPRENSIÓN DE LECTURA
Nombre: ……………………………………………………………………………………………. Curso: 3.º …………. Fecha: ………………………..
LECTURA 1 (1-8)
“Es un lugar de veraneo. La oscuridad, completa; el campanario de la iglesia marca la una de la noche. Cosiaokin y
Lapkin, ambos algo titubeantes, pero de muy buen humor, salen del bosque y se dirigen hacia las casitas.
-¡Gracias a Dios que hemos llegado! -dice Cosiaokin-; es una hazaña venir andando los cinco kilómetros desde la
estación, y en nuestro estado. Me encuentro rendido…, y como si fuera hecho expresamente, no hay ni un solo
coche.
-¡Amigo Pedro! No puedo más…; si dentro de cinco minutos no estoy en la cama me muero…
-¡En la cama! ¡Ni pensarlo! Cenaremos, beberemos una botella de vino tinto, y luego a dormir. No te
permitiremos ni Verotchka ni yo que te acuestes antes. ¡No sabes tú, amigo mío, la felicidad que experimenta uno
con estar casado! Tú no la comprendes; tú tienes un alma de solterón. Mira: ahora llegaré yo extenuado,
rendido…; mi mujercita saldrá a recibirme; la comida estará preparada, el té listo… Para compensarme de mi
labor dirigirá sobre mí sus ojitos negros con tanta afabilidad y cariño que lo olvidaré todo: mi cansancio, el robo
con fractura, el Tribunal de casación, la Sala de la Audiencia… ¡Una gloria! ¡Una delicia!
-Es que no puedo tirar más de mi cuerpo; mis piernas se doblan. ¡Tengo una sed!…
-Es una casita bonita -dice Cosiaokin-; mañana verás qué hermosas vistas tiene. Pero las ventanas están oscuras…
Verotchka se habrá cansado de esperar, y se habrá acostado; no duerme, se hallará inquieta por mi tardanza
(empuja la ventana con su bastón y la abre); pero qué valiente es: se acuesta sin cerrar la ventana.
-¡Qué calor! Vamos a entonar una canción; la haremos reír. (Canta.) ¡Canta, Aliocha! Verotchka, ¿quieres oír la
serenata de Schubert? (Canta, pero hace un gallo y tose.) ¡Verotchka, dile a María que abra la puerta! (Pausa.)
Verotchka, no seas perezosa; levántate. (Sube por encima de una piedra y se asoma por la ventana.) Verotchka,
rosita mía, angelito, mujercita mía incomparable. ¡Anda, levántate! ¡Dile a María que abra! ¡Bien sé que no
duermes, gatita mía! No podemos soportar más bromas; estamos tan cansados que ya no tenemos fuerzas.
Hemos llegado a pie desde la estación; ¿pero me oyes, o no?… (Intenta escalar la ventana, pero cae.) ¡Qué
demonio! Ves; nuestro huésped está molesto. Noto que todavía eres una niña que no piensa más que en jugar…
-¡No duerme; quiere que arme ruido; que despierte el vecindario! ¡Oye, Verotchka, me voy a enfadar! ¡Verás!
¡Qué diablo! Ayúdame, Aliocha, para que pueda subirme… Verotchka, no eres más que una chiquilla malcriada,
una traviesa… ¡Amigo mío, empújame!…
Lapkin, jadeante, empuja a Cosiaokin; al fin éste alcanza la ventana, franquéala y desaparece en las tinieblas.
-¡Vera! -se oye al cabo de un rato-. ¿Dónde estás? ¡Demonio! Me he ensuciado la mano con algo. ¡Qué asco!
-¡Caramba! Escucha, Laef. ¿De dónde nos vienen estas gallinas? Pero, qué demonio; si hay una infinidad de ellas…
¡Y un cesto con una pava!… ¡Me ha picado la maldita!
Por la ventana salen volando las gallinas, y prorrumpiendo en chillidos agudos se precipitan a la calle.
-¡Aliocha, nos hemos equivocado!… -grita Cosiaokin con voz llorosa-. Aquí no hay más que gallinas. Por lo visto
nos hemos extraviado… Pero malditas, ¿por qué no se están quietas?
LICEO BICENTENARIO ZAPALLAR DE CURICÓ
Departamento de Lengua y Literatura
Taller de Literatura NM3
-¡Sal pronto! ¿Qué haces? ¿No sabes tú que estoy muerto de sed?…
-Ahora mismo… Deja que encuentre el abrigo y la carpeta…
-Es que están en el abrigo… ¡Quién demonio me habrá traído aquí!… Todas estas casas son iguales. Ni el diablo
mismo las distinguiría en la oscuridad. ¡Oh! ¡La pava me dio un picotazo en la mejilla! ¡Maldita!
-Ahora mismo me es imposible dar con el abrigo. Hay tanto trapajo por el suelo que no puedo orientarme.
Lánzame tus fósforos…
-¡Estamos frescos! ¡No hay que decir!… ¡Valiente situación!… ¿Qué hago?… Yo no puedo, sin embargo, abandonar
el abrigo y la carpeta. Necesito buscarlos.
-¡No concibo cómo es posible no reconocer su propia casa! -replica Laef, indignado-. ¡Casa de borracho!… ¡En mal
hora vine contigo!… De ir solo, me hallaría ya en casa. Dormiría… en lugar de padecer aquí… ¡Estoy rendido!… ¡No
puedo más!… ¡Siento vértigos!
Anton Chejov, Los extraviados (fragmento)
1. ¿Cuál de las siguientes opciones presenta un hecho planteado en el segmento del texto que comienza con la
expresión “-¡Qué calor! Vamos a entonar una canción”?
A) “Noto que todavía eres una niña que no piensa más que en jugar…”.
B) “Hemos llegado a pie desde la estación”.
C) “Verotchka, rosita mía, angelito, mujercita mía”.
D) “¡Qué demonio! Ves”.
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
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3. ¿Cuál de las siguientes opciones presenta la acción que permite al esposo caracterizar a Verotchka de
“valiente”?
A) Cansarse de esperarlo e irse a acostar.
B) No abrirles la puerta a él y su amigo.
C) Acostarse sin cerrar las ventanas.
D) No esperarlo en casa.
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
LICEO BICENTENARIO ZAPALLAR DE CURICÓ
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4. ¿En cuál de las siguientes opciones se presenta un segmento que demuestra que el narrador del fragmento
anterior posee un grado de conocimiento absoluto?
A) “Se quita el abrigo y lo echa dentro de la estancia, lo propio con su carpeta”.
B) “¡No concibo cómo es posible no reconocer su propia casa!”
C) “Es una casita bonita -dice Cosiaokin-; mañana verás qué hermosas vistas tiene”.
D) “Cosiaokin y Lapkin, ambos algo titubeantes, pero de muy buen humor, salen del bosque y se dirigen hacia las
casitas”.
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
5. ¿Qué se observa en el segmento del texto que inicia con la expresión “-¡Amigo Pedro! No puedo más”?
I. Un vocativo
II. Una hipérbole
III. Una condición
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
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8. La narración transcurre en
A) la casa de uno de los amigos.
B) una ciudad típica del invierno ruso.
C) un gallinero a orillas de la ciudad.
D) un lugar de veraneo durante la noche.
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
LICEO BICENTENARIO ZAPALLAR DE CURICÓ
Departamento de Lengua y Literatura
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LECTURA 2 (9 - 12)
Fragmento del cuento “Entre la espada y la pared”, de Cristina Peri-Rossi, escritora uruguaya nacida en 1941.
1. «El espacio que queda entre la espada y la pared es exiguo. Si huyendo de la espada, retrocedo hasta la pared,
el frío del muro me congela; si huyendo de la pared, trato de avanzar en sentido contrario, la espada se clava en
mi garganta. Cualquier alternativa, pues, que pretenda establecerse entre ellas, es falsa, y como tal, la denuncio.
Tanto el muro como la espada sólo pretenden mi aniquilación, mi muerte, por lo cual me resisto a elegir. Si la
espada fuera más benigna que el muro, o la pared, menos lacerante que el filo de aquella, cabría la posibilidad de
decidirse, pero cualquiera que las observe –la espada, la pared– comprenderán enseguida que sus diferencias son
sólo superficiales. Sé que tampoco es posible dilatar mi muerte tratando de vivir en el corto espacio que media
entre la pared y la espada. No sólo el aire se ha enrarecido, está lleno de gases y de partículas venenosas:
además, la espada me produce pequeños cortes (que yo disimulo por pudor) y el frío de la pared congestiona mis
pulmones, aunque yo toso con discreción. Si consiguiera escurrirme (imposible salvación), la espada y el muro
quedarían enfrentados, pero su poder, faltando yo entre ambos, habría disminuido tanto que posiblemente el
muro se derrumbara y la espada enmoheciera.
2. Pero no existe ningún resquicio por el cual pueda huir, y cuando consigo engañar a la espada, la pared se
agiganta, y si me separo de la pared, la espada avanza.
3. He procurado distraer la atención de la espada proponiéndole juegos, pero es muy astuta, y cuando deja de
apuntar a mi garganta, es porque dirige su filo hacia mi corazón. En cuanto al muro, es verdad que a veces me
olvido de que se trata de una pared de hielo, y, cansado, busco apoyo en él: no bien lo hago, un escalofrío mortal
me recuerda su naturaleza.
4. He vivido así los últimos meses. No sé por cuánto tiempo aún podré evitar el muro, la espada. El espacio es
cada vez más estrecho y mis fuerzas se agotan. Me es indiferente mi destino: si moriré de una congestión
pulmonar o me desangraré a causa de una herida; esto no me preocupa.
5. Pero denuncio definitivamente que entre la espada y la pared no existe un lugar donde vivir».
Transcriba la parte del texto que lo (a) ayudó a llegar a la respuesta anterior.
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2. Tal vez solo se hubiera tratado de una de las numerosas tragedias ignotas y jamás aclaradas de la historia si el
enigma que la rodea no estuviera relacionado con otro aún más antiguo: el enigma que rodea uno de los
manuscritos más misteriosos de la historia eclesiástica: el Codex Gigas, La Biblia del Diablo. El manuscrito más
importante del mundo fue redactado en el siglo XIII e incluso su creación está rodeada de leyendas. Tanto los
hombres de la Iglesia como los alquimistas procuraron que los condujera a la iluminación… o que les indicara el
camino de las tinieblas. 3. El convento en el que fue descubierta la fosa común es el lugar donde se originó la
Biblia del Diablo”.
Richard Dübell, La Biblia del Diablo (fragmento)
13. Con relación a La Biblia del Diablo, en el texto se afirma que
A) fue escrito a partir de una gran cantidad de leyendas.
B) revelaba el camino hacia la iluminación a través de las tinieblas.
C) captó el interés de hombres dedicados a asuntos muy diferentes.
D) causó numerosas tragedias ignotas y jamás esclarecidas.