Desafios Y Actores de La Ciudad

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Desafíos y actores

de la ciudad
PID_00271231

Mireia Belil

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CC-BY-NC-ND • PID_00271231 Desafíos y actores de la ciudad

Mireia Belil

Geógrafa formada en Barcelona y


en la Universidad de California, Ber-
keley, especializada en temas de
desarrollo y política urbana, espe-
cialmente en definición de estrate-
gias territoriales, sociales y cultura-
les. Trabaja como investigadora y
consultora para organismos interna-
cionales y otras ciudades europeas.
Dirigió los diálogos del Fórum de las
Culturas de Barcelona 2004 y fue
la directora general de la Fundació
Fòrum de 2005 a 2017, cuyas prin-
cipales funciones fueron la organi-
zación de Fórums en el mundo, la
dirección del Barcelona Center de
apoyo al Pacto Mundial de las Na-
ciones Unidas, la gestión de las can-
didaturas para próximos Fórums y la
organización del Campo de la Paz.
Ha sido vicepresidenta del Consejo
Social de la Universitat Autònoma
de Barcelona. Es city advisor del pro-
grama ciudades del United Nations
Global Compact y dirige la consul-
tora Borakasi.

El encargo y la creación de este recurso de aprendizaje UOC han sido coordinados


por los profesores: Mirela Fiori, Paco González Gil (2020)

Primera edición: marzo 2020


Autoría: Mireia Belil
Licencia CC BY-NC-ND de esta edición, FUOC, 2020
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Realización editorial: FUOC

Los textos e imágenes publicados en esta obra están sujetos –excepto que se indique lo contrario– a una licencia de
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licenses/by-nc-nd/3.0/es/legalcode.es
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 Desafíos y actores de la ciudad

Índice

1. La ciudad y sus desafíos................................................................... 5


1.1. Los déficits de la ciudad heredada .............................................. 7
1.2. Nuevos desafíos de la ciudad en el siglo XXI............................... 9

2. Actores de la ciudad.......................................................................... 15
2.1. La emergencia de las grandes tecnológicas y plataformas
digitales ........................................................................................ 20
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1. La ciudad y sus desafíos

Las ciudades y los espacios urbanos se enfrentan hoy al gran reto de construir
la ciudad del futuro. Las inversiones y decisiones actuales incidirán en las fu-
turas oportunidades al igual que el pasado y el presente; con sus inercias y
herencias, confluyen en el bagaje a cambiar, potenciar o destruir. Los desafíos
del�siglo� XXI acumulan la solución a los déficits de la urbanización del siglo
XIX y, especialmente, de la segunda mitad del siglo XX; los retos de los proce-
sos globales que afectan de lleno a las zonas urbanas y también las nuevas
tendencias que impactan sobre las poblaciones y territorios urbanos.

Los procesos de urbanización sin planificación, las inversiones en infraestruc-


turas, asentamientos sin servicios urbanos básicos y modelos de vida industria-
les y consumistas han llevado a la urbanización sin ciudad, asentamientos hu-
manos precarios, contaminación, falta de acceso a servicios sanitarios y agua
potable, dificultades de movilidad, falta de vivienda asequible, centros degra-
dados, periferias no renovadas, intersticios espaciales abandonados o nunca
contemplados, urbanización de espacios yermos…

El principal reto es convertir�en�ciudad�(hacer�ciudad)�los�espacios�urbani-


zados, es decir, proveer energía, abastecimiento de agua y saneamiento, desa-
rrollo del espacio público, desarrollo y accesibilidad del transporte público,
viviendas dignas, lucha contra la contaminación del aire, protección de las
aguas, desarrollo de economías productivas, soporte a las entidades ciudada-
nas, apertura de los procesos de gobierno, etc. También, dotar de espacios, ac-
tividades y procesos de educación y cultura, expresión y reconocimiento que
permitan una vida digna a todos. Y esto debe hacerse en un camino de desa-
rrollo sostenible.

Las vías tradicionales de hacer ciudad han sido históricamente los proyectos
urbanos de conectividad, accesibilidad, transporte, infraestructuras de sanea-
miento, agua y energía, espacios públicos, polígonos industriales o de vivien-
das, etc. Este tipo de proyectos, todavía necesarios en muchos territorios ur-
banos del mundo, condicionan las oportunidades y opciones de futuro. Los
proyectos urbanos potentes, con voluntad transformadora, estratégicos, debe-
rían plantearse como intervenciones con efectos a distintas escalas. Serán más
constructores de ciudad cuanto más se piensen como elementos transversales
a los territorios de la ciudad.

Pero no podemos seguir aplicando las políticas de siempre.


CC-BY-NC-ND • PID_00271231 6 Desafíos y actores de la ciudad

Las nuevas políticas urbanas para hacer ciudad precisan contemplar, al


menos, dos aspectos que orientan hacia la ciudad sostenible del futu-
ro que imaginamos: por un lado, un nuevo paradigma de desarrollo
urbano, pensar una ciudad con parámetros y propuestas distintas a las
procedentes de tantos años de planificación y modelos urbanos; por
otro, el reconocimiento de la importancia de las garantías jurídico-fi-
nancieras y políticas para asegurar ciudades justas y sostenibles y ciuda-
danos con derechos.

Los estados, las ciudades y las organizaciones no lucrativas han asumido un


marco global para cooperar frente a los distintos retos que se plantean a las
urbes en la actualidad, aunque la aplicación e impacto de este marco varíe
según el contexto político y social:

• La Agenda�2030, con elementos tan estratégicos como la lucha contra la Lecturas recomendadas
pobreza y las desigualdades, la igualdad de género, la educación universal,
Naciones�Unidas (2015).
las migraciones… Agenda 2030 de Desarrollo
Sostenible (y 17 Objetivos).
Nueva York. Disponible en:
• El desarrollo� sostenible, centrado en lo económico, lo social y lo me- <www.un.org/sustainable-
development/ es/develop-
dioambiental, pero también en la diversidad cultural… especificado en las
ment-agenda/>.
cumbres sobre la sostenibilidad. United�Nations�Clima-
te�Change (2016). Acuer-
do de París. Disponible en:
• La lucha�contra�el�shock�climático, que provoca tragedias urbanas y rura- <https://unfccc.int/es/pro-
cess-and-meetings/the-pa-
les, y que requiere medidas urgentes para asegurar agua potable, aire puro, ris-agreement/el-acuerdo-de-
movilidad sostenible, espacios naturales y alimentación a la población… paris>.
United�Nations�Habitat
concretada en el Acuerdo de París.
(2016). Nueva Agenda Urba-
na. Quito. Disponible en:
<https://onuhabitat.org.mx/
• El reconocimiento�de�la�centralidad de los procesos de urbanización en index.php/la-nueva-agen-
el siglo XXI y la búsqueda de una ciudad más sostenible, equitativa y resi- da-urbana-en-espanol>.

liente… dibujada en la Nueva Agenda Urbana aprobada en Quito en 2016.

• Otras hojas de ruta como la Agenda Urbana Europea o el Pacto Global para
las Migraciones.

En la actualidad existen nuevas maneras de hacer ciudad que incorporan las


propuestas�ciudadanas�y el�conocimiento�vecinal para trabajar las mejoras
de las condiciones de vida de las personas. Estos proyectos se dirigen al espa-
cio público, la vivienda, el empoderamiento de las mujeres, el acceso al em-
pleo y los ingresos, la educación, la cultura, la lucha contra las violencias…
Las ciudades no se terminan nunca y está en su condición urbana el estar en
mantenimiento, por hacer o en reparación. Hacer ciudad incide en las tres di-
mensiones urbanas: la urbs, la civitas y la polis. Estas forman parte intrínseca
de la ciudad.
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«La ciudad es al mismo tiempo la urbs, la civitas y la polis. Es, en efecto, en primer lugar,
el espacio construido, y que posee características morfológicas que, en general, fácilmen-
te podemos reconocer como “urbanas” (los edificios, las calles, una fuerte densidad de
equipamientos y de infraestructuras), es decir, todo lo que los romanos designaban con
la expresión urbs. Pero es también una realidad social constituida por los ciudadanos que
viven en la ciudad, a lo que los romanos aludían al hablar de la civitas. Y finalmente, es
la unidad político-administrativa, del municipio del área metropolitana, es decir, aquello
a lo que los griegos se referían al hablar de la polis. Abordar los problemas de la ciudad
significa referirse, a la vez, a las dimensiones físicas, sociales y político-administrativas».

Fuente: Horacio Capel (2003). «A modo de introducción: los problemas de las ciudades.
Urbs, civitas y polis». En: Ciudades, arquitectura y espacio urbano. Colección Mediterráneo
Económico, núm. 3. Editado por Caja Rural Intermediterránea, Cajamar. Producido por
Instituto de Estudios Socioeconómicos de Cajamar.

La ciudad en estas tres dimensiones de urbs, civitas y polis no está encerrada


en sus propias dinámicas internas, sino que participa plenamente, para bien y
para mal, de las dinámicas y procesos globales. Vamos a distinguir algunos de
estos procesos que afectan a todos los territorios urbanos del mundo y otros
que impactan en mayor medida en unos que en otros en función del nivel de
desarrollo económico, la historia de planificación y la situación geopolítica.
Nos enfrentamos a desafíos derivados del propio proceso de urbanización y
otros que nacen del desarrollo de las nuevas formas de acumulación de capital
y de distribución y consumo.

1.1. Los déficits de la ciudad heredada Nota

Este apartado está basado en


La ciudad heredada contempla los dos modelos históricos de ciudad, la «clá- diversos textos de Jordi Borja.
sica» o histórica y la «moderna» o metropolitana, que han sido el marco de las
respuestas a los desafíos que ha dado la cultura urbana de la segunda mitad del
siglo XX. La ciudad construida durante el siglo XIX y la expansión del siglo XX
ha resultado en grandes infraestructuras, barrios revitalizados, recuperación
de patrimonio, distritos productivos industriales o de oficinas, y también en
tejidos urbanos degradados, extensiones suburbiales sin servicios y estructu-
ras productivas abandonadas. La urbanización, especialmente en los países en
desarrollo, no siempre ha incluido las infraestructuras básicas de movilidad,
saneamiento, agua, energía, comunicaciones… y los equipamientos, los servi-
cios y los espacios públicos que permiten a los habitantes de una ciudad con-
vertirse en ciudadanos.

1) La ciudad�histórica o clásica se ha forjado durante generaciones y es hasta


hoy el modelo «cultural» de ciudad. La ciudad histórica existe y, para ser exac-
tos, hay que considerar (y, por lo tanto, catalogar) como tal al conjunto de la
ciudad heredada, tanto la ciudad medieval o romana como la ciudad barroca
(o colonial en América Latina), tanto la ciudad de los ensanches y avenidas
del siglo XIX como la de los barrios obreros y de las fábricas de los siglos XIX e
inicios del XX. La ciudad histórica es la ciudad de la densidad y de la mezcla de
usos y de poblaciones (por lo menos en el pasado), en la que el espacio público
está presente. También es la ciudad del poder, religioso y político-militar, del
capitalismo mercantil (preindustrial) que hizo del intercambio el fundamento
de la vida urbana. Esta ciudad histórica la identificamos en nuestro imagina-
rio con la ciudad strictu sensu, a la que atribuimos valor de centralidad, la que
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marca la diferencia, la identidad o la que por lo menos proporciona el emble-


ma, la imagen de marca de la ciudad, la que todavía nos transmite «sentido».
Por lo tanto, la ciudad histórica está en nuestro imaginario, y también en la
realidad física y funcional de la ciudad actual. A los déficits propios de la ciu-
dad histórica como la falta de espacio libre, construcciones e infraestructuras
anticuadas, se suma un proceso de mercantilización del espacio público y gen-
trificación en sus barrios. Uno de los principales factores en este proceso es el
turismo que usa el imaginario y la identidad de la ciudad histórica como valor
de cambio para la industria turística.

2) La ciudad�moderna es la ciudad de la revolución industrial y de las nue-


vas infraestructuras ferroviarias y portuarias, de los ensanches y de las nuevas
centralidades. También es la urbe de los barrios obreros, algunos herederos a
su vez de los suburbios de la ciudad medieval o clásica, otros de la reconver-
sión de pueblos agrícolas vecinos de la urbe comercial y administrativa, otros
subproductos de la implantación de las industrias. También los hay producto
de la marginalidad y de la autoconstrucción, de las barracas contemporáneas
del desarrollo de los ensanches. Esta «otra ciudad», pobre y marginal, que hoy
asociamos más con el mundo latinoamericano, asiático o africano, estaba muy
presente hasta hace pocas décadas en las ciudades europeas, y todavía no ha
desaparecido: el «cuarto mundo urbano», más o menos escondido, está en los
centros degradados, en las periferias no renovadas y en los intersticios de la
aglomeración urbana. La ciudad moderna es también la ciudad que, merced
a la electricidad y a las nuevas técnicas constructivas, edificó en altura. Las
modernas zonas centrales, en parte mediante la reforma de la ciudad histórica,
como la proyectada por Haussmann en París, y en parte mediante los nuevos
ensanches, como el proyectado por Cerdà para Barcelona, se reservaron prio-
ritariamente para los sectores medios y altos, aunque también existan zonas
de mezcla social.

La vieja ciudad metropolitana es la ciudad moderna que durante el siglo XX

se expandió hacia las periferias, colonizó las zonas rurales circundantes e in-
corporó funcionalmente, en muchos casos también administrativamente, los
municipios del entorno gracias a la adopción de nuevos medios de transporte.
Esta ciudad metropolitana llega a nuestros días con multitud de problemas
no resueltos, con deudas sociales pendientes, con barrios y municipios peri-
féricos que no tuvieron nunca centralidad y que el tiempo ha deteriorado.
Incluyen periferias afectadas por infraestructuras (obsoletas o nuevas) viarias,
ferroviarias, portuarias o aeroportuarias y por la crisis de la vieja industria.
Son territorios mal conectados entre sí, en los que en el mejor de los casos la
autoconstrucción fue sustituida por conjuntos residenciales públicos o socia-
les, espacios públicos y equipamientos pobres y de una homogeneidad social
que genera, muchas veces, un círculo vicioso que hace la exclusión más fuer-
te que la cohesión comunitaria. Son áreas que hoy sufren una acentuación
del proceso de marginación cuando se convierten en el refugio de una gran
concentración de nuevos inmigrantes, sin papeles, sin trabajo estable, sin in-
tegración cultural y, en muchos casos, sin aceptación social. Estas áreas del
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desarrollo metropolitano, con sus tramas urbanas pobres y fragmentadas que


se manifiestan por la miseria del espacio público y la mala calidad de los con-
juntos de vivienda, han tenido históricamente gobiernos municipales débiles
por la falta de recursos financieros y técnicos. A esto se ha añadido el coste
que han pagado por la expansión de la ciudad central, que ha ido enviando a
las «afueras» lo no deseado de las instalaciones logísticas, actividades molestas
y colectivos sociales de bajos ingresos y, en ciertos casos, problemáticos.

Los déficits de la ciudad heredada se pueden enmarcar en un triple proceso


que se añade como triple desafío en la ciudad actual:

• La disolución� de� la� trama� urbana, por la difusión de la urbanización


desigual y dispersa y el debilitamiento o especialización de los centros con
procesos de gentrificación, turistificación y empobrecimiento comercial.

• La fragmentación�del�tejido�urbano�y�social, por extremar algunos su-


puestos funcionalistas que se expresan en la combinación de un capitalis-
mo desregulado con la lógica sectorial de las administraciones públicas y
producen la multiplicación de elementos dispersos y monovalentes en un
territorio cortado por vías de comunicación.

• La privatización�del�espacio�urbano, materializado en la generalización


de guetos según clases sociales –desde los condominios de lujo hasta las
favelas o asentamientos populares en sus diferentes versiones– y la susti-
tución de las calles, las plazas y los mercados por centros comerciales.

Los tres procesos mencionados (dispersión, fragmentación y privatización) se


refuerzan mutuamente contribuyendo a la precarización residencial, la degra-
dación de los servicios urbanos, el colapso de la movilidad, la mala gestión de
recursos escasos o la obstaculización de la gestión territorial; además, contri-
buyen a la casi desaparición del espacio público como espacio de ciudadanía.

1.2. Nuevos desafíos de la ciudad en el siglo XXI Nota

En la asignatura «Gobierno
local e innovación», el enfo-
Los espacios urbanos del siglo XXI deben gestionar los procesos de diso- que de los nuevos desafíos es-
tá centrado en la capacidad
lución de la trama urbana, fragmentación del tejido urbano y social, y de acción de los gobiernos lo-
privatización del espacio urbano que se añaden a los déficits urbanísti- cales para dar respuesta a es-
tos. En cambio, en esta asigna-
cos y sociales derivados del propio proceso de urbanización. tura se contempla el impacto
e influencia de los mismos so-
bre los territorios de la ciudad,
exista o no acción de los go-
biernos locales.
Frente a estos desafíos provenientes de la ciudad heredada, las ciudades deben
gestionar aquellos retos procedentes de la globalización y de la presencia e
importancia de lo urbano en el mundo. La lista podría ser muy larga, pero
destacaremos especialmente:

• El shock/emergencia climática.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 10 Desafíos y actores de la ciudad

• Los cambios en la estructura demográfica y las migraciones.


• Las desigualdades entre clases sociales, entre territorios y entre países.
• La economía sin empleo con los impactos de la inteligencia artificial y la
robótica.
• La conversión de la ciudad en un bien de inversión.
• La gestión del subsuelo y el aire.
• La gestión de la privacidad, la ética del desarrollo y utilización de la tec-
nología.
• Los sistemas de legitimación y de derechos.
• Las relaciones entre estados y ciudades.

1) La emergencia�climática tiene dos vertientes a destacar:

• Los impactos sobre la energía, el agua y la salud de las poblaciones de los


efectos derivados de la contaminación del aire, la elevación de temperatu-
ras y del nivel del mar.

• La huella de los fenómenos climático extremos sobre el propio tejido ur-


bano y sus poblaciones.

Existen estudios que demuestran la relación directa entre la polución del aire y
la contaminación de aguas con muertes prematuras de habitantes urbanos. La
mejora de la calidad del aire, del ruido y de las islas de calor, así como el acceso
a fuentes de agua limpias, ayudaría a mejorar la salud de los ciudadanos.

Lluvias torrenciales, olas de calor, sequías extremas, vientos huracanados, fríos


en tiempos de verano, calor tropical en zonas templadas, tornados, corrimien-
tos de tierras, granizadas y muchos otros fenómenos que paralizan la actividad
cotidiana de personas, infraestructuras y economía, provocan destrozos ma-
teriales de espacio público, infraestructuras y viviendas, tragedias humanas y
contribuyen a los movimientos forzosos de población. Las ciudades son gene-
radoras y pueden ser solución ante las emergencias climáticas. Actuar sobre las
causas del cambio climático y desarrollar políticas de prevención de sus im-
pactos y efectos son parte de la agenda urbana. Las energías limpias, la trans-
formación radical de las formas de movilidad, la tipología de construcción,
el modelo productivo, la planificación, la educación, la prevención… deben
constituirse en elementos básicos de las políticas urbanas de futuro.

2) Los cambios�demográficos afectan a todas las ciudades del mundo, espe-


cialmente las europeas, la mitad de las cuales no crecerá en población en las
próximas décadas. Las principales evoluciones poblacionales se centran en el
creciente envejecimiento, que afectará tanto al sistema productivo como a la
organización de las prestaciones sanitarias, las pensiones y del bienestar. Una
sociedad más envejecida requiere servicios, políticas sociales, infraestructuras,
vivienda y transportes distintos. Las prácticas de consumo y las necesidades
ciudadanas se transforman radicalmente con los procesos de envejecimiento.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 11 Desafíos y actores de la ciudad

El envejecimiento se liga a la necesidad de rejuvenecimiento de la población y


de mano de obra y, por tanto, a la consideración de los procesos de migración
hacia esas áreas urbanas.

Existen más de doscientos cincuenta millones de migrantes en el mundo, y


se espera que los movimientos humanos tiendan a crecer por los conflictos
y la violencia, los efectos del cambio climático, el incremento de las desigual-
dades y la expansión de la información y las comunicaciones. Las migracio-
nes, en todas sus dimensiones, migrantes económicos, refugiados, migrantes
medioambientales…, son un factor de cambio de las sociedades urbanas, con
impactos en dimensiones demográficas, sociales, culturales…, y también en
las formas y usos urbanos. La gestión del incremento de la diversidad en un
entorno complejo es uno de los principales retos a los que se enfrentan las
sociedades urbanas.

3) Las crecientes�desigualdades internas entre clases sociales, entre territo-


rios y entre países, derivadas del capitalismo especulativo y el retroceso de las
capacidades públicas para evitar o compensar los efectos perversos de las ten-
dencias económicas, se reflejan especialmente en las ciudades con la segrega-
ción espacial, el incremento de la pobreza infantil, las familias sin empleo, las
condiciones de la vivienda, la salud de los ciudadanos y el acceso desigual a
la movilidad, los servicios urbanos y las tecnologías. También vemos nuevas
fracturas y desigualdades sociales en los expulsados del mercado de trabajo por
el declive de la vieja economía, o la exclusión de las poblaciones atraídas por
el auge de las regiones urbanas «globalizadas» y que sufren múltiples discrimi-
naciones. Las políticas inclusivas y equitativas orientadas a territorios y grupos
específicos deben combinarse con la política urbana que detecte las causas y
prevenga sus efectos o reoriente los procesos.

4) Esta segunda parte se alza como muy relevante cuando el trabajo, que ha
sido la fuente esencial de ingresos de los ciudadanos y la fuerza de atracción
hacia las áreas urbanas, está en proceso de transformación. Claramente, las
tecnologías de la información y la comunicación están impactando en el mer-
cado de trabajo, destruyendo empleos, especialmente en los cuadros medios,
mientras que se crean trabajos de alta cualificación y trabajos de servicios en lo
más bajo de la escala salarial. Esta estructura de empleo no hace sino agrandar
la polarización social. Los impactos de la�inteligencia�artificial�y�la�robóti-
ca sobre el mercado de trabajo son ciertos, aunque de difícil cuantificación y
orientación. Una economía sin empleo, o sin un tipo de empleo específico,
especialmente sin cuadros medios, es posible. La destrucción de las clases me-
dias urbanas representa una fractura sin precedentes en las dinámicas urbanas,
especialmente de las ciudades de los países en desarrollo.

5) La expansión�de�la�economía�digital�y�las�nuevas�formas�de�producción,
distribución�y�consumo que conllevan impactan en las dinámicas urbanas,
con especial énfasis en tres áreas:
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 12 Desafíos y actores de la ciudad

• La primera dimensión es el mercado de la vivienda, con la aparición de los


alquileres turísticos y las segundas residencias urbanas.

• La segunda es el uso del espacio público por el flujo creciente de visitantes


y la utilización de los espacios comunes para la distribución.

• La tercera que queremos destacar es el mercado de trabajo con la uberi-


zación y precarización de las ocupaciones, por un lado, y la atracción de
gente altamente cualificada en el otro extremo.

La gestión de estos impactos se complica cuando la�ciudad�en�sí�misma�se


convierte�en�el�bien�de�inversión�y�especulación. La ciudad ya no es solo el
espacio para la producción y los negocios, sino que se convierte ella misma en
el negocio, como se refleja en la inversión en inmobiliario como valor seguro,
valor refugio, la venta turística de la «experiencia urbana», o el interés por la
contratación se servicios y suministros públicos.

6) No por menos comentado deja de ser un nuevo reto para las ciudades la
gestión�del�subsuelo�y�del�aire�urbano. Cualquier película de ciencia ficción
muestra que la tecnología y la logística utilizarán el subsuelo y el espacio aéreo
urbanos para el desplazamiento, la distribución, el almacenaje… ¿Quién no
ha imaginado drones de reparto que te entregan el producto en la ventana
o balcón? Al igual que la movilidad en instrumentos personales (patinetes,
bicicletas eléctricas, monopatines…) lleva a la necesidad de repensar los usos
de los distintos espacios públicos y a la regulación de opciones a veces con
intereses contrapuestos, las ciudades deberán plantearse los usos del subsuelo
y del aire por parte de empresas y ciudadanos.

Sistema de transporte «Loop»

Un ejemplo que plantea muchas reflexiones es la propuesta y proyecto piloto de Musk,


propietario de Tesla y de la compañía Boring, sobre el transporte y la movilidad en Los
Ángeles. Una compañía privada propone una solución de sistemas de movilidad subte-
rránea a gran velocidad como alternativa a las congestionadas autopistas de Los Ángeles.
El tema esencial en este caso es que quien hace de planificador (con mapa incluido) de
la movilidad de las ciudades y de la movilidad interurbana es una compañía privada,
utilizando un espacio público a distintos niveles de profundidad. Sin esperar el permiso,
The Boring Company ha publicado su primer mapa de la nueva movilidad de la ciudad
que traza las rutas que le gustaría construir como un sistema de transporte subterráneo de
Los Ángeles. La compañía, dedicada a construir una red de tránsito subterráneo, todavía
tiene que construir un sistema prototipo que funcione. Sin embargo, ha estado acumu-
lando permisos (paywall) y apoyos de agencias gubernamentales, y ha excavado un túnel
de prueba en el estacionamiento de SpaceX (otra de sus empresas) en Los Ángeles. Lo
que la compañía ha denominado previamente un «túnel de prueba» en el suburbio sur
de Hawthorne, entre el centro de Los Ángeles y Torrance, demuestra el sistema «Loop»
de la compañía. Las personas son transportadas a través de los túneles del sistema a una
velocidad de hasta 240 km por hora. Viajan en una plataforma eléctrica llamada «patín».
El dispositivo comprende un vehículo que transporta entre ocho y dieciséis pasajeros, o
un automóvil que ha sido conducido sobre él. The Boring Company advirtió que el mapa
pretende ser «un concepto, no como una alineación finalizada» y quería cooperar con los
gobiernos de los condados y ciudades, así como con el público en general. De hecho, la
compañía presiona a las ciudades anunciando planes y proyectos que las ciudades dicen
todavía no haber considerado. También añadió que su tecnología y capacidades de visión
pueden ser utilizadas en otros servicios públicos y especialmente el agua, tema candente
en muchas grandes ciudades que se enfrentan a la emergencia climática.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 13 Desafíos y actores de la ciudad

7) Sin voluntad de exhaustividad, cerraremos este apartado de posibles


desafíos de las ciudades del siglo XXI con dos temas de actualidad y que pre-
cisan la actuación de todos los actores sociales y políticos. El primero hace
referencia a la ética�del�desarrollo�y�la�utilización�de�la�tecnología. La tec-
nología puede ayudar a superar y mejorar muchos de los retos que plantean
los servicios urbanos, pero también puede alejar las soluciones y el control de
los ciudadanos. La tecnología para el bien común y el interés general necesita,
sobre todo, medidas de reflexión, regulación y control del uso de las tecnolo-
gías especialmente aplicadas a la gestión de la ingente cantidad de datos que
se generan en la ciudad. La protección de la privacidad, la no privatización de
los datos generados en nuestro ejercicio diario como ciudadanos… son pilares
de la libertad y la democracia. Movimientos como el de la Coalición de Ciu-
dades por los Derechos Digitales (2018), entre las que destacan Ámsterdam,
Nueva York, Barcelona Los Ángeles o Milán, es un paso adelante. La coalición
se plantea como objetivos:

• El acceso universal e igualitario a internet y la alfabetización digital.


• La protección de datos, la privacidad y la seguridad.
• La transparencia, la rendición de cuentas y la no discriminación de datos,
contenidos y algoritmos.
• La democracia participativa, la diversidad e inclusión.
• Los estándares de servicio digital abiertos y éticos.

La tecnología y la globalización obligan a repensar los sistemas�de�legitima-


ción, por un lado, y la aplicación y defensa� de� los� derechos, por otro. La
ciudad ha sido y es un espacio de diversidad, anonimato y libertad, y debe
seguir siéndolo.

8) Las ciudades del siglo XXI se enfrentan a la restructuración�de�las�relacio-


nes�entre�las�áreas�urbanas�y�los�estados. Las ciudades operan en la esfera in-
ternacional para incidir en los retos de la agenda global a través de su presencia
en foros internacionales, la colaboración con otras ciudades, la organización
de redes de intercambio de información y prácticas políticas, y el apoyo en la
ciudadanía movilizada. A pesar de ese espacio en la esfera internacional, espe-
cialmente atractivo para las autoridades locales, los estados siguen actuando
como financiadores, legisladores, garantes y actores internacionales. El poder
de los estados se recompone e incide en la mayoría de los temas urbanos sin
necesariamente conocer ni estar en el territorio. La transformación de las re-
laciones entre áreas urbanas y estado pasan por:

• La revisión de las competencias asignadas a cada nivel.


• El incremento de la cooperación y colaboración entre niveles o esferas de
gobierno.
• La transferencia de más recursos a las ciudades.
• El establecimiento de formas de gobernabilidad efectivas y democráticas
de las áreas urbanas dinámicas.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 14 Desafíos y actores de la ciudad

Los sistemas de gobierno de las áreas urbanas, de planificación, de gestión de


los programas y de los servicios públicos tampoco pueden ya organizarse o
diseñarse según los modelos administrativos tradicionales. Aparecen nuevos
conceptos e instrumentos como la planificación estratégica, la contractualiza-
ción de las relaciones interinstitucionales, la cooperación entre iniciativa pú-
blica y privada, la gestión social, la participación deliberativa y nuevos para-
digmas de diseño de las ciudades del futuro. El territorio metropolitano actual
es distinto: las áreas urbanas se definen por la construcción progresiva de un
espacio urbano basado en redes (físicas y virtuales) caracterizado por la dis-
continuidad, por la diversidad de centralidades y de movilidades, por la mul-
tiplicidad de temporalidades en los usos de la ciudad, por la heterogeneidad de
núcleos de población (ciudades de distinta dimensión e historia, municipios
y entidades intermedias que se solapan, mezclas de poblaciones residentes y
poblaciones usuarias) y por la alternancia entre zonas densas y zonas difusas.
El territorio de esta «ciudad de ciudades» es de geometría variable; no es sola-
mente un dato, también es el resultado de las estrategias públicas y privadas
que se den en el mismo. Las áreas urbanas del futuro arrastran la inercia de las
decisiones e inversiones de muchas décadas y deben asumir como principal
reto la definición de la visión de la ciudad que se desea. Consensuar en la cre-
ciente diversidad esta visión requiere capacidad técnica, liderazgos políticos
de diversa índole y escala, instrumentos legislativos y técnicos, capacidad fi-
nanciera, procedimientos de participación ciudadana... que permitan, por un
lado, superar los déficits pasados y, por otro, proponer una ciudad de ciuda-
danos. Las nuevas políticas urbanas se deben inventar. Hacer ciudad de futu-
ro es hoy un reto comparable a lo que fue el plantear la ciudad renacentista
como expansión de los burgos medievales o el salto a la ciudad industrial y
metropolitana respecto a la anterior. Se puede calificar este salto de revolución
urbana. La ciudad del futuro ha de ser sostenible, justa, abierta, inclusiva y
democrática.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 15 Desafíos y actores de la ciudad

2. Actores de la ciudad

La ciudad es el lugar de encuentro de los flujos, donde estos se concentran y


se organizan. Es el lugar de residencia, trabajo y ocio de casi el 50 % de la po-
blación del mundo. Es el lugar donde los sueños, las imaginaciones, los pro-
yectos aterrizan, se generan, se organizan y se mueren o multiplican. También
es el espacio de los miedos, las inseguridades y las injusticias de millones de
personas, a lo largo y ancho del planeta. Desde el siglo XIX la construcción
de la ciudad ha sido compleja, a veces espontánea, a veces planificada y, a lo
largo del tiempo, se ha modificado la tipología de los agentes urbanos que
construyen la ciudad.

Tradicionalmente, los agentes que intervienen en la construcción, la gestión,


el desarrollo y la transformación de la ciudad incluyen los poderes públicos,
los agentes inmobiliarios, los planificadores, los académicos, los técnicos de
la administración, los activistas, los agentes económicos, los gestores de infra-
estructuras… Todos ellos forman grupos�de�interés�con�objetivos�concretos
en el territorio urbano. A lo largo de la historia se han encontrado puntos de
encuentro, diálogo, intercambio y a veces consenso entre estos interlocutores,
y siempre ha existido el conflicto, que ha sido fuente de transformaciones más
o menos profundas. Las ciudades han encontrado maneras de dar voz a los
agentes y actores que intervienen en el desarrollo urbano, a través de la legis-
lación, las regulaciones, las normativas o los encuentros bilaterales, hasta los
consejos consultivos o los planes estratégicos.

Casi iniciando la tercera década del siglo XXI, la definición de los actores ur-
banos se hace más compleja. Esta complejidad se deriva, en gran parte, de las
transformaciones más generales que se iniciaron con la crisis económica de
1973. Los cambios en la estructura productiva –pasando del fordismo al pos-
fordismo, de la modernidad a la posmodernidad, de la ciudad industrial a la
posindustrial de servicios y del conocimiento, entre otras transformaciones–
han tenido un gran impacto en el espacio urbano en términos morfológicos.

Muchos de estos procesos han llevado a inventar neologismos y denomina-


ciones para designar esa nueva realidad de límites a veces imprecisos y cam-
biantes: ciudad difusa, ciudad-región, ciudad-archipiélago, hiperciudad, metápolis,
archipiélagos urbanos, ciudad policéntrica, incluso posmetrópolis y posciudad. Una
de las principales consecuencias es la aparición�de�nuevos�actores y la rede-
finición�de�algunos�tradicionales.

Al igual que las ciudades intervienen en la esfera internacional e intentan in-


cidir en las agendas globales, existen actores que influyen e impactan en la
evolución de las áreas urbanas desde otros territorios. En el capitalismo finan-
ciero especulativo, la localización en la urbe de los agentes actuantes no es
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 16 Desafíos y actores de la ciudad

imprescindible. La globalización, las tecnologías de la información y comu-


nicación, el incremento de flujos de personas, mercancías y capitales, y la ur-
gencia de algunos procesos globales redibuja el mapa de actores que actúan
en las áreas urbanas.

Para simplificar este entramado complejo de agentes, podemos distinguir en-


tre:

• Los actores presentes en el territorio y aquellos ausentes. Ejemplo de actores


• Los agentes reconocidos fácilmente identificables y los no reconocidos o presentes y ausentes

no identificables, pero que igualmente actúan. Actores presentes son las ad-
• Los que realizan una acción directa y los que destacan por acciones indi- ministraciones públicas loca-
les, los ciudadanos y sus orga-
rectas. nizaciones o empresas locali-
zadas en el territorio. Ausen-
tes localmente pueden incluir
otros niveles de administración
No todos los actores son fácilmente identificables y reconocidos por los diri- que, con sus legislaciones o sus
gentes, ciudadanos y administraciones, ni todas las acciones indirectas son decisiones, tengan un impacto
sobre la calidad de vida de las
fácilmente atribuibles. ciudades o plataformas digita-
les como Google.

Generar el mapa de agentes o actores urbanos de cada ciudad es imprescindi-


ble para conocer las dinámicas, identificar impactos, detectar responsables y
poner en marcha acciones de compensación, reacción o prevención. En la ac-
tualidad, podemos identificar un mapa de agentes urbanos que incluyen des-
de actores tradicionales del desarrollo urbano a otros novedosos.

Las administraciones�públicas, y sus órganos de gobierno, han sido uno de


los principales protagonistas del crecimiento, planificación y gestión de las
ciudades. El territorio de la ciudad tiene un ordenamiento jurídico, a veces,
muy complejo, porque está sometido a diversas instituciones. Generalmente
identificamos el gobierno y las administraciones locales (por más próximas al
ciudadano) como aquellas que inciden más en el desarrollo urbano con sus
planes, sus ordenanzas y sus regulaciones. Pero también debemos considerar
que otros niveles de gobierno y administración, con sus decisiones, leyes, re-
gulaciones y fondos, impactan directamente en el presente y el futuro de las
áreas urbanas, en la organización y desarrollo de servicios e infraestructuras
(trenes, puertos, pensiones…) y, por tanto, en las opciones de futuro en la
calidad de vida de las personas. En la actualidad, incluyen los gobiernos que
votamos y los que no: desde los locales, metropolitanos, regionales, estatales,
europeos (en el caso de áreas urbanas europeas) y también organizaciones in-
ternacionales que, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Or-
ganización Mundial del Comercio (OMC) o la Organización Internacional de
Migraciones (OIM), emiten regulaciones y normas. Todas ellas operan en la
ciudad a través de sus políticas y sus programas en distintos temas que afec-
tan al crecimiento y desarrollo de las ciudades. En momentos de promoción
del desmantelamiento de lo público, vale la pena insistir en el papel de las
administraciones y trabajar en su colaboración, coherencia, interdependencia
y eficacia.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 17 Desafíos y actores de la ciudad

En estos momentos, el urbanismo vuelve a envolverse en un halo de legiti-


midad social ganada a lo largo del siglo XX y que, en cierta medida, cayó en
desgracia con las olas del liberalismo de los años noventa. Las razones por las
que se acepta el urbanismo son muchas, pero sobre todo es porque la ciuda-
danía percibe que esta disciplina multidimensional y multisectorial permite
una disminución de los desajustes sociales en un territorio específico por su
capacidad redistributiva, al tiempo que ayuda a garantizar el futuro con un
mejor desarrollo de las transformaciones urbanas. Con todo, el urbanismo es
un proceso complejo. La Administración pública debe negociar con los dife-
rentes agentes urbanos, cada uno de los cuales defiende sus propios intereses,
y arbitrar entre sus conflictos y diferencias. El gobierno de la ciudad precisa de
reglas jurídicas claras y de la capacidad y autoridad para hacerlas acatar. Sin
embargo, las vías para desarrollar una ciudad mejor para todos no pueden ser
solamente urbanísticas, y por eso es importante el rol de cada administración.
Ciudades más justas tienen también relación con el sistema fiscal, más o me-
nos, progresivo, la capacidad de financiación y organización de servicios bá-
sicos como la educación o la sanidad, las normativas medioambientales o de
control alimentario, la investigación, el desarrollo tecnológico, la seguridad,
etc.

Los ciudadanos, organizados en movimientos, asociaciones, plataformas, cau-


sas, proyectos o intereses particulares son una voz esencial en la definición del
futuro de las áreas urbanas y son estratégicos para superar déficits o compen-
sar tendencias anticiudadanas. La participación en las opciones de presente
y futuro y la responsabilidad ciudadana son la base del derecho a la ciudad
definido por Lefebvre en la década de los sesenta del siglo pasado. A veces,
parece inconcebible que la voz ciudadana pueda conseguir grandes transfor-
maciones, pero la historia nos cuenta lo contrario.

Ejemplos de mejoras conseguidas por los ciudadanos

Centrándonos solo en Nueva York, son conocidas por todos las protestas organizadas por
Jane Jacobs contra la destrucción del Soho en los años sesenta del siglo pasado, y menos
conocida la historia de la peatonalización de la avenida Broadway.

Hace una década, el urbanista danés Jan Gehl, autor del libro Ciudades para la gente, pidió
a los neoyorquinos que opinaran sobre la peatonalización de Broadway. Las respuestas
fueron que desaparecieran los coches, sentarse sin tener que consumir y wifi gratuito.
Actualmente, un largo tramo de Broadway es así.

Las demandas y protestas de los vecinos de Queens, por el miedo a la gentrificación y


otros impactos en la comunidad, han llevado a replantear la localización de la segunda
sede corporativa de una gran compañía logística.

La participación ciudadana tiene un peso fundamental en la redefinición de


formas y usos urbanos, superación de déficits e imaginación de futuros, aun-
que requiere información, esfuerzo y marcos democráticos. Se debe escuchar
a la gente, pero siempre manteniendo el espíritu crítico ya que, como advertía
Richard Sennett en Construir y habitar (Anagrama):

«Pero escuchar no es lo mismo que dejar de pensar. Si hiciéramos lo que la gente quiere,
acabaríamos construyendo urbanizaciones valladas».
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 18 Desafíos y actores de la ciudad

El urbanismo debe pensar en el largo plazo, adaptarse a normas consensuadas


y escuchar a la gente ya que las opiniones, visiones y experiencias de la po-
blación deben añadirse a las informaciones elaboradas por los técnicos y ex-
pertos. En este proceso, los ciudadanos dejan de ser solo usuarios y participan
activamente en el diseño de su ciudad.

Los técnicos�y�expertos (arquitectos, planificadores, técnicos de la adminis-


tración…) han sido y siguen siendo agentes de construcción de ciudad. Con
sus análisis, planes, informaciones definen el territorio. Sin embargo, en de-
masiadas ocasiones se alejan de las realidades que vive la población y planifi-
can desde torres de marfil sin comprometerse con las distintas opciones que
siempre existen. Sus decisiones, por mucha información que acumulen, no
son nunca neutrales y deben contribuir a construir opciones que respondan
a las necesidades de la mayoría.

Los agentes�sociales�y�culturales tienen un papel esencial en la definición


de las ciudades. Ahí están los sindicatos de defensa de los trabajadores, pero
también los defensores de los arrendatarios o de los usuarios del transporte
público, así como los representantes de movimientos sociales, entidades cul-
turales y universidades.

Los medios�de�comunicación�y las�redes�sociales actúan como informadores


y difusores de ideas, opiniones y acciones, a veces exagerando, inventando o
distorsionando la realidad. Los ciudadanos deben aprender a leer las informa-
ciones sin desenchufar nunca el interruptor del pensamiento crítico.

Los grandes� promotores� inmobiliarios han sido y siguen siendo un actor


central en el crecimiento, remodelación y futuro de las urbes mundiales. La
clara tendencia a recolocar recursos financieros de activos industriales o bur-
sátiles hacia activos inmobiliarios no ha hecho más que acrecentar la relevan-
cia de estos agentes en el territorio. Las ganancias inmobiliarias esconden todo
aquello que pierden las ciudades en esta tendencia especulativa. La mercan-
tilización, la gentrificación, la turistificación, la expulsión de población resi-
dente, las segundas residencias urbanas, la homogeneización física y social, la
pérdida de vida ciudadana, el abandono comercial… son algunas de las con-
secuencias de convertir la ciudad en un bien para la acumulación de capital.
En las últimas décadas, estos procesos se han hecho todavía más complejos
porque cada vez es más complicado identificar a los sujetos de estas inversio-
nes que en muchas ocasiones son fondos de inversión off shore, dificultando
cualquier proceso de negociación, consenso o regulación por parte de los ciu-
dadanos y las administraciones públicas.

Los agentes�económicos, entre los que hemos destacado los promotores in-
mobiliarios, han sido grandes creadores de ciudad. No todos los actores eco-
nómicos son iguales, ni tienen la misma influencia sobre el territorio. Además
de distinguirse por su dimensión y capacidad económica, existen los actores
económicos que actúan en el territorio directamente a través de su actividad o
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 19 Desafíos y actores de la ciudad

su presencia, como son las empresas industriales, comerciales, logísticas o tu-


rísticas con recursos y bienes en el área urbana. A su lado, distinguimos las or-
ganizaciones y asociaciones empresariales o comerciales, turísticas o de lobby,
think tanks o agentes de marketing, que, con sus propuestas, sus acciones, sus
campañas, sus relaciones y su difusión en defensa de los intereses de sus aso-
ciados, inciden muy directamente en las negociaciones, propuestas y creación
del futuro urbano. Hablamos de las cámaras de comercio, asociaciones empre-
sariales, instituciones de promoción del territorio, ejes comerciales, entidades
sectoriales, etc.

No debemos olvidar aquellos agentes económicos externos que empiezan a


incidir en el desarrollo de la ciudad sin necesariamente estar todavía presen-
tes: son grupos empresariales, fondos de inversión, startups o millonarios que
buscan territorios, empresas, segundas residencias o simplemente condiciones
para invertir, producir o especular. Cuando alguno de estos agentes que res-
ponden a lógicas lejos del control de las ciudades aterriza en el área urbana a
partir de, por ejemplo, la compra de las infraestructuras portuarias, o de edifi-
cios singulares centrales, las dinámicas se alteran y se inician procesos de difí-
cil gestión. A veces, la lógica de inversión no solo responde a la rentabilidad
inmediata del negocio, sino que se inscribe en lógicas más amplias de desa-
rrollo geopolítico.

El ejemplo de China

Un caso relevante es la inversión china en los grandes puertos del mundo. China ha
diseñado un plan para potenciar su comercio marítimo, en el que el mar Mediterráneo
y sus ciudades puerto son piezas esenciales. La estrategia intenta controlar el transporte
marítimo a través de la política de rutas llamada la Tierra del Siglo XXI, el equivalente
marítimo de la ruta de la seda. Empresas estatales o privadas compran grandes infraes-
tructuras portuarias reforzando especialmente su presencia en el Mediterráneo: Barcelo-
na, Valencia, el Pireo, Nápoles, Limasol…, pero también en la orilla sur, con un proyec-
to portuario al oeste de Argel y una ciudad industrial, Tánger Tech, cerca del puerto de
Tánger-Med, en la que se espera establecer trescientos mil empleos. La geopolítica tiene
también impactos directos en el futuro de las ciudades, siendo estas parte de estrategias
de difícil control e incluso conocimiento.

En las dos últimas décadas se han desarrollado una serie de grandes empresas
tecnológicas que se han convertido en agentes urbanos omnipresentes, han
establecido nuevas formas de trabajo, e impactan en la organización urbana,
en el desarrollo de las actividades cotidianas y en el futuro de todos los ciuda-
danos. Hablamos de las grandes�empresas�tecnológicas y de las plataformas
digitales.

¿Cómo se puede enmarcar en unas reglas de juego a tan diversos actores cuan-
do estos se encuentran en esferas de decisión y marcos legislativos distintos?
Las competencias y marcos legislativos permiten marcar aquello que se pro-
pone, hace o existe. El cóctel final es distinto en cada área urbana según las
opciones políticas, las ventajas competitivas del territorio, el atractivo para las
inversiones y las personas, y los recursos, de todo tipo, disponibles. Por ello,
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 20 Desafíos y actores de la ciudad

es esencial que las autoridades locales tengan la capacidad técnica, los recur-
sos y la autoridad para defender el interés general en un marco cada vez más
complejo.

Todos estos actores actúan en la ciudad siguiendo sus intereses y valo-


res y observando y tratando la ciudad desde distintos puntos de vista
y perspectivas. La ciudad como bien social, la ciudad como hábitat, la
ciudad como negocio, la ciudad como fábrica, la ciudad como inver-
sión, la ciudad como espacio de reproducción, la ciudad como repre-
sentación, la ciudad como espacio de lucha, o de guerra… En este con-
texto de agentes diversos con interrelaciones complejas, de actuación
incierta, es necesario construir consensos para la definición de la ciudad
del futuro potenciando las decisiones democráticas y la transparencia.

El reto es enorme y muchos piensan que solo la confrontación entre lo local


y lo global es la solución.

2.1. La emergencia de las grandes tecnológicas y plataformas


digitales

Vale la pena pararse brevemente en reflexionar sobre algunos de estos agentes


nuevos que actúan sobre lo urbano, sobre esos algoritmos que parece condi-
cionan nuestro presente y nuestro futuro. Aunque algunos comentarios valen
indistintamente para todas ellas, no tiene la misma dinámica ni impacto una
gran empresa tecnológica que una plataforma digital mal llamada colabora-
tiva. Las grandes empresas tecnológicas como Google, Apple, Amazon, Face-
book o Tesla, y las plataformas digitales como Airbnb, Lyft, Uber, Glovo… re-
fuerzan su presencia en las ciudades de muy diversas maneras e impactan en
ellas de una forma multidimensional, y muchas veces generando cambios es-
tructurales.

Para estas grandes empresas, las ciudades son en primer lugar allí don-
de se concentran sus clientes, ya que la mayoría de ellos son habitan-
tes urbanos. Las tecnológicas venden información, estatus, logística o
relaciones. Las plataformas digitales tienen, sobre todo, sentido en la
ciudad.

Estas empresas operan globalmente y consiguen grandes cantidades de fondos


basados más en relatos y en ventas a futuro que en resultados económicos tra-
dicionales. Cada una de ellas opera con productos, información, deseos e imá-
genes de los ciudadanos. Ya sean las búsquedas de recorridos, las expresiones
utilizadas en los correos, las fotos colgadas, las preferencias y los likes, las com-
pras en línea, los recorridos urbanos, las preferencias culinarias… Todo queda
como materia prima del gran negocio del siglo XXI: recoger,�tratar�y�vender
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 21 Desafíos y actores de la ciudad

información. La concentración de flujos y personas convierte las ciudades en


espacios ideales para ello, materia prima del modelo de negocio. Estas empre-
sas han convertido la ciudad en un nuevo territorio de inversión tanto por
el número de clientes que concentran en estos espacios como por la acumu-
lación de datos que consiguen. El data y su gestión es el quid del negocio. La
cantidad de información que recaban estas compañías de cada ciudadano es
extraordinaria y condicionan nuestro futuro y decisiones con sus algoritmos.

Las grandes�tecnológicas son agentes urbanos como agentes económicos en


sus propios sectores, y también porque inciden o intentan entrar en los servi-
cios urbanos. La ciudad también es un cliente, y con presupuestos públicos.
Estas grandes empresas ven las ciudades como una oportunidad, ya que los
servicios urbanos (smart cities) son grandes desafíos económicos. Esto es exten-
sible a otras grandes empresas energéticas o de obras públicas. Así, vemos em-
presas como ACCIONA, que entra en el mercado de la movilidad a través del
motosharing, BMW-Porsche, que ofrecen movilidad urbana, ACSm que ofrece
atención a domicilio… Es un mercado enorme, ya que se calcula que los ser-
vicios urbanos representan más de un tercio de los gastos de los hogares.

La presencia urbana de estas grandes empresas se ha engrandecido también a GAFA y NATU


partir de la construcción de sus sedes, que quieren ser símbolo e imagen de su
GAFA: acrónimo para Google,
poder y valores. La mayoría de las empresas GAFA construyen grandes sedes Amazon, Facebook y Apple,
sociales que constituyen ciudades en sí mismas. Algunos ejemplos son la sede primera hornada de grandes
corporaciones tecnológicas.
de Apple (Apple Park) en Cupertino, Google (con un barrio denominado Goo- NATU: acrónimo de Netflix,
Airbnb, Tesla y Uber.
gleplex) en Mountain View, o la de Amazon y Microsoft en Seattle. Amazon
creó su sede en el centro de la ciudad, contribuyendo a la construcción de la
ciudad e impactando en la vivienda, el transporte, la dinámica urbana…, ge-
nerando y acentuando así una dualidad urbana de sueldos altos y alto consu-
mo al lado de empleos precarios mal pagados. Más de cuarenta mil empleados
se dividen en más de tres decenas de edificios. Estas empresas ejercen también
de propietarios inmobiliarios en las grandes urbes con sus sedes o almacenes
y centros logísticos, que construyen (a veces con subvenciones públicas) para
luego vender y seguir utilizando en alquiler.

Con sus inversiones y planes de expansión, estas empresas han encendido


la competencia entre ciudades. Distintas ciudades y regiones compiten para
atraer las sedes secundarias de estos gigantes.

La segunda sede de Amazon

La empresa Amazon puso en competición más de doscientas ciudades de América del


Norte, recopilando en el proceso gran cantidad de datos sobre estos centros urbanos, sus
poblaciones y sus problemas, así como la disponibilidad y predisposición de los poderes
públicos para ofrecer ventajas fiscales, urbanísticas, de movilidad… La búsqueda de una
segunda sede para Amazon, con la promesa de cincuenta mil puestos de trabajo en veinte
años, es un ejemplo exagerado de lo que ocurre en la actualidad en la búsqueda incesante
de nuevas actividades económicas en los territorios urbanos. La visibilidad, la urgencia
de derrotar a otras ciudades en lugar de cooperar, aparece como un sistema añadido de
las políticas urbanas. Las candidaturas para alojar a Amazon requerían una propuesta
de incentivos al proyecto ofrecido por el estado o provincia y las ciudades. Amazon se
ofrecía incluso a ayudar en la creación del paquete de incentivos, de las oportunidades
inmobiliarias y de las estructuras de coste. Los poderes públicos ofrecieron flexibilizar
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 22 Desafíos y actores de la ciudad

normativas, dar ayudas directas o realizar inversiones en redes de transporte público para
favorecer la implantación de esta sede.

Aparecen aquí unas reflexiones que muestran la nueva correlación de fuerzas


en el mundo globalizado. La empresa se dirige directamente a aquellos que tie-
nen mayor disponibilidad presupuestaria (en este caso los estados) y se ofrece
a crear el sistema de máximos incentivos fiscales, evitando la política local y
los debates locales, especialmente la resistencia vecinal. Las relaciones compe-
titivas entre administraciones se potencian, mientras las resistencias vecinales
se evitan. En el caso de esta empresa, en muy pocos casos se llevó a cabo una
discusión más profunda sobre el posible impacto negativo de la localización
de Amazon en comunidades concretas. Son pocas las veces en las que la co-
munidad puede parar las acciones de los líderes políticos y económicos para
el desarrollo de grandes proyectos, y el caso de Queens (localización escogida
y descartada por las resistencias en favor de los suburbios de Washington D.
C.) es un buen ejemplo. El sistema de financiación urbana (impuesto sobre
la construcción y los inmuebles mayoritariamente, IBI en España) hace que
la competencia por atraer nuevas inversiones sea feroz, ofreciendo incentivos
fiscales que a la larga pasan factura a las finanzas municipales y al bienestar de
la comunidad con consecuencias como congestión viaria, escuelas saturadas,
infraestructuras insuficientes, aumento de alquileres, etc. Las grandes tecno-
lógicas desafían a las ciudades y a los ciudadanos con su triple oferta: los datos,
el empleo que pueden generar y su poder financiero.

Estas grandes empresas también han visto en la ciudad una nueva fábrica, po-
niendo las nuevas tecnologías al servicio de los desafíos urbanos y para mejo-
rar la calidad de vida de los ciudadanos. Experimentan, innovan y proponen la
construcción de barrios enteros. El caso de Toronto es bien conocido: Sidewalk
(filial de Google) se convirtió en 2017 en el laboratorio de la nueva ciudad
uberizada. Estas empresas se convierten en diseñadoras y explotadoras comer-
ciales de la ciudad y construyen espacios urbanos social y económicamente
homogéneos. El poder político retrocede ante las grandes empresas, cuestio-
nando el derecho a la ciudad como el derecho a vivir en la ciudad donde quie-
ras, el derecho a acceder a los espacios y servicios públicos, el derecho a impli-
carse en los asuntos de la ciudad, a participar en el proceso democrático… La
dimensión de estas tecnológicas que a veces supera el PIB de países pequeños
y su capacidad de movilidad internacional hacen difícil el control fiscal, la
protección de los datos personales y la gestión del data que se genera a diario
en la ciudad. Las actuaciones de algunas de estas empresas ya han generado
movilizaciones ciudadanas en contra, como por ejemplo la de Berlín contra
Google en el barrio de Kreuzberg.

Las plataformas� digitales que se venden como economía colaborativa


(Airbnb, Uber, Lyft, etc.) impactan en las dinámicas urbanas de forma muy
radical y con unas características tan identificables que los nombres de estas
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 23 Desafíos y actores de la ciudad

compañías se han convertido en adjetivación: ciudad uberizada, economía


uberizada para identificar situaciones de precariedad, desregulación, externa-
lización de costes y riesgos…

En muchas ocasiones, se confunde la economía de plataformas con la econo-


mía colaborativa. Las plataformas digitales han desarrollado un sistema eco-
nómico que, a partir de la web, permite intercambiar servicios evitando las re-
gulaciones laborales, fragmentando los empleos, esquivando las regulaciones
fiscales. Los impactos de las empresas como Airbnb o Uber en las ciudades son
multidimensionales y afectan a distintos ámbitos según el sector y tienen que
ver, fundamentalmente, con el funcionamiento de algunas dinámicas urbanas
y el mundo laboral.

Mientras las grandes tecnológicas crecieron durante la primera década del si-
glo XXI, las plataformas digitales NATU (Netflix, Airbnb, Tesla, Uber) se desa-
rrollaron en la década de 2010 con las nuevas tecnologías (smartphones), las
compañías low cost y el incremento del turismo. El turismo, uno de los grandes
desafíos de las ciudades, se ha convertido en el origen de muchas de las gran-
des transformaciones. Airbnb nació en 2008 en San Francisco y en diez años
ha revolucionado el alquiler turístico de corta duración que ofrece en más de
sesenta y cinco mil ciudades. Las plataformas de alquiler de viviendas de corta
duración han impactado sobre el mercado inmobiliario, el espacio público y
los comercios de las ciudades.

Los precios del mercado de la vivienda se disparan, la oferta de vivienda ase-


quible disminuye y los procesos de turistificación se intensifican allí donde
se concentran viviendas de alquiler turístico. Desaparecen las tiendas tradi-
cionales que sirven a residentes y familias y son sustituidas por restaurantes,
supermercados y tiendas de recuerdos. Sim embargo, estos cambios no son
solo el resultado de la implantación de alojamientos turísticos. También las
nuevas formas de consumo hacen que el comercio tradicional pierda cuota de
mercado. Muchas de esas tiendas son reemplazadas por otros servicios, como
las grandes cadenas especializadas en restauración, las aseguradoras, las aca-
demias de idiomas, clínicas dentales, centros de estética, o gimnasios. Entre
los sectores de moda, equipamiento personal o electrónico, solo las grandes
marcas (que incorporan el alquiler a pie de calle como gastos de marketing)
abren grandes tiendas que actúan como escaparates, probadores, puntos de
recogida o devolución para la venta en línea. Esta transformación de la calle,
las viviendas y el uso del espacio público afecta a la identidad de los barrios
y las ciudades tendiendo a una cierta uniformización y perdiendo, en esta di-
námica, aquel atractivo que hacía cada ciudad especial y, por tanto, valedora
de la experiencia turística. También en este camino los barrios menos turísti-
cos empiezan a recuperar los ejes comerciales de proximidad como rechazo a
la uniformización de los centros y como retención-atracción de la población
residente.
CC-BY-NC-ND • PID_00271231 24 Desafíos y actores de la ciudad

Para evitar la expulsión de los residentes de los barrios más turísticos, las ciu-
dades han desplegado varias estrategias para la regulación de los alojamientos
turísticos de corta duración. Berlín, Ámsterdam, Londres, Bruselas, Lyon, París,
Barcelona… son algunas de ellas, y las medidas adoptadas incluyen las multas
a las plataformas por anuncios ilegales, los inspectores de alojamientos turísti-
cos, el procedimiento de registro, la limitación del número de noches por año
en la que se pueden alquilar viviendas, el principio de compensación (licencia
de alquiler turístico a cambio de vivienda social en el mismo barrio), etc.

Otras plataformas digitales como Uber, Delivero, Amazon o Glovo impactan


directamente en dimensiones de la ciudad como el espacio público y el em-
pleo. El impacto sobre el espacio público se produce en las dimensiones de
uso para logística, movilidad y seguridad vial. La mayoría de estas plataformas
desarrollan trabajos precarios sin protección básica. Una gran mayoría de los
trabajadores se convierten en autónomos. Las autoridades empiezan a reac-
cionar.

El caso de California

En California, la ley AB5, en vigor desde el 01/01/2020, busca regular la situación de los
autónomos que trabajan para Uber, Lyft y servicios similares. Conductores, repartidores
y similares deberán ser reconocidos como empleados de la compañía y tendrán derecho
a sindicarse. Allí donde Uber empezó (California) es donde se empieza a controlar su
modelo.

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