Planilla Peligrosidad de Productos
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Introducción
Etiqueta
La etiqueta es, en general, la primera información que recibe el usuario y es la que permite
identificar el producto en el momento de su utilización. Todo recipiente que contenga un producto
químico peligroso debe llevar, obligatoriamente, una etiqueta bien visible en su envase (Figura 1)
que, redactada en el idioma oficial del Estado, contenga:
a) R14/15, R15/29
b) R20/21, R20/22, R20/21/22, R21/22. R23/24. R23/25, R23/24/25, R24/25, R26/27, R26/28,
R26/27/28, R27/28, R36/37, R36/38, R36/37/38, R37/38, R39/23, R39/24. R39/25, R39/23/24,
R39/23/25, R39/24/25, R39/23/24/25, R39/26, R39/27, R39/28, R39/26/27, R39/26/28, R39/27/28.
R39/26/27/28. R40/20. R40/21, R40/22. R40/20/21, R40/20/22, R40/21/22, R40/20/21/22, R42/43,
R48/20, R48/21, R48/22, R48/20/21, R48/20/22, R48/21/22, R48/20/21/22. R48/23, R48/24,
R48/25, R48/23/24, R48/23/25, R48/24/25, R48/23/24/25
Cua
dro 5. Propiedades toxicológicas
* Cuando el efecto sobre el medio ambiente sea sólo nocivo para los organismos acuáticos o sólo
para la capa de ozono no es necesario el símbolo
La clasificación de los productos químicos en una o varias categorías de peligro se efectúa a partir
de los datos existentes, disponibles u obtenidos mediante métodos de ensayo, aplicando unos
determinados criterios para cada categoría de peligro. Para la clasificación de un producto según
sus propiedades fisicoquímicas se tienen en cuenta los datos obtenidos mediante métodos de
ensayo. El carácter explosivo o comburente se determina en base a la respuesta del producto
frente al choque o fricción o su capacidad de producir una reacción exotérmica sin ayuda de
energía o bien en contacto con sustancias combustibles. También se tienen en cuenta algunas
sustancias con un grupo funcional definido como es el caso de los peróxidos orgánicos que siempre
se consideran comburentes. La inflamabilidad en sus tres grados: extremadamente inflamable,
fácilmente inflamable e inflamable, es función para los líquidos de su punto de inflamación o
destello y su punto de ebullición. También se consideran extremadamente inflamables los gases
que se inflaman en contacto con el aire y fácilmente inflamables los sólidos susceptibles de
inflamarse tras un breve contacto con una fuente de ignición, así como todos aquellos productos
que por reacción con otros pueden desprender gases inflamables o explosivos. La clasificación de
un producto según sus propiedades toxicológicas está basada en datos de toxicidad aguda, de
toxicidad crónica y en la irreversibilidad del efecto. Para ello se consideran los valores de dosis letal
media (DL50) y de concentración letal media (CL50) en animales vertebrados para cada vía de
entrada tras una sola exposición para la toxicidad aguda (Cuadro 8) o mediante exposiciones
repetidas o prolongadas en el caso de toxicidad subaguda, subcrónica o crónica (Cuadro 9). Estos
datos permiten clasificar los productos en muy tóxicos, tóxicos o nocivos.
Los efectos corrosivos se establecen a partir de la capacidad del producto para destruir los tejidos,
considerando el tiempo necesario para que se produzca el daño (minutos y horas). Los productos
fuertemente alcalinos (pH ≥ 11,5) o fuertemente ácidos (pH ≤ 2) se consideran corrosivos (efecto
previsible). Por su parte los efectos irritantes por vía cutánea se establecen a partir del tamaño de
los eritemas y escaras o bien de los edemas provocados en la piel de animales tras períodos de
exposición de un máximo de 4 horas y cuyos efectos persisten al menos 24 horas. En el caso de los
ojos, los productos se consideran irritantes en función de lesiones oculares tales como opacidad de
la córnea, lesión del iris, enrojecimiento y edema de la conjuntiva, producidas en el ojo. La irritación
por vía inhalatoria se asigna principalmente a partir de observaciones en humanos. El carácter
sensibilizante de un producto químico se establece, generalmente, a partir de datos
epidemiológicos. La sensibilidad por contacto cutáneo puede también establecerse a partir de
experiencias en animales. Los isocianatos son considerados sensibilizantes por inhalación. Se
consideran efectos específicos sobre la salud humana aquellos en los que la relación causa/efecto
es de tipo probabilístico (efectos estocásticos). Entre ellos se incluyen los carcinogénicos, los
mutagénicos y los efectos sobre la reproducción, en este caso se refiere tanto a la capacidad
reproductora masculina o femenina como a alteraciones en el desarrollo del ser humano. Según sea
la evidencia respecto a la probabilidad de que tenga lugar el efecto se distinguen, para cada uno de
ellos, tres categorías: categoría 1 cuando se tienen pruebas suficientes respecto a la relación entre
exposición y efectos en el hombre (datos epidemiológicos), categoría 2 cuando hay elementos
suficientes, basados en estudios en animales, para suponer que la exposición implica un riesgo y
categoría 3 cuando la posibilidad de efectos en el hombre son preocupantes pero las pruebas
disponibles no son suficientes o no son concluyentes. Respecto al medio ambiente se consideran
los efectos sobre los distintos ecosistemas, principalmente el acuático, y los peligros que el
producto representa para la capa de ozono. En lo referente al medio ambiente acuático se tienen
en cuenta, para los productos químicos, la toxicidad aguda en peces, algas y Daphnias y los daños a
largo plazo en función de su biodegradabilidad y posible bioacumulación. En el medio no acuático
se consideran los efectos negativos sobre la fauna, la flora y los organismos del suelo, incluidos los
daños a largo plazo. Estos criterios de clasificación se aplican tanto para sustancias como para
preparados. En el caso concreto de los preparados y por lo que se refiere a su clasificación respecto
a las propiedades toxicológicas y efectos sobre la salud, también puede aplicarse, en función de la
composición del preparado y peligrosidad de sus componentes.