RUPA

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OMAGUA Y EL HECHIZO DE LA SELVA

Teatro Infantil

ADRIANA ALARCO DE ZADRA

(Con el nombre de "La Leyenda de Omagua"


ganó el tercer premio en el Concurso Municipal
de Obras de Teatro para Niños
en Lima, 1983)

**********

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O MAG UA

Es evidente que un personaje invisible en una obra teatral es siempre un


problema difícil de realizar, pero el problema no es del personaje
invisible si no de los demás intérpretes de la obra.

PERSONAJES:

OMAGUA, niño selvícola de la región amazónica;

RUPA, su papagallo invisible;

COPAL, el monito compañero;

MARIPOSA o conjunto de mariposas;

YOCCO, el espíritu de la foresta;

SOMBRAS, tres personajes que representan a los brujos de la selva;

MADRE DE LOS RIOS, mujer que deambula y divaga por las selvas.

MUSICA OPCIONAL:

Música de la Flauta de Pan, por el flautista europeo George Zamfir.


La flauta de pan es parecida a la antara peruana, pero con 27 tubos.
Música: "El Pastor Solitario" de James Last; "El País de los Sueños", arreglos de
Harry Van Hoof.

***

ESCENA 1

En un lugar de la selva amazónica, entre frondosos árboles, se encuentra Omagua en


cuclillas, mojando en un recipiente la punta de sus dardos y flechas que luego coloca en
su carcaj de caña de bambú. Recostada contra el tronco del árbol se ve su pucuna o
cerbatana de uno y medio o dos metros de largo que le sirve para soplar los dardos
cuando va de cacería. El niño de la selva viste calembé o taparrabos desde la cintura
hasta las corvas, abierto a los costados. Lleva cintas de varios colores amarradas debajo
de las rodillas y en las muñecas; llauto o cinta trenzada en las sienes y plumas detrás de
las orejas.

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OMAGUA (levantando la mirada hacia el árbol): ¡Rupa! ¿Estás ahí?

RUPA (invisible): ¡Prrrr, aquí estoy, Omagua, sobre el árbol!

OMAGUA (mirando hacia donde se supone que está el papagallo): ¡Desde que te has
vuelto invisible, por bañarte en la Cueva del Llanto, nunca sé dónde te
encuentras!

RUPA (con voz cascada y estridente): ¡Prrr, me dan miedo tus flechas y tus dardos!

OMAGUA: ¡Voy a cazar paujiles o, tal vez, palomas torcaces!

RUPA (reprobatorio): ¿Por eso envenenas tus flechas con curare?

OMAGUA (riendo): ¡No! ¡Esas las guardo para la shushupe o el jaguar!

RUPA (aleccionador):¡De la víbora shushupe te debes cuidar,


del jaguar maligno tú te tienes que alejar
pero a los animales no debes envenenar!

OMAGUA: Es solamente en el caso de que me ataquen, Rupa, que debo estar preparado para
defenderme.

(Mientras conversan, ha entrado en escena, saltando y brincando sobre algunas ramas


bajas, un monito travieso y vivaracho, llamado Copal. Viste de marrón con una cola
larga que arrastra detrás. Cubre su cabeza con un gorro que le tapa el cabello y de
donde sobresalen dos orejas pequeñas y redondas. Tiene la boca pintada grande y
blanca como si fuera hocico).

COPAL: ¡Sobre las lianas del árbol me columpio y salto!


¡Entre la fronda del follaje me escondo en alto!

OMAGUA (observándolo divertido): ¿Adónde vas, mono maravilloso?

RUPA (celoso): ¡Prrrrr!

COPAL: Me dirijo a todas partes. Vivo en las copas de los árboles y mi nombre es Copal.
Y, tú, ¿quién eres?

OMAGUA: Yo soy Omagua. Ando vagando en la foresta desde que el río arrasó mi casa, mi
pueblo y mi familia.

COPAL (curioso como todos los monos): ¿Vives solo?

RUPA: ¡Prrrrr!

OMAGUA: Ando buscando un mágico remedio que devuelva mi fiel papagallo a la realidad
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visible.

COPAL (brincando por todos lados en busca del papagallo): ¡Ajá! ¡Un papagallo
invisible! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?

RUPA (con voz agria): ¡Yo pienso que estoy aquí, sobre un árbol bien trepado, mas creo que
en otro lado, invisible me volví...

COPAL: ¿Qué es un ser que no se ve?


¡Es ficción sin ton ni son!
¡Una sombra! ¡Una invención!

RUPA: ¡Qué macaco tan mañoso,


vanidoso y fastidioso!
¡Pues, los tontos, tontos son!

COPAL: ¡No me insultes, Papagallo impertinente, que tú eres sólo una nada envuelta en
bruma papagallesca!

RUPA (molesto): ¡Yo soy un fiel guardián


desde un árbol del pan,
porque soy transparente
cual agua de la fuente!

COPAL (celoso): ¡Bah! ¡Papagallo guardián,


inventado y charlatán!

RUPA (chillando): ¡Prrrrr! ¡Yo estoy contento de ser invisible! ¡Es como no ser siendo! ¡Soy
un caballero emplumado lleno de amo o o o r!

COPAL (remedando): ¡Un adefesio desplumado y una nada sin colo o o o r!

OMAGUA (interrumpiendo): ¡Vamos! ¡Vamos! ¡No veo por qué deben discutir! ¡Rupa no
tiene la culpa de ser invisible: en la mágica Cueva del Llanto, donde las rocas
destilan lágrimas, se mojó las plumas y luego fue desapareciendo hasta que se
transformó en un ser que es y no es.

RUPA: ¡Existo pues no soy inexistente!

COPAL (mientras hablan, el monito remeda todos los gestos de Omagua y luego le
habla en voz baja como sospechando del papagallo y señalándolo con el dedo):
¡Papagallo puede ser
aquel invisible ser
ya que no se puede ver,
mas yo pienso que al volver
a sus formas otra vez,
rara bestia puede ser!
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OMAGUA (riendo): ¡No, no, no! ¡No lo creo, Copal! ¡Tienes mucha fantasía! ¡Es
siempre un papagallo!

RUPA: ¡Prrrrr!

OMAGUA: ¡Hace tiempo que recorremos la selva en busca de un remedio para su mal!

COPAL: ¡Pues, llévame contigo, Omagua, buen amigo!


¡Siempre yo te ayudaré, de apuros te sacaré;
de la jungla soy parte ¡mi trabajo es un arte!
soy un fiel compañero y, sobretodo, (hace una reverencia cómica) ¡te quiero!

OMAGUA (riendo): ¡Está bien! ¡Vendrás conmigo!

RUPA (celoso): ¡Prrrrrrrr!

COPAL (brincando feliz):


¡Nunca te arrepentirás! ¡Soy sagaz y perspicaz!
Yo soy único en el mundo y reflejo cual espejo
los ademanes profundos, ¡los disfrazo y los supero!
Mi cola es maravillosa: para colgarme en las ramas
me sirve y es tan hermosa que me la envidia hasta Omagua.
Soy un mono vivaracho, mi casa es sobre un ishpingo,
palo cruz o huacapú; sobre el árbol de lupuna,
de copaiba o de cashú...

(El monito brinca y salta y en su júbilo, coge el recipiente del curare y lo bebe)

RUPA (chillando): ¡Ese veneno es terrible! ¡El macaco está bebiendo el curare, Omagua,
Omagua!

OMAGUA (sereno): ¡No te preocupes, Rupa, que si se bebe es inofensivo. En las flechas y
dardos, sí es mortal este veneno.

COPAL: ¡Papagallo charlatán, eres un guardián que ni siquiera se puede ver y


seguramente tampoco existes!

RUPA (molesto): ¡Se me están poniendo las plumas coloradas de la rabia!

COPAL (burlón): ¿Cómo puedes volverte colorado si no estás ni eres?

RUPA (furioso): ¡Estoy y soy! ¡Que no me veas es una cosa completamente supérflua e
intranscendental!

COPAL (burlándose): ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

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RUPA (afirmando su existencia):
¡Yo sí soy un papagallo verdadero!
¡Yo existo y no estoy, no me ves pero estoy!
¡Soy un loro disfrazado de agujero!
¡No soy ser inexistente porque soy!
¡Mis plumas son doradas,
verdes y coloradas!
En la selva me conocen mis amigos,
me llaman Rupa, de nombre y apellido:
el armadillo, tortuga y colibrí,
oso hormiguero, ronsoco y el tapir.

VOCES DE ANIMALITOS: ¡Viva Rupa! ¡Viva Rupa, el invisible!

CHILLIDOS DE PAJAROS: ¡A-ta-tau, a-ta-tau!

(Entran en escena las mariposas. Pueden ser varias y deslizarse por la escena como
bailarinas de ballet. Puede ser sólo una y salir desde adentro de los pétalos de una flor
gigantesca).

OMAGUA: ¡Con el ruido que han causado,


a la mariposa han despertado!

COPAL: ¡Qué gigante mariposa!

RUPA: ¡Hermosa, maravillosa!

MARIPOSA: ¡Las corolas de las flores tienen polen y pistilos


y pétalos de colores que ondulan cual pececillos!

CORO: ¡Somos lindas mariposas de polvos azules,


volamos entre las flores con velos y tules!

(Baile de las mariposas).

MARIPOSA O CORO DE MARIPOSAS:


Mariposa soy, mayor,
voy paseando entre las flores,
y me embriago del calor
dando vuelta en los olores,
desplegando con ardor
mis alas multicolores.
¿Quién no me busca o me llama!
¡Yo no puedo estarme quieta!
¡Y soy bella en la mañana
en las flores de la orquídea,
la canela, la genciana,
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la victoria y la violeta!

OMAGUA: Mariposa primorosa que te encierras en las flores gigantescas, ¿qué noticias traen
los pétalos? ¿Cómo puedo desinvisibilizar a Rupa?

MARIPOSA UNO:
¡Si el malvado Espíritu del agua lo ha hechizado,
el Espíritu del fuego estará encantado
de desembrujar tu papagallo, siempre y cuando...

MARIPOSA DOS: Aquel pudiera reavivar el fuego ardiente.

MARIPOSA TRES: Y si acaso tú tuvieras alguna duda


debieras antes consultar esta aventura...

MMARIPOSA CUATRO: A las Sombras que te aconsejan y te ayudan.

OMAGUA: ¡Gracias por la noticia que me dan! ¡Ahora sí tengo la esperanza de volver a ver
a Rupa, fiel guardián y compañero!

RUPA: ¡Prrrrrrr!

CORO DE MARIPOSAS: ¡Somos mariposas de mágicos tules,


de polvos azules, de polvos azules,
nos posamos en las rosas perfumadas, deliciosas...

MARIPOSA (con las manos en la boca en forma de bocina, llamando mientras baila y se aleja
de la escena):
¡Sombras Consejeras de las Selvas!
¡Vengan a ayudar a Omagua, Omagua, Omagua, agua, agua, agua, agua.....!

**********

ESCENA 2

El escenario es parecido al anterior, con arbustos, matorrales, ramas de árboles y un


sendero en medio de la selva. Aparece, brincando entre los árboles, un duende vestido
todo de verde que representa al Espíritu de la Foresta y se llama Yoccó. Es un personaje
ágil, alegre y servicial.
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YOCCO (con solemnidad): En el bosque inextricable que cruzan los ríos como mágicas
serpientes de la región amazónica, en el corazón de la selva salvaje, camina
Omagua en busca de un remedio eficaz,
en la jungla voraz,
para un loro incapaz...

(Entra en escena Omagua, con su pucuna cerbatana y su carcaj con flechas. Copal va
brincando por delante y Yoccó se esconde detrás de unos matorrales).

COPAL: Con flechas envenenadas y pucuna de madera de catahua, no le tienes miedo a


nada, ¿verdad Omagua?

OMAGUA: Es verdad. Mi pucuna es de madera fuerte pero el ojo ha de ser avizor como el
del tigre y la puntería eficaz como la del gavilán. (Coge su cerbatana, introduce
un dardo y alzándola hacia arriba, sopla, disparando un dardo. Se oye caer un
coco. Copal salta entre los arbustos y recoge el coco con la flecha clavada).

COPAL: ¡Bravo, Omagua!

RUPA: ¡Prrrrrrr!

COPAL (recogiendo bichitos y semillas para comer):


En la planta del aguaje crecen gusanos:
¡Qué manjar delicioso tengo en mis manos!

RUPA: ¡Prrrrr! ¡Estás parado sobre un hormiguero! ¡Prrrrr!

COPAL (rascándose) ¡Ay, ay, ay, ay, me ha dado el comején!

OMAGUA: Copal, ¡qué tonto eres! ¿Cómo molestas a las hormigas?

(Sale el duende Yoccó de su escondite y ofrece de beber a Copal en el cascarón de un


coco).

YOCCO: ¡Bebe, Copal! Yo soy Yoccó, el duende de la foresta, y ésta que te ofrezco es mi
bebida favorita, estimulante y refrescante. Combate el dolor, el hambre y la
fatiga. ¡Bebe!

COPAL (bebe y luego le entra un bienestar general que lo hace columpiarse con placer
entre las ramas de los árboles):
¡En mi hamaca de chambira, bajo un techo de yarinas,
qué vida que me doy! ¡Qué vida que me doy!

OMAGUA: ¡Con pan de árbol, yuca y bananera,


mascando chonta de la real palmera!

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COPAL (columpiándose): ¡Qué vida que me doy!
¡Qué vida que me doy!

YOCCO (se agacha sobre el hormiguero y con delicadeza recoge una hormiga y la
contempla asombrado):
¡En ciertas hormiguitas crece un bejuco!
¡Qué cosas tan extrañas que hay en el mundo!

OMAGUA (sorprendido): ¿Una planta que es también un animal?

COPAL (observando la palma de la mano de Yoccó): ¿Un bicho que es animal y además
planta?

RUPA: ¡Cuántas cosas visibles hay en la selva!

YOCCO: ¡No hay quien la conozca y luego no vuelva!

RUPA: ¡Prrrrr!

YOCCO (explica, maravillado de la sabiduría de la naturaleza): De una semilla nace una


planta
y la planta que va creciendo se vuelve un árbol y del árbol que va ensanchando sacan
madera y la madera sirve para hacer casas y también para otras cosas...

OMAGUA: ¡Cerbatanas y flautas!

RUPA: ¡Flechas y estacas!

YOCCO: Cuando el árbol está en flor, la flor produce semillas y si las siembras en buena
tierra, de una semilla nace una planta y la planta que va creciendo se vuelve un
árbol.

COPAL (entusiasmado, coge frutos de un árbol): ¡Los frutos tropicales son de la selva!
Los jugos de las frutas son la delicia.

RUPA (con voz estridente): ¡El maracuyá, la piña y el mango comemos acá.

OMAGUA: ¡De la selva son los frutos tropicales!


¡Bebemos siempre el jugo de los frutales!

RUPA: ¡El maracuyá, chirimoya y plátano queremos acá!

YOCCO (cantando): ¿A quién no le gustan los frutos tropicales?

RUPA: ¿El mango, el plátano, la lúcuma y papaya?

OMAGUA: ¿La granadilla, el caimito y la guayaba?


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YOCCO: ¡Chirimoya, guanábana y la piña!

OMAGUA: ¡Zapote, palta, marañón y jagua!

COPAL: ¡Bebe de Yoccó, el jugo estimulante,


combate la fatiga, el dolor y el hambre!
(coge la cáscara de coco y bebe el jugo de Yoccó).

(Mientras bailan y saltan y hay gran alboroto, entran en escena las Sombras Consejeras e
inmediatamente se hace silencio. Estos son tres personajes vestidos con túnicas o
cushmas de algodón blanco con dibujos geométricos como es propio de ciertas tribus
amazónicas. El ambiente festivo ha cambiado por uno de respeto. Omagua se adelanta
al centro del escenario y saluda a las Sombras. Copal y Yoccó quedan detrás, cerca de
los arbustos).

YOCCO: ¡Las Sombras Consejeras de la selva inmortal!

COPAL: ¡Las mágicas Sombras!

SOMBRA UNO (ceremonioso, se dirige a Omagua): Hoy no es hoy ni mañana es el


mañana. En la selva, es toda una cosa la vida que se va viviendo,
mientras el cuerpo se va deshilachando por los golpes del viento que nos
lleva entre los vericuetos de una maraña enmarañada.

SOMBRA DOS: Desde este conjunto de vidas que es la selva, ha llegado hasta nosotros tu
voz pidiendo ayuda. Aquí estamos, en medio de la jungla ardiente para
desenredar enredos y desentrañar desatinos del destino.

SOMBRA TRES: Las Sombras Consejeras de la selva te traen consejos. Nuestra magia
vibra en su núcleo de verde esplendor. No encamines tus pasos a
profundidades más profundas sin antes escuchar nuestros consejos.

OMAGUA (respetuosamente): Busco un remedio que vuelva visible a Rupa, mi compañero


papagallo, quien desapareció cuando en la Cueva del Llanto se bañó.

RUPA: ¡Prrrrrrr!

SOMBRA UNO: Debe el loro avivar la llama eterna de las entrañas de la tierra, soplando
el humo del Espíritu del Fuego, quien lo hará retomar su primitiva forma,
combatiendo el maleficio del Espíritu del Agua.

OMAGUA: ¿Y, cómo se llega a ese lugar ardiente?

SOMBRA DOS: En la Cordillera de los Andes, por la boca inmensa de un volcán, brotan
los humos del fondo de la tierra. Allí dirigirás tus pasos. Rupa deberá
soplar y soplar hasta que ese fuego sagrado vaya deshechizando lo
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hechizado y desembrujando lo embrujado.

OMAGUA: ¡Gracias, Sombras Consejeras!

RUPA: ¡Prrrrrrr!

SOMBRA TRES: Por el buen corazón que posees, te entrego un presente que te servirá.
Es una liana trenzada, la cual forma un lazo que tiene la virtud de
inmovilizar a cualquier ser que está apresado dentro de él.

SOMBRA DOS: Yo te entrego una bolsa de semillas de huayruro, que si las esparces en
cualquier claro húmedo o pantanoso, hace crecer alrededor tuyo por su
magia, un bosque tan tupido que puede esconderte si vienes huyendo y
alguien te persigue.

SOMBRA TRES: Por el aprecio que te tengo y la lealtad que has mostrado, recibe de mis
manos este collar de dientes de otorongo. Así los Espíritus del agua y
del fuego no pondrán en tí sus maleficios.

(Omagua recibe los regalos, agradecido).

SOMBRA UNO: ¡No creas que puedes vivir en la selva defendiéndote con la magia
solamente. Debes inculcar en tu espíritu la lealtad, la pureza y la
bondad. ¡Sólo las virtudes alejan para siempre a los malos espíritus!

SOMBRA DOS: Para identificarte con la selva en su inmensa dimensión, debes deslizarte
suavemente sin hacer ruido ninguno y tu remo debe hundirse acariciando
el agua. La fuerza debe estar encubierta y controlada.

SOMBRA TRES: No temas por tu vida internándote en lugares desconocidos. Si eres de


corazón leal, puro y bondadoso, los Espíritus te protegerán. Supera con
serenidad la fiereza del tigre y la astucia de la serpiente.

(Salen de escena las tres Sombras, ceremoniosas y dignas. A lo lejos se escucha silbar
el viento).

OMAGUA: Las Sombras se han ido dejándome regalos y consejos.

(Se acercan Copal y Yoccó, alborotados).

YOCCO: ¡Qué sabios consejos!

COPAL: ¡Qué sabios tan viejos!

YOCCO: ¡Qué presentes mágicos!

COPAL: ¡Qué presentes trágicos!


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RUPA: ¡Prrrr, tonto, tonto!

OMAGUA: ¡El viento corre fuerte entre los árboles!

COPAL: ¿Lo atrapo? ¡Yo corro más rápido que él!

RUPA: ¡Re- que- te- tonto!

COPAL: ¿Cómo haremos para llegar al fin del cuento


si no corremos como el viento?

OMAGUA: ¡Debemos alcanzar las montañas de la cordillera colosal!

COPAL (remedando): ¡....las pestañas de la cordillera infernal!

YOCCO (brincando): ¡Iremos a trepar, iremos a nadar, iremos a saltar dentro de la


fuente!

RUPA: ¡Bebiendo agua en el torrente!

COPAL: ¡Dejándonos llevar por la corriente!

OMAGUA: ¡Andar! ¡Andar por los senderos y los bosques!

RUPA: ¡Por espesuras hermosas!

COPAL: ¡Jugar! ¡Jugar con los duendes, con las aves!

RUPA: ¡Con las lindas mariposas!

YOCCO: ¡Seguir! ¡Seguir el serpentín de los ríos!

RUPA: ¡Remontándose en canoas!

(Todos bailan alegres y contentos).

YOCCO: ¡El Amazonas


está formado
del Ucayali
y el Marañón
y afluentes
que desembocan
en los costados
del río - mar!

RUPA: ¡Del río inmenso


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del río- mar!

COPAL: ¡Viva la selva amazónica y genial!

YOCCO (aconsejando): ¡No hay que navegar desprevenidos; la fuerza de la corriente


arrastra árboles en el torrente!

COPAL (suspirando cómicamente): ¡Quién tuviera esa fuerza para sujetar al sol y que
no se caiga todas las noches en el pantano!

RUPA: ¡Qué bobo es el macaco!

YOCCO: ¡El río hace rodar las piedras y suena y truena con voz potente y ronca!

COPAL (suspirando): ¡Quién tuviera esa voz sin par, para hacer temblar de espanto a la
shushupe y al jaguar!

RUPA: ¡Qué mono tan singular!

(Omagua con su larga cerbatana golpea una rama que cae el suelo. Rupa, invisible,
aletea y chilla).

RUPA: ¡Ay, ay, ay, ay! ¡Esta rama se ha caído!

(Todos los personajes observan el suelo donde se supone que ha caído Rupa).

COPAL (remedando): ¡Ay, ay, ay, ay! ¡Este loro ha sucumbido!

OMAGUA (dirigiéndose a Rupa, a quien encuentra con las manos y lo vuelve a colocar,
siempre invisible, sobre la rama de un árbol): Disculpa, Rupa, dí un golpe sin
querer y te hice caer.

RUPA (enojado): ¡Está bien! ¡Pero yo podía subir solo al árbol si no me aplastaban con sus
sombras! ¡Y fíjate la próxima vez lo que golpeas! ¿Acaso no tienes ojos?

OMAGUA (riendo): Sí tengo, Rupa, pero no te puedo ver.

RUPA (chillando): ¿No puedes ver que soy bello como el alba al amanece e e e r?

COPAL (remedando): ¡Serás bello pero nadie te puede ve e e e er!

YOCCO (bostezando de cansancio): Cuando ya va a anochecer, sobre un árbol o en


canoa, yo duermo como una boa y despierto sin querer.

COPAL: ¡El alba en la selva es linda de ver! ¡Dile que regrese mañana también!

YOCCO: ¡Como tiene vergüenza del sol,


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la luna se baña en la noche en el río!
¡Ya la veo! ¡De arriba ha caído!

COPAL: ¡Y el caimán se come a la luna en el río!


¡Ya lo veo! ¡Es muy distraído!

OMAGUA: ¡Vamos a dormir bajo el tronco raído!


¡Ya es de noche y la tarde ha caído!

COPAL (cogiéndose la cabeza): ¡Cada vez que cae la tarde sobre la naturaleza, es tan
pesada que me duele la cabeza!

(Se bajan las luces y todos se recuestan sobre las raíces de los árboles a descansar).

***************

ESCENA 3

Amanece en el mismo escenario. El monito Copal se levanta dormido y camina


sonámbulo con las manos hacia adelante. Ha estado durmiendo cerca de
grandes flores blancas que parecen margaritas gigantes. Omagua se despierta y
trata de detener a Copal. Rupa chilla, aleteando sin que nadie lo vea. Copal no
se despierta y Omagua los zarandea repetidas veces hasta que decide enlazarlo
con su liana mágica para detenerlo. Yoccó investiga en los alrededores, las
plantas y matorrales que crecen. Descubre unas grandes flores blancas que
recoge y muestra a sus amigos.

YOCCO: ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Copal se ha quedado dormido junto a estas flores. Las ha estado
oliendo toda la noche. Son flores de Toé. Aunque son grandes, blancas y
bonitas, son peligrosas.

OMAGUA: ¿El toé? ¿Por qué es peligroso?

YOCCO: Es una adormidera con poderes hipnóticos y narcóticos.

RUPA: ¡Prrrrrrr, pronto despertará!

COPAL (desperezándose, ve a sus amigos que lo observan): ¡Buenos días! ¿Qué


sucede?

OMAGUA: ¡Sucede que no podíamos despertarte y nos tenías asustados! (Lo desamarra).

RUPA (burlón): ¡Estabas narcotizado, hipnotizado, idiotizado, prrrrrrr!

COPAL: ¡Bah! ¡Déjenme en paz!

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OMAGUA: ¡Voy a salir a cazar a ver qué pillo!

YOCCO (admirado): ¿El jaguar? ¿El otorongo? ¿El tigrillo?

RUPA (burlón): ¿La araña peluda, lagartija o grillo?

OMAGUA: ¡Voy a ver si pesco corvinas y paiches para el almuerzo!

(Omagua sale del escenario y Rupa se burla de Copal).

RUPA: ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Eres un tonto, Copal, dormirte oliendo las flores del Toé!

COPAL (cogiéndose de las ramas y de los matorrales para no caerse pues está mareado
todavía): Soy sagaz y suspicaz....nadie me iguala si entra o sale.....en la
espesura tupida... perdida... escondida...

RUPA: ¡Yo soy un papagallo caballero! ¡Soy el papá más gallo de la foresta!

COPAL (un poco más despierto que antes): ¡En la maraña enmarañada me desenvuelvo
como nada!

RUPA: ¡Yo tengo ideas plumíferas, transparentes!

COPAL: ¡Yo poseo bienes raíces que son mis árboles! ¿Qué me dices?

YOCCO: ¡Si tienes un árbol, tienes un tesoro! El árbol trabaja sin producir ruido, elabora
su propio combustible utilizando la energía del sol, de la tierra y del agua.

COPAL: ¡Purifica el aire!

YOCCO: Es bello y agradable y además: ¡se autorepara y autoconstruye!

RUPA: Sobre un árbol encontré un tesoro; una papagallita de plumas verdes y coloraditas, que
no repara en mí, que no me ama. ¡Br! ¡Br! ¡Br! (se lamenta).

YOCCO: ¡No te ama porque no te ve!

COPAL: ¡Invítala a tomar el té!

RUPA: ¡Br, br, br! ¡Soy invisible y es por eso que vuelo desapercibido!

COPAL: ¡O porque eres un necio consumido!

RUPA: ¡Br, br, br! (se lamenta).

COPAL: ¿Para qué te bañaste en el llanto de las Rocas Lloronas! ¡Si te has vuelto
invisible es sólo por tu culpa!
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RUPA: ¡Br, br, br!

YOCCO: ¡No llores, Rupa, que ya una vez te has quedado transparente por el llanto!

(En ese momento entra Omagua corriendo excitado):

OMAGUA: ¡Ay, ay, ay, ay! ¡Que ahí viene el jaguar! ¡Que viene el leopardo, el gato
pantera! ¡Que viene el jaguar, el terrible tigre ya viene, ya viene!

YOCCO (alcanzándole su bolsa de semillas mágicas): Usa las semillas de huayruro de


las mágicas Sombras y llena de tupido bosque los alrededores!

(Al Jaguar no se le ve, o se ve sólo su silueta en el fondo del escenario).

JAGUAR (desde lejos, con voz ronca):


¡Anoche me comí un tucán!
¡Que pico tan grande tenía el truhán!

OMAGUA (esparciendo las semillas): ¡Semillas mágicas de huayruro cubran con un


bosque encantado, a mí y a los que están a mi lado!

(Matorrales y arbustos van entrando por los costados del escenario y cubriendo poco a
poco el fondo).

COPAL (temblando de miedo: ¡El tigre rayado me ha hecho asustar! ¡Con sus fuertes
garras me, me, me quiere atrapar!

RUPA (amenazador): ¡Si lo cojo al bigotudo


lo convierto en guiso crudo!

(Yoccó y Copal se esconden detrás de Omagua: entre los matorrales asoma la silueta de
cartón, de una cabeza amarilla con rayas negras y largos bigotes que representa al
jaguar).

JAGUAR (desde lejos, con voz ronca):


¡Entre las garras apreso
quien encuentro en mi camino!
Como yo soy un felino,
las devoro hasta los huesos
a las niñas más bonitas!
¡Soy voraz, feroz, salvaje!
¡Soy el jaguar, y es mi traje
amarillo con rayitas!
Soy hermoso, mas yo opino
que si me cazan.... ¡conmigo
fabrican un lindo abrigo!
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Lo cual no es un gran destino...(gruñe ferozmente).

(Todos los personajes están acurrucados en un rincón hasta que desaparece el jaguar.
Luego brincan contentos y el diálogo debe ser rápido y alegre).

RUPA: ¡Prrrrrr! ¡Viva, Omagua!

COPAL: ¡Nos ha salvado del jaguar con sus semillas mágicas!

OMAGUA: ¡Vivamos hoy pues mañana no faltará el pan del árbol!

COPA: ¡Del árbol del pan!

OMAGUA (dando un paso de marcha):


¡Sigamos el rumbo en la inmensidad,
combatiendo contra toda adversidad!

COPAL (cantando a gritos): ¡Las orillas de los ríos son nuestros puertos!

COPAL (remedando): ¡Ni calor ni frío siento en el cuerpo!

OMAGUA (a sus compañeros): Nos remontaremos aguas arriba para llegar al volcán donde
vive el Espíritu del Fuego! ¡Navegando como las tortugas!

YOCCO: Hay que vivir aprendiendo de los animales como la charapa que sobre el lomo
lleva su casa.

RUPA: ¡O el camaleón que se disfraza de otro color!

OMAGUA: ¡O el ronsoco jabalí que come lo que encuentra por allí!

RUPA (con voz estridente): ¡O los macacos que viven brincando de salto en salto!

COPAL (sin sentirse aludido): O el caimán yacaré que duerme de día y de noche ve!

(Aparece en escena la Madre de los Ríos que habla lentamente, divagando y ondulando
los brazos hacia arriba y hacia abajo; viste túnica larga y representa el Espíritu de los
Ríos y de la Lluvia).

MADRE DE LOS RIOS: Omagua, ¿eres tú? ¿Eres tú el aprendiz de Sombra y protegido de
los espíritus de las selvas?

OMAGUA (adelantándose con respeto): ¡Así es, señora!

YOCCO (colocándose junto a Omagua): Madre de los Ríos, esperamos su consejo para
que nos indique el camino más rápido que debemos seguir en nuestra ruta.

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MADRE DE LOS RIOS: Yoccó, ¿estás dando buenos consejos a Omagua?

YOCCO: ¡Claro! ¡Pero debemos llegar al volcán indicado por las Sombras donde arde el
fuego eterno...

OMAGUA (interrumpiendo): cuyo humo volverá visible a Rupa, el papagallo.

MADRE DE LOS RIOS (ondulando lentamente): Yo, que soy la Madre de los Ríos, soy
el comienzo y el fin, la esperanza y el desconsuelo de todo.

OMAGUA (impaciente): El volcán, señora, por favor ¿donde lo hallamos?

MADRE DE LOS RIOS (no escucha y habla como hipnotizada): Las aguas que recorren
mis innumerables lechos y humedecen la foresta inmensurable,
donan vida a las tierras o arrasan con toda vida. Sin mí no existe
nada. ¡Soy eterna, inmortal, impredecible!

OMAGUA (respetuosamente): Desearíamos que nos indique el camino hacia el volcán.

MADRE DE LOS RIOS: Los caminos del agua van a dar a la mar y se deben REMONTAR
(pausa, mientras señala con el dedo hacia arriba y a lo lejos)
aunques dibujen serpientes en la geografía verde.

YOCCO (respetuosamente): ¿Debemos dirigirnos hacia la cordillera?

MADRE DE LOS RIOS (no le responde y divaga): ¡El que entiende, entenderá! En el
pantano pantanoso crecen lianas que recogen agua de las lluvias.
El cauce se desborda y forma meandros. Todo se inunda
mientras frondosas copas de gigantescos árboles se mecen en la
superficie.

OMAGUA: Le rogamos que nos indique la dirección que deben seguir nuestros pasos.

MADRE DE LOS RIOS (alzando un dedo previsor): ¡Cuídense! Cuídense mucho de la


sirena que anda rondando en la Laguna del Bosque Perpetuo de
altísima arboleda que espanta y recrea. (Mientras se aleja y se
pierde en la espesura, se escucha su voz cada vez más lejos) No
se dejen embrujar por la sirena al pasar a orillas de la laguna; ella
luce aretes de turquesa y anillos con oro y plata.

OMAGUA: ¡La sirena de la Laguna del Bosque Perpetuo no me puede embrujar porque llevo
el collar mágico de las Sombras!

YOCCO (impaciente): ¡Deberíamos ponernos en marcha!

RUPA: ¡Vamos! Pero, ¿adónde vamos?

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OMAGUA: ¡Vamos a la aventura!

YOCCO: ¡A la Laguna del Bosque Perpetuo!

COPAL (asustado): ¿Y los pantanos?

(Van saliendo de escena con esperanza aunque quedaron bastante desconcertados por las
divagaciones de la Madre de los Ríos).

*********

ESCENA 4

En la parte anterior del escenario y a un costado, se ve una pared rocosa que


supuestamente es el volcán. En la parte posterior se vislumbra una laguna entre
los arbustos. Los personajes aparecen en la parte posterior, a orillas de la
Laguna del Bosque Perpetuo que se entrevé en medio de la foresta.

RUPA: Esta agua es cristalina y pura, prrrrr.

COPAL (dando la contra): No es agua, es gelatina oscura...

RUPA (con terquedad): ¡Transparente y fresca! ¡Prrrrr!

COPAL (burlón): ¡De repente es crespa!

RUPA: Digo que está rica...

COPAL (llevándose las manos a la boca como si bebiera agua): ¡Digo bien: que pica!

RUPA (enojado): ¡Necio! ¿acaso tiene ají?

COPAL (burlándose): ¡Pajarraco inexistente! No eres nada. Nosotros los monitos


somos aprendices de la gente. (Pela un plátano y se lo come) ¡Comemos así!
(Baila como Yoccó) ¡Bailamos así! Y si me enseñan a conversar, como una
persona yo puedo hablar...

SIRENA (se escucha su voz a lo lejos): A las orillas del río vive mi amor escondido: ¡Es
un balsero! ¡Es un balsero que habita bajo un cocotero! ¡Ay, qué frío de noche
en el río!

(Todos se detienen a escuchar el canto melodioso de la sirena).

YOCCO: ¡Debemos salvar a la niña del encantamiento!

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COPAL: ¡Por la foresta ardiente correr cual viento!

RUPA: (dando la contra): ¡No está encantada!


¡Es sólo una sirena desvergonzada!

SIRENA: ¡Usa flecha y machete! ¡Es grande, moreno y fuerte!


¡A las orillas del río vive mi amor escondido!
¡Ay, qué frío de noche en el río!

YOCCO (como hipnotizado):


La niña del cristal me está llamando,
es preciosa, hechizada y encantada.
Corramos todos que ella está esperando
bajo las aguas en su madriguera...

RUPA: Prrrrr, ten cuidado, ten cuidado...

OMAGUA (tratando de detenerlo) ¡Yoccó, regresa! ¡Es el canto de la Sirena Embrujada!

(Yoccó se aleja y sale del escenario para rodear la Laguna donde está la sirena que lo
llama con sus mágicos canturreos. Omagua al perseguirlo comienza a hundirse en las
arenas pantanosas, detrás de un arbusto).

OMAGUA: ¡Copal! ¡Me estoy hundiendo en el pantano! ¡Por favor, dáme una mano!

COPAL (orgulloso) ¡Soy un mono tan inteligente


que me he vuelto igual casi a la gente...

RUPA: ¡Prrrrr! ¡Habráse visto presumido en ciernes!

(Copal da la mano al amigo y ayuda a salir a Omagua del pantano. Mientras tanto,
Yoccó se ha alejado atraído por la sirena y su voz se escucha desde fuera del escenario).

YOCCO (desde lejos): Prisionera del cristal está mi amada. La ha robado el Espíritu del
agua que quiere beber sus lágrimas para que corran por el cauce del Amazonas.
Voy a salvar del hechizo a la niña desdichada de la Laguna encantada.

OMAGUA (grita al aire, cogiendo su collar en el puño y levantándolo): ¡Alto ahí, Espíritus
de las aguas y de los vientos! ¡Nadie debe acercarse a nosotros con sus
maleficios! ¡El collar de las Sombras Consejeras me defiende!

ROCCO: ¡Talismán! ¡Talismán!

OMAGUA: ¡Amuleto de dientes de otorongo, alejen los hechizos de mi vera!

COPAL (remedando pero asustado): ¡Alejen los hechizos de mi estera! ¡De la hamaca de
mi casa! ¡De mi amigo el gavilán, (confundido) digo de Yoccó, duende de
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mazapán!

SIRENA (a lo lejos): ¡Ay, qué frío de noche en el río! ¡Ven a abrigarme esta noche en el
río!

YOCCO (entrando al escenario, dudoso, pues está surtiendo efecto el talismán de


Omagua):
Niña del cristal, ¿me estás llamando
o el amor se está alejando?

SIRENA: ¡Del serpentín de los ríos


al cristal, es un suspiro!
¡Y la entrega y el gozo y el baile!
¡Aquí todo es una canción!

YOCCO: ¡Amor, llenas de ilusión


mi intrincada, selvícola vida!

(Apenas ha entrado en escena, los amigos cogen a Yoccó hipnotizado y Omagua lo


amarra con una lazada de su liana mágica. Mientras el duende queda inmóvil, le coloca
algodón en los oídos para que no escuche el llamado de la Sirena).

OMAGUA: ¡Disculpa, Yoccó!

YOCCO (trata de moverse y se da cuenta que está amarrado): ¿Qué pasó!

COPAL: ¡La sirena te estaba embrujando!

OMAGUA: Tuve que inmovilizarte porque ya no entendías nada.

RUPA: Prrrrrr.

YOCCO (repite): ¿Qué pasó?

OMAGUA: ¡Que el hechizo del Espíritu del agua es más fuerte que el tuyo!

RUPA: ¡Ya no escucharás su canto porque Omagua te ha tapado los oídos con algodón!

YOCCO: ¡Gracias, amigos! ¡Gracias, Omagua, a tí te ha salvado del encantamiento, el


collar de las Sombras!

OMAGUA: Sigamos nuestro camino, amigos, alejémonos de este lugar húmedo y siniestro...
(desamarra a Yoccó)

(De atrás de una roca que está en la parte delantera del escenario, sale humo a ratos).

COPAL (esperanzado, desde una rama baja, observando la pared rocosa del supuesto
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volcán): ¡Veo allá unas montañas de ahumadas piedras!

RUPA: ¡Humo! ¡Cordillera!

YOCCO: ¡El humo que verificará si nuestro amigo es o no es!

OMAGUA: ¿Será el humo de la llama eterna del volcán?

COPAL (remedando y sin entender nada): ¿Humo de la alpaca efímera del volcán?

OMAGUA (explicando a Copal): ¡Estamos hablando de cosas precisas, sean obras o


papagallos, claras y visibles!

YOCCO: ¡Y no efímeras ni escondidas, invisibles o desapercibidas!

(Los personajes se acercan lentamente hacia la roca de donde sale cada vez más humo).

YOCCO: ¡Qué calor en este lugar atroz!

OMAGUA: ¡Es el reino del Espíritu infernal!

COPAL: ¡Es el hueco del volcán!

RUPA: ¡Prrrr! ¡Qué calor tan caluroso y sofocante!

COPAL: ¡Qué solemne sopor! ¡Qué candente ardor! ¡Qué aire febril, abrasado y
bochornoso!

RUPA (con voz sorprendida por tanta dicción absurda): ¡Qué locuaz que está el macaco!

COPAL (alegre): ¡Tengo juicio, cacumen, seso, cerebro y meollo! ¡Soy talentoso, genial
e ingenioso!

OMAGUA: ¡Acércate, Rupa! ¡Debes soplar un soplido bien soplado para atizar la llama
hasta que se levanten las lenguas de fuego!

(Va apareciendo entre el humo la figura del papagallo. Probablemente sólo su silueta,
coloreada de rojo y verde, para regocijo de sus amigos que lo aconsejan con alegría de
verlo nuevamente).

YOCCO: ¡Te puedes quemar! ¡Con cuidado!

COPAL: ¡Con cuidado que puedes quedar desplumado!

OMAGUA: ¡Es éste el momento de combatir el maleficio y puedes volverte visible soplando!

YOCCO: ¡Vamos, Rupa, sopla! (sopla él también).


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COPAL: ¡Sopla! ¡Aunque te quedes como un plumero!

(Se oyen los soplidos y resoplidos de todos los personajes que soplan juntos el humo que
sale de detrás de la roca. Finalmente, entre la bruma aparece completamente el
papagallo, que puede ser de cartón, ante el júbilo de sus compañeros).

OMAGUA: ¡Viva! ¡Rupa se está desinvisibilzando!

COPAL: ¡Está volviendo a ser lo que era, aunque no fuera!

YOCCO: ¡Viva el Espíritu del fuego que ha terminado con el fantasma incorpóreo!

(Aparecen las mariposas que bailan con los personajes, todos juntos).

OMAGUA (al público):


Si eres irresistible
podrías hacer posible
lo que un día fue invisible.

COPAL: Trabajando con las manos


te ayudarán los hermanos
a salir de los pantanos.

OMAGUA: Y si eres decidido,


cambia lo desvanecido
por un acto distinguido
estudiando con esmero.

RUPA: ¡Y convierte en duradero


lo que fuera pasajero!

YOCCO: Forjando en forma aparente


tu construcción transparente
en perpetua y permanente.

OMAGUA: ¡Sorteando con fe y con brío


las amenazas del río
que son siempre un desafío,
dejarás así ultimada
una obra destacada
que un día fuera esfumada!

fin

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