RUPA
RUPA
RUPA
Teatro Infantil
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O MAG UA
PERSONAJES:
MADRE DE LOS RIOS, mujer que deambula y divaga por las selvas.
MUSICA OPCIONAL:
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ESCENA 1
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OMAGUA (levantando la mirada hacia el árbol): ¡Rupa! ¿Estás ahí?
OMAGUA (mirando hacia donde se supone que está el papagallo): ¡Desde que te has
vuelto invisible, por bañarte en la Cueva del Llanto, nunca sé dónde te
encuentras!
RUPA (con voz cascada y estridente): ¡Prrr, me dan miedo tus flechas y tus dardos!
OMAGUA: Es solamente en el caso de que me ataquen, Rupa, que debo estar preparado para
defenderme.
COPAL: Me dirijo a todas partes. Vivo en las copas de los árboles y mi nombre es Copal.
Y, tú, ¿quién eres?
OMAGUA: Yo soy Omagua. Ando vagando en la foresta desde que el río arrasó mi casa, mi
pueblo y mi familia.
RUPA: ¡Prrrrr!
OMAGUA: Ando buscando un mágico remedio que devuelva mi fiel papagallo a la realidad
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visible.
COPAL (brincando por todos lados en busca del papagallo): ¡Ajá! ¡Un papagallo
invisible! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?
RUPA (con voz agria): ¡Yo pienso que estoy aquí, sobre un árbol bien trepado, mas creo que
en otro lado, invisible me volví...
COPAL: ¡No me insultes, Papagallo impertinente, que tú eres sólo una nada envuelta en
bruma papagallesca!
RUPA (chillando): ¡Prrrrr! ¡Yo estoy contento de ser invisible! ¡Es como no ser siendo! ¡Soy
un caballero emplumado lleno de amo o o o r!
OMAGUA (interrumpiendo): ¡Vamos! ¡Vamos! ¡No veo por qué deben discutir! ¡Rupa no
tiene la culpa de ser invisible: en la mágica Cueva del Llanto, donde las rocas
destilan lágrimas, se mojó las plumas y luego fue desapareciendo hasta que se
transformó en un ser que es y no es.
COPAL (mientras hablan, el monito remeda todos los gestos de Omagua y luego le
habla en voz baja como sospechando del papagallo y señalándolo con el dedo):
¡Papagallo puede ser
aquel invisible ser
ya que no se puede ver,
mas yo pienso que al volver
a sus formas otra vez,
rara bestia puede ser!
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OMAGUA (riendo): ¡No, no, no! ¡No lo creo, Copal! ¡Tienes mucha fantasía! ¡Es
siempre un papagallo!
RUPA: ¡Prrrrr!
OMAGUA: ¡Hace tiempo que recorremos la selva en busca de un remedio para su mal!
(El monito brinca y salta y en su júbilo, coge el recipiente del curare y lo bebe)
RUPA (chillando): ¡Ese veneno es terrible! ¡El macaco está bebiendo el curare, Omagua,
Omagua!
OMAGUA (sereno): ¡No te preocupes, Rupa, que si se bebe es inofensivo. En las flechas y
dardos, sí es mortal este veneno.
RUPA (furioso): ¡Estoy y soy! ¡Que no me veas es una cosa completamente supérflua e
intranscendental!
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RUPA (afirmando su existencia):
¡Yo sí soy un papagallo verdadero!
¡Yo existo y no estoy, no me ves pero estoy!
¡Soy un loro disfrazado de agujero!
¡No soy ser inexistente porque soy!
¡Mis plumas son doradas,
verdes y coloradas!
En la selva me conocen mis amigos,
me llaman Rupa, de nombre y apellido:
el armadillo, tortuga y colibrí,
oso hormiguero, ronsoco y el tapir.
(Entran en escena las mariposas. Pueden ser varias y deslizarse por la escena como
bailarinas de ballet. Puede ser sólo una y salir desde adentro de los pétalos de una flor
gigantesca).
OMAGUA: Mariposa primorosa que te encierras en las flores gigantescas, ¿qué noticias traen
los pétalos? ¿Cómo puedo desinvisibilizar a Rupa?
MARIPOSA UNO:
¡Si el malvado Espíritu del agua lo ha hechizado,
el Espíritu del fuego estará encantado
de desembrujar tu papagallo, siempre y cuando...
OMAGUA: ¡Gracias por la noticia que me dan! ¡Ahora sí tengo la esperanza de volver a ver
a Rupa, fiel guardián y compañero!
RUPA: ¡Prrrrrrr!
MARIPOSA (con las manos en la boca en forma de bocina, llamando mientras baila y se aleja
de la escena):
¡Sombras Consejeras de las Selvas!
¡Vengan a ayudar a Omagua, Omagua, Omagua, agua, agua, agua, agua.....!
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ESCENA 2
(Entra en escena Omagua, con su pucuna cerbatana y su carcaj con flechas. Copal va
brincando por delante y Yoccó se esconde detrás de unos matorrales).
OMAGUA: Es verdad. Mi pucuna es de madera fuerte pero el ojo ha de ser avizor como el
del tigre y la puntería eficaz como la del gavilán. (Coge su cerbatana, introduce
un dardo y alzándola hacia arriba, sopla, disparando un dardo. Se oye caer un
coco. Copal salta entre los arbustos y recoge el coco con la flecha clavada).
RUPA: ¡Prrrrrrr!
YOCCO: ¡Bebe, Copal! Yo soy Yoccó, el duende de la foresta, y ésta que te ofrezco es mi
bebida favorita, estimulante y refrescante. Combate el dolor, el hambre y la
fatiga. ¡Bebe!
COPAL (bebe y luego le entra un bienestar general que lo hace columpiarse con placer
entre las ramas de los árboles):
¡En mi hamaca de chambira, bajo un techo de yarinas,
qué vida que me doy! ¡Qué vida que me doy!
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COPAL (columpiándose): ¡Qué vida que me doy!
¡Qué vida que me doy!
YOCCO (se agacha sobre el hormiguero y con delicadeza recoge una hormiga y la
contempla asombrado):
¡En ciertas hormiguitas crece un bejuco!
¡Qué cosas tan extrañas que hay en el mundo!
COPAL (observando la palma de la mano de Yoccó): ¿Un bicho que es animal y además
planta?
RUPA: ¡Prrrrr!
YOCCO: Cuando el árbol está en flor, la flor produce semillas y si las siembras en buena
tierra, de una semilla nace una planta y la planta que va creciendo se vuelve un
árbol.
COPAL (entusiasmado, coge frutos de un árbol): ¡Los frutos tropicales son de la selva!
Los jugos de las frutas son la delicia.
RUPA (con voz estridente): ¡El maracuyá, la piña y el mango comemos acá.
(Mientras bailan y saltan y hay gran alboroto, entran en escena las Sombras Consejeras e
inmediatamente se hace silencio. Estos son tres personajes vestidos con túnicas o
cushmas de algodón blanco con dibujos geométricos como es propio de ciertas tribus
amazónicas. El ambiente festivo ha cambiado por uno de respeto. Omagua se adelanta
al centro del escenario y saluda a las Sombras. Copal y Yoccó quedan detrás, cerca de
los arbustos).
SOMBRA DOS: Desde este conjunto de vidas que es la selva, ha llegado hasta nosotros tu
voz pidiendo ayuda. Aquí estamos, en medio de la jungla ardiente para
desenredar enredos y desentrañar desatinos del destino.
SOMBRA TRES: Las Sombras Consejeras de la selva te traen consejos. Nuestra magia
vibra en su núcleo de verde esplendor. No encamines tus pasos a
profundidades más profundas sin antes escuchar nuestros consejos.
RUPA: ¡Prrrrrrr!
SOMBRA UNO: Debe el loro avivar la llama eterna de las entrañas de la tierra, soplando
el humo del Espíritu del Fuego, quien lo hará retomar su primitiva forma,
combatiendo el maleficio del Espíritu del Agua.
SOMBRA DOS: En la Cordillera de los Andes, por la boca inmensa de un volcán, brotan
los humos del fondo de la tierra. Allí dirigirás tus pasos. Rupa deberá
soplar y soplar hasta que ese fuego sagrado vaya deshechizando lo
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hechizado y desembrujando lo embrujado.
RUPA: ¡Prrrrrrr!
SOMBRA TRES: Por el buen corazón que posees, te entrego un presente que te servirá.
Es una liana trenzada, la cual forma un lazo que tiene la virtud de
inmovilizar a cualquier ser que está apresado dentro de él.
SOMBRA DOS: Yo te entrego una bolsa de semillas de huayruro, que si las esparces en
cualquier claro húmedo o pantanoso, hace crecer alrededor tuyo por su
magia, un bosque tan tupido que puede esconderte si vienes huyendo y
alguien te persigue.
SOMBRA TRES: Por el aprecio que te tengo y la lealtad que has mostrado, recibe de mis
manos este collar de dientes de otorongo. Así los Espíritus del agua y
del fuego no pondrán en tí sus maleficios.
SOMBRA UNO: ¡No creas que puedes vivir en la selva defendiéndote con la magia
solamente. Debes inculcar en tu espíritu la lealtad, la pureza y la
bondad. ¡Sólo las virtudes alejan para siempre a los malos espíritus!
SOMBRA DOS: Para identificarte con la selva en su inmensa dimensión, debes deslizarte
suavemente sin hacer ruido ninguno y tu remo debe hundirse acariciando
el agua. La fuerza debe estar encubierta y controlada.
(Salen de escena las tres Sombras, ceremoniosas y dignas. A lo lejos se escucha silbar
el viento).
COPAL (suspirando cómicamente): ¡Quién tuviera esa fuerza para sujetar al sol y que
no se caiga todas las noches en el pantano!
YOCCO: ¡El río hace rodar las piedras y suena y truena con voz potente y ronca!
COPAL (suspirando): ¡Quién tuviera esa voz sin par, para hacer temblar de espanto a la
shushupe y al jaguar!
(Omagua con su larga cerbatana golpea una rama que cae el suelo. Rupa, invisible,
aletea y chilla).
(Todos los personajes observan el suelo donde se supone que ha caído Rupa).
OMAGUA (dirigiéndose a Rupa, a quien encuentra con las manos y lo vuelve a colocar,
siempre invisible, sobre la rama de un árbol): Disculpa, Rupa, dí un golpe sin
querer y te hice caer.
RUPA (enojado): ¡Está bien! ¡Pero yo podía subir solo al árbol si no me aplastaban con sus
sombras! ¡Y fíjate la próxima vez lo que golpeas! ¿Acaso no tienes ojos?
RUPA (chillando): ¿No puedes ver que soy bello como el alba al amanece e e e r?
COPAL: ¡El alba en la selva es linda de ver! ¡Dile que regrese mañana también!
COPAL (cogiéndose la cabeza): ¡Cada vez que cae la tarde sobre la naturaleza, es tan
pesada que me duele la cabeza!
(Se bajan las luces y todos se recuestan sobre las raíces de los árboles a descansar).
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ESCENA 3
YOCCO: ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Copal se ha quedado dormido junto a estas flores. Las ha estado
oliendo toda la noche. Son flores de Toé. Aunque son grandes, blancas y
bonitas, son peligrosas.
OMAGUA: ¡Sucede que no podíamos despertarte y nos tenías asustados! (Lo desamarra).
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OMAGUA: ¡Voy a salir a cazar a ver qué pillo!
RUPA: ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Eres un tonto, Copal, dormirte oliendo las flores del Toé!
COPAL (cogiéndose de las ramas y de los matorrales para no caerse pues está mareado
todavía): Soy sagaz y suspicaz....nadie me iguala si entra o sale.....en la
espesura tupida... perdida... escondida...
RUPA: ¡Yo soy un papagallo caballero! ¡Soy el papá más gallo de la foresta!
COPAL (un poco más despierto que antes): ¡En la maraña enmarañada me desenvuelvo
como nada!
COPAL: ¡Yo poseo bienes raíces que son mis árboles! ¿Qué me dices?
YOCCO: ¡Si tienes un árbol, tienes un tesoro! El árbol trabaja sin producir ruido, elabora
su propio combustible utilizando la energía del sol, de la tierra y del agua.
RUPA: Sobre un árbol encontré un tesoro; una papagallita de plumas verdes y coloraditas, que
no repara en mí, que no me ama. ¡Br! ¡Br! ¡Br! (se lamenta).
RUPA: ¡Br, br, br! ¡Soy invisible y es por eso que vuelo desapercibido!
COPAL: ¿Para qué te bañaste en el llanto de las Rocas Lloronas! ¡Si te has vuelto
invisible es sólo por tu culpa!
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RUPA: ¡Br, br, br!
YOCCO: ¡No llores, Rupa, que ya una vez te has quedado transparente por el llanto!
OMAGUA: ¡Ay, ay, ay, ay! ¡Que ahí viene el jaguar! ¡Que viene el leopardo, el gato
pantera! ¡Que viene el jaguar, el terrible tigre ya viene, ya viene!
(Matorrales y arbustos van entrando por los costados del escenario y cubriendo poco a
poco el fondo).
COPAL (temblando de miedo: ¡El tigre rayado me ha hecho asustar! ¡Con sus fuertes
garras me, me, me quiere atrapar!
(Yoccó y Copal se esconden detrás de Omagua: entre los matorrales asoma la silueta de
cartón, de una cabeza amarilla con rayas negras y largos bigotes que representa al
jaguar).
(Todos los personajes están acurrucados en un rincón hasta que desaparece el jaguar.
Luego brincan contentos y el diálogo debe ser rápido y alegre).
COPAL (cantando a gritos): ¡Las orillas de los ríos son nuestros puertos!
OMAGUA (a sus compañeros): Nos remontaremos aguas arriba para llegar al volcán donde
vive el Espíritu del Fuego! ¡Navegando como las tortugas!
YOCCO: Hay que vivir aprendiendo de los animales como la charapa que sobre el lomo
lleva su casa.
RUPA (con voz estridente): ¡O los macacos que viven brincando de salto en salto!
COPAL (sin sentirse aludido): O el caimán yacaré que duerme de día y de noche ve!
(Aparece en escena la Madre de los Ríos que habla lentamente, divagando y ondulando
los brazos hacia arriba y hacia abajo; viste túnica larga y representa el Espíritu de los
Ríos y de la Lluvia).
MADRE DE LOS RIOS: Omagua, ¿eres tú? ¿Eres tú el aprendiz de Sombra y protegido de
los espíritus de las selvas?
YOCCO (colocándose junto a Omagua): Madre de los Ríos, esperamos su consejo para
que nos indique el camino más rápido que debemos seguir en nuestra ruta.
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MADRE DE LOS RIOS: Yoccó, ¿estás dando buenos consejos a Omagua?
YOCCO: ¡Claro! ¡Pero debemos llegar al volcán indicado por las Sombras donde arde el
fuego eterno...
MADRE DE LOS RIOS (ondulando lentamente): Yo, que soy la Madre de los Ríos, soy
el comienzo y el fin, la esperanza y el desconsuelo de todo.
MADRE DE LOS RIOS (no escucha y habla como hipnotizada): Las aguas que recorren
mis innumerables lechos y humedecen la foresta inmensurable,
donan vida a las tierras o arrasan con toda vida. Sin mí no existe
nada. ¡Soy eterna, inmortal, impredecible!
MADRE DE LOS RIOS: Los caminos del agua van a dar a la mar y se deben REMONTAR
(pausa, mientras señala con el dedo hacia arriba y a lo lejos)
aunques dibujen serpientes en la geografía verde.
MADRE DE LOS RIOS (no le responde y divaga): ¡El que entiende, entenderá! En el
pantano pantanoso crecen lianas que recogen agua de las lluvias.
El cauce se desborda y forma meandros. Todo se inunda
mientras frondosas copas de gigantescos árboles se mecen en la
superficie.
OMAGUA: Le rogamos que nos indique la dirección que deben seguir nuestros pasos.
OMAGUA: ¡La sirena de la Laguna del Bosque Perpetuo no me puede embrujar porque llevo
el collar mágico de las Sombras!
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OMAGUA: ¡Vamos a la aventura!
(Van saliendo de escena con esperanza aunque quedaron bastante desconcertados por las
divagaciones de la Madre de los Ríos).
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ESCENA 4
COPAL (llevándose las manos a la boca como si bebiera agua): ¡Digo bien: que pica!
SIRENA (se escucha su voz a lo lejos): A las orillas del río vive mi amor escondido: ¡Es
un balsero! ¡Es un balsero que habita bajo un cocotero! ¡Ay, qué frío de noche
en el río!
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COPAL: ¡Por la foresta ardiente correr cual viento!
(Yoccó se aleja y sale del escenario para rodear la Laguna donde está la sirena que lo
llama con sus mágicos canturreos. Omagua al perseguirlo comienza a hundirse en las
arenas pantanosas, detrás de un arbusto).
OMAGUA: ¡Copal! ¡Me estoy hundiendo en el pantano! ¡Por favor, dáme una mano!
(Copal da la mano al amigo y ayuda a salir a Omagua del pantano. Mientras tanto,
Yoccó se ha alejado atraído por la sirena y su voz se escucha desde fuera del escenario).
YOCCO (desde lejos): Prisionera del cristal está mi amada. La ha robado el Espíritu del
agua que quiere beber sus lágrimas para que corran por el cauce del Amazonas.
Voy a salvar del hechizo a la niña desdichada de la Laguna encantada.
OMAGUA (grita al aire, cogiendo su collar en el puño y levantándolo): ¡Alto ahí, Espíritus
de las aguas y de los vientos! ¡Nadie debe acercarse a nosotros con sus
maleficios! ¡El collar de las Sombras Consejeras me defiende!
COPAL (remedando pero asustado): ¡Alejen los hechizos de mi estera! ¡De la hamaca de
mi casa! ¡De mi amigo el gavilán, (confundido) digo de Yoccó, duende de
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mazapán!
SIRENA (a lo lejos): ¡Ay, qué frío de noche en el río! ¡Ven a abrigarme esta noche en el
río!
RUPA: Prrrrrr.
OMAGUA: ¡Que el hechizo del Espíritu del agua es más fuerte que el tuyo!
RUPA: ¡Ya no escucharás su canto porque Omagua te ha tapado los oídos con algodón!
OMAGUA: Sigamos nuestro camino, amigos, alejémonos de este lugar húmedo y siniestro...
(desamarra a Yoccó)
(De atrás de una roca que está en la parte delantera del escenario, sale humo a ratos).
COPAL (esperanzado, desde una rama baja, observando la pared rocosa del supuesto
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volcán): ¡Veo allá unas montañas de ahumadas piedras!
COPAL (remedando y sin entender nada): ¿Humo de la alpaca efímera del volcán?
(Los personajes se acercan lentamente hacia la roca de donde sale cada vez más humo).
COPAL: ¡Qué solemne sopor! ¡Qué candente ardor! ¡Qué aire febril, abrasado y
bochornoso!
RUPA (con voz sorprendida por tanta dicción absurda): ¡Qué locuaz que está el macaco!
COPAL (alegre): ¡Tengo juicio, cacumen, seso, cerebro y meollo! ¡Soy talentoso, genial
e ingenioso!
OMAGUA: ¡Acércate, Rupa! ¡Debes soplar un soplido bien soplado para atizar la llama
hasta que se levanten las lenguas de fuego!
(Va apareciendo entre el humo la figura del papagallo. Probablemente sólo su silueta,
coloreada de rojo y verde, para regocijo de sus amigos que lo aconsejan con alegría de
verlo nuevamente).
OMAGUA: ¡Es éste el momento de combatir el maleficio y puedes volverte visible soplando!
(Se oyen los soplidos y resoplidos de todos los personajes que soplan juntos el humo que
sale de detrás de la roca. Finalmente, entre la bruma aparece completamente el
papagallo, que puede ser de cartón, ante el júbilo de sus compañeros).
YOCCO: ¡Viva el Espíritu del fuego que ha terminado con el fantasma incorpóreo!
(Aparecen las mariposas que bailan con los personajes, todos juntos).
fin
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