Tesis 2028314
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Tesis 2028314
Tesis
Hechos: En un procedimiento penal tradicional, una persona fue condenada por la comisión del
delito de secuestro agravado cometido en contra de una persona adolescente. En segunda
instancia, se ordenó la reposición del procedimiento con la finalidad de que se designara una nueva
persona asesora jurídica que representara a la víctima. En cumplimiento de esa resolución, la
persona juzgadora dictó sentencia absolutoria, pues aunque se acreditó el delito, no se aportaron
pruebas suficientes para sustentar la responsabilidad penal. En desacuerdo con esa determinación,
la víctima, quien para ese entonces ya era mayor de edad, promovió un juicio de amparo directo. El
Tribunal Colegiado de Circuito concedió la protección constitucional y ordenó reponer el
procedimiento de primera instancia debido a que la asesoría jurídica de la víctima no cumplió con un
estándar mínimo de diligencia, para lo cual el tribunal equiparó el derecho a la defensa adecuada
material con el derecho a la asesoría jurídica. Inconforme con esa resolución, las personas
sentenciadas interpusieron un recurso de revisión.
Criterio jurídico: El derecho a la asesoría jurídica de las víctimas no puede equipararse al derecho a
la defensa adecuada de las personas imputadas en su vertiente material. No obstante, cuando la
víctima del delito es una niña, niño o adolescente, ese derecho debe ser garantizado bajo un
estándar de protección reforzada atendiendo al interés superior de la niñez para asegurar el
desarrollo del debido proceso en condiciones de igualdad.
Justificación: Esta Primera Sala, al resolver el amparo directo en revisión 1211/2020, determinó que
el derecho a la asesoría jurídica de las víctimas no debe equipararse al derecho a la defensa
adecuada de las personas imputadas.
No obstante, en casos en los que la víctima del delito sea una niña, niño o adolescente en un
procedimiento penal tradicional, debe tomarse como consideración fundamental el principio del
interés superior de la niñez previsto en los artículos 4 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, 19 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 3 de la Convención
sobre los Derechos del Niño.
Lo anterior, pues desde la perspectiva del interés superior de la niñez, el derecho a la asesoría
jurídica implica que se adopten garantías diferenciadas que están fundadas en el reconocimiento de
que la participación de las víctimas menores de edad en un proceso, no se da en las mismas
condiciones que tratándose de una persona adulta.
Por tanto, en el caso de niñas, niños y adolescentes víctimas de delitos, el derecho a contar con
asesoría jurídica debe garantizarse bajo un estándar reforzado, pues dicha prerrogativa no se
satisface únicamente con el nombramiento de una persona profesional en derecho, sino que se
afirma cuando quien desempeña esa labor salvaguarda de manera efectiva los intereses de la
persona menor de edad. Esto se satisface cuando, en cumplimiento a su labor, la persona asesora
jurídica despliega las actividades necesarias para representar los intereses de la niña, el niño o
adolescente, incluso ante las deficiencias del Ministerio Público y asegura que la opinión de la
víctima sea tomada en cuenta durante el proceso.
Asimismo, las autoridades judiciales están obligadas a garantizar la participación de las personas
menores de edad en el proceso, a ser representadas por profesionales especializados de manera
efectiva, así como el ejercicio de sus derechos establecidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales.
PRIMERA SALA.
Esta tesis se publicó el viernes 01 de marzo de 2024 a las 10:04 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.