Arte en El Norte Del País-2
Arte en El Norte Del País-2
y danza
en el
norte del
país
La música de Baja California se distingue por estilos e
instrumentos tradicionales con instrumentos como el
acordeón, el bajo sexto, la guitarra, el contrabajo y la
tarola.
Chihuahua acordeón, bajo sexto, tarola y tololoche, pero “al estilo Chihuahua”.
Esto quiere decir con acompañamiento de saxofón, el cual añade un
toque característico a los temas, entre los que destacan polcas
como La escobita (también conocida como La segunda de Rosales
debido a una curiosa anécdota protagonizada por Benito Juárez).
La furia del río Bravo, Santa Rita, El huarachazo, De Chihuahua a La
Concordia y Silvia, el chotis Mi reina y El corrido de Chihuahua,
pieza descriptiva compuesta por el duranguense Pedro de Lille
Aizpuru en coautoría con el defeño Felipe Bermejo Araujo y que es
considerada de manera popular como el segundo himno del estado.
Danzas ceremoniales rarámuris
Es importante mencionar también la música de los tarahumaras o
rarámuris, comunidad indígena asentada en parte del estado de
Chihuahua y en el suroeste de Durango y Sonora. Las danzas
tarahumaras tienen un profundo sentido ceremonial en el que se
percibe el sincretismo religioso ocurrido tras la Conquista, y en su
gran mayoría coinciden con el calendario de festividades de la
Iglesia católica.
Así, por ejemplo, durante la Semana Santa los tarahumaras (y otros
Chihuahua
pueblos como los pimas) celebran el inicio de un nuevo ciclo
agrícola con bailes como la Danza de los pintos (un baile que dura
36 horas seguidas y en el que los danzantes llevan el cuerpo
adornado con puntos de arcilla blanca), la Danza del Yumaré
(interpretada únicamente por mujeres y acompañada por cantos en
diversos tonos) y la Danza del tutugúri (que dura toda una noche y
donde un oficiante pide incesantemente que las cosechas sean
buenas).
Los instrumentos con que estos pueblos ejecutan sus danzas son
tambores de madera con piel de venado, tenábaris (especies de
sonajas que se colocan en los tobillos y que están elaboradas con
capullos secos de mariposa y piedras pequeñas de hormiguero),
flautas de carrizo y chapareques (una especie de arpa con hasta
tres cuerdas que se fabrica con madera extraída del centro de
magueyes secos y se toca usando la boca del intérprete como caja
de resonancia).
También, como sucede en Aguascalientes, San Luis Potosí o
Chihuahua
Zacatecas, durante los festejos que abarcan del 12 de diciembre al
6 de enero se baila la Danza de los matachines (o matlachines),
acompañada con guitarra y violín. Sin embargo, a diferencia de la
organización coreográfica de, por ejemplo, Aguascalientes, donde
el “viejo de la danza” o “moreno” trata de provocar el desorden
entre las filas de danzante, los matachines chihuahuenses siguen las
órdenes de dirigentes denominados “monarcos” para enfrentarse al
chapeyoko y su temible látigo.
Chihuahua
Haz un poema sobre la
cultura musical y dancística
de Chihuahua.
Al igual que ocurre con prácticamente todo el norte de México, las
danzas y bailes típicos de Durango provienen en gran medida de la
fuerte herencia de los inmigrantes alemanes, checos y bohemios que
se asentaron en la zona durante la segunda mitad del siglo XIX.
Como música tradicional del estado encontramos un gran surtido de
polcas (La palmita, La cacerola, El jaral, La mermelada) y chotis (El
vaivén, Mis cositas, El revolcadero, El senderito, Los arbolitos, Las
conchitas y Vamos a la aduana); además de la cuadrilla, un baile de
salón de origen francés que se popularizó en el municipio de
Durango
Tepehuanes durante la ocupación francesa de la década de 1860.
Durango
una planta cactácea abundante en la región cuyas espinas —
cuando penetran en la piel— provocan dolor, el cual se intensifica
cuando intentamos sacarlas ya que sus filamentos se “aferran” a la
herida.
Tepehuanes y huicholes mantienen la música indígena
Por su parte, en algunas zonas de Durango todavía se encuentran
ejemplos de música tradicional indígena, sobre todo entre los
asentamientos de tepehuanes y huicholes. Así, por ejemplo,
encontramos la Danza de las palmas o Danza de las plumas, que se
interpreta desde hace más de 400 años para pedir lluvias y buenas
cosechas. Esta danza se caracteriza por un acompañamiento
musical de violín, tambor y sonajas (que los danzantes deben agitar
al ritmo de los pasos que ejecutan), el cual va cambiando