Nulidad de Oficio de Los Actos Administrativos....
Nulidad de Oficio de Los Actos Administrativos....
Nulidad de Oficio de Los Actos Administrativos....
En Perú, la nulidad de oficio está regulada principalmente por la Ley N° 27444, Ley
del Procedimiento Administrativo General. De acuerdo con esta ley, los actos
administrativos pueden ser declarados nulos de oficio cuando se encuentren en alguna de
las siguientes situaciones:
A diferencia de los actos jurídicos generados en el ámbito del derecho privado, cuya
nulidad debe ser declarada por una autoridad jurisdiccional, los actos administrativos
pueden ser declarados como nulos directamente por la propia Administración, en la medida
en que estos hayan sido producidos con vicios que afecten su validez y siempre que
agravien el interés público o lesionen derechos fundamentales.
Por otro lado, si bien cabe la posibilidad legal de que una entidad pública pueda
demandar la nulidad de sus propios actos administrativos en un proceso contencioso-
administrativo, ejerciendo la acción de lesividad, para ello debe cumplir ineludiblemente
con un presupuesto procesal, esencial e indispensable, que consiste en la emisión de la
resolución motivada en la que se identifique el agravio que el acto en cuestión produce a la
legalidad administrativa y al interés público. En ese sentido, si no existe una resolución
administrativa en la cual la Administración, previamente, identifique y justifique en qué
consiste el agravio al interés público o la lesión a derechos fundamentales —en tanto ello
supone una violación a la legalidad administrativa—, entonces, no cabe posibilidad de
incoar una demanda peticionando la nulidad de sus actos administrativos.
2.3. PLAZOS
Pero, cuando el administrado es quien solicita dicha revisión por los mismos
motivos, los plazos que tiene para hacerlo son cortos y perentorios. Como sabemos, para
formular la nulidad de un acto administrativo, el administrado debe hacerlo por medio de
los recursos administrativos correspondientes (numeral 11.1 del artículo 11 de la LPAG)
dentro de un plazo de quince días hábiles perentorios (artículo 21 de la LPAG), computado,
como regla general, a partir del día hábil siguiente de aquel en que se practique la
notificación del acto administrativo12. Por su parte, el plazo para que un administrado
pueda plantear una demanda contencioso-administrativa cuya pretensión sea la declaración
de nulidad total o parcial de un acto administrativo es de tres meses, contados desde el
conocimiento o notificación de la actuación impugnada, lo que ocurra primero.