Concepto Revocatoria Directa Cca y Cpaca
Concepto Revocatoria Directa Cca y Cpaca
Concepto Revocatoria Directa Cca y Cpaca
Varias son las formas como un acto administrativo puede desaparecer de la vida jurídica,
una de ellas es a través de la figura de la revocatoria directa, que le permite a la
administración misma dejar sin efecto su propia manifestación de voluntad, por las causales
y conforme al trámite consagrados en el CAPÍTULO IX. 93 y hasta el 97.
La revocatoria del acto administrativo bien puede tener origen en una actuación oficiosa de
la administración como en la iniciativa, es decir, en una solicitud de parte del afectado con
la decisión a revocar
Esta figura jurídica busca suprimir del mundo jurídico un acto administrativo que resulta
contrario al interés general y al orden jurídico, su naturaleza es similar a la acción de simple
nulidad pues busca, en esencia, proteger el ordenamiento jurídico superior, sin detenerse en
restablecer y reparar situaciones de carácter particular y concreto, nada obsta para que, si la
administración encuentra que alguno de sus actos debe ser revocado por darse–a su juicio-
alguna de las causales consagradas en el art. 93, proceda a adelantar por su propia iniciativa
los trámites encaminados al logro de tal propósito, pues es bien sabido que nadie está
obligado a perseverar en su error y que las decisiones no ajustadas a derecho no tienen por
qué atar de manera indefectible a quienes las han producido e, igual, nada debe impedir
que el afectado con una decisión errada de la administración pida, bajo ciertas condiciones,
que ella sea retirada de la vida jurídica y que así se haga en efecto, siempre que se dé
también alguna de aquellas causales.
Respecto a esto último, no sobra advertir que la decisión que se adopte en torno a la
solicitud de revocatoria directa de un acto administrativo carece de recursos, por así
disponerlo el artículo 95 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo.
Finalmente cabe señalar que el recurso extraordinario de revocatoria directa adopta dicha
denominación porque opera frente a actos administrativos que ya están en firme, es decir, a
través de la revocatoria directa se pueden modificar, aclarar, adicionar o extinguir actos
administrativos que ya adquirieron fuerza ejecutoria y pueden ejecutarse sin ningún
obstáculo.1
1
Esta lógica no se puede predicar de las declaraciones tributarias, dado que el artículo 43 de la
Ley 962 de 2005, permite la corrección de tales declaraciones por puntos irrelevantes para definir
de fondo la determinación del tributo, siempre y cuando las mismas no hayan adquirido firmeza. En
este sentido se pronunció el Consejo de Estado, Sección Cuarta, en la sentencia
25000232700020060125301 (16707), de agosto 19 de 2010, Consejero Ponente: Hugo Fernando
A. causales la revocatoria directa:
los actos administrativos son revocables en cualquiera de los siguientes casos: (i) “cuando
sea manifiesta su oposición a la Constitución Política o a la ley”, (ii) “cuando no estén
conformes con el interés público o social, o atenten contra él” y (iii) “cuando con ellos se
cause un agravio injustificado a una persona”.
En cuanto a la primera de estas causales, vale la pena resaltar que tiene que ver con la
ilegalidad del acto3 y que la administración, cuando encuentra que éste es contrario a la
Constitución o a la ley, lo que hace es retirarlo de la vida jurídica, dejarlo sin efecto
mediante el mecanismo de la revocatoria, mas no declarar su inconstitucionalidad o
ilegalidad, pues ello es tarea propia de los jueces, previa demostración ante éstos de la
existencia de la violación de las normas superiores.
Valga la pena anotar en este punto que, cuando se está frente a la última causal
mencionada, esto es, frente a la que habla del “agravio injustificado a una persona”, es
necesario medir la intensidad del mismo, pues es normal que los actos administrativos
impongan alguna carga al administrado, lo que podría mirarse como un agravio, pero que
sólo se torna injustificado cuando excede los límites de lo razonable o carece de sustento
o justificación alguna4.
Es importante resaltar la diferencia que se presenta en esta instancia en relación con los
recursos ordinarios, pues el recurso extraordinario de revocatoria directa puede ser
interpuesto por cualquier persona, no solo por el interesado, al paso que los recursos
ordinarios sólo pueden ser interpuestos por los interesados. Esta diferencia se presenta por
la naturaleza del recurso extraordinario de revocatoria directa, pues, como se dijo, el único
objetivo que busca el recurrente, al ejercerlo, es preservar el ordenamiento jurídico
superior, lo que implica que su naturaleza es pública y popular.
1.- A través de la revocatoria directa se extirpa del mundo jurídico los actos administrativos
de carácter particular y concreto, por lo tanto, es un mecanismo jurídico que tiene la
Bastidas.
administración para revisar sus propios actos y, si es del caso, sacarlos del mundo jurídico
dejándolos sin efectos, mecanismo que se puede utilizar a petición de parte o de oficio.
2.- La revocación directa podrá versar sobre la totalidad de la parte resolutiva de un acto
administrativo o solo sobre una parte de la misma, dejando vigente lo que no fuere
contrario a la ley o al interés general.
3.- Los efectos jurídicos de la revocatoria directa son ex nunc, es decir, rigen hacia el
futuro, por lo tanto, las situaciones jurídicas consolidadas durante el interregno de vigencia
jurídica del acto administrativo revocado, se mantendrán incólumes, con el objeto de
preservar la seguridad jurídica y hacer efectiva la presunción de legalidad que lleva inmersa
todo acto administrativo, sin perjuicio de la retrospectividad en materia laboral y la
retroactividad en materia sancionatoria.
“La petición formulada en el año de 1998 por la parte demandante ninguna vocación
tenía para provocar válidamente un nuevo pronunciamiento de la entidad y el acto que
ésta produjo negándose a conocer nuevamente de la situación, por hallarse ya resuelta,
no constituye ninguna decisión adicional.
Es claro, por tanto, que lo que pretendió la parte actora fue revivir los términos de
caducidad que dejó vencer por haber transcurrido más de los cuatro meses que
2
Esta es la regla general, habida cuenta que pueden existir normas especiales de carácter legal
que generen excepciones a la misma, tal como es el caso del estatuto tributario en su artículo 738-
1, donde se advierte que la administración tributaria tiene un año para resolver la revocatoria
directa incoada por el contribuyente, en caso contrario, se presume que se profiere un acto
administrativo con efectos favorables al administrado en virtud del silencio administrativo positivo.
3
Esto no quiere decir que la revocatoria directa no comparta la naturaleza del derecho de petición,
lo que ocurre es que es de carácter especial y esta sometida a los lineamientos contemplados en la
ley. Sobre la naturaleza de la revocatoria directa, la Corte Constitucional señala: “Si ello es así en
tratándose de recursos, con mucha mayor razón debe entenderse que se ejercita el derecho de
petición cuando se pide la revocación directa de un acto administrativo (CCA, arts. 69 y ss), que no
tiene tal carácter sino que responde al objeto de buscar una decisión administrativa cuando,
precisamente, no se ejercitaron los recursos en vía gubernativa (CCA, art. 70)”. Sentencia T-21 de
febrero 10 de 1998.
establece el artículo 136 del C.C.A. para instaurar la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho contra la Resolución que le liquidó la cesantía”.4
La regla expuesta sólo opera cuando el acto administrativo que resuelve el recurso
extraordinario de revocatoria directa, confirma la decisión inicial, empero, si la
modifica o revoca, si habrán recursos contra él y será posible acusarlo en sede
jurisdiccional, sobre todo porque este recurso puede ser incoado por cualquier
persona y puede resultar perjudicando al beneficiario de la decisión revocada. Así
lo ha explicado el Consejo de Estado en los siguientes términos:
“Sin embargo, bien puede acontecer, en casos excepcionales, que el acto que resuelva
la solicitud de revocatoria directa modifique total o parcialmente el acto inicial y tal
decisión se adopte en contravención a la ley, como cuando, por ejemplo, quien solicita
la revocatoria directa es un tercero y al titular del derecho revocado no se le cita a la
actuación administrativa que surge en el trámite de la revocatoria; o cuando el
interesado hace la petición y no se tiene en cuenta a un tercero que podría resultar
afectado; o cuando la modificación parcial o total que operó en el acto que resolvió la
revocatoria reconoce el derecho que reclama el titular pero sin ajustarse a la ley en tal
reconocimiento”.5
En segundo término, hay que tener en cuenta que cuando se trata de derechos de
petición que busquen reconocer un derecho prestacional periódico como la pensión
o la reliquidación a la misma, es posible que se puedan repetir sobre el mismo
asunto y en ningún momento operará la caducidad de la acción, tal como lo ha
manifestado el Consejo de Estado en los siguientes términos:
Al respecto, la jurisdicción ha sostenido que como las pensiones son derechos
imprescriptibles, aunque sí prescriban sus mesadas en los términos de ley, es por ello,
precisamente, que quien se encuentre en la situación descrita anteriormente bien puede
elevar una nueva petición y esperar la decisión administrativa, que en caso que sea
desfavorable (total o parcialmente) puede impugnar en vía gubernativa y judicial,
4
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección “A”,
Consejero Ponente: Ana Margarita Olaya Forero, Bogotá D.C. 29 de agosto de 2002, Rad.
6300123310001999039001(4885-01).
5
Consejo de Estado, Sección 1ª, auto 2640, de diciembre 3 de 1993.
posteriormente, si es menester. En este evento, la decisión administrativa frente a la
primera petición no es obstáculo judicial para que se adelante el proceso pertinente
respecto a la decisión de la segunda petición pensional.6
Observa el Colegiado, que lo que se pretende con la nueva solicitud elevada ante la
administración, es la configuración de un vínculo laboral, pero se observa que en el
escrito no se hace referencia al reconocimiento de éste, solo solicitándose el pago total
de salarios y prestaciones sociales causadas, situación que nos hace avizorar, que el
apoderado judicial de la parte demandante tiene conciencia de que la discusión
respecto del vínculo laboral, ha quedado zanjada con la primera respuesta dada por la
administración municipal, acto frente al que la acción, como quedó pergeñado en el
sub-lite, se encuentra caducada. Por lo que, sólo solicita el pago de salarios y
prestaciones sociales, esperando que la administración al aceptar pagar estas sumas
reconozca de manera implícita el vínculo laboral, asunto respecto del cual, como quedó
discurrido, el término que concede la ley para entablar la demanda ha expirado.7
6
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección B.
Sentencia de 6 de febrero de 2003. Expediente 4386-02. Consejero Ponente: Dr. Tarsicio Cáceres
Toro. Extracto jurisprudencial publicado en la revista jurisprudencia y doctrina de Legis, de
diciembre de 2003, páginas 2358 y 2359.
7
Magistrado Ponente: Rigoberto Reyes Gómez, Armenia, dieciocho (18) de noviembre de dos mil
once (2011), Auto resuelve apelación, Nulidad y Restablecimiento, Demandante: José Fausto de la
Cruz Jojoa, Demandado: Municipio de Calarcá, Radicado: 63-001-3331-001-2011-00368-01.
C. Improcedencia: Para las dos formas de iniciación de la revocatoria directa, según el
caso, la improcedencia se presenta en los siguientes eventos8:
1.- Como recurso extraordinario opera como medio supletivo de los recursos
ordinarios: Opera como medio supletivo de los recursos ordinarios (reposición, apelación
y queja), por lo tanto, solo se podrá interponer si no se hubieren interpuesto aquellos o se
hubieren interpuesto de manera irregular, es decir, por regla general, los actos
administrativos solo se pueden discutir mediante los recursos ordinarios, y, en caso de que
esto no se hiciere en debida forma, se podrá acudir a la revocatoria directa (Artículo 70,
C.C.A. y artículo 94 del C.P.A.). Esta situación no es una limitante cuando la
administración actúa de oficio en la revocatoria del acto administrativo. Es pertinente
anotar que si se ejerce el recurso extraordinario de revocatoria directa habiendose utilizado
los recursos ordinarios, se deberá expedir un acto administrativo de trámite rechazándolo,
decisión frente a la cual no cabe ningún recurso ni puede demandarse en sede judicial. Es
importante advertir que esta limitante no opera si el recurrente es un tercero, por dos
razones básicamente: En primer lugar, la norma señala que es el peticionario de la
revocatoria directa el que no debe haber interpuesto los recursos ordinarios, lo que quiere
decir que si dicha revocatoria la ejerce un tercero, a este no se le puede exigir dicho
requisito, pues el no estaba habilitado para interponer los recursos ordinarios anotados, es
decir, no era el directamente interesado en la vía gubernativa ordinaria (Artículo 94 del
C.P.A.). En segundo lugar, la naturaleza de la revocatoria directa es evitar que el
ordenamiento jurídico se afecte con un acto ilegal, por tanto, su naturaleza pública hace que
los terceros no tengan impedimento para acceder a la administración pública en procura de
proteger la legalidad abstracta.
a).- Derechos Adquiridos: La Constitución Política de Colombia, en sus artículos 58, 332
y 336 ordena que los derecho adquiridos con justo título deben respetarse, es decir aquellos
derechos que han entrado al patrimonio de una persona, natural o jurídica que hacen parte
de él, y que por lo mismo, no pueden ser arrebatados o vulnerados por quién los creó o
reconoció legítimamente. De esta afirmación se desprende que lo que se debe conservar es
todo aquello que sirve de provecho a una persona, no aquello que es atentatorio contra su
patrimonio o lo disminuye de manera ilegal, inconveniente o causándole un agravio
injustificado, ya que en estos casos no se están reconociendo derechos sino imponiendo
obligaciones, cargas o sanciones (Art.69, C.C.A. e inciso primero del art. 96, C.P.A).
b).- Seguridad Jurídica (buena fe y doctrina de los actos propios): La estabilidad de los
actos administrativos se impone debido a que los administrados deben tener certeza de que
Ahora bien, el profesor Libardo Rodríguez Rodríguez expone que ésta pérdida de
competencia no aplica cuando estamos en presencia de la derogación, lo que a nuestro
modo de ver es una posición errónea, pues cuando se acude a la jurisdicción de lo
contencioso administrativo, los juicios de legalidad quedan radicados de manera exclusiva
del Código Contencioso Administrativo, la cual podía ejercer porque no tenía conocimiento de la
existencia del proceso que se había iniciado contra las resoluciones que revocó”.
14
Sin embargo, la jurisprudencia aún no es pacífica frente a este tema, es así como el Consejo de
Estado en reciente pronunciamiento se apegó al tenor literal de la norma, así: “Además, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 71 del C.C.A., esa revocatoria resultaba posible, pues
se produjo antes de que se hubiera admitido la demanda presentada contra el acto revocado”.
Consejo de Estado, Sección Quinta, C.P.: Darío Quiñónez Pinilla, 6 de mayo de 2004, Rad. 331,
Actor: Faber Jemay López Narváez.
15
Ver: RODRÍGUEZ R. Libardo, Derecho Administrativo General y Colombiano, decimo sexta
edición, Editorial Temis, 2008, página 319.
5.- Como recurso extraordinario no procede cuando el acto administrativo posea una
manifiesta oposición a la Constitución Política o a la ley: Esta causal de improcedencia
Tal como se advirtió líneas atrás, en nuestro concepto la revocatoria directa a petición de
parte es un verdadero recurso extraordinario en sede administrativa, habida cuenta que
comparte la misma naturaleza de los recursos ordinarios, es decir, un autocontrol de la
administración pública frente a sus decisiones; aunque debe advertirse que tiene sus
particularidades que la diferencia de aquellos, por ejemplo, en vía gubernativa ordinaria no
es necesario obtener el consentimiento del particular para revocar, pues el acto
administrativo no esta en firme y los recursos ordinarios en sí mismos constituyen una
autorización por parte del interesado para revocar la decisión. Sin embargo, sus causales
son las mismas, aunque el artículo 69 del C.C.A. y el artículo 93 del C.P.A. aparentemente
las apartan frente a la generalidad, empero, esto no es así, toda vez que los recursos
ordinarios son viables para impugnar el acto administrativo por contrariar la constitución y
la ley o por inconveniencia. Es por esto que no compartimos tesis de algunos doctrinantes
que no le dan la connotación de recurso extraordinario a la revocatoria directa.16 Ahora
1.- Legitimación: A diferencia de los recursos ordinarios que sólo pueden ser interpuestos
por el interesado o por su apoderado (numeral 1º del artículo 52 del C.C.A. e inciso primero
del artículo 77 del C.P.A.), el recurso extraordinario de revocatoria directa puede ser
impetrado por cualquier persona, toda vez que mediante el mismo se busca preservar la
legalidad abstracta y la prevalencia del interés público o general sobre el particular injusto
(Numerales 1º y 2º del artículo 69 del C.C.A. y numerales 1º y 2º del artículo 93 del
C.P.A.). Sin embargo, en el evento de que la persona que solicite la revocatoria directa no
sea el directamente afectado con la decisión que se busca revocar, se debe vincular al
interesado para que pueda ejercer su debido proceso administrativo. La Corte
Constitucional17 advierte que la revocatoria directa como recurso extraordinario, es ejercida
en interés de la colectividad, así:
Sin perder de vista lo expuesto en el aparta jurisprudencial transcrito, con las causales de
improcedencia consagradas en el artículo 93 del C.P.A., específicamente las relacionadas
con la imposiblidad de recurrir por ilegalidad o inconstitucionalidad y por el impedimento
de revocar cuando ya ha caducado el control judicial del acto que se pretende revocar, se
aminora de manera ostensible el privilegio de la administración tendiente a eliminar del
mundo jurídico decisiones emitidas por ella contrarias a la Constitución o la ley.
16
Pedro Antonio Lamprea señala: “No obstante el estado de la cuestión, debe advertirse que, por
sus características fundamentales y su régimen, consideramos inadecuadamente atribuirle a la
revocación directa carácter de recurso, considerando que sea uno extraordinario. Porque, en
esencia, se trata de un procedimiento especialísimo que permite a la administración volver sobre
su propia decisión para dejarla sin efecto, cuando inciden claras y terminantes causales. Estas son
en definitiva la razón suficiente de su establecimiento”. Anulación de los Actos de la Administración
Pública, Segunda Edición 2004, Ediciones Doctrina y Ley Ltda., Bogotá D.C.
17
Corte Constitucional, Sentencia T-33, enero 25 de 2002.
18
Corte Constitucional, Sentencia C-095 de 1998. M.P. Hernando Herrera Vergara.
2.- Oportunidad: El recurso extraordinario de revocatoria directa se puede interponer ante
quién profirió el acto o su inmediato superior (Art. 69 C.C.A. y art. 93 C.P.A.), siempre y
cuando no se haya acudido a la jurisdicción contencioso administrativa y se haya proferido
y notificado a la administración el auto admisorio de la demanda o haya caducado el
control judicial del acto que se pretende revocar. (Art. 71, inciso primero del C.C.A. y art.
94 del C.P.A.). Las solicitudes de revocatoria directa (e incluso de derogación de actos
administrativos de carácter general que por error en técnica legislativa lo llaman revocación
directa), deben resolverse por la autoridad competente dentro de los tres (3) meses
siguientes a su presentación. (Art. 71, inciso segundo del C.C.A.). En el nuevo Código de
Procedimiento Administrativo éste término se acorta a dos (2) meses y ómite referirse a la
petición de derogación (Segundo inciso del artículo 95 del C.P.A.). Sin embargo,
consideramos que la administración debe estar sujeta a un término en caso de solicitud de
derogación, por tanto, pensamos que por analogía el término de dos meses contemplado por
el C.P.A. puede ser aplicado en este evento.
Es pertinente anotar que la anterior es la regla general, por tanto pueden existir normas
especiales al respecto, tal como ocurre con el estatuto tributario en sus artículos 737 y 738-
1, donde se establece un término de dos años para interponer la revocatoria directa y un año
para resolverla. Otra excepción esta contemplada en el artículo 111 del Decreto 807 de
1993, el cual dispone que contra los actos de la administración tributaria Distrital,
procederá la revocatoria directa prevista en el C.C.A., siempre que se ejercite dentro de los
dos años siguientes a la ejecutoria del correspondiente acto administrativo, y serán resueltas
dentro del término de un año contado a partir de su petición en debida forma.
Por otro lado, en caso de que transcurran los 3 meses de que habla el inciso segundo del
artículo 71 del C.C.A. o los 2 meses que contemplan el inciso segundo del artículo 95 del
C.P.A., sin que se resuelva el recurso extraordinario, procede la acción de tutela con el
objeto de obligar a la administración pública a resolverlo de fondo. Lo anterior sin perjuicio
de que la administración pública resuelva el recurso extraordinario, pues la ocurrencia de
los mencionados plazos no le quita competencia para resolver de fondo19.
19
“La misma norma, de acuerdo con un inciso adicionado por el artículo 1º de la ley 809 de 2003,
establece que la autoridad competente deberá resolver las solicitudes de revocación presentadas
en cuanto a los actos generales, y particulares respecto de los cuales no se haya agotado la vía
gubernativa o no se haya admitido la demanda ante el juez administrativo, dentro de los tres meses
siguientes a su presentación, lo cual no implica que la autoridad pierda competencia si no lo hace
dentro de dicho término”. RODRÍGUEZ R. Libardo, Derecho Administrativo General y Colombiano,
Decimosexta edición, 2008, Temis, página 319.
derecho de petición. En este sentido se ha pronunciado el Consejo de Estado en los
siguientes términos:
Ahora bien, es importante anotar que el primer inciso del artículo 93 del C.P.A. también se
refiere a los superiores funcionales, es decir, aquellos que no se encuentran en un contexto
interorgánico o dentro de una estructura o institución jerarquizada. Tal es el caso de los
Personeros Municipales, donde orgánicamente pertenecen a los Municipios, empero,
funcionalmente al Ministerio Público. Como corolario, podría pensarse que el nuevo
artículo 93 del C.P.A. le permitiría al Procurador General de la Nación, revocar
directamente actos administrativos que expidan los Personeros Municipales. Obviamente,
en el caso de que quien profirió la decisión no posea superior jerárquico o superior
funcional, sólo operará la revocatoria directa ante quien emitió el acto administrativo.
20
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Sentencia de 23 de
agosto de 2007. Radicación 25000-23-24-000-2003-00046-02. Consejero Ponente: Dr. Rafael E.
Ostau de Lafont Pianeta. Extracto jurisprudencial publicado en la revista de jurisprudencia y
doctrina de Legis de noviembre de 2007, páginas 1999 a 2006.
21
Recordemos que el recurso de apelación ante la superintendencia de servicios públicos
domiciliarios resulta ser una excepción a la regla general de que dicho recurso lo resuelve el
superior jerárquico de quién expidió el acto administrativo, tal como se advirtió cuando abordamos
el concepto de la vía gubernativa, posición que es ratificada por el Consejo de Estado en los
siguientes términos: “Al efecto conviene advertir que la competencia asignada a la
Superintendencia de Sevicios Públicos Domiciliarios para conocer del recurso de apelación contra
las decisiones en comento, es una situación jurídica excepcional y, por ende, extraña a la
regulación común de ese recurso, más cuando tal competencia está dada a un organismo de
inspección y vigilancia del sector de los servicios públicos domiciliarios, lo que la hace participe de
las decisiones de sus vigiladas, estructuras que por demás tienen el carácter de persona jurídica
autónoma, pública o privada, situación que implica que quien controla también interviene en
decisiones del sujeto o ente controlado, lo cual normalmente no es acogido en la ciencia de la
administración”. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera,
Sentencia de 23 de agosto de 2007. Radicación 25000-23-24-000-2003-00046-02. Consejero
Ponente: Dr. Rafael E. Ostau de Lafont Pianeta. Extracto jurisprudencial publicado en la revista de
jurisprudencia y doctrina de Legis de noviembre de 2007, páginas 1999 a 2006.
puede ser objeto de ningún recurso, ya que esto atentaría contra la seguridad jurídica que
debe operar en las situaciones administrativas y desvirtuaría la eficacia y la firmeza de los
actos administrativos que deciden de fondo una actuación (Inciso tercero del artículo 95 del
C.P.A.).22
No así el acto que conceda la revocación directa, es decir, el acto revocatorio, que
justamente por significar una nueva situación jurídica frente a la del acto revocado,
pasa a ser un nuevo acto administrativo, de allí que se considere que la revocación
22
“... tampoco es desarrollo normal de este procedimiento extraordinario que, decidido el recurso
de revocatoria, la decisión genere nuevos recursos ante quién lo decidió o ante su superior, pues
ello equivaldría a revivir los términos y a reabrir la oportunidad de la vía gubernativa completa,
oportunidad que no es posible rehacer o reconstruir, ya no sólo por razones de economía procesal
sino en guarda de la ejecutoriedad y eficacia que son la esencia de la actuación administrativa...”
(Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Sentencia de febrero
6 de 1980, C.P. Carlos Galindo Pinilla).
23
“... esta tesis incluso podría sostenerse frente a actos que resuelvan la revocatoria tratándose de
la revocación como recurso, si la administración va más allá del contenido material del acto
impugnado.”
24
Se refiere al artículo 72 del C.C.A.
25
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, Sentencia de 29 de
noviembre de 2010. Radicación 11001-03-24-000-2006-00236-00. Consejero ponente: Dr. Rafael
E. Ostau de Lafont Pianeta. Extracto jurisprudencial publicado en la revista de jurisprudencia y
doctrina de Legis de abril de 2011, páginas 564 y 565.
a).- Causal de invalidez: En este caso estamos ante los vicios invalidantes de los actos
administrativos, los cuales son causales de nulidad de los mismos, tal como lo contempla el
artículo 84 del C.C.A. y el artículo 138 del C.P.A. Sobre el particular, el Consejo de Estado
ha dicho: “Por lo que respecta a la extinción del acto derivada de su oposición manifiesta
con la Constitución o la ley, la figura equivale a lo que la mayoría de la doctrina actual
reputa como nulidad, consiste en la invalidez de un acto en razón de su ilegalidad...”26
c).- Causal de agravio injustificado a una persona: En este evento se busca suprimir del
mundo jurídico un acto administrativo contrario a la equidad y a la justicia, entendida como
darle a cada cual lo que se merece, ya que en esta ocasión el administrado sufre un
detrimento en su integridad sin justo título, el cual puede ser material o inmaterial. En caso
de que del mismo acto no se vislumbre el daño, se debe allegar prueba sumaria de su
acaecimiento o pedirse la práctica de pruebas para su comprobación, término probatorio
que seguirá los lineamientos del trámite de la vía gubernativa ordinaria. Esto último
también se predica de la revocación directa oficiosa, pero en lo que tiene que ver con la
normativa reguladora de la actuación administrativa.
Sin embargo, la reparación del daño a través de una indemnización de perjuicios solo la
podrá ordenar la jurisdicción contenciosa administrativa por razones de competencia y de
orden presupuestal de índole Constitucional, explicadas acertadamente por el Dr. Carlos
Betancur Jaramillo de la siguiente manera: “a).- No podrá hacerse ningún gasto público que
no haya sido decretado por el Congreso, las Asambleas Departamentales o los Concejos
Distritales o Municipales (art. 345, Inc 2do.); b).- No podrá hacerse erogación con cargo al
tesoro que no se encuentre incluida en el presupuesto de gastos (art. 345, Inc.1ro); y c).- En
la ley de apropiaciones no podrá incluirse partida alguna que no corresponda a un crédito
judicialmente reconocido, o a un gasto decretado conforme a la ley anterior, o a uno
propuesto por el Gobierno para atender debidamente el funcionamiento de las ramas del
poder público, o al servicio de la deuda, o destinado a dar cumplimiento al Plan Nacional
de Desarrollo (Artículo 346, Inc 2do)”29. Estos argumentos presupuestales se suman a los
efectos ex nunc de la revocatoria directa, los cuales impiden que la administración vuelva
sobre sus propios pasos cuando se trata de un daño ya ocasionado y no quede más remedio
que acudir a la vía jurisdiccional30.
Sin perder de vista lo anterior, consideramos que las reparaciones “in natura” no están
proscritas, siempre y cuando no impliquen erogación, como sería el caso de un
pronunciamiento de la administración tendiente a dejar incólume el buen nombre del
administrado, previamente manchado por la decisión que se revoca. Aún más consideramos
28
Anulación de los actos de la administración pública, Segunda Edición, 2004, Ediciones Doctrina y
Ley Ltda., Bogotá D.C.
29
Derecho Procesal Administrativo, Quinta Edición, Señal Editora, Páginas 173 y 174.
30
Sobre este último tópico, el Consejo de Estado ha dicho lo siguiente: “... el acto de revocación es
una decisión administrativa que rige hacia el futuro. En esa medida, la recuperación de los dineros
indebidamente pagados sólo es posible lograrlo por conducto del juez, que es el competente para
definir bien el restablecimiento del derecho y/o la reparación del daño o éste solamente, según se
trate de la acción contenciosa que sea precisa instaurar”. Consejo de Estado, Sala Plena de lo
Contencioso Administrativo, C.P. Ana Margarita Olaya Forero, Bogotá D.C. 16 de julio de 1992,
Rad. 23001233100019978732 (ij029). Publicada en Revista Jurisprudencia y Doctrina, Legis, de
Noviembre de 2002, Páginas 2490 a 2511.
que figuras como la compensación podrían operar, habida cuenta que no se produce una
erogación en el erario público, sino, por el contrario, una consolidación de sumas por pagar
y sumas por cobrar a favor del administrado, tal como acontecería con descuentos en
impuestos futuros ante detrimento patrimonial por el pago de lo no debido.
5.- Vacíos:
Jurídica Sánchez R. Ltda., página 87. El doctrinante GONZÁLEZ PÉREZ, traído a colación por el
profesor FERNANDO GARRIDO FALLA, ha combatido la institución de la cosa juzgada
administrativa por las siguientes razones: “A) Que la cosa juzgada implica la imposibilidad de toda
nueva declaración sobre la materia resuelta por sentencia firme, mientras que la revocabilidad de
los actos administrativos es una de sus características esenciales. B) Que cuando el acto
administrativo es firme en vía administrativa, puede, sin embargo, se impugnado ante la jurisdicción
contencioso-administrativa. C) Que en derecho administrativo no puede hablarse de una
inmutabilidad de los efectos, porque la Administración puede dictar un segundo acto que, sin
revocar expresamente el primero, anule o modifique sus efectos”. GARRIDO FALLA, Fernando,
Tratado de Derecho Administrativo, Volumen I, Parte General, Decimo Cuarta Edición, Editorial
Tecnos, página 667. Con la colaboración de Alberto Palomar Olmeda y Herminio Losada González.
32
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección B,
Sentencia de 3 de noviembre de 2005. Expediente 3579-01. Consejero Ponente: Dr. Alejandro
Ordóñez Maldonado.Extracto jurisprudencia publicado en la revista de Jurisprudencia y Doctrina de
Legis de Abril de 2006, páginas 707 a 709.
otro mecanismo idóneo para impedir su ocurrencia 33, tal como lo explica la Corte
Constitucional en los siguientes términos:
Es importante acotar en este punto que la administración tiene competencia para revocar un
acto administrativo presunto con efectos positivos, siempre y cuando se encuentre dentro de
las causales contempladas en el artículo 69 del C.C.A. o 93 del C.P.A., en caso contrario no
tendrá competencia en virtud del principio de “automatismo del silencio administrativo
positivo”, tal como lo ha aceptado la jurisprudencia en los siguientes términos:
Ahora bien, si el beneficiario del acto presunto revocado hubiere actuado de buena fe, este
podrá acudir ante la jurisdicción contencioso administrativa para que le reparen el daño
configurado o el futuro cierto a través de la indemnización de perjuicios correspondiente
por medio de la acción de reparación directa 36 o a través de una conciliación extrajudicial o
judicial (último inciso del artículo 74 del C.C.A.).
35
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 8 de
marzo de 2007. Expediente 14850. Consejero Ponente: Dr. Mauricio Fajardo Gómez. Extracto
jurisprudencial publicado en la revista de jurisprudencia y doctrina de Legis de abril de 2008,
páginas 612 a 627.
36
“La acción de reparación directa es procedente para obtener la indemnización de perjuicios
causados por un acto administrativo ilegal revocado en sede administrativa, cuando la parte
afectada ha solicitado su desaparecimiento por la vía gubernativa o mediante la revocatoria directa
como mecanismo de control de la actuación administrativa”. Consejo de Estado, Sentencia del 24
de agosto de 1998, expediente 13.685.
b).- Que el acto hubiere ocurrido por medios ilegales: Sobre este aspecto, la
interpretación del artículo 73 del C.C.A. no ha sido pacífica, es decir, los criterios
encontrados han sido múltiples, empero, con el objeto de exponer y dilucidar la
controversia hermenéutica, pasaremos a transcribir un aparte jurisprudencial del Consejo de
Estado, cuyo contenido no compartimos, así:
Tesis Errónea:
a).- La primera es, que pueden revocarse los actos administrativos que resulten de la
aplicación del silencio administrativo si se dan las causales previstas en el artículo 69
del Código Contencioso Administrativo.
b).- La segunda es, que pueden igualmente revocarse “cuando fuere evidente que el acto
ocurrió por medios ilegales”.
La segunda posición doctrinal estima que el inciso sólo consagra una excepción y es la
que pueden ser revocados los actos administrativos cuando resulten de la aplicación del
silencio administrativo positivo o cuando fuere evidente que esta misma clase de actos, -
los actos del silencio administrativo positivo- ocurrieron por medios ilegales.
Frente a las dos posiciones doctrinales, la Sala considera que la primera es susceptibles
de reparos dado que de aceptarse haría nugatorio el principio de la intangibilidad de
los actos que reconocen derechos o situaciones jurídicas de carácter particular y
concreto que pregona el inciso primero, pues serían objeto de revocación así los actos
expresos cuando “fuere evidente” su expedición por medios ilegales.
La ratio decidendi de la providencia en comento fue la siguiente: “La formación del acto
administrativo por medios ilícitos no puede obligar al Estado, por ello, la revocación se
entiende referida a esa voluntad, pues ningún acto de una persona natural o jurídica ni del
Estado, por supuesto, que haya ocurrido de manera ilícita podría considerarse como factor
de responsabilidad para su acatamiento. Ello explica porqué, en este caso, el acto
administrativo de carácter particular puede ser revocado sin consentimiento del
particular.”38
La Corte Constitucional ha sido precisa en manifestar que el Estado esta obligado a obrar
de buena fe y en procura de satisfacer el interés general, por ende, en caso de que una
decisión administrativa sea producida a través de maniobras fraudulentas o engañosas se
impone su revocación, porque en este evento se estaría favoreciendo a un administrado en
particular en detrimento del resto de la población que en un momento dado pueden ser
acreedores del mismo derecho pero en un entorno de legalidad.
general que quienes tienen derecho a obtener actos administrativos favorables lo logren y
quienes no, se vean imposibilitados a obtenerlos por medios fraudulentos.
En la jurisprudencia que se analiza del Consejo de Estado se advierte que para que se pueda
revocar un acto administrativo bajo las condiciones en comento, debe estar inmerso el
elemento del dolo, traducido en aquellas maniobras engañosas o fraudulentas que inducen
al sector de la administración pública responsable de producir el acto a incurrir en error –es
importante referirse al sector de la administración porque la maniobra fraudulenta puede
provenir del mismo Estado, empero, de una entidad diferente a la productora del acto o del
inferior jerárquico, si es la misma entidad, en cuyo caso quién revoque será el superior-.
Este elemento es un requisito sine quanon sin el cuál la administración no podrá revocar,
por lo tanto, la actuación administrativa se debe dirigir a reunir elementos de juicio que
indubitablemente lleven a la administración a adoptar una decisión en este sentido.
Ahora bien, se impone señalar antes de abordar la siguiente causal de revocación sin
consentimiento del particular, que la Sección Tercera del Consejo de Estado ha retomado
en reciente pronunciamiento la primera posición expuesta líneas atrás, esto es, que la
ocurrencia del silencio administrativo positivo hace revocable el acto presunto en dos
eventos: cuando se incurra en las causales del 69 o se obtenga por medios ilegales. 42 Ante lo
anterior, es menester expresar que esta decisión es una jurisprudencia aislada que se enruta
en contravía de la decisión de sala plena referida líneas atrás, por ende, no puede ser
acogida por los operadores judiciales de menor jerarquía (Tribunales y Jueces), no sólo
porque se torna en una sentencia contraria a la línea jurisprudencial decantada por la
máxima Corporación de lo Contencioso Administrativo en pleno, sino también porque
constituye una tesis opuesta a postulados constitucionales como los de la igualdad, la buena
fe y los derechos adquiridos, tal como se ilustró a lo largo de este literal.
Publicación: Gaceta de la Corte Constitucional, 1995, Tomo 11, Págs 681 y ss.
41
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Consejera Ponente: Dra. Ana
Margarita Olaya Forero, Sentencia del 16 de julio de 2002.
42
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 4 de
diciembre de 2006. Expediente 10227. Consejero Ponente: Dr. Mauricio Fajardo Gómez. Extracto
jurisprudencial publicado en la revista de jurisprudencia y doctrina de Legis de Junio de 2007,
páginas 914 a 920
A pesar de lo expuesto en este literal, el nuevo Código de Procedimiento Administrativo
acabó con la posibilidad de revocar actos administrativos, sin necesidad de obtener el
consentimiento del titular del derecho carente de justo título, precisamente porque se
obtiene por medios ilegales. En efecto, el tercer inciso del artículo 97 del C.P.A. señala de
manera expresa: “Si la Administración considera que el acto ocurrió por medios ilegales o
fraudulentos lo demandará sin acudir al procedimiento previo de conciliación y solicitará
al juez su suspensión provisional”. Esta decisión nos parece desafortunada, pues le quita a
la administración pública la potestad de revocar decisiones producto de comportamientos
ilícitos y la pone a depender de decisiones que emanan de un tercero (el Juez
Administrativo), en detrimento del erario público y el principio de legalidad. Piensese
simplemente en el hecho de que la solicitud de suspensión provisional no reúna los
requisitos que la ley exige para tramitarla y el Juez la niegue, en tal caso, la administración
tendrá que seguir reconociendo, por ejemplo, una mesada pensional obtenida por medios
ilegales, hasta que se decida en otro auto la suspensión del caso o en sentencia se declare la
nulidad de la decisión, lo cual puede implicar un lapso considerable, situación que resulta
absurda porque lo ilegal no puede tener protección por el derecho. En estos casos la
administración pública tendría que acudir al Juez penal para que este, en ejercicio de las
potestades que le permiten ordenar la cesación de los efectos del delito, le ordene a la
autoridad no aplicar el acto obtenido por medios ilegales.
Sin perder de vista lo explicado en el párrafo anterior, los eventos de revocación en sede
administrativa sin consentimiento del titular, por autorización especial del ordenamiento
jurídico superior, continúan incólumes. Por ejemplo: El Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF) puede revocar, sin el consentimiento de los beneficiarios de una adopción,
cuando comete errores en el procedimiento administrativo y cuando se vulneran los
derechos fundamentales del menor o de la familia biológica del hijo adoptivo. Es decir que
un acto administrativo que aprueba una adopción se puede revocar por cuestiones de fondo
o de forma43.
Veamos lo que expone el nuevo Código sobre el particular: “En cualquier tiempo, de oficio
o a petición de parte, se podrán corregir los errores simplemente formales contenidos en
los actos administrativos, ya sean aritméticos, de digitación, de transcripción o de omisión
de palabras. En ningún caso la corrección dará lugar a cambios en el sentido material de
la decisión, ni revivirá los términos legales para demandar el acto. Realizada la
corrección, esta deberá ser notificada o comunicada a todos los interesados, según
corresponda”. (Artículo 45 del C.P.A.).
f).- Actos condición: Implican revocabilidad sin consentimiento del particular, porque
devienen de una situación abstracta a la cual se somete el beneficiario de la misma, con
previo conocimiento de causa. Ejemplos clásicos son los actos administrativos de libre
nombramiento y remoción o los de cartas de naturaleza. Cabe agregar que en el caso de la
facultad de libre nombramiento y remoción no es necesario adelantar procedimiento
administrativo alguno. Así mismo, es pertinente señalar que el nuevo Código de
Procedimiento Administrativo no tocó este asunto, por ende, sigue vigente en la actualidad
por la naturaleza de los actos condición.
g).- Revocación por orden judicial: Es el caso que por decisión judicial de la justicia
ordinaria (la justicia contenciosa anula actos administrativos), se ordena la revocación de
un acto administrativo, situación que debe estar expresamente contemplada en la ley. Por
ejemplo: el caso del artículo 609 del Código de Comercio, el cual permite que el Juez Civil
del Circuito ordene a la Superintendencia de Industria y Comercio, cancelar el registro
marcario por el uso indebido de una marca. Otro caso se encuentra contemplado en el
inciso segundo del numeral primero del artículo 681 del C.P.C., donde se regula el asunto
de los embargos y se dispone que si algún bien no pertenece al afectado, el registrador se
abstendrá de inscribir el embargo y lo comunicará al juez; si lo registra, éste de oficio o a
petición de parte ordenará la cancelación del embargo.
Por otro lado, el mencionado decreto reglamentario reguló una figura jurídica similar a la
revocatoria directa: “la reversión”, a la luz de las competencias otorgadas al Incoder en la
Ley 1152 de 2007. Dicha figura opera cuando el adjudicatario particular o la entidad de
derecho público infringen las normas de conservación y aprovechamiento racional de los
recursos naturales renovables y del medio ambiente, cuando el particular incumple las
obligaciones y condiciones de la adjudicación o cuando la entidad de derecho público no
destina el terreno a la construcción de obras de infraestructura para la instalación o dotación
de servicios públicos o el desarrollo de actividades de interés social o estas no se ejecutan
dentro del término señalado. Desde nuestra óptica la reversión es una revocatoria directa
del acto de adjudicación pero por la ocurrencia de situaciones posteriores a la expedición
del acto administrativo, situación que compagina con la revocatoria clásica cuando la
decisión se torna en inconveniente o causa un agravio injustificado.
i).- Las decisiones adoptadas por las autoridades locales en materia de transporte
terrestre automor pueden ser revocadas por el Ministerio de Transporte sin
consentimiento del titular (Art. 60 de de la Ley 336 de 1996): Tal como ocurre con las
habilitaciones para operar que benefician a las empresas transportadoras. El Dr. Gustavo
Penagos sobre este caso concreto expone:
La habilitación para operar que se autoriza a los transportadores, más que conceder un
derecho tolera un uso temporal, y la administración puede aplicar la revocación, en los
casos previstos por el artículo 69 del Código Contencioso Administrativo, lo cual
constituye una excepción al principio de la intangibilidad de los actos administrativos
declarativos de derechos individuales.46
j).- Los actos administrativos de nombramiento: Dado que este tipo de decisiones no
reconocen derecho alguno a favor del nombrado, quién sólo adquiere estabilidad relativa en
un cargo que goce de dicha característica, cuando se posesione en el mismo. En este sentido
se ha pronunciado el Consejo de Estado en los siguientes términos:
46
El Acto Administrativo, Tomo I, Ediciones Librería Del Profesional, Séptima Edición, páginas 336
y 337.
La Sala ha tenido ocasión de manifestar que el acto que revoca un nombramiento, que
como bien lo expresa la parte demandante fue lo que sucedió en este asunto al
derogarse su designación como Gerente de la Caja de Previsón Departamental, no
necesita el consentimiento del empleado nombrado, ya que esta figura no se rige por las
normas consagradas en los arts. 73 y 74 del C.C.A., pues el nombramiento no es un acto
que cree o modifique una situación jurídica particular y concreta o que reconozca un
derecho de igual categoría.47
l).- Acto de adjudicación del contrato estatal: El inciso 3º del artículo 9º de la ley 1150
de 2007 que modificó la ley 80 de 1993, dispuso que dicho acto administrativo era
revocable por inhabilidad o incompatibilidad sobreviniente o cuando se obtuviera por
medios ilegales, veamos: “El acto de adjudicación es irrevocable y obliga a la entidad y al
adjudicatario. No obstante lo anterior, si dentro del plazo comprendido entre la
adjudicación del contrato y la suscripción del mismo, sobreviene una inhabilidad o
incompatibilidad o si se demuestra que el acto se obtuvo por medios ilegales, este podrá
ser revocado, caso en el cual, la entidad podrá aplicar lo previsto en el inciso final del
numeral 12 del artículo 30 de la Ley 80 de 1993”. Esta norma no se verá afectada por el
nuevo Código dado que se trata de una norma especial.
47
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda –Subsección A-,
Consejero Ponente: Nicolas Pájaro Peñaranda. Bogotá D.C., veintitrés (23) de abril de mil
novecientos noventa y ocho (1998). Radicación número: 13509. Actor: Carlos Romero Martínez.
Demandado: Departamento del Amazonas.
48
Tratado de Responsabilidad Civil, Tomo I, Editorial Legis, Segunda Edición 2007, página 1228.
administrativo que aprueba una adopción se puede revocar por cuestiones de fondo o de
forma49.
n).- Las demás que contemple el legislador: Obviamente el legislador esta habilitado para
regular otras excepciones al principio de inmutabilidad de los actos administrativos de
conformidad con el interés general y en búsqueda de materializar los fines estatales.
a).- Procede de manera oficiosa por la administración pública cuando se observen algunas
de las causales contempladas en el artículo 69 del C.C.A. o el 93 del C.P.A.
b).- Procede contra los actos administrativos frente a los cuales se hubieren ejercitado los
recursos por vía gubernativa. La limitación del artículo 70 del C.C.A. o del artículo 94 del
C.P.A., no opera cuando la revocatoria se utiliza como mecanismo de la administración.
c).- Frente al acto administrativo de revocatoria directa se podrán interponer los recursos
ordinarios y se podrá acudir a la jurisdicción contenciosa para que decida lo pertinente. En
este caso no se aplica la limitación contemplada en el artículo 72 del C.C.A. y en el artículo
96 del C.P.A., ya que la administración está iniciando un procedimiento administrativo de
oficio que altera una situación jurídica en cabeza de un particular.
quienes con ella puedan resultar afectados en forma directa. A dicha actuación se aplicará,
en lo pertinente, lo dispuesto por el Código Contencioso Administrativo en materia de
citación a terceros (art. 14) de pruebas (art. 34) de oportunidad para los interesados de
expresar sus opiniones como base de decisión (art. 88).”50
Por otra parte, el particular de buena fe afectado con la revocación, podrá hacer uso de la
reparación directa con el objeto de obtener una reparación del daño ocasionado con la
misma a través de una indemnización de perjuicios, tal como se precisa más adelante.
50
Consejo de Estado, Sección Primera, Auto de mayo 2 de 1996, Exp. 3751. Magistrado Ponente
Juan Alberto Polo Figueroa.
51
Sobre el particular, el Consejo de Estado ha dicho: “Se declarará la nulidad del artículo tercero
en lo pertinente a la orden de reembolso de las sumas canceladas por concepto de la pensión de
jubilación, pues en este evento tales sumas sólo serán pasibles de ser recuperadas por la
administración a través del ejercicio de las acciones contenciosas pertinentes (...) por cuanto el
acto de revocación es una decisión administrativa que rige hacia el futuro. En esa medida, la
recuperación de los dineros indebidamente pagados sólo es posible lograrlo por conducto del
juez,...”. Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Sentencia del 16 de julio
de 2002, expediente IJ-029, Consejera Ponente: Ana Margarita Olaya Forero.
El profesor Libardo Rodríguez Rodíguez considera que la revocatoria directa por ilegalidad
rige hacia el pasado, equiparándola con la declaratoria de nulidad en sede judicial, al paso
que la revocatoria por inconveniencia o daño especial, agrega el connotado doctrinante, rige
hacia el futuro. Esta posición no es de recibo dado que somos partidarios de que la nulidad
rige hacia el futuro, aunado a que por seguridad jurídica y derechos adquiridos, los actos
administrativos no pueden tener efectos ex tunc.52
F. Particularidades:
embargo, es importante señalar que, por ser esta norma especial, no puede verse afectada
por el nuevo Código de Procedimiento Administrativo y, por tanto, la misma posibilita la
revocatoria sin consentimiento del titular del derecho, cuando se obtiene el status pensional
por medios ilegales, aun durante la vigencia el nuevo Código de Procedimiento
Administrativo.
Es pertinente anotar que las mesadas obtenidas de buena fe, no podrán ser recuperadas por
la administración a través de la vía jurisdiccional (Numeral 2do del artículo 136 del
C.C.A.), empero, las obtenidas de mala fe, son perfectamente perseguibles por la
administración pública a través de la acción de reparación directa. Por otro lado,
consideramos que esta excepción sólo operaba por razones de ilegalidad, no de
inconveniencia o agravio injustificado.
En esas circunstancias, es posible afirmar que el daño que se causa a los administrados
únicamente se torna antijurídico en el momento en que la administración, reconociendo
la ilegalidad del acto, decide retirarlo del ordenamiento jurídico. Con anterioridad a
ello, el acto se encontraba protegido por la presunción de legalidad y, en consecuencia,
los efectos que generaba se reputaban legales.
55
Sin embargo en algunas providencia el Consejo de Estado insiste en la posibilidad de demandar
actos administrativos derogados o revocados con el objeto de impedir la reproducción del acto por
parte de la administración pública (Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Quinta, Sentencia del 21 de julio de 2005, Expediente: 3706. Consejero Ponente: Dr.
Reinaldo Chavarro Buriticá), argumento que consideramos errado, toda vez que en primer lugar, la
derogación o revocatoria tienen los mismos efectos de la nulidad, por tanto el Juez es
incompetente para pronunciarse sobre la misma por inexistencia de objeto litis y, en segundo lugar,
la administración pública debe cuidarse de reproducir un acto considerado por ella misma como
ilegal, en caso contrario, las acciones disciplinarias, penales y de repetición no darían espera.
el acto es ilegal, lo retira del ordenamiento jurídico y, por lo mismo, desaparece el
deber de los administrados de soportarlo.
Lo anterior no obsta para que, como se dijo en la providencia del 19 de abril de 2001, el
juez deba analizar si efectivamente el acto revocado era ilegal, si dicha ilegalidad se
produjo como consecuencia de la actuación de la administración y si los perjuicios
causados son indemnizables”.56
Ahora bien, no se puede descartar que existe la posibilidad de demandar la nulidad del acto
administrativo que revocó o derogó la decisión de oficio, sin embargo, una posible nulidad
no provocaría que el acto administrativo revocado o derogado vuelva a la vida jurídica
habida cuenta que, a pesar de que el evento por el cual dejó de existir desapareció del
mundo jurídico, es imprescindible su reproducción para que nazca nuevamente a la vida
jurídica57. Por tanto, a título de reparación del daño, en la respectiva demanda se podría
pedir una indemnización de perjuicios porque el acto administrativo revocado ya no
producirá más efectos jurídicos, salvo, se reitera, que se reproduzca, en cuyo evento la
indemnización operaría por el lapso en que no produjo tales efectos.
56
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia del 7 de
julio de 2005. Expediente 27842. Magistrado Ponente: Dr. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
Publicada en la revista de jurisprudencia y doctrina de legis de octubre de 2005, páginas 1391 a
1393.
57
En este caso se sigue la regla consagrada en el artículo 14 de la ley 153 de 1887, la cual es del
siguiente tenor: “Una ley derogada no revivirá por la solas referencias que a ella se hagan, ni por
haber sido abolida la ley que la derogó. Una disposición derogada solo recobrará su fuerza en la
forma en que aparezca reproducida en una ley nueva.”
58
Ver: Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia 76001233100019950162801 (15652) de
mayo 13 de 2009, Consejera Ponente: Myriam Guerrero. Así mismo: Consejo de Estado
2500023260001998-0128601 (27422) de mayo 13 de 2009, Consejero Ponente: Ramiro Saavedra.
Extracto jurisprudencial publicado en la revista de jurisprudencia y doctrina de legis de noviembre
de 2009, páginas 1818 a 1829.
Este pronunciamiento es desafortunado desde nuestra óptica por varias razones, así:
Cuando la administración pública adopta una decisión ésta se presume legal y con la
misma crea un ambiente de confianza legítima, por ende, la revocatoria del acto
administrativo es una transgresión a dicho principio y como consecuencia se
produce un daño antijurídico que debe ser indemnizado en caso de que se generen
perjuicios.
Considerar que el interesado, al ejercer el recurso extraordinario de revocatoria
directa, busca revivir el término que dejó caducar, es presumir su mala fe,
presunción contraria a nuestro ordenamiento jurídico (art. 83 de la C.P.).
Aunque el nuevo código de procedimiento administrativo limitó la facultad de
revocar los actos administrativos al término de caducidad de la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho (art. 94 del C.P.A.), norma que convalidó la
providencia que en este momento se critica y frente a la cual no estamos de acuerdo
como se señaló en su oportunidad, consideramos que con la posición jurisprudencial
que se reprocha, se restringe el acceso efectivo a la administración de justicia, pues
se imposibilita al administrado interponer el recurso extraordinario de revocatoria
directa en cualquier tiempo, o a la administración ejercer dicha facultad sin límite
temporal, y, por ende, el perjudicado no podrá solicitar la indemnización de
perjuicios a través de la acción de reparación directa como consecuencia de dicha
revocación, si la misma no opera dentro de tal término.
Como corolario de lo expuesto en el punto anterior, actos administrativos ilegales,
inconvenientes o que causen un agravio injustificado, no podrán ser revocados
luego de que opere la caducidad de la acción de nulidad y restablecimiento del
derecho que los podía controlar judicialmente, lo que generará decisiones que
continuarán causando daños antijurídicos con el respaldo del ordenamiento jurídico,
situación inaceptable en un Estado de Derecho, pues volver perenne e intocable la
ilegalidad por término indefinido, sin posibilidad de corrección ni de reparación del
daño a través de la indemnización de perjuicios correspondiente, es una burla al
principio de legalidad.
5.- terminación anormal de proceso judicial: Señala el parágrafo del artículo 95 del
C.P.A. que si en el curso de un proceso judicial, hasta antes de que se profiera sentencia de
segunda instancia, de oficio o a petición del interesado o del Ministerio Público, las
autoridades demandadas pueden formular oferta de revocatoria de los actos administrativos
impugnados previa aprobación del Comité de Conciliación de la entidad. La oferta de
revocatoria señalará los actos y las decisiones objeto de la misma y la forma en que se
propone restablecer el derecho conculcado o reparar los perjuicios causados con los actos
demandados.