Principios Procesales Del Derecho Del Trabajo

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Principios procesales del Derecho del Trabajo

Reforma Procesal Laboral:

La Ley 20.022 creó los Juzgados Laborales y los Juzgados de Cobranza Laboral y
Previsional; la Ley 20.023 modificó el Código del Trabajo y el sistema de ejecución de los
títulos ejecutivos; la Ley 20.087 que sustituyó el procedimiento laboral contemplado en el
Libro V del Código del Trabajo; y la Ley 20.164 que pospuso la entrada en vigor de la nueva
justicia laboral.

Los principios procesales del Derecho del Trabajo:

Se encuentran contenidos en el artículo 425 de la Ley 20.087. Este precepto


contempla los nueve principios que han de regir el proceso laboral.

Dicho artículo dispone: “Los procedimientos del trabajo serán orales, públicos y
concentrados. Primarán en ellos los principios de la inmediación, impulso procesal de
oficio, celeridad, buena fe, bilateralidad de la audiencia y gratuidad.

Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las excepciones expresamente
contenidas en esta ley.

Las actuaciones realizadas oralmente, por o ante el juez de la causa, serán


registradas por cualquier medio apto para producir fe y que permita garantizar la
fidelidad, conservación y reproducción de su contenido. Se considerarán válidos, para estos
efectos, la grabación en medios de reproducción fonográfica, audiovisual o electrónica. La
audiencia deberá ser registrada íntegramente, como asimismo todas las resoluciones,
incluyendo la sentencia que dicte el juez fuera de ella.”

De la norma precitada, se desprende que los principios que inspiran los


procedimientos laborales son 9: “los procedimientos del trabajo serán orales, públicos y
concentrados. Además, primarán la inmediación, impulso procesal de oficio, la buena fe, la
bilateralidad de la audiencia, y la gratuidad”. Hay que agregar el principio de celeridad.

1.- La Oralidad.

La oralidad es el pilar básico sobre la que recae la reforma y, a su vez, sirve como
fundamento para la consecución de otros principios. A través de la oralidad se consigue la
inmediación, la concentración y, redunda en la celeridad que es uno de los principales
objetivos de la reforma procesal laboral.

La concreción del principio de la oralidad tiene su máxima expresión en la


existencia de dos audiencias: una audiencia preparatoria y una audiencia de juicio.

2.- Principio de Publicidad.

El principio de publicidad es básico en los Estados modernos. Es una forma de


dotar de mayor transparencia a la actuación judicial. Por ello, todo el que lo desee podrá
ingresar a la sala de audiencia. Este tipo de medidas garantizan la transparencia y
redundan en dotar de mayor legitimación al sistema, en tanto, que el ciudadano percibe
que el propio funcionamiento de la Administración de Justicia es claro y puede ser
“controlado” por cualquiera.

3.- Principio de Concentración.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española indica que concentrar es


“reunir en un centro o punto lo que antes estaba separado”. Precisamente, esa es la
finalidad del principio en comento: aunar todas las diligencias que se practicaban de
forma dispersa con el objeto de conseguir un mejor conocimiento por parte del juzgador y
un menor tiempo en la realización material de las mismas.

Concentrar significa, para estos efectos, congregar o reunir el máximo número de


actuaciones procesales en un mismo acto con el objeto de no dilatar el proceso para la
realización de cada actuación de forma individual.

Según algunos autores, la concentración contribuye a que el Juez conserve en su


memoria las posiciones de las partes y en general, todo el desarrollo de la actividad
probatoria. Lo que se traduciría en una resolución mucho más informada. La práctica ha
demostrado que aquello no siempre ocurre especialmente dado que la gran cantidad de
causas que año a año ingresa al sistema (que aumenta cada año) ha traído como
consecuencia el distanciamiento o separación de varios meses entre la realización de la
audiencia preparatoria con la audiencia de juicio y luego la dictación de la sentencia. Si
bien al comienzo de la reforma procesal laboral era posible observar plazos muy reducidos
(de 3 meses en algunos casos) entre la interposición de la demanda y la sentencia
definitiva, a poco más de 10 años de la reforma, ese mismo juicio laboral puede durar 10
meses o incluso 1 año. Situación que se agravará producto de la pandemia del COVID-19.
A su vez, debe tenerse presente que la excesiva carga de trabajo del juzgador haga
que este termine decidiendo el asunto en base a un conocimiento demasiado superficial o
bien que pierda u olvide la conexión o la relación que tuvo con los medios de pruebas,
testigos, absolventes, etc. y en consecuencia, que se pierda en alguna medida la
inmediación.

4.- Principio de la Inmediación.

Una de las grandes demandas de la comunidad jurídica al momento de la


materialización de la reforma procesal laboral fue la reclamación de que el juez estuviese
presente en todas las diligencias. Sin duda, es necesario que personalmente se encuentre
presente en todas las actuaciones quien ha de resolver el litigio. En otras palabras, el
contacto directo del órgano jurisdiccional con el material fáctico y con las partes resulta
imprescindible en un derecho procesal moderno.

El principio de inmediación se contrapone a la mediación que implicaría la falta de


contacto directo entre el Juez y el material probatorio. El juez debe presenciar, y lo que es
más importante incluso, dirigir todas las audiencias. El artículo 427 del Código del Trabajo
establece la obligatoriedad de la presencia del juez en todas las audiencias, sancionando la
ausencia de este con la nulidad insaneable de la audiencia y todo lo que se obre en ella.
Por lo tanto, a partir de esta reforma el papel del juez se intensifica hasta convertirlo en
un actor protagónico real de modo que su apreciación personal sea mucho más activa y
evidente.

La ventaja de la inmediación radica en que la apreciación personal de los medios


de prueba por parte del Juez puede arrojar datos ocultos en una declaración escrita,
distante o tomada por otra persona o funcionario (como ocurre en los procedimientos
civiles).

Tan importante como lo que las partes o los testigos puedan decir, es el cómo lo
dicen, en qué dudan y qué pueden significar sus gestos o sus silencios. La inmediación se
manifiesta cuando consideremos aspectos como la proposición de la prueba y,
particularmente, la realización de la prueba. El contacto directo del juzgador con los
elementos probatorios es directamente conducente a un mayor grado de acierto en la
resolución.

En este sentido, pruebas tan desprestigiadas como la testimonial adquieren una


nueva dimensión de importancia. A saber, es radicalmente distinta la declaración que
presencia un funcionario judicial que la propia declaración ante un juez que, además,
puede interrogar directamente si es que considerase oportuno aclarar algún extremo (art.
454 CT).

5.- Principio de Impulso Procesal de Oficio.

El proceso laboral es eminentemente dispositivo en cuanto se inicia por la


demanda de parte (art. 446 CT), sin embargo, una de las funciones más importantes del
juez va a ser la de promover, potenciar y provocar que desde el inicio hasta la terminación
el proceso continúe adelante. En este sentido, parte de la doctrina señala que, al concurrir
bienes jurídicos de relevancia social, se hace necesario que las actuaciones del juez sean
más que contemplativas. El juez ha de dirigir activamente el proceso con el objeto de
tutelar el interés público que se encontraría involucrado en los procesos laborales.

El mero impulso de parte puede no ser suficiente cuando entran en juego valores
que trascienden a las mismas. Por lo tanto, corresponderán al juez distintas atribuciones
en las que realmente intervenga en el proceso. Así pues, propondrá las bases del acuerdo
de conciliación, decretará las diligencias probatorias que considere oportunas aún y
cuando no hayan sido solicitadas por las partes, rechazará las pruebas que considere
inconducentes, solicitará las aclaraciones que considere necesarias tras las observaciones
de las partes a la prueba y, en general, como dispone el art. 429 CT “adoptará las medidas
tendientes a evitar la paralización del proceso o su prolongación indebida”.

Asimismo, el juez adoptará las medidas que estime oportunas para evitar la
nulidad de lo obrado (art. 429.2 CT). A su vez, adoptará las medidas necesarias para
impedir el fraude, colusión, abuso de derecho y actuaciones dilatorias (art. 430.1 CT), se
declarará incompetente de oficio cuando lo estime conveniente (art. 444.1 CT). Incluso
podrá realizar actuaciones fuera de su territorio jurisdiccional sin la necesidad de exhorto,
para algunos casos (art. 439 bis). En esta serie de previsiones se destaca,
indubitadamente, el papel activo e interventor del juez en el proceso.

6.- Principio de Celeridad.

Principio que se encuentra tanto en el art. 425 CT como en el art. 428 CT. Uno de
los pilares capitales en torno a los que orbita la reforma es entregar una verdadera tutela
judicial efectiva con una respuesta rápida al ciudadano.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española indica que celeridad


significa: Prontitud, rapidez, velocidad.
El antiguo juicio del trabajo se resuelve, según datos ofrecidos por el Ministerio de
Trabajo, en unos 365 días en primera instancia, llegando a más de 500 días si tenemos en
cuenta la segunda.

El nuevo juicio laboral ordinario, se pensaba, tiene una previsión inferior a 2


meses. El tiempo de reducción es muy significativo.

Sin perjuicio de lo expuesto y como ya se dijo, en la actualidad, luego de poco más


de una década de la implementación de la reforma laboral, la demora es casi la misma que
antes de su puesta en marcha. Situación que se verá agravada producto de la pandemia
mundial producida por el COVID-19.

7.- Principio de la Buena Fe.

La buena fe es un principio general del derecho ampliamente estudiado por otras


disciplinas más que la estrictamente procesal.

El artículo 430 CT desarrolla algo más el contenido de la buena fe. El tribunal podrá
adoptar las medidas que fueren necesarias para vedar “el fraude, la colusión, el abuso del
derecho y las actuaciones dilatorias”. En estrecha relación con la celeridad, el legislador
ordena al tribunal que desestime todas aquellas actuaciones que solo tengan como objeto
dilatar indebidamente el proceso.

El reflejo concreto de la buena fe en el procedimiento laboral tiene algunos


ejemplos a lo largo de la ley. En primer lugar, podemos destacar que el artículo 453 Nº 5
CT prohíbe expresamente el uso de prueba ilícita; además, el juez tiene la facultad de dar
por probados ciertos hechos ante conductas obstaculizadoras como la negativa a declarar;
y, también, el juez apercibirá de la sanción recogida en el art. 209 del Código Penal en el
caso del falso testimonio.

8.- Principio de la Bilateralidad de la Audiencia.

Se conoce también como contradicción o igualdad de oportunidad para las partes,


igualdad de armas procesales o como debido proceso. Prácticamente todas las
disposiciones siguientes, es decir desde el artículo 426 CT en adelante, están en
congruencia con este principio otorgando igualdad a las partes. Es decir, cualquiera que
sea la parte, se le otorga la posibilidad de atacar y defender en un plano de simetría con la
otra: hay una suerte de paridad de oportunidades y audiencias.
9.- Principio de la Gratuidad.

Uno de los deseos de los legisladores es que los justiciables no queden


desamparados por falta de recursos económicos.

En este contexto el artículo 431 CT establece que las diligencias, actuaciones o


trámites realizados por funcionarios del tribunal serán gratuitas para las partes. Así
también, el art. 439 inciso 2 CT prescribe la gratuidad de los costos de la notificación por
avisos para los trabajadores. Además, el inciso segundo del artículo 431 CT dispone que
quienes ostenten el beneficio de pobreza tendrán derecho a asistencia letrada gratuita
bien sea por la Corporación de Asistencia Judicial, por abogado del turno o por cualquier
otro medio que disponga la ley.i

i Apunte preparado en base al documento de Jordi Delgado Castro.

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