Culturas Triqui Yaqui y Popoloca

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CULTURA TRIQUI

Los triquis fueron evangelizados por frailes dominicos y se consideran católicos.


Sin embargo conservan la religión tradicional y adoran a la naturaleza, a los astros
y a los fenomenos astronómicos. Su religión es un sincretismo entre prácticas
animistas y chamánicas junto con la religión Cristiana. Otras sectas religiosas
también han incursionado entre los triquis, sobre todo el protestantismo
norteamericano.

Según la obra titulada «Teogonía triqui», hay un dios creador


llamado Nexhequiriac y nueve dioses hijos: (1)
Naac Shishec, el dios-tierra, (2) Naac Naac, el
dios del sol, (3) Naac Yahui, el dios-luna; (4)
Naac Cuhuí, el dios de la luz, (5) Naac Cunmá, el
dios del agua; (6) Naac Nanéc, el dios-aire; (7)
Naac Yuhuéc, la dios-hielo (8) Naac-Nimá, el dios
de la muerte; (9) Naac Chunguy, el dios del
infierno.

Procesión de semana santa triqui enSanto Domingo del Estado.

Los triquis festejan a cada uno de los santos patronos de cada comunidad, por
ejemplo: San Andrés,Santo Domingo, la virgen de Guadalupe, entre otros. Una de
las fiestas que está retornando fuertemente es la fiesta al "Dios del Rayo".

La semana santa también es una de las fiestas más importantes entre los triqui.
Así en la zona alta, en los pueblos de Chicahuaxtla y Santo Domingo, se hacen
peregrinaciones en donde ambas comunidades llegan a un punto de encuentro y
hacen "bailar" a los santos.

Así mismo el carnaval es una de las fiestas más concurridas y se hacen


encuentros entre los diferentes pueblos.

Los indígenas triquis acuden cada 25 de abril a la Cueva del Rayo que es la
morada de dicho Dios (llamado Yan'anj Du'wi en lengua triqui) en Santo Domingo
del Estado para hacer una petición unánime para que llueva y que la tierra vuelva
a producir. Para hacer posible que el Dios del Rayo los escuche, esparcen por
todos los rincones de la cueva: huevos, aguardiente y copal, grandes ofrendas
bajo ritos ceremoniales, música y cantos en lengua indígena, se pide por todos,
para que el agua nutra los manantiales y nos de vida por siempre.

Sumados a este rito, las niñas y niños de la zona triqui, siguiendo la fe, colocan
velas que iluminan el camino del Dios del Rayo, quien pronto llegara, haciendo la
misma petición de agua para todos los niños del mundo.

La música tradicional triqui es interpretada principalmente por hombres. Los


instrumentos empleados de manera general en todo el territorio triqui son la
guitarra y el violín,sin embargo, en la zona de Copala suelen emplear también un
tambor o un órgano de boca.

Palo de flores, diseño para morrales triquis

Los huipiles triquis tejidos por las mujeres triquis


son una muestra de la gran destreza con que
cuentan estas mujeres indígenas y que incluso
podría decirse que es el símbolo que representa a
esta etnia, con diseños coloridos y de color rojo.
Las niñas también participan en la elaboración de
los huipiles, y aprenden desde temprana edad a
tejer sus propios huipiles. Varias familias también
realizan actividades de alfarería, hacen sombreros,
tenates, petates etc. Varios de estos productos son
para uso personal y también sirven para comerciar.

Su vivienda consiste en una sola pieza con un patio, un corral y una troje anexos;
los muros son de carrizo en las zonas cálidas y de varas cubiertas de lodo en los
lugares fríos. El techo es de dos aguas o semicónico y está hecho de zacate,
palma o maguey.

Se distingue de los demás indígenas de la región por los tocados que viste en los
días de fiesta: los hombres usan un sombrero negro de fieltro, de copa alta y ala
corta; las mujeres, un medio calabazo adornado con listones de colores brillantes.

Gran parte de las comunidades triquis cuentan con al menos una cancha
de baloncesto, pues es el principal deporte practicado por éstos. En todos los
festivales se realizan torneos de baloncesto en la que acuden todos los deportistas
de la región. Las diferentes instituciones educativas también realizan torneos de
baloncesto para compartir con todas las escuelas cercanas. Otro de los deportes
que está tomando fuerza es el balompié, aunque no es muy practicado.
CULTURA POPOLOCA
La indumentaria general en el hombre era el calzón de manta blanco, sostenido
por una faja de algodón tejido, camisa de igual material, adornada con figuras
bordadas con hilo rojo, sombrero de palma, sandalias o huaraches del tipo
llamado “pata de gallo””.

La mujer utilizaba una falda hecha de una larga pieza de manta enrollada con una
faja como cinturón, una blusa corta con mangas igualmente cortas y escote
cuadrado, adornada con bordados hechos de hilo color rojo y rebozo.

La casa tradicional en las zonas semidesérticas es rectangular y se construye


totalmente con materiales de la región, en un solar cercado por un muro de
tepetate de poca altura. Las paredes están
hechas de troncos de guaje, arbusto
leguminoso o de quiote (tallo del maguey)
unidos con mecates de palma. El techo de
cuatro aguas es de palma o pencas de
maguey, quedando en el vértice la
denominada “oreja popoloca” que es una
especie de orificio orientado en la dirección
del viento predominante que corre a todo lo
largo de la casa y permite la ventilación.
Tiene puerta al frente y una pequeña
ventana. El piso es de tierra.

La casa consta generalmente de un solo


cuarto que sirve a la vez de recámara,
comedor y cocina, aun cuando puede tener
divisiones interiores de materiales ligeros.
El mobiliario se compone normalmente de camas de otate o petates, bancos o
sillas de madera, cajas de cartón o madera en las se guardan diversos objetos. En
la mitad destinada a la cocina se encuentra el fogón y a su alrededor utensilios
tales como el metate de tres patas, ollas, cántaros, cómales y cacerolas de
aluminio que, al igual que ciertas prendas de vestir, cuelgan de estacas de otate
incrustadas en las paredes.

También es frecuente, sobre todo, en el centro de los poblados semi-urbanizados,


las casas de piedra hechas con grandes bloques de tepetate, las cuales tienen
techo de teja o palma. Sin embargo, el cuarto o los cuartos de la casa de piedra
muchas veces sirven tan sólo como granero o para recibir huéspedes, viviéndose
en la casa tradicional construida en la parte posterior.
Los datos que se consignan a este respecto corresponden a la zona de Tepexi de
Rodríguez, debido a la carencia de información sobre las otras dos, aunque es
posible que puedan ser válidos en cierta medida, con relación a las mismas,
particularmente en el caso de los Reyes Metzontla, también semidesértica.

Predomina el sistema privado de tenencia de la tierra, coexistiendo con el ejidal y


el comunal. Empero, esta última se usufructúa de hecho como propiedad privada,
ya que la parcela se considera como perteneciente a una determinada persona, la
cual puede legarla a sus hijos. El problema actual es que en casos de necesidad
pueden venderse, lo cual ha propiciado la concentración de la tierra en unas pocas
manos a la vez que aumenta el ya de por sí alto número de personas carentes de
tierras.

La agricultura representa la actividad económica fundamental en cuanto constituye


la base de la subsistencia, pero no basta para asegurarla, porque es deficitaria.
Así, el maíz, el principal cultivo, no se produce en cantidad suficiente y, es preciso
adquirirlo con los comerciantes de los pueblos vecinos en la época de escasez.
Esto, se debe a lo reducido de la parcela (una hectárea en promedio), a la mala
calidad de los suelos, generalmente pedregosos, sobre todo, en las parcelas
comunales y a las pocas superficies de riego disponibles.

Además, se cultivan aunque en pequeña escala el frijol y el trigo, éste último con
fines comerciales por parte de quienes tienen tierras excedentes. El guaje, árbol
leguminoso, es abundante y sus semillas crudas o cocidas sirven como alimento
complementario, lo mismo que la tuna y diversos vegetales.

La ganadería es prácticamente inexistente. Solo se tienen algunos pequeños


hatos de cabras, unos cuantos cerdos, pavos y gallinas, los cuales se venden en
caso de algún apuro económico.

Una importante fuente de ingresos la constituye el tejido de palma, aun cuando no


en forma de sombreros sino de petates, los cuales fabrican las mujeres y son
adquiridos por los acaparadores locales a un precio muy inferior al comercial o
bien se truecan por maíz u otros artículos indispensables.

Los hombres, cuando las actividades agrícolas lo permiten o cuando no tienen


tierra, se alquilan como peones en sus propias localidades con las personas que
tienen propiedades mayores o buscan trabajo temporal en las plantaciones
cercanas o en la ciudad de México. Pocas veces emigran a lugares muy distantes
o se alejan definitivamente de sus comunidades de origen. Otros, complementan
su economía actuando como músicos existiendo numerosas bandas que tienen
cierto prestigio como las de San Felipe Otlaltepec que son contratadas para tocar
en pueblos vecinos y en los estados de Tlaxcala y Oaxaca.
De acuerdo con fuentes históricas, la producción artesanal de la región popoloca
era durante la época prehispánica y la Conquista, muy variada y de gran calidad
artística, estando a cargo de especialistas. Se producían huipiles y mantas de
algodón, tocados de pluma, cerámica roja y negra sin vidriado, trabajos en madera
y artículos de palma y otate.

La casi totalidad de estas artesanías ha desaparecido y las que se conservan han


perdido su calidad artística. La cerámica se práctica únicamente en el área de
Oteapan y Los Reyes Metzontla, elaborándose loza bruñida de alta calidad como
vasijas, cómales moldeados a mano y en el último de los lugares mencionados,
cántaros decorados con chorreado de niscómitl. En otros sitios se fabrican objetos
de bejuco y en la zona popoloca de Tepexi de Rodríguez petates sencillos de color
natural, haciéndose también aunque en muy pequeña cantidad con fibras de
palma teñidas en rojo, verde y lila con productos químicos. En antaño los petates
tenían complicados motivos zoomorfos o figuras geométricas. En San Gabriel
Chilac aún pueden encontrarse vestidos y camisas extraordinariamente bordadas
con chaquira y que incluso se usan en fiestas como la de Atlixcayotl.

En algunos lugares de población concentrada, como San Felipe Otlaltepec, el


pueblo se divide en barrios o secciones y éstos, a su vez en sectores. Aun cuando
hay movilidad de un barrio a otro es importante la adscripción por nacimiento. Así
muchas veces una persona que circunstancialmente viven en una sección,
participa en las faenas de aquella en la cual nació. En algunos casos la
delimitación puede tener un carácter étnico o agrario.

Los barrios tienen generalmente su propio santo o patrón y su banda de música, la


cual toca gratuitamente durante la celebración correspondiente. Cada barrio tiene
un inspector o jefe de sección y uno o dos auxiliares, cuya función es organizar las
faenas para las obras de beneficio colectivo, servicio que no es remunerado.

Parece ser que hasta hace poco tiempo la unidad social básica la constituía la
familia extensa. Sin embargo, aun cuando esta unidad persiste todavía, la
emigración y la individualización de las relaciones económicas tienden a favorecer
el predominio de la familia nuclear, constituida por los padres y los hijos.

El compadrazgo o parentesco ritual establece estrechos vínculos sociales y


económicos entre los contrayentes. Las relaciones entre los compadres son tanto
o más fuertes que las que se establece entre el padrino y el ahijado. En todos los
aspectos del ciclo de vida: el nacimiento, bautizo, primera comunión, confirmación,
matrimonio y muerte, interviene el compadrazgo.

El matrimonio se realiza normalmente a temprana edad. El joven escoge a su


futura esposa y lo comunica sus padres, quienes en ciertos lugares, acuden con el
“xiticaxanoo” o casamentero, llamado también tetlale, para que, después de varias
visitas y regalos a los padres de la novia concierte el matrimonio. Hoy en día es
cada vez más frecuente que el arreglo se lleve a cabo directamente entre los
padres de los contrayentes o que el joven solicite la mano de la muchacha a sus
progenitores. La fiesta de la celebración es lo más costosa posible, dado que a
mayor erogación, mayor es también el estatus social que se adquiere. Los gastos
corren a cuenta de los padres del novio, contribuyendo los padrinos y parientes
allegados. Después de consumado el matrimonio, usualmente la pareja se instala
por un tiempo en la casa de los padres del esposo, hasta estar en condiciones de
tener vivienda propia pero, según sus condiciones económicas, puede permanecer
con los padres de la novia.

Los municipios en que habita la población popoloca se rigen por reglamentos


políticos estatales, estando los cargos inherentes en manos de los mestizos. En
cada pueblo indígena se nombra, de acuerdo a dichas normas, una junta auxiliar
compuesta por diez miembros, cinco propietarios y cinco suplentes, todos los
cuales desempeñan una función gratuitamente y son elegidos democráticamente
por un periodo normal de tres años. Es frecuente que estos cargos recaigan en las
personas que han desempeñado un puesto de inspector de un barrio determinado,
siendo designados en forma rotativa.

La junta auxiliar encabezada por un presidente, atiende todos los asuntos del
pueblo, quedando los relativos a la tenencia de la tierra a cargo del representante
de bienes comunales o del comisariado ejidal, en su defecto.En general la
organización se basa en la agricultura.

Cada pueblo popoloca tiene uno o dos santos patrones y cada barrio o sección,
así como cada banda, tiene el suyo propio. La celebración de cada santo queda a
cargo de un mayordomo, por lo que hay un gran número ellos.

En las festividades más importantes, el mayordomo se elige entre los miembros de


un determinado barrio, pasando el cargo posteriormente a los de otros barrios que
comprende el pueblo. Es auxiliado en sus tareas y en los gastos pertinentes por
un representante de cada sección.

El mayordomo y los representantes son designados por los funcionarios salientes.


Las designaciones toman en cuenta el haber desempeñado alguno de los cargos
religiosos inferiores y, en ocasiones, algunos de carácter político. Los gastos
correspondientes a la celebración son muy altos para el nivel económico del
popoloca, pero confieren a quien lo ejerce un alto estatus social, por lo que rara
vez es rechazado el puesto.
Otros cargos religiosos son el de sacristán, quien cuida la iglesia y es
reemplazado cada año por un miembro de otra sección y los de fiscales que
proceden de los diferentes barrios, cuidan el aseo de la iglesia y tocan las
campanas.

El culto a las deidades tradicionales ha desaparecido totalmente, reemplazado por


un catolicismo que podría estimarse como medieval, sobre todo, en lo que
concierne al tratamiento de las enfermedades, para lo cual se solicita al curandero.
Las enfermedades más comunes a juicio de los indígenas son el “mal aire”, “el
espanto” y “la pérdida del alma”.

Las festividades que tiene lugar en las comunidades popolocas son numerosas en
virtud de la gran cantidad de santos, objeto de veneración, ya que como se ha
dicho: pueblos, barrios y bandas, tienen cada uno su propio santo tutelar.

Las más importantes en el área, son el carnaval, la semana santa, todos santos,
las posadas y la navidad. Su celebración carece de elementos netamente
indígenas, efectuándose generalmente procesiones, quema de fuegos artificiales,
bailes, corridas de toros, audiciones por las bandas locales y de lugares vecinos,
entre otras peculiaridades.

Los popolocas de la primera zona que comprende los municipios de Tlacotepec de


Benito Juárez y Tepanco de López, se encuentra enclavada en un área
predominantemente mestiza, los de la segunda zona (San Gabriel Chilac y
Zapotitlán Salinas), conviven tanto con nahuas como mestizos y los de la tercera
zona (Tepexi de Rodríguez, Santa Inés Ahuatempan y San Vicente Coyotepec),
con mixtecos y mestizos.

Las relaciones tanto con los nahuas como con los mixtecos son cordiales sin que
se presenten problemas mayores de fricción a causa de la tenencia de la tierra o
algún otro motivo. Cada grupo étnico, sin embargo, mantiene cierto aislamiento
con respecto a los otros y una endogamia grupal.

Con la población mestiza, a pesar de que ésta asume una actitud de superioridad
y discrimina al popoloca y se aprovecha de su ignorancia del sistema comercial,
también mantiene buenas relaciones. Ni en la época colonial ni en la
independiente se han presentado conflictos graves o rebeliones, como ha ocurrido
en la mayor parte de las regiones indígenas y las costumbres.
CULTURA YAQUI
Evangelizados por jesuitas, se consideran católicos y conceden cierta autoridad a
los sacerdotes católicos (cf. Todavía en algunas comunidades piden o llevan las
palmas a bendecir al sacerdote de Vicam, piden la presencia del sacerdote en
algunas fiestas, etc.). Tienen una estructura similar a la jerarquía católica:
sacristanes (casi hacen las funciones del diácono en algunos aspectos), "maistros"
(que hacen las funciones de los sacerdotes en las celebraciones de la misa) y el
"temastimon" (casi funciones de Obispo). Antiguamente tenían una institución que
se llamaba "catequistas" que se perdió a mediados del siglo XX (fuente: maistros
de Vicam Pueblo). Sus ritos son en latín, según la tradición heredada por los
jesuitas. Utilizan el misal Tridentino y en algunos ahora simplemente un misal en
latín aun cuando no entienden la traducción y hacen una lectura literal como si
fuera español. La "Misa" que es presidida por el "Maistro" es toda ella en latín,
desde el "Introitus" (correspondiente a la antífona de entrada de la reforma post-
vaticano II) hasta el "ite misa est" (Despedida actual). Solamente eliminan toda la
parte de la plegaria eucarística (momento de la consagración del pan y el vino en
el cuerpo y la sangre de Cristo según la tradición católica haciendo referencia con
ello a que saben que "hace falta algo en nuestra misa" (Fuente: Maistro fausto de
Loma de Bacum).

La principal festividad es la Cuaresma, que determina una división dual del


calendario ritual y que coincide con la división estacional entre la época seca de
invierno y la de lluvias de verano (Como corresponde al origen de la "cuaresma"
desde los primeros siglos del cristianismo). Algunos dicen que Cristo es la figura
central en los ritos cuaresmales, María es la central en las no cuaresmales, más
por las fiestas a lo largo del año se ve que ambos son centrales dependiendo del
tiempo y de la fiesta.

En la Cuaresma el grupo de fariseos, conocido como La Costumbre, juega el


papel más importante. Sus miembros representan todos los personajes que
intervinieron en la pasión de Cristo: fariseos o Chapayecas, Pilato, soldados
romanos, el propio Jesucristo (sólo en la Semana Santa), a los que se suman un
tambulero (su sonido recuerdan los clavos de cristo en la cruz, un flautista (su
sonido es el lamento de la madre de Dios) y un cuerpo de vigilancia con grados
militares para proteger y vigilar el orden.

Todos los miembros de La Costumbre lo son por manda o promesa hecha por tres
años consecutivos (aunque algunos tienen la manda de por vida). Uno de los
sacrificios consiste en llevar una máscara hecha de cuero y no hablar durante
todos los actos de la Cuaresma, no inge, y el predominio de lo masculino,
establecen un paralelo entre este ceremonial y el de otros grupos yuto-aztecas,
que realizan ritos semejantes dedicados al sol.

Sol, luna y estrella de la tarde, eran para los yuto-aztecas la tríada sagrada, que
unida al resto de los astros influyen directamente en la vida en la tierra y establece
contacto con el mundo del más allá. Entre los yaqui estas creencias siguen
latentes bajo el ropaje católico.

La sombría época cuaresmal se cierra el sábado de Gloria, no el domingo, con la


Resurrección del Señor (de acuerdo a la tradición prevaticano II que se celebraba
en la Iglesia católica). Se inicia en la mañana sacando a pasear un monote de paja
montado sobre un asno: el Judas, quien es el depositario de todas las culpas de la
Pasión y objeto de burlas y reclamos. Tras el paseo, quizás recogiendo en sí el
mal que hay por el pueblo, se desmonta y se sujeta de pie a un palo frente al
templo. Las máscaras de los fariseos lo rodean para formar con él una hoguera
que arderá y quemará todo el mal.

Tras la quema del Judas se inicia una nueva época llena de vida, flores, alegría,
abundancia, que abarca el resto del año. Este segundo periodo establece el
reinado de María (símbolo de la lluvia, de la abundancia, de la fertilidad...)
simbolizada en los pétalos de flores que son lanzados al aire y esparcidos por todo
el suelo en la liturgia del Sábado de Gloria (Savalo Loria).

A partir de este momento se puede volver a las actividades cotidianas, al tiempo


que los matachines o danzantes de la Virgen reanudan sus danzas.

Otras fiestas son: la Santa Cruz, el 3 de mayo, donde realmente se termina la


Cuaresma; los Cabos de año o velaciones con danzas tradicionales al cumplir un
año los difuntos (durante 4 años), fiesta de la Virgen de Guadalupe en Loma de
Guamuchil; de la Santísima Trinidad en Pótam; Corpus Christi en Ráhum; San
Juan Bautista en Vícam; Virgen del Camino en Lomas de Bácum; deSan
Francisco de Asís (hay los que le confunden a San Francisco Javier) el 4 de
octubre en Magdalena de Kino, entre otras. En el área del sur de Sonora la fiesta
más grande corresponde a la fiesta de Loma de Bacum el 2 de julio. (Para ver un
poco el aspecto "católico" de la tradición se podría ver el "Catecismo Yaqui"
publicado por varios organismos bajo ayuda de la Diócesis de Ciudad Obregón
pero respetando casi "a la letra" las aportaciones y reflexiones de "maistros",
"cantoras", "catequistas", etc.)

La tradición oral habla de la existencia de los Surem como sus antepasados,


describiéndolos como gente sabia con una gran barba, que comía raíces y frutos
silvestres y vivía muchos años.
"Un día supieron que venían unos padres para bautizarlos, algunos no quisieron
bautizarse y fueron a esconderse al monte (o sea a la sierra), debajo de la tierra y
por eso se convirtieron en animales, dicen que el principal gobernador es la
hormiga, los otros son pájaros, conejos, etc.

Los que fueron bautizados se quedaron en la tierra, esos somos nosotros, los de
ahora. Los Sures todavía nos visitan cuando llega el temporal..."

Cuenta la leyenda que en tiempos antiguos, la región yaqui vivió una intensa
sequía. Los ojos de agua se secaron, las rocas se carbonizaron y el suelo ardía
debido a la escasez del tan preciado líquido. Los ocho pueblos sufrían de una
insaciable sed.

Los líderes principales de los ocho pueblos, muy sedientos entonces, decidieron
intentar comunicarse con Yuku, el dios de la lluvia. El noble gorrión, capaz de
surcar los inmensos cielos con su incesante aleteo, fue el primer elegido para
llevar el mensaje a Yuku, ante la presencia del cual exclamó:

– He venido en nombre de los ocho pueblos a pedirte el favor de tu lluvia.

A lo cual el dios respondió:

– Con gusto. Vete sin preocupación y dile a tus jefes que muy pronto habrá lluvia.

Aunque el gorrión descendió a la velocidad de una centella, poco antes de llegar al


pueblo el mundo se llenó de nubes y comenzaron los rayos; fue así que el veloz
huracán alcanzó a la avecilla y el agua por lo tanto nunca llegó a la tierra yaqui.

Ante el fracaso del gorrión el pueblo yaqui ordenó ahora a la golondrina llevar a
cabo la misión. La golondrina voló hacia el dios de la lluvia, suplicándole de parte
de sus jefes que enviara un poco de agua porque el pueblo moría de sed. Yuku le
respondió de muy buen humor:

– Ve sin preocupación con tus jefes y ten la seguridad que tras de ti llegará la
lluvia.

La golondrina voló de regreso, pero al igual que el gorrión, fue alcanzada por el
rayo y el viento. Ni ella ni una sola gota de lluvia llegaron a la tierra yaqui.
Entonces, los líderes de la tribu, desesperados por no saber a quién más enviar
decidieron mandar al sapo. Primero trataron de localizarlo en la laguna o
"Bahkwam" como se le conoce de acuerdo a la tradición Yaqui. Una vez que lo
encontraron llamándolo por su nombre "Bobok" le dijeron que fuera a una junta a
un lugar cercano a Vícam. Ahí se encontraban los líderes principales de los ocho
pueblos. El sapo se presentó y le dijeron:
– "Debes ir con el dios de la lluvia y rogar porque nos la mande" –

"Muy bien", dijo el sapo, "Con su permiso me retiraré para alistarme para el viaje
de mañana. Espérenme a mí y a la lluvia". Se fue de regreso al Bahkwam y visitó
a un amigo que era mago que le proporcionó unas alas de murciélago. Al día
siguiente, Bobok voló hacia las nubes y encontró al dios de la lluvia. Luego de
saludarlo de parte de sus jefes, le dijo: "Señor, no trate tan mal a los yaquis.

Envíennos un poco de agua para beber porque morimos de sed".

"Muy bien" respondió Yuku. "Adelante, no te preocupes, la lluvia te seguirá muy


aprisa" Bobok fingió partir pero realmente se metió bajo la puerta de la casa del
dios de la lluvia.

Después, el cielo se nubló, se vieron rayos, se oyeron truenos y comenzó a llover.


La lluvia llegaba a la tierra pero no alcanzaba a Bobok.

El sapo (ahora con alas) subió más arriba que la lluvia, diciendo: "Kowak, Kowak,
Kowak".

La lluvia, oyendo al sapo, comenzó a caer de nuevo. El sapo dejó de cantar y la


lluvia, pensando que Bobok estaba muerto, se calmó otra vez. Entonces, el sapo
empezó a cantar de nuevo, yendo desde la lluvia hacia la tierra. Al fin la lluvia llegó
a la región yaqui, todavía buscando al sapo para matarlo.

Llovía por toda la tierra y de repente hubo muchos sapos, todos cantando. Bobok
devolvió las alas de murciélago a su amigo mago y vivió tranquilamente en su
laguna Bahkwam.

Quien muere en Cuaresma no puede tener pompas fúnebres con fiesta, música,
danzas y borrachera, hasta que pasa esta época. Sólo entonces puede el alma
encontrar su camino para retornar a la casa del padre viejo, del ´ITOM „ ACHAI
(padre nuestro en el idioma yaqui).

Con la evangelización el ritual de enterrar al difunto con sus pertenencias se


modificó por el uso de calzarlos con sandalias nuevas y colocarles al lado una
jícara con agua para el camino.

El cielo yaqui es la feliz llegada del espíritu a la casa con el Padre Viejo y donde lo
esperan todos sus ancestros y antepasados, para lo cual es conveniente una
fiesta por parte de los vivos para acompañar al difunto en su alegría. El dolor por
la separación de un ser querido jamás debe manifestarse con llanto, pues esto
haría que el espíritu perdiera el rumbo y se pudiera convertir en un eterno
vagabundo, solitario y sin rumbo fijo (que podría considerarse como el infierno
yaqui) El gozo o sacrificio después de la muerte no se deberán entonces a los
méritos personales en vida sino como resultado de la actitud de los vivos y de la
exactitud como se celebren los ritos.

Llamada en lengua yaqui Maaso Yiihua representa momentos del ciclo vital del
venado, animal sagrado para el pueblo yaqui. Mediante el uso de una mímica
libre, imita las reacciones de sorpresa, alerta, atisbo, venteo, etc. que el venado
manifiesta al entrar en contacto con su entorno, así como la interacción que
establece con otras especies representadas por las figuras de los Pascola (que
pueden representar un pájaro, una serpiente, una flor, un coyote, el agua, etc.)

Tanto los Pascola como el Maaso se despojan de su personalidad durante el baile


para adoptar la del animal, la planta o del ser que introducen en la danza.

Por lo general son 4 pascola y bailan de uno en uno, danzando primero el último
en jerarquía, el llamado “el lobito” que
representa animales menos estimados en la
valoración del yaqui: burro, perro, zorro, etc.,
después bailan los otros dos pascola y por
último el pascola Yoowe (anciano) o jefe del
grupo.

La danza se inicia con algunos golpes


“secos” de tambor, después entran un tambor
de agua y dos raspadores, produciendo un
ritmo monótono. Enseguida se escucha la flauta y aparece el cuarto Pascola.
Mientras tanto, el maaso se va colocando su tocado de venado disecado sobre la
cabeza, cuando ya está listo lo hace saber sacudiendo con fuerza las sonajas que
lleva en las manos. En ese instante se inicia el canto en lengua yaqui y el venado
empieza a bailar con el pascola. Al terminar su danza el Lobito se retira y la flauta
deja de sonar. El canto y los rascadores, así como el tambor, siguen el son del
venado. Termina el canto y siguen solos el tambor y los raspadores. La flauta
inicia nuevamente y aparece el segundo Pascola, el maaso vuelve a sacudir las
sonajas y se inicia el segundo canto de la serie. Este ritmo se repite igual con los
cuatro pascola.

Después el venado se retira y los pascola siguen bailando la “danza del Pascola”.
Estas dos danzas se van alternando el tiempo que dure la fiesta, bien sean horas
o días.

Juego del venado con los coyotes: en esta danza intervienen dos o más Pascola
simultáneamente, representando a coyotes, intentando hacerle bromas o daño al
Venado, mientras este trata de defenderse con agilidad y elegancia
La muerte del venado: donde se representa la lucha del hombre-cazador y el
Venado, que termina entregándose y muere. Los Pascola representan al cazador
y los raspadores y el tambor de agua, con su ritmo, van indicando los latidos del
corazón del venado y su respiración, dejando de sonar cuando el maaso muere.

Venado: Tambor de agua (Baa-wéhai)

Dos raspadores de madera (Hirúkiam)

Canto de uno o dos de los ejecutantes de los raspadores

Pascola: Flauta de carrizo (Bacacusia), .

Tambor de doble parche (Cúbahi)

Este complejo sonoro se complementa con el sonido de los capullos (Tenéboim)


que llevan enrollados en sus piernas el maaso y los pascola, el cinturón formado
por pezuñas de venado que lleva en su cintura el maaso, el de cascabeles
metálicos que llevan los pascola, las sonajas de calabaza que lleva el maaso en
las manos y la sonaja o Sena, aso que el pascola usa en su mano derecha.

Venado: Cabeza de venado disecada, con cinta de color rojo enredada entre los
cuernos, colocada sobre un pañuelo de color blanco que cubre la cabeza del
danzante de adelante hacia atrás, cubriendo parcialmente sus ojos. Torso
desnudo y sobre el pecho un collar de chaquira con cruces de concha nácar. En la
cintura se ata una pañoleta con figuras de flores muy coloridas. Sobre su cadera
se enrolla un rebozo que le llega hasta las rodillas, sostenido por una faja negra o
azul oscuro. Encima lleva un cinturón-sonaja con pezuñas de venado. En los
tobillos lleva enredados los tenaboim, con los pies descalzos. Una de sus
muñecas va ceñida con una tela de color blanca. En cada mano sostiene una
sonaja o guaje de calabaza.

Pascola: En la cabeza lleva una máscara pintada de color negro, blanco y a veces
adornos rojos, con largas barbas y cejas cortas, de ixtle o bien de cerda. Torso
desnudo y en la cintura una manta gruesa de algodón enredada sobre las piernas
hasta la rodilla. También usa una pañoleta como la del venado y un cinturón-
sonaja con cascabeles metálicos. En las piernas se enrolla los capullos de
mariposa (tenaboim) y también baila con los pies descalzos, con un rosario o
collar sobre el pecho y una sonaja en la mano derecha. Sobre la coronilla se
recoge un mechón de pelo, sujetándolo con una cinta de color.

Músicos: no tienen una indumentaria especial.


Ejecutada al son de arpa y violín. Siguen un orden similar a la del Venado,
bailando del cuarto al primer pascola, mientras descansan los músicos del venado.
Lo esencial de esta danza es mostrar la agilidad de pies y precisión en el ritmo.
Hay una gran variedad de sones de Pascola el común denominador es el inicio de
la danza con el son "Son del Canario".

Ejecutada por tres Danzantes Coyote sobre su arco guerrero como si fuera un
caballo, golpeando rítmicamente el arco con un carrizo que llevan en la mano
izquierda. Caminan hacia delante y hacia atrás marcando, con la cabeza y el
torso, la señal de la cruz. El instrumento musical es el tambor de doble cuero y la
voz del tambulero al cantar el son, junto con el ruido de los carrizos al golpear el
arco.

La indumentaria es una piel de coyote o zorro colocada encima de la cabeza que


les cae hasta la cintura. Sobre la piel de coyote llevan cosidas hileras de plumas
de águila. En la cabeza, sujetan la piel con una tela de color rojo y una cruz de
concha nácar a la altura de la frente. En el hombre izquierdo llevan su carcaj con
flechas, hecho también de piel de coyote o de zorro. Esta indumentaria se usa
sobre la vestimenta habitual, así como el uso de huaraches o de zapatos. Sin
embargo, se puede encontrar en Cuautla, Morelos.

Se baila en todas las grandes festividades religiosas del año, fuera de la


Cuaresma. Los instrumentos usados son dos violines y dos guitarras, o bien tres
violines y tres guitarras.Está conformada por puros varones de diferentes edades y
que por alguna razón o "manda" han ofrecido bailar en agradecimiento por alguna
gracia obtenida. Los Matachines están organizados para la danza en dos líneas
verticales con respecto al frente, en la parte delantera se encuentra el "Monarca" o
"Monaja" y tras del "Aprendiz".

Blusa blanca muy bordada con grandes flores de colores vistosos, un collar hecho
de cuentas de "papelillo" que es una perla de plástico de colores con acabados
metálicos, una corona o "sehua" como ellos le llaman en su lengua con círculos de
cartón en donde están dibujados flores y motivos tradicionales, una sonaja de
calabaza en una mano y en la otra una palma que es una cruz hecha con carrizo y
que esta adormada con 5 "montoncitos" de plumas de colores en forma de hoja de
palma.

Los niños aprendices de Matachín, o danzantes de la Virgen, se llaman Malinche y


llevan un vestido blanco de faldón largo, con blusa y falda muy bordada, con dos
listones de colores cruzando su pecho y espalda, además del collar con muchas
cuentas de colores. En la cintura lleva más listones de colores brillantes. También
llevan corona, sonaja y palma.
El director del grupo, que danza al frente, es el Monarca o Monaha.

La danza consiste en usa serie muy variada de pasos cortos y breves, con toda la
planta del pie apoyada en el suelo, describiendo determinadas figuras
coreográficas.

Danza procesional de Cuaresma y Semana Santa: los Chapayeca o fariseos

Es una procesión que realizan los fariseos o chapayeca, con ritmo marcial,
durante la Cuaresma y Semana Santa. Van acompañadas con la música de la
flauta (el lamento), el tambor (golpes a los clavos de Cristo) y el cinturón de
pezuñas de animal (agradecimiento o alabanza del hombre pecador a su Dios
Redentor) de los fariseos. Mientras tanto los Maestros y las Cantoras van
entonando cantos de tipo litúrgico.

Estos chapayeca, que asumen los papeles de soldados romanos y de judíos para
representar la Pasión de Cristo, llevan sobre la cabeza una máscara de cuero de
animal, una espada en la mano derecha y en la izquierda un cuchillo. La principal
característica de la máscara de judío son las enormes orejas y su gran nariz
puntiaguda (por eso son llamados Chapayeca: nariz larga en lengua yaqui). La
máscara de los soldados romanos puede ser de muy diferentes formas: hombres o
animales, muñecos, personajes de moda, etc. Cada uno, en sus movimientos, va
representando el personaje o animal que describe su máscara. Debajo de la
máscara, llevan constantemente un rosario de cuentas de madera en la boca,
recordando su obligación de guardar silencio y para protegerse del mal,
simbolizado por la máscara.

Su traje puede ser de dos tipos:

 Fariseo judío: viste pantalón blanco hasta la rodilla, saco, sombrero de copa
y polainas negras. Sobre la cadera el cinturón-sonaja, en los tobillos los
capullos y los tradicionales huaraches o sandalias yaqui.

 Soldado romano: pantalón blanco a la rodilla, cinturón-sonaja, capullos en


las piernas y huaraches. Se cubre con una cobija de lana a cuadros, sobre
todo de color rojo, simulando el arnés romano.

Es importante señalar que todas las danzas yaqui están ejecutadas por hombres
de la tribu. La mujer participa como Cantora en las celebraciones de Cuaresma y
Semana Santa.

Se limita a canciones populares con acompañamiento de uno o varios


instrumentos, al estilo de la música norteña mexicana.
La Artesanía Yaqui está relacionada con la celebración de sus fiestas
tradicionales.

Elaboran las piezas que componen la vestimenta y los accesorios de sus


danzantes: cabeza de venado y máscaras; collares; rosarios de Chapayeca o
Fariseo; cinturones y tenabaris; huajes o sonajas; tambores y rascadores; violines
y arpas entre otros.

También elaboran muebles hechos a base de madera y cuero, tales como: mesas
y taburetes, etc.

Las mujeres confeccionan y bordan las prendas de su vestido tradicional (rebozos,


blusas, faldas), así como muñecas representativas de su etnia.

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