No Dejes de Luchar Por Tu Bendición
No Dejes de Luchar Por Tu Bendición
No Dejes de Luchar Por Tu Bendición
INTRODUCCION
Vamos a reflexionar en ese momento en el cual Jacobo lucho con un varón, y ese varón sin
nombre era una manifestación visible de Dios, a esto se le llama Teofanía, algunos piensan
que también podría ser una Cristofanía, es decir que ese varón era la segunda persona de la
trinidad, es decir el hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo.
Esa lucha que cambio por completo la vida de Jacob para convertirlo en quien Dios quería
que el llegara a ser nos da detalles muy importantes para aquellos que estamos luchando
espiritualmente por la bendición que deseamos recibir de parte de nuestro Dios.
Veamos cuales son esos detalles que debemos tomar en cuenta para nuestra vida:
Jacob hizo pasar adelante a su familia y cuando se quedó solo comenzó a luchar con Dios
por su bendición.
Muchas veces tu familia no te acompañara en tus batallas de oración, en tus batallas
espirituales, posiblemente tu esposo no esta en tu mismo sentir espiritual, o tus hijos no
están en tu mismo sentir con el Señor, pero nuestro Señor Jesucristo nos lo dijo; Entra tu
en tu aposento y ora a tu padre que ve en lo secreto.
Las batallas espirituales muchas veces se pelean en la soledad, pero ¡hay que pelearlas!
Se dice que uno de los dolores mas grandes que hay es que la cadera se descoyunte es
decir que se disloque o desencaje un hueso de su articulación.
Jacob estaba luchando para detener al varón y poder obtener de él su bendición, pero
mientras luchaban el Señor le hizo experimentar un tremendo dolor para ver si lo soltaría,
para ver si se rendiría, para ver si dejaría de luchar.
Pero Dios te dice: Ese dolor es parte de tu victoria, no te rindas, por medio de ese dolor
estoy probando tu fe, tu determinación, no te des por vencido.
Tenemos que tener la determinación de Jacob: ¡NO te dejare si no me bendices!!
Jacob después de la lucha con el varón ya no fue el mismo, su nombre ya no era Jacob,
el suplantador, sino Israel, el que lucha con Dios, y nunca su forma de caminar fue
igual, sino que cojeaba de su cadera.
Lo maravilloso de nuestro Dios es que cuando luchamos en oración con fe por nuestras
bendiciones, no solamente nos da la bendición que le pedimos, sino que el proceso de
lucha nos transforma, nos hace diferentes, nos fortalece.
No te rindas hermano o hermana, no dejes de luchar por tu bendición, y tienes que
comprender que la bendición no esta al final de la batalla, LA BATALLA MISMA ES
UNA BENDICION PARA TU VIDA.
Esta historia nos da algunas enseñanzas muy importantes sobre cuáles son los factores
humanos, es decir los que dependen de nosotros hacer, y los factores divinos, los que
solamente Dios puede obrar en nosotros, para que podamos experimentar la bendición del
Señor sobre nuestra vida.
Veamos primeramente cuales son los factores humanos para nuestra bendición:
Jacob estaba él solo cuando peleo con ese varón, pero él peleó toda la noche, no se rindió, no
se desanimó por estar solo, él se esforzó y estaba determinado a no soltar a ese varón
desconocido pasara lo que pasara.
Si nosotros queremos la bendición de Dios para nuestra vida tenemos que ser esforzados y
determinados para las cosas del Reino de Dios, posiblemente al igual que Jacob estaremos
solos, quizás nuestra familia no nos apoyara en nuestra decisión de seguir al Señor o de
servirle.
Ese Varón desconocido era Dios mismo, y con un solo toque de su mano descoyunto la
cadera de Jacob, el dolor debe haber sido muy grande, tener descoyuntada la cadera podría
haber hecho que Jacob ya no tuviera fuerza para pelear, pero él fue valiente, y a pesar de
tener la cadera descoyuntada él pudo decir: ¡No te dejaré si no me bendices!
Esa actitud es la que Dios quiere de cada uno de nosotros, esa actitud valiente que pueda
superar el dolor y la adversidad, pues lastimosamente muchos cristianos dejan de luchar por
su bendición por el dolor de la crítica, por el dolor de no ser tomado en cuenta por un líder,
por el dolor de la burla o del menosprecio, etc.
El varón le preguntó a Jacob ¿Cuál es tu nombre? Él tenía que responder con sinceridad, con
la verdad: Mi nombre es Jacob, él suplantador, el engañador, él que toma por él calcañar,
etc.
Y eso es lo que Dios necesita de nosotros, sinceridad, pues tenemos que tener claro algo en
nuestra vida: DIOS TRABAJA CON LO QUE SOMOS, NO CON LO QUE
APARENTAMOS SER.
En este tiempo tenemos que tener un corazón sincero para con nuestro Dios, decirle Señor
esto es lo que soy, con mis debilidades, con mis errores, con todos mis pecados y defectos,
solamente así él puede transformar nuestra vida en lo que él quiere que seamos. (Hebreos
10:22)
Ahora veamos el factor divino, lo que Dios hace en nosotros cuando nos da su bendición
para nuestra vida:
UNA NUEVA IDENTIDAD (GÉNESIS 32:28) Una de las mayores bendiciones de Dios
en nuestra vida es darnos una nueva identidad, ya dejar de ser los que fuimos y tener la
oportunidad de ser alguien diferente por medio del poder de Dios.
UNA NUEVA RELACIÓN (GENESIS 32:30) Nuestro esfuerzo, valentía y sinceridad nos
permiten tener una relación cercana con nuestro Dios, la bendición de estar en amistad con
Dios.
UN NUEVO CAMINAR (GÉNESIS 32:31) Un encuentro con Dios transforma nuestra
manera de caminar en la vida, Jacob después de haber luchado con Dios nunca volvió a
caminar igual, igualmente nosotros si verdaderamente tenemos un encuentro real con el
Señor nuestro caminar por él mundo nunca será igual, vamos a caminar no a nuestra manera
sino a la manera de Dios.
El nombre Jacob significa “engañador”. Pero veremos que un día, Jacob recibiría un nuevo
nombre.
Jacob había manipulado y engañado a su hermano Esaú. Y él había estado huyendo de su
hermano. Sin embargo, durante sus andanzas, Dios estaba con él y lo buscaba.
De hecho, algo muy especial le sucedió a Jacob una noche mientras viajaba por el desierto.
¿Alguna vez ha tenido un momento difícil en el futuro? Una cita que te ponía terriblemente
nervioso, o una reunión disciplinaria con un supervisor en el trabajo Así que Jacob debe
haber estado dando vueltas, preocupado por este encuentro con su hermano. Apuesto a que
no quería ir.
Génesis 32:23-32
Jacob luchó con Dios. Hizo 'a?aq con Dios. Esta es una de las porciones más misteriosas del
libro de Génesis. ¿Qué significaba? ¿Apareció Dios en forma humana y luchó físicamente
con Jacob? no lo sabemos Puede haber sido un ángel con el que luchó, pero ¿qué estaba
pasando realmente aquí? La idea de 'a?aq es interesante aquí. Primero dice enfáticamente en
hebreo en el versículo 24 que Jacob estaba solo y la palabra hebrea aquí está en su forma
intensiva piel, por lo que estaba diciendo que estaba “totalmente” solo. Completamente sola.
'a?aq significa luchar, pero también significa “llenarse de polvo”. O incluso ser polvo.
Algunos eruditos hebreos creen que esta frase Jacob luchó con un hombre se traduce mejor
como “Jacob luchó consigo mismo ante una presencia que estaba con él”.
Ahora creo que hubo algún tipo de combate físico. aquí. Pero creo que también fue una lucha
espiritual, ya que Jacob luchó con Dios y consigo mismo, para abrazar la voluntad de Dios.
Jacob luchó, en el polvo, de ida y vuelta, toda la noche, con el ángel, con un hombre, consigo
mismo, acerca de la voluntad de Dios para Él de volver a su hermano y arreglar las cosas.
Probablemente temía que su vida estuviera en juego. Pero luchó y ganó la batalla. Pero
sucedió algo interesante. El ángel le tocó el muslo y se lo desarticularon. Muy interesante. En
la antigüedad, uno tocaba la parte interna del muslo de alguien para hacer un juramento o dar
una bendición. Estaba fuera de lugar. Algo estaba fuera de lugar, en que Jacob había robado
la bendición de sus hermanos de su padre.
Entonces Dios le pregunta a Jacob, ¿cómo te llamas? Jacob finalmente admite, sin embargo,
estaba fuera de lugar, robé la bendición, soy un ladrón, soy un engañador.
Dios le da un nuevo nombre, Israel. Israel significa El que lucha con Dios. El que hila en el
polvo con Dios. De ida y vuelta. De ida y vuelta. Y finalmente aprende a someterse a Dios ya
Su perfecta voluntad.
En conclusión hoy, ¿en qué áreas de tu vida estás luchando con Dios? No malinterpreten aquí
ahora. No está mal luchar con Dios. Es sabio luchar con Dios. Pero, eventualmente, la lucha
libre debe terminar. Y solo puede terminar de una de dos maneras, o luchamos y vencemos, y
nos sometemos a Dios. O luchamos y huimos, y rechazamos el camino de Dios.
¿De qué manera estás luchando con Dios? ¿Qué te está diciendo Dios? Debes abrazar el
camino de Dios. Puede sentirse como fuego, puede sentirse tan afilado como un alambre de
púas o una espada, pero puedes abrazar el camino de Dios, Su verdad, y serás mejor por ello,
porque has luchado con Dios y has aprendido. seguirlo, aunque te haya dejado cojeando.