Tres Enemigos Silenciosos de Las Bendiciones de Dios
Tres Enemigos Silenciosos de Las Bendiciones de Dios
Tres Enemigos Silenciosos de Las Bendiciones de Dios
Los médicos han denominado a la presión arterial elevada “Él asesino silencioso” pues
aunque muchas veces no produce ningún síntoma poco a poco va dañando órganos muy
importantes de nuestro cuerpo como el corazón, el cerebro y los riñones, y puede llegar a
causar la muerte.
Muchos de esos enemigos son visibles, es decir, rápidamente se pueden reconocer, como
los vicios, las malas amistades, la fornicación y el adulterio, los afanes. etc.
Pero hay enemigos mucho más peligrosos, SON LOS ENEMIGOS QUE NO SE VEN, QUE
NO SE NOTAN FÁCILMENTE, QUE SON SILENCIOSOS, ESTÁN AHÍ PERO NO LOS
VEMOS, están dañando nuestra vida y NO LO RECONOCEMOS.
I) PRIMER ENEMIGO SILENCIOSO: LA DUDA (Santiago 1:6-7) Pero pida con fe, no
dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada
por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor.
La duda es un enemigo silencioso externamente, pues muchas veces de nuestra boca salen
palabras llenas de fe, de confianza y de esperanza, pero la duda habla directamente a
nuestra mente y corazón, nos convence poco a poco y nos hace desconfiar del amor de
Dios hacia nosotros y de su poder.
● Las promesas de Dios son fieles, pero la duda nos hace desconfiar de la fidelidad de
Dios.
● El amor de Dios y su bondad para nosotros son incondicionales, pero la duda nos
hace desconfiar de su amor y de su bondad.
● El poder de Dios hace posible lo imposible, pero la duda nos hace desconfiar del
poder de nuestro Dios.
● La misericordia está disponible siempre para nosotros, pero la duda nos hace
desconfiar de su misericordia.
II) SEGUNDO ENEMIGO SILENCIOSO: LA ENVIDIA (PROVERBIOS 14:30) El corazón
apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.
"La envidia es el arte de contar las bendiciones de los demás en lugar de las propias."
Tal como lo dice el versículo que hemos leído para comenzar la envidia es como una
carcoma en los huesos, ya que la carcoma es un pequeño insecto que corroe por dentro la
madera, sin que se note exteriormente y eso exactamente es lo que hace la envidia: Por
fuera aparentamos que estamos bien, que estamos alegres por el éxito y progreso de
los demás pero por dentro nos corroe la envidia
¿Por qué la envidia es un enemigo silencioso para nuestra vida cristiana y para las
bendiciones de nuestra vdia? Tenemos que comprender que el sentimiento de envidia va
completamente en contra del mandato de nuestro Dios de amar a nuestro prójimo como a
nosotros mismos (Gálatas 5:14) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo, DIOS NO PUEDE BENDECIR A ALGUIEN QUE
SE MOLESTA POR LAS BENDICIONES DE SU PRÓJIMO.
No podemos decir que amamos a nuestros prójimos si en lugar de alegrarnos por las
bendiciones que ha recibido, nos enojamos, o nos sentimos tristes, pero lastimosamente
una persona envidiosa hace lo contrario de lo que nos dice la palabra de Dios (Romanos
12:15) Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. pues cuando una
persona tiene su corazón lleno de envidia no se puede gozar con los que se gozan, sino al
contrario, un envidioso llora por los que se gozan, se siente molesto y triste por las
bendiciones ajenas.
"La soberbia es el pecado más difícil de reconocer, porque nos ciega ante nuestras propias
debilidades y nuestra necesidad de ayuda"