Los Mamíferos

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Los mamíferos (Mammalia) son una clase de animales vertebrados amniotas

homeotermos (de sangre caliente) que poseen glándulas mamarias productoras de leche con
las que alimentan a las crías. La mayoría son vivíparos (con la excepción de los
monotremas: ornitorrinco y equidnas). Se trata de un taxón monofilético; es decir, todos
descienden de un antepasado común que se remonta probablemente a finales del Triásico,
hace más de 200 millones de años. Pertenecen al clado sinápsidos, que incluye a los mal
llamados reptiles mamiferoides, un grupo de sinápsidos que no eran reptiles ni tampoco
mamíferos, aunque estaban más relacionados con estos últimos que con los primeros,12
como los pelicosaurios y los cinodontos. Se conocen unas 5486 especies actuales,3 de las
cuales 5 son monotrematas,4 272 son marsupiales5 y el resto, 5209, son placentarios.

La especialidad de la zoología que estudia específicamente a los mamíferos se denomina


teriología, mastozoología o mamiferología.

El celoma es de origen mesodérmico, por lo tanto es exclusivo de animales triblásticos; está


limitado por epitelio mesodérmico denominado peritoneo y lleno de líquido celomático,
que realiza distintas funciones. Los órganos internos quedan fuera del celoma y envueltos
por el peritoneo.

Ya se han apuntado los caracteres sinapomórficos de la clase Mammalia. Todas las especies
los presentan y son exclusivos además de la clase:

• El dentario como único hueso de la mandíbula, que se articula con el escamoso en el


cráneo.
• Cadena ósea del oído medio: martillo (malleus), yunque (incus) y estribo (stapes).
• Pelo en la superficie de su cuerpo.
• Producción de leche en las glándulas mamarias.
• Presencia de siete vértebras en el segmento cervical de la columna vertebral.

Los dientes se componen de sustancias que no pertenecen al sistema óseo, sino al


tegumentario, como la piel, las uñas y el pelo. La materia que forma el cuerpo del diente es
el marfil o dentina, que por lo general está revestido en el exterior de otra sustancia muy
dura, el esmalte, mientras que en la base del diente la envoltura externa está compuesta por
una tercera sustancia llamada cemento.

En los mamíferos, los dientes se hallan siempre insertos en los huesos del cráneo que
rodean la boca, que son, arriba, dos maxilares y dos premaxilares, y abajo, una mandíbula o
quijada, que se articula directamente con la caja del cráneo. Este último, a su vez, enlaza
con la columna vertebral por medio de dos abultamientos, o cóndilos, que hay a uno y otro
lado del agujero por donde la médula espinal penetra para unirse al encéfalo. Aunque el
número de vértebras de la columna vertebral varía mucho según las especies, las cervicales
o vértebras del cuello son siete en todos los mamíferos a excepción de los perezosos que
pueden tener hasta 10 y de los manatíes que solo poseen seis. Pero, además, existen otras
características comunes a estas especies que sirven también para identificarlas como parte
del taxón:
• Los mamíferos son los únicos animales que poseen un solo hueso en cada
mandíbula, el dentario, articulado directamente con el cráneo. Los huesos de la
mandíbula de los reptiles, se transformaron en dos de los tres huesos que forman la
cadena ósea del oído, el martillo (articular) y el yunque (cuadrado). El estribo
procede del único hueso que presentan los reptiles en el oído, la columella.
• Los dientes están altamente especializados en función de los hábitos alimenticios, y
son sustituidos por regla general, una vez en la vida (diphyodontia).
• Existe un paladar secundario que es capaz de separar el paso del aire hacia la
tráquea del tránsito de agua y alimentos al aparato digestivo.
• El diafragma es una estructura muscular que separa la cavidad torácica de la
abdominal y contribuye en las funciones digestivas y respiratorias. Solo se
encuentra en mamíferos y todas las especies lo poseen.
• El corazón está separado en cuatro cavidades y en los adultos solo se desarrolla el
arco aórtico izquierdo.
• Los hematíes son células sin núcleo en la mayoría de las especies de mamíferos.
• Los lóbulos cerebrales están bien diferenciados y la corteza cerebral muy
desarrollada, con marcadas circunvoluciones más evidentes en especies con mayor
capacidad intelectual.
• El sexo viene determinado desde el momento mismo de la formación del cigoto por
los cromosomas sexuales: dos diferentes en los machos (XY), dos iguales en las
hembras (XX).
• La fertilización es interna en todas las especies.
• Todas las especies son endotérmicas, esto es, que pueden producir calor con su
cuerpo, y la mayor parte además son homeotérmicas, o lo que es lo mismo, pueden
mantener la temperatura dentro de un rango determinado. Solo los monotremas
presentan ciertas limitaciones de esta capacidad.

Piel

Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: la piel

La piel, generalmente espesa, está formada por una capa externa o epidermis, una capa
profunda o dermis y un estrato subcutáneo repleto de grasa que le sirve de protección
contra las pérdidas de calor, ya que los mamíferos son animales homeotermos.

En ella se hallan dos de las sinapomorfias de la clase Mammalia: el pelo y las glándulas
mamarias.

Está implicada directamente en la protección del animal, la capacidad de termorregulación,


la excreción de productos de desecho, la comunicación animal y la producción de leche
(glándulas mamarias).

Otras formaciones cutáneas de naturaleza córnea que presentan los mamíferos son las uñas,
garras, cascos, pezuñas, cuernos y el pico en el caso del ornitorrinco.

Aparato locomotor
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: aparato locomotor

El aparato locomotor es el conjunto de sistemas y tejidos que posibilitan el mantenimiento


del cuerpo del animal y su movimiento.

• Esqueleto:
o Esqueleto axial:
Cabeza: cráneo y mandíbula.
Columna vertebral: vértebras cervicales, torácicas, lumbares, sacras y
caudales o coxígeas.
Caja torácica: esternón y costillas.
o Esqueleto apendicular:
Cintura escapular: clavícula y omóplatos o escápulas.
Extremidades anteriores: húmero, cúbito, radio, carpos, metacarpos y
falanges.
Cintura pélvica: ilion, isquion y pubis.
Extremidades posteriores: fémur, rótula, tibia, peroné, tarsos,
metatarsos y falanges.

Además existen otras formaciones óseas como los huesos del aparato hioides (sostén de la
lengua), del oído medio, el hueso peneano de algunos carnívoros e incluso los huesos
cardíacos de algunos bóvidos en los que osifica el cartílago cardíaco.

Además del sistema óseo, el aparato locomotor está formado por el sistema muscular y el
sistema articular.

Características

La clase de los mamíferos es un grupo monofilético, ya que todos sus miembros comparten
una serie de novedades evolutivas exclusivas (sinapomorfías) que no aparecen en ninguna
otra especie animal no incluida en ella:

• Poseen glándulas sudoríparas, modificadas como glándulas mamarias, capaces de


segregar leche, alimento del que se abastecen todas las crías de mamíferos. Esta es
su característica principal, de la que derivan su nombre de mamíferos.
• La mandíbula está conformada solo por el hueso dentario, rasgo único y exclusivo
de todos los mamíferos, constituyendo la principal característica diagnóstica para el
grupo.
• Presentan siete vértebras en el segmento cervical de su columna vertebral; constante
biológica que se verifica en especies tan disímiles como el ratón, la jirafa, el
ornitorrinco o la ballena azul.
• La articulación de la mandíbula con el cráneo se efectúa entre el dentario y el
escamosal, característica también única y exclusiva de los mamíferos.
• Presentan tres huesos en el oído medio: martillo, yunque y estribo, con excepción de
los monotremas, que presentan el oído reptiliano.
• Los mamíferos tienen pabellones auriculares, excepto ballenas, delfines y otros que
viven en el agua y que en su proceso evolutivo los han perdido por razones
hidrodinámicas.
• Son los únicos animales actuales con pelo presente en casi todas las etapas de su
vida, y todas las especies, en mayor o menor medida, lo tienen (aunque sea en
estado embrionario).
• Al igual que sus primitivos ancestros, los mamíferos modernos poseen un solo par
de fenestras temporales en el cráneo, a diferencia de los diápsidos (dinosaurios,
reptiles modernos y aves), que presentan dos pares, y de los anápsidos (tortugas),
que no tienen ninguno. Además de esta diferencia esquelética —y de otras menos
significativas como la importancia del hueso dentario en la mandíbula inferior y la
condición heterodonta o capacidad que tienen los dientes de cumplir distintas
funciones—, las características principales de los mamíferos son la presencia de
pelo y de glándulas de la piel.

Pero a pesar de estas y otras similitudes que no son definitorias de la clase, su diversidad es
tal que son muchas más las diferencias existentes, especialmente en cuanto a aspecto
externo se refiere.

Según el tipo de alimentación, los mamíferos se clasifican en: herbívoros, es decir, los que se
alimentan de plantas, como el caballo, la oveja o el elefante; carnívoros – que comen carne
animal-, como los leones, los lobos y los osos; y omnívoros, que se nutren tanto de carne animal
como de vegetales, como los humanos y algunos primates.

Aparato digestivo

Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: nutrición

El aparato digestivo consiste en un conducto de entrada, o esófago, un tubo intestinal con


salida al exterior y un estómago, más algunas glándulas anexas, las más importantes de las
cuales son el hígado y el páncreas. Salvo contadas excepciones, el alimento sufre una
preparación previa, la masticación, por medio de los dientes, órganos duros que guarnecen
la boca y cuyo número y forma varían en gran medida según la alimentación de cada
animal. En la mayoría de los casos hay, ante todo, unos dientes cortantes, llamados
incisivos, a continuación, otros aptos para desgarrar, que son los colmillos, o caninos, y,
por último, otros que sirven para triturar y moler, denominados muelas o molares. Por regla
general, los mamíferos poseen una serie de dientes cuando son jóvenes y más tarde los
cambian por otros.

El aparato digestivo de los mamíferos es un complejo visceral tubular en el que los


alimentos se someten a un intenso tratamiento para obtener el máximo aprovechamiento de
los nutrientes.
Durante el tránsito digestivo, desde que se ingiere hasta que se excreta, el alimento es
sometido a un intenso proceso de degradación mecánica y química en el que intervienen
una serie de órganos y tejidos encadenados estratégicamente.

• Esquema del tránsito digestivo:


o Boca: masticación e insalivación con absorción de escasos componentes.
o Esófago: tránsito con escasa absorción.
o Estómago: digestión mecánica y química con absorción parcial de
nutrientes.
o Intestino delgado: digestión mecánica y química (enzimática y bacteriana)
con absorción abundante de nutrientes.
o Intestino grueso: digestión mecánica y química (bacteriana) con absorción
de agua y sales minerales, principalmente.
o Ano: eliminación.

La dieta del animal determina notablemente la fisiología y la anatomía de este aparato


orgánico.

Nutrición de los mamíferos

El aparato digestivo de los mamíferos está diseñado para aumentar la eficiencia de la


producción energética necesaria para el mantenimiento de la temperatura corporal. Y esto
se consigue aumentando la eficacia tanto de la degradación de los alimentos conseguidos
para hacer accesibles la mayor cantidad posible de nutrientes, como de la absorción de
estos.

Anatomía y fisiología del aparato digestivo


Artículo principal: Aparato digestivo

La boca

El aparato comienza en la boca. Es aquí donde tiene lugar la trituración mecánica de los
alimentos y su insalivación, dos aspectos esenciales para conseguir una digestión más
eficaz. Los dientes son una característica de los mamíferos, aunque no todos los adultos los
presentan. Y con excepción de las ballenas que los tienen todos iguales, el resto de las
especies son heterodontas, esto es, que tienen varios tipos de dientes. En concreto cuatro:

• Los incisivos se insertan en los alvéolos de los huesos premaxilar y mandibular. Son
cuadrados o redondos y tienen como misiones fundamentales sujetar, roer o cortar. Los
rumiantes carecen de ellos en la mandíbula superior. Roedores y lagomorfos los tienen
muy desarrollados y crecen continuamente a lo largo de la vida por lo que necesitan ser
desgastados constantemente. Los primeros los presentan en ambas mandíbulas y los
segundos solo en la superior.
• Los caninos, son puntiagudos y tienen como misión desgarrar, por lo que son de especial
importancia en todos los animales de hábitos carnívoros y hematófagos presentándolos
muy desarrollados y llamativos. Otras especies presentan un gran desarrollo de estos
dientes en una o las dos mandíbulas más con fines intimidatorios o defensivos que
alimenticios como ocurre con los elefantes, herbívoros estrictos, o algunos suidos y simios
de hábitos omnívoros. También la mayor parte de los artiodáctilos y perisodáctilos
carecen de ellos en la mandíbula superior o en ambas, y roedores y lagomorfos en su
totalidad no los presentan en ninguna.
• Los premolares y molares son dientes bajos, planos y grandes que se utilizan para triturar
y rebanar el alimento, por lo que adquieren especial importancia en herbívoros como los
artiodáctilos y perisodáctilos, disminuyendo según se incrementan los hábitos carnívoros
hasta el punto de que muchos de estos animales presentan modificaciones de los
premolares e incluso primeros molares asemejándolos más a caninos que a molares
típicos. Las diferencias existentes en la dentición de los mamíferos dan lugar a que la
conformación de los dientes y la fórmula dentaria sean instrumentos comúnmente
utilizados en la clasificación taxonómica de los mamíferos. Pueden ser:
o Según la morfología de las cúspides:
Lofodontos (cúspides unidas lingual-labial)
Selenodontos (cúspides unidas antero-posterior)
o Según la altura de las cúspides:
Hipsodontos (cúspides altas)
Braquidontos (cúspides bajas)
o Según la forma de la pieza
Tribosfénicos (en forma de triángulo)
Cuadrados (con esta forma aproximada)
Carnasales (crecimiento alométrico y cúspides en línea)
Bunodontos (cúspides redondeadas)

Las glándulas salivales (parótida, sublingual, submandibular) son las encargadas de


producir la saliva, que es una sustancia líquida viscosa empleada en la lubricación del bolo
alimenticio necesaria tanto para la masticación como para su tránsito hacia el estómago. La
saliva contiene una enzima, la ptialina, que comienza la degradación del almidón antes de
que este llegue al estómago. Pero además la saliva es importante en la descontaminación de
los alimentos, ya que posee una sustancia bactericida, la lisozima, que destruye parte de la
flora microbiana que éstos vehiculan. Los herbívoros, que necesitan masticar más
intensamente el alimento, presentan un mayor desarrollo de éstas, mientras que en los
misticetos están ausentes.

En la boca se procesan además la temperatura, textura y sabor de los alimentos de tal


manera que el sistema nervioso central puede adecuar las secreciones de todos los órganos
implicados en la digestión a las necesidades concretas para cada alimento procesado.

Esófago
El esófago es una víscera tubular de naturaleza muscular que comunica la boca con el
estómago, cuya función principal es el transporte de alimentos de la boca al estómago, con
acciòn puramente mecánica.

Estómago

El estómago es un saco de naturaleza glandular y muscular donde tiene lugar la


degradación y preparación de las proteínas para la posterior absorción de sus nutrientes.

En la digestión gástrica, el ácido clorhídrico que vierten las paredes del estómago da lugar a
la desnaturalización de las proteínas, que se hacen vulnerables a la acción de una enzima
también sintetizada en esta víscera, la pepsina. Esta enzima rompe las cadenas proteicas
transformándolas en péptidos y polipéptidos que serán asimilados en las posteriores fases
de la digestión. Por otra parte, la digestión de los polisacáridos se detiene ya que la
acidificación del medio provocada por el ácido clorhídrico, impide la actuación de la
ptialina, deteniéndose el proceso comenzado en la boca. En el estómago no hay enzimas
que ataquen a los lípidos, por lo que pasan por ella sin sufrir alteración alguna. Sin
embargo, ralentizan la digestión del resto de los nutrientes.

Intestino delgado

El intestino delgado es una estructura tubular que consta de tres porciones, duodeno,
yeyuno e íleon donde tiene lugar la siguiente fase de la digestión de los alimentos. El
duodeno está comunicado con el estómago a través del píloro, un esfínter que permite el
paso en pequeñas porciones del contenido estomacal (quimo) cuando éste está listo para
continuar el proceso digestivo.

Al comienzo del tránsito intestinal, el páncreas vierte su jugo. Éste, además de una alta
concentración de bicarbonato que neutraliza la acidez del quimo, posee varias enzimas que
intervienen en la degradación de los nutrientes: la amilasa pancreática continúa la
degradación de los polisacáridos comenzada por la ptialina, las lipasas actúan sobre los
triglicéridos separando la glicerina de los ácidos grasos, otras enzimas terminan la digestión
de las proteínas que no fueron degradadas por la pepsina gástrica.

La acción de las enzimas pancreáticas se complementa con la acción de las sales biliares
contenidas en la bilis, una secreción producida por el hígado que tiene además la misión de
verter al intestino ciertas sustancias que no pueden ser eliminadas con la orina, para ser
excretadas con las heces. Las sales biliares son unos poderoso detergentes que separan las
grasas en pequeñas gotitas que pueden ser más fácilmente degradadas por las lipasas
pancreáticas.

Intestino grueso

De este modo, cuando el contenido digestivo alcanza el intestino grueso, solo queda agua,
material no digerible y los minerales segregados en las distintas fases del proceso. También
está formado por tres tramos, ciego, colon y recto.
Contiene una rica y variada flora microbiana que segregan enzimas capaces de terminar la
digestión del alimento, obteniéndose azúcares que fermentan produciendo ácidos orgánicos
de los que aún puede obtenerse algo de energía.

Adaptaciones del aparato digestivo de los mamíferos

Aparato digestivo de un rumiante. m esófago, i panza, n redecilla, b libro, l cuajar.

Pero la gran variedad de dietas de estos animales configura estructuras anatómicas con
notables diferencias.

Como norma general, los herbívoros presentan un mayor desarrollo de las vísceras
digestivas, ya que los alimentos requieren procesos químicos y mecánicos más intensos
para ser digeridos.

La diferencia más significativa anatómica y funcionalmente la presenta sin duda alguna el


complejo estómago de los rumiantes, dividido en cuatro compartimentos (retículo, rumen,
omaso y abomaso):

1. Los alimentos ingeridos por estos animales pasan a la panza o rumen directamente, casi
sin masticar, donde tiene lugar una fermentación microbiana gracias a la flora bacteriana
existente en su interior. De este modo, comienza la degradación de las altas cantidades de
almidón y celulosa que tienen los alimentos de origen vegetal.
2. Una vez que el alimento está procesado, los rumiantes regurgitan el alimento y es
entonces cuando tienen lugar los procesos de masticación e insalivación.
3. El bolo debidamente masticado e insalivado vuelve a ser ingerido y llega al retículo,
también conocido como bonete o redecilla, donde tiene lugar una nueva fermentación de
tipo microbiana similar a la que tuvo lugar previamente en el rumen.
4. Desde aquí, a través del agujero retículo-omasal, pasa al omaso que no es sino una cámara
con pliegues paralelos cubiertos por papilas córneas que sirven, para proceder a la
molturación del alimento. En el fondo de los pliegues, tiene lugar la absorción de agua,
sales minerales y ácidos grasos. Durante el paso del alimento por el omaso o libro, no se
detiene la fermentación.
5. El último compartimento es el abomaso y se corresponde anatómica y funcionalmente con
el estómago monocameral del resto de los mamíferos.

Pero no todos los herbívoros son rumiantes, y para solucionar el problema de la


degradación de los polisacáridos, un grupo de animales entre los que se hallan los elefantes,
los équidos o los primates ha evolucionado incrementando el volumen del ciego para que
tenga en él una intensa fermentación bacteriana de la celulosa, absorbiéndose los nutrientes
producidos tanto en este tramo como a lo largo del colon.

El otro grupo lo constituyen los herbívoros de pequeño tamaño como roedores y


lagomorfos, que al no poder retener durante mucho tiempo el alimento en su organismo,
excretan los alimentos con abundantes nutrientes que no han podido ser terminados de
digerir, por lo que proceden a la ingestión de estas heces que serán nuevamente procesadas
para terminar de asimilar los nutrientes contenidos en los alimentos.

Otro estómago con ciertas diferencias es el de los osos hormigueros, que presenta un saco
que recuerda a la molleja de las aves, en las que el caparazón de los insectos de los que se
alimenta, es triturado previamente a su paso al estómago.

Otra diferencia significativa en la anatomía del aparato digestivo la constituye la cloaca de


los monotremas. En estos animales la comunicación de los aparatos digestivo, urinario y
genital con el exterior, tiene lugar a través de un único orificio como ocurre en las aves y
los reptiles.

El papel de los mamíferos en la cadena alimenticia

Hábitos alimenticios

También los hábitos alimentarios de estos animales son tan variados como el resto de los
aspectos tratados y como el propio taxón en sí:

Hay mamíferos carnívoros que se alimentan del cuerpo de otros animales, como por
ejemplo la mayor parte de la orden Carnivora, mientras que otros, los herbívoros, son
estrictamente vegetarianos como la generalidad de la orden Artiodactyla. Por descontado,
como es el caso de los primates, hay mamíferos que utilizan recursos alimenticios de
distinto origen, son los omnívoros.

Entre ambos extremos, un amplio abanico de posibilidades se abre como recurso


alimenticio para las distintas especies de mamíferos actuales:

Dentro de los recursos de origen animal, todos los grupos existentes pueden servir de
alimento para una u otra especie: el plancton es el alimento de los grandes misticetos
(planctonófagos), invertebrados y sus larvas sirven de alimento a los insectívoros, peces a
los piscívoros, y anfibios, reptiles, aves y mamíferos a los carnívoros, pero también los
huevos de muchos de ellos, la miel de las abejas (melívoros) e incluso la sangre
(hematófagos) o las heces (coprófagos) de otros animales. Y mientras que unos cazan para
alimentarse, otros emplean restos de animales muertos o cazados por individuos de la
misma u otra especie, son los necrófagos.

Por lo que respecta a los alimentos de origen vegetal, prácticamente la totalidad de las
partes de éstas pueden ser empleadas por distintas especies: hierba (herbívoros), hojas
(folívoros), madera (lignívoros), flores, semillas y granos (granívoros) polen y néctar
(nectarívoros), frutos (frugívoros), raíces y tubérculos, así como algas y hongos
(micófagos).

Pero en general, requieren gran cantidad de alimentos para satisfacer sus necesidades
energéticas, por lo que un número relativamente pequeño de mamíferos, puede tener un
gran impacto sobre las poblaciones de plantas o animales de los que se alimentan.
Predadores y presas

La predación supone un importante porcentaje de la mortalidad de muchos mamíferos.

Aves, reptiles, tiburones y otros mamíferos son los predadores de no pocas especies.

Con excepción de las pocas especies que ocupan la más alta jerarquía en la cadena trófica
(el hombre, los osos, los grandes felinos, el lobo o los odontocetos de mayor envergadura)
todas las demás pueden servir de alimento a otros animales situándose en los distintos
peldaños de la pirámide que siempre se sustentan en los alimentos de origen vegetal.

Muchas especies, han desarrollado mecanismos específicos de defensa para evitar ser el
alimento de otros. Entre otras, el aspecto externo del animal que le sirve de camuflaje, la
formación de grandes manadas que disminuya la posibilidad individual de ser la víctima del
ataque de un predador, las formaciones sociales en las que algunos de los miembros sirven
de vigías mientras los demás llevan a cabo sus necesidades fisiológicas, el acúmulo de
alimentos o energía durante épocas en las que los predadores son menos abundantes, la
producción de sustancias químicas repelentes, o las propias defensas físicas como espinas o
corazas, son distintas opciones para la consecución de un único objetivo: la propia
supervivencia.

Sistema nervioso y órganos de los sentidos

Artículo principal: Sistema nervioso y órganos de los sentidos de los mamíferos

El sistema nervioso es un complejo conjunto de células, tejidos y órganos altamente


especializados que tiene como misión recibir estímulos de distinta naturaleza,
transformarlos en electro-químicos para transportarlos hasta el cerebro, traducirlos aquí y
ordenar una respuesta que será transmitida nuevamente como señales electro-químicas
hasta el órgano o tejido implicado en la ejecución de la misma.

El esquema del sistema nervioso es básicamente:

• Sistema nervioso central:


o Encéfalo: Cerebro, cerebelo y tronco del encéfalo.
o Médula espinal.
• Sistema nervioso periférico:
o Nervios.
o Ganglios neuronales.

Los órganos de los sentidos, por su parte, son órganos ricos en terminaciones nerviosas
capaces de traducir los estímulos externos en información para relacionar al individuo con
su entorno. De manera general, los más importantes en los mamíferos son el olfato, el oído,
la vista y el tacto, si bien en determinados grupos, otros sentidos como la ecolocalización,
la magnetosensibilidad o el gusto adquieren mayor importancia.
Veneno

Los mamíferos no se han especializado en el desarrollo de toxinas de la misma forma que


otras clases como anfibios o reptiles. Debido a su gran tamaño, la fuerza física y el uso de
garras y colmillos ha sido suficiente para alimentarse y defenderse. No obstante, algunos
mamíferos de pequeño tamaño de los órdenes Monotremata, Chiroptera, Primates y
Eulipotyphla sí han optado por el empleo de toxinas como estrategia evolutiva. Por
ejemplo, el Solenodon paradoxus ha desarrollado veneno hipotensivo que emplea a la hora
de cazar presas.

La gran mayoría de mamíferos venenosos pertenecen al orden Eulipotyphla. Se puede


observar una convergencia evolutiva en la composición del veneno y este es producido en
las glándulas salivales submaxilares a partir de KLK1.

Reproducción

En todos los mamíferos se presentan los sexos separados y la reproducción es de tipo


vivípara, excepto en el grupo de los monotremas, que es ovípara.

El desarrollo del embrión va acompañado de la formación de una serie de anexos


embrionarios, como son el corion, amnios, alantoides y el saco vitelino. Las vellosidades
del corion, junto con el alantoides, se unen a la pared del útero y dan lugar a la placenta.
Esta permanece unida al embrión por el cordón umbilical, y es a través de él por donde
pasan las sustancias procedentes del cuerpo de la madre al del feto.

El periodo de gestación y el número de crías por camada varían mucho según los grupos.
Normalmente, cuanto mayor es el tamaño del animal, más largo es el periodo de gestación
y menor el número de crías. La mayor parte de los mamíferos proporcionan a sus hijos
cuidados paternales.

Por último, es también característico de los mamíferos su modo de reproducirse. Si bien


algunas especies son ovíparas, es decir, el óvulo fecundado sale al exterior formando un
huevo, en la inmensa mayoría el embrión se desarrolla dentro del cuerpo de la madre y nace
en un estado más o menos avanzado. De aquí se deriva una primera clasificación del grupo
en mamíferos que ponen huevos y mamíferos vivíparos. A los segundos se les ha llamado
terios, término derivado del griego clásico que significa «animales», y a los que son
ovíparos, prototerios, esto es, «primeros animales», ya que el registro fósil permite suponer
que los primeros mamíferos que aparecieron en el mundo pertenecían a esta categoría.

Todavía en los terios cabe distinguir entre los mamíferos cuyos hijos nacen en un estado de
desarrollo muy atrasado, teniendo que pasar algún tiempo en una bolsa que la hembra posee
en la piel del vientre, y aquellos otros en que no se observa semejante particularidad. Los
primeros son los metaterios (también denominados marsupiales), es decir, «los animales
que vienen detrás», los que siguen a los prototerios, y los últimos los euterios o mamíferos
placentarios. Dentro de la clase que nos ocupa, estos constituyen la gran mayoría
Los mamíferos pueden alimentar a varios niveles de las cadenas alimentarias, como herbívoros,
insectívoros, carnívoros y omnívoros. Los mamíferos también interactúan con otras especies en
muchas relaciones simbióticas. Por ejemplo, los murciélagos han establecido relaciones
mutuamente beneficiosas con las plantas.

Los Mamíferos. Son vertebrados que generalmente presentan el cuerpo


recubierto de pelo, que paren sus crías vivas (vivíparos) y después las
amamantan, y que mantienen su temperatura interna constante (homeotermos).
Los pelos son estructuras epidérmicas exclusivas de los mamíferos que los
protegen del frío y que evitan las agresiones a la piel.

1. Morfología externa. En su cuerpo se pueden distinguir tres partes: cabeza,


tronco y cola.

• Cabeza. Generalmente presenta dos orificios nasales, dos orejas, dos ojos
provistos de párpados, una boca provista de labios para succionar leche
durante la lactancia y cuatro tipos de dientes (incisivos para cortar, caninos
para rasgar, premolares y molares para triturar) situados cada uno en un alvéolo
dental diferente.

• Tronco. Generalmente presenta 4 extremidades formadas por un hueso largo, a


continuación dos huesos largos paralelos y un conjunto de huesos pequeños que
forman cinco dedos. Es la denominada estructura interna de quiridio. Pueden estar
adaptadas a la marcha (cómo por ejemplo las patas de un caballo), a la
excavación (como las patas de un topo), a la aprensión de objetos (como las
manos del chimpancé), al vuelo (como las alas de un murciélago), o a la natación
(como las aletas de una ballena o de una foca). Las patas marchadoras pueden
acabar en uñas (mamíferos ungulígrados como el caballo o el cerdo), en dedos
(mamíferos digitígrados como el perro) o en la planta de un pie (mamíferos
plantígrados como el oso o el ser humano). Las hembras presentan glándulas
mamarías para dar leche a los recién nacidos (lactancia).

• Cola. Puede faltar (cómo en el gorila) o puede formar una aleta (cómo en las
ballenas). Generalmente actúa como un timón por mantener o cambiar la dirección
en las carreras rápidas. En algunas especies como los monos arañas es prensil y
sirve para cogerse a las ramas.

2 . Anatomía interna. El corazón de los mamíferos presenta dos aurículas y dos


ventrículos como el de las aves por lo cual tienen circulación doble y completa. La
respiración es pulmonar. En algunos grupos el aparato digestivo presenta características
especiales, como en los rumiantes que poseen la panza para almacenar el alimento y
después devolverlo a la boca y rumiarlo (volver a masticarlo). La mayoría no presentan
cloaca sino que el orificio excretor y el ano desembocan por separado.
Los mamíferos tienen cuatro extremidades y producen huevos amnióticos. La clase mammalia se
define por la presencia de glándulas mamarias y pelaje. Otros rasgos de los mamíferos incluye
glándulas sudoríparas en la piel, alveolos en los pulmones, un corazón con cuatro cámaras y una
cubierta cerebral llamada neocórtex.

3 . Reproducción. Los machos poseen dos testículos de los cuales salen dos
conductos espermáticos que desembocan en la uretra que pasa por el interior
del órgano copulador o pene . La fecundación es interna. Las hembras poseen
dos ovarios y dos oviductos que acaban en una cavidad musculosa denominada
útero o matriz que se comunica con el exterior por un conducto dilatable
denominado vagina, que es dónde se aloja el pene del macho durante la cópula.
El desarrollo embrionario puede realizarse de tres formas diferentes:

• dentro de un huevo como sólo sucede en los Prototerios, como el ornitorrinco.

• en un útero rudimentario durante un corto tiempo y después acabarse en la


denominada bolsa marsupial, en la que se encuentran las mamas, como sólo
sucede en los Metaterios, como el canguro.

• en un útero durante todo el desarrollo gracias a una estructura maternofetal


denominada placenta, que permito la alimentación del embrión a partir de la
sangre materna hasta el momento del parto, como sucede en los Euterios, como
el gato y la gran mayoría de mamíferos.

4 . Clasificación. Los principales Órdenes en el que se clasifican los Mamíferos


son: Monotremas (ornitorrinco), Marsupiales (canguros), Quirópteros
(murciélagos), Primates (chimpancés, humanos, etc.), Desdentados (perezoso),
Roedores (rata), Lagomorfos (conejo), Insectívoros (erizo terrestre), Sirénidos
(manatí), Cetáceos (ballena), Pinnípedos (foca), Carnívoros (tigre),
Proboscídios(elefantes), Artiodáctilos (presentan un número par de dedos y son
rumiantes, como el ciervo) y Perisodáctilos (presentan un número impar de
dedos y no son rumiantes, como el caballo).

Los mamíferos pueden alimentar a varios niveles de las cadenas alimentarias, como herbívoros,
insectívoros, carnívoros y omnívoros. Los mamíferos también interactúan con otras especies en
muchas relaciones simbióticas. Por ejemplo, los murciélagos han establecido relaciones
mutuamente beneficiosas con las plantas

Los mamíferos desempeñan un papel muy importante para los ecosistemas ya que son parte
esencial de la cadena trófica ya que puede alimentar y son miembros de varios niveles.

Las relaciones entre los mismos de la especie enriquece de forma recíproca a los mamíferos
que se relacionan, por ejemplo, las cebras hacen amistades con los avestruces. En esta
relación simbiótica, ambas especies se benefician. El avestruz, con sus terribles sentidos del
olfato y oído, y la cebra, con su mala vista, son capaces de advertir a la otra cuando el
peligro está cerca.

En la sabana africana puedes encontrar a cebras y ñus juntos pastando diferentes partes de
la misma hierba. La cebra pasta las partes más duras de las plantas y guarda las partes más
blandas para los ñus. Una cebra se desplazará a una zona de hierba alta antes de que lo
hagan otros herbívoros y pastará la hierba de la zona que el ñu prefiere.

Igualmente hay mamíferos que suplen muchas necesidades como aquellos mamíferos
que son domésticos y pueden ser mascotas para el ser humano. También sirven de
transporte como los caballos, mulos, burros o camellos. Otros realizan un trabajo muy
importante para nosotros como pueden ser los perros guías que ayudan a personas con
alguna dificultad visual. Otros nos sirven de alimento a los humanos.

Debido a la gran problemática del cambio climático los grupos de mamíferos, que es el
más numeroso, se está viendo con muchas especies en peligro de extinción ya que tratan
cada vez más de adaptarse al medio donde viven a pesar de las adversidades que están
encontrando: mares contaminados de la basura que no se degrada fácilmente como es el
caso del plástico, temperaturas inadecuadas en su hábitat natural causadas por la
contaminación que arrojan gases tóxicos a la atmósfera y una tierra cada vez más débil
para soportar determinadas especies biológicas.

Ponemos al fuego dos cazos: uno con agua y otro con leche. Cuando lleguen al punto de
ebullición, la leche comenzará a aumentar de volumen y, si no tenemos cuidado, se
saldrá de la olla en solo unos segundos. El agua, al contrario, hervirá con alegría, pero
no llegará a salirse nunca.

¿Por qué? Cosas de la física. El distinto comportamiento de uno y otro líquido responde
a sus respectivas composiciones químicas.

El calor hace que se evaporen parte de los elementos que forman el agua y la leche. En
su evaporación, forman burbujas de gas que nacen en el fondo del recipiente y suben
hasta la superficie, donde escapan al exterior en forma de gas.

Y es ahí donde está la diferencia: en el caso del agua, esos gases no tienen ningún
problema para salir del líquido. Pero la leche incluye proteínas y grasas, y ambas son
sustancias 'tensoactivas' que forman una especie de película en la superficie que
impide a las burbujas romperse con facilidad y escapar a la atmósfera. Por eso, el gas se
va acumulando en el interior del recipiente, cada vez se forman más burbujas, y
estas se empujan unas a otras hacia arriba, haciendo que el líquido suba y aumente de
volumen. Tanto, que acaba por rebosar el borde del recipiente.
Un plato hondo o cuenco, leche entera, 1 bastoncillo, jabón líquido (por ejemplo, el de la
lavadora) y colorantes líquidos alimentarios.

1. Echamos la leche en el plato hasta cubrir el fondo.


2. Añadimos algunas gotas de colorante.
3. Unta el bastoncillo en el jabón líquido.
4. Con la punta del bastoncillo cubierta de jabón toca el centro del colorante, observa cómo
actúan los colores: los colorantes se mantienen flotando, pero se extienden hacia los
laterales del plato mezclándose entre ellos.

Por qué sucede esto?1

La leche está formada por agua, grasa y proteínas. Pero mayoritariamente es agua, casi un
90%, por lo que tiene propiedades similares a ésta. Entre ellas, tiene una tensión superficial
alta. ¿Y qué es la tensión superficial? Pues es una propiedad de los líquidos, que impide que
algo se hunda en ese líquido. Un claro ejemplo de esto es el insecto que camina por el agua,
pero no se hunde gracias a la tensión superficial que tiene el agua.

En el lado contrario, tenemos al jabón. El jabón es un tensoactivo, es decir, una sustancia


que va a disminuir la tensión superficial de la que hablábamos. Por lo tanto, si mezclamos
el jabón con la leche, se reduce la tensión superficial de la leche.

En el experimento, al disminuir la tensión, las partículas de grasa y proteína de la leche


pueden moverse con mayor libertad y facilidad. A medida que ocurre este movimiento, el
colorante también se mueve a través de la leche, creando remolinos de colores.

Repite varias veces este proceso con diferentes colores y diferentes tipos de leche (entera,
semidesnatada y desnatada) ¡y observa las diferencias!

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