Tarea 5 Derecho Romano1
Tarea 5 Derecho Romano1
Tarea 5 Derecho Romano1
UASD- CURSA
Profesor
Héctor A. Reynoso
Asignatura
Derecho Romano I
Sección
01
Alumno
Yamilka I. Rodríguez B.
Matricula
DG0068
Tema # 5
En el derecho romano la adopción nace como una forma de incorporar a un varón púber bajo la
patria potestad de un paté milias. Si se trata de un varón sui iuris, la adopción toma el nombre de
adrogatio y se somete a una serie de solemnidades públicas, incluida la presen- cia de autoridades
religiosas. Si se trata de un varón alieni iuris, se denominaba adoption, y se realizaba por una triple
mancipatio del primer paterfamilia al adoptante. La adopción hace ingresar a la patria potestad del
adoptante como hijo o nieto, heredero y continuador del culto de la familia del adoptante.
Por adopción romana entendían los legisladores del derecho Romano el acto solemne de prohijar
hijos y nietos por medios legales, mediante adoptio o adrogatio, en quienes antes no lo eran por
naturaleza (liberi adoptivi), estableciéndose el vínculo civil de la patria potestad con iguales
derechos que los de natura (naturales liberi), por esto y de haberlos, partían herencia con ellos.
También se adoptaba a esclavos libertos.
Las adopciones, dice Cicerón, llevaban consigo el derecho de suceder en el nombre, bienes y
dioses lares.
3. Podía ser utilizado en relación de un objeto político, como hacer adquirir la ciudadanía a un
latino, transformar a un plebeyo en patricio o viceversa, o más aún, bajo el Imperio, dar un sucesor
al príncipe reinante.
En la Roma clásica, se encuentran dos tipos de adopción, la llamada Adrogatio o Adrogación, que
era la incorporación de una persona sui juris a la familia del adoptante y la adopción propiamente
dicha en la que un alieni juris pasaba de su familia natural a la familia del adoptante.
Adrogación era el nombre de uno de los dos modos de adopción usados en Roma, según que el
adoptado era hijo de familia, alieni iuris o salía de su familia natural, de cualquier manera que
fuese; en otros términos, según fuera o no padre de familia, sui iuris, independiente desde
entonces de toda autoridad paterna.
Adrogación era el tipo de adopción a través del cual el sujeto adoptado dejaba de ser sui iuris
(condición producida al no estar bajo la patria potestad de otra persona) y se convertía en alieni
iuris (al quedar bajo la patria potestad del adrogante). Se trata de una institución jurídica que se
enmarca en el derecho romano.
Los efectos de la adrogación eran, fundamentalmente, por lo que se refiere al adrogado, que éste
perdiera su carácter de sui iuris para venir a ser alieni iuris en la familia del adrogante quedando,
por lo tanto, sujeto a la patria potestad de éste e incorporando a su esposa y a sus hijos; a su
nueva familia.
El medio de adopción más antiguo era la adrogación, que recae sobre un sui iuris. Reconoce su
origen en la necesidad de perpetuar familias, cuando tenían un papel indispensable en el
desenvolvimiento del Estado, y un culto privado cuya continuidad era menester asegurar.
5- Que es la manus?
En los tiempos primitivos de Roma, la “manus” era la autoridad del pater familias sobre todos los
alieni juris y esclavos sometidos a él; sus hijos y demás descendientes, las mujeres de los mismos y
las personas sujetas a tutela o in mancipium.
La manus (propia del ciudadano romano) se entiende como potestad establecida por el derecho
civil, que ejercía el paterfamilias sobre la esposa, en virtud de la cual la mujer entraba a formar
parte de la familia agnaticia de su marido (vir), como si fuera hija de familia, quedando en
consecuencia bajo la absoluta dependencia del paterfamilia (del marido o, si este es alieni iuris, del
jefe de la familia de este), dejando de pertenecer a su familia agnaticia originaria.
Dentro de la estructura jurídica del matrimonio romano, la manus tenía una importancia
fundamental. En efecto, para los romanos la mano (manus) era el miembro que puede manifestar
exteriormente el poder, de ahí que la manus constituirse, de manera significativa, el poder del
marido sobre la mujer, sin perjuicio de que con el correr de los tiempos se viese restringido el
poder que está concedía al marido.
6- Cuáles son los efectos de la manus?
Para efectos didácticos conviene distinguir entre efectos respecto de la persona de la mujer y
efectos respecto de los bienes de la mujer. Sin perjuicio de destacar, desde ya, que la situación de
la mujer casada cum manus, es similar, jurídicamente, a la de un hijo de familia; así los juristas
emplean la expresión «loco filiae mariti est», es decir: que está en lugar de hija del marido, lo que
ha de entenderse para efectos patrimoniales y sucesorios y no en relación con la posición de la
mujer en la familia.
Los efectos de manus son idénticos a los de la adopción: La mujer sale de su familia, con la que
rompe los vínculos agnaticios y entra en la familia del marido en condición de hija si éste es
paterfamilias o de nieta si es alieni iuris.
7- ¿Qué es la tutela?
La tutela en el derecho romano, era una figura jurídica, por la cual se le daba protección al menor
y a las mujeres; ya que era un poder, que era permitido por el derecho civil que se le daba a una
persona libre para que protegiera a otra que por su corta edad no pudiera hacerlo, este poder que
se le otorgaba a esta persona para representar a otra, no podía ser malintencionado no podía
utilizarlo en provecho propio.
La designación del tutor, que también se llamaba delación de la tutela, correspondía en primer
lugar al pater familias, quien podía designar tutor al impúber en su testamento; en segundo lugar,
a los agnados llamada tutela legítima; y más tarde, fue cuando se reconoció al magistrado la
facultad para nombrar tutores.
Había por tanto en el derecho romano tres clases de tutelas: la tutela testamentaria, la tutela
legítima y la tutela deferida por el magistrado o tutela dativa; teniendo entre ellas primacía, la
tutela testamentaria, pues era sólo a falta de tutor testamentario cuando se abría la tutela
legítima y a falta de tutor legítimo, cuando correspondía la designación al magistrado, o sea
cuando tenía lugar la tutela dativa.
A) Tutela testamentaria
EI parte familias era, en principio, el único que podía designar tutor a su hijo, ya que esto
constituía un atributo de su potestad paterna.
Se admitió entonces que, bajo reserva de que fuera confirmada por el magistrado, había que
reconocer como válida la designación del tutor contenida en un testamento que fuera nulo por la
forma, la que dimanara del padre natural o de la madre, de los parientes maternos y aún de un
extraño, siempre que en estos casos la designación fuera aprobada por el magistrado después de
una información sobre la honradez y honorabilidad del tutor designado, y en este último caso
siempre que el impúber, no teniendo fortuna, hubiera sido instituido heredero en el testamento
en el cual se le designaba un tutor.
B) Tutela legítima
Por disposición de la ley, a falta de tutor testamentario era tutor el heredero presunto del pupilo,
por aplicación de la regla de que “la carga de la tutela debe caer en donde este el provecho de la
sucesión»; principio muy práctico por tener el heredero presunto, más que ninguna otra persona,
interés en la buena gestión de los bienes que habrían de ser suyos si el pupilo llegaba a morir
siendo impúber.
Por consiguiente, de acuerdo con la Ley de las XII Tablas, la tutela correspondía: en primer lugar, a
los agnados, siendo preferidos los de grado más próximo, y si fueran varios los que estaban en el
mismo grado, todos serían tutores; y en segundo lugar, a falta de agnados, eran llamados a la
tutela legítima los gentiles. En el derecho de Justiniano era llamado a la tutela el pariente más
próximo, fuera agnado o cognado; y la madre y el abuelo del impúber eran preferidos a los
colaterales.
Después, en la época de Claudio, la facultad de nombrar tutor pasó a los cónsules, y bajo Marco
Aurelio, se creó para este cargo un pretor especial, que se llamó el pretor tutelaris. Finalmente,
bajo Justiniano, los magistrados municipales eran los encargados de nombrar tutores a los pupilos
de condición pobre y los magistrados superiores para los pupilos que poseían fortuna.
Se entendía por ella un cargo público que obligaba a una persona designada por la ley o por el
magistrado a dirigir la administración de los bienes de un sui iuris púber e incapaz de ejercer por sí
solo sus derechos.
El curador administraba los bienes de la persona en curatela, pero sin dar auctoritas.
La Ley de las XII Tablas la organizó sólo para remediar la incapacidad de los furiosi sin intervalos
lúcidos y de los pródigos que disipaban los bienes recibidos ab intestato de sus ascendientes
paternos. Los restantes dementes y pródigos no estaban en curatela, lo cual se explicaba por la
finalidad de la curatela en aquellos tiempos, no encaminada a proteger los intereses de los
incapaces, sino los de la familia agnada