Pain Proposal - Madrid

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PAIN PROPOSAL

MADRID

ATENCIÓN PRIMARIA
 Dra. Fátima Santolaya, representante de la Sociedad Española de Medicina
General y de Familia (SEMG)

 Dr. Alejandro Tejedor, representante de la Sociedad Española de Medicina


de Familia y Comunitaria (semFYC)

 Dr. Juan Carlos Colmenarejo, representante de la Sociedad Española de


Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)

Papel del profesional de Atención Primaria

Atención Primaria (AP) presenta importantes ventajas para la atención del dolor
crónico frente a otros niveles asistenciales. El médico de AP es la puerta de entrada y
de salida del Sistema Nacional de Salud (SNS) y es quien tiene la perspectiva de la
longitudinalidad de los problemas de salud del paciente y muy especialmente de las
enfermedades crónicas y sus repercusiones en cuanto a morbimortalidad,
discapacidad, pérdida de calidad de vida, etc. Prescribe el tratamiento al paciente,
ajusta las dosis, controla el resultado y valora tanto los efectos beneficiosos esperables
como la aparición de los posibles efectos secundarios.

Los médicos de AP disponen del conocimiento global sobre el paciente y sus


tratamientos, por tanto, están en la mejor situación para controlar el dolor, su
enfermedad de base y manejar los fármacos con el fin de que no se produzca
interacción medicamentosa.

AP soporta la mayor parte de la carga de pacientes con dolor crónico. Según datos de
la Sociedad Española del Dolor (SED), el 83% de los pacientes con dolor crónico se
atiende en este nivel.

En muchos hospitales de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), sobre todo en los


nuevos, no existen Unidades de Tratamiento del Dolor (UTD) y los pacientes carecen,
por tanto, de acceso directo a éstas. Además queda una asignatura pendiente que es la
formación del profesional en dolor.

Tipología de los casos más frecuentes en Atención Primaria

La artrosis es la causa más frecuente de dolor crónico en las consultas de AP (34%).


Esta patología es la tercera causa de incapacidad temporal en España y supone un alto
coste para el SNS. Otros motivos de consulta de dolor frecuente son radiculopatías,
neuralgias postherpéticas, tumores, cefaleas y algias definidas.

El dolor crónico no es una entidad estática. Cada vez se definen más tipos de dolor
(visceral, idiopático, mixto, irruptivo, etc.). El colectivo de AP subraya la importancia de
diferenciar entre dolor crónico, agudo y oncológico para plantear una estrategia de
tratamiento. En la actualidad, tanto el dolor crónico como el nociceptivo cuentan con
un mayor grado de eficacia en los tratamientos empleados, mientras que esto no
ocurre con los tratamientos utilizados en el dolor neuropático.

El problema surge con los otros tipos de dolor y sobre todo con las algias definidas,
donde el paciente sufre dolor en varias localizaciones. Son pacientes que tienen una
enfermedad de base y no mejoran con los tratamientos que se les administra.

En la CAM no se dispone de datos de prevalencia regionales fiables y contrastados y se


trabaja con los datos estatales o de carácter internacional, como los de la última
encuesta europea.

Carga de la enfermedad crónica

Los representantes de AP señalan que para conocer la carga de la enfermedad del


dolor crónico hay que situar el dolor en su contexto. Existe suficiente evidencia de que
el envejecimiento se asocia a un aumento de las enfermedades crónicas y de las
discapacidades. Ambos trastornos constituyen casi el 90% de la carga de enfermedad
total en los mayores de 65 años (Organización Mundial de la Salud –OMS–, 2002).
Según las proyecciones de población de Naciones Unidas para el año 2050, España será
el tercer país más envejecido del mundo, con un 34% de población mayor de 65 años.
Esto conlleva un aumento de enfermos crónicos y de personas con discapacidad.
Enfermedades crónicas: Modelo de atención con visión de futuro.
Demografía, envejecimiento y enfermedades crónicas.

La esperanza global de vida al


nacer ha pasado de los 30
años en 1.700, a los 65 en el
año 2.000, situándose en
76,63 y 83,36 años en varones
y mujeres respectivamente en
2.002, y estimándose en los
80,89 y 86, 92 años para el
año 2030.

Según las proyecciones de población de Naciones Unidas para


2.050, España será el tercer país más viejo del mundo, con
un 34% de población mayor de 65 años en 2.050, estando
por delante Japón e Italia, con un 35,9 y un 35,5
respectivamente

Las personas mayores de 75 años consultan con mayor frecuencia al médico,


presentan un índice más alto de comorbilidad y requieren más ingresos hospitalarios.
El envejecimiento, por tanto, se perfila como el motor fundamental del aumento del
gasto sanitario. Entre los años 2000 y 2050 se prevé un aumento medio del gasto
sanitario público en Europa de un 25% (del 5,3% del año 2000 al 6,6% del año 2050).

Según este colectivo, el error de enfoque de los sistemas sanitarios actuales, en cuanto
a las enfermedades crónicas se refiere, es que los recursos del gasto sanitario están
orientados a sistemas asistenciales enfocados, principalmente, a intentar curar las
enfermedades de carácter agudo y no a abordar de una forma eficiente y efectiva la
cronicidad ante una sociedad que envejece. La pregunta formulada desde AP es si
existe voluntad suficiente para el desarrollo de sistemas sociosanitarios cuya estrategia
vaya dirigida al cuidado del paciente “cuidar” y no solo a la curación puntual “curar”.
Estos nuevos sistemas deberían coordinar e implicar a todos los agentes
sociosanitarios y de hecho ya existen distintos modelos desarrollados en otros países
(Kaiser, Wagner, etc.).

Los representantes de AP coinciden en que para llevar a cabo un correcto abordaje del
problema de la atención al dolor crónico, hay que adoptar conductas de trabajo
multidisciplinares e interdisciplinares. Dichas conductas son necesarias para optimizar
la atención clínica y aspectos asociados (edad, polimedicación, interacciones,
contraindicaciones, perfiles de riesgo, etc.). Para ello hay que tener en cuenta que la
educación para la salud es un compromiso de todos que incluye tanto a agentes
sanitarios como no sanitarios y, por tanto, exige de políticas sanitarias encaminadas no
solo a la curación, sino a la prevención mediante la educación en salud.

Herramientas de diagnóstico

Las dos herramientas fundamentales para el diagnóstico y el seguimiento del paciente


con dolor crónico en AP son la anamnesis y la exploración física. De esta manera se
analiza la espacialidad y la temporalidad, es decir, se exploran las cualidades del dolor
como puedan ser la intensidad, los síntomas acompañantes, la influencia en
actividades de vida cotidiana, etc.

En el primer nivel asistencial se usan poco las escalas de evaluación en la consulta


debido principalmente a la falta de tiempo. Si se introdujeran dichas escalas o
cuestionarios en la historia clínica informatizada (HCI) de AP se estimularía su
utilización.

Teniendo en cuenta lo anterior, la escala que más se utiliza hoy para medir el dolor
crónico en AP es la escala visual analógica (EVA). Mientras que para medir el dolor
neuropático se usa normalmente el cuestionario DN4 que, igualmente, está poco
extendido. Las radiografías y analíticas son otras herramientas de diagnóstico que los
médicos de AP utilizan para confirmar el diagnóstico y poder posteriormente tratar el
dolor crónico.

Calidad de vida

Los médicos de AP son conscientes de que parten de un sesgo para evaluar la calidad
de vida de los pacientes con dolor; son conocedores de que no tratan el síntoma, sino
una entidad y aquello en lo que deriva. Hay múltiples escalas para averiguar cómo se
sienten los pacientes con dolor crónico. Un reciente estudio realizado en AP, “La
percepción del beneficio clínico y calidad de vida en pacientes con artrosis de cadera y
rodilla”, refleja cifras de puntuación del dolor medio bastante altas según la escala
EVA, 60/100, puntuaciones medias que denotan importante deterioro con la escala
WOMAC (específica de funcionalidad, rigidez y dolor) y baja percepción de calidad de
vida según el cuestionario SF-12. La puntuación media en este cuestionario fue
especialmente preocupante si se la compara con la población general y concuerdan
con hallazgos similares de otros estudios parecidos.

Los responsables de AP subrayan que el dolor crónico es uno de los síntomas con
mayor efecto sobre el deterioro de la calidad de vida del paciente. La carga que supone
el dolor genera a los individuos altos costes económicos, que además debe soportar la
sociedad. Esto debería hacernos reflexionar sobre un análisis holístico para impulsar el
proceso de toma de decisiones para la implantación de programas y estrategias
inteligentes y efectivas que logren paliar esta situación.

Guías y protocolos clínicos

En AP existen muy pocas guías y protocolos clínicos de actuación. En la CAM se


dispone de la Cartera de Servicios Estandarizada de AP con el Servicio de Cuidados
Paliativos, que en el criterio número 3 de “Buena atención” hace una exploración del
dolor y en el criterio número 6 trata la evolución del dolor en lo que concierne a
cuidados paliativos.

También existe la Guía de recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de la


migraña en la práctica clínica, fruto de un consenso entre las Sociedades de AP (SEMG-
SEMFyC-SEMERGEN) con la Sociedad Española de Neurología.

Otras guías locales o de tipo puntual son:

 Guía de actuación clínica en AP. Dr. Andrés y Dr. Cerdá. Valencia.


 Guía clínica de manejo de dolor en AP de la Unidad de Dolor. Hospital Galdakao.
Euskadi.
 Guía para la valoración y tratamiento del dolor crónico en el anciano en el
ámbito sociosanitario. “Programa Yayo sin dolor”.

Papel del médico de AP en el abordaje del dolor

Para abordar el tratamiento del dolor en AP hay que superar barreras desde todos los
frentes, desde la del paciente, del profesional, del sistema sanitario y la de las terapias.
Según los representantes de este colectivo, el papel del médico de AP en el abordaje
del dolor debe:
1. Objetivar el dolor

Es necesario objetivar el dolor crónico con su correspondiente historia clínica,


diagnosticarlo y clasificarlo según el tipo de dolor. Para desarrollar esa tarea
adecuadamente los representantes de AP señalan que hay que salvar varios
condicionantes:

 Se debe conseguir una historia clínica adecuada que debería estar


informatizada, con un formato sencillo y compartida por todos los
profesionales involucrados tanto del centro de salud (médicos,
enfermeras, trabajadores sociales) como del hospital. Se ha de avanzar
en este aspecto porque es la pieza clave para saber qué se hace para
luego poder evaluarlo.
 Las dificultades y gran heterogeneidad de acceso a las pruebas
complementarias necesarias para el diagnóstico y seguimiento.
 Si el 83% de los pacientes se atiende en AP, parece poco comprensible
que el acceso a las pruebas para alcanzar un diagnóstico concluyente
sea tan complejo y esté tan mediatizado. Esta situación dispara los
costes.
 La necesidad de información y formación en dolor.
 Se precisan programas de formación a los que el médico pueda acceder
y que le permita mantener sus competencias y sus conocimientos.

2. Evaluar el dolor

Los representantes de AP no comprenden que, tanto médicos como enfermeras,


apliquen múltiples escalas en otras patologías como el alcoholismo, el deterioro
cognitivo y la diabetes, mientras que en la evaluación del dolor no se utiliza ni una
vez al año una EVA o un cuestionario SF-12 para cuantificar y cualificar la evolución
del paciente. Entre los condicionantes para medir el dolor crónico figuran la escasa
cultura de utilización de las escalas de medida y de cuestionarios (EVA, WOMAC, SF-
12, DN4, LANSS, etc.). Por otra parte, los médicos de AP no se pueden refugiar en la
falta de tiempo en consulta para realizar estas evaluaciones, como excusa a no
prestar una mejor atención en su ejercicio profesional.

Bajo su punto de vista, la enfermería ejerce un papel fundamental en la valoración


del dolor crónico. Este colectivo está suficientemente sensibilizado para que se le dé
apoyo y refuerzo a su implicación. Se propone una intervención más activa por
parte de enfermería ya que los pacientes tienen un buen nivel de confianza con este
colectivo y, por tanto, podrían beneficiarse de ello los pacientes con dolor crónico.
Lógicamente, si no se dispone de registros específicos se pierde el esperado
beneficio de realizar estas valoraciones y así poder evaluar, medir y monitorizar el
efecto beneficioso de las distintas intervenciones diagnóstico-terapéuticas
realizadas en paciente con dolor crónico. Los cuestionarios que se apliquen deben
de ser específicos, ágiles, adaptados a la realidad y con una determinada
periodicidad.

3. Tratamiento del dolor

En AP el dolor crónico se aborda con intervenciones farmacológicas y no


farmacológicas. Los condicionantes del médico más importantes son la formación y
actualización en conocimientos relacionados. En España, y en la CAM, como en la
mayoría de países, el dolor crónico se trata siguiendo la escalera analgésica de la
OMS, con analgésicos menores, mayores y opioides principalmente. Para el correcto
abordaje del tratamiento del dolor, con AINEs y opioides, el médico tiene que tener
muy claro las equivalencias de los distintos fármacos del mismo grupo terapéutico,
en especial de los opioides, las contraindicaciones y los perfiles de riesgo tanto
cardiovasculares como gastrointestinales, sobre todo a la hora de atender a los
pacientes polimedicados.
Principios generales del tratamiento del dolor crónico

 Mejorar el dolor y la funcionalidad del paciente.


 Evaluar la intensidad del dolor.
 Valorar la respuesta al tratamiento.
 Priorizar la vía oral.
 Tipificar el tipo de dolor.
 Comenzar por el tratamiento más adecuado.
 Administración pautada, no a demanda.
 Evaluar los efectos secundarios.
 Reconocer y tratar el dolor irruptivo.
 Valorar la suspensión o retirada del tratamiento.

Abordaje integral

Para mejorar el tratamiento del dolor, según el colectivo de AP se deben tener en


cuenta dos conceptos fundamentales: las cuestiones claves del tratamiento del dolor y
los condicionantes del paciente. En definitiva, es necesario individualizar el
tratamiento, obtener registros específicos en la historia clínica, monitorizar los
resultados y detectar y prevenir de forma precoz los efectos adversos.

Otro de los problemas que emerge en AP con el manejo del dolor crónico es en lo
relativo al flujo de información y de la comunicación con el paciente. Se habla de
abordaje integral. Los representantes de AP se preguntan qué condicionantes existen y
si hay posibilidades de desarrollar un abordaje biopsicosocial en el escenario actual
con el tiempo y los recursos de los que se dispone.

Además del soporte sanitario y médico, el colectivo de AP sugiere el uso del soporte
institucional sociosanitario para afrontar el dolor crónico. En cuanto a las técnicas de
relajación y distracción, adquieren especial relevancia, ya que son complementarias a
los tratamientos farmacoterapéuticos.

El paciente demanda el control del dolor, la mejora de la funcionalidad y el retraso de la


progresión de la enfermedad. Dentro de sus expectativas el paciente espera obtener los
efectos positivos del tratamiento, evitando posibles efectos secundarios e interacciones.

Las personas que tienen una enfermedad crónica valoran la accesibilidad, el respeto, la
privacidad y la intimidad que les brinda su médico. Tanto la información que recibe del
profesional de AP como la comunicación bilateral que mantenga con éste son
imprescindibles para una mayor implicación del paciente. Otros aspectos no menos
importantes, pero de gran relevancia en el proceso del tratamiento, son la implicación
de la familia y amigos, el apoyo emocional y una adecuada continuidad de los
cuidados.

Cómo mejorar la adherencia a los tratamientos

Al contrario de lo que sucede con las enfermedades agudas, en las enfermedades


crónicas se necesita una integración de cuidados. No se trata únicamente de emitir un
diagnóstico y aplicar un tratamiento. Este proceso requiere de un soporte informativo
sólido. Un paciente corresponsabilizado con los médicos de AP y colaborador requiere
formar parte de una estrategia común. Para lograr la adhesión al tratamiento es
fundamental reforzar la educación del paciente, las pautas de autocuidado, el cuidado
compartido y el seguimiento continuado.

En cualquiera de los modelos de atención a las enfermedades crónicas (Kaiser,


Wagner) se perfilan cuatro elementos clave para mejorar los resultados:

 Alfabetización sanitaria: según la OMS, se define como “las habilidades


cognitivas y sociales que determinan la motivación y capacidad de los
individuos para obtener acceso a entender y usar información de forma que
fomente y mantenga la buena salud”.
 Educación al paciente.
 Mejora de la motivación.
 Labor de formación de enfermería.

Los estándares de calidad revisados recientemente en el Ministerio de Sanidad y en los


que ha participado este colectivo indican que hay que cambiar el modo de actuar.

El paciente debe desempeñar un papel activo, es decir, que suministre información


que será útil al profesional en el momento de la toma de decisiones y sea copartícipe
de ellas. La confianza del paciente en el tratamiento es vital para que se produzca una
correcta adherencia. Tener en cuenta las necesidades y expectativas del paciente
ayuda a un correcto abordaje de la enfermedad. Por esta razón hay que mantener una
comunicación bidireccional entre médico y paciente.
Entre las cuestiones más prácticas para mejorar el seguimiento del tratamiento del
dolor, los representantes de AP abogan por:

 Ajustar la duración de los tratamientos y la dispensación de los mismos. Es


preferible el uso de monodosis porque muchas veces el paciente acude cuando
finaliza el envase y abandona el tratamiento durante unos días.
 Prestar atención a la bioapariencia de los medicamentos. Con la implantación
del RDL 9/2011 muchos de los pacientes, sobre todo los ancianos, se confunden
en la toma de sus medicamentos cuando se les cambia la forma o el color al
que están habituados.
 Potenciar el papel de enfermería en el seguimiento del tratamiento. También
se deben mejorar las instrucciones al paciente en la receta médica, ya que en
muchas ocasiones se genera ambigüedad. La receta multiprescripción sería más
fácil, pero ahora mismo tanto en OMI como en AP es fundamental que se les
explique, actualice e imprima la hoja de medicación donde viene la relación de
todos sus fármacos con los dibujos correspondientes a las dosis y tomas del
desayuno, comida y cena.
 Mejorar y modificar el sistema de prescripción y dispensación de opiáceos. Con
el modelo receta de estupefacientes que se utiliza en España es mucho más
complicada su prescripción que en otros países de Europa. Esto produce un
cierto rechazo a los trámites burocráticos cuando en realidad estos fármacos se
deberían utilizar más.
 Aprovechar las tecnologías de la información y comunicación. Por ejemplo, con
el envío de mensajes por teléfono móvil o un correo electrónico se puede
incidir más sobre ello.

Mejorar la continuidad asistencial: Atención Primaria - Atención Especializada -


Farmacia

Los protocolos de atención deben centrarse en el paciente y fomentar la coordinación


entre los distintos especialistas, utilizando una única historia clínica compartida tanto
por AP como por AE. También es necesario utilizar una fórmula que facilite la
interrelación y coordinación de los distintos especialistas intrahospitalarios.

La CAM dispone de herramientas electrónicas muy potentes que no se aprovechan


adecuadamente o sencillamente se desconoce su existencia. Así, por ejemplo,
cualquier especialista en su centro, desde su visor Horus, tiene acceso a la historia
clínica de AP y a todas las pruebas clínicas complementarias. A su vez, los médicos de
AP, a través de la historia, pueden acceder mediante el programa Horus a la mayoría
de las pruebas complementarias realizadas al paciente. En los nuevos centros se tiene
acceso a Seleni y también se puede ver la historia clínica del especialista. Se propone la
difusión de “La Estrategia en Cuidados Paliativos” del Sistema Nacional de Salud y el
Plan de Cuidados Paliativos de la Comunidad de Madrid.

Sería muy importante la creación de comités del dolor por Dirección Asistencial en
Madrid. Y, además, se deberían integrar a todos los implicados en el manejo del dolor
crónico (geriatras internistas, Unidad de Dolor, etc.) en los órganos de coordinación
con AP.

Enfermedades crónicas: Modelo de atención con visión de futuro.


Modelos de atención a las enfermedades crónicas. Modelo de Atención Crónica II.

Para lograr una óptima atención a los pacientes crónicos se deben identificar los siguientes
elementos:
Organización del Para establecer el abordaje de la atención a los pacientes crónicos
sistema de atención según los recursos del sistema en el que nos encontremos.
sanitaria
Relaciones con la Porque el empleo de diversos recursos mejora la atención a los
comunidad pacientes.
Apoyo y soporte del
Que ayuda al mejor control de la enfermedad.
autocuidado
Diseño del sistema
Para responder a las necesidades de los pacientes crónicos.
asistencial
Apoyos para la toma de
Proporcionando un acceso rápido a la atención sanitaria.
decisiones

Sistemas de Para permitir un adecuado seguimiento de las patologías y la


información clínica identificación de pacientes de alto riesgo.

Para lograr aportar novedades al sistema, el manejo del paciente crónico se debe
desarrollar en un entorno de un proceso crónico con los elementos claves que le
caracteriza:

 Organización.
 Relaciones con la comunidad.
 Apoyo y soporte del autocuidado.
 Diseño del sistema asistencial.
 Apoyo para la toma de decisiones.
 Sistemas de información clínica.

Necesidad de formación continuada en dolor


En AP existe una gran necesidad de formación. Entre las actividades de mayor interés
figuran:
 Utilización de plataformas online.
 Potenciar el valor horizontal de la atención al dolor en la formación de
residentes de medicina familiar y comunitaria.
 Acreditación de conocimientos adquiridos.
 Difusión de las iniciativas internacionales para el abordaje del dolor.
 Potenciar la creación de espacios específicos sobre el dolor en los congresos de
sociedades científicas y en otros ámbitos.

Este apartado es fundamental al ser el dolor crónico una de las patologías más
prevalentes en las consultas de AP.

Conclusiones

Expertos de distintas especialidades coinciden en que el dolor crónico es uno de los


problemas de salud con mayores efectos negativos sobre la calidad de vida de la
persona que lo padece y su entorno. La carga del dolor crónico, tanto para el individuo
como para la sociedad, es importante y hay que tener una perspectiva estratégica que
relacione efectividad, eficiencia y equidad para abordar este problema. En definitiva, el
conocimiento es necesario, pero lo más importante es su aplicación.

Para aplicar este conocimiento desde la teoría a la realidad es necesario el


planteamiento de estrategias que sean realmente efectivas y beneficiosas para
paciente con dolor crónico.

Deben generarse consensos y líneas de actuación con objetivos comunes desde la inter
y multidisciplinaridad de todos los agentes de salud implicados en el un abordaje
integral y no fragmentario del paciente con dolor crónico.
ATENCIÓN ESPECIALIZADA
 Dr. José Ramón González Escalada, representante de la Sociedad Española
del Dolor (SED)

 Dra. Ana María Mañas, jefa del servicio de Oncología y Radioterapia del
Hospital Universitario de la Paz

El dolor, un problema de salud pública no resuelto

Se parte de la base de que el dolor es un problema importante de salud pública debido


a su alta prevalencia, a la infravaloración a la que está sometido en el día a día y a que
no se trata adecuadamente.

Hay una evidente falta de comunicación, en general, entre el paciente y el profesional


sanitario. Tampoco se presta atención a la verbalización del dolor por parte del
paciente y, además, hay un gran desconocimiento de las causas de la cronificación del
mismo. Todos estos factores contribuyen a que el dolor se trate de una forma
inadecuada.

Los analgésicos no se están utilizando adecuadamente y además existe un gran


problema de seguridad con los tratamientos que condiciona mucho la efectividad de
los mismos.

En relación a la adecuación de los tratamientos en dolor, es necesario resaltar la


necesidad de realizar más estudios de incidencia y prevalencia, además de los
correspondientes de coste efectividad. Con estos últimos se trataría de responder a la
pregunta de cuál es el gasto real de las terapias que se emplean adecuadamente frente
a las que se realizan inadecuadamente.
El dolor es un problema de salud publica
NO RESUELTO (los datos)
 Prevalencia
 Afecta al 19% de la población
 Altera sueño (52%), depresión (48%), ansiedad (47%) ausencia al trabajo
(32%).
 Gasto ≈ al 2,3% del PIB
 El tratamiento inadecuado del dolor produce 5.900 mll./€ cada año
 Es un problema infravalorado
 42% pacientes estiman que su dolor o queja dolorosa es infravalorado por
su médico o su especialista
 Solo un 70% de los médicos evalúan de alguna forma el dolor
 Se trata inadecuadamente
 Reticencia de médicos (27%) y de pacientes (22%) a utilizar opioides
 Solo un 2,4% de los pacientes con dolor se tratan con ipiodes
 Un 69% de los pacientes con dolor se tratan con AINEs

Fuentes: Pain in Europe (2003), Estudio Step (2009)

Recursos asistenciales disponibles

Desde la AE cuestionan la adecuada asignación de recursos por parte de la


Administración, ya que hay indicios de una planificación inadecuada. En este capítulo
la información previa sobre la carga de enfermedad es necesaria para poder definir las
necesidades asistenciales por grupo de población. Esta falta de datos es común tanto
para la población tratada a nivel de AP como de AE.

Otro de los factores que dificulta el adecuado tratamiento del dolor de los pacientes
reside en la falta de continuidad entre los diferentes niveles clínicos que, unido a que
para el abordaje del dolor existe una gran disparidad de procedimientos dentro de la
comunidad autónoma de Madrid, dificulta enormemente el correcto abordaje
interdisciplinar del paciente. Esto eleva los costes sanitarios y crea insatisfacción en el
tratamiento. Como ejemplos existen zonas que aun disponiendo de Unidades de Dolor,
éstas son de difícil acceso para los pacientes. Hay áreas en las que el acceso a las
mismas no está estipulado de manera homogénea. En definitiva, no existe una
planificación ni una conveniencia en los recursos.
Unidad de Dolor

La Unidad de Dolor es una unidad multidisciplinar para el estudio y tratamiento del


dolor. Se define como una organización de profesionales de la salud, de distinto grado
y especialidad, que ofrece asistencia a los pacientes con dolor que necesitan atención
especializada. Estas unidades deben cumplir los requisitos funcionales, estructurales y
organizativos que garanticen a los pacientes condiciones de seguridad, calidad y
eficiencia en su tratamiento.

Generalmente las unidades son unidisciplinares, muchas de ellas cuentan con una
enfermera y despacho a tiempo parcial. Esto conduce a que la atención de los
enfermos es asimétrica. En muchas ocasiones, cuando el profesional se ausenta
durante el periodo de vacaciones, los enfermos pierden la atención de continuidad.
Ésta es la realidad de las Unidades de Dolor en España. Posiblemente sea el país de
Europa que más unidades de dolor tenga, pero al mismo tiempo es probable que sea
el país con menor planificación en las mismas.

Las unidades deben cumplir unos requisitos funcionales. Éstas tienen que dar
respuesta necesariamente a los pacientes que, por la complejidad del dolor que
sufren, han llegado hasta allí.

Según la SED, la atención prestada en las Unidades de Dolor españolas es bastante


deficiente y asimétrica, en especial si se realiza una comparación entre las diferentes
CCAA, lo cual difiere de la percepción general desde el punto de vista de la población
general.

Dentro de los mismos hospitales hay unidades que no dan tratamiento ni disponen de
técnicas para el paciente complejo, muchas veces se limitan a cambiar un tratamiento
por otro. En resumen, esta dismetría produce una alteración y esto no es solo
responsabilidad de los médicos, sino que también es responsabilidad de la
Administración.

Unidades de Dolor en Madrid

 No existe un catálogo de Unidades.


 La mayoría no cumplen los estándares de calidad dictados por el Ministerio de
Sanidad.
 Solo hay dos unidades multidisciplinares (tipo III de la SED) en Madrid (una por
cada tres millones de ciudadanos). La gran mayoría son de tipo II.
Características:

o Todas dependen de otro servicio (Anestesiología).


o No tienen personal propio.
o Disponen de escasos recursos de personal especializado. El
personal de enfermería especializado de las unidades es
imprescindible.
o La dotación de material y de espacios es muy insuficiente.

¿Cómo mejorar la continuidad asistencial? Propuestas de mejora

 Marcar y cumplir con estándares de calidad:

o Ampliar los derechos y garantías de los pacientes.


o Mejorar la seguridad del paciente.
o Mejorar todos los aspectos organizativos y de gestión.
o Racionalizar la estructura y recursos materiales.
o Ampliar los recursos humanos.
o Mejorar la calidad asistencial.
o Establecer criterios de seguimiento y revisión permanente de “Los
estándares y recomendaciones de calidad y seguridad”.

 Plan del tratamiento del dolor: se debe gestionar un tratamiento que:

o Garantice el derecho de todos los españoles por igual a recibir un


tratamiento asistencial adecuado del dolor.
o Desarrolle el tratamiento del dolor crónico tanto oncológico como no
oncológico, del dolor agudo y del dolor pediátrico.
o Abarque su desarrollo desde la AP y hasta y en coordinación con la
hospitalaria. Se tiene que hacer de forma institucional, planificada e
integral en la que se definan una serie de unidades que filtren de
manera más adecuada al paciente antes de que éste se remita a la
Unidad del Dolor correspondiente.

Este plan de atención al dolor puede aplicarse tanto a nivel nacional como
autonómico porque son las comunidades autónomas las que tienen la
responsabilidad y los recursos para desarrollarlo. Un plan autonómico del
tratamiento del dolor significaría un ahorro considerable para el sistema de salud.

Barreras al tratamiento del dolor en grandes hospitales

La representación de Atención Especializada apuesta por la comunicación directa entre


Primaria y hospitalaria para el abordaje del dolor crónico. Los médicos deberían estar
más sensibilizados con el problema del dolor, ya que es un síntoma común que
refieren los pacientes y está estrechamente relacionado con la estancia hospitalaria.
En la realidad, los grandes hospitales abarcan gran volumen de pacientes y de
profesionales sanitarios, dando lugar a que las Unidades de Dolor se colapsen. Para
apoyar esta situación en el Hospital de La Paz de Madrid se ha creado una Comisión de
“Hospital sin dolor”.

El Hospital Universitario de La Paz lleva 47 años de actividad. Más que un hospital es


considerado una ciudad sanitaria por su gran envergadura. Dispone de 1.309 camas, 45
quirófanos, nueve laboratorios y 30 salas de radiología, entre otros. Atiende
anualmente casi a un millón de pacientes en consulta y diariamente a unas 45.000
personas. En él trabajan unos 7.000 empleados, 3.600 de ellos en enfermería en 134
unidades. De La Paz dependen seis centros de especialidades (José Marval,
Alcobendas, Canto Blanco, Colmenar, Peña Grande y Fuencarral), Cruz Roja y atención
al paciente.

En cuanto al funcionamiento del hospital, debido a su gran tamaño se produce el


solapamiento de las funciones entre algunas unidades, mientras que en otras se
generan carencias. El mismo problema puede verse abordado de diferente manera
según desde dónde se trate. Es decir, para tratar el dolor desde la Unidad de
Oncología, se suministran opioides desde el primer momento a los pacientes. Sin
embargo, los geriatras tardan más tiempo en proponer el uso de estos medicamentos.
Y por último, los reumatólogos prefieren aplicar terapias de rehabilitación. Esta
situación refleja la heterogeneidad de conocimientos respecto a un mismo tema y
también el grado de importancia que se le otorga al dolor, según desde qué
perspectiva se trate. La formación y la información es cada vez más necesaria y los
conocimientos deben ser más homogéneos.
¿Qué es y cómo funciona la comisión “Hospital sin dolor” del HULP?

La comisión “Hospital sin dolor” de La Paz se constituyó en octubre de 2009 como una
necesidad para mejorar la formación y la atención de los pacientes con dolor, que no
pueden ser atendidos en su totalidad por las Unidades de Dolor, saturadas y con falta
de recursos.

Está integrada dentro la estructura de gestión de calidad del Hospital de La Paz. Entre
sus obligaciones está la elaboración de una memoria anual, celebración de reuniones
mensuales y elaboración y publicación de objetivos a corto, medio y largo plazo. Sus
miembros se renuevan entre las candidaturas presentadas en el hospital cada dos
años.

La Comisión está compuesta por 19 personas de distinta formación. Entre ellas hay
tres enfermeras, una farmacéutica, un epidemiólogo y 16 médicos de 12
especialidades, en concreto las que más tratan dolor en el hospital. Con este equipo se
han formado distintas subcomisiones que se responsabilizan de diferentes actividades,
como elaboración de documentos informativos, estudios epidemiológicos, actividades
educativas con acreditación del dolor, investigación y publicaciones, relaciones
externas y captación y gestión de recursos para desarrollar los fines de la Comisión.

Lo más importante en esta Comisión no son los recursos, porque se hace de forma
altruista después de la jornada laboral; sino las ilusiones, metas y el interés por parte
de los que la forman.

Acciones “Hospital sin dolor”

Documentos informativos

Entre las acciones realizadas por el “Hospital sin dolor” destaca la elaboración y
distribución de escalas para la valoración del dolor a nivel institucional. Como ejemplo
está tanto la escala visual analógica EVA como la numérica y la escala LLANTO para
pediatría (desarrollada y validada por esta Comisión).

Se han distribuido 7.000 escalas de evaluación del dolor por todo el hospital. Este
proceso se ha podido llevar a cabo gracias a la acción conjunta del colectivo de
enfermería, la realización de un curso de formación de formadores y la elaboración de
otros cursos por parte de la Comisión.
Fuente: Barbero R. Documentos informativos. AN Pediatr 2011; 74(1):10-14

También se han elaborado folletos informativos titulados “Trabajamos por un hospital


sin dolor” que han sido distribuidos en el momento del ingreso de los pacientes al
hospital, en la consulta, en los controles de enfermería y en las salas de espera.

En estos folletos se le informa a los pacientes de la importancia del dolor y el por qué
se trabaja por un hospital sin dolor. Por otro lado, se insta a que si sufre dolor, que
traslade a los profesionales sus características, su grado de aceptación, qué hace para
solucionarlo y si el tratamiento que realiza es útil o no.
Hoja informativa del folleto informativo “Trabajamos por un hospital sin dolor”

Además de esta hoja informativa, se ha elaborado un decálogo de intenciones y se


establece el compromiso de los profesionales involucrados en este proyecto. Dichos
decálogos han sido distribuidos por todo el hospital.

Logros obtenidos

La Comisión de “Hospital sin dolor”, junto con la “Unidad de calidad, diseño y


desarrollo de sesiones informativas”, decidió incluir el dolor como quinta constante en
la escala EVA. Se modificaron las gráficas y todos los registros, tanto en GACELA, papel
y registros informáticos.
Fuente: Documento procedente de los registros Gacela del hospital

Como resultados de estas acciones se ha producido una evolución en cuanto al registro


del dolor en el hospital: en noviembre de 2009 solo se registraba el dolor en el 0,56%
de los pacientes ingresados, en junio de 2010 el 69,92% y en enero de 2011
prácticamente casi todo el dolor (96,80%) estaba registrado.

Resultados de estas acciones


Numero de pacientes con registro
96,80 %
600 69,92%
0,56 %
500

400
Total
300
Dolor
200

100

0
Nov 2009 Jun 2010 En 2011
serie 1 serie2 serie 3
Actividades educativas

 Sesiones interdepartamentales acreditadas.


 Talleres de dolor agudo (seis en 2010).
 Curso de dolor músculo-esquelético.
 Participación en congresos, sesiones y cursos de otros centros.
 Visitas de formación y rotaciones (profesionales propios y de otros centros).
 Sesiones informativas formativas (supervisoras).
 Contrato de un becario para control de calidad y acreditación de la Comisión
según la norma ISO.

Por otro lado, se realizan dos sesiones interdepartamentales al mes. Ya se han


realizado dos cursos de dolor músculo-esquelético y de pediatría y se ha asistido al
simposium en la Federación Europea para el Estudio del Dolor (EFIC, por sus siglas en
inglés) en Bruselas. Tanto los talleres como los cursos están acreditados. Todos los años se
hacen proyectos “Hospital sin dolor” y “Dolor neuropático”. Se han publicados varios
estudios sobre prevalencia de dolor neuropático en Unidades de Oncología
Radioterápica, implantación de la calidad y medición de monodosis en colaboración
con Farmacia. También se han editado manuales y el proyecto ha recibido tres
premios, uno de ellos al de la mejor iniciativa del hospital.

Unidad del Dolor versus Comisión “Hospital sin dolor”

Una de las labores de la Unidad del Dolor es facilitar la concienciación y la colaboración


de todos los profesionales en el proceso de alivio del dolor. Sin embargo, la sobrecarga
asistencial hace que la actividad de la Unidad del Dolor se reduzca a la atención de un
número limitado de pacientes. La Comisión “Hospital sin Dolor” está presente en todas
las áreas del hospital. Los miembros de la Unidad del Dolor son un componente
importante de la Comisión “Hospital sin Dolor”, pero hay muchos más especialistas
que pueden hacer una labor de divulgación mayor.

Existen otros hospitales que tienen comisiones de hospital sin dolor, como por ejemplo
el Hospital Infanta Sofía y la Cruz Roja. Lo ideal sería que todos los hospitales tuvieran
comisiones de dolor, que se uniformaran todos los criterios, los protocolos y, sobre
todo, los logros.
Conclusiones

 El alivio del dolor es un objetivo para todo el hospital.


 La Comisión “Hospital sin Dolor” se ha integrado formalmente en la estructura
de gestión de la calidad en el Hospital Universitario La Paz.
 Esta metodología de trabajo puede implementarse en otras instituciones y
áreas.
 El apoyo institucional es fundamental para el éxito de la Comisión.

ENFERMERÍA
 Dña. Manuela Monleón Just, representante de la Sociedad de Enfermería
Madrileña de Atención Primaria (SEMAP)

El papel del profesional de enfermería en el manejo del paciente con dolor crónico

Una de las razones por las que en enfermería no se conoce el dolor en la dimensión
que debería conocerse es que hasta el momento, en la diplomatura universitaria la
formación en dolor, ha sido escasa. Únicamente ha sido impartida en la asignatura de
farmacología. En la actualidad, con la implantación del Plan Bolonia, enfermería se ha
convertido en grado y se potencia más la formación en dolor.

En muchas ocasiones, la escasez de conocimientos al respecto mantiene en la


población ideas erróneas sobre el dolor, como “a cierta edad es normal que duela” o el
“miedo” existente al uso de opioides.

Atención multidimensional

Desde el colectivo de enfermería se ofrece una atención multidimensional al paciente.


La enfermería en AP siempre se ha relacionado con la administración de fármacos
analgésicos y en realidad tiene una dimensión más humana sobre el enfermo. Son
muchas las acciones que ejercen las enfermeras, entre ellas, el cuidado del paciente a
nivel físico (invalidez, sensación dolorosa…), psíquico (tristeza, depresión…), social
(gasto económico, bajas laborales, familia…) e incluso espiritual (sentido de la vida que
le da al enfermo a vivir con dolor…).
Intervención

La enfermera es un eslabón importante en la detección y seguimiento del dolor debido


al trato directo que mantiene con los pacientes y al trabajo en equipo con los médicos y
otros profesionales. En este sentido, educa al enfermo en su autocuidado. Dentro de
las acciones ejercidas por enfermería, la responsable del colectivo destaca:

 La educación de medidas higiénico-dietética-posturales.


 El manejo de la medicación, la automedicación, cómo se utilizan los rescates,
detectan reacciones adversas...
 Se encargan de los cuidados de catéteres y vías de administración.
 Enseñan a los pacientes terapia de ejercicios y fisioterapia básica.
 Además de educación en las terapias farmacológicas, atienden y forman al
paciente en terapias no farmacológicas como relajación, meditación,
entretenimiento y distracción.
 Se utiliza la educación individual pero también la EpS grupal.

En cuanto a las escalas de evaluación del dolor, en términos generales el colectivo de


enfermería no las utiliza en AP. Al realizar un informe, ni médicos ni enfermeras las
aplican. Las enfermeras desconocen la tipología, a lo sumo se añade si hay o no dolor.
En el caso de que se incluya esta valoración en los protocolos de actuación tendrá que
ser de fácil manejo y aportar información sobre calidad de vida o utilizar por lo menos
la escala EVA.

Guías y protocolos clínicos

A nivel comunitario no existe ninguna guía. Lo único que hay es el Protocolo de


Cuidados Paliativos que puede servir como guía pero de uso práctico. Para el paciente
con dolor crónico en AP no existe ninguna guía.

Hay un consenso sobre la necesidad de elaborar estas guías porque sistematizan las
intervenciones, aumentan la tranquilidad en el trabajo diario del profesional y evitan
errores, aumentando así la calidad de los resultados.

Papel de enfermería en la derivación Atención Primaria - Atención Especializada

 Enfermería aprovecha la herramienta de gestión de casos en la derivación del


paciente de AP a AE. En este sentido, asesora al paciente en cómo manejarse
en la institución y facilita el flujo entre niveles asistenciales para evitar demoras
excesivas.
 Informe de enfermería al alta y comunicarse con el paciente. El enfermo
crónico acude con frecuencia a la consulta, el médico no siempre puede
atenderle y queda el paciente desatendido. Si se potencia al colectivo de
enfermería como gestor de esos casos, se mejoraría el manejo del dolor.

Conclusiones

 Es necesario trabajar en coordinación con los demás profesionales que


atienden al enfermo crónico.
 Hay escasez de formación en dolor.
 Necesidad de elaboración de guías y protocolos que orienten al profesional
sanitario y al paciente en el abordaje del dolor.

FARMACIA COMUNITARIA
 D Pilar Méndez Mora-Figueroa, representante de la Sociedad Española de
Farmacia Comunitaria (SEFAC)

Tipología de los casos más frecuentes

Existen distintos tipos de dolor, pero atendiendo a la duración, que es lo más


importante, en la farmacia comunitaria (FC) se distingue entre dolor agudo y dolor
crónico. El dolor agudo es un síntoma de origen conocido producido por un daño
tisular y es una señal de alarma que protege al organismo de ser dañado o destruido
completamente. Tiene una corta duración y generalmente desaparece con la curación
del proceso que lo ocasiona. Sin embargo, el dolor crónico se convierte de síntoma a
enfermedad desde el momento en que dura más de tres o seis meses. Muchas veces
persiste aunque la lesión que lo ha causado haya desaparecido, produciendo además
del dolor otras manifestaciones clínicas como ansiedad, depresión, alteraciones en el
comportamiento del paciente y del sueño.

En EEUU se calcula que del 15 al 20% de la población sufre dolor agudo cada año y que
del 25 al 30% de todos los estadounidenses sufren dolor crónico. En Europa se ha
observado una prevalencia del 19% (el 18% en España), según un estudio de
prevalencia y calidad de vida de Breivik H et ál, de 2006.

Datos extrapolados de estudios europeos, reportados por la Federación Europea de la


Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, estiman que el impacto económico
del dolor en la UE es de 34 billones de euros anuales y cada afectado pierde dos
semanas laborables al año. En España, el estudio Pandhora, que se ha realizado
exclusivamente en las Unidades de Dolor, revela los siguientes datos: la edad media de
los pacientes que acuden a éstas es de 60 años (66% mujeres), un 30% de los pacientes
que refieren dolor crónico viven solos y el dolor más frecuente es el crónico no
oncológico músculo-esquelético (86,9%).

El estudio español ITACA realizado en 100 Unidades de Dolor, con unos 900 pacientes
con dolor crónico no oncológico, revela que el dolor crónico producido por la
lumbalgia es el más frecuente en estas unidades (52,92%), seguido de la osteoartritis
(33,96%) y la artrosis (30,65%). La mayor parte de ellos en mujeres, con sobrepeso y
que viven en zonas urbanas.

El rol del farmacéutico comunitario en la atención al paciente con dolor crónico

La farmacia comunitaria (FC) es la puerta de acceso al sistema sanitario por la cercanía


y accesibilidad de los pacientes. En España hay 21.000 farmacias comunitarias.

La primera labor del farmacéutico ante un paciente que entra a la FC demandando un


fármaco sin prescripción médica es identificar el problema. Debe conocer qué le duele,
cómo, desde cuándo y cuánto le duele. Así, puede aconsejar hábitos de vida saludable,
dispensar aquellos medicamentos que la ley permite dispensar sin receta, hacer
seguimiento farmacoterapéutico (SFT) o derivar al médico.

En el caso de que el paciente presente una receta médica, el farmacéutico comunitario


debe obtener información del paciente en cuanto a comprobar si conoce para qué es
el medicamento que le ha prescrito el médico, cuánto, cuándo y cómo se lo tiene que
tomar; cómo le va o si le han cambiado algo en el caso de estar ya utilizando el
tratamiento solicitado, porque ahí reside la importancia del cumplimiento terapéutico.

La administración del medicamento debe ser reglada y pautada en todas las


enfermedades, pero en concreto en los casos de dolor crónico porque es necesario que
los pacientes mantengan los niveles plasmáticos estables que le garanticen un
adecuado control de éste.
El farmacéutico comunitario debe transmitir al paciente que el medicamento es un
bien sanitario y no de consumo y que si se lo toma siguiendo las indicaciones del médico
se encontrará mejor. El paciente, además, debe participar activamente en las
decisiones terapéuticas y corresponsabilizarse con ellas.

Cada vez hay más farmacéuticos comunitarios que utilizan escalas de medición de
dolor. Sería conveniente, según la responsable del colectivo farmacéutico, que se
utilizaran las mismas que usan en AP. Así, en caso de que se observe alguna variación,
se puede informar al médico, quien, a su vez, ha evaluado con las mismas
herramientas.

La FC ofrece seguimiento farmacoterapéutico individualizado para poder detectar


problemas relacionados con la medicación y sospechar la presencia de un resultado
negativo de la medicación, pudiendo derivar al paciente al médico en caso necesario.

El farmacéutico ha de supervisar el establecimiento de medidas o medicación


coadyuvante en los pacientes que están con opioides como protectores gástricos,
antieméticos, laxantes. Debe informar sobre situaciones de riesgo, como conducción
de vehículos o manipulación de máquinas peligrosas, a aquellos pacientes que tomen
medicamentos estimulantes con el fin de que se tomen las medidas de prevención
adecuadas. También es muy importante facilitar información sobre los productos
milagro que tanto se demandan en la farmacia y de todo lo que aparece en los medios
de comunicación.

Características de las consultas más frecuentes sobre dolor crónico

 Falta de efectividad del tratamiento: muchas veces el paciente espera un alivio


rápido y completo del dolor. Si no lo consiguen, abandonan el tratamiento.
Incumplimiento.
 Automedicación: estos comportamientos conllevan riesgos de:
o Efectos secundarios.
o Duplicidades.

 Miedo a la dependencia o adicción: ¿No me engancharé al medicamento de por


vida? Este temor provoca incumplimiento terapéutico.
 Estado emocional depresivo.
 Impacto sobre la calidad de vida de los pacientes: relaciones personales,
familiares, laborales. Puede producir abandono.
¿Cómo mejorar la continuidad asistencial: Atención Primaria - Atención Especializada
- Farmacia?

 Reconocimiento del farmacéutico comunitario como profesional sanitario


experto en medicamentos y, como tal, puede ayudar a optimizar la utilización
de la escalera de analgesia de la OMS. Muchas veces acuden pacientes con dos
analgésicos pertenecientes al mismo escalón. Es sabido que no suman los
efectos analgésicos, pero sí los efectos secundarios. En este apartado se podría
trabajar en mejorar la coordinación entre los distintos niveles.

Fuente: OMS, 2008

 Elaboración y desarrollo de guías y protocolos de consenso con la participación


de los tres niveles de actuación sanitaria (AP, AE y Farmacia).
 Uso de misma base de datos: los médicos trabajan con la base OMI, mientras
que los farmacéuticos con la base del Consejo de Medicamentos. A veces llegan
recetas a la FC con medicamentos que no están comercializados y hay que
derivar al paciente al médico otra vez. Por otra parte, la dispensación de
medicamentos genéricos con envases y comprimidos de formas y colores
diferentes confunde y angustia a los pacientes. Como consecuencia de esto,
muchos incumplen el tratamiento.
 Compartir la información farmacoterapéutica de la historia clínica del paciente
(LOPD): muchas veces el paciente acude a la farmacia con medicamentos que
ya le han retirado.
 Mayor comunicación, especialmente entre los niveles de AP y FC: para mejorar
la coordinación es necesario compartir información sobre el tratamiento.

¿Cómo mejorar el compromiso por parte del paciente y su adherencia a los


tratamientos?

 Motivación del paciente: un paciente motivado y seguro, si conoce su patología


y los medicamentos, asegura la adherencia.
 Responsabilidad: participación activa del paciente en las decisiones
terapéuticas y co-responsabilizarse con ellas.
 Comunicación: muchas veces es el cuidador en vez del enfermo el que acude a
la farmacia comunitaria, por ello es importante entrevistar al cuidador para
saber qué le ocurre, sobre todo en el caso de mayores polimedicados.
 Confianza en el tratamiento farmacológico: es importante que el paciente
tenga confianza en el tratamiento prescrito por el médico y que no tema a los
efectos secundarios. Debe estar informado y, por ejemplo, no desprestigiar el
uso de opiáceos. En muchas ocasiones se relaciona el uso de estos
medicamentos con pacientes terminales u oncológicos por falta de
información.
 Sistematización: mayor número de sistemas de dispensación personalizados
(SPD) con la consiguiente mejora del cumplimiento.
 Ayudar a superar barreras de:
o Los pacientes: tienen dificultad para evaluar su dolor. Además,
experimentan episodios de ansiedad, agotamiento y en algunos casos
limitación de la movilidad.
o Los profesionales de la salud: denuncian la falta de herramientas y de
tiempo para evaluar el dolor. Existe infratratamiento y excesiva regulación
de los medicamentos de dispensación controlada.
o El sistema de salud: requiere de aumento de recursos que permitan
disminuir las listas de espera en AP. Las Unidades de Dolor existentes son
de difícil acceso. En muchas ocasiones los pacientes acuden a la FC para que
se les adelante la medicación. El farmacéutico se ve obligado a
suministrárselo, de lo contrario el paciente no puede continuar con el
tratamiento. Incapacidad de derivar al paciente a tratamientos no
farmacológicos (fisioterapia, psicólogo...).

Necesidad de formación continuada

 El farmacéutico es un profesional bien formado, aunque gran parte de esta


formación la realiza por iniciativa propia.
 Se debería hacer una formación conjunta (médico-farmacéutico). Esto
facilitaría la comprensión de medidas utilizadas por ambos profesionales.
 Se necesita formación para el conocimiento de protocolos de consenso, guías
farmacológicas en vigor y colaboración interprofesional.
 Participación en la elaboración de nuevos protocolos y guías de actuación
conjunta entre AP, AE y Farmacia.
 Formación básica en fármaco-economía de la salud (análisis coste-eficacia y
coste-efectividad).

GESTIÓN REGIONAL
 Dra. Ana Miquel, gerente adjunto de planificación y calidad de la Gerencia de
Atención Primaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid

 Dr. Alberto Pardo, subdirector de Calidad de la Consejería de Sanidad de la


Comunidad de Madrid

Introducción

El dolor es una de las causas más frecuentes de consulta en nuestro país, teniendo un
alto coste económico, social y laboral. Su abordaje debe ser multidisciplinar, afectando
a la gran mayoría de especialidades y procesos, así como a los diferentes niveles de
asistencia.

En este sentido, se han desarrollado diversas actuaciones en los últimos años y como
ejemplo se pueden citar las actuaciones desarrolladas por los centros, como el Hospital
de La Paz que ha puesto en marcha una comisión multidisciplinar o un decálogo,
dentro de su estrategia de hospital sin dolor o las referidas a la formación de los
profesionales. En este último caso, desde el año 2006 al año 2011 se han desarrollado
unos 180 cursos, con más de 2.000 horas de formación y más de 4.000 participantes.

En este escenario actual, la atención adecuada del dolor es un objetivo institucional del
Servicio Madrileño de Salud. A continuación se va a repasar brevemente la situación y
las actuaciones que se están desarrollando tanto a nivel de AP como en los centros
hospitalarios.

La cartera de servicios de Atención Primaria

Los representantes de la gestión regional aclaran el concepto de cartera de servicios y


algunas características de éstas con respecto a la AP en el Servicio Madrileño de Salud.
La definen como el conjunto de servicios que el SNS dice que AP, o los hospitales,
deben facilitar a los ciudadanos. Dentro de esos servicios hay una serie que se han
convertido en preferentes en la AP y que en Madrid se han protocolizado y constituyen
la cartera de servicios estandarizados de AP. Esto significa que se ha decido qué hay
que hacer para que el paciente sea atendido con la debida atención de calidad.
Después se evalúa para que se puedan establecer mejoras.

En concreto, la cartera de servicios estandarizados de AP incluye los servicios de


fisioterapia y de atención en cuidados paliativos y, además, considera la detección del
sedentarismo o la promoción del ejercicio físico en varios de sus servicios preventivos,
tanto del niño como del adulto.

Atención Especializada

A nivel de nuestros centros hospitalarios, y además del conocimiento e implicación de


sus profesionales, las actuaciones se pueden centrar en los siguientes aspectos:
evaluar y medir el dolor que sufren los pacientes, implantar protocolos de actuación
para disminuir la variabilidad y establecer unidades específicas para la atención a los
pacientes con dolor.

En relación con la medición, se ha incluido una pregunta, sobre el grado de dolor que
habían tenido los pacientes ingresados durante su estancia en el centro, en la encuesta
anual de calidad percibida. Sus resultados a nivel global han sido los siguientes: el
23,5% de los pacientes ingresados no habían tenido dolor, un 20% manifestaron tener
dolor leve (1-2-3), un 40% moderado (4-5-6-7) y un 15% intenso (8-9-10), situándose
en 3,9 el valor promedio (escala de 0 a 10).
Además, entre los objetivos institucionales del año 2011 se incluyó la implantación, en
al menos dos servicios/unidades, de escalas de valoración del dolor. Como resultado
de esta actuación, el 97% de los centros han cumplido el objetivo, con un total de 276
unidades que utilizan las escalas y una media de nueve por centro, señalando que en
varios de ellos ya se utiliza en el 100% de las unidades/servicios.

En cuanto a la utilización de protocolos, se realizó una evaluación de los 16 hospitales


pertenecientes a los grupos 2 y 3 (medianos y grandes) y como resultado casi el 60%
de los centros tenía un protocolo actualizado, aprobado y con alguna evidencia de
implantación sobre la atención al dolor. Además, en el año 2012 se ha incluido como
protocolo prioritario, dentro de los objetivos institucionales, el protocolo de manejo
del paciente con dolor.

Por último, sobre las unidades específicas para el tratamiento del dolor,
aproximadamente el 50% de los centros hospitalarios tienen unidades y, en concreto,
todos los grandes hospitales (ocho) las tienen constituidas. De estas unidades,
aproximadamente un 70% atienden a pacientes con dolor agudo y dolor crónico, así
como a pacientes ambulatorios.

En esta misma línea de actuaciones organizativas, pero centradas en el conjunto de


pacientes ingresados y atendidos en el hospital, se ha incluido una nueva actuación
institucional para el año 2012, al establecer como objetivo para todos los hospitales la
puesta en marcha de comités de atención al dolor.

Su objetivo es mejorar la atención a los pacientes con dolor y para ello se ha


recomendado su creación estableciendo integrantes obligatorios y, por tanto, de
mínimos y dejando que cada centro pueda agregar los profesionales que considere
necesarios para optimizar sus trabajos. En concreto, los componentes mínimos
incluyen: un representante del equipo directivo, de la unidad de calidad, de las áreas
asistenciales relacionadas con el dolor (anestesia, cirugía, oncología, paliativos, etc.),
de la unidad responsable del tratamiento del dolor, así como de continuidad
asistencial.

Además, se recomienda incluir a profesionales con liderazgo en el centro o con


conocimiento de áreas críticas de atención al dolor, teniendo en cuenta que en cada
reunión el número de personas que se convoque no sea excesivo.

Sus funciones serán, entre otras, las siguientes:


 Proponer el desarrollo de actuaciones para mejorar la sensibilización de
profesionales y pacientes.
 Promover la medición del dolor en las diferentes unidades asistenciales del
hospital.
 Impulsar la realización o la inclusión de los aspectos relacionados con el dolor en
procesos, guías, vías o protocolos del centro.
 Realizar acciones de comunicación y participar en la formación y difusión de la
atención al dolor.
 Supervisar la implantación de las acciones de mejora puestas en marcha en el
centro.

Pacientes hiperfrecuentadores

En el año 2008-2009 se hizo un estudio en el que se registraron los pacientes que


acuden a las consultas de AP de Madrid, con una frecuencia mayor a doce veces por
año. Posteriormente se hizo una clasificación por edades. Los datos extraídos
reflejaron que:

 El 94,2% de los pacientes que acuden a las consultas de entre 15 y 64 años, más
de doce veces al año sufren alguna patología crónica. Por lo tanto, de estos
datos se puede inferir que la patología crónica es la que provoca que los
pacientes visiten sistemáticamente las consultas de la Comunidad.
 Entre los 30 procesos más frecuentes en AP, cinco corresponden a dolor
crónico. La artrosis ocupa el tercer lugar, pero también aparece la lumbalgia y
otros procesos osteoarticulares como el dolor de hombro.
 Entre los fármacos que consumen estos pacientes, en primer lugar aparecían
los analgésicos, que son administrados al 70% de los pacientes. A ello se suma
que aproximadamente el 5% del gasto farmacéutico que se consume en
medicamentos corresponden al apartado de analgésicos, antiepilépticos y
antimigrañosos. Todos ellos, utilizados en dolor crónico.

Lo que se puede aprovechar y mejorar

 Protocolos clínicos: los protocolos que existían de las antiguas áreas eran
específicos de una patología. Por ejemplo, en el área VIII hay un protocolo
sobre el proceso osteoarticular; sin embargo, no existe sobre el dolor crónico.
Además, hay muy pocos proyectos de investigación dirigidos al dolor crónico
que no sean estudios farmacológicos.

Los protocolos clínicos existentes son:

- “Procesos de patología osteoarticular”. Extinta área 8.


- “Protocolo dolor osteoarticular”. Extinta área 9.
- “Protocolo dolor facial”. Extinta área 9.
- “Protocolo abordaje túnel carpiano”. Extinta área 9.
- “Protocolo dolor lumbar. Extinta área 10.
- “Protocolo cervialgias”. Extinta área 10.
- “Protocolo de técnicas de tratamiento de unidades de
fisoterapia”.

 Actividades formativas:

o Cursos presenciales que se imparten por la Agencia Laín Entralgo:

 Actualización en tratamiento de dolor agudo y crónico.


 Atención integral al paciente paliativo.

o Cursos online de dolor agudo y dolor crónico:

 Actualización en tratamiento del dolor agudo y crónico.

 Historia clínica informatizada:

o Estructura por episodios clínicos donde se registran todas las acciones


relacionadas con esa patología.
o Hoja de medicación que el profesional puede imprimir siempre y que la
buena práctica hace que se utilicen cada vez más.
o Facilita el abordaje integral en planes de cuidados/incorporación de
taxonomías internacionales.
o Fácil adaptación.
o Integración de protocolos clínicos.
o Receta electrónica. Se prevé que para el año 2013 esté totalmente
extendida. Dispone de una serie de módulos de prescripción y otra serie de
módulos de dispensación. Dentro de los primeros, se produce la integración
con los terminales del farmacéutico. Teóricamente se puede acceder a la
hoja de medicación activa y también existe la posibilidad de establecer un
sistema de comunicación y de alertas con el médico prescriptor.
Actualmente está en fase de diseño para una “futura” implantación.
o Integración de la misma con AE a través de Visor Horus.

 Plan de cuidados paliativos: se toma como referencia la Estrategia Nacional de


Cuidados Paliativos, de la cual derivan un plan de cuidados paliativos y guías
clínicas. También se ha construido una estructura organizativa con recursos
para asegurar la organización paliativa de calidad. Además, en la historia clínica
informatizada se están incluyendo protocolos de registro que permiten aplicar
esas guías en el registro diario.

Análisis de situación

La distribución de los pacientes con dolor crónico se realiza en términos de recursos y


ésta situación no siempre coincide con las necesidades del paciente.

Existen pacientes pluripatológicos con dolor que no llegan a ser tratados


adecuadamente por la institución sanitaria. Pueden quedar atrapados en AP o bien en
AE sin llegar a ser tratados, como necesitan, en una Unidad del Dolor.

Probablemente la solución para estos pacientes radique en conseguir que los niveles
mencionados anteriormente coincidan. No solo se debe tener en cuenta la perspectiva
de la gestión, en la que según el protocolo de derivación se establece que un paciente
atendido en AP genera menor coste que uno atendido en el hospital, sino que el
paciente debe ser tratado de la manera más adecuada.

En la realidad no hay una derivación única de AP a la atención del dolor, sino que hay
una derivación de AP a múltiples especialistas. Entre el nivel asistencial de AP y la
Unidad de Dolor no existe un flujo bidireccional de derivación. Es desde otros niveles
de AE desde donde se deriva a las Unidades del Dolor.

En el momento de tratar al paciente hay que enfocarse en el dolor para analizar qué se
puede hacer y cómo se debe actuar en cada momento.

El paciente, a lo largo del tiempo, ha adquirido autonomía en sus decisiones, sin


embargo requiere de bastante más información y formación. En la actualidad están
disponibles diversas tecnologías de la información que ayudan al mantenimiento de un
tratamiento adecuado y disminuyen la frecuencia de las consultas.
Propuestas de futuro

 Necesidad de elaboración de una estrategia de abordaje del dolor que dé una


visión global e integrada.
 Establecer el proceso de atención del dolor.
 Incluir en los planes de estudio la formación en dolor, ya que en la actualidad se
limita a la asignatura de farmacológica del dolor. También se debe extender la
formación a los residentes y especialistas, como ha ocurrido en el caso de
cuidados paliativos.
 Establecer protocolos y guías a aplicar en toda la comunidad.
 Aprovechamiento de las nuevas tecnologías y otras herramientas para
potenciar la integración de protocolos, escalas y guías clínicas.
 Promover la autonomía y la corresponsabilidad del paciente dotándole de
información y herramientas.
 Potenciar la formación continuada en dolor.
 Realizar estudios de investigación epidemiológica.

Valoración de la necesidad de contar con un Plan Estratégico Nacional/Regional


sobre el abordaje del paciente con dolor crónico

En España no existe una estrategia nacional de atención al dolor. Andalucía es la única


comunidad autónoma que tiene un Plan de Atención al Dolor Crónico. Las
comunidades de Extremadura, Galicia y Madrid han desarrollado algunas iniciativas
como las Unidades de Dolor o el “Hospital sin dolor”.

En el Servicio Madrileño no se dispone de una estrategia de atención al dolor crónico,


aunque actualmente se está trabajando en ello.

Se necesita una visión holística del dolor al ser éste un síntoma que afecta a numerosas
esferas del paciente y, por tanto, su manejo y responsabilidad implican a numerosas
instituciones, entidades y servicios tanto de la Administración Central, regional, o local,
como de la farmacia, AP, AE, calidad, salud pública, epidemiología, etc.
El planteamiento de la CAM es trabajar con todos los tipos de dolor, tanto en AP como
en AE. En este escenario, en 2011 el Servicio Madrileño de Salud estableció trabajar en
el diseño de una estrategia integral del dolor.

 Creación de un grupo de trabajo interno en fase de recopilación de datos.


Ejemplo:

o Análisis: un análisis realizado en 26 hospitales refleja que la mitad dispone


de Unidades de Dolor. De ellos, los grandes hospitales de la Comunidad de
Madrid cuentan con Unidad Crónica. Igualmente los datos revelan que el
69% de estas unidades dependen del servicio de anestesia. Estas unidades
tratan tanto el dolor agudo como el crónico y el 70% de ellas atienden a
enfermos ambulatorios.
o Estudios: se han elaborado dos estudios de evaluación sobre el estado de
seguridad de los centros y se ha realizado un sondeo con el fin de detectar
medidas para el tratamiento del dolor en dichos centros. Se ha observado
que casi el 60% de los hospitales tienen un protocolo aprobado, actualizado
o tienen alguno en proceso de implantación dentro de la CAM.
o Formación: desde el año 2006 se han desarrollado 159 cursos a los cuales
han asistido 4.000 participantes. La formación del dolor debe ser
continuada, actualizada y de fácil acceso. Esto es, se tiene que tender hacia
los cursos online, de tal manera que el profesional sanitario pueda acceder
con asiduidad y oportunidad.

Plan de trabajo estrategia de dolor integral

 Constituir un grupo de trabajo a nivel central para plantear una estrategia.


 Analizar la situación que existe en el Servicio Madrileño de Salud.
 Elaborar una estrategia para el dolor.
 Establecer alianzas.
 Monitorizar, evaluar y revisar.
 Actuaciones de sensibilización para los profesionales.
 Actuaciones de sensibilización para los pacientes.
 Programa de formación accesibles y de bajo coste.
 Promover actuaciones para implantar la evaluación del dolor de forma
generalizada.
 Elaborar guías y protocolos de actuación comunes.
 Traducir las guías a herramientas sencillas que sean fáciles de manejar.
 Creación de comités, comisiones o direcciones asistenciales en todos los
centros.
 Aprovechar experiencias e iniciativas previas.
 Compartir información.

Próximos pasos

Para desarrollar las actuaciones de forma coordinada y con el fin de establecer las
líneas de actuación, que permitan proporcionar una atención integral e integrada a los
pacientes con dolor, en el Servicio Madrileño de Salud se ha constituido a nivel central
un grupo de trabajo en esta materia.

Las actuaciones del grupo están basadas en una visión holística del dolor, al ser éste un
síntoma que afecta a numerosas esferas del paciente y, por tanto, su manejo y
responsabilidad implican a numerosas unidades, como pueden ser la medicina
preventiva y la salud pública, la atención al paciente, la farmacia, la actividad
asistencial (para los diferentes tipos de dolor y en todos los niveles), la formación, la
investigación o la calidad.

Por esta razón, nuestro enfoque busca promover la sensibilización y concienciación,


desarrollando nuestra organización, para impulsar la estandarización y la atención
adecuada a los pacientes con dolor, mejorando la formación e investigación y tratando
de implicar a los propios pacientes.

Por último, con este planteamiento las líneas en las que se está trabajando para
desplegar en nuestra organización son las siguientes:

 Sensibilización y cultura.
 Organización.
 Estandarización y procesos específicos.
 Formación e investigación.
 Pacientes.
ECONOMÍA DE LA SALUD
 Dña. Renata Villoro, Economista de la Salud

Antecedentes

En España el dolor crónico es la causa más frecuente por la que se acude a las
consultas médicas. El dolor se ha convertido en un problema de salud pública muy
importante debido al impacto que tiene sobre la utilización de los servicios de salud, la
calidad de vida del paciente (sufrimiento, depresión, familia, trabajo e interacciones
sociales), el mercado laboral (absentismo laboral y baja productividad) y el impacto en
la familia (cuidados informales).

El dolor en España

El dolor crónico afecta en Europa a 75 millones de personas; esto representa a un 19%


de la población europea. Noruega (30%), Polonia (27%), Italia (26%) y España (12%)
son los países que presentan mayor prevalencia de la enfermedad, según datos del
estudio de Breivik de 2006. España refiere menos afectación de dolor crónico, sin
embargo, de las personas que lo sufren, un alto porcentaje lo hace con carácter
severo. En una escala de 0 al 10, el 44% de las personas que sufren dolor en España
reportan un dolor entre el 8-10, mientras que el promedio en Europa es de un 33%.

Más datos de este estudio constatan que la duración media del dolor en España es de
9,1 años, mientras que en Europa es de siete años. La osteoartritis y la artritis
reumatoide son las causas más comunes de dolor crónico. Casi un 50% sufren estas
dos afecciones. Igualmente, un 60% de los pacientes acude a las consultas médicas
entre dos y nueve veces cada seis meses, de las cuales el 70% son visitas a AP y el resto
son visitas a especialistas. De estos últimos, solo acuden a expertos del dolor un 2%.
Visitas médicas
Un 60% de los pacientes acuden entre 2-9 veces cada 6 meses

Breivik H, Collett B, Ventafridda V, Cohen R, Gallacher D. Survey of chronic pain in


Europe: prevalence, impact on daily life, and treatment. Eur J Pain. 2006;10(4):287-333

En cuanto a los tratamientos farmacológicos, y si se compara la media de utilización en


España, continuando con el estudio de Breivik, se observa que en general se utilizan
menos tratamientos que en el resto de Europa. En cuanto al uso de tratamientos no
farmacológico (masajes, acupuntura, ungüentos, terapia de relajación), en España la
cantidad reflejada es del 32%, mientras que en Europa se eleva al 72%.

La encuesta de Brevick tiene también algunos datos sobre la calidad de vida de los
pacientes y el mercado laboral y sus efectos sobre los cuidadores informales. Con
respecto al primero, el 29% sufría depresión, el 22% informa que perdió su trabajo, el
12% tuvo que cambiar de trabajo y de media se perdieron 8,4 días laborables por
persona afectada en régimen laboral.

Cuidadores familiares

 Relación: los cuidadores informales son normalmente los familiares. Hay muy
pocos estudios sobre el impacto de estos cuidadores y en España no hay
ninguno. Por tanto, se toma como referencia los datos de la Encuesta sobre
Discapacidades, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) de
2008 en los que participaron casi 13.000 pacientes con artritis reumatoide y
dolor de espalda. Los resultados evidencian que el 64% de los encuestados
tiene un cuidador en casa y que, de estos, el 66% tiene cuidador informal.
Normalmente es un miembro de la familia al que no se le paga y no tiene
formación en dolor. El cónyuge es el que lleva la carga del cuidado del paciente
con dolor. Suelen ser mujeres, mayores de 55 años.

Relación con el paciente


Hermana Otra
Madre 4% 3% 4%
Hijo 4%
Hija Cónyuge
73%
12%

En cuanto a las horas diarias que estos cuidadores informales dedican a los pacientes,
se constata que la mayor parte de ellos (39%) le dedica menos de seis horas, pero el
33% le dedica más de 16 horas. Luego el 17% le dedica entre seis y diez horas de
cuidado y el 10% entre 11 y 15 horas. Igualmente, casi la mitad de los cuidadores se
dedica a estas tareas durante más de ocho años. En cuanto a días de la semana, el 93%
de los cuidadores le dedican entre seis y siete días.

Efectos

 El 83% ha visto afectada su salud como resultado de ser cuidador, de los cuales:

o El 58% ha sido diagnosticado con depresión moderada o severa.


o El 42% ha presentado problemas físicos.
 El 65% de problemas en el mercado laboral, de los cuales:
o El 35% no puede trabajar.
o El 18% tuvo que dejar su trabajo.
o El 13% redujo sus horas laborales.

 El 64% ha visto reducido su tiempo de ocio.


 El 21% ha visto reducido su tiempo para cuidar de otras personas dependientes
como hijos o padres.
 Al 5% les ha causado problemas con el cónyuge o la familia (5%).

Consecuencias económicas

Esta situación conlleva unos costes sociales y económicos para los pacientes y para los
cuidadores. ¿Cuáles son? ¿Se pueden medir? ¿Es importante hacerlo? Lo importante
no es saber cuánto cuesta la atención al dolor per sé, porque eso es inevitable. El
problema son los costes que están escondidos, que no se contabilizan como parte de la
atención al paciente con dolor crónico, como es el caso de los cuidadores informales,
por ejemplo, pero también lo son tanto los perjuicios ocasionados a la vida laboral
como a los ocasionados a la calidad de vida. Se trata de cuestiones que no están
relacionadas con la atención sanitaria y tienen un precio más alto.

La representante del colectivo de economistas de la salud subraya que es importante


medir estos gastos porque dan una visión de la verdadera magnitud del dolor crónico y
permiten compararlo con otros problemas de salud pública.

Clasificación de costes

Existen varias clasificaciones. Ésta es una de las más aceptadas:

 Costes directos: debidos al tratamiento.


o Costes sanitarios: gasto sanitario (AP, hospital, medicamentos, etc.).
o Costes no sanitarios: servicios sociales, cuidados informales.

 Costes indirectos: los que se derivan del impacto del mercado laboral (pérdida
de productividad):
o Incapacidad temporal.
o Incapacidad permanente.
 Costes intangibles: debidos al sufrimiento y a la pérdida de calidad de vida:
o Del paciente.
o De la familia (cuidadores informales).

Los costes intangibles son difíciles de medir y aunque existen técnicas para evaluarlos,
no se miden en general, salvo en el Reino Unido. De igual modo, hay muy pocos
estudios en Europa sobre dolor crónico.

Lo que sí se mide en el dolor crónico es cómo afecta éste a la calidad de vida en


términos de años de vida ajustados por calidad (AVACS) al que se le debe asignar un
coste. Esta información es importante para luego, con estos datos, realizar
evaluaciones económicas y comparar con programas enfocados a mitigar el dolor.
Sería importante ver qué beneficios, o qué costes, se ganarían si se atendiera a los
pacientes con dolor crónico con programas alternativos.

Impacto económico de la artritis en España

Uno de los pocos trabajos de investigación sobre artritis reumatoide en España,


firmado como primer autor por el doctor Lajas en 2003, revela que el coste medio
anual por paciente es de 10.419 €, en un rango que va desde 7.914 € a 12.922 €. De
este importe, el 70% corresponde a costes directos (40% sanitarios y 60% no sanitarios
–aquí se contabilizan servicios sociales–) y el 30% a costes indirectos. En este estudio
no se miden costes intangibles y no incluye costes del impacto sobre los cuidadores
informales. Es decir, ese 70% solo incluye cuidadores formales pero no informales y,
como se ha visto, casi el 70% de los pacientes que tienen cuidadores son informales.

También hay que tener en cuenta que en el tratamiento de los pacientes con artritis se
han incorporado terapias biológicas que incrementan los gastos sanitarios. Pero, a
cambio, se consigue una mejora en la calidad de vida en la productividad laboral y
disminuiría en el impacto del cuidador informal.

Impacto económico de los dolores músculo-esqueléticos en España

Otro trabajo de investigación pendiente de publicación, realizado por Juan Oliva y


Ramón Osuna, sobre los costes económicos de los cuidadores informales (costes
directos no sanitarios) en dolores músculo-esqueléticos, refleja que los costes directos
no sanitarios en el año 2005 para este grupo de enfermedades ascienden a 3.012
millones de euros. En cuanto a los indirectos, la incapacidad temporal representa
2.488 millones de euros y la incapacidad permanente 7.263 millones. Aquí está
reflejado lo que paga la Seguridad Social más las pérdidas de las empresas donde
trabajan estos pacientes en términos de disminución en productividad.

La suma de los costes directos e indirectos, 12.763 millones, equivale al 1,5% del PIB
en 2005.

Conclusiones

 El dolor crónico es costoso para la sociedad (paciente, cuidadores y


ciudadanos).
 Existe escasez de datos sobre prevalencia de dolor crónico en España, a nivel
nacional y por comunidades autónomas.
 Carencia de estudios económicos específicos, ni nacionales ni regionales, que
midan la carga económica y social que el dolor crónico supone para el sistema
sanitario y la sociedad en general.
 Heterogeneidad en técnicas de medición de costes que habría que subsanar.
 Heterogeneidad en criterios de inclusión de costes. Solo Reino Unido incluye
costes intangibles. No se pueden hacer comparaciones.
 Carencia de evaluaciones económicas de intervenciones de manejo del dolor y
políticas sociales alternativas enfocadas a mitigar el dolor. De esta manera no
se pueden incluir en los recursos de la Administración.

Necesidades a corto plazo

 Datos epidemiológicos y sobre costes para:


o Identificar la verdadera magnitud del problema.
o Llevar a cabo evaluaciones económicas de alternativas de manejo del
dolor.

 Ayudar a que las decisiones de gestión de recursos sean más racionales,


transparentes y eficientes.
 Se necesita considerar la carga económica y social asociada a la pérdida de
bienestar de los cuidadores informales.
 Homogeneizar criterios de inclusión y técnicas de medición de costes del dolor
crónico.
Necesidades a medio plazo

 Revisar políticas implementadas en diferentes regiones de España y diferentes


países que ya hayan resultado coste-efectivas en el manejo del dolor crónico.
 Realizar evaluaciones económicas de programas e intervenciones enfocados a
la mejora en el diagnóstico y el tratamiento del dolor crónico, una vez se
disponga de datos.
 Diseño de políticas sociales enfocadas a mitigar el impacto y los costes del dolor
sobre los pacientes, sus familias y sus cuidadores.

Necesidades a largo plazo

 Definir un modelo asistencial de larga duración (Plan Estratégico


Nacional/Regional) para el paciente con dolor crónico que sea sostenible.
 Necesidad de crear una cultura de evaluación continuada de prácticas para el
manejo del dolor crónico.
 Crear Unidades de Tratamiento de Dolor o comisiones que evalúen estas UTD
para revisar en todas las CCAA los aspectos que presentan un buen
funcionamiento y analizar aquellos que no estén generando buenos resultados.
Estas comisiones también servirán para realizar programas alternativos, ver la
necesidad de tener plataformas, historia clínica informatizada… Son programas
poco costosos con los que mejorará la atención al paciente.
 Desarrollar la creación de un programa de ayuda a cuidadores. Un ejemplo es
Alemania, donde se ha implementado un programa que ha funcionado muy
bien. Primero se identifica qué cuidadores están atendiendo a un paciente más
de seis horas y se reemplazan con un asistente social o un voluntario uno o dos
días a la semana.
 Los programas de formación a los profesionales de la salud siempre son muy
coste efectivos.
PACIENTES

 D. Antonio Torralba, representante de la Confederación española de Personas


Afectadas por Reumatismos (CONFEPAR)

El representante del colectivo de pacientes manifiesta su disconformidad con que no


se hable lo suficiente del paciente, si bien es cierto, en la mayoría de ocasiones todavía
es considerado como un ente abstracto. El paciente debe estar en el centro del
sistema; ya no es la persona que va a la consulta, se le indica la medicación y se
marcha a casa. El paciente debe de ser alguien que se implique en la toma de
decisiones sobre su salud. Y esto exige un cambio de mentalidad.

Basado en su experiencia de más de 25 años padeciendo dolor crónico, el paciente


debe de ser un activo ya que aunque el tratamiento provenga de excelentes
facultativos o de los mejores hospitales, la salud de una persona depende, en gran
medida, de su actitud y de su comportamiento.

Valoración de la atención al paciente con dolor crónico: información, diagnóstico,


tratamiento y seguimiento de la enfermedad

El responsable de este colectivo indica que lo primero que tiene que hacer un paciente
con dolor crónico es asumir que lo padece e informar al médico. Hay que tener en
cuenta que la población desconoce lo que es el dolor crónico. Habla de ello como un
síntoma individual y no como una enfermedad y hay que diferenciarlo de la
enfermedad de base que padece. Partiendo de esta base, si no existe para el paciente,
no existe para la sociedad y, por tanto, no se diagnostica y carece de tratamiento.

Por otro lado, en muchas ocasiones y de manera errónea los profesionales


argumentan que se tiene que vivir con el dolor. Hay fármacos, técnicas y cuidados
paliativos con un objetivo común: que el paciente conviva con el menor dolor posible.

Los tratamientos actuales para el dolor crónico son sintomáticos y no curan, aunque
minimicen el dolor. Muchas veces esta información no se le transmite al paciente. Si
no se informa al enfermo se acaba generando sensación de engaño y de que el dolor
no desaparecerá. Esto influye en la confianza del médico, la adherencia del
tratamiento y la calidad de vida.
Los tratamientos farmacológicos son importantes, pero no se puede restar
importancia al tratamiento psicológico, ya que el paciente puede sufrir episodios de
depresión. Los tratamientos farmacológicos no son excluyentes de otras alternativas
sanitarias o sociales.

Cómo mejorar la continuidad asistencial entre Atención Primaria, Atención


Especializada y Oficinas de Farmacia

 Se precisa coordinación entre todos los agentes implicados en el tratamiento


del dolor crónico: profesionales de todo el conjunto del SNS, pacientes, oficina
de farmacia y movimiento asociativo.
 Debe existir una buena derivación y coordinación entre AP y AE para que el
diagnóstico y el tratamiento se apliquen lo antes posible.

¿Cómo mejorar el compromiso por parte del paciente y su adherencia a los


tratamientos?

 El paciente necesita formación e información porque solo así puede aportar su


experiencia y conocimientos. Debe facilitarse en un lenguaje sencillo para que
lo comprendan todos los pacientes. De esta manera el paciente se involucraría
activamente en su autocuidado.
 Los pacientes también deben corresponsabilizarse con el profesional sanitario
en el cuidado de su salud, con un correcto cumplimiento terapéutico.
 El movimiento asociativo puede aportar su valor añadido para que el paciente,
bien formado e informado, se adhiera más al tratamiento y sobre todo facilite
el trabajo al profesional sanitario.

Impacto del dolor crónico en el ámbito laboral, social y personal

Es necesario abordar la influencia del dolor crónico en el entorno laboral, social y


personal del paciente.

 Laboral: las consecuencias del dolor crónico en el ámbito laboral preocupan


sobremanera al paciente: disminuye sus posibilidades de encontrar trabajo; si
tiene trabajo se reduce su rendimiento o, lo que es peor, al no sentirse
integrado abandona su puesto de trabajo para no ser estigmatizado. Por otra
parte, si le conceden la incapacidad laboral y es una persona activa se sentirá
desplazado y puede llegar a sufrir depresión.
 Impacto en el entorno social y familiar afectando a las actividades diarias del
paciente y la de sus familiares.
 Se produce un cambio de rol dentro de la familia. Pasa de ser cuidador a tener
que ser cuidado. Esto exige un esfuerzo de adaptación.
 Disminución de los recursos económicos ante la imposibilidad de desempeñar
determinadas actividades laborales y el aumento de gastos para la adaptación
del hogar, los tratamientos, etc.
 Deterioro en la calidad de vida de los pacientes.
 Aislamiento social.
 Incapacidad permanente.

Conclusiones

 La sociedad actual desconoce el dolor crónico.


 El tratamiento de los pacientes con dolor crónico tiene un coste elevado tanto
para el sistema de salud como a nivel social y personal.
 Es necesario trabajar y colaborar con los poderes públicos para la plena
integración en el sistema de los pacientes con dolor crónico.
 Impulsar un plan estratégico del dolor crónico ya sea nacional o regional
tomando como ejemplo el plan desarrollado recientemente de enfermedades
reumáticas.

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