Las Leyes de Newton
Las Leyes de Newton
Las Leyes de Newton
54-1 ley
57-2 ley
Las leyes de Newton, también conocidas como leyes del movimiento de Newton,1 son tres
principios a partir de los cuales se explican la mayor parte de los problemas planteados por
la mecánica, en particular, aquellos relativos al movimiento de los cuerpos. Revolucionaron
los conceptos básicos de la física y el movimiento de los cuerpos en el universo.
Constituyen los cimientos no sólo de la dinámica clásica sino también de la física clásica en
general.
La primera ley del movimiento rebate la idea aristotélica de que un cuerpo sólo puede
mantenerse en movimiento si se le aplica una fuerza. Newton expone que:
Corpus omne perseverare in statu suo quiescendi vel movendi uniformiter in directum, nisi
quatenus illud a viribus impressis cogitur statum suum mutare6
Esta ley postula, por tanto, que un cuerpo no puede cambiar por sí solo su estado inicial, ya
sea en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme, a menos que se aplique una fuerza o
una serie de fuerzas cuyo resultante no sea nulo sobre él. Newton toma en cuenta, así, el
que los cuerpos en movimiento están sometidos constantemente a fuerzas de roce o
fricción, que los frena de forma progresiva, algo novedoso respecto de concepciones
anteriores que entendían que el movimiento o la detención de un cuerpo se debía
exclusivamente a si se ejercía sobre ellos una fuerza, pero nunca entendiendo como esta a la
fricción.
La primera ley de Newton sirve para definir un tipo especial de sistemas de referencia
conocidos como Sistemas de referencia inerciales, que son aquellos sistemas de referencia
desde los que se observa que un cuerpo sobre el que no actúa ninguna fuerza neta se mueve
con velocidad constante.
Esta ley explica qué ocurre si sobre un cuerpo en movimiento (cuya masa no tiene por qué
ser constante) actúa una fuerza neta: la fuerza modificará el estado de movimiento,
cambiando la velocidad en módulo o dirección. En concreto, los cambios experimentados
en el momento lineal de un cuerpo son proporcionales a la fuerza motriz y se desarrollan en
la dirección de esta; las fuerzas son causas que producen aceleraciones en los cuerpos.
Consecuentemente, hay relación entre la causa y el efecto, la fuerza y la aceleración están
relacionadas. Dicho sintéticamente, la fuerza se define simplemente en función del
momento que se aplica a un objeto, con lo que dos fuerzas serán iguales si causan la misma
tasa de cambio en el momento del objeto.
En la mayoría de las ocasiones hay más de una fuerza actuando sobre un objeto, en este
caso es necesario determinar una sola fuerza equivalente ya que de ésta depende la
aceleración resultante. Dicha fuerza equivalente se determina al sumar todas las fuerzas que
actúan sobre el objeto y se le da el nombre de fuerza neta. 8
Por tanto, si la fuerza resultante que actúa sobre una partícula no es cero, esta partícula
tendrá una aceleración proporcional a la magnitud de la resultante y en dirección de ésta. La
expresión anterior así establecida es válida tanto para la mecánica clásica como para la
mecánica relativista, a pesar de que la definición de momento lineal es diferente en las dos
teorías: mientras que la dinámica clásica afirma que la masa de un cuerpo es siempre la
misma, con independencia de la velocidad con la que se mueve, la mecánica relativista
establece que la masa de un cuerpo aumenta al crecer la velocidad con la que se mueve
dicho cuerpo.
Si sobre el cuerpo actúan muchas fuerzas, habría que determinar primero el vector suma de
todas esas fuerzas. Por último, si se tratase de un objeto que cayese hacia la tierra con una
resistencia del aire igual a cero, la fuerza sería su peso, que provocaría una aceleración
descendente igual a la de la gravedad.
Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las
acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto.7
La tercera ley de Newton es completamente original (pues las dos primeras ya habían sido
propuestas de otras maneras por Galileo, Hooke y Huygens) y hace de las leyes de la
mecánica un conjunto lógico y completo.10 Expone que por cada fuerza que actúa sobre un
cuerpo (empuje), este realiza una fuerza de igual intensidad, pero de sentido contrario sobre
el cuerpo que la produjo. Dicho de otra forma, las fuerzas, situadas sobre la misma recta,
siempre se presentan en pares de igual magnitud y de dirección, pero con sentido opuesto.
Es importante observar que este principio relaciona dos fuerzas que no están aplicadas al
mismo cuerpo, produciendo en ellos aceleraciones diferentes, según sean sus masas. Por lo
demás, cada una de esas fuerzas obedece por separado a la segunda ley. Junto con las
anteriores leyes, ésta permite enunciar los principios de conservación del momento lineal y
del momento angular.
Ejemplo
1. Una fuerza le proporciona a la masa de 2,5 Kg. una aceleración de 1,2 m/s2.
Calcular la magnitud de dicha fuerza en Newton y dinas.
Datos
m = 2,5 Kg.
a =1,2 m/s2.
F =? (N y dyn)
Solución
2. ¿Qué aceleración adquirirá un cuerpo de 0,5 Kg. cuando sobre él actúa una fuerza
de 200000 dinas?
Datos
a =?
m = 2,5 Kg.
F = 200000 dyn
Solución
Para trabajar con M.K.S. debemos transformar la fuerza a la unida M.K.S. de esa magnitud
(N)
Despejando a tenemos:
Sobre los bloques de la figura, que se encuentran apoyados sobre una superficie sin
rozamiento, se aplica una fuerza F = 10 N. Si las masas de los bloques son M = 4 Kg y m =
1 Kg, calcular:
a) la aceleración con que se mueven ambos bloques, y
b) la fuerza que el bloque menor hace sobre el bloque mayor.
La resolución
a) Para encontrar la aceleración con que se mueven los bloques, podemos tomarlos a ambos
como un solo sistema y decir que la fuerza de módulo F está actuando sobre una masa total
de 5 Kg. Entonces aplicamos a este sistema la Segunda Ley de Newton sobre el eje
horizontal:
F = (M + m) . a
a = F/ (M + m) = 10 N / 5 Kg = 2 m/s2
…………………………………
La Primera ley de Newton nos dice que para que un cuerpo altere su movimiento es
necesario que exista algo que provoque dicho cambio. Ese algo es lo que conocemos como
fuerzas. Estas son el resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.
La Segunda ley de Newton se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. Nos dice que la
fuerza neta aplicada sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho
cuerpo. La constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo, de manera que podemos
expresar la relación de la siguiente manera:
F=ma
Tanto la fuerza como la aceleración son magnitudes vectoriales, es decir, tienen, además de
un valor, una dirección y un sentido. De esta manera, la Segunda ley de Newton debe
expresarse como:
F=ma
1 N = 1 Kg · 1 m/s2
La expresión de la Segunda ley de Newton que hemos dado es válida para cuerpos cuya
masa sea constante. Si la masa varia, como por ejemplo un cohete que va quemando
combustible, no es válida la relación F = m · a. Vamos a generalizar la Segunda ley de
Newton para que incluya el caso de sistemas en los que pueda variar la masa.
Para ello primero vamos a definir una magnitud física nueva. Esta magnitud física es la
cantidad de movimiento que se representa por la letra p y que se define como el producto
de la masa de un cuerpo por su velocidad, es decir:
p=m·v
F = dp/dt
De esta forma incluimos también el caso de cuerpos cuya masa no sea constante. Para el
caso de que la masa sea constante, recordando la definición de cantidad de movimiento y
que como se deriva un producto tenemos:
dm/dt = 0
F=ma
0 = dp/dt
es decir, que la derivada de la cantidad de movimiento con respecto al tiempo es cero. Esto
significa que la cantidad de movimiento debe ser constante en el tiempo (la derivada de
una constante es cero). Esto es el Principio de conservación de la cantidad de
movimiento: si la fuerza total que actua sobre un cuerpo es nula, la cantidad de
movimiento del cuerpo permanece constante en el tiempo.