Nuestros Antepasados Atlantes

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Nuestros antepasados Atlantes

Ha habido 5 grandes rondas en nuestro planeta dentro de este


mahabantara…
1. Raza Raíz: los nacidos de sí mismos, ya hemos hablado de
ellos la semana pasada, aquellos que vinieron de otra
dimensión.
2. Raza Raíz: La segunda raza Raiz, se conoce como la raza
del Huevo. Este nombre se refiere a las enseñanzas
teosóficas sobre la forma de existencia y desarrollo de esta
raza en un período muy temprano en la historia de la
humanidad.
3. Raza Raíz son nuestros antepasados Lemures: aquellos seres
de 7 u 8 metros
4. Raza Raíz, nuestros antepasados atlantes.
Por fin llegamos a algo más cercano de lo que podemos
hablar, aunque estemos refiriéndonos a una civilización con
cientos de miles de años.
Prácticamente todos los que estamos en esta vida, hemos
pertenecido a la Atlántida.
Vamos a saltarnos a las 3 razas intermedias, por que hablar
de ellas para sacar alguna sabiduría es como expulsar Vaho
a la atmosfera con la intención de calentar el ambiente.
Mi nombre es Thalassar, nací en una civilización que habita
un continente, el más grande que puedas imaginar, en el
océano atlántico.
Soy hijo de Eridor y aqualis, atlantes de pura cepa que
siempre han respetado nuestras tradiciones.
Adoramos a Poseidón Dios del mar que es nuestro padre y
Anahuta que es nuestra madre del mar.
Nuestra capital poseidónis es fruto de 250000 años de
evolución y cambios, de mejoras y transformaciones.
Todo lo que hacemos lo hacemos en círculos, nuestra capital
es una isla circular, nuestra configuración urbanística está
constituida en círculos, a cada circulo de viviendas le sigue
un circulo de inmensos jardines y bosques.
Tenemos agua caliente en casa, disfrutamos de una vida
cómoda y en paz…
Solo nos perturban ciertos seres que ni hombres ni animales
creados por nosotros con la intención de aprovechar la
fuerza física de los animales y dotarles de inteligencia para
poder realizar los trabajos más duros que necesitamos, entre
ellos escavar en las minas y mover grandes bloques de
piedra.
Los creamos con una ciencia nueva y experimental llamada
genética, al principio nos fueron útiles, pero después su
inteligencia fue creciendo y evolucionando y tuvimos que
detenerlos.
Creamos un sistema protector alrededor de las grandes
ciudades para que esas bestias y los desastres naturales no
nos afectasen.
De esa forma, nuestros habitantes estaban protegidos y
podíamos dar caza a los monstruos que habíamos creado,
para ello utilizamos la energía de unos cristales de cuarzo
muy poderosos, herencia de nuestros antepasados lémures,
esos cristales nos permitían generar energía para nuestras
ciudades, después lo usaron para generar olas de energía
fuera de nuestras ciudades con la intención de detener a las
grandes bestias creadas por nosotros mismos, aquel uso de
la energía masiva provocó un daño en nuestro débil
equilibrio planetario y la tierra comenzó a convulsionarse.
Mientras el resto del planeta seguía evolucionando, nuestros
hermanos Egipcios, olmecas y Tartesos, y chinos, entre
otros muchos, a veces nos acercamos a ellos y les llevamos
parte de nuestro conocimiento y sabiduría.
Han pasado muchos miles de años, hemos destruido a
prácticamente todos los seres medio bestias que creamos,
alguno queda controlado, por ejemplo en Grecia mantienen
a una criatura mitad toro, mitad humano y a otro mitad
hombre mitad caballo que se ha adaptado a la convivencia,
pero ha sido a un alto precio, el uso excesivo de la fuerza de
los cristales ha dañado irremediablemente el subsuelo de
nuestro continente, sabemos a ciencia cierta que no
sobreviviremos, estamos cerca de una glaciación.
El estrecho entre Asía y América se ha acortado aún más,
los habitantes de la zona Oriental de Siberia buscan pasar a
lugares más cálidos y se trasladan al norte de América para
después desplazarse al centro y sur del continente y
mezclarse con los autóctonos.
También hacemos continuas visitas a un lugar llamado
Egipto, queremos crear allí una biblioteca en piedra que
perdure durante cientos de años, con un guardián de piedra
con cuerpo de León y cara de persona.
Sabemos que nuestra civilización llega a su fin y queremos
que en el futuro seamos recordados, hemos dejado
monumentos en forma piramidal en todo el mundo.
Esta noche ha vuelto a temblar la tierra, jamás he visto un
temblor semejante, gran parte de nuestro continente ha
quedado destruido, solo queda energía eléctrica en un
pequeño barrio de la capital, el resto o se ha sumergido bajo
las aguas con sus habitantes o solo han quedado escombros.
3 días después recibimos un aviso de emergencia de que
debíamos abandonar nuestro continente e ir a tierras
vecinas, muchos nos hemos ido, yo me he asentado en una
tierra del norte rodeada de montañas del territorio Tarteso.
Otros se han ido a América, otros a Egipto, otros a Sumeria,
otros a Oriente… nuestra diáspora a sido por todo el planeta.
Muchos, se niegan a abandonar su hogar.
No sabemos qué ocurrió anoche, pero se oyó un estruendo
que atemorizó a todo el planeta, el nivel del mar ha subido,
en todas las costas del mundo. El cielo empezó a llorar
como nunca hemos visto, y no ha parado en toda la noche.
Nos han informado que la Atlántida, la luz que más fuerte
ha brillado en este mundo se ha hundido para siempre entre
los océanos. No sabemos que pensar, podemos seguir
viviendo, si, pero sé que todas las generaciones futuras
tendrán siempre una pena negra en el alma, un llanto
sagrado por la civilización que una vez iluminó el mundo.

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