Final TS
Final TS
Final TS
Se debe definir la cuestión social en relación a la noción de conflicto, en este sentido, las manifestaciones
de la cuestión social implican un procesamiento especifico de relaciones antagónicas, en las que se
disputan cosmovisiones de la realidad y formas de intervención en ella.
Debemos pensar a la profesión relacionalmente en el movimiento general de la sociedad. Entendemos por
ts una especialización del trabajo colectivo constituido en el marco de la división socio-técnica del trabajo,
que interviene directamente en la realidad social. El ts, se define como una especialización del trabajo
colectivo, y se constituye como expresión de las necesidades sociales derivadas de la práctica histórica de
las clases sociales en el acto de producir y reproducir sus medios de vida y de trabajo. El ts puede
reconstruir críticamente su objeto preconstruido socialmente.
La intervención profesional se halla socialmente condicionada por situaciones sociales objetivas, debemos
tener en claro que es necesario no caer en una mirada determinística que clausure las posibilidades de
cambio y transformación.
Es fundamental que el ts, conozca la realidad social en la que actúa y la población con la que trabaja, el
conocimiento crítico se vuelve un elemento indispensable.
La intervención profesional es una categoría compleja, ya que el accionar profesional se despliega en una
trama compleja de relaciones sociales que producen y reproducen la vida social. La práctica profesional se
concreta en lógicas de interacción social que supone múltiples dimensiones socio-históricas. El contexto
no es una realidad externa, es producido y reproducido por prácticas sociales.
La compresión de la práctica profesional nos exige respuestas a preguntas sobre qué, para qué, cómo,
con quiénes, cuándo, dónde, por qué se concretiza dicha práctica. El sobre qué, nos desafía
reconceptualizar los problemas sociales y las diversas manifestaciones de la cuestión social con relación a
las condiciones de vida de los sujetos, debemos establecer procesos de rupturas con los objetos
preconstruidos y naturalizados en la vida social. El para qué, refiere a los objetivos y fines por los cuales
trabajamos. El cómo, remite a los modos de o maneras concretas de la práctica.
Con quiénes, se refiere a lxs sujetxs y sus proyectos. Es necesario configurar la práctica profesional al
servicio de los sectores trabajadores. El cuándo y el dónde, refiere a identificar los lugares concretos y
específicos. El por qué, refiere identificar las circunstancias concretas que provocan el desenvolvimiento
de la práctica.
La práctica profesional se da en un espacio profesional multidimensionado que exige un pensamiento
crítico que contemple la complejidad. Por un lado, debemos reconocer los mandatos instituidos al
profesional que moldean las visiones y acciones condicionando los patrones de comportamiento del campo
profesional a determinadas exigencias y elecciones burocráticas-institucionales. La práctica se entrama en
un tejido de relaciones y estrategias de poder con sentidos y proyectos sociales generales. La cuestión
social es una construcción socio-histórica.
En la década de los 70 las ideas neoliberales se tornan hegemónicas, introduciendo modificaciones en la
vida social. Se define un Régimen Liberal Asistencial desestructurador de los derechos sociales
históricamente conquistados y habilitador de una estrategia asistencial-caritativa e individualizante de
atención de la cuestión social. Se fragiliza y se desarma la red de seguridad social asociada a la condición
de trabajorx asalariadx.
La década de los 90 marcó una continuidad entre las políticas de transformación destructiva. En esta
época cobraron mayor dominancia los procesos de mercantilización de los derechos sociales y de
naturalización de las desigualdades sociales. La vía asistencial es la respuesta central del Estado asociada
a procesos de culpabilización y judicialización de la pobreza, y penalización de la protesta social.
La asistencia social se caracteriza por su carácter residual, conformándose por una serie de iniciativas
privadas de diferentes contenidos y de propuestas estatales expresadas tanto en el despliegue
desarticulado de planes, programas, proyectos y acciones sociales, como en las prácticas de diferentes
niveles gubernamentales. Las diferentes acciones orientan a “ayudar” a lxs más necesitadxs, implantando
una forma selectiva de atención social.
La asistencia social, es una acción centralmente espontánea, puntual, provisoria, fragmentada, que
conduce a compensar paliativamente necesidades expresadas en la dinámica de la sociedad. La
respuesta a estas necesidades definidas como mínimas, fue definiendo una “clientela” específica,
caracterizada por los sectores excluidos o vulnerados, que a su vez son sistemáticamente excluidxs por el
Estado. Este rasgo nos demuestra lo estigmatizante de estas intervenciones. Lxs destinatarixs son lxs
pobres o carentes, en este sentido, lxs sujetos deben acreditar su condición del pobre constantemente.
Estos mecanismos contienen elementos discriminatorios que contribuyen a reforzar la condición de
subalternidad de esta capa social. Este procedimiento termina asociando la condición de necesitado o
necesitada a una discriminación cultural y la reiteración de la subalternidad.
En la Argentina se reactualizan los siguientes elementos contenidos y forjados en la dinámica histórica:
# “delegación estatal” de la acción social a sectores privados.
# Marginalidad y discontinuidad de presupuestos.
# Naturalización de la pobreza y desigualdades sociales.
# Ayuda social temporaria a lxs pobres.
# Preocupación por la rápida integración al mercado laboral.
# Distribución de subsidios y bienes materiales por medio de acciones puntuales y arbitrarias.
# Apelación a la participación social de la comunidad, bajo el discurso de la solidaridad, justificando la
(des)responsabilización estatal.
En los noventa se dio la consolidación de un proceso de residualización del sistema de políticas sociales
desplegándose los siguientes procesos:
- Minimización de la ayuda social a grupos que no tienen medios para satisfacer sus necesidades.
- Estigmatización a través de la utilización de criterios de otorgamiento de los beneficios
profundamente estrictos. Se construyen sujetxs carentes o apolíticos.
- Despolitización de lxs sujetxs.
- Inversión de los procesos de desmercantilización.
Esto expresa la configuración de un Estado caritativo o asistencialista de corte liberal, es decir, la atención
de la conflictividad se reduce a la caridad pública o a la acción estatal, que se caracteriza por ser evasiva y
puntual. Lo que demuestra la acción selectiva del estado en situaciones extremas.
La intervención estatal en la cuestión social (década del 90) solo apuntaba a la institucionalización de
algunas carencias puntuales. Esta intervención se produce bajo un proceso de parcialización y
fragmentación de la cuestión social mediante programas específicos. Esos programas significan una
intervención estratégica, que incorporan en forma parcial y restringida las demandas sociales,
garantizando un nivel mínimo de consumo.
La pobreza solo se explica entendiendo la sociedad como un todo, debemos conocer las condiciones
materiales de existencia de lxs individuxs para poder entenderla. La pobreza es una categoría compleja,
histórica y mutable.
El desarrollo de la pobreza alcanza una doble identidad interconectada. Es efecto del régimen de
acumulación y al mismo tiempo es condición determinante de esa acumulación. La pobreza expresa y deja
en evidencia el carácter antagónico del régimen, el aumento de esta indica la concentración de la riqueza
en un grupo cada vez más pequeño. La pobreza afecta las condiciones materiales de existencia de los
trabajadores en actividad y desocupados.
Estas medidas institucionales responden a un triple interés: evitar que las condiciones miserables de capas
de las clases trabajadoras se vuelven en contra de los intereses generales de las clases dominantes, bajar
y neutralizar el nivel de conflicto social, y preservar las condiciones fundamentales en las que se basa la
sociedad.
El principal problema de los programas asistenciales es que se concentran en luchar contra los “efectos”
de la pobreza y no contra sus causas verdaderas.
La definición de pobreza se puede analizar en dos dimensiones: 1, la pobreza expresa un estado de
necesidad y situación de privación. 2, la pobreza expresa un proceso de empobrecimiento de la clase
trabajadora. La primera dimensión, indica necesidades básicas insatisfechas y es resultado del proceso de
empobrecimiento de la clase trabajadora en la dinámica antagónica del proceso de acumulación (segunda
dimensión).
El concepto de pobreza demuestra la insatisfacción de las necesidades básicas por parte de la clase
trabajadora. Por el contrario, el concepto restringido de pobreza utilizado por los programas asistenciales
del estado está asociado a la repulsión social.
En este contexto el papel del o la trabajadora social tiene una responsabilidad ético-política, su trabajo
tiene que servir de soporte a decisiones políticas de transformación social. Los problemas sociales que se
forman en su campo de acción, expresan una cosmovisión dominante vinculada con la producción y
reproducción de lo establecido. Se plantea la necesidad de establecer rupturas con las formulaciones
oficiales de esos problemas y las medidas definidas para abordarlos y resolverlos, y así, participar en la
construcción de decisiones relacionadas con opciones diferentes de construcción social.
El trabajador o trabajadora social debe en este contexto, repensar la complejidad de su trabajo y las
formas en que se enfrentan con la realidad. La complejidad implica colocar históricamente al Trabajo
Social en una trama de relaciones sociales objetiva y subjetivamente situada. El desafío se basa en cómo
a partir de la inserción provocar cambios en los patrones de interacción social.
La profesión es compleja, se encuentra tensionada, complejizada. Por un lado, la reestructuración global
del Estado modificando cuantitativa y cualitativamente las instituciones sociales. Al mismo tiempo los
nuevos espacios sociales que se gestan no se presentan necesariamente como campos incluyentes
profesionales.
Los procesos de vulnerabilización de la profesión se produjeron en un contexto donde el neoliberalismo
también debilitó las organizaciones colectivas. Esta vulneración produjo la ausencia en el debate público
acerca de diagnósticos y propuestas.
El ts no está ajeno a la lógica dominante diseñándose en su interior proyectos profesionales que son más
o menos concurrentes con las directrices hegemónicas. En el contexto de crisis y reestructuración global
del capital, la profesión construye respuestas no homogéneas sino diferenciales a las demandas
presentes. En este sentido, podemos entender a la profesión como un campo de luchas donde las
diferentes fuerzas pugnan por establecer para su profesión una dirección social estratégica. Es necesario
desde la profesión establecer estrategias profesionales adecuadas para responder a las problemáticas
emergentes.
Unidad 2.
1. Capitalismo monopolista y servicio social. –Netto.
El o la agente se encuentra en relación de asalariamiento y significación social, esta última significa tener
un sentido y participar en la reproducción de las relaciones sociales. Es con esta situación que el ts se
constituye como profesión.
Sin embargo, no es la evolución de las protoformas la que explica, por lo menos no en su totalidad, el
surgimiento del TS, sino la ruptura con ellas, independientemente de las protoformas, de un espacio
determinado en la división social del trabajo.
La profesionalización del ts, no tiene que ver con la “evolución de la ayuda”, se vincula a la dinámica de la
organización monopólica. En este contexto el ts recibe un carácter profesional: la legitimación por el
desempeño del trabajo en la sociedad burguesa consolidada y madura; los agentes se reproducen
mediante un proceso de socialización particular jurídicamente garantizado y reconocido por el estado. El o
la asistente/trabajadora social se convierte en una de las agentes ejecutoras de las políticas sociales.
El ts se inserta en las acts que se tomaron como auxiliares de los procesos específicamente monopólicos
de la reproducción. Posee un complejo heterogéneo de áreas de intervención, la acción profesional se
mueve entre la manipulación práctico-empírica de variables.
A partir de la década de 1930 se acentúan los mecanismos de disciplinamiento y control social, aparecen
nuevas técnicas asociadas a la revolución de los procesos productivos y al aumento de la composición
orgánica del capital. El Estado asume crecientemente la función de velar por la disciplina y reproducción
de la fuerza de trabajo, tareas en relación a las cuales las instituciones asistenciales desempeñan un papel
fundamental. Al abarcar condiciones esenciales de la sobrevivencia y reproducción de la fuerza de trabajo
tales instituciones pasas a desempeñar funciones políticas, económicas e ideológicas vitales para la
mantención de la dominación de clase.
Al “expropiar” una serie de reivindicaciones del proletariado, derivadas de la situación crónica de carencia
que éste subsiste: al devolver estas reivindicaciones bajo la forma de beneficios indirectos, otorgados a
través de una estructura burocrática, directa o indirectamente controlada por el Estado, las instituciones
asistenciales actúan en el sentido de recuperar y falsificar el contenido más profundo de las luchas del
proletariado por mejores condiciones de existencia. Estas instituciones comienzan a aparecer como
agencias políticas de contención y control de las luchas sociales.
La profundización del capitalismo trae una nueva racionalidad a través de la cual la cuestión social debe
ser conducida: a la fuerza de trabajo se le demanda mayor calificación y nivel de instrucción. De esta
forma, la nueva racionalidad en la atención de la “cuestión social” aparece en el hecho de que los servicios
asistenciales y educacionales (entre otros) ofrecidos a determinada población se tornan en consumo
productivo para el capital y para el Estado.
La acción de las instituciones asistenciales se traduce en la mantención sobre la fuerza de trabajo activa y
su reproducción, sobre una parcela del ejército industrial de reserva, y en la mantención de la
sobrevivencia del segmento de la fuerza de trabajo descalificada o mutilada en el proceso de trabajo.
La mantención y reproducción de la dominación de clase exige, simultáneamente, la interiorización y
aceptación de esa dominación, la constante recreación e inculcación de formas mistificadas que oscurecen
y encubren la dominación y la explotación. Es en ese plano que se descubre otro aspecto esencial de las
prácticas sociales que se desarrollan en el ámbito de las instituciones asistenciales: su intervención
normativa sobre la vida de los diferentes grupos sociales con los cuales se vinculan.
Las grandes instituciones asistenciales se desarrollan en un momento en que el ts, como profesión
legitimada todavía no se encuentra legitimada: es una actividad profundamente marcada y ligada a su
origen católico y a determinadas fracciones de clase, las cuales aún monopolizan su enseñanza y práctica.
El proceso de institucionalización del ts será también el proceso de profesionalización de les trabajadorxs
sociales formados y formadas en las escuelas especializadas.
Para imponerse y actuar, el ts está englobado y legitimado por un cuadro jurídico e institucional; deja de
tener como base de acción las pequeñas obras de caridad y asistenciales. A partir de los aspectos
materiales de su intervención, el Trabajo Social pasa a constituirse en uno de los engranajes de ejecución
de políticas sociales del Estado y las corporaciones empresariales.
Para el TS, las demandas de la población-cliente son vistas como derechos (faltantes), más que como
manifestaciones de carencias. La atención, especialmente la distribución de auxilios materiales, se hace
acompañar de una presión moral que tiene como horizonte impedir el acomodo y afirmar la ausencia de
alternativas fuera de un comportamiento “racional y equilibrado”, integrado al orden vigente.
Lo que caracteriza a la práctica profesional del ts es la acción de tipo educativa, la transformación de las
representaciones y actitudes de lxs individuxs.
Unidad 3.