SL708 2024

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 27

GERARDO BOTERO ZULUAGA

LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ


Magistrados ponentes

SL708-2024
Radicación n.° 95973
Acta 09

Bogotá, D. C., veinte (20) de marzo de dos mil


veinticuatro (2024).

La Sala decide el recurso de casación interpuesto por


MARTHA CARO LONDOÑO, contra la sentencia proferida
por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Pereira, el 27 de abril de 2022, en el proceso que instauró
contra la ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE
PENSIONES – COLPENSIONES y MARÍA NELLY HOYOS
RAMÍREZ, en calidad de litisconsorte necesaria.

I. ANTECEDENTES

La recurrente llamó a juicio a Colpensiones y a María


Nelly Hoyos Ramírez, en calidad de litisconsorte necesaria,
para que se condenara a la primera a reconocer y pagar la
pensión de sobrevivientes con ocasión a la muerte de su

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n.° 95973

cónyuge, desde el 5 de abril de 2019, en cuantía de un salario


mínimo, junto con los intereses moratorios y las costas.

Relató, que hizo vida marital con Rogelio Correa desde


el 30 de octubre de 1971 hasta el 5 de abril de 2019, cuando
aquel falleció, matrimonio en el que procrearon una hija, que
en la actualidad es mayor de edad. Anotó, que Colpensiones
le reconoció a su esposo la pensión de vejez a través de la
Resolución No. 005457 de 2004, a partir del 5 de noviembre
de 2004; que fueron copropietarios de un establecimiento de
comercio y dos inmuebles; en el año 1995, vendieron uno
«para pagar deudas»; en el año 1997, viajaron a Estados Unidos

para laborar y pagar la universidad de su hija.

Contó, que dada la «precariedad financiera» en abril de 2005


liquidaron la sociedad conyugal; que el pensionado fallecido
regresó a Colombia en mayo de 2005, y en el mes diciembre
siguiente, tramitaron en Estados Unidos la declaración anual
de impuestos, en la que anotaron una X en la casilla de
«casados que presentan declaración conjunta, uno solo si es quien recibe
ingresos».

Señaló, que en razón al castigo que el Estado Americano


le impuso a su esposo por un periodo de 10 años, aquel vivió
en las ciudades de Pereira y Medellín desde el año 2009,
circunstancia por el que la actora lo visitó por temporadas
entre uno y tres meses; que el 3 de marzo de 2019, aquella
regresó al país de forma definitiva a vivir con el pensionado
fallecido, pero que, el 7 de marzo siguiente, aquel presentó

SCLAJPT-10 V.00
2
Radicación n.° 95973

quebrantos en su salud, situación que lo llevó a estar


hospitalizado y que la demandante tuviera que contratar una
enfermera para el cuidado y acompañamiento de aquel,
servicio que sufragó, incluso, mientras vivió fuera del país,
junto con las cuotas de planes exequiales y médico en casa.

Dijo, que el 10 de mayo de 2019, solicitó a la accionada


el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes, pero que
esta mediante acto administrativo SUB 164860 del 26 de
junio de 2019 la negó, con sustento en que María Nelly Hoyos
Ramírez solicitó también el reconocimiento de ese mismo
derecho en calidad de compañera permanente, con sustento
en que convivió con el causante por un lapso de 12 años.
Adujo, que recurrió la anterior decisión con sustento en que
Hoyos Ramírez «era amiga de ROGELIO y su afiliación a la EPS,
sucedió por humanidad y que su esposo pagaba renta igual que otras
personas»; no obstante, la accionada confirmó su postura.

Colpensiones se opuso a las pretensiones. Admitió la


fecha del deceso y la calidad de pensionado de Rogelio
Correa, el vínculo matrimonial existente entre la actora y el
causante, la solicitud de la prestación por parte de la cónyuge
y de quien dijo fue su compañera permanente, y su negativa
a acceder a ella. No le constó los demás hechos, por tratarse
de situaciones ajenas a su conocimiento, y formuló las
excepciones de inexistencia de la obligación de la demandada
y prescripción.

María Nelly Hoyos Ramírez también se opuso al éxito de


las peticiones. Aceptó idénticos hechos a los de Colpensiones,

SCLAJPT-10 V.00
3
Radicación n.° 95973

y en su defensa, argumentó que Rogelio Correa y Martha


Caro disolvieron y liquidaron la sociedad conyugal mediante
escrita pública No. 1197 de 16 de abril de 2005, suscrita por
el Notario Tercero de Pereira; que para diciembre de 2005,
aquel se encontraba en Colombia, luego, la declaración de
impuestos que alude la actora presentó en Estados Unidos
pudo haber sido radicada por ella en nombre de los dos; que
vivió con el pensionado en Pereira y Dosquebradas, tiempo
en el que la demandante no lo visitó, y que aquel presentó
problemas de salud mucho antes del 7 de marzo de 2019.
Afirmó que no le constaban los demás hechos, y que se atenía
a lo que se probara en el proceso.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Mediante sentencia de 6 de septiembre de 2021, el


Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Pereira, declaró:

PRIMERO. Negar la totalidad de las pretensiones contenidas en la


demanda presentada por la señora MARTHA CARO LONDOÑO,
frente a la Administradora Colombiana de Pensiones
COLPENSIONES (…).

SEGUNDO: Declarar que las señoras MARTHA CARO LONDOÑO y


MARÍA NELLY HOYOS RAMÍREZ, no lograron acreditar su
condición de pareja para la época en que falleció el señor ROGELIO
CORREA JARAMILLO y como consecuencia de ellos (sic) no
ostentan la calidad de beneficiarias de la pensión de
sobrevivientes causada por este.

TERCERO: Declarar probada la excepción de mérito que fue


planteada por la Administradora Colombiana de Pensiones
COLPENSIONES, denominada inexistencia de la obligación
demandada.

SCLAJPT-10 V.00
4
Radicación n.° 95973

CUARTO: Condenar en costas procesales a la parte demandante


a favor de la entidad demandada COLPENSIONES.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Al resolver el recurso de apelación formulado por la


accionante y la litisconsorte necesaria, la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, mediante
sentencia gravada, confirmó la decisión de primera instancia.
Impuso costas a las recurrentes.

En lo que interesa al recurso de casación, centró el


problema jurídico en definir si Martha Caro Londoño y María
Nelly Hoyos acreditaron ser beneficiarias de la pensión de
sobrevivientes por la muerte de Rogelio Correa Jaramillo.
Para tal fin, recordó que la norma vigente al momento en que
fallece el pensionado es la que marca la pauta para establecer
el reconocimiento de la pensión que, para el caso de marras,
se trata del artículo 13 de la Ley 797 de 2003.

Afirmó, que el requisito privilegiado para dar lugar a la


pensión de sobrevivientes es la convivencia, que implica una
comunidad de vida estable y firme, en la que haya mutua
comprensión y un soporte en los pesos de la vida, así como
un apoyo espiritual y físico; en otras palabras, implica un
camino hacia un destino común (CSJ SL, 2 mar. 1999, rad. 11245
y CSJ SL, 14 jun. 2011, rad. 31605). Recordó, que el hecho de que

de que los cónyuges no puedan compartir un mismo techo


por razones físicas, de salud, trabajo, fuerza mayor o caso
fortuito, no significa per se que desaparezca la comunidad de

SCLAJPT-10 V.00
5
Radicación n.° 95973

vida en pareja, si persisten los lazos de afecto, solidaridad,


apoyo, socorro, ayuda mutua, entre otros (CSJ SL1706-2021).

Indicó, que en el plenario estaba probado que Martha


Caro y Rogelio Correa contrajeron nupcias el «31 (sic)» de
octubre de 1971, «vínculo matrimonial que permanece vigente», pues
solo se disuelve con la muerte o el divorcio judicialmente
decretado -art. 152 del Código Civil-, sin que haya prueba de
esto último, y que la pajera «disolvió y liquidó la sociedad conyugal»
el 16 de abril de 2005 (fl. 72).

Memoró, que esta Corporación desde la sentencia CSJ


SL1399-2018, definió que la cónyuge supérstite puede
acreditar los cinco años de convivencia en cualquier tiempo,
con independencia de si estaba separada o no de hecho de
su esposo, siempre que mantenga el nexo matrimonial
vigente, y sin que afecte su derecho el hecho de que haya
liquidado la sociedad conyugal.

No obstante, precisó, dicha tesis no era acorde con lo


ilustrado por la Corte Constitucional en sentencia CC C-515-
2019, en el que al revisar la constitucionalidad del literal b)
del artículo 13 de la Ley 797 de 2003, que refiere a la cónyuge
separada de hecho, estableció que debe acreditar «cinco años
de convivencia en cualquier tiempo y tener la sociedad conyugal vigente»;

y que, la cónyuge separada de hecho, sin sociedad conyugal


vigente, carecerá de derecho «por no considerarse beneficiaria ante
la ausencia del efecto patrimonial derivado del matrimonio, es decir, la
sociedad conyugal».

SCLAJPT-10 V.00
6
Radicación n.° 95973

Así pues, señaló que en el presente asunto, a la actora


«no le basta demostrar 5 años de convivencia en cualquier tiempo, ante
tal disolución del efecto patrimonial», sino que debía acreditar que

convivió con el pensionado en los cinco años anteriores a su


deceso, «pues subsiste el vínculo matrimonial, evento en el que prima la
convivencia como elemento esencial de la prestación». Afirmó, que por

las condiciones en las que se dio la relación en los últimos


años de vida del causante, tal exigencia la analizaría de cara
al precedente jurisprudencial que habilita la convivencia de
las parejas que no comparten el mismo techo por razones de
trabajo, enfermedad, entre otras.

Del análisis a las pruebas incorporadas, halló probado


que la pareja contrajo matrimonio el «31 (sic)» de octubre de
1971, sin que se acredite divorcio judicial; que según Fabio
Correa Jaramillo, hermano del de cujus, aquellos vivieron en
Estados Unidos desde el año 1997, y que a la luz de lo
expuesto por la demandante en su declaración de parte, tal
unión compartió el mismo techo hasta el 2004, pues en ese
momento su cónyuge se regresó a Colombia mientras ella
permanecía en el exterior.

En aras de definir si pese a la distancia y al hecho de


que no compartían techo, la pareja mantuvo una comunidad
de vida estable en los cinco años anteriores al deceso del
pensionado, esto es, entre el 5 de abril de 2014 y ese mismo
día y mes de 2019; analizó las pruebas allegadas al plenario,
de las cuales encontró el certificado de libertad y tradición de
un inmueble ubicado en Pereira, de propiedad de la actora, y
frente al cual ambos cónyuges elevaron en hipoteca a

SCLAJPT-10 V.00
7
Radicación n.° 95973

Coopdesarrollo en 1993, deuda que fue cancelada en 1995,


para que aquella, finalmente, lo vendiera en este último año
(fl. 40). Así mismo, halló otro certificado de tradición de un
inmueble identificado con número de matrícula 290-89350
(fl. 47), que compró la demandante en 1992, y fue adjudicado
a esta por liquidación de la sociedad conyugal en el año 2005
(fl. 49).

Analizó el certificado emitido por Migración Colombia en


el que se describe que entre los años 2010 y 2016, aquella
ingresó al país en tres oportunidades. La primera, en un
lapso de un mes, entre octubre y noviembre de 2010; la
segunda, dos meses y medio, entre diciembre de 2013 y
marzo de 2014, y la última, por tres semanas, entre agosto y
septiembre de 2016. Sobre el lugar en donde aquella se
hospedó en esas visitas, halló probada de la misma versión
que la actora dio en su interrogatorio de parte, que lo hacía
«en la casa de su sobrina o en la vivienda de amigas».

Dijo que lo anterior, en conjunto con lo descrito en el


hecho de la demanda inicial, en el que manifestó que su
esposo quedó vetado para ingresar a los Estados Unidos por
un periodo de 10 años, contados a partir de año 2009, daba
cuenta que la pareja se separó de hecho en el año 2004,
cuando el causante regresó a Colombia, sin que existiera
prueba de la razón por la que entre este año y el 2009,
aquellos no volvieron a reunirse, pues no halló elemento de
juicio que diera cuenta de visitas entre ellos, salidas del de
cujus a Estados Unidos, ni que la actora viniera a Colombia;

SCLAJPT-10 V.00
8
Radicación n.° 95973

luego, coligió, no se acreditó ninguna circunstancia que


impidiera la convivencia bajo el mismo techo.

Mencionó, que al quedar demostrado que la separación


ocurrió en el año 2004, esto es, más de 15 años previos a la
muerte del pensionado, poco o nada incidía analizar los
últimos cinco años de convivencia entre la pareja; pero que,
aun si lo hiciera, «tampoco hubo reunión alguna», en tanto el
certificado de Migración Colombia daba cuenta que entre el
5 de abril de 2014 y el 5 de abril de 2019, la accionante
ingresó al país en el año 2016, por un periodo de tres
semanas.

Este hecho, sumado al que vendieron el inmueble que


compartían en el año 2014, sin que invirtieran el dinero de
la venta en otro bien común, y que cuanto la accionante
regresaba al país de visita se quedaba en lugares distintos al
de residencia de su esposo, permitían colegir sin dubitación
que Martha Caro y Rogelio Correa no convivían como pareja,
pues ni siquiera al regreso ocasional de aquella compartían
el mismo techo, aspecto que denota la intensión inequívoca
de no hacer vida marital, ni tener un proyecto de vida juntos.

Manifestó, que lo anterior no queda sin piso de cara a


la versión dada por Fabio Correa, en cuanto dijo que la
demandante estuvo pendiente del causante a su regreso a
Colombia, y le enviaba dinero, pues a más de que no expuso
la razón por la que conocía de ello, dijo que la comunicación
que tenía con su hermano era mínima, situación que
corroboró con el hecho de que pese a que el señor Rogelio

SCLAJPT-10 V.00
9
Radicación n.° 95973

volvió al país en el año 2004 y falleció en el 2019, es decir,


estuvo presente por durante 19 años, lo visitó en una ocasión
en el año 2015.

Anotó, que la misma suerte corría la versión de Natalia


Gálvez Aguirre, sobrina de la demandante, quien dijo que ella
y su señora madre «recogían al causante para llevarlo a citas médicas
y comprarle medicina, en representación de la cónyuge que estaba en el
extranjero», y que su tía y Rogelio decidieron vivir en Medellín

en el 2018; no obstante, no dio cuenta del origen de tal


afirmación. Para el Tribunal, esta declaración no cambió el
rumbo del proceso, pues quien estaba vedado para viajar a
Estados Unidos era el causante, luego, bien pudo la actora
regresar a Colombia a visitarlo en su convalecencia, sin que
lo hiciera, o por lo menos no en el año que el pensionado se
agravó; de ahí que el cuidado dispensado por la testigo y su
progenitora tampoco contribuye a evidenciar la convivencia.

Afirmó, que las declaraciones extra juicio no servían a


los fines del proceso, pues no expusieron las circunstancias
de tiempo, modo y lugar de lo que allí expusieron. Anotó, que
si bien el contrato de prestación de servicios daba cuenta que
la actora contrató a María Eugenia Goez para que cuidara a
Rogelio Correa en la clínica, el mismo por sí solo tampoco
exhibía que convivieron en los cinco años previos a la muerte
de aquel. Por lo anterior, concluyó, la accionante no acreditó
la calidad de beneficiaria para obtener la pensión de
sobrevivientes con ocasión a la muerte de Rogelio Correa.

SCLAJPT-10 V.00
10
Radicación n.° 95973

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por Martha Caro Londoño, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Mediante la formulación de un cargo, que mereció


replica por parte de Colpensiones, pretende que la Corte case
parcialmente el fallo gravado, en cuanto absolvió a dicho ente
de las pretensiones incoadas en su contra, para que, en sede
de instancia, revoque el fallo proferido por el juez singular,
en el mismo sentido, y en su lugar, le conceda las peticiones
que sustentó en el escrito inicial.

VI. CARGO ÚNICO

Denuncia violación directa, por interpretación errónea


del inciso 3, literal b) del artículo 47 de la Ley 100 de 1993,
modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003, en
relación con los artículos 46 y 74 del primer elenco normativo
y, el 42, 48 y 53 de la Constitución Política.

Dada la senda de ataque seleccionada, no discute los


supuestos fácticos hallados por el Tribunal, en cuanto a que
Martha Caro Londoño y Rogelio Correa Jaramillo contrajeron
matrimonio el 30 de octubre de 1971, nexo que se mantuvo
vigente hasta el deceso del pensionado; que la pareja disolvió
y liquidó la sociedad conyugal el 16 de abril de 2005; que
convivieron hasta el año 2004, esto es, más de 33 años, y que

SCLAJPT-10 V.00
11
Radicación n.° 95973

a María Nelly Hoyos no le asiste derecho a la pensión por no


acreditar el requisito de convivencia con el de cujus.

Reproduce el párrafo 3 del literal b) del art. 47 de la Ley


100 de 1993, modificado por el art. 13 de la Ley 797 de 2003,
y dice que si el juez plural lo hubiera interpretado en debida
forma, habría colegido que los únicos requisitos exigidos a la
cónyuge separada de hecho para obtener la pensión de
sobrevivientes, es que a la fecha del deceso de su esposo, «el
vínculo matrimonial continúe vigente, aunado a que acredite la
convivencia con éste por un espacio de 5 años o más, los cuales pueden
ser acreditados en cualquier tiempo».

Manifiesta, que ninguna razón le asiste al juez de alzada


al imponer a la accionante el deber de acreditar que convivió
con el causante en los cinco años anteriores al momento de
su deceso, en razón a que la pareja no tenía la sociedad
conyugal vigente. Aduce, que la literalidad de la norma en
cita no exige la indisolubilidad de la sociedad conyugal, como
lo indicó el Tribunal de forma errada, pues reitera, lo único
que debe acreditarse es la calidad de cónyuge con vínculo
matrimonial vigente a la data del deceso del causante y los
cinco años de convivencia en cualquier tiempo.

Critica al juez colegiado por adoptar lo resuelto por la


Corte Constitucional, sin siquiera argumentar las razones
por las que desatendió el criterio imperante que esta Sala de
Casación Laboral ha expuesto, por ejemplo, en las sentencias
CSJ SL261-2023, CSJ 233-2023, CSJ SL1399-2018, CSJ
SL2257-2022, CSJ SL2425-2022, en las que ha dicho que el

SCLAJPT-10 V.00
12
Radicación n.° 95973

hecho de que una pareja liquide la sociedad conyugal, no


conduce necesariamente a restringir el derecho del cónyuge
supérstite separado de hecho con vínculo matrimonial
vigente, que haya convivido con el causante cinco años en
cualquier momento.

Esgrime, la errada interpretación hermenéutica que le


imprimió el juez de apelaciones a la norma acusada, no solo
condujo a la imposición de requisitos inexistentes, sino a la
transgresión de los principios constitucionales que orientan
la visión de la familia como núcleo fundamental de la
sociedad, el acceso a la seguridad social, y el derecho al
mínimo vital de la demandante.

Así pues, y como quiera que en el proceso no se debate


que la relación de pareja conformada por la demandante y su
cónyuge estuvo vigente al momento del deceso de aquel, «ya
que la disolución y liquidación de la sociedad conyugal que se llevó a
cabo el 16 de abril de 2005 no afectó dicha figura jurídica», y que ellos

convivieron por más de 33 años, tales supuestos son


suficientes para reconocer el derecho a la actora, teniendo de
presente que María Nelly Hoyos no acreditó su condición de
beneficiaria.

VII. LA RÉPLICA

Colpensiones arguye que el Tribunal «pudo haber incurrido


en interpretación errónea del inciso final del literal b) del artículo 47 de
la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003»,

pero no en los términos señalados por la actora, sino porque

SCLAJPT-10 V.00
13
Radicación n.° 95973

le impuso el deber de acreditar cinco años de convivencia


previos al deceso del causante, y que el nexo matrimonial se
mantuvo vigente, supuestos que no exige el fallo CC C-515-
2019, pues en tal oportunidad la Corte Constitucional exigió
que en casos de convivencia no simultánea, la cónyuge
supérstite debía probar que convivió con el causante cinco
años en cualquier momento, que hubo separación de hecho
y que la sociedad conyugal se mantuvo vigente, supuesto
último que no acreditó la accionante.

VIII. CONSIDERACIONES

La senda de ataque seleccionada por la censura deja por


fuera de discusión en sede de casación, que Martha Caro
Londoño y Rogelio Correa Jaramillo contrajeron nupcias el
30 de octubre de 1971, sin que mediara entre ellos divorcio
o cesación de los efectos civiles; que convivieron desde tal
fecha hasta el año 2004, esto es, por un periodo aproximado
de 33 años, y disolvieron y liquidaron la sociedad conyugal el
16 de abril de 2005. Tampoco se debate que Correa Jaramillo
falleció el 5 de abril de 2019, fecha para la cual tenía la
condición de pensionado, y que a María Nelly Hoyos no le
asiste derecho a la pensión deprecada, por cuanto no
acreditó el requisito de convivencia con aquel.

El juez de alzada consideró que conforme lo previsto en


el inciso 3, literal b) del artículo 47 de la Ley 100 de 1993,
modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003, a la
demandante no le bastaba demostrar que convivió con el de
cujus durante cinco años en cualquier tiempo, pues ante la

SCLAJPT-10 V.00
14
Radicación n.° 95973

liquidación de la sociedad conyugal, debía probar que hizo


vida marital con aquel en los cinco años que precedieron a
su deceso.

La actora se duele de la anterior intelección. Aduce, que


la literalidad de la norma en cita permite entender con
claridad, que cuando es la cónyuge supérstite separada de
hecho la que busca el reconocimiento de la pensión de
sobrevivientes, su deber se concita en demostrar el nexo
matrimonial vigente a la fecha del deceso del causante, y que
convivieron por un lapso de cinco años en cualquier tiempo.

A fin de definir si el juez de segunda instancia incurrió


en el yerro jurídico que le achacan, imprescindible resulta
recordar lo que esta Corte ha ilustrado sobre el alcance que
debe dársele al inciso 3, literal b) del art. 13 de la Ley 797 de
2003, que regula la situación del cónyuge que pese a haberse
separado de hecho, mantiene su vínculo matrimonial vigente.

Es así, como desde la sentencia CSJ SL, 24 ene. 2012,


rad. 41637, reiterada entre otras, en la CSJ SL1869-2020,
CSJ SL2746-2020, esta Sala de la Corte ha ilustrado que el
aparte final de la norma aludida exige a quienes como la
actora, ostentan la calidad de cónyuge supérstite, el deber de
acreditar la existencia del nexo matrimonial, y la convivencia
con su esposo por un lapso por lo menos no inferior a cinco
años en cualquier tiempo de la relación, postulados que no
podrían ser distintos, pues la intención del legislador al crear
la norma en los términos descritos, es que se respete el
concepto de unión conyugal, que aun cuando existiera

SCLAJPT-10 V.00
15
Radicación n.° 95973

separación de hecho, reconoce el derecho a la cónyuge que


convivió con el causante en ese tiempo, sin que ello implique
que deban satisfacerse previos al fallecimiento.

Lo anterior tiene un sentido lógico, y es que con esta


medida lo que se busca es equilibrar la situación que se
origina cuando una pareja que formaliza su relación, entrega
parte de su existencia a la conformación de un proyecto de
vida en común, y coadyuva a la construcción del beneficio
pensional del de cujus, en virtud del principio de solidaridad
y que, en razón a la muerte de aquel, se ve desprovista del
sostén que por durante varios años de su vida le proporcionó.

En ese orden, la razón no acompaña los cimientos sobre


los que el juez de alzada edificó su decisión, en particular, al
colegir que dada la liquidación de la sociedad conyugal, a la
accionante le correspondía acreditar que hizo vida marital
con su esposo en los cinco años que precedieron a su deceso,
pues, se insiste, lo que habilita al cónyuge separado de hecho
a acceder a la pensión de sobrevivientes es la subsistencia
del vínculo matrimonial y ese mismo tiempo de convivencia,
pero en cualquier época, de suerte que figuras del derecho
como la disolución o liquidación de la sociedad conyugal, no
son relevantes frente a la adquisición del derecho.

Y es que, en lo que atañe a esto último, importa precisar


que si bien, el artículo 13 de la Ley 797 de 2003, contiene
dos situaciones que no pueden equipararse, una relacionada
con la existencia de la unión conyugal, y la restante con la de
la sociedad conyugal vigente, esta Sala ha precisado con

SCLAJPT-10 V.00
16
Radicación n.° 95973

profusión que si la protección que otorgó el legislador fue


respecto del vínculo matrimonial, debe entonces otorgarse la
pensión a quien acreditó que el citado lazo jurídico no se
extinguió amén de que no hubo divorcio, pues por el especial
régimen del contrato matrimonial, es necesario distinguir
entre los deberes de los cónyuges entre sí, del meramente
patrimonial como acontece con la sociedad conyugal o la
comunidad de bienes que se conforma con ocasión de aquel.

En casos como el presente, tal distinción es de especial


interés, pues frente a los primeros, subsiste la obligación de
socorro, ayuda mutua en todas las circunstancias de la vida,
tolerancia y respeto (artículo 176 del Código Civil), los cuales se
conservan mientras el nexo no se disuelva por muerte,
divorcio o cesación de los efectos civiles del matrimonio
religioso (art. 5 de la Ley 25 de 1992 y 42 de la norma superior),
mientras que el segundo, refiere al régimen económico de la
unión (CSJ SL5141-2019).

Así pues, y como quiera que el legislador persiguió con


la norma en cita proteger la unión conyugal a la que allí se
refiere, no es adecuado atar el reconocimiento de la pensión
de sobrevivientes a la pervivencia de la sociedad conyugal o
la de bienes, figuras que responden a temas económicos, sino
a la vigencia del contrato matrimonial, por cuanto esta unión
confiere derechos y asigna obligaciones personales a los
consortes.

Tampoco, es acertado enervar el derecho pensional ante


figuras como la separación de hecho o de cuerpos, pues en

SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n.° 95973

la primera situación la obligación de convivir subsiste, y en


la siguiente, tan solo se excluye la de cohabitación, pero de
ninguna manera la de socorro y ayuda mutua, que pese a
esas circunstancias, se conserva (CSJ SL, 13 mar. 2012, rad.
45038 y CSJ SL1399-2018).

Lo expuesto, permite entender con suficiencia el errado


entendimiento que el juez colegiado le otorgó a la norma
denunciada, al colegir que la liquidación de la sociedad
conyugal de la pareja imponía a la demandante el deber de
acreditar que hizo vida marital con el causante en los cinco
años anteriores a la fecha de su muerte, pues ello comporta
un requisito adicional que no establece el inciso 3, literal b)
del artículo 13 de la Ley 797 de 2003.

Así las cosas, lo que importa en casos como el presente,


en el que hubo separación de hecho, y liquidación de la
sociedad conyugal, es que el lazo matrimonial este vigente y
que haya existido convivencia por lo menos de cinco años en
cualquier momento de la relación, supuestos ambos
acreditados con suficiencia en el plenario, pues no es materia
de debate en sede de casación, ni lo fue en las instancias,
que los esposos Caro Londoño y Correa Jaramillo contrajeron
nupcias el 30 de octubre de 1971, sin que mediara entre ellos
divorcio o cesación de los efectos civiles, y convivieron desde
tal fecha hasta el año 2004, esto es, por un lapso aproximado
de 33 años.

Por último, esta Sala no pasa por alto el deber que el


Tribunal incumplió al no exponer los argumentos por los que

SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n.° 95973

se apartó de la postura reiterada por esta Sala, pues pese a


que no fue desconocida para aquel, en tanto citó varias de
las providencias emitidas por esta Sala de Casación Laboral
que resuelven situaciones análogas, olvidó lo que de tiempo
atrás se ha ilustrado, y es que si bien, los jueces pueden
apartarse de la jurisprudencia de los órganos de cierre, como
expresión de la autonomía judicial constitucional, para que
ello sea válido, es necesario que cumplan con el estricto deber
de identificación del precedente de la decisión y de la carga
argumentativa suficiente y válida, toda vez que el precedente
emitido por instituciones cómo la que ahora se dirige, no
pueden ser sencillamente ignoradas frente a casos similares
antes fallados, dada la fuerza vinculante que traen consigo
en virtud de los principios de igualdad, confianza legítima,
buena fe y seguridad jurídica. En fallo CSJ AL1075-2023, se
explicó la forma en cómo deben interpretarse las anteriores
(CSJ SL2383-2023, CSJ SL3537-2021, CSJ AL3032-2023).

En ese orden, y como quiera que está demostrado con


suficiencia el equivocado entendimiento que el juez de alzada
le imprimió a la norma que gobierna el litigio, aunado a que
se apartó del precedente emitido por esta Corte, sin explicar
razones válidas que justifiquen el cambio del criterio, para la
Sala lo expuesto es suficiente para que la acusación resulte
fundada; en consecuencia, se casará el fallo gravado solo en
lo que respecta al derecho pensional que le asiste a Martha
Caro Londoño.

Sin costas dada la prosperidad del recurso.

SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n.° 95973

IX. SENTENCIA DE INSTANCIA

La operadora judicial de primera instancia señaló, que


a la actora no le asistía derecho a la pensión de
sobrevivientes en los términos del art. 13 de la Ley 797 de
2003, toda vez que la pareja liquidó la sociedad conyugal a
través de la escritura pública No 1197 de 16 de abril de 2005,
y según la investigación adelantada por la demandada, no
convivieron en los 5 años anteriores a la fecha del deceso del
causante, pues cada uno vivió en países distintos, e incluso
el de cujus, sostuvo una relación con María Nelly Ramírez en
unión libre «pero no fue permanente en el tiempo».

Lo expuesto en sede extraordinaria es suficiente para


dejar sin cimientos los anteriores argumentos, pues la
liquidación de la sociedad conyugal no es un impedimento
para conceder el acceso al derecho pensional causado por la
muerte de quien en vida mantuvo el vínculo matrimonial con
su esposa, hasta ese momento y por un periodo superior a
los 33 años. Por lo tanto, cumplidas las dos condiciones
legalmente exigidas, luce claro que la juez singular erró al
negarle la concesión de la sustitución pensional a cargo de
Colpensiones y a favor de Martha Caro Londoño.

Las pruebas arrimadas al plenario, dan cuenta que el


extinto ISS le reconoció a Rogelio Correa Jaramillo a través
de la Resolución 005457 de 25 de septiembre de 2004, la
pensión de vejez a partir del 1 de octubre de 2004, en cuantía
inicial de un salario mínimo legal mensual vigente para esa
época, esto es, $358.000.

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n.° 95973

En ese orden, y dado que la pensión de sobrevivientes


se sustituye a la beneficiaria del derecho en proporciones y
número igual mesadas anuales otorgadas al pensionado, se
condenará a la demandada a pagar a Martha Caro Jaramillo
el 100% de la pensión reconocida al causante desde que la
data que falleció, esto es, desde el 5 de abril de 2019 hasta
febrero de 2024, debidamente actualizada, en razón de 14
mesadas anuales. Lo anterior, conforme el siguiente cálculo:

VALOR No. DE TOTAL MESADAS


DESDE HASTA
MESADA PAGOS AL 29/02/2024
5/04/2019 31/12/2019 $ 828.116,00 10,87 $ 8.998.860,53
1/01/2020 31/12/2020 $ 877.803,00 14 $ 12.289.242,00
1/01/2021 31/12/2021 $ 908.526,00 14 $ 12.719.364,00
1/01/2022 31/12/2022 $ 1.000.000,00 14 $ 14.000.000,00
1/01/2023 31/12/2023 $ 1.160.000,00 14 $ 16.240.000,00
1/01/2024 29/02/2024 $ 1.300.000,00 2 $ 2.600.000,00
TOTAL $ 66.847.466,53

Dadas las resultas del proceso no prospera la excepción


de inexistencia de la obligación propuesta por Colpensiones,
ni la de prescripción, pues en los términos de los art. 488 del
Estatuto Laboral y 151 del Código de Procedimiento Laboral,
la solicitud del derecho se radicó el 10 de mayo de 2019 y la
demanda inicial se presentó el 13 de septiembre de ese
mismo año.

En lo que concierne a los intereses moratorios del art.


141 de la Ley 100 de 1993 ha de recordarse que si bien, esta
Sala a partir de la sentencia CSJ SL1681-2021 definió que
proceden frente a todo tipo de pensiones legales, también ha
precisado que se excluyen en casos excepcionales, como por
ejemplo, cuando se trata de pensiones consolidadas antes de

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n.° 95973

la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993; cuando existe


algún conflicto entre potenciales beneficiarios de la pensión,
que solo puede ser dirimido por la justicia ordinaria (CSJ
SL454-2021, CSJ SL1476-2021); el reconocimiento deviene de un

cambio jurisprudencial (CSJ SL2941-2016); la prestación se


reconoce bajo el principio de la condición más beneficiosa
(CSJ SL5079-2018); se inaplica el requisito de fidelidad al

sistema (CSJ SL070-2018), entre otras.

Conforme a lo anterior, luce prístino que en el caso de


marras no se generaron los réditos en comento, debido a que
la accionada tenía una razón plausible para no reconocer la
prestación deprecada, consistente en la controversia que se
presentó entre beneficiarias, esto es, de un lado la cónyuge y
de otro la compañera permanente. De esta suerte se ordenará
su indexación, a fin de paliar el efecto inflacionario que sufre
el valor de las mesadas por el paso del tiempo, conforme la
siguiente fórmula:

VA = VH x IPC Final
IPC Inicial
De donde:

VA = IBL o valor actualizado

VH = Valor histórico que corresponde a la suma a cada una de las


mesadas a pagar.

IPC Final = Índice de Precios al Consumidor de la última anualidad


en la fecha de pago.

IPC Inicial = Índice de Precios al Consumidor de la última


anualidad en la fecha de causación de cada una de las mesadas
pensionales debidas.

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n.° 95973

Lo que viene de considerarse, es suficiente para revocar


parcialmente la decisión proferida el 6 de septiembre de
2021, por el Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Pereira,
en cuanto negó el derecho a la pensión de sobrevivientes a
favor de Martha Caro Londoño. En su lugar, se condenará a
Colpensiones a reconocer a aquella, en calidad de cónyuge
supérstite de Rogelio Correa Jaramillo, la pensión deprecada
en forma vitalicia, a partir del 5 de abril de 2019, en los
términos indicados. Se confirma en lo demás.

Se autorizará a Colpensiones para que del retroactivo a


cancelar, descuente los porcentajes correspondientes a los
aportes al sistema de seguridad social en salud.

Costas en ambas instancias, a cargo de Colpensiones y


a favor de Martha Caro Londoño.

X. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, CASA la sentencia
dictada el 27 de abril de 2022, por la Sala Laboral del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, dentro del
proceso seguido por MARTHA CARO LONDOÑO contra la
ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES –
COLPENSIONES y MARÍA NELLY HOYOS RAMÍREZ, en
calidad de litisconsorte necesaria, en cuanto confirmó la
decisión absolutoria de primer grado, negando el derecho a

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.° 95973

la pensión de sobrevivientes a favor de la demandante. No se


casa en lo demás.

En sede de instancia, se revoca la sentencia proferida el


6 de septiembre de 2021, por el Juzgado Tercero Laboral del
Circuito de Pereira; en su lugar, quedará así:

Primero: Condenar a Colpensiones a reconocer y pagar


a Martha Caro Londoño la pensión de sobrevivientes por el
deceso de su cónyuge, Rogelio Correa Jaramillo, en cuantía
de un salario mínimo mensual legal vigente, desde el 5 de
abril de 2019, en razón de 14 mesadas anuales.

Segundo. Condenar a Colpensiones a pagar a favor de


Martha Caro Londoño por concepto de retroactivo causado
entre el 5 de abril de 2019 y el 29 de febrero de 2024, la suma
de $66.847.466, la cual deberá ser indexada conforme a la
fórmula incluida en la parte considerativa, y sin perjuicio de
las que se sigan causando debidamente indexadas hasta
cuando sea incluida en nómina de pensionados.

Tercero. Declarar imprósperas las excepciones de


inexistencia de la obligación demandada y prescripción
propuestas por Colpensiones.

Cuarto. Autorizar a Colpensiones para que descuente


del retroactivo a pagar, el porcentaje correspondiente a los
aportes al sistema de seguridad social en salud.

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 95973

Quinto. Costas en ambas instancias a cargo de


Colpensiones y a favor de la demandante.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

SCLAJPT-10 V.00
25
Firmado electrónicamente por:

MARJORIE ZÚÑIGA ROMERO


Presidenta de la Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA


Aclaración de voto

FERNANDO CASTILLO CADENA


Salvamento de voto

LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ

IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ


CLARA INÉS LÓPEZ DÁVILA

OMAR ÁNGEL MEJÍA AMADOR

Este documento fue generado con firma electrónica y cuenta con plena validez jurídica, conforme a lo dispuesto en artículo
103 del Código General del Proceso y el artículo 7 de la ley 527 de 1999

Código de verificación: E1849E53F9872E8B1CC24B038CF3569E07017551525928493AF3433798661DD3


Documento generado en 2024-04-09

También podría gustarte