Derecho Poltico - Catedra B Blando

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AGRUPACION 1983

RESUMEN DE
DERECHO
POLICITO

CATEDRA “B”
Dr. Blando

Derecho Político (Resumen) 1


AGRUPACION 1983

Unidad I:
Poder
Fichas 0-11
Ficha 0:
"El Derecho como sistema de garantías"
(Luigi Ferrajoli)

1- Crisis Del Derecho y Crisis de la razón


jurídica

Los países del mundo, incluso los más desarrollados, están viviendo una
crisis profunda y creciente del Derecho. Esta crisis se la puede analizar desde 3
aspectos:

Crisis de legalidad: es decir, del valor vinculante asociado a las reglas


por los titulares de los poderes públicos. Se expresa en la ausencia o en la
ineficacia de los controles, y por tanto en la variada y llamativa
fenomenología de la ilegalidad del poder. La justicia ha demostrado que un
sistema gigantesco de corrupción, que envuelve a la política, la
administración publica las finanzas y la economía se ha desarrollado como
una especie de estado paralelo. De esta forma se produce una progresiva
degradación del valor de las reglas de juego institucional.

La inadecuación estructural de las formas del estado de Derecho:


como se sabe esta crisis ha sido con frecuencia asociada a una
contradicción entre el paradigma clásico del Estado de derecho (conjunto
de limites y prohibiciones impuestos a los poderes públicos) y el Estado
social, que por el contrario demanda a los propios poderes la satisfacción
de los derechos sociales mediante prestaciones positivas.
Tal crisis se manifiesta en la inflación legislativa provocada por
intereses sectoriales y corporativos, la pérdida de la generalidad y
abstracción de las leyes, la creciente producción de leyes acto, el proceso
de descodificación y el desarrollo de una legislación fragmentaria, incluso
en materia penal, habitualmente bajo el signo de la emergencia y la
excepción.
El deterioro de la ley, la falta de certeza generalizada a causa de la
incoherencia y la inflación normativa y la falta de elaboración de un
sistema de garantías de los derechos sociales equiparable, al sistema
tradicional de garantías predispuestas para la propiedad y la libertad,
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representa un factor de ineficacia de los derechos, además de ser un


terreno fecundo para la corrupción y el arbitrio.

La crisis del Estado nacional: que se manifiesta en el cambio de lugares


de la soberanía, en la alteración del sistema de fuentes y en el
debilitamiento del constitucionalismo. La integración mundial,
especialmente la europea, ha desplazado los centros de decisión
tradicionalmente reservados a su soberanía, en materia militar, política
monetaria y políticas sociales, fuera de los límites de los estados
nacionales. La falta de un constitucionalismo del derecho internacional,
produce una crisis a los viejos y cada vez menos legitimados sistemas de
Estados nacionales tradicionales.

Si se toma a las nuevas fuentes de producción, como el derecho europeo


comunitario, que deben ser controladas por los controles parlamentarios europeo,
y al mismo tiempo a vínculos constitucionales nacionales y supranacionales.
Esta crisis de triple derecho, corre el riesgo de traducirse como una crisis
para la democracia, pues equivale a una crisis del principio de legalidad, o sea la
sujeción de los poderes públicos a la ley en la que se fundan tanto la soberanía
popular como el paradigma del estado de derecho. Y la solución aparece en
formas neoliberales de poder público, carente de limites y controles; solamente
gobernadas por intereses fuertes y ocultos.
La multiplicidad de funciones exigidas al estado social, la inflación
legislativa, la pluralidad de fuentes normativas, su subordinación a imperativos
sistemáticos de tipo económico, tecnológico y político, a lo que debemos sumar la
ineficacia de los controles y los amplios márgenes de irresponsabilidad de los
funcionarios, generan una creciente incoherencia y falta de plenitud, imposibilidad
de conocimiento e ineficacia del sistema jurídico. Así se seguiría el debilitamiento
por la misma función normativa del derecho y en particular, por la quiebra de las
funciones de límites y vínculos para la política y el mercado, por lo tanto, de
garantía de los derechos fundamentales tanto de libertad como sociales.
Se debe comprender que el derecho siempre es una realidad no natural,
sino artificial, construida por los hombres, incluidos los juristas, que tienen una
parte no pequeña de responsabilidad del asunto. No hay nada de irremediable e
inevitable en el caos normativo, pues nada hay de necesario para la violación
sistemática de las reglas por parte de los titulares de los poderes públicos.
El peligro futuro para los derechos fundamentales y sus garantías,
depende hoy no solo de la crisis del derecho, sino también de la crisis de la razón
jurídica, no solo del caos normativo y de la ilegalidad difusa aquí recordados, sino
también de la perdida de confianza en esa “artificial reason” que es la razón
jurídica moderna, que erigió el singular y extraordinario paradigma teórico que el
Estado de derecho.
En los comienzos del Estado de derecho, la situación no debe haber sido
menos caótica que la actual. La selva de las fuentes, el pluralismo y la
superposición de ordenamientos, frente a las ideologías iusnaturalistas y de la
ilustración, formaron un cuadro más dramático.
El problema representado por las múltiples formas en que ahora se
expresa la crisis del derecho pone a la razón jurídica ante un reto que no es más

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difícil que el afrontado, hace ahora dos siglos, por los juristas ilustrados, al
emprender la obra de la codificación bajo la enseña del principio de legalidad. Si
bien respecto a la tradición positivista clásica, la razón jurídica actual tiene la
ventaja derivada de los progresos del constitucionalismo del siglo pasado, que
permiten configurar y construir hoy el derecho, como un sistema artificial de
garantías constitucionales preordenado a la tutela de los derechos
fundamentales.
Los sistemas de constituciones rígidas, se caracterizan por la doble
artificialidad; es decir, ya no solo por el carácter positivo de las normas
producidas sino también, por su sujeción al derecho. Gracias a esta doble
artificialidad (de su ser y su deber ser), la legalidad positiva o formal en el estado
constitucional de derecho ha cambiado de naturaleza: no solo es condicionante,
sino que esta a su vez condicionada por vínculos jurídicos no solo formales sino
también sustanciales. Podemos llamar modelo o sistema garantista, por
oposición al paleo positivista, a este sistema de legalidad, al que esa doble
artificialidad le confiere un papel de garantía en relación con el derecho ilegitimo.
Hoy en día, el derecho contemporáneo no programa solamente sus formas
de producción a través de normas de procedimiento sobre formación de las leyes
y demás disposiciones.
En el plano de la teoría del derecho, donde esta doble artificialidad supone
una revisión de la teoría de la validez, basada en la disociación entre validez y
vigencia, y en una nueva relación entre forma y sustancia de las decisiones.
En el plano de la teoría política, donde comporta una revisión de la
concepción puramente procedimental de la democracia y el reconocimiento
también de una dimensión sustancial.
En el plano de la teoría de la interpretación y de la aplicación de la ley, al
que incorpora una redefinición del papel del juez y una revisión de las formas y
las condiciones de su sujeción a la ley.
El papel de la ciencia jurídica, que resulta investida de una función no
solamente descriptiva, sino critica y proyectiva en relación con el objeto.

2- racionalidad Formal Y Racionalidad


Sustancial En El Paradigma Garantista De
La Validez
La primera alteración producida por el modelo garantista en el esquema
positivista clásico: la que afecta a la teoría del derecho. La validez de las normas
se identifica, sea cual fuere su contenido, con su existencia o sea con la
pertenencia a un cierto ordenamiento, determinada por su conformidad con las
normas que regulan su producción y que también pertenecen al mismo.
En realidad el sistema de las normas sobre la producción de normas
(habitualmente establecido, en nuestros ordenamientos con rango constitucional)
no se compone sólo de normas formales sobre la competencia o sobre los
procedimientos de formación de las leyes. Incluye también normas sustanciales,
como el principio de igualdad y los derechos fundamentales, que de modo
diverso limitan y vinculan al poder legislativo excluyendo o imponiéndole
determinados contenidos.

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Una ley que viola el principio constitucional de igualdad, por más que tenga
existencia formal o vigencia, puede muy bien ser inválida y como tal susceptible
de anulación por contraste con una norma sustancial sobre su producción.
Hans Kelsen, trató de resolver esta aporía afirmando la validez también de
las normas, comprendidas por ejemplo las leyes ordinarias, cuyos contenidos se
encuentren en contradicción con normas superiores, como las constitucionales;
estas normas, permanecen válidas mientras no son derogadas en la forma que el
mismo ordenamiento jurídico determine. Así confunde la anulación con la
abrogación, y lo que es mas grave, calca el deber ser sobre el ser del derecho
valorando, con una suerte de presunción general de la legitimidad, todas las
normas vigentes como validas. Hart, de modo más consecuente, ha negado la
validez de tales normas, situando las normas sustanciales sobre su producción
en el mismo plano que las formales en materia de competencia; con el resultado,
todavía más insostenible, de negar la existencia de las normas formal pero no
sustancialmente conformes con las relativas a su producción y en consecuencia
de calcar el ser sobre el deber ser del derecho y de desconocer como no vigentes
las normas invalidas y sin embargo aplicadas hasta que se produzca su
anulación.
Estas aporías desaparecen cuando se abandona la concepción paleo
positivista de la validez, ligada a una estructura simplificada de la legalidad que
ignora la sujeción al derecho, no solo formal sino también sustancial, de las
fuentes de producción jurídica, en los ordenamientos dotados de constitución
rígida. La existencia de normas invalidas puede ser fácilmente explicada con solo
distinguir dos dimensiones de la regularidad o legitimidad de las normas: la que
se puede llamar “vigencia” o “existencia”, que hace referencia a la forma de los
actos normativos y que depende de la conformidad o correspondencia con las
normas formales sobre su formación; y la “validez” propiamente dicha si se trata
de leyes, la “constitucionalidad” que por el contrario, tiene que ver con su
significado o contenido y que depende de la coherencia con las normas
sustanciales sobre su producción.
La vigencia guarda relación con la forma de los actos normativos, la
validez al referirse al significado, es por el contrario una cuestión de coherencia o
compatibilidad de sus normas producidas con las de carácter sustancial sobre su
producción. En términos kelsenianos, la relación entre normas producidas y
normas sobre la producción es en el primer caso de tipo normo dinámico y en el
segundo de tipo nomostático; y la observancia (o la inobservancia) de las
segundas por parte de las primeras se configura en el primer caso como
aplicación (o inaplicación) y en el segundo como coherencia (o contradicción).
Carecería de sendito decir que una ley no promulgada o un testamento sin forma
escrita son incoherentes o contradicen las normas formales que imponen la
promulgación de las leyes.
El paradigma del estado constitucional de derecho, no es otra cosas que
esta doble sujeción del derecho al derecho, que afecta a ambas dimensiones de
todo fenómeno normativo: la vigencia y la validez, la forma y la sustancia, los
signos y los significados, la legitimación formal y la legitimación sustancial o si se
quiere, la racionalidad formal y la racionalidad material weberianas.
Todos los derechos fundamentales, equivalen a vínculos de sustancia y no
de forma, que condicionan la validez sustancial de las normas producidas y

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expresan, al mismo tiempo, los fines a que está orientado ese moderno artificio
que es el estado constitucional de derecho.

3 – Democracia formal y democracia


sustancial
Los derechos fundamentales constituyen la base de la moderna igualdad,
que es precisamente una igualdad en “droits”, en cuanto hacen visibles dos
características estructurales que los diferencian de todos los demás derechos, a
empezar por el de propiedad sobre todo en su universalidad, al contrario de lo
que sucede con los derechos patrimoniales, que son derechos “exluendendi
alios”, de los que un sujeto puede ser o no titular y de los que cada uno es titular
con exclusión de los demás, en segundo lugar, su naturaleza de indisponibles e
inalienables, tanto activa como pasiva, que los sustrae al mercado y a la decisión
política, limitando la esfera de lo decidible de uno y otra y vinculándola a su tutela
y satisfacción.
La constitucionalización rígida de estos derechos sirve para injertar una
dimensión sustancial, no sólo en el derecho, sino también en la democracia. El
constitucionalismo es no tanto, un elemento antitético de la democracia (política y
formal), como sobre todo su necesario complemento sustancial.
Dos clases de normas sobre la producción jurídica que se han distinguido
(las formales que condicionan la vigencia y las sustanciales que condicionan la
validez) garantizan otras tantas dimensiones de la democracia: la dimensión
formal de la democracia política que hace referencia al quien y al como; y la
dimensión material de la que bien podría llamase “democracia sustancial” puesto
que se refiere al que es lo que no puede decirse o debe ser decidido por
cualquier mayoría y que está garantizada por las normas sustanciales que
regulan la sustancia o el significado de las mismas decisiones, vinculándolas, so
pena de invalidez al respecto de los derechos fundamentales y de los demás
principios axiológicos establecidos por aquella.
Los derechos fundamentales se configuran como otros tantos vínculos
sustanciales impuestos a la democracia política. Vínculos negativos, generados
por derechos de libertad, vínculos positivos, generados por derechos sociales. Y
la democracia política, como por lo demás el mercado se identifica con la esfera
de lo decidible, delimitada y vinculada por aquellos derechos. Ninguna mayoría
puede decidir la violación de un derecho de libertad o decidir la no satisfacción de
un derecho social. Los derechos fundamentales precisamente porque están
igualmente garantizados para todos y sustraídos a la disponibilidad del mercado y
de la política, forman la esfera de lo indecidible que y de lo indecidible que no; y
actúan como factores no sólo de legitimación sino también y sobre todo como
factores de deslegitimación de las decisiones y de las no decisiones.
A causa de la posible incoherencia generada por normas que resulten
inválidas al contrariar prohibiciones impuestas por normas superiores a la esfera
de lo decidible o a la inversa, por la posible falta de plenitud debida a la omisión
de normas o de decisiones en contraste con obligaciones impuestas a la misma
esfera.
Las antinomias y las lagunas (vicios del ordenamiento) consisten en
expectativas negativas a las que corresponden límites negativos y por los
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derechos sociales, que a la inversa consisten en expectativas positivas a la que


corresponden vínculos positivos para los poderes públicos.
Una perfecta coherencia y plenitud y una total ausencia de antinomias y de
lagunas solo seria posible si no se hubiera incorporado a las normas sobre la
producción algún vínculo sustancial: que es lo que sucede en el estado absoluto,
donde cualquier norma existente, en cuanto producida en las formas establecidas
por el ordenamiento, es por eso solo válida.
Una concepción sustancial de la democracia, garante de los derechos
fundamentales de los ciudadanos y no simplemente de la omnipotencia de la
mayoría, requiere que se admita la posibilidad de antinomias y de lagunas
generadas por la introducción de límites y vínculos sustanciales como
condiciones de validez de las decisiones de la mayoría.
Los vicios de incoherencia y la falta de plenitud, si bien no son irreducibles
más allá de ciertos límites, dentro de estos son reducibles mediante adecuadas
garantías. Las garantías no son otra cosa que las técnicas previstas por el
ordenamiento para reducir la distancia estructural entre normativa y efectividad, y
por tanto, para posibilitar la máxima eficacia de los derechos fundamentales en
coherencia con su estipulación constitucional.

4 – El papel del juez y la legitimación


democrática de su independencia.
Esta concepción de validez de las normas, se refleja además en un
reforzamiento del papel de la jurisdicción y en una nueva y más fuerte
legitimación democrática del poder judicial y de su independencia.
La incorporación de los derechos fundamentales a nivel constitucional,
cambian la relación entre el juez y la ley y asignan a la jurisdicción una función de
garantía del ciudadano frente a las violaciones de cualquier nivel de la legalidad,
por parte de los poderes públicos.
La sujeción del juez a la ley ya no es, como en el viejo paradigma
positivista, sujeción a la letra de la ley en cuanto válida, es decir, coherente con la
constitución. Y en el modelo constitucional – garantista, la validez ya no es un
dogma ligado a la mera existencia formal de la ley sino una cualidad contingente
de la misma ligada a la coherencia de sus significados con la constitución,
coherencia más o menos opinable y siempre remitida a la valoración del juez. La
interpretación judicial de la ley es también siempre un juicio sobre la ley misma,
que corresponde al juez, junto con la responsabilidad de elegir los únicos
significados válidos, o sea, compatibles con las normas constitucionales
sustanciales y con los derechos fundamentales establecidos por las mismas.
Interpretación de la ley conforme a la constitución y cuando el contraste resulta
insanable, deber del juez de cuestionar la validez constitucional y por tanto nunca
sujeción ante todo a la constitución, que impone al juez la critica de las leyes
invalidas a través de su reinterpretación en sentido constitucional y la denuncia
de su inconstitucionalidad.
El juez en su papel de garante de los derechos fundamentales
constitucionalmente establecidos, esta el principal fundamento de la legitimación
de la jurisdicción y de la independencia del poder judicial de los demás poderes,
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legislativo y ejecutivo, aunque sean poderes de mayoría. Precisamente porque


los derechos fundamentales sobre los que se asienta la democracia sustancial
están garantizados a todos y a cada uno de manera incondicionada, incluso
contra la mayoría sirve para fundar, mejor que el viejo dogma positivista de la
sujeción a la ley, la independencia del poder judicial, que está específicamente
concebido para garantía de los mismos. En consecuencia, el fundamento de la
legitimación del poder judicial y de su independencia no es otra cosa que el valor
de igualdad como igualdad en droits: puesto que los derechos fundamentales son
de cada uno y de todos, su garantía exige un juez imparcial e independiente,
sustraído de cualquier influencia de los poderes de mayoría.
Ninguna mayoría puede hacer verdadero lo que es falso o falso lo que es
verdadero, ni por tanto legitimar con su consenso una condena infundada por
haber sido decidido sin pruebas.

5 – La ciencia jurídica y el reto de la


complejidad
La cuarta y última alteración introducida en el modelo paleo positivista por
el modelo garantista es la que afecta al papel de la cultura jurídica.
Los vicios (incoherencia, falta de plenitud, lagunas y antinomias) dentro de
ciertos límites son considerados vicios insuprimibles.
Más allá de tales limites, pueden llegar a ser patológicos y tienen el peligro
de resolverse en una crisis de la democracia.
Lo que sí entra en crisis a causa del paradigma garantista es el esquema
positivista tradicional de la ciencia y del conocimiento jurídico.
La tarea científico y política, de descubrir a tiempo las antinomias y las
lagunas existentes y proponer desde dentro las correcciones previstas por las
técnicas garantistas de que dispone el ordenamiento, o bien de elaborar y sugerir
desde fuera nuevas formas de garantía aptas para reforzar los mecanismos de
auto corrección.
Que la incoherencia del ordenamiento haga de la crítica del derecho el
primer papel de la ciencia jurídica depende del hecho de que el jurista no puede
ignorar ninguno de los dos niveles normativos a que pertenecen las normas del
conflicto. El reconocimiento de este conflicto hace caer la presunción general de
validez que según las teorías normativistas asiste al ordenamiento en su
totalidad. Una vez caída semejante presunción, es precisamente el “derecho
inválido” o “ilegitimo” producido por la contradicción con normas superiores a él, y
por tanto por la violación de los límites negativos impuestos al poder normativo, lo
que se convierte en objeto privilegiado de la ciencia jurídica. Y es la crítica del
derecho inválido, dirigida a propiciar su anulación lo que constituye la principal
tarea, científica y política a la vez, de la ciencia jurídica.
El reconocimiento de lagunas generadas por los incumplimientos de las
obligaciones positivas constitucionales impuestas al legislador, indica
generalmente, no solo una falta de normas sino también de técnicas apropiadas
de garantía. Es el caso de la mayor parte de los derechos sociales (salud,
educación, subsistencia, asistencia) cuya desatención por parte del Estado no es
reparable con técnicas de invalidación jurisdiccional análogas a las previstas para
las violaciones de los derechos de libertad.
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El paradigma garantista es sin embargo el mismo: la incorporación de


vínculos sustanciales, no importa que consistan en deberes positivos (de hacer) o
negativos (de no hacer) a las decisiones de los poderes públicos.
La incoherencia y la falta de plenitud generadas por las violaciones, en el
positivo o en negativo, de la legalidad constitucional, hay un tercer vicio que he
recordado al comienzo como el tercer aspecto de la actual crisis de derecho: la
crisis del constitucionalismo, subsiguiente a la alteración del sistema de fuentes
producida por el ingreso de fuentes de carácter internacional en nuestro
ordenamiento.
La comunidad europea, tiene decisiones que crean sus organismos y estas
prevalecen por sobre las leyes y a veces sobre las constituciones de los estados
miembros. Lleva consigo el riesgo de deformar la estructura constitucional de
nuestras democracias, que como se ha visto, está en la base de la función misma
del derecho como sistema de garantías.
El constitucionalismo europeo se liga dirigido al desarrollo de un
constitucionalismo mundial. Reconocer el carácter de supraestatal de los
derechos fundamentales y en consecuencia disponer, en sede internacional,
garantías idóneas para tutelarlos y darles satisfacción incluso contra o sin sus
estados: un código penal internacional contra los crímenes de lesa humanidad;
una reforma de la actual jurisdicción internacional que establezca su carácter no
voluntario sino obligatorio y su competencia para decidir sobre la responsabilidad
de los estados y de sus gobernantes por las violaciones de los derechos
fundamentares de sus ciudadanos; un sistema de obligaciones internacionales
impuesto para tutela de los derechos sociales también en los países más pobres;
el desarme progresivo de los estados miembros de la ONU, acompañado de la
atribución del monopolio de la fuerza legal a organismos internacionales
democráticamente representativos.
La superación del carácter ilimitado de la soberanía estatal y por otra parte
del límite de la ciudadanía para el disfrute de los derechos fundamentales,
representa pues, la condición para el desarrollo de un constitucionalismo mundial.
La coherencia perseguible a través de la ciencia interna del derecho
vigente, dirigida a exigir la anulación de las normas invalidas, la plenitud que
demanda la identificación de los incumplimientos del ordenamiento y por tanto el
diseño de garantías idóneas para impedirlos, la unidad, que requiere la
elaboración de un constitucionalismo mundial idóneo para restaurar una jerarquía
mínimamente cierta y racional de las fuentes en el cuadro de la unidad del
ordenamiento internacional.
Este es el único camino para responder a la complejidad social y para
salvar, con el futuro del derecho, también el futuro de la democracia.

Ficha 1
"Concepciones sobre el poder"
(Max Weber)

“Potencia y poder”

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Por potencia se entiende toda posibilidad de hacer valer dentro de una


relación social, aún frente a una oposición, la propia voluntad, cualquiera que sea
la base de esta posibilidad.
Por poder debe entenderse la posibilidad de hallar obediencia, entre
ciertas personas, a un orden que posea determinado contenido. El fenómeno del
poder sólo se conecta a la presencia real de una persona que dé órdenes a otras
para con buenos resultados, y no siempre a la existencia de un aparato
administrativo y ni siquiera de un grupo social. Un grupo social determinado debe
ser denominado grupo de poder en medida en que sus miembros como tales
estén sujetos, según un ordenamiento, a relaciones de poder.
Por poder, debe entenderse que los específicos mandos (o cualquiera de
ellos) hallen obediencia por parte de un determinando grupo de hombres y no
cualquier posibilidad de ejercer “potencia” e “influencia” sobre otros hombres. El
poder de autoridad puede fundarse en el caso individual, sobre los más diversos
motivos de disposición a obedecer, empezando por el hábito ciego hasta
consideraciones puramente racionales respecto del objetivo. A toda relación de
poder, corresponde un mínimo de voluntad de obediencia, un interés de
obediencia.

“El Poder Autoritario De Mando”


El poder es uno de los elementos más importantes del accionar para de la
comunidad. Todos los campos del accionar de la comunidad, sin excepción
alguna, demuestran estar influidos de manera muy profunda por formaciones de
poder.
Por una parte, el poder constituido en virtud de una constelación de
intereses y por otra parte, el poder constituido en virtud de la autoridad (poder de
mando y deber de obediencia)
Finalmente podemos concluir que por poder se debe entender, como el
fenómeno por el cual la voluntad manifestada (mando) del detentador o de los
detentadores del poder, intenta influir sobre el accionar de otras personas
(dominados), e influye efectivamente de tal modo que el accionar de estos se
desenvuelve, en un grado socialmente relevante, como si los dominados, por su
propio deseo, hubiesen asumido el contendido del mando como máxima de su
accionar (obediencia).

Ficha 2
"La voz “Poder” en el estudio de la política"
(Diccionario de Política de Norberto Bobbio)

El poder en el estudio de la política


Se puede decir que no existe prácticamente relación social en la cual no
esté presente, de alguna manera, la influencia voluntaria de un individuo o de un
grupo sobre la conducta de otro individuo o grupo. El campo donde precisamente
el poder adquiere el papel más importante en el de la política.
Para Max Weber, las relaciones de mandato y obediencia, más o menos
continuas en el tiempo, que se hallan típicamente en la relación política, tienden a
basarse no solamente en fundamentos materiales o en la pura costumbre de
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obedecer que tienen los sometidos sino también y principalmente en un


específico fundamento de legitimidad. De este poder legítimo, que es
frecuentemente designado con la palabra “autoridad”, Weber individualizó tres
tipos “puros”:
Legal  La Ley  Burocracia
Pode
Tradicional  Tradición 
r
Patriarcal
Carismático  Novedad / Lo Inexistente  Carisma

El Poder Legal, es el que es especialmente característico de la sociedad


moderna, se funda en la creencia de la legitimidad de los ordenamientos
estatuidos que definen expresamente el papel del detentador del poder. La fuente
es la ley, a la cual obedecen no sólo quienes prestan obediencia, sino también el
que manda. El aparato administrativo es la burocracia. Las órdenes son
impartidas por funcionarios dotados de competencias específicas.

El poder tradicional se basa en la creencia del carácter sacro del poder


existente “desde siempre”. La fuente es la “tradición”, que impone también
vínculos al contenido de los mandatos que el “señor” imparte a sus “súbditos”. En
el modelo más puro del poder tradicional, el aparato administrativo es de tipo
patriarcal, compuesto por servidores ligados al señor.

El poder carismático, se basa en la sumisión afectiva a la persona del jefe


y al carácter sacro, la fuerza heroica, el valor ejemplar o la potencia del espíritu y
del discurso que lo distinguen de manera excepcional. La fuente del poder se
conecta con lo que es nuevo, que no ha existido jamás y por ello el poder tiende
a no soportar vínculos predeterminados. El que manda es típicamente el “guía”
(el profeta, el héroe guerrero, el gran demagogo) y aquellos que le prestan
obediencia son los discípulos. El aparato administrativo es escogido sobre la
base del carisma y de la entrega personal y no constituye ni una burocracia ni un
aparato de servidores.
Años más tarde, Harold Lasswell, vio en el poder el elemento característico
del aspecto político de la sociedad, y construyó un elaborado esquema
conceptual para el estudio de los fenómenos de poder en el cuadro de toda la
vida social. Utilizando conceptos psicoanalíticos de origen freudiano, Lasswell
examinó las relaciones que existen entre poder y personalidad.
De estos estudios lasswellianos tomaron punto de partida las posteriores
investigaciones sobre la personalidad autoritaria (autoritarismo)
Hoy, el poder es considerado como una de las variables fundamentales en
todos los sectores de estudio de la política.

“Métodos de investigación empírica”


Un primer método de investigación ha sido usado sólo como instrumento
secundario en las investigaciones más recientes: es el método posicional.
Consiste en identificar las personas más importantes en aquellos que tienen una
posición formal de vértice en las jerarquías públicas y privadas más importantes

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de la comunidad. Basta con averiguar quién ocupa formalmente ciertas


posiciones para establecer quién detenta el mayor poder. El defecto se encuentra
en que no es para nada seguro que el poder efectivo corresponde a la posición
ocupada formalmente, pues existen estructuras de poder informales, que ejercen
sobre las estructuras formales, una influencia mayor o menor.
Otro método de investigación es el estimativo. Se funda esencialmente en
el juicio de algunos miembros de la comunidad estudiada que, por las funciones o
misiones que desempeñan, son considerados buenos conocedores de la vida
política de la comunidad misma. El investigador que adopta este método se
confía de las estimaciones expresadas por un cierto número de jueces que él
considera particularmente confiables: los poderosos en la comunidad son las
personas que los jueces consideran como tales. El problema es que se indaga
según el poder estimado y no el real que puedan poseer las personas. El poder
oculto, o sea relaciones de poder que no son vistas abiertamente, sólo pueden
ser verificadas “detrás de los bastidores” de la vida pública.
Un tercer método es el decisional. Se basa en la observación o en la
reconstrucción de los comportamientos efectivos que se manifiestan en el
proceso decisional público. Para determinar cuales son las personas importantes
algunos investigadores se limitan a considerar la participación activa en el
proceso de decisión, pero más frecuentemente se procede a la individualización
de los hombres que prevalecen en el proceso decisional, o bien por qué obtienen
que sea tomada una decisión apreciada o bien por qué impiden que sea tomada
una decisión inapreciada.
El proceso decisional, no tiene lugar en el vacío sino dentro de un
determinado contexto organizativo hecho de instituciones, reglas del juego y
valores dominantes, que preseleccionan las propuestas admisibles en el proceso
de decisión e imprimen una orientación general a la acción pública. Y la
delimitación y la orientación general del proceso decisional, a su vez, se apoyan
en una constelación de otros centros de poder (económico, religioso, etc.) que
condicionan en modo relativamente estable al gobierno local.
Si bien su fertilidad relativa es muy diversa, ninguno de los métodos de
investigación hasta ahora adoptados es capaz de individualizar en modo
suficientemente confiable la distribución conjunta del poder en la comunidad. Ello
parece indicar que para estudiar empíricamente el poder, no es necesario utilizar
simplemente cualesquiera de los métodos mencionados sino usar un arco
articulado de técnicas de investigación orientadas al reconocimiento no sólo de
los dinamismo del proceso decisional sino también de los poderes estructurales
que condicionan tales dinamismos en mayor o menor medida.

Ficha 3:
"Tipología clásica de las formas de poder – El
poder político"
(Diccionario de Política de Norberto Bobbio)

“La tipología clásica de las formas de


poder”
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El poder ha sido definido tradicionalmente como “consistente en los


medios para obtener alguna ventaja” (Hobbes) o como “el conjunto de los medios
que permiten conseguir los efectos deseados” (Russell). El poder se define a
veces como una relación entre dos sujetos de los cuales uno impone al otro su
voluntad y le determina a su pesar el comportamiento; pero como el dominio
sobre los hombres generalmente no tiene un fin en si mismo sino que es un
medio para obtener “alguna ventaja” o más exactamente “efectos deseados”, al
igual que el dominio sobre la naturaleza, la definición como tipo de relación entre
sujetos debe integrarse con la definición del poder como la posesión de los
medios (de los cuales los dos principales son el dominio sobre los otros hombres
y el dominio sobre la naturaleza) que permiten conseguir, justamente, “alguna
ventaja” o “los efectos deseados”. El poder político pertenece a la categoría del
poder de un hombre sobre otro hombre (no del poder del hombre sobre la
naturaleza). Esta relación se expresa a través de la relación entre gobernantes y
gobernados, entre soberano y súbditos, entre el estado y los ciudadanos, entre el
orden y la obediencia, etcétera.
En la tradición clásica (Aristóteles), se consideraban tres formas de poder:
el poder paterno, el poder despótico y el poder político. El paterno es ejercido a
favor del hijo, el despótico en el interés del patrón, el político en el interés de
quien gobierna y de quien es gobernado. Pero el criterio que terminó por
prevalecer en los tratados de los jusnaturalistas fue el del fundamento o del
principio de legitimización. El fundamento del poder paterno es la naturaleza, el
del poder despótico el castigo por un delito cometido, el del poder civil, es el
consenso. A estos tres motivos de justificación del poder corresponden las tres
fórmulas clásicas del fundamento de la obligación: ex natura, ex delicto y ex
contractu.
Los escritores políticos han reconocido siempre tanto los gobiernos
paternalistas como los gobiernos despóticos, vale decir gobiernos en los cuales la
relación entre gobierno y súbditos se asimila a la relación entre padres e hijos o a
la relación entre patrón y esclavos, los que de hecho no son menos gobierno que
aquellos que actúan por el bien público y que están basados en el consenso.

“La tipología moderna de las formas de


poder”
La clasificación de las varias formas de poder que se basa sobre los
medios de los cuales se sirve el sujeto activo de la relación para condicionar el
comportamiento del sujeto pasivo, es lo más conveniente. Según este criterio,
pueden distinguirse tres grandes clases en el ámbito del concepto muy lato de
poder. Estas clases son: poder económico, poder ideológico, y el poder político.
El poder económico, es el que utiliza la posesión de ciertos bienes,
necesarios y supuestos tales, en una situación de escasez, para inducir a
aquellos que no los poseen a tener una cierta conducta, que consiste
principalmente en la ejecución de un cierto tipo de trabajo. En la posesión de los
medios de producción reside una enorme fuente de poder por parte de aquellos
que lo poseen. El poder del dueño de una empresa deriva de la posibilidad que la
posesión o la disponibilidad de los medios de producción le da para obtener la
venta de la fuerza de trabajo en cambio de un salario. Todo poseedor de bienes
Derecho Político (Resumen) 13
AGRUPACION 1983

abundantes es capaz de condicionar el comportamiento de quien se encuentra en


condiciones de debilidad y de penurias a través de la promesa y la atribución de
compensaciones.
El poder ideológico se basa sobre la influencia que las ideas formuladas en
cierta manera, emitidas en ciertas circunstancias, por una persona investida con
una cierta autoridad, difundidas con ciertos procedimientos, tienen sobre la
conducta de los asociados. De éste tipo de condicionamientos nace la
importancia social en todo grupo organizado de aquellos que saben, de los
conocedores, sean los sacerdotes de las sociedades arcaicas, o los intelectuales
o los científicos de las sociedades evolucionadas porque a través de éstos, y de
los valores que ellos difunden y los conocimientos que imparten, se cumple el
proceso de socialización necesario para la cohesión y la integración del grupo.
El poder político se basa sobre la posesión de los instrumentos a través de
los cuales se ejerce la fuerza física (las armas de todo tipo y grado). Es el poder
coercitivo en el sentido más estricto de la palabra. Las tres formas de poder
instituyen y mantienen una sociedad de desiguales, es decir dividida entre ricos y
pobres en base al primero, entre conocedores e ignorantes en base al segundo,
entre fuertes y débiles en base al tercero y genéricamente entre superiores e
inferiores.
A pesar del estado de subordinación que la expropiación de los medios de
producción crea en los expropiados hacia los expropiadores, a pesar de la
adhesión pasiva a los valores de grupo por parte del mayor número de los
destinatarios de los mensajes ideológicos emitidos por la clase dominante, sólo el
empleo de la fuerza física sirve, si bien sólo en los casos extremos, para impedir
la insubordinación y la desobediencia de los subordinados, como lo prueba
abundantemente la experiencia histórica. El instrumento decisivo para imponer la
propia voluntad es el uso de la fuerza, la guerra.
La teoría marxiana puede interpretarse de esta manera: la base real o
estructura comprende el sistema económico, la superestructura separándose en
dos momentos diferentes, comprende el sistema ideológico y el más propiamente
jurídico-político.
Durante siglos los escritores políticos han distinguido el poder espiritual (lo
que hoy llamamos ideológico) del poder temporal, e interpretaron siempre el
poder temporal como constituido por la unión del dominium (que hoy llamaríamos
poder económico) y del imperium (que hoy llamaríamos poder propiamente
político)

“El poder político”


El hecho de que la posibilidad de recurrir a la fuerza sea el elemento
distintivo del poder político respecto de las otras formas de poder no quiere decir
que el poder político se resuelva en el uso de la fuerza: el uso de la fuerza es una
condición necesaria pero no suficiente para la existencia del poder político. No
cualquier grupo social capaz de usar, incluso con una cierta continuidad la fuerza
(una tripulación pirata, etc.) ejerce un poder político. Lo que caracteriza al poder
político es la exclusividad del uso de la fuerza respecto de todos los grupos que
actúan en un determinado contexto social, exclusividad que es el resultado de un
proceso que se desarrolló en toda sociedad organizada hacia la monopolización

Derecho Político (Resumen) 14


AGRUPACION 1983

de la posesión y del uso de los medios con los cuales es posible ejercer coacción
física.
El pasaje del estado de naturaleza al estado civil, es decir de la anarquía a
la arquía, del estado apolítico al estado político, se produce cuando los individuos
renuncian al derecho de usar cada uno su propia fuerza que los iguala en el
estado de naturaleza para colocarlo en manos de una sola persona o de un solo
cuerpo que de ahí en adelante será el único autorizado a usar la fuerza respeto
de los mismos.
La cual las instituciones políticas en una sociedad dividida en clases
antagónicas tienen la función principal de permitir a la clase dominante mantener
su dominio, fin que no puede ser alcanzado, dado el antagonismo de clase, si no
mediante la organización sistemática y eficaz de la fuerza monopolizada.
De aquí obtenemos, la clásica definición de Max Weber: “Por estado debe
entenderse una empresa institucional de carácter político en la cual y en la
medida en la cual, el aparato administrativo tiene con éxito una pretensión de
monopolio de la coerción física legitima en vista de la actuación de los
ordenamientos”
Cuando hablamos de sistema político incluimos todas las interacciones
que afectan el uso o la amenaza del uso de la coerción física legitima. La
supremacía de la fuerza física como instrumento de poder, se puede demostrar
por la consideración de que, aunque en la mayor parte de los estados históricos
el monopolio del poder coactivo haya tratado y logrado el apoyo en la imposición
de las ideas, desde los dioses padres a la religión civil, desde el estado
confesional hasta la religión del estado y en la concentración y dirección de las
actividades económicas principales, hay siempre sin embargo grupos políticos
organizados que han permitido la desmonopolización del poder ideológico y del
poder económico.
Como consecuencia directa de la monopolización de la fuerza en el ámbito
de un determinado territorio y con referencia a un determinado grupo social, son
algunas características que habitualmente se atribuyen al poder político y que lo
diferencian de toda otra forma de poder: la exclusividad, la universalidad y la
inclusividad. Por exclusividad se entiende la tendencia, que los detentadores del
poder político manifiestan a no permitir en su ámbito de dominio la formación de
grupos armados independientes y a subyugar y destruir aquellos en formación,
además de tener bajo control la infiltración, la injerencia o las agresiones de
grupos políticos externos. Este carácter distingue un grupo político organizado
respecto de la “sociedad de ladrones” (el latrocinium según San Agustín). Por
universalidad se entiende la capacidad que tienen los detentadores del poder
político y sólo ellos, de tomar decisiones legítimas y efectivamente operantes
para toda la colectividad respecto de la distribución y del destino de los recursos.
Por inclusividad se entiende la posibilidad de intervenir imperativamente en toda
esfera de posible actividad de los miembros del grupo dirigiéndoles hacia un fin
deseado o distrayéndolos de un fin no deseado a través del instrumento del
ordenamiento jurídico, es decir de un conjunto de normas primarias dirigidas a los
miembros del grupo y de normas secundarias dirigidas a funcionarios
especializados, autorizados a intervenir en el caso de violación de las primeras.
Esto quiere decir que existen límites que varían de una formación de poder a
otra.

Derecho Político (Resumen) 15


AGRUPACION 1983

Un estado teocrático extiende su poder a la esfera religiosa, un estado


laico se detiene frente a la misma. El estado omniinclusivo, es decir el estado en
el cual ninguna esfera de actividad humana es ajena, es el estado totalitario y es,
en su naturaleza de caso límite, la sublimación de la política, la politización
integral de las relaciones sociales.

Ficha 4
"El poder y el Derecho – Origen y fundamento del
poder político"
(Norberto Bobbio)

“Principio de Legitimidad”
Entre los negros del África o los bárbaros, el hecho y el derecho pueden
coincidir: quien detenta los instrumentos materiales del poder está considerado
como investido del derecho de mandar. A medida que un pueblo se civiliza, el
hecho de poseer los instrumentos del poder no basta; es necesario haberlos
adquirido observando ciertas reglas y principios, que confieren el derecho,
universalmente reconocido de gobernar. Los principios de legitimidad tienen la
función de transformar una relación de fuerza en una relación de Derecho.
Poder y Derecho, son dos caras de la misma moneda. Entre escritores
políticos y juristas, el contraste implica cuál de esta moneda sea el frente y cual el
reverso: para los primeros el frente es el poder y el reverso el derecho, para los
segundos lo contrario.
Para el filósofo de la política el problema principal es el de la distinción
entre poder de hecho y poder de derecho; para el filósofo del derecho en cambio,
el problema principal es el de la distinción entre norma válida y norma eficaz.
Es verdad que el poder sin derecho es ciego y el derecho sin poder queda
vacío, pero también es verdad que la teoría política no puede dejar de tomar en
consideración primeramente el nulo poder, independientemente de los llamados
principios de legitimidad, es decir, de las razones que lo transforman en un poder
legítimo, así como la teoría jurídica no puede dejar de tomar en consideración el
sistema normativo en su conjunto, como una serie de normas una a otra
vinculadas según un cierto principio de orden, independientemente del aparato de
la fuerza predispuesto para su actuación.
La teoría política de Weber, parte de una distinción fundamental, la
distinción entre poder de hecho y poder de derecho, y llega a la célebre tipología
de las formas de poder legítimo. La teoría normativa kelseniana parte de la
distinción entre validez de las normas especificas y eficacia del ordenamiento
jurídico en su conjunto, y llega a ponerse con especial relevancia el problema del
poder jurídico, cuya solución permite observar el ordenamiento jurídico no solo
desde el punto de vista del deber sino también desde el punto de vista del ser.
Weber y Kelsen llegan a la misma conclusión, a la conclusión de que el poder
legitimo se distingue del poder de hecho en cuanto a un poder regulado por
normas, pero partiendo de dos puntos de vista opuestos, el primero de la noción
del pode que tiene necesidad de ser regulado para volverse legítimo, el segundo
de la noción del ordenamiento normativo que tiene necesidad de la fuerza para
volverse efectivo.

Derecho Político (Resumen) 16


AGRUPACION 1983

En efecto hay una muy consistente tradición del pensamiento político y


jurídico por la cual un poder es tanto más legitimo en cuanto es más efectivo, y la
efectividad viene introducida, para probar, para explicar o incluso para justificar la
legitimidad del poder.
Bodin define la soberanía, no se limita a decir que para ser soberano el
poder debe ser absoluto, sino que agrega que debe ser también perpetuo. Si un
grupo de terroristas obliga a la gente a entregar sus pertenencias, bajo la
amenaza de la fuerza, no tienen poder legitimo.
Austin dice que el poder soberano como poder independiente en el sentido
de que no está sometido, a diferencia de todos los demás poderes a un poder
superior, este carácter de la independencia es necesario pero no suficiente: para
que se pueda hablar de un poder soberano, es necesario que éste sea
“habitualmente obedecido”. Un poder es legítimo sólo en cuanto también es
efectivo.
Kelsen dice que un ordenamiento jurídico es válido solamente si es
también efectivo, y que la efectividad se resuelve en el hecho de que la mayor
parte de las normas de este ordenamiento son observadas o hechas observar.
Se aprecia muy bien que el problema crucial, es el descubrimiento de un criterio
que permita distinguir un ordenamiento jurídico de una banda de pillos, el
mandato del legislador de la intimidación del bandido, “o la bolsa o la vida”. La
solución del problema no ofrece dificultades particulares para un iusnaturalista, y
en general para cualquiera que haga depender la validez del ordenamiento de su
apego a principios éticos, para cualquiera que considere que una norma para ser
válida debe ser también justa.
¿Una banda de pillos no es un ordenamiento coactivo, no es una
organización de la fuerza? Kelsen regresa frecuentemente sobre este tema. La
banda de pillos no tiene como presupuesto o como fundamento de validez de su
ordenamiento completo, la norma fundamental “porque o más exactamente si
este ordenamiento no tiene ya la eficacia continua sin la cual no se presupone
alguna norma fundamental que a ella se refiera o que en ella se funde la validez
objetiva.
Weber, quien es el artífice de la más conocida tipología de las formas de
poder legítimo, de las cuales solamente una, el poder tradicional, puede ser
interpretada como una reducción de la legitimidad a la duración del dominio.
Enuncia la tesis de que el grupo político no puede ser definido por medio del
contenido o el objetivo que no pueda referirse a sí mismo, observa que un
contenido mínimo es el de garantizar el dominio de hecho sobre el territorio
permanente.
Un grupo de poder debe ser llamado grupo político en la medida en que su
subsistencia y la validez de sus ordenamientos dentro de un determinado
territorio con límites geográficos determinados vengan garantizadas
continuamente mediante la utilización y la amenaza de una coerción física. Con
esto no quiero decir que Weber confunda la legitimidad con la perpetuidad del
poder: no todo grupo político por el solo hecho de ser político es también legítimo.
El estado, detentador del monopolio de la fuerza legítima, y no sólo de la
fuerza, significa que la sola fuerza no es suficiente pues es necesario que la
fuerza sea acompañada o predicha de razones tales de su ejercicio que hagan de

Derecho Político (Resumen) 17


AGRUPACION 1983

la obediencia de los destinatarios del poder no una pura y simple observancia


externa sino una aceptación interna.
Weber define los diferentes fundamentos de legitimidad como justificación
interna de la obediencia y en otra parte afirma que tanto en los gobernados como
en los gobernantes el dominio debe ser observado internamente. La legitimidad
no elimina totalmente la perpetuidad, aunque la perpetuidad vale no tanto como
fundamento sino como la prueba de legitimidad.
¿Cuál es la razón de la legitimación a la que tiende todo detentador del
poder si no es a la aseguración de una mayor duración del propio dominio?
La estrecha vinculación entre proceso de legitimación y continuidad del
ejercicio del poder, entre las dos nociones de legitimidad y de efectividad puede
aparecer como una de las muchas maneras de borrar la distinción entre el
derecho y el hecho, y por lo tanto de hacer imposible la distinción entre un
ordenamiento jurídico y una banda de pillos. Es un error, considerar que la
continuación y la duración en el ejercicio de un poder sean un mero hecho. Son
hechos en los cuales el objeto de la observación son acciones humanas,
“dotadas de sentido” y como tales dignas de ser interpretadas según su sentido.
El titular del derecho prescrito la renuncia a ejercerlo y en un sujeto a favor
del cual corre la prescripción la intención de adquirirlo. Tanto el uno como el otro,
en cuanto comportamiento dotado de sentido, no pueden ser observados
solamente como un hecho natural, sino que deben ser “escondidos”.
La duración y la continuidad del ejercicio de un poder sobre un
determinado territorio no son de igual manera un mero hecho por la misma razón:
constituidas por una miríada de comportamientos orientados hacia la obediencia
o a la aceptación de las normas emanadas de las diversas autoridades a las que
la constitución atribuye el poder de producir normas obligatorias, ellas tienen que
ser interpretadas y “entendidas”
No se puede poner en duda que la desobediencia habitual o la
inobservancia general de las normas constituyen, para quien detenta el poder,
una de las razones principales de la pérdida de legitimidad, aunque no basta en
todo caso la no efectividad para transformar un poder legítimo en un poder
ilegitimo, pues la no efectividad no es un mero hecho observable como ser
percibe un hecho natural, sino es la consecuencia de una serie de
comportamientos motivados, a cuya motivación es necesario remitirse para
juzgar en un determinado momento histórico el grado de legitimidad de un poder.

Hobbes el primer escritor político que sostuvo que la obligación política


hacia el soberano se disuelve no sólo por el abuso del poder, sino también por
defecto de poder. El poder tiene la necesidad de ser justificado. Es un principio
general de la filosofía moral que lo que tiene necesidad de ser justificado es la
mala conducta no la buena.
Sólo la justificación hace del poder de mandar un derecho y de la
obediencia un deber, es decir, transforma una relación de mera fuerza en una
relación jurídica.
El debate secular sobre los principios de legitimación sólo toma un aspecto
del complejo problema de la relación entre poder y derecho. Existe otro aspecto
de la relación entre poder y derecho que ha suscitado un debate no menos
secular y que merece ser considerado; se trata del problema de la legalidad del

Derecho Político (Resumen) 18


AGRUPACION 1983

poder. Entre legitimidad y legalidad existe la siguiente diferencia: la legitimidad se


refiere al titulo del poder, la legalidad al ejercicio. Cuando se exige que el poder
sea legitimo se pide que quien lo detenga tenga el derecho de tenerlo (no sea un
usurpador). Cuando se hace referencia a la legalidad del poder, se pide que
quien lo detenta lo ejerza no con base en el propio capricho, sino de conformidad
con reglas establecidas (no sea un tirano). Desde el punto de vista del soberano,
la legitimidad es lo que fundamenta su derecho; la legalidad es lo que establece
su deber. Desde el punto de vista del súbdito, al contrario, la legitimidad es el
fundamento de su deber de obedecer; la legalidad es la garantía de su derecho
de no ser oprimido. Todavía más: lo contrario del poder legítimo es el poder de
hecho; lo contrario del poder legal es el poder arbitrario.
El principio de legalidad sirve para distinguir el buen gobierno del mal
gobierno. Según Solón, la “eunomía de la disnomía”: buen legislador no es sólo
quien da buenas leyes a su pueblo, sino también quien respeta las leyes que él
mismo dio. El buen gobierno es el de quien gobierna con base en las leyes. ¿Es
mejor ser gobernados por el mejor de los hombres o el mejor de las leyes? La ley
no tiene pasiones que necesariamente se encuentran en todo hombre
(Aristóteles)
La ley queda como el depósito de la sabiduría popular o de la sabiduría
civil que impide los cambios bruscos. El contraste entre las pasiones de los
hombres y el desapasionamiento de las leyes es el fundamento de la
identificación de la ley con la voz de la razón que es el principio y el fin de la
teoría del derecho natural de la antigüedad hasta nuestros días.
El principio de legitimidad y el principio de legalidad se encuentran y se
refuerzan mutuamente. El rey debe estar sometido a la ley en virtud del principio
de legalidad porque es la ley que hace del rey el detentador del poder legítimo.
La antigua idea de que el gobierno de las leyes es mejor que el gobierno
de los hombres ha encontrado su plena validez en la teoría y en la práctica del
constitucionalismo en el que se han inspirado y en el que se rigen los regímenes
democráticos. El estado de derecho que de ello ha derivado es, en su expresión
más simple, la forma institucional asumida por el gobierno de las leyes
contrapuesto al gobierno de los hombres. Gobierno de las leyes, significa tanto
gobierno de acuerdo con las leyes preestablecidas, como gobierno mediante las
leyes, es decir, a través de normas generales válidas para toda la colectividad.
La idea del gobierno de las leyes está tan arraigada en la teoría política y
jurídica del occidente y en la conciencia de los ciudadanos de las sociedades
democráticas que ha tenido un efecto sorprendente sobre la misma doctrina de la
legitimidad del poder, que es el tema sobre el cual deseo detenerme. El efecto al
que me refiero ha consistido en la resolución del principio de legitimidad en el
principio de legalidad, es decir, en la eliminación de los dos diferentes niveles
sobre los que se ha puesto tradicionalmente el problema de la relación entre
poder y derecho, el nivel del titulo y el del ejercicio correcto del poder, dos niveles
con base en los cuales se podía concebir un poder legitimo que no respetara la
legalidad.
Un poder es legítimo en cuanto y en la medida en que es legal, y por lo
tanto en la afirmación de que la legalidad no es solamente el criterio para
distinguir el buen gobierno del mal gobierno sino también el criterio para distinguir
el gobierno legítimo del ilegítimo.

Derecho Político (Resumen) 19


AGRUPACION 1983

Max Weber, definió el poder racional/legal. Su legitimidad es ejercida en


conformidad de las leyes. Tal es esta tercera forma (las otras son la tradicional y
carismática) que de distingue de las otras. El poder tradicional se obedece a la
persona del señor y en el carismático, se obedece a la persona del jefe. En el
poder legal, el ciudadano obedece al ordenamiento impersonal establecido
legalmente.
Sólo se puede hablar de un poder legítimo cuando los gobernados por su
mismo deseo asumen el contenido del mandato como máximo de su acción, se
debe deducir que cuando se presente una situación en la que el ciudadano
obedece al mandato de quien detenta el poder sólo en virtud de la legalidad
formal de las prescripciones, la legitimidad de este poder se resuelve
completamente en la legalidad de un ejercicio.
La norma fundamental, que permite considerar todos los poderes que son
ejercidos en los diversos niveles internos del mismo ordenamiento como poderes
jurídicos, funge como criterio de legitimidad y cumple esta función en un contexto
histórico en el cual el proceso de legitimación del poder estatal progresivamente
se ha venido identificado con el proceso de legalización del ejercicio del poder en
todos los niveles, hasta el último nivel, que es el del poder constituyente (Kelsen)

Ficha 5 –
"El Derecho como ordenamiento normativo
coactivo. La supremacía de la ley”
(Diccionario de política - Norberto Bobbio y otros)

“El Derecho como ordenamiento normativo


coactivo”
El significado que está más estrechamente conectado con la teoría del
estado o de la política es el del derecho como ordenamiento normativo es decir:
como conjunto de normas de conducta y de organización que constituyen una
unidad que tienen por contenido la reglamentación de relaciones fundamentales
para la convivencia y la supervivencia del grupo social, como son las relaciones
familiares, las relaciones económicas, las relaciones superiores de poder. En
suma del orden o de la paz social.
El Derecho recurre en última instancia a la fuerza física para obtener el
respeto de las normas, para hacer, como se dice, la conexión entre Derecho y
política se hace tan estrecha al punto de hacer considerar al derecho como el
principal instrumento a través del cual las fuerzas políticas que detienen el poder
dominante en una determinada sociedad ejercen su dominio.
Hobbes define al derecho como el conjunto de las reglas establecidas e
impuestas por aquél o aquellos que detestan el poder soberano y el estado es
considerado desde el punto de vista del ordenamiento jurídico, donde la
constitución es el techo o los cimientos, las leyes, los reglamentos, las
previsiones administrativas, las sentencias de los jueces son los diversos pisos.

Derecho Político (Resumen) 20


AGRUPACION 1983

Este proceso de convergencia entre estructuras jurídicas y poder político


tuvo como consecuencia la reducción del derecho a derecho estatal y al mismo
tiempo la reducción del estado a estado jurídico.
Desde el momento en que nace el estado moderno como estado
centralizado, unitario, que tiende a la monopolización, en un momento, de la
producción jurídica y del aparato coactivo, se puede decir que ya no existe otro
derecho que el derecho estatal y ya no existe otro estado que el estado jurídico.

“Convergencia entre ordenamiento jurídico


y potencia estatal en la filosofía política
moderna”
El pasaje del estado de naturaleza al estado civil, que luego es pasaje de
no estado al estado, representa también el pasaje de un estado no jurídico al
estado jurídico, es decir al estado que está basado en un acto jurídico como lo es
el pacto con que los individuos particulares se asocian y comparten sus propios
haberes y sus propias fuerzas para atribuirlas a un único soberano que, una vez
constituido, es fuente única y exclusiva del derecho positivo (Hobbes)
El pasaje de la sociedad natural a la sociedad de derecho privado, es decir
de un derecho todavía imperfecto y no protegido, porque falta un poder
“superpartes” capaz de dirimir las controversias en modo imparcial, a la sociedad
de derecho público, es decir de derecho protegido y por lo tanto perfecto (Locke)
El hombre es bueno no porque esté frenado por las leyes, sino porque no
tiene vicios ni pasiones; en la sociedad civil, que nace de la división entre lo mío y
lo tuyo, siendo las relaciones entre los individuos, de manera no diferente de lo
que sucede en el estado de naturaleza hobbesiano, relaciones de fuerza, no rige
otro derecho que el derecho del más fuerte, que al principio de El contrato social,
es criticado como no derecho.
Para Kant, como Locke, la sociedad natural que precede al estado es una
sociedad de derecho natural o privado: la constante tendencia a integrar el
derecho en el estado, a integrar el derecho en el estado, a considerar el derecho
perfecto, es decir el derecho protegido por la coacción, como el momento que
discrimina el estado del no estado, se revela aquí en la contraposición entre el
derecho meramente provisorio del estado de naturaleza y el derecho preventorio
del estado civil.
El derecho en sentido amplio comprende no sólo el derecho privado y el
derecho público sino también la moralidad no sólo el derecho en sentido
restringido, sino también la esfera de la ética. Sin embargo, es un hecho que si el
derecho en sentido amplio es el reino de la libertad realizada, el mismo se realiza
con plenitud solamente en el estado. (Hegel)
Derecho y estado pertenecen ambos a la esfera de la superestructura
jurídica y política como si se tratara de un conjunto mal distinguible en partes
diferentes y separadas: tanto que la extinción del estado implica también la
extinción del derecho y viceversa. (Marx)
La tendencia a la identificación del Derecho (contenido como ordenamiento
coactivo) con el estado llega a sus extremas consecuencias (Weber – Kelsen)
Para Weber el gran estado moderno es el estado en que la legitimidad del poder

Derecho Político (Resumen) 21


AGRUPACION 1983

depende de su legalidad, es decir del hecho de que el poder se presenta como


derivado de un ordenamiento normativo constituido y aceptado y se ejerce según
normas preestablecidas: la gran dicotomía ahistórica de la filosofía política
jusnaturalista, entre sociedad natural y sociedad civil, es sustituida por Weber por
la dicotomía históricamente fundada entre poder tradicional y poder legal, que
corresponden a la distinción ya no entre el derecho privado o natural y derecho
público o positivo, y tampoco entre no derecho y derecho, sino entre derecho
consuetudinario, propio del estado patriarcal, y derecho legislativo propio del
estado de derecho, donde además el derecho legislativo representa respecto del
derecho consuetudinario un derecho más perfecto, más racional, de manera no
diferente que el derecho público positivo respecto del derecho privado natural.
El estado es la organización de la fuerza monopolizada y ésta organización
se expresa en un ordenamiento coactivo y lo que se llama habitualmente poder
político no es otra cosa que el poder que, haciendo efectivo un ordenamiento
normativo, hace de este ordenamiento un ordenamiento real y no imaginario.
(Kelsen)
El poder estatal que se racionaliza a través de una compleja estructura
normativa articulada y jerárquica (Weber). Desde el punto de vista de la
estatalización del derecho, es decir del sistema normativo que se realiza a través
del ejercicio del máximo poder que es el poder que se vale de la fuerza
monopolizada (Kelsen). El derecho o la estructura normativa, en función del
poder (Weber), El poder en función del derecho (Kelsen)

“La supremacía de la ley”


La ley se entiende como la norma que es general respecto de los
destinatarios, abstracta respecto de la acción prevista, e impuesta con un acto de
voluntad deliberada por el poder dominante. Las constituciones escritas que
acompañan a los grandes trastornos del fin del siglo XVIII y por el otro lado las
grandes codificaciones, han sido las manifestaciones más importantes.
Una de las principales prerrogativas del soberano (Hobbes), es la de
establecer y promulgar normas, es decir criterios de medida generales de manera
que cada uno sepa que se debe entender como propio y ajeno, justo e injusto,
honesto y deshonesto, bueno y malo. Estas normas suelen llamarse “leyes
civiles” o sea leyes del estado, porque son las órdenes de quien detenta, en el
estado, la soberanía.
Hobbes desacredita la costumbre y el derecho de los jueces como fuentes
del derecho, pues les falta la voluntad del soberano.
El gobierno civil de Locke se basa en la primacía del poder legislativo “la
primera y fundamental ley positiva de todas las sociedades políticas consiste en
establecer el poder legislativo”, el cual “no solamente es el poder supremo de la
sociedad política, sino que permanece sagrado e inmutable en las manos en que
la sociedad ha colocado. El fin por el cual los individuos se reúnen en sociedad
es el de evitar el arbitrio de la interpretación y de la ejecución de las leyes
naturales, lo cual sucedería inevitablemente si los hombres continuasen viviendo
en el estado de naturaleza: el principal remedio contra el arbitrio es la
constitución de un poder a quien se confíe la tarea de establecer leyes ciertas y
fijas, iguales para todos, y de instituir jueces autorizados para aplicarlas.

Derecho Político (Resumen) 22


AGRUPACION 1983

La propiedad esencial que posee la voluntad soberana de ser general es la


misma que tiene el derecho en su forma característica de la forma de la ley, que
se distingue de una orden, de un decreto, de una manifestación de voluntad
particular. El objeto de las leyes es siempre general. (Rousseau)
La voluntad general no puede expresarse sino a través de esas normas
generales que son las leyes. El estado regido por leyes es un estado de acuerdo
con el ideal que inspira El contrato social, y es digno, de ser llamado república. Lo
cual significa que la ley es la forma privilegiada de manifestación de la soberanía
popular, es decir de aquella forma de soberanía que es la única legitima
(Rousseau)
La voluntad general produce y no puede no producir leyes. La producción
del derecho bajo forma de ley es la principal garantía contra el despotismo.
La única constitución permanente es aquella en que la ley es soberana y
no depende de ninguna persona particular, donde por ley entiende la norma
general y abstracta que sola permite dar ciudadanía a intereses no particularistas.
La ley, justamente como expresión de la voluntad general, declarada,
promulgada y pública, es la máxima expresión de la racionalidad del estado, es
decir del hecho de que el estado expresa el interés universal, la conciencia de sí
del pueblo organizado. Un estado cuya voluntad no se exprese todavía en la
forma de la ley no es un estado cumplido, no es el estado llegado a la más alta
expresión de sí, como lo es justamente el estado moderno representativo y
burocrático del cual Hegel es al mismo tiempo el teórico y el ideólogo.

“Poder Legal y Poder de Derecho”


La tipología weberiana de las diversas formas de poder legítimo, es en el
poder legal, en donde el Derecho asume como base para su construcción. El
poder legal es para Weber aquel que recibe su propia legitimidad por el hecho de
ser ejercido en conformidad y en el ámbito de reglas preconstituidas y por lo tanto
presupone órganos adecuadamente delegados a la producción y a la continua
modificación de estas reglas, como son justamente los órganos legislativos, que
se diferencian cada vez más en un proceso natural de división del trabajo
respecto de los órganos del poder judicial y los del poder administrativo. Los
estado de poder legal, están caracterizados por la distinción entre los órganos
cuya competencia específica es la de producir nuevas reglas y los órganos cuya
competencia específica es la de aplicar reglas ya preestablecidas, están
caracterizados en resumen por el predominio que asume sobre todas las otras
formas de derecho el derecho bajo la forma de la ley. Cualquier Derecho puede
ser estatuido racionalmente respecto del valor o respecto del fin (o ambos),
mediante pactacion o imposición.
La nueva forma de poder legítimo que es propia del estado moderno nace
justamente del hecho de que el derecho legislativo, o sea el derecho estatuido
por órganos ad hoc ha suplantado poco a poco al derecho consuetudinario.
El parlamento de los estados representativos, con la consecuencia de que
el ordenamiento jurídico estatal está caracterizado por el hecho de producir
derecho bajo la forma de la ley, ha logrado sustraer la costumbre y delegárselo a
él.

Derecho Político (Resumen) 23


AGRUPACION 1983

En cuanto ordenamiento cuyas normas jurídicas generales no son


producidas por la costumbres sino por un órgano ad hoc, es decir que asumen la
forma de ley.
La superposición, característica de las teorías políticas y jurídicas que
acompañan la formación del estado moderno, de la imagen del derecho como
ordenamiento normativo relativamente centralizado con la del estado como
aparato para el uso de la fuerza concentrada, ha dado lugar a la persistente
imagen del “estado de derecho” en la cual las dos ideas del derecho y del estado
están estrechamente ligadas al punto de constituir un solo cuerpo.
Ideológicamente, el ideal del constitucionalismo moderno, es decir el ideal
del estado limitado por el derecho, cuyos poderes actúan en el ámbito del
derecho y cuya legitimidad depende del hecho de que su acción se desarrolla
dentro de los limites de reglas preconstituidas.

Ficha 6 –
“Diferentes concepciones jurídicas”
(Novoa Montreal)

LA DOCTRINA DEL DERECHO NATURAL.


La doctrina del llamado Derecho Natural comprende a una gran variedad
de escuelas y teorías, desarrollados en el curso de más de dos milenios y que
obedecen a concepciones diferentes en cuanto a su fundamento, contenido y
características. El denominador común de todas ellas sería la idea de que existe,
antes y por encima del Derecho Positivo, un conjunto de normas o principios
rectores capaces de dar un contenido propio a las nociones de justo y de injusto,
válidos por si mismos y fundados en la naturaleza del hombre.
Supone el Derecho Natural un orden jurídico a priori, cognoscible
racionalmente, anterior a todo legislador humano y de un rango tal que el
legislador positivo no debe desconocerlo.
Existe un dualismo en el derecho, un Derecho Natural, superior, verdadero
modelo ideal de principios jurídicos para cualquier pueblo o época y un Derecho
positivo que cada día dicta en un momento dado dentro de su propio territorio. Si
las leyes positivas se apartan de las normas o principios de Derecho Natural,
pasan a convertirse en simples mandatos ilegítimos sin otro respaldo que la
fuerza que los impone; ellos no pueden ser considerados, en tal caso, normas
jurídicas, puesto que consumarían la injusticia.
La doctrina tomista del Derecho Natural formulada por Tomás de Aquino y
desarrollada por sus seguidores, que es la variante que alcanzó mayor hondura
filosófica y la que ha sido retomada en nuestro tiempo por un importante
movimiento neotomista, si bien con innovaciones que tienden a acentuar la
variabilidad de muchos principios de ese Derecho.
El fundamento último de la ley natural es la naturaleza misma del hombre,
ya que ésta es la realidad de la cual aquella emana, por expresar la sabiduría
divina y la intención que ella tiene prevista para el ser humano.

EL POSITIVISMO JURÍDICO.

Derecho Político (Resumen) 24


AGRUPACION 1983

Si el Derecho Natural contrapone a la legislación positiva normas,


principios o reglas jurídicas superiores a ella y que pasarán a ser condición de su
validez, el positivismo jurídico se vuelca, enteramente en el extremo opuesto, ya
que no reconoce otro Derecho que el impuesto por el legislador humano. En este
sentido la doctrina del positivismo jurídico podría ser llamada también, en un
sentido muy amplio, del formalismo jurídico, en razón de que basa el estudio del
derecho únicamente en los textos preceptivos dictados por el legislador.

La escuela de la exégesis nace en Francia junto con el dictado de los


grandes códigos, a comienzos del siglo XIX. El inmenso prestigio de esos
códigos, especialmente del Código Civil, la idea de que ellos condensaban
en forma racional y ordenada principios, reglas y conocimientos jurídicos
acumulados durante siglos, el postulado político de que la ley es expresión
de la voluntad del pueblo y de la razón, hicieron que se rindiera un
verdadero culto al texto de la ley obra de un legislador que aparecía como
infalible y omnipotente.

La dogmática jurídica se desarrolló principalmente en Alemania y


propone el conocimiento racional y sistemático de los fenómenos jurídicos
a través de la búsqueda de los conceptos generales que se contienen
objetivamente en el ordenamiento jurídico positivo. Para ello se comienza
por analizar las partes de ese ordenamiento, previamente aisladas
intelectualmente, luego mediante una abstracción de primer grado, se
procede a una síntesis, la que se efectúa con los resultados del análisis.
Hallados los conceptos jurídicos generales, se les trata como partes de
una estructura coherente más amplia, con el fin de elaborar, en una
abstracción de segundo grado una construcción jurídica que permite
proponer las instituciones jurídicas correspondientes. Finalmente, esas
instituciones u otras partes del ordenamiento jurídico que también han sido
sometidas a ese proceso previo de análisis, síntesis y construcción, son
sistematizadas en un conjunto que comprende toda una rama del derecho
o aun todo el ordenamiento jurídico. Este es el aspecto teórico; junto a él
se agrega un aspecto práctico constituido por la técnica de interpretación y
aplicación de las normas concretas de un sistema dado.

La teoría pura del Derecho, creación de Hans Kelsen, lleva a sus


extremos consecuencias racionales la tesis de que no existe otro derecho
que el que emana de la autoridad estatal. Por su fuerte trabazón lógica,
porque lleva hasta el fin, sin concesión alguna al adversario, el desarrollo
de todas sus conclusiones, y porque se mantiene en un plano formalista
que elimina cualquier discusión filosófica, ha conquistado gran número de
adeptos entre los juristas modernos.

Uno de los principales fines de Kelsen es eliminar del Derecho todos los
elementos que le son extraños, en especial, la política.
Conceptúa el Derecho como un orden coactivo constituido a base de normas que
reglamenta el empleo de la fuerza en las relaciones sociales y se reserva el
monopolio de ésta.

Derecho Político (Resumen) 25


AGRUPACION 1983

El Derecho es además, una técnica social destinada a inducir a los


hombres a conducirse de determinada manera, técnica, que puede ser empleada
para cualquier fin social, pues el derecho no es un fin sino solamente un medio.
Para lograr esa inducción sanciona toda conducta no deseada según el orden
social que debe mantener.
La función jurisdiccional, al igual que la aplicación de la ley por la
administración, crea Derecho. También los simples particulares crean Derecho
cuando mediante sus actos jurídicos originan obligaciones. En todos estos casos
se trata de normas individualizadas.
Kelsen se opone absolutamente a todo intento dualista que intente colocar
junto o por encima del Derecho otro criterio destinado a resolver el problema de
la justicia de las normas. Tal pretensión solamente cabe si se supone una
inteligencia que anima a la naturaleza. Rechaza el Derecho Natural porque
identifica las leyes naturales con las reglas jurídicas.

EL NEOKANTISMO.
El neokantismo comprueba que el concepto positivista de la ciencia se
adecua muy bien a aquellas ciencias que se sirven de los métodos de las
ciencias naturales, basados en una investigación causal que usa de la
observación, la experimentación y el acopio de datos y fenómenos; pero entiende
que esos métodos no son apropiados para las llamadas ciencias de la cultura o
del espíritu, a las cuales pertenece el derecho.
El verdadero problema consiste en si se puede aprehender la totalidad de
la realidad de la que se tiene noticia con los métodos de las ciencias naturales
exactas. Si la respuesta fuere negativa se habría demostrado la necesidad y la
justificación de otra clase de ciencias y de otra clase de métodos, diferentes de
los científico - naturales. Por esta vía argumentativa se restituye a las ciencias del
espíritu o de la cultura, en relación con las ciencias naturales, la conciencia de su
propia individualidad y de su diferente método.
El Derecho es un fenómeno cultural que integra en una conexión
sistemática el contenido de las normas que a base del juicio social teórico han
sido reconocidas como Derecho. El contenido de las normas derivadas de su
referencia a valores y fines reconocidos socialmente. El sentido del Derecho
consiste en realizar la idea del Derecho, idea que es la de enderezar hacia la
justicia la conducta de la sociedad y sus miembros.
Es manifiesta dentro del neokantismo la existencia de una dualidad:
realidad y valor.

EL REALISMO JURÍDICO.
Los se niegan a concebir el Derecho como un sistema lógico o una
estructuración sistemática, para considerarlo solamente como un conjunto de
decisiones judiciales. Estiman que la tarea del jurista es dedicarse al análisis del
funcionamiento real de los tribunales y de los múltiples factores, muchas veces
enteramente desconectados de lo jurídico, que influyen en sus decisiones, tales
como el estado de ánimo de los jueces, sus instintos heredados, sus prejuicios,
su estado de salud, etc. Las normas jurídicas son solamente uno de los
elementos que juegan, entre los varios que deben tenerse en cuenta.
Derecho Político (Resumen) 26
AGRUPACION 1983

En los países escandinavos se ha desarrollado en forma independiente,


sin atenerse tanto a las decisiones judiciales, una tendencia realista de
importancia, muy variada en sus diversificaciones, cuya inspiración común está
en el deseo de eliminar del Derecho todo elemento alejado de las realidades
objetivas y tangibles. Cualquier abstracción es tenida como algo metafísico e
inaceptable. Se pretende tener en consideración únicamente hechos observables
y mensurables, pues todo lo demás son elementos míticos o mágicos que
solamente pueden enturbiar un correcto conocimiento científico.
El método de justicia basado en ideología jurídica y fruto de la superstición
y fetichismo, debe ser sustituido por el método del bienestar social, en el que lo
único que interesa es si el mantenimiento de una ley puede asegurar el máximo
beneficio a la sociedad.

EL MARXISMO.
Los padres del marxismo no suministraron en sus estudios doctrinales
elementos que proporcionaran a sus seguidores, ni siquiera en esbozo, una
teoría marxista del derecho. Solamente se contienen en sus escritos algunas
referencias a lo jurídico, que no tienen toda la extensión y consistencia necesaria
como para articularlas en una verdadera teoría. En cambio son más completas y
sistemáticas sus referencias al Estado. Por esta razón no hay una teoría marxista
del Derecho oficialmente reconocida ni generalmente aceptada.
Según Marx la estructura económica de la sociedad, constituida por la
suma total de las relaciones de producción, forma la base real sobre la que se
levanta una superestructura jurídica y política, a la cual corresponden
determinadas formas sociales de la conciencia. En esta forma, el modo de
producción de la vida material condiciona el proceso de la vida jurídico política y
el de la vida del espíritu en general. Al colocar, de este modo de nuevo sobre sus
pies lo que había estado puesto de cabeza niega Marx que la evolución histórica
tenga su raíz en el espíritu o en la conciencia de los hombres como había
sostenido Hegel. La verdad es al revés.
Niega Marx que la ley sea expresión de la libre voluntad de un legislador,
pues esa voluntad está determinada por su base real que son los intereses de la
clase dominante. La noción de bien común, tan extendida en la filosofía jurídica
neotomista y neokantiana, le parece una ilusión, que en el fondo trata de ocultar
que el estado está al servicio de los intereses comunes de la clase dominante o
que procura justificar las contradicciones insalvables de las clases en lucha. En
su opinión el Derecho no es más que una de las expresiones del poder del
Estado y el Estado, es a su vez, el instrumento de que se vale la clase dominante
para cristalizar su poder.
El marxismo supone una posición positivista en el derecho, porque
considera tal solamente a lo que la ley aprueba. De allí que la explotación
capitalista de los trabajadores no puede calificarse de injusta, puesto que está de
acuerdo con las normas vigentes, que no pueden ser superiores a las estructuras
económicas que rigen. Los conceptos de justicia e injusticia se acomodan al
modo actual de producción y de cambio y carecen de valor absoluto. La idea de
valores absolutos es supersticiosa.

Derecho Político (Resumen) 27


AGRUPACION 1983

Ficha 7 –
“¿El gobierno de los hombres o el gobierno de las
leyes?”
(Norberto Bobbio)
¿Qué gobierno es mejor, el de las leyes o el de los hombres? Cada una de
las tres formas de gobierno, tiene su reverso en una forma mala, la monarquía,
en la tiranía; la aristocracia, en la oligarquía; y la democracia, en la oclocracia, o
gobierno de la plebe. Ello implica que para formular un juicio sobre la mejor forma
de gobierno se ha de tener en cuenta no sólo cuales y cuantos son los
gobernantes, sino también su modo de gobernar.
A favor de la primacía del gobierno de las leyes sobre el gobierno de los
hombres encontramos, en la Edad clásica, dos textos autorizados: uno de Platón
y otro de Aristóteles. El primero: “he llamado aquí servidores de las leyes a
aquellos que generalmente se llaman gobernantes, no porque sea amante de
nuevas denominaciones, sino porque considero que de esta cualidad depende
sobre todo la salvación o la ruina de la ciudad. En efecto, allá donde la ley está
sometida a los gobernantes son sus esclavos, veo la salvación de la ciudad y la
acumulación sobre ella de todos los bienes que los dioses suelen prodigar a las
ciudades”. El segundo: “¿es más útil ser gobernados por el mejor de los hombres
o por las mejores leyes? Aquellos que sostienen el poder real afirman que las
leyes pueden dar sólo prescripciones generales, pero no prevén los casos que se
presentan sucesivamente, por lo que, en cualquier arte, sería ingenuo guiarse
según normas escritas... sin embargo, también a los gobernantes los es
necesaria la ley que da prescripciones universales, porque es mejor el elemento
al que no es posible quedar sometido por las pasiones, que aquel para el que las
pasiones son connaturales. Ahora bien, la ley no tiene pasiones, que por el
contrario, se encuentran necesariamente en toda alma humana”.
Sócrates afirma que la ley, la cual pretende valer para todos los casos y
para todos los tiempos, es semejante a un hombre soberbio e ignorante que no
deja hacer nada a nadie tranquilamente sin una prescripción suya.
Quien sostiene la tesis de la superioridad del gobierno de los hombres,
derriba por completo la tesis del adversario; lo que constituye para este último el
elemento positivo de la ley, su generalidad, se convierte para el primero en el
elemento negativo, por cuanto que, precisamente por su generalidad, la ley no
puede comprender todos los casos posibles y, en consecuencia, requiere la
intervención del sabio gobernante, a fin de que se dé a cada uno lo suyo.
El respeto de la ley impide al gobernante ejercer su propio poder
parcialmente, en defensa de intereses privados, de la misma forma que las reglas
del arte médico, bien aplicadas, impiden a los médicos tratar de manera distinta a
sus enfermos, según sean amigos o enemigos. Mientras que la primacía de la ley
protege al ciudadano de la arbitrariedad del mal gobernantes, la primacía del
hombre lo protege de la aplicación indiscriminada de la norma general, por
supuesto, siempre que el gobernante sea justo. La primera solución sustrae al
individuo a la singularidad de la decisión; la segunda, a la generalidad de la
prescripción. Sin embargo, de la misma forma que la segunda presupone al buen
gobernante, la primera presupone la buena ley.
Derecho Político (Resumen) 28
AGRUPACION 1983

La primacía de la ley, se basa en el presupuesto de que los gobernantes


son en su mayoría malos, en el sentido de que tienden a usar del poder, para sus
propios fines. A la inversa, la primacía del hombre se funda en el presupuesto del
buen gobernante, cuyo ideal es, para los antiguos, el gran legislador.
Los criterios con los que el buen gobierno se ha distinguido del mal
gobierno, son sobre todo, dos: el gobierno para el bien común, distinguido del
gobierno para el bien propio; el gobierno según leyes establecidas, o bien las
normas de la costumbre o las leyes positivas promulgadas por los predecesores y
que se han convertido en consuetudinarias del país, distinguido del gobierno
arbitrario, cuyas decisiones son tomadas cada vez fuera de toda regla
preconstituida.
Del Estado de derecho, o sea del Estado que tiene como principio
inspirador la subordinación de todo poder al derecho, desde el nivel más bajo,
hasta el más alto, a través del proceso de legalización de toda acción de gobierno
que ha sido llamada, desde la primera Constitución escrita de la Edad Moderna,
constitucionalismo. De la universalidad de esta tendencia a la sumisión del poder
político al derecho, pueden ser consideradas, como manifestaciones
extremadamente reveladoras, ya la interpretación weberiana del Estado moderno
como Estado racional y legal, como Estado cuya legitimidad reposa
exclusivamente en el ejercicio del poder, de conformidad con las leyes, ya la
teoría kelseniana del ordenamiento jurídico como cadena de normas que crean
poderes y de poderes que crean normas, cuyo inicio viene representado no por el
poder de los poderes sino por la norma de las normas, de la que depende la
validez de todas las normas del ordenamiento y la legitimidad de todos los
poderes inferiores.
Una cosa es que el gobierno ejerza el poder según leyes preestablecidas y
otra que lo ejerza mediante leyes, o sea, no mediante órdenes individuales y
concretas. Las dos exigencias no se superponen: en un Estado de derecho, el
juez, cuando emite una sentencia que es una orden individual y concreta, ejerce
el poder sub lege, pero no per leges. Por el contrario el primer legislador, el
legislador constituyente, ejerce el poder no sub lege sino per lege, desde el
momento mismo en que promulga una Constitución escrita.
Esta distinción entre gobierno sub lege y gobierno per leges es necesaria
no sólo por razones de claridad conceptual, sino también porque los méritos que
se suelen atribuir al gobierno de la ley son distintos, según se refieran al primer
significado o al segundo. Los méritos del gobierno sub lege consisten, como ya
hemos dicho, en impedir o, por lo menos, obstaculizar el abuso del poder,
mientras que los méritos del gobierno per leges son otros. Más aún, hemos de
decir que la mayor parte de los motivos de preferencia por el gobierno de la ley
sobre el gobierno de los hombres, adoptados empezando por los escritores
antiguos, están ligados al ejercicio del poder mediante normas generales y
abstractas.
Está fuera de toda discusión que la función igualadora de la ley depende
de su naturaleza de norma general, que tiene por destinatarios no sólo a un
individuo, sino a una clase de individuos, que puede también estar constituida por
la totalidad de los miembros del grupo social.
La función de seguridad depende del otro carácter puramente formal de la
ley, el carácter de abstracción o sea, del hecho de que enlaza una determinada

Derecho Político (Resumen) 29


AGRUPACION 1983

consecuencia a la comisión de una acción típica y, como tal, irrepetible. En este


caso, la norma abstracta contenida en la ley se contrapone a la orden dirigida a
una persona o incluso a una clase de persona para que lleve a cabo una acción
específicamente determinada, cuyo cumplimiento agota de una vez por toda la
eficacia de la orden.
Rousseau: “se es siempre libre cuando se está sometido a las leyes, pero
no cuando se debe obedecer a un hombre; porque en este segundo caso debo
obedecer la voluntad de otros, mientras que cuando obedezco las leyes, solo
obedezco la voluntad pública, que es tanto mía como de cualquier otro”. Entiende
que la ley solo emana de la voluntad general.
Mientras que el nexo entre ley e igualdad y entre ley y seguridad es
directo, para justificar el nexo entre ley y libertad es preciso manipular el concepto
mismo de ley, asumir de la misma un concepto selectivo, eulógico y, en parte,
también ideológicamente orientado. La prueba de ello es que la demostración del
nexo entre ley y libertad positiva exige la remisión a la doctrina democrática del
Estado, mientras que la del nexo entre ley y libertad negativa puede estar
fundada sólo en los presupuestos de la doctrina liberal.
Junto a la idea de la primacía del gobierno de la ley corre paralelamente,
aunque con menor fortuna, la idea de la primacía del gobierno de los hombres.
Me apresuro a decir que no conviene confundir la doctrina de la primacía del
gobierno de los hombres con el elogio de la monarquía como forma de gobierno,
tan frecuente en los clásicos del pensamiento político, como Bodin, Hobbes,
Montesquieu y Hegel. El gobierno monárquico, en cuanto se contrapone al
tiránico, su forma corrompida es siempre un gobierno sub lege.
La excelencia de la monarquía no radica en que se trata del gobierno del
hombre contrapuesto al gobierno de las leyes, sino más bien en su opuesto, o
sea, en la necesidad en que se encuentra el monarca de respetar las leyes
universalmente humanas más que una asamblea de notables o, peor, popular.
Hasta tanto se identifique el gobierno de los hombres con el gobierno tiránico, no
hay razón alguna para echar por tierra la antigua doctrina de la primacías del
gobierno de las leyes. Más aún, la existencia de gobiernos tiránicos es una
prueba a contrario de la excelencia del gobierno de las leyes.
El cesarismo o bonapartismo (gobierno tiránico), es esa forma de gobierno
de un hombre que nace como efecto del desconcierto hacia el que marcha
ineluctablemente el gobierno popular.
El gobierno de los hombres, como alternativa positiva al gobierno de las
leyes, se presenta, en su forma más rudimentaria, a través de la figura del
soberano padre o del soberano amo, o bien en la concepción paternalista dentro
del límite, aún despótico, del poder, en aquellas doctrinas del Estado es
considerado como una familia en grande, o paterna o patriarcal, o señorial.
La figura clásica de la superioridad, y, en cierto sentido, de la necesidad,
del gobierno del hombre sabio respecto al de las buenas leyes, viene
representada por el gran legislador. Es necesaria esta figura porque se inserta en
el punto débil de la tesis favorable al gobierno de las leyes.
Los hombres son antes que las leyes: el gobierno de las leyes, para ser un
buen gobierno, presupone al hombre justo que es capaz de interpretar las
necesidades de su ciudad. Para probar cual ha sido la fuerza de su gestión que el
ideal del buen legislador ha ejercido a través de los siglos.

Derecho Político (Resumen) 30


AGRUPACION 1983

En la Edad Moderna, el más alto homenaje al fundador de Estados y, por


tanto, el más grande reconocimiento de la primacía del gobierno de los hombres
sobre el gobierno de las leyes se encuentra, y no casualmente, en una obra como
El Príncipe, de Maquiavelo.
Siguiendo las huellas de Maquiavelo, Hegel eleva al héroe, fundador del
Estado, a figura suma de la Historia Universal.
Tanto el gran legislador, el sabio, como el fundador de Estados, el héroe,
son personajes excepcionales que aparecen en situaciones fuera de lo común y
llevan a cabo sus acciones en momentos de inicio o de ruptura. En realidad, el
gobierno de los hombres, más que una alternativa al gobierno de las leyes, es
una subrogación necesaria del mismo en épocas de crisis. La fenomenología de
las figuras históricas a través de las cuales se ha abierto camino la idea de la
superioridad del gobierno de los hombres, constituye en gran parte una
fenomenología de personajes excepcionales.
La distinción, introducida por Karl Schmitt, entre dictadura comisaria, y
dictadura soberana, refleja la diferencia entre los plenos poderes como
instituciones prevista por la Constitución, y los plenos poderes asumidos fuera de
la Constitución por el jefe destinado a derrocar el antiguo régimen e instaurar el
nuevo, diferencia que no excluye la pertenencia de ambas a un género común, o
sea, al género del poder excepcional y temporal, aun cuando en el segundo caso
la duración no se halla constitucionalmente preestablecida.
Pese a las oportunas distinciones históricas y conceptuales, las distintas
formas del poder del hombre tienen rasgos comunes, que se revelan a menudo
en la interpretación del mismo personaje, según una u otra de estas formas. Ya
hemos visto el nexo que algunos escritores antidemocráticos han establecido
entre cesarismo y tiranía popular, pero no es menos frecuente el nexo entre
cesarismo y dictadura.
Siguiendo a Marx, Gramsci define el cesarismo como característico de una
situación en la que las fuerzas en lucha se equilibran de modo catastrófico, o sea,
se equilibran de manera que la continuación de la lucha sólo puede concluir en la
destrucción recíproca.
Hay que llegar a Max Weber para tener una completa teoría del poder
personal y excepcional. Entre las tres formas de poder legítimo, Weber cita como
es sabido, el poder carismático. Para poner fin a esta rápida revista, me parece
poder decir que el jefe carismático de Weber es una especie de síntesis histórica
de todas las formas de poder del hombre: concluyen en ella ya el gran
demagogo. Sin embargo, Weber se ocupa de los grandes legisladores sólo
marginalmente, limitándose a decir que, por lo general, son llamados a su deber
cuando existen tensiones sociales, o sea, cuando se afirma la primera típica
situación que requiera una política social sistemática.
En el extremo opuesto del poder carismático se encuentra el poder legal:
uno y otro representan ejemplarmente la contraposición entre el gobierno de los
hombres y el gobierno de las leyes. El poder tradicional se encuentra en medio
de ambos extremos: es un poder personal, cuyo fundamento de legitimidad no
deriva de la virtud del jefe, sino de la fuerza de la tradición y, en consecuencia,
como en el caso del poder legal, de una fuerza impersonal. El poder carismático,
a diferencia de otros dos, es el producto de las grandes crisis históricas, mientras
que el poder legal y el tradicional representan los tiempos largos de la Historia. El

Derecho Político (Resumen) 31


AGRUPACION 1983

poder carismático quema todo en tiempos breves e intensos, que se hallan entre
un fin y un inicio, entre la decadencia y la regeneración, entre el viejo orden que
desaparece y el nuevo que se abre camino fatigosamente. Si su dominio suele
ser efímero, su misión es extraordinaria.
El gobierno de las leyes celebra hoy su propio triunfo en la democracia. En
el momento mismo en que un régimen democrático pierde de vista este su
principio inspirador, se transforma rápidamente en su contrario, en una de las
muchas formas de gobierno autocrático, de las que están llenas las narraciones
de los historiadores y las reflexiones de los escritores políticos.

Ficha 8:
“Voces Legalidad y legitimidad”
(Norberto Bobbio)

LEGALIDAD.
En el lenguaje político se entiende por legalidad un atributo y un requisito
del poder, por el cual se dice que un poder es legal o actúa legalmente o tiene
carácter de legalidad cuando se ejerce en el ámbito o de acuerdo con las leyes
establecidas o de algún modo aceptadas. Un poder legítimo es un poder cuyo
título está fundado jurídicamente, un poder legal es un poder que se ejerce de
acuerdo con las leyes. Lo contrario de un poder legítimo es un poder de hecho; lo
contrario de un poder legal es un poder arbitrario. Se entiende por principio de
legalidad el principio de acuerdo con el cual todos los órganos que ejercen un
poder público, se consideran que actúan dentro del ámbito de las leyes, salvo en
casos excepcionales establecidos expresamente, y legalizados también por el
hecho mismo de haberse establecido expresamente.
No obstante que el principio de legalidad se considera como uno de los
puntos de apoyo del estado constitucional moderno, del llamado estado de
derecho, es tan antiguo como la especulación sobre los principios de la política y
sobre las diversas formas de gobierno. Desde la antigüedad hasta nuestros días,
uno de los términos recurrentes del pensamiento político es la contraposición
entre el gobierno de las leyes y el gobierno de los hombres, contraposición que
va acompañada por un juicio de valor constante, por el cual el gobierno bueno es
el primero y el malo el segundo. El gobierno tiránico es el de ser gobierno de un
hombre por encima de las leyes. Para caracterizar el poder legal también Max
Weber recurre a la contraposición entre poder regido por las leyes y poder
personal: mientras en el caso del poder tradicional se obedece a la persona del
señor y en el caso del poder carismático se obedece a la persona del jefe, en el
caso del poder legal el ciudadano obedece al ordenamiento impersonal estatuido
legalmente y a los individuos puestos al frente del mismo en virtud de la legalidad
formal de las prescripciones y en el ámbito de las mismas.

Derecho Político (Resumen) 32


AGRUPACION 1983

Como todas las ideas cardinales de la teoría política, tampoco el principio


de la legalidad es una idea simple. Se pueden distinguir por lo menos tres
significados de acuerdo con los diversos niveles en que se considera la relación
entre la ley, entendida como norma general y abstracta y el poder. El principio de
legalidad expresa la idea de la producción del derecho mediante leyes, y
respecto al segundo momento expresa la idea de la aplicación de acuerdo con
las leyes. La producción del derecho mediante leyes, o sea a través de normas
generales y abstractas, permite prever las consecuencias de las propias
acciones, es decir se salva de la inseguridad del orden arbitrario; la aplicación del
derecho de acuerdo con la ley garantiza el tratamiento igual de todos los que
pertenecen a la categoría establecida por la ley, y nos salva del peligro del
tratamiento preferencial y odioso de tal o cual individuo, de tal o cual grupo, como
resultaría de un juicio caso por caso.

LEGITIMIDAD.

Definición general
En el lenguaje ordinario el término legitimidad tiene dos significados: uno
genérico y uno específico. En el significado genérico, legitimidad es casi sinónimo
de justicia o de razonabilidad. El significado específico aparece a menudo en el
lenguaje político. En este contexto, el referente más frecuente del concepto es el
estado. Naturalmente aquí nos ocupamos del significado específico.
En una primera aproximación se puede definir la legitimidad, como el atributo del
estado que consiste en la existencia en una parte relevante de la población de un
grado de consenso tal que asegure la obediencia sin que sea necesario, salvo en
casos marginales, recurrir a la fuerza. La creencia en la legitimidad es, pues, el
elemento integrante de las relaciones de poder que se desarrollan en el ámbito
estatal.

Los Niveles Del Proceso De Legitimación


Desde el punto de vista sociológico se comprueba que el proceso de
legitimación no tiene como punto de referencia al estado en su conjunto sino sus
diversos aspectos: la comunidad política, el régimen, el gobierno y, cuando el
estado no es independiente, el estado hegemónico al que está subordinado.
Es necesario, por lo tanto, examinar separadamente las características de
estos elementos que constituyen el punto de referencia de la creencia de la
legitimidad.
La comunidad política es el grupo social con base territorial que reúne a
los individuos ligados por la división del trabajo político.
El régimen es el conjunto de instituciones que regulan la lucha por el poder
y el ejercicio del poder y de los valores que animan la vida de esas instituciones.

Derecho Político (Resumen) 33


AGRUPACION 1983

El que legitima el poder debe aceptar también el gobierno que se forme y actúe
en conformidad con las normas y con los valores del régimen, a pesar de que no
lo apruebe o hasta se oponga al mismo y a su política.
El gobierno es el conjunto de funciones en que se concreta el ejercicio del
poder político. Se ha visto que normalmente, es decir cuando la fuerza del
gobierno descansa en la determinación institucional del poder, para que se
califique como legítimo basta que este último se haya formado en conformidad
con las normas del régimen y que ejerza el poder de acuerdo con esas normas,
de tal manera que se respeten determinados valores fundamentales de la vida
política.
Queda todavía por examinar el caso del estado que, al no ser
independiente, no es capaz de desempeñar la tarea fundamental de garantizar la
seguridad de los ciudadanos. Una comunidad política que se halla en esas
condiciones encuentra muchas dificultades para despertar la lealtad de los
ciudadanos, por que no es un centro de decisiones autónomas. En consecuencia,
su lealtad deber basarse completamente o en parte en la del sistema hegemónico
o imperial del que forma parte. El punto de referencia de la creencia en la
legitimidad será, entonces, total o parcialmente la potencia hegemónica o
imperial.

Legitimación E Impugnación De La Legitimidad


Los diversos niveles del proceso de legitimidad definen otros tantos
elementos que representan el punto de referencia obligado hacia el cual se
orientan los individuos y los grupos en el contexto político. Si determinados
individuos o grupos se dan cuenta de que el fundamento y los fines del poder son
compatibles o están en armonía con su propio sistema de creencias y actúan en
pro de la conservación de los aspectos básicos de la vida política, su
comportamiento se podrá definir como legitimación. En cambio, si el estado es
considerado en su estructura y en sus fines como contradictorio con el propio
sistema de creencias, y este juicio negativo se traduce en una acción orientada a
transformar los aspectos básicos de la vida política, este comportamiento podrá
definirse como impugnación de la legitimidad.
La diferencia entre oposición de gobierno e impugnación de la legitimidad
es ciertos aspectos corresponde a la que existe entre política reformista y política
revolucionaria. El primer tipo de lucha tiende a lograr innovaciones combate al
gobierno pero no a las estructuras que condicionan su acción y propone un modo
distinto de administrar el sistema constituido. El segundo tipo de lucha está
dirigido contra el orden constituido y tiene por objeto modificar sustancialmente
algunos de sus aspectos fundamentales; no combate únicamente al gobierno
sino también al sistema de gobierno, o sea a las estructuras del que éste es
expresión.
En este sector hay que distinguir dos actitudes: la de rebelión y la
revolucionaria. La actitud de rebelión se limita a la simple negación, al rechazo
abstracto de la realidad social, sin determinar históricamente la propia negación y
el propio rechazo.
La actitud revolucionaria lleva a cabo, en cambio, una negación
determinada históricamente de la realidad social. Su problema consiste siempre
en descubrir la lucha concreta, puesta de manifiesto por el movimiento histórico
Derecho Político (Resumen) 34
AGRUPACION 1983

real que permita realizar las transformaciones posibles de la sociedad. Esto


significa que la acción revolucionaria no tiene nunca como objetivo cambiar
radicalmente la sociedad sino derribar las instituciones políticas que impiden el
desarrollo y crear otras nuevas capaces de liberar las tendencias que han
madurado en la sociedad hacia formas de convivencia más elevadas.

Estructura Política Y Social, Creencias En La Legitimidad E


Ideología
El influjo del consenso de los diferentes miembros de una comunidad
política en la legitimación de cualquier estado, aún del más democrático, no es de
hecho equivalente. El pueblo no es una suma abstracta de individuos, cada, uno
de los cuales participa directamente con igual cuota de poder en el control del
gobierno y en el proceso de formación de las decisiones políticas, como aparece
a través de la ficción jurídica de la ideología democrática.
Cada ideología, cada principio de legitimidad del poder para desarrollarse
con eficacia, debe, en efecto, contener también elementos descriptivos que lo
hagan creíble y, en consecuencia, idóneo para producir el fenómeno del
consenso.
Cuando el poder es estable y es capaz de cumplir de manera progresista o
conservadora sus propias funciones esenciales esto hace valer simultáneamente
la justificación de su propia existencia, apelando a determinadas exigencias
latentes en las masas, como la potencia de su propia positividad se crea
consenso necesario.
Cuando el poder está en crisis, porque su estructura ha entrado en
contradicción con el desarrollo de la sociedad, entra también en crisis el principio
de legitimidad que lo justifica. Ocurre esto porque en las fases revolucionarias, o
sea cuando el aparato del poder se deshace caen también los velos ideológicos
que lo ocultaban a la población y se manifiesta a plena luz su incapacidad de
resolver los problemas que van madurando en la sociedad.

El Aspecto De Valor De La Legitimidad


El consenso hacia el estado no ha sido nunca libre sino siempre, por lo
menos en parte, forzado y manipulado. La legitimación se presenta de ordinario
como una necesidad, cualquiera que sea la forma del estado.
Si nos limitamos a definir como legítimo un estado del que se aceptan los valores
y las estructuras fundamentales, esta formulación termina incluyendo también lo
opuesto de lo que comúnmente se entiende por consenso: el consenso impuesto
y el carácter ideológico de su contenido. La definición propuesta al principio se ha
manifestado, por lo tanto, insatisfactoria, porque es compatible con cualquier
contenido.

Ficha 9:
“El fundamento del poder”
(Norberto Bobbio)

EL PROBLEMA DE LA LEGITIMIDAD.

Derecho Político (Resumen) 35


AGRUPACION 1983

El problema de la justificación del poder nace de la pregunta siguiente: si


admitimos que el poder político es el poder que dispone del uso exclusivo de la
fuerza en un determinado grupo social. La relación entre poder y la fuerza, se
plantea, únicamente, un problema de simple efectividad o si, por el contrario, se
plantea también un problema de legitimidad. Efectivamente, son dos cosas bien
distintas afirmar por un lado que el poder no puede ser sólo fuerte porque ello no
es posible, y por el otro que no puede ser solamente fuerte porque ello no es
lícito. Desde el punto de vista de los destinatarios del poder el mismo problema
se ha planteado como un problema de obligación política.
El poder político, ha de tener también una justificación ética, ha dado lugar
a la formulación de los principios de legitimidad, o sea, de las diferentes formas
con los que se ha tratado de encontrar una razón para el mando, en los que
detentan el poder, y para la obediencia en los que lo soportan: lo que Gaetano
Mosca denominó como una expresión de muchos éxito la fórmula política
explicando que hasta ahora ha sucedido en todas las sociedades discretamente
numerosas y que han adquirido desde hace poco un cierto nivel cultural, que la
clase política no justifica, exclusivamente su poder con la sola posesión de
hecho, sino que trata de darle al poder una base moral y legal presentándolo
como la consecuencia necesaria de las doctrinas y creencias generalmente
reconocidas y aceptadas en la sociedad que ella misma dirige.
Mosca reconocía exclusivamente dos fórmulas políticas, la que dice que el
poder deriva de la autoridad de Dios y la que lo hace derivar de la autoridad del
pueblo.

LOS DISTINTOS PRINCIPIOS DE LEGITIMIDAD.


Podemos distinguir por lo menos seis principios de legitimidad, que se
remiten en parejas antitéticas a tres grandes grupos unificadores, la Voluntad, la
Naturaleza y la Historia. Los dos principios de legitimidad que se remiten a una
voluntad superior son los que nos ha indicado Mosca: los gobernantes reciben el
poder de la voluntad de Dios o de la voluntad del pueblo. La naturaleza cual
fuerza original según la predominante concepción clásica del poder, y la
naturaleza como orden racional según la cual la ley de la naturaleza se identifica
con la ley de la razón en la interpretación del iusnaturalismo moderno. Remitirse
a la naturaleza para fundamentar el poder, significa, en la primera versión, que el
derecho de mandar de los unos y el deber de obedecer de los otros proceden de
un hecho inevitable que existen naturalmente, fuertes y débiles, sabios e
ignorantes, o sea individuos, incluso pueblos enteros, aptos para mandar e
individuos y pueblos capaces solamente de obedecer.
La remisión a la historia pasada instituye, como principio de legitimación la
fuerza de la tradición y, por lo tanto, se sitúa en la base de las teorías
tradicionalistas del poder, según las cuales el soberano legítimo es aquel que
ejerce el poder desde tiempo inmemorial. El poder de mandar se puede adquirir,
basándose en el principio general del derecho, en virtud del uso prolongado a lo
largo del tiempo, tal y como adquirimos la propiedad o cualquier otro derecho.
Mientras que la referencia a la historia pasada constituye un típico criterio para la
legitimidad del poder constituido, la remisión a la historia futura constituye uno de
los criterios para la legitimación del poder que va a constituirse. El conservador

Derecho Político (Resumen) 36


AGRUPACION 1983

tiene un concepto estático de la historia: es bueno lo que permanece. El


revolucionario tiene un concepto dinámico: es bueno lo que cambia siguiendo el
ritmo predeterminado y encauzado del progreso histórico. Los dos, el
conservador y el revolucionario, pretenden estar en la historia: el primero
considera que la respeta aceptándola, el segundo anticipándola e incluso
estimulándola.

LEGITIMIDAD Y EFECTIVIDAD.
La legitimidad es necesaria por la efectividad, con las teorías positivistas
se va abriendo camino de la tesis según la cual el poder efectivo es legítimo:
efectivo en el sentido del principio de efectividad del derecho internacional,,
según el cual, con las palabras de Kelsen una autoridad de hecho constituida es
el gobierno legítimo, el ordenamiento coercitivo aplicado por este gobierno es un
ordenamiento jurídico, y la comunidad constituida por este ordenamiento es un
Estado en el sentido del derecho internacional, ya que en su conjunto este
ordenamiento es eficaz. La legitimidad es un mero y simple estado de hecho, lo
cual no impide que un ordenamiento jurídico legítimo por eficaz y reconocido
como tal por el ordenamiento internacional, pueda someterse a criterios
axiológicos de legitimidad, que pueden llevar a una desobediencia gradual, más o
menos rápida, a las normas del ordenamiento y por lo tanto a un proceso de
ilegitimación del sistema.
En el ámbito del positivismo jurídico, o sea, de una concepción en la que
se considera derecho solamente el derecho otorgado por las mismas autoridades
impuestas por el ordenamiento derecho que se ha vuelto eficaz gracias a otras
autoridades previstas por el mismo ordenamiento, el tema de la legitimidad ha
tomado otra dirección. Según Weber, los tres tipos ideales o puros de poder
legítimo son: el poder tradicional, el poder legal – racional, y el poder carismático.
Al describir estas tres formas de poder legítimo, Weber no trata de presentar
unas fórmulas políticas en el sentido que Mosca da a la palabra, propone, en
cambio, comprender las diferentes razones por las que en determinadas
sociedades se forma esa relación estable y continuada de orden obediencia,
características del poder político. En el poder tradicional el motivo de la
obediencia es la creencia en la sacralidad de la persona del soberano. En el
poder racional, el motivo de la obediencia proviene de la creencia en la
racionalidad del comportamiento conforme a las leyes; en el poder carismático el
motivo de la obediencia proviene de la creencia en las dotes extraordinarias del
jefe.

ESTADO Y DERECHO: LOS ELEMENTOS QUE


CONSTITUYEN EL ESTADO.
Los límites del poder. Estado, se define mediante tres elementos
constitutivos, el pueblo, el territorio, y la soberanía: concepto jurídico por
excelencia, elaborado por los juristas y acogido universalmente por los
estudiosos de derecho público. En la rigurosa reducción que hace Kelsen del
Estado a un ordenamiento jurídico, el poder soberano se convierte en poder de
crear y aplicar el derecho a un territorio y a un pueblo; este poder que alcanza su

Derecho Político (Resumen) 37


AGRUPACION 1983

validez a través de su norma fundamental y por su capacidad de hacerse


respetar recurriendo, aunque en última instancia, a la fuerza y, por tanto, por el
hecho de ser además de legítimo, eficaz, el territorio se transforma en el límite de
validez espacial del derecho del Estado, en el sentido de que las normas jurídicas
emanadas del poder soberano tienen validez dentro de determinados límites que
el pueblo se convierte en el límite de validez personal del derecho del Estado, en
el sentido de que las mismas normas jurídicas tienen validez, solamente y salvo
raras excepciones, para determinados sujetos que, de este modo, constituyen los
ciudadanos del Estado.
No quiere decir que el poder estatal no tenga límites, justamente Kelsen,
además de los límites de validez espacial y personal que vuelven a definir en
términos jurídicos los dos elementos constituyentes del territorio y del pueblo,
toma en consideración otras dos clases de límites; los límites de validez temporal,
según los que una norma tiene una validez limitada de tiempo que va entre el
momento de su emanación, a menos que tenga efecto retroactivo, y el momento
de su derogación, y los limites de validez material al haber.

EL GOBIERNO DE LAS LEYES.


Las leyes, generalmente las dictan los que gobiernan. Las respuestas de
nuestros antepasados abrieron dos caminos. El primero: además de las leyes
que imponen los que gobiernan, hay otras que no dependen de la voluntad de
estos últimos, y son: por un lado las leyes naturales, que provienen de la misma
naturaleza del hombre que vive en sociedad, y por el otro las leyes cuya fuerza
vinculante proviene de sus raíces tradicionales. Las unas y las otras son leyes no
escritas o leyes comunes como las que obedece Antígona al violar la orden del
tirano, o las que observa Sócrates al no querer huir de la prisión para evitar el
castigo. En la base de un buen ordenamiento de leyes hay un hombre sabio, el
gran legislador, que entrega a su pueblo una constitución que los futuros
gobernantes tendrán que acatar exactamente.
El rey que viola las leyes naturales y divinas se transforma en un tirano, el
rey que viola las normas fundamentales es un usurpador o sea un tirano.
Además, hay un tercer límite que más que ningún otro, sirve para distinguir entre
monarquía regia y monarquía despótica: el poder del rey no se extiende hasta
invadir la esfera del derecho privado a menos que no esté motivado por una
justificada necesidad.
Una nueva fase del proceso de limitación jurídica del poder político es la
que basa su afirmación en la teoría y práctica de la separación de poderes.
Mientras que la polémica entre las clases y el príncipe concierne al proceso de
concentración del poder, del que han nacido los grandes Estado territoriales
modernos, la polémica sobre la divisibilidad o indivisibilidad del poder, concierne
al proceso de concentración de las típicas funciones de los que detentan el sumo
poder sobre un determinado territorio, el poder de crear las leyes, de ejecutarlas y
de juzgar en base a ellas lo justo y lo injusto.
Para que cada cual se le garantice el control constitucional de los otros,
será necesaria una cierta independencia entre los tres poderes.
Según la terminología de Kelsen, estos derechos constituyen los límites de
la validez material del Estado y por esta razón son diferentes de los otros límites

Derecho Político (Resumen) 38


AGRUPACION 1983

que hemos considerado, porque no se refieren tanto a la cantidad de poder,


como a su extensión.
Solemos denominar constitucionalismo la teoría y práctica de los límites
del poder: el constitucionalismo encuentra su plena expresión en las
constituciones que establecen límites formales y materiales al poder político,
representados por al barrera que suponen los derechos fundamentales, una vez
reconocidos y jurídicamente protegidos, y que se levanta en contra de la
pretensión y presunción del que detenta el poder soberano de someter a
reglamentación cada acción de los individuos o de los grupos.

LOS LÍMITES EXTERNOS.


La soberanía tiene dos caras, una hacia el interior y otra hacia el exterior.
Del mismo modo le corresponden dos tipos de límites los que provienen de las
relaciones entre gobernantes y gobernados, límites internos, y los que provienen
de las relaciones entre Estados, límites externos. Entre estos dos tipos de límites
hay ciertas correspondencia en el sentido de que cuando más fuerte es un
Estado y por lo tanto sin límites internos, más fuerte será y con menos límites
externos.
El proceso de unificación de los distintos poderes en conflicto entre sí, que
caracteriza la sociedad medieval, avanza al mismo paso que el proceso de
liberación del poder unificado por las dos sumas potestades universales como la
iglesia y el imperio.

Ficha 10:
“Violencia – Debate sobre la legitimidad de la
violencia en el discurso político”
(Norberto Bobbio)

VIOLENCIA: DEFINICIÓN
Por violencia se entiende la intervención física de un individuo o grupo
contra otro individuo o grupo. Para que haya violencia es necesario que la
intervención física sea voluntaria: el automovilista implicado en un accidente vial
no ejerce la violencia contras las personas que quedan heridas; pero sí ejerce la
violencia el que enviste intencionalmente a una persona odiada. Además, la
intervención física, en que consiste la violencia, tiene por objeto destruir, dañar,
coartar. Es violencia la intervención del torturador que mutila a su víctima.
Normalmente ejerce la violencia el que hiere, golpea o mata. De ordinario la
violencia se ejerce por tanto contra la voluntad del que la sufre. Puede ser directa
o indirecta. Es indirecta cuando actúa a través de la alteración del ambiente físico
en que la víctima se encuentra. El resultado es el mismo; una modificación
dañosa del estado físico del individuo o del grupo que es el blanco de la acción
violenta.
El término violencia puede considerarse sustancialmente sinónimo de
fuerza, al mismo tiempo se distingue de manera clara de la noción de poder. La
violencia es la alteración perjudicial del estado físico de los individuos o grupos.
El poder cambia la voluntad del otro, la violencia en cambio el estado del cuerpo
o de sus posibilidades ambientales e instrumentales. La distinción entre violencia
Derecho Político (Resumen) 39
AGRUPACION 1983

y poder es importante también desde el punto de vista de los resultados que se


pueden obtener con estos dos métodos de intervención, respectivamente. Con la
intervención sobre el cuerpo de otro, se puede obtener una omisión:
imposibilitando o recluyendo a la víctima se puede impedir que haga cualquier
acción socialmente relevante; pero alterando el estado físico de otro no se puede
obligar a hacer nada socialmente relevante, así como no se le puede obligar a
creer en algo, y ni siquiera impedirle creer en algo, a no ser que se recurra a la
medida extrema de eliminarlo.
La distinción entre violencia y poder entraña también el poder coercitivo
basado en sanciones físicas e implica por eso mismo la distinción entre violencia
en acto y amenaza de la violencia. En la violencia que afecta y elimina al mártir
se manifiesta, por una parte, la superioridad de la fuerza del perseguidor, pero se
manifiesta también por la otra, la importancia de sus amenazas más graves para
doblegar la voluntad del mártir, que prefiere la muerte a renegar de su Dios. Con
mayor razón deben distinguirse de la violencia las relaciones de poder coercitivo
basadas en sanciones diversas de la fuerza.
Así pues es más oportuno designar esas relaciones de poder con los
términos correctos de coerción y manipulación que son capaces de expresar,
también el elemento de atropello que se pretende señalar usando la palabra
violencia y reservar para violencia la definición restringida y técnica que se ha
explicado hasta aquí y que predomina en la literatura politológica y sociológica.

VIOLENCIA Y PODER POLÍTICO.


En política, la violencia tiene un papel crucial. En la política internacional la
violencia es obviamente un factor primario y constitutivo de la conducta y de las
expectativas que en ella se manifiestan; sobre este punto volveré brevemente
más adelante. Pero también, si concentramos nuestra atención en la sola política
interna, salta inmediatamente a la vista la importancia de la violencia. Para
comentar, el recurso a la violencia es un rasgo característico del poder político o
del poder de gobierno.
La seguridad física de la propia vida tiende a ser el valor fundamental para
los hombres. De ahí que el control efectivo de la conducta humana se ejerza,
como último recurso, privando a los hombres, total o parcialmente, de este valor
fundamental. La eficacia generalizada de la aplicación de la violencia es pues
superior a la de la aplicación de sanciones de otra naturaleza; y esto es aun más
cierto cuando se trata de obtener una omisión, y la amenaza de la violencia o su
aplicación tiene una función determinante. Los gobiernos han tratado de alcanzar
históricamente fines innumerables y muy diversos entre sí. Pero la conservación
de la coexistencia pacífica es preliminar a todos los demás fines, pues sólo en
una situación pacífica el poder político puede llevar a cabo las coordinaciones y
organizaciones de las actividades humanas que se dirigen a objetivos más
complejos.
Hay que señalar que se puede hablar de monopolio de la violencia en
relación a aquellas que Weber llamaba las comunidades políticas plenamente
desarrolladas, en las que se requiere, alrededor de un poder central de gobierno,
el contexto de conductas que llamamos precisamente políticas y que está
formado por partidos o facciones que tratan de conquistar el poder político y por

Derecho Político (Resumen) 40


AGRUPACION 1983

grupos de presión que tratan de influir desde el exterior. El gobierno usa


típicamente, con continuidad y de manera tendencialmente exclusiva, la violencia
a través de unos o varios aparatos especializados que disponen absolutamente
respecto de cualquier otro grupo interno de la comunidad de hombres y de
medios materiales para usarla.
Decir que el poder político tiene el monopolio de la violencia es lo mismo
que afirmar que la violencia es un medio específico y tendencialmente exclusivo;
pero no es lo mismo que afirmar que la violencia es el fundamento exclusivo, y ni
siquiera el fundamento principal, del poder político. Y cuando se califica como
legítima la violencia cuyo monopolio detenta el gobierno, se indica cierta zona de
consenso, pues la legitimidad de la violencia ejercida por, el gobierno de acuerdo
con determinadas modalidades y dentro de ciertos límites, no es simplemente
una pretensión de los mismos gobernantes sino que corresponde también a una
parte de los gobernados.
La violencia que alimenta una situación de terror se distingue de la
violencia que sostiene la eficacia continuadora de un poder coercitivo porque esta
es mesurada y previsible, en tanto que la otra es desmesurada e imprevisible. En
el caso del terror, por el contrario, la violencia ataca en forma casual
comportamiento no profesados y en los que se manifiesta, o se pretende que se
manifiesta, aun en el modo más indirecto y más incierto una crítica o una
oposición, además la violencia ataca estos comportamiento no en una forma
discriminada y ponderada sino ciegamente, como una furia salvaje; aun el
pretexto más leve puede causar la muerte o la privación de la libertad personal.
El único modo de sentirse relativamente seguro consiste en no dar ningún
pretexto para que se desencadene la violencia, absteniéndose de cualquier
gesto, aun el más leve e inocente, de crítica o de oposición. Éste es
precisamente el fin principal de la violencia terrorista truncar y paralizar
anticipadamente toda oposición potencial.
Es evidente que el recurso a acciones terroristas se puede presenciar en
diversos contextos. En este caso el terror tiene la función de inhibir la oposición
potencial contra la transformación total de la sociedad o contra su conversión en
una máquina perfecta de agresión al exterior. En los casos más extremos, el
individuo se encuentra únicamente ante dos posibilidades: convertirse en víctima
o convertirse en verdugo. De este modo la violencia terrorista alcanza el
resultado indirecto de transformar en colaboración activa lo que de otra manera
hubiera sido una actitud de pasividad.
Es obvio que el gobierno usa la violencia no únicamente dentro de la
comunidad política sino también hacia el exterior en relación con otras
comunidades políticas y con otros gobiernos que disponen a su vez de un
monopolio análogo de la violencia legítima.
Hasta aquí hemos examinado la violencia ejercida por el gobierno. Pero ya
dijimos que el monopolio estatal de la violencia no es nunca absoluto sino sólo
tendencial. Agreguemos ahora que la violencia tiene funciones importantes
también en las relaciones entre los grupos internos de un sistema político y
especialmente en la acción de un grupo rebelde o revolucionario.

OTRAS FUNCIONES POLÍTICAS DE LA VIOLENCIA.

Derecho Político (Resumen) 41


AGRUPACION 1983

El objetivo más obvio y directo del empleo de la violencia es destruir a los


adversarios políticos o ponerlos en imposibilidad física de actuar con eficacia. Las
guerras de exterminio, los genocidios, la eliminación de la vieja clase gobernante
por parte de un movimiento revolucionario, la expulsión de los opositores fuera
del territorio del estado y todas las formas de reclusión y de deportación en
campos de concentración o en lugares de confinamiento tienen esta función,
también el asesinato político, que con frecuencia tiene principalmente un objetivo
psicológico indirecto, en ciertos casos tiende a la destrucción del enemigo.
Es mucho más común el uso de la violencia no para destruir a los
adversarios políticos sino para doblegar su resistencia y su voluntad. Un caso
particularísimo lo constituye el de la tortura, caracterizado por el hecho de que la
violencia es monopolizada por una sola de las partes. También en la guerra,
salvo el caso excepcional de las guerras de exterminio, los beligerantes emplean
la violencia no para llegar a la destrucción total del enemigo sino para imponerle
las propias condiciones. De ahí el interés que ambos beligerantes tienen de
mantener canales de comunicación durante el conflicto, y de ahí también la muy
conocida política de dejarle siempre al enemigo un camino para salvar la vida.
También tienen la misma función los actos de violencia a través de los cuales se
manifiesta la rebelión de un grupo dentro de un sistema político y,
correspondientemente, los actos de represión de la policía o del ejército. Una
función crucial de la violencia de un grupo rebelde o revolucionario, respecto del
ambiente externo, es de carácter simbólico. El recurso al medio extremo de la
violencia pone de manifiesto la gravedad de una situación de injusticia y la
legitimidad de las reivindicaciones del grupo rebelde.
Los actos violentos, aun cuando no tienen las citadas consecuencias
simbólicas, provocan de todos modos un notorio efecto en el medio externo,
atraen la atención. Nada llama más la atención que la violencia que permite por lo
mismo publicitar y hacer visible en grado máximo la reivindicación. Sin embargo
el objetivo principal de la violencia de rebelión o revolucionaria no consiste
simplemente en llamar la atención sino en modificar en su propio beneficio la
evaluación que los grupos externos hacen de la situación e inducirlos a apoyar
eficazmente sus propias exigencias.
Finalmente, respecto del grupo mismo que recurre a la violencia, esta
última tiene la función de favorecer la formación de la conciencia de grupo, de
establecer la identidad y los límites del grupo mismo. Los actos violentos tienen
un gran contenido simbólico de confirmación de la legitimidad para tener mayor
peso en la promoción de una conciencia de grupo entre todos los que se
encuentran en la misma situación de desventaja.

EL DEBATE SOBRE LA LEGITIMIDAD DE LA


VIOLENCIA EN EL DISCURSO POLÍTICO.

Introducción
Esta ponencia tiene dos partes. En la primera nos situamos en el nivel de
los discursos de legitimación teórica de la violencia política y en la segunda

Derecho Político (Resumen) 42


AGRUPACION 1983

examinamos desde una perspectiva de la sociología política la presencia de las


diversas formas de violencia en la sociedad.

Primera Parte: La Legitimación De La Violencia En El Discurso


Político.

La Concepción Conservadora
Ya en el antiguo testamento podemos encontrar justificaciones y
argumentos en este sentido, asimismo en la cultura greco latina. En términos
generales podría decirse que los discursos de esta naturaleza, provenientes de
sociedades tradicionales, tienen dos rasgos característicos: se fundan en
supuestos religiosos y presentan una indiferenciación entre ética individual y
social. Solo desde el siglo XVI en Europa podríamos hablar en sentido estricto,
del surgimiento de teorías de la violencia política. Quizás en este pueda
considerarse a Maquiavelo como el fundador. En el príncipe propuso la
elaboración de una nueva ciencia política, basada en el método inductivo de los
hechos históricos y contemporáneos, cuyos principios y leyes se diferencian
completamente de los modelos utópicos del orden político.
Maquiavelo reconoce y legitima la violencia política como un medio apto
para alcanzar, conservar o recuperar el poder político. El príncipe que practica la
virtud política debe usarla si es necesario, pero su uso debe ser estrictamente
racional en su cantidad, forma, intensidad y ocasión.
Thomas Hobbes, el gran filósofo inglés, tiene una importancia difícil de
exagerar en la creación de la filosofía política moderna y en la teoría de la
violencia. Sostuvo desde su concepción mecanicista sobre el hombre que hay
una tendencia natural y espontánea hacia la violencia. Pensaba que los hombres
como los cuerpos físicos se mueven constantemente de acuerdo al principio de la
inercia. Hay dos grandes tipos de movimientos voluntarios, la atracción que nos
lleva hacia lo que nos gusta o atrae y la aversión frente a lo desagradable,
molesto o dañino. El hombre es naturalmente egoísta y sus relaciones son
conflictivas, la violencia es una necesidad para realizar estos fines, el hombre es
el lobo del hombre. Sin embargo, los hombres quieren vivir seguros y disfrutar de
sus posesiones. La única manera de realizar esto es que los hombres creen, a
través de un pacto de sumisión de todos con todos, un poder común que los
mantenga en el temor y dirija sus naciones en beneficio común. Se funda así un
Estado autoritario racional basado en el temor, el castigo y el control ideológico
de sus súbditos. El uso de la violencia política del Leviatán es legítimo y no tiene
más límites que las necesidades prácticas de asegurar la obediencia irrestricta y
la eliminación del peligro de la insurrección.
Nietzsche (1844-1900), tiene un lugar privilegiado en esta tradición. La
época que vivió corresponde a una fase de crisis y retroceso cultural y político del
conservantismo. Es el período de auge del anarquismo y el socialismo utópico:

Derecho Político (Resumen) 43


AGRUPACION 1983

de surgimiento del marxismo y de la socialdemocracia y de importante presencia


del liberalismo democrático. En estas décadas se desarrollo la revolución
industrial: empieza a producirse la socialización de la democracia y asistimos a
un período de oro de la cultura burguesa. Interpreta a este período como
decadente. Frente al cuestionamiento del orden tradicional por los movimientos
innovadores y revolucionarios basados en valores humanistas sostiene que el
nihilismo es la lógica, pensada hasta el final, de nuestros grandes valores e
ideas.
Afirmó la legitimidad de una ética de los señores que excluía el respeto por
el derecho a la vida y la dignidad de todos los hombres. Expresó su profundo
desprecio por las masas, la democracia y el sufragio universal. Llamó a aprender
a odiar y a asumirlo: “el odio debe ser aprendido y alimentado, si queremos
buenos odiadores de lo contrario, el germen morirá enseguida. El hombre no es,
desgraciadamente bastante malo. La maldición del hombre no es la corrupción,
sino el reblandecimiento y el moralismo. Sobre la democracia dijo que es la forma
de decadencia del Estado. La democracia representa la no creencia en hombres
superiores en clases elegidos: todos somos iguales.”
Carl Schmitt, jurista y católico tradicionalista, fue el principal teórico político
del nacional – socialismo y uno de los herederos filosóficos de Nietzsche. La
constitución política y la acción política no pueden legitimarse en la apelación a
principios argumentos o valores universales, sino que se fundan en la decisión,
en la voluntad política en si misma. Ley es voluntad y mandato concretos, y un
acto de soberanía. Redefinió el concepto general de política identificándolo con el
de guerra y sostuvo que la distinción fundante y posibilitante de esa actividad es
la de amigo y enemigo. Ella otorga sentido político a los actos humanos y orienta
todas las acciones políticas. El enemigo es un extranjero, un ser absolutamente
distinto de nosotros y nuestros amigos. Esto me otorga el derecho de defender mi
vida y mi modo de ser con todos los medios a mi alcance la decisión política
fundamental es la de determinar quién es mi amigo y enemigo político.
El estado debe concentrar la decisión política, suprimir los antagonismos
sociales e instaurar la paz interior. En situaciones de conflicto político debe
determinar quién es el enemigo interno a través de lo que llama declaración de
hostilidades internas. Este es el comienzo de la guerra civil que conlleva el
destierro, proscripción y expulsión de los enemigos del Estado. La guerra civil o
internacional implica la disponibilidad a morir de los combatientes y la eliminación
física de los enemigos. Carece de sentido normativo y sólo se funda en
decisiones. La política no existiría si no hubiera posibilidades de guerra, un
mundo en que ésta desapareciera, sería un mundo sin política.
Si el opositor se convierte para Shmitt en enemigo absoluto, entonces, se le
puede tratar como objeto, como fenómeno natural peligroso y para nombrarlo se
acude a metáforas médicas, cáncer, enfermedad. Se opone a la idea de
humanidad.
Este tipo de discursos busca desarticular el campo simbólico y cultural que
da sentido a los derechos humanos y a la vez destruir sus fundamentos teóricos.
Por ello precede y prepara el camino para la aparición del discurso técnico de la
represión en manuales técnicos de los gobiernos autoritarios.

La Tradición Revolucionaria.
Derecho Político (Resumen) 44
AGRUPACION 1983

La otra gran tradición de legitimación teórica de la violencia política es de


carácter revolucionario. A través de sus diversas versiones sostiene que la
violencia es legítima como medio política de lucha contra un estado opresor y en
defensa de un gobierno revolucionario amenazado por los enemigos internos y
externos.
Locke (1632-1704), critica la tiranía. Fue el principal teórico de la gloriosa
revolución de 1688 que instauró definitivamente la monarquía constitucional en
Inglaterra y significó el triunfo de la burguesía. Sostuvo la tesis de que el único
gobierno legítimo era el generado democráticamente y de carácter representativo
con separación de poderes públicos y en un estado de derecho. Se debe
obedecer los mandatos de un gobierno legítimo. El poder ejecutivo usara la
fuerza pública para disolver el parlamento se colocaría en un estado de guerra
contra el pueblo no dejándoles otra defensa que la que poseen los hombres en el
estado de naturaleza. No habrá modo de impedir que los súbditos ofrezcan
resistencia a la fuerza ilegal. Existen derechos humanos naturales que el Estado
debe respetar siempre. (Vida, propiedad y libertad). Si no los respeta el pueblo
tiene el derecho de resistencia.
Rousseau (1718-1778), buscaba la armonía y la integración social.
Sostuvo que la vida y libertad eran dones esenciales de la naturaleza y por ello,
eran irrenunciables. El despotismo es un gobierno ilegal e injusto, contrario a la
naturaleza humana. El despotismo es un gobierno ilegal e injusto, contrario a la
naturaleza humana. La rebelión contra un gobierno tiránico es plenamente
legítima.
Marx y Engels compartían la utopía anarquista de la sociedad sin Estado y
sin gobierno, pero no creían posible realizar su inmediata abolición y la del
conjunto de las instituciones represivas. Realizaron crítica al sistema económico
burgués que estaba basado en la explotación del trabajo asalariado y orientado a
la producción de plusvalía y no a la satisfacción de las necesidades humanas.
Paralelamente hicieron una crítica de su sistema social y cultural mostrándola
como una sociedad de dominación de la clase burguesa, en la cual la existencia
humana quedaba sometida al requerimiento de la reproducción ampliada del
capital y sus valores mercantiles. Finalmente, analizaron su sistema político de
democracia censitaria o autoritarismo tradicionales como dictadura de la
burguesía.
La perspectiva de Marx sobre la violencia política es la de un historiador y
dirigente revolucionario. Dice que la violencia ha sido un componente constante
de la lucha de clases en sociedades de acuerdo a la dominación clasista. En su
madurez teórica, Marx afirmó que la contradicción principal en el desarrollo
histórico y en el cambio de modo de producción era la que se producía entre la
tendencia al desarrollo de las fuerzas productivas y las formas de organización
social y económica, es decir, los modos de producción. Dicha contradicción a
nivel social y político se expresa como lucha de clases entre los que representan
el sistema y los que encarnan el progreso y el nuevo modo de producción. La
situación revolucionaria se produce cuando ya se han creado las condiciones
para la aparición del nuevo modo de producción la violencia es la partera de toda
sociedad vieja preñada de la nueva. Ella misma es una potencia económica.
Desde los inicios de la historia del marxismo hubo dos concepciones sobre
la revolución y la violencia revolucionaria. La primera veía la revolución

Derecho Político (Resumen) 45


AGRUPACION 1983

básicamente, como un acto político popular que usa episódicamente la violencia


en respuesta a la violencia reaccionaria de la minoría burguesa que se nueva
pacíficamente a abandonar sus posiciones de poder. La versión de Engels
destaca el elemento coercitivo en la toma del poder y en su conservación
privilegia el papel de la violencia política, basada en las armas.

Ficha 11:
“Ética, política y legitimidad en Max Weber”
(Daniel Bóccoli)
La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de
tenaces resistencias, para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura.
Es completamente cierto, y así lo prueba la historia, que en este mundo no se
consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez.

Max Weber Y La Perspectiva De Norberto


Bobbio.
El estudio de estos temas recurrentes, es decir la apertura hacia la lección
de los clásicos, con respecto a los grandes temas de la reflexión, política, sirve
según el mismo para fijar en conceptos generales aquellos fenómenos que entran
a formar parte del universo político.
Esta perspectiva en su enfoque constituye lo que Bobbio llama su
preferencia: hoy la función más útil de la filosofía política es la de analizar los
conceptos políticos fundamentales, empezando por el propio concepto de
política.
Para el profesor italiano, entre los clásicos hay tanto escritores realistas
como idealistas, en cuanto unos han tratado de mirar manteniendo una cierta
impasibilidad, el rostro demoníaco del poder, mientras otros han efectuado
propuestas para hacerlo más humano. Weber se inserta en la tradición realista y
se asemeja a Maquiavelo, Marx y Pareto, en cuanto en su obra, la esfera del
poder político reconoce como especificidad la fuerza, y las reglas de la acción
política no son y no pueden ser las de la moral, por lo que la conducta del político
no puede ser juzgada éticamente, con base a principios preestablecidos, sino
sólo con base en el resultado, distinguiéndose así entre la ética de la convicción y
la ética de la responsabilidad, como distinción entre un comportamiento de
conformidad con los principios independiente de las consecuencias o con base
en las consecuencias por encima de los principios.

Política Y Violencia.
Weber dice ¿Qué entendemos por política? El concepto es
extremadamente amplio y comprende toda especie de actividad directiva
autónoma. Queremos entender por política solo la dirección de la asociación
política a la que hoy se denomina Estado, o la influencia que se ejerce obre esta
dirección ¿Qué es un Estado? Un Estado es una comunidad humana que
reclama el monopolio del uso legítimo de la fuerza física en un territorio
determinado.

Derecho Político (Resumen) 46


AGRUPACION 1983

El medio decisivo de la política es la violencia y que quien hace política


pacta con los poderes diabólicos que acechan en torno de todo poder. Quien
busca la salvación de su alma y la de los demás que no la busque por el camino
de la política, cuyas tareas que son muy otras, solo pueden ser cumplidas
mediante la fuerza.

Los Tipos De Dominación.


Bobbio destaca que el monopolio de la fuerza al que antes aludimos
condición necesaria pero no suficiente para la existencia del Estado. Weber
agrega que esa fuerza debe ser legítima es decir que la obediencia esté
relacionada con un hecho interno del que obedece las reglas, porque el mismo
asume el contenido del mandato como máxima de la propia actuación.
Como bien explica Bobbio no hay teoría de las formas de gobierno que no
se haya propuesto también explicar las razones de la estabilidad y del cambio de
los regímenes políticos y para Weber el cambio se manifiesta cuando viene a
menos en los sujetos la creencia en la legitimidad del poder al que deben
obedecer: el carisma pierde fuerza, la tradición se apaga, la ley se vuelve una
forma vacía de contenido.

POLÍTICA Y MORAL.
Nos interesa referirnos a la distinción entre razón individual y razón de
Estado, al problema de si la conducta política tiene sus propias leyes, si el fin
justifica los medios, si hay una ética de grupo distinta de la individual, si en
definitiva siguiendo la terminología weberiana el hombre político sigue la ética de
la responsabilidad o la de las convicciones.
Para esta concepción el universo de la moral y el de la política se mueven
dentro del ámbito de dos sistemas éticos diferentes, más aun, contrapuesto. Lo
que distingue estas dos morales es el diferente criterio que ellas asumen para
juzgar buena o mala una acción.
Acota Bobbio, la resolución de toda política en ética de la responsabilidad
es una indebida extensión del pensamiento de Weber quien nunca estuvo
dispuesto a efectuar esta reducción. De acuerdo con Weber en la conducta del
gran político, la ética de la convicción y la de la responsabilidad no pueden
caminar por separado.

Unidad II:
Política
Fichas 12 a 21
Ficha 12:
DEFINICIÓN DE POLÍTICA
(Norberto Bobbio - DICCIONARIO DE POLÍTICA)

EL SIGNIFICADO CLÁSICO Y MODERNO DE POLÍTICA.


Derecho Político (Resumen) 47
AGRUPACION 1983

Derivado del adjetivo de polis que significa todo lo que se refiere a la


ciudad, y en consecuencia ciudadano, civil, público, y también sociable y social,
el término política ha sido transmitido por influjo de la gran obra de Aristóteles
titulada Política, que debe ser considerada como el primer tratado sobre la
naturaleza, funciones, las divisiones del estado y sobre las varias formas de
gobierno predominantemente en el significado de arte o ciencia del gobierno.
En la edad moderna el término perdió su significado original, poco a poco
sustituido por otras expresiones como ciencia del estado, doctrina del estado,
ciencia política, filosofía política, y se emplea comúnmente para indicar la
actividad o el conjunto de actividades que de alguna manera tienen como término
de referencia la polis, es decir el estado.

LA TIPOLOGÍA CLÁSICA DE LAS FORMAS DE PODER.


El concepto de política entendida como forma de actividad o de praxis
humana está estrechamente vinculado con el del poder. El poder ha sido definido
tradicionalmente como consistente en los medios para obtener alguna ventaja o
análogamente como el conjunto de los medios que permiten conseguir los
efectos deseados.
El poder político pertenece a la categoría del poder de un hombre sobre
otro hombre. Esta relación de poder se expresa en muchas formas, en las que se
reconocen fórmulas típicas del lenguaje político: como relación entre gobernantes
y gobernados, entre soberano y súbditos, entre el estado y los ciudadanos, entre
orden y obediencia.
Hay varias formas del poder del hombre sobre el hombre: el poder político
es sólo una de éstas. En la tradición clásica, que se remonta específicamente a
Aristóteles, se consideraban sobre todo tres formas de poder: el poder paterno, el
poder despótico y el poder político. Los criterios de distinción han sido diferentes
en los distintos tiempos. En Aristóteles se bosqueja una distinción basada en el
interés de aquel a favor del cual es ejercido el poder: el paterno se ejerce en
favor del hijo, el despótico en el interés del patrón, el político en el interés de
quien gobierna y de quien es gobernado.

LA TIPOLOGÍA MODERNA DE LAS FORMAS DE


PODER.
Pueden distinguirse tres grandes clases en el ámbito del concepto muy
lato de poder. Estas clases son: el poder económico, el poder ideológico y el
poder político. El primero es el que utiliza la posesión de ciertos bienes,
necesarios o supuestos tales, en una situación de escasez, para inducir a
aquellos que no los poseen a tener una cierta conducta, que consiste
principalmente, en la ejecución de un cierto tipo de trabajo.
El poder ideológico se basa sobre la influencia que las ideas formuladas en
cierta manera, emitidas en ciertas circunstancias, por una persona investida con
una cierta autoridad, difundidas con ciertos procedimientos, tienen sobre la
conducta de los asociados: de este tipo de condicionamiento nace la importancia
social en todo grupo organizado de aquellos que saben, de los conocedores,
sean los sacerdotes de las sociedades arcaicas, o los intelectuales o los

Derecho Político (Resumen) 48


AGRUPACION 1983

científicos de las sociedades evolucionadas, porque a través de estos, y de los


valores que ellos difunden y los conocimientos que imparten, se cumple el
proceso de socialización necesario para la cohesión y la integración del grupo. En
fin, el poder político se basa sobre la posesión de los instrumentos a través de los
cuales se ejerce la fuerza física, es el poder coactivo en el sentido más estricto
de la palabra.
El poder político es en toda sociedad de desiguales el poder supremo, es
decir el poder al cual todos los demás están de alguna manera subordinados; el
poder coactivo es en efecto aquel al que recurre todo grupo social.
Inclusive la teoría marxiana puede interpretarse de esta manera, la base real o
estructura comprende el sistema económico, la superestructura, separándose en
dos momentos diferentes, comprende el sistema ideológico y el más propiamente
jurídico político. Gramsci distingue netamente en la esfera superestructural el
momento del consenso y el momento del dominio. Durante siglos los escritores
políticos han distinguido el poder espiritual del poder temporal, e interpretaron
siempre el poder temporal como constituido por la unión del dominio y del
imperio.

EL PODER POLÍTICO.
El uso de la fuerza es una condición necesaria pero no suficiente para la
existencia del poder político. Lo que caracteriza al poder político es la
exclusividad del uso de la fuerza respecto todos los grupos que actúan en un
determinado contexto social, exclusividad que es el resultado de un proceso que
se desarrolló en toda sociedad organizada hacia la monopolización de la
posesión y del uso de los medios con los cuales es posible ejercer la coacción
física. Este proceso de monopolización es paralelo al proceso de criminalización
y de penalización de todos los actos de violencia que no se realicen por personas
autorizadas por los detentadores y beneficiarios de este monopolio.
En la hipótesis hobbesiana, que está en la base de la teoría moderna del
estado, el pasaje del estado de naturaleza al estado civil, es decir de la anarquía
a la arquía, del estado apolítico al estado político, se produce cuando los
individuos renuncian al derecho de usar cada uno su propia fuerza que los iguala
en el estado de naturaleza para colocarlo en manos de una sola persona o de un
solo cuerpo que de ahí en adelante será el único autorizado a usar la fuerza
respecto de los mismo. Max Weber: por estado debe entenderse una empresa
institucional de carácter político en la cual el aparato administrativo tiene con
éxito una pretensión de monopolio de la coerción física legítima en vista de la
actuación de los ordenamientos.

El Fin De La Política.
Una vez que se ha individualizado el elemento específico de la política en
el medio que utiliza, caen las tradicionales definiciones teleológicas, que tratan de
definir la política mediante el fin o fines que persigue. Respecto d la política y sus
fines la única cosa que puede decirse es que, si el poder político es debido al
monopolio de la fuerza, el poder supremo en un determinado grupo social, los
fines que se persiguen a través de la obra de los políticos son los fines que un
determinado grupo social considera toda vez preeminentes.
Derecho Político (Resumen) 49
AGRUPACION 1983

Los fines de la política son tantos como tantas son las metas que un grupo
organizado se propone, según los tiempos y las circunstancias. Max Weber: no
es posible definir un grupo político indicando el objetivo de su actuación de grupo.
No hay ningún objetivo que grupos políticos no se hayan propuesto alguna vez.
Por lo tanto puede definirse el carácter político de un grupo social sólo a través
del medio que no es exclusivamente de él, pero es en todo caso específico, e
indispensable para su esencia: el uso de la fuerza.
Sobre todo es lícito hablar del orden como fin mínimo de la política, porque
éste es o debería ser, el resultado directo de la organización del poder coactivo,
porque en otras palabras este fin se unifica con el medio.
El poder por el poder es la forma degenerada del ejercicio de cualquier
forma de poder que puede tener por sujeto tanto al que ejerce ese poder en
grande, que es el poder político, como a quien ejerce un pequeño poder, como
puede ser el poder del padre de familia, o de un jefe de sección que vigila una
docena de obreros. Si el fin de la política fuese de veras el poder, la política no
serviría para nada. Probablemente la definición de la política como poder por el
poder deriva de la confusión entre el concepto de poder y el de potencia: no hay
dudas de que entre los fines de la política esté también el de la potencia del
estado. Pero una cosa es una política de potencia, otra es el poder por el poder.
Además la potencia no es más que uno de los fines posibles de la política, un fin
que sólo algunos estados pueden razonablemente perseguir.

LA POLÍTICA COMO RELACIÓN AMIGO ENEMIGO.


Entre las más conocidas y discutidas definiciones de la política debe
considerarse la de Carl Schmitt según la cual la esfera de la política coincide con
la esfera de la relación amigo enemigo. De acuerdo con esta definición el campo
de origen y de aplicación de la política sería el antagonismo y su función
consistiría en la actividad de agregar y defender a los amigos y de desagregar y
defender a los amigos y de desagregar y combatir a los enemigos.
Schmitt y Freud parecen estar de acuerdo sobre estos puntos, la política
tiene que ver con la conflictividad humana, hay varios tipos de conflictos, sobre
todo hay conflictos agonistas y conflictos antagónicos; la política cubre el campo
en el que se desarrollan conflictos antagónicos. Definen la política de acuerdo a
la dicotomía amigo enemigo. Se llega a la conclusión de que el elemento
distintivo está en el hecho de que hay conflictos que no pueden resolverse, en
ultima instancia, mas que con la fuerza, o por lo menos que justifican por parte de
los contendientes la utilización de la fuerza para dar fin a la contienda.
En cuanto al poder político se distingue por el instrumento que utiliza para
alcanzar los propios fines, y este instrumento es la fuerza física, éste es el poder
al cual se recurre para resolver los conflictos que si no se resolvieran provocarían
la disgregación del estado y del orden internacional, y son justamente los
conflictos en los cuales, ubicándose los contendientes uno frente al otro como
enemigos.

Ficha 13:
LA IDEA DE POLÍTICA. LA AUTONOMÍA DE LA POLÍTICA.
ELEMENTOS DE TEORÍA POLÍTICA.

Derecho Político (Resumen) 50


AGRUPACION 1983

(Giovanni Satori)

LA IDEA DE POLÍTICA.
Nos inclinamos a incluir la esfera de la política dentro de la esfera de la
sociedad.
Si para Aristóteles el hombre era un zoon Politikon, la sutileza que con
frecuencia se nos escapa es que, de este modo, Aristóteles definía al hombre, no
a la política. Es sólo porque el hombre vive en la polis y porque, viceversa, la
polis vive en él, por lo que el hombre se realiza completamente cómo tal. Al decir
animal político Aristóteles expresaba, pues, la concepción griega de la vida. Una
concepción que hacia de la polis la unidad constitutiva y ala dimensión completa
de la existencia. Por lo tanto, en el vivir político y en lo político el griego no veía
una parte, o un aspecto de la vida, veía el todo y la esencia. Por el contrario el
hombre no político era un ser defectuoso un idion, un ser carente, cuya
insuficiencia estaba, precisamente, en haber perdido o en no haber adquirido la
dimensión y la plenitud de la simbiosis con la propia polis. En resumen, un
hombre no político era simplemente un ser inferior, un menos que hombre.
El vivir político, era, al mismo tiempo, el vivir colectivo, el vivir asociado. En
realidad los dos términos eran para él uno solo término, y ninguno de los dos se
resolvía en el otro por la simple razón de que político significaba en conjunto, las
dos cosas a la vez.
Es Tomás de Aquino quien tradujo con autoridad zoon politikon por animal
político y social, observando que es propio de la naturaleza del hombre que éste
viva en una sociedad de muchos.
La civitas se refiere a la polis como una ciudad con una cualidad política
diluida, y ello por dos razones. Por un lado, la civitas se configura como un civilis
societas, y por ello adquiere una cualificación más elástica que amplia sus limites.
Y por otro lado, la civitas se organiza jurídicamente.
El discurso aristotélico sobre la ciudad óptima fue entendido por los
primeros traductores medievales como un calco sustituido posteriormente por el
vocablo optima republica. Todos ellos términos que se asociaban a un discurso
horizontal. La idea horizontal es transmitida todavía bastante bien por el inglés
common weal, o más modernamente por el commonwealth que significa bien
común aquello que nosotros denominamos bien público e interés general.
Está claro que Platón daba a entender una verticalidad. Pero este es el
elemento que no se recibe, sino que se pierde, en la tradición aristotélica. Por
otra parte si Maquiavelo es el primero que usa la palabra Estado en la acepción
moderna está claro que la percepción de la verticalidad se remonta al menos a la
tradición romana.
El discurso sobre la política se configura como un discurso que es al
tiempo e indisolublemente político. La ética en cuestión podrá ser naturalista o
psicologista, o una teológica, o incluso una ética jurídica que debate el problema
del bien en nombre de lo justo y de iguales leyes. La doctrina del derecho natural
en sus sucesivas fases y versiones resume bastante bien esta amalgama de
normativa jurídica y de normativa moral. Por todos estos motivos y también por
otros es cierto que hasta Maquiavelo la política no se configura con su
especificidad y autonomía.

Derecho Político (Resumen) 51


AGRUPACION 1983

LA AUTONOMÍA DE LA POLÍTICA.
Cuando hablamos de autonomía de la política el concepto de autonomía
no ha de entenderse en sentido absoluto, sino más bien en sentido relativo. Por
otro lado se pueden mantener a este respecto cuatro tesis, primero que la política
sea distinta, segundo que la política sea independiente, es decir, que siga sus
propias leyes planteándose, literalmente, como sus propias leyes propias, tercero
que la política sea autosuficiente, es decir que sea autárquica en el sentido de
que se baste para explicarse a si misma, cuarto que la política sea una causa
primera, una causa que genera no sólo a la misma política, sino también dada su
supremacía, a todo el resto.
Afirmar que la política es distinta equivale a plantear una condición
necesaria aunque no todavía una condición suficiente.
Moralidad y religión son evidentemente ingredientes esenciales de la
política. Maquiavelo no declara sólo la diversidad de la política de la moral,
apunta también a una vigorosa afirmación de autonomía, la política tiene sus
leyes, leyes que el político debe aplicar. En el sentido antes precisado es, pues,
exacto que es Maquiavelo quien descubre la política.

EL DESCUBRIMIENTO DE LA SOCIEDAD.
La diferencia entre Estado y sociedad. La división ha sido lentísima. Hasta
Locke, por debajo del gobierno político existe un gobierno doméstico. Todavía
con Hobbes el contrato que instituye la sociedad política es estipulado por padres
de familia. Es con Locke restituye su operatividad a la noción de pueblo
teorizando, a fines del siglo XVII, el derecho y la regla de la mayoría. A Locke se
le atribuye también, en verdad, una primera formulación de la idea de sociedad.
En realidad la idea de sociedad no es una idea que se formula y afirma en
los acontecimientos revolucionarios. Es más bien una idea de paz que pertenece
a la fase tardía contractualista de la escuela del derecho natural. El contrato con
el soberano.
La verdad es que la autonomía de la sociedad en sus relaciones con el
Estado presupone otra separación, la de la esfera económica. La división de lo
social y lo político pasa a través de la diferenciación entre política y economía.
Esta es la vía principal. Son los economistas los que muestran como la vida
asociada prospera y se desarrolla cuando el Estado no interviene, los que
muestran como la vida asociada encuentra en la división del trabajo el propio
principio de organización, y por lo tanto, los que muestran la parte de la vida
asociada que es ajena al Estado y que no está regulada ni por sus leyes ni por el
derecho.
Son los economistas del siglo XVIII –XIX los que proporcionan la imagen
tangible, positiva de una realidad social capaz de autorregularse, de una
sociedad que vive y se desarrolla según sus propios principios. Y es así como
una sociedad toma verdaderamente conciencia de sí misma.
Pero Montesquieu, al igual que Locke y en general, el constitucionalismo
liberal, son precursores de modo indirecto y por si parciales. El liberalismo político
no tenía y no podía tener la fuerza de ruptura del liberalismo económico.

Derecho Político (Resumen) 52


AGRUPACION 1983

La sociedad se configura a partir de ahora como una realidad tan


autónoma como para convertirse en objeto de una ciencia por sí misma que ya
no es la economía y que Comte bautiza como sociología. Y Comte no se limita a
bautizar a la nueva ciencia de la sociedad, la declara también la reina de las
ciencias. La sociedad no es sólo un sistema social distinto, independiente y
autosuficiente con respecto al sistema político. Es algo más es el sistema social
el que genera el sistema político. El pan politeísmo de Hobbes se transforma en
el pan sociologismo y en la socio cracia de Comte. Es el momento de extraer las
conclusiones y definir concretamente su significado.

LA IDENTIDAD DE LA POLÍTICA.

La política sufre una crisis de identidad.


Un primer modo de afrontar el problema es el de plantear la pregunta que
Aristóteles no se planteaba que es un animal político en su diferencia con el
hombre religioso, moral, económico, social. No es que nos detengamos en
abstracciones en despedazar al hombre en fantoches abstractos. Por el contrario,
nos planteamos una cuestión concretísima, como reconducir la política, la ética,
la economía a comportamientos, a una acción tangible y observable.
No se da, en política, un comportamiento que tenga características de
uniformidad asimilables a las de los comportamientos morales y económicos. Y
quizá, esta es la cuestión, el término comportamiento político, no tiene que
tomarse al pie de la letra. No indica un tipo particular de comportamiento, sino un
nivel, un contexto. En ocasiones los términos son reveladores. De un
comportamiento moral no podemos decir: son aquellos comportamientos que se
sitúan y manifiestan en la esfera moral. Cierto, incluso la moral tiene un ámbito, el
foro interno de nuestra conciencia. Pero todos los comportamientos deben ser
activados in interiore hominis. La diferencia es que no existen comportamientos
en moral del mismo modo en el que decimos que existen en política.
En la sociedad o en el sistema social para decir que los comportamiento
sociales son aquellos que observa en aquellas instituciones en las estructuras y
en los roles que componen aquel sistema. Y por lo tanto, el politólogo no se
encuentra en lo que se refiere a como identificar los comportamientos políticos ni
peor ni mejor que todos aquellos que cultivan las distintas ciencias del hombre.
Los denominados comportamientos políticos son comportamientos calificables en
la misma medida que todos los comportamientos no morales, es decir calificables
en función de aquellos ámbitos que se adscriben al sistema político.
Los conceptos de poder y de coerción ya no bastan, por sí solos, para
caracterizar y circunscribir la esfera de la política. Debemos registrar también un
poder económico, un poder militar, un poder religioso, además de otros poderes.
Lo mismo vale para la noción de coerción. A la coerción política se añade la
coerción social, la coerción jurídica la coerción económica y otras.
La democratización o masificación de la política no comporta sólo su
difusión, y si se quiere su matización, sino sobre todo su ubicuidad. A la ubicación
vertical se añade una expansión y ubicación horizontal, lo que vuelve a mezclar
una vez más todo el discurso. Al estado le siguen competiendo, en exclusiva, las
decisiones potestativas de última instancia, pero los procesos políticos ya no
Derecho Político (Resumen) 53
AGRUPACION 1983

pueden estar comprendidos en el ámbito del Estado y de sus instituciones que


escapan totalmente a la visión institucional.
No es exacto imputar a la ciencia política contemporánea haberse cerrado
en un visión demasiado angosta de lo que es la política. A quien observa que
tampoco la noción de sistema político basta para dar cabida a la ubicuidad y la
difusión de la política puede contraponerse la crítica de quien observa que un
sistema político que no llega ya a determinar sus propios confines acaba por no
ser un sistema o por diluir la idea de política hasta al punto de evaporarla.
En líneas generales el punto a afirmar es que no debemos confundir los
recursos del poder o las influencias sobre el poder, con el tener poder, así como
debemos de distinguir el cómo del donde se genera el poder político, del cómo y
donde se ejerce. Una vez señaladas estas distinciones la dificultad de determinar
los límites del sistema político se resume en la diferencia entre acepción laxa y
acepción estricta del concepto de política.
La nueva ciencia de la sociedad tiende a absorber la ciencia política, y a
través de ella a la política, en su propio ámbito. El reduccionismo sociológico, o la
sociologización de la política, está indudablemente vinculado con la
democratización de la política y encuentra en esta referencia tanto su fuerza
como su límite.
La forma extrema de negación de la autonomía de la política no es, por lo
general, la sociológica, proviene mas bien, de la filosofía marxiana. En esta última
perspectiva no se apunta únicamente a la heteronomía de la política sino, más
drásticamente a la negación de la política. En la concepción económico
materialista de la historia la política es una superestructura no sólo en el sentido
de que refleja las fuerzas y las formas de producción, sino también en el sentido
de que es un fenómeno destinado a extinguirse. En la sociedad comunista, el
Estado viene a menos, y con ello desaparece la coerción del hombre sobre el
hombre. Pero si una filosofía de la historia ha de valorarse en base a los
acontecimientos históricos que ha generados, basta con constatar que hoy en día
la tesis de la primacía de la política encuentra su mejor confirmación en los
Estados que se fundan en la doctrina de Marx y de sus sucesores. Quien ha
estudiado la experiencia de los países del Este no tiene dudas sobre la
identificabilidad de la política, y muchas menos dudas sobre la autonomía y
autosuficiencia de la política.

¿Qué Es Política?
La expresión y la noción de ciencia política se determinan en función de
dos variables,
1. El estado de la organización del saber,
2. El grado de diferenciación estructural de los componentes humanos.

Es así que no tiene mucho sentido hablar de ciencia política cuando ciencia
constituía un todo con filosofía, cuando el saber se reducía y expresaba
unitariamente en el amor al saber.
Conviene observar que la noción de política calificó todo, y por lo tanto nada
especifico, hasta que las esferas de la ética, de la economía y de lo político
social, se mantuvieron no divididas y no se tradujeron materialmente en

Derecho Político (Resumen) 54


AGRUPACION 1983

diferenciaciones estructurales, vale decir en estructuras e instituciones que


pudieran calificarse de políticas por su diferencia con institutos y estructuras
pasibles de ser calificados de económicos, religiosos y sociales.
Ciencia y política son variables que han cambiado mucho, sino también
porque variaron en épocas diferentes y con diversas velocidades. Es obvio que
los tiempos y las fases de la ciencia política serán tanto más numerosos cuanto
mas nos remontemos hacia el nacimiento de esta disciplina.

LA POLÍTICA COMO CIENCIA.


Se sostiene que no hay ciencia propiamente dicha sin método científico.
Este método científico no es inmutable, es uno pero también múltiple, y está en
continua evolución. Lo que no impide que la ciencia presuponga un método
científico. Es en razón de este criterio que el nacimiento del pensamiento
científico y su separación del pensamiento filosófico se sitúa en los siglos XVI –
XVIII en el lapso que va de Bacon a Galileo y por último a Newton.
¿Aristóteles y Maquiavelo fueron científicos de la política? En el dominio
historiográfico se puede responder afirmativamente, pero en el dominio
epistemológico se debe responder en forma negativa. El historiador podrá alegar
que una observación realista constituye la premisa y sigue siendo una parte
integrante de la forma mentis científica. Podrá también destacar que Aristóteles
se coloca en una historia de la ciencia política no simplemente como un atento
descriptor de los sucesos de su época, sino específicamente por su forma mentis
clasificatoria. De modo semejante, el historiador podrá ver la cientificidad de
Maquiavelo en el hecho de que con él, el observador se separa la cosa
observada, aun sin despojarse de sus propios fines y valores, y también
señalando que, de este modo, Maquiavelo rompe con la tradición filosófica, es
decir se aparta de la filosofía. Y todo eso es verdad. Pero el epistemólogo tiene el
derecho de replicar que si la observación realista se anticipa a la ciencia, tomada
en sí misma no es todavía ciencia. De modo análogo, el epistemólogo deberá
precisar que si la ciencia no es filosofía, no se hace ciencia por el simple hecho
de no hacer filosofía.

Ficha 14:
POLÍTICA Y PODER. De M. Bovero

POLÍTICA Y PODER
Política y poder forman un binomio inescindible. El poder es la materia o la
substancia fundamental del universo de entes que llamamos política.
La exitosa fórmula de Carl Schmitt puede ser considerada paradigmática,
pero ha sido quizás Michel Foucault, modificando una celebre afirmación de
Clausewitz, quien ha encontrado la fórmula que expresa mejor esta primera idea
general de política: la política es la continuación de la guerra por otros medios. Y
desde el punto de vista de Hobbes es la condición de paz la que aparece
propiamente como política, la salida del estado de guerra, debido a la
contraposición de las fuerzas y de los poderes particulares se da a través de la
institución del poder super partes, precisamente el poder político y por tanto
coincide con el ingreso en la sociedad civil
Derecho Político (Resumen) 55
AGRUPACION 1983

La idea de política que viene delineándose en este caso es la idea de un


orden colectivo, de una organización de la convivencia mediante reglas o normas
imperativas emanadas del poder que representa la misma colectividad, y que
impide la disgregación oponiéndose al resurgimiento de conflictos extremos.

BEHEMOTH Y LEVIATHAN.
La política como Behemoth y la política como Leviathan.
De un lado la situación de conflicto extremo como se da en la relación
amigo-enemigo, que desde el punto de vista de Carl Schmitt es la contraposición
política por excelencia, se presenta desde el punto de vista de Hobbes como la
situación no política por excelencia, el estado de naturaleza, de otro lado, la
superación de contraposición vista por Hobbes en la situación política, se
presenta en cambio, donde sea juzgado una superación no ilusoria, como por
ejemplo es vista por Marx en la sociedad sin clases, como la salida del campo de
la política. Es verdad que en este último caso la contraposición aparece como no
política en cuanto está referida a la imagen de un orden colectivo al que son
extrañas las relaciones de poder. Lo que queda claro de los dos puntos de vista
es el vinculo entre política y poder; pero lo que precisamente cambia es el modo
en que es concebido tal vinculo en un caso la noción de poder está conectada a
la contraposición, en el otro está conectada a la composición.
En la otra perspectiva predomina una consideración interna del grupo, que
en visto en relación con los miembros, a los que les son impuestas reglas para la
convivencia, en este caso ética y política de diversas maneras pueden coincidir
aunque no convergen necesariamente. Para el sentido común no hay duda de
que las declaraciones de guerra y los tratados de paz son igualmente actos
políticos.

MANDATO Y OBEDIENCIA.
En el tercer libro de la Política, Aristóteles inicia preguntándose que es la
polis, y comienza por considerar que la actividad del hombre político y del
legislador versa en torno a la polis. Y la constitución en una determinada
organización de personas que habitan la polis.
Es el constituirse en un orden determinado que se impone a los miembros
particulares y los organiza en la unidad de una identidad colectiva.
La constitución estatal es la puerta, por la cual el momento abstracto del
Estado entra en la vida y en la realidad, pero con ella interviene la distinción entre
quien manda y quien obedece entre gobernantes y gobernados.
La primera figura en la que es presentado dentro de esta perspectiva
clásica, el universo política es la del poder en la forma de la relación mandato
obediencia. En esta perspectiva se conjugan Aristóteles, el individualista Hobbes
enemigo de Aristóteles, el antiindividualista Hegel enemigo de Hobbes.

PODER POLÍTICO Y NO POLÍTICO.


Es el problema puesto por Locke en el origen de su construcción de teoría
política, en términos ejemplares “mostrar la diferencia entre el gobernante de una
sociedad política, el padre de una familia y el capitán de una galera”.

Derecho Político (Resumen) 56


AGRUPACION 1983

Locke proporciona un criterio de distinción axiológico o normativo no


analítico, no indica en qué cosa consista el poder político, sino sobre qué cosa
debería cimentarse para ser aceptado por los hombres libres.
El criterio propuesto por Max Weber ha tenido en cambio un gran éxito,
este criterio observa el medio específico empleado por el poder político. Por
extrapolación de la célebre definición weberiana del Estado ha sido elaborada
una nueva tipología de las formas de poder que está más apegada a los datos de
la experiencia moderna, en la cual el poder político, que detenta los medios de
coacción física, es diferenciado del poder económico, basado sobre la posesión
de bienes o riquezas, y del poder ideológico, basado sobre el control de los
medios de persuasión.
El mismo Weber no se limitó a indicar el simple atributo de la coacción,
sino señaló el atributo general del monopolio de la coacción legítima. Recurriendo
a la noción de legitimidad se regresa a una posición cercana a la de Locke, y por
consiguiente expuesta a las mismas objeciones. En realidad hay una diferencia
con respecto a las tesis de Locke, ya no es indicado cuál principio de legitimación
distinguiría al verdadero poder político de cualquier otro poder, sino se dice
simplemente que para ser tal un poder político debe tener alguna legitimación,
que le permita ser habitualmente obedecido.
Weber dirige precisamente el análisis del poder político hacia los principios
de legitimación en cuanto mantiene una diferencia esencial entre Macht, el poder
de quien tiene la fuerza de constreñir, y Herrschaft, el poder de quien tiene el
derecho o avanza con éxito en el propósito, de hacerse obedecer.
Si se quiere distinguir al poder coactivo de la organización política del
poder coactivo de otras organizaciones o grupos, parece pues indispensable
vincular la noción de poder político a la de legitimación, la tradicional investidura.
O como dice Kelsen, que repropone el problema en términos análogos a los de
Agustín, si se quiere distinguir el mandato del Estado de la intimidación del
bandido es necesario concebir el poder político como poder autorizado.

FUERZA Y NORMA.
No hay duda de que la caracterización weberiana del poder político en los
términos del monopolio de la fuerza es especialmente adecuada para la
formación y la organización de Estado moderno. Para Hobbes, la difusión del
recurso a la fuerza para resolver todo tipo de conflictos, la proliferación de centros
de poder que reivindican el derecho de espada privada. El uso indiscriminado de
la fuerza de cada uno da lugar a una condición en la cual ninguna vida de
relación puede subsistir, la razón aconseja o debería aconsejar a cada uno la
manera de salir de esa condición. Para eliminar el difundido recurso a la fuerza
por parte de los centros individuales de poder no hay otra vía que concentrar la
fuerza, todas las fuerzas, en un solo punto, instituir el poder soberano como
poder político coactivo que se vuelve el único poder de derecho en virtud de la
autorización pacto social.
La solución se da poniendo límites al poder político.
Es el principio de la primacía de la ley, o si se quiere de la superioridad de
la norma con respecto al poder sostenido de diversas maneras por la teoría y por
la práctica del constitucionalismo moderno, y hecho realidad por las primeras

Derecho Político (Resumen) 57


AGRUPACION 1983

cartas constitucionales con el conocimiento positivo de los derechos naturales del


hombre.
Weber y Kelsen: el concepto weberiano de poder legal, como poder cuya
legitimidad deriva de la legalidad, y el concepto kelseniano de poder jurídico,
como poder autorizado por una norma, en última instancia por la norma
fundamental. Conjugando libremente estos dos conceptos de podría afirmar:
poder legítimo es solamente el poder político que actúa en los límites puestos por
la norma misma que lo ha instituido. La misma autorización del poder aparece de
esta manera condicionada al respecto de obligaciones. Obligaciones de este tipo
son las que, en la tradición clásica, venían definidas como deberes del soberano.
El constitucionalismo recoge substancialmente esta idea de la tradición
contractualista, con un agregado decisivo, tales deberes forman parte del sistema
normativo positivo y por lo tanto quedan sujetos a sanciones ya no solamente
extrajudiciales.

Ficha 15:
LAS CUESTIONES POLÍTICAS NO JUDICIABLES.
(De Oscar Blando)
LA IMPUGNACIÓN JUDICIAL: LA SANCIÓN DE LA
LEY DE LEMAS Y LAS CUESTIONES POLÍTICAS NO
JUDICIABLES.

El Planteo Judicial
El cuestionamiento jurisdiccional con referencia a la Ley de Lemas se
produjo a partir de la presentación realizada por un grupo de diputados de
diversas extracciones políticas. Fundamentalmente se cuestionó, como se verá el
proceso de sanción de la ley y frente a tal planteo, la Corte Suprema de Santa
Fe, en lo sustancial, entendió que se trataba de una cuestión política, la sanción y
promulgación de una ley corresponde a facultades privativas y exclusivas de
otros órganos de poder y en consecuencia, no revisable judicialmente, es decir,
exenta del control jurisdiccional.
Haremos pues un análisis sintético de los hechos, el planteo ante el
máximo Tribunal provincial y explicitaremos los principales la principales
argumentos que utilizó la Corte para el rechazo de la acción. Luego, nos
detendremos por la importancia que reviste, en el principal fundamento esgrimido
por el Tribunal, esto es, el tema de las cuestiones políticas no justiciables que ha
tenido sin duda una no pacífica postura, tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia nacional, y especialmente, en la norteamericana de donde deviene
originalmente.
Se sostuvo como fundamento de hecho, que el día de votación del
proyecto aludido, veinticinco legisladores se pronunciaron a favor de su
aprobación mientras que veinticuatro se manifestaron en contra, hallándose en el
recinto los cincuenta diputados que prevé la Constitución, es decir, existía en ese
momento quórum integral y por lo tanto, no se había alcanzado la mayoría
necesaria de votos reglamentarios, esto es veintiséis.
Derecho Político (Resumen) 58
AGRUPACION 1983

Entre los argumentos se citó al art. 174 del reglamento interno de la


Cámara que consolida el art. 42 de la constitución Provincial que en materia de
vos que deciden dispone “un voto sobre la mitad del número de diputados
presentes hace decisión, salvo en los casos expresamente indicados por la
Constitución de la provincia o en este reglamento ”. En consecuencia, sobre
cincuenta diputados presentes, es decir, la totalidad, ya que como surge del
Diario de Sesiones, el Presidente del cuerpo se cuenta no sólo para determinar
los legisladores presentes sino también para formar quórum “la mitad de esa
totalidad, más un voto, es veintiséis y no veinticinco, como se admitió
ilegalmente: no se trata de quórum para sesionar, se trata de votos para obtener
decisión”
Se violó no sólo el reglamento de la Cámara sino el procedimiento
constitucional de formación y sanción de las leyes establecido en el art. 56 y
siguientes de la Constitución Provincial de Santa Fe y al promulgar y publicar el
PE el proyecto rechazado mediante un acto administrativo ilegal, que aparejaba
su nulidad absoluta e insanable y en definitiva, se solicitaba la declaración de
inconstitucionalidad de lo actuado por el quebrantamiento del procedimiento
constitucional previsto en el art 56 y siguientes de la Constitución de la Provincia.
Finalmente, y adelantando posibles argumentos sobre la violación del
principio de la división de poderes, se dijo que si bien es cierto que el problema
se plantea originalmente con referencia al funcionamiento interno de otro Poder,
no es menos cierto que la sanción, formación y aprobación de las leyes es tema
de revisión judicial porque la justicia debe velar siempre la legalidad
constitucional en última instancia y si los derechos protegen valores y no solo
intereses, el derecho es un medio para brindar cobertura jurídica a un valor. Este
valor constituye un fin en sí mismo y está ordenado jerárquicamente.
La corte Suprema, se dedica a destacar dos cuestiones sustanciales: en
primer lugar la admisibilidad del recurso interpuesto y en segundo término, y sin
perjuicio de haberlo declarado inadmisible, la sentencia desarrolla el tema de la
llamadas cuestiones políticas no judiciables, es decir, la Corte santafesina
judicializa la cuestión tratando el tema de fondo.

La Cuestión Política, Una Cuestión Aleatoria


Con la denominación de cuestiones políticas se quiere expresar que hay
un cúmulo de temas subsumidos en esa denominación que no estarían sujetos al
control jurisdiccional ya que serían facultades privativas de los poderes políticos
del Estado.
El catálogo de estas cuestiones no está marcado por la Constitución, es
una elaboración de la jurisprudencia y en consecuencia constituye, una
autolimitación que implica en realidad una resignación de atribuciones
expresamente prescritas en la Constitución Nacional a través del art. 116.
Cuestiones políticas se trata nada más y nada menos de actos dl poder
que estarían colocados por sobre el sistema jurídico y por tanto irrevisables
judicialmente, lo que puede suponer un verdadero trastocamiento del concepto
sustancial del Estado de Derecho.
La determinación de la naturaleza política de una situación que se halla
bajo consideración judicial se convierte así en algo bastante aleatorio.

Derecho Político (Resumen) 59


AGRUPACION 1983

Esta concepción deviene de la consideración de que el poder judicial no es


un órgano político pese a ser un poder del estado y que la división de poderes
supone diferenciar lo que es un acto político y un acto jurídico pese a emanar del
mismo órgano.
Lo político identifica al órgano del que emana el acto, lo jurídico al
contenido y modo de dictado del acto: las cuestiones políticas no son más que
nombres de determinados actos jurídicos realizados por órganos del estado.
Según Bidart Campos:

La inhibición judicial frente a cuestiones políticas daña el derecho a


la jurisdicción al impedir la obtención de una sentencia que decida la
cuestión propuesta por la parte agraviada en el proceso;

Cuando el juez no puede juzgar determinadas cuestiones, significa


que no puede administrar justicia, es reducir una función del poder
político, eliminando a priori su ejercicio;

La no judiciabilidad de una determinada cantidad de actividades


impide que se pueda ejercer el control de constitucionalidad y
remediar la inconstitucionalidad que puede afectar a aquellas
actividades y con ello se produce una transgresión a la Constitución
que escapa a la sanción invalidante, queda sin remedio en el orden
de las garantías y permanece impune,

Entregar un margen discrecional a la exclusiva actividad de ciertos


órganos sin que la judicatura cuide su razonabilidad es dar curso a
la eventual arbitrariedad en que aquellos pueden incurrir; si un acto
del Estado no puede ser llevado ante los tribunales estamos
fácticamente ante el hecho notorio de la irresponsabilidad
emergente, en este caso, de la no judiciabilidad que cierra el
reducto de actividad incontrolable,

Finalmente, cuando el art. 116 de la CN resuelve la judiciabilidad de


todas las causas es imposible interpretar que haya algunas que
escapan al juzgamiento. Dividir las causas en judiciables y políticas
es fabricar una categoría de causas en contra de lo que impone la
Constitución.

Las Political Questions En La Jurisprudencia Argentina.


En Estados Unidos también deviene de la jurisprudencia y no de su
Constitución.
La tradición norteamericana de las political questions, se afirma a partir del
célebre caso Marbury vs. Madison, de 1803 en donde el Chief Justice John
Marshall sostiene que “por la constitución de los EEUU, el presidente está
investido con algunos importantes poderes políticos, en el ejercicio de los cuales
debe usar su propia discreción y es responsable ante su país solamente en su
carácter político y ante su propia conciencia. Los asuntos son políticos. Ellos
conciernen a la Nación, no a los derechos individuales y, estando confiados al
Derecho Político (Resumen) 60
AGRUPACION 1983

Ejecutivo, la decisión de éste es definitiva. Los actos del funcionario, en cuanto


funcionario no puede nunca ser examinado por los tribunales”.
La corte Suprema Nacional, si bien sostuvo que las facultades
jurisdiccionales del poder Judicial no alcanzan como principio, al examen del
procedimiento adoptado en la formación y sanción de las leyes, sean nacionales
o provinciales atendiendo al principio de separación de los poderes del estado,
también dejo abierta la posibilidad de revisión cuando afirma que no constituye
cuestión judiciable, salvo el supuesto de incumplimiento de los requisitos
constitucionales mínimos e indispensables que condicionan la creación de la ley.

Cuestiones Políticas Y Democracia: Separación De Poderes E


Independencia Del Poder Judicial.
La Corte Suprema de Santa Fe, optó adoptando la inhibición del poder
judicial en cuestiones políticas y, en especial, las referidas al trámite de sanción
de las leyes. Es decir, la propia Corte Suprema Nacional tuvo en consideración
otros antecedentes que permitían la judiciabilidad de casos similares al de los
autos que comentamos, pero fueron ignorados por nuestro máximo tribunal
provincial. Juzgar una cuestión política entrando al fondo del asunto es estudiar si
hay o no ofensa a la Constitución, pero no necesariamente invalidar el acto
tildado de inconstitucional.
Nuestra Corte Provincial, siguiendo la línea tradicional de la jurisprudencia
nacional invocó las cuestiones políticas y la separación de poderes para sustraer
el control jurisdiccional.
La independencia del poder judicial en Argentina, basada en la tríptica
concepción de frenos y contrapesos de Montesquieu ha sufrido múltiples
tropiezos y avala a quienes sostienen que su formulación práctica ha sido más un
mito que una realidad.
El sistema de frenos y contrapesos no es más que una distribución del
poder político. Cada sentencia es un servicio que se presta a los ciudadanos pero
también es un acto de poder y por ende un acto de gobierno, que cumple la
importante función de proveer a la paz interior mediante la solución judicial de los
conflictos.
No debe confundirse la connotación política que acarrea el ejercicio de una
función de gobierno, cual es la jurisdiccional, con el desarrollo de la actividad
política partidaria, que por lo demás, está completamente vedada a los
magistrados. La incursión judicial en el plano de las decisiones políticas se
produce con toda evidencia cuando ejerce el control constitucional de las normas.
El proceso judicial no es inferior, epistémicamente hablando, a cualquier
proceso político, sino sólo al proceso democrático. No todo proceso político, es
democrático sino que para que se denomine de ese modo se exige una serie de
condiciones. Se esas condiciones no se dan, por más que el gobierno sea
denominado democrático los jueces no tienen razones epistémicas para diferir su
juicio al resultado del proceso político. Así los jueces necesariamente deben
ejercer un control de las leyes y otras normas jurídicas en función de una
Constitución de principios ideales, que quiere decir que los jueves están
obligados a determinar en cada caso las condiciones que fundamentan el valor
epistémico del proceso democrático, de modo que la ley en cuestión goce de una

Derecho Político (Resumen) 61


AGRUPACION 1983

presunción de validez, que permita al juez poner entre paréntesis, a los efectos
de justificar una decisión, su propia reflexión individual.
En definitiva, lo que se requiere de la Corte Suprema es que muestre su
activismo respecto del proceso político que mostró con su doctrina de los
gobiernos de facto, pero con una dirección exactamente opuesta, o sea la de
promover y ampliar el proceso democrático, abriendo nuevos canales de
participación y fortaleciendo la representación, sobre todo de los grupos con
menos posibilidades de injerencia real en ese proceso.
No se propugna ni el gobierno de los jueces ni sacar de cause a los
tribunales para sustituir al Poder Ejecutivo o al Congreso. No atamos a éstos al
carro de la sentencias. Lo atamos al carro de la Constitución, cuya vigilancia
jurisdiccional consideramos indeclinable. No pierde independencia o
imparcialidad al poder judicial porque aplique la ley y la Constitución, en todas las
causas, aún en las causas políticas.
El juez no debe aplicar más voluntad que la voluntad de la ley, no debe
aplicar la voluntad de otros sujetos ni siquiera la propia suya. Pierde
independencia cuando se somete a mandatos o influencias de otros poderes o
intereses y pierde imparcialidad cuando decide en virtud de preferencias
personales. El juez se legitima democráticamente en cuanto se convierte en
mecanismo de aplicación en casos concretos, de la voluntad popular
manifestadas en forma general en la ley.
Lo que ha politizado el poder judicial en la Argentina no ha sido el resolver
cuestiones políticas tales como incursionar en el trámite de un ley en el Congreso
sino cuando se apartó de la legalidad y dependió sumisamente de los poderes
fácticos o políticos. Tantas veces se invocó la independencia del poder judicial,
que algunos de sus miembros confundieron la proclama y se independizaron de
la Constitución.

Ficha 16:
SOCIEDAD Y DEMOCRACIA: NO HAY DEMOCRACIA SIN
POLÍTICA.
(Oscar Blando)

CRISIS DE REPRESENTACIÓN, DEMOCRACIA Y


POLITICA.

Sociedad Y Política: No Hay Democracia Sin Política


Argentina: la implosión de su sistema de representación política. Ese
colapso de la representación:
a) No solo es un problema de política institucional,
b) No es exclusivamente una cuestión de la llamada clase política.

Respecto al primer tema sostengo que la denominada crisis de


representación no se circunscribe solamente a un disconformismo ciudadano
para con los políticos o las instituciones políticas: la falta de representatividad
también se mide frente a la capacidad o incapacidad de dar respuestas a las

Derecho Político (Resumen) 62


AGRUPACION 1983

demandas de la sociedad, y aquí la política ha dado respuestas insuficientes y


subordinadas a la economía y han expresado su debilidad frente a los nuevos
factores de poder. La interpretación que señala que la corrupción estructural es la
fuente única y principal de nuestro males proporcionando una visión despolitizada
que deja al margen las cuestiones de poder, como las relativas la distribución del
ingreso en argentina.
La creencia de que la sociedad es portadora natural de un buen sentido y
un orden justo y que el mal está concentrado exclusivamente en sus dirigentes o
la de que somos un país de millones de ciudadanos cultos, honestos e
inteligentes usurpador por una clase política rapaz y corrupta podrá ser todo lo
autoconsoladora que se quiera pero además de falsa es altamente peligrosa:

1. Es falsa porque lo políticos no son ajenos sino parte de la sociedad a la


que pertenecen y en democracia es la propia gente quien decide elegirlos
para ocupar cargos públicos. Condenemos a los que reclaman coimas
para aprobar leyes pero también denunciemos a quienes las ofrecen en
busca de beneficios personales o para garantizar negocios que no
precisamente sirven para proveer al bien común;

2. Es peligrosa, porque la desacreditación generalizada de políticos,


partidos y órganos deliberativos de la democracia ha tenido en nuestro
país una clara orientación autoritaria, orientación que no ha desaparecido
y que surge hoy, con nuevas formas ante las continuas demandas de
orden: la criminalización de la pobreza y la protesta social, la mano dura
ante la inseguridad o la reaparición de la violencia política.

La demonización de los políticos tiene sus riesgos: la desaparición de la


política y de la democracia porque no hay democracia sin política y si la política
cesa lo peor será nuevamente posible.

Política Y Antipolitica: Los Dilemas De La


Reforma Política.
No hay dudas: el disconformismo ciudadano con la política y los dirigentes
tuvo sobrados fundamentos: es legítimo el rechazo popular por las denuncias de
corrupción en la política, las insuficientes gestiones de los gobiernos, el repudio a
los sucesivos incumplimientos de los mandatos electorales y el doble discurso.
Habrá pues, que salir de la impotencia y para ello también los políticos
deberán hacer su aporte: abandonar su práctica política que supone el
comportamiento de muchos actores políticos que limitan su acción y palabra a
aquello que asumen aceptable porque ya aceptado: en vez de contribuir a la
renovación democrática con nuevos valores ideas y estilos políticos. Prefieren ir a
lo seguro y limitarse a enunciar y proponer aquello que se considera aceptable
porque ya aceptado.
La discusión pública en torno a la reforma política se ha visto atravesada
en base a equívocos slogans y contradictorios mensajes que coinciden con la
vulgata antipolítica. Los ejemplos de simplificación más recurrentes son el costo
de la política y las listas sábana.
Derecho Político (Resumen) 63
AGRUPACION 1983

Desde esta visión, y este es el dilema habrá que analizar las propuestas
de reformas políticas: como decíamos, muchos de los responsables de los que
nos ha pasado en los últimos años en el país han impulsado la reforma con el
mismo entusiasmo con que en los 90 impulsaron la reforma del estado:
generaron la sensación de que todo lo estatal era ineficiente, corrupto y sobre
ese discurso si hicieron las reformas del estado, las privatizaciones. Ahora
muchos de esos mismos sectores sobre la desacreditación de la política, los
políticos y las instituciones de la democracia, proponen reformas políticas.
Desde otra perspectiva se afirma no sin tazón que hay ampliar los canales
de participación propender a la descentralización. Desde ya suscribimos esta
propuesta: pero la descentralización política y el aumento de la participación
implican, un aumento del costo político, es directamente proporcional. No hay
forma de ampliar los espacios de representación y de participación popular sin
ampliar un cierto punto del gasto político.

Ficha 17:
CRISIS DE REPRESENTACIÓN. REFORMA POLÍTICA:
OPORTUNIDADES Y RIESGOS.
(García Delgado)

CRISIS DE REPRESENTACIÓN
Así como el número de democracias ha aumentado, su calidad parece
decrecida, ganando lugar los bien fundados lamentos de nuevas democracias
que han degenerado dentro de meras democracias electoralistas o delegativas.
Si no totalmente defectivas democracias con dominios de reserva para el
privilegio de elites.
El derecho de ser ciudadano, o sea, de decidir como se producen,
distribuyen y se usan esos bienes, queda restringido otra vez a las elites.
Los teóricos se encuentran divididos entre dos visiones polares sobre las
causas de la crisis de representación: mientras que unos adjudican la
responsabilidad principal de que esta democracia no sea verdaderamente
representativa, sino delegativa, a las tradiciones delegativas y caudillistas y
determinados estilos y liderazgo latinoamericanos, otros afirman que esta crisis y
desafección respecto de lo político es un fenómeno más amplio y de carácter
universal.

LOS FACTORES DE LA CRISIS

Derecho Político (Resumen) 64


AGRUPACION 1983

A lo largo de los últimos 15 años, se ha logrado afirmar la pauta de


continuidad institucional y democrática. No es un logro menor en un país
acostumbrado a la inestabilidad política del ciclo cívico-militar.
Si entendemos por consolidación la capacidad de mantenimiento del
régimen democrático mediante acuerdos políticos e institucionales significativos
del conjunto de actores relevantes, podemos decir que los factores que
tradicionalmente generaban el ciclo cívico-militar han concluido con el proceso de
transición a la democracia en los 80 y reconversión económica en los 90.
Se genera una profunda reforma económica y constitucional, donde el
elemento eleccionario de la democracia se consolida y casi se confunde con ésta.
Dentro de la democracia se consolida y casi se confunde con ésta. Dentro de la
reforma constitucional producida en los 90 hay que incorporar la introducción de
mecanismos de democracia semidirecta, de control y auditoría, audiencias
públicas, la inclusión de derechos de tercera generación.
Pero acompañando todo este proceso reformista, se percibe cierto
malestar en la sociedad respecto del funcionamiento del sistema político. La crisis
de la política lleva al cinismo y a la apatía y hasta a ignorar su existencia. Esta
situación de perdida de confiabilidad en los partidos en el ejecutivo, en el
parlamento y en el poder judicial, pero no en la democracia como sistema puede
ser definida como crisis de representación.
La democracia actual se caracteriza por transacciones entre elites que se
autonomizan de sus electores y esa realidad genera escasas expectativas sobre
lo que la política puede dar.
Entre las causas habituales explicativas de esta crisis podemos distinguir
las siguientes:
Los sucesivos incumplimientos programáticos: el incumplimiento
programático de partidos de tradición popular y social que, en la práctica,
terminaron implementando políticas liberales, y las políticas de estabilización
aplicadas por partidos con tradición reformista llevaron al distanciamiento
concreto entre la acción de gobierno y las aspiraciones de los electorados que los
colocaron en el poder. El modelo político del Estado de bienestar ya no se
adapta, o lo hace sólo con dificultad a las nuevas demandas de una participación
más independiente y de carácter social, menos ideológica y vinculadas a los
medios, a una esfera pública no estatal. Al cambiar el proceso decisional en el
marco de la globalización también se modifican los presupuestos de la teoría
democrática clásica sobre todo acerca de quiénes son los actores de las
decisiones y dónde se toman las mismas. La política económica se toma al
margen de la institucionalidad democrática, dado que mucho más importante son
las exigencias que establecen los organismos financieros internacionales que los
resultados de los debates parlamentarios o la opinión de la población.
El fenómeno de la corrupción: este es un eje central para entender la
nueva relación entre política y sociedad, sobre todo por la continuidad, extensión
e impunidad que lo rodea, y que ayuda a conformar una visión muy negativa de la
política, cuestionadora no sólo del partido gobernante sino del conjunto de la
clase política. La corrupción también se vincula al desprestigio más reciente que
arrostra el poder judicial, tanto por la sensación de impunidad de ciertos casos
famosos como por la suerte de connivencia que parecería existir entre algunos
políticos, jueces y policías. Este tema es diferenciable de la coima o del peculado,

Derecho Político (Resumen) 65


AGRUPACION 1983

y ha anclado muy fuerte en la opinión pública, asociándose a temas como la


demanda de mayor control, transparencia y seguridad por parte de los
ciudadanos. El poder aparece básicamente como político y como algo negativo,
deja de ser concebido como instrumento de cambio o negociación para
transformarse en objeto de denuncia y apartamiento. Este fenómeno genera
nuevas demandas y, en consecuencia, surgen liderazgo no partidarios ni
gremiales, provenientes del campo del deporte o del espectáculo, del campo
social o del tercer sector.
La situación social declinante de vastos sectores: en los últimos años, la
conformación de nuevos pobres y la ampliación de la pobreza es un punto central
de la crisis de representación. Porque esta situación contrasta con los anteriores
procesos de democratización que fueron de inclusión política y socioeconómica,
de sectores medios primero y de trabajadores luego, pero ambos de movilidad
social ascendente. Es la primera vez que el proceso democrático queda asociado
a experiencias de distribución negativa del ingreso, de exclusión y sin
demasiadas expectativas de reingreso.
La mayor profesionalización y especialización técnica: son producto del
proceso de modernización, de la creciente diferenciación social y funcional. Las
demandas de la sociedad son cada vez más diversas y hay necesidad de legislar
sobre temas distintos y con múltiples actores. El subsector proveniente de los
partidos políticos debe adaptarse en su estructura motivacional, incorporando
orientaciones a la resolución de problemas políticos y técnicos de la sociedad
compleja, a la responsabilidad en el tratamiento de los asuntos públicos, y a la
eficiencia y eficacia en la actuación. Los últimos cambios en el sistema de
partidos muestran elementos que atenúan la crisis de representatividad, aún
sigue siendo muy baja la credibilidad de los políticos, como si existiera una suerte
de ecuación que revelara que, en la medida que éstos se acercan al poder, se
alejan de la gente, en la medida que buscan ofrecer garantías a factores de poder
internos e inversores externos, dejan de dar garantías a los sectores que dicen
representar.
La crisis de los grandes relatos: con la crisis del Estado benefactor, entra
en declinación una forma de hacer política que se basaba en fuertes
componentes normativos asociados a las utopías sociales, a cierta credibilidad
sobre las garantías de éxito colectivo y en la promesa de una nueva sociedad.
La influencia de los medios de comunicación: por último, con una mayor
credibilidad que los partidos, los medios de comunicación empiezan a ocupar el
lugar de nexos entre el Estado y la sociedad, de mediadores de esta relación. La
emergencia de una opinión pública más independiente, construida por los
medios, tiene diferentes efectos en una situación no desprovista de ambigüedad.
Los medios desplazan a otras instituciones en la elaboración política. La TV y la
radio son los foros donde, para los ciudadanos, hay deliberación o alguna
comprensión de lo que pasa mientras que el parlamento aparece como un
espacio de posicionamiento estratégico de los partidos con opciones ya decididas
de antemano. En términos negativos, la fuerte concentración de los multimedia y
su articulación con intereses económicos otorga a pocos grupos gran capacidad
de construcción de la agenda y de posicionamientos deliberados de la opinión
pública. Los medios pueden construir un orden de prioridades e instaurar
problemáticas que no siempre responden a los intereses reales de la sociedad,

Derecho Político (Resumen) 66


AGRUPACION 1983

sino que a veces se presentan como defensores de sus propios intereses. Más
que el espejo donde se refleja, plena y sin distorsiones, la sociedad civil, los
medios concentrados también aparecen como grupos multimedia que articulan
intereses empresariales, conforman negocios múltiples y oligopolizan la
comunicación, también aparecen como un nuevo factor de poder.

EL NUEVO FORMATO REPRESENTATIVO.


La democracia de lo público: significa que la representación se instala en
un esquema amplio y fuertemente mediático en el cual los partidos son un
componente importante, que junto a comunicadores y a otros representantes
institucionales configuran un espacio público no estatal o no político. La
comunicación política deja de realizarse vía documentos partidarios y da lugar al
vehículo universal de la comunicación que son los medios en particular la
televisión.
La emergencia de la sociedad civil y del tercer sector: significa que la
participación tiende a ser más social o apartidaria y construida sobre redefinidas
solidaridades y temas más puntuales. Esto ya no se emparenta con la
movilización social unificada del pasado que venía desde una perspectiva política
estatista homogeneizadora y centralizada, sino que puede ser definida para
amplios sectores, en términos de conciencia de nuevos derechos para unos, de
retroceso de derechos adquiridos para otros y de protesta por la exclusión.
Mientras un primer circuito de la política representativa se consolida, ahora se
constituye un segundo circuito, conformado por ONGs, movimientos sociales,
organizaciones voluntarias, vecinales, que representan a vastos sectores que no
se sienten contenidos ni tampoco expresados por partidos y sindicatos.
El surgimiento de una nueva ciudadanía posmoderna o del consumidor:
distinta de la ciudadanía social correspondiente al Estado de bienestar y a los
derechos sociales puede caracterizarse a través de los siguientes rasgos.
El posmoderno por la crisis de los grandes relatos, la falta de la dimensión
utópica y del imaginario revolucionario y la pérdida de centralidad de la política.
El ciudadano como consumidor, usuario, cliente, contribuyente,
crecientemente interesado en sus posibilidades en el mercado, con bajas
expectativas sobre el Estado y que aspira al disfrute de los bienes y servicios de
la sociedad de consumo, siendo el acceso a esos bienes su identificación
ciudadana.
El pos nacional. La idea de nación legitimadora del Estado que se basaba
en la homogeneidad económica, la tradición histórica y los proyectos políticos y
junto con ella, la comunidad política que la constituía, se desdibujan.
El proceso globalizador puede resumirse como el pasaje de las
identidades modernas a las posmodernas, más pautadas por el mercado. Las
primeras, territoriales y mono lingüísticas, operando mediante la producción
industrial de la comunicación y cultura y el consumo diferido y segmentado de los
bienes.
La realidad nos muestra una ciudadanía más dependiente, ya no del
Estado sino del mercado, porque gran parte de la población esta consagrada a la
ya heroica tarea de sobrevivir, lo cual le deja poca energía y tiempo para
participar. Y por otro lado la emergencia de una suerte de ciudadanía asistida por

Derecho Político (Resumen) 67


AGRUPACION 1983

planes focalizados, asistenciales y de contención que reproducen la dependencia


y pasividad de los individuos.
La globalización, junto con el endeudamiento y los programas de ajuste
estructural, reduce los márgenes de autonomía del Estado nación y la capacidad
de la política para regular una economía desnacionalizada, lo que significa un
modificación drástica de las relaciones de fuerza entre economía y política y entre
sectores mayoritarios y nuevas elites. En este sentido, el desprestigio de la
clases política se hace funcional al establishment, y esto, que facilitó
históricamente en Argentina a los grupos económicos atenta contra la
democracia en el modelo anterior invocando el vacío de poder.

REFORMA POLÍTICA: OPORTUNIDADES Y RIESGOS.


En la corrección de estas tendencia y en el aprovechamiento de las
oportunidades descansará lo representativo que pueda ser el nuevo modelo y la
credibilidad que la política pueda alcanzar en el futuro, sin que eso signifique que
vuelva a tener la centralidad que tuviera en el modelo anterior. Y esta posibilidad
se juega en cuatro niveles:
El político institucional: ya que se trata de avanzar en una nueva
institucionalidad de control que parece ser un requisito demando por esta
ciudadanía posmoderna y del consumidor. Que remite, en primer lugar, al déficit
de regulación de los servicios públicos privatizados y a la dependencia del
ciudadano, anteriormente del Estado, y ahora del mercado. En segundo lugar,
este nivel remite a la necesidad de avanzar en particular en el control del
financiamiento de la política para hacerla más trasparente y disminuir el grado de
discrecionalidad e influencia del poder económico y comunicacional sobre el
poder democrático, tanto en la selección de listas como en la toma de decisiones.
Tercero, la estafa de la justicia se vuelve crucial en la crisis de representación. Y
si bien la conformación de las nuevas instituciones para la selección de jueves,
como el Consejo de la Magistratura y la puesta en funcionamiento del Ministerio
Público, están ya incorporadas en la nueva Constitución de 1994, y constituyen
importantes avances en el plano institucional.
El económico social: la crisis de representación no es sólo problema de
instituciones o de falta de adecuación de las mismas al proceso de
modernización. La crisis no deriva exclusivamente de la falta de control al poder
político, sino también de la falta de equidad o justicia social, de la debilidad de la
política frente a los nuevos factores de poder. Por lo tanto, la cuestión reside
también en como hacer para modificar la actual relación de fuerzas entre
economía y política que condiciona la permanencia en el actual rumbo
económico. La representatividad se relaciona con la capacidad o no de dar
respuesta a las demandas y éstas aparecen penetradas de aspectos
socioeconómicos por la drástica y regresiva distribución del ingreso, la
concentración de la riqueza y la ampliación del desempleo. Muchas de las
iniciativas participativas en un marco de aumento del dualismo social, no harán
otra cosa que fomentar la dependencia de los pobres estructurales a políticas
sociales focalizadas, y aumentar las demandas por mayor seguridad del conjunto
de la población.

Derecho Político (Resumen) 68


AGRUPACION 1983

La institucionalidad del tercer sector: se trata de crear instituciones no sólo


desde la perspectiva del control de la política tal como se pretende en la visión
neo institucionalista, sino que también permitan potencial poder social
democrático. En la primera perspectiva, la política pierde no solamente sus
aspectos riesgosos sino también su capacidad de expresar y vehiculizar los
conflictos de la sociedad y de reorientar intereses particulares en función del bien
común. El desafío no está en lograr la dispersión del poder entre grandes
aparatos e instituciones, a fin de eliminar su excesiva concentración, sino en
crear y convalidar formas de carácter asociativo que permitan dotar de recursos y
poder legal la participación y deliberación de la sociedad civil a través de sus
diversas manifestaciones.
El liderazgo y los estilos de gestión: por último, puede destacarse la
importancia de un aspecto habitualmente poco considerado en relación con la
crisis de representación o sólo incorporado en términos negativos: el liderazgo.
Las críticas al presidencialismo son conocidas: democracia plebiscitaria,
cesarismo, y ahora, delegación. Si bien es cierto que la conducción centralizada
en el marco de aguda crisis y ajustes permitió superar la hiperinflación y lograr
estabilidad, también llevó a la concentración decisional y a que el
presidencialismo genera un desequilibrio excesivo rayano en la subordinación de
los distintos poderes públicos al Ejecutivo.

Ficha 18:
LA SOCIEDAD CIVIL
(Norberto Bobbio)

ESTADO GOBIERNO Y SOCIEDAD. LAS DISTINTAS


ACEPCIONES.
En el lenguaje político actual, la expresión sociedad civil se utiliza,
generalmente, como uno de los términos de la gran dicotomía sociedad civil
Estado. Esto quiere decir que sólo se puede determinar su significado y delimitar
su campo volviendo a definir y, a la vez, a delimitar el término Estado en toda su
amplitud. En sentido negativo, se entiende por sociedad civil la esfera de las
relaciones sociales que no están reguladas por el Estado entendido como el
conjunto de los aparatos que ejercen el poder coactivo en un sistema social
organizado. El conjunto de ideas que acompañan el nacimiento del mundo
burgués confluyen en la noción restringida del Estado como órgano del poder
coactivo que permite la formación de la gran dicotomía y asegura su
mantenimiento:

1. La afirmación de los derechos naturales que pertenecen al individuo y a


los grupos sociales, independientemente del Estado, y que como tales
limitan y restringen la esfera del poder político;

2. El descubrimiento de una esfera de relaciones interindividuales, como las


relaciones económicas, para cuya regulación no se requiere la existencia
de un poder coactivo porque se autorregulan;

Derecho Político (Resumen) 69


AGRUPACION 1983

3. La idea general de que nuestras necesidades crearon la sociedad y


nuestra maldad el Estado porque el hombre es naturalmente bueno y
todas las sociedades para conservarse y prosperar necesitan limitar el uso
de las leyes civiles que se tienen que imponer de forma coactiva y, de esta
forma, dejar que se desarrollen todo lo posible las leyes naturales que no
necesitan de la coacción para su aplicación; d) y finalmente, la ampliación
del derecho privado por el que los individuos regulan sus relaciones
recíprocas guiadas por sus propios intereses a expensas del derecho
público o político en el que se ejercita el imperium entendido como
derecho de ejercer el poder coactivo. No se podrá subrayar nunca lo
suficiente que el uso del término sociedad civil en su significado de esfera
de las relaciones sociales distinta de la esfera de las relaciones políticas,
se lo debemos a escritores alemanes como Hegel y Marx.

Una noción tan vaga se puede distinguir también distintas acepciones


según prevalezca la identificación de no-estatal con per-estatal, o con anti-estatal,
o incluso con post-estatal. Cuando se habla de sociedad civil en la primera de
estas acepciones se quiere decir que antes del Estado existieron varias formas
de asociación, formadas por los individuos para satisfacer entre sí sus más
distintos intereses y, sobre las que se superpone el Estado para regular aunque
sin impedir nunca su desarrollo posterior ni su renovación continua: aunque sea
en un sentido no estrictamente marxista se puede hablar en este caso de la
sociedad civil como de una subestructura y del Estado como una superestructura.
En su segunda acepción, la sociedad civil adquiere una connotación
axiológicamente positiva e indica el lugar en que se manifiestan todas las
peticiones de cambio de las relaciones de dominio, se forman los grupos que
luchan por la emancipación del poder político y adquieren fuerza los llamados
contrapoderes.
En su tercera acepción, sociedad civil tiene un significado cronológico
como en la primera y, al mismo tiempo axiológico como en la segunda:
representa el ideal de una sociedad sin estado destinada a surgir de la disolución
del poder político. Esta acepción está presente en el pensamiento de Gramsci allí
donde se describe el ideal de la extinción del Estado como la reabsorción de la
sociedad política en la sociedad civil, como la sociedad civil en la que se ejerce
una hegemonía distinta al dominio, liberada de la sociedad política.
Como una primera aproximación podemos decir que la sociedad civil es el
lugar en que surgen y se desarrollan los conflictos económicos, sociales,
ideológicos y religiosos que las instituciones estatales tienen la tarea de resolver
con la mediación, la prevención o la represión.
Relacionado estrechamente con el tema de la gobernabilidad está el de la
legitimidad la ingobernabilidad genera crisis de legitimidad. Este tema se pude
traducir también a los términos de la misma dicotomía: las instituciones
representan el poder legítimo en el sentido weberiano de la palabra, es decir, el
poder cuya decisiones se actúan y ejecutan porque se consideran emanadas por
una autoridad a la que se reconoce el derecho de tomar decisiones válidas para
toda la colectividad, la sociedad civil representa el lugar en el que se forman los
poderes fácticos que tienden a obtener su legitimidad, incluso, a expensas de los
poderes legítimos, allí donde, en otras palabras, se desarrollan los procesos de

Derecho Político (Resumen) 70


AGRUPACION 1983

deslegitimación y de relegitimación. En el límite esta el Estado totalitario, que es


el Estado en el que la sociedad civil es absorbida por el Estado, es un Estado sin
opinión pública, es decir, con una opinión sólo oficial.

LA INTERPRETACIÓN MARXISTA
El uso actual de la expresión sociedad civil como término ligado,
indisolublemente, a Estado o sistema político es de derivación marxista y, a
través de Marx hegeliana aunque como veremos en seguida el uso marxista es
reductivo respecto al hegeliano.
Para Marx las instituciones políticas y jurídicas tienen sus raíces en las
relaciones materiales de la existencia, cuyo conjunto engloba Hegel: bajo el
término sociedad civil, y de aquí se deduce como consecuencia que la anatomía
de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. Importa resaltar que
en la medida que Marx hace de la sociedad civil el lugar de las relaciones
económicas, es decir de las relaciones que constituyen la base real sobre la que
se levanta una superestructura jurídica y política, sociedad civil viene a significar
el conjunto de las relaciones interindividuales que están antes o fuera del Estado
y completa de alguna manera la comprensión de la esfera pre-estatal, diferente y
separada de la del Estado, la misma esfera pre-estatal que los estudiosos del
derecho natural y en esta misma dirección los primeros economistas,
comenzando por los fisiócratas, habían llamado estado de naturaleza o sociedad
natural. La sustitución que se da en el lenguaje marxista de la expresión sociedad
civil sociedad natural, está comprobada en el pasaje de una obra juvenil como La
familia, donde se lee “el Estado moderno tiene como base natural la sociedad
civil”.
Resulta sorprendente que el carácter específico de la sociedad civil así
definida coincida completamente con el carácter específico del estado de
naturaleza hobbesiano que es, como se sabe, la guerra de todos contra todos. En
la tradición iusnaturalista se llama sociedad civil lo que hoy se llama Estado, la
entidad antitética al estado de naturaleza.
El estado de naturaleza de los iusnaturalistas y la sociedad burguesa de
Marx tienen en común al hombre egoísta como sujeto. Y el hombre egoísta
puede nacer una sociedad anárquica o bien, en sentido opuesto, despótica.
La sociedad civil es decir el conjunto de los organismos vulgarmente
llamados privados y el de la sociedad política o Estado que corresponden a la
función de hegemonía que el grupo dominante ejerce sobre toda la sociedad y el
de dominio directo o de mando que se expresa en el Estado o en el Gobierno
jurídico.
Al igual que Marx, Gramsci considera las ideologías parte de la
superestructura, pero a diferencia de Marx que llama sociedad civil al conjunto de
las relaciones económicas que constituyen la base material, llama sociedad civil a
la esfera en que actúan los aparatos ideológicos cuya tarea es ejercer la
hegemonía y obtener el consenso.
La sociedad civil representa el momento de la ética mediante el que una
clase dominante obtiene el consenso adquiere legitimidad, el Estado representa
el momento político entendido estrictamente, a través del que se ejerce la fuerza
no menos necesaria que el consenso para conservar el poder por lo menos hasta

Derecho Político (Resumen) 71


AGRUPACION 1983

que el poder lo ejerza una clase restringida y no una clase universal (que lo
ejerce a través de su partido el verdadero protagonista de la hegemonía). Visto
esto, se puede observar que Gramsci recupera inconscientemente el significado
iusnaturalista de sociedad civil como sociedad basada en el consenso.

EL SISTEMA HEGELIANO
La categoría hegeliana de sociedad civil es mucho más compleja, y por su
misma complejidad de muy difícil interpretación, como momento intermedio de su
eticidad, situado entre la familia y el Estado, permite la construcción de un
sistema triádico que se contrapone a los modeles diádicos.
La sociedad pre-estatal en vez de ser el momento precedente a la
formación del Estado, la sociedad civil hegeliana representa el primer momento
de la formación del Estado, el Estado jurídico administrativo cuya tarea es la de
regular las relaciones exteriores, mientras que el Estado propiamente dicho
representa el primer momento de la formación del Estado, el Estado jurídico
administrativo cuya tarea es la de regular las relaciones exterior, mientras que el
Estado propiamente dicho representa el momento ético político cuya tarea es
efectuar la adhesión íntima del ciudadano a la totalidad de la que forma parte, de
tal manera que se pueda llamar Estado interno o interior. La distinción hegeliana
entre sociedad civil y Estado más que representar la sucesión entre la fase pre-
estatal y la fase estatal de la eticidad, representa la distinción entre un estado
inferior y un Estado superior.

LA TRADICIÓN IUSNATURALISTA
Aristóteles al principio de la política designación esta misma expresión a la
ciudad.
Bodin: “el Estado es la sociedad civil que puede subsistir por si misma sin
asociaciones ni organismos, pero no puede hacerlo sin la familia”.
La expresión sociedad civil, en su significado de Estado político distinto de
cualquier forma de Estado no política, se ha empleado corrientemente para
distinguir también el ámbito de competencia del Estado o del pode civil del de
competencia de la Iglesia, o poder religioso, en la contraposición sociedad civil
sociedad religiosa que podemos añadir a la tradicional sociedad doméstica
sociedad civil, pensemos en un escritor católico como Antonio Rosmini. En la
Filosofía del derecho de Rosmini el estudio de la parte dedicada al derecho social
se desarrolla mediante el análisis de tres tipos de sociedad necesarias para la
organización perfecta. Estas tres sociedades son: la sociedad teocrática o
religiosa, la sociedad doméstica y la sociedad civil.

LA POLÉMICA ACTUAL.
El recorrido histórico ha mostrado la variedad de significados incluso
contrastantes entre sí, con que se ha utilizado la expresión sociedad civil.
Resumiendo el significado prevalente ha sido el de sociedad política o Estado
que, sin embargo se ha usado en los diferentes contextos según la sociedad civil
o política haya sido distinta de la doméstica de la natural o de la religiosa. El
significado de sociedad civilizada, representa un momento negativo del desarrollo

Derecho Político (Resumen) 72


AGRUPACION 1983

histórico. A partir de Hegel se inicia una historia completamente diferente, para


éste el Estado no comprende ya, por primera vez, a la sociedad civil en su
totalidad, sino que sólo representa un momento del proceso de formación del
Estado.
Finalmente, Gramsci mantiene la distinción entre sociedad civil y Estado y
a la vez hace pasar la primera de la esfera de la base material a la esfera
superestructural y hace de la misma el lugar de formación del poder ideológico
distinto del político, entendido estrictamente y de los procesos de legitimación de
la clase dominante.
En la polémica actual, como dijimos al principio, ha permanecido la
contraposición. La idea de que la sociedad civil es el antecedente del Estado esta
tan extendida en la práctica cotidiana que hay que hacer un esfuerzo para
convencerse de que durante siglos se ha usado la misma expresión para
designar el conjunto de instituciones y de normas que hoy constituyen lo que se
llama Estado.
La contraposición entre la sociedad y el Estado que se abre camino con el
nacimiento de la sociedad burguesa, es la consecuencia natural de una
diferenciación que se da en las cosas y, a la vez, de una división consciente de
tareas, cada vez más necesaria, entre quien se ocupa de la riqueza de las
naciones y quien se ocupa de las instituciones políticas, por un lado entre la
economía política primero y la sociología después y por otro la ciencia del Estado
y toda la familia de materias afines, el estudio de las cámaras, la estadística en el
sentido original del término, la ciencia de la Administración, etc..
En estos últimos años ha surgido una interrogación sobre si la distinción
entre sociedad civil y Estado, que ha sido válida durante dos siglos, tiene todavía
razón de ser. Aún sin considerar que estos dos procesos son contradictorios
porque la realización del primero conduciría al Estado sin sociedad, es decir, al
Estado totalitario y el segundo a la sociedad sin Estado, es decir a la
desaparición del Estado, los dos procesos no han concluido y precisamente por
su presencia de forma simultánea, no obstante sean contradictorios, no son
susceptibles de conclusión.

Ficha 19:
ESTADO Y SOCIEDAD CIVIL: ¿CÓMO RESOLVER LA
CONTRADICCIÓN?, EN LA SOCIEDAD DESPOLITIZADA.
(Nicolás Tenzer)
En un mundo tripolar, Estado, esfera económica, sociedad civil, donde la
última era la única en la que podrían existir relaciones libres entre individuos.
El movimiento así llamado de la sociedad civil, que tiende hacia el voluntariado y
se opone por tanto al individualismo narcisista, tiene que ser estimulado. El
estado se liberó de su compromiso pero esto no se tradujo ni en una renovación
de la política como arte de la liberación, ni en un robustecimiento de los centros
activos y originales de la sociedad.

FUENTES HISTÓRICAS DE LA DISTINCIÓN

Derecho Político (Resumen) 73


AGRUPACION 1983

Es reciente la idea de una separación entre el Estado y la sociedad civil.


La distinción entre el Estado y la sociedad civil iba a culminar en la negación del
carácter político del lazo social, y la reivindicación de una separación condujo a
una crítica del Estado y sucesivamente de la política.

EL PRINCIPIO DE SEPARACIÓN.
El origen de la separación se remonta sin duda a Locke, quien, planteando
primero una distinción entre el propietario y el ciudadano, sella la separación
entre una esfera privada, primera, y una esfera política, segunda, cuya función no
podrá ser sino la conservación de la primera. El hombre es propietario antes de
ser ciudadano, propietario ante todo de su vida y de su libertad.
La crítica del totalitarismo, algunas de cuyas deducciones ponen de
manifiesto los sofismas y la confusión de una parte de la doctrina política
contemporánea. El totalitarismo, analizado como hipertrofia de un poder de
Estado que absorbería a la sociedad civil estaría marcado por la pretensión de la
política a definir un proyecto para la sociedad. En la percepción habitual del
Estado totalitario, el Estado sigue siendo el Estado hobbesiano, los hombres,
para protegerse, deciden enajenar su libertad y se obligan entre ellos para
entregar el poder a un Estado que no es parte en el contrato.
Esta crítica del totalitarismo tiene que ser redefinida, sólo en primera
instancia debe entenderse que el fenómeno totalitario es la absorción de la
sociedad civil por el Estado; se lo debe analizar sobre todo como resultante de
una distinción progresivamente establecida entre la sociedad civil y el Estado.
Si la sociedad civil no se compone más que de individuos y si no dispone
de ningún poder estructurante para organizar las relaciones entre los individuos.
En segundo lugar, si hay quiebra o al menos disolución del control social. En
tercer lugar, si la crítica del poder representativo, como del poder no
representativo, desemboca en una crítica global del poder.

DE LA SEPARACIÓN A LA CRÍTICA.
Ambigüedades de la crítica del Estado. Este ataque contra el Estado n se
reduce a una lucha contra los excesos de la burocracia y contra la opacidad de la
máquina estatal. La teoría del Estado mínimo constituye una salida a este dilema
por lo bajo, reducido, el Estado no puede estar en desacuerdo con los
ciudadanos; si ya no los representa, tampoco los administra. Se convierte en la
cosa de los ciudadanos, pero a tal punto instrumental que se vacía de su
contenido político, es decir, organizador. La teoría de menos Estados es ante
todo, de hecho, una teoría de deslegitimación de la política, al menos tal como se
la practica en las democracias representativas, siempre y cuando sea posible
concebir otra.
De la crítica del Estado a la crítica de la política. La crítica de la política es
el resultado de teoría que procuran instaurar una legitimidad de la sociedad civil,
totalmente separada del Estado y entendida como no política. Si la crítica del
Estado, cuyas inducciones o culminación podremos constatar, no debería ser por
ello descuidada o sospechada de total irresponsabilidad, hay que saber qué es lo
que se condena exactamente. La crítica del Estado en nombre de la sociedad
civil es una crítica frágil, pues la instancia crítica se suicida en el momento mismo
Derecho Político (Resumen) 74
AGRUPACION 1983

de desplegarse al criticar el Estado, lo que ella asesina es la política, política sin


la cual no hay lazo social alguno. Es permanente la desviación de la crítica del
Estado a la de la política. Primer elemento de crítica: la emancipación de la
sociedad civil con relación al estado corresponde a la etapa de destrucción del
Antiguo Régimen. Esos elementos de la sociedad que son sobre todo la
propiedad, la familia y la religión, quedan desterrados de la esfera política. La
sociedad del Antiguo Régimen era una sociedad de cuerpos. Segundo elemento
de crítica: cuyo resultado es un rechazo absoluto de la política: el de los
anarquistas. El arquetipo es Max Stirner, para quien la cosa pública no existe. Se
trata de la posición extrema por excelencia, y no es posible ningún compromiso
político con quienquiera que la defienda. Tercer elemento de crítica: habría que
rechazar el concepto de regulación global y por lo tanto de proyecto, y afirmar la
necesidad de una sociedad despolitizada. La política no debería tener otra
función que permitir la libre determinación de estos fines materiales por los
ciudadanos. Este aserto priva a la política de su poder organizador, como si fuera
posible separar, fuera de esta elección libre de los ciudadanos la determinación
de los fines y su puesta en práctica. Al confundir política y Estado, nos
condenamos a hacer no democrática a la primera e impotente al segundo. Cuarto
elemento de crítica: el de los movimientos marxistas que denuncian la
mixtificación política para volverse hacia la acción revolucionaria que deberá
librar el proletariado. Apuntemos que las variantes que determinan la relación de
la izquierda con la política abarcan todo el espectro que va del socialismo
moderado al marxismo doctrinario.

¿LA SOCIEDAD CIVIL PUEDE SER NO POLÍTICA?


En un régimen democrático, sociedad civil y sociedad política son, por
construcción una sola y misma cosa. No puede existir sociedad civil que no sea
también política. La existencia del término política no indica otra cosa que un
modo de designación del ejecutivo ni otra cosa que un método de toma de
decisiones. No remite de ninguna manera a un principio de separación entre dos
sociedades diferentes, organizadas diferentemente y movidas por propósitos
potencialmente antagónicos.

LA CONFUSIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA POLÍTICA.


Cuando el Estado deja de ser eficaz, la política concreta parece impotente.
Estos ideólogos imaginan entonces que puede haber un dominio público,
garantizado en cierto modo por el Estado, pero no político, la crítica
contemporánea de Estado desemboca paradójicamente en un Estado que no es
el instrumento de los ciudadanos, es un Estado sin política que administra
tecnocráticamente los asuntos de la ciudad.

CRISIS DE LA IDEA DE PODER DE ESTADO.


Cuando el ciudadano no percibe los resultados de la política, la rechaza.
La política es el Estado, ahora bien, si de verdad el Estado es el asiento de la
política realizada, el pueblo es en el plano normativo, el actor de la política
deliberada.

Derecho Político (Resumen) 75


AGRUPACION 1983

El pueblo, fuera de la deliberación política, no tiene voluntad, y lo que


llamamos sus aspiraciones, que no tienen nada de políticas, las más de las veces
no son otra cosa que simple afán de continuar su modo tradicional de existencia.
La única diferencia estriba en que aquel que ejerce el poder no es el mismo, en
que el poder es más o menos compartido, y el proceso de decisión más o menos
complejo. Es falso decir que existen dominios que son más o menos políticos por
naturaleza.
No se percibe a la política en su función deliberativa sino únicamente en su
función coercitiva. La débil credibilidad del Estado explica también la crítica de la
utilidad de la política. El Estado se encuentra reducido a una función utilitaria, y
qué decepción experimenta el ciudadano cuando el que dispone del poder de
ordenar se encuentra desprovisto de la posibilidad de actuar con eficacia. El
ciudadano sólo cree en el Estado cuando se revela capaz de desempeñar un
papel de asistencia. Ahora bien, esta misión se ve cada vez más entorpecida si
se consideran los principales problemas de la hora.
La propia posibilidad de una educación está condicionada porque la
sociedad acepte organizarse en función de fines políticos determinados. Político
no es en primer lugar el Estado, sino el espíritu de una sociedad.
Nos hallamos, pues, en la situación paradójica de un Estado no creíble
materialmente en los ámbitos donde existe una expectativa de los ciudadanos, y
condenado ideológicamente a la inacción en los ámbitos políticos. Esta doble
impotencia del Estado se explica por el hecho de que los teóricos de la sociedad
civil no tienen inconveniente en aceptar un Estado, pero un Estado sin política o
una política que no realice una obra creadora. La existencia de un Estado sin
política conduce a una politización por el vacío: florece la intriga política, pues el
proyecto está ausente. Si se ha vuelto burocrático, es porque el individuo reclama
un Estado sometido a las necesidades del consumo y lo quiere despolitizado.

CRISIS DE LA REPRESENTACIÓN.
Para que haya reconciliación entre política y Estado, tiene que haber
capacidad para alcanzar una construcción democrática de la idea de
representación. Pues no hay voluntarismo posible del Estado fuera de un
mandato político delimitado por la sociedad. Así pues, el recelo hacia el poder
ejecutivo, más allá de los problemas de credibilidad concreta del Estado, es el
resultado de una crisis de la representación, producto a su vez de una crisis de la
voluntad política.
Precisamente, cuando se habla de crisis de la representación, por lo
general se entiende, por una parte, que la representación no es fiel y por la otra,
que la representación lo es demasiado: desviación del mandato parlamentario en
mandato imperativo.
Estos elementos explican el descrédito del oficio político. Sus
manifestaciones no son más que sus desechos, pero ellas robustecen la crítica
misma de la política.

UNA SOCIEDAD CIVIL SIN SOCIEDAD.


Sociedad civil es hoy en día un término algo pomposo con el que se
designa una suma incoherente y anárquica de intereses que los antiguos
Derecho Político (Resumen) 76
AGRUPACION 1983

hubiesen calificado de domésticos y que en realidad son modos de fuga al


exterior de la sociedad común. La reivindicación de autonomía por parte de
ciertos segmentos de la sociedad puede ser leída como una marca de
indiferencia hacia el mundo: el individuo se erige en entidad autónoma y al poco
tiempo en absoluto.
Quienes hablan del desarrollo de la sociedad civil no constatan un estado
de hecho sino que, a lo sumo, anuncian una evolución deseada. Mientras que la
defensa de la sociedad civil a priori es necesaria en los Estados totalitarios por ir
unida a la reivindicación de la libertad y de la simple existencia de una esfera
privada, en nuestras democracias descansa sobre una confusión entre lo que es
ahora la sociedad y lo que podría ser. Promover en abstracto la sociedad civil
significa que sectores enteros de lo social tendrán que escapar a cualquier
determinación política, es decir que una parte concebida como no política de la
sociedad puede y debe organizarse sin otra referencia que la privada.
Paradójicamente, aunque individualista, la ideología de la sociedad civil no
se fía del individuo aislado, libre, no socializado en un grupo definido.
Ponderando supuestamente tanto la libertad privada como la solidaridad
social, la ideología de la sociedad civil destruye a ambas en la arbitrariedad y la
confusión. Procede a oculta la distinción entre espacio público y espacio privado.
La marginalidad no se define en ella ética y políticamente, sino según la
estadística. Se deslegitimiza totalmente la idea de comunidad construida. En
nombre de la libertad, avasalla a los individuos sometiéndolos a la mediocridad
social, pretendiendo liberarlos de la voluntad colectivamente expresada.

LA POLÍTICA AL Servicio DE LA SOCIEDAD.


La libertad personal y el compromiso en la historia colectiva. El movimiento
de la sociedad civil representa una tentación de salida infrapolítica a esa
oposición, salida que conduce a la negación de los dos elementos. Las
tendencias al estallido y la fragmentación, reinstaurar solidaridades reales y una
conciencia del prójimo, animarla con un proyecto cultural, educativo, político:
tales son las tareas que deberá acometer un Estado más político, pues la
sociedad sola no puede cumplirlas. Este es el desafío esencial de la política
contemporánea: poner fin al mismo tiempo a la insuficiencia de gobernantes y
sociedades en la definición de los objetivos fundamentales; en resumidas
cuentas, consolidar la existencia conjunta de un libertad, dejando vivir un principio
libre de transformación por naturaleza ignorante de sí mismo y de una instancia
que transforma esta libertad en proyecto debatido libre y colectivamente.
La sociedad no es capaz de autoorganizarse si no existe una conciencia que le
presente una organización. Si el individuo no forma parte activa inicial en un
proyecto político, no podrá participar en un proyecto colectivo de acción en la
sociedad.
Nuestra elaboración está históricamente situada en una época guiada por
el imperativo democrático. No hay en sí un valor superior de la sociedad civil o
del Estado, de la autorregulación social o de la regulación política. El problema de
la democracia se origina en el poder difuso de la sociedad más que en el poder
de Estado, el cual en un régimen representativo, en teoría no es sino su servidor.

Derecho Político (Resumen) 77


AGRUPACION 1983

Es un deber político suscitar la diversidad, la luz, la inteligencia, y luchar contra


los factores de alienación del individuo. En democracia, la reducción de las
libertades intelectuales es obra del conformismo social, y organizar una sociedad
fuerte significa crear una zona que escape a la manipulación de conciencias. El
primero de los derechos del hombre es el de su existencia política.

Ficha 20:
LA CIENCIA POLITICA
ACERCA DEL OBJETO DE LA CIENCIA POLÍTICA
(Raggio / Blando)
Toda realidad para que su estudio alcance el rango de ciencia debe
precisar su objeto a investigar y el método para desarrollar esa investigación. En
un sentido amplio, se considera a la Ciencia política a aquella ciencia que estudia
todo lo referente al Poder, mientras las más restrictivas la entiende como ciencia
del Estado. Esta diferenciación corresponde a una cuestión de épocas históricas
distintas. La doctrina clásica del derecho público centra al Estado como objeto de
la Ciencia Política. La idea jurídica tradicional del estado soberano implica que no
hay otro poder por encima de él. Dentro de ésta postura encontramos autores
como Jellinek, Duguit, Heller, Kelsen.
A fines del siglo XIX, el objeto de estudio de la ciencia ha de ser el estado,
tanto es así que la denominación se corresponde con la denominación de sus
obras, “Teoría General del Estado” (Jellinek, Kelsen) o “Teoría del Estado”
(Heller) teniendo en cuenta un estudio pormenorizado del mismo y la sociedad.
En una segunda etapa que podríamos denominar “Cratología” o ciencia del
poder ubicamos autores como Duveger, Weber, Aaron, quienes se referirán a la
misma como ciencia de la autoridad, de los gobernantes, en última instancia del
poder.
Podríamos así tomar los siguientes sucesos, como motivos de buscar un
cambio en la forma de contemplar la Ciencia, que entran dentro de la esfera
política, económica, filosófica y social.

La maduración de la Sociología representada en Europa por Max Weber.


El marxismo y el establecimiento en Rusia del régimen soviético.
Auge y crisis del Fascismo y el Nazismo.
Procesos de descolonización
Tecnificación de los medios de investigación.

Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la ciencia toma carácter


autónomo y cuando se habla de autonomía se hace referencia al hecho de que la
misma se imparte como disciplina dentro de la Universidad, en forma
independiente como Ciencia Política.
Desde Estados Unidos, autores como Raymond Aaron, Max Weber, desde el
exilio, harán de la ciencia política una ciencia autónoma impartiendo sus
conocimientos desde las cátedras universitarias.
En 1948 se produce el reconocimiento formal de la Ciencia Política, ya que se
reúnen en París, a propuesta de la UNESCO, expertos en el tema de la ciencia
que nos ocupa y durante la misma confeccionarán una lista temática donde darán

Derecho Político (Resumen) 78


AGRUPACION 1983

a conocer cuales son los temas principales de estudio de ésta nueva ciencia, es
la llamada Lista tipo de la Unesco.

TEORÍA POLÍTICA
Historia de las ideas políticas.

INSTITUCIONES POLÍTICAS
La constitución
Gobierno regional, local y central

Administración pública
Funciones económicas y sociales del gobierno
Instituciones políticas comparadas

PARTIDOS, GRUPOS Y OPINION PÚBLICA.


Partidos políticos
Grupos y asociaciones
Participación del ciudadano en el gobierno y la administración
Opinión pública.

RELACIONES INTERNACIONALES
Política internacional
Organización internacional
Derecho internacional

Norberto Bobbio, comenta que la expresión ciencia Política, puede ser


usada en sentido amplio, cuando se refiere a cualquier estudio de los fenómenos
y las estructuras políticas con sistematicidad y rigor, apoyado en un amplio y
agudo examen de la realidad, expuesto con argumentos racionales.
Cuando se habla de cientificidad, hacemos referencia a que debe existir

OBJETO-MÉTODO-TRANSMISIBILIDAD.
Antonio Gramsci, sostenía que el trabajo científico llegaba a resultados
objetivos, pues para él era objetiva la realidad, por lo tanto el problema de la
objetividad no será un problema de la física por ejemplo, sino más bien de las
llamadas ciencias sociales o políticas, cargadas de uno u otro ideológico, lo cual
parece incompatible con la objetividad.
El historicismo es una posición filosófica que intenta conscientemente
copiar el método científico de base determinista y aplicarlo a las cuestiones
sociales y políticas, éste método supone que la actividad humana, está en última
instancia determinada por regularidades por lo que es posible predecir su
comportamiento.

Derecho Político (Resumen) 79


AGRUPACION 1983

METODO COMPARATIVO. LOS TIPOS DE JELLINEK


El conocimiento en los fenómenos de orden natural prevalecen los
elementos idénticos pero en las ciencias sociales lo idéntico no existe sino lo
análogo.
El método específico de la ciencia política es el método comparativo, que
toma en cuenta precisamente lo análogo. Es un modelo: reproducir por analogía.
Para Comte y Durkheim, el método comparativo es el sustitutivo, válido en
la experimentación en las ciencias sociales. Los fenómenos que se comparan
deben ser semejantes y los grados de complejidad no deben ser demasiado
marcados.
A criterio de Jellinek, existen dos tipos como Objeto de la Doctrina jurídica
del estado: Ideal y Empírico.
El primero, el ideal, es una medida de valor, no existe en la realidad, se
refiere al deber ser. Es una especulación racional sin tener en cuenta la realidad.
El segundo, el empírico, es la expresión de lo que tienen en común un
cierto y determinado número de individuos, objetos o realidades a comparar.
Jellinek sostiene que el tipo es la “expresión de la más perfecta esencia del
género” que traducido debe entenderse como “los caracteres, las cualidades,
elementos comunes que se repiten uniformemente en cada uno de los seres de
un género determinado”.

TIPO DE ESTADO ORIENTAL


Confusión entre lo político, lo religioso, lo ético. Despótico. Teocrático.
Confusión del poder en potestades temporales y espirituales sin límites, salvo
limitado por el poder de la divinidad, nunca jurídico. Desconocimiento de la
libertad y ausencia de reconocimientos de derechos al individuo.
Importancia de la ciudad estado entendida como comunidad de cultura: se
regía por sus propios dioses, creencias, leyes, moneda, matrimonio. Había una
inquebrantable unidad que el mundo moderno ha separado Iglesia y Estado.
Presencia del concepto de autosuficiencia en referencia a la polis y con
relación a todas las necesidades materias y morales.
Pertenencia al grupo sumado a la aplicación y al sometimiento a la ley y al
derecho. Idea de libertad, entendida como libertad participación en el poder del
Estado. Noción de democracia, entendida como democracia directa, como
participación en la formación de las leyes. Presencia de la esclavitud
institucionalizada y no cuestionada.

TIPO DE ESTADO ROMÁNICO


Lo que vale para caracterizar el estado griego vale para el romano,
partiendo de la ciudad estado, concepto de libertad, esclavitud, comunidad de
cultura. Sin embargo existen particularidades y diferencias. Idea de imperio como
único centro de poder y se corporiza en el poder del príncipe.
Función y capacidad del pater familas, la familia romana descansa sobre
una severa organización autoritaria: el pater tiene el poder político sobre los
suyos que duraba lo que duraba la vida, en tanto en Grecia el poder del pater

Derecho Político (Resumen) 80


AGRUPACION 1983

familias estaba reglado por la ley y limitado en interés de los que estaban
sometidos a su poder.
Concepto del derecho natural, fundamentalmente a través de Cicerón. No
se demuestra racionalmente la existencia de un Derecho Natural, pero sí de
haber descripto en forma originaria la idea de un orden superior al derecho
positivo o sancionado.

TIPO DE ESTADO MEDIEVAL.


Existe el poder distribuido entre distintos centros: señores feudales, reyes,
iglesia.
Feudalismo: relación contractual entre el Señor y el Vasallo, caracterizado
por negocio jurídico de prestaciones recíprocas. Creación de dominios feudales
en donde el señor feudal ejerce su potestad política, militar, civil, estructurando
una confusa organización política entre los fundos del rey y los del señor feudal.

TIPO DE ESTADO MODERNO.


La polémica entre la Iglesia y el Estado se resolverá a favor de éste último
por obra de dos hechos: La Reforma Protestante que permitió la Unidad del
Estado, y la consolidación de las Monarquías Absolutas; y el renacimiento,
proceso que replantea la posición del hombre frente al Estado. En este período
encontramos a Maquiavelo y a Jean Bodin.
Único centro de poder: el estado, que significa unidad territorial,
administrativa, con ejércitos propios, unidad represiva, administración de justicia.
Establecimiento de las monarquías de origen divino, vitalicias y hereditarias.

TIPO DE ESTADO CONTEMPORÁNEO.


Que según los autores denominan estado Liberal o de Derecho, significa la
aparición y el ascenso de la burguesía como clase social nacida de la Revolución
Industrial.
Pone límites al estado absoluto mediante la división de poderes,
constitucionalización de derechos y libertades, la soberanía reside en la cabeza
de la nación (Sieyés) o del pueblo (Rousseau) y no en la del príncipe (Bodin).
Revoluciones inglesa, norteamericana, Francesa.
A partir de acá se divide entre capitalismo y socialismo.
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA CIENCIA POLÍTICA.

Existen dos períodos:

Prehistoria propiamente dicha: los problemas políticos son estudiados


desde el punto de vista moral o ético. Forma de gobierno como buena o
mala, existe objetividad en el estudio del poder. El método es el deductivo,
partiendo de principios a priori, y no la inducción de los hechos basado en
la observación.

Aristóteles: su aporte es fundamental, si bien es un moralista al igual que


Platón, tratando de encontrar el mejor gobierno, hay una diferencia
Derecho Político (Resumen) 81
AGRUPACION 1983

esencial en cuanto a que el primero utilizó el método de la observación,


utilizando la experimentación, estudió las 158 constituciones de Grecia y a
partir de allí establecer cuál era la mejor forma de gobierno para Atenas.

Maquiavelo: el aportará el segundo elemento importante a la constitución


de la futura ciencia, intentará un estudio de la observación histórica pero
fundamentalmente, objetivo, desligado de preocupaciones morales, intenta
hacer un estudio dejando de lado el tema moral o religioso tan
característico de su época. La voluntad de Maquiavelo de excluir las
consideraciones morales o de valor para atender a las cuestiones de su
época es fundamental. La inmoralidad que se le atribuye, tiene que ver con
la finalidad que busca en última instancia Maquiavelo, cual es la
consolidación del estado italiano, enfrentado a una situación de crisis
interna y degradación moral, atribuida por Maquiavelo en gran parte a la
Iglesia. Se dice que Maquiavelo desmitifica al estado.

Bodin: se inscribe en la línea de Aristóteles, rompiendo con la tradición


que había inaugurado Maquiavelo en sentido de que vuelve hacia atrás
incluyendo consideraciones morales a su estudio.

Montesquieu: “El Espíritu de las Leyes” es una obra muy completa de la


Ciencia Política. Hay una mayor observación en cuanto al número de
casos, no dejará de lado la historia sino que usa el método de la
observación con base geográfica, añadiendo a las comparaciones en el
tiempo las comparaciones en el espacio. Intenta sistematizar las
observaciones a través de una visión coherente y coordenada de la
realidad basándose en la inducción, definiendo a las leyes como
relaciones necesarias que surgen de la naturaleza de las cosas.

PERIODO INTERMEDIO O DE LOS FUNDADORES:


Se destacan tres nombres fundamentales de la historia del pensamiento:

Tocqueville: escribe “De la democracia en América”. Es una obra más


bien monografía descriptiva, minuciosa, cosa que no ocurría con las obras
escritas hasta la época acerca del poder y la política.

Comte: consideró que los sabios deben elevar la política al rango de las
ciencias de la observación. Toda la obra está orientada a la investigación
positiva, si bien es profundamente moralista y sus preocupaciones éticas
inspiran visiblemente sus disposiciones científicas. Aporta en primer lugar
las bases definitivas del método objetivo, es el primero en demostrar la
necesidad de la objetividad en el análisis de los fenómenos sociales, el
primero en hacer de la objetividad la condición necesaria de toda ciencia.

Marx: se denomina nueva cosmogonía. En los países occidentales se ha


dado la tendencia a minimizar el aporte de Marx a la ciencia política, si
bien el término no está incluido en el vocabulario marxista sin embrago

Derecho Político (Resumen) 82


AGRUPACION 1983

ejerce una influencia decisiva en la orientación de la misma. Marx dará una


explicación general de los fenómenos de poder desjuridiza el estado, el
poder y la política, presentándolo como fenómenos de fuerza intentando
definir sus relaciones con las otras fuerzas sociales y económicas. La
estructura la denomina política y la superestructura economía –social,
ambas se interfieren recíprocamente.

TEXTO 21:
Investigación jurídica formativa y empírica.
(Jorge Witker)
La enseñanza activa del Derecho requiere estar en intima relación con la
investigación jurídica. La enseñanza problematizadora y crítica plantea la
contrastación de las diversas doctrinas, para lo cual el espíritu investigativo del
estudiante es indispensable.
En este contexto docencia investigación conforman etapas dialécticas
inseparables lográndose una permanente renovación y retroalimentación en los
contenidos a enseñar.
Los estudiantes deben, desde el inicio de los estudios, adiestrarse en el
manejo de las técnicas de investigación jurídica e incorporarlas como elementos
de su formación y desarrollo.
En su etapa formativa deben considerar y desarrollar trabajos, aunque
sean modestos, en los dos grandes campos de la investigación del Derecho.
La investigación dogmática o teórica es un campo que pese a su gran
influencia en los estudios jurídicos latinoamericanos, debe desarrollarse con rigor
y seriedad científica. En ella, los estudiantes tienen una cantera inagotable para
aprender a elaborar trabajos, informes, ensayos y tesinas, formalmente válidos y
guiados por una orientación conceptual mínima.

Unidad III:
Estado
Fichas 22 a 46
TEXTO 22:
ESTADO Y SOCIEDAD EN EL MUNDO ANTIGUO.
(Romero)
En estos procesos será la consideración de los conflictos de los acciones
lo que se tratará más detenidamente, tratando de descubrir como se los
encuentra subyacentes en las formas del estado constituido.
La palabra estado se usará en adelante en un siendo relativizado,
entendiéndolo como formas jurídicas combinantes, como formas históricas.

EL ESTADO EN LAS FUENTES ANTIGUAS

La Exposición Sistemática De La Concepción Del Estado


Derecho Político (Resumen) 83
AGRUPACION 1983

El estado es la preocupación por excelencia del griego y del romano. Se


proyecta sobre la oratoria y sobre el teatro, pero se expresa fundamentalmente
en un tipo de investigación meticulosa sobre problemas básicos: el origen de la
sociedad y del estado, la naturaleza del vínculo político, la naturaleza del derecho
y de la ley. Llega finalmente, a postular normas y aún a estructurar un estado
ideal en el que no se den ninguna de las circunstancias históricas, de aquellas en
las que la investigación política había descubierto el germen de los conflictos
sociales.

El Origen Natural De La Sociedad Y Del Estado


La naturaleza del vínculo social es Aristóteles quien en la política la
descubre y estudia esta faz del problema.
Frente a las tesis contractualista de los sofistas que provenían de un
individualismo radical, Aristóteles sostiene la existencia de una naturaleza social
en el hombre. De aquí ciertas formas elementales de convivencia: la relación de
varón y mujer, esencialmente biológica pero que lleva en potencia la familia como
base de la estructura social y la relación de amo y esclavo, base de la estructura
económica de la familia y ulteriormente de la sociedad. Lleva a las formas
básicas de la vida social.
Etapa posterior es la agrupación de las familias para la constitución de la
aldea. La finalidad es una mejor satisfacción de las necesidades colectivas por la
cooperación reciproca. Cuando esta diversificación es completa sucede que un
grupo de aldeas se reúnen entre sí para integrar una ciudad, en ella se da el
estado como forma política suprema. La última etapa del proceso histórico se
cumple así cuando una acabada diversidad funcional permite a un grupo de
individuos constituidos en una ciudad bastarse a sí mismos. Esta noción de
soberanía económica y social define, para Aristóteles el estado.
El vínculo que crea el estado es de distinta naturaleza del que crea la
familia o la aldea; sólo se forma históricamente, después de aquellas etapas.
Pero, en el orden de la Naturaleza, el estado preexistente con respecto a estas
formas, como el todo con respecto a las partes. El estado es, pues dado en la
naturaleza humana como la forma en que han de realizarse lo valores propios de
la humanidad como género.
El carácter natural de la sociedad política condiciona su ulterior
desenvolvimiento, sujetándolo a una ley biológica: como los organismos, los
estados tienen un ciclo regular y es inevitable que recorran todas sus etapas.

EL ORIGEN CONTRACTUAL DEL ESTADO


La sofistica parte de una estructura atómica de la sociedad y se pregunta
cómo con esos elementos humanos dispersos puede llegarse a los estados
históricos. El hombre ha vivido solo, defendiendo su existencia y su libertad, en
constante lucha con sus semejantes. Un día descubre que este bello ideal
individualista es imposible y transige con el régimen que impone la vida social,
con la sujeción a normas, con la creación de un poder regulador: el estado.
Los beneficiarios de este nuevo régimen resultan los débiles, que porque
son los que no podrían mantener ni su existencia ni su libertad por su solo
esfuerzo. Ellos hacen la ley para defenderse entre todos de los fuertes que

Derecho Político (Resumen) 84


AGRUPACION 1983

intentan la constante reivindicación de sus derechos como tales. Los fuertes son
los sacrificados los que en su estado anárquico habrían podido triunfar a quienes
un estado regulado somete por el imperio de la mayoría y del interés colectivo.
Después se llega al acuerdo, a la delimitación de los derechos al contrato.
En conjunto de normas y de convenciones que reglan la vida de los
individuos en sociedad para precaverse de los fuertes según la naturaleza
constituyen el estado y las cláusulas de que siempre revisibles. De aquí que
según esta posición, la revolución constituya un proceso latente dentro de cada
sociedad. Es así inevitable y permanente pero es, al mismo tiempo legitima.
La revolución proviene entonces de la naturaliza convencional del estado.
Si el estado se ha logrado por un acuerdo defensivo, su estructura jurídica
resguarda no la totalidad de los derechos sino los de aquel grupo que lo ha
impuesto. El estado pretende, pues ser un árbitro. La ley no vale sino mientras se
quiere que sea respetada, y cada cierto tiempo, sus términos deben adaptarse a
la presión de los diversos grupos actuantes.

EL ORIGEN LEGAL DE LAS FORMAS HISTÓRICAS


DEL ESTADO.
El pensamiento griego formuló un determinismo legal de tipo idealista,
según el cual el estado es el resultado de la ley, la cual es, a su vez el producto
depurado de la razón humana expresado por un legislador de caracteres que
exceden lo meramente humano. La organización de las colonias, por magistrados
enviados desde las metrópolis con un poder emanado de éstas. El siglo VII por la
aparición d una economía predominantemente monetaria.
Al legislador se le atribuye un origen divino que le daba una autoridad
indiscutida.
La inspiración divina se denotaba en el legislador antiguo por el vuelo de
su inteligencia y por el predominio de la razón por encima de todas las demás
facultades.
La obra del legislador, aquella en que se expresa ese predominio del
logros, es la ley. La ley es un producto puro de la razón. No se entremezclan en
ella ni los impulsos de la voluntad ni el influjo de la pasión. Del predominio de la
razón saca la ley su imperio, su objetividad y su equidistancia de los intereses en
lucha. De allí, su papel regulador de las sociedades.
Cada uno de los estados empíricos se rige por una constitución; esta
constitución es la obra de un legislador o es acaso labor anónima de grupos
inspirados sabiamente. De su sanción proviene la vida de ese estado, y de sus
virtudes y defectos provienen los aciertos y los errores de la vida de la
comunidad. Generalizando esta conclusión obtenida con respecto al origen de los
estados empíricos, el griego supone en la raíz de cada proceso histórico un
estado de anarquía o un proceso de disolución determinados por un acto legal.
Después, el esquema se repite en la explicación de la grandeza de Roma dada
por Polibio y por Cicerón, atribuyendo a la sabiduría de la obra jurídica el
equilibrio de las fuerzas sociales dentro del estado y su colaboración en el
mismo. En oposición a la doctrina contractual, el método de esta corriente es
eminentemente historicista.

Derecho Político (Resumen) 85


AGRUPACION 1983

LOS ELEMENTOS PARA LA INVESTIGACIÓN DE LAS


RELACIONES ENTRE EL ESTADO Y LAS FACCIONES.
Si en la exposición sistemática del origen del estado por los filósofos
antiguos no encontramos un cuerpo de afirmaciones categóricas con respecto al
papel que cumplen las facciones en la formación de las estructuras jurídicas del
estado. Se explican elementos económicos y sociales, papel histórico de la
facción. Para poder señalar como los expositores del estado antiguo han
descubierto la presencia de dichos elementos en la génesis de la estructura
estatal, será necesario sistematizar algunas observaciones aisladas en unos
casos y extraer en otros, de ciertos conceptos, un significado tácito.

PLATÓN Y ARISTÓTELES.
El examen del pensamiento de su tiempo sobre los problemas políticos
tanto como el análisis de la realidad, lleva a los filósofos griegos a establecer una
fundamentación hegemónica del estado. Pero en la base de la organización
estatal aparece una ordenación de los factores económicos que actúa sobre la
ordenación del estado.
Factores económicos preponderantes considera Aristóteles la extensión
del territorio, su naturaleza, su riqueza, la proximidad al mar, y mas importantes
aún considera, como Platón, la existencia de la propiedad privada; pero donde lo
económico incide vivamente sobre la organización del estado es en la
determinación de las clases sociales. Tanto para Aristóteles como para Platón,
las clases sociales están directamente determinadas por sus intereses
económicos. Platón establece en su estado ideal tres clases, porque pretende
que esas clases no estén económicamente determinadas; pero cuando analiza el
panorama de los estados históricos reduce las clases sociales a dos grupos
antagónicos: ricos y pobres.
Para ambos pensadores, el estado normal de estas clases es la situación
de lucha. Las luchas de partidos se nos aparecen como luchas de facciones.
Clase media más poderosa que las otras, no interpone su autoridad moderadora
entre ellas. Unas veces la oposición de las clases extremas se mantiene en
latencia, otras hace crisis y la guerra civil estalla con los caracteres de violencia y
de odio que la definen.
La facción triunfante se apodera del estado. Desde ese momento la forma
de gobierno será la que responda a su ideología: una oligarquía o una
democracia, según que el grupo predominante sea el de los ricos o el de los
pobres. Las formas de gobierno, sin embargo, son más: Aristóteles dice que son
tantas como combinaciones son posibles de superioridad y de inferioridad entre
las partes de estado, porque el estado, aun cuando pretende siempre ser
considerado como un poder objetivamente regulador, no puede prescindir nunca
de los intereses de la facción que le dio origen. La forma de gobierno no es, pues,
una mera cuestión formal, sino que esconde tras sí un arduo problema; porque lo
que se llama formas de gobierno son formas estables de equilibrio entre
facciones que estas adoptan al asumir el poder. Las formas de gobierno son,
pues, regímenes del estado según los grupos sociales predominantes.

Derecho Político (Resumen) 86


AGRUPACION 1983

El estado puede ser considerado como un valor absoluto, asimilable a


nuestro concepto de nación o puede ser considerado como un orden jurídico
cambiante. Según la forma de gobierno que dentro del estado variará porque
aquel cambio o es sino la expresión jurídica de una transformación más profunda
de la sociedad.
La facción dominante, al establecer determinada forma de gobierno, puede
tener dos fines. Por una parte puede proponerse el bien de la totalidad de los
ciudadanos por encima de los intereses encontrados forma para: será una realiza
o aristocracia. Puede proponerse gobernar para sus adictos, imponer por la
fuerza su concepción política, buscar el apoyo de los grupos extranjeros de
ideología semejante, arrasar con cuantos obstáculos encuentre en el ejercicio de
su plan, y gobernar, en una palabra, no para la totalidad de los ciudadanos, sino
para los intereses de la facción. Formas corrompidas: son tiranías u oligarquías o
democracias.
Las formas corrompidas: el predominio del espíritu de facción que tiende a
imponer su ideología con prescindencia de los intereses de la nación. Platón
define como se llega a esta situación explicando que cada forma de gobierno
lleva en si su propio germen de destrucción. A cada forma le corresponde una
determinada manera de acción. Pero a medida que transcurre su acción se
advierte que le es propio también un cierto vicio, una especie de deformación que
va implícita en ella y que se deriva precisamente, de las modalidades que
presentaba su acción. Entonces cada forma desemboca en otra en la cual
subsisten los principios formales pero donde hacen crisis ciertos principios de
fondo.
La grandeza de Esparta sería, pues, el resultado de la canalización de los
intereses de las diversas clases en otros tanto engranajes del cuerpo político,
cada uno d los cuales impide que los otros deriven desde su forma pura hacia las
formas impuras determinadas por el predominio de los intereses de clase. Los
regímenes mixtos se conciben, pues como regímenes de conciliación nacional en
los cuales se sepultan los intereses encontrados en las facciones.

POLIBIO Y CICERÓN.
Polibio entiende las formas de gobierno en el sentido platónico. Cada una
de ellas responde a una situación histórica, creada por la lucha de las facciones y
por el triunfo de una de ellas. El curso del gobierno muestra un período de acción
destinado a lograr el bien del estado y un período cuya acción sólo se encuentra
dirigida por la necesidad de defender su situación de facción en el poder. El ciclo
de las formas naturales y las formas corrompidas se organiza según una ley
natural, de acuerdo con la cual ha de regirse la vida de todo estado, pues el
estado es un producto natural y como tal debe ajustarse a un proceso
determinado. Lo característico de la formulación de Polibio es el tono fuertemente
naturalista que atribuye al proceso, y como consecuencia, el carácter de
determinación rigurosa que le asigna.
Cicerón que también admite este proceso en desarrollo de los estado, no
lo define como un determinismo natural sino más bien como animado por ciertas
determinaciones psicológicas, basadas en algunos principios de validez universal
entrevistos en la conducta humana.

Derecho Político (Resumen) 87


AGRUPACION 1983

Lo que define el momento de crisis en una forma de gobierno es la


acentuación de ciertas modalidades propias de cada una de ellas. El grupo
dominante adopta un tono político y gobierna con él. Las notas distintivas del
espíritu de facción han sido muy finamente percibidas por Polibio con distinta
intensidad los aspectos revolucionarios y demagógicos de las facciones
democráticas y los de las facciones oligárquicas. Cada cierto tiempo, los grupos
populares echan mano de aquella arma, ahora enriquecida con los resortes que
le da su carácter institucional, y procuran movilizarla en el sentido de las
reivindicaciones democráticas. La facción se vale de un momento dado que
aquellos recursos que había consentido en no usar, haciéndolos salir del
equilibrio en que actuaban para obrar con su antigua libertad. En este momento
la facción ha abandonado la política de conciliación en virtud de la cual había
concedido la limitación de su fuerza autónoma y ha vuelto a actuar como facción.
Las situaciones de crisis se le aparecen a Cicerón como implícitas en
todos los momentos de disgregación social y son características de los
regímenes corrompidos, Cuando los grupos sociales vuelven a perseguir un ideal
de totalización por encima de los propósitos de la facción estas se organizan
dentro de un orden jurídico.
El estado es, por excelencia, un orden jurídico. Cicerón nos lo presenta
como un conjunto de normas positivas respaldadas por una concepción de
fondos que les da vida. El estado no existe sino cuando los intereses encontrados
de las facciones se estructuran en una relación constitucional, equilibrada y justa,
y sólo subsiste mientras el interés común consiste en que dicho equilibrio
perdure.
El orden jurídico no puede existir mientras el estado sea el resultado de un
régimen impuesto por una facción es decir, mientras una forma de gobierno
configure el estado como un estado de clase. Canaliza todas las corrientes
sociales en los órganos del estado con el lema de los regímenes mixtos. Las
antiguas magistraturas revolucionarias se adaptan poco a poco a los cuadros
legales y la represión de los aristócratas y de los ricos ejerce ahora por los mismo
medios.

LA FORMACIÓN DEL ESTADO IDEAL.


La observación de los estados empíricos muestra a Platón la básica
raigambre económica que les es propia, el espíritu de facción que predomina.
Platón imagina las correcciones posibles del estado histórico. O puede
mejorárselo por la acción del legislador, rey filósofo de extremada sabiduría y
autoridad o puede corregírselo por la acción de la ley, de acuerdo con la
concepción de la misma que se caracterizó antes.
Los estado históricos no son sino proyecciones del estado ideal, de la idea
de estado, concepción paradigmática en contraste con la cual la realidad
evidencia su imperfección. Platón plantea entonces la realidad del estado ideal,
creándolo desde el principio instaurando en él un orden ejemplar construido
desde sus elementos.
La preocupación fundamental para Platón es que el estado ideal no se
apoye en una estructura económica. El estado debe realizar un orden ético y su
organización debe dirigirse hacia ese fin. Toda esta actividad está dirigida por el

Derecho Político (Resumen) 88


AGRUPACION 1983

estado, y el estado es su destinatario, encargándose de su distribución ulterior


entre todos los miembros de la comunidad.
Sus preocupaciones fundamentales serán, pues, el mantenimiento del
régimen de comunidad de hombres, mujeres e hijos, destinado a mantiene lo que
más le importa a Platón en su estado, que es la unidad orgánica, y la educación
sistemática, a cargo del estado, cuya misión fundamental es el descubrimiento y
el cultivo de las vocaciones con el fin de su clasificación en las filas del estado.

TEXTO 23:
EL PENSAMIENTO POLÍTICO EN LA EDAD MEDIA.
(EL MARCO CULTURAL. “Carlos Fayt”)
De las bases surgirán el Imperio Carolingio y el Sacro Imperio Romano
Germánico. La vida política se resume en la difusión de la religión cristiana y el
establecimiento de la iglesia, el desarrollo de la figura imperial a partir de
Carlomagno. Los problemas religiosos son el centro de todas las preocupaciones
intelectuales.
El feudalismo se convierte en el régimen social, político y económico
dominante. La Reforma y el Renacimiento y se producen cambios sociales y
transformaciones económicas de enorme magnitud para el destino humano.
Al propio tiempo, hacen su aparición las nociones de soberanía y ley,
expresando y prefigurando relaciones políticas nuevas, en torno a las cuales, a
su hora, se estructuraran las nuevas formaciones políticas, las nuevas
monarquías.

LA ESTRUCTURA SOCIAL Y ECONÓMICA DURANTE


LOS SIGLOS V A X.
Roma, el año 400 parecía encontrarse en la cumbre de su grandeza y se
la glorificaba por haber pacificado y unido al mundo civilizado entonces conocido.
Esa unidad se hacía extensiva al orden material, político cultural y espiritual.
Pero esa imagen no correspondía a la realidad. Mercenarios, y un poder
político paralizado hasta la impotencia tras su ropaje teocrático, absoluto y
burocrático, eran los síntomas de la decadencia total.
El ejercito estaba formado por mercenarios extranjeros.
El sistema económico se replegó sobre la agricultura, la depreciación de la
moneda de plata, la decadencia de las ciudades. La vida ciudadana se desplazó
al campo.
La irrupción de los bárbaros puso fin al Imperio Romano de Occidente.
La organización social de los germanos, tenía por base a la familia. Por
sucesivas agrupaciones de familias, se llegaba a la tribu, las que se unían en
confederaciones militares o pueblos, cuyos jefes tenían el título de reyes.
Derecho Político (Resumen) 89
AGRUPACION 1983

Demás esta decir que la actividad económica se reducía al trueque y que


el ganado era escaso y codiciado. Dentro de tan rudimentaria organización
política la justicia era asunto privado admitiéndose los juramentos y las ordalías.
De los germanos provienen algunos elementos de la estructura feudal, una
relación contractual entre el señor y el vasallo, derivada del comitatus germano,
de la que surgían reciprocas obligaciones de protección y obediencia, ayuda y
lealtad, la concepción del derecho como pertenencia individual nacida de la
costumbre.
El ascenso de la familia carolingia al poder es paralelo al del obispo de
Roma a su posición preeminente en el orden eclesiástico y su emancipación de
todo nexo respecto del emperador bizantino.

LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS.


Durante los dos primeros siglos la organización del cristianismo fue muy
simple. La complicación del ritual y la necesidad de protegerse contra las
persecuciones hicieron necesario tanto al sacerdote como a una organización
más apta y más compleja.
La elevación del obispo de Roma a la dignidad del papado fue el resultado
de una serie de circunstancias. De su gravitación sobre los otros patriarcas, tanto
por la creencia dogmática de la fundación de la Iglesia en Roma. De la libertad de
acción del obispo de Roma sin sujeción directa e inmediata al emperador. De la
necesidad de un gobierno eclesiástico que estableciera un sistema de derecho
canónico para concluir con las diferencias doctrinales y sancionar las herejías
sobre el modelo de la organización del imperio romano.
La ruptura entre las iglesias griega y romana con motivo de la controversia
sobre la adoración de las imágenes y el establecimiento del Imperio Carolingio, la
independencia del pontífice romano frente al mundo oriental.
Se unieron y amalgamaron la concepción acerca de la ordenación divina y
eterna del Imperio romano y la creencia del carácter universal del reino de Cristo,
como gobierno del mundo, Imperio mundial, encarnado en la potestad del Papa y
en el sistema jerárquico de la Iglesia.
Surgirán el Imperio carolingio y el Papado auténtico.
A Pipino el Breve, el Papa lo ungió rey en 751, lo nombre patricio romano.
El proceso culmina en la misa de nochebuena del año 800, cuando León
III, que había llamado a Carlos, hijo de Pipino, lo corona emperador romano. El
templo lo aclamaba como Augusto, coronado por Dios, grande y pacífico
emperador de los romanos.
La coronación de Carlomagno por León III dio a los papas de la última
Edad Media un argumento sólido para sus pretensiones a la autoridad suprema.
Podían alegar que eran ellos quienes en realidad habían creado el imperio,
actuando por supuesto, como representante de Dios.
Ese acontecimiento en realidad convirtió al Papa en la autoridad suprema
de la Iglesia Occidental, separó definitivamente la esfera política de la religiosa y
estableció en la eminencia del poder eclesiástico y temporal al Papado y al
Imperio.
Muerto Carlomagno, en 814, sus nietos Lotario, Carlos el Calvo y Luis el
Germánico se dividen el imperio en el año 843, mediante el Tratado de Verdum, y

Derecho Político (Resumen) 90


AGRUPACION 1983

se establece luego, con Otón I, el Sacro Imperio Romano Germánico. Como


consecuencia de ello, el feudalismo pasa a ser el régimen dominante en el orden
político, económico y social.

EL SISTEMA DE VALORES.
La actividad económica descendió al nivel primitivo del trueque y el
ruralismo, en tanto que el ascetismo morboso y el menosprecio de este mundo
sustituían a actitudes sociales más normales.
Las virtudes cristianas pasarán a constituir modeles de vida y que la vida
ascética adquiriese el sentido de la vida ideal. Esta tendencia al ascetismo fue
llevada a términos de exageración.
El ascetismo pasó a ser una forma común de testimoniar el ardor religioso
mediante la humillación y el sufrimiento. La proliferación de eremitas y
anacoretas.
Período en el cual la humildad, la modestia, la castidad, la paciencia, la
caridad y el amor, es decir toda perfección es posible si se ama a Dios y a los
hombre como normas de vida para el logro de la vida eterna.

LA IGLESIA Y EL ESTADO EN LA EDAD MEDIA. EL


FEUDALISMO.
El feudalismo fue una estructura descentralizada, montada sobre un
complejo de relaciones contractuales de protección y ayuda mutua, de
obligaciones recíprocas entre señores y vasallos, cuya base era la propiedad
territorial.
Las sucesivas invasiones de los normandos, los magiares y musulmanes
durante los siglos IX y XI saqueando y asesinando a las poblaciones fue otra de
las causas que obligaron a los pequeños propietarios a buscar protección en las
fortalezas de los señores territoriales que tenían milicias personales.
El señor y el vasallo estaban unidos por un compromiso personal y
vitalicio, por el cual, aquel recibía ayuda y éste, el uso de la tierra por todo el
tiempo de su vida.
El nombre del feudo deriva de feod (fe, recompensa) y od (posesión), vale
decir beneficio recibido por el vasallo a cambio de la fidelidad debida al señor.
El régimen feudal significó la descentralización política la conexión del
poder político al elemento territorial y la noción del contrato como fundamento del
mismo.
La sociedad feudal se componía de la nobleza, integrada por los señores
territoriales; los hombres libres, que habitaban la tierra del señor y tenían algunos
derechos civiles; y los ciervos de la gleba que se consideran accesorios de la
tierra y que se vendían como tales cuando éstas se enajenaban. La
estratificación se ordenaba según una escala jerárquica en cuyo nivel más alto se
encontraba el rey y en el último peldaño el siervo de la gleba, con obligaciones
recíprocas entre el rey y los señores feudales y entre estos y sus vasallos.

Derecho Político (Resumen) 91


AGRUPACION 1983

EL DERECHO Y LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS DEL


SISTEMA FEUDAL.
La codificación de ese derecho consuetudinario durante los siglos VI a VIII
intentó verter las costumbres en normas escritas, en lengua latina, para su
aplicación general a germanos y romanos. Subsistía en parte el derecho romano
y los conflictos con las costumbres germánicas eran frecuentes, sobre todo
cuando las partes eran de diferente derecho.
El derecho personal fue substituido por el derecho territorial.
La relación política entre gobernante y gobernados y su legitimidad, se
hacía derivar, conjunta y no alternativamente, de la herencia, el consentimiento y
la gracia de Dios.
A partir de los siglos XI y XII el feudalismo se convirtió en el régimen
dominante. Los señoríos territoriales significaron la poliarquía, la diversidad y
multiplicación de centros de poder de reducido tamaño. Por consiguiente todo el
sistema se basaba en el trabajo del siervo.
Los eslabones del sistema enlazaban la sociedad desde arriba hacia
abajo. Emperador, reyes, duques, condes, barones y vasallos están unidos por
relaciones de vasallaje, pero de tal forma que el vasallo del vasallo no es vasallo
del señor. Esta regla expresa el carácter personal de la relación.
El feudalismo fragmentó tres instrumentos del poder político: el ejército, los
impuestos y la aplicación de la justicia.
Las contraprestaciones entre señores y vasallos nacían de un contrato y,
además de sus implicaciones comprendían subordinación política. No
impersonales y objetivas.
La monarquía feudal fue extremadamente débil y descentralizada, carente
de los instrumentos de control social que hacen posible las operaciones
esenciales del Poder.
De esta suerte, si bien nominalmente el rey era la autoridad superior, cuyo
poder provenía de Dios y que tenía derecho a la reverencia y obediencia por su
posición y en lo más alto de la jerarquía feudal, en realidad el poder de la corte
feudal, el carácter contractual de las relaciones feudales, su sometimiento a la
ley, la falta de ejército, tributación, poder de legislación y judicación y de una
administración directamente subordinada, reducían su posición a la de un primero
entre iguales.

Texto 24:
Maquiavelo. Edad Media. Contexto Histórico.
(Tomás Varnagy)
En el aspecto político nos encontramos, en primer lugar, con la declinación
del feudalismo, y el comienzo del fin de la fragmentación política junto con la
aparición y crecimiento de las monarquías absolutas que reducen a la impotencia
a los señores y asambleas feudales, en segundo lugar, el desarrollo de una
cultura y una política cada vez más secularizada acompañada de críticas a la
Iglesia de Roma, que tendrá su máxima expresión en la Reforma y en la ruptura
de la presunta unidad europea bajo la hegemonía del Papada; y finalmente, la
nueva conciencia del hombre que labra su peculiar destino creando su propia

Derecho Político (Resumen) 92


AGRUPACION 1983

historia y dejando atrás la idea de ser el centro de un universo creado y dirigido


por Dios.

DIVISIÓN DE ITALIA
Las cinco principales potencias en la península eran, el reino de Nápoles,
los territorios de la Iglesia de Roma, la república de Florencia, el ducado de Milán
y la república de Venecia, junto con muchas otras unidades políticas menores
entre las cuales existían un relativo equilibrio de poder. Los cinco grandes
buscaban expandir su autoridad territorial y, como resultado, se pasó de las
luchas internas de periodos anteriores a conflictos con potencias vecinas, fuesen
repúblicas o Estado despóticos.
Los Estado Papales también eran un factor de poder importante en toda
Europa católica y el Papa poseía un considerable territorio en el centro de la
península. La efectividad de la soberanía papal dependía de su carácter y
personalidad, que podía tener o no autoridad sobre las ciudades y baronías
sujetas a él.
Florencia, aliada de los franceses e inmersa en las luchas y guerras en la
península italiana, tuvo que enfrentarse y/o pactar con distintos enemigos
internos y externos. El dominio de Savonarola finaliza en la hoguera en 1498,
comenzando a continuación un nuevo período republicano en el cual Maquiavelo
trabajó y desempeño un activo papel político. Florencia era un Estado con
funciones de gobierno local y nacional pues, además de ser una ciudad en el
centro de la región de Toscana, era también un Estado independiente con ejército
y política exterior propios.
La crueldad de Maquiavelo era, en realidad, una buena administración de
ella, una economía de la violencia, una aplicación controlada de la fuerza que
evita males mayores y sólo se justifica si contribuye a crear la paz y el orden en
beneficio del pueblo.

CIENCIA POLÍTICA
Si bien Aristóteles realizó estudios sistemáticos y empíricos, fue
Maquiavelo quien descubrió “la necesidad y la autonomía de la política, una
política que está más allá de la ética, que tiene sus propias leyes en contra de las
cuales es inútil rebelarse, y que no pueden ser exorcizadas y prohibidas del
mundo con agua bendita”. Este enfoque del filósofo contemporáneo Benedetto
Croce inicia una línea de interpretación dominante hasta nuestra época, pues
señala el descubrimiento de la “autonomía política”, o sea una identificación de
las características propias de esta actividad y de las leyes que la gobiernan.

VIRTUD Y FORTUNA
El éxito o el fracaso de los hombres depende principalmente de su
capacidad, de su virtud o adaptación a las circunstancias, esto es, a la fortuna,
sobre la cual Maquiavelo escribió en sus poemas.
Los hombres “en todas sus acciones y sobre todo en las grandes, deben
tener en cuenta los tiempos acomodarse a ellos”.

Derecho Político (Resumen) 93


AGRUPACION 1983

En el renacimiento virtud implicaba hacer bien lo que se hace, un virtuoso,


es quien posee excelencia en su habilidad o arte como, por ejemplo, un virtuoso
del violín.
El concepto tiene una clara significación pagana que puede desdoblarse
en su significado de origen etimológico que implica fuerza interior, energía de la
voluntad, habilidad para actuar y decidir con determinación, virtud militar como
valor, bravura y coraje; a lo cual hay que sumarle el talento, técnica, eficacia,
claridad mental, autocontrol, originalidad, sabiduría práctica, en suma, capacidad
subjetiva para superar los obstáculos.
La visión de Maquiavelo es la de un activista, el hombre debe confrontar a
la fortuna con su virtud, no para soportar sus golpes sino para defenderse o
controlarlos a través de una pugna activa.
Frente al azar, el hombre renacentista manifiesta su dignidad de la única
manera posible atribuyéndose un papel en la ejecución de su destino. En la
elección de una única idea caracterizadora del pensamiento moderno elegiríamos
la afirmación y legitimación de la voluntad individual. La historia es obra de la
voluntad humana, el hombre tiene todas las posibilidades de modificar su entorno
y determinar su destino, y ya no depende ni de Dios ni de la fortuna.
Para Maquiavelo, la fortuna rige cuando no hay virtud, cuando ésta no está
preparada y organizada para enfrentarse a ella, la fortuna se manifiesta en los
puntos débiles donde no hay diques. Estos diques en el orden político, son las
instituciones.
Gramsci, el fundador del Partido Comunista Italiano, ve en Maquiavelo a
un “demócrata” limitado a su época, que busca el consenso activo de las masas
populares, que se propuso educar al pueblo porque expuso cómo gobiernan los
príncipes, destruyendo los mitos del poder y el prestigio de la autoridad y que
apuntaba a un fin que era la unidad política de Italia.
Por su estricta y nítida separación de la política con otros campos se lo
considera el fundador de la ciencia política, descubriendo su autonomía e
instaurando un discurso empirista y realista, sustituyendo la imaginación por los
hechos, las prescripciones por la descripción, haciendo un análisis objetivo de la
realidad con sus regularidades, escrupuloso ante cualquier contaminación
moralista. Al transformar la política en un objeto de estudio independiente de todo
lo ajeno a ella, Maquiavelo produce una secularización de la misma, apartándose
de la cosmovisión totalizadora de la Iglesia, rompiendo con los modos medievales
de pensamiento, rechazando las normas tradicionales y las leyes naturales de
origen religioso.
En la teoría contemporánea de la democracia, de acuerdo a Norberto
Bobbio confluyen tres grandes tradiciones del pensamiento político: la teoría
clásica, Aristóteles y el gobierno del pueblo o de muchos, luego la teoría
medieval, de derivación romana, de la soberanía popular, una concepción
ascendente que se contrapone a otra descendente de la soberanía, y finalmente,
la teoría derivada de Maquiavelo que nace con el surgimiento del Estado
moderno. Si bien la república no se identifica totalmente con la democracia, en
ella el poder no está concentrado en las manos de uno solo sino que está
distribuido diversamente en diferentes cuerpos colegiados, y esta noción se
transmitirá a través de los escritores radicales del siglo XVII y XVIII hasta la
Revolución Francesa, en contraposición al gobierno regio. En este sentido, la

Derecho Político (Resumen) 94


AGRUPACION 1983

república como forma de gobierno opuesta al despotismo en su carácter de


gobierno libre y antiautocrático, encierra un elemento fundamental de la
democracia moderna. Para Russell en los Discursos “hay capítulos completos
que parecen haber sido escritos por Montesquieu, y la mayor parte de esta obra
habría sido leída con aprobación por los intelectuales liberales del siglo XVIII. La
doctrina de pesos y contrapesos está explícitamente delineada”.
El concepto de república asume un significado distinto en el pensamiento político
moderno cuando se procede a una tipología diferente de la clásica, con
Maquiavelo primero y Montesquieu después, surge una nueva tríada que
sustituye a la anterior: monarquía, república y despotismo. La diferencia entre las
dos tipologías consiste en el hecho de que la clásica utiliza un criterio
cuantitativo, mientras que la segunda usa una regla cualitativa que resulta de una
multiplicidad de factores.
Como ya vimos, El Príncipe contrasta con los otros “espejos de príncipes”
y la diferencia con ellos es enorme; además, cuando la tendencia era escribir
estas obras en la lingua franca y culta del momento, el latín, la obra de Florentino
está escrita en Toscano, o sea en el dialecto que se transformará en la lengua
italiana oficial, que todos los alfabetos podían leer y entender, aunque conserva
los títulos de cada capítulo en latín. Lutero también traduce la Biblia al alemán y
existe en ambos autores el intento de construir una lengua nacional que sirva
para la unificación de sus respectivos Estados.

TEXTO 25:
LA REFORMA PROTESTANTE.
(LA REFORMA. Carlos Fayt)
Tres procesos simultáneos tuvieron origen en el siglo XVI. La revolución
religiosa, la económica y la intelectual. El siglo XVI es el verdadero comienzo de
la Edad Moderna. La conciencia del hombre volvió a ser fuente de la religión, se
subordinó el prejuicio al libre examen, la autoridad a la razón y se recordó a los
gobernantes que son servidores, no amos de los pueblos.
La teoría del derecho divino de los reyes emerge, como la de la soberanía,
con la fuerza de un instrumento de la lucha política. El ocaso de la primera y la
persistencia de la segunda, el desarrollo de la teoría de los derechos populares y
la renovada formulación de la resistencia al poder absoluto de los reyes, marcan
el período de preparación de las revoluciones modernas.
La revolución religiosa se conoce con el nombre de Reforma. Iniciada en
Alemania en 1517 separó a casi toda Europa septentrional del catolicismo y
produjo en él, por reacción, un cambio profundo que tomó el nombre de
contrarreforma. La Reforma tiene causas religiosas, políticas y económicas.

Causas religiosas:
1. La corrupción y los abusos del clero católico,
2. La venta de indulgencias,
3. La explotación de supuestas reliquias religiosas, el desprestigio del
Papado como consecuencia del cautiverio de Avignon.

Causas políticas:
Derecho Político (Resumen) 95
AGRUPACION 1983

1. El absolutismo monárquico,
2. La adopción en Inglaterra, Francia y Alemania de disposiciones tendientes
a prohibir la designación de cargos eclesiásticos por el Papa.

Causas económicas:
1. El interés de los príncipes en apropiarse de las tierras poseídas por la
Iglesia, que en Francia comprendían la quinta parte del territorio nacional y
en Alemania, la tercera parte, así como de sus riquezas en metales
preciosos, joyas y mobiliario,

2. La necesidad de obtener ingresos para solventar los gastos de


equipamiento de los ejércitos y las flotas,

3. El crecimiento de las clases medias.

Martín Lutero (1483 - 1546). El 1 de noviembre de 1517, Lutero fijó en la


puerta de la iglesia del castillo de Wittenber sus Noventa y cinco tesis
condenando el negocio de las indulgencias, en texto latino, escrito que luego se
imprimió y fue distribuido por toda Alemania.
A su juicio la indulgencia es, y no puede ser más que la remisión de una
pena canónica, puede remitir lo que la Iglesia ha impuesto, no lo que ha impuesto
Dios. La indulgencia jamás remite la culpa, el Papa no tiene poder para ello. No
puede remitir el castigo divino que merece el pecado, este castigo se lo ha
reservado Dios para sí.
León X decidió adoptar medidas para poner término a la actividad de
Lutero y lo conminó a retractarse por intermedio del general de la orden agustina.
Ante su negativa, en 1520 promulgó una bula condenando sus doctrinas e
intimándolo a retractarse dentro del plazo de sesenta días. La reacción de Lutero
fue inmediata. Quemó públicamente el documento papal y León X lo excomulgó,
pidiendo al emperador Carlos V el castigo del declarado hereje. Carlos V solo lo
declaró fuera de la ley.
La iglesia alemana independiente pasó a depender del Estado. Reforzó, de
este modo, originariamente, el poder político. Pero dentro de la doctrina se
encontraba como un instrumento para llegar a la gracia, el principio del libre
examen. El libre examen se impuso y la libertad religiosa necesariamente se
transformó en fundamento de la libertad política y social.
El luteranismo, sin proponérselo, vino a acrecentar la fuerza del poder civil,
toda vez que las iglesias de Estado luteranas se convirtieron en dependencias o
agencias del poder político.
La rebelión protestante desencadenó en Alemania una ola de
insurrecciones con todas las características de una verdadera revolución social.
En 1522 y 1523 los caballeros empobrecidos que culpaban de su miseria
al alto clero debido a que poseía gran parte de la propiedad territorial, se
rebelaron enarbolando la bandera del luteranismo y el levantamiento fue
sofocado por la fuerza de las armas.
En 1524 y 1525 la insurrección de los campesinos y obreros bajo la
inspiración de los anabaptistas, quienes creían en la necesidad del “rebautismo”,
en la persistencia de la revelación, en las visiones y en el éxtasis individual y que

Derecho Político (Resumen) 96


AGRUPACION 1983

constituían la izquierda revolucionaria del movimiento luterano, asumió inusitada


y cruenta violencia.
Basándose en el ejemplo de las primitivas comunidades cristianas,
pretendían abolir la propiedad privada y establecer la comunidad de bienes.
En su fase preliminar, el movimiento tuvo todos los caracteres de una huelga
destinada a dar fuerza a las reclamaciones formuladas a terratenientes y
patronos. Pero en los primeros meses de 1525 la agitación tomó carácter violento
y los campesinos, bajo la dirección de Tomás Munzer, saquearon e incendiaron
castillos y monasterios.
La acción de los anabaptistas fue reprimida por los nobles en forma
despiadada. Lutero, asustado por las consecuencias de la insurrección, en un
escrito titulado Contra las hordas de campesinos ladrones y asesinos, alentaba a
la nobleza a “golpearlos, estrangularlos y apuñalarlos en secreto o en público,
para recordarles que nada puede ser más ponzoñoso o diabólico que un hombre
cuando se rebela”.
A pesar de la represión, los anabaptistas continuaron la lucha en 1534 se
apoderaron de la ciudad de Münster, en la Westfalia. Establecieron un gobierno
encabezado por Juan de Leyden e intentaron convertir a Münster en una nueva
Jerusalén. La experiencia duro poco más de una año. Reconquistada la ciudad,
la tortura y la muerte de los dirigentes puso fin a la insurrección. El movimiento
anabaptista, despojado de fervor revolucionario, se desgajó en grupos tales como
los cuáqueros y menonitas.
Juan Calvino (1509 - 1564). Ginebra en 1530, se había declarado
república libre y hacia ella se dirigió Calvino, siendo designado en el cargo de
“Lector de la Santa Escritura”. Este cargo, aparentemente de escasa significación
en la estructura política de Ginebra, había de permitirle ejercer virtualmente el
gobierno de la república. En efecto, de acuerdo a las ideas expuestas en su libro
Instituciones de la religión cristiana, correspondía a los nombrados
administradores de la palabra divina, atreverse a todo para forzar a los grande y
poderosos de este mundo a que se inclinen ante la majestad de Dios y la sirvan.
Tienen que mandarlo todo desde lo más bajo hasta lo más alto, tienen que exigir
los dogmas de Dios y quebrantar el imperio de Satán; proteger a las ovejas y
extirpar a los lobos, tienen que amonestar e instruir a los dóciles y acusar y
aniquilar a los que opongan resistencia. Pueden atar y pueden desatar, pueden
fulminar excomuniones, pero todo ello conforme a la palabra de Dios”.
Todo este sumario programa de acción es puesto en práctica por Calvino
desde el púlpito, obligando al pueblo a jurar el catecismo, a la confesión y a la
penitencia, que él impone, bajo amenaza de excomunión. La supresión de la
libertad es resistida, pero el Consejo de la ciudad que ve en él un instrumento de
la regeneración moral y conoce la honestidad de sus intenciones y de su
conducta, se limita a tratar de apaciguarlo. Modificaba la composición del
Consejo y formando mayoría los que están decididos a poner término a la
actividad de Calvino, se le prohíbe el acceso al púlpito, y ante su rebeldía, su
destierro de la ciudad. Calvino se dirige a Berna, después a Estrasburgo y
finalmente a Worms. Consciente de su fuerza, sabe que el pueblo presionará al
Consejo reclamando su retorno. Así ocurre a los tres años.
Calvino asume en plenitud el gobierno de la ciudad, y restablece el imperio
de sus edictos y de su Disciplina. Esta última estaba constituida por sus

Derecho Político (Resumen) 97


AGRUPACION 1983

Ordenanzas eclesiásticas, donde se establecen normas de organización para la


Iglesia, sobre la base de cuatro ordenes o cargos; los pastores, los doctores, los
ancianos y los diáconos, para el gobierno de Ginebra, que se deposito en el
Consistorio integrado por los pastores y los ancianos y en la Congregación del
Clero, y por último, normas para la conducta religiosa individual y social de toda
la población. La estructura del poder tuvo, pues, bases religiosas. A la
Congregación le correspondía la función legislativa y se lo consideraba el órgano
supremo del gobierno de la comunidad, y al Consistorio le correspondía la
ratificación y ejecución de las leyes y la vigilancia de la conducta individual y
social. El pueblo se encontraba representado en el Consistorio mediante doce
ancianos.
El pensamiento teológico de Calvino se encuentra en sus Instrucciones de
la religión Cristiana escritas en 1536. La influencia agustina es por demás
evidente. Tanto el universo como los seres humanos se encuentran sometidos a
la voluntad omnipotente de Dios; el pecado original es causa de la natural maldad
de los hombres, y cada hombre tiene su destino prefijado por Dios. Este se hace
presente en sus elegidos para la bienaventuranza mediante señales como el
progreso intelectual y material. El hombre debe esforzarse por glorificar a Dios
mediante el trabajo y la moralidad pues la voluntad de Dios lo protege y lo guía.
El calvinismo se diferencia del luteranismo:

1. En la mayor subordinación del individuo respecto de la ley divina,

2. La plena observancia del día domingo,

3. La supresión de todas las festividades religiosas salvo la Navidad y la


Pascua,

4. La reducción de los sacramentos al Bautismo y Eucaristía,

5. La creencia dogmática en la predestinación,

6. La abolición de toda ceremonia religiosa y ritual,

7. Su conexión ética con el trabajo, la economía y el ahorro,

8. En tanto Lutero mantuvo en parte el ritual y la organización episcopal,


Calvino atribuyó origen democrático a la autoridad religiosa, haciendo de
las congregaciones el órgano encargado de la elección de los
predicadores y funcionarios de la iglesia,

9. La supresión de la misa, de las imágenes, de los cuadros y estatuas, de


los tabernáculos, incluso de los ventanales de colores, la música de
órgano y los campanarios. La religión se limitó a cuatro paredes desnudas
y un sermón.

La argumentación se basa en la existencia de dos contratos, el primero, entre


Dios, por una parte, y el rey y el pueblo por la otra, del que deriva la Iglesia, y el

Derecho Político (Resumen) 98


AGRUPACION 1983

segundo, entre el rey y el pueblo, contrato político del que resulta el Estado. El
rey está obligado a gobernar con justicia y el pueblo a obedecerle en tanto
gobierne bien. El deber de obediencia es un deber religioso, toda vez que el
poder real deriva de Dios, y por lo tanto cuando el rey ofende a la religión o es
injusto, quebranta su obligación para con Dios y con el pueblo. El poder que
ejerce es siempre un poder delegado, Dios y el pueblo son sus superiores y el
deber de obediencia es siempre limitado y condicional.
De ahí el derecho de resistencia que tiene el pueblo contra el rey si éste
viola la ley de Dios o ataca a la Iglesia, derecho irrenunciables que debe ejercer
para no ofender a Dios. Lo mismo ocurre cuando el rey ejerce para no ofender a
Dios. Lo mismo ocurre cuando el rey oprime al pueblo y se convierte en tirano
haciendo de su trono el asiento de la ofensa a dos derechos de sus súbditos. Si
el tirano es un usurpador, cualquiera del pueblo puede matarlo. Pero si tiene un
título legítimo, la resistencia sólo puede ejercerse por los magistrados. Esto pone
en evidencia que a pesar de su esencia revolucionaria, la Vindiciae no es
documento democrático sino aristocrático.
Esto se explica si se tiene en cuenta que los hugonotes constituían una
minoría, en la que estaba enrolada la nobleza y no representó en Francia a la
revolución sino a la reacción.
TEXTO 26:
SUPUESTOS HISTÓRICOS DEL ESTADO ACTUAL.
(Heller)
Para comprender lo que ha llegado a ser el Estado actual no es preciso,
rastrear sus predecesores hasta tiempos remotos, cuando no hasta la época
primitiva de la humanidad. Siempre que se intentó hacer tal cosa, se desatendió,
en general, aquello que a nuestro objeto principalmente interesa: la conciencia
histórica de que el Estado como nombre y como realidad es algo, desde el punto
de vista histórico, absolutamente peculiar y que, en esta su moderna
individualidad, no puede ser trasladado a los tiempos pasados. Las lucubraciones
especulativas sobre el origen del Estado, tan del gusto de muchos de nuestros
historiadores. (NO SE ENTIENDE UN CORNO, HAY QUE TOMAR ALGO
ANTES DE LEER ESTO)
Es patente el hecho de que durante medio milenio, en la edad media, no
existió el Estado en el sentido de una unidad de duración, independientemente en
lo exterior e interior, que actuara de modo continuo con medios de poder propios,
y claramente delimitada en lo personal y territorial.
Es patente el hecho de que durante medio milenio en la Edad media, no
existió el Estado en el sentido de una unidad de duración, independientemente en
lo exterior e interior, que actuara de modo continuo con medios de poder propios,
y claramente delimitada en lo personal y territorial.
Casi todas las funciones que el Estado moderno reclama para si se
hallaban entonces repartidos entre los más diversos depositarios: la Iglesia, el
noble propietario de tierras, los caballeros, las ciudades y otros privilegiados.
Mediante el endeudamiento, la hipoteca, o la concesión de inmunidades el poder
central se vio privado, poco a poco, de casi todos los derechos de superioridad,
siendo trasladados a otros depositarios que según nuestro punto de vista, tenían
carácter privado. Al soberano monárquico del Estado feudal le vienen a quedar
finalmente sólo muy pocos derechos inmediatos de dominación. En lo sustancial,
Derecho Político (Resumen) 99
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no cabe ya prescindir de los servicios de los poderes locales, ampliamente


autónomos, que han sometido a su autoridad a todos los hablantes del territorio
sustrayéndolos a las órdenes inmediatas del poder central. La misma jurisdicción,
que estamos acostumbrados a considerar como la función más privativa del
orden estatal, había pasado en gran parte a manos privadas.
Los reinos y territorios de la Edad Media eran, tanto en lo interior como en
lo exterior, unidades de poder político por decirlo así, solo intermitentemente e
incluso, durante siglos, sólo excepcionalmente. El “Estado” de entonces no podía
mantener su ordenación de modo interrumpido sino sólo temporalmente,
interviniendo de vez en cuando para eliminar la perturbación del orden estatal
que se deseaba mantener. Su poder estaba limitado en lo interno, por los
numerosos depositarios de poder feudal, corporativos y municipales y, en lo
exterior por la Iglesia y el Emperador.
En la antigüedad, estado e iglesia, grupo político y grupo cultural, habían
construido una unidad inseparable cada polis tenía sus propios dioses. Con el
monoteísmo judeo cristiano se formó una Iglesia universal, independientemente
de las fronteras políticas, que sustrajo buena parte de la vida personal y pública a
la conminación del grupo político lo que, hasta el presente, continua sin
pertenecerle. Pero, en la Edad Media, la Iglesia reclamó una obediencia, aunque
extraestatal, política de todos los hombres, incluso de los que ejercían poder
político, obligando a ella, en muchos casos, por eficaces medios coactivos
espirituales y aún físicos. De esta suerte, la Iglesia limitaba el poder político
medieval no sólo exteriormente sino, de modo aún más intenso en lo interno,
indirectamente valiéndose del clero.
La Reforma trajo como consecuencia la emancipación definitiva y total del
poder del Estado respecto a la Iglesia incluso en los Estados católicos.
Es verdad que el Estado estamental supera esa disgregación del poder,
reuniendo a los depositarios estamentales de este en corporaciones, los
estamentos, pero lo hace sólo con el fin de oponerlos al príncipe como enemigo
más temible. Como todos los grandes cambios políticos se remonta éste también
a una revolución social que tuvo lugar en el siglo XIII. En lugar del antiguo noble
hereditario, en esta época desaparecido ya en buena parte, aparecen los nuevos
estamentos profesionales: el estamento de los caballeros que surge de los
feudatarios, no libre y que recoge parte de la antigua nobleza y la burguesía de
las ciudades que gana poder a causa de la aparición de la economía monetaria y
crediticia. En lo sucesivo las funciones políticas y los derechos de mando se
transmiten por herencia con la tierra o se enajenan aparte. De este modo los
caballeros y las ciudades tienen la posibilidad de adquirir ventajas de carácter
público, cargos y derechos, de la mayoría de los príncipes cargados de deudas.
Pero sobre todo, los nuevos estamentos privan a los príncipes de la base
económica de su poder al arrebatarles casi por completo desde finales del siglo
XIII, la facultad impositiva. En el siglo XIV las uniones estamentales se convierten
en los grupos internacionales de intereses del clero de los caballeros y de los
burgueses, que rompen en todas partes el carácter político cerrado de los
territorios.
La aparición del poder estatal monista se produjo según formas y etapas
muy distintas en las diversas naciones. La atomización política se venció
primeramente en Inglaterra. Es este el único reino en que gracias a la energía de

Derecho Político (Resumen) 100


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los reyes normandos, se logra crear ya en el siglo XI, una organización política
relativamente fuerte en medio de la jerarquía feudal.
La nueva palabra estado designa certeramente una cosa totalmente nueva
porque a partir del Renacimiento y en el continente europeo, las poliarquías, que
hasta entonces tenían un carácter impreciso en lo territorial y cuya coherencia era
floja e intermitente, se conviven en unidades de poder continuas y reciamente
organizadas con un solo ejercito que era, además, permanente, una única y
competente jerarquía de funcionarios y un orden jurídico, imponiendo además a
los súbditos el deber de obediencia con carácter general.
La evolución que se llevó a cabo, en el aspecto organizatorio, hacia el
Estado moderno, consistió en que los medios reales de autoridad y
administración, que eran posesión privada, se convierten en propiedad pública y
en que el poder de mando que se venía ejerciendo como un derecho del sujeto
se expropia en beneficio del príncipe absoluto primero y luego del Estado.
Mediante la creación de un ejército mercenario permanente, cuya existencia
depende del pago de la sociedad, el señor se hace independiente del hecho
aleatorio de la lealtad de sus feudatarios, estableciendo así la unidad de poder
del Estado en lo militar. La caballería había perdido ya su función político militar a
causa de la transformación de la técnica guerrera. Desde la guerra de los husitas
es desde cuando, probablemente, decae el papel de la caballería en el combate,
a causa del empleo creciente de cañones y armas de fuego portátiles, de la
infantería y de las tropas mercenarias. Los gastos que imponía la nueva técnica
de las armas exigen la organización centralizada de la adquisición de los medios
necesarios para la guerra, lo cual suponía una reorganización de las finanzas. De
este modo, la necesidad política de crear ejércitos permanentes dio lugar en
muchas partes a una transformación, en sentido burocrático de la administración
de las finanzas. Gracias a ella las tropas feudales, intermitentes y ocasionales,
con su servicio inseguro y limitado, se ven sustituidas por una organización firme
y continua del ejército cuyos medios de guerra se concentran en las manos del
Estado. Hasta la paz de Tilsit había quedado en Prusia, todavía como último
resto del viejo ejército feudal, el jefe de compañía que era propietario del
armamento de su unidad.
Mediante la burocracia se elimina la mediatización feudal del poder del
Estado y se hace posible establecer el vínculo de súbdito con carácter general y
unitario. Los apoyos burocráticos dan a la moderna construcción del Estado sus
netos contornos y condicionan el carácter relativamente estático de su estructura.
Gracias a la jerarquía de los funcionarios la organización pudo extenderse ahora
también al territorio, es decir, abarcar a todos los habitantes del mismo y
asegurar de este modo una unificación universal central y regida por un plan, del
obrar relevante, para el Estado. La gran extensión que alcanza el territorio de los
Estados, cosa que en la Edad media había contribuido grandemente a la
emancipación de los poderes locales, no constituye para la burocracia moderna
un obstáculo que se oponga a una labor administrativa sumamente intensa y, sin
embargo, dirigida desde el centro. A la manera como, en lo económico, vino la
fabrica a superar al taller, así también, respecto al despliegue del poder político el
aparato burocrático del Estado actual, rígidamente disciplinado y controlado, vino
a estar por encima de los Territorios, administrados a la manera feudal, de la
Edad Media.

Derecho Político (Resumen) 101


AGRUPACION 1983

El ejército permanente y la burocracia de carácter continuo suponen la


planificación de la administración financiera del Estado. Pues la permanencia y
seguridad de la concentración de poder mediante funcionarios civiles y militares
se halla garantizada por el hecho de que el funcionario depende para su
subsistencia económica, del sueldo mensual.
La administración medieval no conoció los presupuestos. El Estado
estamental tampoco conoció l distinción entre gastos e ingreses públicos y los
privados del señor, ni un patrimonio independiente que perteneciera al Territorio y
al Estado. Los estamentos sostenían como fundamental derecho suyo el estar
libre de toda imposición y las aportaciones que otorgaban al señor territorial eran
concesiones voluntarias y por una sola vez.
La emancipación económica del poder estatal tiene su expresión en el
hecho de que el patrimonio del Estado, con todos los medios reales de la
Administración, no pertenece a nadie, ni al soberano ni al funcionario. Pero uno
de los procesos más decisivos, entre los que integran la evolución del Estado de
la Edad moderna, lo constituye el hecho de que el príncipe pasando por algo
todos los privilegios, haya obligado, en las asambleas a las corporaciones
estamentales muy debilitadas ya desde mediados del siglo XV, a dar su
aprobación al establecimiento de impuestos generales y aplicables a todos los
súbditos, sin tener en cuenta su nacimiento ni el estamento a que pertenecieran.
Hacia mediados del siglo XVI los príncipes consiguen ya emancipar por
completo la base económica del poder estatal, y establecen impuestos sin contar
con la aprobación de los estamentos.
El pensamiento jurídico medieval no conoció las distinciones entre derecho
público y privado, entre contrato y ley entre derecho y juicio, ni siquiera requería
la vida de entonces una diferenciación precisa entre derecho objetivo y derecho
subjetivo. El contrato era la institución jurídica universal y se utilizaba incluso para
fundamentar y transmitir derechos y obligaciones concernientes al ejercicio de la
autoridad. En el concepto del Wesum, del descubrimiento del derecho para cada
caso, aparecen confundidos derecho y juicio. Sólo al aparecer las codificaciones
oficiales y jurisdicción burocrático absoluta y al producirse, en fin, la
emancipación del Estado como una unidad de autoridad, se hizo precisa una neta
distinción entre derecho de coordinación y derecho de subordinación entre ley y
contrato, entre creación de derecho y jurisdicción.

TEXTO 27:
LA SECULARIZACIÓN DE LA CULTURA: EL SURGIMIENTO
Y LA CRISIS DEL ESTADO ABSOLUTISTA.
(Pinto)
En el siglo XVIII surge en la cultura europea la filosofía de la Ilustración,
logrando que las controversiales ideas que difunde impugnen exitosamente el
orden político existente en ese entonces. La Revolución francesa será por esa
causa la consecuencia obligada de la Ilustración y comenzará una larga y
permanente crisis política que, iniciada en Europa, se difundirá luego sobre el
resto del mundo.
En el siglo de las Luces, será el triunfo de la crítica racional que distingue a
la Ilustración el que produzca en el continente europeo el comienzo del fin de la
hegemonía política de instituciones como la monarquía absoluta y la Iglesia que
Derecho Político (Resumen) 102
AGRUPACION 1983

habían predominado por siglos. Empero, esta crítica enmascara el carácter


político de la crisis.
Es comprensible entonces que la crítica ilustrada del siglo XVIII deba
volverse utópica para poder justificar exitosamente ante la sociedad su
expectativa de sacralizar la razón culminando un proceso iniciado un siglo antes
por Descartes con su pienso luego existo. Para esta perspectiva, racionalizadora
del sentido de la Historia, la planificación de esta última por la filosofía constituye
para la humanidad un hecho tan importante como el dominio de la naturaleza por
la ciencia. Culmina de este modo el vasto proceso histórico iniciado con el
surgimiento de la Reforma en el siglo XVI.
Solo monopolizando el poder puede el Estado absolutista imponer la paz
interior y salvaguardar la vida de los habitantes del reino. Será entonces ésta la
justificación ético política que invocará para legitimar la supresión de las
libertades de sus súbditos y poner bajo su dominio a la Iglesia. Son pues, sus
circunstancias históricas, las que hacen que el enemigo común de la monarquía
absoluta, y de quienes adhieren filosóficamente a ella, los defensores de la razón
de Estado, lo constituyan los teólogos. Estos últimos son percibidos como los
responsables de la fragmentación religiosa del reino y del inicio de las luchas por
imponer determinada verdad religiosa.
El absolutismo constituirá por eso la única respuesta institucional posible a
la anarquía imperante en la que, como lo definirá Hobbes, el hombre se ha
transformado en el lobo para el hombre. Esto permite comprender porque para
este autor la decisión política del príncipe es válida en virtud de su misma
decisión. La soberanía estatal que le da el necesario grado de autoridad para
adoptar decisiones, y hacerlas cumplir, pasa a ser el medio institucional
necesario para superar la crisis.
Al Estado ya no se lo percibe como a un orden natural originado en la
voluntad divina, sino como a un orden político racional creado por el hombre. Un
orden sustentado en la fuerza, cuya única restricción consiste en la intangibilidad
de una esfera privada en la que encuentran su espacio la religión y la ciencia
autonomizadas de la esfera pública que es monopolizada por el Estado
absolutista.
Asimismo, Hobbes se identifica con la moderna teoría de la soberanía
construida por los grandes legistas franceses, particularmente por Bodin, quien
en 1576 había publicado los Seis Libros de la República, reivindicando la
soberanía del Estado, como última e inapelable instancia política, frente al
espíritu faccioso de los partidos religiosos, partidos que buscaban imponer por la
violencia de la guerra civil su verdad al resto de la sociedad.
El concepto jurídico político de soberanía es entonces el que define en una
sociedad política la última instancia de mando, y al hacerlo establece la diferencia
existente entre la autoridad del Estado y de las otras asociaciones humanas al
carecer éstas de soberanía. Si la palabra soberano indicaba en el Medioevo una
posición de preeminencia en la pirámide feudal, ahora define en cambio la
autonomía que tiene el rey absoluto para hacer las leyes y por lo tanto para no
estar limitado por ellas.
Para este autor el pacto de sujeción que realizan sus súbditos. Los
compromete a obedecer al soberano, dado que es el poder absoluto que se le
concede al mismo el que logra poner fin a las prolongadas y destructivas guerras

Derecho Político (Resumen) 103


AGRUPACION 1983

civiles religiosas. Al obtener la paz puede satisfacer la mayor exigencia moral


posible; la de la supervivencia humana.
Como lo destaca Koselleck, el fundamento filosófico del absolutismo lo
constituye el haber podido establecer la existencia de una escisión entre
conciencia pública y privada, entre Estado y confesión religiosa. El Estado
absolutista ha logrado concretar de esta manera un nuevo orden político, pero
con el tiempo se transformará a su vez en la víctima de ese dualismo.
El progreso moral del siglo XVIII, es el resultado de un diferente contexto
histórico, en el que reina la estabilidad política lograda por el Estado absolutista,
la que ha permitido el crecimiento económico de la burguesía.
Pero ahora se desplaza la responsabilidad institucional ante la nueva crisis
política a las monarquías. Si en las guerras civiles de religión, la responsabilidad
de la crisis que había producido la violencia fratricida en los reinos cristianos
había correspondido a las confesiones a las que adherían sus súbditos, la
responsabilidad de esta nueva crisis se trasladará en el siglo XVIII a la monarquía
absoluta por su condición de soberana de monopolizadora del poder político.
La ilustración surge desde el ámbito de la conciencia privada, al ser éste el
único espacio que el Estado absolutista le había dejado a sus súbditos para
poder ejercer la crítica a la legalidad existente. Es ante el avance cultural de la
Ilustración, que se van esfumando los límites entre moral interior y política pública
que había intentado establecer el absolutismo. Su gran precursor, Locke, hablara
de la ley de los filósofos, la ley de la opinión pública sumándola a la ley divina y la
ley civil. Los individuos conservan el poder espiritual del juicio moral, por eso son
ellos quienes establecen qué debe considerarse como virtual.
En contraposición a la obra de Hobbes, el discurso de Locke reivindica a la
sociedad frente al Estado, al sostener que constituye el espacio en el que los
hombres comenzarán a convertirse en ciudadanos a medida que vayan dando a
sus convicciones privadas la condición de una ley vinculante para la generalidad
de la sociedad, dado que pretenden expresar legítimamente la opinión pública.
Los Dos tratados sobre el gobierno civil de Locke se transformarán en la
justificación teórica de la Revolución Pacífica de 1688, a través de la cual el
Parlamento inglés pone fin al absolutismo de la dinastía de los Estuardo y
establece contractualmente, a través de la Declaración de Derechos de 1689, el
primer gobierno representativo de la modernidad. Por esa razón, la obra de Locke
pasó a ser fundamental para el liberalismo del continente europeo, que se
identificó con su punto de vista sobre la superioridad moral de la sociedad sobre
el Estado. Perspectiva que se radicalizó en el siglo siguiente con el desarrollo de
la economía política por Adam Smith. Una nueva ética discursiva había aparecido
exitosamente en el escenario político europeo.
La evolución histórica del Estado liberal es, desde su surgimiento en la
Inglaterra del siglo XVII, paralela al desarrollo de la economía de mercado. Esta
simultaneidad permite comprender por qué ya desde sus inicios el liberalismo
inglés tiene como objetivos políticos el garantizar, a la vez que la vigencia de las
libertades humanas el libre intercambio comercial que hace posible la existencia
de una economía de mercado.
La identificación entre Estado constitucional y mercado surge del hecho de
que si bien sus fundamentos teóricos son distintos existe una gran figura
intelectual que los unifica en su discurso innovador de la política. Locke, el más

Derecho Político (Resumen) 104


AGRUPACION 1983

relevante teórico del liberalismo constitucional, es quien hace converger ambos


liberalismo al enunciar filosóficamente. Es la propiedad personal la que da su
sentido a la acción política, la satisfacción de los intereses individuales predomina
sobre la búsqueda comunitaria de la justicia.
Para este filósofo político, al reivindicar el derecho al heredar la propiedad
de sus antepasados, los hombres aceptan, y así renuevan permanentemente, el
contrato social establecido en 1689 que garantizaba constitucionalmente la
propiedad.
El derecho natural, desarrollado a lo largo de siglos en el continente
europeo, constituyendo la base de sustentación de su liberalismo, se integra con
la economía política inglesa. Es entonces que gracias a esta simbiosis el
liberalismo económico se convirtió en la fuerza política más poderosa del siglo
XIX.
No se pueden terminar estas escuetas líneas sobre Locke y el liberalismo
inglés, sin recordar que su discurso afecta no sólo el sentido que se daba al
espacio de lo público, a la interacción existente entre estado y sociedad, sino que
asimismo modifica también el concepto de conciencia individual vigente por
siglos, al desplazarlo por el de interés individual.
Una nueva sociedad busca acceder a la política dejando de lado las trabas
que le opone el Estado. El programa de acción de la Ilustración consistirá
inicialmente en la ocupación indirecta y callada del Estado absolutista en la etapa
del despotismo ilustrado. Pero la grave tensión existente entre el Estado y la
sociedad se irá agravando crecientemente hasta llegar a transformarse en crisis.
Esta es la principal cuestión a resolver mientras no se da una decisión
superadora del conflicto. La polarización entre conceptos opuestos constituye por
eso el rasgo distintivo de la Ilustración.
Inicialmente la Ilustración, crítica en los salones franceses, guarda empero
exteriormente su fidelidad al Estado, pese a que no se considera subordinada al
mismo. En sus comienzos, se limita a oponer la razón a la verdad revelada, pero
luego se desplaza al juicio crítico sobre el Estado absolutista. Con Voltaire, cuyo
éxito social es inmenso, la crítica se transforma en crítica política, no se detiene
ya ni ante el monarca. Pese a ello la crítica ilustrada sigue presuponiendo ser
apolítica, al sostener que no responde a intereses sectoriales. Invocando una
defensa racional de la verdad, los filósofos mistifican su apoliticidad. Al sumir la
responsabilidad de defender el imperio de la razón, negar que aquello que están
realizando con su crítica sea una lectura política de la realidad. Y los hace
argumentar así el entender que no representan a una parte de la sociedad sino a
la totalidad de la misma, al considerar que son los responsables de haberle
revelado a la humanidad el estar transitando un camino irreversible hacia el
progreso.
Al sacralizar la razón, la Ilustración sostiene que para que la soberanía de
la voluntad real pueda ser sustituida por la soberanía de la voluntad general, es
preciso lograr la unidad entre la conciencia interior y exterior de los hombres,
entre el espacio de lo privado y el espacio de lo público.
Es el mayor expositor de la Ilustración, Rousseau, quien sostiene en su
Contrato social que a la voluntad general, que expresa desde la sociedad de la
opinión de las mayorías populares le corresponde la decisión política. Para
fundamentar esto afirma, que si bien los individuos pueden equivocarse, la

Derecho Político (Resumen) 105


AGRUPACION 1983

voluntad general no se equivoca jamás, dado que expresa la opinión de la


mayoría de una sociedad que se ha hacho racional al derrotar la Ilustración al
oscurantismo religioso. Empero Rousseau reconoce que el puedo por si solo es
incapaz de llegar a reconocer su propia voluntad, necesita por eso de un
liderazgo político ilustrado.
La crisis no es entonces sólo la consecuencia del cambio estructural de las
sociedades europeas, crecientemente burguesas, es asimismo el resultado de los
nuevos conceptos que ha impuesto la Ilustración.

TEXTO 28:
CONTRACTUALISMO PARA UNA DEFINICIÓN DEL
CONTRACTUALISMO.
(Bobbio)
En un sentido muy amplio el contractualismo comprende todas aquellas
teorías políticas que ven el origen de la sociedad y el fundamento del poder
político en un contrato, es decir en un acuerdo tácito o expreso entre varios
individuos, acuerdo que significaría el fin de un estado de naturaleza y el inicio
del estado social y político. En sentido más reducido, en cambio, con
contractualismo se entiende una escuela florecida en Europa entre el inicio del
siglo XVII y el fin del siglo XVIII, que tiene sus máximos representantes en
Hobbes, Spinoza, Locke, Rousseau.
Están aquellos que opinan que el pasaje del estado de naturaleza al
estado de sociedad es un hecho histórico realmente acontecido, es decir que
están dominados por el problema antropológico del origen del hombre civil, otros,
en cambio hacen del estado de naturaleza una mera hipótesis lógica, con el fin
de crear la idea racional o jurídica de estado, del estado como deber ser, y de dar
así un fundamento a la obligación política en el consenso expreso o tácito de los
individuos a una autoridad que los representa y los encama, otros finalmente,
prescindiendo por completo del problema antropológico del origen del hombre
civil y del problema filosófico y jurídico del estado racional, ven en el contrato un
instrumento de acción política para imponer límites a quien detenta el poder.
Se parte del origen del hombre para evidenciar las necesidades
particulares que lo llevan a darse consensualmente una vida social, o para
explicar el pasaje de la horda primitiva o de la sociedad tribal a una forma de vida
social más compleja y organizada, con el monopolio del poder político fundado
sobre el consenso.
Está estrechamente conectado con la historia política o con los cambios
constitucionales de este o aquel país.
El elemento jurídico, como categoría constitutiva de la sintaxis del
discurso, en la medida en que se reconoce sólo en el derecho la única forma
posible de racionalización de las relaciones sociales o de sublimación jurídica de
la fuerza.
Las condiciones para la afirmación en la historia del pensamiento político
de teorías contractualista, en el ámbito de un debate más amplio sobre el
fundamento del poder político, son tres: en primer lugar un proceso bastante
rápido de desarrollo político que desgaste la sociedad tradicional e instaure
nuevas formas y nuevos procedimientos de gobierno. En segundo lugar una
Derecho Político (Resumen) 106
AGRUPACION 1983

cultura política secular, es decir dispuesta a discutir racionalmente sobre el origen


y sobre los fines del gobierno y que no lo acepte pasivamente porque sea un don
de la tradición o porque sea de origen divino. En tercer lugar que la sociedad no
solo conozca la institución privada del contrato sino que sepa hacer de ella un
uso análogo.
Es necesario sin embargo reconocer que el término pacto es un elemento
central en la teología judía así como en la aliancial de los puritanos; sin embargo,
esto sirve no para instaurar un gobierno sino para indicar la sagrada alianza entre
Dios y el pueblo elegido o el pacto de la gracia de la nueva Israel.
Más complejo es el discurso sobre los temas contractualistas que se
encuentran en el pensamiento político medieval que, si por un lado está
completamente dominado por el principio teológico y por una concepción
orgánica de la sociedad, tiene por otra parte un fuerte sentido del derecho. Estos
temas contractualistas, como veremos en el último parágrafo, logran abrirse
camino a través de la distinción hecha por Juan de París, entre la causa formal
del poder, que es Dios y la causa material de la persona que es el pueblo. Estos
temas caen, sin embargo, dentro de la historia del constitucionalismo como
proceso político, aunque estén en los orígenes del contractualismo clásico.

EL ESTADO DE NATURALEZA, LAS NECESIDADES


DEL HOMBRE Y LA DIVISIÓN DEL TRABAJO.
Uno de los elementos esenciales de la estructura del discurso
contractualista es el estado de naturaleza, aquella condición de la cual saldrían el
hombre asociándose en un pacto con los otros hombres.
El mito del estado de naturaleza, en realidad regresivo por ser
sustancialmente nostálgico de una edad perdida en la cual el feliz vivir coincidía
con la comunión de los bienes y de las mujeres, ha sido reinterpretado en
tiempos más recientes en clave revolucionaria o en una propuesta de total
liberación del hombre, pero siempre en vista del fin de la política, por el marxismo
y por el psicoanálisis.
Los contractualistas, en cambio, quienes quieren legitimar el estado de
sociedad o modificarlo en base a los principios racionales allí donde el poder no
se funde en el consenso, están necesariamente en oposición a este filón de
pensamiento y ven siempre en el contrato la única forma de progreso, también
Rousseau, el adversario de las letras y de las artes, se ve obligado a reconocer
en el pacto social un hecho deontológicamente necesario desde el momento en
que tal estado primitivo ya no puede subsistir, y el género humano perecería si no
cambiara las condiciones de su existencia.
Es imposible decir a qué estadio de la evolución de la humanidad
corresponda para los contractualistas el estado de naturaleza: si al homoferus
primaevus o al que conoce algunas formas embrionarias de organización social
puesto que el discurso se mueve en un plano político jurídico o psicológico y no
antropológico.
Así, para Hobbes en el estado de naturaleza hay solamente, el dominio de
las pasiones, la guerra, el miedo, la pobreza, la negligencia, el aislamiento, la
Derecho Político (Resumen) 107
AGRUPACION 1983

barbarie, la ignorancia, la bestialidad y la vida del hombre es solitaria, mísera,


repugnante, brutal, breve. Para Rousseau, en cambio, en el estado de naturaleza
está el hombre libre, con el corazón en paz y el cuerpo en buena salud, que
satisface fácilmente pocas necesidades elementales y no respira más que reposo
y libertad, no quiere más que vivir y permanecer inerte. Sin embargo, la oposición
entre Hobbes y Rousseau se encuentra más en la evaluación que en la
descripción del hombre en el estado de naturaleza o mejor dicho del hombre
animal, que vive siguiendo sus propios instintos, tiene la razón sólo en potencia,
está más acá de cualquier relación moral o jurídica con su semejante.
La mayor parte de los contractualistas en cambio, entre el estado de
naturaleza puro y el estado político coloca un estado social, en el cual los
hombres conviven según razones porque son sus propias necesidades las que
los hacen sociables. Esta sociedad está caracterizada por algunas instituciones
jurídicas de origen patricio, como la familia, la propiedad y la compraventa, a
través de las cuales el hombre sale de la comunión de las mujeres y de los
bienes que son la lógica premisa del pactum societatus primero, y del pactum
subiectionis después.
En síntesis, se puede decir que ningún contractualista puede disentir con
alguna proposiciones claramente enunciadas por Hobbes, el estado de
naturaleza está caracterizado sólo negativamente por la ausencia de un poder
legalmente instituido, capaz de controlar y de someter a todos los miembros de la
sociedad, es decir por la falta del monopolio legal de la fuerza. Justamente por
esto el estado de naturaleza es un estado de igualdad y también de libertad, con
tal que por libertad se entienda una condición de independencia o el ser patrones
de si mismo. En el estado de naturaleza, por lo tanto, no hay ni soberanos ni
súbditos, ni patronos ni siervos, pero la fuerza es siempre potencial y en estado
difuso.

TRES TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL PODER


POLITICO.
El contractualismo no es la única teoría sobre el origen del poder político,
como tampoco es la única caracterizada por un elemento voluntarista, en el
sentido en que el orden político es la expresión de un acto de voluntad y por lo
tanto una construcción artificial.
La concepción orgánica, remarcando la naturalidad de la sociedad
constituye lógicamente la radical antítesis del contractualismo, sin embargo de
hecho no excluye elementos contractualistas. La verdadera oposición consiste en
el hecho de que las teorías contractualistas brotan predominantemente en el
plano prescriptivo, mientras que las orgánicas lo hacen en el plano descriptivo.
Estas últimas, en efecto, incurren muy a menudo en el riesgo de eludir el
problema central del contractualismo, el de legitimar el poder en base al
consenso. Si la vida políticamente organizada es un hecho natural y necesario, si
el gobierno es una función social, entonces todas las formas de gobierno son
iguales y se disponen sobre un mismo plano, atribuyendo toda su legitimidad a su
efectividad, a si existencia de hecho, es difícil, así que el discurso pueda
desplazarse en el plano prescriptivo sobre el modo concreto con que organizar el
gobierno legítimo.
Derecho Político (Resumen) 108
AGRUPACION 1983

En el ámbito de las teorías voluntaristas se contraponen al contractualismo


todos aquellos que, en cambio, reconocen el elemento constitutivo del estado en
la fuerza: el intérprete de esta posición en el dialogo platónico es justamente
Trasímaco. Con el contractualismo tienen a menudo, además, un elemento
común: el del estado de naturaleza, al cual se observa con nostalgia, en la
medida en que el estado surge de un acto de supremacía. En la historia del
pensamiento político moderno esta teoría no ha tenido mucho suceso, aun
cuando dos grandes contractualistas, Spinoza y Hobbes, que ponen al consenso
en el origen del estado, ven luego su fundamento en su capacidad coercitiva de
obtener obediencia de los súbditos a través de las sancione, por lo que el
derecho termina por coincidir con la fuerza.
La limitación de todas estas teorías consiste en el hecho de que no
permiten ninguna alternativa realista, excepto la nostalgia de una perdida edad de
oro o la utópica perspectiva de una liberación absoluta: en el presente sólo existe
la fuerza, el dominio, la represión y cada estado, en cuanto estado, es siempre
una dictadura. El pensamiento contractualismo no niega por cierto la existencia
de la fuerza, pero la ve operando de distintas maneras en el estado de naturaleza
y en el estado social. En efecto, en el primero el hombre está sujeto al constante
riesgo de ser agredido así como a la tentación de agredir: justamente para evitar
esta situación de inseguridad donde la fuerza actúa en estado difuso y cada uno
es libre de decidir si usarla o no, siendo al mismo tiempo juez y parte, los
individuos instauran a través del contrato el monopolio de la fuerza en manos del
gobierno. El estado, para los contractualistas, es por lo tanto también fuerza, pero
es una fuerza de tipo distinta, según este monopolio sea instaurado por un
contrato, es decir por el consenso de los asociados, y entonces se habla de
poder, o se dé solamente de hecho, teniendo como única justificación sólo si
propia eficacia, y entonces se habla de fuerza.
En la teoría sociológica contemporánea, justamente por su predominante
orientación descriptiva, son dominantes aquellas concepciones que se inspiran
en el organismo o en el conflictualismo, mientras que el contractualismo, por la
carga prescriptiva que contenía, parece fuera de escena.
Por un lado está quien sostiene que la sociedad es un hecho natural
devenido posible o por una consideración utilitarista, o por la propia cultura que
es interiorizada en el proceso de educación social; por el otro está quien afirma
que la sociedad está fundada en la coerción y en la amenaza de sanciones. En el
siglo XIX, en verdad, la teoría orgánica trato de absorber elementos
contractualistas poniendo sin embargo el contrato en el fin y no en el principio del
proceso histórico.
En el extremo opuesto, no sólo los marxistas y los psicoanalistas sino
también la ciencia política alemana (Schmitt) remarca que la política es
esencialmente hostilidad, lucha, conflicto entre grupos rivales, y que por lo tanto
es soberano aquel que, más fuerte puede indicar de hecho la hostis y decidir
sobre el estado de excepción, suspendiendo el derecho o recuerda que la
sociedad está en pie para la coerción del grupo más fuerte, que el poder consiste
en el poder disponer del instrumento de control de las sanciones y que
justamente el ejercicio de la autoridad suscita inevitablemente resistencias y
tensiones: las instituciones no son monumentos del consenso sino bastiones para
garantizar la paz.

Derecho Político (Resumen) 109


AGRUPACION 1983

LA SINTAXIS DEL CONTRACTUALISMO CLÁSICO.


El contrato es una relación jurídica, obligatoria entre dos o más personas,
en virtud del cual son establecidos los derechos y deberes recíprocos; sin por lo
tanto elementos esenciales los sujetos y el contenido del contrato, es decir las
respectivas concesiones a las que están obligados so pena de una sanción. El
contractualismo clásico se presenta como una escuela en la medida en que todos
aceptan esta sintaxis del discurso o la necesidad de instaurar las relaciones
sociales y políticas en base a aquel instrumento de racionalización que es el
derecho, o de ver en el pacto la condición formal de la existencia jurídica del
estado.
Los sujetos de la relación jurídica en el pacto de asociación son siempre
las personas físicas, salvo en las construcciones federalistas más complejas. En
el pacto de sujeción encontramos como sujetos a veces a los individuos, pero
más menudo a una persona ficta, instaurada justamente por el primer pacto, por
un lado el pueblo como universitas, que actúa como individuo y por el otro el
gobierno, que no siempre coincide con el sumo magistrado o con el rey pudiendo
ser también una asamblea.
Mientras que el contenido del pacto de asociación no va más allá de la
manifestación de un deseo general de vivir juntos es decir de formar un solo
cuerpo político regulando de común acuerdo todo lo que se refiere a la seguridad
y conservación de los asociados, el pacto de sumisión presenta a través del
tiempo los contenidos más diversos.
Si el contrato es una relación obligatoria entre las partes, es necesario
también ver las sanciones que están previstas contra quien lo infrinja, el
verdadero problema se establece sobre todo contra quien, detentando el poder,
tiene el monopolio de la fuerza, salvo contra aquel que con el pacto ha
renunciado a un ejercicio privado de su fuerza.
Si la estructura del discurso de los contractualistas utiliza una misma
sintaxis, las soluciones políticas a que llegan son profundamente diversas, y bajo
este perfil es posible indicar tres corrientes bien distinguidas.

CONTRACTUALISMO Y CONSTITUCIONALISMO.
El contractualismo no es solamente una teoría global, conceptualmente
elaborada, sobre los orígenes de la sociedad y del poder político y por lo tanto
sobre la naturaleza racional del estado. En la historia medieval y moderna el
contrato es a menudo también un hecho histórico, es decir que es parte
integrante de un proceso político que lleva al constitucionalismo y en particular a
la exigencia de alimentar el poder del gobierno por medio de un documento
escrito que establezca los respectivos recíprocos derechos y deberes.
En la Edad Moderna el contractualismo, como hecho histórico, demuestra
su vitalidad, con características nuevas y originales, tanto en la experiencia
democrática de la Nueva Inglaterra, donde el pacto es el instrumentos concreto
para la formación de un real estado de naturaleza de nuevas sociedades que
deben afrontar los duros y dramáticos problemas de la frontera y de los espacios
desiertos, como en la experiencia aristocrático liberal de Inglaterra en busca de

Derecho Político (Resumen) 110


AGRUPACION 1983

una codificación del nuevo equilibrio constitucional entre la corona y el


parlamento.
Los caminos del constitucionalismo continental fueron por ciertos aspectos
distintos del de las naciones anglosajonas y menos influidos por la temática
contractualista puesto que la constitución no fue ni un pacto originario suscrito por
todos los ciudadanos que quería vivir en sociedad, ni el choque entre la voluntad
del pueblo y la voluntad del rey. Las constituciones continentales son o la
concesión de un monarca o la expresión de la voluntad de una asamblea
constituyente que representa la voluntad del pueblo. Pero si la legitimación de
estas constituciones es distinta de la contractualista, sin embargo estás derivan
de la experiencia histórica anglosajona la exigencia de un documento escrito que
regule y limite los poderes del gobierno y del contractualismo la legitimación del
gobierno en el consenso.
TEXTO 30:
MARXISMO. MARX Y EL PROBLEMA DEL ESTADO
Partiendo de la crítica de la filosofía del derecho y del estado de Hegel,
que lo lleva a una inversión de la relación tradicional entre sociedad y estado.
Marx propone una teoría del estado estrechamente vinculada con la teoría
general de la sociedad y de la historia, que el extrae del estudio de la economía
política. Esta teoría general le permite dar una interpretación y hacer una crítica
del estado burgués que lo es contemporáneo en las diversas formas en las que
se presenta y dar una interpretación y formular alguna propuesta relativas al
estado que deberá segur al estado burgués; finalmente le permite deducir el fin o
la extinción del estado. De todo esto se deduce que para una exposición lo más
sistemática posible de las líneas generales de la teoría marxiana del estado.
La crítica de Marx, bajo la influencia de Feuerbach, hace a Hegel es el
escrito juvenil tiene mas un valor filosófico y metodológico que político, en el
sentido que lo que interesa principalmente a Marx en este escrito es la crítica del
método especulativo de Hegel, es decir del método según el cual lo que debería
ser el predicado, la idea abstracta, se convierte en el sujeto y lo que debería ser
el sujeto, el ser concreto, se convierte en el predicado, como resulta más
claramente que de cualquier explicación por el ejemplo siguiente. Hegel,
partiendo de la idea abstracta de soberanía antes que de la figura histórica del
monarca constitucional formula la proposición especulativa “la soberanía del
estado es el monarca”, mientras que partiendo de la observación de la realidad el
filosofo no especulativo debe decir que el monarca tiene el poder soberano.
Se entiende que una vez aplicada la crítica del método especulativo a la
filosofía política de Hegel, Marx rechaza no solamente el método hegeliano sino
también los resultados que Hegel creyó poder deducir con este método respecto
de los problemas del estado. Lo que Marx critica y rechaza es el mismo planteo
del sistema de la filosofía del derecho hegeliana fundado sobre la prioridad del
estado sobre la familia y sobre la sociedad civil, prioridad que Hegel afirma sin
observar y sin respetar la realidad histórica de su tiempo ni estudiar como
efectivamente se forma el estado moderno sino que la deduce de la idea
abstracta de estado como totalidad superior y procedente a sus partes. Los
sujetos reales, la sociedad civil, la familia se convierten en momentos objetivos
de la idea, irreales, alegóricos, o con otras palabras, mientras éstos son el agente

Derecho Político (Resumen) 111


AGRUPACION 1983

sin, en la filosofía especulativa actuados por la idea real y debe su existencia a un


espíritu distinto de ellos, por lo cual la condición se convierte en lo condicionado,
y en determinador el determinado, el que produce el producto de su producto.
Es necesario destacar particularmente que el rechazo del método
especulativo de Hegel lleva a Marx a invertir la relación entre sociedad civil y
estado, que de este método es una consecuencia, a detener su atención micho
más sobre la sociedad civil que sobre el estado, y por lo tanto a entrever la
solución del problema civil como en la subordinación de la sociedad civil al estado
sino, por el contrario, en la absorción del estado por parte de la sociedad civil, en
lo que consiste la verdadera democracia, de la cual los franceses dicen que en la
misma el estado político parece y cuya institución fundamental, el sufragio
universal, tiende a eliminar la diferencia entre estado político y sociedad civil,
colocando dentro del estado político abstracto la instancia de la disolución del
mismo, así como igualmente la disolución de la sociedad civil.

EL ESTADO COMO SUPERESTRUCTURA.


La inversión de la relación entre sociedad civil y estado realizada por Marx
respecto de la filosofía política de Hegel marca una verdadera ruptura con toda la
tradición de la filosofía política moderna. Mientras esta tiende a ver en la
sociedad preestatal una infraestructura, real, si, pero efímera, destinada a ser
resuelta en la estructura del estado en la cual solamente el hombre puede
conducir una vida racional, y por lo tanto desaparecer totalmente o en parte una
vez que se ha constituido el estado, Marx considera al estado entendido como el
conjunto de las instituciones políticas, en el que se concentra la máxima fuerza
imponible y disponible en una determinada sociedad, pura y simplemente como
una superestructura respecto de la sociedad preestatal, que es el lugar donde se
forman y se desarrollan las relaciones materiales de existencia, y en cuanto
superestructura destinado a desaparecer a su vez en la futura sociedad sin
clases.

EL ESTADO BURGUÉS COMO DOMINIO DE CLASE.


El condicionamiento de la superestructura política por parte de la
estructura económica, o lo que es lo mismo la dependencia del estado de la
sociedad civil, se manifiesta en el hecho de que ésta es el lugar donde se forman
las clases sociales y se revelan sus antagonismos, y el estado es al aparato, o el
conjunto de los aparatos, de los cuales el determinante es el aparato represivo,
cuya función principal es por lo menos en general y por lo tanto salvo casos
excepcionales, impedir que el antagonismo degenere en lucha perpetua, no ya
mediando los intereses de las clases contrapuestas sino reforzando, es decir
contribuyendo a mantener el dominio de la clases dominante sobre la clase
dominada. En el Manifiesto del partido comunista, el poder político se define con
una formula que se ha convertido en clásica “el poder de una clase organizado
para oprimir otra”.
Aun sin dejar de lado las formas de poder político en otros tipos de
sociedad distintas de la burguesa, Marx concentró su atención y reunió la gran
mayoría de sus reflexiones sobre el estado burgués. Cuando él habla del estado

Derecho Político (Resumen) 112


AGRUPACION 1983

como del dominio o como del despotismo de clase, o como de la dictadura de


una clase sobre otra, el objeto histórico es casi siempre el estado.
Refiriéndose particularmente al estado burgués, es decir a esa fase del
desarrollo de la sociedad civil, en la cual los órdenes se han transformado en
clases y la propiedad en cuanto privada se ha emancipado completamente del
estado Marx afirma en La ideología alemana que el estado “no es más que la
forma de organización que los burgueses se dan por necesidad, tanto hacia el
exterior como hacia el interior, a fines, de garantizar recíprocamente su propiedad
y sus propios interese”.

EL ESTADO DE TRANSICIÓN.
De la afirmada dependencia del estado de la sociedad civil, del poder
político de la clase dominante, Marx da una confirmación precisa en oportunidad
en que plantea el problema del pasaje del estado cuya clase dominante es la
burguesía al estado cuya clase dominante será el proletariado. Sobre este
problema lo hará meditar sobre todo el episodio de la Comuna de París.
Parece que para Marx la dependencia del poder estatal respecto del poder
de clase es tan estrecha que el pasaje de la dictadura de la burguesía a la
dictadura del proletariado no puede ocurrir simplemente a través de la conquista
del poder estatal, es decir, de ese aparato que la burguesía ha utilizado para
ejercer el propio dominio, sino que exige la destrucción de aquellas instituciones y
su sustitución con instituciones completamente diferentes. Si el estado fuese
solamente un aparato neutral más allá de las partes, la conquista de este aparato
o incluso solamente la penetración en el mismo sería suficiente por si mismo a
modificar la situación existente. El estado es, sí una máquina pero no es una
máquina que cada uno puede utilizar a su placer, cada clase dominante debe
forjar la máquina estatal según sus propias exigencias. Sobre los caracteres del
nuevo estado Marx da algunas indicaciones sugeridas justamente por la
experiencia de la Comuna: supresión del ejército permanente y de la política
pagada y sustitución de ambos por el pueblo armado, funcionarios electos o
colocados bajo el control popular y por lo tanto responsables y revocables jueves
electivos irrevocables, sobre todo sufragio universal para la elección de los
delegados con mandato imperativo y por lo tanto revocables, abolición de la
alardeada pero ficticia separación de los poderes y finalmente una amplia
descentralización que permita reducir a pocas y esenciales las funciones del
gobierno central, Marx llamó a esta nueva forma de estado “Gobierno de la clase
obrera”.
La existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases des
desarrollo histórico de la producción, la lucha de las clases conduce
necesariamente, a la dictadura del proletariado, esta misma dictadura no
constituye de por sí más que el transito hacia la abolición de todas las clases y
hacia una sociedad sin clases. Entre la sociedad capitalista y la sociedad
comunista media el periodo de la transformación revolucionaria de la primera en
la segunda. A este periodo corresponde también un período político de transición
cuyo estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.
En el transcurso de su desarrollo, la clase trabajadora sustituirá la antigua
sociedad civil por una asociación que excluya las clases y antagonismo, y no

Derecho Político (Resumen) 113


AGRUPACION 1983

existirá ya un poder político propiamente dicho. Si en la lucha contra la burguesía


el proletariado se constituye indefectiblemente en clase, si mediante la revolución
se convierte en clase dominante y en cuanto clase dominante suprime por la
fuerza las viejas relaciones de producción, suprime al mismo tiempo que estas
relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de
clase y de las clases en general y por lo tanto su propia dominación de clase.
El estado de transición está caracterizado por dos elementos diferentes
que se deben mantener bien distinguidos: el mismo, aun destruye al estado en
cuanto tal, y sin embargo, construyendo un nuevo estado coloca ya los
fundamentos de la sociedad sin estado.
Estos caracteres sirven para distinguir la teoría de Marx, por una parte de
la socialdemocracia y por otra, de la anarquista. La primera sostiene que la tarea
del movimiento obrero es la de conquistar el estado desde el interior y no de
quebrarlo, la segundo sostiene que se puede destruir al estado en cuanto tal sin
pasar a través del estado de transición

TEXTO 31:
MARX Y LA TEORÍA DEL ESTADO
(Quiroga)

ALGUNAS CONCLUSIONES
El gobierno del estado moderno no es más que el comité que administra
los negocios comunes de la clase burguesa. El binomio conceptual estructura –
superestructura que reemplaza a la pareja sociedad civil – Estado ha generado
una política mayor en la teoría política marxista, conformando un voluminoso
cuadro de interpretaciones. Gramsci había planteado ya con toda claridad la
distinción entre sociedad civil y sociedad política no tuvo nunca un carácter
orgánico, más bien su distinción ha sido descriptiva. O bien, la oposición
sociedad civil – Estado tiene un uso descriptivo e inmediatamente empírico.
En la definición del Manifiesto el Estado o el poder político se identifica con
la denominación de la burguesía pues esta encarna la violencia organizada, de
una clase para oprimir a otra. Aquí la identificación clase y Estado es total. Con
esta lectura reduccionista no se puede comprender que el concepto Estado
desborda en mucho la definición de Estado como coerción, o la definición de
Estado como aparato estatal.
La tradición marxista sabe que la dominación social no se organiza ni se
reproduce exclusivamente por medio del aparato coercitivo. La fuerza y la
violencia se ven legitimadas por el papel de la ideología. Todo sistema de
dominio se ve integrado por ambos componentes. Pero es cierto también que la
ideología que pertenece en el pensamiento de Marx a la esfera de la
superestructura justifica de manera refleja la dominación social. En auxilio de la
concepción que reduce Estado a aparato coercitivo surge la idea de incorporar
“algo”, que los clásicos a su entender no habían podido expresar correctamente
para hacer progresar la teoría marxista del Estado. Ese algo es otra dimensión
que aparece en el Estado junto al aparato represivo, pero sin llegar a confundirse.
Se trata de los aparatos ideológicos del estado, que vehiculizan y movilizan la
ideología de la clase dominante que se encarna en esos aparatos.
Derecho Político (Resumen) 114
AGRUPACION 1983

Hay otros aparatos, que no son los represivos e ideológicos que cumplen
funciones distintas. La intervención del estado en la economía da lugar, a un
verdadero aparato económico especializado, sin el cual no se comprende el rol
del Estado en la reproducción del capital.
El estado sigue siendo el centro excluyente de la dominación social. Se
adiciona al aparato coercitivo otro aparato, el ideológico y todo sigue girando en
la centralidad de la instancia estatal.
Para el nacimiento del estado Marx parte de una dimensión histórica
concreta movilizada por la lucha de clases. Así el Estado es el resultado de la
división social del trabajo. Ya no es el poder común que delegan los individuos en
la figura del soberano sino más bien el poder de una parte de la población sobre
otra, el poder de la clase dominante sobre la clase dominada de la minoría sobre
la mayoría. Tesis que permite inferir la idea de que se el Estado se identifica con
la clase dominante organizándoles sus intereses, hay entonces una gran parte de
la sociedad que no encuentra cabida en el Estado. Es la parte oprimida,
mayoritaria, que queda fuera del Estado. Esta es la concepción que hoy resulta
instrumental, reduccionista y que tal vez en su momento en la época del
Manifiesto se lo podría haber percibido en esa forma, pero que en la actualidad,
no caben dudas, una interpretación unilateral como esa resulta insuficiente para
explicar el fenómeno del estado contemporáneo.
En la opinión de Bobbio el Estado es hoy el mediador y garante de los
acuerdos celebrados entre las grandes organizaciones que actúan como
instancia semi independiente entre si e incluso con respecto del Estado. Tal vez
no fue este el Estado que percibió Marx en su momento. Así podríamos
puntualizar que el Estado moderno es el Locus donde se desarrollan las
negociaciones y se resuelven los conflictos que dividen la sociedad. Conflictos y
tensiones de la sociedad que penetran el estado provocándole fisuras y
contradicciones, las que en un juego, más o menos explícito explican el papel de
organizador social del Estado. La mediación estatal aparece entonces como
necesaria para garantizar los acuerdos sociales que harán posible la convivencia
colectiva en un clima de paz y estabilidad. El papel del estado actual muestra
pues, una situación real en la cual el Estado sufre la invasión no tanto de la
sociedad considerada en su conjunto cuanto de las organizaciones corporativas.
La economía capitalista es regulada por el Estado como una forma de
superar las disfuncionalidades propias del sistema.
El marco institucional de la sociedad se politizó, no coincidiendo ahora de
forma inmediata con las relaciones de producción. En consecuencia, se establece
ahora una relación diferente entre sistema económico y sistema político, en
donde la política no emerge solamente de un fenómeno superestructural

TEXTO 32:
ESTADO Y CRISIS: NOCIONES CONCEPTUALES
(Quiroga)
¿QUÉ ES EL ESTADO?
Se considera al Estado moderno como la expresión de una relación social,
es decir, como una forma particular de las relaciones sociales capitalistas.

Derecho Político (Resumen) 115


AGRUPACION 1983

Consideramos al Estado como una forma específica de las relaciones sociales de


explotación y dominación del modo de producción capitalista. Intentamos buscar
una definición conceptual del estado que no sea aquella que la define por sus
funciones.
Protegiendo los interese generales del sistema.
El Estado aparece, como un poder público impersonal, un poder que no
pertenece a nadie en particular, que se sitúa por encima de todos y que se dirige
a todos. Se trata de un aparato estatal oficial, situado por encima de cada
capitalista individual y que aparece como fuerza impersonal. El poder del estado
reviste así la forma de poder público.
La sociedad capitalista es una sociedad de poseedores de mercancías, y
por tanto, en la medida que la relación de explotación actúa formalmente como
relación entre dos propietarios de mercancías independientes e iguales de los
cuales uno, el proletario, vende su fuerza de trabajo y el otro, el capitalista,
compra esta, el poder de clase puede revestir la forma de un poder público.
Pasukanis plantea que el aparato de estado ha sido siempre creado por la
clase dominante, lo construyeron con sus propias manos. Así, el Estado va a
representar el interés histórico y político del conjunto de la burguesía a largo
plazo. Gramsci, por su parte afirmaba que “la unidad histórica de las clases
dirigentes se produce en el estado”.
Por tanto, se puede concluir que el estado organiza la dominación de
clases y unifica políticamente al conjunto de la burguesía, bajo la hegemonía de
una u otra de sus facciones.
Sin embargo, el estado así definido como relación social específica, del
modo de producción capitalista no deja de ser una abstracción. Como decía
Engels un capitalista colectivo ideal. Pero el poder del estado está encarnado en
los aparatos institucionales y en los regímenes políticos, es decir, en esa
materialidad institucional propias con la que cuenta. Entonces, para completar la
noción de estado diremos que este en tanto abstracción como relación social, se
encarna en la realidad histórica concreta a través de los aparatos institucionales y
en las distintas formas políticas de manifestación del poder estatal.
Así aparece el Estado moderno en la realidad histórica en un doble
aspecto de entidad abstracta y concreta encontrando su fundamentación en las
relaciones sociales de producción capitalista.

LA DISTINCIÓN ENTRE ESTADO Y RÉGIMEN


POLITICO.
En una primera aproximación decimos que el régimen político no se define
solamente por la forma particular que tiene un país de organizar sus instituciones,
sino también por la importancia que cobra lo político, por la dinámica política
concreta impresa a esas instituciones en cada momento histórico.
El régimen traduce en la escena política la forma concreta, material de
manifestación de las relaciones sociales de dominación y explotación del
capitalismo en un momento determinado.
Muchas veces la protección de los intereses generales del capitalismo
implica un ataque severo a las condiciones de vida de los trabajadores o bien
puede significar en algunos casos un disciplinamiento en los intereses conflictivos
Derecho Político (Resumen) 116
AGRUPACION 1983

de los capitalistas individuales, o en otras situaciones, el alzo de la lucha de


clases puede implicar la toma de medidas sociales importantes que afectan los
intereses del capital. Ahora, esa intervención estatal asociada a la producción y
circulación capitalista, se realiza a través de la política económica que deciden
los representantes del régimen político.

LAS FUNCIONES DEL ESTADO.

Función económica: el papel que el estado capitalista juega en la


economía no es nuevo, lo viene haciendo desde su nacimiento como tal.
Lo que sucede es que en la actualidad ese rol ha cobrado una dimensión
cualitativamente diferente.

La función política ideológica: el estado es legítimamente de la


dominación e integrador de las clases sociales al sistema, es decir, se
trata de la función de organización de la dominación de clases por parte
del estado. El estado es un órgano de inculcación ideológica de
integración de las clases subordinadas a la lógica de la sociedad
capitalista, pero al mismo tiempo sirve para disciplinar y unificar a la
burguesía, es decir, organizar su dominación.

La función represiva: se trata de la utilización de la coerción en otras


palabras del ejercicio de la violencia legítima por el estado para impedir
cualquier amenaza del sistema o bien para imponer la autoridad de la
clase dominante sobre la clase subordinadas.

La crisis en el rol del Estado: este punto continúa suscitando las


mayores discrepancias teóricas como las mayores diferencias políticas
gubernamentales en épocas de crisis como la actual.

Sin duda, que el estado siempre ha intervenido en la vida pública, desde su


surgimiento hasta nuestros días, ya sea que esa intervención se diera en épocas
de crisis o prosperidad.
En la etapa capitalista tardía del capitalismo monopolista tiene lugar una
extensión adicional de las funciones del Estado. Ello es consecuencia de tres
rasgos principales del capitalismo tardío: la reducción del tiempo de capital fijo, la
aceleración de la innovación tecnológica y el enorme aumento del costo de los
grandes proyectos de acumulación capitalista debidos a la tercera revolución
tecnológica, con su correspondiente aumento en los riesgos de cualquier retraso
o fracaso en la valoración de los enormes volúmenes de capital requerido por
ellos.
La crisis económica de los países capitalistas son provocadas, en última
instancia, por la baja tendencia de la tasa de ganancia, manifestándose de
manera general a través de una interrupción del proceso normal de desarrollo de
la producción. Así la crisis capitalista aparece como una crisis de
sobreproducción de los valores de cambio, lo cual se explica por la insuficiencia
Derecho Político (Resumen) 117
AGRUPACION 1983

de la demanda. Hay relativamente demasiada mercaderías en relación a la


demanda. En otras palabras, la crisis de sobreproducción no es más que la otra
cara que se manifiesta en la disminución del poder adquisitivo de las clases
populares.
Lejos de constituir estados excepcionales o accidentales del funcionamiento
normal del sistema, las crisis económicas constituyen más bien el modo normal
de vida del capitalismo. Los elementos esenciales de la crisis están siempre
presentes en la reproducción de las relaciones sociales capitalista. Esto quiere
decir que la crisis económicas son necesarias para la continuidad y reproducción
misma del capitalismo.

LA MAYOR INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LOS


PAÍSES periféricos.
Una de las características del Estado en los países periféricos es que
interviene masivamente en la vida pública, siendo la misma, por regla general,
mayor que la que se produce en los países centrales. Esa intervención se
ensancha por el lugar específico que ocupan esos países en la economía
mundial y, en consecuencia, por las implicaciones que tiene la acumulación
mundial de capital en cada economía nacional, lo que lleva a modificar las
características de esas economías.
En los países centrales la génesis del estado capitalista es diferente. Estas
naciones están legadas a una historia particular, a un contexto económico,
cultural y religioso diferente. Son países que conocieron el modo de producción
feudal y la revolución burguesa, la cual transforma de manera definitiva la
organización del sistema feudal existente.
En definitiva, en razón de la posición particular que tienen los países
periféricos en la economía mundial es que se produce un ensanchamiento de la
intervención del estado. El estado tiene una función suplementaria que resulta de
la división internacional del trabajo, y que por tanto deberá someterse a sus
mecanismos.

TEXTO 33:
DERECHO POLÍTICO.
(Carlos Fayt)

ELEMENTOS DEL ESTADO


La estructura del Estado tiene elementos esenciales y elementos modales.
Los elementos esenciales determinan la existencia del Estado, los elementos
modales condicionan o caracterizan esa existencia. En conjunto constituyen el
Estado, en cuanto forma de organización política moderna.
Los elementos esenciales de la estructura son el territorio, la población el
Poder y el Derecho. Los elementos modales son la soberanía y el imperio de la
ley. Todos estos elementos constituyen un todo articulado que sólo por
abstracción puede fragmentarse dividirse o descomponerse en partes. Cada
elemento se encuentra relacionado con todos los demás. De ahí que sólo pueda

Derecho Político (Resumen) 118


AGRUPACION 1983

ser aislado mediante un proceso de abstracción, pero comprendiéndolo en su


conexión de sentido dentro del todo de la organización estatal. No podemos
comprender la realidad estatal sin comprender la función que tienen sus
elementos estructurales, tampoco podemos comprender la naturaleza de los
elementos estructurales sino con relación a su función dentro de la realidad
estatal.
Los elementos esenciales son constitutivos del Estado. No hay Estado sin
territorio, población, poder y derecho. Faltando uno de estos cuatro elementos no
existe forma política a la que se pueda considerar como Estado. Los elementos
modales son atributos adscriptos a algunos de los elementos constitutivos y
caracterizan a la organización política.
En general los autores coinciden en la existencia de tres elementos,
tradicionalmente considerados como ley histórica de las formas políticas en virtud
de la regularidad o constancia de su presencia a través de las formaciones
históricas. Esos tres elementos serían, respectivamente, el territorio, la población
y el Poder.
No hay duda que esos tres elementos son constitutivos del Estado, en
sentido amplio, como forma de agrupación política; pero que resultan
insuficientes respecto e la estructura del Estado, en sentido restringido, como la
forma de organización política moderna, donde los elementos determinantes son,
como hemos señalado, además de territorio población y poder, el Derecho.
Sin el derecho como elemento esencial de la organización política esta
carece de significación y sentido. El territorio, la población y el Poder son
elementos de hecho, el elemento jurídico es el que determina su esencia. El
derecho es una de las condiciones determinantes, uno de los elementos
constitutivos del Estado actual, no pudiendo concebirse al Estado sin el Derecho.
Respecto del territorio y de la población se los ha considerado elementos
naturales del estado distinguiéndolos del poder y del derecho en cuanto
elementos culturales, o simplemente constitutivos del Estado.
Dabin considera al territorio y a la población como elementos anteriores al
estado, y al poder y al bien público como elementos determinantes o constitutivos
de la esencia del Estado. Esta distinción o clasificación de Dabin de los
elementos del Estado se vincula a las nociones de causa final y causa formal, es
decir a la noción de causalidad, propia de la posición aristotélica – tomista.
Aristóteles distingue causa materia, causa formal, causa eficiente y causa
final.
Descartes hace equivalente el término causa a razón y Leibnitz dice que
las causas si toman de la razón que hay que dar de los fenómenos. Hume y toda
la concepción empirista de la causalidad la reduce a una simple idea de la
regularidad de ciertas sucesiones. En el siglo XVIII la idea de causa se hace
equivalente a la de ley y función matemática identificación que a mediados del
siglo XIX, con Comte, queda reducida a la idea de relaciones entre fenómenos,
eclipsándose la idea metafísica de causa. Con Aristóteles había cuatro causas;
luego hubo dos causas, la formal y la eficiente, unidas tan estrechamente como
posible; y luego, en una tercera etapa, sólo quedó una causa, la causa eficiente,
fundada racionalmente en Kant más empíricamente en Comte y los empirista.
Nos hemos detenido en la teoría de la causalidad, porque ella sobrevive, no
obstante se desaparición de la teoría filosófica y su substitución por la idea de

Derecho Político (Resumen) 119


AGRUPACION 1983

ley, en autores que sin pararse en anacronismos, la vinculan directamente, al


Estado y, refiriéndolas a los elementos, consideran como causa material del
Estado al territorio y a la población, como causa formal al poder. Como causa
eficiente el de su origen, y como causa final el de su fin invariablemente referido a
la noción metafísica y abstracta del bien común.
El territorio y la población no sólo han sido considerados elementos
naturales o condiciones naturales del Estado, sino que también elementos
exteriores, conjuntamente con el poder y el derecho señalándose como
elementos interiores del Estado, la conducta resultante del enlace entre los
términos relación, norma y contenido.
Como consecuencia de estas divergencias, los distintos criterios respecto de
cuales son los elementos determinantes o constitutivos del estado pueden
agruparse en los siguientes:

Primer criterio: sobre la base de la distinción entre elementos esenciales


y modales de la estructura de la organización política, podemos
considerar, tal como lo hemos expuesto, elementos constitutivos del
estado al territorio o espacio en sus dimensiones de subsuelo, suelo y
espacio aéreo, población o pueblo, en su sentido de nación o comunidad
nacional, poder, tanto en su sentido conceptual como histórico y
comprendiendo íntegramente al poder del estado, al poder en el estado o
autoridad y al poder del órgano y, finalmente al derecho, como el
ordenamiento jurídico del Estado.

Segundo criterio: sobre la base de la distinción entre elementos


anteriores y elementos constitutivos del estado, Dabin estima que el poder
público y el bien público son los elementos constitutivos de la forma
política.

Tercer criterio: la comprensión del estado como el orden jurídico o bien


como la unidad de un sistema jurídico que tiene en sí mismo el propio
centro autónomo, y la consiguiente reducción de la realidad estatal al
derecho, convierte a este en lo único constitutivo del estado.

Cuarto criterio: considerando al estado como poder de dominación,


coactivo o de imposición, o una estructura de dominación o de fuerza,
reducen la especificidad de la estructura estatal a un único elemento
constitutivo, el poder, al que estiman el elemento substancial de la forma
política.

Quinto criterio: como exponente de este punto de vista podemos


mencionar a Carré de Malberg, quien considera que tanto el territorio,
como la población y el poder son elementos constitutivos del estado. Pero
en su caso particular la nación, como resulta del sistema positivo del
derecho público francés, como la colectividad organizada de los
nacionales, es por excelencia el elemento constitutivo del estado en
cuanto se identifica con él.

Derecho Político (Resumen) 120


AGRUPACION 1983

PERSONALIDAD DEL ESTADO.


La actividad del poder en el Estado se encuentra condicionada por el
Derecho. Ese condicionamiento es formal y material en el caso de los actos de
gestión, y solamente formal en los actos de impero, es decir, los actos puramente
políticos del poder en el estado. En consecuencia, la actividad estatal se
convierte en contenido de las normas jurídicas, expresándose en un complejo de
normas que hacen de la organización un centro de imputación jurídica, y como tal
sujeto de derecho y de obligaciones, es decir persona jurídica.
El estado es una ficción legal o una abstracción jurídica. Es decir, se
concibe al estado como la personificación jurídica de una nación, o como un
sujeto de derecho.
La doctrina alemana, en general, distingue entre estado y nación. La
nación es un elemento del estado pero éste no es la personificación de la nación,
ni es el sujeto de los derecho de la nación. No se personifica sino a sí mismo y no
es sujeto sino de sus propios derechos. La personalidad del estado es el
producto y la expresión de una organización real en la cual la nación no
interviene más que como un elemento de estructura, al mismo título que el
territorio o la potestad gubernamental. Es decir el estado es una entidad jurídica
distinta tanto de sus miembros individualmente considerados como de la
comunidad nacional que le sirve de substracto. El estado tiene una unidad propia
y una función específica que hacen de él una persona jurídica, un sujeto de
derechos. La nación pasa a ser un órgano del estado o una persona por sí misma
pero no se confunde ni se identifica con la persona estatal. Jellinek y Laband no
admiten que la nación o el pueblo sea una persona y le asignan la función de un
órgano del estado. Este punto de vista es una adaptación de la doctrina de
Gierke y sostiene que una colectividad, si reúne ciertas condiciones de
organización, se convierte en una corporación o persona jurídica, cuya voluntad y
finalidad son independientes de la voluntad y finalidad de los miembros que la
constituyen.
La personalidad del estado no es una ficción sino una abstracción, con el
mismo grado de eficacia y validez, en cuanto síntesis unitaria de su estructura
real, que todas las demás abstracciones del orden jurídico.
La otra corriente dentro de la escuela alemana es, precisamente, la que
estima que la personalidad del Estado es un recurso técnico, un artificio impuesto
por la necesidad o la utilidad, que hace que se admita lo que no es sino una
ficción jurídica. Niega que los entes colectivos, incluso el estado, tengan o
puedan tener personalidad real pues esta tiene por soporte y fundamento una
voluntad, un poder obrar por si, de que carecen absolutamente los entres
colectivos. Los únicos seres dotados naturalmente de voluntad son los hombres,
solo estos pueden obrar por si, y por tanto, ser personas de derecho.
La doctrina francesa, por su parte, sostiene la identidad entre la nación y el
Estado, en virtud de ser el Estado la personificación jurídica de la Nación. Como
se ve elevan una parte a la categoría del todo, confundiendo un elemento de la
organización con la organización misma.
Esmein dice que el Estado es la personificación jurídica de una nación.
El pueblo halla en el Estado su personalidad jurídica, el Estado halla en el
pueblo el elemento material que lo constituye. Claro está que distingue

Derecho Político (Resumen) 121


AGRUPACION 1983

conceptualmente entre nación y Estado, pero impregnada de los principios del


Contrato Social de Rousseau, la doctrina hace de la nación el fundamento de la
personalidad del Estado, en una relación de identidad, pues es la nación la que
se convierte en persona por el hecho de constituirse en Estado. Lo que mantiene
aún en pie esta doctrina, en la que subyace la idea de representación o mandato
político, es la idea de la personalidad de la nación como titular originario de la
soberanía.

Personalidad Del Estado

La Personalidad atribuida al estado es el único medio


para comprender su actividad desde un punto de vista
jurídico
Esa actividad se constituye en el contenido de las
normas jurídicas, haciendo de la organización un centro
Concept
de imputación jurídica, es decir, un sujeto de derechos y
o
obligaciones: una persona jurídica.
Ese carácter de norma jurídica es propia de la forma
política moderna. Originariamente es una elaboración de
la escuela clásica del derecho natural.

Respecto de su naturaleza, se han formulado diversas


teorías, en correspondencia con las distintas
concepciones que existen sobre el estado.

La cuestión se centra en dos posturas:


Si se puede considerar o no la organización política
Naturale como una persona separada y distinta tanto de los
za individuos que la componen como de la nación que lo
sirve de substracto.
Si es una ficción legal o si, por el contrario, aún siendo
una abstracción representa una realidad jurídica.

Distingue Entre Estado y Nación:


El estado es una persona jurídica distinta de sus
Escuela miembros, como expresión de la realidad de su
Aleman organización (Jellinek)
a La personalidad del estado es una ficción legal
Teorías
(Savigny).
Derecho Político (Resumen) 122
Identifica la nación con el estado.
Escuela
El estado es la personalidad jurídica de la
Frances
nación.
a
AGRUPACION 1983

El estado carece de personalidad. Solo los seres


humanos pueden ser personas

Posición El estado no es una síntesis sino una suma de


de individuos que por estar unidos no crean una nueva
Berthéle persona. Esta “Persona” es una falsa calificación de
my un sistema de agrupamiento patrimonial.
Críticas

La personalidad del estado es un concepto


Posición de imaginario desprovisto de toda realidad
Duguit y positiva.
Seydel
Lo que llamamos voluntad del estado es la
voluntad de los que tienen el poder, o sea, los
gobernantes.
TEXTO 35:
ESTADO DE DERECHO Y SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
(Elías Díaz)

INTRODUCCIÓN

No todo estado es Estado de Derecho. Por supuesto es cierto que todo


estado crea y utiliza un Derecho, que todo Estado funciona con un sistema
normativo jurídico. Difícilmente cabría pensar hoy un Estado sin Derecho, un
Estado sin un sistema de legalidad. Y, sin embargo, decimos, no todo estado es
estado de derecho; la existencia de un orden jurídico, de un sistema de legalidad,
no autoriza a hablar sin más de Estado de Derecho. Designar como tal a todo
Estado por el simple hecho de que se sirve de un sistema normativo jurídico
constituye una imprecisión conceptual y real que sólo lleva al confusionismo.

ESTADO LIBERAL DE DERECHO.

Derecho Político (Resumen) 123


AGRUPACION 1983

El estado de Derecho se institucionaliza de modo coherente por vez


primera y con un cierto carácter general tras la Revolución francesa en los Estado
liberales del pasado siglo. Existen no obstante, precedentes más o menos
imprecisos de esa idea del imperio de la ley en la Antigüedad, Edad Media.
La revolución francesa, revolución de la burguesía, marca el fin del antiguo
régimen absolutista y el comienzo de la instauración de los regímenes liberales,
sociológicamente significa el paso de una sociedad estamental a una sociedad
clasista. Desde un punto de vista institucional jurídico, con ella se generaliza la
fórmula de lo que después se llamaría en seguida Estado de derecho.
En efecto, el artículo 16 de la mencionada Declaración de 1789 establecía lo
siguiente “La sociedad en que la garantía de los derecho no está asegurada ni la
separación de poderes determinada carece de constitución”. No dota sociedad
tiene, pues en rigor y según esto, constitución, no serán así sistemas
constitucionales aquellos donde esas condiciones no se cumplan. No todo estado
es entonces estado constitucional o como hemos comenzado diciendo aquí no
todo estado es estado de Derecho.
Hacen falta ciertos requisitos para serlo. Dicho artículo 16 establece ya dos
de ellos: la garantía de los derechos fundamentales del hombre y la separación o
división de poderes. Por su parte, los artículos 3 y 6 de la Declaración de 1789
proclaman la absoluta primacía de la ley, que es expresión de la voluntad general
en cuanto que el principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación.
En este contexto, autores como Grocio, Locke, Puffendorf, Rousseau o
Kant constituyen con sus peculiares variantes puntos centrales de esa evolución
que va desde el iusnaturalismo racionalista al imperio de la ley positiva propio del
Estado de derecho.
En cuanto símbolo del espíritu moderno frente a los absolutismos de todo
tipo, puede decirse que constituye una conquista histórica irreversible. En este
sentido, su insistencia en el respeto de la legalidad por parte de todos, incluidos
los gobernantes, su afirmación de ser la ley un producto de la soberanía de toda
la nación y no una decisión personal de un dictador o de un monarca absoluto, su
lucha por los derechos y libertades del hombre, constituyen también otras tantas
aportaciones válidas que precisamente se recogen en el concepto del estado de
derecho.
Las insuficiencias del liberalismo estaban ya en gran parte presentes en la
mencionada Declaración de 1789, expresión ideológica del triunfo de la
burguesía, cuyo artículo final venía a definir y a fijar la propiedad como un
derecho inviolable y sagrado, esto en el contexto capitalista, llevaba de hecho a
un insuficiente respeto de los derechos y libertades de los hombres no
propietarios, es decir, de los proletarios. Igualmente, y en conexión con ello, la ley
aparece más como expresión de la soberanía nacional que de la soberanía
popular en consecuencia, los ciudadanos serán después divididos en dos tipos,
activos y pasivos, en razón precisamente de contribución tributaria, tomando
como base impositiva la propiedad privada, y sólo los primeros formarán parte del
cuerpo electoral.
Por supuesto las insuficiencias del liberalismo no se solucionan, al
contrario, se agravan, con la vuelta atrás que propone la filosofía de la reacción o
de la contrarrevolución. La superación correcta de aquellas se encuentra, por el
contrario, en su prolongación a través de un proceso de ampliación que conduce

Derecho Político (Resumen) 124


AGRUPACION 1983

precisamente a la democracia y al socialismo. Paralelamente las insuficiencias


del Estado liberal de Derecho, que han intentado corregirse muy parcialmente en
el llamado Estado social de Derecho, parece que pueden encontrar su más
coherente y completa superación en el que podemos denominar Estado
democrático de derecho.

CARACTERES GENERALES DEL ESTADO DE


DERECHO
Imperio de la ley: ley como expresión de la voluntad general.
División de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial
Legalidad de la Administración: actuación según ley y suficiente control
judicial.
Derechos y libertades fundamentales: garantía jurídico formal y efectiva
realización material.

TEXTO 36:
DERECHO Y POLÍTICA.
(Oscar Blando)

DERECHOS POLÍTICOS: ORÍGENES


La expresión derechos políticos incorporada al texto constitucional
reformado en 1994 ha sido entendida como el conjunto de condiciones que
posibilitan al ciudadano participar en la vida política, es decir la participación del
individuo en los procesos de formación de la voluntad estatal.
El origen de esta concepción tiene como referencia a George Jellinek,
quien sobre la base del reconocimiento de los denominados derechos públicos
subjetivos, estos son considerados como atributos esenciales del status de
ciudadano en su actividad como tal, es decir del reconocimiento a participar
activamente en el gobierno del estado.
Históricamente los derechos políticos, y especialmente el sufragio
universal, surgen con posterioridad a la consagración de los llamados derechos o
libertades personales, civiles, o privadas, conquistas estas del liberalismo,
plasmadas en las Declaraciones Universales del siglo XVIII y consagradas mas
propiamente durante el siglo XIX y que tenían como finalidad proteger al individuo
frente a los poderes públicos, de ahí que hayan sido consideradas libertades
resistencia.
La sociedad capitalista del siglo XIX consideró a los derechos políticos
como producto secundario de los derechos civiles. En el siglo XX en cambio se
abandona esta posición ligándose los derechos políticos directamente a la
ciudadanía como tal. En el siglo XIX la ciudadanía en la forma de los derechos
civiles, tenía carácter universal. Pero los derechos políticos no eran parte de esa
ciudadanía.

DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN

Derecho Político (Resumen) 125


AGRUPACION 1983

El origen histórico y la utilización de los conceptos soberanía popular y


soberanía nacional no fueron teóricos y la consecuencia tampoco. Así el término
soberanía popular de raigambre roussoniana fue contrapuesto al de soberanía
nacional utilizado por Sieyés en la Asamblea Nacional Francesa en 1789 y que
derivara, el primero en el gobierno democrático y el segundo en el gobierno
representativo, por entonces fuertemente contrapuestos.
Cuando la constitución francesa de 1791 decía que los representantes
nombrados por las circunscripciones no representan a ninguna circunscripción en
particular, sino a la nación entera estaba aclarando dos cosas: que los
representantes fueran nombrados en las circunscripciones, estaba queriendo
decir que los representantes no eran nombrados por sus electores directamente,
y; se hacía la distinción entre pueblo y nación. Si se dice que el pueblo es el
soberano se desprende que la voluntad de los representantes depende y deriva
de un titular: el pueblo, pero además que se reconocen por lo menos dos
voluntades: la del pueblo y la de quienes lo representan en la asamblea
representativa.
La concepción de la soberanía popular produjo, históricamente, el sustento
teórico del sufragio universal y su consecuencia institucional, la aparición de los
gobiernos democráticos asentados durante el siglo XX.

LOS DEREOCHOS POLÍTICOS EN EL DERECHO


INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
En el ámbito de lo que se conoce como el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, los derechos políticos están reconocidos como derechos
humanos fundamentales y pertenecen, junto a los derechos civiles, a los
llamados de la primera generación o derechos de la libertad.
Usualmente son reconocidos como políticos: el derecho a ejercer el voto, a
ser electo, a participar en el gobierno y de ser admitido en los cargos público,
petición política de asociarse y de reunirse con fines políticos.
El derecho del Estado a desenvolver libremente su vida interna tiene una
contrapartida: la obligación de respetar los derechos humanos. Los estado
obligados por la convención no cuentan a su favor con una supuesta libre
determinación para cumplió o incumplir el deber de respetar los derechos
humanos. Cargados con el deber de los estados signatarios de hacerlos efectivos
sus jurisdicciones internas cuentan con un limite heterónomo emergente del
derechos internacional de los derechos humanos.

Ficha 37:
“Diccionario de Política”
(Norberto Bobbio)

“Estado de Bienestar”

Derecho Político (Resumen) 126


AGRUPACION 1983

1 – La revolución industrial y la cuestión obrera


El impacto de las fuerzas modernizantes sobre el modo de vida tradicional
ha sido trastornante: una verdadera “catástrofe natural”. El avance del
industrialismo y del mercado ha erosionado y despedazado importantes
conjuntos de vínculos sociales, políticos y económicos; trastornando el sistema
consolidado de las creencias religiosas que garantizaba un mínimo de solidaridad
entre las clases. La gran transformación ha generado en su fase inicial un
gigantesco proceso de movilidad social que ha sido también un radical proceso
de desarraigo: millones de individuos han sido arrancados de su hábitat socio-
cultural e inducidos en un nuevo sistema de relaciones (el mercado
autorregulado) en el cual el sentido de pertenencia comunitaria y de solidaridad
estaba amenazado por la despiadada lógica de la ganancia. El mercado
autorregulado es inhumano: para él no existen hombre, valores morales,
sentimientos, sino sólo mercancías.
Los trabajadores comprometidos en el ciclo manufacturero fueron
considerados como mera fuerza productiva, mercancía entre las mercancías.
Nació de tal manera el “proletariado interno” de la civilización capitalista –
burguesa; una masa de individuos despersonalizados, carentes de raíces
culturales y abandonados a sí mismos; una especie de “casta en exilio”; un grupo
halógeno que se siente extraño a la sociedad y siente la sociedad extraña a sus
específicas exigencias materiales y psicológicas.
La nueva clase dominante (la burguesía capitalista) se desinteresa de la
dirección política de las clases subalternas; ella sólo quiere utilizar su fuerza de
trabajo, explotarlas, no ya gobernarlas. Y exige también que el estado no corrija
las leyes del mercado puesto que ve en cualquier intervención dictada por
consideraciones extraeconómicas un atentado a la “natural armonía” que se
determina a través del libre juego de la oferta y la demanda. “Dejar hacer, dejar
pasar”
El estado burgués es un estado que protege desde el exterior el mercado,
que garantiza que las normas esenciales para el funcionamiento del sistema no
sean violadas, que se abstiene de toda acción que pueda perturbar el mecanismo
de la competencia. Es un estado carente de sensibilidad social.
La gran transformación sobre la clases obrera, no son percibidos por él o
son percibidos como naturales, inevitables, inmodificables. El surco entre las
clases integradas y las masas proletarizadas se hace cada vez más agudo al
punto de preceder a una escisión vertical en el cuerpo social.

2 – La revolución de las expectativas crecientes


La historia neoliberal, ha tratado de demostrar que la revolución industrial
no ha conducido, ni siquiera en su fase inicial, a un empeoramiento de las
condiciones materiales de existencia de las clases trabajadoras. Es un hecho,
que la condición obrera fue vivida por los trabajadores como una intolerable
degradación de la vida humana y que así fue descrita por los observadores de la
época.
El aislamiento moral del proletariado, que fue abandonado a su destino (ni
la burguesía ni el estado se ocupaban y se preocupaban de sus condiciones
existenciales), y una transformación de la mentalidad dominante determinada por

Derecho Político (Resumen) 127


AGRUPACION 1983

la difusión del credo democrático e igualitario. Un papel decisivo fue


desempeñado por la Revolución Francesa y por los “inmorales principios”. Las
clases inferiores en el siglo XIX comenzaron a reinterpretar su condición
existencial a la luz de los nuevos valores proclamados por la inteligencia radical y
reclamaron, al principio confusamente, luego de manera cada vez más clara, la
reorganización de la sociedad. Apremiaron a los empleadores, a los gobernantes,
a toda la sociedad para obtener un estatus igual al de otros grupos que
articulaban la comunidad nacional.
El fenómeno es contagioso. Progresivamente todos los grupos que ocupan
una posición periférica en la jerarquía social exigen la plena ciudadanía política y
moral. Lo cual produce una fermentación continua a las demandas. Los grupos
subalternos ya no perciben como natural e inmodificable su condición de
ciudadanos de segunda o tercera categoría, ahora pretenden un estatus igual a
las clases privilegiadas. Ya no se toleran las diferencias económicas, sociales o
políticas entre los hombres. Y las diferencias que permanecen son tomadas como
ilegítimas.

3 – Del mercado autorregulado al control social de la economía


La sociedad europea en el siglo XIX está caracterizada por un conflicto
fundamental: por una parte existe una institución “el mercado” que trata de
conquistar la plena autonomía respecto de la política, de la religión, de la moral y
en general de cualquier instancia no estrictamente económica; por la otra un valor
“la igualdad” que se difunde rápidamente.
El primero, exige la no intervención del estado y el segundo, por el
contrario, postula que el estado debe asumir la carga de eliminar todos los
obstáculos que objetivamente impiden a los ciudadanos menos pudientes gozar
de los derechos políticos y sociales formalmente reconocidos.
Las luchas de la clase obrera contra la burguesía y las alternativas
políticas proyectadas por los pensadores socialistas tienen esto en común:
quieren abolir el mercado o cuanto menos, someterlo al control de la colectividad.
El simple control significa el fin del “dejar hacer, dejar pasar” y la creación de una
economía mixta, en la cual la lógica de la ganancia individual sea moderada por
la del interés de la colectividad.
El estado ya no se limita a desempeñar funciones de guardián de la
propiedad privada y de tutor del orden público sino que, por el contrario, se hace
intérprete de valores que el mercado es incapaz de registrar. Se trata de proteger
a los trabajadores de las perturbaciones que caracterizan la existencia histórica
del capitalismo.
La acción de los partidos socialistas facilitan el pasaje del estado liberal al
estado asistencial: el espectacular crecimiento de la riqueza y la “revolución
keynesiana”. El primero ha permitido extender las ventajas materiales del
industrialismo a categorías sociales cada vez más amplias, de manera que el
capitalismo de economía del ahorro se ha transformado en economía del
consumo. Ha nacido así la sociedad opulenta con sus extraordinarias
capacidades productivas, las cuales hacen posible que el estado pueda destinar
una cuota considerable del rédito nacional a fines sociales.
La revolución keynesiana ha conducido a la liquidación del “dejar hacer,
dejar pasar” y al nacimiento de una nueva política económica basada
Derecho Político (Resumen) 128
AGRUPACION 1983

esencialmente en la intervención sistemática del estado. La iniciativa privada ya


no es considerada el único motor del progreso, pues se desarrolla un conjunto de
intervenciones con el fin de terminar con las crisis cíclicas.

4 – La política del estado de Bienestar


El capitalismo individualista entra en crisis por dos razones: por su
orgánica capacidad de evitar crisis económicas y por su insensibilidad social.
Para eliminar estos defectos, se debe recurrir a la intervención del estado.
La crítica de los teóricos del E. de B, al “dejar hacer, dejar pasar” se resume
así:

El mercado autorregulado no es capaz de registrar y satisfacer ciertas


necesidades materiales y morales

El estado liberal, deja “libre” al trabajador. Prácticamente indefenso frente


a las exigencias del mercado. Por lo tanto se debe institucionalizar el
principio de la protección social y el sistema económico capitalista es
sometido al control de la sociedad y que la lógica de la oferta y la demanda
sea moderada de alguna forma por la lógica de la justicia distributiva.

El capitalismo ha sido al menos parcialmente socializado, es decir sometido al


control de las estructuras imperativas de la comunidad política. Intervenciones
económicas y sociales del estado que se han concretado esencialmente en los
siguientes puntos:

Expansión progresiva de los servicios públicos (escuela, salud, hogar)

Introducción de un sistema fiscal basado en el principio de tasación


progresiva

Institucionalización de una disciplina del trabajo orgánica, dirigida a tutelar


los derechos de los obreros y a mitigar su condición de inferioridad frente a
los empleadores

Redistribución de la riqueza para garantizar a todos los ciudadanos un


rédito mínimo

Erogación a los trabajadores ancianos de una pensión

Persecución del objetivo del pleno empleo con el fin de garantizar a todos
los ciudadanos un trabajo, y por lo tanto una fuente de rédito

5 – Problemas y perspectivas
Sólo después de la segunda guerra mundial que los principios del Estado
de Bienestar se afirman de manera casi irresistible gracias sobre todo a la
programación económica, con la cual el sistema de mercado es ulteriormente
sociabilizado

Derecho Político (Resumen) 129


AGRUPACION 1983

La acción del Estado de Bienestar es duramente atacada tanto por la


izquierda como por la derecha. Para la izquierda revolucionaria, la política del E.
de B. y de la programación económica no es más que una racionalización del
sistema capitalista y un modo disfrazado para consolidar ulteriormente el dominio
de la clase de la burguesía. Para los animados defensores del liberalismo
individualista, el estado asistencial corroe en sus raíces las estructuras y los
valores de la sociedad libre desarrollando una peligrosa tendencia hacia la
burocratización de la vida colectiva y hacia la reglamentación estatalista.
Toda intervención del estado en el mercado es una amenaza a la libertad
individual y una peligrosa concesión al colectivismo. Además se frena la
expansión económica.
La economía liberista genera automáticamente un contraste intolerable
entre la opulencia privada y la miseria pública, es decir una incongruencia entre la
enorme cantidad de bienes producidos y la deficiencia crónica de los servicios
sociales. Tal incongruencia en cambio ha sido eliminado o, al menos,
sensiblemente reducida, justamente en los países donde los principios del Estado
de Bienestar han triunfado sobre los del capitalismo individualista.
Pero una conclusión parece cierta: un retorno a una economía
autorregulada es imposible y hasta inimaginable. Las exigencias técnicas y
morales adelantadas por las fuerzas públicas y culturales que se remiten a la
tradición del Iluminismo reformador ya han echado sólidas raíces en la opinión
pública y se han traducido en instituciones que forman un todo con la actual
estructura del sistema capitalista mundial

Ficha 38:
“Estado y Sociedad”
(García Delgado)

Del Estado de Bienestar al Estado


Postsocial
Existen coincidencias significativas entre los investigadores sobre una
característica central de la relación entre el Estado y sociedad en la Argentina. El
Estado determinó fuertemente la sociedad, apareciendo como modernizador,
revolucionario, transformador o garante de un orden represivo, pero en todos los
casos con una gran influencia sobre la sociedad.
En las sociedades centrales el Estado proporcionó políticas de bienestar y
reguló la economía sin tener una determinación tan vasta en la conformación de
la sociedad. La influencia del estado se produjo tanto en la conformación del
modelo de desarrollo, en la constitución de los actores e identidades, como en la
vida cotidiana. A diferencia de lo ocurrido en otras situaciones consideradas
paradigmáticas en las que una sociedad civil relativamente fuerte y homogénea
se organiza en Estado nacional, en diversos países de la región, este último ha
cumplido o cumple el papel de agente aglutinante de la sociedad civil. El Estado
se constituyó como un referente y participe obligado de una vasta gama de
transacciones económicas, políticas y sociales, y en origen de ideologías,
posiciones políticas y estrategias de desarrollo

Derecho Político (Resumen) 130


AGRUPACION 1983

Existen 2 interpretaciones de este papel Estatal. La primera denominada


revoluciones desde arriba, donde los Estados nacionales en los procesos de
modernización tardía juegan un rol crucial para actualizar sus propias
sociedades. El estado se transforma en receptor de ondas de cambio iniciadas en
los países centrales que lo llevan al inevitable papel modernizador, para evitar la
dependencia externa como para articular los intereses dominantes centrales y
locales. El estado asume la tarea de instaurar la sociedad moderna.
La segunda interpretación pone énfasis en lo cultural. La tradición diferente
es presentada como una particular evolución del Estado latinoamericano a partir
de su inicial constitución ibérica, donde esa impronta colonial habría constituido
un hecho decisivo y a la vez negativo de la democracia. En esta segunda visión,
se trataría de un modelo de organización diferente del anglosajón, en donde
habría primado la competencia, lo descentralizado, lo protestante y lo ciudadano.
Tal vez esto sea cierto en términos democráticos liberales, pero no democráticos
en una visión más social y participativa de la misma. El estado cambia
rápidamente hacia una menor actividad económica, amplia el espacio del
mercado, rompe las articulaciones neocorporativas, abre las fronteras, se
desvincula de lo social, contrata servicios a agencias privadas e internacionales y
se descentraliza. Se produce un cambio a favor del mercado.
Frente a la insuficiencia de los enfoques habituales, vamos a considerar
tres dimensiones para trazar una comprensión sobre este proceso de cambio
estatal:
las visiones del Estado ofrecidas por las ciencias sociales
latinoamericanas en las últimas décadas

la dimensión histórica de cambio visualizada en tres modelos principales

los factores que ponen en crisis al Estado de Bienestar

1 – Modernización, Dependencia y Democracia


Los estudios sobre el Estado recorren tres etapas que corresponden a
distintos paradigmas dominantes.
En los 50 la relación Estado – Sociedad fue estudiada bajo la influencia del
paradigma de la modernización, vinculado al cambio de la sociedad tradicional a
la moderna. Consistía en el avance del proceso de secularización y urbanización,
cuyos rasgos básicos eran la acción electiva y la legitimación del cambio. Se trató
de un paradigma estructural – funcionalista bajo la influencia de las teorías del
cambio social y de la racionalización, burocratización y desencantamiento del
mundo moderno de Weber. Se pensaba la sociedad latinoamericana sobre la
base de un proceso de cambio irreversible que tenía a la tradición como
obstáculo principal, pero donde también había otros factores negativos a superar,
como la escasa inversión o la falta de motivaciones para el cambio, que
acentuaban la necesidad de incorporar tecnología, y valores modernos. Si el foco
de atención fue el cambio social, el paso de la sociedad tradicional a la moderna,
el rol del estado debía maximizar ese camino aumentando los contactos con las
sociedades centrales para introyectar los impulsos económicos, sociales y
culturales para acelerar el proceso. Este rol modernizador conferido al sector

Derecho Político (Resumen) 131


AGRUPACION 1983

público se completaba con la creación de agencias estatales de investigación y


difusión técnica que tenían como sujetos de esta transformación a los sectores
medios. La teoría de la modernización se asoció en términos generales a la
perspectiva adoptada por los gobiernos desarrollistas. La crítica habitual de la
teoría de la modernización fue que recogió como patrón normal de evolución la
experiencia de las naciones desarrolladas, lo cual no era trasladable
automáticamente al sur. Se trataba de una modernización sustentada en la
imitación del desarrollo central. El supuesto principal era que debía llevarse a las
sociedades periféricas a la etapa de despegue.
En los 60 emerge el paradigma contestatario: el de la dependencia. Este
va a poner en duda los supuestos y expectativas del anterior sobre la posibilidad
de recorrer el mismo camino y destino de las sociedades centrales, poniendo el
acento en el doble vínculo existente entre el Estado con los países centrales y las
clases dominantes locales. Este paradigma iluminaba un nuevo sujeto del
cambio. La clase trabajadora. El gran aporte teórico metodológico de este
paradigma radicó en centrar el papel de la estructura interna de las sociedades
capitalistas dependientes, cuyo proceso constitutivo era de una doble dialéctica:
la de su propia dinámica o conflictividad de clases y la del proceso de
internalización de los factores externos.
La teoría de la dependencia, planteó la relación entre el Estado y sociedad
de forma nueva pero no exenta de un reduccionismo que hacia del Estado una
mera “expresión” de las relaciones de clase. Concebía a las clases como
posiciones objetivas en una estructura social capitalista independiente de la
voluntad de sus actores. Todos los fenómenos eran explicados por esta
articulación que tenía como variable explicatoria la dependencia.
El Estado era incapaz de enfrentar con éxito las políticas económicas de
los países centrales a menos de disminuir sus vínculos con éstos y de llevar a
cabo una transformación revolucionaria. Necesariamente debían triunfar las
fuerzas de de la modernización en su intento por alcanzar los estándares del
primer mundo o las que apuntaban a poner fin al desarrollo dependiente y
avanzar en la emancipación social.
En los 70 se constituyen en un momento de transición para las Cs. Sociales.
Caen gobiernos populares. La reflexión sobre el Estado aparece ocupando un
espacio cada vez más amplio y dominante desde mediados de esa década, con
la nueva crisis política y los golpes de Estado fundamentales producidos en el
Cono Sur. En los fines de los 70 se produce un nuevo paradigma de la
dependencia, denominado " Teoría de la Transición". Los problemas ya no eran
la modernización, el desarrollo o la revolución, sino la participación ciudadana, la
mediación política y el sistema de partidos. Se debía democratizar para erradicar
el autoritarismo de la cultura y de las instituciones para asegurar la
"gobernabilidad"
El Estado en cuanto a división de poderes, donde se resaltaba la
preocupación por los equilibrios entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, fue
uno de los temas a debatir.
Otro tema, fue que el interés en la década del 80 fue político: el desarrollo
económico y el político fueron tratados en buena medida separadamente de los
sociólogos. También fue una suspensión a las intenciones de los gobiernos de
facto para instaurar reformas económicas.

Derecho Político (Resumen) 132


AGRUPACION 1983

Estaba la sospecha de que los sujetos populares promovían una excesiva


presión sobre el sistema político generando la crisis del sistema. La
gobernabilidad de la democracia dependería, en consecuencia, del modo en que
se hiciese esta transición, de los pactos y equilibrios de fuerzas que se lograsen
para disminuir esta presión desde abajo.
Las causas del autoritarismo eran fundamentalmente endógenas y cultural
institucionales, disolviéndose la relación del Estado con intereses económicos
nacionales e internacionales y produciéndose un corte con la problemática del
poder tanto interno como externo.
Los cambios de los 50 no debieron ser definidos en términos exclusivos de
una transición de regímenes autoritarios a democráticos, el sentido de la
democracia absuelto en esa expresión sumaria que asocia “reglas conocidas y
resultados inciertos”, ni la construcción del régimen limitada a la recreación de su
formato “clásico” de actores, reglas e instituciones.
Se trató de una visión impregnada del temor a la involución que emanaba
de la sociedad luego de varios años de dictadura y del temor que podría
representar el peronismo como vuelta al pasado y a lo tumultuoso. La experiencia
autoritaria revalorizó la importancia de asegurar el sistema de convivencia y el
Estado garantista. La visión institucional fue una perspectiva menos
comprometida con la problemática del poder y la igualdad y más con la de los
procedimientos y la libertad.
Ésta perspectiva cayó en el error inverso a la visión dependentista, no
tomó en cuenta condicionantes históricos estructurales y las asimetrías de poder
que se habían producido durante los años previos, ocultando las condiciones de
gobernabilidad no derivaban sólo de las demandas de los sectores populares, su
cultura e instituciones, ni de la forma en que se producía la transición, sino de
una modificación de actores económicos determinantes, de la escena económica
mundial y de la política de la potencia hegemónica sobre la región.
El enfoque institucional, tan apegado a la problemática del cambio de
régimen a fines de los 80 comienza a agotarse para explicar la transformación de
relaciones Estado Sociedad. Porque ya hay varios elementos de consolidación
del régimen democrático (alternancia, orientación a la competencia de los actores
políticos, rutinas establecidas, desmantelamiento de las fuerzas armadas) y, por
otro, porque a partir de fines de los 80 predomina el enfoque neoliberal del
Estado.
Este último se expresa en términos económicos y de lucha contra la
inflación y por la estabilidad mostrando la necesidad de encarar una drástica
separación entre Estado y sociedad civil para alcanzar la estabilidad económica.
El crecimiento desmedido del Estado, pondrá en jaque las formulas críticas
al exceso de burocracia y a la descontrolada expansión del gasto fiscal, lo que
sería una indebida estatización de la vida social, una sociedad asfixiada por el
Estado en sus energías y capacidades, produciendo una suerte de demonización
del Estado, que será fuertemente posicionada a comienzos de los 90 a través de
los medios de comunicación.
Se trata de una vuelta al Estado garantista y “mínimo” en el marco
democrático.

1.2 – Del Estado Liberal al Post Social.


Derecho Político (Resumen) 133
AGRUPACION 1983

a) El Estado Liberal – Oligárquico.


A mediados del siglo XIX, el estado promovió el surgimiento de una
sociedad capitalista. El modelo de acumulación agroexportador se apoyó en una
clara división internacional del trabajo (Inglaterra, proveedora de productos
manufacturados; Argentina, proveedora de materias primas).
Según Botana, siete décadas desde la independencia no habían bastado
para construir una unidad política, ni mucho menos para legitimar un centro de
poder que hiciera efectiva su capacidad de control a lo ancho y a lo largo del
territorio nacional. Luego del triunfo de Urquiza sobre Rosas en Caseros, vio su
fin una forma de gobierno caracterizada por una descentralización según la cual
las provincias de la llamada Confederación Argentina se reservaban el máximo
de su capacidad de decisión.
La conformación de la nación tuvo aquí características distintivas también
de la de otros países latinoamericanos. El vuelco de una masa migratoria de
Europa occidental desde fines del siglo XIX, y su vinculación con los contingentes
originales o criollos, dio particulares características a la conformación de esa
nacionalidad. Ello coincidía con una visión de la modernización de la elite
dominante, que consistía en la necesidad de traer a estas orillas los trozos
vivientes de las sociedades modernas para reproducir el proyecto de
transformación deseado y asociado con la modernidad.
En lo relativo al sistema político, de la constitución de un régimen de
partidos notables, con fuertes restricciones a la participación, dado que se partía
del supuesto de que “orden y progreso” sólo serían alcanzables al precio de
restringir el acceso de la mayoría a las decisiones. Fue la consolidación del
modelo alberdiano, de amplias libertades civiles y restringidas libertades políticas,
“el orden conservador”.
Se promovió la integración social mediante el amplio acceso de los
ciudadanos al sistema educativo. La constitución de esa identidad nacional fue
desarrollada a través de la educación pública. El Estado adoptó el rol de
modernizador y portador de un progreso identificado con el mundo cultural
europeo occidental.
A fuerza de fusil, se realizaron las obras de infraestructura que permitían
desarrollar el modelo agroexportador. Fue ese progreso liberal de pretender
intentar construir una Nación contra su pasado más bien que a partir de él, lo que
conformó este primer modelo de relaciones Estado – Sociedad. A diferencia del
desarrollo norteamericano, que no resignó de sus raíces y expresó una suerte de
confianza en el hombre común para construir la república, aquí este desarrollo se
basó en una ruptura que partía de una gran desconfianza en su propia población,
y presuponía la descalificación de todo lo anterior. Una búsqueda del progreso
que contraponía lo europeo como lo bueno y lo nativo como algo de total falta de
positividad.
Desde la lógica del desarrollo, fue cuestionado por una visión no
industrialista, generadora de un desarrollo económico sesgado por su alta
dependencia de las fluctuaciones del comercio internacional.
Pero el Estado liberal-oligárquico cambia de régimen político en 1916. Se
produce el paso del Estado Liberal oligárquico al democrático liberal, y por lo
tanto, de la democracia restringida censitaria a la ampliada gracias a las luchas

Derecho Político (Resumen) 134


AGRUPACION 1983

en favor de la democracia y la libertad política desarrollada por el radicalismo


yrigoyenista. El ascenso de las capas medias se traduce en una creciente
exigencia de participación en el sistema.
El radicalismo yrigoyenista fue la construcción del primer partido de masas
moderno junto a la lucha por la incorporación social de los sectores medios que,
por momentos, adopta rasgos movimentistas en una lucha contra sectores
oligárquicos. Se incorpora a la cultura el fuerte impacto de la reforma
universitaria. No obstante, no hubo ruptura con la clase dominante, esta siguió
hegemonizando, en la medida en que había consenso sobre la forma de entender
el progreso económico.
El modelo de acumulación agroexportador continuó, en la medida en que
permanecía inalterable el consenso sobre las bondades de la división
internacional del trabajo en que se apoyaba.
El golpe de estado (1930) con que caerá el gobierno radical será producto
de diversos factores, como la facciosidad de la clase dominante, el impacto de la
crisis económica del 30 y la misma conflictividad presenten en interior del partido
gobernante. El golpe militar del 30 y la crisis internacional van a constituir el punto
de inflexión entre dos tipos de estado: el liberal y el social.
Surge la intervención del Estado en la economía (Juntas reguladoras,
Banco Central, control de cambios, premisos previos de importación, elevación
de aranceles de importación, etc.). En 1934 se constituye el régimen de
unificación y coparticipación de impuestos, un mecanismo de distribución de la
renta estatal. En la relación Estado – Provincias, éstas aparecen como instancias
político-administrativas canalizadoras, a nivel local, de los fondos federales

El Estado nacional-popular o social


Fruto de la crisis del capitalismo del 30, la guerra fría y la sustitución de
importaciones, se produce un cambio en la forma de modelo. La búsqueda de
superación de la recesión y el estancamiento y el desorden político, que
generaba el capitalismo del laissez faire, dieron una respuesta común de carácter
estatista.
El contexto de surgimiento del Estado benefactor es el de la incorporación
de grandes masas, la necesidad de contrarrestar las crisis periódicas del
capitalismo y de conciliar el imperativo de la acumulación con el de legitimación.
El Estado deja de concebirse como gendarme y exclusivo protector de
derechos individuales para convertirse en garante de derechos sociales. En este
modelo se trata de proteger a la sociedad por la acción del Estado.
La legitimación comenzó a basarse en la respuesta del Estado a las
demandas populares, en el distribucionismo, el apoyo plebiscitario y el liderazgo
carismático como articulador de la movilización popular.
En lo económico el Estado pasó a tener un papel activo en la producción
de insumos básicos y en la aplicación de variadas gamas de instrumentos de
políticas, cuotas de importación, promoción sectorial, crédito industrial, líneas de
redescuentos, mecanismos extraarancelarios, etc. La empresa pública va a
constituir la unidad productiva característica del segundo modelo estatal.
Se constituyó el “movimientismo” como un modelo de partido
predominante con tendencias hegemónicas que presuponían una alta politización
de las relaciones sociales, una organización de los sectores populares,

Derecho Político (Resumen) 135


AGRUPACION 1983

centralidad del Poder Ejecutivo pero escasa importancia dada a los aspectos
institucionales y al parlamento.
Por el lado económico, la Argentina no compartía con los Estados
capitalistas centrales dos condiciones básicas del nuevo modelo de desarrollo: la
inexistencia previa de un patrón de desarrollo industrial auto sostenido y con
capacidad de financiamiento que otorga un mercado propio, y la inexistencia de
un masivo mercado laboral urbano asalariado, con las necesidades sociales que
tal mercado implica y con los conflictos sociales que el desarrollo industrial
genera. Y por el lado de la fórmula política, esa integración se basó en el fuerte
liderazgo de Perón y en la constitución de un novedoso sentimiento de
integración nacional.
Se produce una migración de significativa importancia, que es de sectores
rurales del interior hacia las zonas del litoral industrializadas. Si la migración
previa fue europea meridional, ésta va a asociarse a un componente
predominantemente criollo. Estos sectores, en la medida en que legitimaron el
Estado, la mayoría de las veces por abrumadoras victorias electorales, le daban
capacidad al Estado para extraer renta agraria de los anteriores sectores
dominantes y volcarla a la industria.
Esta visión de la justicia social fuera vista como una imposición autoritaria
del populismo.
Se facilitó también desde el gobierno la polarización y con ello las
estrategias desestabilizadoras de la clase dominante. Si el segundo momento
institucional de las relaciones Estado-sociedad estuvo conformado por la
Constitución del 49, por la importancia del principio de lo social, esta Constitución
se vio envuelta en un cuestionamiento sobre su legitimidad que hizo inviable su
posterior vigencia.
Luego de la Revolución Libertadora cambia el régimen político pero la
intervención del Estado en el desarrollo continúa en un nuevo subtipo del Estado
social: el Estado desarrollista. En el marco de una democracia con proscripción,
la estrategia económica de cuño cepaliano amplió las estructuras
tecnoburocráticas, diferenciándose de la estrategia nacional-popular en
cuestiones de énfasis: mientras la última consideraba al Estado en función de la
distribución y la autonomía nacional, la desarrollista lo hizo en favor del aumento
de la inversión y la integración a este proceso del capital extranjero. Había un rol
mayor para el empresariado, para la racionalidad técnica del sector público y
menor para los sindicatos y la movilización popular.
La conflictividad derivada de un discurso democrático constitucional y la
política de exclusión electoral se sumó a los efectos polarizantes provenientes de
la guerra fría y a la creciente influencia militar del gobierno.
En 1966, se inicia la fase burocrática autoritaria del Estado social. Esta se
caracterizó por la exclusión política y la presencia de las corporaciones
industriales en el poder. Partía de considerar que la única restricción al proyecto
de desarrollo y modernización del país residía en el alto nivel de conflictividad
social de la época, la forma en que se había realizado la inclusión de la masa
obrera y la lentitud e ineficacia asociadas a la política demo-liberal.
La planificación en el “Onganiato” constituirá una confianza en la
planificación como orientadora del desarrollo, ocupando un lugar bisagra entre el
gobierno y los agentes sociales, entre la modernización entre el gobierno y los

Derecho Político (Resumen) 136


AGRUPACION 1983

agentes sociales, entre la modernización económica impulsada y el


antiliberalismo político.
Este régimen autoritario estaba también fundado en la hipótesis de una
guerra interna permanente de carácter ideológico, articulada al conflicto entre el
capitalismo y el comunismo.
Las posiciones superiores de gobierno eran ocupadas por personas que
accedían de organizaciones complejas y altamente burocratizadas (fuerzas
armadas, grandes empresas); un sistema de exclusión política y económica y
despolitizante que se correspondía con la etapa de profundización del capitalismo
periférico y dependiente, pero también dotado de una extensa industrialización. A
pesar del éxito económico de los primeros años del régimen autoritario, en
términos de estabilización monetaria y crecimiento industrial, el gobierno militar
no podrá superar la crisis de legitimidad con que surge y se verá confrontado a
una nueva ola de movilización política.
Con la crisis del B-A y la movilización creciente de masas se produce el
nuevo período democrático a comienzos de los 70. El regreso de Perón se
vincula al intento de concertación social y de un pacto político de conformación
más plural. La conjunción de diversos factores internos y externos, como la
inflación incontrolada, la crisis del petróleo, la violencia guerrillera y la alta
conflictividad intragubernamental, llevará nuevamente a la clase dominante y a
los sectores liberal conservadores a proponer el vacío de poder como legitimante
de su nuevo acceso al gobierno.

Modelos de relación Estado-Sociedad

Estado Liberal Estado Social Tendencias al


(oligárquico y (nacional popular, Estado
liberal- desarrollista y postliberal
democrático) burocrático (neoliberal)
autoritario)
Rol Estado liberal, Estado social, garante de Garante de reglas
garante de derechos derechos sociales, de juego, de
individuales, fuerte interpenetración Estado y equilibrios
separación Estado y Sociedad civil macroeconómicos,
Sociedad competencia,
diferenciación
Estado y sociedad
civil.

Derecho Político (Resumen) 137


AGRUPACION 1983

Modelo de acumulación Agroexportador Industrialismo sustitutivo Orientado al


(laissez faire) (Estado interventor) mercado externo
(Estado
subsidiario)

Mediación Partidos de notables, Partidos de masas Partidos “agarra


política democracia programáticos, modelo todo” (catch all)
restringida, “movimientista”, partido sistema de
censitaria, ampliada predominante partidos, formato
bipartidista

Mediación de intereses Patrimonialismo Neocorporativismo Pluralismo (lobby)


imperfecto

Acción colectiva Identidades: “el Identidades colectivas, el Nuevos


ciudadano” y trabajador, movilización movimientos
colectividades de masas, organización sociales, “el
colectiva consumidor” y el
usuario

Modelo cultural Individualismo, Igualitarismo (holismo) Individualismo


libertad competitivo

Contexto internacional Predominio de Gran Guerra fría Hegemonía de


Bretaña EEUU

La crisis del Estado Benefactor.


Si a partir de la crisis del capitalismo del laisses faire se creyó que el
predominio del estado de lo político sobre el mercado era definitivo, desde fines
de los 70 el mecanismo autoregulador del mercado vuelve a actuar. es un
proceso reestructurador, por el cual, lo que comienza a dejarse atrás es la
sociedad conformada por la industrialización sustitutiva, la política de masas y el
desarrollo industrial orientado hacia adentro, donde comienzan a modificarse los
diversos rasgos que caracterizaron al Estado de Bienestar, las orientaciones
hacia el “pleno empleo”; el apuntamiento del sistema de seguridad social; la
provisión pública de servicios sociales universales; el mantenimiento de un nivel
mínimo de calidad de vida asegurado por el Estado a través de legislación
específica, y una concepción del aparato del Estado vehiculizada a través de la
centralización y una racionalidad administrativa de tipo burocrático.
Se trata de buscar apertura, flexibilidad y desregulación para articular la
economía anteriormente “cerrada” a un capitalismo globalizado. Es la crisis de un
modelo de Estado benefactor que fue, en la Argentina, frustrado en parte por su
recurrente crisis de legitimidad (ciclo cívico – militar), lo que impidió un
aprovechamiento más pleno de las oportunidades de desarrollo que brindaba el
capitalismo de posguerra. Y si bien el Estado de bienestar local tuvo similitudes
con los Estados centrales, en lo relativo a políticas de pleno empleo y promoción
de una estructura social más uniforme, su rasgo diferenciado fue que no existió
Derecho Político (Resumen) 138
AGRUPACION 1983

un extendido consenso ideológico respecto del mismo.

En lo económico, la crisis del modelo de acumulación sustitutivo basado en


la demanda interna (cepaliano – desarrollista) es el correlato periférico de la crisis
del keynesianismo de los países centrales frente a procesos de inflación con
recesión conjuntos. Una situación de descontrol fiscal que ya no podía resolverse
con los anteriores mecanismos intervencionistas sobre la demanda y el gasto
público. El impacto del endeudamiento y de las políticas de ajuste se produce
conjuntamente con la necesidad de lograr una nueva inserción internacional de la
economía. El 75 comienza con el “Rodrigazo”, con la crisis de alta inflación más
recesión, luego con el intento de resolución vía autoritaria en el 76 y políticas de
apertura económica. En los 80, ya con la democracia, explota la crisis del Estado
que hace eclosión con las hiperinflaciones. En los 90 comienzan los primeros
síntomas de superación de esta crisis y una reforma estatal que delinea más
claramente el nuevo modelo de acumulación.
La acumulación del capital depende cada vez menos de los recursos
naturales y del trabajo y cada vez más de la intensidad de conocimiento. El eje
del proceso económico deja de ser el trabajador y su organización y pasa a ser el
mercado, el consumidor y el management. El empresario se convierte en el
aportador de sentido del modelo y éste y sus estilos de vida aparecen como
emblemáticos de la buena vida.
En la medida en que se diluyen las fronteras nacionales, se desmenuza la
primacía del Estado. Los fenómenos de globalización afectan la naturaleza de las
economías nacionales y erosionan su soberanía. El Estado comienza a tener una
menor incidencia y control de la economía interna, lo que conduce a sensibles
retrocesos en sus políticas económicas y sociales y a un significativo
desplazamiento de las fuerzas sociales que inciden en sus decisiones.
En lo político, se produce el pasaje del régimen autoritario al democrático.
Este movimiento se vincula a la gigantesca transformación de la escena política
latinoamericana de los 80. En la Argentina se extienden las pautas del liberalismo
democrático como las bases de la legitimación del Estado. Este proceso choca
con el régimen autoritario y con la proclividad a los golpes y al fuerte rol político
que tuvieran las fuerzas armadas durante los anteriores 50 años. Se desmantelan
sus capacidades estructurales de acción política y unifica un criterio de
legitimidad, produciéndose una convergencia amplia sobre la democracia que
recorre el arco de derecha a izquierda. Una convergencia en la clase política
hacia la tolerancia, a la competencia y al rechazo de la violencia como modalidad
de la política.
La democracia ya no va a ser vinculada tanto a la participación, respuesta
a las demandas que surgen de la voluntad popular, como al Estado garantista, a
la representación y a la opinión pública. Declina la idea de sujeto, y los
fenómenos de corrupción generan apatía y crisis de representación. Desaparece
la concepción de la política como eje de la movilización y del sentido
emancipatorio de la misma.
Internacionalmente, se produce el fin de la guerra fría y el derrumbe de los
socialismos reales, la caída del muro de Berlín, la hegemonía militar
norteamericana y la constitución de un orden internacional, que hace que la
conflictividad externa ya no quede ligada al conflicto típico de la guerra fría. La

Derecho Político (Resumen) 139


AGRUPACION 1983

Argentina como ejemplo de sociedad intermedia que había desarrollado un


particular juego de poder en medio del conflicto Este – Oeste. De allí también la
declinación del ejército y de la función tan central que tuviera en el modelo
anterior. Es la quiebra no sólo de la Doctrina de Seguridad Nacional, sino también
de las visiones antiimperialistas y tercermundistas que se les contrapusieron.
En este marco de crisis de la división bipolar del mundo, de poderes
mundiales basados en principios distintos y antitéticos (el mercado o la
planificación estatal), se produce la paulatina inscripción de la Argentina dentro
del área de influencia norteamericana junto al paralelo alejamiento de Europa.
En lo social, las relaciones internas comienzan a no corresponder ya a la
sociedad del industrialismo sustitutivo. Estamos frente a una constitución de
relaciones sociales, políticas y económicas que ya no son asociables a las típicas
de la sociedad industrial. Hay pérdida de homogeneidad social; la sociedad se
presenta cada vez menos como organizada en clases sociales claramente
definidas. En su lugar encontramos una pluralidad de grupos sociales y actores
cuya desagregación no responde a posicionamientos funcionales o a lógicas
socioproductivas claramente identificables (informales, cuentapropistas, terciario
expandido)
Se asiste a la pérdida de homogeneidad de la sociedad, al aumento de la
diferenciación y de la desigualdad. La diferenciación pasa a ser parte del modelo;
en algún sentido se transforma en un valor. En contraste con el anterior modelo
de acumulación, que integraba al mundo industrial, el nuevo promueve una
sociedad de dos velocidades: los que están en el postindustrialismo y los que se
quedan fuera. El Estado deja de cumplir roles productivos y de reproducción
social y las relaciones con actores son más contractuales.
En lo cultural, se produce la crisis de las ideologías sociales
evidenciándose los efectos de la crisis del sujeto y de una concepción de la
historia lineal y progresiva. Toda una “representación del mundo” entra en crisis.
La transnacionalización se asocia a los valores del mercado y significa la pérdida
de un mundo homogénico y una creciente conciencia de interdependencia. Se
pasa de un mundo de certezas con centralidad en lo político estatal, y en lo
histórico, a otra visión más indeterminada sobre el futuro, de posibilidades,
tomándose conciencia de la complejidad, de la imprevisibilidad y de la mayor
interdependencia.
En síntesis, la relación Estado-sociedad se modifica paralelamente con la
consolidación del modelo democrático liberal y la economía de mercado. Si el
anterior modelo de relaciones Estado-sociedad, característico del Estado de
Bienestar o social, fue producto del ascenso de la clase trabajadora, de la
sustitución de importaciones y de la guerra fría, estos tres procesos hoy han
concluido.

Ficha 39:
Democracia, globalización y apostasía de los
Derechos Sociales
(Oscar Blando)

Derecho Político (Resumen) 140


AGRUPACION 1983

Modelos de Democracia: de la voluntad


popular a la voluntad de las elites.
Puede decirse que se han distinguido dos grandes modelos de
democracia: por un lado la denominada “representativa o elitista” que pone el
acento en las llamadas reglas de la democracia, que implica que las decisiones
son tomadas por elites a los que los ciudadanos le han otorgado poder para
decidir, y por otro, la “democracia directa o participativa” que a su vez pone su
acento en la posibilidad real de participación de los ciudadanos en las decisiones
y se encuentra inspirada en un ideal: el de la igualdad.
La democracia directa o participativa partiría de la ideal democracia
ateniense, pasando por Rousseau (soberanía popular), Mill e incluso Marx hasta
llegar a las actuales teorías participativas de Macpherson y Held entre otros. La
teoría de la democracia elitista tiene su origen en el primer liberalismo y en el
utilitarismo, pasando por las teorías clásicas de las elites, para quienes el
gobierno de éstas sería insoslayable.
Según Shumpeter, “la democracia es un método político”, un cierto tipo de
concierto constitucional para llegar a decisiones políticas en el que los individuos
adquieren el poder por medio de una lucha de competencia por el voto del
pueblo. La democracia es sólo una forma de gobierno, un procedimiento para
elegir dirigentes, no aspira a un tipo de sociedad ni presupone un conjunto de
valores morales: el mecanismo consiste en una competencia entre grupos
dirigenciales auto elegidos que pugnan por el favor de los ciudadanos haciendo
propuestas como los consumidores respecto de los productos que ofrecen las
empresas en el mercado. Creen que la democracia se basta a si misma
reduciéndola a una mera selección de los gobernantes y que éstos serán los
encargados no sólo de resolver los conflictos sino de tomar las decisiones. Las
decisiones no emanan de la voluntad general sino de los representantes que
previamente eligió. La democracia que “el pueblo tiene la oportunidad de aceptar
o rechazar a los hombres que han de gobernarle”
Los sistemas democráticos están amenazados por la ingobernabilidad que
resulta de la creciente incapacidad de los gobiernos de satisfacer las múltiples
exigencias. El problema está en los excesos de la democracia, y que para
moderar esos “excesos” se propone como remedio reforzar el principio de
autoridad, limitando la participación y las consiguientes demandas. No siempre
un valor se optimiza cuando se maximiza.
La crítica a esta concepción de la democracia tiene entre otros autores, a
Macpherson para quien la posición de Shumpeter significa reducir la democracia
a un mecanismo para elegir dirigentes. Dice que ese modelo democrático se
basa en una desigualdad económica que hace que sólo algunos puedan formar
parte directa o indirectamente de las elites dirigenciales que son los que hacen
las propuestas, mientras que los demás desempeñan un papel pasivo y apático.
Autores identifican la causa de la supuesta “crisis de la democracia” en la
continua insatisfacción de las demandas y en la limitada participación que da
cauce a esos reclamos.
La pérdida creciente de confianza de los votantes en un régimen
sedicentemente representativo en el cual las elecciones cuentan cada vez menos
debido a los grandes capitalistas y sus grupos de presión tienen una participación
Derecho Político (Resumen) 141
AGRUPACION 1983

desmesurada en las decisiones públicas. Para afianzar el gobierno


representativo, los políticos no movilizan seriamente a los sectores populares
sino que tienden a buscar apoyo de las mismas burguesías locales y extranjeras
que antes medraron con las dictaduras y que hoy lucran con las privatizaciones o
los negocios financieros. Asistimos a una enorme concentración, no sólo del
ingreso y de la riqueza, sino también del poder y las ideas que se suponen aptas
para promover el crecimiento y fijar los alcances de la propia democracia.
Este intento que remarca los excesos de la democracia por los excesos de
reclamos y participación descubre una tentación: retroceder los derechos y
beneficios, o sea caer en el impulso de suponer, que el problema se soluciona
con un poco menos de educación, un poco menos de libertad de expresión y un
poco más de disciplina y un poco más de desempleo… La solución del problema
de no poder dar respuesta a las demandas sociales parece ser la represión de
las demandas. Esta es una solución autoritaria. El problema que enfrenta el
Estado moderno democrático, continúa el autor italiano, no es un exceso de
poder sino un defecto o debilidad en el ejercicio de ese poder. La disyuntiva
parece ser “la única cura para la democracia es más democracia” A. Smith o “lo
que se necesita es una moderación de la democracia” Huntington.
Precisamente uno de los principales argumentos preferidos de los
proyectos neoliberales y por ende, de loas concepciones restringidas de la
democracia, ha sido la critica al Estado. Autores sostienen que lo necesario es la
extensión del mercado a más y más áreas de la vida, la reducción del Estado al
“mínimo” consiguiendo así, un Estado fuerte que aplica la ley y el orden.
Sin duda el intento teórico de explicar la reducción del Estado a su mínima
expresión dejándolo como un simple “guardián del orden” o según la conocida
frase de Lasalle, a un “mero gendarme nocturno” constituye una de las tantas
falacias del discurso neoliberal.
La historia enseña que esos estados burgueses demostraron con
contundencia su corpulencia y su fuerza haciendo guerras, constituyendo
imperios y reprimiendo sin piedad a cuantos protestaron por las injusticias que se
engendraban en su seno. El estado liberal nacido de las revoluciones burguesas
representó un paso adelante frente al estado despótico de las monarquías
absolutas del antiguo régimen. No se puede decir lo mismo del quienes, en
nombre de la libertad, aspiran ahora otra vez eliminar el estado.
Es que en la visión neoliberal y conservadora extrema suele estar anidada
la crítica a la democracia. Milton y Rose Friedman esconden una notable
contradicción: por un lado afirman que “existen sólo dos modos de coordinar las
actividades económicas de millones de personas. Una es la dirección
centralizada que implica el uso de la coerción, “la técnica del ejército y del
moderno Estado totalitario”. La otra es la cooperación voluntaria de individuos “la
técnica del mercado”. Es decir, se asocia al Estado con la coerción y el
autotoritarismo: la cuna de la opresión, como el mercado lo es de la libertad. Sin
embargo, para garantizar la eficacia de la receta económica monetarista los
Friedman no dudan en requerir que el Estado disponga de fuerza política para
imponer las amargas medicinas que es preciso tomar, es decir, mercado libre
pero con despotismo político.
El dilema aparece pues, en realidad, el dilema parece ser, mercado o
democracia. La democracia es el verdadero enemigo, aquello que está en el

Derecho Político (Resumen) 142


AGRUPACION 1983

fondo de la crítica antiestatalista del neoliberalismo. La ciega opción por el


mercado, es a la vez, una preferencia en contra de los “riesgos” de la
democracia.
Las necesidades de aquellos (de los mercados) no siempre coinciden con
las necesidades de la democracia, concebida como “gobierno para el pueblo”
Sin rodeos podemos sostener con Macpherson: “la desigualdad social
inherente al capitalismo demanda modelos democráticos de baja participación” y
la función de los ciudadanos cada vez más no consiste en definir políticas y luego
elegir representantes que las pongan en práctica sino sólo en escoger a quienes
adoptarán las resoluciones: las decisiones allí no son adaptadas por el “demos”
por la voluntad popular sino que quedan reservadas a las elites dirigentes.

Democracias globalizadas, “estados


anoréxicos”, ¿y los derechos sociales?
El “triunfo” del modelo capitalista y el fenómeno de la globalización vino
acompañado, en todo el mundo y con más crudeza en los países pobres o
subdesarrollados, de un proceso de desestructuración, exclusión y disgregación
social.
Junto con la apertura de la economía, el ajuste macroeconómico, las
reformas del estado con privatización y desregulación, aparece la necesidad de
disminución de “costos”:

Descenso de costos laborales (decrecimiento, precarización y pérdida


del empleo, flexibilización laboral)

Descenso del costo estatal: reducción de redes de seguridad social,


servicios públicos y búsqueda permanente de ventajas comparativas y de
competitividad (dicotomía entre competitividad implacable y exclusión y
disgregación social creciente)

Se presenta el desmantelamiento del Estado de bienestar. Dualización,


insolidaridad, anomia, son algunos de los rasgos que describen el dilema de
nuestras sociedades y marcan la “fractura entre economía-sociedad”
La retrogradación del Estado es asimilable a la retrogradación de los derechos
sociales fundamentalmente a partir de la llamada crisis o desmantelamiento del
Estado social. Bidart Campos sostiene que en el siglo XIX las incapacidades
económicas trajeron el impedimento del goce de cierto tipo de derechos, los
derechos políticos. No podían votar quienes no tenían patrimonio, bienes,
quienes no tributaban y por ende, no figuraban en el censo, de allí el
reconocimiento del sufragio censitario y no universal. En el siglo XX otra vez la
incapacidad económica impide el pleno ejercicio de ciertos derechos: no ya los
políticos sino los sociales.
Conviene aclarar sobre las conquistas políticas de la humanidad que el
liberalismo dio la libertad y la igualdad formal de derechos ante la ley pero quien
introdujo la noción de igualdad fue la democracia: no sólo en política (un hombre
vale un voto) sino sustantivamente en lo social.

Derecho Político (Resumen) 143


AGRUPACION 1983

Esta afirmación invita pues a retomar las distintas concepciones y los grandes
“modelos democráticos”: la democracia liberal reducida a método, procedimiento,
mera forma de gobierno ajena a fines y valores supone que las decisiones son
tomadas por elites a los que los ciudadanos le han otorgado poder para decidir o
la “democracia participativa” que pone su acento en la posibilidad real de
participación de los ciudadanos en las decisiones e inspirada en un ideal: el de la
igualdad. En este punto, a nuestro juicio, se encuentra la gran distinción.
La democracia política (como forma de gobierno), ha sido y aún es necesaria
para que el pueblo no esté gobernado despóticamente, y responde a las
preguntas ¿Quién gobierna y cómo gobierna? Pero ¿es suficiente? Un régimen
democrático en cuanto a formas y contenidos se distingue por el concepto de
igualdad. Democracia formal referida al contenido de esta forma. De uno estamos
hablando del “gobierno del pueblo” y de otro en el gobierno “para el pueblo”.
Si bien dice el concepto de igualdad es relativo y no absoluto (no hay ni puede
haber igualdad en todo), es posible si realizarse tres preguntas: igualdad ¿entre
quién, en qué, basándose en qué criterio?
Hay algunos que consideran que los hombres son “más iguales que
desiguales” y otros que consideran lo contrario, que son “más desiguales que
iguales” y a esto se le suma una diferente valoración sobre la relación entre dos
tipos de igualdad-desigualdad: la natural y la social.
Entre los seres humanos existen desigualdades naturales: sexo, color,
preferencias, belleza, etc. pero hay diferencias que son eliminables, remediables,
a veces injustas, las diferencias en la belleza pueden ser injustas y a veces
pueden ser remediables, pero como dice Satori, esas desigualdades no han sido
elevadas en el plano de las políticas igualitarias. Pero iguales haberes o igual
indigencia no son estados naturales: ambos son situaciones impuestas por un
estado dotado de fuerza para imponerlos. Una concepción igualitaria parte de la
convicción de que la mayor parte de las desigualdades que lo indignan y querría
eliminar son sociales y por tanto, remediables, lo no igualitario, en cambio, parte
de la convicción opuesta: que la mayoría son naturales y por tanto, en general,
ineliminables.
El ejemplo más emblemático de nuestro tiempo globalizado es la pobreza: la
respuesta de un liberal conservador es: “pobreza ha habido siempre” es casi
“natural” al hombre; “siempre ha habido ricos y pobres”; hay una irritante
despreocupación por esa desigualdad. Enfrente, la concepción que entiende que
la pobreza proviene de una desigualdad social. Igualitario es quien tiende a
atenuar las diferencias; no igualitario es quien tiende a reforzarlas.
La razón de ser de los derechos sociales como el derecho a la salud,
educación o trabajo, es una razón igualitaria. Las tres tienden a hacer menos
grande la desigualdad entre quien tiene y quien no tiene, o poner un número de
individuos siempre mayor en condiciones de ser menos desiguales respecto a
individuos más afortunados por nacimiento o condición social.
Arrinconado y ausente el Estado, la sociedad civil debe solidarizarse
donando colchones a los pobres cuando se inundan en lugar de que el Estado
“gaste” y financie represas para evitar la inundación. ¿Es verosímil pensar que el
mercado tomará las obligaciones sociales y de justicia que debe realizar el
estado?

Derecho Político (Resumen) 144


AGRUPACION 1983

El cuestionamiento a los derechos sociales


en el discurso político y jurídico
La fundamental crítica del pensamiento neoconservador a la ciudadanía
social y al Estado de bienestar es el cuestionamiento a la idea de “los derechos
sociales”. En efecto, los derechos sociales fueron resistidos, entre otros,
básicamente con los argumentos siguientes:
Son incompatibles con los reclamos de justicia basados en el mérito
Son económicamente ineficientes
Nos hacen avanzar en los caminos hacia la servidumbre

El impulso de las ideas conservadoras de los años de Thatcher y Reagan fue


empujar a los sectores progresistas y de izquierda a dar batalla en el propio
terreno de la ciudadanía social.
La nueva derecha sostiene en cambio que el Estado de bienestar ha
promovido la pasividad entre los pobres, no ha mejorado sus oportunidades y ha
creado una cultura de dependencia. Según esta concepción para asegurar la
integración social y cultural de los más pobres se debe ir más allá de los
derechos y focalizar la cuestión en la responsabilidad por ejemplo, la
responsabilidad de ganarse la vida.
En países donde más se ha desarrollado y mantenido el Estado de bienestar
(Escandinavia por ejemplo) se han registrado tradicionalmente las tasas más
bajas de desempleo. Por último digamos que a la más que discutible y sin dudas
indemostrable “ineficiencia económica” de los derechos sociales, podemos
señalar una evidencia insoslayable: la filosofía neoliberal produce la más grande
de la ineficacias: la ineficacia social, que da lugar a una “mala sociedad”
En realidad, la experiencia histórica demuestra que la dinámica del mercado
“libre” conduce a la concentración del poder en pocos y poderosos sujetos que
condicionan seriamente el poder público.
Cabe preguntarse a esta altura: ¿hasta qué punto puede progresar y
consolidarse la democracia en un cuadro de inmiseración generalizada como el
que afecta a las democracias sudamericanas que carcome la ciudadanía
sustantiva de las mayorías? Se pretende integrar políticamente a las masas y
simultáneamente se ensayan “políticas de ajuste” que las excluyen y marginan;
se afirma el valor del Estado como ámbito de justicia y como instancia de
redistribución de ingresos y recursos y, al mismo tiempo, se lo sacrifica y
desmantela en aras del reforzamiento darviniano del mercado.
La tendencia general del constitucionalismo de posguerra fue la afirmación y
extensión de los derechos fundamentales, pero a diferencia de la concepción
formalista heredada del siglo pasado no aparecen ahora sólo bajo la imagen de
ordenamientos jerarquizados de normas con abstracción de su contenido sino
como sistema basados en un conjuntos de valores y principios ya que el Estado
constitucional implica la introducción en ellos de principios materiales de justicia:
el estado de derecho pasa a convertirse en “estado de derechos”, esto es, un
sistema que no sólo presta garantías contra la arbitrariedad del poder sino que
promociona y garantiza determinados contenidos sustantivos: la libertad de los
ciudadanos tanto en su dimensión individual como participativa y social.

Derecho Político (Resumen) 145


AGRUPACION 1983

Desde esta perspectiva jurídica se intenta resaltar la idea de que hay un


presunto “desorden” de los derechos ajustando el plano ideológico (excesiva
demanda de derechos) a su sustancia jurídica, mediante la calificación de los
derechos sociales como no derecho o limitando el alcance de los mismos a
meros “principios inspiradores”
La reforma de 1994 y la efectividad de los derechos sociales: la encrucijada
entre el “programa constitucional” y el “programa gubernamental”
La primera cuestión que se plantea es que el “modelo constitucional” en lo
ideológico se ha desplazado del constitucionalismo liberal a la adscripción de
principios del estado social y democrático de derecho.
De ello se desprenden por lo menos divergencias muy evidentes: la
mencionada adscripción a los principios del estado social asumida por el
constituyente de 1994 se realiza (paradójicamente) en plena época de “ajuste
estructural” orientado hacia un pretendido modelo de Estado “neoliberal”
De hecho la divergencia entre el “modelo constitucional” y la realidad se
expresa en diversos aspectos: el reconocimiento y ampliación de los derechos,
especialmente los económicos sociales, culturales y los de “tercera generación”,
no se traducen en beneficios erga omnes, para todos, sino a favor de
determinados sectores sociales incluidos en el mercado. La dualidad es esta:
ampliación de derechos y de recursos políticos y jurídicos que aseguran
accesibilidad para “ciudadanos”, “usuarios y consumidores” integrados al sistema
y negación de derechos esenciales e inaccesibilidad a mecanismos que los
hagan efectivos, para quienes están excluidos del mercado.
Los que están por debajo de la línea de pobreza, la cuestión social queda
reducida al asistencialismo social basado en la ayuda y “solidaridad” de la gente,
junto con el clientelismo en el ámbito de lo político que desnaturaliza lo social. “El
asistencialismo clientelar no es justicia social y cuando desborda la coyuntura y
pasa a ser instrumento estructural en la sociedad, es el más peligroso
instrumento del sometimiento, porque invalida la potencialidad critica y creativa
de los ciudadanos”.
La expresión constitucional del Estado social argentino tiene su
antecedente nacional en la Constitución del 49, luego incorporando a través del
art. 14 bis que la reforma de 1994 hizo despejar dudas sobre la legitimidad
jurídica-política de aquella reforma al incluir en la ley 24309 a la reforma de 1957
expresamente en la versión ordenada del texto constitucional.
La constitucionalización rígida de derechos de la 1era, 2da y 3era
generación, sirve para integrar una dimensión sustantiva no sólo en el derecho
sino en la democracia. Los derechos fundamentales constituyen la base de la
moderna igualdad, que es precisamente una igualdad en derechos, que se
diferencia de los demás derechos, por empezar por el de propiedad, y es el
hecho de su universalidad, es decir, que corresponden a todos y en la misma
medida, al contrario de lo que acontece con los derechos patrimoniales, de los
que el sujeto puede o no ser titular.
Siguiendo el citado trabajo de Ferrajoli, aparece una nueva legitimación de
la jurisdicción y también de la independencia del poder judicial; la sujeción del
juez a la ley ya no es a la ley cualquiera sea el significado, sino a la ley conforme
a la constitución. Esta legitimación no es equiparable a la que proviene de la
representación política derivada de la voluntad de la mayoría, sino que concierne

Derecho Político (Resumen) 146


AGRUPACION 1983

a la tutela de la intangibilidad de los derechos fundamentales consagrados,


precisamente porque los derechos fundamentales sobre los que se asienta la
democracia sustancial están garantizados a todos y a cada uno de manera
incondicionada, incluso contra la mayoría.
La misión del poder judicial tiene una relevancia sustancial: poner en
concreción el programa constitucional, lo que significa permitir la justicialidad de
los derechos humanos (también económicos, sociales y culturales) entendido
como la posibilidad de reclamar ante un juez o tribunal de justicia el cumplimiento
de las obligaciones que constituyen el objeto del derecho: lo que calificará la
existencia de un derecho social como derecho no es simplemente la conducta
cumplida por el Estado sino la existencia de algún poder jurídico de actuar del
titular del derecho en el caso de incumplimiento de la obligación debida.
Los derechos sociales son derechos humanos y en consecuencia gozan
de una prioridad imperativa y exigible que implica asignarles el máximo de los
recursos posibles no con un tope arbitrariamente cuantificado por el voluntarismo
del estado a su pro criterio y antojo, sino el mayor posible, dentro de la totalidad
integral de los recursos conforme al orden axiológico que surge de la
Constitución, involucrando por tanto los tratos internacionales de derechos
humanos incorporados al derecho interno.
Esto quiere decir que si los derechos sociales surgen de la propia
Constitución constituye también un desafío para los jueces: si respetan el
programa constitucional o sucumben dependientes, al programa gubernamental
de turno.
Respetar el programa constitucional es respetar el orden democrático
porque ha sido allí (en la Constitución) donde el pueblo ha depositado su máxima
y expresa su voluntad. En los gobernantes y funcionarios que integran poderes
del Estado sólo (y nada menos) ha depositado la autoridad para que
cumplimenten y no para que quiebren el mandato constitucional.

Ficha 40:
Diccionario de Política
(Norberto Bobbio)

Desarrollismo
Una corriente de pensamiento económico que ha hecho del desarrollo
económico el centro de sus reflexiones.
Los distintos enfoques que el desarrollismo como corriente del
pensamiento económico alberga en su interior son susceptibles de ser
organizados en tres grandes agrupaciones:

El que concibe al desarrollo como crecimiento

El que plantea el desarrollo como un proceso en el que son discernibles


fases

El que entiende el desarrollo como un cambio de estructuras

Derecho Político (Resumen) 147


AGRUPACION 1983

1. El desarrollo como crecimiento. Esta corriente encuentra en las


formulaciones de Keynes sus antecedentes más importantes. Para
el economista inglés estudioso de los mecanismos anti cíclicos,
toda política de estabilización debía procurar mantener un alto nivel
de empleo y una plena utilización de la capacidad instalada, lo cual
dependía de un alto nivel de inversiones. La inversión juega un
doble papel: acrecienta, por un lado la capacidad instalada y por
otro, incrementa la demanda efectiva. La preocupación por la
inversión como factor anticiclico es lo que vincula las concepciones
keynesianas con las teorías del desarrollo como crecimiento.

2. El desarrollo como secuencia de fases. El denominador común


de las teorizaciones agrupadas bajo este rótulo consiste en que el
desarrollo es concebido como una sucesión de fases. Los diversos
países, arrancando desde la etapa primitiva o tradicional, pasarían
por una serie de estadios intermedios hasta alcanzar la más
avanzada que sería aquella que prototípicamente representa la
moderna sociedad industrial. El subdesarrollo constituye uno de los
estadios intermedios. Los autores englobados en este rubro
tienden, por lo general, a privilegiar una característica que proponen
como la fundante del subdesarrollo. Autores dicen que se trata de
un asunto que concierne a las decisiones de inversión, pues
existen condiciones y recursos, pero falta capacidad para decidir
adecuadamente; otros dicen que el problema básico consiste en un
excedente de mano de obra generalizado, y otros autores se trata
de superar el circulo vicioso e la pobreza, derivando de la estrechez
de los mercados, la carencia de capital y la escasa productividad.

3. El desarrollo como cambio de estructuras. En este renglón se


ubica el grueso de la literatura latinoamericana en materia de
desarrollo. Su producción fundamentalmente ha venido dada por las
elaboraciones aportadas por la CEPAL desde su fundación en
1948. Esta escuela, pone el acento sobre un conjunto de reformas
estructurales que sería preciso encarar de manera global para
superar los obstáculos para el desarrollo. El pensamiento de la
CEPAL ha ido, con el tiempo, ajustando algunos de sus
planteamientos iniciales, enriqueciéndolos o modificándolos. A partir
de la II Guerra Mundial, el tema del desarrollo económico comenzó
a ganar difusión en diversos ámbitos politizados de las sociedades
latinoamericanas, así como a escala internacional. Los gobiernos de
la región, comenzaron a presionar a EEUU para que éste se
comprometiera en un plan de asistencia económica que tuviera una
significación similar a la que alcanzara el Plan Marshall de
reconstrucción de Europa, en la inmediata posguerra. En Bogotá, el
representante de EEUU, G. Marshall, adujo que su país no podía
emprender simultáneamente el esfuerzo de reconstruir Europa y
atender a Latinoamérica. Posteriores representantes
norteamericanos se limitaron a señalar que los países

Derecho Político (Resumen) 148


AGRUPACION 1983

latinoamericanos debían preocuparse por generar un clima propicio


para la inversión privada extranjera, operando para la inversión
privada extranjera, operando a través del control de la inflación y de
la estabilidad cambiaria.

En 1956, Kubistchek alcanzaba la presidencia en Brasil y en 1958, Frondizi


lo hacía en la Argentina. Ambos fueron prototípicos exponentes del desarrollismo
de esta primera etapa. En procura de una industrialización que condujera a la
autosustentación económica, atrajeron con éxito inversiones externas en un nivel
no alcanzado hasta entonces en los distintos países de la región. El capital
extranjero privado se radicó en industrias como la automotriz, la eléctrica, la
química; de bienes de capital en el caso de Brasil; en la explotación petrolera en
Argentina.
El desarrollismo conocería una segunda etapa en América latina. El triunfo
de la revolución cubana a finales del 58, alertó a EEUU sobre la posibilidad de la
propagación del ejemplo. Sonaba la hora de que el gobierno norteamericano se
comprometiera en un vasto plan de asistencia económica para la región,
respondiendo a los viejos anhelos latinoamericanos. El encargado de llevarlo
adelante fue JF Kennedy. Diversos factores se anudaron para impedir que tan
ambicioso programa funcionara. En primer lugar merece destacarse que los 20
mil millones de dólares en fondos públicos, destinados a créditos de largo plazo y
baja amortización, ofrecidos por el gobierno norteamericano, jamás fueron
aprobados en forma global por el congreso norteamericano. Los montos de
fondos públicos para créditos a América Latina, que sí los hubo, se aprobaban
anualmente como era de rigor en el país del norte, junto con el paquete
presupuestario del que podía disponer el gobierno federal. Golpes de Estado en
Brasil, Argentina y Perú, contribuyeron a empantanar la marcha del programa. El
asesinato de Kennedy, sería un rudo golpe al programa. Ni su reemplazante
Johnson, ni los funcionarios de la Alianza para el Progreso, estaban
comprometidos con ésta como lo estuvo la administración Kennedy. Continúo
creciendo la inversión privada norteamericana directa, aumentó el
endeudamiento externo latinoamericano mientras los créditos públicos
concedidos por el gobierno norteamericano fueron predominantemente usados
para cubrir los incrementados servicios de la mencionada deuda; se acentuó el
desequilibrio de la balanza comercial de los países latinoamericanos a favor de
EEUU. Como resultado inevitable de este intento fallido, las economías
latinoamericanas se abrieron a la penetración del capital transnacional que bajo
formas diversas, encontró condiciones propicias para su desenvolvimiento, contó
con el aval de su propio gobierno y de los gobiernos locales y alcanzó un lugar
predominante en la estructura productiva interna de los países de la región.
Burguesía Nacional
A partir del desarrollo del capital monopólico u oligopólico, que incorpora
cada vez más intensamente a la gran burguesía autóctona a la hegemonía de los
capitales internacionales, el concepto de burguesía nacional es generalmente
utilizado para designar a la mediana y pequeña burguesía industrial.

Cepalismo

Derecho Político (Resumen) 149


AGRUPACION 1983

La expresión designa la producción teórica de la Comisión Económica para


América Latina (CEPAL), organismo dependiente de Naciones Unidas, fundado
en 1948.
El desarrollo resulta un proceso al que la desigualdad le es inherente.
Dicho de otra manera, el desarrollo del sistema económico mundial es de
naturaleza bipolar. Relaciona a economías caracterizables como periféricas,
según un movimiento que perpetúa las diferencias entre ambas.
¿Cómo es posible que los centros se apropien de la mayor parte de los
frutos del progreso técnico? Sucede, a grandes rasgos, lo siguiente:

En la producción manufacturera la productividad crece a una tasa más alta


que en la producción de bienes primario-exportadores

El incremento de la productividad debería trasladarse a los precios de los


bienes industriales a través del descenso del valor unitario de éstos

Tal movimiento a la baja no se produce pues en los países centrales se


combinan por un lado, la presión reivindicativa del sector trabajador para
mantener sus niveles de salario y, por otro, la defensa del sector empresarial de
su tasa de ganancia, todo lo cual incide para que los precios de los productos
industriales no disminuyan los países periféricos, por el contrario, se caracterizan
porque tiende a generarse en ellos un exceso de mano de obra en la producción
primaria, que presiona de manera continua sobre los salarios pagados en este
rubro y sobre los precios de dicha producción.

Ficha 41:
Dependencia y Estado en América Latina
(Carlos Kleiman)
La conformación de las sociedades y de los Estados de los países
latinoamericanos se hizo sobre la estructura social que se fue constituyendo a
través de distintas formas de dominación colonial e imperialista. Los intentos de
romper esta denominación siempre encontraron la resistencia de los sectores que
se beneficiaban con esta relación desigual.
En el caso de Argentina hay una tarea sistemática de negar su condición
latinoamericana. A partir de condiciones particulares del desarrollo y la población
argentina se impulsa la identificación con la cultura europea.
El modelo de dictadura militar, combinación de pensamiento
neoconservador y atroz represión política, pareció ser la forma más apropiada de
ajuste que las clases dominantes lograron estructurar para capear la crisis
cargándola en las espaldad de los sectores populares. El modelo neoconservador
significaba eliminar la intromisión estatal en el mercado capitalista, el libre juego
de la oferta y la demanda debía regir las relaciones económicas nacionales e
internacionales; esta estrategia económica significaba en las condiciones de
amplias capas de la población; su complemento necesario es la atroz represión
Derecho Político (Resumen) 150
AGRUPACION 1983

llevada adelante por estos Estados militares, no es posible llevar adelante un


proyecto de estas características sin un virtual estado de guerra interno.
El tema de la democracia en América Latina, no puede dejar de referir a un
momento anterior donde ésta era pensada sólo como instrumento para lograr
objetivos sociales y económicos que eran prioritarios a toda polémica formalista.
El debate sobre la democracia se liga a la certeza de la necesidad de una
amplia participación popular para concretar un proyecto que contemple las
verdaderas necesidades de los pueblos americanos, descartadas en la práctica
histórica las teorías vanguardistas, serán los pueblos mismos los artífices de su
liberación.
Ficha 43:
Crisis de Paradigmas y Globalización
(Oscar Blando)
Si bien es una ficha, considero que lo más importante es el cuadro que se
publica al final de ésta ya que es una ampliación del cuadro de la ficha de García
Delgado.

Modelos de relación Estado – Sociedad

Modelos de Estado Estado Liberal Estado social Tendencias al


(liberal (nacional Estado Postsocial
oligárquico y popular, (neoliberal)
liberal desarrollista,
democrático) etc.)
Rol del Estado Estado liberal, Estado social. Estado Postsocial o
abstencionista, Intervencionista, postliberal. Estado
mínimo. Garante de activo, regulador. ausente, subsidiario,
derechos Garante de escasa regulación.
individuales derechos sociales Garante de las reglas
oponibles al exigibles al de juego, de
Estado. Igualdad Estado. Igualdad equilibrios
“formal” de los “material” de macroeconómicos,

Derecho Político (Resumen) 151


AGRUPACION 1983

derechos. derechos. competitividad.


Separación entre Compenetración Diferenciación entre
Estado y sociedad. entre Estado y Estado y sociedad.
Mercado Sociedad. Control Globalización
autorregulado. social/estatal de la
economía.

Contexto Predominio de Mundo bipolar Triunfo del


internacional Gran Bretaña (EEUU / URSS) capitalismo. Caída
Guerra Fría del Muro de Berlín.
Hegemonía de
EEUU (Económica y
militar). Japón y
Comunidad europea
(económica)

Modelos de Agroexportador Industrialismo Orientado al


acumulación sustitutivo mercado externo.
Globalización. Flujos
financieros
internacionales

Modelo cultural Individualismo. Igualitarismo. Individualismo


Libertad Solidaridad competitivo

Mediación política Siglo XIX. Partidos Siglo XX Fines del siglo XX.
de notables, (momento álgido Crisis de
pequeños, segundo cuarto de representación y
organizados siglo). Partidos de partidos políticos.
piramidalmente en masa, Partidos de masa
torno al poder. programáticos, adaptados con mayor
Democracia modelo sectorización,
censitaria, sufragio movimentista. abarcativos (agarra
restringido. Democracia todo), nuevas formas
Influencias de representativa de de reclutamiento.
grupos masas. Sufragio Debilitamiento de
económicos. Universal. influencias
Función: regular el Influencia de ideológicas,
acceso a funciones ideologías pragmatismo.
políticas. dominantes, clases Funciones: de
sociales, aparatos gestión política
políticos. específica:
Funciones: municipales,
muchas regionales. Otras
(movilización de formas de
grandes sectores, participación.
competencia

Derecho Político (Resumen) 152


AGRUPACION 1983

política,
formación de
dirigentes,
participación)

Acción colectiva Identidades: el Identidades Identidades: nuevos


ciudadano colectivas, movimientos
movilizaciones de sociales y no
masa, partidos gubernamentales
políticos, (derechos humanos,
sindicatos. El ecologistas,
trabajador como feministas,
sujeto. vecinalistas, etc.)
Presencia del sujeto
como consumidor.

Ficha 6:
La reforma del Estado
(Daniel García Delgado)
(Se omite los resúmenes de las fichas 42, 43, 44 y 45, por ser similares en cuanto
contenido con la ficha 46)
A pesar de tener gobiernos democráticos o autoritarios, la Argentina
adoptó un esquema intervencionista en lo económico, con políticas sociales de
dimensión variable. Estas políticas intervencionistas permitieron superar la crisis
del 30, que se expresaran en superproducción y desempleo. Este estado
empresario e intervencionista en función del desarrollo industrial se basó en
Argentina en una redistribución del ingreso crecientemente igualitaria, al menos
respecto de otros países de América Latina, que se posibilitó mediante la
extensión y la calidad lograda por la educación pública, la instauración del
sistema provisional y la ampliación de políticas sociales de carácter universal.
Estas tendencias generaron en los 40, 50 y 60, una rápida urbanización,
con el traslado de masas poblacionales desde los campos hacia las ciudades. Se
forma la clase media obrera en las principales ciudades del litoral. La
consolidación de las clases medias y la introducción de pautas culturales e
ideológicas propias de la sociedad industrial. Se producía el ascenso social,
oportunidades educativas y se accedían a consumos elevados favorecidos por la
creación y desarrollo de un esbozo de Estado benefactor. También se produce
una fuerte polaridad política y de ciclo cívico-militar que malogró muchas de las
posibilidades de este modelo de Estado de bienestar.
Las causas de la caída del Estado de Bienestar comienzan a notarse en la
década del 70: fin del modelo de crecimiento con energía barata a partir de la
crisis del petróleo, de inflación junto con recesión; agotamiento del modelo
industrial sustitutivo y crecimiento de la disputa empresario-sindical por la
redistribución del ingreso. Se presenta un Estado con alta inflación, crisis fiscal y
violencia política creciente, que producen un “Proceso de Reorganización
Nacional” que culmina poco después de la derrota de Malvinas. Con la
Derecho Político (Resumen) 153
AGRUPACION 1983

democracia, se trata de estabilizar la economía (Plan Austral) y comenzar a


descentralizar al Estado, pero sin lograr evitar la prolongación de la crisis durante
el gobierno radical.

Hiperinflación y Reforma del Estado I


La reforma del estado se lleva a cabo en el marco de la presidencia de
Menem. La ley de Convertibilidad y la crisis del Tequila, producen efectos que
estaban consideradas dentro de lo que se conoce como el Consenso de
Washington, en busca de reducir al Estado a sus roles tradicionales (seguridad,
defensa, educación, justicia)
En la primera etapa se trató de una reforma estructural que a comienzos
de 1990 involucró la estabilización del tipo de cambio, la privatización de las
principales empresas públicas y la desregulación y apertura de la economía bajo
el paradigma del Estado "mínimo". La segunda será anunciada a mediados de
1996 y, si bien guarda continuidad con el Plan de Convertibilidad, está orientada
a extender el ajuste al conjunto de las provincias, llevar a cabo la reforma laboral,
tributaria y judicial y a terminar con el proceso privatizador, todo lo cual significa
una profundización de las reformas estructurales y del modelo neoliberal. Lo
singular de esta segunda etapa no va a estar dado tanto por sus lineamientos
sino por el hecho de que se desarrolla en un marco sociopolítico distinto al de la
primera, con un marcado problema de desempleo estructural, desagregación de
la coalición menemista, y en un marco económico internacional caracterizado por
el aumento de la incertidumbre a partir de la crisis asiática.
La primera reforma del Estado fue encarada a fines de los 80 y deriva de
cuatro causas:

1. La crisis terminal del Estado benefactor;

2. La lógica de la emergencia, por los condicionamientos heredados del


anterior gobierno radical (hiperinflación, marco de ingobernabilidad y
adelantamiento del traspaso del poder);

3. La influencia creciente de los grupos económicos y de los


organismos internacionales para apuntar al Estado benefactor como
ineficiente y responsable de todos los males (Consenso de Washington), y
por último,

4. El estilo político del presidente Menem, más proclive a la concentración


del poder y al decisionismo que a la concertación.

El objetivo inicial fue eficientizar el gasto, garantizar la apertura de la


economía, reducir el rol empresario del Estado, generar condiciones para la
radicación de capitales y continuar con la transferencia de políticas sociales
universales (como educación) a las provincias.
Se trató de un proceso de cambio que tuvo en cuenta fundamentalmente, la
obtención del equilibrio fiscal, la racionalización del aparato administrativo, la
reestructuración del Estado empresario y la supresión de normativas regulatorias

Derecho Político (Resumen) 154


AGRUPACION 1983

estatales. Todas estas medidas tenían una relación estrecha con el intento de
restablecer los superávits fiscales que permitieran asegurar el pago del servicio
de la deuda
En sus aspectos centrales, la Reforma I se orientó a la privatización de los
servicios públicos y de las empresas productivas a la apertura económica y a la
desregulación de actividades industriales agropecuarias y comerciales.
Asimismo, contempló el rediseño del sistema tributario y la introducción del
sistema previsional basado en la capitalización individual de los aportes. En todo
esto se apuntó a generar una nueva relación entre el sector público y el privado.
Esta primera parte de la reforma contempló:

La implementación del Plan de Convertibilidad, que aseguró la paridad


dólar-peso por ley de Congreso, una forma de limitación política que
impedía la natural tendencia de los gobiernos a otorgar subsidios y a emitir
El gobierno facilitó la inversión extranjera y se bajaron los gravámenes a la
importación.

Un programa de privatizaciones, que consistió en la transferencia al


sector privado de los activos de producción de bienes y servicios llevada a
cabo a un ritmo vertiginoso y sin precedentes. En pocos años pasaron a
manos privadas la petrolera estatal, el gas, agua, teléfonos, ferrocarriles,
subterráneos, la aerolínea estatal, empresas de energía nacionales y
provinciales, y gran cantidad de bancos provinciales.

La descentralización de las políticas sociales, traspasándose a las


provincias servicios públicos tales como escuelas primarias medias y
técnicas, hospitales y programas nutricionales y de vivienda.

La reforma tributaria orientada al combate de la evasión, a la


imposición de nuevas formas de facturación y ampliación de los regímenes
de retención, ampliación de la base imponible, simplificación del sistema y
concentración del grueso de la recaudación en el IVA.

La reforma administrativa: mediante la aprobación del Sistema


Nacional de la Profesión Administrativa (SINAPA) con el objetivo de
avanzar en la profesionalización de los recursos humanos de la
administración.

La desregulación tuvo diversos aspectos: la de los mercados


agropecuarios, eliminando la Junta Nacional de Granos y la de la Carne,
así como otros organismos descentralizados de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería y Pesca, como el Instituto Forestal Nacional, el
Mercado de Concentración Pesquera y la Corporación Argentina de
Productores de Carne, entre otros.

Este proceso de reforma del sector público fue dándose junto a la paralela
transformación de la sociedad, donde se acentuaba la tercerización, el
predominio del sector servicios y la tendencia a la diferenciación y a la

Derecho Político (Resumen) 155


AGRUPACION 1983

fragmentación. Se trató de un "shock liberal", pero más que eso, de una nueva
"revolución desde arriba" típica de los procesos de modernización
latinoamericanos, donde el Estado tiene un papel primordial para adecuar las
relaciones económico-políticas con el centro, llevando a cabo una fuerte
intervención estatal para instaurar, paradójicamente, una sociedad de mercado.
Lo característico de esta transformación fue su rapidez y radicalidad
Esta drástica reestructuración fue posible a partir de la situación de pro-
funda crisis generada por las hiperinflaciones y de la modificación del consenso
de posguerra sobre el Estado distribuidor. Es decir, mediante el pasaje del
imaginario del "trabajador" al del "consumidor", y a través de una coalición
política distinta respecto de la conformada por el peronismo en la posguerra: la
alianza pobres-ricos. Un consenso social en torno del ajuste, en orden a
mantener la estabilidad conseguida, pero que también se explica por una suerte
de reducción de las expectativas, un disciplinamiento dilemático impuesto a la so-
ciedad desde la aceptación de sucesivos ajustes a fin de evitar males mayores,
así como por las condiciones lamentables a que habían llegado las prestaciones
estatales.
Los resultados positivos de esta primera reforma son conocidos
fundamentalmente los referidos a la reducción de la inflación. La Ley de
Convertibilidad (no emisión sin respaldo) que permitió superar la ' crisis; el
balance de pagos derivó bajo relativo control; el país recuperó el crédito
internacional y logró un crecimiento del 6 al 7% en los primeros tres años y
mejoró la recaudación de impuestos y tributos. Esto trajo consigo la incorporación
de nuevos instrumentos de modernización que comenzaron a cambiar el anterior
modelo de gestión pública, instituciones de control generadas por la Constitución
de 1994, como la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y la Auditoria Ge-
neral de la Nación (AGN). Una modernización tecnológica y gerencial que generó
una mayor cultura presupuestaria y fiscal, como el inicio del pasaje al paradigma
de la administración pública de orientación al ciudadano considerado "cliente" o
"usuario”
Así como comenzaron a desaparecer roles del Estado vinculados al
Estado de bienestar (productor, empleador, empresario, previsional, prestador),
comenzaron a aparecer otros ("fiscalizador", "regulador", "evaluador").
De esta manera se terminó de desplazar el poder de amenaza que
provenía de las clases trabajadoras organizadas (huelga general, amenaza
revolucionaria) hacia el proveniente de las nuevas élites económicas ("golpe del
mercado", desinversión, fuga de capitales). Se trató de una redefinición del
establishment y de la estructura de poder económico ya iniciada una década
atrás, concentrada en los nuevos holdings, las agencias bilaterales de crédito, los
bancos de inversión y los multimedios, y el paralelo desalojo de su condición de
factores de poder de las fuerzas armadas, sindicatos, cámaras empresarias y de
la misma cúpula de la Iglesia.
Esta cesión estratégica de propiedad y de capacidad de gestión se realizó
no sólo en favor de una nueva configuración del poder económico empresarial y
de aquellos actores que durante todo este proceso lograron mantener una
vinculación directa con el Poder Ejecutivo reconvirtiendo sus orientaciones de
contratistas del Estado a beneficiarios de las privatizaciones, sino también en
favor de un segundo sector de beneficiarios configurado por los grupos

Derecho Político (Resumen) 156


AGRUPACION 1983

comunicacionales, ya que la desregulación total en este sector también favoreció


la concentración e integración de los grupos multimedia.
En síntesis, esta primera etapa reformista mostró rasgos ambiguos y
paradójicos. Por un lado, porque se llevó a cabo un cambio necesario frente a
una situación crítica producto del proceso de endeudamiento y de crisis profunda
del Estado de bienestar y de ingobernabilidad. En ese sentido, el gobierno del
presidente Menem siguió una serie de políticas generalizadas en el mundo del
capitalismo globalizado, como la reducción del peso productivo del Estado, de su
rol de ejecutor directo, la apertura de la economía, la desregulación y la des-
centralización. Pero, por otro lado, el "shock liberal" y la mayor racionalidad en las
cuentas públicas fueron de la mano de una fuerte pérdida de derechos sociales
adquiridos, la reducción de la capacidad reguladora del Estado y un creciente
endeudamiento y constitución de un Estado ausentista.

B. DESEMPLEO ESTRUCTURAL Y REFORMA DEL


ESTADO II
A mediados de 1996 comienza a cerrarse el primer ciclo reformista por la
aparición de dos factores no previstos en los supuestos iniciales del modelo: el
creciente déficit fiscal por disminución del crecimiento derivado de la salida de
capitales luego de la crisis del "'tequila", y el aumento exponencial de un
fenómeno desconocido en la Argentina moderna: el desempleo estructural.
A partir de la aparición de la recesión y el desempleo, los tiempos y
objetivos de estas dos lógicas, la técnica y la política, comienzan a distanciarse y
son de crecientes costos para el sector político.
La nueva iniciativa reformista, si bien tuvo por principal objetivo reducir el
déficit fiscal, tendió a justificarse en la necesidad de hacer frente a los desafíos
que implicaba la globalización; como la exigencia de mejorar la competitividad del
país, reducir el costo argentino y el desempleo. Las medidas apuntaron a
profundizar las reformas estructurales, a mantener el tipo de cambio y la actual
política monetaria, a reducir el déficit fiscal y a flexibilizar el mercado de trabajo.
Se trataba de reducir el gasto, aumentar la presión tributaria, privatizar lo que
faltaba a nivel de los activos aún en manos del Estado nacional (aeropuertos,
represas, centrales nucleares. banca nacional y provincial), eliminar
gradualmente el sistema estatal de reparto. racionalizar el sistema financiero,
disolver y fusionar organismos descentralizados (DGI-Aduana, ANSAL), y
eliminar y/o reconvertir cerca de 15.000 empleados públicos de organismos de la
administración central y de entes descentralizados, etcétera.
Lo más novedoso de la segunda reforma fue el fuerte énfasis puesto
inicialmente en la necesidad de flexibilizar el mercado laboral. Fundamentándose
en la necesidad de dotar de mayores oportunidades a los actualmente
desempleados y disminuir el "costo argentino". Ello se tradujo en una apuesta por
la precarización, por la reducción unilateral de salarios para las empresas, la
modificación de la jornada horaria y de las fechas para tomar vacaciones, la
extensión de la jornada laboral, la negociación a nivel de empresas, el fin del
régimen de indemnizaciones y un nuevo régimen de contratación.
Asimismo la desregulación de las obras sociales se presenta como la
posibilidad de libre elección para sus beneficiarios, lo que significa introducir la
Derecho Político (Resumen) 157
AGRUPACION 1983

competencia de las empresas privadas en un campo hasta ahora controlado por


los sindicatos. Esta orientación, si bien puede traducirse en una mejora en los
servicios de salud, seguramente también va a implicar una diferenciación
creciente en la utilización de los mismos por nivel de ingresos y una disminución
del grado de solidaridad del sistema.
La población comienza a percibir con más justeza los altos costos sociales
que el modelo privatista a ultranza trae consigo, tanto en términos de
precarización e inseguridad como de caída salarial. Sintiendo una desequilibrada
presión fiscal en el marco de una situación de creciente esfuerzo tributario y
tarifario, así como de malestar por la corrupción. Los ciudadanos ven que la
educación pública está en crisis, afrontan el costo del cambio previsional y no
tienen seguridades sobre sus resultados, y padecen la caída del sistema de salud
pública. Este "malestar social" e incipiente "desilusión con lo privado", se va a
traducir en huelgas exitosas a pesar del desprestigio de la dirigencia sindical, en
nuevas formas de protesta y en la derrota electoral del oficialismo para cargos
legislativos en octubre de 1997.

C. FIN DE SIGLO Y PARADIGMA EMERGENTE


¿Cuál sería el rol del Estado necesario en una etapa posneoliberal? ¿Es
posible encontrar una perspectiva intermedia entre la visión totalizante anterior
del Estado de bienestar y el enfoque minimalista que plantea la profundización de
las reformas como lo "único posible"? Y si es así, ¿cuáles serían los elementos
configuradores de un paradigma estatal deseable en una etapa posprivatización?
Dicho en términos futuristas. ¿Cuál debería ser el Estado del siglo XXI a partir de
los cambios producidos?
Lo cierto es que a fines de los 90 empieza a erosionarse el paradigma del
Estado "mínimo" del Consenso de Washington.

El rol "regulador" (la defensa del


consumidor)
Si bien el Estado ya no puede producir como antes en el Estado
empresario, sí debe regular y controlar a un sector público privatizado para que
no se constituyan nuevos monopolios en detrimento de los intereses de los
consumidores. Esto hace referencia a la desprotección que padecen los
ciudadanos consumidores frente a los grandes grupos y empresas, y a lo errático
y deficitario que ha sido hasta ahora el manejo de los entes e instituciones de
regulación, dejando consumidores cautivos por ausencia de competencia y de
oferta alternativa, falta de información, ganancias extraordinarias o monopólicas
de estas empresas.
Se alentó la indefensión y explotación del consumidor, la prestación de
servicios públicos por monopolios y se dio más garantías y beneficios al capital
extranjero que al nacional. Esto fue facilitado por la concentración de las
decisiones en el Ejecutivo, que define las políticas sectoriales y pauta a los entes
restándoles autonomía.
A diferencia del Estado liberal que se constituyó alrededor del valor de la
libertad y del individuo, del Estado de bienestar que hizo su centro en la igualdad

Derecho Político (Resumen) 158


AGRUPACION 1983

y en lo colectivo, luego del momento neoliberal apoyado en lo privado y en el


individualismo competitivo, el nuevo rol podría descansar sobre uno de los lemas
incumplidos de la revolución francesa: la fraternidad, la solidaridad.
Pero, ¿cómo definir este principio de solidaridad? Una forma puede ser
considerarlo como el vínculo que une a los hombres y pueblos de modo que el
bienestar de unos determine el de los otros, otra, como el compartir más allá de
relaciones estrictas de justicia, pero el problema con el principio de solidaridad
radica en superar su concepción de virtud moral y de carácter personal, de
sentimiento circunstancial en situaciones excepcionales (por ejemplo. inunda-
ciones), para incorporarlo como elemento de una nueva ética social capaz de
generar conductas, derecho público y hasta prescripciones constitucionales. Una
solidaridad pública capaz de legitimar derechos y amparos, y una democracia
fiscal que permita realizar transferencias entre sectores (vía gravar ganancias
extraordinarias. subsidios que financien el derecho a la inclusión. la promoción
del empleo. etcétera)
El principio de solidaridad podría regir la intervención directa del Estado,
poniéndose en defensa de los más débiles.
La reorientación del papel del Estado en los próximos años presenta así la
disyuntiva entre insistir en el rol minimalista en lo social junto a políticas de
contención de la pobreza y reforzamiento de la seguridad o apuntar al
reforzamiento de su función solidaria. Esto último significaría plantearse no sólo
la transparencia, el dar respuesta y autonomía de la justicia, sino también el
discernir quién paga los costos de la cohesión social y mediante qué mecanismos
(por ejemplo: nuevos mecanismos redistributivos para el financiamiento de
emprendimientos productivos, obra pública, transferencia tecnológica, dar
importancia a lo público no estatal, etcétera).
El rol "estratégico" (la construcción de un rumbo compartido)
En síntesis, la redefinición del Estado en la etapa de la posprivatización
requeriría incorporar estos tres roles junto con la capacitación correspondiente de
funcionarios y técnicos para poder ejercerlos. Porque de lo que se trata es de
decidir un rumbo, de redefinir el bien común en la sociedad plural y abierta, y
asimismo de dar coherencia a los otros dos procesos clave que se configuran
conjuntamente a la reforma del Estado: el del "fortalecimiento de lo local" y el de
la "construcción de la región".
Unidad IV:
Democracia
Fichas 47-66

TEXTO 47:
DEMOCRACIA.
(Oscar Blando)
El término democracia aparece por primera vez en Erodoto y significa,
traduciendo literalmente del griego, poder del pueblo. Aristóteles clasificó a la
democracia entre las formas malas de gobierno, y la palabra democracia se
Derecho Político (Resumen) 159
AGRUPACION 1983

convirtió durante dos mil años en una palabra negativa, derogatoria. Durante
milenios el régimen político óptimo se denominó república y no democracia. Kant
repite una opinión común cuando escribía, en 1795, que la democracia es
necesariamente un despotismo, y los padres constituyentes de los Estados
Unidos eran de la misma opinión. En el Federalista se habla siempre de república
representativa, y nunca de democracia. Incluso la Revolución Francesa se refiere
al ideal republicano, y sólo Robespierre, en 1794, utilizó democracia en sentido
elogioso, asegurando así la mala reputación de la palabra durante otro medio
siglo.
En primer lugar, la democracia es un principio de legitimidad. En segundo
lugar, la democracia es un sistema político llamado a resolver problemas de
ejercicio del poder. En tercer lugar, la democracia es un ideal.
La noción de democracia social se plantea con Tocqueville en su
Democracia en América. Al visitar los Estados Unidos en 1831, Tocqueville fue
sorprendido sobre todo por un estado de la sociedad que Europa no conocía.
Recuérdese que en este nivel del sistema político los Estados Unidos se
declaraban entonces una república y todavía no una democracia. Por lo tanto
Tocqueville percibió la democracia americana en clave sociológica, como una
sociedad caracterizada por la igualdad de condiciones guiada
predominantemente por un espíritu igualitario. En parte aquel espíritu igualitario
reflejaba la ausencia de un pasado feudal; pero expresaba también una
característica profunda del espíritu americano.
La democracia económica, es, a primera vista, un término que se explica
por si solo. Pero únicamente a primera vista. Desde el momento en que la
democracia política gira sobre la igualdad jurídico política, que la democracia
social desemboca principalmente en la igualdad de Status, en esta secuencia la
democracia económica significa igualdad económica, por la aproximación de los
extremos de la pobreza y de la riqueza y por lo tanto, por medio de
redistribuciones que persiguen un bienestar generalizado. Esta es la
interpretación que podemos llamar intuitiva del término. Pero la democracia
económica adquiere un significado preciso y característico de sub especie de
democracia industrial.
La democracia indirecta, es decir, representativa, no es únicamente una
atenuación de la democracia directa, es también un correctivo. Una primera
ventaja del gobierno representativo es que un proceso político todo entretejido
por mediaciones permite escapar de las radicalizaciones elementales de los
procesos directos. Y la segunda ventaja es que la participación ya no es un sine
qua non, incluso sin participación total la democracia representativa sigue
subsistiendo como un sistema de control y limitación del poder. Lo que permite a
la sociedad civil entendida como sociedad prepolítica, como esfera autónoma y
autosuficiente, desplegarse como tal. En suma, el gobierno representativo libera
con fines extrapolíticos, de actividad económica o de otro tipo, el enorme conjunto
de energías que la polis absorbía en la política. Quien vuelve a exaltar hoy la
democracia participativa no recuerda que en la ciudad antigua eran los esclavos
los que se dedicaban a trabajar y que la polis se hundió en un torbellino de
exceso de política.

Derecho Político (Resumen) 160


AGRUPACION 1983

SOBRERANÍA POPULAR.
La diferencia entre la democracia directa de los griegos, y la democracia
representativa de los modernos es también, e incluso en mayor medida, una
diferencia de distancia histórica. Para captar esta diferencia debe mirarse a lo
que en el siglo IV A.C. no era todavía, con respecto a lo que se añade después, a
las adquisiciones sucesivas. Comenzando por la teoría de la soberanía popular,
que es de elaboración medieval y que se remonta al derecho público romano.
En concreto: puesto que su soberanía popular lo era todo y reabsorbía
todo, precisamente por esto la noción no se incorpora. Por otra lado el populus de
los romanos no era el dimos de los griegos. Entre otras cosas, en la medida en
que el demos de Aristóteles y también el de Platón se identificaba con los pobres,
en la misma medida en que el demos no era el todo sino una parte del todo,
mientras que el populus de los romanos lo formaban todos y además era un todo
extensible fuera de los muros de la ciudad, a medida que el populus se convertía
en un concepto jurídico, extra moenia. De este modo mientras que el demos se
acababa cuando terminaba la pequeña ciudad, el populus se podía ampliar tanto
como se extendiera el espacio de la res publica.
Sea como fuere, el hecho es que la doctrina de la soberanía popular
plantea la distinción entre titularidad y ejercicio del poder y encuentra su
caracterización y su razón de ser en el contexto de esta distinción.

DERECHO DE LA MAYORÍA.
Tiene lugar con Locke porque con él el derecho de la mayoría se inserta
en un sistema constitucional que lo disciplina y controla. Pero el catalizador fue la
emergencia de una concepción pluralista del orden político. Al final del siglo XVII
a partir de los desastres y horrores de las guerras de religión se originó el ideal
de la tolerancia, mientras que la fe católica se fragmenta en las sectas
protestantes. Sobre esta y otras premisas se va afirmando lentamente la creencia
de que la diversidad y también el disenso son compatibles con el mantenimiento
del conjunto, la ida de que la concordia puede también ser discordia, la idea de la
concordia discors. Si es así y cuando es así, la cosa pública puede articulares e
incluso desarticularse en mayorías y minorías. Y la regla de la mayoría permite al
pueblo y salir del limbo de la ficción jurídica para convertirse en un sujeto
concretamente operante. Si se decide por mayoría, y la mayoría decide, entonces
también un sujeto colectivo como el pueblo posee el modo de actuar y de decidir.

DEMOCRACIA LIBERAL
Durante todo el siglo XIX prevalece, en este conjunto, el componente
libera: el liberalismo como teoría y praxis de la protección jurídica, mediante el
Estado constitucional, de la libertad individual. Pero a medida que el sufragio se
extendía, se planteaba al mismo tiempo una liberal democracia en la que la forma
del Estado recibía cada vez más contenidos de voluntad popular. Finalmente
como se ha dicho, el estado liberal democrático se transforma en el Estado

Derecho Político (Resumen) 161


AGRUPACION 1983

democrático liberal en el cual la balanza entre libertad e igualdad se desequilibra


a favor de esta última.
Por el momento basta con dejar sentado que el Estado justo, el Estado
social, el Estado del bienestar, siguen siendo en sus premisas, el Estado
constitucional construido por el liberalismo. Donde y cuando este último ha caído,
como en los países comunistas, ha caído todo: en nombre de la igualdad se ha
instaurado el socialismo en la servidumbre. La lección que hoy nos llega del Este
y de las parábola de la experiencia comunista conforma lo que la doctrina liberal
ha mantenido desde siempre, es decir que la relación entre libertad e igualdad no
es reversible, que el iter procedimental que vincula los dos términos va desde la
libertad a la igualdad y no también, en sentido inverso, desde la igualdad a la
libertad. La superación de la democracia liberal no ha existido. Fuera del estado
democrático liberal no existe ya libertad ni democracia.

EL ESTADO DE LOS PARTIDOS.


La democracia de los modernos es representativa y presupone, como
condición necesaria, el Estado liberal constitucional, el control del poder. Hasta
ahora no se ha dicho nada sobre otro instrumento de actuación: los partidos. Ya
en 1929 Kelsen afirmaba: sólo la ilusión la hipocresía puede creer que la
democracia sea posible sin partidos políticos. De cuando en cuando se vuelve a
mantener que la democracia puede no sólo operar sin partidos, sino que sin
partidos funciona mejor; e incluso si esta tesis se ha mantenido podo o mal en el
terreno de la doctrina, en la práctica el problema puede ser replanteado, hoy en
día, a la luz de la denominada disolución de los partidos americanos.
Ciertamente, en los Estados Unidos los partidos no han tenido nunca un peso
como en Europa, y nunca han logrado la consistencia organizativa de los partidos
de masa europeos, especialmente de los partidos comunistas, o en general de
aparato. La burocratización de la social democracia alemana de Michels ya
registraba y denunciaba como causa inevitable de la oligarquía en tono a 1910,
esta burocratización no se ha dado nunca en los Estados Unidos.
Si los partidos son necesarios, su necesidad no los redime de sus
pecados. Es verdad que la intermediación de los partidos se transforma, con
frecuencia, en un diafragma, o incluso en una imposición partidocrática. Pero
combatir las degeneraciones y criticar a los partidos es una cosa, y refutarlos es
otra. Una vez planteado lo anterior, un problema posterior y distinto atañe a la
diversidad de los sistemas de partidos, y por lo tanto a la cuestión de qué sistema
de partido funciona mejor y es en este sentido funcional para los fines del
gobierno democrático.
Si el problema fuese sobre todo de fragmentación, se remediaría por la
adopción de sistemas electorales poco o nada proporcionales, es decir, sistemas
que reducen el número de los partidos. Pero si se reduce a los partidos y
permanece la polarización, entonces no hay ganancia, y de este modo se puede
agudizar la conflictividad. En la misma medida, no se ha dicho que los gobiernos
monocolores que constituyen la norma en los sistemas bipartidistas sean
preferibles, a todos los efectos, a los gobiernos de coalición.
Con toda probabilidad el estado de los partidos no es subrogable. Pero
varía y puede ser cambiado. El problema del sistema partidista óptimo sigue

Derecho Político (Resumen) 162


AGRUPACION 1983

estando abierto y sigue teniendo que volver a abrirse. Hay que añadir que los
partidos degeneran fácilmente en centros de exceso de poder, de colonización,
de acomodo parasitario y de corrupción. Lo que no obsta para que la teoría de la
democracia deba incluir a los partidos.

LA TEORÍA COMPETITIVA DE LA DEMOCRACIA.


En principio la democracia ha de definirse como un sistema político basado
sobre el poder popular, en el sentido de que la titularidad del poder pertenece al
demos mientras que el ejercicio del poder es confiado a los representantes
periódicamente elegidos por el pueblo. Por consiguiente, en términos de ejercicio
el poder popular se resuelve en gran medida en el poder electoral.
Es una delegación periódica y con una renovación periódica, una
concessio temporal, y por lo general, una delegación a título representativo: se
espera que el representante actúe según el interés de los representados en el
ámbito de estructuras y procedimientos que lo vinculan a esta intención.
Se puede deducir la siguiente definición: democracia es el procedimiento
y/o el mecanismo que: genera una poliarquia abierta cuya competición en el
mercado electoral; atribuye poder al pueblo; impone específicamente la
capacidad de respuesta de los elegidos frente a los electores. Es complicado
porque la democracia es complicada. Y téngase en cuenta esta definición es sólo
descriptiva, es decir, se limita a explicar por qué funciona la macrodemocracia.
Es, por consiguiente una definición mínima que establece la condición necesaria
y suficiente para poner en funcionamiento un sistema que puede, con todo
derecho, ser llamado democrático. Sin el denominado modelo de Schumpeter el
funcionamiento efectivo de la democracia representativa seguiría totalmente sin
ser comprendido. Pero a partir de aquí queda totalmente por construir el discurso
prescriptivo destinado a promover y desarrollar la democracia. La democracia es
una cosa, el grado de democracia y la democratización, otra distinta.

TEXTO 48:
LIBERALISMO Y DEMOCRACIA
(Bobbio)
LA Libertad DE LOS ANTIGUOS Y DE LOS
MODERNOS
Por liberalismo se entiende una determinada concepción del Estado, la
concepción según la cual el Estado tiene poderes y funciones limitados y como
tal se contrapone tanto al Estado absoluto como al Estado que hoy llamamos
social; por democracia una de las tantas formas de gobierno, en particular aquella
en la cual el poder no está en manos de uno o de unos cuantos sino de todos.
Es el Estado liberal clásico hoy está en crisis por el avance progresivo de
la democratización, producto de la ampliación gradual del sufragio hasta llegar al
sufragio universal.

Derecho Político (Resumen) 163


AGRUPACION 1983

El fin de los antiguos era la distribución del poder político entre todos los
ciudadanos de una misma patria: ellos llamaban a esto libertad. El fin de los
modernos es la seguridad de los goces privados: ellos llaman libertad a las
garantías acordadas por las instituciones para estos goces.
Nosotros ya no podemos gozar de la libertad de los antiguos, que estaba
constituida por la participación activa y constante en el poder colectivo. Nuestra
libertad en cambio debe estar constituida por el gozo pacífico de la
independencia privada.
El pacto social proporciona al cuerpo político un poder absoluto, afirma que
el cuerpo soberano, por su parte, no puede cargar a los súbditos de ninguna
cadena que sea inútil a la comunidad. Pero es cierto que estos límites no son
anteriores a la aparición del Estado, como lo propone la teoría de los derechos
naturales, que representa el núcleo doctrinal fuerte del Estado liberal. En efecto,
aún admitiendo que todo lo que cada individuo enajena de su poder e solamente
la parte cuyo uso es transcendente para la comunidad el cuerpo soberano es el
único juez de esta importancia.

LOS DERECHOS DEL HOMBRE.


El presupuesto filosófico del Estado liberal, entendido como Estado
limitado en contraposición al Estado absoluto, es la doctrina de los derechos del
hombre elaborada por la escuela del derecho natural.
Atribuir a alguien un derecho significa reconocer que el tiene la facultad de
hacer o no hacer lo que le plazca, y al mismo tiempo el poder de resistir,
recurriendo en última instancia a la fuerza propia o de los demás contra el
transgresor eventual, quién en consecuencia tiene el deber de abstenerse de
cualquier acto que pueda interferir con la facultad de hacer o de no hacer.
Derecho y deber son dos nociones que pertenecen al lenguaje prescripto y en
cuanto tales presuponen la existencia de una norma o regla de conducta que en
el momento en que atribuye a un sujeto la facultad de hacer o de no hacer algo
impone a quien sea abstenerse de toda acción que pueda en cualquier forma
impedir el ejercicio de tal facultad. Se puede definir al iusnaturalismo como la
doctrina de acuerdo con la cual existen leyes que no han sido puestas por la
voluntad humana.
Se habla de iusnaturalismo como el presupuesto filosófico del liberalismo
porque sirve para establecer los límites del poder con base en una concepción
general e hipotética de la naturaleza del hombre.
La doctrina de los derechos naturales es la base de las Declaraciones de
los derechos de los Estados Unidos y de la Francia revolucionaria mediante las
cuales se afirma los principios fundamentales del Estado liberal.
El curso histórico que origina un determinado orden jurídico y su
justificación racional se presentan de manera invertida: históricamente el estado
liberal nace de una continua y progresiva erosión del poder absoluto del rey, y en
períodos históricos de crisis aguda de una ruptura revolucionaria, racionalmente,
el Estado liberal es justificado, como el resultado de un acuerdo entre individuos
en principio libres que convienen en establecer los vínculos estrictamente
necesarios para una convivencia duradera y pacífica. Mientras el curso histórico
camina de un estado inicial de servidumbre a estados sucesivos de conquista de

Derecho Político (Resumen) 164


AGRUPACION 1983

espacios de libertad por parte de los sujetos, mediante un proceso de liberación


gradual, la doctrina transita el camino inverso, ya que parte de la hipótesis de un
estado inicial de libertad, y sólo en cuanto concibe al hombre naturalmente libre
llega a constituir la sociedad política como una sociedad con soberanía limitada.
La afirmación de los derechos naturales y la teoría del contrato social, o
contractualismo, están estrechamente vinculadas. La idea de que el ejercicio del
poder político sea legítimo sólo si se basa en el consenso de las personas sobre
las cuales se ejerce y por tanto en un acuerdo entre quienes deciden someterse a
un poder superior y con las personas a las que este poder es confiado, deriva del
presupuesto de que los individuos tengan derechos que no dependen de la
institución de un soberano y que la institución del soberano tenga como función
principal el permitir el desarrollo máximo de estos derechos compatibles con la
seguridad social. Lo que une la doctrina de los derechos del hombre y el
contractualismo es la común concepción individualista de la sociedad, la
concepción de acuerdo con la cual primero está el individuo con sus intereses y
necesidades, que toman la forma de derechos en virtud de una hipotética ley de
naturaleza, y luego la sociedad y no al contrario como sostiene el organicismo en
todas sus formas, de acuerdo con la cual la sociedad es primero que los
individuos, o con la fórmula aristotélica, destinada a tener un gran éxito a lo largo
de los siglos, el todos es primero que las partes. El contractualismo moderno la
verdadera y propia mutación en la historia del pensamiento político dominado por
el organicismo en cuanto, cambiando la relación entre el individuo y la sociedad,
ya no hace de la sociedad un hecho natural que existe independientemente de la
voluntad de los individuos, sino un cuerpo artificial, creado por los individuos a su
imagen y semejanza para la satisfacción de sus intereses y necesidades y el más
amplio ejercicio de sus derechos.

LOS LÍMITES DEL PODER DEL ESTADO


El liberalismo es una doctrina del estado limitado tanto con respecto a sus
poderes como a sus funciones. La noción común que sirve para representar al
primero es el estado de derecho, la noción común para representar el segundo es
el estado mínimo. Mientras el estado de derecho se contrapone al estado
absoluto, el estado mínimo se contrapone al estado máximo, entonces se debe
decir que el Estado liberal se afirma en la lucha con el Estado absoluto en
defensa del estado de derecho y contra el estado máximo en defensa del estado
mínimo, si bien los dos movimientos de emancipación no siempre coinciden
histórica y prácticamente.
Cuando se habla del estado de derecho en el ámbito de la doctrina liberal
del Estado, es preciso agregar a la definición tradicional una determinación
subsecuente: la constitucionalización de los derechos naturales, o sea, la
transformación de estos derechos en derechos protegidos jurídicamente, es
decir, en verdaderos propios derechos positivos. En la doctrina liberal estado de
derecho no sólo significa subordinación de los poderes públicos de cualquier
grado a las leyes generales del país que es un límite puramente formal, sino
también subordinación de las leyes al límite material del reconocimiento de
algunos derechos fundamentales considerados constitucionalmente, y por tanto

Derecho Político (Resumen) 165


AGRUPACION 1983

en principio inviolables. El Kelseniano, de acuerdo con el cual una vez resuelto el


estado en su ordenamiento jurídico, todo estado es estado de derechos.
Son parte integrante del estado de derecho en sentido profundo, que es el
propio de la doctrina liberal, todos los mecanismos constitucionales que impiden
u obstaculizan el ejercicio arbitrario e ilegítimo del poder y dificultan o frenan el
abuso, o el ejercicio ilegal. Los más importantes de estos mecanismos son 1) el
control del poder ejecutivo por parte del poder legislativo o más exactamente del
gobierno al que corresponde el poder ejecutivo de parte del parlamento al que
toca en última instancia el poder legislativo y la orientación política; 2) el control
eventual del parlamento en el ejercicio del poder legislativo ordinario por parte de
una corte jurisdiccional a la que se pide el establecimiento de la
constitucionalidad de las leyes; 3) una relativa autonomía del gobierno local en
todas sus formas y grados frente al gobierno central; 4) un poder judicial
independiente del poder político.

LA LIBERTAD CONTRA EL PODER.


Los mecanismos constitucionales que caracterizan al estado de derecho
tienen el propósito de defender al individuo de los abusos de poder. Son
garantías de libertad, de la llamada libertad negativa, entendida como la esfera
de acción en la que el individuo no está constreñido por quien detenta el poder
coactivo a hacer lo que no quiere y a la vez no es obstaculizado para hacer lo
que quiere.
Es necesario agregar que para el pensamiento liberal la libertad individual
está garantizada, no sólo por los mecanismos constitucionales del estado de
derecho, sino también porque el estado se le reconocen funciones limitadas en el
mantenimiento del orden público interno e internacional. En el pensamiento
liberal, la teoría del control del poder y la teoría de la limitación de las funciones
del Estado caminan paralelamente. Desde el punto de vista del individuo el
Estado es concebido como un mal necesario: precisamente en cuanto es un mal,
aunque sea necesario el estado debe entremeterse lo menos posible en la esfera
de acción de los individuos.
El proceso de formación del Estado liberal puede hacerse coincidir con el
crecimiento progresivo de la esfera de la libertad del individuo, con respecto a los
poderes públicos con la emancipación gradual de la sociedad o de la sociedad
civil, en el sentido hegeliano o marxista del estado. Las esferas son la religiosa y
económica.

EL ANTAGONISMO ES FECUNDO
Humboldt explica que la intervención del gobierno más allá de las dos
funciones que le han sido encomendadas, el orden interno y el orden externo,
termina por crear en la sociedad comportamientos uniformes que sofocan la
variedad natural de los caracteres y de las disposiciones. A lo que los gobiernos
tienden, a despecho de los individuos, es al bienestar y a la pasividad.
La defensa del individuo de la tentación del Estado de proveer a su
bienestar afecta no solamente la esfera de los intereses sino también ala esfera
moral; hoy estamos demasiado influidos por la crítica exclusivamente económica
como para darnos cuenta plena de que el liberalismo nace con una fuerte carga
Derecho Político (Resumen) 166
AGRUPACION 1983

ética, y la crítica del paternalismo tiene su principal tazón de ser en la defensa de


la autonomía de la persona humana.
El liberalismo, como teoría del Estado limitado, contrapone el estado de
derecho al estado absoluto, y el estado mínimo al estado máximo. A través de la
teoría del progreso mediante el antagonismo entra en escena la contraposición
entre Estado europeos libres y el despotismo oriental. La categoría del
despotismo es antigua, y siempre ha tenido además del significado analítico,
fuerte valor polémico. Con la expansión del pensamiento liberal, se le agrega otra
connotación negativa: precisamente por el sometimiento general.

LA DEMOCRACIA DE LOS ANTIGUOS Y DE LOS


MODERNOS.
El liberalismo, como teoría del estado es moderno, mientras que la
democracia como forma de gobierno es antigua. El pensamiento político griego
nos legó una célebre tipología de las formas de gobierno de las cuales una es la
democracia, definida como el gobierno de muchos, de la mayoría, o de los
pobres, en síntesis, de acuerdo con la misma composición de la palabra, del
pueblo a diferencia del gobierno de uno o de unos cuantos. El sentido descriptivo
general del término no ha cambiado. Lo que se considerar que cambió en el paso
de la democracia de los antiguos a la democracia de los modernos, por lo menos
a juicio de quienes consideran útil esta contraposición, no es el titular del poder
político, que siempre es el pueblo, entendido como el conjunto de ciudadanos a
los que toca en última instancia el derecho de tomar las decisiones colectivas,
sino la manera, amplia o restringida, de ejercer este derecho.
La disolución del Estado estamental libera al individuo en cuanto tal, no el
miembro de la corporación, quien tiene el derecho de elegir a los representantes
de la nación, los cuales son llamados por los individuos específicos para
representar a la nación en su conjunto y por tanto deben realizar sus acciones y
tomar sus decisiones sin algún mandato imperativo. Si por democracia moderna
se entiende la democracia representativa, y si a la democracia representativa es
inherente la desvinculación del representante de la nación del individuo
representado y de sus intereses particulares, la democracia moderna presupone
la atomización de la nación y su recomposición en un nivel más alto y restringido
como lo es la asamblea parlamentaria.

DEMOCRACIA E IGUALDAD.
El término democracia en su sentido jurídico institucional y no en su
significado ético, o sea, en un sentido más procesal que sustancial. Es indudable
que históricamente democracia tiene dos significados preponderantes por lo
menos en su origen, según si pone en mayor evidencia el conjunto de reglas
cuya observancia es necesaria con objeto de que el poder político sea distribuido
efectivamente entre la mayor parte de los ciudadanos, las llamadas reglas del
juego, o el ideal en el cual un gobierno democrático debía inspirarse, que es el de
la igualdad.
Liberalismo e igualitarismo tienen sus raíces en concepciones del hombre
y de la sociedad profundamente diferentes: individualista, conflictiva y pluralista la

Derecho Político (Resumen) 167


AGRUPACION 1983

liberal; totalizante, armónica y monista la igualitaria. Para el liberal el fin principal


es el desarrollo de la personalidad individual, aunque el desarrollo de la
personalidad individual, aunque el desarrollo de la personalidad más rica y
dotada puede ir en detrimento de la expansión de la personalidad más pobre y
menos dotada; para el igualitario el fin principal es el desarrollo de la comunidad
en su conjunto, aún a costa de disminuir la esfera de libertad de los individuos.
La igualdad en la libertad: lo que significa que cada cual debe gozar de
tanta libertad cuanto sea compatible con la libertad ajena y puede hacer todo
aquello que no dañe la libertad de los demás. Esta forma de igualdad inspira dos
principios fundamentales enunciados en normas constitucionales: a) la igualdad
frente a la ley y b) la igualdad de derechos.
Los hombres naces y permanecen libres e iguales en derechos. Todos los
ciudadanos tienen la misma dignidad social y son iguales frente a la ley. La ley es
igual para todos. El juez deber ser imparcial en la aplicación de la ley y como tal
forma parte de los recursos constitutivos y aplicables del estado de derecho y por
tanto es inherente al Estado liberal por la ya señalada identificación del estado
liberal con el estado de derecho.
Por lo que hace a la igualdad en derechos o de derechos, esta representa
un momento posterior en la equiparación de los individuos con respecto a la
igualdad frente a la ley entendida como exclusión de las discriminaciones de la
sociedad estamental significa el disfrute equitativo por parte de los ciudadanos de
algunos derechos fundamentales constitucionalmente garantizados. Mientras la
igualdad frente a la ley puede ser interpretada como un forma específica e
históricamente determinada de igualdad jurídica, por ejemplo, en el derecho de
tener acceso a la jurisdicción común y a los principales cargos civiles y militares,
independientemente del origen, la igualdad de derechos comprende la igualdad
de todos los derechos fundamentales enumerados en una constitución es así
tanto que se pueden definir fundamentales aquellos, y solo aquello, de los que
deben gozar todos los ciudadanos sin discriminación derivadas de la clase social
del sexo, de la religión de la raza.

EL ENCUENTRO ENTRE EL LIBERALISMO Y LA


DEMOCRACIA.
El igualitarismo democrático, el cual se extiende hasta perseguir el ideal de
cierta equiparación económica, ajena a la tradición del pensamiento liberal. Este
ha llegado a aceptar, además de la igualdad jurídica, la igualdad de
oportunidades, que presupone la igualación de los puntos de partida, pero no de
los puntos de llegada.
La democracia puede ser considerada como el desarrollo natural del
Estado liberal, a condición de que no se considere la democracia desde el punto
de vista de su ideal igualitario sino desde el punto de vista de su fórmula que es
la soberanía popular.
Existen buenas razones para creer:

1. Que hoy el método democrático es necesario para salvaguardar los


derechos fundamentales de la persona que son la base del Estado liberal;

Derecho Político (Resumen) 168


AGRUPACION 1983

2. Que la salvaguardia de estos derechos es necesaria para el


funcionamiento correcto del método democrático. Los derechos políticos
son un complemento natural de los derechos de libertad y de los derechos
civiles.

Los derechos políticos son un complemento natural de los derechos de


libertad y de los derechos civiles.
Al reconocimiento de los derechos inviolables de la persona en los que se
basa el Estado liberal para el buen funcionamiento de la democracia, se debe
señalar que la participación en el voto puede ser considerada como el correcto y
eficaz ejercicio de un poder político, o sea, del poder de influir en la toma de las
decisiones colectivas, sólo si se realiza libremente, es decir, si el individuo que va
a las urnas para sufragar goza de las libertades de opinión, de prensa, de
reunión, de asociación de todas las libertades que constituyen la esencia del
Estado liberal, y que en cuento tales fungen como presupuestos necesarios para
que la participación sea real y no ficticia.
Sólo los estados nacidos de las revoluciones liberales son democráticos y
solamente los estados democráticos protegen los derechos del hombre: todos los
Estados autoritarios del mundo son a la vez antiliberales y antidemocráticos.

EL INDIVIDUALISMO Y EL ORGANICISMO.
Este nexo entre el liberalismo y la democracia es posible porque ambos
tienen un punto de partida en común: el individuo, los dos reposan en una
concepción individualista de la sociedad. Toda la historia del pensamiento político
está dominada por una gran dicotomía: organicismo, e individualismo. El
organicismo es antiguo, mientras que el individualismo es moderno. El
organicismo considera al estado como un cuerpo en grande compuesto por
partes que concurren cada una de acuerdo con su propio sentido y en relación de
interdependencia con todas las demás, para la vida del todo, y por tanto no
concede ninguna autonomía a los individuos, el individualismo considera al
Estado como un conjunto de individuos, como el resultado de su actividad y de
las relaciones que establecen entre ellos.
La democracia se basa en una concepción ascendente del poder, el
organicismo, al fundarse en una concepción descendente, se inspira en modelos
autocráticos de gobierno: es difícil imaginar un organismo en el que manden los
miembros y no la cabeza.
Tanto el individualismo liberal como el individualismo democrático nacen
en contraposición con las diversas formas de organicismo, pero a través de dos
procesos diferentes: el primero por corrosión gradual de la totalidad, mediante el
cual los individuos, como hijos que se vuelven mayores de edad, se separan del
grupo primitivo omnipotente y omnipresente y conquistan espacios de acción
personal cada vez más amplias; el segundo por la completa disolución de la
compacta unidad global, de donde se forman partes independientes las unas de
las otras y todas juntas del todo, y comienzan a vivir su propia vida. El primer
proceso tiene como resultado la reducción del poder público a los términos
mínimos, el segundo lo reconstituye pero como suma de poderes particulares, lo
que se evidencia en el contractualismo que funda el Estado sobre un titulo

Derecho Político (Resumen) 169


AGRUPACION 1983

jurídico como el contrato, propio de la esfera del derecho privado, donde se


encuentran voluntades particulares para la formación de un voluntad común.

TEXTO 49:
QUE ES EL TERCER ESTADO. De Sieyés.
(Pantoja Morán)

LA REVOLUCIÓN
La estructura social conservaba la impronta aristocrática; en efecto, la
tierra era poco más o menos la única fuente de riqueza y sus poseedores se
arrogaban todos los derechos sobre los hombres que la cultivaban.
La sociedad francesa se dividía en tres órdenes: el clero, que era no sólo
el primero de los órdenes, sino también el cuerpo más sólidamente unido por su
jerarquía propia y su disciplina; formaba un orden y no una clase, ya que se
repartía entre la nobleza y el pueblo. La nobleza, determinada en principio por el
nacimiento, era hereditaria. Y finalmente el tercer estado, formado por las masas
populares en general, encabezadas por la burguesía que, sin duda constituía su
parte más rica y más capaz. Se había formado entre campesinos de oficio y
artesanos, de los que algunos se elevaban gracias al trabajo y al ahorro, pero
sobre todo, gracias a la especulación comercial. La clase media o pequeña
burguesía, el “pueblo” a quien se referían los inflamados discursos
revolucionarios, integrado por aquellos que trabajaban con sus manos, o al
menos habían empezado por ello, la formaban artesanos, vendedores,
impresores, etc.
Ante la presión burguesa y las arcas de Francia vacías, Luis XVI tuvo que
convocar a los Estados Generales para el 1 de mayo de 1789. Se constituirían en
tres órdenes disponiendo cada uno de igual número de representantes,
pronunciándose separadamente y poseyendo el derecho de veto frente a los
otros. La alianza nobleza-clero sumaba dos votos contra uno del Tercer Estado, y
así el dominio de la situación por los privilegiados se hallaba asegurado.
En la misma convocatoria, Luis autorizaba a los franceses a presentar sus
ideas sobre la reforma del estado. En ellos la nobleza y burguesía manifiestan
unánimemente su fidelidad a la monarquía, pero están de acuerdo en substituir el
poder absoluto por imperio de la ley aprobada por los representantes de la
nación, en garantizar la libertad individual contra lo arbitrario del policía o juez, en
conceder libertades a la prensa, la tolerancia religiosa.

TEXTO 50:
ALEXIS TOCQUEVILLE Y LA TEORÍA DEL ESTADO
DEMOCRÁTICO.
(Pedrero)
INTRODUCCIÓN

Derecho Político (Resumen) 170


AGRUPACION 1983

TOCQUEVILLE constituye en su época un raro ejemplo de investigador


sistemático de un tipo que iba a desarrollarse veinte años más tarde en Francia,
con la extensión del naturalismo y el positivismo. Cuando reinaba la historia de
evocación, Tocqueville da un cuadro descriptivo de la vida contemporánea en los
Estados Unidos. Su criterio de trabajo es eminentemente objetivo y no afirma
nada que no proceda de una fuente real, o de textos de absoluta confianza y
auténticos.
Escribía en pleno apogeo romántico, pero su espíritu lúcido no se dejaba
ganar por el pesimismo y no se sentía inclinado a evocar lo pasado. La revolución
de 1789 había puesto en escena una lucha de tendencia que unas y otras, se
jugaban la aplicación de sus concepciones respectivas de los ideales expuestos
en la Declaración de Derechos. El drama culminó en la época napoleónica. Los
ideales liberales prevalecían en la mayoría de los espíritus, pero la vida política
semejaba por el momento una tierra baldía para la encarnación de cualquier
ideal. Tocqueville tiene una noción clara de la historia como progreso humano. En
los Estados Unidos se estaba realizando la experiencia democrática en
condiciones inmejorables porque no se había tenido que barrer con siglos de
tradición.
Autores como este han elaborado la materia prima para la formación de lo
que hoy conocemos con los académicos nombres de sociología política y ciencia
política.
Mientras que en Europa las teorías eran puestas en práctica
conscientemente, en los Estado Unidos había sucedido un fenómeno insólito y
único. En las primeras comunidades, la de los hombres del May Flower y muchas
de las que fueron surgiendo a partir de 1620 se producía espontáneamente lo
que los filósofos y teóricos de la política habían concebido como explicación
racional del origen, no histórico sino lógico del estado. Los hombres se
agrupaban y se daban un gobierno libremente considerando a ese gobierno como
su representante. El contrato social se había realizado y a partir de el se forjaría
la conciencia política de los estados Unidos. Había nacido el Estado democrático.
Pero los hombres que redactaban la declaración de independencia no sólo
estaba presente esta realidad de la experiencia política norteamericana, sino toda
la elaboración ideológica de Locke y de los filósofos franceses de la Ilustración.
El cambio en la ruta del progreso histórico fue rápidamente captado en su
esencia por uno de los grandes de la ciencia histórica, Von Ranke, que se
preguntaba en qué consiste la tónica de ese nuevo Estado que hasta el momento
sólo había existido en la mente de grupos de intelectuales preocupados por
desentrañar el problema principal del hombre: su destino histórico.
En el modo de vida democrático donde Tocqueville cree hallar los
elementos formadores de aquella escena política novedosa, necesaria a un
mundo nuevo. En esto se parece a todos los grandes filósofos políticos del siglo
XIX, incluyendo a los socialistas que marchaban tras el nuevo mundo. Mundo
nuevo que Tocqueville encontraría en el Nuevo Mundo.
Para Tocqueville, la igualdad no era simplemente igualdad, sino igualdad
en la libertad, e igualdad en la libertad es un concepto que, si bien no es
desconocido en Europa, está muy lejos de alcanzarse en aquel tiempo.
La representación tiene muchísima trascendencia para la fundamentación
de la ciencia política. Efectivamente no hay más que recordar que, desde los

Derecho Político (Resumen) 171


AGRUPACION 1983

orígenes del pensamiento político, existió el problema de quienes deberían tener


el mando político en una sociedad.
A pesar de la importancia que el concepto de representación juega en la
teoría política de Tocqueville, nadie antes, ni después la ha destacado tan
claramente como John Stuart Mill, en su nota crítica publicada.
Queda bien establecido el papel que la teoría de la representación juega
en la nueva ciencia política, como fundamento mismo de la democracia. Al
ejercer el pueblo su soberanía a través de sus mejores representantes, realiza el
valor político de mayor importancia.
Sin embargo aunque teóricamente pareciera eliminado todo peligro de una
nueva trampa, la clara mentalidad de Tocqueville llegó a plantearse el problema
de que bajo la sombra misma de la soberanía popular llegara a establecerse un
nuevo despotismo de elegidos. Felizmente observó el interés de la nueva
sociedad por el agrupamiento colectivo, interés que existía desde el contrato del
May Flower, y de la observación directa de los hechos elaboró lo que con gran
acierto denominó “Teoría General de la Asociación”. Dicha institución permitiría al
pueblo ejercer la presión indispensable que evitaría el despotismo de la mayoría
o de la dictadura de seleccionado.
La teoría de la representación y su antítesis, la asociación se
desenvuelven dialécticamente en las ideas de libertad en la igualdad, sentando
las bases de la justificación ético social del Estado democrático.
Al estado Bello se llega después de realizar una justicia igualitaria que
justificará a la ciencia política. La teoría del estado democrático de Tocqueville
es, pues, completa. Justificada jurídicamente, fundamentada políticamente,
tendiendo a una realización ética asienta en la cúspide del edificio como remate
final del Estado a la belleza que da una nueva validez a la totalidad del sistema.
Era una democracia de elegidos, la igualdad natural puede conducir a la
larga, si se la concibe de esta manera, a una desigualdad real, producida por una
mayor o menor aptitud para tener éxito y hacerse un lugar en la sociedad, con
base en un firme poción económica. Esta actitud hacía el mundo constituyo el
origen de un Estado democrático y al mismo tiempo capitalista.
La concepción democrática de Jefferson, había una tendencia a enaltecer
la vida natural y el valor de la tierra, en Franklin la idea de democracia se
orientaba con un sentido más práctico hacia una vida forjada en el trabajo y la
austeridad para aumentar el bienestar social y asegurar un mundo cómodo y
seguro.
Los temas de la Democracia en América: las instituciones norteamericanas
como Expresión de las costumbres y, en general, el estilo de vida de los Estados
Unidos y los principios en que se basa un estado democrático. La primera parte
de la Democracia desarrolla el primer tema. En ella se describe el funcionamiento
de los tres poderes de la Unión: la estructura de los tribunales y los fundamentos
del poder judicial, los cuerpos legislativos y la organización del poder ejecutivo
federal, introducidos por el análisis de la Constitución Federal. Se examina el
sistema bipartidista y la importancia de las asociaciones, el poder de la mayoría y
sus efectos.
La primera parte termina con una serie de capítulos dedicados a examinar
la influencia de las costumbres y de la religión en el mantenimiento del sistema
democrático. En la segunda parte, la más importante, está trazada toda la teoría

Derecho Político (Resumen) 172


AGRUPACION 1983

del Estado democrático que constituye la gran aportación de Tocqueville, su


filosofía política.
Tocqueville, con el análisis y conocimiento de la ciencia de su tiempo,
pudo prever con más de cien años de anticipación una serie de acontecimientos
políticos de gran importancia que constituyen uno de los más fuertes atractivos
de su obra.
Dichos acontecimientos: la pérdida para México del Estado de Texas,
hecho consumado pocos años después de la primera edición de la Democracia, y
el futuro surgimiento de las superpotencias Estados Unidos y Rusia, son para
dejar atónito a cualquiera. Sobre todo, si en la observación de dichas
predicciones nos alejamos del carácter rigurosamente científico en que se basó
Tocqueville para hacerlas. La naturaleza con que describiera los futuros sucesos
no deja lugar a dudas de su seguridad científica.

TEXTO 51:
CAPITALISMO
(Bobbio)
PREMISA
El término tiene, en el lenguaje común actual, y en la publicidad política, un
significado sumamente fluctuante y de ninguna manera riguroso, ya que muchas
veces se refiere a términos heterogéneos como ideología, sistema, estado y, en
general, a los más variados aspectos de la estructura económica, social, política
de los países occidentales ligados a la propiedad privada de los medios de
producción, junto con los términos, usados a menudo como sinónimos, burgués e
industrial.

EL TÉRMINO.
El termino capitalismo tiene orígenes que se remontan a la literatura
económica francesa de la mitad del siglo XIX.
Definiciones de capitalismo.
Esencialmente son cuatro las definiciones que adquieren una relevancia
particular por el influjo que han ejercido en la investigación.
La primera es la que identifica el capitalismo con el sistema de la iniciativa
individual absolutamente libre en una sociedad avanzada e industrializada, en
que la actividad económica es ejercida por unidades poseídas en propiedad
privada y que operan sin interferencia estatales y bajo el estímulo de la ganancia
(autor Crosland).
Una segunda acepción es la que pone el acento en el principio de la
ganancia y del racionalismo económico, elementos constitutivos de un espíritu del
capitalismo que en cuanto momento genérico del capitalismo mismo deber
ejercerse aun antes de que cualquier empresa capitalista pueda realizarse.
(Autores Sombart y Weber).
En una tercera definición el capitalismo se identifica con la organización de
la producción para un mercado distante, para el que se podría encontrar una
Derecho Político (Resumen) 173
AGRUPACION 1983

forma económica capitalista, no bien se hayan separado en el tiempo y en el


espacio los actos de la producción y de la venta, y así se podría hablar de
capitalismo no bien se pase de la economía natural del mundo medieval a la
economía monetaria. (Escuela histórica alemana).
La cuarta y última definición es la de Marx, que no vincula la esencia del
capitalismo a la aparición de un sistema de producción para el mercado sino a la
aparición de la misma fuerza de trabajo como mercancía, comprada y vendida en
el mercado como cualquier otro objeto de cambio. La condición histórica del
surgimiento del capitalismo está, pues ligada a la concentración de la propiedad
de los medios de producción en manos de una minoría de la sociedad y a la
aparición como contraparte de una clase de no propietarios que obtienen sus
medios de sustento por medio de la venta de la propia fuerza de trabajo, venta no
coaccionada sino formalmente libre, en base a un contrato de trabajo.

CRÍTICA DE LAS DEFINICIONES EXAMINADAS.


En efecto, parecen llevar a la conclusión de que todas las épocas
históricas han sido, en cierta medida, capitalistas, mientras que una dificultad
ulterior afecta la concepción de Sombart y de Weber: si el capitalismo como
forma económica es una creación del espíritu capitalista, habrá que dar cuenta de
la génesis de esto para explicar el origen de aquello.

TRANSICIÓN Y FASE DEL PROTOCAPITALISMO.


El modo y las fases de este primer período del capitalismo definido por
Marx como acumulación primitiva o acumulación originaria han sido objeto de
notorias controversias, ya sea que se ponga el acento en el surgimiento de una
clase de pequeños productores de mercancías, entre los que se reclutan los
promotores del desarrollo de la productividad en la primera fase del capitalismo,
de acuerdo con el modelo presentado por Inglaterra en el siglo XVII, ya sea que
se descubra el hilo conductor del paso del modo de producción feudal al
capitalista en el papel desarrollado por la manufactura concentrada bajo la
protección del estado.
La monarquía inglesa, en la etapa de la acumulación primitiva, adopta
formas diversas de las de la monarquía absoluta de tipo francés. Pero, una vez
sostenida esta divergencia tendencial entre las diferentes formas de la realidad
concreta de los distintos países parece, sin embargo, posible extrapolar un único
marco de referencia por lo que respecta a las funciones del estado en razón del
modo de producción que empieza a consolidarse.
Además tanto en un caso como en el otro, se puede poner de manifiesto
también una intervención directa del estado a favor del proceso de acumulación
capitalista, con una más o menos intensa actividad de defensa de la producción
nacional, de estímulo a la actividad manufacturera a través de la expropiación de
los pequeños propietarios, el suministro de fondos, la ruptura de las barreras
comerciales dentro del territorio nacional, la construcción de canales y carreteras.

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, LIBRE COMPETENCIA Y


Laissez Faire.
Derecho Político (Resumen) 174
AGRUPACION 1983

Lo que se ha dicho hasta ahora puede referirse propiamente a la etapa del


protocapitalismo, entendido como momento límite de la unidad compleja
constituida por la transición del feudalismo al capitalismo completamente
desarrollado, cuya aparición puede ubicarse en el período de la llamada
revolución industrial.
La característica de la revolución industrial consiste en el cambio en el
carácter de la producción de máquinas capaces de accionarse por medio de la
fuerza motriz, no humana ni animal, a través de toda una serie de innovaciones
técnicas que, al utilizar la fuerza motriz mecánica en la producción, transformaron
el proceso productivo, haciéndolo pasar del taller artesanal a la fábrica, unidad
geográfica y funcional que le atribuye al proceso de producción el carácter
colectivo propio de la actividad de un grupo orgánico, en parte humano y en parte
mecánico. Se trata de paso de la manufactura a la maquinofactura.
La fecha aproximada de despegue puede ubicarse, para Inglaterra, en los
años 1783-1802, para Francia en los años 1830-1860, para los Estados Unidos
en los años 1843-1860, y para Alemania en los años 1850-1873.
La revolución industrial inaugura la época de la libre competencia, en el
sentido de que en cada ramo de la industria las empresas individuales siguen
siendo tan pequeñas que no ejercen un influjo perceptible en el mercado, que de
esta manera adopta la forma de una constelación de unidades productivas
separadas, autónomas entre sí, y cuyo mecanismo de competencia está regulado
por la llamada ley de la oferta y la demanda.

NACIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO


MONOPOLISTA.
La rápida acumulación del capital y el continuo revolucionamiento de la
técnica, característica de la fase competitiva del capitalismo son los dos factores
más importantes del proceso de concentración que caracteriza el capitalismo en
su fase monopolista, tanto a nivel de la unidad productiva, en que la complejidad
cada vez mayor del proceso productivo determina la necesidad económica de
unidades de producción cada vez más grandes, como a nivel de la concentración
financiera, que se ha hecho necesaria por el incremento de las inversiones que
van creciendo a medida que se hacen más grandes las unidades de producción.
La etapa de 1870 a 1930 se caracteriza por el desarrollo de sociedades
por acciones financiadas por los grandes bancos. (Capital financiero).
Este complejo proceso de constitución de monopolios y oligopolios se da
en una primera fase sobre bases esencialmente nacionales, pero al no poder
realizar en su interior las oportunidades cada vez mayores de inversión, el capital
sale de las zonas metropolitanas y se lanza al resto del mundo, constituyendo un
mercado cada vez más vasto, rescatando para su modo de producción partes
alícuotas cada vez más vastas de los recursos y de la fuerza de trabajo,
incorporándose y transformando los modos de producción ya existentes en las
zonas periféricas.
Esta situación produce efectos demasiados relevantes dentro del contexto
sociopolítico de la sociedad capitalista. Vemos que toda la estructura política está
invadida por un fenómeno de desarrollo sustancial de la organización, tanto a
nivel de la administración como a nivel de las funciones y de las organizaciones
Derecho Político (Resumen) 175
AGRUPACION 1983

militares, determinadas por la exigencia de complejas estrategias ofensivas de


amplio espectro.
Este desarrollo de la organización no afecta sólo la figura del estado sino
toda la sociedad. Es propia de la fase del desarrollo monopolista del capitalismo
tanto la rápida expansión de las organizaciones sindicales como la aparición de
los partidos de masa, ligada a la intensificación de la demanda política que va
acompañada de la cada vez más amplia esfera de la intervención pública y del
rápido crecimiento económico y sobre todo ligada a la ampliación del sufragio que
al determinar la adquisición de un papel aunque sea mínimo en la sociedad
política por parte de nuevas masas de población requiere nuevas funciones y
nuevos instrumentos para la agregación y la transmisión de la demanda política.

EL CAPITALISMO ENTRE LAS DOS GUERRAS


MUNDIALES.
La primera guerra mundial se presenta como un acontecimiento que
requiere una movilización completa de los recursos económicos, una rápida
ejecución de las decisiones referentes a las transferencias de trabajo y de
equipamientos productivos, un desarrollo de una industria de guerra, que el
mecanismo ordinario del mercado era incapaz de asegurar.

EL CAPITALISMO CONTEMPORÁNEO.
Esta intervención del estado, en sus distintas formas, sienta las premisas
de la fase del capitalismo, que grosso modo siguió a la segunda guerra mundial y
que se definió como capitalismo de estado.
El capitalismo de estado, ya sea que se realice en el sentido del control, de
la reglamentación o del gasto por parte del estado como comprador directo ya
sea que se realice en la forma de la propiedad y de la administración directa por
parte del estado de empresas capitalistas, junto con el grado cada vez más alto
de concentración económica y los procesos de transformación tecnológica
ligados a la introducción de procesos de producción continua determinaron un
salto que, en la discusiones que se sostuvieron en torno al capitalismo posbélico,
llevaron a muchos investigadores a la conclusión de que los cambios sucedidos
fueron tan grandes que determinaron la transformación completa del capitalismo.
El capitalismo queda definido así como un instrumento de un progreso técnico
continuo.
Dos son las razones fundamentales adoptadas para justificar semejantes
aseveraciones. En primer lugar la llamada revolución de los técnicos, por medio
de la cual el mecanismo económico de la sociedad industrial moderna, con la
sustitución del despotismo de los capitalistas propietarios por la dirección de los
técnicos, se regula mediante movimientos distintos de la ganancia, como la
seguridad y la estabilidad del progreso económico, la consolidación del prestigio
de las corporations. En segundo lugar, la llamada revolución de los ingresos, en
virtud de la cual el ingreso habría sido redistribuido radicalmente a favor de los

Derecho Político (Resumen) 176


AGRUPACION 1983

trabajadores, por lo que, a nivel del neocapitalismo ha desaparecido el


antagonismo de clase hasta las clases mismas tenderían a perder sus
connotaciones específicas para transformarse en un sistema de estratos
fuertemente permeables a una continua movilidad social.
No es difícil descubrir en todos estos planteamientos una deformación
ideológica de la realidad: todos estos fenómenos incluyendo el mejoramiento del
tenor de vida del proletariado no son capaces de llevarnos a creer que nos
encontramos ante un capitalismo que ha cambiado en su naturaleza.

TEXTO 52:
ESTADO, GOBIERNO Y SOCIEDAD.
(Bobbio)

DEMOCRACIA Y DICTADURA

La Democracia En La Teoría De Las Formas.


Desde la Edad Antigua hasta nuestros días, el término democracia se ha
utilizado siempre para designar una forma de gobierno, o bien uno de los distintos
modos en que se puede ejercer el poder político. Este término designa de forma
específica una forma de gobierno en la que el pueblo ejerce el poder político.
El considerar el concepto de democracia como parte de un sistema más
amplio de conceptos, nos permite dividir su estudio siguiendo los distintos usos
que le ha dado la teoría de las formas de gobierno, aislada o simultáneamente,
según los distintos autores. Estos usos son los tres siguientes: descriptivo
(sistemático), prescriptivo (axiológico) e histórico. Una teoría de las formas de
gobierno en su uso descriptivo o sistemático se ocupa de la clasificación. Una
teoría de las formas de gobierno, en su uso prescriptivo o axiológico requiere una
serie de juicios de valor. Finalmente, podemos hablar de una teoría en su uso
histórico cuando no sólo sirve para clasificar las distintas constituciones o para
recomendar una u otra, sino también para describir los distintos momentos de su
desarrollo históricos, considerado como paso obligado de una forma a otra.

EL USO DESCRIPTIVO.
Respecto a su significado descriptivo, la democracia, según la tradición
clásica, es una de las tres formas posibles de gobierno de la tipología en la que
se clasifican según el número de gobernantes; más especialmente, es la forma
de gobierno en la que el poder lo ejerce el pueblo, o el mayor número de
personas, o muchos y en cuanto tal se distingue de la monarquía y de la
aristocracia, en la que el poder lo ejercen unos o muchos respectivamente.
Para Platón la monarquía es una de las formas de poder político. El poder
de las masas la tercera forma de gobierno. En Aristóteles con estas palabras: “es
necesario que el poder político lo ejerza uno solo, unos pocos o la mayoría”.
Aristóteles reserva el término democracia para la forma mala, la forma buena la
designa con el término genérico que significa constitución “politeia”.
Polibio dice que “la mayoría de los que han estudiado este tema nos
enseñan que existen tres formas de gobierno que se llaman respectivamente
Derecho Político (Resumen) 177
AGRUPACION 1983

reino, aristocracia y democracia”. El término democracia vuelve a designar el


gobierno de la mayoría en su forma buena: Polibio asigna a la forma mala el
término oclocracia.
A pesar de que haya prevalecido la tripartición, a veces, ha sido sustituida
por una bipartición. Esta sustitución se ha realizado de dos formas: reagrupando
democracia y aristocracia y contraponiéndolas a monarquía, o bien, agrupando
monarquía y aristocracia y contraponiéndolas a democracia. La primera solución
es la adoptada por Maquiavelo. La segunda es la que ha prevalecido en la teoría
política contemporánea, donde la tripartición clásica se ha sustituido, por todas
partes, con la división primaria y fundamental entre democracia y autocracia. Uno
de los autores que más ha contribuido a difundir consolidar esta distinción ha sido
Kelsen. La diferencia entre democracia y autocracia sigue un criterio
completamente diferente, inspirado a su vez en una observación: el poder sube
de abajo hacia arriba, o bien baja de arriba hacia abajo. Para justificar esta
distinción, Kelsen se vale de la diferencia entre autonomía y heteronomía:
democráticas son las formas de gobierno en que las leyes están hechas por
aquellos a quienes van dirigidas, autocráticas aquellas en que los que hacen las
leyes son distintos de aquellos a quienes se dirigen.

EL USO PRESCRIPTIVO.
Respecto a su significado prescriptivo, la democracia, al igual que todas
las demás formas de gobierno, se puede considerar con signo positivo o
negativo, es decir, como una forma buena y, por tanto, digna de ser alabada y
recomendada, o como una forma mala, y por tanto digna de ser vituperada y
desaconsejada. Toda la historia del pensamiento político está jalonada por la
polémica sobre la mejor forma de gobierno: dentro de esta polémica, uno de los
temas que se repite periódicamente es la aportación de argumentos a favor o en
contra de la democracia.
En la polémica sobre la mejor forma de gobierno, los clásicos del
pensamiento político moderno, que expresan sus reflexiones paralelamente al
surgir de los grandes estados territoriales en su mayoría monárquicos, son
favorables a la monarquía y contrarios a la democracia por lo menos hasta la
revolución francesa y con la única excepción de Spinoza. Así sucede con Bodin,
Hobbes, Locke, Vico, Montesquieu, Kant y Hegel; algunos de ellos, que
consideran las distintas formas de gobierno más adecuadas a su edad
contemporánea, mientras otros como Hobbes y Bodin, efectúan una comparación
abstracta en la que se recogen todos los argumentos tradicionales contra el
gobierno del pueblo, todas las viejas y nuevas razones de la antidemocracia.
Hobbes se puede considerar como paradigmático: los argumentos contra
la democracia se pueden reunir en dos grupos: los que se refieren al sujeto que
gobierna y los que hacen referencia al modo de gobernar. Los defectos de las
asambleas populares son la incompetencia, el dominio de la elocuencia y la
formación de partidos que impiden la creación de una voluntad colectiva y
favorecen el cambio apresurado de las leyes y la falta de secreto.
Lo que los divide es la distinta concepción sobre la finalidad última del
Estado que, para Hobbes, es la paz y el orden y para Spinoza la libertad,
diferencia que descansa, a su vez, en otra diferencia más profunda que permite,

Derecho Político (Resumen) 178


AGRUPACION 1983

sobe todo, contraponer una teoría a la otra: me refiero a la diferencia respecto a


la perspectiva principal en la que se sitúa todo escritor político para exponer su
pensamiento y que le permite comparar a los escritores principales que se sitúan,
es decir de parte de los gobernantes para justificar su derecho de mandar y el
deber de sus súbditos de obedecer.
Una afirmación que tiene que hacernos pensar en la idea central que
inspira la obra de quien está considerado como el padre de la democracia
moderna: la idea de una asociación mediante la que “cada individuo a pesar de
que se una a los demás se obedece sólo a si mismo, quedando tan libre como
antes” (Rousseau).
El desarrollo de la democracia, desde principios del siglo XIX hasta
nuestros días, coincide con una creciente ampliación de los derechos políticos, es
decir, el derecho, como mínimo, de participar en la elección de representantes y
la voluntad de formar una voluntad colectiva. El progreso de la democracia
camina al mismo tiempo que el fortalecimiento de esta convicción: que, después
del siglo de las luces, el hombre, al igual que dice Kant, ha superado su minoría
de edad, y ya, sin necesidad de tutela, mayor de edad, tiene que decidir
libremente su vida individual y colectiva. A medida que un número cada vez
mayor de individuos conquista el derecho de participar en la vida política, la
autocracia da un paso atrás y la democracia avanza.

EL USO HISTÓRICO.
Durante siglos, por lo menos hasta Hegel, los escritores políticos más
importantes se sirvieron de las formas de gobierno para trazar las líneas del
desarrollo histórico de la Humanidad entendido como una sucesión de
constituciones que se van remplazando una tras otra según un ritmo
determinado. Se trata de ver el lugar que ha ocupado la democracia en algunos
grandes sistemas. Ante todo hay que distinguir res tipos de filosofía de la Historia:
regresivas, progresivas, y cíclicas. Encontramos en las regresivas (platón) y en
las ciclo regresivas (Polibio).
Durante la edad moderna. Se considera a Vico un innovador importante
porque, una vez superado el estado ferino y el estado de las familias no
establece el comienzo de la historia de los estados en la monarquía, sino en la
república aristocrática a la que sigue la república democrática y finalmente, el
principado. Define el gobierno popular como aquel regido por la paridad de
sufragios, la libre expresión de las sentencias y el acceso igualitario de todos los
individuos, según el censo, o sea el patrimonio, a todos los honores sin excluir los
supremos.
Para Vico, la distinción esencial pasa, por un lado, por la república
aristocrática, que representa la edad de los héroes, y por otro la república popular
y la monarquía, que representan, en distinta medida la edad de los hombres y,
por tanto, la tricotomía clásica se puede resolver con la dicotomía aristocracia y
gobiernos humanos en los que por la igualdad de esa naturaleza inteligente, que
es la propia del hombre, todos se igualan mediante las leyes, ya que todos han
nacido libres en sus ciudades, así libres populares, donde todos o la mayoría son
ellos los señores de la libertad populares donde todos la mayoría son las fuerzas
justas de la ciudad, para esas fuerzas justas son ellos los señores de la libertad

Derecho Político (Resumen) 179


AGRUPACION 1983

popular, en las monarquías, en las que los monarcas igualan a todos los
individuos con sus leyes y teniendo, ellos solos, en sus manos toda la fuerza de
las armas, por eso son sólo distintos en naturaleza civil.
En la importante clasificación de las formas de gobierno expuestas y
descrita, minuciosamente, por Montesquieu en El espíritu de las leyes, la
monarquía se presenta, una vez más como la forma de gobierno más adecuada
para los grandes Estados territoriales europeos, mientras que el despotismo es la
forma de gobierno más adecuada para los pueblos orientales y la república, se
adapta a los pueblos de la Antigüedad.
La clasificación en tres tipos de Montesquieu se convierte en criterio
fundamental para la interpretación del desarrollo histórico de la humanidad en la
filosofía de la Historia de Hegel, que se puede considerar como la última gran
filosofía de la Historia en la que la evolución de la civilización se estudia mediante
el paso de una forma de gobierno a otra.

LA DEMOCRACIA DE LOS MODERNOS.


Durante el período en el que se han ido formando los grandes Estados
territoriales, mediante la acción centralizadora y unificadora del príncipe, el
argumento contra la democracia, que se ha convertido ya en clásico, consistía en
afirmar que el gobierno democrático sólo era posible en los estados pequeños. El
mismo Rousseau estaba convencido de que nunca había existido una verdadera
democracia, porque, entre otras condiciones, era necesario un estado muy
pequeño en el que resultarse fácil para el pueblo reunirse y en el que cada
ciudadano pudiese conocer, con facilidad, a todos los demás pero cuando Hegel
ensalzaba la monarquía constitucional como la única forma de gobierno en la que
se podía reconocer el espíritu del mundo, después de la revolución francesa, ya
había nacido un gobierno republicano y se había vuelto tan fuerte como para
atraer la atención de algunos espíritus inquietos y clarividentes, y había nacido en
un espació grande: los Estados Unidos.
El siguiente paso confirma que la transición de la democracia directa a la
indirecta está determinado objetivamente por las condiciones ambientales y
demuestra que la república, más que una forma opuesta a la democracia, es la
única democracia posible en determinadas condiciones de territorio y población:
otro punto de distinción es el siguiente: un régimen republicano puede llegar a un
número mayor de ciudadanos y a un territorio más amplio que un régimen
democrático y esta misma circunstancia hace que sean menos temibles las
posibles maniobras de las facciones en el primer caso que en el segundo.

DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y DEMOCRACIA


DIECTA.
En el siglo que comienza en la época d la Restauración hasta la Primera
Guerra Mundial, la historia de la democracia coincide con la consolidación de los
Estados Representativos en los principales países europeos y con su desarrollo
interno de tal forma que la compleja tipología de las formas tradicionales de
gobierno, poco a poco, se irá reduciendo y simplificando hasta una contraposición
entre los dos campos opuestos: las democracias y las autocracias. Teniendo

Derecho Político (Resumen) 180


AGRUPACION 1983

presentes las dos características fundamentales señaladas por Tocqueville en la


democracia americana, el principio de la soberanía del pueblo y el fenómeno de
la asociación, el Estado Representativo, tal y como se iba consolidando en
Inglaterra y desde Inglaterra difundiendo a la mayor parte de los Estado europeos
por medio del movimiento constitucional de los primeros decenios del siglo XIX,
sufrió un proceso de democratización siguiendo estas dos líneas: la ampliación
del derecho de voto hasta el sufragio universal masculino y femenino y el
desarrollo del asociacionismo político hasta la formación de partidos de masas y
el reconocimiento de su función pública.
Al reconocer a todos los ciudadanos el derecho de asociarse, libremente,
en partidos políticos para contribuir a la determinación de la política con un
métodos democrático se quiso legitimar las organizaciones que por la agresión
de intereses homogéneos facilitan la formación de una voluntad colectiva en una
sociedad que se caracteriza por la pluralidad de los grupos y las fuertes tensiones
sociales.
Marx creyó que había captado algunos momentos de democracia directa
durante la breve experiencia de dirección política de la Comuna de Parías entre
los meses de marzo y abril de 1871. Lenin recogió con más fuerza el tema en
Estado y Revolución (1917), el ensayo que habría debido guiar la mente y la
acción de los constructores del nuevo estado que estaba surgiendo de las
cenizas de la autocracia zarista. A menudo, la democracia directa se contrapone,
como forma propia de la futura democracia socialista, a la democracia
representativa, condenada como una forma imperfecta, reducida y engañosa de
democracia y por otra parte, como la única forma posible de democracia en un
Estado de clase como el Estado burgués. Bajo el nombre genérico de
democracia directa se entiende toas las formas de participación en el poder que
no se resuelven en una u otra forma de representación.

DEMOCRACIA POLÍTICA Y DEMOCRACIA SOCIAL.


El proceso de ampliación de la democracia en la sociedad contemporánea
no sólo se realiza mediante la integración de la democracia representativa y la
democracia directa, sino también, y de forma importante, mediante la extensión
de la democratización, entendida como institución y ejercicio de procedimientos
que consisten la participación de los interesados en las deliberaciones de un
cuerpo colectivo hasta llegar a cuerpos distintos de los políticos. De forma
sintética se puede decir que si podemos hablar hoy de desarrollo de la
democracia, este no sólo consiste, como se dice equivocadamente, en la
sustitución por la democracia directa de la democracia representativa, sino en el
paso de la democracia en la esfera política, es decir en la espera en la que se
considera al individuo como ciudadano, a la democracia en la esfera social,
donde el individuo se considera por la multiplicidad de sus status.
Las formas actuales de la democracia no se pueden interpretar como la
consolidación de un nuevo tipo de democracia, sino que se tienen que entender
como una ocupación, por parte de formas incluso tradicionales de democracia, de
nuevos espacios, es decir de espacios dominados hasta ahora por
organizaciones de tipo jerárquico o burocrático.

Derecho Político (Resumen) 181


AGRUPACION 1983

Actualmente, quien desee obtener un indicador del desarrollo democrático


de un país no tiene ya que considerar el número de personas que tienen derecho
de voto, sino el número de sedes distintas de las tradicionalmente políticas, en
que se ejerce el derecho de voto.

DEMOCRACIA FORMAL Y DEMOCRACIA


SUSTANCIAL.
Se ha introducido la distinción entre democracia formal, referida a la forma
de gobierno, y democracia sustancial, referida al contenido de esta forma. Estos
dos significados se vuelven a encontrar perfectamente unidos en la teoría de
Rousseau de democracia, puesto que el ideal igualitario que le inspira se realiza
mediante la formación de la voluntad general, y por tanto ambos son
históricamente legítimos. Por otra parte, la legitimidad histórica no nos autoriza a
creer que, a pesar de la identidad del término, tengan un elemento de
connotación común, tanto es así que se puede dar históricamente una
democracia formal, que no consiga mantener las principales promesas
contenidas en un programa de democracia sustancial, que se mantenga y se
desarrolle mediante el ejercicio no democrático del poder.

LA DICTADURA DE LOS ANTIGUOS.


La denominación de dictadura, extendida a todos los regímenes que no
son democracias, se ha difundido sobre todo después de la Segunda Guerra
Mundial; tanto después del encendido debate sobre la forma de gobierno
instaurada en Rusia por los bolcheviques, alimentada por las distintas
interpretaciones del concepto marxista de dictadura, como por el uso efectuado
por los adversarios del término dictadura para designar los regímenes fascistas,
comenzando por el italiano. Esta contraposición de la dictadura a la democracia
en un planteamiento universal, en el que la democracia ha asumido un significado
sobre todo elogioso, ha terminado por hacer de la dictadura, en contra de su uso
histórico, un término con significado prevalentemente negativo, que era propio, en
la filosofía clásica, de otros términos como tiranía, despotismo, y más
recientemente autocracia.
Son términos que nos viene de la antigüedad clásica, pero a diferencia de
éstos tuvo en su origen y durante siglos una connotación positiva. Por ejemplo en
Roma. Las características de la dictadura romana eran: estado de necesidad ante
la legitimación, plenos poderes respecto a la extensión del mando, unidad del
sujeto investido de mando, temporalidad del cargo.
En el Contrato Social Rousseau, después de haber observado que las
leyes no pueden prever todos los casos posibles y que se dan casos
excepcionales en los que es oportuno suspender su efecto afirma que en estos
casos raros y videntes se tutela la seguridad pública mediante un acto especial
que da el encargo al más digno.

LA DICTADURA MODERNA.

Derecho Político (Resumen) 182


AGRUPACION 1983

Como demuestra claramente la historia de esta magistratura y las clásicas


interpretaciones que se han dado de ella, el dictador ejerce poderes
extraordinarios, pero sólo en el ámbito de la función ejecutiva. Tanto Maquiavelo
como Rousseau captan precisamente este limite, escribiendo uno, como se ha
visto, que el dictador no podía hacer nada que fuese en detrimento del estado y
el otro que la suspensión de la actividad legislativa que es competencia del
dictador, de hecho no queda abolida en forma alguna por que el magistrado que
la hace callar no puede hacerla hablar.
Carl Schmidt distingue la dictadura clásica, que llama según una cita de
Bodin “comisaría”, de la dictadura de los tiempos modernos, o revolucionaria, a la
que llama soberana que ve en todo el ordenamiento existente un estado de cosas
que tiene que cambiar con su acción y por tanto no suspende una constitución
vigente basándose en un derecho contemplado por la misma, y por lo mismo
constitucional, sino que trata de crear un estado de cosas en el que sea posible
imponer una constitución considerada como la auténtica.

TEXTO 53:
NORBERTO BOBBIO Y LA DEMOCRACIA CONTEMPORÁNEA.
(Daniel Bóccoli)
INTRODUCCIÓN
Proponemos indagar sobre la concepción de la democracia
contemporánea. Para ello optamos por partir de la perspectiva de Norberto
Bobbio, cuyo aporte analítico sobre este tema consideramos fundamental, para
explotar las respuestas posibles.

LA PREOCUPACIÓN CONCEPTUAL.
Para el profesor italiano la lectura analítica de los textos de los clásicos
previene contra las deformaciones de la interpretación historicista y de la
ideología, y nos permite determinar el aparato conceptual mediante el cual el
autor construye su sistema, estudiar sus fuentes, valorar los argumentos a favor,
y en contra, y de esta forma preparar los instrumentos necesarios para la
comparación entre texto y texto, independientemente de su proximidad en el
tiempo y de las posibles influencias entre uno y otro, para la elaboración de un
teoría general de la política. Así afirma que sus escritos políticos que han tenido
frecuentemente como objeto a los autores del pasado, no son propiamente
escritos de la historia del pensamiento político, porque su finalidad última es la
definición y sistematización de conceptos que habría debido servir para la
elaboración de una teoría general de la política.
Esta perspectiva en su enfoque constituye lo que Bobbio llama su
preferencia: hoy la función más útil de la filosofía política es la de analizar los
conceptos de política. Más útil porque son los mismos conceptos que son
utilizados por los historiadores de la política, por los historiadores de las doctrinas
políticas, por los politólogos, por los sociólogos de la política, quienes a menudo
no afinan demasiado en la identificación de su significados o de sus múltiples
significados.

Derecho Político (Resumen) 183


AGRUPACION 1983

Específicamente con respecto al tema que nos convoca, Bobbio destaca la


necesidad de analizar la democracia como un elemento del sistema de conceptos
de las teorías acerca de las formas de gobierno, como democracia formal o
procesal descartando su contraposición con el concepto de democracia
sustancial que le parece engañoso.

LA DEMOCRACIA EN LA TEORÍA DE LAS FORMAS DE


GOBIERNO.
Bobbio comienza recordando que la democracia es ante todo una forma de
gobierno y que en consecuencia su estudio debe tener en cuenta su ubicación
dentro del tema más general de la teoría de las formas de gobierno.
Según la definición citada, “en la teoría contemporánea de la democracia
confluyen tres grandes tradiciones de pensamiento político: la teoría clásica,
transmitida como teoría aristotélica de las tres formas de gobierno; la teoría
medieval, de la soberanía popular, en base a la cual se contrapone una
concepción ascendente a una concepción descendente de la soberanía; la teoría
moderna, conocida como teoría maquiavélica, según la cual las formas históricas
de gobierno son esencialmente dos, la monarquía y la república, siendo la
antigua democracia una forma de república”.
Bobbio destaca que desde la edad antigua hasta nuestros días, el término
democracia se ha utilizado siempre para designar una forma de gobierno en la
que el pueblo ejerce el poder político, y explicitando su método de análisis antes
expuesto señala ya que el concepto de democracia pertenece a un sistema de
conceptos que constituyen la teoría de las formas de gobierno, solo se puede
comprender su naturaleza específica si se pone en relación con los demás
conceptos del mismo sistema, a los que delimita, y por los que a su vez está
delimitado.

DEMOCRACIA ANTIGUA Y MODERNA.


INDIVIDUALISMO Y LIBERALISMO.
Otra cuestión persistente en los escritos de Bobbio es su diferenciación
entre la democracia antigua y la moderna. La primera por haberse practicado en
pequeños conglomerados era directa. La segunda, típica de sociedades más
amplias, es representativa. Asimismo en la democracia antigua hay un sujeto
colectivo que es el pueblo, mientras que en la democracia moderna hay sobre
todo un sujeto individual, el hombre. La primera es organicista, la segunda
individualista. Así nos enseña “en la democracia representativa, a diferencia de lo
que sucede en la directa, no está la soberanía popular, sino la soberanía de los
ciudadanos”.
Para Bobbio, en el pensamiento político moderno se afianzan un conjunto
de conceptos e ideas que afirman y mantienen una concepción centrada en el
individuo, tales como la vigencia de los derechos naturales del individuo
independientes del Estado, el descubrimiento de la existencia una esfera de
relaciones interindividuales, como la económicas, que se autorregulan y no
necesitan del poder coactivo del Estado, el que entonces es pensado como más
necesario, y la consecuente afirmación en el campo jurídico de la afirmación del
Derecho Político (Resumen) 184
AGRUPACION 1983

derecho privado a expensas del derecho público. Esta concepción individualista


como pilar fundamental de la política moderna nos remite a la compleja relación
entre liberalismo y democracia, que conforme Bobbio marca las dos exigencias
fundamentales de las que nacieron los estados contemporáneos, la demanda por
un lado de limitar el poder y por otro de distribuirlo.
Si bien en un primer momento histórico se pueden formar estados liberales
no democráticos, hoy no serían concebibles Estados liberales que no fuesen
democráticos, ni Estados democráticos que no fuesen liberales, y en dicha
relación los derechos políticos son pensados como un complemento natural de
los derechos de libertad y de los derechos civiles.
Para el análisis de los conceptos de liberalismo y democracia, se vale
Bobbio de la dicotomía existente entre el organicismo e individualismo. El primer
tema sería antiguo, pues su estudio parte de la definición de Aristóteles en la
Política: el todo es necesariamente anterior a la parte. Mientras que el segundo
es moderno y su análisis parte del estado de naturaleza de Hobbes.
Para Bobbio, la concepción individualista de la sociedad antes citada,
constituye el nexo entre el pensamiento liberal y democrático moderno. Estos
esquemas y pares conceptuales no son cerrados, y así Bobbio desarrolla
distintas combinaciones entre liberalismo y democracia.
Estas pueden ser entonces de compatibilidad o posibilidad, es decir
pueden coexistir en el estado liberal democrático moderno, pero también pueden
coexistir en el Estado liberal democrático moderno, pero también puede haber un
Estado liberal no democrático o un estado democrático no liberal.
También estas relaciones entre liberalismo y democracia pueden ser de
imposibilidad o antitéticas, como será el caso de una democracia radical
igualitaria que llevaría ala destrucción del liberalismo, o de necesidad mutua,
pues como antes mencionamos, para Bobbio solo la democracia puede realizar
en plenitud los ideales liberales, los que a su vez son la condición para la práctica
de la primera.

REGLAS DEL JUEGO EN DEMOCRACIA.


Han sido nominadas las seis siguientes:

La regla de igualdad: “todos los ciudadanos que hayan alcanzado la


mayoría de edad, sin distinción de raza religión... deben gozar de los
derechos políticos, es decir del derecho de expresar con el voto la propia
opinión y/o elegir quien la exprese por el”.

La regla de voto igual: “el voto de todos los ciudadanos deber tener igual
peso”.

La regla de libertad: “deben ser libres de votar según su propia opinión,


formada en la mayor medida posible libremente”.

La regla de pluralidad: “deben encontrarse en condición de tener


alternativas reales, esto es, de escoger entre soluciones diversas”.

Derecho Político (Resumen) 185


AGRUPACION 1983

La regla de mayoría: “tanto para las deliberaciones... como para las


elecciones... vale el principio de la mayoría numérica”.

La regla de minoría: “Ninguna decisión tomada por mayoría debe limitar


los derechos de la minoría, de modo particular el derecho de convertirse
en igualdad de condiciones, en mayoría”.

Sin embargo como veremos a continuación al considerar las promesas


incumplidas y las transformaciones de la democracia contemporánea, para
Bobbio la democracia se profundiza o es más amplia cuanto mayor es el número
de lugares o planos sociales en los que se aplica.
Según Strasser por este camino Bobbio llega a vincular esencialmente
democracia y sociedad, lo que motiva su crítica por cuanto por esta vía se
perdería la necesidad de precisión conceptual a la que antes hicimos referencia,
pues la subsunción del concepto régimen democrático en el concepto de estado
democrático o social democrática entraña verdaderamente su disolución y, con
ella, una pérdida de vista de los problemas y las dificultades intrínsecas de la
democracia como modelo político de orden y procesamiento de los conflictos
interiores a un Estado y/o una sociedad cualquiera, que por otra parte pueden ser
o no ser muy democráticas.

LAS PROMESAS INCUMPLIDAS Y LA DEMOCRACIA


REAL.
Así señala seis promesas incumplidas del ideal democrático:

1. Frente a la concepción individualista de la sociedad antes señalada de


la que nació en la modernidad la democracia, Bobbio señala la constitución de
una sociedad pluralista en los estados democráticos actuales, donde los grupos:
las grandes organizaciones empresariales, los sindicatos, partidos políticos, se
han vuelto los sujetos políticamente relevantes, relegando a los individuos
ciudadanos actores centrales para la teorización que nace con la modernidad.

2. De esta sociedad compuesta por grupos de intereses relativamente


autónomos que luchan por la supremacía para hacer vales sus intereses sobre
otros grupos, dice Bobbio que deriva un tipo de representación de intereses, que
prima sobre la representación política con prohibición del mandato imperativo
también promesa típica característica de la moderna democracia representativa.

3. En tercer lugar señala, la persistencia de las oligarquías, traducida en la


presencia de elites en el poder que se ofrecen como opciones en la búsqueda del
voto popular.

4. La cuarta promesa incumplida de la democracia se refiere para nuestro


autor, a la imposibilidad de la concepción democrática de ocupar todos los
espacios en los que se ejerce un poder que toma decisiones obligatorias para el
conjunto social. Frente a ello, Bobbio postula la necesaria extensión del proceso
de democratización, de la democracia política a la democracia social.
Derecho Político (Resumen) 186
AGRUPACION 1983

5. La quinta falsa promesa de la democracia ideal con respecto a la real,


es la eliminación del poder invisible. En efecto, en los regímenes autocráticos una
persona o un grupo de personas toman las decisiones fuera de la mirada
indiscreta del pueblo, en secreto.

6. La sexta se refiere a la educación de la ciudadanía. La virtud entendida


como amor a la cosa pública para Montesquieu constituía el principio de la
república, contrapuesto al miedo, principio del despotismo.

La tecnocracia: en la alta complejidad de la sociedad moderna, las


decisiones requieren de conocimientos técnicos cada vez más elevados, y recae
en los pocos técnicos y expertos que entienden, y no las mayorías, con el peligro
real de acabar en una tecnocracia que según Bobbio es antitética a la
democracia. La burocracia producto del crecimiento continuo de un aparato
burocrático jerárquico y descendente, donde el poder va del vértice a la base,
característico del estado moderno, donde Bobbio indica que el proceso de
burocratización ha sido en gran parte una consecuencia del proceso de
democratización destacando en consecuencia el nexo entre ambos. La
emancipación de la sociedad civil del poder político, producto de los procesos
antes detallados en que confluyeron liberalismo y democracia, estado liberal y
estado democrático, con el consecuente aumento y sobrecarga de demandas al
gobierno por parte de la misma, que generara el debate acerca de la denominada
ingobernabilidad de la democracia.
Tenemos entonces el modelo de Bobbio y su contraste con la democracia
real.

A MODO DE CONCLUSIÓN.
En efecto tras su enumeración de los problemas de las democracias
actuales, Bobbio concluye con un “y sin embargo”, que evita tanto una visión
catastrófica sobre el porvenir de la democracia, como una visión conservadora
que parecería desprenderse en principio de su análisis.
Bobbio para nada sacraliza la situación actual de nuestras sociedades, ni
se muestra conforme con ellas, más bien se muestra analítico y alerta ante los
problemas de la democracia contemporánea.
Finaliza Bobbio señalando que esta definición mínima de la democracia,
este conjunto de reglas procesales, incluye procedimientos, pero bajo ellos,
también valores, entre los que enumera: la tolerancia, la no violencia para
resolver los conflictos sociales, la libertad, y la fraternidad o solidaridad que une a
todos los hombres en un destino común.
La democracia en la sociedad contemporánea es un régimen, una forma
de gobierno ciertas reglas procesales, que encierran determinados valores, y que
convive con el corporativismo, las oligarquías, el poder invisible, la tecnocracia, la
partidocracia y la burocracia.

TEXTO 54:
EL SOCIALISMO UTÓPICO

Derecho Político (Resumen) 187


AGRUPACION 1983

(Prelot Marcel)

EL MOVIMIENTO OBRERO. SUS ETAPAS


El nacimiento del movimiento obrero fue el resultado de las condiciones
impuestas por la revolución industrial. Nació al comenzar la era de la máquina, al
ponerse en acción del trabajo colectivo que enseño a los trabajadores, en carne
propia la necesidad y utilidad de la acción organizada. El movimiento, en su
desarrollo, cubrió tres etapas. La lucha contra la mecanización; la lucha contra la
legislación; y la lucha contra el orden social o lucha de clases auténtica.
La primera etapa, tuvo lugar, principalmente en Inglaterra. La máquina era
el rival, el verdugo, la ruina del obrero. La primera reacción del movimiento obrero
fue de desesperación y estuvo dirigida a luchar contra las máquinas. El período
que va de 1770 a 1830 está lleno de episodios de obreros que destruyeron
máquinas y quemaron fábricas.
La segunda etapa fue la lucha por el reconocimiento legal de los derechos
del trabajo, asociación y acción sindical, dentro del sistema establecido por la
sociedad burguesa. Empezó con peticiones de los obreros ingleses para que
fueran restablecidos los antiguos reglamentos gremiales, el antiguo código de
trabajo isabelino, un absurdo bajo las nuevas condiciones industriales y muestra
la completa confusión que existía en la clase trabajadora.
En la tercera etapa, se distingue claramente entre capitalismo y socialismo,
con todas sus consecuencias ideológicas y sus distintas versiones, a nivel
nacional e internacional. El socialismo, aspira al establecimiento de un orden
social completamente nuevo. Una sociedad sin clases, donde el hombre se halle
no solamente en igualdad nominal de punto de partida o de oportunidad, como en
la democracia capitalista, sino que tenga derecho a una participación igual en el
producto colectivo, garantizándose a cada obrero un salario digno y condiciones
humanas de vida y de trabajo. Todo lo cual requiere la colectivización de los
medios de producción.

DEL TÉRMINO SOLCIALISTA Y SU CONTENIDO


ORIGINARIO.
La solución de la cuestión social es decir, el bien de todos, mediante la
supresión de todo orden social fundado en el lucro individual, competitivo y su
sustitución por otro, establecido y el gobernado por los productores capaz de
asegurar la solidaridad, la cooperación y la paz en el ámbito internacional.
De este modo, la palabra socialismo significó originariamente un orden
colectivo basado en la cooperación humana para la felicidad de todos mediante
una justa producción y distribución de la riqueza. La clase más numerosa y pobre
era el campesinado. Los socialistas los defendían contra la explotación y pedían
la regulación de la propiedad. Pero en la doctrina socialista no figuraba aún la
lucha de clases ni el proletariado como nuevo protagonista de la lucha social.

SOCIALISTAS UTÓPICOS

Derecho Político (Resumen) 188


AGRUPACION 1983

Saint Simon: 1760-1825. Es considerado fundador, con Fourier, del


socialismo moderno. En sus comienzos, buscó un principio unificador, una
ciencia de la humanidad, que pudiera ser utilizada para la organización social, el
desarrollo histórico y el aumento del bienestar social.
No es un demócrata ni un defensor de los derechos individuales ni un
creyente de la doctrina de la voluntad popular. El gobierno debía ser ejercido por
los únicos realmente capacitados, es decir los grandes industriales quienes
planificarían la nueva sociedad, asegurarían la capacidad de compra y el nivel de
bienestar general. El egoísmo sería sustituido por la solidaridad y facilitaría el
desarrollo económico y la cooperación internacional.
Consideró que la revolución política y la revolución de las ideas morales y
políticas estaban unidas. Los industriales pondrían su capacidad al servicio de la
comunidad y su poder sobre la propiedad se encuentra, así subordinado al
bienestar general. De ahí también su reclamo sobre la unión de los industriales.
No vio conflicto entre patrono y obrero, ni creyó en la lucha entre el proletariado y
la burguesía. Dividió a los hombres en productores y en parásitos y afirmó que
las nuevas fuerzas sociales emergentes de la revolución política y científica
requerían la planificación. Vio con claridad la función de la organización
económica como factor de las relaciones sociales.
Se anticipó a Marx al afirmar que las relaciones de propiedad influyen
sobre el sistema social.
La política en el pensamiento de Saint Simon se reduce a una doctrina de
la producción. El sentido cabal del término industrial es la de productor y
comprensiva del banquero, el cultivador directo o el cerrajero.
Fourier: (1772-1837): basó sus concepciones sociales en lo que consideró
necesidades e inclinaciones de los hombres. Según Fourier, la naturaleza
humana es inmutable en el ciclo de sus edades, tanto biológicas como
psicológicas. La sociedad organizada defectuosamente, desvía las vocaciones
energías y pasiones humanas, según intereses egoístas, obligando al hombre a
vivir y trabajar en un medio que lo degrada o lo desnaturaliza.
Se debe simplificar el proceso de producción, distribución y consumo de
los bienes necesarios para la vida, recreando el ambiente, de modo que armonice
con las inclinaciones humanas.
La ley de la solidaridad se complementaba, así con la del trabajo
voluntario, la libre elección y la intimidad familiar. En cuanto a las tareas sucias y
desagradables, había turnos voluntarios para su ejecución comprendiendo su
carácter necesario para la subsistencia de la comunidad.
Su aporte al socialismo se encuentra en sus ideas cooperativas y en su
psicología de la asociación, los estímulos que requiere el trabajo para la no
alienación, y las relaciones humanas, entre ellas las de la intimidad familiar y la
necesidad, no de un hombre nuevo sino de un medio nuevo, como soporte de la
organización social. En materia política, no confiaba en el Estado ni en los
partidos. Creyó que, establecidos los falansterios, surgiría como de la flor el fruto
una federación libre que sería coordinada por un omniarca. Sus ideas, cuya clave
reside en adoptar la organización social a las necesidades humanas, se
encuentran expuestas en sus libros.

Derecho Político (Resumen) 189


AGRUPACION 1983

EL COMUNISMO MARXISTA.
Es frecuente oponer el marxismo, sistema estatal, centralizador,
autoritario, al prudonismo, el anarquismo libertario o el sindicalismo, considerados
como doctrinas de espontaneidad y de autonomía. Este modo de ver queda
aparentemente justificado por las agrias disputas entre Proudhon y Marx,
erigiendo frente a la filosofía de la miseria la miseria de la filosofía, por las luchas
de Marx y de Bakunin en el seno de la Primera Internacional, por la marcada
aversión del sindicalismo a los partidos socialistas, en especial al guedismo, la
fracción francesa más aproximada al marxismo.
Para el propio Marx la raíz de los antagonismos se encuentra en el
método: el suyo es científico, el de los otros utópico, en el sentido de irrealismo y
de ingenuidad que el término posee en el lenguaje corriente. Los socialistas
utópicos quieren reemplazar el sistema económico existente por otro que ellos
imaginan. Si crítica del tiempo presente, aunque virulenta, no es sino una simple
protesta moral. Toda su mentalidad está imbuida de religiosidad, cuando no de
religión.

EL MATERIALISMO HISTÓRICO.
El socialismo científico, cuyas tesis irán concretándose desde el Manifiesto
Comunista, hasta el Capital deduce el advenimiento fatal de la sociedad
comunista, fundándose en la noción de supremacía de los fenómenos
económicos.
Bastará recordar aquí que para Marx la estructura económica formaba por
la suma total de las relaciones de producción constituye el fundamento real sobre
el cual se levantan las superestructuras legales y políticas. La estabilidad o la
movilidad económica engendra el mantenimiento o la transformación de las
instituciones políticas, porque la manera de pensar de los hombres está dada por
su manera de vivir y está depende de su maquinaria técnica. El molino movido a
brazo engendra la esclavitud y la sociedad antigua; el molino de viento, la
sociedad feudal, el molino de agua, la sociedad moderna.
El estado es el orden que legaliza y consolida esa sujeción, amortiguando
la colisión entre las clases y se hace naturalmente más vigoroso a medida que
aumentan los antagonismos de clase en el interior y que en el exterior se hace
más viva la rivalidad entre Estado cada vez más poblados y más fuertes.
Pero ese desarrollo del Estado le resulta mortal pues lo conduce a su fin,
ya que aunque aparentemente se refuerce, esta no obstante, condenado. Las
clases desaparecerán tan ineludiblemente como habían aparecido y al mismo
tiempo que ellas desaparecerá el Estado, transposición política de sus
antagonismos.

LA DESAPARICIÓN DEL ESTADO.


La desaparición del estado, por escaparse de las manos de la clase
explotadora, no engendra, sin embargo, la anarquía. Esta lo mismo que el retorno
a las pequeñas industrias del pasado, se hallaría en contradicción con la
evolución económica. Un nuevo régimen social surgirá allí donde el Estado
desaparezca en el sentido de poder público y sólo subsista en el sentido de

Derecho Político (Resumen) 190


AGRUPACION 1983

organización económico social. El servicio público económico se convertirá en lo


esencial y la defensa, la policía, no tendrán más que un papel secundario. El
estado se presentará como una federación de servicios públicos, una
cooperación con vistas a satisfacer las necesidades colectivas. La sociedad se
encontrará cada vez menos gobernada y cada vez más administrada. Según la
fórmula de Engels, que se ha hecho clásica, al gobierno de los hombres sucederá
la administración de las cosas.
Más haciendo del Estado un simple sociedad económica, el socialismo
transforma a tal punto su naturaleza, que puede hablarse de su muerte. De su
forma anterior no queda sino el conjunto de los órganos, cuya misión es asegurar
la producción más fuerte y el reparto más justo de las riquezas, es decir, las
actividades mismas que repudiaban el Estado clásico.
En este punto debe respetarse la extremada prudencia de los pronósticos
marxistas. Ella se debe a la oposición entre el socialismo utópico y el socialismo
científico, uno describe el porvenir con complacencia y minuciosidad y el otro se
limita a explicar el presente por el pasado. La sociedad no puede construirse
sobre un plan preconcebido, pues los sistemas no se imaginan sino que son el
producto natural del régimen precedente y el socialismo es la secreción del
capitalismo. La marcha de la historia conduce al advenimiento del proletariado,
que será también el final de toda dominación de clase, puesto que al retornar a la
colectividad la propiedad de los medios de producción, aquella no podrá
explotares a si misma.

LA REVOLUCIÓN SOCIAL
El paso de una sociedad a otra está marcado con el signo de la violencia,
pero en Marx y Engels esta aparece como el punto final, como el coronamiento
trágico de una evolución. El fin de la concentración capitalista pone a la
propiedad de los medios de trabajo en manos de unos pocos y quitársela sería
una operación penosa pero poco sangrienta, ya que no afectaría sino a una
pequeña minoría. Conforme a la vigorosa expresión de Marx, la fuerza es la
partera de las sociedades, no su madre. Con su decisiva intervención asegura el
alumbramiento pero previamente es necesario dejar llegar a término el mundo
nuevo, pues matando a la madre podría asfixiarse al hijo.

LA FATALIDAD DE LA EVOLUCIÓN.
Nada sería, pues más peligroso, y a la larga más nefasto, que precipitar
por medios políticos un acontecimiento que madura naturalmente. Poniendo de
relieve el proceso de la concentración capitalista, Marx muestra la expropiación
que afecta a la casi unanimidad de los individuos. Paralelamente a la teoría de la
proletarización y de la pauperización creciente, la propaganda política
conquistará lógicamente para sí la casi unanimidad de la población y ello no lo
será difícil, puesto que le bastara con dar a los individuos la conciencia de clases
que le falta.
Con la condición de que el sufragio se extienda a las masas, la evolución
toma un carácter matemático. Puesto que la sociedad capitalista crea un número
Derecho Político (Resumen) 191
AGRUPACION 1983

siempre creciente de proletarios, crea otro igualmente creciente de electores


socialistas. El mantenimiento y ensanchamiento de la democracia, merced a la
alianza con la izquierda burguesa, traerán el triunfo inevitable del socialismo. En
consecuencia, este se producirá primero en los ambientes muy evolucionados
económicamente y de alta concentración industrial, ambientes también
políticamente democratizados.

EL BOLCHEVIQUISMO.
Lenin es el autor de una doctrina nueva: la de la revolución proletaria en la
época del imperialismo. Desde su aparición en la vida política adoptó un
marxismo violento, denominado por el “Marxismo revolucionario”. Se niega a
esperar la victoria del socialismo, de las leyes inmanentes al desarrollo del
capitalismo, consecuencia inevitable de la sucesión de las estructuras
económicas.
En el seno del socialismo ruso Lenin logra poner en minoría a los
propulsores del socialismo democrático. De ahí en 1903 el nombre de
minoritarios, dado a los partidarios del marxismo evolucionista, según el cual la
revolución es un suceso que escapa a la voluntad directa de los hombres y que
resulta del proceso histórico.
El bolcheviquismo o tendencia mayoritaria, inversamente considera que la
revolución puede estar preparada y ser desencadenada en el momento oportuno.
Lenin vuelve a tomar por su cuenta las formulas de los minoritarios alemanes.

EL REPUDIO DE LA DEMOCRACIA CLÁSICA.


Una de las ideas fundamentales de Lenin es, pues, la ausencia de un
umbral entre la democracia tradicional y el comunismo. Una no sale
necesariamente del otro. El paso de la democracia capitalista, inevitablemente
mezquina, que taimadamente excluye a los pobres y es por lo tanto hipócrita y
falaz, a una democracia cada vez más perfecta, no se produce ni tan simple ni
tan fácilmente como imaginan los profesores liberales y los pequeños burgueses
oportunistas.
Entre la democracia clásica y la comunista, las diferencias son
fundamentales. La sociedad capitalista no ofrece más que una democracia
truncada, miserable, falsificada, una democracia sólo para los ricos, sólo para la
minoría. Es puramente formal, tanto como hecha exclusivamente de reglas
constitucionales. Deja fuera de sí misma lo esencial, haciendo que las soluciones
económicas y sociales deriven de lo político.
Únicamente la sociedad sin clases resolverá las contradicciones políticas y
permitirá una democracia concreta con libertad para cada cual y participación de
todos en el poder. La vida política dejará de ser un combate y se convertirá en
una comunión, gracias al trabajo en común, en la unidad y en la unanimidad. La
soberanía del pueblo está asegurada concretamente, menos en virtud de una
organización jurídica que la constituye desde el exterior que por el hecho de ser
vivida íntimamente. Es pues, erróneo querer, ya tácticamente, ya
intelectualmente establecer una solidaridad entre ambas democracias.

Derecho Político (Resumen) 192


AGRUPACION 1983

SOCIALDEMOCRACIA.
En la práctica se lo usa, en efecto, para designar a los movimientos
socialistas que intentan moverse rigurosa y exclusivamente en el ámbito de las
instituciones liberal-democráticas y aceptan dentro de ciertos límites la función
positiva del mercado y de la misma propiedad privada, renunciando así sin
reservas a introducir todo aquello que sea un nuevo cielo y una nueva tierra.
A diferencia del reformismo, acepta sin entusiasmo las instituciones liberal-
democráticas y soporta el mercado y la propiedad privada en la medida en que,
diferenciándose en esto del socialismo revolucionario, considera a los tiempos
como no maduros para transformar radicalmente el primero y abolir además la
segunda.
La socialdemocracia es la tentativa, de todas maneras ingeniosa y
compleja, de atender con interés, si bien valorando negativamente, los objetivos y
los resultados, de dar vida contra viento y marea, el signo de radical palingenesia
que está en la raíz del socialismo.
Se distingue del socialismo revolucionario en sus varias encarnaciones
históricas: anarquismo, sindicalismo revolucionario, izquierda, leninismo, porque
pone entre paréntesis, por necesidad antes que por libre elección, el espíritu de
negación total del sistema, la socialdemocracia se contrapone al reformismo aun
más netamente. En efecto, la socialdemocracia no quiere, o la supervivencia del
sistema sino el perpetuarse en el sistema, cuando éste se mantiene por virtud
propia, del espíritu milenarista, del que ella se considera la custodia y la
encarnación visible.

LA SOCIALDEMOCRACIA ALEMANA Y EL
ANARQUISMO.
La socialdemocracia alemana, surgida alrededor de 1875 se define a
través de la lucha que, a nivel internacional y nacional, la contrapone por algunos
decenios al anarquismo. Atravesado este último por el espíritu románico de la
revuelta total contra la revolución industrial y sus consecuencias, común en
diversa medida a todas las corrientes revolucionarias de la primera mitad del siglo
pasado, se esforzaba por proyectarse por encima de las condiciones que lo
habían generado, por transitar y consumarse sobre el terreno refractario de la
sociedad industrial madura. En este sentido la socialdemocracia representaba en
cambio, la tentativa de adaptar aquel espíritu a las nuevas condiciones
integrándolo en sólidas estructuras organizativas para impedir su dispersión.
Mientras el anarquismo apelaba a la revuelta espontánea, negaba en todo la
sociedad existente y no permitía compromiso alguno, la socialdemocracia
intentaba, en cambio valerse de todas las posibilidades de todos los enganches
que le ofrecían las instituciones democráticas, para conseguir una sólida base de
masas que le permitiera instalarse en el interior del bastión enemigo, para llegar a
constituir, al menos en grandes líneas, una especie de contra sociedad, cuyo
crecimiento debería en general, provocar el derrumbe de las estructuras externas
del sistema y constituir el núcleo de la nueva sociedad.
Mientras los anarquistas intentaban explícitamente tumbar la democracia
con la revolución violenta, razón por la cual rechazaban a través del

Derecho Político (Resumen) 193


AGRUPACION 1983

abstencionismo electoral la posibilidad de dejarse captar por uno de sus


principales engranajes, la socialdemocracia dice la palabra misma, aspiraba al
socialismo a través de la democracia. Si esto implicaba el respeto riguroso de las
reglas del juego democrático siempre y en todas partes ni siquiera sus teóricos
habrían sabido decirlo con precisión. El objetivo que se perseguía, en efecto
estaba determinado en términos de antítesis total a la sociedad existente y por lo
tanto en rigor, excluida no sólo la propiedad privada y el mercado, cosa sobre la
que no había dudas, sino también las instituciones, y si no las instituciones
ciertamente el espíritu de la democracia parlamentaria burguesa. Sobre los fines
últimos de los socialdemócratas profesaban estar de acuerdo con los
anarquistas. Declaraban que su estrategia era la única capaz de llevar a una
sociedad basada sobre el autogobierno de los productores y en la administración
de las cosas, sin autoridad ni coerción de ninguna forma, ni siquiera de la
mayoría sobre la minoría.
Entre la sociedad democrática y la sociedad perfecta existía una fase de
transición denominada dictadura del proletariado, que si bien era caracterizada
como una forma extrema y amplísima de la democracia, excluía sin embargo la
posibilidad de que se pudiera volver desde ese punto hacia atrás por la libre
determinación de la mayoría.

LA CAÍDA EN EL REFORMISMO Y EL FIN DE LA


SOCIALDEMOCRACIA.
Después de la tragedia del segundo conflicto mundial la evolución de la
socialdemocracia hacia el reformismo continúa y concluye. para esto contribuyen
diversos factores: por un lado la reiteración de los atropellos flagrantes de los
comunistas respecto de todos los partidos socialistas de Europa Oriental; por el
otro la continuidad del capitalismo, dado tantas veces por muerto, que lleva a
cabo una estrategia que de simultáneamente cuenta de los intereses de los
obreros y de las capas medias; finalmente la pésima demostración que brindan
las economías basadas en una planificación total y que muestra como la
abolición integral de la propiedad privada y del mercado en vez de favorecer el
desarrollo armónico de la economía y su subordinación a los intereses de las
masas entrega en las manos de los planificadores un poder discrecional absoluto
en razón de la elección económica cegándolos completamente y privándolos del
único punto de referencia válido para juzgar la eficiencia global de sus
decisiones, que es precisamente el mercado.

FICHA 55:
“PROMESAS INCUMPLIDAS” – “EL FUTURO DE LA
DEMOCRACIA”
(Norberto Bobbio)

Una definición mínima de democracia.


Cuando se habla de democracia, en cuanto contrapuesta a todas las
formas de gobierno autocrático, es el considerarla caracterizada por un conjunto
de reglas (primarias o fundamentales) que establecen quién está autorizado a

Derecho Político (Resumen) 194


AGRUPACION 1983

tomar las decisiones colectivas y con qué procedimientos. Todo grupo social
tiene necesidad de tomar decisiones vinculantes para todos los miembros del
grupo, al objeto de promover a la propia supervivencia, ya en el interior, ya en el
exterior. Pero también las decisiones de grupo son tomadas por individuos. A fin
de que una decisión tomada por individuos (uno, pocos, muchos, todos) pueda
ser aceptada como una decisión colectiva, es preciso que sea tomada en base a
reglas que establezcan cuáles son los individuos.
Sólo se puede decir que una sociedad en la que los que tienen derecho a
voto son los ciudadanos varones mayores de edad, es más democrática que
aquella en la que votan sólo los propietarios y es menos democrática que aquella
otra en la que tienen derecho a voto también las mujeres.
La regla fundamental de la democracia es la regla de la mayoría, o bien la
regla en base a la cual son consideradas decisiones colectivas, y por tanto
vinculantes para todo el grupo, las decisiones aprobadas al menos por la mayoría
de aquellos a los que corresponde tomar la decisión.
La unanimidad es posible sólo en un grupo restringido u homogéneo, y
puede ser solicitada en dos casos extremos y contrapuestos: en la decisión muy
grave por la que cada uno de los participantes tiene derecho a veto, o en la
decisión de escasa importancia en que se declara implícitamente que no se
opone uno de manera expresa (es el caso del consenso tácito)
Se precisa una tercera condición: es necesario que los que son llamados a
decidir o a elegir a aquellos que deberán decidir, sean colocados frente a
alternativas reales y puestos en condiciones de poder elegir entre una y otra. Es
necesario que a los llamados a decidir se les garanticen los derechos de libertad,
de expresión de la propia opinión, de reunión, de asociación, etc., derechos sobre
cuya base ha nacido el Estado liberal y se ha construido la doctrina del Estado de
derecho en sentido fuerte, o sea, del Estado que no sólo ejerce el poder sub lege,
sino que lo ejerce dentro de los límites derivados del reconocimiento
constitucional de los llamados derechos “inviolables” del individuo.
Estado liberal y Estado democrático son interdependientes de dos formas:
en la dirección que va desde el liberalismo hasta la democracia, en el sentido de
que se necesitan ciertas libertades para el correcto ejercicio del poder
democrático, y en la dirección opuesta, que va desde la democracia hasta el
liberalismo, en el sentido de que se necesita el poder democrático para garantizar
la existencia y persistencia de las libertades fundamentales. Es poco probable
que un Estado no liberal pueda asegurar un correcto funcionamiento de la
democracia, y por otra parte, es también poco probable que un Estado no
democrático esté en condiciones de garantizar las libertades fundamentales.

Los ideales y la “tosca materia”


De esta “tosca materia” y no de lo que ha sido concebido “noble y alto” es
de lo que debemos hablar o, si quieren ustedes, del contraste entre lo que se ha
prometido y de lo que se ha cumplido efectivamente. Señalo seis de estas
promesas no mantenidas

Nacimiento de la sociedad pluralista

Derecho Político (Resumen) 195


AGRUPACION 1983

La democracia nació de una concepción individualista de la sociedad, o


sea, de esa concepción para la cual (contrariamente a la concepción orgánica,
dominante en las Edades antigua y media, según la cual el todo es antes que las
partes) la sociedad, en especial la sociedad, en especial la sociedad política, es
un producto artificial de la voluntad de los individuos.

a) Contractualismo de los siglos XVII y XVIII, que parte de la hipótesis de


que antes de la sociedad existe el estado de naturaleza, en el que los
soberanos son cada uno de los individuos libres e iguales, que se ponen
de acuerdo entre ellos para dar vida a un poder común, al que
corresponde la función de garantizar su vida y su libertad (no sólo su
propiedad)

b) El nacimiento de la economía política, o sea, de un análisis de la


sociedad y de las relaciones sociales, cuyo sujeto es una vez más el
individuo considerado aisladamente, el Homo oeconomicus, y no el
Politikón Zóon de la tradición, que no es considerado por sí mismo, sino
sólo como miembro de una comunidad, el individuo como ente singular
que, según Adam Smith, “al perseguir su propio interés, a menudo
promueve el de la sociedad de un modo más eficaz de cuanto cree
promoverlo”

c) La filosofía utilitarista, que va de Bentham a Mill, y según la cual el único


criterio para fundar una ética objetivista y, en consecuencia, distinguir el
bien del mal sin recurrir a conceptos vagos como “naturaleza” y
semejantes, consiste en partir de la consideración de estados
esencialmente individuales, como el placer y el dolor, y resolver el
problema tradicional del bien común en la suma de los bienes individuales
o, según la fórmula benthamiana, en la felicidad del mayor número de
individuos posible

Lo ocurrido en los Estados democráticos es completamente lo contrario:


sujetos políticamente relevantes se han convertido cada vez más en los grupos,
grandes organizaciones, asociaciones de la más diversa naturaleza, sindicatos
de las más variadas profesiones, partidos de las más diversas ideologías, y cada
vez menos en los individuos. Los grupos, y no los individuos, son los
protagonistas de la vida política en una sociedad democrática, en la cual no
existe ya un soberano, el pueblo o la nación, compuesto por individuos que han
conquistado el derecho a participar, directa o indirectamente, en el Gobierno, el
pueblo como unidad ideal, sino el pueblo dividido de hecho en grupos
contrapuestos y en competencia entre sí, con su relativa autonomía respecto al
Gobierno.
El modelo ideal de la sociedad democrática era el de una sociedad
centrípeta. La realidad que tenemos ante nuestros ojos es la de una sociedad
centrífuga, que no tiene un solo centro de poder, sino muchos. Sociedad
policéntrica o poliárquica. El modelo del Estado democrático fundado en la
soberanía popular, que fue ideado a imagen y semejanza de la soberanía del

Derecho Político (Resumen) 196


AGRUPACION 1983

príncipe, era el modelo de una sociedad monástica. La sociedad real, subyacente


a los Gobiernos democráticos, es pluralista

Desquite de los intereses


La segunda promesa incumplida, es la relativa a la representación. La
democracia moderna, nacida como democracia representativa, en contraposición
a la democracia de los antiguos, habría debido caracterizarse por la
representación política, o sea, por una forma de representación en la que el
representante, al ser llamado a velar por los intereses de la nación, no puede
estar sujeto a un mandato vinculado.
Uno de los debates más famosos e históricamente significativos que se
desarrolló en la Asamblea constituyente francesa, y del que nació la Constitución
de 1791, fue aquel que contempló el triunfo de quienes sostuvieron que el
diputado, una vez elegido, se convertía en el representante de la nación, y por lo
tanto, dejaba de ser el representante de los electores, y como tal, no quedaba
vinculado a ningún mandato. El mandato libre fue una prerrogativa del rey, el
cual, al convocar los Estados Generales, pretendió que los delegados de los
órdenes fuesen enviados a la Asamblea.
A partir de entonces, la prohibición de mandato imperativo se ha
convertido en una regla constante de todas las constituciones de democracia
representativa y la defensa a ultranza de la representación política ha encontrado
siempre convencidos sostenedores en los partidarios de la democracia
representativa, contra los intentos de sustituirla o de integrarla en la
representación de los intereses.
El que representa intereses particulares tiene siempre un mandato
imperativo. ¿Y dónde podemos encontrar un representante que no represente
intereses particulares? Ciertamente no en los sindicatos, de los cuales, por lo
demás depende la estipulación de acuerdos, como los acuerdos nacionales
italianos sobre la organización y sobre el costo del trabajo, que tienen una
enorme importancia política. ¿En el Parlamento? ¿Pero, qué representa la
disciplina de partido sino una abierta violación de la prohibición de mandato
imperativo? Aquellos que a veces huyen de la disciplina de partido
aprovechándose del voto secreto, ¿no son tal vez tachados como
“francotiradores”, o sea como réprobos a los que hay que señalar a la condena
pública? La prohibición de mandato imperativo es, sobre todo, una regla sin
sanción.
Una prueba del desquite me atrevería a decir definitivo, de la
representación de los intereses sobre la representación política, es el tipo de
relación que se ha venido instaurando en la mayor parte de los Estados
democráticos europeos entre los grandes grupos de intereses contrapuestos
(representantes, respectivamente, de los industriales y de los obreros) y el
Parlamento, una relación que ha dado lugar a un nuevo tipo de sistema social
que ha sido llamado, con razón o sin ella, neocorporativo.
La sociedad neocorporativa como una forma de solución de los conflictos
sociales que se sirve de un procedimiento, el del acuerdo entre grandes
organizaciones, que no tiene nada que ver con la representación política y que,

Derecho Político (Resumen) 197


AGRUPACION 1983

por el contrario, constituye una expresión típica de representación de los


intereses.

Persistencia de las oligarquías


Considero como tercera promesa no cumplida la derrota del poder
oligárquico. La democracia representativa, que, dicho sea de paso, es la única
forma de democracia existente y funcionante, constituye ya de por sí una
renuncia al principio de la libertad como autonomía. Es pueril la hipótesis de que
la futura “computocracia” permita el ejercicio de la democracia directa, o sea, dé a
cada ciudadano la posibilidad de transmitir el propio voto a un cerebro
electrónico. La presencia de elites en el poder no borra la diferencia entre
regímenes democráticos y regímenes autoritarios.
Joseph Shumpeter, dio completamente en el blanco cuando sostuvo que la
característica de un Gobierno democrático no es la ausencia de élites, sino la
presencia de más élites en competencia entre sí por la conquista del voto
popular.

El espacio limitado
Si la democracia no ha logrado derrotar por completo al poder oligárquico,
mucho menos ha conseguido ocupar todos los espacios en que se ejerce un
poder que toma decisiones vinculantes en nombre de todo un grupo social. Tras
la conquista del sufragio universal, si se puede aún hablar de una extensión del
proceso de democratización, ésta se debería encontrar no tanto en el tránsito de
la democracia representativa a la democracia directa, cuanto en el tránsito de la
democracia política a la democracia social; no tanto en la respuesta a la
pregunta: ¿Quién vota?, cuanto en la respuesta a esta otra: ¿dónde se vota? En
otras palabras: cuando se quiere saber cual ha sido el desarrollo de la
democracia en un determinado país, se debería comprobar si ha aumentado no
el número de aquellos que tienen derecho a participar en las decisiones que le
afectan, sino los espacios en que pueden ejercer este derecho.
Respecto a las prerrogativas del ciudadano frente al Estado, la concesión
de los derechos de libertad ha precedido a la de los derechos políticos.

El poder Invisible
La quinta promesa no cumplida por la democracia real respecto a la ideal
es la eliminación del poder invisible.
Tal vez yo esté particularmente influido por lo que ocurre en Italia, donde la
presencia del poder invisible (mafia, camorra, logias masónicas anómalas,
servicios secretos incontrolados y protectores de los subversivos a los que
deberían controlar) es visibilísima.
Alan Wolfe que dedica un capitulo bien documentado a lo que llama “el
doble Estado”, doble en el sentido de que, junto a un Estado visible, existiría otro
invisible.
Una de las razones de la superioridad de la democracia comparada con
los Estados absolutistas que habían revalorizado los arcana imperio y defendían
con argumentos históricos y políticos la necesidad de que las grandes decisiones

Derecho Político (Resumen) 198


AGRUPACION 1983

políticas fuesen tomadas en los gabinetes secretos, lejos de las miradas


indiscretas del público, se funda en la convicción de que el Gobierno democrático
pudiese, al fin, dar vida a la transparencia del poder, al “poder sin mascara”
Kant anunció “son injustas todas las acciones relativas al derecho de otros
hombres cuya máxima no es susceptible de publicidad”. Una acción a lo que me
veo constreñido a mantener en secreto es ciertamente una acción no sólo injusta,
sino de tal entidad que si se hiciese pública suscitaría un tipo de reacción que
haría imposible su cumplimiento.
De este planteamiento del problema resulta que la obligación de la
publicidad de los hechos o actos de Gobierno es importante no solo, como se
suele decir, para permitir que el ciudadano conozca las acciones de quien ostenta
el poder y, por tanto, controlarlas, sino también porque la publicidad constituye ya
de por sí una forma de control, es un expediente que permite distinguir lo que es
licito de lo que no lo es.
Las teorías según las cuales es lícito para el Estado lo que no es lícito para
los ciudadanos privados y por tanto, el Estado se ve obligado, para no dar
escándalo, a actuar en secreto. (Para dar una idea excepcional del poder del
tirano, Platón dice que sólo al tirano le es lícito cometer en público actos
escandalosos que los comunes mortales imaginan realizar sólo en sueños)
El viejo interrogante que recorre toda la historia del pensamiento político:
¿Quién vigila al vigilante? Puede repetirse hoy con esta otra formula: ¿Quién
controla a los controladores? Si no se consigue encontrar una respuesta
adecuada, está perdida la democracia como advenimiento del Gobierno visible.
Más que de una promesa no cumplida, se trataría de una tendencia contraria a
las premisas. La tendencia no ya hacia el máximo control del poder por parte de
los ciudadanos, sino por el contrario, hacia el máximo control de los súbditos por
parte del poder.

El ciudadano no educado
La sexta promesa no cumplida se refiere a la educación para la
ciudadanía. La educación para la democracia se desarrolla gracias al ejercicio
mismo de la práctica democrática. John Stuart Mill, divide a los ciudadanos en
activos y pasivos y premisa que, en general, los gobernantes prefieren a los
segundos, ya que resulta mucho más fácil mantener en un puño a súbditos
dóciles o indiferentes, mientras que la democracia tiene necesidad de los
primeros. Si tuviesen que predominar los ciudadanos pasivos, los gobernantes
harían muy gustosamente de sus súbditos un rebaño de ovejas que pensaran
sólo en pasar la hierba una junto a la otra y sin lamentarse aunque escaseara la
hierba. En las democracias más consolidadas se asiste, impotente, al fenómeno
de la apatía política, que implica a menudo casi a la mitad de los que tienen
derecho a voto.
En los regímenes democráticos, en los que el porcentaje de votantes es
aún muy elevado (aunque va descendiendo con cada elección), hay buenas
razones para creer que irá disminuyendo el voto de opinión y aumentando el voto
de cambio, o sea, el voto orientado hacia el clientelismo.

El gobierno de los técnicos.


Derecho Político (Resumen) 199
AGRUPACION 1983

Promesas no cumplidas. Pero ¿eran promesas que se podían cumplir? Yo


diría que no. Mas aun prescindiendo de la natural diferencia entre lo que ha sido
concebido como “alto ideal” y la “tosca materia”, el proyecto político democrático
fue ideado para una sociedad mucho menos compleja que la de hoy.
Indico tres transformaciones:

A medida que las sociedades pasaron de una economía familiar a una


economía de mercado, de una economía de mercado a una economía
protegida, regulada, planificada, aumentaron los problemas políticos
que exigen competencias técnicas. Los problemas técnicos requieren
expertos, un abanico cada vez más amplio de personal especializado.

Tecnocracia y democracia son auténticas: si el protagonista de la


sociedad industrial es el experto, no puede ser un ciudadano cualquiera.
La democracia se rige por la hipótesis de que todos pueden decidir sobre
todo. Por el contrario, la tecnocracia pretende que los llamados a decidir
son los que entienden de una materia determinada o sea los especialistas.

El aumento del aparato


El segundo obstáculo no previsto, y que se presentó de improviso, fue el
continuo aumento del aparato burocrático, de un aparato de poder ordenado
jerárquicamente, desde el vértice hasta la base y diametralmente opuesto al
sistema de poder democrático. Cuando los que tenían derecho a voto eran sólo
los propietarios, resultaba natural que pidiesen al poder público el ejercicio de
una sola función primaria, la protección de la propiedad.
Desde el momento en que el voto fue extendido a los analfabetos, se hizo
inevitable que éstos pidiesen al Estado la instrucción de escuelas públicas y
gratuitas, y por tanto que cargase con unos gastos que eran desconocidos para
el Estado de que las oligarquías tradicionales y la primera oligarquía burguesa.
Cuando el derecho al voto se extendió también a los no propietarios, a los que no
poseían nada, a aquellos que no tenían más propiedad que la de su fuerza de
trabajo, la consecuencia lógica era que éstos pidiesen al Estado la protección
contra el paro y luego, sucesivamente, seguros sociales contra enfermedades,
para la vejez, medidas a favor de la maternidad, pisos baratos, etc. El Estado de
los servicios, el Estado social fue gusto o no guste, la respuesta de una pregunta
llegada desde abajo, a una pregunta en el pleno sentido de la palabra
democrática.

El escaso rendimiento
El tercer obstáculo se halla estrechamente relacionado con el tema del
rendimiento del sistema democrático en su conjunto: un problema que en estos
últimos años ha dado nacimiento al debate sobre la llamada “ingobernabilidad” de
la democracia. El Estado liberal primero y su prolongación en el Estado
democrático después, han contribuido a emancipar a la sociedad civil del sistema
político.
He dicho que la condición necesaria previa de todo Gobierno democrático
es la protección de las libertades civiles: pues bien, la libertad de prensa, la
Derecho Político (Resumen) 200
AGRUPACION 1983

libertad de reunión y de asociación son caminos a través de los cuales el


ciudadano puede dirigirse a sus gobernantes para pedirles ventajas, beneficios,
facilidades, una más equitativa distribución de los recursos.
La rapidez con que los ciudadanos dirigen sus preguntas al Gobierno
contrasta con la lentitud con que los complejos procedimientos de un sistema
político democrático permiten a la clase política tomar las decisiones adecuadas.
Así se crea un auténtico desfase entre el mecanismo de entrada y el de salida, el
primero a ritmo cada vez más acelerado, el segundo, cada vez más lento.

Pese a todo…
Después de la II Guerra Mundial, donde la democracia fue restaurada,
nunca ha sido derrocada, mientras que en otros países han sido abatidos
Gobiernos autoritarios.
No ha decaído en modo alguno el contenido mínimo del Estado
democrático: garantía de los principales derechos de libertad, existencia de más
partidos en competencia entre sí, elecciones periódicas mediante sufragio
universal, decisiones colectivas o pactadas (en las democracias asociativas o en
el sistema neocorporativo), o tomadas en base al principio de la mayoría, de
todas formas, siempre tras libre debate entre las partes o entre los aliados de una
coalición gubernamental. Hay democracias más sólidas o menos sólidas, más
invulnerables y más vulnerables, hay diversos grados de aproximación al modo
ideal, pero siquiera la más alejada del modelo puede ser, en modo alguno,
confundida con un Estado autocrático y mucho menos con un estado Totalitario.
Pero al menos creo poder hacer una constatación final, aunque algo
arriesgada, lo admito: hasta ahora no ha estallado ninguna guerra entre Estados
gobernados por regímenes democráticos. Lo cual no quiere decir que los Estados
democráticos no hayan hecho guerras, sino que no las han hecho hasta ahora
entre ellos.

Llamamiento a los valores


Si la democracia es un conjunto de reglas de procedimiento, ¿Cómo puede
pretender contar con ciudadanos activos? Para tener ciudadanos activos, ¿no se
necesitan acaso ideales? Por supuesto que se necesitan ideales.
El primero que nos sale al encuentro después de siglos de crueles guerras
de religión es el ideal de la tolerancia. Si hoy existe una amenaza para la paz del
mundo, ésta viene una vez más del fanatismo, o bien de la ciega creencia en la
propia verdad y en la fuerza capaz de imponerla. Sigue luego el ideal de la no
violencia.
En tercer lugar tenemos el ideal de la renovación gradual de la sociedad a
través del libre debate de las ideas y el cambio de las mentalidades y del modo
de vivir: sólo la democracia permite la formación y la expansión de las
revoluciones silenciosas, como ha ocurrido en los últimos decenios con la
transformación de la relación entre los sexos, que tal vez sea la mayor revolución
de nuestros tiempos. El ideal de la hermandad. Gran parte de la historia humana
está hecha de luchas fratricidas.

Ficha 58:
Derecho Político (Resumen) 201
AGRUPACION 1983

Derecho y Política – Los partidos políticos en


Argentina: Reconocimiento legal,
jurisprudencial y constitucional.
(Oscar Blando)

"Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema


democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro
del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y
funcionamientos democráticos, la representación de las minorías, la
competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el
acceso a la información pública y a la difusión de sus ideas.
El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y
de la capacitación de sus dirigentes. Los partidos políticos deberán dar
publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio (art. 38 de la
Constitución Nacional).
"Los partidos políticos concurren a la formación y expresión de la
voluntad política del pueblo y todos lo ciudadanos son libres de constituirlos
o de afiliarse a ellos" (art. 29, penúltimo párrafo de la Constitución de Santa Fe).

1. DE LA INDIFERENCIA A LA
CONSTITUCIONALIZACIÓN

Se ha considerado conceptualmente a los partidos políticos, especialmente


a partir de mediados del siglo XIX, como las fuerzas sociales más importantes
que actúan sobre el poder, instrumentos necesarios para la democracia
constitucional interviniendo operativamente en el marco del sistema
representativo (intermediación entre el pueblo y el poder), concebidos como
instrumentos de derecho o interés público, como expresión del pluralismo de
ideas que concurren a la formación de la voluntad popular y la participación
política, teniendo como funciones, entre otras, la selección de los candidatos para
ocupar los cargos electivos, la formulación de políticas y proyectos de gobierno,
el control parlamentario del poder, la mediación entre las demandas ciudadanas y
los gobernantes, etc.
Sin embargo, en nuestro país, éstos no estaban incluidos en el texto de la
Constitución de 1853/60, ni fue introducido por reformas posteriores, debiendo
llegarse hasta la de 1994, para su inclusión y reconocimiento (art. 38).
Esquemáticamente. Se produjo con la siguiente evolución:

1) Primer periodo de indiferencia total por parte del estado.

2) Reconocimiento como asociación privada, asimilado a una asociación


con fines útiles (art. 14 de la C. N.).

3) Sin perder su condición de persona jurídica de derecho privado, se le


comenzó a considerar (a través de fallos jurisprudenciales y leyes)
Derecho Político (Resumen) 202
AGRUPACION 1983

como entes auxiliares del Estado, indispensables para la


intermediación entre la sociedad y el poder.

4) Reconocimiento de los partidos políticos como personas jurídicas de


derecho público no estatal.

5) Constitucionalización en 1994

Brevemente diremos en tomo a la falta de regulación constitucional de los


partidos políticos en nuestro país, (tampoco existía el término "democracia") que
se han dado, entre otras, dos tipos de razones principales:

Una de tipo ideológica y de contenido histórico: nuestra


Constitución surge a mediados del Siglo XIX y esos textos
constitucionales estaban todavía influenciados por el concepto
político de la "soberanía nacional" que fuera invocado por el abate
Sieyés en la época de la Revolución Francesa

Así, los representantes lo hacían en nombre de la Nación y como


esa voluntad es única (depositada en una sola persona: la Nación),
repugnaba esa idea con la división de la voluntad nacional que implicaba la
existencia de los partidos políticos

La segunda razón es interna y surge de la propia historia


político-institucional de nuestro país. El año 1853 pretendía
significar el final de las luchas y guerras civiles argentinas, signada
por años de violencia, especialmente entre unitarios y federales. ".

En cuanto al reconocimiento legal y jurisprudencial de los partidos, en


breve síntesis detallamos la evolución arriba anotada.

La Cámara Nacional Electoral: "El partido político tiene naturaleza


de asociación privada y desde la sentencia que le confiere su
reconocimiento es una persona de derecho público".

En el caso "Ríos, Antonio” la Corte Suprema Nacional estableció


que "los partidos políticos son organizaciones de derecho público no
estatal necesario para el desenvolvimiento de la democracia
representativa y por tanto, instrumento de gobierno cuya
institucionalización genera vínculos y efectos jurídicos entre los
miembros del partido, entre éstos y el partido en su relación con el
cuerpo electoral y la estructura del Estado, como órganos
intermedios entre el cuerpo electoral y los representantes".

La Corte Suprema Nacional se pronunció en igual sentido en el


caso ya citado "Partido Justicialista de la Pcia. de Santa Fe c.
Provincia de Santa Fe s/ Acción Declarativa", (6/10/94) (en la acción

Derecho Político (Resumen) 203


AGRUPACION 1983

interpuesta con referencia a la posibilidad de reelección del


entonces Gobernador Carlos Reutemann).

La ley 16.652 estableció que "los partidos políticos reconocidos


además de su personalidad jurídico-política: eran personas jurídicas
de derecho privado en cuyo carácter podían adquirir derechos
contraer obligaciones de acuerdo con el Cód. Civil Del mismo
modo, 10 establecieron la ley 19.102 y 22.627 que sustituyeron a
ley 16.652.

La actual ley nacional que regula la materia (N° 23.298) exige el


reconocimiento judicial de la personería jurídico-política de los
partidos políticos, agregando en el mensaje del poder Ejecutivo
que sometió el proyecto al Congreso, que "la naturaleza jurídica
partidaria es la de persona de derecho público no estatal".

2. ESTADO Y PARTIDOS: LA REGULACIÓN ENTRE EL


"CONTROL" Y LA "PROSCRIPCIÓN"

El reconocimiento legal y/o constitucional de los partidos políticos supone


siempre un grado de control por parte del Estado y, en este sentido, puede haber
aquí actitudes diferentes según los países: es el tema del grado de regulación de
los partidos por parte del Estado. En Argentina, en virtud de las continuas
rupturas del orden institucional, los partidos políticos sufrieron las vicisitudes de
esos períodos y pasaron desde rigurosos controles ideológicos -aún en épocas
constitucionales lisa y llanamente la proscripción y prohibición de su actuación y
confiscación de sus bienes
Biscaretti de Ruffia en este sentido ha distinguido tres procedimientos de
control de los partidos políticos:
a) Un control externo o negativo,
b) Un control ideológico o programático, y
c) Un control estructural y de funcionamiento interno.

A su vez Jorge R. Vanossi asegura que "en la era de la "partidocracia"


existen dos actitudes que el legislador con respecto al control Estatal, puede
adoptar:

1. Una posición "maximalista" que regulando al máximo el funcionamiento


de los partidos convierta a la democracia en una "democracia de partidos"
al democratizar la vida interna de éstos.

2. Una posición "minimalista", que sin pretender hacer "la democracia de


los partidos" pero sí "entre los partidos" regule lo menos posible su
funcionamiento. La posición "maximalista" exige requisitos de "calidad"
para el reconocimiento y funcionamiento legal de los partidos políticos,
yendo de menor a mayor, llegando hasta su control ideológico. La posición
Derecho Político (Resumen) 204
AGRUPACION 1983

"minimalista" coincide con la exigencia de requisitos de "cantidad"


solamente, por ej. un número mínimo de adherentes para poder funcionar;
requisitos que se pueden constatar objetivamente y que no entraña
consideración subjetiva alguna. La primera posición pretende encontrar "la
cuadratura del círculo constitucional, porque el problema se centra en
quién va a controlar al órgano "controlador" y lleva consigo enormes
peligros, ya que la experiencia legislativa que hasta ahora existe, muestra
que el o los titulares del órgano encargado del control ideológico de los
partidos no emana de la voluntad popular, y además, calificar si un partido
político es democrático o no, o si se ajusta a los principios ideológicos-
programáticos de un régimen dado.

El Control Estatal puede resumirse fundamentalmente en dos:

1. Control cuantitativo: que surge de la regulación legal del partido y de la


Justicia electoral competente, referido a los aspectos formales (criterio
objetivo) y tendiente a su reconocimiento y normal funcionamiento:
nombre, cantidad de afiliados requeridos, porcentaje para reconocer a un
partido como nacional o provincial, cuestiones disciplinarias, etc.

2. Control cualitativo o ideológico: que ya no se refiere a aspectos


formales u objetivos para el reconocimiento y funcionamiento de los
partidos, sino que se abordan elementos "subjetivos", por ejemplo,
aspectos ideológicos, determinando en definitiva, si un partido político
puede o no funcionar y competir electoralmente atendiendo a sus ideas,
propuestas, principios o programas.

Dos cuestiones aparecen conflictivas en este tema:

1. ¿Quién controla?, ¿qué órgano será el encargado de controlar: el


ejecutivo o el legislativo? Obviamente no deberían serlo por la propia
naturaleza política de esos órganos de gobierno, lo que podría degenerar
en discriminaciones o proscripciones partidistas. ¿El poder judicial?,
generalmente éste, a. través de los Tribunales jurisdiccionales con
competencia electoral han sido los órganos encargados de hacerla, con
apelación judicial propiamente dicha.

2. ¿Cuál es límite del control ideológico de los partidos políticos? En


definitiva, ¿qué se controla? ¿Las ideas, los actos y
comportamientos de sus afiliados y dirigentes? Es evidente, que un
control de este tipo permite entrar a un terrero muy complejo y peligroso.

En la Argentina, la Ley 19.102, verbigracia, estipulaba: "La declaración de


principios y el programa o bases de acción política deberá sostener los fines de la
C.N y expresar la adhesión al sistema democrático, representativo, republicano,
pluripartidista, el respeto a los derechos humanos y no auspiciar el empleo de la
violencia para modificar el orden jurídico para llegar al poder.

Derecho Político (Resumen) 205


AGRUPACION 1983

La actual ley de partidos políticos, N° 23.298 suprimió todo control


ideológico ya que nada se dice al respecto. .
Por su parte, el actual arto 38 de la Constitución Nacional que
constitucionaliza los partidos políticos, según la reforma de 1994, hace referencia
a que: "su creación y ejercicio de sus actividades son libres" y agrega: "dentro del
respeto a esta Constitución", la que garantiza su organización y funcionamiento
democráticos, la representación de las minorías", etc. Parecería pues que el
control que existe tiene como único límite el respeto a la Constitución.
Sin embargo, quedó claro en la convención constituyente, por los
proyectos presentados, que no hubo decisión de ejercer controles ideológicos
amplios, o abiertos, es más, algunos constituyentes en sus propuestas
expresamente hacían referencia a que debía constar la prohibición de todo tipo
de control. La convencional Elisa Carrió expresaba que "no se puede prohibir
ideas sino la utilización de la violencia".
El tema del control ideológico ha dado lugar, más allá de los textos y de la
letra de la Constitución, a un intenso debate doctrinario y jurisprudencial sobre la
cuestión. Por otro lado, debe tenerse presente a la hora de realizar controles y
restricciones a la participación política, que la Argentina ha vivido en distintas
etapas de su vida institucional proscripciones políticas, lamentablemente con
recepción jurisprudencial.
En 1958 la Corte Suprema consideró válido el decreto 4161/56 por el que
"prohibió" la utilización "de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios
peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del
presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones peronismo, peronista,
justicialismo, justicialista, tercera posición; la abreviatura P.J., las fechas
exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales denominadas
marcha de los muchachos peronistas y Evita Capitana; y el lema socialmente
justa, políticamente soberana y económicamente libre, sosteniendo, el Alto
tribunal, que 'ningún derecho es absoluto y que están sujetos a las leyes que
reglamentan su ejercicio. Las restricciones a un derecho depende de las
circunstancias del caso en circunstancias normales no serían legítimas pero
pueden serlo en condiciones especiales o extraordinarias y no es irrazonable que
durante el proceso subsiguiente a una revolución las autoridades surgidas de ella
establezcan restricciones que impidan la propaganda contrarrevolucionaria'.
A su vez en 1972, durante otro gobierno inconstitucional la Corte también
referido a las actividades comunistas y más concretamente, referido a la
ideología comunista, dijo: "el desarrollo de actividades comunistas es
intrínsecamente ilícito porque su objetivo fundamental es el aniquilamiento de la
C.N. y de los derechos y garantías consagrados para sustituirla por un sistema
fundado en una concepción filosófica que constituyen el polo opuesto de los
principios y propuestas que ampara , nuestra Constitución, el comunismo, el
desarrollo de actividades ideológicas comunistas se halla en abierta pugna, en
total contradicción con el estado democrático".
Volviendo al tema estrictamente de lo que se da en llamar "control
ideológico" de los partidos políticos y referidos al tratamiento del tema en estados
con regímenes democráticos, lo que se discute es si determinado partido político
puede o no ser reconocido y participar políticamente por defender determinados

Derecho Político (Resumen) 206


AGRUPACION 1983

principios o concepciones que puedan considerarse atentatorias de la propia


democracia. La duda es ¿la democracia es sólo para los democráticos?
Esto abre un rico e interesante debate que en su momento se reflejó entre
los constitucionalistas y politólogos argentinos:
"Si el régimen democrático permanece inerme o indiferente a enemigos
que se valen de él para destruirlo, se 'suicida de hecho'. Si por el contrario,
restringe la libertad y viola la igualdad excluyendo a algunos,
discriminatoriamente, se 'suicida dialécticamente', al negar sus propios principios.
Creemos que el único límite puede estar en la Constitución, pero sólo en el
sentido profundo y último: no atentar contra ella, no violar su dogma, pero nunca
cuando el tema está referido a aspectos instrumentales o de organización del
poder. De lo contrario se abre el camino de la arbitrariedad. Si un partido
propusiese en sus plataformas la persecución de negros, judíos, o la
discriminación racial, se violaría la CN. Otros temas, en cambio no son tan
simples de resolver: por ejemplo, nuestra Constitución establece el régimen
federal de gobierno. ¿Puede ser proscripto (no reconocido) un partido político
porque proponga en su programa electoral que es partidario del régimen unitario
descentralizado de gobierno (como el español) y que confiesa que para
concretarlo impulsará una reforma constitucional para modificar el arto 1 de la
C.N? Es decir, hará una modificación sustancial al régimen político pero por los
procedimientos democráticos y consultando al pueblo. Aún así, respetando las
formalidades constitucionales, ¿ese partido no podría actuar en nuestro país?
Parece un exceso.
El tema del control ideológico de los partidos tiene otro problema conexo
referido a lo antedicho: ¿qué se controla lo que dice la plataforma escrita, el
programa partidario o las ideas, el mensaje o la supuesta intención de sus
dirigentes?
El tema fue tratado en un conocido fallo resuelto por la Corte Suprema
nacional: "Caso: Partido Obrero" (27/6/62): allí se sostuvo, en nuestro criterio,
erróneamente: en primer lugar, que es posible el control ideológico de los
partidos políticos y en segundo término, dicho control -y el no reconocimiento, por
ende del partido- ni siquiera se resolvió atendiendo al programa escrito sino al
supuesto "programa oculto o "verdadero".
El máximo tribunal Nacional le negó la personería al Partido Obrero y por
tanto su reconocimiento para funcionar en lo que constituyó un grave
antecedente jurisprudencial para la cultura democrática argentina.

3. LA NOMINACIÓN DE LAS CANDIDATURAS:


¿EXCLUSIVIDAD DE LOS PARTIDOS?

Se discute si es el partido político el único con competencia para nominar a


los candidatos a través de listas o si éstos pudiesen ser propuestos en
candidaturas "independientes", es decir, sin pertenecer a ninguna agrupación
política.
La Ley nacional de partidos políticos vigente N° 23.298 en su arto 2°,
establece la exclusividad en la postulación para cargos electivos.

Derecho Político (Resumen) 207


AGRUPACION 1983

Por otro lado, parece deducirse de otras normas incorporadas a la reforma,


que los partidos poseen este privilegio exclusivo en tanto en el art. 54 se prevé la
elección de senadores e implanta el monopolio de aquellos o de alianzas
electorales para postular candidatos. Art. 54 establece que "El Senado se
compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la cuidad de Buenos
Aires, elegidos en forma directa y conjunta, 'correspondiendo dos bancas al
partido político que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido
político que le siga en número de votos'.
La cuestión además parece saldada: la Constitución Nacional no ha
autorizado expresamente listas de candidatos independientes pero rige una ley
que impone taxativamente la exclusividad de esa nominación a los partidos
políticos y cuando se discutió en el seno de la convención (voluntad del
constituyente) la postura de posibilitar candidaturas independientes en el texto
constitucional no fue aceptado, aunque, "tampoco quedó expresa dicha
competencia en forma "exclusiva".

4. ¿A QUIÉN PERTENECEN LAS BANCAS


LEGISLATIVAS?

La exclusividad en la nominación de candidatos trae consigo el viejo


debate sobre la pertenencia de las bancas: ¿pertenecen al partido político, al
legislador o al pueblo?
En los partidos políticos cuando existen disidencias internas, que derivan
en expulsión de dirigentes o cuando éstos renuncian al partido que los nominó,
aquéllos pretenden exigir de la "devolución" de la banca, y obligar al legislador a
renunciar o a ser destituido de su cargo por el cuerpo legislativo, auto
adjudicándose el supuesto derecho de "revocación del mandato popular": el
pueblo lo eligió pero el partido lo podría destituir.
Es evidente que el partido político no puede arrogarse la facultad de violar
la decisión popular revocando dicho mandato. Compartimos la posición de
Martínez Peroni: "sin duda el legislador puede ser exponente de su partido en
términos políticos pero jurídicamente es representante del pueblo. También debe
al partido su acta de legislador, sobre todo cuando es elegido en el seno de una
lista en el sistema proporcional, dado que según la ley electoral, sólo los partidos
pueden presentar listas. Pero la legitimación la recibe del pueblo. Que un
diputado abandone su partido o sea excluido de él no implica que le sea retirado
su mandato"
Por otro lado, según la C.N. (art. 66) sólo podrá removerse alguno de los
miembros de cada una de las cámaras (diputados y senadores) "por desorden de
conducta en el ejercicio de sus funciones o por inhabilidad física o moral
sobreviniente a su incorporación" y desde luego, no es éste el caso, que tiene
que ver sólo con la potestad disciplinaria de un partido político a un afiliado.
También debe decirse que "en la historia del parlamentarismo argentino no
ha habido caso alguno (pese a múltiples intentos de los partidos políticos, ya sea
en el ámbito nacional o provincial: uno de los últimos más reconocido fue el caso
del entonces senador José O. Bordón) en donde se haya excluido del seno de un
cuerpo legislativo a un diputado o senador por imperio de una sanción
Derecho Político (Resumen) 208
AGRUPACION 1983

disciplinaria de un partido". El partido puede expulsarlo pero nunca puede


adueñarse de su banca o lo que es lo mismo, revocar el mandato popular.
"el partido político nomina y el pueblo elige a través de la función pública
no estatal del voto. Quiere decir que el titular del derecho es el pueblo y los
partidos resultan los moldes donde estos derechos se vierten en la búsqueda de
la organización política de la sociedad. De lo dicho, se infiere categóricamente
que las bancas no pertenecen al partido sino al pueblo.

5. LA DEMOCRACIA EN LOS PARTIDOS: EXIGENCIA


CONSTITUCIONAL
El art. 38 de la C.N. también "garantiza (al partido político) su organización
y funcionamiento democrático, (y) la representación de las minorías, la
competencia para la postulación a cargos partidarios electivos, el acaso a la
información pública y la difusión de las ideas"
La prescripción constitucional asegura la democracia interna en los
partidos, y su correlato, que los disidentes, las minorías, tengan también
participación y por ende, representación.
Fue importante -a nuestro juicio- esta inclusión constitucional atendiendo a
la historia de los partidos políticos argentinos que no siempre vivió la democracia
en el seno de sus propias organizaciones y por el contrario debieron sufrir la
arbitrariedad, la falta de respeto por las minorías, los intentos de digitar a los
candidatos a los cargos públicos, la oligarquización de sus dirigentes y
estructuras, muchas veces siguiendo la célebre "ley de las oligarquías
partidarias"

6. FONDOS PARTIDARIOS, TRANSPARENCIA Y


DEMOCRATIZACIÓN
Esta situación ocurre en todas las latitudes: el profesor español Francisco
Fernández Buey, ha dicho que los que tratan de quitar importancia a la magnitud
de la corrupción, como si la corrupción apenas tuviera que ver con esta
democracia, todavía no han caído en la cuenta -y esto es lo peor de todo- de que
Berlusconi, Craxi y Fini no son la consecuencia de la crítica seria y leal de la
"democracia" realmente existente, no son su consecuencia del intento, tan
respetable, de los jueces de manos limpias por atenerse a la legalidad en serio
sino al contrario: Berlusconi, y Craxi y Fini son el efecto perverso de una
democracia de mediada, de la imposición al pueblo, precisamente, de una
concepción muy pobre de la democracia, del fundamentalismo liberal, en suma"
La Reforma Constitucional de 1994 aseguró a los partidos políticos que "el
Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la
capacitación de sus dirigentes",
Algunos -desde siempre- han cuestionado el aporte estatal a los partidos.
Sin embargo, esta decisión, el sostenimiento económico estatal unido a la
necesaria transparencia, asegura la igualdad entre los partidos políticos
(especialmente en espacios de publicidad en medios de comunicación estatal
para todos y en igualdad de condiciones y tiempos), o cuando se brindan aportes

Derecho Político (Resumen) 209


AGRUPACION 1983

de acuerdo a la cantidad de afiliados y de sufragios. Obtenidos en elecciones


populares.
Como contrapartida a lo dicho en cuanto al sostenimiento estatal a los
partidos, la Constitución prescribe ahora la obligación de los partidos políticos de
"dar publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio", todo ello
tendiendo a asegurar transparencia: entendiéndose que los fondos provengan del
estado o de particulares (empresas, medios, etc.).
La Ley Nacional de Partidos Políticos N° 23.298 y diversos decretos
reglamentarios, sobre el financiamiento de los partidos en cuanto a aportes
públicos, crea el Fondo Partidario Permanente que se integra con recursos
provenientes del presupuesto nacional. Los fondos públicos se asignan merced a
aportes y franquicias. En el primer caso, por ejemplo, la ley establece un aporte
con motivo de las campañas electorales que consiste en una suma de dinero por
cada voto obtenido en la última elección. Las franquicias en cambio, constituyen
financiamiento indirecto: beneficios que consisten en utilizar en forma gratuita o
casi gratuita, determinados servicios: envíos postales, teléfonos, espacios
televisivos, etc.
En cuanto a los discutidos aportes privados, la ley fija límites en cuanto a
monto de las donaciones que pueden recibir los partidos. Se prohíben
donaciones anónimas, salvo en el caso de colecta públicas. Sin embargo, se
autoriza a los donantes a imponer que sus nombres no sean revelados, lo cual no
exime a los partidos de la obligación de conservar la documentación por el plazo
de tres años (art. 41, inc. a). Seguidamente se detalla que los partidos no pueden
recibir contribuciones de gobiernos o entidades extranjeras, entidades
autárquicas o descentralizadas del estado Nacional o de las Provincias, las
empresas concesionarias de obras o servicios públicos, las entidades o
empresas que exploten juegos de azar, las asociaciones sindicales, patronales o
profesionales o de personas que hayan sido obligadas a efectuar la contribución
por sus superiores jerárquicos o empleadores. Pese a estas prescripciones,
muchas veces los partidos políticos suelen constituir fundaciones y por ser
entidades privadas no sujetas a controles de la justicia federal, permiten canalizar
hacia la política fondos que no ingresan a través de los partidos políticos, como
es el caso de aportes de los gobiernos o entidades extranjeras.
La política no debería ser un medio para enriquecerse materialmente sino
para lograr un mejoramiento en las condiciones de vida personal, educativa,
social y económica. Surgen diferentes propuestas:

1. Limitar la financiación privada de los partidos a un máximo razonable;

2. Acortar las campañas partidarias a no más de cinco meses antes de las


elecciones presidenciales, cuatro las gubernativas provinciales y de tres
meses antes las elecciones parlamentarias;

3. Creación de un registro dentro de la Justicia Electoral con acceso a


cuentas partidarias por parte de los ciudadanos;

Derecho Político (Resumen) 210


AGRUPACION 1983

4. Exigencia de revelar todas las fuentes de financiamiento con fondos


privados;

5. Obligación de detallar específicamente todos los gastos y erogaciones


significativos de la campaña electoral;

6. Compromiso de todos los políticos en ejercicio de cargos de poder, de


revelar anualmente sus ingresos y variaciones patrimoniales, a partir de
los últimos tres años antes de acceder al cargo respectivo e imposición de
sanciones a aquellos que no los pudieren justificar;

7. Aborrecimiento de exenciones fiscales y desgravaciones a los partidos


políticos a favor de una mayor transparencia de las finanzas partidarias"

FICHA 59;
ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA CRISIS DE
REPRESENTACIÓN
(LIC. ANA MARÍA RAGGIO)
La crisis general, a la que hemos venido asistiendo, se mantiene
naturalmente, si bien existen cuestiones que escapan al ámbito nacional e
influyen en nuestro derrotero socio político, no podemos hacemos los ingenuos y
pensar que todo es obra de" la herencia de anteriores administraciones" o "a los
efectos de la globalización", algo de esto puede ser cierto pero, no eludamos la
culpa tenemos parte de responsabilidad en lo que nos sucede.
La preocupación que existe dentro de la sociedad respecto del
funcionamiento del sistema político. Es mas podríamos decir que se ha abierto
una, brecha entre el sistema político y la sociedad, percibimos día a día una
desilusión de la política, un descreimiento, que no necesariamente implica un
descreimiento, del sistema democrático
¿De quien se descree? De los partidos políticos, del parlamento, del
sistema judicial, de los representantes sindicales, y hasta empresariales. Se
cuestiona permanentemente su representatividad, hasta donde verdaderamente
son, representantes legítimos de los ciudadanos.
El actual latiguillo "que se vayan todos", expresa el estado de descontento
social frente al actual "escenario político". Fundamentalmente los partidos
políticos, jueces y los jefes de las organizaciones sindicales son aquellos
representantes cuyo liderazgo en la sociedad ha sido más conmovido, donde
mas notamos un sentimiento de desilusión y de falta de credibilidad, se hace
cada vez oír más el reclamo, que va a favor de la renovación de la representación
política
Estamos ante una "democracia caracterizada por transacciones entre
elites que actúan con independencia de su electorado y esta situación genera
escasas expectativas respecto de lo que a través de la política se puede lograr”.
Es una democracia en donde la lealtad de los representantes es "hacia arriba",
en donde los principales partidos políticos practican el centralismo democrático,
donde hay una fuerte influencia del lobby empresarial en las decisiones centrales
que se realizan dentro de los confines del macro de poder"

Derecho Político (Resumen) 211


AGRUPACION 1983

Los altos niveles de desigualdad toman muy difícil el buen funcionamiento


de la democracia. Ante ello se hace indispensable avanzar en una profunda
reforma de las instituciones políticas que establezcan nuevas reglas de juego,
diferentes formas de compromiso, que permitan el surgimiento de una nueva
dirigencia capaz, controlada y condicionada por la participación popular. Es
necesario recrear la confianza de la ciudadanía en el sistema democrático.
Cuando la democracia va perdiendo los valores de igualdad y libertad, que
deben ser encarnados en las instituciones, estas van perdiendo representación y
el sistema credibilidad.
La estabilidad democrática se apoya en el indiscutible enlace que se
establece entre legitimidad del sistema y legitimidad del gobierno, entre la
aceptación del procedimiento democrático y la capacidad del gobierno para
"encontrar soluciones comunes satisfactorias. Las decepciones colectivas
pueden, amenazar la legitimidad del sistema.
La crisis política, se expresa a través de la crisis de representación,
podemos decir que asistimos al hundimiento del sistema de representación, cada
vez los representantes "representan" menos a los representados, las demandas
de la sociedad civil son poco o nada satisfechas y ello hace caer en un grave
riesgo al sistema democrático.
Si bien el consenso es la fuente de legitimidad de la democracia, no
podemos negar el rol del conflicto, el cual es inherente a la política, unas ideas se
enfrentan libremente a otras en el memento del acto eleccionario, y si no hubiera
confrontación de ideas estaríamos ante un pensamiento único propio de
regimenes totalitario y no democráticos.
A pesar de este descrédito por la política y las instituciones políticas, sigue
en pie la idea de que la democracia representativa es la mejor forma de gobierno
(posible), ahora bien en la medida en que los representantes no logren establecer
políticas públicas más justas y equitativas en los ámbitos sociales y económicos,
y las acciones de gobierno cubran cada vez menos las expectativas de los
representados, estaremos ante asistiendo al hundimiento de la representación
política.

CONCEPTO DE REPRESENTACIÓN
Siguiendo a Norberto Bobbio, que en esta tarea de especificar conceptos
es muy claro y didáctico, cuando hablamos de representación hacemos
referencia a que las deliberaciones políticas que se llevan a cabo dentro del
estado son realizadas por los representantes elegidos por el pueblo.
La representación es la relación establecida entre los miembros de un
grupo humano jurídicamente organizado(representado) con un
órgano(representante), en virtud de la cual, la voluntad de éste último se
considera como expresión de la voluntad de aquellos.
Por lo expuesto anteriormente, las democracias representativas actuales,
existe una relación entre representante y representado que reúne las siguientes
características:

Derecho Político (Resumen) 212


AGRUPACION 1983

1. Goza de confianza del cuerpo electoral y una vez elegido ya no es


responsable frente a sus electores, por lo tanto su mandato no es
revocable.

2. No es responsable directamente frente a sus electores, justamente porque


está llamado a tutelar los intereses generales de la sociedad y no los
intereses particulares de alguna profesión o sector.

Esta relación descripta con anterioridad, considero que es el eje que nos
lleva a cuestionar el actual problema de la representación y a pensar si no es
posible mejorar los mecanismos que dentro de ella pueden ser posibles, para
sentimos mejor representados.
La representatividad quiere significar "dar presencia", hacer presente" a
otros, en el caso concreto de la representación política lo que hacen los
gobernantes y fundamentalmente los diputados es actuar o hacer las cosas como
lo harían los que estoy representando.
Darle o negarle representatividad a los representantes (gobierno,
diputados senadores) significa que la sociedad se identifica -o no- con ellos
lógicamente ello nos llevará a acordar que a través de este proceso se legitima el
gobierno y su ejercicio.
La representación se presenta como un fenómeno sociológico general, con
un perfil propio en la Ciencia Política, ya que significa: sustitución legítima, en
virtud de la cual una persona está autorizada a obrar en nombre de otra y desde
este punto de vista, representa una legitimación de la autoridad que actúa
representativamente.
Las características nombradas en el párrafo anterior muestran a la
representación como una manifestación externa y los actos del representante se
consideran como si fueran realizados por el representado. La representación
política tiene la particular característica de que es, una vía de participación del
pueblo en el poder, mediante ella se quiere hacer presente al pueblo con su
voluntad, sus intereses, sus opiniones y sus pretensiones en los órganos de
decisión política.

ORÍGENES DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA


El origen de la “doctrina de la representación política” aparece vinculado
con el proceso de transformación que se da en determinadas instituciones
políticas, en relación con el cual se generan nuevas técnicas de representación
En Inglaterra encontramos el primer antecedente en 1774, Edmund Burke
expresaría "El parlamento no es un congreso de embajadores con intereses
diferentes y hostiles, en él cada uno mantendrá sus intereses. El Parlamento es
la asamblea deliberativa de una Nación con un sólo interés, el de todos"
En Estados Unidos encontramos que las colonias inglesas, habían
conocido algunas instituciones representativas antes de independizarse, Hamilton
identificó el sistema representativo con la república que se acababa de crear,
distinguiendo ésta de la democracia directa.

Derecho Político (Resumen) 213


AGRUPACION 1983

Es interesante señalar la postura de Tomas Paine, quien señaló que el


sistema representativo era una nueva forma de gobierno, y mediante él la
representación se injertaba en la democracia.
Será en Francia donde la doctrina de la representación encuentra el primer
expositor 'más claro el abate Sieyes, la aplicación de sus conceptos se encuentra
en la Constitución Francesa de 1791. Profundiza el meollo de dicha doctrina,
donde expresa que el fin de la Asamblea representativa de una nación no puede
ser diferente al que se propondría la nación misma es inconcebible una
asociación legítima que no tenga por objeto la seguridad común, la libertad
común, en fin la cosa pública.
Ahora bien su planteo cierra diciendo que como los ciudadanos son
numerosos y están dispersos en una superficie demasiado extensa, para ejercitar
ellos mismos su voluntad común, encarga a los representantes el derecho de
ejercer esa voluntad nacional ,los representantes no pueden hablar, ni pueden
obrar sino por medio de sus representantes, que lo son de la nación entera
El régimen demoliberal del siglo XIX, introduce un cambio importante en el
tema de la representación, la ampliación del sufragio por un lado y por otro el
impacto del desarrollo de los partidos políticos
Esta resumida evolución histórica respecto de la representación como una
doctrina, nos permite una primera conclusión, ¿cual es que el régimen
representativo de base electoral como hoy lo conocemos, ha evolucionado a lo
largo del siglo XIX en función y paralelamente al régimen de partidos?
El modelo de democracia que llegó a imperar en el mundo occidental en
los decenios centrales del siglo XIX se ajusta al modelo de democracia
representativa, asumiendo las características de una democracia "elitista,
pluralista y en equilibrio", fue reducido el grupo de actores políticos, se concibe
que en ella existen distintos grupos y desaparece la idea individualista de la
sociedad, se la concibe plural y por último, existe un equilibrio entre las ofertas y
las demandas políticas-sociales y económicas.
La Constitución argentina reza en su preámbulo "Nos los representantes
del pueblo de la Nación Argentina"
En su artículo 1º declara que la Nación argentina adopta para su gobierno
la forma representativa, republicana y federal, y en su artículo 22 declara que el
pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes.
Estos artículos afirman de manera categórica que la única forma legítima y
verificable de la expresión soberana del pueblo es el sufragio

LA CRISIS DE REPRESENTACIÓN EN ARGENTINA


La crisis desemboca en una bifurcación entre el sistema político por un
lado y la sociedad civil por otro, justamente porque el vínculo entre gobernantes y
gobernados se rompe.
Para que la representación vuelva a sus cauces, y pueda ser nuevamente
entendida en términos positivos, es necesario reconciliar al estado, entiéndase
gobierno, instituciones políticas con la idea de política, política como actividad
capaz de construir consensos, capaz de lograr el mayor bienestar de todos, es
decir inclusión social, volver a entender a la política como construcción y solo es

Derecho Político (Resumen) 214


AGRUPACION 1983

ello posible dentro de la democracia como sistema de gobierno. Sin política, no


hay democracia.
La relación política gobernante-gobernado es solo posible, en las actuales
democracias a través de la representación, y la representación política es
benéfica cuando los representantes se adecuan a la voluntad de la sociedad,
cuando interpretan las necesidades de la misma, podríamos decir cuando existe
un proyecto que trasciende los intereses particulares.
Dicha crisis se traduce en una realidad donde quienes nos representan, no
perciben lo que realmente queremos de ellos, está ausente la idea de querer por
el representado y comienzan a jugar los intereses y deseos personales.
Cuando se habla de la crisis de representación, se hace referencia, en
primer lugar a que la representación no es fiel, hay un alejamiento de las
realidades, y en segundo lugar, que la representación lo es demasiado, es decir
una desviación del mandato parlamentario, en mandato imperativo, remitiendo las
dos afirmaciones a la ausencia de percepción de la voluntad de los ciudadanos,
que aleja el poder del pueblo.
Otro aspecto planteado por el autor mencionado es el modo en como el
estado distribuye, y los planes sociales son un ejemplo de ello, los mismos no
tienen un criterio universalista, y para acceder a ellos no debería hacer falta ser
amigo de nadie. La ayuda social va acompañada de la opresión política,
generando el clientelismo político.
Cuando se describe que en un estado democrático de derecho prima el
imperio de la ley, ello supone que existen instituciones que aseguren el orden
público y que sean confiables, vivimos en un estado que se parece mas al estado
de naturaleza que a la sociedad civil.
A manera de ejemplo , me parece útil hacer referencia a algunas
estadísticas que muestran el descontento, o la insatisfacción de los argentinos
por sus instituciones y dirigentes, así como también la insatisfacción con el
funcionamiento de la democracia, dicha encuesta, realizada entre abril y mayo
del 2002 en 17 naciones de Latinoamérica refleja que el 65% de los argentinos
dijo estar de acuerdo en que "la democracia es preferible a cualquier otra forma
de gobierno, mientras que sólo el 8% de los argentinos dijo estar "muy" o "más
bien satisfecho "con el funcionamiento de la democracia, sólo en Paraguay hubo
menos satisfacción, mientras que los ciudadanos argentinos manifestaron que
desconfían en un 88% de la gente que conduce el país ..
El 92% de los argentinos afirmó tener poca o ninguna confianza en el
gobierno y los bancos y el 90 % en el Congreso Nacional y el Poder Judicial.
Estos últimos niveles de desconfianza se hallan alrededor de veinte puntos por
encima del promedio latinoamericano
Estos indicadores, no mostrarían nada si no asistiéramos personalmente,
cotidianamente a esta crisis que aqueja no sólo a Latinoamérica, sino también a
las democracias avanzadas, donde el descrédito y la desafectación ciudadana
generan dificultades a la gobernabilidad, con una masa social desencantada.

ORIGENES-CAUSAS PROBABLES DE LA CRISIS


En el mundo entero ha sucumbido el estado benefactor, y con él los
paradigmas sociales de la igualdad de condiciones, de bienestar, que hacían

Derecho Político (Resumen) 215


AGRUPACION 1983

posible la superación del interés individual. Las políticas neo liberales de los '90
llevaron a vastos sectores sociales, aún de la clase media a situaciones de
pauperismo, exclusión social, la cual solo se pensaba que era patrimonio de los
pobres.
Este deterioro de vastos sectores de la sociedad, son producto de un
proceso que si bien, se remontan a un proceso de desindustrialización que
comienza en al última dictadura militar, pero que se verán agravados en los '80
con la hiperinflación, los '90 con la reforma del estado y que culmina con los
índices actuales de pobreza y desocupación nunca antes alcanzados en nuestro
país.
El ciudadano, pasó a ser un mero espectador de la política, estamos ante
una ciudadanía que ya no se compromete con ideologías políticas, o la militancia
partidaria.
El Parlamento es otra de las instituciones de la democracia que sufre esta
crisis de representación, que aquél sufre una capacidad estructural para
representar a la diversidad de las mayorías existentes en la sociedad. Si bien es
cierto que no puede pedírsele al Parlamento que incluya entre sus miembros a
toda la sociedad, y ya no pretendemos tampoco que haya una sustitución efectiva
entre quienes representan y los representados, se intenta que al menos aquellos
que elegimos para ocupar una banca diseñe ciertas pautas básicas válidas para
todos.
No siempre llegan al Parlamento los "mejores" representantes de la
mayorías ocurre mucha veces que los que tienen más dinero y más capacidad de
influencia sobre los sectores de mas poder gozan de mayores oportunidades
para acceder al Parlamento.
Es frecuente, en nuestra realidad política, que diputados y senadores
actúen de manera contraria a lo que habían prometido en su campaña, frente a lo
es muy poco lo que los ciudadanos podemos hacer, nos embarga muchas veces
una sensación de resignación al no poseer las herramientas para sancionar a los
representantes, ¿es suficiente el castigo de las urnas?
Ahora bien, me pregunto ¿cuando la ciudadanía no encuentra respuesta
en sus representantes, cual es la salida que busca?
Hoy en día una nueva masa social critica ha surgido en el país, podríamos
decir que se trata de un fenómeno sociológico nuevo, forjado a partir de la ultima
década que incluye desde trabajadores desocupados (piqueteros) hasta sectores
de clase media (caceroleros) cuyo ahorros fueron incautados por banqueros.
Esta movilización se ha paralizado, ha ido sucumbiendo, tal cual se
presentó en un comienzo, existe la sensación de esperanza frente a las
expectativas que genera el nuevo gobierno constitucional, pero continúa abierta
la idea de una ciudadanía atenta, ante esta manifestación, los políticos de nuevo
y viejo cuño se comenzaron a plantear, luego de veinte años de gobiernos
democráticos cómo reconstruir la representación política
Si la protesta permite encontrar una salida y puede entrar en el cause del
consenso, bienvenidas sean estas nuevas formas de expresión y de
representación política.
Cuando los miembros de una sociedad evalúan negativamente la función
que cumplen quienes están al frente de las instituciones, se genera un conflicto.
Si no se logra el entendimiento a parece un sentimiento de frustración que se

Derecho Político (Resumen) 216


AGRUPACION 1983

manifiesta claramente en lo que percibimos como crisis de representatividad o


representación.
Ahora bien, si el conflicto social sirve para acordar formas alternativas,
para llegar a un consenso, revitalizando las instituciones políticas, la crisis
contribuye a reconsiderar las instituciones, a plantear nuevas alternativas.

REFLEXIONES FINALES
Toda crisis es propicia para cambiar, conmover nuestros afectos y
nuestras convicciones, aún más profundas, nos puede ayudar a crecer, a
cuestionar verdades que teníamos aprendidas y que hacíamos como propias.
En una sociedad donde hay tanto descrédito por los partidos políticos, todo
aquel que se asocie a ese conjunto llamado partido es asociado con el engaño.
No han desaparecido los hábitos autoritarios, como son las prácticas clientelistas,
el amiguismo, el familismo, que conspiran contra toda idea de renovación. Los
mismos dirigentes se han mantenido durante veinte años "firmes" en sus
partidos, transmutando algunos, engañando otros, siguen fieles a sus prácticas
políticas ,pareciendo ignorar lo que acontece a su alrededor.
El descreimiento no es hacia la Política, sino a la forma de "hacer política",
Concluyo con una frase de Miguel Angel Ekmekdjian "La mayoría
silenciosa debe asumir su rol en la democracia, participando y controlando el
ejercicio del poder, ejerciendo en suma las prerrogativas y responsabilidades del
ciudadano; porque la democracia es fundamentalmente un estado de ánimo que
requiere una adaptación mental de todos los habitantes del país, y ésta sólo se
obtiene a través de una participación política prolongada y generalizada"

Ficha 61:
TIPOLOGIAS DE LAS FORMAS DE GOBIERNO
(Daniel Sosa y Oscar M. Blando)

Introducción
Siempre que se ha intentado estudiar la realidad política se pretendido
encuadrarla dentro de algún tipo de tipología o clasificación. Es uno de los temas
"recurrentes”, al decir de Norberto Bobbio: temas que han sido propuestos y
discutidos por las mayor parte de los escritores políticos.
Se ha coincidido que en la actualidad ese intento es harto difícil:

1. Porque falta un criterio capaz de comprender, hoy más que


nunca, a todas las formas de gobiernos o sistemas políticos.

2. Porque han desaparecido diversas formas de gobierno y han


surgido nuevas

3. Por la complejidad de las relaciones y funciones estatales, a lo


que podría agregarse, la caída de sistemas o paradigmas que
signaron el recorrido del siglo XX.

Derecho Político (Resumen) 217


AGRUPACION 1983

Las llamadas clasificaciones “tradicionales”, “clásicas” han perdido


vigencia. Especialmente con la introducción del sufragio universal ha
desaparecido, Por ejemplo, la aristocracia como forma especial de gobierno y la
monarquía ya no tiene el sentido que tuvo en otras épocas: ¿de qué hablamos
cuando nos referimos a la monarquía? ¿De la forma “pura”, “buena” de gobierno
de Aristóteles, hablamos de las monarquías absolutas del siglo XVI o XVII o de
las monarquías parlamentarias y constitucionales modernas? En definitiva, las
clasificaciones tradicionales no son suficientes para valorar las formas de
gobierno actuales según las realidades del proceso del poder que operan hoy en
ellas. Por ello, haremos un rápido recorrido por las llamadas formas clásicas y
también por las tipologías consideradas "modernas".

1. LAS FORMAS CLASICAS

Herodoto,
Las tipologías de las formas de gobierno suelen partir de la célebre
discusión imaginaria de Heródoto en el libro III de sus “Historias”
La discusión que se realiza entre tres personajes persas, Otanes,
Megabyzo y Darío habría sucedido en la segunda mitad del siglo VI antes de
Cristo.
Cada uno de los personajes es defensor de las tres formas clásicas de
gobierno: democracia, aristocracia y monarquía.
Otanes es defensor del gobierno de muchos: es el gobierno del pueblo que
denomina “inosomía” que quiere decir “igualdad de derechos políticos”.
Megabyzo en lugar de conferir el poder al pueblo aconsejaba entregarlo a
unos pocos. “Huyendo de la insolencia de un tirano de ninguna manera es
aceptable caer en la insolencia de una multitud inepta”. Prefería pues, entregarlo
a "un grupo de los mejores hombres para que se tomen ha mejores decisiones",
el mejor gobierno era pues, la "aristocracia", que en su forma negativa era, la
“oligarquía”.
Darío por su parte, era partidario de la “monarquía”: “nada podría aparecer
mejor que un solo hombre, el mejor y censuraba por igual tanto al gobierno del
pueblo como al gobierno de pocos.

Platón
Formas De Constitución “La República”
“La República Ideal” tiene 'como fin la realización de la Justicia, es decir,
atribuir a cada uno la tarea según sus aptitudes. Esta república es una
composición armónica de tres clases de hombres: los gobernantes-filósofos, los
guerreros y los que se dedican a trabajos productivos. Pera este estado no ha
existido en ningún lugar.
Cada uno de estos hombres representa la clase dirigente y la “pasión
dominante”. En la Timocracia era ambición, el deseo de honor, en la Oligarquía,
ansias de riqueza, en la Democracia el deseo inmoderado de libertad, en la
Tiranía la violencia.

Derecho Político (Resumen) 218


AGRUPACION 1983

La Constitución ideal, las formas de gobierno "ideales" serían la


Monarquía (una sola persona) y la Aristocracia (varias personas).

Las formas “Reales” (en la realidad sólo hay formas malas de


gobierno) "degradadas" serían: la Oligarquía, forma corrupta de la
aristocracia, la Democracia, de la politeia (habitualmente traducida
como "constitución") y la Tiranía de la monarquía La Timocracia
como forma intermedia, es el paso de las formas ideales a las
formas degradadas de gobierno. En la "timocracia' el elemento de
corrupción era honrar más a los guerreros que a los sabios.

La ética griega se refiere al ''justo medio", la armonía, y la corrupción de un


principio está en su exceso.

¿Cómo se da el paso de una constitución a otra o de una forma a


otra?
Coincide con el paso de una generación a otra. Pero no hay alternancia,
siempre se pasa a otra peor. La decadencia hacia formas cada vez más
corrompidas es continua, gradual y necesaria, es descendente hasta la tiranía, en
donde la degradación toca fondo.
“La Discordia” es la forma de manifestarse la corrupción. La Discordia
puede producirse entre gobernantes y gobernados, o bien dentro de la clase
gobernante.
De la Aristocracia a la Timocracia o de la Timocracia a la Oligarquía, se
refiere a la discordia dentro de la clase gobernante. En cambio de la Oligarquía a
la Democracia, se refiere a la discordia entre gobernantes y gobernados.
El Estado es la teoría orgánica de la sociedad. Las tres clases que
componen el Estado corresponden a 3 almas individuales que la sostienen:

La racional, constitución ideal.

La pasional, Timocracia,

La apetitiva: Oligarquía, Democracia, Tiranía.

Platón en su obra “El Político” sostiene que la búsqueda del óptimo


gobernante es el filósofo, ya que posee la ciencia del buen gobierno.
La Monarquía y la Aristocracia son formas positivas, la Democracia,
Oligarquía y Tiranía son formas negativas.
Los criterios para distinguir son: consenso o violencia, la legalidad e ilegalidad
(actúan de acuerdo o no con las leyes).

Aristóteles
La Teoría Clásica En ''La Política'

Derecho Político (Resumen) 219


AGRUPACION 1983

Dentro de la clasificación de las formas de gobierno se deben considerar


dos criterios simultáneos: ¿quién gobierna? y ¿cómo gobierna?

¿Quién?

Uno sólo, pero bueno, en la Monarquía.


Pocas personas, los mejores son los que gobiernan, en la Aristocracia.
Muchas, en la Politeia. .

¿Cómo?

Las tres buenas se contraponen a las malas:


Tiranía, Oligarquía Y Democracia.

El criterio pues, es el interés general:

El gobierno unipersonal que tiende el Interés general es la monarquía, y la


tiranía, es una monarquía (gobierno de uno) orientada al interés del
monarca.

La aristocracia es el gobierno de pocos cuando se propone el bien común,


y se transforma en oligarquía cuando el interés se orienta hacia el de los
ricos.

El gobierno del mayor número que gobierna atendiendo al interés general


recibe el nombre de politeia o politia y cuando esta forma gobierna no en
favor del interés general sino atendiendo el interés de los pobres, se llama
democracia.

El criterio de Aristóteles no es el consenso o la fuerza, la legalidad o


ilegalidad, sino el interés común o el individual. Las formas "buenas" son las que
tienen en cuenta el interés público y las "malas” cuando los gobernantes “ejercen”
el poder de acuerdo con el interés individual.
Adviértase que la "mala" forma de gobierno era la Democracia, lo que
demuestra el sentido negativo que tenia el término. Hay un criterio de clase:
gobierno en favor de los ricos (oligarquía) o de los pobres (democracia). La Politia
es una mezcla de Oligarquía y Democracia
Según el orden jerárquico: Monarquía, Aristocracia, Politeia, Democracia,
Oligarquía, Tiranía.

Fundamentación Del Poder

El poder del padre sobre el hijo,


El poder del amo sobre el esclavo,
El poder del gobernante sobre el gobernado.

La clasificación de Aristóteles no es tan rígida, habla de la monarquía


despótica. La tiranía es aceptada, tiene el consenso de los esclavos. Justifica la
Derecho Político (Resumen) 220
AGRUPACION 1983

esclavitud por naturaleza. Tiránica: dominan sobre súbditos descontentos de su


poder.

Polibio
Este autor griego de nacimiento, deportado a Roma describe sus formas
de gobierno.
Existen 6 formas de gobierno: 3 buenas y 3 malas. Las 6 se suceden una a
otra, constituyen un proceso cíclico que se repite en el tiempo.
Existe también una séptima forma, y es la síntesis de las tres buenas es la
mejor Constitución.

1º teoría: teoría tradicional de las formas de gobierno.

2° teoría: de los ciclos (Historiográfico).

3° teoría: Teoría del gobierno mixto (axiológico)

1°: Sistematización clásica de las formas de gobierno:

Formas Positivas: Reino, Aristocracia y Democracia, (ésta como forma.


positiva, a diferencia de Platón y Aristóteles).

Formas Negativas: Tiranía, Oligarquía; Oclocracia (término nuevo) que


significa muchedumbre, masa, chusma, plebe.
Pero se diferencia de Aristóteles, el criterio de distinción no es el interés
propio o común, sino gobierno ilegal y de acuerdo con las leyes.

2° Teoría de los ciclos:

Reino, tiranía, aristocracia, oligarquía, democracia, oclocracia.


Este ciclo está fragmentado, por una alternancia de momentos buenos y
malos. Además para Polibio el punto final es la oclocracia. Esta concepción es
fatalista, incuestionable y natural, el germen de la degeneración es inherente a
toda constitución. Del último estadio se salta hacia la monarquía (el primero).

3° tesis: Referente al gobierno mixto:


La tesis principal y el aporte más importante de este autor es el referente al
“Gobierno Mixto”. Dice que la teoría de los ciclos, demuestra un grave
inconveniente: la falta de estabilidad. Las constituciones comunes son inestables.
El remedio es el gobierno mixto, es decir, un arreglo entre las tres formas buenas:
monarquía, aristocracia y democracia. Toma de estas formas sus órganos de
expresión: de la monarquía: el consulado, de la aristocracia: el senado y de la
democracia: los comicios y tribunos.
El valor más importante era pues, el del orden, la estabilidad.

Maquiavelo
Derecho Político (Resumen) 221
AGRUPACION 1983

Las Formas De Gobierno:

Repúblicas: Aristocráticas O Democráticas (asamblea popular)

Principados

El campo de reflexión no fueron las ciudades griegas, sino "la república


romana".
Todo régimen intermedio es defectuoso. Los Estados intermedios serían
inestables. (Todo lo contrario de Polibio) pero no se debe confundir Estado
intermedios con gobiernos mixtos. Por ejemplo el gobierno mixto que identifica
con Roma es una
República.

Principados
Hereditarios: se transmite por una ley de sucesión.
Nuevos: conquistado por un señor que antes era príncipe.

Principados Hereditarios
Gobiernan sin intermediarios, tienen el poder absoluto. El poder absoluto
deja de ser tal si tiene intermediación de la nobleza.

Principados Nuevos
Virtud - Fortuna
Maldad (Fuerza) - Consenso De Los Ciudadanos.

Virtud: capacidad personal del príncipe.

Fortuna.: el curso de los acontecimientos no depende de la voluntad


humana. Estos duran menos que los alcanzados por la virtud.

No distingue entre el Príncipe bueno y malo, aún el que lo adquiere por


maldad, es igual que los otros. Lo que importa es que mantenga el poder ¿cuál
es el fin de un Príncipe? no parte de los medios, sino del resultado.

Republicas
Así como en un Principado la soberanía radica exclusivamente en el
detentador del poder, en las Repúblicas está distribuida en una, mayoría o en una
colectividad de personas que constituyen los detentadores de poder.
Las republicas serán entonces: aristocráticas o democráticas. Ambas no
constituyen formas especiales sino son una sola categoría, la de la republica.

Bodino
En la época de la formación de los Estados nacionales, la obra más
importante es "De la República” de Juan Bodino (Bodin).

Derecho Político (Resumen) 222


AGRUPACION 1983

Teórico de la soberanía, que significa "poder supremo", y cuyos atributos,


son un poder absoluto, perpetuo e indivisible aunque con limitaciones que no
dependen de la voluntad del hombre (ley divina, leyes del imperio, la propiedad).
Respecto a las formas de gobierno, Bodín considera que la soberanía no
puede ser mala en sí, en cambio cada uno de los regímenes puede ser dividido
en 3 formas de gobierno y no acepta el criterio aristotélico de formas «buenas" y
"malas", basa su clasificación según quién tiene el poder de hacer las leyes: si la
tiene el estado, puede ser monarquía (uno solo) o aristocracia (una minoría
reunida en cuerpo), si la tiene el todo el pueblo o su mayoría reunido en
asamblea, será una democracia.

Hobbes
Como Bodín el poder es soberano, y por tanto absoluto, de lo contrario no
es soberano. Con lo que rechaza la clasificación de formas buenas o malas.
Estas son clasificaciones que dependen de las opiniones subjetivas. La diferencia
real se establece entre príncipe y no príncipe.
Otro atributo de la soberanía es la invisibilidad con lo que rechaza las teorías del
gobierno mixto. La división del poder produce la inestabilidad y la consiguiente
disolución del Estado. Distingue entre Estado y gobierno, éste puede estar
dividido en sus funciones, en cambio el Estado no.
Respecto al DESPOTISMO, difiere con Bodino, en que mientras éste fundamenta
la relación amo-esclavo por la guerra justa, Hobbes lo justifica por la conquista y
la victoria. El despotismo puede ser legitimado por el consenso de quien se
somete.

Montesquieu
"Del espíritu de las leyes" (1748)
Considera que existen 3 formas de gobierno: Republicana (Democracia y
Aristocracia), Monárquica y Despótica. Principalmente hace radicar la diferencia
según los gobiernos se ajusten o no a al orden jurídico, a las leyes.
El Gobierno republicano "es aquel en donde el pueblo entero, o parte de él
tiene el poder soberano. Si el pueblo entero es dueño del poder soberano, el
gobierno se llama democracia; si el poder está en manos de una parte del pueblo
se trata de una aristocracia.
El monárquico es aquel en que "gobierna uno sólo con arreglo a las leyes
fijas y establecidas"
El gobierno despótico "hay una sola persona que gobierna sin ley y sin norma,
lleva todo según su voluntad y capricho".
Cada forma de gobierno tiene su "principio" propio:

La República (gobierno democrático): la virtud, (gobierno aristocrático):


la moderación. Aclara que llama "virtud" en la república es "el amor a la
patria, el amor a la igualdad". No se trata de una virtud cristiana sino
política. "He llamado virtud política al amor a la patria y a la igualdad".

La Monarquía: el honor.

Derecho Político (Resumen) 223


AGRUPACION 1983

El Despotismo: el miedo, el temor (en el despotismo “la virtud de no se


necesita y el honor sería peligroso”).

El Despotismo, es una dictadura jacobina, es el régimen del terror.


Robespierre. Saint-Just
¿Cuál es el ideal de Montesquieu? Prefiere la Monarquía, pero en la que entre
los súbditos y el soberano hay poderes intermedios o contrapoderes, que le
impiden al soberano abusar de su autoridad.
La tipología de Montesquieu podrá ser sustituida por una bipartición en,
gobiernos .moderados y gobiernos inmoderados (o despóticos).
La diferencia está en el abuso del poder, que no esté concentrado en has manos
de uno solo.
Disociación del poder soberano y su división en las tres funciones
fundamentales del Estado: legislativa, ejecutiva y judicial. Control recíproco de los
Poderes: base del Constitucionalismo moderno.

Rousseau
Este autor en el "contrato social" dice que el cuerpo político que denomina
estado, cuando es pasivo y soberano cuando es activo, tiene voluntad y fuerza.
La voluntad que ejerce activamente por sí, se conoce como poder legislativo (que
es para él, el poder más importante y decisivo). La fuerza que deposita en un
agente, constituye el poder ejecutivo. El soberano constituido por todos los
ciudadanos, legisla. El gobierno (cuerpo intermedio) pone en ejecución.
Cuando el cuerpo político entrega el gobierno a todo el pueblo, éste será
democrático; si lo hace en sólo una parte del, será aristocrático. Si lo deposita en
una sola mano, será monárquico.
Según Rousseau, el gobierno democrático es conveniente para pequeños
estados, el aristocrático a los medianos y el monárquico a los grandes.
Carlos Marx
¿Existe una teoría de las formas de gobierno en el pensamiento político de
Marx? Los estudiosos de Marx han puesto el acento en la teoría general del
Estado, en lugar de analizar una posible respuesta a la pregunta.
Análisis descriptivo: en ninguna parte de su obra aparece algún interés de
Marx por la tipología de las formas de gobierno. Tan es así que la teoría política
marxista debe ser deducida de pasajes breves, de obras de economía, de
historia, política, literatura, etc. La única obra general sobre el Estado, es la de
Engels "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, aunque allí
refiere a la formación histórica del Estado y no sobre la organización del poder
político. Ese desinterés radicado en su "concepción negativa del Estado".
En la relación entre Sociedad Civil y Estado Marx es antitético a Hegel.
Para Hegel el Estado "es lo racional en si y para sí, el Dios Terrenal, el sujeto de
la historia Universal, el momento final del Espíritu objetivo, es la superación de
las contradicciones que se dan en la Sociedad Civil. Para Marx no es más que el
reflejo de esas contradicciones, no es superación sino su perpetuación, un
instrumento de dominación.

Derecho Político (Resumen) 224


AGRUPACION 1983

Para Marx es un puro y simple instrumento de dominación: en el


"Manifiesto Comunista) dice: “En sentido propio, el poder político, es el poder de
una clase organizada para oprimir él a otra. Así,

1. El Estado como pura y simple superestructura, que refleja la, situación


de las relaciones sociales determinadas por la base social.

2. Hay identificación del Estado con el aparato de los que se vale la


clase dominante para mantener su dominio, por lo que el fin, no es el
bien común, sino el bien particular de la clase gobernante.

Habla de Bonapartismo (Luís Bonaparte, Emperador Napoleón III, instaura,


el Imperio democrático a la 2a. República). Forma distinta al gobierno o Estado
Representativo.
¿Qué es el Bonapartismo? El Estado es el Estado de la clase más
poderosa. En tiempos excepcionales, en la que las clases antagónicas tienen
fuerzas casi iguales, el poder estatal puede asumir el papel de mediador entre las
clases y adquirir una cierta autonomía frente a ambas. (Engels lo plantea
específicamente).
Más que una nueva forma de gobierno, el Bonapartismo es un cambio de
papeles en el ámbito del mismo Estado Burgués

FORMAS MODERNAS
Las clasificaciones tradicionales han perdido vigencia. En el campo de
politología y el derecho constitucional, diversos autores en este siglo han
intentado proponer clasificaciones que se adapten más a la complejidad de
nuestro tiempo y a los diversos sistemas políticos vigentes.
Los problemas políticos de nuestro tiempo son tan complicados y
sometidos al cambio tan rápidamente que hacen difícil una caracterización
actualizada.
Hans Kelsen su Teoría general del Estado clasificó los gobiernos según su
conocida fórmula distintiva: según la creación de las normas jurídicas. Así la
creación de las normas correspondía a todos sus componentes, el gobierno era
democrático, si por el contrario era ajeno a la colectividad y no sometido a sus
disposiciones, eran autocracias.
Marcel Prelot, en "Instituciones políticas y Derecho Constitucional" clasifica
a los gobiernos según quiénes toman las decisiones colectivas. Así todos están
llamados a tomar las decisiones colectivas, el gobierno será democrático; si sólo
son algunos, será oligarquía, si es sólo uno monárquico y pueden también
regímenes mixtos, es decir, una combinación entre ellos.
Hacíamos referencia a dos autores cuyas clasificaciones son
trascendentes y nos sirven para analizar las dos formas más importantes y
desarrolladas de las democracias contemporáneas. Tanto en Europa como en
América Latina: el parlamentarismo y el presidencialismo.
Del mismo modo, Maurice Duverger, hace una interesante y doble
clasificación:

Derecho Político (Resumen) 225


AGRUPACION 1983

Según el “sistema político adoptado", en democracias clásicas


(parlamentarismo, presidencialismo), dictaduras contemporáneas
(fascismo, comunismo) y regímenes autoritarios contemporáneos (régimen
de Franco en España y Salazar en Portugal).

Según la "estructura de poder" en gobiernos de concentración de


poderes (dictaduras, autoritarismos), de colaboración de poderes
(parlamentarismo), de separación de poderes (presidencialismo).

3) LOS TIPOS DE GOBIERNO DE LA DEMOCRACIA:

Presidencialismos Y Parlamentarismos.
Las dos formas o tipos de gobierno de la democracia constitucional"
(Loewenstein) son el gobierno parlamentario de origen inglés y el
presidencialismo de origen americano (Constituci6n de Estados Unidos).
El sistema parlamentario 'tiene amplia expansión en diversos países
europeos: además de Gran Bretaña, España, Italia, Alemania, Francia (algunos lo
ubican como régimen mixto o parlamentario con fuerte predominio del ejecutivo
(presidente); países escandinavos: Noruega, Suecia; también Austria y Japón,
entre otros.
El Presidencialismo, es típico de los países americanos: con origen en
EE.UU., lo son Argentina, Brasil, Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, México.
En efecto, en el Parlamentarismo hay colaboración entre los poderes (ejecutivo y
legislativo): los miembros del gabinete o del gobierno (ejecutivo) miembros del
parlamento. Allí nace el gobierno (el gobierno esta formado por los jefes del
partido mayoritario); el gobierno necesita del voto de confianza del parlamento. El
ejecutivo responde políticamente ante aquel.
En el presidencialismo existe una clara "separación de poderes: el
ejecutivo corresponde al presidente, el legislativo al congreso, y el judicial a los
tribunales. Cada de tentador de poder tiene autonomía y prácticamente
monopolio de acción no pudiendo violar dicho ámbito por ninguno de los otros
delegadores del poder. Además el Presidente (ejecutivo) no nace del parlamento,
ni es miembro de el elegido directa o indirectamente del voto popular no necesita
el voto de confianza para gobernar ni responde políticamente el Congreso:

La característica principal de diferenciación reside en la conformación y


funcionalidad del Poder Ejecutivo.

Como afirma Bidart Campos, no siempre que existe un presidente hay


Presidencialismo

(En Italia hay parlamentarismo y el Jefe de Estado se denomina Presidente). La


cuestión está en la funcionalidad del Ejecutivo: en el parlamentarismo el Ejecutivo
es Dualista:
a) Jefe de Estado (Monarca (España) o Presidente (Italia);'

Derecho Político (Resumen) 226


AGRUPACION 1983

b) Gobierno, Gabinete; con el Jefe de Gabinete llamado' Primer Ministro


(Inglaterra) o Presidente de Gobierno (España).

En el Presidencialismo el Ejecutivo es Unipersonal y por lo tanto, un sistema


es Presidencial cuando coinciden el Jefe de Estado con el Jefe de Gobierno en
un órgano único.
La particularidad del Ejecutivo unipersonal del Presidencialismo, hace
necesario que el Presidente tenga un origen democrático (popular) elegido
(directa o indirectamente, ya que no surge o depende del Congreso) en
elecciones libres y periódicas.

En el parlamentarismo existe Responsabilidad Política del gobierno ante el


Parlamento, Se hablará de responsabilidad colectiva, cuando es afectado el
gabinete como un todo y responsabilidad individual, cuando e~ afectado sea solo
un miembro del gabinete. El Gobierno necesita del Voto De Confianza del
Parlamento. El control político parlamentario lo tiene, el Parlamento con el Voto
De Censura O Desconfianza con la consecuencia institucional de la dimisión del
gobierno.
En el presidencialismo sólo existe un tipo de responsabilidad

Jurisdiccional: el Juicio político, pero tanto el Presidente" como sus


Ministros responden sólo por mal desempeño de sus funciones o por
responsabilidades penales pero nunca por motivos políticos (es decir, por
'el acierto u oportunidad de sus decisiones políticas).

La Duración Del Gobierno En El Parlamentarismo, está supeditada a


permanecer en el poder siempre y cUl1ndo cuente con el apoyo de la
mayoría de los miembros del parlamento. Perderá la legitimación para
gobernar cuando la mayoría le niegue su apoyo (voto de censura) o se
disuelva el mismo y se llame a elecciones.

En el presidencialismo el ejecutivo se mantiene en funciones durante el


lapso previsto y por el que fue elegido según la prescripción constitucional
(generalmente 4 o 6 año con o sin reelección según el caso). Aquí el ejecutivo no
depende del apoyo de la mayoría del congreso, independientemente del
desacuerdo entre presidente y congreso, aquel no puede disolver el congreso, a
su vez, el presidente tiene inamovilidad (salvo el caso de juicio político) por lo que
la estabilidad presidencial requiere duro y firme sistema de periodicidad de
funciones, asegurando uno de los principios básicos de las repúblicas y del
estado de derecho.

TEXTO 62:
FASCISMO
(Daniel A. Sosa)

Introducción.

Derecho Político (Resumen) 227


AGRUPACION 1983

Con el Fascismo aparecen conceptos nuevos en el terreno de la política.


Proclama "La inmutable benéfica y provechosa desigualdad de clases"; el
derecho inmanente de los mejores a gobernar; la predestinación de las élites a
manejar los asuntos de la colectividad; el derecho privilegiado de esas élites a
ocupar las posiciones de mando; la absoluta e indiscutible supremacía del
estado, encarnado en las élites sobre el individuo; los principios inviolables de la
disciplina, la autoridad, y la jerarquía; la misión de sacrificio y heroísmo de las
élites, inspirada en el heroísmo y la santidad; la actitud de renunciamiento a la
comodidad y al bienestar, a cambio de "vivir peligrosamente", en busca de la
superación; la supeditación de los valores materiales de la vida a los del
espíritu".-
Su nacimiento resultó producto de la desmoralización de la Primera Guerra
Mundial; como un movimiento oportunista, sin ideología definida, cuya doctrina
fue modelada desde el Poder.- Tanto Hitler como Mussolini eludieron
deliberadamente toda declaración pública de una política, pues esto hubiera
causado rechazo en grupos a los que querían atraer. La filosofía de Mussolini era
puramente sintética, adoptada en 1929, cuando decidió que el fascismo debía
dotarse de un cuerpo doctrinario.-
No obstante el movimiento sostenía ser socialista y nacionalista, la razón
está en que el nacionalismo era el único sentimiento con atractivo universal, y
debía proclamarse socialista, al menos nominalmente, para neutralizar la
atracción de los partidos que habían sido, por mucho tiempo marxistas o
defensores de los derechos sindicales. La idea era simple se buscaba lograr
desarrollar todos los recursos en forma cooperativa, si las fricciones de la lucha
de clases y con una distribución supuestamente justa del producto entre capital y
trabajo. La estrategia determinó la filosofía tenía que ser una forma exaltada de
idealismo en contraste con el materialismo marxista, al tiempo que debía calificar
de egoísta y antipatriótico al liberalismo, contra el utilitarismo debía proclamar el
servicio, la devoción, la disciplina y condenar ala democracia parlamentaria de
inútil, débil y decadente.

Caracteres Del Estado Fascista

Ruptura Del Estado Liberal De Derecho: defensa del estado


totalitario, en lugar del imperio de la ley, se impone la voluntad
carismática de un dictador.- Los derechos humanos, la libertad, la
igualdad ante la ley son dejados de lado, mientras la independencia
del poder judicial es sometido al poder político, y las garantías
constitucionales
Mussolini nunca ocultó su desprecio hacia esa masa. "No es
ni buena ni mala, sino mediocre. En una lucha social es inerte, pero
sigue al vencedor. Arrastrada solo por sentimientos vulgares y
violentos tales como el odio, el fanatismo y la histeria. Solo es
posible dirigirse a ella con los argumentos más simples, repetidos
una y otra vez, y siempre de una manera fanáticamente unilateral y
sin ningún escrúpulo por la verdad, la imparcialidad o el juego
limpio".-
Derecho Político (Resumen) 228
AGRUPACION 1983

En cambio la elección de la élite es un proceso natural,


representa al pueblo simplemente porque encarna más clara y
explícitamente su voluntad interna de poder.- Si, por designio
inmutable de la naturaleza, los individuos no son iguales entre sí,
habiendo unos mejores que otros, es lógico que los primeros
gobiernen a los segundos. En función de la misma ley natural, los
mejores no son los más sino los menos. Por ende no es razonable
pretender el gobierno de las mayorías, y por consiguiente el derecho
y la predestinación de las minorías selectas, de las élites, a
gobernar. Ahora bien, estas élites constituyen los grupos directivos
cuya última concreción, en proceso ascendente, es el Estado, de lo
que surgen dos consecuencias:
1. Debe establecerse un orden jerárquico y disciplinario
inviolable

2. La autoridad del Estado debe, necesariamente, ser


suprema.

Uso Y Exaltación De La Violencia Y El Terror: El estado fascista


ejerce un rígido control y al mismo tiempo, eliminación de las
minorías disidentes. Mientras que en el plano internacional apunta
al militarismo y consiguiente belicismo. En consecuencia los
movimientos fascistas fueron esencialmente gobiernos bélicos y
economías bélicas establecidos, no como medidas para resolver
una emergencia nacional, sino como sistemas políticos
permanentes.

3) METODOLOGÍA FASCISTA:
Se sustenta en la teoría de la sociedad de carácter organicista. La ley
laboral italiana de 1927, establece: "Los fines, de la nación italiana son superiores
a los de los individuos que la componen". "El trabajo en todas sus formas. es un
deber social". "La producción tiene un único objeto, es decir, el bienestar de los
individuos y el desarrollo del poder nacional.

4) FILOSOFÍA y CULTURA DEL FASCISMO:


Tenía que: atribuir un valor místico más que un valor racional a la
grandeza de la nación, una meta remota y brillante de creatividad nacional que
mitigara, al mismo tiempo, los escrúpulos morales del individuo y le llevara a
aceptar la disciplina y el heroísmo como fines a los que no era necesario atribuir
ningún propósito nacional. En resumen, tenía que justificar en sí mismas a la
voluntad y la acción".
Explícita defensa de la filosofía irracionalista, desprecio hacía la razón, en
conexión con la exaltación de elementos emocionales, instintivos, vinculado
fuertemente con el romanticismo "volver al imperio romano". Los adversarios del
fascismo calificaron al movimiento como "rebelión contra la razón". Los escritos
fascistas están llenos de afirmaciones en tal sentido: "la vida controla a la razón",
no la razón a la vida; que los grandes hechos de la historia fueron realizados no
Derecho Político (Resumen) 229
AGRUPACION 1983

por la inteligencia sino por la voluntad heroica; que los pueblos se mantienen no
por el pensamiento sino por el instinto de rebaño que los pueblos se elevan a la
grande cuando su voluntad de poder supera sus desventajas físicas y morales.-
Igualmente, calificaron siempre el deseo de felicidad como un motivo
despreciable, en comparación con el heroísmo, el sacrificio personal, el deber y la
disciplina.- Los ideales democráticos eran descritas como restos. gastados del
racionalismo filosófico, que había culminado con, la Revolución Francesa.
Intelectualismo estéril era el término despreciativo con el que el fascismo
describía a las teorías liberales o marxistas.

5) CONEXIÓN ÍNTIMA CON EL CAPITALISMO:


Oposición total al socialismo y al marxismo. Renzo De Felice define al
fascismo como "Un revolucionarismo verbal y un conservadorismo
sustancialmente mitigado por una serie de concesiones sociales de tipo
asistencial". Mientras que K. Organski, dice que el fascismo no es más una de las
formas políticas que adopta el Estado en los procesos de industrialización, en
este caso rápida, consecuencia de la llegada tardía a la industrialización, y que
para ello necesita una dictadura centralizada que movilice en una misma
dirección a todos los recursos humanos bajo la conducción del estado. Cuando
los privilegios de la burguesía están en peligro, surge el fascismo. Capitalismo
más totalitarismo, es decir, capitalismo que organiza su defensa totalitariamente o
también totalitarismo al servicio del capitalismo.
El estatuto del trabajo de 1927, dice que el estado corporativo considera
ala empresa privada el más efectivo y útil instrumento para los intereses de la
nación.- Lo cual, concuerda con los principios del liberalismo individualista, pero a
continuación, el mismo documento establece que "en vista de que la organización
privada de la producción, es una función de trascendencia nacional, los
organizadores de la empresa son responsables ante el estado del sentido que
den a esa producción".- La conciliación de estos dos conceptos aparentemente
contradictorios da como resultado el mecanismo económico del estado
corporativo.- Se deja ala iniciativa privada la organización y manejo del fenómeno
de la producción, pero por encima está el estado como rector supremo o palanca
central de todo ese mecanismo.-
Mientras, que el Estado se reserva el derecho de suplantar a la empresa
privada en aquellos campos de actividad como el de la minería, industria pesada,
fábrica de armamentos, etc. cuya acción se encuentra directamente relacionada
con los, programas militares de la nación.- En los demás aspectos, el estado
señala los límites, la dirección y los grados de actividad dentro de los cuales se
desenvolverá la empresa privada.-
En el ámbito de los problemas de trabajo, el fascismo pone en práctica el
principio de supremacía del estado. La lucha del proletariado con el capital queda
sustituido por otro en que esa beligerancia se encuentra supeditada a los
intereses ya la autoridad del Estado.- Los empresarios y los trabajadores de cada
industria se hallan organizados en asociaciones gremiales, consejos locales o
regionales, llamadas corporaciones, en las cuales está representado el Partido
Fascista.

Derecho Político (Resumen) 230


AGRUPACION 1983

EL ESTADO FASCISTA
En la cúspide se encontraba el Rey que no contaba para nada, no
obstante " disfrutaba de dicha condición, consintiendo títulos como el de
Emperador o Rey de Abisinia, por ejemplo.- A su lado el Duce Mussolini, salvador
de la Monarquía y fundador del imperio, Jefe del Fascismo, pluriministro y genio
proterforme.
El Parlamento, formado por dos Cámaras, cuya única tarea era aprobar
leyes y los presupuestos remitidos por el ejecutivo.- En marzo de 1939 la Cámara
de Diputados fue convertida en Cámara dei Fasci y de las corporaciones, cuyos
componentes eran nombrados desde "lo alto" y ya no fueron llamados diputados
sino "Consejeros Nacionales. Los senadores eran nombrados por el Rey con
carácter vitalicio.
El gobierno fascista incluía al Gran Consejo Directivo del Partido Fascista.
En mayo de 1938 Mussolini invitó a Hitler a Italia y en junio del mismo año
lanzó la campaña antisemita aún contra la opinión mayoritaria de los italianos. El
clima en toda Europa era bélico, y en ese contexto en marzo de 1939 Hitler
ocupa Checoslovaquia y en abril Mussolini hace lo propio en Albania. En mayo
ambos dictadores acordaron proceder de acuerdo y firmaron el Pacto de Acero.-
Con el estallido de la segunda guerra mundial Mussolini decide emprender
el ataque a Grecia, que terminó en un rotundo fracaso. Nada justificaba la
participación de Italia en la guerra, por el contrario debió actuar cada vez más a la
rastra de Alemania. De modo que solo cabía concluir en un desastre.- Desde el
otoño de 1942) Mussolini sufría una caída moral y física notable) que avizoraba el
triste desenlace
Importantes sectores fascistas, como la monarquía) dirigentes políticos
económicos y el propio Vaticano trataron de desprenderse de Mussolini, no
obstante haberse servido de él durantes años. Así que el 25 de julio, para
muchos historiadores con el consenso del propio Duce, es despojado del Poder,
con la ilusión de provocar una salida honorable de la guerra y con el
mantenimiento del régimen en lo posible. No obstante el 12 de septiembre es
liberado por los alemanes y se le confía la dirección del nuevo gobierno
republicano. Muchos sostienen que Mussolini nunca se consideró jefe de la
República de Saló sino prisionero de los alemanes.- Permaneció pasivo frente al
proceso de enero de 1944, que culminó con el fusilamiento de los presuntos
traidores del "25 de julio" entre los que se encontraba su yerno Galezzo Ciano.
Respecto a sus últimas horas se relatan muchas versiones pero realmente
poco es lo que se sabe, el 25 de abril del 45 partió en dirección ala Valtellina pero
en Dongo es reconocido, capturado y finalmente ejecutado el 28 de abril.- El
juicio histórico sobre el fascismo y su líder Mussolini debe ser severo, claro y no
dejar dudas de lo que significó para Italia) para la humanidad: autoritarismo)
oscurantismo) desventura y sobre todo negación de la democracia.-

Ficha 63:
TOTALITARISMOS DEL SIGLO XX:
EL NACIONALSOCIALISMO.
(Ana María Raggio)

Derecho Político (Resumen) 231


AGRUPACION 1983

Corría el año 1918, concluía la 1° Guerra Mundial, y Alemania, estaba


entre las potencias vencidas, derrotada en el terreno de las armas, y abrumada
por el peso de las tremendas sanciones impuestas por la firma del Tratado de
Versalles, por medio del cual le fueron impuestas tremendas reparaciones de
guerra perdiendo además sus colonias. Según el autor Montenegro, "vistas las
cosas en perspectiva histórica es unánime el consenso de que el peso
monstruoso del Tratado de Versalles sobre Alemania, engendró la presión que
luego se desahogaría y desbordaría mediante la válvula de escape abierta por el
nazismo reivindicacionista."
Al concluir la Guerra Mundial, y ante la caída del Kaiser Guillermo II, en
1918, se formó un gobierno de tipo socialista. En medio del caos nacional, dos
fuerzas políticas se debatían el poder: los espartaquistas, de tendencia comunista
y los social demócratas, de filiación socialista moderada.
Se afirmó el predominio de los socialdemócratas, quienes convocaron en
1919, una Asamblea Constituyente que proclamó el llamado Segundo Reich o
República de Weimar, dictando la Constitución de Weimar.
La Constitución de Weimar, tomaba de la doctrina democrática, todo lo
referente a la soberanía popular, sufragio universal organización del gobierno y
división de poderes dentro del estado, pero en lo que respecta a materia
económica y social seguía las líneas del socialismo reformista, poniendo bajo el
control del estado las principales industrias, estableciendo indemnizaciones a los
propietarios originales de dichas empresas.
Estos conceptos unidos a las reformas en materia social, a favor de la
clase trabajadora, chocaron con los intereses económicos de los resabios
existentes del monarquismo. El primer presidente socialdemócrata Erbert, deberá
lidiar simultáneamente con la crisis política que origina la construcción de una
nueva legitimidad sumado a ello la crisis económica producida por la deuda de
guerra impuesta por Versalles.
Se suceden levantamientos (pustchs) que no aceptan la República, desde
distintos sectores políticos, que van desde el comunismo, adhiriendo al leninismo,
en Berlín, Baviera o el Ruhr, como así también nacionalistas que añoran las
reminiscencias feudales del II Reich, llevando a cabo continuas sublevaciones
militares o magnicidios políticos.
Hacia 1929, se forma el Partido Obrero Nacional Socialista Alemán más
tarde llamado Nazi, (contracción del nombre del partido mencionado).
El sistema republicano, se impone a los levantamientos, pero coexiste con
estos dos partidos antisistema, en el sentido que socavan la legitimidad del
régimen al que se opone.
La Gran Depresión, producto de la quiebra de Wall Street, ello aumentará
la situación de pobreza de gran parte del pueblo alemán con una clase media que
había perdido sus ahorros con la inflación del '20 campesinado empobrecido,
gran cantidad de desocupados. La República de Weimar resulta ser un Estado de
partidos, en el que ante la carencia en estos últimos de la vida parlamentaria, se
transformó en una contienda política, favorecida por estar rígidamente
encuadrados en ideologías irreconciliables
En un principio los intereses de los grandes industriales y terratenientes,
junto con los jefes militares, creyeron que serían capaces de utilizar el
movimiento nacional socialista, contra sindicatos y organizaciones social-

Derecho Político (Resumen) 232


AGRUPACION 1983

demócratas pudiendo deshacerse luego fácilmente de la aspiración nacional


socialista de dirigir el país.
El Partido Obrero Nacional Socialista Alemán, cabe destacar que ante el
beneplácito de Francia e Inglaterra, triunfó en las elecciones parlamentarias de
1933. El ex cabo Adolfo Hitler, cuyas tropas de asalto, demostraron que eran
inexorables en sus "métodos" coactivos en la campaña contra los comunistas, fue
llamado por el presidente Hindemburg para organizar el nuevo gabinete en
calidad de Canciller del Segundo Reich.
Entre 1930 y 1932, los votantes de los partidos burgueses del centro y de
la derecha se inclinaron en masa por el partido nazi. Sus temores hacia la
izquierda, inclinaron la clase media hacia el nazismo. Hitler fue llevado al poder
por la derecha tradicional, a la que pronto devoró.
Cuando Hitler accede al poder, el capital cooperó con él, hasta el punto de
utilizar, en la Segunda Guerra Mundial, mano de obra esclava y de los campos de
exterminio.
Según Hobsbawn, será la gran depresión del 29, la que habrá de
transformar a Hitler de un fenómeno de política marginal en el posible, y luego
real dominador de Alemania.
Esta Historia no sucedió así en la Italia de Mussolini, será el triunfo del
Nazismo en Alemania, la que confirmo el éxito del Fascismo.
Gracias a la abrumadora mayoría parlamentaria, y utilizando las medidas
de emergencia de la Constitución de Weimar, para abrogarla. El artículo 48 de la
citada Constitución, le concede al Presidente del Reich, poderes extraordinarios
para afrontar la emergencia. Estos poderes equivalían a una dictadura comisaria
que actuando provisoriamente, buscaba preservar el sistema político vigente. Por
eso sólo se recurría a ellos cuando el orden constitucional estaba en peligro ante
la magnitud de la crisis y sólo durante el lapso de tiempo necesario para superar
ésta.
Estos poderes extraordinarios, ya habían sido utilizados por el
socialdemócrata Ebert y por el conservador Hindemburg
Carl Schmitt, jurista alemán representante de la teoría decisionista de la
política, llega a Berlín como catedrático en 1928, años antes de la llegada de
Hitler al poder, durante ese tiempo se transformará en el teórico de un Reich
presidencialista para enfrentar la coyuntura. Defenderá la necesidad del guardián
de la Constitución, que sería el Presidente plebiscitario del Reich, cumpliendo con
el artículo 48, gobernaría la excepción a través de decretos de emergencia, ante
la imposibilidad de conformar coaliciones parlamentarias de gobierno Toda su
postura estaba edificada en pos de salvaguardar la Constitución.
En enero de 1933, el Parlamento ve surgir una nueva coalición mayoritaria
de nazis, católicos, conservadores y liberales, que acompañan a Hitler. Esta
mayoría legal le concede la autoridad legal para gobernar la emergencia.
Utilizando abusivamente esta atribución constitucional, el canciller pone fuera de
la ley al partido comunista, y ejercita el terrorismo de estado indistintamente
contra comunistas y socialdemócratas.
En marzo, el Reichstag le vota los plenos poderes y el canciller ilegaliza la
socialdemocracia. Para junio, los propios partidos de la coalición gobernante se
han autodisuelto y solo queda el movimiento nacional socialista, que se
identificara plenamente con el Estado.

Derecho Político (Resumen) 233


AGRUPACION 1983

Desaparece el estado de partidos y surge el estado totalitario que,


subsume a la sociedad dentro del estado.
Con esta nueva arma y con los violentos procedimientos represivos que
puso en práctica, a través las Tropas de Asalto (SS )- primero escuadras de
protección de Hitler , y luego única fuerza armada del partido, la GESTAPO,
policía Nacional, de la cual Himmler, fue su jefe, anularía en poco tiempo los
focos de resistencia. Hindemurg, muere en 1934, dejando a Hitler la doble
función de presidente y Canciller. Desde entonces hasta 1945, la historia de
Alemania es la historia del Nazismo, escrita por el Fuehrer.
Hitler supo aprovechar muy bien el miedo de los capitalistas al comunismo
y el pánico de la población rural a perder sus tierras, por ello obtuvo el apoyo de
la clase media y del campesinado.
Hegel, Nietzsche, Schopenhauer y aún el mismo Kant, serán fuentes de
inspiración de la filosofía nazi. De allí surgen los conceptos de estado semimistico
y de la predestinación del pueblo alemán al cumplimiento de una misión rectora
entre las naciones. Nietzsche aporta la imagen del superhombre, predestinado,
cuya categoría excepcional, lo sitúa por encima de las leyes, que circunscribe el
campo de acción del común de los mortales. Esta idea lo acerca mucho a la tesis
de las minorías selectas y las "razas selectas”. "La historia del mundo está hecha
por las minorías, allí donde las minorías incorporan la mayoría de la voluntad y la
determinación" (Hitler), así como también los conceptos de la superioridad de la
raza "La más alta finalidad del estado es atender a la preservación de aquellos
elementos raciales primarios que al suministrar la cultura, crean la belleza y la
dignidad de una humanidad más alta. Nosotros como arios, podemos, por
consiguiente, imaginar al estado únicamente como el organismo viviente de una
nacionalidad, que no sólo salvaguarda la preservación de esa nacionalidad sino
que haciendo un ejercicio aún mayor de su capacidad espiritual e ideal, la
conduce hacia una mayor libertad" Hitler, Mi Lucha.
El Nacionalsocialismo alemán suplantó, el orden conservador, la Iglesia y
la Monarquía, pilares de la historia reciente de su nación por un principio de
liderazgo totalmente nuevo encarnado en el hombre hecho a sí mismo y
legitimado por el apoyo de las masas y por unas ideologías.
Alfred Rosembeg, "filósofo" del nazismo, de ascedencia eslava, dio forma
oficial a la ideología del Nazismo, especialmente en el aspecto antes señalado de
la superioridad y predestinación de la raza aria. Mientras que Joseph Goebbels,
Ministro de propaganda, se encargó de difundirla dentro y fuera de Alemania la
más celebre y triste de las políticas del nazismo lo constituyó su persecución a
los judíos, El Partido Nazi se constituyó en el depositario y salvador de las
prerrogativas del sino superior de los arios, acusándose al pueblo judío entre
otras cosas, tales como su inferioridad ingénita, de haber monopolizado
arteramente el control de los negocios, de haberse negado de ir a la Primera
Guerra, "ser los autores del marxismo, la democracia del mercantilismo y de los
postulados negativos del amor y la humildad".
Cabe destacar que las capas medias fueron la espina dorsal, gran
porcentaje de estudiantes universitarios, dieron a poyo al nazismo, siendo hacia
1930, miembros en las filas del Partido Nazi entre un 5 y 10 % de estudiantes.
Estos sentimientos encontraron su expresión más característica en el
antisemitismo, si bien se puede hablar de antisemitismo ya, en muchos países de

Derecho Político (Resumen) 234


AGRUPACION 1983

Europa central y oriental, la violencia y la intolerancia que se conoció en el


nazismo, no tiene registro en la historia de la humanidad. Antes de la guerra y en
el curso de la misma, los campos de concentración, las cámaras de gas par
ejecuciones, los experimentos científicos para los cuales se utilizaron a judíos y
otros procedimientos semejantes, causando la muerte de seis millones de judíos,
además de gitanos, enfermos mentales, discapacitados. Los "padres" de esta
teoría de la superioridad racial se la deben los alemanes al francés Arthur
Gobineau y el ingles Houston Stewart Chamberlain a mediados y fines del siglo
pasado las teorías nacionalsocialistas de la raza y el lebensraum (espacio vital)
junto a los conceptos de elite, líder y el "principio de la jefatura" eran términos
políticos fundamentales al nazismo. El expansionismo alemán, con el
impresionante ejército regular, la Wehrmacht, fue practicado junto a Italia y más
tarde se le uniría Japón, con éxito, dominando la política internacional del
decenio. Alemania emprendería una serie de campañas expansionistas exitosas
cono fue la incorporación de los sudetes, minorías alemanas que vivían fuera del
país en Austria y Checoeslovaquia, y la otra gran campaña fue corregir los
errores del Tratado de Versalles, que la había dejado dividida en dos partes,
mediante la creación del corredor de Danzing, para dar salida al mar a Polonia,
Alemania atacó este país, estallando la Segunda Guerra Mundial, en 1939.
Invade Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca.
De esta manera Hitler ejerció el poder, no hubo aspecto de la vida del
individuo que no estuviera penetrada por el Partido Nazi, el control que se ejerció
sobre la economía, prensa, educación, investigación, arte, fue total.
Se organizó el llamado Frente Obrero, cuyos resortes vitales estaban en
manos del Partido Nazi, adoptándose una ampulosa política de protección a los
obreros, dentro de las líneas del estado paternalista de Bismarck, era el estado
nazi el que con criterio protector, se encargaba de "conceder "los derechos a los
trabajadores condicionados invariablemente a los intereses supremos del Estado.
Ese estado necesitaba ciudadanos para trabajar por el engrandecimiento de la
nación en tiempos de paz y para morir por ella en los tiempos de guerra, por esto
se estimuló la natalidad y se otorgaban premios a las familias numerosas.
La acción totalitaria del estado nazi abarcó los campos de la educación y
la cultura en todos sus aspectos. Libros, obras de arte, que no concordaban con
los principios del nazismo, fueron destruidos o negados. Los programas
educativos adiestraban a los niños desde temprana edad integrándolos a
agrupaciones de tipo deportivo cultural, como la Juventud Hitleriana, donde se
moldeaban los futuros hombres de la causa nazi dentro de principios de rígida
disciplina y de la teoría del Partido, en su obra" Mi lucha" escribe Hitler, "Ningún
niño o niña dejará la escuela sin que tenga el conocimiento completo de la
necesidad y la naturaleza de la pureza de la sangre".
Dentro del estado, la norma vital es la disciplina, el principio estructural
sobre el que se encuentra edificado, la jerarquía autoritaria.
El estado Nazi representa el control absoluto del estado sobre todos los
aspectos de la vida individual y colectiva, es lógico entonces que no respetara la
división de poderes, constituyendo una organización piramidal en la que
conforme se asciende se reduce el número de los que ejercen el poder. En la
cúspide se encontraba el líder con autoridad ilimitada el Fuehrer.

Derecho Político (Resumen) 235


AGRUPACION 1983

En el gobierno se suprimen toda forma de poder legislativo, el Fuehrer


dicta los decretos por conducto de sus ministros, El gabinete está constituido con
criterio, funcional, pero la ejecución de la ejecución de la política del partido nazi
era la función primordial del gobierno.
La casta aristocrática militar que en un principio, vio a Hitler con
desconfianza y hasta menospreció, acabó sumándose al programa nazi,
apoyando sus pretensiones expansionistas. Más allá del seudo orden del Tercer
Reich existía una enorme rivalidad profesional y personal, una cantidad de
órdenes arbitrarias por parte del líder e inseguridad por la vigilancia y el terror. El
resultado, fue un aumento de poder, seguido por una disminución en la
conciencia nacional, culminando con el caos en la fase final.
La derrota de Hitler ante ,quienes fueran sus aliados, los rusos en
Stalingrado, marcaron el fin de la Segunda Guerra y el fin del Nazismo, siendo
sellado jurídicamente por la comisión aliada de control, que el 4 de junio de 1945,
disolvió formalmente el Partido Nacional Socialista Alemán y ordenó el arresto y
la internación de sus funcionarios. Hitler se suicidaría entre las ruinas de Berlín, al
ser bombardeada y capturada esa ciudad por los rusos, por entonces aliados
victoriosos de las potencias occidentales.
Como corolario de dicha formas de estado resulta útil hacer referencia alas
características que señala Karl Friedrich para distinguir un sistema totalitario.
Ellos son:
Una ideología oficial.

Un sólo partido de masas controlado por una oligarquía. monopolio


gubernamental de las armas.

Monopolio gubernamental de los medios de difusión en masa e- un


sistema policíaco terrorista.
TEXTO 65:
DEFENSA DEL ORDEN DEMOCRÁTICO Y DERECHOS
HUMANOS
(Oscar Blando)

¿GOBIERNO DE FACTO O MERAS USURPACIONES?


En América Latina las denominaciones políticas y jurisprudenciales sobre
los gobiernos de fuerzas que irrumpieron en el poder han sufrido diversas
distorsiones y confusiones. Se llaman revoluciones a simples golpes de estado y
gobiernos de facto a meras usurpaciones del poder.
Llamada doctrina de facto tiene su origen en el derecho administrativo al
asimilar la expresión a los funcionarios de hecho.
Gastón Jeze hace una distinción:

1. El funcionario de derecho es el que ocupa el empleo y realiza el acto


convenientemente investido para ello. Invoca una investidura legítima (una
elección) y en el momento que ha obrado continua siendo su título válido y
eficaz;

Derecho Político (Resumen) 236


AGRUPACION 1983

2. El funcionario de hecho es el que en ciertas circunstancias también de


hecho, ocupa el cargo y realiza el acto dotado de una investidura irregular
(tiene una investidura plausible o un color de título);

3. Por último, el usurpador de cargo es aquel que lo ocupa y realiza el acto


sin ninguna clase de investidura, ni irregular ni prescriptiva y generalmente
mediante el uso de la fuerza.

Fayt señala que gobierno usurpador es aquel que ejerce el poder en contra
de la voluntad del gobierno legal, que no tiene ninguna clase de investidura ni
puede legitimarse en el derecho de resistencia a la opresión en algunos de sus
grados y que mediante el dolo o la violencia, asume funciones al margen o en
contra de la Constitución.
Funcionario de facto es aquel que asume una función o poder sin derecho
pero tiene color de título, invoca cierta investidura aunque irregular. No a
cualquier asonada exitosa, levantamiento militar o golpe de estado se le puede
denominar gobierno de facto. Bielsa distingue solamente dos casos:
1. Cuando se produce una acefalía no remediable en el orden constitucional
(caso de renuncia colectiva o sucesiva de todos los funcionarios que por la
Constitución o ley de acefalía debieran asumir el gobierno)
2. Cuando un mandatario prolonga su mandato más allá del término legal sin
ánimo de usurparlo con el objeto de mantener la continuidad del Estado
Jurídico, lo que es muy distinto de usurpar por la violencia los cargos de un
gobierno de jure. Los actos de gobierno usurpadores carecen de validez,
son nulos.

Duverger dice: “los actos de un usurpador no tienen valor jurídico,


cualquiera sea su naturaleza”. Bielsa reafirma “los actos de los gobiernos de
hecho no se pueden ratificar por gobiernos de derecho. Lo que el Congreso o la
Legislatura puede hacer si quiere dar vigor a esos actos, es dictar una ley con el
contenido de ellos. Esa ley es un acto nuevo si ella no se dicta, aquellos deben
reputarse nulos”.

EL RECONOCIMIENTO DE LA CORTE SUPREMA


NACIONAL ANTE LAS RUPTURAS DEL ORDEN
CONSTITUCIONAL.
La Corte Suprema reconoció tradicionalmente, a los gobiernos que
irrumpieron en el poder por la fuerza, como gobiernos de facto: así lo hizo con
Mitre después de Pavón (1861) y sucesivamente en 1930, 1943, 1955, 1966, y
1976.
El 6 de setiembre de 1930 un motín usurpa el poder y destituye al
Presidente Yrigoyen y cuatro días más tarde, el 10 de setiembre de ese año, la
Corte dicta la conocida Acordada justificando y convalidando el golpe militar.
En 1924, desde Lima, Leopoldo Lugones afirmó: “que se ponía al servicio
de la espada y también anticipaba premonitoriamente el golpe sedicioso de 1930.
Eran los tiempos en que no pocos compatriotas se fascinaban con los éxitos de la

Derecho Político (Resumen) 237


AGRUPACION 1983

Italia de Mussolini, la Alemania de Hitler, profesaban admiración por la Action


Françoise de Charles Maurras y por la España de Primo Rivera y más tarde el
generalísimo Franco.
El 10 de setiembre de 1930 la Corte sin requerimiento de parte alguno
como lo prescribe la propia constitución, emite una Acordada porque había
recibido una nota en la que se le comunicaba la constitución de un gobierno
provisional emanado de la revolución triunfante.
Pese a que algunos autores pretendieron atenuar las críticas que mereció
esta decisión de la Corte en 1930, prestigiosos constitucionalistas y hombres de
derecho se encargaron de señalar contundentemente la gravedad institucional
que produjo aquella acordada y que pueden resumirse, además de las ya
señaladas en:

a) El invocado hecho consumado es lo más endeble del fallo, lo más


antijurídico: un acto arbitrario, antijurídico, y violento, “no está
justificado por el estado de necesidad.”

b) Al aceptar la quiebra del orden constitucional y al gobierno usurpador,


la Corte se arrogó el poder constituyente, que es patrimonio jurídico y
exclusivo del pueblo, el único soberano para ejercerlo.

c) Quienes se apoderaron del poder el 6 de setiembre carecían de título


de aparente legitimidad como lo exige la doctrina de facto y por lo
tanto, merecían el título de usurpadores y por lo tanto incurrían en los
delitos de sedición y usurpación de autoridad.

VALIDEZ DE LAS NORMAS DE FACTO


La Corte en orden a este tema desde el período que va de 1930 a 1947,
adoptó una tesis limitativa que significaba reconocer una vigencia temporal a los
decretos leyes: fue la tesis de la caducidad de los actos emanados de un
gobierno de facto, es decir dejan de regir para el futuro, salvo ratificación por el
Congreso.
La posición de la Corte en los fallos citados contaban con la sola disidencia
del Dr. Tomás Casares, voto que se volvería mayoritario, ya que casi todos los
miembros del más alto Tribunal fueron sometidos a juicio político y con la nueva
integración, a partir de 1947, se modifica el criterio adoptando la tesis de la
continuidad, es decir, la norma mantiene su vigencia mientras no sean derogados
por el Congreso. Así se codo se dijo: “los decretos leyes dictados por el gobierno
de facto son válidos por razón de su origen y puesto que tiene valor de leyes,
mientras no sean derogados de la única manera que estas pueden serlo, es
decir, por otras leyes”.
Sin embargo, en los golpes de estado de 1966 y 1976, además se
agregaron dos agravantes desde el punto de vista jurídico institucional. A partir
del régimen de Onganía las juntas militares se arrogaron e invocaron el poder
constituyente y supeditaron los alcances de estos poderes a los fines u objetivos
que establecían sus propias proclamas.

Derecho Político (Resumen) 238


AGRUPACION 1983

En el caso “Molinas, Ricardo s/amparo” la Corte tuvo que utilizar, al decir


de Vanossi, esa entidad metafísica para convalidar la confiscación de bienes de
los partidos políticos.
En la dictadura del 76/83 también se instauró un sistema de supralegalidad
donde la Constitución estaba jerárquicamente supeditada a las actas y estatutos
del denominado proceso de reorganización nacional y por supuesto, sujeta a los
objetivos allí ampulosamente especificados. También se auto adjudicaron el
ejercicio del poder constituyente.
Luego de la recuperación democrática en diciembre de 1983 y con la
nueva integración de la Corte, apareció lo que algunos denominaron la tesis
vigencia efectiva de las normas.
Así en 1984 en los casos “Dufourq” y “Aramayo” la Corte estableció que la
validez de las normas emanadas de un gobierno de facto estaba supeditada al
explícito o implícito reconocimiento del gobierno constitucional. En “Soria” el voto
de Fayt y Belluscio fue contundente al señalar que “esta Corte en su actual
composición no comparte el criterio sentado entre otros, en los precedentes
fallos, según los cuales las disposiciones de contenido normativo dictadas por los
gobiernos de facto con la denominación de decretos leyes, tienen vigencia hasta
tanto sean derogadas por la autoridad legislativa constitucional, ni tampoco, el
más limitativo según el cual esas normas carecen en su origen de legalidad en
tanto no emanen del Poder Legislativo que la Constitución Nacional establece,
pero pueden legitimarse en razón de su efectividad, la cual consiste en la
aplicación que hacen de ellas, los gobernantes en sus actos, los jueces en sus
sentencias y los particulares en su proceder, en tanto se atengan voluntaria o
forzadamente a ellas como normas obligatorias” y concluyen manifestando que
“las leyes dictadas por el gobierno militar continúan en vigencia mientras no sean
derogadas o modificadas, mas no por reconocimiento judicial en esa continuidad
sino porque el Congreso de la Nación ha manifestado su voluntad de que así
ocurra, al ratificarla tácitamente”.
El Congreso convalidó los decretos leyes del período usurpatorio 1976-
1982 convirtiéndolos en leyes. A través de la ley 23.077, el Parlamento derogó
normas consideradas de facto, por ejemplo de naturaleza penal, aunque como
señala Herrendorf, hay sentencias judiciales muy importantes sobre casos de
decretos leyes de naturaleza penal que no fueron derogados por la citada ley
23.077.
Es que en definitiva creemos que ante una norma de facto no procede la
derogación: sólo puede derogarse una ley legítima, formal y materialmente.
La reforma de la Constitución (1994) parece saldar la polémica y a mi
juicio, modifica la tradicional postura del máximo tribunal: ahora el nuevo art. 36,
refiriéndose a los actos de fuerza contra el orden institucional, declara que “serán
insanablemente nulos”.
Debe diferenciarse la ley 9429, que fue sancionada y promulgada
conforme con la Constitución, del decreto 9214 que es solo la expresión de un
gobierno de facto y agrega la norma dictada de facto, una vez sobrevenido el
régimen de jure, no puede prevalecer ultraactivamente sobre este, porque ello
importaría otorgar un valor superior al hecho que al derecho, al usurpador que al
gobernante legal, a la minoría detentora de la fuerza sobre el pueblo.

Derecho Político (Resumen) 239


AGRUPACION 1983

En definitiva, la normativa de facto tiene eficacia, la que se mantiene


mientras no es desechada por el gobierno de jure, pero carece de validez cuando
ello acaece. La normatividad de facto es inválida en su origen. Tales actos
poseen eficacia, en beneficio del público o de terceras personas, otorgada por la
fuerza que le dio cumplimiento, pero en modo alguno validez.
Constancineau, dice que “el principio de facto no se aplica cuando con ello
se produciría un daño” y cita “la doctrina de facto ha sido creada para proteger al
interés público y no puede ser aplicada cuando provoca perjuicio o daños a
terceros”.

EL NUEVO ARTÍUCLO 36 DE LA CONSTITUCIÓN


NACIONAL.
La defensa de la democracia y la constitución como forma normativa del
nunca más.
¿Qué valor disuasivo podía tener una cláusula jurídica frente a la ambición
del autoritarismo? ¿No constituye acaso una manifestación de debilidad, casi una
confesión de impotencia?
Rosatti sintetizó así su posición: la inserción de una norma de este tipo es
lógica y conveniente. Es lógica porque cierra un círculo de completividad. Así la
Constitución tiene tres tipos de normas: las que dicen que está permitido, exigido
o tolerado y que está prohibido, las normas que dicen como hay que cambiar esta
trama de lo lícito y lo ilícito, y las normas que dicen que ocurre si se modifica el
primer tipo de normas sin seguimiento del segundo tipo de normas. También es
conveniente porque no deja la hipótesis de violación sin previsiones.

ARTÍCULO 36 CN. DERECHOS HUMANOS, PATTI Y


BUSSI.
El artículo 16 de la CN prevé, asegurando el principio de igualdad, que
todos los habitantes del país son admisibles en los empleos sin otra condición
que idoneidad.
La regla constitucional es clara: no todos son iguales para acceder a los
cargos públicos, debe preferirse a los más idóneos.
El concepto de idoneidad no sólo es exigido para el acceso a los empleos
públicos sino también para los electivos: “las titulares de poder, que surgen de los
procesos electorales deben ser idóneos, en doble sentido, ético y técnico. Se los
elige para que se desempeñen bien o no mal. Y un requisito para lo primero es
que sean idóneos, que tengan aptitud tanto moral como técnica.”
Se exigen determinas condiciones, por ejemplo para ser Presidente,
senador o diputado, pero el criterio de idoneidad requerido por la Constitución
para el acceso a cargos electivos, no ha sido desarrollado convenientemente.
Son más los requisitos formales los que se tienen en cuenta, antes que los
técnicos y éticos.
Concretamente, el concepto de idoneidad del artículo 16, desde 1994,
deberá ser relacionado y completado con las exigencias éticas del artículo 36 de
la CN.
Derecho Político (Resumen) 240
AGRUPACION 1983

Al tratarse el artículo 36, fue clara, la directriz del constituyente, esto es la


democracia como garantía de los derechos humanos y estos como objeto y fin de
aquella. Violación de derechos humanos y democracia son incompatibles.
A partir de la sanción del artículo 36 CN quienes atentaron contra el
sistema democrático y violaron los derechos humanos están inhabilitados
éticamente para ejercer funciones públicas y representar la soberanía popular.
Gregorio Badeni con un criterio más restringido acepta que las Cámaras
pueden expulsar de su seno a los legisladores que incurran en graves faltas
luego de su incorporación. Pero no puede desconocerse el derecho del legislador
electo si cumplió con las condiciones constitucionales para ser elegido, las que
no pueden ser ampliadas por ley del Congreso o decisión de una de sus
Cámaras.
Quienes han atentado con la Constitución, han destruido o colaborado con
la destrucción de la democracia, violando los derechos humanos y los principios
que inspiran en estado de derecho, no tienen la aptitud ética, moral para acceder
a cargos públicos. Ello ahora está sabiamente garantizado con el nuevo artículo
36 de la Constitución. Es cuestión que pongamos en funcionamiento estos
mecanismos que el constituyente ha dejado en nuestras manos.

Derecho Político (Resumen) 241

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