Partido Comunista Peruano

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Introducción

La presente monografía se adentra en la compleja y controvertida historia del Partido


Comunista Peruano (PCP), una entidad política cuyo surgimiento y evolución han
estado intrínsecamente ligados a los dinámicos acontecimientos políticos y sociales que
han marcado la historia de la República del Perú. Desde su fundación en la década de
1920, el PCP ha desempeñado un papel significativo en la configuración de la narrativa
política del país, generando debates apasionados y enfrentamientos ideológicos que han
perdurado a lo largo de las décadas.

Para contextualizar adecuadamente la génesis del PCP, es imperativo sumergirse en el


trasfondo sociopolítico de la época. La década de 1920 en el Perú estuvo marcada por
una amalgama de tensiones políticas y sociales, donde las secuelas de la Primera Guerra
Mundial y la Revolución Rusa resonaron intensamente. En este contexto de
efervescencia ideológica, el PCP se erigió como un actor crucial, adoptando un enfoque
marxista-leninista que buscaba transformar radicalmente la estructura política y
económica del país.

No obstante, la trayectoria del PCP ha estado plagada de controversias y desafíos. A lo


largo de su existencia, el partido ha enfrentado persecuciones gubernamentales,
represión política y divisiones internas que han debilitado en ocasiones su capacidad
para consolidarse como una fuerza unificada. La polarización política en el Perú,
especialmente durante períodos de crisis y conflictos, ha exacerbado las tensiones en
torno al PCP, generando debates sobre su legitimidad y sus métodos de acción política.

En el ámbito político y social contemporáneo, el PCP sigue siendo un actor relevante,


aunque su presencia y peso han experimentado transformaciones significativas a lo
largo de los años. En un contexto donde las ideologías políticas se entrelazan con los
desafíos económicos y las demandas de justicia social, la posición del PCP sigue siendo
objeto de análisis y controversia. La monografía se propone explorar críticamente estos
elementos, brindando una visión integral que abarque desde los fundamentos teóricos
del partido hasta su impacto en la realidad política y social del Perú contemporáneo. En
última instancia, esta busca ofrecer una comprensión enriquecedora y matizada del
Partido Comunista Peruano, ahondando en sus complejidades y contradicciones, así
como en su papel continuo en el discurso político peruano.

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Capítulo I: Antecedentes históricos del PCP

I.1. Partido Socialista Peruano

El 7 de octubre de 1928, un destacado grupo compuesto por José Carlos Mariátegui,


Julio Portocarrero, Avelino Navarro, César Hinojosa, Fernando Borja, Ricardo Martínez
La Torre y Bernardo Regman, llevó a cabo la fundación del Partido Socialista Peruano
(PSP). Esta entidad, de índole marxista, antifeudal y antiimperialista, encarnó en sus
primeros estadios una influencia discernible de la perspectiva ideológica de Mariátegui.
Este preconizaba la instauración de un socialismo en América Latina que, desafiando
cualquier mimetismo, se adapta a la realidad singular de cada nación, sin por ello
renunciar a su fundamentación clasista y marxista. Un rasgo distintivo del PSP residía
en su reconocimiento no solo del proletariado, sino también del campesinado, como
actores primordiales en la construcción de su propuesta sociopolítica.

Este partido, en sus cimientos, sentó las bases para la configuración posterior de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), consolidándose como una
fuerza influyente en el panorama del movimiento obrero peruano. La confluencia de las
figuras mencionadas proyectó una visión integral y pionera en la esfera política,
cimentada en la convicción de que la transformación social requería una aproximación
adaptativa y contextualizada, desvinculada de réplicas foráneas, pero sustentada en los
principios fundamentales del marxismo. Este hito fundacional, paradigmático en su
enfoque, cristaliza la influencia duradera del PSP en la configuración de la esfera
política y sindical del Perú en las décadas subsiguientes.

Bajo esta estructura inaugural:

José Carlos Mariátegui: Designado como Secretario General

Ricardo Martínez La Torre: Investido como Secretario de Propaganda

Bernardo Regman: Designado para la función de Tesorero

Avelino Navarro: Asignado a la Coordinación

Sindical Manuel Hinojosa: Designado para la Coordinación Sindical

I.1.1 Confederación General de Trabajadores del Perú

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La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) fue instituida el 17 de
mayo de 1929, en el seno de un Congreso Obrero que congregó a representantes
sindicales provenientes de Lima y otras localidades del país. Durante este encuentro, se
ratificaron tanto el Estatuto como el Programa de Lucha, concebidos por el destacado
pensador y activista social José Carlos Mariátegui. (CGTP, s.f.)

La ilegalización de la CGTP tuvo lugar en 1930, bajo el régimen del dictador militar
Luis Miguel Sánchez Cerro, quien instauró el estado de emergencia en Lima y Junín.
Este hecho coincidió con una huelga de trabajadores mineros en Cerro de Pasco,
Morococha, Malpaso y La Oroya, culminando en la lamentable masacre de Malpaso,
donde perdieron la vida 14 trabajadores mineros. La presión ejercida por el embajador
estadounidense, Fred Morris Dearing, y Harold Kingsmill, administrador general de la
Cerro de Pasco Corporation, llevó a Sánchez Cerro a sofocar las protestas sindicales,
temiendo las consecuencias económicas adversas que podrían resultar de la interrupción
de las operaciones mineras. en un período de crisis financiera en el Perú. Este episodio
adquirió dimensiones internacionales cuando el Secretario de Estado Henry L. Stimson,
en Washington DC, instó al embajador peruano en los Estados Unidos, Manuel de
Freyre y Santander, a recurrir al ejército para sofocar la huelga minera si fuese
necesario.

La CGTP, en consecuencia, se convirtió en blanco de persecuciones, encarcelamientos y


exilios, lo que provocó una merma significativa en su actividad sindical a lo largo de las
décadas subsiguientes. Desde la década de 1960, militantes sindicales vinculados al
Partido Comunista Peruano emprendieron un proceso de reorganización con el objetivo
de revitalizar la CGTP. Dicho esfuerzo cristalizó en la formación del Comité de
Unificación Sindical (CDUS) el 28 de septiembre de 1966, aglutinando diversas
federaciones, tales como la Federación de Trabajadores en Construcción Civil,
Federación Bancaria, Federación de Pescadores, Federación Minera y federaciones
regionales, entre las las cuales se destacan la Federación Departamental de Trabajadores
de Arequipa y la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco.

El proceso de reconstitución culminó en el Congreso Nacional llevó a cabo entre el 9 y


14 de junio de 1968, donde la CGTP fue restablecida formalmente, estableciendo una
dirección nacional que contó con la participación de delegados sindicales de diversas
corrientes políticas, incluyendo comunistas, guevaristas. , acciopopulistas y cristianos
de izquierda, entre otros. Si bien en sus primeras décadas la influencia preponderante
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provenía del Partido Comunista Peruano, a partir de la década de 1990, los congresos
sindicales y los órganos directivos han reflejado una pluralidad de corrientes, desde la
centro izquierda hasta la izquierda legal. (CGTP, 2018)

1.2. Cambio de nombre a Partido Comunista Peruano (PCP)

En el año 1929, durante el congreso de la facción latinoamericana de la III Internacional


celebrado en Buenos Aires y Montevideo, los representantes del Partido Socialista
Peruano (PSP), Hugo Pesce y Julio Portocarrero, presentaron las tesis de José Carlos
Mariátegui sobre "El Problema de las Razas". No obstante, las posturas de Mariátegui
fueron eventualmente descartadas por la III Internacional, quedando relegadas al olvido
dentro del seno del PSP tras el deceso de Mariátegui en abril de 1930.

La transición del PSP al PCP refleja la evolución ideológica y política de la


organización, así como su alineación con el comunismo y el marxismo-leninismo. Este
cambio de nombre también marcó un hito en la historia del movimiento comunista en el
Perú, y tuvo implicaciones significativas para la participación del partido en la vida
política y social del país.

En ese mismo año, Eudocio Ravines, designado Secretario General del PSP en
sustitución de Mariátegui poco antes de su fallecimiento, informó a la Komintern sobre
el cambio de denominación del partido a Partido Comunista Peruano (PCP). Esta
modificación fue acordada durante la Sesión Plenaria del Comité Central celebrada el 4
de marzo, formalizando así la adhesión del partido al movimiento internacional
comunista.

Capítulo II: José Carlos Mariategui

II.1. Biografía
José Carlos Mariátegui La Chira (Moquegua, 14 de junio de 1894 - Lima, 16 de abril de
1930) se distinguió como escritor, periodista, político y filósofo marxista peruano. A
pesar de su muerte prematura, su legado perdura, destacando su apelativo "El Amauta",
de origen quechua (hamawt'a, que significa "maestro"), con el cual es conocido en su
patria. Reconocido como uno de los más preeminentes analistas de la realidad
latinoamericana, Mariátegui cristaliza su pensamiento en los "7 ensayos de
interpretación de la realidad peruana" (1928), una obra fundamental para la
intelectualidad del continente. (Rodriguez, 1994)

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En 1899, se trasladó con su madre y hermanos a Huacho, y en 1902, a raíz de un
incidente escolar, ingresó a la clínica Maison de Santé de Lima, donde su prolongada
convalecencia, marcada por una anquilosis en la pierna izquierda, propició su
Inclinación hacia la lectura y la reflexión, al encontrarse limitado en las actividades
recreativas propias de su edad.

En 1907, sufrió la pérdida de su padre, Francisco Javier Mariátegui, en el puerto del


Callao. El año 1909 marcó el ingreso de Mariátegui al diario La Prensa, donde trabajó
funciones auxiliares, desde alcanzarrejones (portapliegos) hasta desempeñarse como
ayudante de linotipista. A pesar de no completar su educación formal, Mariátegui
cultivó sus habilidades en el periodismo, desempeñándose como articulista en La Prensa
(1914-1916) y más tarde en El Tiempo (1916-1919), mientras colaboraba en revistas
como Mundo Limeño, Lulú, El Turf y Colónida. Adoptando el seudónimo de Juan
Croniqueur, satirizó la frivolidad limeña, exhibiendo una cultura autodidacta que lo
vinculó con círculos intelectuales y artísticos vanguardistas. Estableció una amistad con
el escritor Abraham Valdelomar, conformando un dúo diletante cuyos duelos de ingenio
se plasmaban en sus crónicas. Durante esta fase, conocida específicamente como su
"edad de piedra", Mariátegui cultivó entusiastamente la poesía, aunque su proyecto de
publicar un poemario titulado "Tristeza" no llegó a concretarse. (Rodriguez, 1994)

En 1917, se matriculó junto al periodista César Falcón y otros colegas en un curso de


latín impartido por el agustino Pedro Martínez Vélez en la recién fundada Universidad
Católica de Lima, experiencia que abandonó en breve por diversas razones.

En 1918, Mariátegui orientó sus intereses hacia las problemáticas sociales, cofundando
la revista Nuestra Época con César Falcón y Félix del Valle, desde donde censuró el
militarismo y la política convencional, aunque la revista solo vio la luz en dos ediciones.
Asimismo, en 1919, junto a Falcón, iniciaron el diario La Razón, respaldando la
reforma universitaria y las luchas obreras. No obstante, este periódico también fue
clausurado por el gobierno de Augusto B. Leguía, oficialmente acusado de expresiones
despectivas hacia los miembros del parlamento, aunque se presume que la razón
subyacente fue la incitación a reclamos populares desde sus páginas. (Rodriguez, 1994)

II.1.1 Formación Socialista

En compañía de César Falcón, José Carlos Mariátegui emprendió un periplo hacia


Europa mediante una beca, otorgada por el gobierno de Leguía, que operó de manera

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encubierta como un mecanismo de deportación. Su itinerario incluyó una parada en
Nueva York, coincidiendo con una huelga de trabajadores en los muelles portuarios, y
una visita a la Alemania de la Revolución Espartaquista. (Malcolm, 1981) En
noviembre, arribaron al puerto de Le Havre, desde donde se dirigieron a París. De
manera complementaria, el investigador Sylvers Malcolm esclarece que ambos viajaron
en calidad de "propagandistas de ultramar" en representación del gobierno de Leguía,
desempeñando funciones dentro del sector de Relaciones Exteriores en roles
remunerados, desvirtuando así la percepción inicial de becarios de estudios. Este hecho
se encuentra respaldo en una carta fechada el 24 de enero de 1920, escrita por
Mariátegui a Victoria Ferrer. (Malcolm, 1981)

Durante esta travesía, se produjo el nacimiento de su primogénita, Gloria María


Mariátegui Ferrer, fruto de su unión con Victoria Ferrer González. En el contexto
europeo, José Carlos Mariátegui, según sus propias declaraciones, experimentó su fase
de aprendizaje más enriquecedora. Estableció conexiones con escritores destacados,
perfeccionó sus habilidades lingüísticas, exploró las nuevas inquietudes intelectuales y
artísticas, y participó activamente en conferencias y encuentros internacionales.
(Rodriguez, 1994)

“En Italia, contrae matrimonio con Anna Chiappe y participa activamente durante la
ocupación de fábricas en Turín, así como en el XVII Congreso Nacional del Partido
Socialista Italiano en Livorno, marcado por la escisión histórica que condujo a la
formación del Partido Comunista Italiano (PCI)” (Malcolm, 1981). Integrándose a los
círculos de estudio del PSI, Mariátegui adoptó el marxismo como su método de análisis
en un período en el que Benito Mussolini se perfilaba para asumir el poder. Según su
análisis, la ascensión del fascismo representó el tributo que un país debía pagar por las
contradicciones inherentes a la izquierda.

“Posteriormente, abandonó Italia y recorrió diversas ciudades europeas como París,


Múnich, Viena, Budapest, Praga y Berlín, durante las cuales se inmersió en el estudio de
los movimientos revolucionarios que agitaban el continente europeo tras la Primera
Guerra Mundial.” (Malcolm, 1981)

II.1.2 Retorno a Perú

El 17 de marzo de 1923, Mariátegui regresó a Lima acompañado de su esposa e hijo,


respondiendo a la invitación de Haya de la Torre, fundador y rector de la Universidad

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Popular González Prada. En dicho recinto, dictó conferencias sobre la crisis mundial
derivada de la Primera Guerra Mundial. Durante la ausencia de Víctor Raúl Haya de la
Torre, fundador de la revista Claridad, Mariátegui asumió la dirección de esta y abogó
por la formación del Frente Único de Trabajadores. “Hacia finales de ese año, anunció
la creación de la revista "Vanguardia: Revista Semanal de Renovación Ideológica",
proyecto que, dirigido conjuntamente con Félix del Valle, evolucionó posteriormente
hacia la fundación de la revista Amauta.” (Beigel, 2006)

En 1924, debido a una antigua lesión, Mariátegui se sometió a la amputación de una


pierna, sin embargo, persistió en su trabajo creativo, continuando desde una silla de
ruedas. Después de un período de reposo en Miraflores, se trasladó el 1 de junio de 1925
a su residencia simbólica en la calle Washington, izquierda, No. 544, conocida
actualmente como la Casa Museo José Carlos Mariátegui. Según Beigel (2006) En
octubre de 1925, fundó la Editorial Minerva junto a su hermano Julio César, publicando
obras propias y de otros autores peruanos, siendo "La escena contemporánea" su primer
libro recopilatorio de ensayos sobre política mundial. En 1926, “fundó la revista
Amauta, que cohesionó una extensa generación de intelectuales en torno a una nueva
valoración del quehacer nacional y propició el surgimiento del movimiento indigenista
en arte y literatura. Además, contribuyó regularmente a los semanarios limeños
Variedades y Mundial.” (Malcolm, 1981)

En 1927, durante un proceso contra comunistas acusados de conspirar contra el


gobierno de Leguía, Mariátegui fue encarcelado, pero posteriormente se le otorgó
arresto domiciliario. En 1928, rompió su asociación política con Víctor Raúl Haya de la
Torre, con quien colaboró entre 1926 y 1928, período en el cual el APRA aún era una
alianza incipiente. Las discrepancias surgieron principalmente por motivos tácticos más
que ideológicos. El 7 de octubre de 1928, fundó el Partido Socialista Peruano,
asumiendo un año después el cargo de secretario general. En el mismo año, creó la
revista marxista "Labor" y publicó su obra "7 ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana". En 1929, fundó la Confederación General de Trabajadores del Perú.

Según Rodriguez (1994):

“…La propuesta política de Mariátegui fue sometida a evaluación en el


Congreso Sindical Latinoamericano de Montevideo (mayo de 1929) y la
Conferencia Comunista Latinoamericana (junio del mismo año). Delegados del

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Partido Socialista Peruano presentaron los planteamientos de Mariátegui, los
cuales fueron cuestionados por el buró político de la Internacional en
Sudamérica, generando una brecha entre los enfoques de la Internacional
Comunista y las posturas de Mariátegui. Mariátegui, en última instancia, se
negó a subordinarse a la jerarquía comunista. Victorio Codovilla, líder
comunista argentino y representante de la Comintern para Latinoamérica,
condenó en la Conferencia de Montevideo las propuestas de Mariátegui como
una "desviación" de los principios establecidos por la Comintern, que afirmaba
que el modelo revolucionario soviético era el único válido y aplicable. para
todas las revoluciones marxistas en el planeta…”.

En febrero de 1930, Eudocio Ravines fue designado secretario general del Partido
Socialista del Perú en reemplazo de Mariátegui, quien se preparaba para un viaje a
Buenos Aires, donde buscaba tratamiento para su enfermedad y planeaba participar en
el Consejo General de la Liga Antiimperialista. Además, tenía la intención de conferir
dimensión continental a su revista Amauta, trasladando su sede de Lima a la capital
argentina. (Malcolm, 1981)

II.2 Pensamiento Mariateguista

José Carlos Mariátegui, eminentemente un ensayista, vio el inicio temprano de su


carrera periodística como una constante compañía a lo largo de toda su existencia. La
editorial Amauta, en manos de sus descendientes y utilizada como fuente primordial
para el análisis del pensamiento de Mariátegui, se ha dedicado a la impresión de sus
diversos artículos periodísticos y ensayos. En un esfuerzo por mantener un orden
temático, se han publicado 20 volúmenes que abordan los escritos de Mariátegui, de los
cuales 16 se centran en su producción intelectual. Los cuatro volúmenes restantes
constituyen tributos al autor, destacándose "Poemas a Mariátegui" (volumen 9), "José
Carlos Mariátegui. Etapas de su vida" (volumen 10), "Amauta y su Influencia"
(volumen 19) y "Mariátegui y su Tiempo" (volumen 20).

En la era de Mariátegui, se evidenciaron esfuerzos orientados a una aprehensión


enriquecida del marxismo. Este enriquecimiento se manifestaba no solo en la atención a
la estructura económica del marxismo, sino también en considerar otras realidades,
como la cultura, el arte y la psicología. Aunque el punto de partida era lo económico, se
buscaba que el marxismo se abría a otros subsistemas. Durante las décadas de 1920 y

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1930, esta apertura del marxismo a otros campos a menudo era mal vista y, en
ocasiones, catalogada como revisionismo. Mariátegui no escapó a esta apertura,
especialmente al buscar una apropiación del marxismo desde la perspectiva
latinoamericana. (Rodriguez, 1994)

El interés de Mariátegui no reside en la revisión del marxismo; él tenía claro que era la
corriente necesaria para contrarrestar las pretensiones universales del capitalismo
contemporáneo. Más aún, Mariátegui no se distancia de las corrientes más importantes
del marxismo; por el contrario, las reclamó como esenciales: la crítica al capitalismo, el
predominio del factor económico, la lucha de clases, la primacía de la praxis en la
transformación de la realidad, el humanismo, la alienación, entre otros.

Es innegable, como hemos dicho anteriormente, que Mariátegui no solo reconocía la


necesidad de superar la vertiente ortodoxa del marxismo, sino que iba más allá,
identificando en el marxismo una propuesta amplia con aplicaciones enriquecidas que
trascienden el planteamiento materialista. Mariátegui regresó de Europa con un
marxismo abierto, flexible y lleno de posibilidades.

En su mensaje al congreso obrero reunido en Lima en 1927, Mariátegui afirmó: "No es


el marxismo en cada país, como algunos incorrectamente suponen, un cuerpo de
principios rígidos, iguales para todos los climas históricos y las todas las latitudes
sociales". Rastreaba en el marxismo, dadas sus influencias, el aspecto cultural, el pathos
del revolucionario y la concreción de lo humano en el todo de la revolución. Sus
energías intelectuales se enfocaban en la interpretación de los problemas de América
Latina y del mundo, especialmente del Perú. (Rodriguez, 1994)

Mariátegui no solo observaba la necesidad de superar la vertiente ortodoxa del


marxismo, sino que iba más allá: veía en el marxismo una propuesta amplia susceptible
de aplicaciones enriquecidas más allá del planteamiento materialista. Su pensamiento
era holístico y tenía un importante referente en lo humano. Mariátegui ubicaba su visión
marxista en la acción del ser humano, destacando que "el destino del hombre es la
creación" y que "el trabajo es creación". No subsumía su visión antropológica en el
aparato materialista, sino que consideraba al ser humano como un ser de profunda
espiritualidad en constante necesidad de desarrollo.

Afirmaba que "el hombre es un animal metafísico" y sostenía que la existencia humana
carece de sentido histórico sin un mito. Mariátegui no solo enfocaba su humanismo de

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manera abstracta; al volver su propuesta socialista centrada en el ser humano, lo hacía
específicamente en la problemática del indio en el Perú y América Latina. Veía en el
indio un potencial cultural que debía ser rescatado para superar su marginación
histórica.

Su propuesta socialista, centrada en la realidad y sus demandas, no solo se dirigía a


enarbolar las cualidades indígenas, sino que ofrecía una praxis política para que los
indígenas pudieran ser gestores de su liberación. Mariátegui no solo observaba la
necesidad de superar la vertiente ortodoxa del marxismo, sino que iba más allá: miraba
en el marxismo una propuesta muy amplia que se prestaba a aplicaciones muy
enriquecidas que van más allá del planteamiento materialista del mismo.

II.3 Influencia del marxismo

El pensamiento político de Mariátegui tiene sus raíces en la doctrina de Marx y Engels,


quienes sentaron las bases del comunismo científico y dedicaron sus vidas a investigar
el sistema capitalista y fundamentar el materialismo filosófico e histórico. Mariátegui no
solo consideró las críticas de estos pensadores, sino también la alternativa que
plantearon frente a la sociedad capitalista: la sociedad comunista. Además, Mariátegui
consideró al marxismo como la mejor vía para comprender el momento histórico en el
que vivía, así como las proyecciones futuras.

Mariátegui asumió abiertamente la doctrina marxista como una herramienta válida para
interpretar las sociedades y para investigar la realidad peruana. Mantuvo su convicción
ideológica declarada abiertamente marxista, a pesar de las críticas al positivismo que
pretendían afectar a las ideologías cercanas a este pensamiento. Para Mariátegui, las
críticas al positivismo no afectaban al marxismo, ya que este se basa en la ciencia, una
diferencia del positivismo, que se fundamenta en una filosofía tergiversadora del sentido
de la ciencia.

Mariátegui insistía en la importancia de aunar pensamiento y acción, teoría, praxis y


sentimientos. Consideraba que no se debía prestar mayor atención a las críticas
filosóficas que desdeñaban las luchas de clases y acusaban a la filosofía marxista de ser
"inactual". En lugar de procesar al marxismo por retraso o indiferencia respecto a la
filosofía contemporánea, Mariátegui sostenía que era más bien la filosofía
contemporánea la que mostraba una deliberada e incomprensión de la lucha de clases y
del socialismo.

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El pensamiento político de Mariátegui se fundamenta en la doctrina de Marx y Engels,
asumiendo las críticas y alternativas planteadas por estos pensadores. Mantuvo una
convicción ideológica abiertamente marxista, considerando al marxismo como la mejor
vía para comprender el momento histórico en el que vivía. Además, Mariátegui
enfatizaba la importancia de unir el pensamiento y la acción, así como la teoría, la
praxis y los sentimientos en la lucha por la justicia social.

III.4 Influencia rusa

La revolución rusa de 1917, liderada por Lenin, ejerció una influencia significativa en
Mariátegui y en todos los estudios del marxismo. Este triunfo confirma en la práctica
los principios del comunismo como promotor de una inminente revolución social. Dicha
revolución no solo consolidó las estrategias planteadas por los bolcheviques, sino que
también marcó el inicio del primer experimento de un gobierno comunista dirigido
desde el Estado. Mariátegui, en sus conferencias en la Federación de Estudiantes,
destacó que la Revolución rusa representaba el primer paso de la humanidad hacia un
régimen de fraternidad, paz y justicia.

El significado de esta revolución va más allá de su posterior desenlace por sus


gobernantes. La historia cambió dramáticamente a partir de este acontecimiento, con el
surgimiento de reconocimientos sociales a la clase trabajadora en varios países
capitalistas, reflejándose en el derecho positivo de esos países. Por ejemplo, el concepto
de propiedad a nivel jurídico ya no implicaba que el propietario pudiera disponer de su
bien como quisiera, sino que debía considerar su entorno social en sus acciones.
Asimismo, se fortalecieron los derechos laborales, en parte debido a las presiones
sindicales y al temor del sistema capitalista a las consecuencias del comunismo, como
se evidencia en Rusia.

La Revolución rusa marcó una nueva forma de ver el mundo, según Mariátegui, quien la
demostró el movimiento revolucionario-idealista de mayor trascendencia en los últimos
tiempos. Además, valoró no solo al gobierno, sino también a su líder, Lenin, como un
revolucionario ágil, flexible y dinámico, capaz de adaptar su obra a la marcha de la
historia. A pesar de las críticas a la Nueva Economía Política (NEP) aplicada por Lenin,
el tiempo demostró que esta medida permitió a la sociedad recuperarse de la guerra civil
y prepararse para un impulso mayor.

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Mariátegui siempre vio con buenos ojos a Lenin, reconociéndolo como un innovador
que enalteció el sentido del marxismo. Para él, el marxismo no era un programa rígido,
sino un método dialéctico que permitía seguir y superar a Marx. Estas ideas reflejan su
alejamiento de la ortodoxia y su interpretación valorativa del marxismo como un
método dialéctico en constante evolución.

Capítulo II: Partido Comunista Peruano

Después del fallecimiento de Mariátegui en 1930, Eudocio Ravines asumió el liderazgo


del PSP y comunica a la Komintern el cambio de nombre a Partido Comunista Peruano
(PCP), que fue acordado en la Sesión Plenaria del Comité Central celebrada el 4 de
marzo de ese año. . Este evento, que fue presidido por Mariátegui, marcó la adhesión
del PCP al movimiento comunista internacional. Algunos ideólogos socialdemócratas y
de extrema izquierda han intentado presentar a Ravines como el fundador del PCP, a
pesar de que llegó a la Secretaría General del partido por propuesta de Mariátegui,
durante la misma sesión en la que se acordó el cambio de nombre. Además, en esa
misma sesión se logró captar a Jorge del Prado para el Comité Central y se desarrolló la
Juventud Comunista.

Mucho se ha discutido en los intelectuales y políticos de izquierda, sobre este cambio;


para algunos el término Socialista debía mantenerse porque reflejaba la posición más
Socialista que Comunista por parte de José Carlos Mariátegui. Para otros, se trataba de
hacer justicia al pensamiento de Mariátegui, quien se declaró varias veces marxista y
por lo tanto comunista. Surge entonces, por sí sola, la pregunta: ¿Por qué el Amauta, en
vida, decidió nombrar a su Partido "Socialista" y no "Comunista"?

Según autores como Alberto Flores Galindo, todas estas decisiones fueron tomadas de
manera apresurada por Mariátegui debido a su estado de salud. Sin embargo, Mariátegui
dejó la Secretaría General del Partido porque se estaba preparando para
internacionalizar la Revista Amauta trasladando la redacción a Buenos Aires, lugar al
que tenía previsto viajar. Esto le permitiría tener una relación más estrecha con la
Internacional Comunista en Latinoamérica, ya que los líderes más importantes de la
sección se encontraban en Buenos Aires. Después del fallecimiento de Mariátegui, el 20
de mayo de 1930, se llevó a cabo una reunión para ratificar el acuerdo que ya había sido
tomado previamente.

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El Partido Comunista Peruano, como sucesor legítimo del legado de José Carlos
Mariátegui, se considera el continuador histórico de sus ideas. Sin embargo, como
menciona Jorge del Prado en una autocrítica con motivo del centenario del nacimiento
de Amauta, el partido no logró incorporar tres elementos esenciales de las enseñanzas de
Mariátegui. Estos elementos incluyen un estudio exhaustivo e investigación de la
realidad peruana, desde su pasado preincaico hasta el presente, con una visión hacia el
futuro. Además, faltaba un sentido suficiente de peruanidad en otros aspectos, y la
incorporación de aportes de otras corrientes para enriquecer el marxismo con una
genuina democracia y progreso.

Si hubiéramos logrado asimilar estos elementos, habríamos tenido una mayor capacidad
para construir el proyecto mariateguiano de un socialismo propio, inspirado en lo
nacional y con una proyección universal. Jorge del Prado expresa su deseo de que “la
vida le hubiera permitido contribuir desde esta perspectiva para llenar los vacíos
existentes y eliminar las consecuencias negativas de los errores cometidos por el
partido”. (DEL PRADO, Jorge. “El Mariátegui que Conocí”. En la revista Unidad.
Junio de 1994, p. 10)

Es importante recordar que el Partido Comunista Peruano, en lugar de profundizar en el


estudio de la realidad peruana, acabó adoptando una visión más "sovietizada" que
"peruanizada". Esto revela la necesidad de estudiar la realidad peruana con mayor
profundidad y comprensión.

Los dirigentes que no estuvieron de acuerdo con esta decisión, como Luciano Castillo y
Sánchez Espelucin, se lo hicieron saber a Mariátegui a través de una carta dirigida al
Comité Central del Partido, renunciando posteriormente a sus cargos. Luego, estos
personajes, junto con Fernando Chávez León y Teodomiro Sánchez Novoa, fundaron en
Paita, el 18 de octubre de 1930, el Partido Socialista del Perú, dicha agrupación editó los
periódicos El Socialista y Justicia como voceros de su movimiento.

En la década de 1930, el PCP fue declarado ilegal y perseguido por la oligarquía


gobernante. Como resultado, el Partido Comunista Peruano fue desmantelado
prematuramente debido a la represión del gobierno de Augusto Leguía y Sánchez Cerro.
Durante esta represión, varios militantes y líderes perdieron la vida, siendo considerados
los primeros mártires del Partido. Debido a su ilegalidad, el PCP no pudo participar en
las elecciones de 1936. En 1939, el PCP apoyó la candidatura de Manuel Prado

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Ugarteche (1939-1945) siguiendo una directiva de la Komintern que llamaba a la
creación de frentes populares antifascistas durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1942, el PCP celebró su Primer Congreso, y en 1946, el Segundo Congreso, en los


que se alejó cada vez más de su posición como partido revolucionario de masas,
teniendo poca influencia en la vida política nacional, en la cual el APRA se convirtió en
el partido más popular. A pesar de ello, el PCP mantuvo una gran influencia en los
sindicatos y universidades del Perú. Durante la dictadura militar de Manuel A. Odría
(1948-1956), tanto el movimiento social como el PCP fueron reprimidos.

II.1 Ideología

a. Fundación y desarrollo del partido

b. Divisiones internas y fracciones políticas

c. Análisis crítico de las divisiones y sus implicaciones

Marco teórico

a. Principios ideológicos del PCP

b. Influencias políticas y filosóficas

c. Posicionamiento del partido en el espectro político peruano

Legado del PCP a. Contribuciones y logros del partido en la historia peruana b.


Evaluación crítica de su impacto en la sociedad y la política peruana c. Comparación
con otros movimientos comunistas en la región

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Exponentes destacados del PCP a. Líderes y figuras prominentes del partido b. Análisis
de sus discursos y acciones políticas c. Evaluación crítica de su influencia en la política
peruana

Sendero Luminoso y el PCP a. Vínculos históricos y relaciones con el grupo armado


Sendero Luminoso b. Análisis crítico de las acciones y consecuencias del grupo c.
Reflexión sobre la relación entre el PCP y la violencia política en Perú

Aspectos preocupantes y controversias a. Evaluación crítica de las políticas y acciones


del PCP b. Reacciones y opiniones de otros actores políticos y de la sociedad c.
Reflexión sobre los aspectos preocupantes y sus implicaciones para la democracia
peruana

Conclusiones a. Resumen de los hallazgos y conclusiones de la investigación b.


Reflexión sobre el legado del PCP y su relevancia en la actualidad c. Posibles escenarios
futuros para el partido y su influencia política en Perú

Referencias bibliográficas

Archive, J. C. M. I. (s. f.). Mariategui (1928): Acta de constituci n del Partido


Socialista Peruano. https://www.marxists.org/espanol/mariateg/1928/oct/07.htm

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José Carlos Mariátegui en América Latina. Editorial Biblos. ISBN 9789507865480.
https://www.google.com.pe/books/edition/La_epopeya_de_una_generaci
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Issuu. https://issuu.com/oscar.alarcon/docs/estatuto_cgtp_vigente-converted

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Rodríguez, H. (1994) "Familia y Niñez de José Carlos". En Revista del diario El


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