6401-Texto Do Artigo-37687-1-10-20200510 - Castelan
6401-Texto Do Artigo-37687-1-10-20200510 - Castelan
6401-Texto Do Artigo-37687-1-10-20200510 - Castelan
1. Introducción
Las políticas comunes europeas tienen como objetivo el aprovechamiento de las nuevas oportuni-
dades derivadas de los nuevos entornos internacionales y de la configuración de las infraestructuras
genuínamente europeas que permitirán establecer un tránsito ordenado de bienes y servicios en el
seno del espacio europeo. La modernización y ordenación de las infraestructuras portuarias son una
pieza clave en los procesos de elaboración de una política común. El debate sobre la Política Portuaria
Europea se concentra entre dos corrientes bien diferenciadas: una basada en el intervencionismo co-
1
© 2020 Universidade de Santiago de Compostela. This is an open access article distributed under the terms of the Creative
Commons Attribution-NonComercial-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0) License.
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
2
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
midad y la capacidad de conectar con las infraestructuras de transporte, o el coste del terreno, entre
otras (Monios y Wilmsmeier, 2013).
Este trabajo analiza la diversidad portuaria en Europa, subrayando las dificultades para la defini-
ción de una política portuaria común en el marco de la UE y las complejidades de cara a armonizar
unas líneas similares en el seno de los países costeros europeos. Se definen los pilares comunes esta-
blecidos y se contextualizan los posicionamientos de los distintos agentes a lo largo del proceso de de-
finición de las estrategias. Se finaliza diferenciando las diversas funciones de los entes públicos y pri-
vados bajo los actuales postulados de los desarrollos portuarios europeos.
La Política Portuaria Europea ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos condicionantes de-
rivados de la ampliación de la Unión y a los desafíos del entorno internacional. Los primeros pasos
fueron un memorándum de la Comisión Europea (1985) titulado Hacia una política común de transpor-
tes marítimos y una comunicación denominada Hacia una nueva estrategia marítima [COM (1996) 81].
Más tarde, el Libro Verde de la Comisión sobre Los puertos y las infraestructuras marítimas
[COM (1997) 678] profundiza en la formulación del sector y de los problemas relacionados con la or-
ganización del mercado y con las tasas. En ese texto, se sintetizan una serie de iniciativas agrupadas en
cuatro grandes bloques: a) se define un sistema de movilidad eficiente e integrado; b) se reclama la
necesidad de unas infraestructuras modernas y una apuesta por la innovación; c) se exige una finan-
ciación inteligente; y d) se formula una dimensión exterior. Posteriormente, se fija como objetivo la
creación de una Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) y se persigue hacer realidad el mercado in-
terior y el desarrollo armonioso del conjunto de la Comunidad. Desde el inicio del proceso se busca
contribuir a desarrollar dos ejes: la apuesta por la libre circulación de mercancías y el establecimiento
de un mínimo rol para la intervención estatal. Esto es, combina una visión a largo plazo (resultante de
la concepción del liberalismo económico) junto con una visión a corto plazo (propia de una concepción
más pragmática e integracionista por sectores). Los primeros se centran en las apuestas por la regula-
ción, y los segundos buscan un expansionismo administrativo.
La sucesión de los Libros Blancos de los años 1992, 2001 y 2011 han marcado las secuencias en la
implementación de las acciones, logrando alternar dinámicas de armonización (botton-up) y de unifi-
cación (top-down). Recientemente, se ha incorporado el concepto “autopista del mar” en la Política del
Transporte de la Unión Europea, se ha consolidado la noción de “comodalidad”, y se han formulado las
Redes de Transporte Europeo junto con la profundización de los corredores de transporte europeos
por medio del Mecanismo Conectar Europa (Construir la Red Principal de Transporte: corredores de la
red principal y Mecanismo Conectar Europa [COM (2013) 940]. Todo ello contribuye a resaltar el hecho
de que las actividades del transporte son fundamentales para la economía, exigiendo una permanente
adaptación de las políticas nacionales y supranacionales para afrontar los nuevos retos de la Unión Eu-
ropea.
Los puertos comerciales concentran un flujo importante de importación y exportación de manufac-
turas y productos semielaborados. Las autoridades portuarias se han ido sumando en los últimos
tiempos al desarrollo de la actividad logística en sus estrategias de desarrollo portuario (Verhoeven,
2015). La función básica del puerto, definida como el “paso de la mercancía por las terminales”, no
constituye un hecho diferencial para los usuarios del puerto. La mejora de los accesos terrestres a los
puertos y de estos al resto de sistemas de comunicación determinan sus áreas de influencia; y hoy en
día la estrategia de desarrollo de la función logística del puerto surge como un elemento diferenciador
de la oferta portuaria, al tiempo que contribuye, además, a la fidelización de sus flujos de transporte
marítimo y a la captación de otros nuevos. Ahora bien, no todos los puertos desempeñan el mismo pa-
pel ni todos los procesos productivos se apoyan en todos los puertos. El grado de desarrollo de la eco-
nomía regional en la que se inserta el puerto o la accesibilidad a los mercados interiores de consumo
3
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
determinan en buena medida el potencial logístico del puerto (Ducruet y Notteboom, 2012). En cual-
quier caso, no debemos alejarnos de un enfoque en el que se conciba el transporte marítimo como un
segmento más en la cadena de transporte.
Los puertos han desempeñado un rol estratégico para la Unión Europea por su posición de interfaz
con el resto del mundo. Constituyen la sede de los grandes nodos de conexión internacional y contri-
buyen a delimitar el sistema de transporte europeo. En el nuevo marco político y económico, los puer-
tos y el transporte marítimo cobran un especial protagonismo. La capacidad de esta actividad econó-
mica hace de ella un elemento clave en la política de transporte actual. Los más de 1.200 puertos, dis-
tribuidos a lo largo de los aproximadamente 70.000 kilómetros de costa europea, han movido cerca de
los 3.800 millones de toneladas de carga con más de 60.000 escalas de buques mercantes, siendo fun-
damentales para el desarrollo del transporte marítimo en Europa. Se estima que en el año 2013 el sec-
tor del transporte marítimo europeo aportó hasta 147.000 millones de euros, cerca del 1% del PIB de
la UE, y le ha dado empleo a más de 2,3 millones de personas (Oxford Economics, 2015). Se contabili-
zan 2.200 operadores portuarios que emplean a 110.000 estibadores en los 22 países costeros de la
UE-28. Por los puertos europeos se envían el 74% de las mercancías extracomunitarias y se moviliza el
37% del comercio intraeuropeo. Asimismo, el 96% de las mercancías y el 93% de los pasajeros que
pasan por los puertos de la UE lo hacen a través de los puertos marítimos identificados en la propuesta
de la Red Transeuropea de Transporte.
La relevancia portuaria europea queda reflejada en los siguientes apartados. Después del continen-
te asiático, Europa ocupaba en el año 2017 el segundo lugar en lo referente a los movimientos de des-
cargas (20% del mundo) y de cargas (17% mundial). Se contabilizan tres puertos europeos (Rotter-
dam, Amberes y Hamburgo) entre los veinte primeros del mundo. Los índices de conectividad maríti-
ma de los países europeos se sitúan en la franja alta de la clasificación, aunque distanciados de los
primeros países en conectividad (China, Singapur, Corea, Hong Kong o Malasia). Finalmente, en lo que
hace referencia a la flota mundial, los principales países europeos muestran un papel relevante: los re-
gistros de propiedad de Países Bajos, Grecia, Italia y Noruega son importantes, aunque menores que
los pabellones de registro de Panamá, Islas Marshall, Liberia, Hong Kong o Singapur (con el 22% de los
buques, pero con el 57,5% del tonelaje).
Existen cuatro grandes áreas en el desarrollo marítimo-portuario europeo: el Range Northern
(engloba la costa desde los puertos de Hamburgo a Le Havre), la mediterránea, la atlántica y la báltica;
siendo las dos primeras las que registran los mayores movimientos de mercancías y las que albergan
los puertos de mayor relevancia. En suma, en la Europa marítima destacan dos grandes grupos: los
países que mueven más de 100 millones de toneladas (encabezados por Países Bajos, España, Reino
Unido, Italia, Francia y Alemania) y los que movilizan menos de 100 millones de toneladas, cuyas cabe-
zas visibles son Portugal, Polonia y Letonia, tal y como se expone en la Tabla 1.
En la elaboración de la política portuaria europea se distinguen tres fases. La primera abarca hasta
el año 2005, la segunda está comprendida entre los años 2007 y 2013, y la tercera desde el año 2013
hasta nuestros días. En la primera fase destaca la contextualización de la actividad en la economía
mundial y la voluntad de elaborar marcos reglamentarios con el objetivo de liberalizar el mercado de
los servicios portuarios y los deseos de inscribirse en las Redes Transeuropeas de Transporte (1997).
El primer paquete portuario se abordó en el año 2001 y estaba basado en apuestas liberalizadoras en
el campo de la prestación de servicios portuarios relativos a las operaciones de manipulación de carga
y en lo relativo a los servicios técnico-náuticos. Posteriormente, un segundo paquete liberalizador fue
llevado a cabo en el año 2004. Ambos fueron rechazados en el Parlamento Europeo en los años 2003 y
2006, respectivamente; sin embargo, sí se logró enmarcar los puertos y el transporte marítimo como
objetivos claves de la UE a través de la inclusión de los puertos en las Redes de Transporte Europeas
(2001).
4
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
Tabla 1. Relevancia de los primeros países europeos en materia de transporte marítimo y desarrollo portuario
La segunda fase que, como ya hemos señalado, comprende el período 2007-2013, concreta las pau-
tas y los objetivos de la política europea, así como sus estrategias. La Comunicación sobre Política Por-
tuaria (2007) fija las actuaciones en los ámbitos de las infraestructuras, la integración en las RTE-T, los
procedimientos conducentes a una simplificación administrativa, el nuevo papel de las concesiones y
las condiciones de acceso al mercado de los servicios portuarios. Reconoce, asimismo, la amplia diver-
sidad europea en lo referente a propiedad y titularidad, dentro de una intensa consolidación del trans-
porte marítimo mundial y del progresivo desplazamiento de los centros de gravedad económica hacia
el continente asiático.
La tercera fase que, como ya se ha comentado, se desarrolla a partir del año 2013, subraya varias
consideraciones notables. Concluye el proceso de liberalización de la mayor parte de los servicios por-
tuarios (a través del Reglamento 352/2017) y apuesta por la simplificación administrativa y la defini-
ción del crecimiento azul como base de la política económica de la UE. Una síntesis de las principales
acciones llevadas a cabo se presenta en el Cuadro 1.
5
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
6
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
2013 Propuesta de Reglamento por No prejuzga las normas de los EE.MM. que regulan el régimen de propiedad
el que se crea un marco sobre aplicable a los puertos ni impone un modelo específico de gestión de los
el acceso al mercado de los puertos. Se refiere al respeto del marco normativo por la prestación de ser-
servicios portuarios y vicios portuarios y por las normas comunes en materia de transparencia fi-
transparencia financiera de los nanciera. Los prestadores de servicios portuarios deben gozar de libertad
puertos [COM (2013) 296]. para prestar sus servicios. El reglamento aprobado no pone limitaciones al
órgano gestor o a la autoridad competente a la hora de establecer sistemas
de tasas, sino únicamente que sea identificable y no discriminatorio. Se ga-
rantiza la transparencia, la igualdad de trato y la atención a todas las partes
interesadas. Se aplica a los siguientes servicios: servicios de combustibles,
manipulación de carga, servicios al pasajero, recogida de desechos y resi-
duos de carga, practicaje, remolque, amarre y dragado.
2013 Comunicación de la Comisión Creación de un espacio único donde se puedan agilizar los intercambios co-
Cinturón azul: un espacio único merciales en el sistema del servicio marítimo regular. Su objetivo es mejorar
para el transporte marítimo la competitividad del sector del transporte marítimo al permitir que los bu-
[COM (2013) 510]. ques operen libremente dentro del mercado interior europeo con una carga
administrativa mínima, reforzando el cumplimiento de la política aduanera y
fiscal. Fomenta la utilización del TMCD y el comercio por vía marítima entre
puertos de la UE.
2016 Resolución del Parlamento Propone la ordenación del espacio marítimo y la gestión integrada de la cos-
Europeo sobre crecimiento ta como medidas necesarias para gestionar el aumento de la actividad, la
azul. protección del medio ambiente y para garantizar la coexistencia armónica de
(Resolución 2016/C 075/04). la actividad, evitando los conflictos de usos de los espacios costeros y marí-
timos. Esa estrategia forma parte de la Política Marítima Integrada. Se pide a
la Comisión y a los EE.MM. que garanticen la divulgación de las mejores prác-
ticas, que se refuerce el interfaz tierra-mar en el contexto de la ordenación
del territorio, y que se elimine el concepto de concebir las costas como fron-
teras. Destaca la necesidad de desarrollar vínculos relacionados con el cre-
cimiento económico y el cambio climático. Propone la creación de clusters
marítimos.
2017 Reglamento por el que se crea Su objetivo es crear las condiciones de competencia equitativas en el sector,
el marco de acceso al mercado proteger a los operadores portuarios contra la incertidumbre y crear un cli-
de los servicios portuarios y la ma favorable para las inversiones públicas y privadas. Define las condiciones
transparencia financiera de los en las que resulta aplicable el principio de libre prestación de servicios, sus
puertos (Reglamento exigencias mínimas, las circunstancias en que puede limitarse el número de
2017/352, de 15 de febrero de operadores y el procedimiento de selección. Introduce, asimismo, normas de
2017). transparencia respecto de la financiación y de los sistemas de tarificación.
La publicación en el año 1997 del Libro Verde de puertos e infraestructura marítima puede ser con-
siderado como el punto de partida de las líneas de actuación dirigidas a mejorar la eficiencia de los
7
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
puertos y de las infraestructuras portuarias y marítimas. Las líneas básicas del debate se centraron en
los siguientes puntos: a) la transparencia de la financiación de las infraestructuras portuarias; b) la li-
beralización de los servicios portuarios; y c) la integración de los puertos en la Red Transeuropea de
Transporte. Respecto de la financiación, la Comisión se concentró en elaborar un inventario sobre la
financiación pública de los principales puertos europeos con tráficos internacionales y de sus prácticas
tarifarias, con el objeto de identificar las distorsiones de competencia. La escasa transparencia de los
puertos dificultó el análisis, y en el año 2002 la Comisión Europea elaboró un Vademecum sobre las
normas comunitarias en materia de ayudas estatales y de financiación de construcción de las infraestruc-
turas portuarias en el que se aclaraban, sin excesiva profundidad, aquellos casos en los que la financia-
ción pública de los puertos contravenía las normas del Tratado de la UE. Este trabajo concluyó con el
Reglamento 352/2017, que incrementó la autonomía de las autoridades portuarias tanto en lo que
concierne a las tasas, precios y gastos como en lo que afecta a la vigilancia y a la coordinación con el
desarrollo portuario a nivel nacional y europeo. El Tribunal de Cuentas Europeo (2015) ratificó la
complejidad y diversidad de las actuaciones al concluir en su informe lo siguiente:
La estrategia de desarrollo portuario, a largo plazo, establecida por la Comisión Europa y los
EE.MM. no ofrecía una base sólida y coherente para planificar la capacidad necesaria en los puertos
de la UE y para determinar la financiación pública europea y nacional que era necesaria para las in-
fraestructuras portuarias (...) La financiación de las infraestructuras y supraestructuras portuarias
similares en puertos vecinos dio lugar a inversiones ineficaces e insostenibles.
Por lo que respecta a la liberalización de los servicios portuarios, hubo dos intentos de regulación
por parte de la Comisión Europea en los años 2001 y 2004, y ambos fracasaron por el rechazo del Par-
lamento Europeo en los años 2004 y 2006, respectivamente. La Comisión fundamentaba su propuesta
en la necesidad de que los sistemas nacionales en materia de servicios portuarios de la Unión Europea
se ajustasen a las libertades garantizadas por el Tratado (libre establecimiento y libre circulación de
trabajadores, bienes y servicios) y por sus normas de competencia. La inclusión de determinados ser-
vicios, como el practicaje, la manipulación de carga y los servicios a pasajeros; la autoasistencia o au-
toprestación; y el reconocimiento del derecho de elección de los trabajadores por parte del prestador
de servicios en esas propuestas, constituyeron algunos de los aspectos más controvertidos de las pro-
puestas legislativas.
La ausencia de un marco regulador de los servicios portuarios ha obligado a que los conflictos sobre
la aplicación de estas normas se sigan resolviendo caso por caso. Es decir, algunos países prefieren di-
rectivas y no reglamentos, en tanto que otros buscan una solución final “a la carta” donde se reduzca el
campo de aplicación del futuro reglamento. Este doble fracaso de la Comisión Europea obligó a ralenti-
zar el proceso regulador en esta materia, iniciándose un proceso de consultas con el sector sobre estos
temas. La no aprobación de los dos intentos de liberalizar los servicios portuarios se debe a la presión
de ciertos agentes institucionales (tanto portuarios como de las ciudades-puerto), cuestión que motivó
que el comisario de Transportes presentara varios años más tarde –en el año 2007– por primera vez
su Política Portuaria Europea a través de una Comunicación [COM (2007) 616], en la que se recogen
una serie de medidas con un enfoque soft law para lograr un sistema portuario europeo eficaz.
En relación con los puertos en la Red Transeuropea de Transporte, la Decisión N. 1346/2001 logra-
ba integrar los puertos marítimos, puertos interiores y terminales intermodales en la Red a través de
dos modalidades: la red básica y la red global. La primera englobaba 83 puertos y la segunda –la glo-
bal– 236.
Posteriormente, varias cuestiones se fueron añadiendo a las bases de la Política Portuaria Europea.
Destacamos la creación de un espacio europeo marítimo sin barreras por medio de un plan de acción
concreto [COM (2009) 19] que simplificaba formalidades, a la vez que lo insertaba en su nuevo Libro
Blanco Hoja de ruta hacia un espacio único europeo de transportes: por una política de transportes com-
petitiva y sostenible [COM(2011) 144, de 28 marzo de 2011]. En esta línea de trabajo, el proyecto piloto
Blue Belt es un buen ejemplo.
8
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
Tanto los procesos de liberalización como los de privatización, así como el desarrollo de nuevas
formas de corporativismo, han ido modificando las relaciones entre los actores privados y los públicos.
Como consecuencia de ello, se asiste a una transformación continua de la gestión de los puertos. La li-
teratura económica ha reflejado esos cambios como se puede comprobar en los estudios de Baird
(2000a, 2000b); Baltasar y Brooks (2001); Culliname y Song (2002); Debrie, Gouvernal y Slack (2007);
González-Laxe, Sánchez y García (2017); o Notteboom y Winkelmans (2001). Esta mutación del nuevo
rol de la autoridad portuaria en el ámbito institucional dentro del sistema de transporte contemporá-
neo ha generado nuevas orientaciones y trayectorias, tal y como expresan Brooks (2004) u Olivier y
Slack (2006). Por tanto, la adopción de políticas públicas de privatización, de desregulación y de des-
centralización de las infraestructuras del transporte y de la gestión portuaria explican las mencionadas
reformas. Otros autores (Juhel, 2001; Talley, 2006), por su parte, insisten en que la búsqueda de obje-
tivos como la mejora de la eficiencia y de la competencia portuaria exige una reducción del rol del Es-
tado tanto en la planificación como en la gestión de las infraestructuras, rasgos necesarios para una
mejor inserción en una economía global y más competitiva.
El sector portuario se fue adaptando a las tendencias de la economía mundial, y las autoridades
portuarias se acomodan a orientaciones cada vez más comerciales que puedan responder a los objeti-
vos e intereses de los actores privados, así como a sus respectivas apuestas por la integración de los
servicios logísticos y actividades terrestres. En este contexto, se aprecia una redefinición del papel del
sector público, cada vez más incapaz de asumir los costes de las elevadas infraestructuras y de dar
cuenta de los excesivos niveles de concentración. Las nuevas responsabilidades y los innovadores de-
beres y funciones que van adquiriendo las organizaciones portuarias resultantes formulan interrogan-
tes sobre las competencias de gestión y explotación, sobre el funcionamiento y externalización de los
servicios, y sobre la operatividad de estas competencias cuando se enfrentan a los distintos procesos
de expansión y al redesarrollo de las nuevas terminales portuarias. Las diferentes opciones se ven re-
flejadas en el Cuadro 2.
9
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
Por su parte, las estrategias de las compañías marítimas, operadores de terminales y autoridades
portuarias resaltan distintos objetivos e impactos. Llama la atención las diferentes concepciones y es-
trategias de cada uno de los agentes privados e instituciones, destacando unos por la maximización de
beneficios y por el posicionamiento de los mercados (compañías marítimas); otros, por la fideliza-
ción de clientes y servicios logísticos para incrementar el valor de los servicios (operadores de ter-
minales); y unos terceros, por la maximización del beneficio y por el mantenimiento de la carga (au-
toridades portuarias). Igualmente, destacan las distintas concepciones en lo referente a las variables
instrumentales utilizadas: las compañías marítimas se inclinan por dar prioridad a sus acciones en
el estudio de las tarifas y los costes; los operadores de terminales destacan por los precios y por el uso
de las tecnologías; y las autoridades portuarias subrayan el acceso marítimo, seguido de las políti-
cas de ordenación territorial y de las concesiones (Notteboom y Lam, 2018; Notteboom, Pallis y Farrel,
2012).
La diversidad de propuestas y de posicionamientos muestra el amplio catálogo heterogéneo exis-
tente en Europa. En este sentido, cabe destacar la creciente presencia de distintos operadores globales
en cada puerto, subrayando la competencia intra y extraportuaria existente en cada fachada portuaria
europea y reforzando los niveles de competencia en el negocio marítimo. Esa tendencia es más acusa-
da cada año y acentúa los grados de concentración económica y empresarial, y los niveles de centrali-
zación en el campo de las decisiones (ITF/OCDE, 2019). Igualmente, el actual modelo portuario es con-
secuencia de una amplia implantación de la iniciativa privada, fundamentalmente de empresas asocia-
das a holdings globales con presencia en los principales puertos mundiales. Esa apuesta refuerza la je-
rarquía y establece distintos niveles de selección portuaria a lo largo del mundo (Kutin, Sagel y Vallée,
2018). El caso europeo es una buena muestra de ello. Anotamos la presencia de las tres principales
empresas europeas –la danesa AP Maersk-Möller, la italo-suiza, Mediterranean Shipping Company
(MSC) y la francesa CMA/CGM– junto a las cuatro principales empresas mundiales de terminales –las
chinas Hutchison Ports Holding y COSCO, la árabe Dubai Port World (DP World) y la singapureña Port
of Singapur (PSA)– (Cuadro 3).
Cuadro 3. Principales puertos europeos y presencia de los operadores globales en esos puertos
10
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
No obstante, existen distintos interrogantes a la hora de enfocar los nuevos desarrollos. El primero
hace referencia a cómo se plasman y concretan los flujos financieros entre las autoridades públicas y
los puertos para poder determinar cuándo la financiación portuaria puede comprometer la leal com-
petencia del sector. La adopción de unas directrices sobre las ayudas estatales en los puertos europeos
es criticada, en ocasiones, por crear un marco de falta de igualdad de condiciones para el conjunto de
los puertos europeos. El debate se suscita a la hora de dilucidar el origen y el destino real de la finan-
ciación, junto con su beneficiario. Las interpretaciones de la normativa de la Unión Europea sobre las
ayudas de Estado por parte de la Comisión Europea han quedado lejos de despejar las dudas del sec-
tor. Resulta imperante para el sector la necesidad de disponer de unas directrices que ofrezcan seguri-
dad jurídica para los inversores, los puertos y los usuarios.
El segundo desafío hace mención a los diferentes marcos jurídicos sobre la cesión del terreno por-
tuario en los Estados miembros. Constituye un obstáculo para la Comisión de cara a asegurar el libre
juego de la competencia entre los puertos. Las autoridades públicas deben cumplir la obligación de
transparencia que consiste en asegurar, en beneficio de cualquier licitador potencial, un grado de pu-
blicidad que permita que esa concesión esté abierta a la competencia, así como la imparcialidad del
procedimiento de selección. Partiendo de la premisa de que las concesiones portuarias están sujetas a
las normas y principios del Tratado de la UE, la preocupación de la Comisión Europea reside actual-
mente en que la duración de las concesiones portuarias no limite la libre competencia más de lo nece-
sario para garantizar la amortización de las inversiones y un rendimiento aceptable del capital inverti-
do.
El tercer reto es el relativo a la creación de un marco de igualdad de condiciones para los puertos
europeos en lo que respecta a los servicios portuarios. Destacan dos asuntos a los que se presta una
especial atención. Por un lado, la necesidad de una mayor flexibilización en la concesión de exenciones
del practicaje obligatorio en el caso de los usuarios frecuentes. Por otro lado, la vigilancia sobre los
acuerdos para la prestación de los servicios de manipulación de la mercancía, con el objeto de que no
se utilicen para impedir que determinadas personas o empresas, debidamente cualificadas, presten
servicios de manutención de carga ni para imponer a los empresarios una mano de obra que no necesi-
tan, ya que estas situaciones podrían infringir las normas del Tratado.
11
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
económicos, sociales, medioambientales, políticos y culturales. De esta forma, los puertos aseguran,
primeramente, el interfaz entre el mar y la tierra; en segundo lugar, se apoyan muy especialmente so-
bre una mayor valorización de las rentas de situación; y, en tercer término, se asientan sobre la hori-
zontalidad de las relaciones entre los agentes económicos. Tales apuntes se reflejan de manera muy
explícita a partir del proceso de contenedorización, puesto que son los propios operadores del trans-
porte los que buscan transformar el puerto (que anteriormente era definido como el lugar de inter-
cambio y de ruptura de carga) en una nueva concepción, aquella de simple malla de una cadena
origen/destino de la mercancía.
Las trayectorias de los puertos europeos se delimitan por sus nuevas funciones. Se abren distintas
opciones de futuro, desde considerar un modelo land-lord avanzado (las infraestructuras son públicas,
pero los servicios están externalizados mediante contratos o concesiones) o el desarrollo de puertos
concesionados (puerto asignado a una empresa privada que, a su vez, efectúa y se responsabiliza de las
futuras inversiones).
Los modelos de gobernanza portuaria actúan sobre las necesidades upstream (producción) y
downstream (comercialización), así como sobre las operaciones facilitadoras de la cadena logística. Las
reformas institucionales de los puertos cubren, en consecuencia, varios aspectos: a) la liberalización
de los servicios portuarios; b) las reformas en los ámbitos laborales y las dinámicas de especialización;
y c) la reestructuración de la gestión. En suma, las autoridades portuarias se reposicionan respecto de
los actores del mercado y de los actores externos, dados los nuevos entornos y las presiones competi-
tivas procedentes de otros puertos. Una gradación de esos retos la expone Verhoeven (2009) al hacer
explícitas tres funciones para las autoridades portuarias:
a) Un rol conservador, donde las autoridades portuarias se concentran en las infraestructuras portua-
rias.
b) Un rol facilitador, donde las autoridades portuarias se implican en las inversiones, en la interacción
con el hinterland, en ganar competividad y en desarrollar una estrategia comercial.
c) Un rol emprendedor, donde las autoridades portuarias buscan desarrollar funciones logísticas, in-
dustriales y urbanas, generando valor añadido tanto a los tráficos como a los desarrollos indus-
triales.
Bajo estos parámetros se pueden exponer las diferentes funciones susceptibles de emprender por
el sector público y el privado en lo que concierne a los desarrollos portuarios (veáse Cuadros 4 y 5).
12
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
FACILITADOR PROMOTOR
Es un active real state broker. Proporciona recursos financieros asumiendo
Se basa en un uso dinámico del suelo. riesgos.
Presta servicios generales. Implanta tecnología.
Socio en proyectos de partenariado público/privado. Contribuye a la sostenibilidad.
Controla las tarifas/tasas y la relación calidad/costes de los
servicios.
Apuesta por la formación y promoción de la I+D+i.
5. Reflexiones finales
La UE no solo es un actor global sino que tiene mandato para la elaboración de políticas comunes.
La Comisión Europea tiene que asegurar que los puertos europeos sean capaces de atender con efica-
cia a la demanda. Las nuevas revisiones se centran en dos elementos: la transcendencia estratégica de
los puertos, por un lado, y el marco de acceso al mercado de servicios portuarios y la transparencia fi-
nanciera de los puertos, por otro. En la mayoría de los trabajos que hacen mención a la política portua-
ria europea (Chlomoudis y Pallis, 2002, 2005; Guillaume, 2011; Pallis, 2002, 2007; Petit, Beresford,
Marlow y Smith, 2008; Psaraftis, 2005; Verhoeven, 2006, 2009, 2015; Verhoeven y Vanoutrive, 2012)
se insiste en esos planteamientos y, al mismo tiempo, se reconoce la gran dificultad de abordarlos, ya
que el propio sector portuario europeo no es homogéneo y reposa en varios modelos organizativos
privados y públicos diferentes.
La Comisión Europea presentó la Comunicación Los puertos motores del crecimiento de los puertos
[COM (2013) 295], en la que estima que los puertos pueden contribuir a la recuperación económica y a
la competitividad de la industria europea en los mercados mundiales, aportando además valor añadido
y puestos de trabajo en las regiones costeras. Con el fin de estimular esos progresos, propone nuevas
iniciativas: la plena utilización de las nuevas orientaciones de la RTE-T y los instrumentos financieros
de la UE para mejorar las conexiones; el control de la aplicación directa del derecho de la UE aplicable
a las concesiones y a los puertos; la prestación del apoyo administrativo y técnico necesario para el
diálogo social a escala de la Unión; iniciativas para seguir simplificando los procedimientos adminis-
trativos, en especial los procedimientos aduaneros; y la promoción de las tecnologías ambientales y
del transporte marítimo de corta distancia.
13
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
Por lo que atañe al marco para la prestación de servicios portuarios y normas comunes sobre la
transparencia financiera de los puertos, la iniciativa comunitaria está recogida en el Reglamento
352/2017. Bajo este Reglamento se especifican las distintas categorías de servicios portuarios (sumi-
nistro de combustible, manipulación de carga, dragado, amarre, servicios de pasajeros, instalaciones
receptoras portuarias, practicaje y remolque) y las normas y también el ámbito de aplicación en los
puertos de la Red Transeuropea de Transportes. Destacan varias consideraciones: a) no se impone un
modelo específico de gestión de los puertos; b) no afecta a la competencia de los EE.MM. para prestar,
de conformidad con el derecho de la Unión, servicios no económicos de interés general; c) los presta-
dores de servicios deberán gozar de libertad para prestar sus servicios; d) no se deben poner limita-
ciones al organismo gestor o a la autoridad competente a la hora de establecer sus sistemas de cobros
de tasas, siempre que sean transparentes, fácilmente identificables, no discriminatorias y que contri-
buyan al mantenimiento y desarrollo de infraestructuras e instalaciones para la prestación de servi-
cios que sean necesarios para realizar o facilitar las operaciones de transporte dentro de las zonas por-
tuarias o en las vías navegables que dan acceso a esos puertos.
Sin embargo, y a pesar de los pasos dados, no es fácil articular una política portuaria común en una
Europa donde existe una amplia variedad de modelos de titularidad y de gestión portuaria (Brooks,
2004; Brooks y Culliname, 2007; González-Laxe, 2002; González-Laxe et al., 2016; Pallis, 2002). De
una parte, la aplicación de las medidas europeas puede llegar a tener impactos muy dispares entre los
EE.MM., y también dentro de los mismos puertos. De otra parte, los ejemplos de titularidad estatal se
concentran en el sur de Europa (Italia, Francia, España y Portugal). Esta profusión de estrategias
nacionales facilita la elaboración de una nueva configuración de las funciones del sector público y
del privado. Los programas de reformas pueden adoptar diferentes formas, aunque la mayor parte
de estas tienden a que la delegación o la transferencia de las operaciones y gestión de activos deri-
ven hacia un enfoque más comercial, a que las autoridades portuarias posean más autonomía institu-
cional, y a que exista un marco legal donde se puedan desarrollar esas competencias (Ng y Pallis,
2010).
Este análisis refleja la mutación que experimentan las funciones de las autoridades portuarias. La
dimensión económica se centra en recoger e incorporar las necesidades de los agentes integrantes de
la comunidad portuaria, apostando por situaciones diferenciadas y evitando los distintos tipos de con-
gestión. Con el fin de preservar la dimensión competitiva de los puertos, se comprometen a sostener y
a mantener excelentes relaciones tanto con los agentes de la zona portuaria como con los del hin-
terland anexo y próximo. Buscan, en consecuencia, optimizar los procesos productivos y de servicios,
y lograr la máxima eficiencia en lo que atañe a la utilización de la infraestructura, a la integración
de las plataformas logísticas, a la promoción de un sistema de transporte multimodal eficaz y al de-
sarrollo de un marco de relaciones estratégicas con el hinterland. En suma, se mantiene una dualidad
entre el mercado y la sociedad, a la que habría que añadir la promoción del progreso social, la aplica-
ción de los principios del desarrollo sostenible y las políticas medioambientales, de cara a garantizar
los avances en la integración económica en paralelo y en coherencia con otros progresos en otros ám-
bitos.
La presión de la competencia internacional ha aumentado considerablemente. La Unión Europea es
consciente de la necesidad de contar con un programa político adecuado que permita garantizar el
funcionamiento continuo del transporte marítimo de la Unión. Las políticas deben tener presente que,
para que el transporte marítimo y los puertos puedan cumplir su misión, es necesaria una infraes-
tructura perfectamente preparada para dar respuesta a la demanda, un mejor empleo de las instala-
ciones existentes, un incremento de la productividad portuaria y unos servicios de calidad.
Por su posición geoestratégica, Europa es defensora del tríptico portuario: desarrollo hacia el inte-
rior (hinterland), relaciones puerto-ciudad y fomento de la conectividad marítima (foreland). Su
apuesta se centra en abrir los servicios portuarios a los mercados y evitar la presión creciente de los
operadores de terminales en lo que hace referencia a los equipamientos y servicios. Por tanto, la Unión
busca aplicar normativas en las que los servicios queden bajo marcos comunitarios, y que se pueda ga-
14
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
rantizar la libertad de establecimiento en los mercados y en aquellos puertos que movilicen más de
tres millones de toneladas o 500.000 pasajeros. No obstante, la Comisión Europea admitiría aquellas
propuestas nacionales que hagan mención a las cualificaciones profesionales del prestatario y al nú-
mero de autorizaciones por espacios, por capacidad disponible de infraestructuras o por cuestiones de
seguridad. La filosofía política consistiría en eliminar las distorsiones en la competencia entre los
puertos a través de la liberalización de los servicios y de la transparencia de los costes comerciales,
tratando de evitar la confusión existente derivada de los flujos de financiación procedentes de las ayu-
das públicas o de los ingresos derivados de las prestaciones exclusivamente comerciales (Guillaume,
2011).
La Unión Europea persigue reforzar los vínculos entre los territorios costeros. No hay que olvidar
que los grandes puertos han contribuido a desarrollar el crecimiento de las grandes ciudades. La
RTE-T desempeña un nuevo papel para mejorar la interconectividad por medio de la definición de los
corredores de transportes terrestres y de los ejes fluviales; también para reforzar el núcleo económico
europeo; para abrir opciones de desarrollo a los espacios periféricos; y, por último, para contribuir a
descargar los tráficos en los espacios congestionados por medio de la apuesta por las autopistas del
mar y del transporte marítimo de corta distancia. La Unión necesita una estrategia de futuro que le
permita reforzar su importante papel en el entorno internacional. Las bases están siendo formuladas
mediante la combinación de tres submodelos: el económico (que busca la satisfacción y compatibilidad
con las aspiraciones del cliente); el de gestión (que tiene como compromiso la obtención de rentabili-
dad y el logro de niveles de eficiencia); y el de relación (que se manifiesta a través de la gobernanza y
de los vínculos con los objetivos de promoción y alianzas). En definitiva, el marco regulador relativo a
la política portuaria se ha desarrollado preferentemente en cada Estado miembro sin que hasta el
momento se disponga de una política común completa e integrada, lo que puede suponer una debili-
dad.
Bibliografía
Baird, A. J. (2000a). Port privatization: Objectives, extent, process and the UK experience. International Journal of
Maritime Economics, 2(3), 177-194. DOI: https://doi.org/10.1057/ijme.2000.16
Baird, A. J. (2000b). Privatization and deregulation in seaport. En W. Bradishaw y H. Lawton-Smith (Eds.), Priva-
tization and deregulation of transports (pp. 397-412). London, England: McMillan Press.
Baltazar, R., y Brooks, M. (2001). The governance of port devolution. A tale of two countries. En Proceedings of
9th World Congress on Transport Research, 22-27 July 2001. Seoul, Korea.
Brooks, M. (2004). The governance structure of ports. Review of Network Economics, 3(2), 168-183.
DOI: https://doi.org/10.2202/1446-9022.1049
Brooks, M., y Culliname, K. (2007). Governance models defined. En M. Brooks y K. Culliname (Eds.), Devolutions,
port governance and port performance (pp. 405-435). London, England: Elsevier.
Brooks, M., y Pallis, A. A. (2017). Revisiting port governance and port reform: A multi country examination. Re-
search in Transportation Business & Management, 22, 1-10. DOI: https://doi.org/10.1016/j.rtbm.2017.02.005
Chlomoudis, C., y Pallis, A. A. (2002). European port policy: Towards a long-term strategy. Cheltenham, England:
Elgar.
Chlomoudis, C., y Pallis, A. A. (2005). The EU port policy in an era historical perspective. European Research Stu-
dies Journal, 8(1-2), 21-42. Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/46542494_The_EU_port_policy_in_a_historical_perspective
Culliname, K., y Song, D. W. (2002). Port privatization policy and practice. Maritime Policy and Management,
22(1), 55-75. DOI: https://doi.org/10.1080/01441640110042138
Debrie, J., Gouvernal, E., y Slack, B. (2007). Port devolution revisited: The case of regional port and the role of lo-
wer tier government. Journal of Transport Geography, 15(6), 455-464.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.jtrangeo.2007.01.003
Ducruet, C., y Notteboom, T. (2012). The worldwide maritime network of container shipping. Spatial structural
and regional dynamics. Global Networks, 12(3), 395-423.
DOI: https://doi.org/10.1111/j.1471-0374.2011.00355.x
15
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
González-Laxe, F. (2002). Economía marítima y tipologías portuarias. Boletín Económico de Información Comer-
cial Española, 2717, 21-33.
Recuperado de https://www.udc.es/iuem/documentos/monografias/economia_tipologias.pdf
González-Laxe, F. (2018). El transporte marítimo y los desarrollos portuarios: el nuevo rol de las alianzas marí-
timas en el tablero internacional. Estudios de Economía Aplicada, 36(3), 647-668.
DOI: http://dx.doi.org/10.25115/eea.v36i3.2546
González-Laxe, F., Sánchez, R., y García, L. (2017). The adaptation process in port governance: The case of the La-
tin countries in America and Europe. Journal of Shipping and Trade, 1-14.
DOI: https://doi.org/10.1186/s41072-016-0018-y
Guillaume, J. (2011). La politique portuaire européenne, entre ouverture au marché unique et développement
durable. Annales de Géographie, 677(1), 50-64. DOI: https://doi.org/10.391/ag.677.0050
Hall, P., y Jacobs, W. (2010). Shifting proximities: The maritime ports sector in an era of global supply chains. Re-
gional Studies, 44(9), 1103-1115. DOI: https://doi.org/10.1080/00343400903365110
Heaver, T., Meermans, H., Moglia, F., y Van de Voorde, E. (2000). Do mergers and alliances influence European
shipping and port competitive? Maritime Policy & Management, 27(4), 363-373.
DOI: https://doi.org/10.1080/030888300416559
ITF/OCDE. (2019). Container shipping in Europe: Data for the evaluation of the EU Consortia Block Exemption.
ITF Working Document. Paris, France: International Transport Forum. Recuperado de
https://www.itf-oecd.org/sites/default/files/docs/container-shipping-europe-eu-consortia_3.pdf
Juhel, M. H. (2001). Globalization, privatization and restructuring of ports. International Journal of Maritime Eco-
nomics, 3(2), 139-174. DOI: https://doi.org/10.1057/palgrave.ijme.9100012
Kutin, N., Sagel, M. S., y Vallée, Th. (2018). Container port hierarchy and connectivity based on network analysis.
LEMNA Working Paper, EA-4272. Nantes, France: Laboratoire d’Economie et de Management Nantes-
-Atlantique (LEMNA), Université de Nantes. Recuperado de https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-
01828656/document
Lam, J. S. L., Ng, A. K. Y., y Fu, X. (2013). Stakeholder management for establishing sustainable regional port go-
vernance. Research Transport Business Management, 8, 30-38.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.rtbm.2013.06.001
Lee, P. T. W., y Lam, J. S. L. (2017). A review of port devolution and governance models with compound eyes ap-
proach. Transport Reviews, 37(4), 507-520. DOI: https://doi.org/10.1080/01441647.2016.1254690
Merk, O. (2018). The impact of alliances in container shipping. Paris, France: OCDE/ITF.
Recuperado de https://www.itf-oecd.org/sites/default/files/docs/impact-alliances-container-shipping.pdf
Monios, J. (2019). Policentric port governance. Transport Policy, 83, 26-36.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.tranpol.2019.08.005
Monios, J., y Wilmsmeier, G. (2013). The role of intermodal transport in port regionalisation. Transport Policy, 30,
161-172. DOI: https://doi.org/10.1016/j.tranpol.2013.09.010
Ng, K. Y. A., y Pallis, A. A. (2010). Port governance reforms in diversified institutional frameworks: Generic solu-
tions, implementation asymmetries. Environment and Planning A, 42(9), 2147-2167.
DOI: https://doi.org/10.1068/a42514
Notteboom, T., y Lam, J. S. L. (2018). The greening of terminal concessions in seaports. Sustainability, 10(9), 3318.
DOI: https://doi.org/10.3390/su10093318
Notteboom, T., Pallis, A., y Farrel, S. (2012). Terminal concessions in seaports revisited. Maritime Policy & Mana-
gement, 39(1), 1-5. DOI: https://doi.org/10.1080/03088839.2012.644476
Notteboom, T., y Winkelmans, W. (2001). Reassessing public sector involvement in European seaports. Interna-
tional Journal of Maritime Economics, 3(2), 242-259. DOI: https://doi.org/10.1057/palgrave.ijme.9100008
Olivier, D., y Slack, B. (2006). Rethinking the ports. Environment and Planning A, 38, 1409-1427.
DOI: https://doi.org/10.1068/a37421
Oxford Economics. (2015). The economic value of the EU shipping industry-update. A report for the European
Community Shipowners’ Association (ECSA). Oxford, England: Oxford Economics.
Recuperado de https://www.ecsa.eu/images/Studies/150220%20European%20Shipping%20Update.pdf
Pallis, A. A. (2002). The Common EU Maritime Transport Policy. Aldershot, England: Asghate.
Pallis, A. A. (2007). EU port policy: Implications for port governance in Europe. En M. Brooks y K. Culliname
(Eds.), Devolution, port governance and port performance (pp. 479-495). London, England: Elsevier.
Petit, S. J., Beresford, A. K. C., Marlow, P. B., y Smith, H. D. (2008). Transport and port policy in the European Union.
Cardiff, Wales: Cardiff University.
16
González-Laxe, F. Revista Galega de Economía 2020, 29 (1), 6401
17