Apuntes Tema 7 Derecho
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6. NEGOCIOS SIMULADOS
7. NEGOCIOS FRAUDULENTOS
1. HECHO, ACTO Y NEGOCIO JURÍDICO
El derecho está para regular la realidad social, en ese ámbito social se van a producir hechos en
ocasiones irrelevantes para el derecho, pero hay hechos que tienen relevancia jurídica por que
van a producir consecuencias jurídicas y van a provocar la situación de una alteración política.
El hecho jurídico es el que produce un efecto jurídico, es decir aquel que provoca la alteración
de una situación jurídica.
Acto jurídico licito: acto que va a favor del derecho y va a producir efectos jurídicos
acordes al ordenamiento jurídico.
Actos de derecho o actos jurídicos en sentido estricto, son aquellos cuyos
efectos derivan directamente y con carácter forzoso de la ley.
Declaraciones de voluntad: actos jurídicos cuyos efectos se determinan por el
contenido de la voluntad declarada
Acto jurídico ilícito: acto que va contra el derecho objetivo.
El negocio jurídico es un hecho que produce efectos jurídicos, por tanto, es un hecho jurídico
que procede de la voluntad humana, por tanto, es un acto jurídico. Aquellos efectos los
reconoce el derecho, es decir, son un acto lícito y los mismos se producen por la declaración de
voluntad (ex voluntate).
Son los componentes del negocio jurídico, es decir, aquellos que determinan su existencia,
aquellos cuya concurrencia da lugar a que nazca para la vida jurídica, en definitiva, van a
producir la perfección del negocio jurídico.
o Forma oral
o Forma escrita
o Por signos
o A través de la conducta que realiza el sujeto
o El silencio (una de las partes del negocio jurídico no puede imponer a la otra que el
silencio valga como declaración de voluntad)
Los negocios formales van a exigir una forma determinada
Tiene carácter:
o Expresa: cuando se empleen medios objetivamente aptos para declarar una voluntad o
de modo subjetivo cuando la parte utiliza un medio con el fin de exteriorizar lo que
quiere
o Tácita: cuando la misma se deduce de un comportamiento o de una declaración que no
está expresamente emitida para exteriorizar lo que quiere.
o SU VALIDEZ: la validez implica la capacidad de obrar del sujeto, en el caso de que este
carezca de capacidad de obrar esa declaración de voluntad y por lo tanto el negocio
jurídico será inexistente.
2. EL OBJETO: realidad sobre la que versa el negocio, los intereses regulados en ese
negocio jurídico, es decir, el conjunto de materias o de relaciones que caen bajo la
voluntad de las partes.
Requiere unos requisitos mínimos para que podamos decir que tenemos como elemento del
negocio jurídico el objeto:
o Determinado o determinable
o Tiene que ser lícito
o Tiene que ser posible
3. LA CAUSA: existen teorías causalistas, los que defienden la causa como elemento del
negocio jurídico:
Concepción subjetiva: considera que la causa es el motivo o fin concreto
perseguido por la parte que la impulsa a realizar el negocio jurídico.
Concepción objetiva: es la que sigue el código civil. Se separa la causa de los
motivos subjetivos de las partes, entendiendo por la causa la función practico-
social del negocio jurídico o la función económico-social que será invariable
para cada tipo de negocio y estará separada de los móviles de cada una de las
partes.
Concepción unitaria:
Hay que diferenciar la causa de los móviles de cada una de las partes. Los móviles
subjetivos quedan fuera de la realidad del negocio jurídico y tan solo van a tener
relevancia en el caso de que las partes los incorporen al negocio jurídico a título de
cláusula o de condición. Si el motivo se ha incorporado a la causa se habla de motivo
causalizado, esto se utiliza para resolver situaciones de injusticia.
Cada negocio jurídico tiene su causa típica, pero junto a esta también van a tener lugar
las causas afectadas por el derecho, es decir, por los principios generales del derecho.
Los negocios patrimoniales intervivos van a admitir causas sin una determinada
numerosa numeración.
Hay algunos negocios jurídicos en los que la ley establece que se manifieste de forma
escrita, pero esa forma escrita no a título de elemento esencial sino como forma para
aprobarlo, estos están enumerados en el artículo 1280 del CC. El negocio jurídico es válido
y eficaz ya tenga forma oral o forma escrita, con la única particularidad de un efecto
especial que aparece a título de que puedan completar las partes la forma, es decir, las
partes pueden ponerse de acuerdo para completar esa forma.
En otros negocios jurídicos se exige una forma …, si no se cumple esa forma el negocio
jurídico no existe. En algunos casos se exige escritura pública (donación de inmuebles), las
capitulaciones matrimoniales, el testamento…
Las partes del negocio jurídico pueden pactar una determinada forma, de manera que
acaban siendo las partes las que la constituyen como un elemento esencial. Con carácter
general, rige el principio de general de forma (oral o escrita), posteriormente si es un
negocio jurídico bilateral el negocio jurídico que se había firmado se puede elevar a una
forma determinada, que normalmente es escritura pública. Esta elevación no supone que
se realice un nuevo documento. Cabe la posibilidad que ese documento ahora recogido en
escritura pública presente alguna cláusula distinta, de manera que el posterior prevalecerá
al firmado en documento privado.
Uno de los aspectos que caracteriza la autonomía privada es la libertad que tiene el sujeto o los
sujetos del negocio jurídico de configurar el mismo de una manera modalizada, de modo que el
sujeto del negocio jurídico puede en virtud de determinadas ocasiones personales establecer
el sistema que más le convenga pudiendo sujetar la eficacia del negocio jurídico a una serie de
circunstancias ya sean de situación, de tiempo o de utilización de los bienes objeto de la
negociación.
Las modalidades por las que el sujeto/s del negocio jurídico no están queriendo solamente que
se produzca los efectos típicos del negocio que celebran, sino que van a introducir aquellas
modalidades en su contenido porque pretenden que los efectos propios de ese negocio
jurídicos se produzcan de una determinada manera. La accidentalidad solo se refiere a la
posibilidad o no de introducirlos, pero una vez introducidos son constitutivos del negocio
jurídico.
La incertidumbre:
o Hecho futuro: con carácter general el requisito de ser incierto el acontecimiento
condicionante se suele añadir también al de que ha de ser futuro. Esto realmente
es innecesario, puesto que sea el acontecimiento objetivamente incierto ya está
implicando que tiene que ser futuro.
o Hecho incierto: nuestro derecho es respecto a esta cuestión imperfecto no solo
porque amplia los supuestos de posible puesta en condición a los acontecimientos
pasados, sino sobre todo porque parece admitir la posibilidad de que se ponga
como condición un hecho simplemente futuro. Va a ser exigible toda obligación
cuyo cumplimiento no dependa de un suceso futuro o incierto, o de un suceso
pasado que los interesados ignoren. No puede constituirse como condición un
acontecimiento futuro pero cierto. Dado que la incertidumbre es esencial al hecho
para que se pueda poner como condición valdrá como plazo la inserción bajo el
nombre de condición de una indicación limitativa de los efectos de negocio que los
sujeta a la realización de un hecho futuro que no sea incierto.
o Condiciones impropias: respecto a la posibilidad de que se ponga como condición
un suceso pasado, que la parte o partes ignoren y en general de la constitución de
relaciones obligatorias su admisibilidad parece que tiene que basarse en la
incertidumbre subjetiva que la ignorancia de los interesados sobre la realización de
ese suceso imprime a la dinámica del negocio jurídico, siendo esencial la misma
idea de querer quedar a cubierto de un riesgo la que juega tanto en la
incertidumbre objetiva de la condición verdadera como de incertidumbre
subjetiva. La posibilidad de poner como condición un hecho ya ocurrido significa
una reserva ya que se subordina la eficacia del negocio a la comprobación de una
circunstancia ya sea presente o pasada y si bien se admite en función de la
ignorancia del sujeto/s que van a considerar el evento condicionante como
propiamente incierto es diferente la disciplina que a las mismas conviene en
materias de contratos o en el establecimiento de las acciones.
o Incertidumbre y tiempo de realización del acontecimiento: se pone como condición
para que sea eficaz el negocio jurídico requiere que sea dudosa su realización, pero
no necesariamente incluye también la incertidumbre del momento en que si se
realiza tendrá lugar el suceso.
La voluntariedad:
o Voluntad principal, que es la que persigue los efectos típicos del negocio.
o Voluntad de carácter paralelo y accesorio que pretende en relación con la producción
de los efectos típicos, la imposición de la carga.
Se puede establecer un modo imposible o ilícito, habría de tenerse por no puesto, el poner un
modo puede generar confusión con la condición, teniendo en cuenta que mientras la condición
suspende la producción de los efectos del negocio, en cambio el modo no los impide, aunque si
obliga al cumplimiento de la obligación en que consiste, de manera que no es extraño
encontrarse en el código civil algunos preceptos que para referirse al modo hablan de
condición. (Artc. 651 del código civil)
La confusión generada entre modo y condición aparece en las declaraciones negociales puesto
que la condición y el modo pueden tener el mismo contenido como aparece reflejado en el
artc 797 del código civil.
Esta opción favorable a la exigibilidad del cumplimiento del modo forma específica o en su caso
de la correspondiente indemnización de incumplimiento no la comparte la totalidad de la
doctrina, pero si ha sido acogida en una sentencia del Tribunal Supremo en un caso sobre
donaciones
De aplicar de modo puro el concepto de negocio modal, nos llevaría a pensar que la revocación
o la ineficacia de la liberalidad, solo debería tener lugar por incumplimiento de la obligación
modal cuando esa circunstancia hubiera sido prevista expresamente por el sujeto o sujetos
negociales, de optar por esta solución, ello restaría eficacia a las disposiciones modales, de
modo que las desvirtuaría, los ordenamientos jurídicos parecen optar por prevenir la
revocación o la ineficacia de las liberalidades bajo modo, para el caso del incumplimiento de las
cargas impuestas al beneficiario de aquellas. Los efectos de la revocación alcanzan no solo a la
devolución de los bienes donados y a sus frutos, sino que también alcanzan a los actos de
disposición traslativa o constitutiva realizados por el donatario, salvo los derechos
legítimamente adquiridos por los terceros.