Amparo Por Falta de Valoracion de Prueba en El Dictamen

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0876/2014

Sucre, 12 de mayo de 2014

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Soraida Rosario Chánez Chire
Acción de amparo constitucional

Expediente: 04773-2013-10-AAC
Departamento: Tarija

En revisión la Resolución 09/2014 de 7 de marzo, cursante de fs. 463 a 474,


pronunciada dentro la acción de amparo constitucional interpuesta por
José Eduardo Farfán Mealla, contra Gabriel Herbas Camacho, Contralor
General del Estado a.i.; Olga Edith Suárez Jiménez, Subcontralora de
Auditoria Externa; Vivian Chacón Auzza, Edino Clavijo Ponce, ex y
actual Subcontralor de servicios legales; Pablo Metzalar Montealegre,
Gerente de Servicios Legales; Catherine Nolasco Boyan, Abogada de
Servicios Legales, todos de la Contraloría General del Estado; y, Carmen
Rosa Ortiz Cerezo, Gerente Departamental; Clara Hiza Zuñiga,
Gerente de Auditoria a.i.; Ruth López Velasco, Gerente de Auditoria
Interna a.i., Karina Veizaga Echenique, Supervisora, todos de la
departamental de Tarija de la misma Contraloría General del Estado.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Por memorial presentado el 5 de septiembre de 2013, cursante de fs. 275 a 298


vta., el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 13 de junio de 2009, se emitió el informe de auditoría especial


ET/EP08/E07-R3, sobre adquisición de medicamentos y pago de bonos de
transporte al personal de la Caja Nacional de Salud (CNS) Regional Tarija, por
el periodo comprendido entre el 2 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de
2006, a través del cual establecieron, que esas decisiones no estarían
respaldadas con disposiciones legales que rigen la materia, en ese sentido, los
ejecutivos, ex ejecutivos y miembros del Directorio de la referida institución, así
como de la Administración de la Regional de Tarija, habrían incurrido en gastos
restringidos por disposiciones legales, estableciéndose responsabilidad solidaria
en contra del hoy accionante, que fungía como Administrador de ésta última,
sin que las autoridades cuestionadas hayan considerado la documentación que
expuso como prueba de descargo el 9 de noviembre de 2009; posteriormente,
el 24 de diciembre de 2012, la CGE dictó el informe complementario
ET/EP08/E07-C3 confirmando la responsabilidad civil solidaria, sin haber
valorado la prueba presentada; consiguientemente, el Contralor General del
Estado, obviando todas esas irregularidades emitió el Dictamen de
Responsabilidad Civil CG3/DRC-051/2012 el 31 de diciembre, aprobando los
informes de auditoría, violentando su derecho al debido proceso en sus
vertientes de una debida motivación y fundamentación, además de la omisión
de valoración de la prueba, así como de su derecho a la defensa al no haberse
especificado que normas legales se vulneraron con la autorización de pago de
los bonos de transporte a los trabajadores de la CNS Regional Tarija.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

El accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso, en su


componente de motivación y fundamentación, a la defensa y valoración de la
prueba, consagrados en los arts. 115.II, 117.I y 180.I de la Constitución Política
del Estado (CPE); art. 29.II de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; y, art. 8.I de la Convención Iberoamericana de Derechos Humanos.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga: 1) Dejar sin efecto el Informe


Preliminar ET/EP08/E07-R3, Informe Complementario ET/EP08/07-C3 e
Informe legal; y, el Dictamen de Responsabilidad Civil CGE/DRC-051/2012 e
informe legal; y, 2) La realización de nuevos Informes que respeten el debido
proceso valorando todas las pruebas presentadas.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

La audiencia pública se realizó el 7 de marzo de 2014, según consta en el acta


cursante de fs. 452 a 463, produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. ratificación de la acción


El accionante a través de su abogado, en audiencia se ratificó inextenso en los
fundamentos de su memorial de demanda, argumentando lo siguiente: a) No
se está solicitando que se lo declare inocente o libre de responsabilidad, sino
que, se cumpla lo que está establecido en la CPE; b) Las pruebas que no han
sido valoradas por la Contraloría, siendo éstas fundamentales son: la
Resolución de directorio 77/94 que aprueba el reglamento de pago de bono de
transporte a los trabajadores de la CNS y que hasta la fecha sigue siendo
utilizado desde el año 1985 de manera continua e ininterrumpida, en merito a
la Autonomía y Descentralización que goza la institución; la circular de la
gestión 1994 con la que hacen conocer a todas las autoridades regionales que
deben dar estricto cumplimiento al reglamento aprobado; La Resolución 6394
que habla sobre el pago del bono de transporte y las resoluciones 6495, 4693,
36/2005 y 67/2006 en las que se determina incluso el incremento del referido
bono; y, c) Existen Decretos Supremos que establecen el pago de bono de
transporte, bono que emerge del art. 10 de la Ley General del Trabajo que data
desde hace más de sesenta años y que actualmente la Constitución Política del
Estado, reconoce como derechos sociales no debiendo negarse el pago.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Los demandados por medio de su abogado en audiencia, manifestaron lo


siguiente: i) La CGE, está facultada para ejercer el control gubernamental de la
administración de los recursos públicos, establecer en el examen de esa
evaluación, indicios de responsabilidad por la función pública sea esta
administrativa, civil, penal o ejecutiva, emitiendo simplemente una opinión
técnica jurídica basada en la evaluación de la documentación, relacionada al
cumplimiento de la norma respecto a la acción u omisión de los servidores
públicos en la administración de los recursos del Estado, bajo ese mandato y
competencia, emite informes de auditoría; ii) Bajo la competencia que tiene la
CGE, basada en el art. 213 de la CPE, la Ley de Administración y Control
Gubernamentales (LACG) y el Decreto Supremo (DS) 23215, dentro su
programación operativa anual, a dispuesto la auditoria especial a la CNS
Regional Tarija, con el objetivo de emitir una opinión independiente sobre el
cumplimiento de disposiciones legales y normativa interna relacionada con el
pago del bono de transporte al personal médico y administrativo; iii) En el
informe preliminar están los antecedentes, el objeto y el alcance de la
auditoria, que se realizó de conformidad a las normas gubernamentales y la
evidencia de la documental obtenida de la propia entidad, relativa a las
operaciones ejecutadas en las gestiones 2005 y 2006, en la que se tiene el
pago indebido al personal administrativo de salud por reposición de gastos de
transporte, evidenciándose que la entidad desembolsó, Bs1 366,123.34.- (un
millón trescientos sesenta y seis mil ciento veintitrés 34/100 bolivianos); iv) A
objeto de completar ese trabajo mediante notas GDTGA 025/2007 y GD-TGAE
027/2007 de 15 y 16 de marzo, respectivamente, se solicitó a la Administración
de la Regional Tarija y la Gerencia General de la CNS, la normativa que regula
el pago de transporte o reposición de los mismos, remitiéndonos las
resoluciones 063 y 77/94 de 27 de julio de 1994; v) El accionante ha tomado
conocimiento del informe preliminar de auditoria mediante nota SCA/490/2009
de 9 de octubre, con la que se le hace conocer que se han establecido indicios
de responsabilidad civil y que de conformidad a los arts. 39 y 40 del reglamento
para el ejercicio de las atribuciones de la CGE tiene plazo para remitir sus
aclaraciones y justificativos, poniéndosele a derecho para que asuma defensa,
como un acto consentido se ha sometido a este procedimiento de auditoria
dado que a través del memorial de 9 de noviembre de 2009 presento sus
descargo, aspecto que en el informe complementario se detalla punto por
punto; vi) Los documentos presentados como descargos no son válidos ni
suficientes para dejar sin efecto los indicios de responsabilidad civil establecidos
en el informe preliminar debido a que no es evidente que el administrador
regional no haya autorizado los gastos de reposición por concepto de
transporte y no tenga competencia para hacerlo toda vez que de acuerdo al
manual de funciones la responsabilidad y aprobación del comprobante del pago
es del administrador; vii) La jurisdicción constitucional no tiene competencia
para ingresar a valorar la prueba, la SC 2854/2010-R de 10 de diciembre, dejó
establecido de manera uniforme y precisa que no le corresponde valorar la
prueba producida dentro de la sustanciación de un proceso sea este judicial o
administrativo, por cuanto dicha atribución le corresponde privativamente a los
órganos jurisdiccionales ordinarios no estando el Tribunal Constitucional
Plurinacional facultado para pronunciarse sobre las cuestiones que son de
exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios; y, viii) El
accionante se ha sometido al proceso coactivo fiscal, es en ésta instancia en la
que tiene que hacer valer su pretensión jurídica, lo contrario importaría ingresar
a un debate de fondo sobre hechos controvertidos y subsidiariedad que solo le
corresponde conocer y resolver al juez de partido administrativo coactivo fiscal
y tributario, de no ser así se desnaturalizaría la acción de amparo
constitucional.

Catherine Nolasco Boyan, abogada de la Contraloría Departamental de Tarija,


en audiencia manifestó lo siguiente: El art. 50 del DS 23318-A -reglamento de
responsabilidad por la función pública-, señala que la responsabilidad civil será
determinada por autoridad competente, en este caso el Juez competente, es el
Coactivo Fiscal; en consecuencia, se ratifica en lo manifestado por su colega,
relacionado a la falta de subsidiariedad que existe en la acción de amparo
constitucional, considerando que ya se instauro un proceso coactivo fiscal.

I.2.3. Intervención del tercero interesado


Carlos Paz Martínez, a través de su abogado, en audiencia refirió: 1) Si la
responsabilidad es intuito persona, la CGE ésta obligada a hacer una valoración
individual verificando cada uno de los descargos y no englobar con una
respuesta a todos; y, 2) El reglamento no dice que el responsable es el
Administrador Regional, indica que por gastos de transporte, se tendrá como
responsable a la jefatura de personal de la central, que está en La Paz, con lo
que, se demuestra que la Contraloría no ha valorado todos esos aspectos.

I.2.4. Intervención del representante del Ministerio Público

El representante del Ministerio Público, en audiencia manifestó lo siguiente:


Toda resolución debe ser fundamentada en el marco de las pruebas que se
presentan, según los informes éstas simplemente han sido enunciadas y no han
sido calificadas de fondo; por lo que, considera que pueden ser nuevamente
valoradas, esencialmente la referente al directorio, en relación al DS 20184.

I.2.5. Resolución

La Sala Penal Primera del Tribunal departamental de Justicia de Tarija,


constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 09/2014 de 7 de
marzo, cursante de fs. 463 a 474, por la cual concedió la tutela impetrada,
disponiendo anular el informe preliminar y el complementario y en
consecuencia, el Dictamen de Responsabilidad Civil, con los siguientes
argumentos: a) La debida motivación es una garantía del debido proceso
conforme lo cita la SC 0358/2007-R que dice: “…toda autoridad que conozca de
un reclamo o que dicte una resolución resolviendo la situación jurídica, debe
exponer los motivos que sustenta su decisión, para lo cual es necesario que
exponga los hechos establecidos si la problemática lo exige y que al momento
de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la
estructura de una resolución tanto de fondo como de forma dejara pleno
convencimiento a las partes de que se ha actuado conforme a las normativas
aplicables al caso, sino que la decisión está regida por los valores supremos
rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés de imparcialidad
dándole al administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de
resolver los hechos juzgados, sino de la forma en que se decidió…”; b) La línea
del extinto Tribunal Constitucional, no cuestiona de ninguna manera las
conclusiones fácticas a las que arriban, quienes dictan un Informe o una
Resolución, sino que instan a que en su contenido se pueda explicar claramente
las razones de hecho y de derecho, que van a motivar esa decisión; c) Ha
quedado claramente establecido tanto para la parte accionante como para la
accionada que ese pago de gastos es un pago legal, lo que se hubiere
cuestionado de manera general es la aplicación de la normativa que lo autoriza,
referida al cumplimiento, de que las personas beneficiarias tengan un domicilio
fuera de los 2 km del lugar de trabajo; y, d) En todas las instituciones públicas,
existe un Manual de funciones que determina en detalle cuales son las
funciones de cada una de las personas, en base a la compulsa se debe
determinar con que acciones u omisiones del art. 10 de la Ley General del
Trabajo (LGT), hubiesen incumplido, derecho que tienen los involucrados, a
saber claramente porque razón fueron pasibles de indicios responsabilidad civil.

II. CONCLUSIONES

Del análisis de la documental adjunta al expediente, se evidencia:

II.1. Mediante notificación de 9 de octubre de 2009, se entrega el Informe de


auditoría al accionante José Eduardo Farfán Mealla (fs. 15 del anexo 1);
nota cite SCAE/490/2009 de la misma fecha, con la que se le hace
conocer el informe ET/EP08/E07-R3 el cual en su capítulo de
conclusiones y recomendaciones establece indicios de responsabilidad
civil, como resultado de la auditoria especial sobre adquisición de
medicamentos y pago de bonos al personal por el periodo comprendido
entre el 2 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006, practicada a
la CNS, Administración Regional Tarija (fs. 16 del anexo 1).

II.2. Por Informe de auditoría especial sobre adquisición de medicamentos y


pago de bonos al personal, por el periodo comprendido entre el 2 de
enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006, ET/EP08/E07-R3 se
estableció como resultado, el pago indebido al personal administrativo y
de salud, por reposición de transporte en Bs1 366,123.34.- equivalentes
a $us169 252,68.- (ciento sesenta y nueve mil doscientos cincuenta y
dos 68/100 dólares estadounidenses) bajo el argumento de que el art.
10 de la LGT, establece que cuando el trabajo se verifique en lugar que
diste más de dos kilómetros de la residencia del trabajador, el Estado
podrá, mediante Resoluciones especiales, imponer a los patrones la
obligación del traslado. Sin embargo, en el caso objeto de análisis, se ha
evidenciado que las decisiones de los ejecutivos de la CNS no están
respaldados con disposiciones legales que rigen la materia (fs. 246 a
255).

II.3. Mediante el informe complementario ET/EP08/E07-C3, al informe de


auditoría especial ET/EP08/E07-R3 sobre adquisición de medicamentos y
pago de bonos al personal, señala que el argumento y documentos
presentados como descargo por el accionante, no son válidos ni
suficientes para dejar sin efecto los indicios de responsabilidad civil,
establecidos en el informe preliminar debido a que no es evidente que el
administrador no haya autorizado los gastos de reposición, por concepto
de transporte y no tenga competencia para hacerlo, toda vez que, de
acuerdo al Manual de funciones, la responsabilidad de la aprobación del
comprobante de pago es del Administrador, es así que de la revisión a
los comprobantes de pago éstos se encuentran firmados por él, en señal
de aprobación, concluyendo que la reposición de gastos de transporte al
personal médico y administrativo de la CNS Administración Regional
Tarija, fueron realizados al margen de lo establecido en disposiciones
legales vigentes (fs. 93 a 190).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia que las autoridades demandadas vulneraron sus


derechos al debido proceso, en su componente de motivación y
fundamentación, a la defensa y falta de valoración de la prueba, por cuanto
emitieron los informes de auditoría especial ET/EP08/E07-R3, complementario
ET/EP08/E07-C3 sobre adquisición de medicamentos y pago de bonos de
transporte al personal de la CNS Regional Tarija, por el periodo comprendido
entre el 2 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006, estableciendo la
existencia de indicios de responsabilidad civil en su contra y otros funcionarios,
así como el Dictamen CG3/DRC-051/2012 sin efectuar una valoración de la
prueba presentada y carente de una debida motivación y fundamentación.

En consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si los argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

La acción de amparo constitucional se encuentra establecida en el art.


128 de la CPE, que señala: “La acción de Amparo Constitucional tendrá
lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores
públicos, o de personas individual o colectiva, que restrinjan, supriman o
amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la
Constitución y la ley”.

Asimismo, se encuentra establecida en el art. 50 del Código Procesal


Constitucional (CPCo), que refiere lo siguiente: “La Acción de Amparo
Constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda persona
natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la
Ley, contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los
servidores públicos o particulares que los restrinjan, supriman o
amenacen restringir o suprimir”.

De acuerdo a la disposición constitucional y legal citadas, la acción de


amparo constitucional se configura como una verdadera garantía
jurisdiccional destinada, a través de un procedimiento rápido y oportuno,
a resguardar los derechos fundamentales expresados en la Constitución
Política del Estado y el bloque de constitucionalidad, con excepción de
aquellos que encuentren resguardo en otros mecanismos específicos de
defensa.

En este orden, el constituyente ha previsto que la directa justiciabilidad


de los derechos y garantías fundamentales se operativice a través de las
acciones de defensa diseñadas constitucionalmente, entre ellas, la acción
de amparo constitucional, consagrada para la defensa de los actos y
omisiones que lesionen derechos y garantías fundamentales, cuyo ámbito
de protección se encuentra delimitado por los arts. 128 y 129 de la
Norma Suprema.

Así lo estableció la SCP 0002/2012 de 13 de marzo, al señalar que: “Del


contenido del texto constitucional de referencia puede inferirse que la
acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa
jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección
se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías
que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los
bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad,
popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos
contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y
omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores
públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su
protección”.

Por lo referido, la acción de amparo constitucional es un medio eficaz


para asegurar el respeto a derechos fundamentales y garantías
constitucionales no tutelados por otros mecanismos de defensa, siendo
un medio idóneo de protección oponible no sólo respecto del Estado sino
también de manera horizontal, es decir, contra actos y omisiones
provenientes de particulares que lesionen o amenacen lesionar los
derechos fundamentales que se encuentran bajo su resguardo.

III.2. El debido proceso en los procedimientos de responsabilidad civil

Es necesario establecer el momento preciso, en el que se debe interponer la


acción de amparo constitucional para el resguardo de derechos y
garantías constitucionales, en los procesos de auditoria especial que se
llevan a cabo en la Contraloría General del Estado, ya sea una vez
concluido y emitido el Dictamen de Responsabilidad o dentro del proceso
coactivo fiscal o concluido el mismo.

Al respecto, la jurisprudencia constitucional desarrollada por el extinto


Tribunal Constitucional en la SC 2542/2010-R de 19 de noviembre,
señaló: “'…Por la relación efectuada de las excepciones que pueden
plantearse se infiere que no existe posibilidad de que en el proceso
coactivo fiscal se pueda revisar el procedimiento administrativo
de determinación de la responsabilidad civil realizado con
carácter previo; es más, la norma contenida en el art. 9 de la
LPCF determina que las excepciones serán presentadas dentro
de los cinco días de la notificación con la nota de cargo, es decir,
que el adeudo ya estaría determinado y se estaría exigiendo
únicamente el cumplimiento del pago de la obligación; por lo
tanto, se reitera que el procedimiento administrativo realizado
no es objeto de revisión ni impugnación en el coactivo fiscal, en
el cual únicamente podrían impugnarse actuaciones indebidas
dentro del proceso'.

Luego en la SC 0228/2005-R de 16 de marzo, se determinó lo siguiente: '...es


evidente que pueden asumir defensa en la acción coactiva fiscal
que se instaurará como emergencia de los informes de auditoria
cuestionados; empero, en el mencionado proceso no se
considerarán los hechos denunciados en el presente recurso,
como la indebida tramitación de la recusación de una de las
auditoras, pues este sólo tiene por objeto el cobro coactivo de lo
determinado en la auditoria, en consecuencia es una vía de
ejecución de las acreencias del Estado, y no es una instancia
superior a la auditoria, o de revisión de ésta, en el entendimiento
de que la auditoria gubernamental es un acto administrativo propio e
independiente…'.

Conviene aclarar que un proceso de auditoría gubernamental debe


considerarse un acto administrativo autónomo y por tanto
susceptible de ser reclamado por vía administrativa, judicial
ordinaria y constitucional, porque es obligatorio, ya que obliga a
la entidad a tomar acciones contra las personas involucradas, de
ahí emerge su carácter exigible y ejecutable, pues constriñe a
las autoridades de la entidad auditada a exigir a los
involucrados de acuerdo a los resultados del examen efectuado,
caso contrario emerge la facultad ejecutable mediante el
proceso coactivo fiscal. En ese sentido, necesariamente debe
reconocerse a las personas involucradas la posibilidad de
acceder a los mecanismos de protección de sus derechos para
impugnar las irregularidades cometidas en la etapa constitutiva
del acto administrativo, es decir en el procedimiento de
auditoría, y no sólo contra sus consecuencias como es la
posibilidad de defensa en el proceso coactivo fiscal'” (las negrillas
nos corresponden).

De la jurisprudencia desarrollada, se concluye que el proceso coactivo fiscal no


es una instancia en la que se pueda revisar el procedimiento
administrativo de determinación de responsabilidad civil llevado a cabo
por la CGE, puesto que esta instancia solamente se avocara a exigir el
cumplimiento del pago de la obligación, por lo que, es viable la
interposición de la acción de amparo constitucional una vez concluida la
auditoria y emitido el dictamen fiscal, si se advierte vulneración a
derechos constitucionales en el procedimiento, lo que no quiere decir que
en el proceso coactivo fiscal, no se puedan impugnar actuaciones
indebidas que sean resultado de ese proceso, por lo tanto, no es
necesario agotar la instancia coactiva fiscal a objeto de interponer la
acción de amparo constitucional.

III.3. La valoración de la prueba como facultad privativa de la


jurisdicción ordinaria y administrativa

En la presente acción de amparo constitucional, el accionante invoca como uno


de sus derechos vulnerados, la falta de valoración de la prueba, motivo
por el que debemos definir la competencia de éste alto tribunal de
justicia, con relación a dicha facultad.

Al respecto, la SCP 0903/2012 de 22 de agosto, refiriendo a la SC


1461/2003-R de 6 de octubre, estableció que: “'la facultad de
valoración de la prueba aportada en cualesquier proceso
corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales
ordinarios, por lo que el Tribunal Constitucional no puede
pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva
competencia de aquellos, y menos atribuirse la facultad de
revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las
autoridades judiciales competentes'.

Desarrollando este razonamiento, la propia jurisprudencia


constitucional también determinó excepciones a esta regla, al
señalar que existen supuestos en que la jurisdicción constitucional
puede revisar la valoración de la prueba por las autoridades
jurisdiccionales ordinarias o administrativas, conforme se tiene de la
SC 0285/2010-R de 7 de junio, que concluyo lo siguiente: 'el Tribunal
Constitucional precautelando los derechos y garantías constitucionales de
los ciudadanos, en cumplimiento de una de las finalidades por las que ha
sido creado este órgano, como es el respeto y vigencia de los derechos y
garantías fundamentales de las personas, ha establecido la SC 873/2004 de
28 de julio, los únicos supuestos para que la jurisdicción
constitucional ingrese a revisar la valoración realizada por dichas
autoridades: 1) Cuando en dicha valoración exista apartamiento
de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para
decidir y 2) Cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la
prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos
fundamentales y garantías constitucionales, es decir en el primer
supuesto cuando en la labor valorativa se apartan del
procedimiento establecido valorando arbitraria e
irrazonablemente y en el segundo, que actuando arbitrariamente
no se haya procedido a la valoración de la prueba, por cuya
omisión se vulneren derechos y garantías fundamentales'.

(…)

En ese orden de razonamiento para que este Tribunal pueda cumplir con esta
tarea, es necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con
los resultados de la valoración efectuada dentro de un proceso judicial o
administrativo, invocando la lesión a sus derechos fundamentales, exprese
de manera adecuada y precisa en los fundamentos jurídicos que sustenten
su posición (recurso de amparo) lo siguiente:

Por una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas


apartándose de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles
para decidir; o, cuáles no fueron recibidas, o habiéndolo sido, no fueron
producidas o compulsadas; para ello, será preciso, que la prueba no
admitida o no practicada, se haya solicitado en la forma y momento
legalmente establecidos, solicitud, que en todo caso, no faculta para
exigir la admisión de todas las pruebas que puedan proponer las partes
en el proceso, sino que atribuye únicamente el derecho a la recepción y
práctica de aquellas que sean pertinentes, correspondiendo a los órganos
judiciales ordinarios, el examen sobre la legalidad y pertinencia de las
pruebas solicitadas, debiendo motivar razonablemente la denegación de
las pruebas propuestas. Por supuesto, una vez admitidas y practicadas
las pruebas propuestas declaradas pertinentes, a los órganos judiciales,
les compete también su valoración conforme a las reglas de la lógica y
de la sana crítica, según lo alegado y probado.

Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en qué


medida, en lo conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable
de inequitativa o que no llegó a practicarse, no obstante haber sido
oportunamente solicitada, tiene incidencia en la Resolución final; por
cuanto, no toda irregularidad u omisión procesal en materia de prueba
(referida a su admisión, a su práctica, a su valoración, etc.) causa por sí
misma indefensión material constitucionalmente relevante,
correspondiendo a la parte recurrente, demostrar la incidencia en la
Resolución final a dictarse, es decir, que la Resolución final del proceso
hubiera podido ser distinta de haberse practicado la prueba omitida, o si
se hubiese practicado correctamente la admitida, o si se hubiera valorado
razonablemente la compulsada; puesto que resulta insuficiente, para la
viabilidad del recurso de amparo, la mera relación de hechos; porque
sólo en la medida en que el recurrente exprese adecuada y
suficientemente sus fundamentos jurídicos, la jurisdicción constitucional
podrá realizar la labor de contrastación, que amerita este tema de
revisión excepcional de la labor de la valoración de la prueba realizada
por la jurisdicción ordinaria; máxime si se tiene en cuenta que el art. 97
de la LTC, ha previsto como un requisito de contenido, el exponer con
precisión y claridad los hechos que le sirvan de fundamento y precisar los
derechos o garantías que se consideren restringidos, suprimidos o
amenazados, señalando en qué consiste la restricción o supresión.

(…)

Sintetizando los criterios expuestos, podemos colegir en torno al tema en


análisis; que en todo proceso judicial o administrativo quien tiene la
facultad privativa de compulsar y valorar la prueba aportada por las
partes, es la autoridad encargada de emitir resolución, potestad que
debe ser efectuada dentro el principio de imparcialidad y las reglas de la
sana critica, la cual no puede ser objeto de revisión por la jurisdicción
constitucional por ser esta labor privativa de la jurisdicción ordinaria;
excepto cuando concurran vulneraciones a garantías o derechos
fundamentales y exista el cumplimiento por parte del accionante de los
supuestos desarrollados por la jurisprudencia constitucional
precedentemente descrita” (las negrillas nos corresponden).

La jurisprudencia desarrollada, determina con claridad la competencia de la


valoración de la prueba, disponiendo que ésta es exclusiva de la jurisdicción
ordinaria o administrativa, estableciendo excepciones y situaciones en las
que el Tribunal Constitucional Plurinacional, puede ingresar al análisis de las
mismas, requisitos que necesariamente deben ser cumplidas, por la parte
que se considera agraviada, quién debe expresar de manera precisa los
fundamentos jurídicos que sustentan su posición.

III.4. Sobre la motivación y fundamentación de las resoluciones

La Sentencia Constitucional precedentemente citada, respecto a la


motivación y fundamentación de las resoluciones a establecido que : “La
garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus
elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo
que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo,
solicitud o dicte una resolución resolviendo una situación
jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que
sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que
exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de
manera que el justiciable al momento de conocer la decisión del
juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno
convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de
acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al
caso, sino que también la decisión está regida por los principios
y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno
convencimiento de que no había otra forma de resolver los
hechos juzgados sino de la forma en que se decidió. Al contrario,
cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la
conclusión a la que se ha arribado, son razonables las dudas del
justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados
conforme a los principios y valores supremos, vale decir, no se le
convence que ha actuado con apego a la justicia, por lo mismo
se le abren los canales que la Ley Fundamental le otorga para
que en búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal como
contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se observen
sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una
resolución que ordene la restitución de dichos derechos y garantías, así
se ha entendido en varios fallos de este Tribunal, entre ellos, la SC
0752/2002-R de 25 de junio. Asimismo, cabe señalar que la motivación
no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales,
sino que exige una estructura de forma y de fondo, pudiendo ser
concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiéndose expresar las convicciones determinativas que justifiquen
razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso
se tendrán por fielmente cumplidas; al contrario, cuando la resolución
aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se
toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas…” (SC
2023/2010-R de 9 de noviembre reiterada por la SC 1054/2011-R de 1
de julio) (las negrillas nos corresponden).

De lo desarrollado, se deduce que toda resolución debe necesariamente


contener una adecuada motivación y fundamentación que de plena
seguridad y convencimiento a las partes, que no denote interferencia o
parcialidad, lo cual no significa que deba ser ampulosa, más al contrario
debe ser concisa, clara, entendible, contener todos los puntos
demandados, exponiendo las razones que dieron lugar a esa decisión,
debiendo existir congruencia y concordancia entre lo expuesto y lo
dispuesto.

III.5. Análisis del caso concreto

En el presente caso, el accionante alega la vulneración de sus derechos


al debido proceso en sus componentes a una debida motivación y
fundamentación, como también a la falta de valoración de la prueba, en
los informes de auditoría especial ET/EP08/E07-R3 y complementario
ET/EP08/E07-C3 sobre adquisición de medicamentos y pago de bonos de
transporte al personal de la CNS Regional Tarija, por el periodo
comprendido entre el 2 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006,
cuando fungía como administrador, los cuales dieron lugar al Dictamen
de Responsabilidad Civil CG3/DRC-051/2012.

En ese entendido el 9 de octubre de 2009, fue notificado con el informe


preliminar mediante nota SCAE/490/2009, el cual en sus conclusiones y
recomendaciones establece indicios de responsabilidad civil, por el pago
indebido de reposición de bono de transporte al personal administrativo y
de salud en la suma de Bs1 366,123.34.- equivalentes a $us169 252,68.-
con el argumento de que el art. 10 de la LGT establece que, cuando el
trabajo se verifique en lugar que diste más de 2 km de la residencia del
trabajador, el Estado podrá, mediante Resoluciones especiales, imponer
a los patrones la obligación del traslado, en ese cometido, evidenciaron
que las decisiones de los ejecutivos no estaban respaldadas con
disposiciones legales que rigen la materia; posteriormente, emiten el
informe complementario en el que señalan que los argumentos y
documentos presentados como descargos por el accionante, no eran
válidos ni suficientes para dejar sin efecto los indicios de responsabilidad
civil, debido a que no era evidente que el Administrador de la Regional
Tarija -accionante-, no haya autorizado los gastos de reposición y que no
tenga competencia para hacerlo; toda vez que, de acuerdo al Manual de
funciones, la responsabilidad de la aprobación de esos comprobantes de
pago eran de él, habiendo revisado los mismos, éstos se encuentran con
su firma, motivo por el que aprueban el informe preliminar,
estableciendo que esos pagos fueron realizados al margen de lo
determinado en disposiciones legales, dando lugar al Dictamen de
Responsabilidad Civil.

Ahora bien, antes de ingresar al análisis de fondo de la problemática


planteada, es menester realizar algunas puntualizaciones en aplicación
de la jurisprudencia desarrollada precedentemente, conforme se
estableció en el Fundamento Jurídico III.2 de esta Sentencia
Constitucional Plurinacional se deja claramente establecido que es
permisible interponer la acción de amparo constitucional, una vez
concluido el proceso administrativo llevado a cabo por la CGE, que
culmina en primera instancia con el Dictamen de Responsabilidad, habida
cuenta que, la auditoria gubernamental es un acto emergente de un
procedimiento administrativo y que la instancia siguiente se lo
sustanciará en estrados judiciales, proceso coactivo civil, que
principalmente se avocara a exigir el cumplimiento del pago de la
obligación establecida en la auditoria.

Por otro lado, debe quedar claramente establecido que la valoración de


la prueba es tuición exclusiva de la jurisdicción ordinaria y no así de la
constitucional, tal cual se dispuso en la amplia jurisprudencia
constitucional desarrollada en el Fundamento Jurídico III.3 de este fallo,
salvo que el accionante cumpla con las excepciones señaladas, lo cual no
ocurrió en el presente caso, por lo que, este Tribunal se ve impedido de
ingresar a efectuar la misma; asimismo no se vulneró el derecho a la
defensa, toda vez que, el accionante fue notificado oportunamente con
los Informes de auditoría para que asuma defensa, habiendo presentado
todos sus descargos, como se podrá advertir en la conclusión II.1 de la
presente sentencia constitucional.

Ahora bien, en cuanto a los otros derechos invocados como vulnerados,


del análisis pormenorizado de los Informes de auditoría preliminar y
complementario, se advierte que éstos carecen de una debida motivación
y fundamentación, toda vez que, se limitan a transcribir el art. 10 de la
LGT, señalando que las decisiones de los ejecutivos no estaban
respaldadas con disposiciones legales de la materia; y, que los
argumentos y documentos presentados como descargos por el
accionante no eran válidos ni suficientes para dejar sin efecto los indicios
de responsabilidad civil, refiriéndose a las competencias establecidas en
el manual de funciones de la institución, sin precisar si el pago de bono
de transporte era legal o ilegal, cuáles serían las disposiciones legales
con las que deberían estar respaldadas, porqué las resoluciones de
directorio no serían las normas adecuadas para su autorización, si todos
los pagos efectuados estuvieron fuera de norma o solo aquellos que no
estaban fuera de los 2 km establecidos en el art. 10 del referido cuerpo
legal, aspectos que hacen que las partes ingresen a un estado de
incertidumbre al momento de conocer la decisión, toda vez que, una
Resolución o determinación que resuelva una situación jurídica debe ser
clara, precisa y concisa, conforme se tiene desarrollado en la
jurisprudencia citada en el Fundamento Jurídico III.4 en esta Sentencia
Constitucional Plurinacional.

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías al haber concedido la


tutela impetrada, ha actuado en forma correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia; y, el art. 44.I del Código Procesal Constitucional; en revisión, resuelve:

1º CONFIRMAR en parte, la Resolución 09/2014 de 7 de marzo, cursante de


fs. 463 a 474, pronunciada por la Sala Penal Primera del Tribunal
departamental de Justicia de Tarija; y, en consecuencia CONCEDER la
tutela solicitada, en los mismos términos expuestos por el tribunal de
garantías en cuando al debido proceso en sus componentes de motivación y
fundamentación; y,

2º DENEGAR con relación a los derechos a la defensa y valoración de la


prueba conforme a los fundamentos expuestos en la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dra. Soraida Rosario Chánez Chire


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

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