Milagros Sangre Divina

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P. ÁNGEL PEÑA O.A.

MILAGROS CON SANGRE DIVINA

SAN MILLÁN - 2021


INDICE
INTRODUCCIÓN

Milagro de Lanciano

Otros casos

Betania

Milagros eucarísticos con Julia Kim

Buenos Aires

Tixtla

Sokolka

Legnica

Sábana Santa

El Sudario de Oviedo

Túnica de Argenteuil

El Cristo de Cochabamba

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

En este libro queremos fortalecer nuestra fe en la presencia real de Jesús en


la Eucaristía. Jesús vivo y realmente presente entre nosotros como un amigo
cercano en el sacramento eucarístico es el centro de la fe católica. Jesús no es un
símbolo o una simple imagen. Jesús está vivo y se ha querido quedar entre nosotros
como un amigo para que, cuando tengamos necesidad de su ayuda, podamos
encontrarlo fácilmente en los sagrarios de nuestras iglesias, donde está
esperándonos en la Eucaristía. Por eso la misa es el acto más importante de la
historia humana y no solo de la fe católica. La misa es la actualización aquí y ahora
de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Jesús sigue vivo y ofreciéndose
permanentemente a su Padre por la salvación del mundo y desea que nosotros nos
unamos a él en esta ofrenda de nuestras propias vidas para que formemos con él
una sola ofrenda en su entrega al Padre. Esto debe ser especialmente real en los
sacerdotes, a quienes Jesús ha escogido para que sean sus ministros y ministros de
la Iglesia en el momento de la celebración de la misa. Ahora bien, no olvidemos
que es Jesús el que celebra la misa con la colaboración del sacerdote, que le presta
su cuerpo para hacerla presente aquí y ahora, ya que la misa es la misa de Jesús y
su ofrecimiento al Padre es permanente, mientras exista el mundo.

Sin embargo, como muchos, incluso sacerdotes, no están seguros de esta


presencia real de Jesús en la Eucaristía, por eso él ha realizado muchos milagros
para confirmar nuestra fe y la realidad de su presencia entre nosotros en este
sacramento. Precisamente, a lo largo de la historia de la Iglesia, Jesús ha realizado
muchos milagros eucarísticos como la incorrupción de las hostias consagradas
después de muchos años o la transformación real de la hostia sin consagrar, que es
un pedazo de pan sin levadura, en un pedazo de carne y sangre. Y Jesús sigue
derramando su sangre en muchas hostias consagradas convertidas en su carne y
sangre.

Ahora con los conocimientos actuales y los instrumentos de última


generación se puede llegar a saber qué clase de carne es la que está en la hostia
consagrada y a qué grupo sanguíneo pertenece su sangre. Y en todos los casos se
constata que la carne es del corazón y la sangre es del grupo AB, sin conservantes
de ninguna clase. Sin embargo, permanecen incorruptas cientos de años como en
el caso de Lanciano, después de 1.200 años. Veamos estas maravillas en algunos
de los milagros eucarísticos.

MILAGRO DE LANCIANO

A lo largo de la historia han sucedido muchos milagros eucarísticos. Cesario


de Heisterbach, un monje alemán, hacia el año 1200, en su libro Dialogus
miraculorum, habla de 77 milagros de la Eucaristía ocurridos en los alrededores
de Colonia. En el siglo XI, san Pascasio Radberto, monje francés, autor del libro
De corpore et sanguini Domini, anota varios hechos milagrosos en su tratado de la
Eucaristía y santo Tomás de Aquino tiene un capítulo de la Summa Teológica
sobre la Eucaristía y los milagros eucarísticos.

El milagro de Lanciano es el más importante de todos y sucedió en el siglo


VIII. Un sacerdote basiliano celebraba la misa y dudaba de la presencia de Jesús
en la Eucaristía y ante sus ojos la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre.

El primer escrito sobre el milagro de Lanciano es de 1574 con ocasión del


primer reconocimiento de estas reliquias por el arzobispo Rodríguez. En 1620 el
historiador Giacomo Fella toma declaración jurada a los padres conventuales
Antonio Scarpa y Angelo Siro sobre un códice gótico que estaba escrito en latín y
griego y que ellos habían conocido 60 años antes.

Este códice fue robado por dos monjes basilianos, quizás porque el monje
al que sucedió el milagro de Lanciano, por no creer en la presencia real de Jesús,
era basiliano y quisieron tapar esa mancha de su Orden.

En el reconocimiento de las reliquias de 1574 sucedió un milagro. Cada uno


de los cinco coágulos de sangre pesaba igual que los otros en conjunto y que cada
uno en particular. Fue el milagro para convencer a los presentes del gran milagro
eucarístico que estaba presente permanentemente desde el siglo VIII. No tenían los
aparatos modernos de la actualidad que, como veremos, pueden demostrarnos
cosas más sorprendentes y maravillosas.

Actualmente, se conserva la carne y la sangre del milagro en la iglesia de


san Francisco de los frailes menores conventuales de Lanciano (Chieti). En esta
iglesia, hay un escrito del año 1636, sobre piedra, a la derecha de la entrada, que
dice así: Alrededor del año setecientos, en esta iglesia, entonces bajo el título de
san Legunciano, un sacerdote religioso de san Basilio dudó si en la hostia
consagrada estuviera verdaderamente el cuerpo de nuestro Señor y en el vino su
sangre. Celebró la misa y, después de decir las palabras de la consagración, vio
la hostia hecha carne y el vino convertido en sangre. Se lo mostró a los presentes
y después a todo el pueblo. La carne está todavía entera y la sangre dividida en
cinco partes desiguales; todas pesan igual que por separado.

El 18 de noviembre de 1970 y el 4 de marzo de 1971 los expertos de la


universidad de Siena, Odoardo Linoli (especialista en anatomía, histología,
patología y microscopía clínica) y Ruggero Bertelli, hicieron estudios de la sangre
y de la carne. Sus conclusiones las escribieron en un libro que ofrecieron al Papa
Pablo VI.

Sus conclusiones fueron las siguientes: La carne pertenece al corazón. Se


ven vasos de sangre arterial y venosa. La sangre es verdaderamente sangre en
base al estudio de la hemoglobina con cromatografía. La carne y la sangre son
humanas. El grupo sanguíneo de ambas es AB. La sangre tiene elementos
porcentuales cercanos al suero proteico de la sangre fresca normal. En la sangre
se ha encontrado cloro, fósforo, potasio y sodio, mientras el calcio esta
notablemente elevado. Un detalle muy interesante es que sólo una mano experta
hubiera podido realizar, y con dificultad, una disección anatómica para obtener
una “lonja” uniforme teniendo en cuenta que las primeras disecciones anatómicas
de un ser humano se hicieron después del año 1.300.

El hecho de su conservación tan fresca después de más de 1200 años es un


milagro viviente. Por eso, la OMS (Organización mundial de la salud) en 1973,
nombró una Comisión científica para estudiar esas conclusiones. Los trabajos
duraron 15 meses e hicieron unos 500 exámenes. Las conclusiones fueron como
las anteriores. En el informe de la ONU se afirmaba: La ciencia, conocedora de
sus límites, se detiene ante la imposibilidad de dar una explicación científica a
estos hechos.

Según las investigaciones del profesor de la universidad de Siena Odoardo


Linoli, realizadas en 1970, en ningún momento se observó ni se ha observado
nunca sales o sustancias conservantes de esta carne y sangre de Lanciano. En 1981
el mismo doctor Linoli, con permiso de los franciscanos del convento de Lanciano,
hizo algunas nuevas investigaciones para ampliar los datos conocidos en las
investigaciones de 1970 y de nuevo descubrió con claridad que la carne pertenecía
al corazón.

Cada año millares de peregrinos de todo el mundo van a Lanciano a venerar


la reliquia de la carne y sangre de Cristo, que es uno de los mejores ejemplos de
complementación entre la ciencia y la fe católica, ya que ambas se complementan.

Nota.- Linoli Odoardo, Ricerche istologiche, inmunologiche e biochimiche sulla


carne e sul sangre del miracolo eucarístico di Lanciano (VIII secolo). Quaderni
sclavo di diagnostica 1971, Ed. Smel, 1992.

OTROS CASOS

En Alatri (Italia) a principios del año 1228, una joven, después de comulgar,
metió la hostia en un pañuelo y se la llevó a una hechicera. Tres días después
aquella hostia se había convertido en carne. La hechicera y la joven fueron a pedirle
perdón al obispo y contarle el suceso. El Papa Gregorio IX publicó una bula el
mismo año donde habla de este prodigio. Actualmente se conserva esta carne en
un relicario. En 1978 se celebró el 750 aniversario del milagro con gran
solemnidad.

El 23 de febrero de 1239 en el campo de batalla ocurrió el prodigio en un


pueblecito de Zaragoza. El capellán celebró la misa y consagró seis hostias para
dar la comunión a los seis capitanes de las tropas. Un ataque sorpresivo del
enemigo obligó a suspender la misa después de la consagración. El capellán ocultó
las hostias con los corporales en un pedregal del monte. Rechazado el enemigo, se
encontraron las seis hostias empapadas en sangre y pegadas a los corporales.
Actualmente se conservan en la basílica de Daroca (Zaragoza), mostrándose en
ciertas solemnidades a los fieles.

En la ciudad portuguesa de Santarem, en 1247, una mujer, desesperada por


la infidelidad de su esposo, fue a ver a una hechicera. Esta le dijo que trajera una
hostia consagrada. Fue a recibir la comunión y la envolvió en su velo; pero, cuando
iba a la casa de la hechicera, empezaron a salir del velo abundantes gotas de sangre.
Se fue a su casa y lo escondió todo en un cofre de madera. Por la noche, ella con
su esposo fueron sorprendidos por unos rayos misteriosos que salían del cofre e
iluminaba toda la habitación. Ella confesó lo sucedido. Al día siguiente, avisaron
al sacerdote, que colocó todo en una caja de cera. Al poco tiempo vieron la caja de
cera rota y la hostia sangrante estaba en una ampolla de cristal herméticamente
cerrada. Esa misma ampolla de cristal se conserva hoy con la sangre dentro. Hay
documentos antiguos que hablan de este milagro y que ha hecho de Santarem una
ciudad eucarística.

En la ciudad italiana de Bolsena, el año 1263, un sacerdote celebraba la


misa y dudaba de la presencia real de Jesús. Al partir la hostia, brotó súbitamente
tal cantidad de sangre que empapó el corporal y los manteles y algunas gotas
cayeron al suelo. Los corporales quedaron manchados con 83 gotas de sangre, en
las que aparecía la figura del Redentor. Cuando el Papa Urbano IV, que estaba en
Orvieto, se enteró, envió al obispo Santiago Maltraga y algunos teólogos como san
Buenaventura y santo Tomás de Aquino para confirmar el milagro. Este milagro
influyó decisivamente para la institución de la fiesta del Corpus Christi al año
siguiente.

En Lanciano (Italia) en 1273, una mujer, disgustada con su marido por los
malos tratos, fue a consultar a una amiga y ésta le aconsejó que fuera a comulgar
y quemara la hostia, y las cenizas se las diera a su marido en la comida para que
pudiera reconquistar su amor. Al querer quemar la hostia, ésta se convirtió en carne
de la que salió abundante sangre. Asustada, la envolvió en una tela y lo enterró
todo en el establo. En la tarde, al querer meter su esposo los animales en el establo,
casi no pudo y pensó que su esposa había hecho maleficios, pero ella lo negó. Por
siete años estuvo allí enterrado Jesús sacramentado, convertido en carne y sangre.
Por fin ella lo confesó todo y lo desenterraron. Todo estaba intacto. Lo llevaron a
Offida y allí se conserva todavía. Hay documentos dignos de fe que hablan de este
milagro. Hoy se conserva la parte de la hostia que quedó sin corromperse. La tela
está con manchas de sangre. El Papa Bonifacio VIII en una bula de 1295 habla de
este milagro. Actualmente en Offida todos los años se celebra la fiesta eucarística
de este milagro el 3 de mayo.
BETANIA

El padre Otty Ossa Aristizábal (1932-2015) era un sacerdote colombiano,


que trabajaba en Venezuela y atravesaba una gran crisis espiritual. Había decidido
dejar el sacerdocio y comenzar una nueva vida. Habló con el obispo del lugar,
Monseñor Pío Bello, quien le aconsejó que no se saliera de inmediato, que fuera a
su patria y estuviera allí descansando sin ningún compromiso sacerdotal y pasara
un año de reflexión antes de tomar la decisión definitiva. Si regresaba a Venezuela,
después del año “sabático”, podría volver a hablar y ver su futuro.

Pero Dios le salió al encuentro, cuando quizás menos se lo merecía y menos


lo esperaba. El 8 de diciembre de 1991 celebró la misa en la Finca Betania, donde
desde 1976 se aparecía la Virgen a la señora María Esperanza Medrano de
Bianchini. Eran las doce y media de la noche, apenas comenzando el día de la
fiesta de la Inmaculada Concepción. Celebró la misa con la rutina de quien no tiene
fe, pero tiene que cumplir su compromiso, pues era una persona extrovertida y le
gustaba estar con la gente. Allí, en ese momento, había “no menos de diez mil
personas. Eran peregrinos de todos los rincones de Venezuela y también de
Colombia, Trinidad, Puerto Rico, Bolivia, Estados Unidos y Panamá”.

Todo se desarrolló normalmente. En el momento de la comunión partió la


hostia consagrada en cuatro partes. Comulgó con una de las partes y depositó otra
en la patena. Al poco rato observó con estupor que en dicho fragmento había un
punto rojo del cual comenzaba a emanar una sustancia roja, en forma semejante a
como brota la sangre de una punzada, hasta cubrir una superficie de
aproximadamente un centímetro cuadrado.

Una religiosa se le acercó y le dijo: Padre, una hostia está sangrando. Él le


contestó: Ya me di cuenta. No quiso que se alarmara la gente y guardó la hostia
entre el corporal y la dejó en el sagrario. A las cinco de la mañana fue a celebrar
otra misa, abrió el sagrario y vio que la gota de sangre había corrido por la hostia.
Inmediatamente, la colocó dentro de la custodia, la llevó al altar y contó a la gente
lo que había sucedido. Todos se pusieron de rodillas, alabando y cantando al Señor.
Fue algo inenarrable.

El 10 de diciembre le entregó esa hostia sangrante al obispo Pío Bello de


Los Teques.1

El obispo llevó la hostia a la catedral y pidió que un pedacito fuera sometido


a examen de laboratorio de bioanálisis. Este examen primero, fue realizado por las
licenciadas Josua Zubizarreta y Rosa Da Silva el 12 de diciembre, determinando
que era sangre humana. Ulteriores exámenes clínicos determinaron que la sangre
era del grupo AB y esa sangre estaba sangrando y latiendo como si fuera un
corazón en llamas. Era sangre del corazón y el hombre al que pertenecía estaba
vivo y había sufrido mucho. Exactamente las mismas conclusiones como se han
1
Aristizabal Otty Ossa, Apariciones de la Virgen María en Betania, Ed. Paulinas, 1992, p. 105
dado en los exámenes clínicos de otros milagros eucarísticos como en Lanciano
(Italia), milagro del siglo VIII, o posteriormente en los milagros eucarísticos de
Buenos Aires en 1996, en Tixtla (México) en 2006, en Legnica (Polonia) en 2013
y en otros lugares. Es decir que es la sangre de la misma persona. Y nosotros, como
creyentes, concluimos que es la misma sangre de Jesucristo, que sufrió mucho
antes de morir, como descubren los científicos en estos exámenes de la carne y
sangre en que se transforman las hostias consagradas y que todavía están
incorruptas como en Lanciano, después de cientos de años.

No hace falta decir que el padre Otty se convirtió de veras en un auténtico


sacerdote de Cristo y el tiempo que le restó de vida fue un testimonio vivo de
sacerdote al servicio de Dios y de los demás. Actualmente la hostia sangrante de
Betania se encuentra por orden del obispo en el convento de las Agustinas
Recoletas de Los Teques.

MILAGROS EUCARÍSTICOS CON JULIA KIM

La Señora Julia Kim, casada y madre de 4 hijos, vive en Naju (Korea del
Sur) y ha tenido apariciones de la Virgen María y ha visto en su casa cómo una
imagen de la Virgen derramada lágrimas por el dolor de tantos de sus hijos que
van por el camino de la perdición. Tiene muchos carismas. Sufre algunos días los
dolores de la Pasión de Jesús y en varias ocasiones, al comulgar, se le convierte la
hostia en un pedazo de carne con sangre, que muchas personas han podido ver y
certificar; incluso en una ocasión, ante el Papa Juan Pablo II, en el Vaticano.
Veamos lo que ella misma nos dice sobre estos milagros eucarísticos.

El 16 de mayo de 1991 dice Julia: Apenas había comulgado, sentí en mi


boca gusto a sangre. Regresé a mi lugar en la iglesia y le mostré la hostia en mi
lengua a Pak Lubino. Él vio la sangre en los bordes de la hostia. Después vinieron
dos sacerdotes y la vieron y también algunos fieles. La hostia continuó
transformándose en sangre, de modo que mi boca estaba llena de sangre. En ese
momento tuve una visión: “Vi a la Virgen que lloraba, vestida con un manto azul
y un rosario en la mano derecha. Ella rodeó con sus brazos a los dos sacerdotes
presentes.

Entonces Jesús me habló y me dijo: Yo os amo de tal modo que, para


demostraros mi amor, vine a vosotros en persona, escondiendo mi naturaleza
divina, escondiendo mi divina Majestad, abajándome bajo la apariencia de pan y
esto lo hago, porque os amo. Muchas almas sin ningún reparo me profanan con
sacrilegios. Quiero que hagáis conocer el misterio de la Eucaristía a los que lo
ignoran para que yo pueda conseguir la salvación de innumerables almas.

Hijos míos del mundo, temed el castigo de Dios que está por enviar. Orad
intensamente y sacrificaos. Haced penitencia. La iniquidad del mundo sobrepasa
toda medida. El momento de la victoria de mi madre se acerca. Convertíos y
entrad en el arca de la salvación de María.2

El 1 de junio de 1992, durante la celebración de la misa en Roma, Julia


sentía fuertes dolores. Ella nos dice: Uno de mis grandes dolores era el dolor del
parto y lo ofrecía por los pecados de las madres que abortan. Después de la
comunión sentí un olor de sangre que provenía de mi boca. La hostia se había
transformado en carne y sangre. Julio, mi esposo, el sacerdote celebrante y otros
católicos pudieron constatar el milagro. Entonces oí la voz de Jesús. Me dijo:
“Sígueme sin preocupaciones, con plena confianza”.3

El 2 de junio de 1992 Julia estaba con un grupo de coreanos en Lanciano


(Italia), donde en el siglo VIII se realizó un milagro eucarístico, al convertirse la
hostia en un pedazo de carne y el vino en sangre. Ella refiere: Al momento de la
elevación de la misa, se vio una luz que se extendía por detrás a la derecha del
padre Orgie (filipino), que celebraba la misa. La hostia se transformó en carne y
sangre como hizo 1200 años antes en ese lugar.

El 22 de septiembre de 1995, durante la misa concelebrada por el obispo


Roman Danylak en la montaña de la Virgen, la hostia recibida por Julia se
transformó en carne y sangre, tomando una forma semejante a un corazón.
Monseñor Roman Danylak dejó su testimonio escrito: Yo, el suscrito obispo
Roman Danylak, administrador apostólico de la Eparquía de Toronto, para los
católicos ucranianos de Toronto, en Canadá, certifico solemnemente con la
presente de haber concelebrado una misa con el padre Luis Chang, cura de
Kwangju, Corea del Sur, y el padre Josep Finn el 22 de septiembre de 1995 a las
5 p.m. La celebración eucarística se celebró en un lugar abierto, previsto para
erigir una basílica en honor de la Virgen María… La hostia recibida por Julia
Kim se transformó en carne viva y sangre. Después de la misa, Julia nos ha
confiado que la carne divina era espesa y sangraba más abundantemente que otras
veces. Hemos orado en silencio y todos los presentes tuvieron la posibilidad de
ver y adorar la hostia milagrosa. Después de la misa, Julia refirió que tuvo cierta
dificultad para pasar la hostia, debido al espesor que tenía. Como testimonio de
lo escrito, firmo con otros testigos. Roman Danylak, obispo titular de Nyssa de la
Eparquía de Toronto, 22 de septiembre de 1995.

El 31 de octubre de 1995, durante la misa celebrada por el Papa Juan Pablo


II en su capilla privada, después de comulgar, la hostia de Julia se transformó en
carne y sangre. Los presentes, incluido el Papa, pudieron ver la hostia
ensangrentada en la boca de Julia.

Julia refiere: Llegamos a Roma en la noche del 26 de febrero de 2010 con


el padre Luis Chang y otros cuatro compañeros suyos. En la mañana del 27 de

2
I 33 miracoli eucaristici di Naju. Ed. Segno, 2010, p. 5
3
Ib. pp. 8-9
febrero fuimos con la señora Cecilia Pohl, alemana, a visitar a su Excelencia el
arzobispo Giovanni Bulaitis a su residencia oficial. La misa, concelebrada por el
arzobispo Bulaitis y el padre Chang, comenzó a las 10 en su capilla privada.
Después de comulgar, sentí olor a sangre y le dije a Peter Kim que mirara mi
boca. Él se soprendió y lo refirió a su Excelencia, al padre Chang y a los cuatro
religiosos y a otros peregrinos de Corea y de Alemania, quienes vinieron a ver el
milagro de amor de la Eucaristía. Después, su Excelencia me ordenó que tomara
la hostia sangrante. La tomé en obediencia y, en aquel momento, Jesús y la Virgen
se me aparecieron y bendijeron a todas las personas presentes en la capilla.4

BUENOS AIRES

La tarde del 1 de mayo de 1992 en la parroquia de Santa María de Buenos


Aires (Argentina) Carlos Domínguez, un laico ministro extraordinario de la
Eucaristía ve sobre el corporal dos fragmentos de hostia en forma de medialuna.
Quizás se cayeron del copón. Le habla al párroco Juan Salvador Carlomagno,
quien le dice que los ponga en un vaso con agua y lo ponga dentro del sagrario
hasta que se disuelvan las hostias y ya no esté Jesús presente y se pueda echar a un
florero según la costumbre.

En la mañana del 8 de mayo, el párroco controla el recipiente y queda


sorprendido. Les habla a los otros sacerdotes de la parroquia, padre Eduardo Pérez,
padre Eduardo Graham y el diácono Marcelo Pablo. Lo que ven en el agua son tres
coágulos de sangre y en las paredes del vaso algunas huellas de sangre. Avisaron
a la Curia y, como el cardenal Antonio Quarracino estaba ausente, hablan con
Monseñor Eduardo Miras, obispo auxiliar, que recomienda una investigación
médica. El fotógrafo Marcelo Antonini documenta en los días siguientes los
cambios que se siguen.

Después de un tiempo el agua del recipiente se evapora y queda una costra


en el fondo que con los años se separará. Esta es una costra roja de un par de
centímetros de larga.

Se encomienda las investigaciones a la oncóloga, vecina de la parroquia,


doctora Isabel Botto. Estudia la costra en unión con una técnica de laboratorio,
Alicia Martínez, en el Sanatorio evangélico El Buen Samaritano y ambas
confirman que se trata de tejido muscular. La doctora hematóloga, Adhelma
Myriam Segovia de Sasot, estudia el tejido muscular en que se transformó la hostia.
Ella dice: Pude observar en una ocasión una zona que parecía latir rítmicamente.
No había ese día ninguna filmadora o máquina fotográfica para poderlo grabar.
Y quedamos con la boca abierta al ver algo tan fantástico (un tejido muscular del
corazón que latía como un ser viviente).

En 24 de julio de 1994 en la misa dominical de los niños por la mañana, el


ministro laico que distribuye la comunión nota sobre el borde interno del copón
4
Ib pp.. 107-109
una gota de sangre. Este hecho no tuvo mucha resonancia y quedó como olvidado
ante los hechos de 1992 y 1996.

El 18 de agosto de 1996, después de terminar la distribución de la comunión


en la misa de 7 p.m., una de las feligresas le dice al sacerdote Alejandro Pezet que
ha visto una hostia en la base de un candelabro delante de un crucifijo. El padre va
a ver y recoge la hostia. Estaba muy sucia y empolvada. ¿Quizás la había dejado
allí algún posible profanador? El padre le pide a la señora Emma Fernández, que
era quien le había avisado, que la ponga en un vaso con agua y lo deje en el
sagrario. El 26 de agosto la señora Emma, que tenía la llave del sagrario por ser
ministra de la Eucaristía, observa el vaso con agua, ve algo extraño y le habla al
padre Pezet, que ve que la hostia se está convirtiendo en algo rojo. Se informa a la
Curia y uno de los obispos auxiliares, Jorge Bergoglio (que será el Papa Francisco),
recomienda que un fotógrafo profesional tome fotografías. Después de un mes,
pondrán la hostia sangrante en un frasco con agua destilada, que no es lo propio
para mantener vivo el tejido de carne y así estará con agua destilada durante los
tres años siguientes hasta las investigaciones del doctor Ricardo Castañón,
fundador del Grupo internacional para la paz.

El 5 de octubre de 1999 el arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Bergoglio,


encomienda al doctor Castañón las investigaciones de las hostias sangrantes y con
su permiso ese día saca una pequeña muestra de la costra de 1992. Otra segunda
muestra la saca ese mismo día del material del milagro de 1996, que estaba en agua
destilada. Estas dos muestras son estudiadas por el doctor John Walker de Sidney
y por el doctor Linoli (primer y gran investigador de la carne y sangre de
Lanciano). Para un parecer autorizado y definitivo acuden al famoso Frederick
Zigibe, cardiólogo de la Rockland County de Nueva York, pero no le dicen de
dónde sacaron las muestras. Él les dice: Soy especialista del corazón. Esta carne
(de las muestras) es del músculo del corazón, del ventrículo izquierdo y está
inflamado, está infiltrado de leucocitos (glóbulos blancos), que normalmente no
están en el corazón, pero salen de la sangre y se dirigen hacia la zona de un
trauma o de una herida. Semeja a lo que veo en los accidentes de carretera,
cuando el corazón viene expuesto a prolongadas maniobras de reanimación o
también se asemeja a lo que encuentro, cuando alguien ha sido golpeado
fuertemente en el tórax.

Hablar de leucocitos o glóbulos blancos en el corazón está indicando algo


sorprendente, ya que solo pueden encontrarse, si son alimentados en un organismo
viviente; pues en alguien que ha muerto, desaparecen en pocos minutos. Esto
significa que esta muestra está sacada de un ser vivo en el momento en que ha sido
extraída. Los glóbulos blancos no pueden sobrevivir más que pocos minutos, si se
disuelven los tejidos en agua. Sin embargo, han estado puestos un mes en agua
corriente y más de tres años en agua destilada. Y esto es inexplicable e increíble
para la ciencia.
En la declaración definitiva del doctor Zugibe, él especifica que la carne es
del tejido cardiaco y muestra alteraciones degenerativas del miocardio. Estas
alteraciones degenerativas son compatibles con un infarto del miocardio reciente,
o por obstrucción de una coronaria después de una trombosis o por un severo
traumatismo del pecho en la región del corazón. En una reunión del 28 de febrero
de 2008, el doctor Robert Lawrence de California reconoció que el tejido analizado
era definitivamente del miocardio inflamado (por los grandes sufrimientos que
padeció la persona).

Con estos resultados la Parroquia Santa María de Buenos Aires ha dedicado


una capilla a la adoración perpetua y en ella se conservan a la vista los vasos
sagrados relacionados con los milagros eucarísticos de los años 1992, 1994, y
1996. Es decir que conservan un pedacito del corazón vivo y sufriente de Jesús.

Como anotación queremos decir que un grupo de musulmanes, expertos en


ciberterrorismo, atacaron la web de esta parroquia en otoño de 2015. Dejaron
inactiva la página web parroquial durante casi un año, mientras que ellos habían
puesto una mezquita y una voz gutural invitando a la oración. Parece que era un
grupo turco que había atacado a grandes instituciones: Sitios de la ONU, de la
Coca Cola, instituciones europeas, Ministerio de defensa ruso, Sistema de defensa
del ejército israelí…, poniendo una bandera turca. ¿Por qué atacar la web de una
pobre parroquia católica?

TIXTLA

Tixtla es una tranquila ciudad de unos 23.000 habitantes en el Estado de


Guerrero en México. En 2006 el párroco de la parroquia San Martín de Tours había
organizado un fin de semana de retiro espiritual y había invitado a un predicador
de prestigio, al padre Raymundo Reyna Esteban, llamado popularmente como
padre Rayito, de casi dos metros de altura y unos 50 años de edad.

El domingo 22 de octubre de 2006 celebró la misa de clausura del retiro en


el Auditorio municipal, porque había unas 600 personas. En el momento de la
comunión, dos religiosas le ayudaban. Sor Arely Marroquín dejó de dar la
comunión y se fue hacia el altar entre lágrimas y le hizo ver el copón al padre
Rayito: una hostia estaba manchada de sangre. El padre Rayito se puso de pie y
exclamó delante de todos: Esto es un milagro; y mostró públicamente la hostia
manchada de sangre, y entonó con su voz potente: Que viva mi Cristo, que viva mi
Rey. Fue un momento emocionante, unos aplaudían, otros lloraban…

En las semanas siguientes, Monseñor Alejo Zabala, obispo de


Chilpancingo, a quien pertenece Tixtla, instituyó una comisión de cuatro
sacerdotes para saber qué había sucedido en realidad. También en este milagro
resultó decisiva la intervención del doctor Ricardo Castañón. Se hizo presente en
Tixtla en 2009 y el obispo le encomendó las investigaciones y le autorizó a extraer
dos pequeñas muestras. La investigación corrió a cargo del Grupo internacional
para la Paz, fundado por el mismo doctor Castañón. Concluyó el 25 de febrero de
2013. El doctor Castañón hizo investigaciones en laboratorios especializados en
medicina forense, genética, etc., en México, Guatemala, Bolivia y Estados Unidos,
sin decirles de dónde provenían los tejidos de la carne en que se había convertido
la hostia.

Los resultados obtenidos fueron: La sangre es sangre humana del grupo


AB y el tejido es del músculo del corazón. La sangre no ha salido del exterior,
como si hubieran manchado la hostia con sangre de alguien de fuera, sino que
venía del interior de la hostia. Este es un dato importante que significa que no hubo
falsificadores. Por otra parte, el hecho de que sea sangre AB indica que es la más
rara de todos los grupos sanguíneos y, por eso, también difícil de falsificar. Cosa
muy interesante es anotar que tanto la sangre de la Sábana Santa de Turín como
del Sudario de Oviedo, como de la túnica de Argenteuil (Francia) tienen el mismo
grupo AB, al igual que la sangre de Lanciano o de Buenos Aires y Tixtla. Imposible
que un falsificador del siglo VIII hubiera podido falsificar la carne y sangre de
Lanciano sin saber estos datos e, incluso ahora, sabiendo que es difícil encontrar
ese tipo de sangre, que es raro en el mundo.

Por otra parte, el hecho de que el tejido muscular sea del corazón y tenga
glóbulos blancos es imposible de hacerlo a propósito, pues no sobreviven más que
unos minutos a la extracción del ser viviente y más si se tiene el tejido en agua.

El 25 de mayo de 2013 en Chilpancingo, en el Auditorium Sentimientos de


la Nación, se tuvo un simposio oficial para la presentación de los datos científicos
obtenidos de las investigaciones. El doctor Castañón entregó al obispo Alejo
Zabala dos copias de las conclusiones, una para el obispo y la otra para enviarla al
Vaticano, a la Congregación para la doctrina de la fe. El 12 de octubre de ese año
2013 se promulgó la declaración formal y solemne del reconocimiento del carácter
sobrenatural de los hechos, declarándolo un milagro.

SOKOLKA

El 12 de octubre de 2008 en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua


de Sokolka (Polonia) celebraba la misa a las 8.30 a.m. el padre Filip Zdrodowski
y en la distribución de la comunión le ayudaba el asistente don Jacek Ingielewicz.
Se cayó una hostia al suelo. Una feligresa se había arrodillado para recibir la
comunión y sin decir nada tocó la pierna de don Jacek y con la mirada le mostró
la primera grada del altar. El sacerdote recogió la hostia y decidió no darla en
comunión, sino ponerla en un vaso de plata, preparado para purificar las manos, y
ponerlo en el sagrario. El mismo día el párroco Stanislaw fue informado y pidió a
sor Julia Dubowska, que era un poco la sacristana de la parroquia, que pasara el
contenido del vaso a otro vaso de vidrio más grande, echarle más agua y ponerlo
en la caja fuerte de la sacristía, de la que solo él y sor Julia tenían la llave. La
hermana hizo lo mandado y por curiosidad todos los días de la semana siguiente
fue a echar una ojeada al vaso.
El domingo siguiente 19 de octubre a las 8 a.m. sor Julia miró de nuevo el
vaso y sintió un perfume de pan. Pensó que significaba la completa disolución de
la hostia en el agua, pero no era así. Más tarde contará de haberse sentido en ese
momento como Moisés delante de la zarza ardiendo. Vio que una parte de la hostia
no se había disuelto y era como un coágulo de sangre. El agua estaba limpia y sor
Julia llamó de inmediato al párroco y él, con los otros sacerdotes, decidió mantener
todo en secreto. Aquel día sor Julia sacó una foto del recipiente y su contenido,
fotografía que está en internet.

El mismo día, don Stanislaw informó a la Curia del extraño fenómeno y


pocos días después el arzobispo Edward Ozorowski y el canciller Andrzej
Kakareko fueron en persona a la parroquia a verificar los hechos. El obispo pidió
que continuaran guardando con reverencia la hostia y el 20 de octubre el vaso fue
sacado de la caja fuerte y metido en el sagrario de una pequeña capilla, dedicada a
la divina misericordia, que se encuentra en la casa parroquial. El 30 de octubre,
por indicación del arzobispado, el párroco, con una cuchara, separó la parte sólida
de la hostia del agua y la depositó en una pequeño corporal (pequeño mantelito
que se coloca sobre el altar durante la misa). En el centro del corporal estaba
bordada una cruz y el coágulo cubría parcialmente dos de los cuatro brazos de la
cruz bordada. Y el corporal con la hostia sangrante fue colocado dentro de una
custodia transparente y mantenido todo en el sagrario.

Hacia mitad de 2009 el material misterioso se había secado completamente


y se había adherido al tejido de lino del corporal. Pasaron algunos años y la reliquia
de Sokolka seguía teniendo el mismo aspecto. Entonces el arzobispado decidió
proceder a investigaciones científicas para aclarar la naturaleza del material u
hostia misteriosa. La Curia pidió la máxima seriedad y secreto total y encomendó
la investigación a dos expertos de la universidad de Bialystok, Stanislaw
Sulkowski y la profesora María Elzbieta, ambos especialistas en anatomía y
patología, que trabajaban en la universidad, aunque en departamentos diversos, y
tenían un curriculum de científicos de todo respeto.

El 7 de enero en Sokolka se abrió el sagrario y la profesora Soboniec-


Lotowska pudo extraer una pequeña muestra. En la muestra hay una partecita de
hostia blanca, que no se podía separar. El material se estudió con el profesor
Sulkowski que aquel día no estaba presente y que, sin saber de dónde procedía la
muestra, lo estudió. En las semanas siguientes el material fue estudiado al
microscopio óptico y con el microscopio electrónico y he aquí los resultados:

Era tejido del corazón (miocardio). Se hallan presentes señales de


sufrimiento como segmentación y fragmentación. Como ya en otros milagros
eucarísticos, es inexplicable el no ver signos de corrupción o degradación después
de todo el tiempo transcurrido, primero en agua y después al aire por meses y ahora
(para quienes van en peregrinación) después de años y sin ningún conservante. La
sangre es de un ser humano vivo y es AB.
La diócesis instituyó el 30 de marzo de 2009 una comisión para investigar
los hechos. El 14 de octubre de 2009, un año después de los acontecimientos, el
rector del arzobispado de Bialystok, Andrzej Kakareko, pudo declarar que el
suceso de Sokolka confirma la fe de la iglesia y reconoce a los fieles la posibilidad
de venerar la reliquia. El 2 de octubre de 2011, con presencia de 35.000 fieles, la
custodia que contenía el corporal con fragmentos de la hostia fue llevado
solemnemente a la capilla de la Virgen del Rosario de la iglesia parroquial, donde
viene expuesto para adoración cotidiana junto con una custodia con el S.
Sacramento. Cada día se presentan decenas y centenares de fieles en peregrinación
y la parroquia ha dispuesto un centro de acogida con la ayuda de sacerdotes,
religiosas y laicos voluntarios a tiempo completo. Se han señalado algunas
curaciones espirituales y corporales.

Los dos profesores de la universidad, que hicieron las primeras,


investigaciones fueron llamados por el Rector de la universidad, acusados de
seguir investigaciones de modo “desleal e ilegal”. No se necesita aclarar que el
Rector y muchos de los profesores de esa universidad no eran creyentes.

LEGNICA

Es una ciudad de 100.000 habitantes en la Baja Silesia. Era territorio alemán


hasta la segunda guerra mundial. En esta ciudad, en la iglesia parroquial de San
Jacinto, en la mañana del día de Navidad de 2013, estaba celebrando la misa un
sacerdote; y una hostia cayó al suelo en el presbiterio al momento de la comunión.
Era una hostia apenas mojada un poco con el vino consagrado y al contacto con el
suelo se ensucia. El sacerdote decide como en Sokolka ponerla en un recipiente
con agua, en concreto en un cáliz de metal, que se coloca en el sagrario. El 5 de
enero de 2014 otro sacerdote más anciano de la comunidad controla el vaso y nota
que un borde de la hostia se ha separado del resto y se está coloreando de rojo. En
el sitio web de la parroquia se puede ver alguna fotografía de esto. Le avisan al
obispo de Legnica, Monseñor Stefan Cichy y ordena continuar observando el
hecho. Después de dos semanas, el pedacito de hostia coloreado de rojo está aún
en la superficie del agua, mientras el resto se ha disuelto completamente.

El obispo forma una comisión y ordena investigaciones científicas y el 26


de enero de 2014 se procede a extraer una muestra para estudiarla en la universidad
vecina de Breslavia (Wroclaw en polaco) y después en la universidad de Stetino
(Szczecin en polaco). El 10 de febrero de 2014 este misterioso material biológico
de color rojo oscuro viene sacado del agua. En las semanas siguientes se va
secando.

En conclusión, el departamento de medicina legal declara: Las imágenes


muestran fragmentos de tejido muscular. Las imágenes a las que más se asemejan
son a las del músculo del corazón, con alteraciones que con frecuencia acompañan
a la agonía. El test de ADN indica que el tejido es de origen humano y la sangre
del grupo AB. En enero de 2016 el obispo Zbigniew, sucesor de Monseñor Cichy,
presenta el dosier de las conclusiones a la Congregación para la doctrina de la fe
del Vaticano. Finalmente, el 10 de abril de 2016 se publica una comunicación en
la que se declara que el suceso eucarístico ocurrido en la iglesia de San Jacinto
posee características de un milagro. El obispo invitó al párroco a poner en la iglesia
un lugar apropiado para la exposición de la reliquia a la veneración de los fieles y
que a los futuros visitadores se les informe adecuadamente sobre los sucesos
ocurridos. Y se abre un libro para escribir las eventuales gracias o sucesos
sobrenaturales.

La custodia con la reliquia de la hostia milagrosa ha sido puesta


solemnemente en una capilla dedicada a la divina misericordia, en una nave lateral
de la misma iglesia de San Jacinto. Numerosos peregrinos visitan esta iglesia de
todo el país e incluso de Asia y América. Y hay costumbre de que, al final de la
misa, el párroco se entretenga con los visitantes para contar el suceso de 2013. De
hecho, el párroco del gran número de curaciones y conversiones que se dan.

De hecho, resulta inexplicable científicamente la transformación de una


hostia de trigo en un tejido del corazón, al igual que sucedió en Lanciano, Tixtla,
Buenos Aires, Sokolka o aquí en Legnica. En estos casos hay signos evidentes en
los músculos del corazón y de que ese corazón ha sufrido terriblemente con
espasmos sangrantes al momento de sacar las pruebas, pues todavía se sentía
palpitar, ya que parecía estar unido a un gran complejo vivo que lo alimentaba y le
daba vida teniendo así glóbulos blancos. Es decir, era un corazón vivo y palpitante
como el Corazón de Jesús, que lo ha sido y seguirá siéndolo por siempre y en cada
misa renueva y actualiza su pasión, muerte y resurrección como en la carne y
sangre de las hostias consagradas. Los científicos dicen que la muestra tomada en
estos milagros eucarísticos estaba viva en el momento de extraer las muestras y, al
no corromperse, sigue estando vivo permanentemente.

En las pruebas se nota, según los estudios, una reacción inflamatoria por
tantos sufrimientos padecidos. Y “el milagro no consiste solo en la transformación
de la hostia de trigo en carne y sangre humanas, sino que el tejido muscular del
corazón de esa carne y sangre está misteriosamente unido a un organismo
completo, aunque invisible a nuestros ojos. Los glóbulos blancos que están ahí no
son producidos en ese lugar en el tejido inflamado, sino que llegan de otra parte,
utilizando una circulación sanguínea funcionante, atraídos para dar una
respuesta a la inflamación del músculo. Los glóbulos blancos o leucocitos nos
hablan de un organismo entero que está vivo y está tratando de reparar un tejido
inflamado y lesionado.5

Las únicas células que se mueven rítmicamente son las células musculares
y muy en particular es propio de las células musculares del corazón. Por eso hay
una evidencia asombrosa de que estas células cardiacas de la carne y sangre de
los milagros estaban vivas. El famoso profesor Linoli, que estudió el milagro de
5
Serafini Franco, Un cardiologo visita Gesù, Ed Studio domenicano, 2019, p. 117
Lanciano, afirma: La entera reliquia de la carne de Lanciano estaba viva en el
momento en que apareció sobre el altar de la misa en el siglo octavo.6

Estamos realmente frente a un hecho que la razón humana no puede


comprender, pero la ciencia y los instrumentos modernos demuestran
inequívocamente una realidad biológica dotada de la complejidad de los seres
vivientes, pero que no puede explicar el origen ni la permanencia. ¿Cómo ha sido
posible que un pedacito de pan se haya convertido en carne del corazón? ¿Y cómo
ha hecho para poder seguir vivo durante tantos años y continúa…, a pesar de haber
estado sumergido en agua casi cuatro años? ¿Y cómo explicar su supervivencia sin
recibir alimento? ¿Y en condiciones ambientales hostiles? ¿Y sin conservante
alguno?

Los milagros eucarísticos nos dicen con un lenguaje científico hoy que en
la Eucaristía está realmente presente el Cuerpo y sangre de Jesucristo. Es una
presencia misteriosa, pero real y que supera el tiempo y el espacio; y está presente
en cualquier sagrario, en cualquier parte del mundo, y tanto hoy como ayer y
mañana lo estará hasta la consumación de los tiempos. Es el mismo cuerpo de
Cristo que está glorioso a la derecha del Padre y, a la vez, en un eterno presente
sufre la pasión y muerte y la actualiza en cada misa. Como diría Blas Pascal: Jesús
estará en agonía hasta el fin del mundo.

SÁBANA SANTA

John Jackson y William Mottern, físico especialista de la SADYA, empresa


norteamericana dedicada a la creación y fabricación de los aparatos secretos de
investigación espacial, quedaron asombrados al darse cuenta de que la imagen de
la Sábana santa era tridimensional y tan distinta a una fotografía como una estatua
a una pintura. Se dieron cuenta de que el grado de luminosidad de la imagen de la
síndone estaba matemáticamente relacionada con la distancia del cuerpo del
lienzo. Es decir, la imagen alcanza el máximo de brillantez en aquellas zonas donde
el cuerpo toca el tejido: nariz, frente, cejas…En cambio, la imagen es menos
intensa allí donde el cuerpo y el tejido no se tocan: hueco de la órbita de los ojos,
ambos lados de las mejillas. Este descubrimiento ya implica que la imagen de la
síndone había sido formada por un objeto tridimensional. También indicaba que la
imagen no había podido producirse por contacto directo como, por ejemplo,
colocando una tela sobre el cadáver.

Los doctores Jackson y Jumper afirmaron: Una fuerza desconocida produjo


con carácter instantáneo una transformación físico-química del cadáver que lo
convirtió en una radiación lumínico-térmica, que dejó esas inexplicables huellas
en el lienzo que lo envolvía y lo hizo con una sensibilidad tan fina que el VP-8 fue
capaz de apreciar dos discos de unos tres milímetros de grosor y con unas letras
grabadas en los mismos, correspondientes a dos monedas en los ojos del hombre
de la síndone. Este hallazgo conseguido al estudiar la tridimensionalidad de la
6
Ib. p. 118
imagen hace que sea prácticamente imposible negar que la síndone sea del siglo
I al igual que las dos monedas.

Para explicar la tridimensionalidad de la imagen, debió existir una radiación


que, brotando del cuerpo envuelto, produjera un efecto semejante al de los fotones
de las radiaciones captadas por el espectrofotómetro y con cualidades muy
parecidas. El lienzo quedó impresionado a modo de placa o cliché y el resultado
son las huellas; no son sombras ni contactos, sino quemaduras ligerísimas en
relación inversa a la distancia del lienzo al foco de esa radiación. Ray Rogers,
especialista en termografía nuclear, dice que la fuente de energía brotó de todos
los puntos del cuerpo, en el mismo instante y con la misma intensidad; con una
sensibilidad tan fina como para ser capaz de apreciar la diferencia de relieve que
existe por ejemplo entre el borde de los labios y el valle anterior a la barbilla.

Surgió en forma de radiación lumínico-térmica, pero controlada. A pesar de


la asombrosa energía, no desintegró ni el cuerpo ni el lienzo que lo envolvía. Esta
radiación no vino de fuera, sino de dentro del cuerpo, pues las huellas están en lo
que fue el interior del lienzo envuelto. ¿Cómo pudo ser esto? ¿Cómo es posible
que exista radioactividad entre un cuerpo muerto y la tela inerte que lo envuelve?
¿Cómo esta radiación no destruyó el cuerpo ni el lienzo? ¿Quién la produjo y la
controló? La explicación más razonable que dio el doctor Jackson de la NASA en
el Congreso de sindonología en París en 1989 o el doctor Lindner en el Congreso
de Roma de 1993 es que la imagen de la Sábana Santa se produjo en el momento
de la resurrección.

EL SUDARIO DE OVIEDO

Es una tela de lino antiguo de 83x53 cm que presenta evidencias de manchas


de sangre y está custodiado al menos desde hace mil años en la catedral de Oviedo
en España. La tradición lo venera como el sudario que envolvió la cabeza de Jesús
después de su muerte. Como la Sábana santa, también el Sudario ha sido sometido
a la prueba del carbono 14 en cuatro ocasiones entre 1990 y 2007 y pareciera que
pertenece alrededor del año 700 d. C., pero sabemos ya que la prueba del carbono
14 no es de fiar. Por ejemplo, una tela de lino de un sacerdote egipcio de la 21
dinastía egipcia (1110-950 a.C.) se usó como control sin que se supiera de dónde
procedía el tejido y dio que databa de hace 300 años, cuando en realidad lo era
desde hace 3.000 años.

Un estudio muy especial, realizado por el Instituto nacional de toxicología


de España, entidad de prestigio internacional, es haber analizado el ADN en los
restos de sangre del sudario de Oviedo. Jorge Manuel Rodríguez, presidente del
centro español de sindonología, ha confirmado que es la primera vez que alguien
posee un fragmento de ADN de una reliquia tan importante, que se atribuye a
Jesús. Al estudiar los hilos impregnados en sangre, los expertos descubrieron una
pequeña parte de ADN mitocondrial, una sección de ADN que se hereda de la
madre. En este caso, estaríamos ante el hallazgo de una parte del ADN de la Virgen
María.

Este santo sudario sería el que cubrió la cabeza del crucificado, siguiendo
la costumbre judía, mientras se trasladaba el cadáver, hasta el sepulcro, donde
recibía la sábana que lo envolvía junto con mezcla de mirra, aloe y otras cosas.

Los esposos Whanger estudiaron en 1979 la Sábana santa y el Sudario de


Oviedo y pudieron comprobar que ambos son auténticos. Observaron que hay 70
manchas de sangre en el rostro que son coincidentes en ambos 50 en la nuca y
cuello. Sólo en la frente derecha no hay manchas en el sudario y sí las hay copiosas
en el síndone. ¿Por qué? Porque la corona de espinas pudo haber estado
parcialmente en la frente, cuando se colocó el sudario, impidiendo que éste se
manchara. Las manchas del sudario son más intensas y mucho más extensas que
las de la síndone, porque el sudario envolvió la cabeza al descender Jesús de la
cruz; en cambio, la síndone lo recibió, cuando parte de la sangre había sido
limpiada por el sudario o coagulada.

La similitud entre el sudario de Oviedo y la Sábana santa es muy grande.


Según Monseñor Giulio Ricci, presidente del centro romano de sindonología en su
libro L’uomo della Sindone è Gesù, podemos anotar: Hay una compatibilidad casi
total entre las manchas del Sudario y el rostro de Jesús impreso en la Sábana Santa.
Esas manchas de sangre también corresponden al grupo AB, al igual que la
síndone. Max Frei estudió el polen del Sudario y encontró polen de plantas que se
hallan en la Sábana Santa y algunas son características de Palestina, pero no halló
de otras especies de Turquía o del resto de Europa, porque el Sudario, seguramente,
no estuvo en Constantinopla ni en otras partes de Europa, excepto en España.
Actualmente, se están celebrando Congresos internacionales para estudiar el santo
sudario y ver la correspondencia con la Sábana santa.

TÚNICA DE ARGENTEUIL

El Sudario tiene manchas de sangre humana del grupo AB y la túnica de


Argenteuil, que según la tradición era la túnica de Jesús cuando sufrió la pasión y
que se guarda en la basílica de Saint Denys de Argenteuil a 12 Kms de París,
también tiene sangre del grupo AB. Cosa que hubiera sido casi imposible
reproducir a un falsificador que no sabía nada de grupos sanguíneos y que además
el AB es difícil de encontrar. Esta reliquia desde 1905 pertenece al Estado francés,
no a la Iglesia, y el obispo del lugar mandó hacer investigaciones en secreto. El
profesor Gerard Lucotte y André Marion, los más importantes estudiosos de la
túnica sagrada afirman también que tiene sangre AB y tiene glóbulos rojos y
también blancos, lo que humanamente es imposible en un tejido de un hombre
muerto, en el que los glóbulos blancos solo permanecen unos pocos minutos. Y
observemos que la sangre de Cristo es AB y en el mundo solo son el 4% aunque
entre algunos judíos es el 15%. Por ser raro es más difícil de que hayan sido
falsificados, tanto la Sábana Santa como el Santo Sudario o la túnica de Argentevil,
así como los milagros eucarísticos que tienen sangre AB.

Que la túnica de Argenteuil tiene sangre AB fue descubierto por el


hematólogo Dr. Saint Prix en 1985. Lucotte descubrió que la túnica la vistió un
varón con cromosomas XY, según análisis del ADN.

En las lágrimas de sangre de una imagen de la Santa Faz en Benin (África)


también se descubrió en 1995 que la sangre era AB.

EL CRISTO DE COCHABAMBA

El doctor Ricardo Castañón es un gran investigador de fenómenos místicos


extraordinarios. Es psicólogo clínico, diplomado en bioquímica y especialista en
neuropsicología y medicina psicosomática. Es boliviano y lo conozco
personalmente, pues es un fervoroso católico que va por todo el mundo
investigando y, a la vez, dando testimonio de su fe católica. Hasta el año 1995 era
ateo convencido, pero ese año tuvo que investigar en Cochabamba (Bolivia) los
fenómenos de un Cristo que exudaba sangre y llegó a la conclusión de que esos
fenómenos eran reales y que Dios existía.

Todo comenzó el 9 de marzo de 1995. Él dice: Estoy delante del Cristo y


observo la pequeña obra. Mide unos 30 centímetros, representa el busto de Jesús
con un rostro sufrido y muy afligido. Me dicen que es el Cristo de Limpias, al
menos es el nombre que le atribuyó el proveedor de la imagen a la señora Silvia.

El 14 de abril regresé aproximadamente seis minutos antes de las ocho la


noche, ingresé a la habitación (donde estaba el Cristo) y el ojo izquierdo de la
imagen me estaba esperando. Un líquido espeso se desprendía del ojo,
desplazándose lentamente por gravedad. Filmé toda la secuencia y luego solicité
a una de las personas presentes hacer lo mismo mientras yo tomaba las muestras
de sangre…Sí, estaba delante de un Cristo que derramaba lágrimas como lo haría
una persona viva; es más, vertía un líquido muy aparecido a la sangre…Las
primeras muestras fueron llevadas al día siguiente a la ciudad de la Paz, a los
laboratorios LAB-TEC de los doctores Gutiérrez-Ibargüen. Ellos observaron el
ejemplar, encontrando hemoglobina, la proteína fundamental de la sangre.

Ulteriormente en un estudio independiente, el laboratorio La Paz de la


ciudad de Cochabamba también afirmó haber encontrado hemoglobina. Dado que
la hemoglobina podría corresponder también a la de un animal, me aconsejaron
recurrir a un estudio genético, el único que podría confirmar la verdadera
naturaleza de dicha sustancia.

Todos los estudios los hacía por propia iniciativa sin que los propietarios
del Cristo ni la jerarquía eclesiástica lo solicitaran. El 27 de junio de ese mismo
año 1995 fui invitado al XIII Congreso mundial de Medicina de la asociación
médica cubano-americana para presentar los resultados neuro-fisiológicos
obtenidos en místicos modernos y allí me referí al Cristo de Cochabamba. El
licenciado Ron Tesoriero, abogado australiano, que había seguido mis
investigaciones anteriores con interés, se interesó por este caso y decidió
colaborar con los costos elevados de laboratorio, que se elevaban a varios
millones de dólares.

Acudimos a los laboratorios de más prestigio, los GEN-TEST de Nueva


Orleans, el día 7 de julio, sin decirles de dónde provenían las muestras. El informe
final fue recibido el 25 de septiembre de 1995. Los científicos Shinha y
Montgomery certificaban: Que las muestras en la primera prueba de presunción
de sangre dieron resultados positivos y que había presencia de ADN humano.

Al comunicar a los expertos de dónde provenían las muestras, su sorpresa


fue muy grande y, desde el punto de visto científico, no podían explicar cómo un
busto de yeso tenía efusiones de sangre humana.

Para confirmar más estas pruebas, Ron Tesoriero llevó muestras al


laboratorio forense del Gobierno de Nuevo Gales del Sur, en Australia, y las
pruebas realizadas confirmaron los mismos resultados de Nueva Orleans, pero
descubrieron algo insólito. La sangre se coagulaba en forma de costras como en
cualquier herida normal, pero sólo en la parte de la cabeza en que estaban las
heridas de la corona de espinas, no en el cuello o pómulos o en la vestimenta. Las
costras se registraban solamente en los lugares donde muy probablemente las
espinas provocaron las laceraciones que lastimaron la piel, conformando heridas
sangrantes.

En una costra, tomaba el 22 de agosto y analizada en el laboratorio de


Australia, se determinó que era sangre humana; pero, además, el doctor Peter
Ellis del Instituto de clínica patológica e investigación médica de Sidney, en su
informe del 4 de enero de 1996, observó la punta de una espinita y, según el
informe, “podría indicar que proviene de una planta tipo cactus” (o posiblemente
de una espina de cactus).

Se recurrió al doctor John Walter, experto en botánica y en el análisis


microscópico de estructuras moleculares orgánicas. Y afirmó: “El espécimen bajo
el microscopio aparece como la punta de una espina afilada de una planta
proveniente de regiones áridas. La estructura molecular claramente indica la de
una espina”.

¿Una espina en la frente de Jesús, de donde se recogió la costra? ¿Quién


podría haber colocado allí una espina, que sólo se pudo identificar con un
microscopio electrónico de altísima resolución? Hay que aclarar que ninguno de
los laboratoristas conocía la procedencia de la costra…
Como muchos casos similares son atribuidos al poder mental
ectoplásmatico o telérgico de personas que oran o de los propietarios de las
imágenes, cuando están presentes, pensamos en obtener un registro filmado
instalando una máquina programada que filmara la imagen durante toda la noche.
El objetivo era la posibilidad de obtener una muestra de efusión de lágrimas en
ausencia de personas.

El martes 22 de agosto de 1995 a las 10 de la noche, el experto australiano


Bill Steller instaló el sistema de filmación programada lo que permitió lograr una
de las pruebas más hermosas de aquello que ocurre en el rostro de Cristo. Se
obtuvo la filmación del llanto y el momento en el cual la lágrima cristalina cae al
pecho del busto. La película ha sido vista hasta el presente por millones de
personas en los cinco continentes, sin que alguien haya podido denunciar
manipulación alguna, sino más bien, reconociendo la validez y el significado de
tan importante documento.

Así se ha descartado cualquier teoría telérgica o ectoplasmática. Por otra


parte, la placa tomográfica, efectuada en el Centro scaner Cochabamba a cargo
del doctor Alberto Darrás, revela que la imagen por dentro es hueca y sólo tiene
aire. No hay evidencia de porosidades, huecos ni sistemas que puedan hacer
pensar en la instalación de instrumentos sofisticados que expliquen las efusiones
de lágrimas de sangre.

Por eso, podemos preguntarnos: ¿Dónde existe un poder paranormal capaz


de crear nada menos que una cadena de genes correspondiente a la naturaleza
humana? El obispo de Cochabamba, René Fernández, después de analizar las
conclusiones y evaluar los datos con la Comisión teológica instituida, aprobó el
informe y ante la prensa entregó un documento el 30 de septiembre de 1995 en el
cual AUTORIZA LA VENERACIÓN DE LA IMAGEN DEL CRISTO QUE LLORA
EN COCHABAMBA.

Pero hay más, el 28 de marzo de 1997, en la catedral de Cochabamba,


durante la celebración de las Siete palabras, aquel Viernes Santo, estando
presente un gran público, pudieron comprobar la lacrimación de la imagen. Una
muestra se envió al Instituto de medicina legal del hospital universitario Agostino
Gemelli de Roma. El doctor A. Fiori estudió la muestra y dio el informe el 22 de
abril de 1998 afirma: “El nuevo análisis realizado sobre las muestras de sangre
permitieron únicamente confirmar que el material examinado es sangre y tiene
origen humano”.

Y el doctor Ricardo Castañón termina diciendo: Luego del estudio en dos


laboratorios nacionales (La Paz y Cochabamba) y tres en el exterior: Nueva
Orleans (USA), Sidney (Australia) y Roma (Italia), creemos suficiente prueba de
base para demostrar que el líquido de Cochabamba es verdaderamente sangre
humana (del grupo AB).
Y continúa: Mis investigaciones sobre el Cristo boliviano llamaron la
atención de la productora de televisión norteamericana FOX. Esta empresa
decidió buscar al mejor productor de documentales de investigación y optaron por
invitar a Mike Willesee, la mayor autoridad de habla inglesa…El equipo estuvo
conformado por técnicos llegados de Australia, USA e Inglaterra. Ellos, con la
autorización de la familia Arévalo Urquiri, tomaron su propia muestra de la
sustancia rojiza de la imagen del Cristo sangrante. Y llevaron la muestra a los
laboratorios “Forensic analytical” en Hayward de California. Los resultados los
dieron a conocer en vivo durante la transmisión del largometraje en una entrevista
que hizo Mike Willesee con la doctora Lisa Calandro, responsable de la
investigación de la muestra. Era el 28 de julio de 1999, a las ocho de la noche, en
vivo desde California.

El documental se titulaba “Signos de Dios: La ciencia prueba la fe”. Y en


él se declaró públicamente que los resultados obtenidos eran exactamente iguales
que los míos y que la muestra contenía sangre humana.

Por último, el 9 de marzo de 2000, el sacerdote Alberto del Becchio,


párroco de la parroquia de san Pedro, donde sucedieron los hechos, presidiendo
una celebración por el quinto aniversario de las efusiones de sangre, pudo
constatar que el rosto de Cristo se humedecía con una sustancia con fragancia de
rosas…En total, las lacrimaciones observadas han sido más de 300.7

El mismo doctor Ricardo Castañón nos dice: No trabajo solo, tengo un


equipo en diferentes países y, hasta ahora, he estudiado más de 50 casos, de los
cuales sólo siete han sido falsos. Recurro a especialistas en radiología
electroencefalografía, neurología, y hasta físicos nucleares para llegar a las
conclusiones.

En resumen, Jesús sigue derramando su sangre (del grupo AB) para


manifestarnos su amor. Cuando asistamos a la misa seamos conscientes del gran
milagro de la transubstanciación, y al comulgar, hagámoslo con la fe firme de
recibir a Jesús vivo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, evitando toda rutina,
descuido e indiferencia.

CONCLUSIÓN

Después de haber leído atentamente los datos anteriores de acuerdo a los


estudios científicos de los principales investigadores de los milagros eucarísticos
y con los mejores instrumentos de última generación de los principales centros de
estudio de universidades de fama mundial, podemos decir sin miedo a
equivocarnos: Jesús está vivo. Su corazón sigue latiendo de amor por nosotros.
Sigue derramando su sangre por nuestro amor y por reparar tantos pecados que se
cometen en el mundo entero. Jesús, de acuerdo a los datos de su Corazón

7
Leer el libro del doctor Ricardo Castañón ¿Llora Cristo en el Valle? Ed. Grupo internacional para la
paz, 2000.
inflamado, según todos los científicos que han estudiado la carne de su Corazón,
ha sufrido mucho. No en vano nos dice el Evangelio que sufrió dolores mortales
en la cruz.

Y su sangre del grupo AB aparece en diferentes reliquias antiguas y


modernas como en la Sábana Santa, el Sudario de Oviedo o la túnica de Argenteuil,
que tienen el mismo grupo sanguíneo AB, lo que sería imposible para un
falsificador haberlo sabido hace cientos de años para manchar con sangre AB estas
reliquias. Eso precisamente es una de las razones de su autenticidad. Jesús ha
transformado un pedazo de pan de trigo en carne de su propio Corazón, carne que
palpita y late como perteneciente a un ser vivo que lo alimenta y hace que existan
glóbulos blancos, que entran al corazón para querer reparar las heridas o grandes
sufrimientos del paciente.

Jesús nos ha amado tanto que permite que los científicos puedan comprobar
estos milagros inexplicables para la ciencia como una prueba indiscutible de su
existencia y de que sigue vivo con su Corazón palpitante y que nos espera como
un amigo cercano en la Eucaristía.

Les deseo a todos una fe fuerte y profunda en la Eucaristía, de modo que


puedan compartirla con tantos que dudan o no creen en la realidad de la presencia
de Jesús en el Santísimo Sacramento.

Que Dios los bendiga por medio de María y sean santos. Este es mi mejor
deseo para cada uno. Su hermano y amigo P. Ángel Peña, agustino recoleto.

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BIBLIOGRAFÍA

Augé Brianso, El Santo Sudario de la catedral de Oviedo, Graficas Summa, 1997.

Blondet M., Un cuore per la vita eterna. Un fatto inaudito ed ignorato, Ed Effedieffe,
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