Economia Ultima Unidad
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Por último, el reporte sostiene que “conviene comentar igualmente que el gasto
del gobierno durante el primer trimestre denotó una caída en términos
reales, debido a la inflación de 501% en el primer trimestre de 2023″.
“La recaudación del IVA reportada por el superintendente del Seniat (Servicio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria) vía Twitter,
presenta graves inconsistencias. Primero porque no se publica en un archivo
Excel u otro formato con el suficiente nivel de detalle; y segundo, porque se trata
de una referencia nominal que requiere ser ajustada por la inflación, al igual que
el crédito bancario. Estos elementos podrían estar indicando el inicio de otro
ciclo recesivo de la economía venezolana”, concluyó el informe.
La Política Fiscal.
La política fiscal es el conjunto de medidas e instrumentos que toma el estado para recaudar los
ingresos necesarios para la realización de la función del sector publico. Se produce un cambio en la
política fiscal, cuando el Estado cambia sus programas de gasto o cuando altera sus tipos impositivos.
El propósito de la política fiscal es darle mayor estabilidad al sistema económico, al mismo tiempo que
se trata de conseguir el objetivo de ocupación plena. Como hemos dicho anteriormente la Política
Fiscal tiene 2 componentes, el gasto público y los ingresos públicos.
Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del viernes negro, la
costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto público producto de un abultado
número de subsidios y regalías; y una política de endeudamiento demasiado arriesgada, y como los
ingresos por concepto de exportaciones petroleras eran suficientes para cubrir el gasto público,
realmente no se desarrolló nunca una política económica y menos una política tributaria eficiente y
adaptada a la realidad del país y modernizada. La modernización llegó muy tarde, hace apenas unos 15
o 20 años los instrumentos fiscales utilizados en las políticas económicas eran pocos, mal implantados
y muy difíciles de controlar, obteniéndose una gran perdida por los altos niveles de evasión fiscal que
se presentaban.
Luego del viernes negro, y por causa de políticas económicas que no han sido diseñadas para adaptarse
a la realidad de nuestro país, la política fiscal ha sido mal planteada y mal ejecutada. Se ha intentado
aplicar serias medidas en materia económica pero han perdido efecto; primero por falta de continuidad
en las políticas aplicadas, es decir, muchas veces dentro de un mismo periodo gubernamental hemos
visto cambios en las políticas aplicadas, y apenas toman control los nuevos gobiernos inmediatamente
son cambiados los planes económicos, con esto solo se logra un sistema inestable que no es capaz de
asimilar un lineamiento cuando se le impone una nueva dirección. En segundo lugar por carecer de un
planteamiento que busque primero, controlar el gasto público a través del mejoramiento y
simplificación del sector público y crear un Sistema Tributario eficiente, para luego poco a poco pero
con paso firme y sostenido lograr la reactivación económica que tanto requiere Venezuela.
En Venezuela, la posibilidad de un Estado como el que tuvimos en las últimas décadas ya no es viable,
por la sencilla razón de que el país no se puede permitir ese lujo. La sinceración de la economía es y
seguirá siendo la única salida. Los controles excesivos, los subsidios, el proteccionismo, el
paternalismo estatal y el Estado empresario, conllevan altos grados de ineficiencia y terminan
imponiendo un elevado costo a la sociedad. Esos costos tienen que salir de alguna parte
(endeudamiento). Las políticas económicas que caracterizaron la política económica venezolana entre
1974 y 1994 arrojaron una hiperinflación alimentada por un drástico y continuado deterioro en el valor
de nuestro signo monetario.
En referencia a la clasificación económica del gasto, el mismo presenta una orientación que está en
sintonía con los lineamientos estratégicos de este Programa Económico. Los gastos corrientes se ubican
en monto de Bs. 12.718 millardos, equivalentes al 17,3% del PIB, creciendo en tan sólo 0,3 puntos del
PIB con respecto al año precedente. Los de capital, se sitúan en Bs. 2.967 millardos, equivalentes al
4,0% del PIB, superando en más de 1,1 puntos del PIB al gasto presupuestado del año 1999, y por
último, las aplicaciones financieras, dentro de las cuales se encuentran la amortización de préstamos,
alcanzan un monto de Bs. 2.192 millardos, equivalentes al 3% del PIB, presentando una variación con
respecto al año pasado de 0,1 puntos del PIB.
Por otra parte, en materia de gestión tributaria propone una reestructuración del actual Servicio
Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), para aumentar la recaudación y evitar la
evasión de impuestos. Así como la aplicación de una serie de instrumentos de recaudación que
permitan reducir el déficit fiscal. En este sentido, el presupuesto fiscal para el año 2000, fija como meta
en los ingresos ordinarios de origen no petrolero un monto de Bs. 8.561 millardos, equivalente al
47,8% del total de ingresos, mejorando su participación en 5,7 puntos porcentuales con respecto al
nivel alcanzado en 1999. Los ingresos fiscales originados por la actividad petrolera, excluyendo las
transferencias al Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), se estiman en Bs.
4.211 millardos, equivalentes al 23,6% del total de ingresos fiscales.
Esto luce muy bien en el papel, pero ha sido un factor común observar excelentes propuestas
económicas por parte de los distintos gobiernos venezolanos que luego se pierden en la intrincada e
ineficiente red burocrática, o simplemente no son capaces de cumplir las metas que son trazadas, en
otras ocasiones, y debido a nuestra gran dependencia de las exportaciones petroleras, los planes se ven
afectadas por variaciones en los precios del petróleo, e incluso por crisis ocurridas en otros países que
crean un efecto dominó, afectando a las economías más vulnerables como la nuestra.
En un intento por disminuir la dependencia fiscal con respecto al petróleo, se han utilizado distintos
tipos de impuestos entre los cuales se encuentran el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto
Sobre las Ventas (ISV), el Impuesto sobre las Ventas al Mayor y al Consumo Suntuario (ISVM), el
Impuesto a los Activos Empresariales (IAE), y el Impuesto al Débito Bancario (IDB), esto supuso la
modernización del sistema tributario venezolano, junto con la creación del Servicio Nacional Integrado
de Administración Tributaria. Luego de la Apertura Petrolera, los niveles de recaudación de impuestos
no petroleros han aumentado considerablemente llegando a representar un 50% del total de ingresos
recaudados y llevando los ingresos petroleros a un nivel del 35% del total de los ingresos.
TF (Timbres Fiscales)