Derecho Personal y Derecho Real
Derecho Personal y Derecho Real
Derecho Personal y Derecho Real
Derechos personales o créditos son los que solamente pueden reclamarse de ciertas
personas, que por un hecho suyo o la sola disposición de la Ley han contraído
las obligaciones correlativas.
Dado que las obligaciones se establecen entre personas (un Sujeto activo y un Sujeto
pasivo) se les llama derechos personales. Sin embargo si se toma en cuenta al sujeto
activo como un acreedor que tiene la posibilidad de ejercer una acción judicial contra el
deudor, fundada en su crédito, se le pasa a llamar derechos creditorios.
Alternativamente, si se considera el sujeto pasivo que debe cumplir una prestación a la
que está obligado, le daremos el nombre de obligaciones.
Cualquiera sea la denominación escogida, los derechos personales, creditorios
u obligaciones, suponen un vínculo jurídico establecido entre dos partes (una acreedora
y otra deudora) por el cual la parte acreedora, puede demandar a la deudora el
cumplimiento de una prestación, surgiendo para esta última una responsabilidad.
En el antiguo Derecho romano, hasta la Ley Poetelia Papiria, del año 286 a. C., entre
deudor y acreedor nacía un vínculo físico, no jurídico, ya que el deudor respondía con
su propia persona, a través del “nexum”, por la obligación contraída. A partir de la ley
citada, la garantía de cumplimiento de las deudas contraídas, pasó a ser el patrimonio, y
allí nació la relación o sujeción de derecho del deudor, con respecto al acreedor, para
poder accionar por vía judicial, sobre los bienes del deudor, ante su incumplimiento, y
no de hecho, sobre su persona física.
Se está frente a un derecho distinto a los derechos reales en su estructura; mientras lo
que caracteriza al derecho real es una relación sujeto-objeto, a los derechos personales
los caracteriza una relación entre sujetos.
El Derecho creditorio o personal, está dotado de menos eficacia porque solo permite que
el acreedor persiga el pago de la deuda del propio obligado. De esto se sigue que el
derecho real es de carácter absoluto Erga omnes y el personal relativo.
Son siempre temporales, aunque pueden llegar a tener una larga duración. El transcurso
del tiempo tiene la virtud de hacer adquirir derechos reales (Usucapión), al paso que es
factor de extinción de los derechos personales.
Los derechos subjetivos patrimoniales pueden ser reales o personales. Los primeros no
se ejercen respecto de una determinada persona, sino respecto de la cosa, como
el derecho real de dominio, el usufructo, o la herencia. Por eso se llaman «reales»,
expresión que proviene del latín re que significa «cosa». Los derechos personales, en
cambio, no se ejercen sobre una cosa, sino respecto de una determinada persona, como
los contratos: la compraventa, el arrendamiento, el préstamo de dinero o el Contrato de
trabajo. Todos los contratos son fuentes de derechos personales y de obligaciones.
Los llamados derechos in personam, como los denominaban los romanos, tienen una
doble faceta. Por una parte está la obligación, que es su faz pasiva, y por otro lado se
encuentra el derecho personal propiamente tal, que constituye la faz activa de la relación
jurídica. Se trata, en el fondo, de dos caras de una misma moneda.
Elementos
Características
Los derechos personales son innumerables, ya que las partes pueden crear
las relaciones que estimen convenientes a través del principio de
la autonomía de la voluntad, con la única limitación que actúen en derecho.
Otorgan las acciones personales, que son aquellas por medio de las cuales el
acreedor puede exigir el cumplimiento de la obligación al deudor.
Derecho Real
Un derecho real es un derecho de carácter patrimonial que permite a su titular, dueño
de un bien, disponer y disfrutar de él sin más limitaciones que las que marca la ley. Esto
incluye obtener aquellas ventajas económicas que por la naturaleza del bien sea posible.
La propiedad es el principal derecho real de una persona sobre un bien y su fuerza
jurídica reside en que permite usar, disponer de él, destruirlo, venderlo o cederlo y
percibir los frutos de ese bien sin más limitaciones que las que establece la ley.
Para comprender mejor el concepto de derecho real suele contraponerse al de derecho
personal:
Los derechos reales son los que dan a su titular autoridad sobre un bien.
Los derechos personales, en cambio, otorgan la facultad de exigir un
comportamiento concreto a otra persona. Por ejemplo, ante un contrato de
compraventa, si el comprador ya ha abonado el importe pactado, puede exigir al
vendedor la entrega del bien vendido.
Regulación y ámbito de aplicación
El Libro II del Código Civil regula la propiedad, los bienes y sus modificaciones, y
recorre el abanico de situaciones que puede enfrentar un ciudadano en relación con sus
derechos reales sobre los bienes. El ámbito de aplicación del derecho real será, por
tanto, las relaciones jurídicas que derivan del ejercicio de esa titularidad sobre un
bien y los vínculos que se establecen en consecuencia entre las personas.
Un derecho real es directo, excluyente y protegido frente a todos, es decir, el resto de
personas no puede utilizar o disfrutar “esa cosa” sobre la que alguien tiene un derecho
real. Esto implica que:
Son derechos de carácter inmediato, es decir, establecen un vínculo directo
entre una persona y un bien sin que tenga que intervenir nadie para definirlo.
Su carácter absoluto y excluyente (erga omnes) permite imponer la titularidad
frente a todos por los mecanismos legalmente establecidos.