Diseños de Investigación Cualitativa
Diseños de Investigación Cualitativa
Diseños de Investigación Cualitativa
Resulta difícil llegar a determinar cuáles son los diseños de investigación cualitativos y establecer
una tipología de los mismos. La causa de ello radica, en primer lugar, en la proliferación de diseños
que podrían adjetivarse como cualitativos -basta con revisar los trabajos de Cajide (1992), Jacob
(1987) y Wolcott (1992) para tener una primera impresión desconcertante-, en segundo lugar, las
distintas disciplinas que se aproximan al estudio del hecho educativo, dejando cada una de ellas su
propia impronta metodológica; y, por último, el propio significado del concepto diseño, bajo el
cual llegan a englobarse otros tales como aproximaciones, técnicas, enfoques o procedimientos.
Así, por ejemplo, desde los objetivos de investigación de la interacción simbólica (Denzin, 1989),
los diseños a considerar deberían ser la observación participante, la investigación naturalista, la
entrevista sociológica y la biografía. Pero si uno se sitúa en la perspectiva de Goetz y LeCompte
(1984), estos diseños habrán de considerarse a la luz de la investigación etnográfica. Aunque
muchos de los procedimientos que describen unos autores y otros son casi idénticos, su utilización
de acuerdo con la teoría. y sus potencialidades y debilidades, para determinados propósitos, son
diferentes.
Una imagen de este complejo entramado metodológico es la que ofrece Wolcott (1992)
representando las distintas estrategias cualitativas en la investigación educativa como un árbol que
hunde sus raíces en la vida cotidiana, y parte de tres actividades básicas: experimentar, vivir,
preguntar y examinar. A partir de estas raíces brotarán las diferentes “ramas” y “hojas” de la
investigación cualitativa, entre las que el investigador debe elegir para realizar su trabajo.
Reason (1994) llega a establecer que la diferencia fundamental de estas tres modalidades de I – A
puede radicar en que la participativa sirve a la comunidad, la cooperativa al grupo y la
investigación acción al individuo. Claro que esto resulta una simplificación excesiva, pues cada
una se solapa con las demás.
En uno de los primeros trabajos realizados por Elliot en torno a la investigación acción, aparecido
en 1978, y traducido posteriormente al castellano (Elliot, 1990, pp. 23 – 26) se presentan ocho
características fundamentales de la investigación-acción en la escuela, y que vamos a reproducir a
continuación dada la claridad con la que se presenta este diseño de investigación.
Bajo el nombre de investigación cooperativa se conoce “aquel tipo de investigación acción que se
da cuando algunos miembros del personal de dos o más instituciones (generalmente una de ellas
está orientada más a la producción de investigación científica o a la formación de profesionales y
la otra de una escuela o una institución en la que trabajan esos profesionales a los que se pretende
formar) deciden agruparse para resolver juntos problemas que atañen a la práctica profesional de
estos últimos, vinculando los procesos dc investigación con los procesos de innovación y con el
desarrollo y formación profesional” (Bartolomé, 1994, p. 386).
Ward y Tikunoff (1982, p. 5) presentan seis elementos que permiten valorar el carácter interactivo
de un proceso de investigación. Éstos son:
Como ejemplos de investigación cooperativa en nuestro entorno podemos referir los trabajos de
Amorós y otros (1992), Bartolomé y Anguera (1990). Martínez (1992) y Santiago (1992).
Para De Miguel (1989, p. 73) la investigación participativa “se caracteriza por un conjunto de
principios, normas y procedimientos metodológicos que permite obtener conocimientos colectivos
sobre una determinada realidad social”. Como características diferenciadoras de este diseño de
investigación, este autor se refiere a su carácter de adquisici6n colectiva del conocimiento, su
sistematizaci6n y su utilidad social.
En un sentido amplio, Hali y Kassam (1988) describen la investigación participativa como una
actividad integral que combina la investigación social, el trabajo educativo y la acción. Como
características fundamentales del proceso señalan las siguientes (pp. 150 – 151):
Como caracterización de este diseño de indagación Reason (1994, p. 328) presenta tres tareas
básicas de cualquier investigación participativa. En primer lugar, nos encontramos con la tarea de
la iluminación y el despertar de la gente corriente, para lo que se comienza con los temas del poder
y la impotencia, e intenta enfrentarse a la forma en que los elementos del poder establecido de las
sociedades a lo largo de todo el mundo se ven favorecidos debido al monopolio que se tiene sobre
el conocimiento y su utilización.
Como objetivos que se pretenden con la investigación participativa se destaca, por una parte,
producir conocimiento y acciones útiles para un grupo de personas; por otra, que la gente se
empodere/capacite a través del proceso de construcción y utilización de su propio conocimiento.
2. Etnografía
La pregunta inicial que se hace un etnógrafo cuando se encuentra en una situación valiosa para su
estudio es “¿Qué está sucediendo aquí?” o “¿Qué es lo que las personas de esta situación tienen
que saber para hacer lo que están haciendo?” (Wolcott 1999, p. 69). Una investigación etnográfica
no puede quedarse en lo meramente descriptivo; debe profundizar, con preguntas adicionales, en
el significado de las cosas para las personas estudiadas.
La etnografía suele requerir un estudio prolongado del grupo, usualmente por medio de la
observación participante.
En los orígenes de la antropología cultural, la etnografía se ocupó de los estudios clásicos de grupos
culturales, llamados entonces “primitivos”.
Para Joyceen Boyle (1994), tal vez el factor determinante del subtipo de etnografía sea la unidad
social que el etnógrafo desea estudiar. La autora propone cinco tipos de etnografías.
Existen otras clasificaciones de las etnografías que incluyen otros factores, como los espaciales
(hospitales, estaciones de bomberos, centros comerciales, escuelas), los idiomas, las teorías
subyacentes, etcétera.
Retomando el camino de Harry Wolcott, podemos sintetizar diciendo que el etnógrafo empieza su
estudio con una mirada a las personas en interacción cotidiana y continúa tratando de discernir los
patrones recurrentes, como ciclos de vida, sucesos y temas culturales. La cultura representa un
término amorfo, no es algo que exista como tal, sino más bien algo que el investigador atribuye a
un grupo conforme observa los patrones de conducta de éste en su vida diaria. La cultura se infiere
a partir de las palabras y los actos de los miembros de un grupo. Podemos mirar lo que la gente
hace y dice, y se observan las tensiones entre lo que deberían hacer y lo que efectivamente hacen.
Para realizar este análisis, el trabajo de campo se presenta como una condición sine qua non.
El procedimiento de la etnografía requiere, entonces, una descripción detallada del grupo o del
individuo que comparte con otros una cultura; un análisis de los temas y las perspectivas del grupo
que comparte la cultura, y alguna interpretación de los significados de la interacción social de tal
grupo. El resultado es la generación de un retrato cultural holístico del grupo cultural (J. W.
Cresswell 1998), que incorpora el punto de vista de los actores del grupo (visión émica) y las
interpretaciones y visiones del investigador respecto a la vida social humana (visión ética).
Los conceptos émico y ético los utilizan ampliamente los etnógrafos y se derivan de los términos
lingüísticos fonémico y fonético. Como dice Goodenough:
Los lingüistas se refieren a la tarea de aislar y describir las modalidades del sonido de
ciertas lenguas como fonémica y se refieren al estudio de la producción de sonido y el
desarrollo de un metalenguaje, por medio del cual los fonemas y características distintivas
de un idioma se describen como fonética. Ambas operaciones son fundamentales para la
ciencia de la lingüística y ninguna puede realizarse sin la otra (citado por Wolcott 1999, p.
136).
Es el propio Goodenough quien, en 1954, aplica la fonética a las ciencias sociales y llama a esto
la émica y la ética del comportamiento social significativo.
Sea la persona que investiga miembro o no del grupo en cuestión, el etnógrafo intenta transmitir
cómo ven las cosas aquellos que se encuentran dentro del grupo.
Finalmente, una interrogante respecto de una gran cantidad de trabajos que se ostentan como
etnográficos, cuando difícilmente cumplen con las características mencionadas. Esto, refleja
nuevamente la laxitud e inconsistencia generalizada en la actualidad acerca del concepto de
etnografía.
Con fines de organización, Shaun Gallagher (1999) organiza las teorías hermenéuticas en cuatro
corrientes.
Se consideran enfoques conservadores los que se adhieren a los principios y las reglas siguientes:
• Se piensa que la verdad del texto refleja las intenciones del autor o el significado que el
auditorio atribuye al texto.
• Se considera la verdad como la correspondencia entre la idea del intérprete y el significado
del texto.
• Para obtener la verdad del texto, se debe investigar el contexto histórico en el que se
presenta. El conocimiento de los antecedentes culturales, históricos o autobiográficos del
autor del texto ayuda a comprender el significado del texto.
• Para entender la verdad de un texto se requiere comprender su género y su lenguaje,
específicamente el uso de las palabras y el significado que tienen para el auditorio original.
• Por medio de la investigación histórica y lingüística, el intérprete puede superar sus propios
sesgos y comprender el texto de acuerdo con los valores del momento en que se produjo.
• Debe distinguirse entre el significado de un texto para un intérprete en particular y la
importancia para su proyecto, y el significado del texto en su concepción original.
Algunos de los autores que se adhieren a esta postura son el filósofo y teólogo Friedrich
Schleiermacher, creador de la llamada hermenéutica romántica en 1819; el historiador y legista
italiano Emilio Betti, y el teórico estadounidense de la educación E. D. Hirsch.
Se consideran enfoques de la hermenéutica dialógica los que se adhieren a los principios y las
reglas siguientes:
1
Paradoja que surge cuando se realiza el proceso sistemático de la interpretación: para comprender el todo, se
deben primero comprender sus partes, y para comprender las partes, requerimos conocer el todo. No se puede
comprender el todo sin las partes ni tampoco las partes sin el todo. Se trata de una continua reciprocidad entre el
todo y las partes; de ahí que un texto significativo nunca pueda entenderse e interpretarse de inmediato; cada
lectura nos coloca en mejor posición para comprenderlo.
Algunos teóricos que se adhieren a esta corriente en el Siglo XX son el teólogo Rudolph Bultman
y filósofos como Hans-Georg Gadamer y Paul Ricoeur, quienes basan gran parte de su
pensamiento en Martin Heidegger.
Constituye una crítica a la hermenéutica y a los intentos de ésta de encontrar la verdad de un texto
en particular. Algunos investigadores cuestionan que se trate de hermenéutica, por lo que se la ha
llamado post hermenéutica. Se enfoca en la deconstrucción de textos y es, por ende, un enfoque
interpretativo, lo cual de alguna manera la sigue erigiendo hermenéutica. Clásicos trabajos
hermenéuticos son la teoría del psicoanálisis y las múltiples interpretaciones bíblicas a lo largo de
la historia.
Algunos trabajos de investigación que se apoyan en la hermenéutica radical son uno de Mike Lloyd
(1997), que analiza el discurso que usan mujeres y hombres respecto de la reproducción humana,
uno de Musimbi Kanyoro (1997), en el que analiza las lecturas e interpretaciones de la Biblia desde
la perspectiva africana, y el de Harold Schweitzer (1995), que interpreta historias de pacientes. Se
plantean cuatro tipos de significados: síntomas-símbolos, alteraciones culturalmente definidas,
significado personal e interpersonal, y modelos explicativos de los pacientes y las familias. Por
último, en el trabajo de Francisco Javier Mercado (1996) (el cual él mismo no califica de
hermenéutico, pero lo es en buena medida) se narra e interpreta la experiencia de la enfermedad
crónica en un barrio urbano de la ciudad de Guadalajara.
4. Fenomenología
La fenomenología es una corriente filosófica originada por Edmund Husserl a mediados de 1890;
se caracteriza por centrarse en la experiencia personal, en vez de abordar el estudio de los hechos
desde perspectivas grupales o interaccionales. La fenomenología descansa en cuatro conceptos
clave: la temporalidad (el tiempo vivido), la espacialidad (el espacio vivido), la corporalidad (el
cuerpo vivido) y la relacionalidad o la comunalidad (la relación humana vivida). Considera que
los seres humanos están vinculados con su mundo y pone el énfasis en su experiencia vivida, la
cual aparece en el contexto ele las relaciones con objetos, personas, sucesos y situaciones.
Existen dos premisas en la fenomenología (J. Morse y L. Richards 2002). La primera se refiere a
que las percepciones de la persona evidencian para ella la existencia del mundo, no como lo piensa,
sino como lo vive; así, el mundo vivido, la experiencia vivida, constituyen elementos cruciales de
John Cresswell (1998) considera que los investigadores realizan análisis fenomenológicos si su
trabajo cumple las siguientes características generales:
En los más de cien años desde su creación, la fenomenología se ha extendido a diversas naciones
y disciplinas (L. Embree 1997). Después de su nacimiento y antes de la Primera Guerra Mundial
llegó a Japón, Rusia y España en estudios de filosofía y psiquiatría.
Durante los años veinte del siglo pasado, se diseminó por Australia, Francia, Hungría, Holanda,
Polonia y Estados Unidos en las áreas de la comunicación, la educación, la música y la religión.
En los años treinta se estableció en Checoslovaquia, Italia, Corea y Yugoslavia en los campos de
la arquitectura, la literatura y el teatro.
Poco después de la Segunda Guerra Mundial se extendió a Portugal, los países escandinavos y
Sudáfrica en la investigación sobre grupos étnicos, el cine, el género y la política.
En los años sesenta y setenta tuvo su auge en Canadá, China e India en la danza, la geografía, las
leyes y la psicología. Finalmente, en los años ochenta y noventa Gran Bretaña la cultivó en estudios
de ecología, etnología, medicina y enfermería.
El análisis de los datos consiste en un proceso de lectura, reflexión, escritura y reescritura, lo que
permite al investigador transformar la experiencia vivida en una expresión textual.
Para la realización de este proceso, Amedeo Giorgi (1997) propone cinco pasos específicos:
obtener los datos verbales; leer estos datos; agruparlos; organizados y expresarlos desde una
perspectiva disciplinaria; sintetizar y resumir los datos para presentarlos ante un auditorio
científico.
El estudio fenomenológico termina con una mejor comprensión del investigador y del lector sobre
la esencia y la estructura invariable de la experiencia, reconociendo que existe un significado
unificador de ésta (Cresswell 1998). Ello implica que todas las experiencias tienen una estructura
básica subyacente. Cuando el lector del estudio lo termina, debe tener la sensación de que ha
entendido lo que para otra persona significa vivir en una situación determinada.
La Teoría Fundamentada (Grounded Theory) surge en 1967 propuesta por Bernie. Glaser y
Anselm Strauss en su libro The Discovery of Grounded Theory (1967). El planteamiento básico
de esta revolucionaria postura de investigación en las ciencias sociales consiste en que la teoría se
elabora y surge de los datos obtenidos en la investigación, y no como tradicionalmente se hacía,
en el sentido inverso.
Por una separación posterior de Glaser y Strauss, surgen dos corrientes de la misma teoría, lo cual
tiende a confundir a muchos. Sin embargo, resulta factible rescatar elementos comunes que
sustentan la teoría, independientemente de las diferencias.
Por su parte, Cresswell propone los principios más destacados de la teoría fundamentada:
De acuerdo con Cresswell, una teoría es un esquema abstracto y analítico de un fenómeno que se
relaciona con una situación particular. Con dicho paradigma, y de acuerdo con el planteamiento
original de Glaser y Strauss, la teoría tiene estos propósitos fundamentales:
De acuerdo con los autores, una teoría debe cumplir con dos criterios: ser verificable en
investigaciones actuales o futuras y ser fácilmente comprensible.
Por ende, se trata de teorías adecuadas a la situación que se investiga y operativas cuando se ponen
en práctica.
En primer lugar, se necesita decidir el problema a abordar, así como el entorno en el que se
realizará el trabajo, y despojarse de cualquier teoría preconcebida, dejando entonces que la
información y los datos fluyan para que vaya emergiendo la teoría que en ellos se sustenta.
Para la teoría fundamentada, el muestreo no puede predeterminarse; surge a medida que la teoría
va indicando los pasos subsecuentes en la recolección de datos. Sólo cuando han surgido algunas
ideas y ciertos conceptos teóricos rudimentarios, puede decidirse dónde obtener los datos
adicionales requeridos para la elaboración y el enriquecimiento de dicha teoría.
Para el análisis de datos, los autores iniciales proponen un procedimiento basado en la comparación
constante de los datos obtenidos con la teoría emergente. Semejante procedimiento implica dos
estadios iniciales.
1. Identificar en los datos las categorías y sus propiedades. A este paso se lo conoce como
codificación. Los incidentes o hechos observados pueden codificarse en varias categorías
o códigos que se generan por la comparación de un incidente con otro y, sucesivamente,
comparando nuevos incidentes con las categorías emergentes. Las categorías son
conceptos significativamente relacionados con las realidades de la interacción. De acuerdo
con Glaser y Strauss, las categorías y sus propiedades deben presentar dos elementos
esenciales: tienen que ser analíticas, es decir, designar entidades y no sólo características,
y deben ser sensibilizadoras, es decir, proporcionar al lector la posibilidad de ver y escuchar
vívidamente a las personas estudiadas.
Es importante ejemplificar este proceso, aunque de manera sencilla. Para ello utilizaremos dos de
las respuestas obtenidas en un estudio sobre masculinidad (Álvarez-Gayou 1997) respecto a las
razones que hacen sufrir a un hombre, aunque debe aclararse que en este estudio no se usó el
paradigma de la teoría fundamentada.
Incluso se puede hacer un diagrama de las relaciones entre categorías, como se observa a
continuación:
De aquí surgiría un intento de teoría preliminar emergente: “Cualquier cosa que amenace la
fortaleza de un hombre es generadora de sufrimiento en él.”
Porque tiene que defender cuando lo que necesita es que Se codifican los eventos de este estudio, ubicándolos en una
lo defiendan, porque tiene que ser valiente cuando tiene categoría:
miedo porque tiene que enjugar el llanto de un niño o una
mujer y sonreír, cuando lo que quiere es sollozar. Porque • Se agrupan en el estereotipo de fortaleza los eventos
le dicen que es el pilar fuerte y protector de una familia, marcados así.
• En el de función de proveedor, los eventos marcados así.
cuando él se tiente débil y falto de protección como un
• En el de represión de sentimientos, los eventos
lirio. Sufre porque tiene que conquistar cuando quiere ser
marcados así
conquistado y seducido; sufre porque le han dicho que los
• Amenazas a la fortaleza se indican así
hombres no lloran.
Se codifica cuando se traduce a un sistema secreto de símbolos o cuando se cuenta con lenguajes
de computadora que ingresan información en códigos de computadora; también se codifica cuando
se utilizan contracciones para representar otras palabras más complejas. Los códigos no tienen
mayor significado, a menos que se cuente con el libro de tales códigos y sus significados. Esto,
hace que el concepto adquiera una connotación mecánica y poco flexible, a la vez que carente de
una riqueza de significado. Dey prefiere la utilización del término categorización, ya que éste
describe un proceso que abre la puerta a una riqueza interpretativa. Para Anselm Strauss y Juliet
Corbin (1990), una categoría representa una unidad de información compuesta de sucesos,
acontecimientos e instancias. De lo anterior se desprende que muchos autores utilizan codificar y
categorizar indistintamente, y que los programas de cómputo para el análisis cualitativo utilizan
predominantemente el término codificar.
Se considera que la recolección de datos concluye una vez que del análisis ha surgido una teoría
adecuada. En este sentido, Bernie Glaser y Anselm Strauss (1967) refieren que cuando dejan de
emerger nuevos datos, nuevas propiedades, nuevas categorías o nuevas relaciones se considera que
se ha llegado a la saturación teórica. Una vez que los datos no ofrecen diferencias ni distinciones
conceptuales importantes, las categorías se han saturado. La saturación teórica se refiere a
conceptos, no a datos, y a un momento en el que ya no se requiere mayor conceptualización de los
datos.
Es importante identificar una categoría central que en el estudio tendrá el rango de línea principal
de la historia, y que ayudará a integrar el análisis alrededor de este marco. Lo más importante en
la teoría fundamentada consiste en un proceso de volver una y otra vez a los datos y a las categorías,
haciendo nuevas preguntas, reformulando, volteando los conceptos “al revés” y encontrando
significados diferentes. Corbin (2001) pone un ejemplo, cuando entrevista a una persona
farmacodependiente y utiliza el concepto usar drogas.
En este sentido, resultan muy importantes los memorandos que haga quien elabora el estudio, en
relación con los datos, las categorías o sus relaciones; registran las reflexiones del investigador y
anotan los giros que se dieron y sus causas, por qué, las reflexiones analíticas personales, las dudas
y los pensamientos, las interpretaciones o las notas para el futuro.
Según el mismo ejemplo, códigos sustanciales son la provisión, la represión de sentimientos y las
amenazas; en cambio, un código teórico es la fortaleza.
Glaser también propone la división de los códigos en abiertos o selectivos. Los códigos abiertos
consisten en permitir que se ubiquen los datos en el mayor número posible de categorías. La
codificación selectiva implica delimitar o agrupar códigos en categorías que se relacionen
cercanamente con la categoría central. En nuestro ejemplo, el código axial de la historia es el
sufrimiento.
Se propone una serie de reglas que lo ayudan a realizar exitosamente la codificación abierta, y que
ponen en relieve el carácter analítico sobre el carácter mecánico de la codificación.
• ¿Quién?
• ¿Cuándo?
• ¿En dónde?
• ¿Qué pasó?
• ¿Cómo?
• ¿Cuánto?
• ¿Qué consecuencias tuvo?
• ¿Cómo se analiza la información espacial, temporal, de reglas y valores colaterales,
estándar, etcétera?
En síntesis, Glaser propone distinguir entre códigos sustantivos y códigos teóricos, así como entre
códigos abiertos y códigos selectivos.
En cuanto a las teorías emergentes, los autores originalmente plantearon que pueden ser sustantivas
y formales. Glaser y Strauss dicen al respecto:
(Son) sustantivas las que se desarrollan para áreas empíricas de la investigación social, tal como
cuidado del paciente, relaciones entre razas, educación profesional, delincuencia u organizaciones
de investigación.
Consideramos como teoría formal la que se desarrolla para un área formal o conceptual de la
investigación social, tal como estigma, comportamiento desviado, organizaciones formales,
socialización, congruencia de estatus, autoridad y poder, sistemas de recompensa o movilidad
social (1967, p. 32).
Es decir, la principal diferencia entre las teorías sustantivas y las formales radica en el grado de
abstracción de cada una. En este sentido, Dey considera poco apropiada la distinción formal entre
los dos tipos, si en realidad de lo que se trata es de grados de abstracción.
Propone entonces como una mejor alternativa hablar de los grados de generalización o de
abstracción de las teorías.
Los estudios de caso tienen como característica básica que abordan de forma intensiva una unidad,
ésta puede referirse a una persona, una familia, un grupo, una organización o una institución
(Stake, 1994).
Puede ser algo simple o complejo, pero siempre una unidad; aunque en algunos estudios se
incluyen varias unidades, cada una de ellas se aborda de forma individual.
Los estudios de caso como enfoque, estrategia o técnica Existe discusión en la literatura que aborda
la investigación cualitativa, con respecto a la forma de considerar los estudios de caso, para algunos
autores estos estudios son parte de un enfoque, mientras que para otros autores este tipo de estudios
es parte de una estrategia de investigación y para otros se refiere únicamente a un aspecto del
diseño: la selección de la muestra.
Se puede estudiar un caso por dos razones básicas: estudiar el caso en sí mismo (estudio de caso
intrínseco) o para someter a prueba una teoría (estudio de caso instrumental) (Stake, 1994). Una
forma del estudio de caso instrumental es el estudio de caso colectivo, en el cual se estudian varios
casos para fundamentar la generalidad de un fenómeno o teoría, los casos que se seleccionan en
este tipo de estudios pueden ser similares o diferentes, ya sea para entender las concordancias o
las variantes entre los casos.
1) Caso “típico”. Es una persona que representa a un grupo o comunidad. Pueden estudiarse
varias personas que tienen algún aspecto en común, por lo que se espera cierta
homogeneidad o coherencia en sus respuestas.
2) Casos “diferentes”. Son personas que representan distintos miembros de un grupo.
Pueden variar en género, raza, ser diferentes miembros de una familia o tener alguna otra
característica que puede significar diferente forma de pensar, expresarse o reaccionar ante
las situaciones que viven.
3) Casos “teóricos”. Estos casos se escogen porque permiten probar algún aspecto de una
teoría. Pueden ser personas con características semejantes o diferentes, pero cuyo análisis
puede contribuir a esclarecer alguna hipótesis o teoría.
Llevar a cabo un estudio de caso parece fácil, para muchas personas con poco conocimiento en
este campo puede significar simplemente relatar cualquier cosa, evento o episodio de una persona.
Pero, para que sea una investigación es necesario que tome en cuenta una serie de condiciones
(Edwards, 1998; McDonnel, Jones y Read, 2000). Enseguida se describen una serie de condiciones
relevantes para llevar a cabo un estudio de caso con una metodología cualitativa. Diferentes autores
plantean distintas etapas, por lo que las que se incluyen aquí pretenden ser una síntesis.
Las condiciones aquí descritas no deben tomarse como una receta, sino como una guía básica para
orientar a quien se inicia en este campo.
Dependiendo del investigador y del problema que se aborde, algunas de las condiciones serán más
importantes, por lo que no siempre se tienen que seguir todas de forma mecánica.
BIBLIOGRAFÍA