El Ritual Del Maestro
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Manuel de Paz-Sanchez
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1
Cf. Jean-Marie Ragon: Cours philosophique et interprétatif des initia-
tions anciennes et modernes, Éditions Berlandier, París, 1841. Ver también
9
Jean-Marie Ragon
10
Francmasonería. Ritual de grado maestro
11
Jean-Marie Ragon
4
Abreviatura masónica (en adelante AM) de «compañero».
5
AM de «cámara del maestro».
6
AM de «maestro».
12
Francmasonería. Ritual de grado maestro
8
En Egipto se denominaba al tercer g.: puerta de la
muerte, y en el centro del recinto donde se verificaba
la recepción elevábase el ataúd de Osiris, cuyo ase-
sinato se consideraba recién ejecutado. Preguntábase
al aspirante si había tomado parte en el crimen, y a
pesar de sus negativas, fingíase herirle de un hachazo,
7
AM de «aprendiz».
8
AM de «grado».
13
Jean-Marie Ragon
9
AM de «hermano».
10
AM de «Hijos de la Viuda».
11
AM de «Hijos de la Luz».
12
AM de «masónica».
14
Francmasonería. Ritual de grado maestro
13 14
(de la L.: y de la V.: ) es el mas.: , es decir, el que
15
habita la log.: terrestre.
13
AM de «de la Luz y de la Viuda».
14
AM de «masón».
15
AM de «logia».
15
La orden masónica es conocida de todo
el mundo, pero nadie ha hablado tanto
de ella como los que menos la conocen.
J. M. Ragon
RITUAL DEL GRADO
DE MAESTRO
SUMARIO
1
Los grados masónicos básicos son tres: aprendiz, compañero y
maestro. Diferentes ritos aumentaron, posteriormente, el número de gra-
dos, que en el Rito Francés son siete, en el Rito Escocés Antiguo y Acep-
tado treinta y tres, en el de Misraim ochenta y siete y en el de Menfis
noventa y cuatro.
21
PRELIMINARES
5 6
HH.: 1º y 2º vig.: , servíos invitar a los hh.: app.:
7
que ocupan la col.: del norte, a que cubran el tem-
8
plo después de satisfacer a la beneficencia, pues los
9
trab.: del día han concluido para ellos, excepto el
2
Abreviatura masónica (AM) de «compañero», es decir, grado 2º de
la Orden.
3
AM de «venerable».
4
AM de «hermano hospitalario».
5
AM de «hermanos 1º y 2º vigilantes».
6
AM de «hermanos aprendices», esto es, grado 1º.
7
AM de «columna».
8
Salir del templo.
9
AM de «trabajos».
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Jean-Marie Ragon
10
h.: N… , que esperará en el vestíbulo las decisio-
11
nes del tall.: .
10
AM de «hermano N», es decir, indeterminado.
11
AM de «taller».
12
AM de «aumento de salario».
13
AM de «hermano orador».
14
Es decir, «admitir al hermano N… al grado de maestro».
15
AM de «plancha»: carta, escrito, circular, etc.
24
Francmasonería. Ritual de grado maestro
25
DECORACIÓN DE LA LOGIA
16
La calavera humana es de uso más que frecuente en el ritual masó-
nico, así como otros varios huesos que se describen con profusión en los
más diversos rituales. Respecto a la calavera, al comienzo del rito de ini-
ciación del grado de aprendiz, el candidato es introducido en un aposento
oscuro llamado Cámara de Reflexión o de Reflexiones, en el que se en-
cuentra por primera vez con varios objetos simbólicos. Uno de los más
significativos es la calavera, símbolo de la muerte iniciática. En todos los
ritos de iniciación, tanto en las sociedades arcaicas como en las grandes
civilizaciones, se representa simbólicamente a la muerte, ya que la ini-
ciación ha sido considerada como la muerte del hombre profano y el
nacimiento de un hombre nuevo, totalmente regenerado por la acción
del rito y la gracia del conocimiento. El viaje iniciático es análogo al via-
je post mortem que emprende el alma al morir el cuerpo físico; y Her-
mes es el psicopompo que conduce esa alma durante el recorrido que
la habrá de llevar al mundo de los dioses. En la masonería la muerte es
considerada como un paso, como un cambio de estado, y se la ve co-
mo simultánea al nacimiento y la resurrección. La muerte iniciática no
es una muerte alegórica, es una muerte real, pues al morir el hombre
viejo mueren con él los condicionamientos, las limitaciones y los pre-
juicios del ser ordinario, y nacen las posibilidades de recuperar la con-
ciencia de eternidad y la verdadera liberación. Es por esto que el ini-
ciado, cuando sale de la Cámara de Reflexión, es llamado neófito
(palabra que significa «nueva planta»). La semilla, que representa sus poten-
cialidades, ha muerto, dando lugar a la posibilidad de germinar a la nueva
vida (www.geocities.com/tallermasonico/5dicci.htm).
27
Jean-Marie Ragon
17
Como el muérdago entre los druidas, la rama de oro en las tradi-
ciones greco-latinas, el ramo o las palmas en el Cristianismo y el sauce
en las iniciaciones taoístas, la acacia es en la masonería una planta
sagrada que simboliza la resurrección y la inmortalidad. Su verdor pe-
renne y la dureza incorruptible de su madera expresan, en efecto, la
idea de la vida inextinguible que permanentemente renace victoriosa
de la muerte. Todos estos elementos simbólicos se integran perfecta-
mente en la simbólica del grado de maestro, cuyo rito de admisión se
centra principalmente en la leyenda que describe la muerte y posterior
resurrección del maestro Hiram, modelo ejemplar del iniciado masón.
En dicha leyenda es una rama de acacia la que permite «descubrir» la
tumba donde yace enterrado el cuerpo de Hiram, expresándose así la
identidad simbólica que existe entre este y la propia planta. La acacia
simboliza el conocimiento de los secretos de los «verdaderos maestros
masones», de ahí que se la identifique con la posesión efectiva de la
maestría, como bien se dice en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado:
«¿Sois maestro?», a lo que se responde: «La acacia me es conocida».
Según René Guénon, las espinas de la acacia (de la que se ha dicho
que estaba hecha la corona de espinas de Cristo) equivaldrían a los
«rayos luminosos», de ahí el carácter eminentemente solar que conser-
va esta planta. En la tumba de Hiram la acacia se dispone a veces en-
tre la escuadra y el compás, ocupando así una posición eminentemen-
te central (www.geocities.com/tallermasonico/5dicci.htm).
18
AM de «al oriente.
19
AM de «occidente».
28
Francmasonería. Ritual de grado maestro
Luces
Tres velas de cera amarilla delante de las tres luces20;
en el altar una calavera, conteniendo dentro una bujía
encendida: el resto del recinto alumbrado por una
lámpara sepulcral.
El ritual oficial exige dos cámaras; mas ¿para qué?
Creemos que con una hay bastante. Este grado repre-
senta en nuestro hemisferio el gran jeroglífico de la na-
turaleza en el día 25 de diciembre21. ¿Hay quizá en ese
día dos clases de cielos? La naturaleza, como el iniciado
que la figura, no tienen más que un templo. Los grados
de doble y triple templo pertenecen a otra orden.
Títulos
20
Los tres primeros dignatarios del taller: el venerable y los dos vigi-
lantes. También alude a la escuadra, el compás y el libro sagrado (en
Occidente, la Biblia abierta por el Evangelio de San Juan).
21
Tradicionalmente se celebra este día el nacimiento de Jesús, ya que
coincide con las saturnales, pero los Evangelios no dan una fecha concreta.
Se ha considerado que la adopción del 25 de diciembre como fecha de la Na-
tividad de Cristo estaría relacionada con la necesidad de cristianizar tal cele-
bración, que anteriormente se hacía en nombre de Mitra. En efecto, el 25 de
diciembre (coincidiendo aproximadamente con el solsticio de invierno) se
conmemoraba el nacimiento del dios pagano del mistraísmo. También eran
sagrados los días 16 de cada mes. Los adeptos de Mitra santificaban también
el domingo, día del Sol, y día consagrado al Señor en el Cristianismo.
22
Cámara del Medio, es decir, la de los maestros masones o grados
3º de la Orden.
23
AM de «muy respetable maestro».
29
Jean-Marie Ragon
Traje
24
AM de «muy venerables maestros».
25
AM de «venerables maestros».
26
Mac-Benac, Macbenach, Machbenak o Mhah Bennah. Significa:
«La carne se desprende de los huesos», en alusión a la muerte de Hiram
y al hallazgo de su cadáver.
27
El mandil es, junto con los guantes, el vestido esencial del masón,
herencia directa de los masones operativos, y un atributo propio de la
labor a la que se consagra. Es un símbolo que sugiere la idea de un ser
totalmente entregado al trabajo, es decir, de cooperador consciente con
el plan del Gran Arquitecto del Universo. El mandil sirve para tapar la
parte delantera del cuerpo, la activa, masculina y luminosa (de ahí el
nombre de delantal que también recibe en castellano), que es la que
participa activamente en la labor, mientras que se anuda en la parte
trasera o posterior, pasiva, receptiva y oscura. Dos complementarios que
siempre deben equilibrarse en el justo centro, que es el propio masón.
Este aspecto se remarca en el mandil del maestro, que por la parte de-
lantera o exterior es blanco y ribeteado en azul o rojo, según el rito en el
que se trabaje, y por la trasera o interna es negra. Respecto a la forma,
en todos los mementos de los distintos ritos, el mandil del aprendiz es
un cuadrado con una baveta triangular levantada en la parte superior. En
sus orígenes el cuadrado tapaba parte de las piernas y la zona abdomi-
nal del cuerpo (sede simbólica del mundo instintivo), y la baveta triangu-
lar la zona torácica (residencia de las pasiones y emociones). El aprendiz
debe proteger estas zonas mientras va conociendo y purificando todos
los aspectos del alma que ellas simbolizan; además, esta forma recuerda
la de la piedra cúbica en punta, que es la meta que persigue. En el grado
de compañero, el mandil es el mismo, pero con la baveta triangular do-
blada hacia abajo, sobre el cuadrado, en señal de su mayor habilidad y
dominio del mundo anímico. Para el maestro, el delantal varía según los
ritos, tal como se ha señalado, destacando que de los tres grados azules
es el único en que está decorado con símbolos y emblemas relativos al
30
Francmasonería. Ritual de grado maestro
Banda
Joya
31
APERTURA DE LOS TRABAJOS
29
AM de «pregunta».
30
AM de «respuesta».
31
Expresión propia del grado tercero, ya que la acacia cubrió la tum-
ba del fundador mítico de la masonería, Hiram Abi.
33
Jean-Marie Ragon
33
A.: L.: G.: D.: G.: A.: D.: U.: , en nombre y bajo
34
los auspicios del G.: O:. de…, abro los trab.: de m.:
32
Se refiere, obviamente, a la «edad» masónica del interpelado, es
decir, el tiempo que debe o debería llevar en el seno de la Orden.
33
AM de «a la gloria del gran arquitecto del universo». Tradicional-
mente se ha entendido que el Gran Arquitecto del Universo es una clara
referencia a Dios. No obstante, una visión actual, común por demás a
diferentes obediencias masónicas, considera que «los masones, como
individuos, son libres de dar al símbolo del GADU el contenido que me-
jor se ajuste a sus creencias. Como todos los símbolos, proporciona un
marco, pero su interpretación concreta corresponde a cada cual. Hay
por ello masones que, prescindiendo de cualquier enfoque trascendente,
identifican al GADU con la sublimación del ideal masónico o lo inter-
pretan desde una perspectiva panteísta o naturalista (http://lacantera.es/
masoneria/acerca-de-la-masoneria/gadu/).
34
AM de «Gran Oriente».
34
Francmasonería. Ritual de grado maestro
Primer punto
35
AM de «hermano maestro de ceremonias».
35
Jean-Marie Ragon
36 37
como el grado más elevado . Ven.: h.: primer exp.: ,
ved si el comp.: está en estado conveniente, y pre-
38
sentadle en la Puerta del Templo . Ven.: h.: 2º exp.:,
36
Un sector destacado de la masonería española de la época, bási-
camente los masones que fundaron la Gran Logia Simbólica Indepen-
diente Española a principios de la década de 1880, tras la ruptura con el
Grande Oriente Lusitano Unido, optó por trabajar únicamente en los tres
primeros grados o masonería simbólica.
37
AM de «venerable hermano primer experto».
38
Entre los símbolos de pasaje destaca el de la Puerta y particular-
mente, en el simbolismo masónico, el de la Puerta del Templo que re-
presenta el umbral que separa lo profano de lo sagrado. Si el Templo
simboliza al Cosmos, el mundo verdadero, el espacio sagrado y signifi-
cativo análogo a la Ciudad Celeste, todo lo que está fuera de él repre-
senta el mundo profano, la realidad material, ilusoria y transitoria que el
iniciado ha de trascender; la Puerta del Templo separa a la vez que une
estas dos realidades sirviendo de paso entre un estado y otro. En el Tem-
plo masónico la puerta de entrada al mismo se coloca al occidente. Es
esta la primera puerta que se debe franquear, la que conecta al iniciado
con la cosmogonía. Esa puerta está custodiada por el hermano guarda
templo que impide el paso a las fuerzas profanas y al mismo tiempo pro-
tege y permite el acceso de los iniciados y de los aspirantes que son dig-
nos de la iniciación. Pedir la entrada en la orden masónica es «llamar a
la Puerta del Templo», pero no será posible atravesar ese umbral si no se
sabe llamar correctamente. Al neófito se le muestra cómo llamar a la
puerta durante el ritual de iniciación, y en los rituales del grado primero
se le enseña que fue introducido en la logia por tres grandes golpes que
significan: pedid y se os dará (la Luz); buscad y encontraréis (la Verdad);
llamad y se os abrirá (la Puerta del Templo). La puerta que atraviesa el
postulante es baja, de difícil entrada y cada acceso a uno de los distintos
grados de la iniciación supone simbólicamente el atravesar una puerta.
En cada grado se ha de llamar de modo diferente y esas puertas sucesi-
vas, cada vez más estrechas, van dando paso a estados del ser más y
más sutiles. La Puerta del Templo es análoga a la Puerta de los Cielos;
estas puertas no pueden abrirse si no se cuenta con las llaves adecuadas,
y son justamente los símbolos y los ritos los que constituyen las claves
necesarias para que ese acceso sea posible. Pero si por la primera el pa-
so se realiza en la vía horizontal, el acceso por la segunda es más bien
36
Francmasonería. Ritual de grado maestro
37
RECEPCIÓN
39
AM de «hermano cubridor».
40
AM de «hermano maestro de ceremonias».
39
Jean-Marie Ragon
41
Nueva alusión a los orígenes míticos de la masonería y, en concre-
to, a Hiram Abi.
40
Francmasonería. Ritual de grado maestro
42
Este es uno de los fragmentos más poéticos e interesantes de todo
el Ritual. Se percibe, incluso, cierto rastro de las tradiciones cabalísticas
y, sobre todo, alquímicas, tan en boga entre los masones de determina-
das épocas y circunstancias históricas.
41
Francmasonería. Ritual de grado maestro
NARRACIÓN
43
AM de «respetable maestro».
44
Hiram, del hebreo hhi o hhai, «vida viva», y ram, «elevado», tiene por
sobrenombre Adonhiram, «señor elevado», y de ahí la mas.: adonhiramita.
La tradición le llama también Hiram abi, padre elevado. Era hijo de un
tirio llamado Ur, fuego, por Josefo, y de una mujer de la tribu de Dan
(Paral., l. II, cap. II, vers. 13 y 14). Otros pasajes de la Biblia dicen que
era de la tribu de Neftalí, y esta es la versión que se ha seguido en la
mas.: Los mas.: han cubierto con este nombre toda la historia astronómi-
ca del sol [Nota original].
45
Los siete meses de fecundación solar, de marzo a septiembre [Nota
original].
43
Jean-Marie Ragon
46
Jachin o Jakin. Palabra sagrada de uno de los tres primeros grados
(dependiendo del rito), y que da nombre a una de las columnas del tem-
plo masónico, en referencia simbólica al templo de Salomón.
47
Boaz o Booz, nombre simbólico de una de las columnas de bron-
ce fundidas por Hiram para el templo de Salomón. Es la palabra sagra-
da del aprendiz del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y del segundo
grado en los Ritos Francés y Escocismo Reformado. Boaz es, en el
R.:E.:.A.:A.:, la palabra sagrada que se comunica al aprendiz masón en
la tenida de iniciación. Dicha palabra se refiere a la naturaleza interior
del aprendiz y por esta razón encierra un secreto que es irrevelable por
más que se la pronuncie o escriba. Boaz, o Booz, es una transcripción
latina de una palabra hebrea de tres letras, Beth, Ayin y Zayin. Sus valo-
res numéricos respectivos son 2, 70 y 7 y su suma da 79, número
que equivale a la unidad aritmética que simboliza la Unidad del Ser
expresada en la logia (79 = 7+9 = 16 = 1+6 = 7 = 7+6+5+4+3+2+1 =
28 = 2+8 = 10 = 1+0 = 1).
El aprendiz recibe la palabra sagrada deletreada y no puede darla de
otro modo, puesto que no sabe leer ni escribir en el Libro de la Vida al
inicio de su carrera masónica, o viaje hacia el conocimiento. El estudio
del significado de cada una de las tres primeras letras que el masón
recibe debe formar parte de su aprendizaje. (Ver otras acepciones en
http://www. geocities. com/ tallermasonico/5dicci.htm).
48
Es decir, los maestros (masones) en la cámara del medio.
49
Los mas.: alemanes tomaron al pie de la letra esta leyenda, cuando
les dieron los nombres de Hobban, Sterké y Austerfluth, que otros deno-
44
Francmasonería. Ritual de grado maestro
45
Jean-Marie Ragon
50
Cuéntase que un día, en cierta recepción análoga a la de este
grado, el emperador Commodo, que desempeñaba el cargo de m.:
resp.: dio el último golpe de tal manera, que convirtió el acto en tra-
gedia [Nota original].
51
Según la tradición salomónica, los nombres de los nueve mm.:
elegidos después de la supuesta muerte de Hiram, son los siguientes:
Moabon (á patre); Ganinigam o Anigam (afflictio populi); Isch’gi (salus
46
Francmasonería. Ritual de grado maestro
47
Jean-Marie Ragon
48
Francmasonería. Ritual de grado maestro
52
Así se practicaba en 1817 la m.: en el taller de los Trinosofos, de
París, hallando poco lógico y contrario a la verdad del hecho astronómi-
co que el gr.: representa, hacer sucumbir a Hiram, el sol, bajo los golpes
de las tres luces que figuran los tres meses primaverales, solos aptos para
levantar el cuerpo; así los exp.: quedaban encargados de representar los
tres últimos meses del año terminado, que son los que ven sucumbir al
padre de los humanos seres. En el ritual del h.: Des Etangs, todo el ce-
remonial se dirige a enseñar que la mentira, la ignorancia y la ambición
son tres azotes desorganizadores que causan la desgracia de los hom-
bres. Conviene mucho, sin duda, dar al gr.: de m.:, que ya de suyo se
presta a ello maravillosamente, todas las interpretaciones morales y filo-
sóficas posibles; pero ante todo debemos conservar su tipo sagrado, cu-
yo simbolismo, tomado de la naturaleza, durará como ella perpetuamen-
te. Es no comprender este bellísimo grado, ni los precedentes, limitarse a
encerrar su fin trágico en una narración tan fría como ilógica, en lugar de
ponerla en acción como los antiguos iniciados de Mithra, de Egipto y de la
Grecia [Nota original].
53
Es el nombre del hijo de Loth, nacido de su incesto (por fortuna fa-
buloso) con su hija mayor (Génesis, c. XIX, VIII, XXXVI y XXXVIII). Mu-
cho nos ha extrañado no encontrar esta palabra en el último ritual ofi-
cial, siendo el nombre del m.: en América y en Inglaterra. Encuéntrase
reproducida en varios altos gr.:, y consagrada por uso general; pero es
sensible de todas suertes que para una significación tan sencilla se haya
recurrido a un origen tan impuro [Nota original]. Génesis 19: 36: «Y las
dos hijas de Lot concibieron de su padre». 19: 37: «Y dio a luz la mayor
un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta
hoy». 19: 38: «La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre
Ben-Ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy».
49
Jean-Marie Ragon
2º punto
54
AM de «Gran Arquitecto del Universo».
50
ALOCUCIÓN
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Jean-Marie Ragon
55
Lucio Apuleyo, escritor romano del siglo II. Autor de El Asno de
Oro, novela alegórica. Se preocupó, además, por la filosofía, la religión,
la ciencia y la retórica. Se le inició en el culto de Isis y, más tarde, se le
acusó de utilizar la magia para conseguir los favores de la viuda Pudenti-
la, acusación de la que se defendió en un famoso discurso (Apología). Se
ocupó de la difusión de los cultos mistéricos, que alcanzaron gran desa-
rrollo en la Roma de su tiempo.
52
Francmasonería. Ritual de grado maestro
56
Investigaciones modernas prueban que en esa época no ha existido
ciudad ninguna llamada Jerusalén, ni templo con ese nombre griego híbri-
do. Lo mismo sucede con los palacios de Salomón (Solimán), de los cuales
nadie ha podido encontrar rastros de fundación (V. F. V. Vincent: Idolatría
de antiguos y modernos, un tomo en 8º, París, 1850) [Nota original].
53
Jean-Marie Ragon
57
Tal vez la leyenda de Hiram esté vinculada, precisamente, a los
orígenes especulativos de la masonería moderna, cuya Constitución fue
obra de J. Anderson (1680-1739), quien, tal como afirma Sánchez Ferré
(«Introducción» a J. Anderson: La Constitución de 1723 y Silas H. Shepherd:
Compilación de las marcas (Landmarks) de la masonería, Barcelona, 1998,
p. XXII), era un pastor erudito, conocía la lengua hebrea y había escrito
varias obras de genealogía. En su elaboración de las Constituciones, subraya
Sánchez Ferré, privilegió la historia del pueblo hebreo, vinculándolo a la
masonería, frente al mundo clásico. Anderson construyó una historia que
se ajustaba cronológicamente a la Biblia, suprimió a personajes como
Hermes, considerado uno de los padres de la masonería, y aunque man-
tuvo a Euclides y Pitágoras, su principal aportación fue la introducción
de Hiram, que no figura citado en los antiguos manuscritos. El «inspira-
do Hiram Abi» sería, en efecto, el «maestro de los trabajos» del templo
de Salomón, «el masón más perfecto de la tierra». Sin embargo, ni él ni
el rey de Tiro, llamado también Hiram, figuran en los textos masónicos
más antiguos o, al menos, «no existe constancia documental de su pre-
sencia. Anderson, pues, otorga una importancia al templo de Salomón
que no le concedieron sus predecesores».
54
Francmasonería. Ritual de grado maestro
58
Osiris fue un héroe cultural, rey mítico, fundador de la nación
egipcia, que enseñó a los hombres la civilización, las leyes, la agricultu-
ra y cómo adorar a los dioses. Muere como hombre pero resucita como
inmortal gracias a Thot. Es el responsable de juzgar a los muertos en la
Duat, donde está acompañado por 42 dioses-jueces (uno por cada
nomo) que dictaminarán lo que acaecerá al difunto. Era el jefe de la
tríada Osiriaca, formada por Osiris, Isis y Horus. Los egipcios vieron en
la resurrección de Osiris la promesa de una vida eterna. Creían que to-
dos los hombres vivirían eternamente, en el Aaru, si se realizaban cere-
monias funerarias similares a las efectuadas con Osiris, muerto y resuci-
tado. Así desde el Imperio Medio era costumbre, en los textos funerarios,
nombrar al difunto con el apelativo de Osiris. En Abidos se celebraban
los Misterios de Osiris, una de las más importantes festividades durante
el Imperio Medio; consistían en rememorar la muerte, entierro y resu-
rrección de Osiris, con la consiguiente promesa de vida eterna para los
asistentes y sus difuntos. Según Diodoro Sículo, «Osiris enseñó a la
humanidad el cultivo de la vid, así como a vendimiar la uva y cómo
guardar el vino».
55
Jean-Marie Ragon
59
Véase en el Curso interpretativo de las iniciaciones el complemento
de ese tema celeste explicado, así como los nombres astronómicos de
los nueve mm.: [Nota original].
60
El mito de Adonis es una leyenda siria, a la que alude Hesíodo.
Hijo de una relación incestuosa, Adonis nació al fin del árbol de la mi-
rra. Se plantea, en tal sentido, que el mito representa el símbolo del mis-
terio de la vegetación. El culto de Adonis se difundió por el Mediterrá-
neo en época helenística. Autores antiguos, asegura Chompré, habían
tenido a Adonis por el sol, otorgándole todos sus atributos.
61
El año 101 de la era cristiana, erigieron los romanos un altar o
Mithra (deo sol Mithra). Su culto se celebraba en una cueva el 25 de di-
ciembre, y el objeto de esta fiesta era la Natividad de Mithra o el rena-
cimiento del sol, que después de llegar al punto más bajo, comienza su
nueva carrera [Nota original].
62
Dábase en Francia, en tiempo de Enrique III, el nombre de Reinas
blancas a las viudas de los reyes, por vestir de este color en señal de luto por
sus esposos, pues que estaban persuadidas, como los chinos actualmente,
56
Francmasonería. Ritual de grado maestro
57
Jean-Marie Ragon
58
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64
Es decir, Hijos de la Viuda e Hijos de la Luz.
65
Isis, esposa de Osiris y madre de Horus, forma parte destacada de
la mitología egipcia. Sus misterios dieron lugar a los denominados miste-
rios isiacos. Se supone que la masonería adoptó buena parte de ellos. Se
ha destacado que la leyenda de la muerte de Osiris y la búsqueda de su
cadáver por Isis, así como su resurrección, se corresponde con la leyen-
da de Hiram. Su nombre egipcio era Ast, que significa trono, representa-
do por el jeroglífico que portaba sobre su cabeza. Fue denominada
«Gran maga», «Gran diosa madre», «Reina de los dioses», «Fuerza fe-
cundadora de la naturaleza», «Diosa de la maternidad y del nacimien-
to». Esposa y madre arquetípica, Plutarco narra su historia, en la que
destaca la traición de Seth, hermano de Osiris, quien le encerró en un
cofre de metal y le arrojó al Nilo. Isis encontró el cadáver de su esposo
tras una intensa búsqueda, pero Seth lo robó y lo cortó en catorce trozos
que esparció por todo el país. Isis recuperó todos los fragmentos excepto
el pene, pero consiguió quedar encinta y tener a un hijo de ambos,
Horus, quien más tarde vengaría la muerte de su padre. El culto de esta
diosa se sincretizó posteriormente con el de otras diosas, se expandió
por Oriente Próximo y por Roma, encontrándose huellas de su culto en
Europa hasta el siglo VI después de Cristo. Diversos autores destacan
que el Cristianismo adoptó el culto a Isis, diosa de la maternidad, asimi-
lándola a la Virgen María, lo que se puede observar, por ejemplo, a tra-
vés de la iconografía.
66
AM de «logia».
67
Horus el elevado, dios celeste en la mitología egipcia. Se le repre-
sentó como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, con la corona
doble. También, como un disco solar con alas de halcón desplegadas
59
Jean-Marie Ragon
sobre las puertas y en las salas de los templos; y con forma leonina co-
mo Harmajis. Al llegar a la mayoría de edad, Horus luchó contra Seth
para recuperar el trono de su padre, asesinado por Seth. Seth quedó co-
mo el dios del Alto Egipto y Horus del Bajo Egipto. Posteriormente Horus
fue dios de todo Egipto, mientras que Seth era dios del desierto y de los
pueblos extranjeros. Este mito representa la lucha entre la fertilidad del
valle del Nilo (Osiris) y la aridez del desierto (Seth). Como dios solar,
Horus defiende la barca de Ra, con la ayuda de Seth, contra la gran ser-
piente Apep. Además es el protector de Osiris en el inframundo egipcio
(Duat). Durante el juicio de Osiris, según el Libro de los Muertos, es el
mediador entre el finado y Osiris. Su culto se extendió por el
Mediterráneo, como Harpócrates (dios del silencio), vinculado a su ma-
dre Isis. Destaca la veneración alcanzada en la Antigua Grecia, tanto en
la forma de halcón como de niño acompañado de Isis, o como amuleto
protector relacionado con la divinidad, el llamado «Ojo de Horus».
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OBLIGACIÓN
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Este tipo de juramento, que la legislación eclesiástica de los siglos
XVIII y XIX, siempre consideró impío, ha hecho correr ríos de tinta. Se
trata, sin embargo, de una práctica habitual en la época. Como aseguró
Alejandro French, a comienzos de la década de 1740, a los inquisidores
que le sustanciaban un proceso –el primero de las Españas– en Las Pal-
mas de Gran Canaria, también él, como comerciante, había colocado en
diversas ocasiones su mano sobre la Biblia para jurar que no llevaba
contrabando.
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AM de «gran maestre de la Orden».
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AM de «Respetable logia N [indeterminada] al oriente de [Locali-
zación geográfica del taller]».
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La actividad ritual masónica se desarrolla a través de determinados
signos, palabras y toques. Gracias a ellos el masón es reconocido como
tal: «–¿Cómo reconoceré que sois masón? –Por mis signos, palabras y
toques». En ellos también se guardan los secretos del grado. En la maso-
nería los gestos rituales llevan el nombre de signos. De nuevo encontra-
mos aquí la estrecha relación que existe entre el rito y el símbolo, que
en su aspecto de símbolo gráfico y geométrico, podría ser considerado
como un signo, es decir, como algo que tiene un significado, que traduce
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una idea en definitiva. De hecho, los toques también son signos manua-
les, y las palabras sagradas y de paso (pertenecientes a los símbolos so-
noros) no dejan de ser en el fondo signos verbales. Pero específicamente
considerados como escenificación ritual de los símbolos visuales y geo-
métricos, los signos en los tres primeros grados se realizan en «escuadra,
nivel y perpendicular», y por tanto han de estar necesariamente vincula-
dos al simbolismo de esas tres herramientas, a lo que ellas significan en
tanto que representación de ideas fundamentales relacionadas con la
construcción de la mansión interna. Apuntaremos que la escuadra, el
nivel y la perpendicular son también las tres joyas móviles de la logia, y
esa movilidad está relacionada con la idea del rito como símbolo en ac-
ción. Cada grado tiene sus signos correspondientes, entre los que pode-
mos distinguir los signos de al orden y los signos de reconocimiento».
Respecto a los signos de al orden, en el grado de aprendiz este signo se
realiza teniendo el brazo derecho horizontal (es decir a nivel) a la altura
de la garganta, mientras que el brazo izquierdo cae en perpendicular a lo
largo del cuerpo. Con los pies se forma una escuadra. En el grado de com-
pañero el brazo derecho horizontal se sitúa a la altura del corazón, en tan-
to que el izquierdo realiza la forma de la escuadra. Los pies también en
escuadra. En el grado de maestro el brazo derecho, horizontal, está a la
altura de las dos caderas, y el izquierdo cae en perpendicular. Los pies en
escuadra lo mismo que en los grados anteriores. Respecto al signo de re-
conocimiento, en cada uno de los tres grados, estando al orden, con el
brazo derecho se traza el nivel y la perpendicular, describiéndose la es-
cuadra. Este gesto ritual vendría a indicar que el masón se reconoce como
tal gracias a la perpendicular, al nivel y a la escuadra. En el primer grado
ese gesto comienza a la altura de la garganta (signo gutural), en el segundo
a la altura del corazón (signo cordial), y en el tercero a la altura de las dos
caderas (signo umbilical). Pueden verse aquí tres etapas o niveles en el
proceso de realización masónica, que va del más exterior al más interior,
pues la región umbilical, donde traza su signo el maestro, está simboli-
zando aquí la idea de centro, sin duda alguna ligada al significado de la
Cámara del Medio (www.geocities.com/tallermasonico/5dicci.htm).
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AM de «a mí los hijos de la Viuda».
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[Consta la siguiente nota del traductor de la obra]: «Nos abstenemos de
dar ciertos detalles que, sobre estarnos prohibido hacerlo, los mm.: los apren-
den prácticamente, y a los prof.: de nada sirven, así como las palabras».
74
AM de «venerable de la logia».
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Francia. Ven.: h.: m.: de c.: conducid al neófito a
los Ven.: hh.: 1º y 2º vig.: para que le reconozcan, y
enseñadle la marcha para entrar en l.: de m.:
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AM de «maestro de ceremonias».
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INSTRUCCIÓN
P. ¿Sois m.:?
R. Probadme: la acacia me es conocida76.
P. ¿Dónde fuisteis recibido?
R. En la c.: del m.:
P. ¿Qué visteis al entrar?
R. Luto y consternación.
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Los egipcios miraban la acacia como árbol sagrado; era reveren-
ciado también por los árabes antiguos, con especialidad por la tribu
Ghalfon, y fue consagrado por Ohalem, erigiéndole un templo que, co-
mo la estatua de Memnón, producía un sonido cuando se entraba en él.
Era igualmente objeto principal de culto en la tribu de Corest. Kaled, por
orden de Mahoma, hizo cortar el árbol hasta la raíz y matar a la sacerdo-
tisa de esta deidad. De madera de acacia era el ídolo Al-vzza que los
árabes poseían, y destruyó Mahoma; y de ese ídolo proviene sin duda
esta observación del h.: G. de Dumast: «La acacia que honraban los ju-
beos, y de la cual llevaban un ramo los iniciados, se llamaba entre el
pueblo Houzza, y el vivat escocés houzé, que se escribe huzza, prueba
que, en Inglaterra como en Francia, el grito de júbilo popular toma su
nombre del ramo de los iniciados». En resumen, la acacia era para los
antiguos un emblema solar como las hojas del loto y del heliotropo: sus
hojas se abren al sol naciente y se cierran cuando este desaparece de
nuestro horizonte. Su flor, cubierta de una especie de vello, parece imi-
tar el radiante disco de este astro. Los egipcios y árabes consagraron la
acacia al dios del día, y la usaban en los sacrificios que le ofrecían [Nota
original]. Ver nota supra respecto a la acacia.
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El mitraísmo tuvo especial implantación entre los soldados roma-
nos. La práctica de esta religión fue declarada ilegal por el emperador
Teodosio. El culto de Mitra se realizaba en templos denominados mi-
treos, inicialmente se trataba de cavernas naturales. La imagen central
del mitraísmo es la tauroctonía, o Mitra Tauróctonos, que representa el
sacrificio ritual por Mitra del toro sagrado. El profesor David Ulansey ha
planteado que la imagen del Tauróctonos es la representación de Mitra
como un dios capaz de transformar el orden mismo del Universo. El toro
sería el símbolo de la constelación de Tauro. En los comienzos de la
astrología, en Mesopotamia, entre el 4000 y el 2000 a. C., el Sol estaba
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O hijo de la muerte. No se debe escribir, ni decir cómo se enseña,
y aunque esa doble palabra se pronuncia silábicamente, no se la debe
representar sino por sus dos iniciales. Se escribe lo mismo esta palabra
sagrada del Rito Francés que la del Inglés y Escocés, y en ambos ritos se
sirven mutuamente de velo [Nota original].
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Los del país que esa palabra designa, estaban ocupados en tallar
piedra para la construcción del templo de Salomón. La inicial, tal como
está escrita, tiene la pronunciación de G dura [Nota original]. En el libro
primero, Reyes, capítulo 5 (versículos 31 y 32), se lee: «El rey ordenó
extraer grandes piedras, piedras seleccionadas, para hacer los fundamen-
tos del Templo con piedra tallada. Los obreros de Salomón, los obreros
de Hiram y los habitantes de Biblos tallaron las piedras y prepararon la
madera para la construcción del Templo». Biblos fue una antigua ciudad
fenicia situada en la colina llamada Gubla en los textos cuneiformes y
Gebal en la Biblia (actualmente pertenece al Líbano y se denomina Dju-
bayl). Etimológicamente proviene de la colina en la que estaba situada
(Gablu, es decir, montaña en hebreo), que derivó a Gebal. Constituyó un
centro comercial importante en el Mediterráneo oriental (papiros, made-
ra de cedro y cobre). Se conserva el templo Baalat Gebal, así como otros
monumentos destacados. Es patrimonio de la Humanidad desde 1984.
Según Anderson, tan preocupado por los orígenes bíblicos de la Orden,
en los trabajos del Templo de Salomón intervinieron unos ochenta mil
«desbastadores, canteros, cortadores, escultores, llamados Ghiblim y
también Bonai, parte de los cuales pertenecían a Salomón y parte a
Hiram rey de Tiro» (La Constitución de 1723 proyectada por Jaime An-
derson, edición de Sánchez Ferré, Barcelona, 1998, p. 40). En la nota 17
de la versión en portugués de esta obra, editada en Sao Paulo y parcial-
mente disponible en Internet, se dice: «Os ghiblianos, designados por
esse nome, cuidaram do corte de pedras para a construçao do templo de
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El número siete caracteriza el gr.: de m.: La cifra 7 entre los persas
y egipcios simbolizaba la vida; por eso la letra Z de los griegos, que es
un doble 7, es la inicial del verbo zaô, yo vivo [Nota original]. La refe-
rencia a los siete planetas alude a la antigua creencia, proveniente del
mundo clásico, sobre el número de planetas de nuestro sistema solar.
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Es uno de los símbolos pertenecientes al tercer grado. Se trata de una
de la tres «joyas inmóviles» de la logia, junto a la piedra bruta y la piedra
cúbica, símbolos respectivos del aprendiz y del compañero. Su forma está
constituida por dos rectas horizontales recortadas en ángulo recto por
otras tantas rectas verticales. Aparecen así nueve partes dispuestas en tres
líneas y tres columnas, sobre las cuales se distribuyen los nueve primeros
números naturales. Algunos autores remontan su origen al pitagorismo. Se
trata, en síntesis, del estudio de los nueve primeros números (que encie-
rran las posibilidades indefinidas de lo numerable), de conocer sus pro-
piedades y las relaciones simbólicas que existen entre todos ellos. Esos
números son sobre todo proporciones y medidas que revelan la estructura
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Tifón, en la mitología griega, es una divinidad primitiva que se re-
presenta en forma de huracán o de un enorme monstruo alado con ser-
pientes repartidas por sus muslos, mientras que expele fuego por la bo-
ca. Hijo de Gea y de Tártaro.
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P. ¿Qué es la muerte?
R. La despersonificación del individuo. La muerte es
la condición para que hemos nacido; así, pues, como
solo se deben temer los acontecimientos imprevistos,
no debe abrigarse temor ninguno por la muerte, sino
prepararse a ella.
P. ¿Qué era el individuo antes de morir?
R. Un efecto causado por la unión de dos seres y,
como ellos, sometido a las tres fases de la vida.
P. ¿Qué es después de la muerte?
R. De efecto que era, se convierte en causa a su
vez; es decir, que quedando en libertad por su descom-
posición los elementos que formaban su ser corporal,
vuelven a unirse a los elementos análogos para sufrir
nuevas trasformaciones, porque solo perecen las for-
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mas . En cuanto a su ser intelectual, o su alma, sien-
do, según la opinión de la antigüedad, una partícula
del alma universal, vuelve a esa inmensa fuente de la
vida. La c.: del m.: es la imagen del gran laboratorio
de la naturaleza, donde se operan esas trasformacio-
nes infinitas, y aquí es donde el iniciado debe estudiar
el tercer lado del triángulo, el reino animal, tan bien
indicado por la palabra del m.:
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Platón, Thales, Apolonio, Eudoxio y Pitágoras trajeron de Egipto es-
te principio: La vida sale del seno de la muerte, tomado del emblema de
Osiris, sol de invierno, expirando para renacer el 25 de diciembre con el
nombre de Horo, sol nuevo. Los sabios han adoptado en la economía
del universo demasiado exclusivamente este principio que en nuestro
concepto no debe hacerse general, porque nada empieza por la muerte,
siendo ella el fin y término de todo lo creado [Nota original].
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El silencio de la Biblia sobre la inmortalidad del alma, nos ha in-
clinado siempre a pensar que si Moisés no fue un personaje imaginario,
al menos no fue nunca iniciado en los misterios egipcios donde se profe-
sa esta creencia que formaba parte de los dogmas secretos. Nuestras pre-
sunciones se han confirmado después plenamente por la excelente obra
del citado Vincent: La Idolatría, etc. [Nota original].
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En estos rituales y en el Curso interpretativo de las iniciaciones,
hemos descorrido el velo lo bastante para que el mas.: estudioso e inves-
tigador descubra y encuentre lo que le falta conocer [Nota original].
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Estas ingeniosas palabras son del célebre veneciano Casanova, ini-
ciado en Lyon en 1857 [Nota original]. El famoso aventurero, libertino y
escritor Giacomo Girolamo Casanova (Venecia, 1725-Dux, actual
Duchcov, República Checa, 1798), perteneció en efecto a la masonería,
vinculación que, desde 1785, compartía con el conde de Waldstein. La
fecha aportada por Ragon sobre su iniciación, al menos en la traducción
española del Ritual, es obviamente errónea.
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CLAUSURA
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OBSERVACIÓN
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ..........................................................7
89
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