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REPÚBLICA DE COLOMBIA

CORTE CONSTITUCIONAL
Sala Plena

SENTENCIA SU-214 de 2023

Referencia: Expediente T-9.045.117

Acción de tutela interpuesta por Sara Esther


Coronado Noriega contra la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia

Magistrada ponente:
PAOLA ANDREA MENESES
MOSQUERA

Bogotá, D. C., ocho (8) de junio de dos mil veintitrés (2023)

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus competencias


constitucionales y legales, dicta la siguiente

SENTENCIA

En el trámite de revisión del fallo del 31 de agosto de 2022, emitido por la Sala
de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, que revocó la sentencia
dictada el 3 de agosto de ese año por la Sala de Casación Civil de esa misma
corporación.

I. ANTECEDENTES

1. Síntesis del caso. Sara Esther Coronado Noriega interpuso acción de


tutela contra la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, por
considerar que ese despacho judicial vulneró su derecho fundamental al debido
proceso. En la providencia objeto de censura, la autoridad judicial resolvió no
casar la decisión dictada en segunda instancia por la Sala Penal del Tribunal
Superior de Bogotá. También, negó las solicitudes de extinción de la pena y de
la acción penal por prescripción interpuestas por la accionante.

2. Hechos que dieron lugar al proceso penal. Entre 2007 y 2008, el banco
BBVA desembolsó quince créditos que fueron solicitados por un número plural
de personas. Según las decisiones de instancia, se acreditó que la demandante
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

recibía comisiones de éxito por la aprobación de cada crédito y la entrega de


los recursos, para lo cual se valió de maniobras fraudulentas con el fin de lograr
ese propósito1.

3. Acusación. El 16 de enero de 2009, la Fiscalía General de la Nación


acusó formalmente a la demandante de haber cometido los delitos de falsedad
en documento privado, falsedad ideológica de documento público, estafa
agravada, en concurso homogéneo y sucesivo, y concierto para delinquir. Lo
anterior en razón a que, en su criterio, existían razones para inferir que se habían
presentado irregularidades en el trámite de ciertas solicitudes de crédito que se
tramitaron con documentos falsos «posiblemente aportados por la tramitadora
Sara Coronado y con la supuesta complicidad del gerente de la sucursal,
Orlando Hernández López»2.

4. Sentencia penal de primera instancia. El Juzgado Tercero Penal del


Circuito de Bogotá declaró la responsabilidad penal de la accionante3. En
consecuencia, le impuso una pena de prisión equivalente a 140 meses, multa de
102.88 salarios mínimos legales mensuales vigentes y una pena accesoria de
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el mismo
lapso que la privativa de la libertad. Esto, por cuanto concluyó que había
cometido los delitos de estafa agravada y falsedad material en documentos
público y privado, en concurso heterogéneo y sucesivo.

5. Apelación. El defensor de la accionante apeló la decisión de primera


instancia. Adujo que se presentaron irregularidades en el manejo de las pruebas,
pues el video de la diligencia de allanamiento y registro de su vivienda fue
presuntamente editado y los documentos aprehendidos por la Fiscalía General
de la Nación no habían sido embalados adecuadamente, con lo que se rompió
la cadena de custodia. Además, expresó que se valoró de forma equivocada el
acervo probatorio, toda vez que no se probó que los documentos falsos fueran
aportados al banco por su representada, ni se acreditó el detrimento patrimonial
de la entidad financiera4.

6. Sentencia penal de segunda instancia. La Sala Penal del Tribunal


Superior de Bogotá revocó parcialmente la sentencia dictada por el Juzgado
Tercero Penal del Circuito de Bogotá5. Resolvió declarar la prescripción de la
acción penal por las conductas de concierto para delinquir, falsedad en
documento público y falsedad en documento privado. Empero, confirmó la
condena por el delito de estafa agravada. También, modificó las penas
impuestas inicialmente para dejarlas en 66 meses de prisión y multa equivalente
a 88.88 salarios mínimos mensuales vigentes.

1
Cfr. Acción de tutela. Anexos. Sentencia del 30 de mayo de 2012, f. 1 a 2; Sala Penal del Tribunal Superior
de Bogotá. Sentencia del 29 de marzo de 2017, f. 1.
2
Expediente de tutela. Respuesta del Juzgado 15 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá, f.
304.
3
Cfr. Acción de tutela. Anexos. Sentencia del 30 de mayo de 2012.
4
Cfr. Acción de tutela. Anexos. Sentencia del 29 de marzo de 2017, f. 22 a 23.
5
Cfr. Acción de tutela. Anexos. Sentencia del 29 de marzo de 2017.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

7. Recurso extraordinario de casación. La accionante y el banco BBVA


presentaron el recurso extraordinario de casación en contra de la sentencia de
segunda instancia dictada por la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá6. La tutelante, por intermedio de su defensor, formuló dos
cargos contra dicha providencia, con fundamento en las causales previstas en
los numerales segundo y tercero del artículo 181 de la Ley 906 de 2004, como
se expone a continuación:

Cargo Descripción
Primer cargo El proceso está viciado por una nulidad consistente en que la
accionante no tuvo una adecuada defensa técnica. Por una parte,
reprochó que no se tuvo en cuenta que se vio en la obligación
de cambiar de defensor en distintas ocasiones, por razones no
imputables a ella. Por otra parte, alegó que quienes asumieron
su defensa no solicitaron pruebas en la audiencia preparatoria,
no asistieron a la audiencia en la que se resolvió su libertad
provisional ni presentaron recursos contra la decisión
condenatoria7.
Segundo cargo La providencia objeto del recurso extraordinario incurrió en
falso raciocinio porque no se apreciaron algunas pruebas. En
concreto, el casacionista refiere que no se tuvieron en cuenta
medios de convicción que demostrarían que no se causó un
detrimento patrimonial. Además, indicó que no se probó la
falsedad de los documentos cuya alteración se le endilga a su
representada, toda vez que, en su criterio, quienes cometieron
dichas conductas fueron los titulares de cada solicitud de
crédito8.

8. Primera solicitud de prescripción de la pena y de la acción penal. El 20


de enero de 2022, el apoderado de la accionante solicitó que se declarara la
prescripción de la pena, y, en consecuencia, que su representada fuera puesta
en libertad9. En su criterio, de conformidad con el artículo 89 del Código Penal,
la pena prescribe en el término fijado en la sentencia, que, en este caso,
equivalía a 66 meses. En esa medida, para el momento en que su mandante fue
capturada ―4 de diciembre de 2021―, habían transcurrido más de 9 años
desde que se dictó la sentencia de primera instancia, razón por la que la pena
privativa ya había fenecido. Además, expuso que, si bien el último
pronunciamiento es del 7 de abril de 2017, la orden de captura fue librada y
hecha efectiva por el Juzgado Tercero Penal del Circuito el 30 de mayo de 2012,
razón por la que el término prescriptivo de la pena se debía contabilizar desde
esta última fecha, en concordancia con lo dispuesto en los artículos 450 y 451
del Código de Procedimiento Penal. Por último, indicó que debía tenerse en
consideración el tiempo que estuvo privada de la libertad por cuenta de este
proceso, esto es, entre el 18 de diciembre de 2008 y el 9 de diciembre de 2009.

9. Segunda solicitud de prescripción de la acción penal. Durante el trámite


del recurso extraordinario de casación, la demandante presentó un escrito en

6
Cfr. Expediente de tutela. Respuesta del Juzgado 15 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá.
7
Ib., F. 188 a 193.
8
Ib.
9
Cfr. Expediente de tutela. Respuesta de Sara Esther Coronado Noriega. Solicitud del 20 de enero de 2022.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

que solicitó que se declarara la prescripción de la acción penal, y, en


consecuencia, se dispusiera su libertad inmediata10. Según su planteamiento,
dicho fenómeno se habría consumado el 7 de abril de 2022. Justificó su petición
en las siguientes razones:

(i) Desde la fecha en que se dio lectura a la sentencia de segunda


instancia ―7 de abril de 2017― hasta la fecha en que se presentó la
solicitud ―25 de abril de 2022― han transcurrido más de cinco años.
Por ende, en su criterio la acción penal habría prescrito, en atención a
lo dispuesto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004.

(ii) Según el comunicado de prensa número 11, del 6 y 7 de abril de 2022,


la Corte Constitucional informó que en la Sentencia SU-126 de 2022,
la Sala Plena determinó que, en virtud del principio de favorabilidad,
«la Sala de Casación solo tendría un término perentorio de hasta cinco
(5) años contados desde la notificación de la sentencia de segunda
instancia para resolver el recurso que se presentara contra dicha
sentencia»11.

(iii) Si bien no se conocía el texto definitivo de la Sentencia SU-126 de


2022, «[l]a sentencia aquí invocada para solicitar la terminación del
proceso penal y la consiguiente libertad incondicional se encuentra
vigente desde el día mismo de su [aprobación]»12.

10. Sentencia dictada por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema


de Justicia. Por medio de Sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, la Sala
de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia negó las solicitudes de
prescripción de la pena y de la acción penal. También, resolvió no casar la
providencia dictada por el Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.

11. En relación con la solicitud de prescripción formulada por el apoderado


de la demandante, estimó que no era procedente porque el término de
prescripción debía contabilizarse desde que la decisión condenatoria cobrara
ejecutoria, esto es, cuando se resolvieran los recursos interpuestos ―apelación
y casación (eventualmente)―, no desde que se dictó la orden de captura.
Además, adujo que la petición confundía «la ejecución de las órdenes emitidas
en la sentencia condenatoria, o en cualquier decisión, con la ejecutoria del fallo,
dos instituciones del derecho procesal diametralmente diferentes, conforme a
la jurisprudencia y la doctrina nacional»13.

12. En relación con la solicitud elevada por la accionante, recordó los


parámetros fijados en su jurisprudencia unificada sobre el término de la
prescripción de la acción penal, así:

10
Cfr. Expediente de tutela. Respuesta de Sara Esther Coronado Noriega. Solicitud del 25 de abril de 2022.
11
Id., F. 3.
12
Id. F., 4.
13
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia STP6929 de 1º de junio de 2022, f. 28.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

De igual manera, ha sido criterio consolidado de la Sala de Casación Penal, sobre las
reglas de prescripción en el sistema de procesamiento penal regido por la Ley 906 de
2004, el siguiente (CSJ SP4573-2019, rad. 47.234):

«En este orden de ideas, la Corte unifica la jurisprudencia acerca de la prescripción de la


acción penal en el sentido ya declarado en la decisión CSJ AP, 21 mar. 2007, rad. 19867.

En todo caso, esta quedará precisada así:

(a) El término de prescripción de la acción penal es, en principio, el señalado en el artículo


83 de la Ley 599 de 2000. Es decir, corresponde (en términos generales) al máximo de la
pena de prisión fijada en la ley, sin que sea inferior a cinco (5) años ni superior a veinte
(20), salvo lo dispuesto en las demás disposiciones de dicho artículo.

(b) En la Ley 906 de 2004, dicho término se interrumpe con la formulación de la


imputación, tal como lo contemplan los artículos 86 de la Ley 599 de 2000 (inciso 1º) y
292 del Código de Procedimiento Penal.

(c) Producida dicha interrupción, el término prescriptivo corre de nuevo, según lo prevé
el inciso 2º del artículo 292 de la Ley 906 de 2004, por un tiempo equivalente a la mitad
del indicado en el artículo 83 del Código Penal, sin que sea inferior a tres (3) años.

(d) Este término se suspende (esto es, se detiene) cuando se profiere el fallo de segunda
instancia. Dicha suspensión no puede ser superior a los cinco (5) años.

Y (e), ya agotado el tiempo de la suspensión (es decir, los cinco -5- años), el término de
la prescripción de la acción que se estaba contando desde la formulación de la imputación
se reanuda hasta su vencimiento. Con lo anterior, se pretende que ninguna conducta
punible prescriba en sede de casación»14.

Al aplicar dicha formulación al caso concreto, concluyó que no había lugar a


conceder la petición formulada por la accionante por varias razones. Primero,
en los asuntos regidos bajo la Ley 906 de 2004, el periodo inicial de
prescripción ―esto es, desde la fecha de consumación de los hechos y hasta
antes de que se formule la imputación―, corresponde al máximo previsto para
el tipo penal, sin que pueda ser inferior a cinco años, ni superior a veinte. Así,
en el caso concreto, el ordenamiento prevé una pena de prisión que va de 42.66
a 216 meses ―18 años― para el delito de estafa agravada ―por el cual la
accionante fue condenada en primera y segunda instancia―. Teniendo en
cuenta que la imputación se produjo el 18 de diciembre de 2008, no
transcurrieron los 18 años consagrados en la ley para que prescribiera la acción
penal.

13. Segundo, en virtud de lo dispuesto en el artículo 292 de la Ley 906 de


2004, la prescripción se interrumpe con la formulación de imputación y se
reanuda en «un término igual a la mitad del señalado en el artículo 83 del
Código Penal. En este evento no podrá ser inferior a tres (3) años». En el caso
sub examine, indicó que dicho término «no puede ser inferior a 3 años ni
superior a los 10, espacio de tiempo que se suspende con la emisión de la
sentencia de segunda instancia, el cual comenzará a correr de nuevo sin que

14
Id., f. 33.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

pueda ser superior a cinco (5) años»15. Así, en el caso objeto de estudio, desde
la imputación y hasta la sentencia de segunda instancia dictada el 29 de marzo
de 2017 no transcurrieron los nueve años necesarios para la consolidación del
fenómeno prescriptivo ―que corresponde a la mitad del máximo previsto para
el delito de estafa agravada, es decir, dieciocho años― pues solo transcurrieron
ocho años, tres meses y once días.

14. Tercero, en sede de casación no se ha agotado el período prescriptivo.


Una vez cumplido el lapso inicial de 5 años de suspensión del término de 9
años antes indicado, a partir del 29 de marzo de 2017 ―fecha de la sentencia
de segunda instancia―, se reanudó el período extintivo restante ―esto es, el
contabilizado entre la imputación y el fallo de segundo nivel―, equivalente a
ocho meses y diecinueve días, el cual fenecería el 18 de diciembre de 2022.

15. En cuanto a la aplicación de la Sentencia SU-126 de 2022, indicó que los


comunicados de prensa emitidos por la Corte Constitucional solo tienen un
carácter informativo. Por esta razón, se abstuvo de aplicar dicho precedente
porque para ese momento se desconocía el texto completo de la providencia y
sus efectos. Por tanto, consideró que «la única hermenéutica vigente, que
responde a los principios de legalidad, acceso a la administración de justicia y
seguridad jurídica, así como al interés del [L]egislador, es la plasmada atrás –
supra párr. 103-, la cual garantiza que la persecución penal por parte del Estado
se hará dentro de un plazo razonable y legítimo»16. Por lo demás, concluyó que
los cargos formulados contra la sentencia objeto de censura eran infundados.

16. Trámite de la acción de tutela. El 25 de julio de 2022, Sara Esther


Coronado Noriega, actuando a nombre propio, interpuso acción de tutela contra
la Sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022. La demandante sostuvo que la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia vulneró sus derechos
fundamentales al no aplicar las subreglas de unificación contenidas en la
Sentencia SU-126 de 2022, dictada por la Corte Constitucional.

17. Fundamentos de la acción. La accionante indicó que el despacho judicial


se abstuvo de aplicar dicha providencia alegando que para esa fecha no se había
publicado el texto completo de la sentencia, pues solo se conocía el comunicado
de prensa emitido por la Corte Constitucional. En su opinión, al obrar de este
modo, la Sala de Casación Penal habría incurrido en los defectos sustantivo
―al aplicar en su caso concreto una interpretación del artículo 189 de la Ley
906 de 2004 contraria a la Constitución―17, por desconocimiento del
precedente ―al abstenerse de aplicar la jurisprudencia constitucional―18 y
procedimental por exceso ritual manifiesto―por haber dado prevalencia a las
normas de trámite sobre las sustanciales, lo que, en su criterio, se erige en un
obstáculo para acceder a la administración de justicia―19.

15
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia STP6929 de 1º de junio de 2022, f. 32.
16
Ib., f. 35.
17
Cfr. Acción de tutela, f. 5 a 6.
18
Id., f. 12.
19
Id.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

18. En cuanto a su situación socio económica, expresó que la privación de la


libertad ha afectado su salud física y mental. Asimismo, aseveró que no cuenta
con ingresos por esta misma causa, y además porque ha agotado sus recursos
con los gastos que ha debido asumir para el ejercicio de la defensa20.

19. Auto de admisión. Por medio de auto del 27 de julio de 2022, la Sala de
Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia admitió la acción de tutela. Así
mismo, dispuso comunicar a las partes e intervinientes en el proceso penal
seguido en contra de la demandante, para que se pronunciaran sobre los hechos
de la acción de tutela21.

20. Contestación de las entidades vinculadas. Las entidades vinculadas se


pronunciaron sobre la acción de tutela interpuesta por Sara Esther Coronado
Noriega, en los siguientes términos:

Entidad Respuesta
Juzgado 12 Penal del Indicó que no había vulnerado los derechos fundamentales de
Circuito con la demandante. Sostuvo que le correspondió definir el recurso
función de de apelación presentado por su apoderado tendiente a que la
conocimiento de accionante fuera puesta en libertad por vencimiento de
Bogotá22. términos; petición que fue negada al no acreditarse el
vencimiento de términos alegado. También informó que, con
posterioridad, el 30 de noviembre de 2009, revocó la medida
dictada por el Juzgado 58 Penal Municipal con Función de
Control de Garantías de Bogotá y decretó la libertad de la
accionante.
Sala Penal del Se limitó a indicar que le correspondió decidir el recurso de
Tribunal Superior de apelación, interpuesto por el abogado defensor contra la decisión
Bogotá23 del 30 de mayo de 2012, dictada por el Juzgado Tercero Penal del
Circuito y que fue resuelto mediante la sentencia del 29 de marzo
de 2017.
Banco BBVA24 Sostuvo que la acción de tutela era improcedente porque la
accionante no agotó todos los medios judiciales para la protección
de sus derechos, concretamente, la acción de revisión. Agregó que
no se configuró ninguna de las causales específicas de
procedibilidad establecidas por la jurisprudencia de esta Corte.
Juzgado Tercero Informó que, en febrero de 2022, la accionante allegó una solicitud
Penal del circuito con tendiente a que se le concediera la «libertad inmediata», «prisión
función de domiciliaria por enfermedad grave», «prisión domiciliaria
conocimiento de transitoria» o «prisión domiciliaria», por razón de su estado de
Bogotá D.C.25 salud. Manifestó que la solicitud fue negada, pero se ordenó oficiar
al Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses
para que agendara una cita para valoración del estado de salud
de la demandante y definiera, desde un criterio médico y
científico, su incompatibilidad con la vida en reclusión.

20
Id., f. 4 a 5.
21
Concretamente, la Sala Penal dispuso la vinculación del Fiscalía Séptima delegada ante la Corte Suprema de
Justicia, Procuraduría delegada de intervención 1 para la Casación Penal, Orlando Hernández López, en su
calidad de procesado no recurrente y el banco BBVA, víctima acreditada dentro del proceso penal. Cfr.
Expediente de tutela.
22
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 28 de julio de 2022.
23
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 28 de julio de 2022.
24
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 29 de julio de 2022.
25
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 29 de julio de 2022.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

Entidad Respuesta
Fiscalía Séptima Manifestó que la acción de tutela era improcedente, por cuanto no
delegada ante la se acreditó que la demandante hubiera interpuesto la acción de
Corte Suprema de revisión. Respecto de la aplicación de la ratio decidendi de la
Justicia26 Sentencia SU-126 de 2022, sostuvo que el comunicado de prensa
«no permite conocer el sentido del fallo, la interpretación
constitucional y el sentido vinculante de la decisión»27.
Sala de Casación La autoridad accionada solicitó que se negara el amparo solicitado,
Penal de la Corte con base en tres argumentos. Primero, la acción de tutela no
Suprema de Justicia28 satisfaría el requisito de subsidiariedad porque la accionante debía
acudir a la acción de revisión. Fundamentó esta postura en la
Sentencia SU-258 de 2021, en la que esta Corte determinó que la
acción de tutela era improcedente porque el tutelante debió acudir
a dicha acción para controvertir el contenido de la sentencia penal.

Segundo, no se configurarían los defectos alegados porque «la


sentencia CC SU-126 de 2022 no constituye, en estricto sentido, un
precedente que tuviera que haber sido atendido por la Sala de
Casación Penal al proferir la sentencia CSJ STP6929-2022»29.
Adujo dos razones para fundamentar esta postura: (i) el carácter
vinculante de la Sentencia SU-126 de 2022 se predica únicamente
respecto de quienes fueron partes en esa acción de tutela30; (ii) no
era posible aplicar la ratio decidendi de esa decisión debido a que
la Sentencia SU-126 de 2022 no se encontraba en firme31.

Por último, no se habría estructurado un defecto procedimental,


toda vez que la Sentencia STP6929 del 1º de junio de 2022 «se
fundamentó en «jurisprudencia reiterada y vigente del máximo
órgano de la jurisdicción ordinaria penal, esto es, la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia»32. Agregó que
dicha interpretación «de modo alguno vulnera los principios de
plazo razonable y pro homine-, tiene estricto soporte en razones de
política criminal del legislador de 2004, cual es el de evitar el
decaimiento del ejercicio del poder punitivo del Estado en la fase
de la casación, conjurar la impunidad y garantizar la vigencia de un
orden justo»33.

21. Decisión de primera instancia en el proceso de tutela. Mediante


sentencia del 3 de agosto de 2022, la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia negó la tutela. A su juicio, la decisión de la Sala de
Casación Penal no fue caprichosa o arbitraria, pues se basó en una
argumentación razonable, fundamentada en la hermenéutica vigente sobre el
término de prescripción de la acción penal del artículo 189 de la Ley 906 de
2004.

26
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 29 de julio de 2022.
27
Id., f. 5.
28
Cfr. Expediente de tutela. Escrito del 1 de agosto de 2022.
29
Id., f. 4.
30
«los efectos de las sentencias dictadas en sede de control concreto de constitucionalidad, en principio, son de
carácter inter partes, tal como la Corte Constitucional lo señaló en sentencia CC SU-380 de 2021». Id., f. 5.
31
«[E]n el caso concreto la sentencia CC SU-126 de 2022, ésta no ha cobrado firmeza y por lo tanto no era ni
es oponible a la Sala de Casación Penal para cuando ésta profirió la sentencia CSJ STP6929-2022, rad. 50932».
Sobre este último asunto, expresó que «[…] la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia
promovió, ante la Corte Constitucional, solicitud de nulidad de dicha providencia, lo que significa que, hasta
tanto la Corte Constitucional no decida sobre esa petición, su providencia no habrá cobrado ejecutoria y, por
ende, no vincula a las partes, ni mucho menos a las demás autoridades judiciales». Id.
32
Id., f. 6 a 7.
33
Id., f. 7.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

22. En cuanto a la aplicación de la Sentencia SU-126 de 2022, encontró que


la decisión de la Sala de Casación Penal fue razonable, toda vez que se abstuvo
de aplicar dicho precedente porque para ese momento se desconocía el texto
completo de la providencia y, por tal motivo, se ignoraban los efectos de la
decisión. Más adelante aclaró que si bien el texto de la providencia ya se
encontraba publicado, «frente a la misma la Corte Suprema de Justicia, a través
de su Sala Plena, solicitó la nulidad el 25 de julio de 2022, trámite a[ú]n no
resuelto»34. En todo caso, manifestó que, si la accionante pretendía insistir en
su pedimento de prescripción, contaba con la acción de revisión prevista en el
artículo 192 de la Ley 906 de 2004, una vez se publicara el texto de esa
providencia.

23. Sentencia de segunda instancia en el proceso de tutela. En sentencia del


31 de agosto de 2022, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia revocó la decisión emitida en primera instancia para, en su lugar,
declarar la improcedencia de la acción de tutela. Adujo que no se acreditó el
cumplimiento del requisito de subsidiariedad porque la demandante no
interpuso la acción de revisión. En su criterio, este era el medio idóneo y eficaz
para controvertir la sentencia de segunda instancia dictada en el proceso penal,
pues el artículo 192 de la Ley 906 de 2004 prevé expresamente una causal
relacionada con la configuración de la prescripción.35.

24. Privación de la libertad. Según consta en el acta de audiencia preliminar


emitida por el Juzgado 33 Penal Municipal con función de control de garantías
de Bogotá36, el 18 de noviembre de 2008 la accionante fue capturada y se le
impuso medida de aseguramiento en centro de reclusión. Según consta en la
boleta de libertad número 1431 del 1° de diciembre de 200937, la señora
Coronado fue puesta en libertad en razón a que se revocó la medida de
aseguramiento y se dispuso su libertad provisional. En ejecución de las órdenes
impartidas en la sentencia dictada en segunda instancia, el 4 de diciembre de
2021 fue capturada nuevamente.

25. Prisión domiciliaria. En consulta realizada el 5 de junio de 202338 en el


sistema de consulta de procesos dispuesto por la Rama Judicial, se constató
que, mediante auto del 21 de febrero de 2023 ―notificado el 24 de febrero del
mismo año―, se concedió la sustitución de la prisión intramural por
domiciliaria con base en las previsiones del artículo 38b del Código Penal,
previo pago de caución. Con posterioridad, el 29 de marzo, se incorporó al

34
Sentencia de primera instancia, f. 8.
35
«Procedencia. La acción de revisión procede contra sentencias ejecutoriadas, en los siguientes casos: […] 2.
Cuando se hubiere dictado sentencia condenatoria en proceso que no podía iniciarse o proseguirse por
prescripción de la acción, por falta de querella o petición válidamente formulada, o por cualquier otra causal de
extinción de la acción penal.»
36
Expediente de tutela. Respuesta del Juzgado 15 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá, f.
307 a 308.
37
Expediente de tutela. Respuesta del Juzgado 15 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá, f.
281.
38
https://procesos.ramajudicial.gov.co/jepms/bogotajepms/adju.asp?cp4=11001600004920080822300&fecha_
r=05/06/2023_03:42:50%20p.m.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

expediente la boleta de traslado para prisión domiciliaria n.° 005 radicada en


la cárcel El Buen Pastor.

Actuaciones en sede de revisión

26. Selección del expediente. Mediante auto del 29 de noviembre de 2022, la


Sala de Selección de Tutelas Número Once de la Corte Constitucional
seleccionó para revisión las sentencias de tutela dictadas en el proceso
identificado con la referencia T-9.045.117.

27. Auto que requirió la remisión del expediente completo. Tras advertir que
el expediente estaba incompleto, mediante auto del 2 de febrero de 202339, la
magistrada sustanciadora ordenó oficiar a las autoridades judiciales
involucradas en el trámite del proceso penal y de la acción de tutela para que
remitieran las principales piezas procesales dictadas en dichos procesos. Así
mismo, solicitó a la accionante informar si había interpuesto el recurso
extraordinario de revisión. En caso de no haberlo hecho, le requirió para que
informara las razones por las cuales no ha ejercido dicho instrumento.

28. Informe rendido por Sara Esther Coronado Noriega. La demandante


informó que no ha ejercido el recurso extraordinario de revisión, porque en su
criterio no es un mecanismo efectivo en consideración a lo expuesto por la
Corte Constitucional en la Sentencia SU-126 de 2022. Luego de transcribir
algunos apartes de esa providencia, concluyó lo siguiente: «como en el presente
caso la acción de revisión se basaría en que la sentencia de la Corte Suprema
de Justicia Sala Penal, se dictó luego de que la acción penal seguida contra la
actora se hubiera extinguido por cuenta de su prescripción, dicha acción estaría
muy seguramente llamada al fracaso, como lo expone la Honorable Corte
Constitucional, por lo tanto, el medio más idóneo para la protección efectiva de
mis derechos sería la acción de tutela»40.

29. Presentación de informe a la Sala Plena. Por último, en sesión del 23 de


marzo de 2023, la Sala Plena de la Corte Constitucional estudió el informe
presentado por la magistrada sustanciadora en relación con el expediente sub
examine41 y decidió avocar conocimiento. En consecuencia, corresponde al
plenario de esta corporación, resolver el caso de la referencia.

II. CONSIDERACIONES

1. Delimitación del asunto objeto de revisión y estructura de la decisión

30. Delimitación del asunto objeto de revisión. La accionante alegó la


configuración de los defectos sustantivo, desconocimiento del precedente y
procedimental en la sentencia STP6929 del 1º de junio de 2022, dictada por la

39
Cfr. Expediente de tutela. Auto de 17 de noviembre de 2021, proferido por la magistrada sustanciadora.
40
Expediente de tutela. Respuesta de Sara Esther Coronado Noriega, F. 3 a 4.
41
Informe rendido en los términos previstos por el artículo 61 del Acuerdo 2 de 2015 – Reglamento de la Corte
Constitucional–.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, que resolvió no casar


la providencia emitida por la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá D.C.
en segunda instancia y negar las solicitudes de prescripción de la pena y de la
acción penal. Esto, en razón a que el despacho judicial accionado se abstuvo de
aplicar las subreglas fijadas en la Sentencia SU-126 de 2022 sobre prescripción
de la acción penal con base en el comunicado de prensa en el que esta
corporación dio a conocer el sentido de esa decisión.

31. Al tomar en consideración las pretensiones planteadas por la


demandante, la Sala Plena concluye que la acción de tutela persigue, en último
término, controvertir la sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, dictada por
la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, por cuanto la
interpretación que propone respecto del artículo 189 de la Ley 906 de 2004
sería incompatible con la Constitución. Así, por una parte, planteó una censura
basada en una hermenéutica presuntamente contraria a los postulados
constitucionales. Por otra parte, arguyó que dicha providencia desconoció el
artículo 29 superior, por no haber declarado la prescripción de la acción penal.

32. Problemas jurídicos. Corresponde a la Sala Plena pronunciarse sobre los


siguientes asuntos:

32.1 ¿La sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, dictada por la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia incurrió en un defecto
sustantivo, que condujo a la vulneración del derecho fundamental de Sara
Esther Coronado Noriega al debido proceso, al aplicar la doctrina consistente
y reiterada por dicha Sala sobre la interpretación del término de la prescripción
de la acción penal previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004?

32.2 ¿La sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, dictada por la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia incurrió en el defecto de
violación directa de la Constitución, por desconocer el artículo 29 superior, al
negar la solicitud de declaración de prescripción de la acción penal formulada
por la tutelante?

33. Metodología. Para resolver los problemas jurídicos, la presente decisión


tendrá la siguiente estructura: En primer lugar, la Sala evaluará el cumplimiento
de los requisitos generales de procedibilidad de la acción de tutela contra
providencias judiciales. En caso de que las causales genéricas de procedencia
se acrediten, la Sala verificará si, en el caso bajo examen, se configura al menos
uno de los requisitos específicos de procedibilidad de la acción de tutela contra
providencias judiciales.

2. Análisis de procedibilidad

34. De la acción de tutela. El artículo 86 de la Constitución dispone que la


acción de tutela es un mecanismo judicial subsidiario, residual, informal y
autónomo, que tiene por objeto garantizar la «protección inmediata de los
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

derechos fundamentales»42 de las personas, por medio de un «procedimiento


preferente y sumario»43. La disposición establece que, mediante este
mecanismo, es posible reclamar ante las violaciones que ocurran como
consecuencia de las actuaciones u omisiones de cualquier autoridad pública,
categoría que comprende a las autoridades judiciales.

35. Procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales. En


desarrollo de esta disposición constitucional, el Decreto 2591 de 1991 consagró
la posibilidad de solicitar el amparo cuando los jueces emitieran decisiones que
vulneraran derechos fundamentales. Mediante la Sentencia C-543 de 1992, la
Corte Constitucional declaró la inexequibilidad de los artículos 11, 12 y 40 de
dicho decreto, tras considerar que el ejercicio de la acción de tutela contra
providencias judiciales transgredía la autonomía y la independencia judicial.
Además, estimó que esta posibilidad contrariaba los principios de cosa juzgada
y seguridad jurídica.

36. Sin perjuicio de la inconstitucionalidad de esas disposiciones, en dicha


providencia la Corte estableció los primeros esbozos de la doctrina de las vías
de hecho, según la cual era admisible la interposición del recurso de amparo
contra providencias judiciales bajo ciertas condiciones44. Así, se consideró que
se podía interponer la acción de tutela cuando la providencia judicial censurada
hubiere sido dictada como resultado de actuaciones u omisiones en las que se
advirtiera una manifiesta situación de hecho que amenazara o vulnerara
derechos fundamentales.

37. Con posterioridad, en la Sentencia C-590 de 2005, la Corte replanteó la


doctrina de las vías de hecho y sistematizó su doctrina sobre la procedencia de
la acción de tutela contra providencia judicial, fijando unos requisitos generales
y unas causales específicas de procedibilidad, siendo estas últimas de contenido
sustantivo.

38. En relación con los requisitos generales de procedibilidad de la acción


de tutela contra providencias judiciales, la Corte estableció un conjunto de
condiciones que deben superarse en su totalidad para habilitar el examen
posterior de las denominadas causales específicas de procedibilidad. El
siguiente cuadro sintetiza dichos requisitos:

Requisitos generales de procedibilidad de la acción de tutela contra providencias


judiciales
Requisitos Las acciones de tutela contra providencias judiciales deben satisfacer
generales de los siguientes requisitos generales de procedibilidad:
procedibilidad

42
Artículo 86 de la Constitución.
43
Id.
44
A modo de ejemplo, la Corte consideró que la acción de tutela procedía contra los despachos judiciales que
hubieran emitido sentencias fundamentadas en normas inaplicables, sin competencia o fundadas en la aplicación
de un procedimiento ajeno al fijado por la legislación vigente. Cfr. Sentencias T-1625 de 2000, T-522 de 2001,
SU-159 de 2002, T-462 de 2003 y T-1031 de 2001.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

(i) Legitimación en la causa por activa45 y por pasiva46


(ii) Relevancia constitucional47
(iii) Identificación razonable de los hechos vulneradores del
derecho48
(iv) Efecto decisivo de la irregularidad procesal49
(v) Inmediatez50
(vi) Subsidiariedad51
(vii) Que la tutela no se dirija contra un fallo de tutela52

45
El artículo 86 de la Constitución dispone que toda persona, natural o jurídica, «tendrá acción de tutela para
reclamar ante los jueces […], por sí misma o por quien actúe en su nombre, la protección inmediata de sus
derechos constitucionales fundamentales» ―Sentencia T-008 de 2016. Por su parte, el artículo décimo del
Decreto 2591 de 1991 señala que la solicitud de amparo puede ser presentada (i) a nombre propio, (ii) mediante
representante legal, (iii) por medio de apoderado judicial o (iv) mediante agente oficioso.
46
De acuerdo con los artículos 13 y 42 del Decreto 2591 de 1991, el requisito de legitimación en la causa por
pasiva exige que la acción de tutela sea interpuesta contra el sujeto presuntamente responsable de la vulneración
o amenaza de los derechos fundamentales o aquel llamado a resolver las pretensiones, sea este una autoridad
pública o un particular.
47
La Corte Constitucional ha señalado que una solicitud de tutela tiene relevancia constitucional cuando la
controversia versa sobre un asunto constitucional ―no meramente legal o económico― que involucra algún
debate jurídico en torno al contenido, alcance y goce de un principio o derecho fundamental. Así mismo, ha
precisado que, para que este requisito se encuentre acreditado, la relevancia constitucional del asunto debe ser
clara, marcada e indiscutible. El propósito de esta exigencia es preservar la competencia y «la independencia
de los jueces de las jurisdicciones diferentes a la constitucional» e impedir que la acción de tutela se convierta
en «una instancia o recurso adicional para controvertir las decisiones de los jueces». Cfr. Sentencias T-335 de
2000, T-102 de 2006, C-590 de 2005, T-1044 de 2007, T-658 de 2008, T-505 de 2009, T-610 de 2009, T-896
de 2010, T-040 de 2011, T-338 de 2012, T-512 de 2012, T-543 de 2012, T-1061 de 2012, T-931 de 2013, T-
182 de 2014 y T-406 de 2014, T-136 de 2015, SU-073 de 2019 y SU-573 de 2019.
48
Las solicitudes de tutela que cuestionen providencias judiciales deben cumplir con unas cargas
argumentativas y explicativas mínimas, que imponen al accionante el deber de identificar con un mínimo de
claridad los hechos que generaron la vulneración, así como los derechos vulnerados. Estas cargas tienen como
propósito que el actor exponga con suficiencia y claridad los fundamentos de la transgresión de los derechos
fundamentales y evitar que el juez de tutela realice un control irrazonable o desbordado de las providencias
judiciales objeto de censura. Cfr. Sentencias C-590 de 2005, T-093 y SU-379 de 2019.
49
No cualquier error u omisión en el curso del proceso ordinario constituye un defecto que vulnere el debido
proceso. En este sentido, las acciones de tutela contra providencias judiciales en las que se alega que las
vulneraciones a los derechos fundamentales del accionante son producto de irregularidades procesales en el
curso del proceso ordinario, deben demostrar que dicho yerro tuvo un efecto decisivo o determinante en la
sentencia objeto de escrutinio. Dicho de otro modo, para que el amparo proceda, las irregularidades deben tener
una magnitud significativa, afectar los derechos fundamentales del accionante y haber incidido efectivamente
en la providencia que se cuestiona. Cfr. Sentencias C-590 de 2005, T-586 de 2012, SU-061 de 2018 y T-470 de
2018.
50
En aras de no afectar los principios seguridad jurídica y la institución de la cosa juzgada, la Corte
Constitucional ha considerado que la acción de tutela debe interponerse en un plazo razonable a partir del hecho
que generó la presunta vulneración y que dicho parámetro de razonabilidad debe ser analizado a luz de las
circunstancias de cada caso concreto, pues no se trata de una regla de caducidad de la acción, sino de un requisito
que determina la necesidad de protección inmediata de los derechos fundamentales. Tratándose de la acción de
tutela contra providencia judicial, en distintos pronunciamientos la Corte ha sostenido que, si bien no existe un
término definido para su interposición, se ha considerado que un plazo de seis meses es razonable para el análisis
del requisito de inmediatez «[…] a menos que, atendiendo a las particularidades del caso sometido a revisión,
se encuentren circunstancias que justifiquen la inactividad del accionante». Sentencia T-936 de 2013.
Reiteración de las Sentencias T-328 de 2010 y T-1063 de 2012.
51
Los artículos 86 de la Constitución y 6.1 del Decreto 2591 de 1991 reconocen el principio de subsidiariedad
de la acción de tutela, según el cual esta acción es excepcional y complementaria ―no alternativa― a los demás
medios de defensa judicial. En virtud del principio de subsidiariedad, el artículo 86 de la Constitución prescribe
que la acción de tutela sólo procede en dos supuestos excepcionales: (i) cuando el afectado no dispone de otro
medio de defensa judicial idóneo y eficaz, caso en el cual la tutela procede como mecanismo de protección
definitivo; y (ii) cuando el afectado utiliza la tutela con el propósito de evitar un perjuicio irremediable, caso en
el cual procede como mecanismo transitorio. Cfr. Sentencias C-531 de 1993, T-384 de 1998, T-204 de 2004,
T-361 de 2017, C-132 de 2018, SU-379 de 2019 y T-071 de 2021.
52
Aunque la sentencia C-590 de 2005 previó que no era procedente la acción de tutela contra providencias que
resuelvan acciones de la misma naturaleza, con posteridad la Corte ha admitido su procedencia excepcional
cuando concurran los siguientes requisitos: «(i) la acción de tutela presentada no comparta identidad procesal
con la solicitud de amparo cuestionada; (ii) se demuestre de manera clara y suficiente, que la decisión adoptada
en la sentencia de tutela fue producto de una situación de fraude (Fraus omnia corrumpit); y (iii) no exista otro
medio, ordinario o extraordinario, eficaz para resolver la situación». Sentencia SU-627 de 2015.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

39. La acreditación de estos requisitos es una condición necesaria para


adelantar estudio de fondo. Por lo tanto, el incumplimiento de cualquiera de
estas exigencias conduce a declarar la improcedencia de la acción de tutela.

40. Acción de tutela contra providencias judiciales dictadas por las altas
cortes. La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha determinado que la
tutela contra providencia de altas cortes tiene un alcance más restrictivo en
atención a los principios de autonomía e independencia judicial 53. Esto es así,
en razón a que estas corporaciones fungen como órganos de cierre de sus
respectivas jurisdicciones, motivo por el cual el juez de tutela debe ser
especialmente cuidadoso en la revisión de sus decisiones. Así, en estos casos
hay lugar a conceder el amparo, solo cuando la providencia atacada «es
definitivamente incompatible con el alcance y límite de los derechos
fundamentales que han sido desarrollados por la Corte Constitucional o cuando
se genera una anomalía de tal entidad que es necesaria la intervención del juez
constitucional»54.

2.1. Análisis de los requisitos generales de procedibilidad en el caso


concreto

41. La acción de tutela satisface el requisito de legitimación en la causa por


activa. En concordancia con lo previsto en los artículos 86 de la Constitución
Política y 10 del Decreto 2591 de 199155, la accionante tiene legitimación por
activa en la medida que se constató que presentó la acción de tutela en nombre
propio, y ella es la titular del derecho fundamental presuntamente conculcado
por la decisión de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.

42. La acción de tutela cumple el requisito de legitimación en la causa por


pasiva. La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia es la
autoridad judicial que emitió la decisión mediante la cual resolvió no casar la
sentencia del 29 de marzo de 2017 dictada Sala Penal del Tribunal Superior de
Bogotá y negar las solicitudes de prescripción de la acción penal. En virtud del
artículo 13 del Decreto 2591 de 199156, se considera que el despacho accionado
es la autoridad judicial que tiene la aptitud legal para responder por la
pretendida vulneración del derecho fundamental invocado.

53
Cfr. Sentencias SU-917 de 2010 y SU-050 de 2018.
54
Sentencias SU-917 de 2010, SU-050 de 2017 y SU 573 de 2017. Reiteradas en la Sentencia SU-050 de 2018.
55
«Artículo 10. Legitimidad e interés. La acción de tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar, por
cualquiera persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien actuará por sí misma
o a través de representante. Los poderes se presumirán auténticos. También se pueden agenciar derechos ajenos
cuando el titular de los mismos no esté en condiciones de promover su propia defensa. Cuando tal circunstancia
ocurra, deberá manifestarse en la solicitud. También podrá ejercerla el Defensor del Pueblo y los personeros
municipales».
56
«Artículo 13. Personas contra quien se dirige la acción e intervinientes. La acción se dirigirá contra la
autoridad pública o el representante del órgano que presuntamente violó o amenazó el derecho fundamental. Si
uno u otro hubiesen actuado en cumplimiento de órdenes o instrucciones impartidas por un superior, o con su
autorización o aprobación, la acción se entenderá dirigida contra ambos, sin perjuicio de lo que se decida en el
fallo. De ignorarse la identidad de la autoridad pública, la acción se tendrá por ejercida contra el superior.
Quien tuviere un interés legítimo en el resultado del proceso podrá intervenir en él como coadyuvante del actor
o de la persona o autoridad pública contra quien se hubiere hecho la solicitud».
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

43. La acción de tutela acredita el requisito de relevancia constitucional. En


el caso sub júdice se plantea una posible violación de los derechos al debido
proceso y a la libertad personal de la accionante, como consecuencia de la
decisión dictada por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Teniendo en cuenta que la decisión cuestionada en sede de tutela se refiere a
una sentencia penal condenatoria en firme, que comporta el señalamiento de
antecedentes penales, la privación de la libertad, la imposición de multas y la
suspensión temporal de derechos políticos, la Sala considera que la
controversia propuesta por la demandante no corresponde a un asunto
«meramente legal y/o económico»57, sino que plantea un debate ius
fundamental. En esa medida, se constata que este caso tiene relevancia
constitucional, por cuanto la decisión de la Sala de Casación Penal, de
acreditarse el cumplimiento de los requisitos generales de procedencia y alguna
de las causales específicas de procedibilidad, tiene la entidad suficiente para
generar una lesión intensa al derecho fundamental al debido proceso, pues
involucra la garantía de los principios de favorabilidad en materia penal, pro
homine y pro libertate.

44. En la acción de tutela fueron identificados de manera razonable tanto


los hechos que generaron la vulneración, como los derechos vulnerados. La
accionante expuso los hechos del proceso penal en el que fue vinculada, los
argumentos por los cuales consideró que se había incurrido en ciertos errores
en la adopción de la sentencia condenatoria relacionados con la aplicación de
la figura de la prescripción y las razones por las cuales estima que la entidad
judicial demandada incurrió en los defectos alegados. En este orden de ideas,
se cumple con este requisito en la medida en que la tutelante expuso con
claridad los hechos que presuntamente desconocieron sus derechos
fundamentales.

45. El caso «sub examine» involucra una presunta irregularidad procesal


con efectos decisivos. Tratándose de la institución de la prescripción en materia
penal, esta Corte ha reconocido que, si bien dicha figura es de carácter
sustantivo, una sentencia condenatoria basada en una acción penal prescrita
llevaría al ejercicio «del ius puniendi sin el respaldo del ordenamiento procesal
requerido para su ejercicio»58. Esto, por cuanto la prescripción en materia
criminal puede ser declarada de oficio, lo que extingue inmediatamente la
acción sin necesidad de que sea alegada. En esa medida, en el caso sub examine
se advierte que la accionante censura la sentencia dictada por la Sala de
Casación Penal precisamente porque, en su criterio, debió declarar la
prescripción de la acción penal. Por lo anterior, se considera que el caso objeto
de estudio involucra una presunta irregularidad procesal que, de constatarse,
tiene incidencia definitiva en el trámite del proceso penal adelantado en su
contra, con una magnitud significativa que puede afectar sus derechos
fundamentales.

57
Sentencias SU-573 de 2019.
58
Sentencias T-910 de 2008, T-281 de 2014 y SU-126 de 2022.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

46. La acción de tutela cumple con el requisito de inmediatez. La


providencia judicial cuestionada se dictó el 1º de junio de 2022 y la acción de
tutela se presentó el 25 de julio de ese mismo año, lo que demuestra prontitud
y diligencia en la reivindicación de los derechos pretendidamente vulnerados.
Por lo anterior, la Sala encuentra acreditado este requisito, comoquiera que la
demandante interpuso el amparo en un periodo que se estima razonable.

47. La acción de tutela satisface el requisito de subsidiariedad. Esto, en


razón a que la demandante no cuenta con otro mecanismo judicial para
controvertir la sentencia dictada el 1° de junio de 2022 por la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia.

48. La jurisprudencia constitucional ha sido enfática en señalar que la acción


de revisión es un mecanismo diseñado por el Legislador para garantizar los
derechos fundamentales de las partes en el proceso penal59, particularmente, en
relación con la posibilidad de impugnar sentencias condenatorias en firme
«cuando quiera que aparezca evidente que en ellas se cometieron errores o
ilicitudes que hacen de la providencia un pronunciamiento contrario a
derecho»60. De esta manera, la acción de revisión se erige como una excepción
al principio de cosa juzgada, amparado en la necesidad de «salvaguardar el
principio de justicia material que debe inspirar toda decisión judicial, que
[proscribe] la permanencia en el ordenamiento jurídico de decisiones
injustas»61. Por esta razón, ha dicho la Corte que «no hay sentencia ejecutoriada
que no sea impugnable mediante la acción de revisión»62.

49. Asimismo, la jurisprudencia constitucional ha indicado que, para efectos


de acreditar la idoneidad y la eficacia de la acción de revisión, tal cuestión
«debe valorarse teniendo en cuenta el derecho fundamental que el accionante
considera vulnerado y las causales de revisión previstas en el ordenamiento
legal»63. Bajo esta perspectiva, en distintas decisiones ha concluido que la
solicitud de amparo es improcedente para ventilar asuntos propios de dicho
trámite extraordinario, en atención a que la acción de revisión puede ejercerse
en cualquier momento, incluso, después de que la sentencia quede
ejecutoriada64. Esto, en razón a que tiene «una dimensión sustancial, y no
meramente formal, en la que el análisis se debe extender no sólo a los
fundamentos normativos del fallo incriminatorio, sino a los elementos de
prueba y a los hechos que sirvieron de base a la condena»65.

50. Tratándose del ejercicio de la acción de revisión con fundamento en la


prescripción de la acción penal, el ordenamiento jurídico ha previsto una causal
específica para canalizar dicho alegato. Según el artículo 192.2 de la Ley 906
de 2004, la acción de revisión procede «[c]uando se hubiere dictado sentencia

59
Sentencias C-142 de 2003 y C-998 de 2004.
60
Sentencia T-649 de 2011.
61
Id.
62
Sentencia C-142 de 1993.
63
Sentencia T-291 de 2014.
64
Cfr. Sentencias T-711 de 2013, T-251 y T-291 de 2014, T-475 y T-861 de 2019
65
Sentencia T-475 de 2019.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

condenatoria en proceso que no podía iniciarse o proseguirse por prescripción


de la acción, por falta de querella o petición válidamente formulada, o por
cualquier otra causal de extinción de la acción penal».

51. En la Sentencia T-105 de 2019, la Sala Primera de Revisión analizó la


acción de tutela interpuesta por una persona que alegaba la configuración de un
presunto defecto procedimental absoluto en las sentencias que se dictaron
dentro del proceso penal en el que resultó condenada. Esto, en razón a que
consideraba que a pesar de que se había configurado el fenómeno de la
prescripción de la acción penal, se dictó una decisión condenatoria. Al analizar
los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela contra providencia
judicial, la Sala se ocupó de determinar si la acción de revisión era un medio
idóneo y eficaz para controvertir la prescripción de la acción penal. Al respecto,
concluyó lo siguiente:

[L]a Sala advierte que, en el asunto sub examine, la tutela no es procedente para debatir
la controversia respecto de la prescripción de la acción penal, porque para ello se tiene
previsto un medio de defensa ordinario e idóneo, como es el recurso extraordinario de
revisión. De otra parte, el escrito de tutela en modo alguno desvirtúa que este mecanismo
resulta idóneo y eficaz en el caso concreto, o que fundamente debidamente la
configuración de un perjuicio irremediable, que el apoderado de la actora tan solo
mencionó sin sustentarlo. Este perjuicio, naturalmente, no puede entenderse configurado
por solo hecho de que el amparo se promueva frente a las decisiones de un proceso penal.

52. Con posterioridad, en la Sentencia SU-258 de 2021, la Sala Plena


conoció el caso de una persona que alegó la violación de su derecho al debido
proceso porque en el proceso penal adelantado en su contra habría prescrito la
acción penal, entre otros asuntos. El plenario de esta corporación concluyó que
la acción de tutela era improcedente. Para arribar a tal conclusión, recordó que
la jurisprudencia ha sido enfática en señalar que el análisis de procedencia de
la acción de tutela debe valorarse de acuerdo con las circunstancias fácticas de
cada caso concreto. En dicha oportunidad, estimó que la acción de revisión era
un medio idóneo y eficaz, pues la accionante no se encontraba en una situación
especial de vulnerabilidad que ameritara flexibilizar el cumplimiento del
requisito de subsidiariedad.

53. Recientemente, en la Sentencia SU-126 de 2022, la Corte se ocupó


nuevamente de resolver un caso que involucraba alegatos derivados de la
prescripción de la acción penal. En esta providencia, la Sala Plena conoció el
caso de una persona que interpuso una acción de tutela en contra de una
sentencia dictada por la Justicia Penal Militar, quien alegaba que la acción penal
había prescrito durante el trámite de casación.

54. Al analizar el cumplimiento del requisito de subsidiariedad, la Sala


recordó que el tutelante debe agotar todos los medios defensa judicial previstos
en el ordenamiento jurídico y que «la jurisprudencia ha precisado que dicho
agotamiento es obligatorio cuando, en el caso concreto, mediante tales medios
de defensa el actor pueda acceder a la salvaguarda efectiva de sus derechos;
esto es, cuando el respectivo medio judicial sea idóneo y eficaz para el amparo
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

de los derechos fundamentales del actor o para evitar que ocurra un perjuicio
irremediable»66. Además, precisó que, si el ordenamiento jurídico prevé la
existencia de un medio de defensa distinto al amparo constitucional, este será
procedente solo cuando se constate que con «el ejercicio de tal medio (i) no se
logra impedir la violación de sus derechos fundamentales o, (ii)
excepcionalmente, su ejercicio permita que ocurra un perjuicio irremediable
sobre dichos derechos»67.

55. Bajo tales premisas, al analizar la situación de la demandante en el


proceso en cuestión, la Sala Plena consideró que en ese caso particular se
encontraba acreditado el cumplimiento del requisito de subsidiariedad. El
plenario arribó a tal conclusión tras constatar que, en el caso sub examine, la
acción de revisión no era idónea ni eficaz para controvertir la prescripción de
la acción penal. Esta inferencia se basó en la siguiente premisa:

[L]a doctrina vigente de la Sala de Casación Penal Corte Suprema de Justicia sobre
el alcance del artículo 189 de la Ley 906 de 2004 ―idénticamente reproducido en el
artículo 352 de la Ley 1407 de 2010―, llevaría a dicha sala de la Corte Suprema de
Justicia al rechazo de la revisión pretendida. Esto, habida cuenta de que -antes de
decidirse sobre el fondo de la acción de revisión- su objeto chocaría con la tesis según
la cual, para el momento en que la Sala de Casación Penal dictó la sentencia que se
ataca con la tutela de la referencia, la acción penal seguida contra el actor no habría
aún prescrito68.

56. En razón de lo anterior, la Sala Plena de esta corporación llevó a cabo el


estudio de fondo, en la medida en que la acción de tutela era el único
mecanismo idóneo y efectivo para la protección de los derechos fundamentales
del demandante. Lo anterior, debido a que se acreditó la existencia de una razón
que desvirtuaba la idoneidad y eficacia de la acción de revisión ―fundada en
la doctrina vigente para ese momento de la Sala de Casación Penal respecto de
la interpretación del artículo 189 de la Ley 906 de 2004―.

57. La Sala estima que las circunstancias fácticas analizadas en la Sentencia


SU-126 de 2022 son asimilables a las del caso sub examine, de cara al análisis
de subsidiariedad. En el caso que aquí se analiza la acción de revisión tampoco
constituye un medio idóneo para la protección de los derechos de la accionante
por la misma razón expuesta por la Sala Plena en esa ocasión: la doctrina que
ha aplicado la Sala de Casación Penal ―al menos hasta la emisión de la
Sentencia SU-126 de 2022―, a propósito del alcance del artículo 189 de la Ley
906 de 2004, demuestra que la pretensión de la accionante es inviable en el
marco de la justicia ordinaria. Por tal motivo, la decisión de plantearla ante el
juez de tutela es razonable y cumple el requisito de subsidiariedad.

58. En contra de lo anterior, podría argumentarse que la Sala de Casación


Penal de la Corte Suprema de Justicia habría modificado su posición en la
materia, por lo menos desde la expedición de la sentencia SP2542-2022 del 25

66
Sentencia SU-126 de 2021, f. j. 18.7.
67
Ib.
68
Ib.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

de julio del 202269 en la que optó por ceñirse a lo decidido en la Sentencia SU-
126 de 2022. Sin embargo, no es del todo claro que, efectivamente, esa
providencia refleje la posición definitiva de la Sala de Casación Penal. Lo
anterior, en razón a que, el mismo día en que se dictó el aludido fallo ―25 de
julio de 2022―, la Sala de Casación Penal, interpuso la solicitud de nulidad de
la Sentencia SU-126 de 2022, tal como quedó consignado en el Auto 1733 de
ese mismo año. Esta circunstancia suscita serias dudas sobre el pretendido
acogimiento de la postura de la Corte Constitucional por parte de la Sala de
Casación Penal. De hecho, cabe recordar, que uno de los argumentos para negar
el amparo en primera instancia fue la alegada falta de firmeza de la Sentencia
SU-126 de 2022 ―que invalidó dicha doctrina― porque «la Corte Suprema de
Justicia, a través de su Sala Plena, solicitó la nulidad el 25 de julio de 2022»70.
Por estas razones, la Sala concluye que la acción de revisión carecía de
idoneidad, en cuanto no permite un remedio integral de los derechos
fundamentales invocados71.

59. Adicionalmente, la Sala destaca que la acción de revisión también


carecía de eficacia en la medida que no garantiza una salvaguarda expedita del
derecho fundamental invocado72. El trámite de la acción, en el caso sub
examine, supondría una carga desproporcionada para la tutelante, aunque
eventualmente garantizase el restablecimiento del derecho. Lo anterior
encuentra sustento en el hecho que se pudo constatar que la accionante es una
persona de 64 años, que se encuentra privada de la libertad y que ha
manifestado que presenta algunas complicaciones de salud. Esta última
circunstancia, que resultaba determinante para evaluar la eficacia del medio
judicial, no fue controvertida por la entidad demandada. Por esta razón, y de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 20 del Decreto 2591 de 1991, se
aplicará la presunción de veracidad sobre los hechos expuestos por la
accionante, y se tendrá por cumplido el requisito de subsidiariedad.

60. No se trata de un cuestionamiento a una sentencia de tutela. En el caso


sub examine no se cuestiona el contenido de una providencia judicial que
resuelva una acción de tutela. La demandante formula sus cuestionamientos
contra la Sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, emitida por la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en la que decidió no casar la
sentencia del 29 de marzo de 2017 dictada Sala Penal del Tribunal Superior de
Bogotá y negar las solicitudes de prescripción de la acción penal.

61. Visto lo anterior, la Sala concluye que se cumplen todos los requisitos
generales de procedibilidad de la acción de tutela contra providencia judicial,
por lo que, a continuación, se examinarán los defectos alegados por la
accionante.

69
Radicación n.° 42440.
70
Sentencia de primera instancia, f. 8.
71
Sentencia C-132 de 2018. F. j. 4.5.
72
Id.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

3. Defecto sustantivo o material: Reiteración de jurisprudencia

62. Definición jurisprudencial del defecto. Según la Sentencia C-590 de


2005, el defecto material o sustantivo ocurre en aquellos casos en que la
decisión se adopta «con base en normas inexistentes o inconstitucionales o que
presentan una evidente y grosera contradicción entre los fundamentos y la
decisión». Tras esta formulación inicial del defecto aludido, esta corporación
ha precisado que se trata «[d]el error en el que incurren los jueces al aplicar o
interpretar las disposiciones jurídicas que rigen el conflicto jurídico sometido a
su jurisdicción»73. No obstante, esta Corte también ha establecido que, para la
configuración de este defecto, el error endilgado debe ser de tal entidad que
pueda comprometer derechos fundamentales de las partes y terceros
involucrados en el proceso74.

63. Supuestos de hecho en los que se presenta el defecto. Este tribunal ha


desarrollado distintas hipótesis en las que se configura el defecto sustantivo.
Así, por una parte, ha considerado que puede ocurrir en la aplicación de las
normas, esto es, cuando la providencia censurada se adopta con base en una
norma claramente inaplicable por las siguientes razones: (i) es
inexistente; (ii) ha perdido su vigencia porque fue derogada o declarada
inexequible; (iii) es impertinente para resolver el caso concreto, pues, a pesar
de encontrarse vigente, «es incompatible con la materia objeto de definición
judicial»75.

64. Configuración del defecto debido a la errada interpretación del


precepto. De igual manera, la jurisprudencia constitucional ha entendido que el
defecto sustantivo puede presentarse por incurrir en una interpretación judicial
claramente irrazonable o desproporcionada de las disposiciones jurídicas. En
estos casos, el defecto se configura en las siguientes hipótesis: (i) la
interpretación es contraria a los postulados mínimos de la razonabilidad jurídica
o «la aplicación final de la regla es inaceptable por tratarse de una
interpretación contraevidente o claramente perjudicial para los intereses
legítimos de una de las partes»76; (ii) el operador jurídico atribuye a la
disposición jurídica un sentido y alcance que ésta no tiene77; (iii) «le confiere a
la disposición infra-constitucional una interpretación que en principio resulta
formalmente posible a partir de las varias opciones que ofrece, pero que en
realidad contraviene postulados de rango constitucional o conduce a resultados
desproporcionados»78; (iv) que no es sistemática, en el entendido de que omite
el análisis de otras disposiciones que resultan necesarias para resolver la
controversia79.

73
Sentencia SU-245 de 2021. Reiterado en la Sentencia T-044 de 2022.
74
Cfr. Sentencias T-346, T-1045 de 2012.
75
Sentencia SU-138 de 2021.
76
Sentencia SU-368 de 2023.
77
Sentencia SU-210 de 2021.
78
Id.
79
Cfr. Sentencias SU-138, SU-245 de 2021.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

4. Defecto de violación directa de la Constitución: Reiteración de


jurisprudencia

65. Caracterización del defecto. La Sentencia C-590 de 2005 estableció que


la violación directa de la Constitución es uno de los requisitos específicos de
procedibilidad de la acción de tutela; sin embargo, no precisó el contenido y
alcance de este defecto. Con posterioridad, la jurisprudencia constitucional ha
esclarecido el alcance del mismo. El fundamento de esta causal especifica se
encuentra en el artículo cuarto superior, que reconoce la supremacía
constitucional, y, por ende, el valor normativo de las disposiciones
constitucionales80. Desde esta perspectiva, esta corporación ha admitido que
«es posible discutir las decisiones judiciales por medio de la acción de tutela en
los eventos donde los jueces omiten o no aplican debidamente los principios
superiores»81.

66. Supuestos en los que se estructura el error. Este tribunal ha identificado


las siguientes hipótesis en las que se puede presentar este error, por vía de
aplicación e interpretación: (i) desconocimiento del deber de interpretar y
aplicar una disposición legal de conformidad con el precedente
constitucional82; (ii) violación de un derecho fundamental de aplicación
inmediata83; (iii) desconocimiento del principio de interpretación conforme con
la Constitución84; (iv) inobservancia del deber de emplear la excepción de
inconstitucionalidad, prevista en el artículo cuarto superior85, lo que ocurre
cuando «el juez encuentra, deduce o se le interpela sobre una norma
incompatible con la Constitución, y no aplica las disposiciones constitucionales
con preferencia a las legales»86.

67. En síntesis, el defecto por violación directa de la Constitución fue


concebido para corregir las decisiones judiciales en las que los operadores
jurídicos desconozcan el deber de aplicación preferente de los postulados
constitucionales, con arreglo a lo dispuesto en el artículo cuarto superior.

5. Alcance de la figura de la prescripción de la acción penal prevista en el


artículo 189 de la Ley 906 de 2004

68. Naturaleza de la prescripción de la acción penal. El poder punitivo del


Estado está sometido a límites establecidos por la Constitución, que tienen por
objeto asegurar que su ejercicio sea respetuoso de los derechos fundamentales.
De ahí que el artículo 28 prevea una prohibición general de imponer penas y
medidas de seguridad imprescriptibles. En este contexto, la figura de la
prescripción se ha concebido como el dispositivo normativo con el que se

80
Cfr. Sentencias T-927 de 2010, T-522 de 2001 y SU-069 de 2018.
81
Cfr. Sentencias SU-198 de 2013, T-555, T-310 de 2009 y SU-069 de 2018.
82
Sentencia SU-069 de 2018.
83
Cfr. Sentencias T-765 de 1998, T-001 de 1999, SU-069 de 2018, SU-126 de 2022, SU-022 de 2023.
84
Cfr. Sentencias T-199 de 2009, T-590 de 2009, T-809 de 2010 y SU-069 de 2018.
85
Cfr. Sentencias T-522 de 2001, T-685 de 2005, T-704 de 2012, SU-069 de 2018, SU-566 de 2019, SU-061
y SU-062 de 2023.
86
Sentencia SU-062 de 2023, f. j. 4.8.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

materializa dicha garantía. La prescripción en materia penal es, entonces, una


institución procesal que opera por el paso del tiempo, en virtud de la cual se
extingue el ejercicio del poder punitivo del Estado. En virtud de esta
prohibición, se ha señalado que «el Estado no puede mantener sub judice a una
persona de manera indefinida, lo que conlleva la necesidad de fijar un término
para liberar al procesado de la incertidumbre que supone la persecución penal
en su contra»87.

69. Diferencias entre prescripción de la pena y de la acción penal. Si bien


la prescripción extintiva de la potestad punitiva del Estado se activa por el
transcurso de un determinado lapso previsto en la ley, la Sala encuentra
pertinente recordar que la prescripción de la pena y de la acción penal son
instituciones jurídicas diferentes. En la Sentencia C-422 de 2021, esta Corte
distinguió las principales diferencias entre ambas figuras: «La diferencia
estriba en que la prescripción de la acción penal es un resultado previsto por el
ordenamiento como ‘consecuencia del cumplimiento del plazo fijado en la ley
antes de que se profiera sentencia’. En el segundo caso, se impone una
restricción a las autoridades encargadas de ejecutar la condena penal, en virtud
de la cual deben ‘abstenerse de hacer efectiva la sanción impuesta al
responsable de una infracción penal, cuando ha transcurrido el término de la
pena’»88. Así, ha establecido que la prescripción de la acción penal «opera antes
de que se haya dictado sentencia, lo que implica que recae sobre las actividades
de persecución y juzgamiento de la conducta punible». Por el contrario, en
relación con la prescripción de la pena, ha expresado que «encuentra
fundamento en la inacción del Estado para hacer efectiva la imposición del
castigo penal, una vez se ha dictado una sentencia condenatoria. En este caso,
el proceso ha concluido oportunamente con la declaración de la responsabilidad
penal de quien ha sido investigado, por lo que ha quedado desvirtuada su
presunción de inocencia»89.

70. Prescripción de la acción penal. El ordenamiento jurídico penal regula


en distintas disposiciones la prescripción tanto de la pena como de la acción
penal. Para el caso que ocupa a la Sala, cobra especial importancia el artículo
189 de la Ley 906 de 200490. Esta disposición establece el lapso en el que se
configura la prescripción tras la expedición de la sentencia de segunda
instancia. La interpretación de ese contenido normativo ha sido objeto de
distintos pronunciamientos por la Sala de Casación Penal y esta Corte.

71. Jurisprudencia de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de


Justicia sobre el término de la prescripción de la acción penal. Como se expuso
en la sentencia objeto de censura, esta Sala de Casación venía aplicando una
doctrina reiterada y consistente sobre el cómputo del periodo de cinco años
previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004 ―supra, f. j. 12―. Según
esta alta corte, el término de la prescripción que hubiere discurrido se suspende
87
Sentencia C-294 de 2022.
88
F. j. 83.
89
Id., f. j. 85.
90
ARTÍCULO 189. Suspensión de la prescripción. Proferida la sentencia de segunda instancia se suspenderá
el término de prescripción, el cual comenzará a correr de nuevo sin que pueda ser superior a cinco (5) años.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

cuando se dicta el fallo de segunda instancia por un lapso de máximo cinco


años. Bajo tal perspectiva, esa Sala de Casación ha estimado que una vez
«agotado el tiempo de la suspensión (es decir, los cinco -5- años), el término
de la prescripción de la acción que se estaba contando desde la formulación de
la imputación se reanuda hasta su vencimiento»91.

72. Jurisprudencia constitucional sobre el término de la prescripción de la


acción penal. En la Sentencia SU-126 de 2022, la Sala Plena se pronunció sobre
el alcance del término previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004. Al
pronunciarse de fondo sobre la cuestión planteada, la Sala Plena concluyó que
la interpretación de la Sala de Casación Penal sobre el artículo 189 de la Ley
906 de 2004 no se ajustaba a la Constitución.

73. La Sala Plena recordó que la jurisprudencia constitucional ha establecido


que la figura de la prescripción tiene dos finalidades. Por una parte, opera como
un castigo para el Estado «por haber dejado vencer el plazo señalado por el
[L]egislador para el ejercicio de la acción […] sin haber adelantado las
gestiones necesarias tendientes a determinar la responsabilidad del infractor de
la ley». Por otra parte, reiteró que la prescripción de la acción penal también
opera como una prerrogativa en favor del procesado que, a su vez, garantiza el
principio de la seguridad jurídica92.

74. Al pronunciarse sobre el caso concreto, esta corporación estimó que el


tribunal accionado incurrió en el defecto de violación directa de la
Constitución, toda vez que su lectura del precepto desconocía los principios
pro homine, pro libertate, in dubio pro reo, así como la exigencia del plazo
razonable; máximas que orientan el desarrollo de las actuaciones penales. Esto,
por cuanto la aproximación hermenéutica desconocía la voluntad del
Legislador, que «se decantó por la decisión de no dejar un plazo abierto sine
die, sino por la clara voluntad de clausurar toda posibilidad de averiguación
por un solo día más allá del quinto año después de proferida la sentencia de
segunda instancia»93. Además, indicó que la prescripción de la acción penal

91
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia STP6929 de 1º de junio de 2022, f. 33.
92
«[…] la prescripción de la acción que se sigue en contra de una persona la ‘libera (…) de la incertidumbre
que supone la existencia de un proceso (…) en su contra’; esto, habida cuenta de que nadie ‘puede quedar sujeto
perennemente a la imputación que se ha proferido en su contra’. Además, la prescripción de la acción
sancionatoria defiende la seguridad jurídica pues ‘ni el sindicado tiene el deber constitucional de esperar
indefinidamente que el Estado califique el sumario o profiera una sentencia condenatoria, ni la sociedad puede
esperar por siempre el señalamiento de los autores o de los inocentes de los delitos que crean zozobra en la
comunidad’». Sentencia SU-126 de 2021, f. j. 34.
93
Agregó que esta interpretación se acompasa con las disposiciones superiores por las siguientes razones: «(i)
que la prescripción de la acción sancionatoria forma parte del núcleo esencial del debido proceso; (ii) que está
en juego el “derecho que tiene todo procesado de que se le defina su situación jurídica, pues “ni el sindicado
tiene el deber constitucional de esperar indefinidamente que el Estado califique el sumario o profiera una
sentencia condenatoria, ni la sociedad puede esperar por siempre el señalamiento de los autores o de los
inocentes de los delitos que crean zozobra en la comunidad”; (iii) que la prescripción de la acción sancionatoria
también compromete la dignidad humana como principio fundante de la Constitución (principios pro homine y
pro libertate); (iv) que zanjar la mencionada tensión en favor del deber que tiene el Estado de evitar la
prescripción de los delitos implicaría una interpretación in malam partem o desfavorable al procesado en franca
violación al principio de favorabilidad que prevé el inciso 3º del artículo 29 superior; y (v) que en el sistema
internacional de derechos humanos se destaca la razonabilidad de los plazos judiciales; sistema este dentro del
cual se hayan tanto la CADH como el PIDCP, que forman parte del bloque de constitucionalidad (CP, artículo
93)». Sentencia SU-126 de 2022, f. j. 53.4 a 53.5.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

forma parte del derecho al debido proceso y que toda persona tiene derecho a
que se le resuelva su situación jurídica en un plazo razonable.

75. Solicitud de nulidad de la Sentencia SU-126 de 2022. La Sala de


Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia solicitó la nulidad de la
Sentencia SU-126 de 2022, por dos razones: (i) en su criterio, se habría
desconocido su derecho a la contradicción al resolver un problema jurídico que
no habría correspondido al problema jurídico planteado en la acción de tutela;
(ii) la Corte Constitucional habría modificado el precedente establecido en la
Sentencia SU-258 de 2021, respecto de la acreditación de la idoneidad y
eficacia de la acción de revisión para afectos de constatar el cumplimiento del
requisito de subsidiariedad.

76. Mediante el Auto 1733 del 10 de noviembre de 2022, la Sala Plena negó
la solicitud de nulidad interpuesta, al no hallar fundadas las presuntas
irregularidades alegadas por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de
Justicia. Tras constatar el cumplimiento de los requisitos de oportunidad94 y
legitimación por activa, la Sala Plena analizó de fondo los cargos planteados.
Respecto del primer reproche, sostuvo que el análisis sobre la aplicación del
término prescriptivo de la acción sancionatoria se derivó precisamente de la
acción de tutela. Recordó que el accionante identificó como una de las
circunstancias constitutivas de la presunta vulneración de sus derechos, la falta
de aplicación de la norma que regulaba dicha figura ―i. e. artículos 352 de la
Ley 1407 de 2010 y 189 de la Ley 906 de 2004―.

77. En relación con la segunda censura, indicó no hubo un cambio


jurisprudencial. Recordó que si bien era acertado afirmar ―como lo hizo la
autoridad solicitante― que, en la Sentencia SU-258 de 2021, esta Corte
declaró la improcedencia de la acción de tutela por considerar que la acción de
revisión era el medio idóneo y eficaz para controvertir la sentencia
condenatoria, las circunstancias fácticas eran diferentes al caso cuya nulidad
se solicitaba. Pues, mientras en la Sentencia SU-258 de 2021 no se constató la
existencia de circunstancias apremiantes que habilitaran un estudio menos
riguroso del requisito de procedencia, en la Sentencia SU-126 de 2022 se
acreditó que la privación de la libertad del tutelante permitía acreditar su
condición de vulnerabilidad95.

78. Constitucionalidad de la interpretación que establece desde cuándo se


computa el termino previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004. En la
Sentencia C-294 de 2022, la Corte analizó una demanda de constitucionalidad
contra la interpretación judicial del artículo 189 de la Ley 906 de 2004 de la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia. Según esta, el término
previsto en la norma debía contabilizarse desde el día de su adopción por el
respectivo cuerpo colegiado, y no el día en que ocurre la lectura del fallo. El

94
Según indicó la Sala Plena, se constató que la Sentencia SU-126 de 2022 le fue notificada a la Sala de
Casación Penal el 21 de julio de 2022. F. j. 48.
95
Cfr. Auto 1733 de 2022, f. j. 79.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

demandante adujo que esa hermenéutica vulneraba el derecho al debido


proceso y el principio de publicidad en las actuaciones penales.

79. En esa oportunidad, la Sala Plena concluyó que la interpretación de la


Sala de Casación Penal se ajustaba a la Constitución. La Corte sustentó esta
determinación en las siguientes razones: (i) la prescripción de la acción penal
opera como una sanción al Estado por su inactividad, razón por la que la
adopción de la decisión de segunda instancia es un ejercicio de la función
jurisdiccional que puede desvirtuar dicha pasividad; (ii) la interpretación de la
Sala de Casación Penal no transgrede el principio de publicidad «[…] porque
en ningún momento se impide u obstruye el acceso por parte de las partes,
intervinientes o demás interesados al contenido de la decisión, una vez sea
notificada en la audiencia de lectura de fallo»96; (iii) la interpretación acusada
no vulnera el derecho fundamental al debido proceso porque desde el momento
en que se practica la notificación de la sentencia de segunda instancia, los
sujetos procesales pueden ejercer su derecho de defensa en el término previsto
por la ley.

80. En atención a las consideraciones precedentes, es posible concluir que


la única lectura constitucionalmente admisible del término previsto en el
artículo 189 de la Ley 906 de 2004 es aquella que permite entender que se trata
de un término perentorio, que no puede extenderse ni un día más allá de los
cincos años, contabilizados desde que se adopta la sentencia de segunda
instancia, no desde que se realiza la lectura del sentido del fallo.

81. Con base en las consideraciones precedentes, la Sala procederá a


resolver el caso concreto.

6. Análisis del caso concreto

82. Síntesis de la acción de amparo. La demandante formuló acción de tutela


contra la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, por considerar
que esa autoridad judicial vulneró su derecho fundamental al debido proceso al
negar la solicitud de extinción de la acción penal por prescripción. Fundamentó
su solicitud en el comunicado de prensa número 11, del 6 y 7 de abril de 2022,
que dio a conocer el sentido de la decisión adoptada por esta corporación en la
Sentencia SU-126 de 2022. La accionante sostuvo que en esa providencia se
fijó un parámetro interpretativo del artículo 189 de la Ley 906 de 2004, según
el cual el término máximo para dictar el fallo de casación sería de cinco años,
so pena de la prescripción de la acción penal.

83. Reiteración de la Sentencia SU-126 de 2022. Como se indicó con


anterioridad, en la Sentencia SU-126 de 2022, la Sala Plena resolvió una acción
de tutela sustancialmente similar a la que se revisa en esta oportunidad. En
efecto, en ambos casos los demandantes fueron condenados por la comisión de
una conducta punible; interpusieron el recurso extraordinario de casación que

96
Sentencia C-294 de 2022, f. j. 43.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

fue admitido por la Sala de Casación Penal; y esta última resolvió no casar las
sentencias condenatorias. Además, los accionantes persiguen pretensiones
similares, pues en uno y otro caso se controvierte la prescripción de la acción
penal, prevista en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004, dado que los fallos de
casación fueron emitidos luego de que hubiere transcurrido el término de cinco
años establecido en esa disposición.

84. La Sentencia STP6929 del 1º de junio de 2022 incurrió en defecto


sustantivo. En criterio del plenario de esta corporación, la Sala Penal de la
Corte Suprema de Justicia incurrió en el defecto alegado porque la aplicación
de su doctrina sobre la interpretación del artículo 189 de la Ley 906 de 2004,
en el caso concreto de la tutelante, es incompatible con la Constitución.

85. En la aludida Sentencia SU-126 de 2022, esta Corte concluyó que la


doctrina que venía aplicando la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema
de Justicia era contraria a la Constitución. Dada la similitud de las
circunstancias fácticas analizadas en esa ocasión y el caso que ahora se estudia,
la Sala Plena aplicará la jurisprudencia vigente sobre la materia. A partir del
estándar de unificación fijado en la Sentencia SU-126 de 2022 y la Sentencia
C-294 de 2022, la única lectura constitucionalmente admisible del término de
la prescripción de la acción penal establecido en el artículo 189 de la Ley 906
de 2004 es el siguiente: (i) el lapso de cinco años previsto en la norma es un
término perentorio para dictar la sentencia de casación que no puede
extenderse ni un solo día más, so pena de que opere la prescripción de la acción
sancionatoria; (ii) se entiende que el periodo en el que transcurre, debe
contabilizarse desde que se dicta la sentencia de segunda instancia, esto es,
desde el día en que se adopta la providencia ―no desde que se le da lectura―,
momento a partir del cual es inmodificable dicha decisión.

86. Bajo estos parámetros, la Sala estima que, en el caso sub examine, se
estructuró un defecto sustantivo. El fallo de segunda instancia fue dictado el
29 de marzo de 201797, mientras que la Sentencia STP6929 fue emitida por la
Sala de Casación Penal el 1º de junio de 2022. Así, la sentencia de casación
fue expedida cinco años, dos meses y tres días después de que se emitiera el
fallo de segunda instancia.

87. Habida cuenta de que el término de cinco años previsto en el artículo


189 de la Ley 906 de 2004 no admite su extensión ni siquiera por un día
adicional ―supra, f. j. 72 a 80―, para la Sala es evidente que la hermenéutica
de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, aplicada al caso
concreto de la accionante, vulneró su derecho al debido proceso.

88. La Sentencia STP6929 del 1º de junio de 2022 incurrió en violación


directa de la Constitución. Además de la estructuración del defecto sustantivo,
la Sala Plena considera que, en el caso sub examine, se configuró un defecto
por violación directa de la Constitución. Según se expuso anteriormente, la

97
La lectura de la providencia tuvo lugar en la audiencia celebrada el 7 de abril de 2017.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

Sala de Casación Penal venía aplicando un criterio hermenéutico, consolidado


a través de su jurisprudencia, según el cual era posible sumar al término de
cinco años previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004, el lapso de
interrupción de la prescripción que venía corriendo desde la formulación de la
imputación hasta la expedición de la sentencia de segunda instancia ―supra,
f. j. 12―. Esta interpretación es, precisamente, la aproximación hermenéutica
que esta Corte consideró contraria a los derechos fundamentales del tutelante
en la Sentencia SU-126 de 2022.

89. La Sala Plena de esta corporación fundamentó tal determinación en que


la interpretación de la Sala de Casación Penal sobre el precepto, aplicada al
caso concreto del tutelante, desconoció el derecho al debido proceso porque
impidió la declaratoria de prescripción de la acción penal, por dos razones.
Primero, sostuvo que dicha doctrina «no se acompasa con una hermenéutica
en donde se favorezca la situación del reo (principio pro homine) y que
propenda por su libertad (principio pro libertate)». Esto, como se dijo líneas
atrás, responde a la naturaleza de la prescripción, que opera, por una parte,
como una sanción al Estado que se concreta en la imposibilidad para continuar
en la investigación y juzgamiento de una conducta contraria al ordenamiento
jurídico; por otra parte, opera como una garantía para el procesado encaminada
a que se defina su situación jurídica.

90. Segundo, la Corte también concluyó que la aplicación de la doctrina de


la Sala de Casación Penal, a propósito de la interpretación del término de
prescripción previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004, desconocía el
principio de favorabilidad previsto en el inciso segundo del artículo 29
superior. Al respecto, expresó que, al analizar el alcance de dicha disposición,
se advirtió que «el Legislador quiso establecer un límite máximo de cinco (5)
años para la sede de casación; y que la interpretación de la Sala de Casación
Penal propende por ampliar y extender aún más los términos prescriptivos de
que tratan los artículos 83 y 86 del Código Penal y aumentar los referidos cinco
(5) años». Ante tal situación, esta Corte concluyó que la Sala de Casación optó
por aplicar una interpretación desfavorable para el procesado que le negó la
posibilidad de acceder a la prescripción.

91. Similar situación se presenta en el caso sub examine. A partir de las


circunstancias fácticas y las pruebas allegadas al proceso, es posible acreditar
que, para la fecha en que ocurrieron los hechos que motivaron la interposición
de la acción de tutela, la Sala de Casación Penal insistió en aplicar su propia
doctrina sobre el término de la prescripción, lo cual conllevó la violación del
derecho fundamental al debido proceso de la accionante. Esto es así, en razón
a que la autoridad demandada sostuvo que la única hermenéutica vigente era
la que había fijado en su propia jurisprudencia, sin consideración alguna de los
preceptos superiores antes señalados, ni mucho menos, de la Sentencia SU-126
de 2022.

92. La Sala de Casación Civil, como juez de tutela de primera instancia,


sostuvo que la pretensión de la accionante no se encontraba llamada a prosperar
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

porque la Sentencia SU-126 de 2022 no estaba en firme, en tanto se había


solicitado su anulación. Al respecto, la Sala Plena recuerda que, si bien se ha
admitido la posibilidad excepcional de solicitar la nulidad de las sentencias por
la Sala Plena o por alguna de las salas de revisión, «[l]a cosa juzgada es una
institución jurídico procesal mediante la cual se otorga a las decisiones
plasmadas en una sentencia y en algunas otras providencias, el carácter de
inmutables, vinculantes y definitivas»98. Dicha consideración no es menor,
pues ha llevado a concluir que la solicitud de nulidad no es un recurso que
permita cuestionar los fundamentos jurídicos que sirvieron de base para
adoptar una determinada decisión. De hecho, «el objetivo de la nulidad
procesal es subsanar los vicios in procedendo, y no los errores in iudicando, o
sea, los acaecidos en la apreciación de mérito del derecho sustancial»99.

93. A su turno, la Sala de Casación Laboral, actuando como juez


constitucional en segunda instancia, declaró la improcedencia de la acción
porque, en su criterio, la demandante contaba con la acción de revisión para
controvertir la consumación de la prescripción de la acción penal. En su
criterio, este era el medio idóneo y eficaz para controvertir la sentencia de
segunda instancia dictada en el proceso penal, pues el artículo 192 de la Ley
906 de 2004 prevé expresamente una causal relacionada con la configuración
de la prescripción. Nótese que dicho criterio se basó exclusivamente en una
lectura de la ley. Una aproximación contraria, que tuviera en cuenta los
principios de favorabilidad, pro homine y pro libertate, hubiera llevado a
conceder el amparo y dejar sin efecto la sentencia censurada.

94. En esa medida, para la Sala Plena de esta corporación, a pesar del
pronunciamiento realizado en la Sentencia SU-126 de 2022, es claro que la
postura acogida por la accionada fue refrendada en las decisiones dictadas por
las Salas de Casación en sede de tutela.

95. Por estas razones, la Sala Plena encuentra acreditado que la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, con el empeño de sostener la
legalidad de una interpretación abiertamente incompatible con los preceptos
superiores, desconoció que existía una lectura fijada en una sentencia de
unificación que sí se acompasa con los postulados constitucionales. En esa
medida, se abstuvo de aplicar directamente la Constitución y transgredió el
derecho fundamental al debido proceso de la tutelante.

7. Remedios constitucionales y órdenes

96. Remedios constitucionales y órdenes. Habiendo establecido que la


autoridad judicial accionada incurrió en la vulneración del derecho al debido
proceso de la tutelante, la Sala Plena debe adoptar un remedio judicial para el
restablecimiento de su derecho. En ese sentido, ordenará que se deje sin efectos
jurídicos la Sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022, dictada por la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia que negó las solicitudes de
98
Sentencia C-100 de 2019.
99
Auto 003 de 2011.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

prescripción de la acción penal y resolvió no casar la providencia emitida el 29


de marzo de 2017 por la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.

97. Como consecuencia de lo anterior, la Sala Plena revocará las decisiones


dictadas por las Salas de Casación Civil ―que negó el amparo solicitado― y
Laboral de la Corte Suprema de Justicia ―que revocó la anterior para declarar
la improcedencia de la acción de tutela― para, en su lugar, conceder la acción
de tutela. Así mismo, ordenará a la autoridad accionada que, en el término de
los cinco (5) días siguientes a la notificación de esta providencia, dicte nueva
sentencia de casación en la cual observe el precedente de la Corte
Constitucional, declare la prescripción de la acción penal, decrete la preclusión
del proceso seguido contra la señora Coronado Noriega y, si la accionante
estuviere privada de la libertad por virtud exclusiva de dicho proceso, realizar
las gestiones necesarias para su liberación inmediata.

9. Síntesis del caso

98. Síntesis de los hechos. Sara Esther Coronado Noriega interpuso acción
de tutela por considerar que se vulneró su derecho fundamental al debido
proceso. Adujo que la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia
incurrió en los defectos sustantivo, desconocimiento del precedente y
procedimental por exceso ritual manifiesto. Esto, por cuanto negó su solicitud
de extinción de la acción penal por prescripción, en atención al estándar de
unificación fijado por la Corte Constitucional en la Sentencia SU-126 del 7 de
abril de 2022, respecto de la aplicación del término de la prescripción de la
acción penal previsto en el artículo 189 de la Ley 906 de 2004.

99. Decisiones de instancia en sede de tutela. La Sala Civil de la Corte


Suprema de Justicia negó la configuración de los defectos alegados debido a
que, en su criterio, la acción penal no habría prescrito, por dos razones.
Primero, a su juicio, la única hermenéutica vigente y aplicable del artículo 189
de la Ley 906 de 2004, para el momento en que se dictó la sentencia de
casación, era la que venía aplicando la Sala desde 2007. Según esta, el lapso
para que se consumara la prescripción de la acción penal vencería el 18 de
diciembre de 2022. En relación con la aplicación de la interpretación fijada en
el Sentencia SU-126 de 2022, indicó que, si bien el comunicado de prensa
número 11, del 6 y 7 de abril de ese mismo año, dio a conocer el sentido de la
decisión, este era insuficiente para conocer el alcance del precedente fijado.
Segundo, en el trámite de la acción de tutela, no era posible aplicar la ratio
decidendi de la Sentencia SU-126 de 2022 porque dicha sentencia no había
cobrado firmeza, en consideración a que se había solicitado su anulación.

100. A su turno, la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia revocó la


anterior decisión, al considerar que lo pertinente era declarar la improcedencia
del amparo solicitado. Esto, por cuanto la accionante podía acudir a la acción
de revisión para controvertir la decisión de negar la solicitud de prescripción
de la acción penal.
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

101. Decisión de la Sala Plena de esta corporación. El plenario de la Corte


Constitucional concluyó que la acción de tutela buscaba controvertir la
sentencia STP6929, del 1º de junio de 2022 por ser incompatible con la
Constitución, debido a que se fundamentó en una interpretación del artículo
189 de la Ley 906 de 2004 contraria a los preceptos superiores.

102. Hecha esta aclaración metodológica, la Sala Plena concluyó que se


estructuraron los defectos sustantivo y de violación directa de la Constitución,
por las siguientes razones: (i) encontró acreditado que la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia incurrió en defecto sustantivo al negar
la solicitud de prescripción de la acción penal porque la aplicación de su
doctrina sobre el término prescriptivo previsto en el artículo 189 de la Ley 906
de 2004 era incompatible con la Constitución; (ii) se configuró el defecto de
violación directa de la Constitución, porque la autoridad demandada aplicó una
interpretación abiertamente incompatible con los preceptos superiores, y
desconoció una lectura fijada en una sentencia de unificación que sí se
acompasaba con los postulados constitucionales. Por esto, constató que se
abstuvo de aplicar directamente la Constitución y transgredió el derecho
fundamental al debido proceso de la tutelante.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional,


administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE

Primero. REVOCAR las sentencias dictadas por la Sala de Casación Civil de


la Corte Suprema de Justicia, del 3 de agosto de 2022, y la Sala de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia, del 31 de agosto de 2022. En su lugar,
por las razones expuestas en esta providencia, CONCEDER el amparo del
derecho fundamental al debido proceso.

Segundo. DEJAR SIN EFECTOS la Sentencia STP6929, del 1º de junio de


2022, dictada por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia,
que negó las solicitudes de declaración de prescripción de la acción penal y
resolvió no casar la providencia emitida el 29 de marzo de 2017 por la Sala
Penal del Tribunal Superior de Bogotá.

Tercero. DEVOLVER el proceso a la Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema de Justicia para que, en el término de los cinco (5) días siguientes a la
notificación de esta providencia, emita una nueva sentencia en la cual observe
la interpretación establecida por la Corte Constitucional en los fallos SU-126 y
C-294 de 2022 y en la presente providencia, a propósito del término de
prescripción de la acción penal en el marco del recurso extraordinario de
casación. Así mismo se le ORDENA a dicha autoridad que, en el mismo
término improrrogable, declare la prescripción de la acción penal, decrete la
preclusión del proceso seguido contra la señora Coronado Noriega y, si la
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

accionante estuviere privada de la libertad por virtud exclusiva de dicho


proceso, realizar las gestiones necesarias para su liberación inmediata.

Comuníquese, notifíquese y cúmplase,

DIANA FAJARDO RIVERA


Presidenta
Aclaración de voto

NATALIA ÁNGEL CABO


Magistrada
Ausente con comisión

JUAN CARLOS CORTÉS GONZÁLEZ


Magistrado

JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR


Magistrado
Con salvamento de voto

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Magistrado
Ausente con permiso

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado
Con aclaración de voto

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada
Con aclaración de voto
Expediente T-9.045.117
M. P. Paola Andrea Meneses Mosquera

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada

JOSE FERNANDO REYES CUARTAS


Magistrado
Ausente con comisión

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General

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