Bienes Embargables y Bienes Inembargables
Bienes Embargables y Bienes Inembargables
Bienes Embargables y Bienes Inembargables
Contenido
RESUMEN ................................................................................................................................... 1
NORMATIVA............................................................................................................................... 2
Bienes Inembargables ........................................................................................................ 2
JURISPRUDENCIA ................................................................................................................... 3
1. Fundamento del Carácter Inembargable de los Bienes que Conforman el
Menaje de Casa ..................................................................................................................... 3
2. ¿Embargo de Materia Prima?.................................................................................... 6
3. Embargo del Salario, Protección Especial del Salario ....................................... 7
4. Indisponibilidad de las Pensiones y Jubilaciones .............................................. 8
5. Embargo de Utensilios de Trabajo ........................................................................ 11
RESUMEN
1
NORMATIVA
Bienes Inembargables
[Código Civil]i
3) El menaje de casa del deudor, artículos de uso doméstico y ropa necesarios para uso
personal de él, de su cónyuge y de los hijos dependientes que con él vivan.
4) Los libros, máquinas y útiles necesarios para la profesión u oficio del deudor.
5) Los útiles e instrumentos del artesano o agricultor, en cuanto sean necesarios para
su trabajo individual y el de los hijos que mantiene.
6) Los alimentos que existan en poder del deudor, en la cantidad necesaria para el
consumo de su familia durante un mes.
No obstante, los bienes indicados en los incisos 3), 4), y 5), pueden ser perseguidos por
el respectivo acreedor prendario, siempre que el contrato de prenda se encuentre
debidamente inscrito; pero los indicados en el inciso 3) sólo podrán perseguirse por el
precio de su adquisición cuando éste se hubiere efectuado a plazo.
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JURISPRUDENCIA
[Sala Segunda]ii
Voto de mayoría:
V. GANANCIALIDAD DE LOS BIENES: Como tales, el actor reclama que se repartan los
siguientes: propiedad de la provincia de Alajuela matrícula número […]; el siguiente
menaje de casa: una cocina marca Atlas, un microondas marca Panasonic, un sartén
eléctrico marca Oster, una olla arrocera marca Oster, una licuadora Black and Decker,
un juego de comedor de ratán de cuatro sillas y una mesa con vidrio, un televisor de 39
pulgadas marca Panasonic, dos muebles de cenízaro para televisor, un teatro de
entretenimiento en casa marca Samsung; un juego de sala de un sillón grande y dos
individuales, un televisor de 21 pulgadas marca Akai, una cama de madera de cenízaro,
una lavadora marca LG y una secadora de ropa marca Willport. El artículo 242,
introducido al Código de Familia, mediante la Ley n° 7532, del 8 de agosto de 1995
dispuso que “la unión de hecho pública, notoria, única y estable, por más de tres años,
entre un hombre y una mujer que posean aptitud legal para contraer matrimonio,
surtirá todos los efectos patrimoniales propios del matrimonio formalizado legalmente,
al finalizar por cualquier causa”.De esta forma, por una ficción legal, el legislador
equiparó los efectos patrimoniales de la disolución del vínculo matrimonial a la unión
de hecho constituida mediante los presupuestos antes mencionados y retrotrajo
dichos efectos a la fecha de inicio de dicha unión, una vez que esta fuera reconocida
judicialmente (artículo 244 del Código de Familia). Ahora bien, cabe señalar que
nuestro sistema jurídico contempla un régimen de participación diferida en los bienes
gananciales, de conformidad con el cual, al declararse disuelto o nulo el vínculo
matrimonial, al disponerse la separación judicial y al celebrarse, después de las
nupcias, capitulaciones matrimoniales, es cuando cada uno adquiere el derecho de
participar en la mitad del valor neto de los bienes que, con ese carácter jurídico, se
hallen dentro del patrimonio del otro (artículos 40 y 41 del Código de Familia). En el
artículo 41 del Código de Familia se establece, con claridad, cuáles bienes no tendrían
la vocación de ganancial. Al respecto, se indica: “...Únicamente no son gananciales los
siguientes bienes, sobre los cuales no existe el derecho de participación: / 1) Los que
fueren introducidos al matrimonio, o adquiridos durante él, por título gratuito o por
causa aleatoria; / 2) Los comprados con valores propios de uno de los cónyuges,
destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales; / 3) Aquellos cuya causa o título
de adquisición precedió al matrimonio; / 4) Los muebles o inmuebles, que fueron
subrogados a otros propios de alguno de los cónyuges; y / 5) Los adquiridos durante la
separación de hecho de los cónyuges”. De conformidad con estas disposiciones ambos
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cónyuges –y en este caso las personas convivientes- adquieren el derecho a participar
en los bienes gananciales que se constaten en el patrimonio del otro, con absoluta
independencia del calificativo de inocente o de culpable, dentro de un proceso que
concluya con la disolución del vínculo. En el caso en estudio, se tiene que en relación
con el inmueble mencionado, sea el inscrito en el Registro Público con la matrícula
número […] de la provincia de Alajuela, fue demostrado que ese inmueble fue
adquirido por la demandada, en fecha 21 de enero de 2005, por la suma de veinte
millones de colones, mediante el crédito adquirido por ella con el Instituto Nacional de
Seguros, a un plazo de veinte años y que sería cancelado mediante cuotas mensuales
fijas y consecutivas (folios 101 al 106). En consecuencia, el actor tendrá derecho a
participar en la mitad del valor proporcional que representen, respecto del valor total
del inmueble, las cuotas del préstamo asumido por la demandada ante el Instituto
Nacional de Seguros para el pago del precio de ese inmueble, canceladas entre la fecha
de su adquisición, el 21 de enero de 2005 y cuando se produjo la separación de las
partes, es decir, el 14 de octubre de 2006. Así debe ser resuelta la pretensión del actor
por cuanto el derecho a gananciales no confiere un derecho real sobre los bienes
adquiridos sino, a participar en el valor neto de aquellos introducidos al patrimonio de
las partes durante la vigencia de la convivencia o de la unión. El inmueble sobre el cual
el actor pretende se declare su derecho a gananciales fue adquirido con un crédito que
debía ser cancelado en un período de veinte años, por lo cual, no puede decirse
válidamente que el inmueble en su totalidad ingresó al patrimonio conyugal en ese
momento, como para declarar el derecho a gananciales respecto de su totalidad. Lo
que el actor tiene es un derecho al valor total de ese inmueble únicamente en la
medida de su esfuerzo por adquirirlo, es decir, respecto de las cuotas canceladas
durante la convivencia. Esta Sala, en la resolución n° 507 de 10:35 horas de 8 de agosto
de 2007 hizo referencia al tema de los bienes con vocación ganancial, en estos
términos: “Es en virtud de ese esfuerzo solidario, que se ha dispuesto el derecho de
ambos de enriquecerse con el patrimonio adquirido durante la vigencia del
matrimonio, en un plano de igualdad. Eso sí, ya se ha dicho en forma reiterada que el
legislador contempló ese derecho no como uno de naturaleza real o de co-propiedad -
que impone una relación de dominio sobre el bien-; sino más bien, al hablar la norma
de un derecho a participar en la mitad “del valor neto”, implica un derecho de crédito,
es decir, una obligación de valor -una vez deducidas las cargas que pesan sobre el
inmueble- y como tal, susceptible de compensación total o en la parte correspondiente
cuando el acervo patrimonial ganancial es distinto en cada uno de los cónyuges
(artículos 806 y 807 del Código Civil)". Es necesario dejar establecido que dentro de las
cuotas del pago de la deuda del indicado inmueble no podrán ser ponderados los
cuatro millones de colones que las partes aceptan haber realizado como abono
extraordinario a ese crédito, en el mes de junio de 2005. A esa conclusión debe
arribarse porque el propio actor reconoce que el dinero para ese pago devino de la
venta del apartamento del que la demandada era dueña a la mitad, por haberlo
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adquirido en copropiedad con su primer esposo. Existe acuerdo entre ambos que ese
apartamento fue vendido en la suma de diez millones de colones, es decir, que al
menos cinco millones de colones eran propios de la demandada, operándose respecto
del abono de los cuatro millones de colones una subrogación, por haber sido producto
de un bien adquirido por ella antes del matrimonio con el actor. Se está entonces,
respecto de ese monto, frente a un caso de excepción contenido en el inciso 4) del
numeral 41 del Código de Familia, el cual resta carácter ganancial a los bienes que son
subrogados a otros propios de alguno de los cónyuges. En consecuencia, el actor
tendrá derecho a participar en la mitad del valor proporcional que representen,
respecto del valor total del inmueble, las cuotas del préstamo asumido por la
demandada ante el Instituto Nacional de Seguros para el pago del precio de ese
inmueble, canceladas entre la fecha de su adquisición, el 21 de enero de 2005 y
cuando se produjo la separación de las partes, es decir, el 14 de octubre de 2006.
También resulta oportuno aclarar que para fijar el valor actualizado del bien no
deberán tomarse en cuenta las mejoras realizadas por la demandada luego de la
separación de hecho. Además, al realizar la liquidación de los gananciales, se han de
tomar en cuenta los gastos efectuados por la accionada a partir de la separación de
hecho, por concepto de impuestos municipales y territoriales. En cuanto al menaje de
casa adquirido durante la convivencia, también éste como bien con un valor
patrimonial forma parte del acervo ganancial. Sin embargo, todos los bienes que el
actor menciona dentro de ese menaje tienen, una evidente vocación alimentaria que
impide ordenar su liquidación. Efectivamente, esos bienes no están excluidos de los
bienes con naturaleza ganancial por cuanto no se encuentran dentro de las
excepciones contenidas en el artículo 41 del Código de Familia el cual dispone que
“Únicamente no son gananciales los siguientes bienes...” es decir, que todos los bienes
constantes en el patrimonio de los cónyuges o de las personas convivientes se
presumen gananciales, y únicamente no tendrán esa naturaleza los que estén en los
supuestos excepcionados por esa norma. Dentro de estos no está contemplado el
menaje de casa, pero es evidente que los bienes que lo conforman tienen una finalidad
de empleo específico para atender la vida cotidiana de la familia y particularmente de
los acreedores alimentarios. Liquidar esos bienes existiendo acreedores alimentarios
que demandan la satisfacción de las necesidades perentorias a cuya satisfacción
sirven, sería sustraer a las partes de la obligación que constitucional y legalmente
tienen de proveer los alimentos a sus hijos. Es esta la misma finalidad protectora que
subyace en la prohibición establecida por el artículo 984 del Código Civil en cuanto
prescribe que “no pueden perseguirse, por ningún acreedor, y en consecuencia no
podrán ser embargados ni secuestrados en forma alguna (.../...) el menaje de casa del
deudor, artículos de uso doméstico y ropa necesaria para uso personal de él, de su
cónyuge y de los hijos dependientes que con él vivan.”
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2. ¿Embargo de Materia Prima?
“I. En contra del Voto Nº 272, de las 08:25 horas, del 30 de junio de 2011, dictado por
los suscritos juzgadores, que revocó el auto recurrido en cuanto hizo recaer el
embargo preventivo sobre la materia prima propiedad de la demandada, se alza con el
recurso de revocatoria el Lic. Gerardo Mora Protti, apoderado de los actores,
manifestando que se ha procedido a realizar un incorrecto análisis de los hechos,
porque el numeral 984 del Código Civil, utilizado como fundamento jurídico para
revocar parcialmente el embargo, se aplica exclusivamente a los patronos personas
físicas; y, el demandado, es persona jurídica.
II. En el citado voto, ahora recurrido por el actor, se decidió revocar lo resuelto en
primera instancia, con el argumento de que el embargo recaído sobre la materia prima
de la demandada, era improcedente; sin embargo, de un mejor estudio del tema,
efectivamente se desprende que la voluntad del legislador, en mil ochocientos ochenta
y siete, fue la de excluir del comiso, bienes de la persona física necesarios para
subsistir, como lo son: sueldos, pensiones, jubilaciones, menaje de casa, artículos de
uso doméstico, ropa para uso personal y familiar, libros, máquinas y útiles necesarios
para su profesión u oficio, útiles e instrumentos del artesano o agricultor, alimentos
necesarios para el consumo personal y familiar y otros derechos, todos personales;
excepto, los dados en prenda debidamente inscrita. Entonces, es fácilmente
constatable, que ese listado, sólo puede referirse a personas físicas en tanto derechos
puramente personales; puesto que, las jurídicas, no tienen sueldos, ni jubilaciones, ni
menaje de casa, ni alimentos, ni derechos de uso o habitación. Además, de
conformidad con el principio de la responsabilidad patrimonial universal, consagrado
en el artículo 981 del Código Civil, según el cual todos los bienes que constituyen el
patrimonio de una persona responden al pago de sus deudas, si estimáramos como lo
pretende la parte demandada, que lo previsto por el inciso 4) del artículo 984 no se le
aplique a las personas jurídicas; es decir que se estimen inembargables los libros,
máquinas y útiles necesarios para la profesión del deudor, de esa manera se dejaría sin
efecto el embargo en relación con las personas jurídicas, porque la mayoría tienen
ánimo de lucro y si se considera que todos sus bienes son herramientas de trabajo,
quedaría burlada la responsabilidad que para el pago de sus deudas tiene con su
patrimonio. Máxime, en tratándose del resguardo de los derechos laborales del
trabajador, ante una posible sentencia estimatoria a su favor. Sobre el particular y en
abono de lo considerado, pueden consultarse, del Tribunal Superior Segundo Civil,
Sección Primera, el Voto Nº 189, de las 9:20 horas del 9 de agosto de 1996 y del
Tribunal Primero Civil, el Voto Nº 164, de las 8:55 horas, del 31 de enero de 2001.
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III. Así, se dispone revocar el auto recurrido, en cuanto excluyó del embargo
preventivo la materia prima propiedad del demandado.”
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4. Indisponibilidad de las Pensiones y Jubilaciones
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que no se puede discriminar a ningún trabajador de la Caja, por haberse pensionado
por un régimen diferente al de Invalidez Vejez y Muerte que administra la Caja o bien
si cuando se pensionó lo hizo por invalidez y los casos de muerte, porque ninguna
diferenciación hizo la ley cuando creó el derecho. Lo que sí debe cumplirse es con los
requisitos que el reglamento del fondo establece, en cuanto a edad y tiempo de
servicio. No obstante que la recurrente transcribe la normativa que establece tales
requisitos, no impugna en el caso concreto que la accionante haya o no cumplido con
los mismos, por lo que no se entra a analizar tal circunstancia. En cuanto a que el
espíritu del legislador fue establecer como limitante a este beneficio el no poner en
peligro a los demás asegurados, el agravio no es claro sobre el fin que persigue. Si la
demandante cumple con los requisitos legales -aspecto que no se ha impugnado, por
lo que se mantiene incólume en la sentencia recurrida- no puede existir peligro para el
resto de los asegurados, pues entraríamos en valoraciones subjetivas que no vienen al
caso. El otro agravio que señala la recurrente es que la Junta Directiva de la Caja tiene
potestad reglamentaria, lo cual, si no se ha señalado lo contrario en la sentencia
apelada, el agravio tampoco tiene sentido. Si por otra parte, lo que se quiere
establecer es que dada la potestad reglamentaria, los diversos reglamentos emitidos
por la Junta Directiva deben cumplirse, en ello lleva razón. Esto siempre y cuando lo
sea con las limitantes establecidas por la Sala Constitucional. El Tribunal echa de
menos la explicación, por parte de la recurrente, de las razones por las cuales el aplicar
el reglamento de 1986, en su totalidad, podrían dar lugar a la revocatoria del fallo
impugnado. Es preciso determinar los alcances del voto número 890 del veintiséis de
enero del dos mil, en que la Sala Constitucional, refiriéndose a la disposición contenida
en el artículo 4 del Reglamento del Fondo de Retiro de los Trabajadores de la Caja
Costarricense de Seguro Social reformado por acuerdo de Junta Directiva, en el
artículo 8 de la Sesión número 7207, del 10 de marzo de 1998, que textualmente
indicaba: "Tendrá derecho al beneficio de pensión complementaria y al capital de
retiro, quien al retirarse del servicio activo de la institución, se acoja al derecho de
pensión en caso de invalidez o vejez con el Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte". Al
respecto, la citada Sala señaló: "… la norma impugnada deberá aplicarse
ampliamente, sea que todos los trabajadores, de la Caja Costarricense de Seguro
Social tienen el derecho a acogerse al Fondo de Retiro, de conformidad con los
requisitos establecidos, pero sin discriminación por el régimen mediante el cual se
retiren de la institución". Lo trascendente, del pronunciamiento de la Sala es que se
ha ordenado, que no es válido discriminar por el régimen de pensiones y jubilaciones
al que se haya acogido el exservidor, para determinar si tiene derecho o no a los
beneficios del Fondo de Retiro y esa disposición debe ser acatada cualquiera sea el
Reglamento que resulte aplicable al caso, pues existiendo la misma razón debe darse la
misma solución. Véase que el mismo reglamento de 1986, contiene frases alusivas a
que el derecho nace si el trabajador se acoge a una pensión del régimen de Invalidez
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Vejez y Muerte de la Caja, como se observa de la redacción del inciso a) y el e) 1. del
artículo 5, o bien en el inciso h) de ese mismo numeral.
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5. Embargo de Utensilios de Trabajo
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ASAMBLEA LEGISLATIVA. Ley 63 del veintiocho de setiembre de mil ochocientos ochenta y
siete. Código Civil. Vigente desde 01/01/1888. Versión de la norma 11 de 11 del 23/07/2012.
ii
SALA SEGUNDA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia 968 de las nueve horas con
treinta minutos del veinticinco de noviembre de dos mil once Expediente: 07-000943-0292-FA.
iii
TRIBUNAL DE TRABAJO SECCIÓN TERCERA. Sentencia 272 – Bis de las diez horas con treinta y
cinco minutos del dieciséis de septiembre de dos mil once. Expediente: 09-002567-0166-LA.
iv
TRIBUNAL PRIMERO CIVIL. Sentencia 481 de las catorce horas con veinte minutos del quince
de junio de dos mil once. Expediente: 10-006078-1170-CJ.
v
TRIBUNAL DE TRABAJO SECCIÓN TERCERA. Sentencia 70 de las nueve horas con quince
minutos del catorce de febrero de dos mil siete. Expediente: 03-003075-0166-LA.
vi
TRIBUNAL PRIMERO CIVIL. Sentencia 159 de las siete horas con treinta minutos del
veintiocho de febrero de dos mil tres. Expediente: 00-000850-0183-CI.
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