Sem05-2° LA Civilización Islámica

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“LA CIVILIZACIÓN ISLÁMICA”

(Semana 05) Bim.01


Jóvenes buenos tardes empezamos el curso de Ciencias Sociales dando a conocer la importancia de la Cultura
musulmana es la expresión utilizada por los historiadores para describir todas las prácticas culturales de los pueblos
islámicos, sobre todo en el pasado. Se considera que la cultura musulmana ante la Edad media en el occidente, época que
coincide con la máxima extensión que llegaron a tener los diferentes reinos del tronco musulmán.
Toda la cultura musulmana estuvo condicionada por un elemento dominante: la religión. Esta se transmitía por medio de
escuelas y universidades que proliferaron a lo largo y ancho de todo el imperio financiadas por los propios.

CUESTIONARIO
1° ¿Cómo eran los árabes antes del islam?...........................................................................................................................

……………………………………………………………………………………………………………………………………………….

2° Completa: 4 características de la religión islámica

3° Completa los sucesos correspondientes:


a) La Meca fue el …………………………………………………………………………………………………………….
b) Mahoma era considerado como el mensajero…………………………………………….
c) La justicia islámica se deriva del mandato………………………………………………………………….
d) Los árabes antes del islam eran………………………………………………………………………………….

4° Explica ¿Qué es el islam? ……………………………………………………………………………………….

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5° Completa los pilares de la fe islámica:

6° Completa la lectura: El islam ha defendido la libertad del……………………………………………, y reconocido los límites de la razón. Ella
no puede cuestionar ni la unidad divina ni la veracidad del mensaje de……………………………………………. Desde su punto de vista la razón
puede ser innata -cuando es un don divino- y adquirida -cuando es resultado del esfuerzo individual y la…………………………………………-.
De lo más valioso en el islam es su reconocimiento de la………………………………………………. práctica del pensamiento y la educación,
evidenciada en una tradición atribuida al Profeta: "Adquirid toda la sabiduría que podáis! ¡Pero Dios no os compensará (todo lo que
hayáis aprendido) hasta que traduzcáis vuestro saber en obras!"

7° Completa:
Compara la Religión islámica y la católica
DIOS, EL ENVIADO Y EL LIBRO

8° Según el texto dado en que estuvo basado la economía islámica.

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“LA CIVILIZACIÓN ISLÁMICA”
La civilización islámica: origen y fundamentos
La península Arábiga, habitada en los primeros siglos de la era cristiana por beduinos nómades o semisedentarios, fue el contexto
geográfico y humano del que brotaron la cultura y la civilización islámicas
Se dice que, en La Meca, centro de peregrinación, ciudad de caravanas y núcleo mercantil del mundo medieval nació Mahoma. Allí la
verdad le fue revelada y comenzó su prédica del islam hasta que en el 622 -inicio de la Hégira-, fue a refugiarse bajo peligro de muerte
a la ciudad de Medina, en la cual encontró protección y creó los fundamentos espirituales e institucionales de la comunidad
musulmana. Los diez años de su vida en Medina y los treinta que siguieron a la muerte de Mahoma, en que gobernaron los cuatro
califas ortodoxos que le acompañaron en vida (632-661), son reputados por el sentimiento musulmán como "la edad de oro" del islam.
Sostenida por la íntima convicción de su mensaje y por la fuerza arrolladora de los ejércitos árabes, la expansión islámica derrotó a los
imperios sasánida y bizantino, así como al Occidente del desmembrado imperio romano e hizo del mundo musulmán un imperio que
encabezó el comercio mundial y edificó una red de grandes ciudades

Ciudad islámica e instituciones religiosas


La ciudad islámica es la comunidad de personas que profesan el islam. Constituye la umma o nación, en la cual cada musulmán se
reconoce, independientemente de que viva solo o en grupo y sea ciudadano o campesino, nómade o sedentario. Una interpretación
más acotada la define como Dar al-islam, "morada del islam" y la limita a los países o grupos urbanos en que rige la ley canónica
islámica y se practican sus formas tradicionales de vida.
El islam, que significa "sumisión a Dios", comprende tres instituciones religiosas fundamentales: el Corán, la Tradición del Profeta
(sunna) y las enseñanzas escritas y orales de los juristas. A través del doble testimonio de la fe -"No hay más Dios que el Uno y Único"
(Ala); "Mahoma es el mensajero de Dios"-, cuya declaración confiere la condición de musulmán a todo hombre de buena voluntad, el
Corán proclama su mensaje esencial, al-tawhid o "Unidad Divina", la cual declara los derechos del Creador por encima de todas las
relatividades de nuestra existencia terrena y se realiza en la existencia individual de todo aquel que aproxime lo más posible a Dios
sus pensamientos y acciones. Con ese fin se incita a la lectura del Corán, a la invocación de los nombres de Dios y a las prácticas
obligatorias de la oración, el ayuno, la limosna y la peregrinación a La Meca, al menos una vez en la vida.
El Profeta, el "elegido" providencialmente para trasmitir a los hombres la ley musulmana (la sari'a), encarnó el modelo de hombre del
mundo islámico. La colección de sus dichos y consejos y hasta de sus actos y gestos fue recogida, durante el tercer siglo de la Hégira,
en los hadits o "tradiciones", con el fin de facilitar su reproducción y conocimiento por parte de la comunidad de fieles. Ni el Corán ni
la Sunna, sin embargo, están elaborados como cuerpos de leyes. Fue labor posterior de los eruditos del islam la formulación d e un
sistema jurídico que rige y divide los actos de los creyentes en obligatorios, recomendados, permitidos, condenables y prohibidos, y
supone una divergencia entre la jurisprudencia "sunní", que desaprueba la reflexión personal y la evolución o adaptabilidad de la ley,
y la "si'i", que las pondera. Una sabiduría que como la musulmana tiende a introducir la dimensión religiosa en todos los aspectos de
la vida, toma esta divergencia por diferencias de interpretación que derivan, en última instancia, de la bondad divina. "Los desacuerdos
de los sabios -declara uno de sus proverbios- son una merced".

Sociedad, comunidad e individuo


Lo esencial de la ciudad islámica es la "combinación perdurable del esfuerzo desplegado por cada hombre para someterse a la voluntad
del legislador divino y del marco comunal que le sirve de ayuda y soporte en ese esfuerzo" (J. L. Michon, 1976). El vínculo entre el
individuo y el todo social en el islam es tan fuerte que la tarea de la redención individual "engloba ipso facto la sacralización de lo
social" dentro de sus marcos. La salvación de cada cual depende de los que le rodean tanto como de que las circunstancias le sean más
o menos propicias.
La tradición supone que el propio Mahoma formuló el principio de la iyma o consenso de los creyentes, el cual se concreta en la ley
musulmana bajo la forma de un estatuto colectivo llamado "deber de suficiencia". Por él se eximía a un musulmán de cualquier deber
legal obligatorio si un número suficiente de fieles acuerda suprimírselo. El individuo, sin embargo, no se disuelve en la comunidad. La
ley del islam supone que con su conducta un hombre sólo se compromete a sí mismo y que, en su día, sólo él comparecerá ante el Juez
Supremo para responder por sus acciones. No obstante, la índole de hombres iguales ante Dios e idénticamente dependientes y
sometidos a las obligaciones que su ley engendra, ha dado lugar a la definición de la comunidad musulmana como una "teocracia
igualitaria" (L. Gardet, 1961).
El fuerte sentido de cohesión social que acompañó el alto grado de integración de las sociedades musulmanas tradicionales se debe
en mucho a los valores socio-religiosos que orientaron la vida de sus individuos y de sus comunidades.
Gobierno y política: la comunidad islámica
La comunidad establecida en Medina en el siglo I de la Hégira (s.VII n.e.), fue el prototipo de organización institucional -derivada de
fines religiosos- que rigió en todas las sociedades tradicionales musulmanas. Llamada inicialmente Yatrib, su nuevo nombre, al-Madina
("la ciudad por excelencia"), designa su condición de centro de la umma y sede de la autoridad y la justicia.
El califa o imán, sucesor del Profeta, unía en su persona la autoridad espiritual y secular y era el jefe supremo de la ciudad. Encargado
de crear las condiciones para la aplicación de la ley coránica, de encabezar la Guerra Santa (yihad), organizar el ejército y garantizar la
administración y la seguridad de los países bajo su dominio, el califa designaba también, en cada ciudad, a los ministros o visires, a los
gobernadores, los comandantes en jefe, los recaudadores de impuestos y hasta al cuerpo de policía (surta) que velaba por el orden y
protegía la ciudad de sus enemigos.
La justicia en la sociedad islámica tradicional se derivaba del mandato divino. Hay referencia a un pacto original por medio del cual
Dios designó vicarios suyos a los que ejercen la autoridad. A éstos les cabe el deber de proteger a los fieles como a los últimos el deber
de obedecer la autoridad. Son afines el ideal de justicia platónico y el del islam: el orden decretado por Dios sólo prevalecerá allí donde
dirijan hombres virtuosos, que unan a su profundo conocimiento de la divinidad una elevada cualidad moral y en cuyas manos está
"hacer que los hombres, en esta vida y en este medio disfruten al máximo la felicidad y las delicias de la vida futura por medio de
instituciones comunitarias fundadas en la justicia y la confraternidad" (Al-Farabi, s.IV de la Hégira).
Pese a que el ordenamiento jurídico de las ciudades islámicas tradicionales careció de la autonomía local y municipal de que gozaron
las ciudades europeas medievales, sus instituciones, orientadas por valores que rechazaban la discriminación por motivos de raza,
religión o condición social, propiciaron el elevado grado de integración que fue común en todas las ciudades del mundo musulm án,
desde Al-Andalus hasta la India.
Muestra la flexibilidad y la propensión democrática de la jurisprudencia islámica el hecho de que sus juristas aceptaron como fuente
de legislación, durante siglos, los hábitos locales de las diversas ciudades.

La economía en la sociedad medieval


La economía en las ciudades tradicionales musulmanas se regía por un sistema corporativo que integraba a los hombres dedicados a
la producción, la distribución y los servicios, ya se desempeñasen como propietarios u obreros, trabajadores a domicilio, por cuenta
propia o empleados del gobierno, ya fueran "gentes de alta o baja condición, musulmanes, cristianos y judíos, nativos o extranjeros
naturalizados, todos pertenecían al sistema corporativo" (Yusuf Ibish, 1976). En las corporaciones se agrupaba la población urbana
según sus oficios, así que las había de artesanos, de mercaderes, de subastadores, prestamistas, músicos, cantantes, narradores
transportistas y marineros.
Los miembros de cada corporación se consideraban a la vez como miembros de la comunidad de creyentes a cuyo servicio se acreditaba
especialmente la eficiencia en la profesión u oficio, que se adquiría por medio de un arduo trabajo supervisado por un maestro (sayj)
conectado a su vez a la cadena de maestros de la corporación, que se enlazaba sucesivamente a las de otras, a los Santos Patronos y
aún hasta al Profeta.
Las corporaciones se estructuraban según un sistema conceptual y ritual trasmitido oralmente de generación en generación y
estrechamente vinculado a las órdenes sufíes (logias islámicas). A la aceptación de un joven como aprendiz de un taller seguía la
recitación de la primera azora (capítulo) del Corán ante los maestros de la corporación y un período de años de trabajo cuya nula o
baja remuneración se compensaba con la idea de que era ese el medio de aprender y de integrarse socialmente a la comunidad.
Una ramita de albahaca entregada por orden del maestro al joven aprendiz indicaba llegada la hora de su iniciación. La ceremonia,
celebrada en casa de un maestro o en algún jardín de la ciudad, contaba con una nutrida y noble concurrencia que ejecutaba ritos
religiosos y ceremoniales a cuyo término se convertía al joven en miembro de la hermandad, bajo las notas de una exclamación ritual
de alegría en la que convergían diversas tradiciones: "Lluevan las bendiciones sobre Jesús, Moisés y los que se embellecen los ojos con
antimonio (*), pues quién nos podrá perjudicar!" (Yusuf Ibish, p.152). La iniciación terminaba con una comida sencilla
denominada tamliha (ensalada) que recordaba el doble valor de la sal, nexo entre los que la comparten y símbolo de artesanos
(conocidos como "la sal de los bazares" por su condición de núcleo principal entre los que se ganan la vida con sudor y paciencia).
El iniciado se integraba a su corporación y, por medio de ella, a la umma. Con los años, la elaboración de una obra maestra como
muestra refinada de su arte podía elevar al artesano al cargo de maestro. Mencionemos de paso que en el islamismo sufí la artesanía
era sinónimo de arte y a la vez, un medio de realización espiritual que modelaba "una imagen del trabajo que un hombre que aspira a
la contemplación de las realidades divinas debe realizar consigo mismo y sobre su alma, que entonces representa el papel de un tosco
material, desordenado y amorfo, pero potencialmente noble". (T. Burckhardt, 1976).

Educación Religiosa
¿Qué es el islam?
El islam es una religión monoteísta que surgió en la península arábiga a principios del siglo VII, cuando el profeta
árabe Mahoma comenzó a predicar la obediencia a un único dios llamado Alá.
Junto con el judaísmo y el cristianismo, el islam es una de las 3 grandes religiones monoteístas del mundo. Como tal, se considera una
renovación de las creencias en un único Dios, el cielo y el infierno, que ya están presentes en las religiones monoteístas anteriores.
Quienes profesan el islam son llamados musulmanes, palabra que significa «sometidos a la voluntad de Alá».
En la actualidad, el islam es la segunda religión más profesada del mundo, después del cristianismo. Se estima que sus seguidores
alcanzan los 1800 millones de personas, es decir aproximadamente el 25% de la población mundial. Constituyen la mayoría de la
población en 50 países. Entre ellos, el que tiene mayor cantidad de musulmanes es Indonesia, en el sudeste asiático.
El islam se divide en dos grandes ramas: sunita y chií. Del total de los musulmanes, aproximadamente el 87% son sunitas y el 13% son
chiíes o chiítas. La mayoría de los chiítas (entre el 68% y el 80%) viven en los países asiáticos de Irán, Iraq, Bahrein y Azerbaiyán.

Origen del islam


El fundador del islam, Mahoma, nació en la ciudad de La Meca, península arábiga, en el año 570. Desde adolescente se dedicó al
comercio caravanero.
Al cumplir los 40 años, se recluyó en una cueva situada en las afueras de la ciudad. Según la tradición, allí fue visitado por Yibril (el
arcángel Gabriel), quien le anunció que había sido elegido para ser el profeta de una nueva religión. Mahoma regresó a La Meca y
comenzó a predicar el islam.
En aquel entonces, los habitantes de La Meca eran politeístas, ya que adoraban a una gran cantidad de dioses, cuyas imágenes estaban
en el interior del santuario de la Kaaba, en el centro de la ciudad. Los sectores que sacaban provecho de la adoración a los dioses que
se veneraban en la Kaaba se sintieron amenazados por la prédica de Mahoma y lo hicieron condenar a muerte. Para escapar de esa
condena, en el 622 Mahoma huyó a la ciudad de Medina. Este exilio, conocido con el nombre de Hégira, marca el inicio de la cronología
musulmana. Es decir que los musulmanes empiezan a contar los años a partir de este hecho.
En Medina, el poder y el prestigio de Mahoma aumentaron y muy pronto la mayoría de sus habitantes adoptó la nueva religión. Con
su ayuda, Mahoma regresó a La Meca en el 630, la ocupó y transformó la Kaaba en un lugar sagrado del islam.
Luego de la conquista de La Meca, el islam comenzó a difundirse rápidamente por toda la península arábiga, transformándose en el
elemento unificador de las distintas tribus árabes.
Cuando Mahoma murió en el 632, fue sucedido por los califas, quienes se transformaron en jefes espirituales y temporales de todos
los musulmanes. Los primeros califas fueron Abu Bakr, Úmar, Uzmán y Alí. Ellos impulsaron la expansión del islam hacia Palestina,
Siria, Armenia, la Mesopotamia asiática, Persia y el norte de África.
En el 661 Muawiya, de la familia de los Omeyas, destronó a Alí y creó un califato en Siria. Bajo su gobierno, los musulmanes se
expandieron hasta la India, el norte de África y la península ibérica.
La toma del poder por los Omeyas marcó un punto de inflexión en la historia del islam, ya que los chiítas los consideran usurpadores
y en cambio reconocen a los descendientes de Alí como los sucesores legítimos.

Características del islam


Las principales características del islam son las siguientes:
• Es una religión monoteísta que rinde culto exclusivamente a Alá.
• Su libro sagrado es el Corán. Corán significa «recitación», ya que para los musulmanes es la palabra de dios dictada al profeta.
Mahoma contó esas revelaciones a sus familiares, amigos y discípulos, quienes luego de su muerte recopilaron los dichos de
su maestro y así le dieron forma al Corán. El mensaje central del Corán consiste en que la humanidad debe aceptar a Alá como
único dios y vivir conforme a sus preceptos. Para todo musulmán es obligatorio aceptar cada palabra del Corán como palabra
literal de Dios e iniciarse desde niños en su aprendizaje. Según el Corán, todos los musulmanes deben creer en
la predestinación, la resurrección de los muertos y la vida después de la muerte.
• El lugar sagrado y de peregrinación más importante es La Kaaba, que se encuentra en la ciudad de La Meca, Arabia Saudita.
Hacia allí se orientan los creyentes de todo el mundo para rezar sus oraciones 5 veces al día.
• Además de ser una religión, el islam es considerado una forma de vida, la cual lleva al creyente a la paz y al goce del alma.
• El lugar destinado a la oración y el culto es la mezquita, considerada la casa de Alá. En las mezquitas, la representación artística
de Alá y de Mahoma están prohibidas porque se considera que podrían conducir a la idolatría. En todas las mezquitas hay
instaladas fuentes para que los fieles se purifiquen con agua antes de entrar en la sala de oraciones.
• El creyente puede comunicarse directamente con Dios, sin la necesidad de intermediarios. Esto significa que entre los
musulmanes no hay sacerdotes, sino guías espirituales llamados imanes, que generalmente son nombrados por la propia
comunidad.
• El islam tiene 2 grandes ramas: la de los sunitas u ortodoxos, que reconocen la legitimidad de los primeros 4 califas, y la de
los chiítas, partidarios de Alí, yerno de Mahoma al estar casado con su hija Fátima. La principal diferencia entre unos y otros
radica en la naturaleza de los imanes. Los chiitas creen que esos líderes espirituales son infalibles en todos los asuntos, actos,
principios y creencias. Para los sunitas, en cambio, un imán puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo
islámico. Otra diferencia es que además del Corán, los sunitas son devotos de la Sunna, una colección de enseñanzas, dichos
y aprobaciones atribuida a Mahoma.
Creencias del islam
En el islam hay 6 artículos básicos de fe:
• Creer en Alá.
• Creer en sus ángeles.
• Creer en sus profetas. Son reconocidos como tales: Abraham, Noé, Jacob, José, Job, Jonás, David, Salomón, Moisés,
Jesús y Mahoma, el último profeta o mensajero de Alá.
• Creer en el Corán como un libro revelado por Alá.
• Creer en la resurrección, el día del juicio, el cielo y el infierno.
• Creer en el decreto divino: Dios es omnisciente (todo lo sabe) y sobre todas las cosas tiene poder.
Además de aceptar estos artículos de fe, los musulmanes deben dar cumplimiento a 5
obligaciones rituales:
• La profesión de la fe, que se reza diariamente y que afirma que «No hay más dios que Alá, y Mahoma es su
profeta».
• La oración ritual, que debe realizarse 5 veces al día en dirección a La Meca. La oración consiste en el recitado de
palabras y en gestos corporales de inclinación y postraciones. Su objeto es purificar al fiel.
• El impuesto para los necesitados o azaque, un impuesto cobrado a los pudientes y que está destinado a dar caridad
a los más humildes.
• El ayuno en el mes de ramadán, que es durante el cual Mahoma recibió la revelación divina. Todos los creyentes
(excepto las embarazadas, los enfermos y los viajeros) deben abstenerse de comer, beber, fumar y tener relaciones
sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol. El ayuno es una prueba de obediencia a Dios y una forma de
desarrollar la conciencia de su existencia.
• La peregrinación al santuario de la Kaaba, que debe realizarse al menos una vez en la vida si se tiene la salud y el
dinero para hacerlo. Esta peregrinación dura 5 días, durante los cuales también se suele visitar la Cúpula Verde,
en la ciudad de Medina, donde están enterrados Mahoma y los 2 primeros califas.

La Mezquita Azul, en Estambul, Turquía, la cual fue inaugurada en 1617. Tiene 6 minaretes o torres desde cuyas terrazas
un miembro de la mezquita, llamado almuédano, convoca a la oración 5 veces por día.
Símbolos del islam
Los símbolos del islam son los siguientes:
• La media luna, que puede ser creciente o menguante. Está presente en las banderas de muchos países islámicos.
• La luna creciente y la estrella de 5 puntas, que fueron símbolos del Imperio otomano y que han perdurado como símbolos
de todo el islam.
• El sable de Alí, el yerno de Mahoma y cuarto califa de los musulmanes.
• El yamur, el remate con el que suelen terminar los minaretes o torres de las mezquitas. Está compuesto por una barra
vertical donde van insertas varias bolas o manzanas y lleva como remate una media luna.
• La bandera de la Yihad, cuyo contorno es de color negro y lleva impresa en el centro, en color blanco, la Shahada o profesión
de la fe islámica. En Occidente, la palabra Yihad ha sido interpretada como «guerra santa», aunque ese significado es
erróneo. Yihad es el esfuerzo que todo musulmán debe realizar para que la ley divina prevalezca en el mundo.

La Educación Musulmana
La educación musulmana, iniciada en los tiempos del Profeta en La Meca, fue irradiada en lo fundamental desde la institución de la
mezquita y tuvo como contenido la sari'a o ley islámica, cuyo aprendizaje era un "deber de suficiencia" para la comunidad islámica. La
más alta distinción en el islam era alcanzar el "saber" -al-'ilm- o conocimiento de la ley revelada. La memoria era una cualidad tan
ponderada en esta enseñanza que su ideal, el título de hafiz, se concedía a quien aprendiese el Corán de memoria.
La instrucción religiosa fue uno de los elementos que garantizaron la supervivencia de la civilización islámica. Un ciudadano de cultura
media podía ejercer una función consultiva en el interior de la comunidad, dirigir las oraciones y practicar el mandato coránico. Con el
tiempo, la instrucción religiosa se fue diferenciando de la educación propiamente dicha.
El primer siglo de la Hégira, dedicado a la conquista militar y al establecimiento de la autoridad política del islam, no produjo un
desarrollo significativo de la educación islámica. Pero a partir del siglo II -en que se extendió la mezquita como institución de enseñanza
en los territorios ocupados- y sobre todo del III -en que una generación de juristas, teólogos y lingüistas se afanaban por preservar la
lengua y las tradiciones de una civilización que se había extendido por muy diversos espacios culturales-, la educación pasó a primer
plano.
Durante los siglos III y IV, en los que la mezquita fungía como una virtual universidad pública, centro de culto y reunión social,
aparecieron la institución del colegio o escuela elemental (kultab) y las "casas de sabiduría" o "de ciencia", dedicadas exclusivamente
a actividades académicas. En el siglo V aparece la escuela superior o madrasa, patrocinada por el estado, que fue desde entonces el
rector de la enseñanza en el mundo musulmán. Hacia el siglo IX era indispensable egresar de una madrasa para ocupar un puesto
gubernamental.
No sólo la adquisición del saber -que es el modo de discernimiento entre lo prohibido y lo loable-, sino su transmisión, deviene en el
islam una obligación religiosa que lo convierte en antecedente histórico del esfuerzo por la democratización de la enseñanza. "La
sociedad islámica repudia al álim (sabio) que evita trasmitir su sabiduría a los demás".
El islam ha defendido la libertad de pensamiento, y reconocido los límites de la razón. Ella no puede cuestionar ni la unidad divina n i
la veracidad del mensaje de Mahoma. Desde su punto de vista la razón puede ser innata -cuando es un don divino- y adquirida -cuando
es resultado del esfuerzo individual y la experiencia-. De lo más valioso en el islam es su reconocimiento de la naturaleza práctica del
pensamiento y la educación, evidenciada en una tradición atribuida al Profeta: "Adquirid toda la sabiduría que podáis! ¡Pero Dios no
os compensará (todo lo que hayáis aprendido) hasta que traduzcáis vuestro saber en obras!".
Vestimenta De la Muje

Moral y familia en la cultura islámica


La moral que regulaba la conducta de la comunidad islámica tradicional se derivaba de la eticidad contenida en el Corán y en la
tradición del Profeta. Según éstas, ordenar el bien y prohibir el mal son un mandato divino. Todo musulmán tiene, en consecuencia,
la obligación de denunciar los actos contrarios al mismo. La tradición establecía las normas de cortesía, los gestos y palabras del saludo,
las felicitaciones para los buenos momentos y los consuelos para las pruebas de la vida. Establecía también los preceptos de todo
comportamiento, entre ellos, el uso de atuendos tradicionales y del turbante como símbolo de la dignidad del creyente y de su alianza
con el cielo.
El cumplimiento de la moral musulmana fue una función jurídicamente establecida en la comunidad islámica, y conferida en la
jerarquía ciudadana al almotacén o zabazoque, responsable de la aplicación de los valores éticos a la práctica de la vida cotidiana.
Inspeccionaba los pesos y medidas del mercado, la equidad en las transacciones comerciales, la calificación de las profesiones y era
árbitro de las disputas habidas entre patronos y empleados.
La comunidad islámica tradicional estableció por derecho divino la naturaleza patriarcal de la familia musulmana. Significa la autoridad
del padre o del abuelo sobre el colectivo familiar y la del marido sobre la esposa, que se deriva de la ley coránica según la cual "los
hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Dios ha dado a unos más que a otros y de los bienes que
gastan".
El status atribuido por la tradición islámica a las mujeres de su comunidad ha afectado su posición frente al matrimonio, al divorcio, al
derecho de herencia y al de prestación de testimonio, aunque se ha afirmado que ese status se deriva menos de la ley c oránica
propiamente dicha que de sus interpretaciones.

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