00 Cómo Derribar Gigantes Según La Biblia
00 Cómo Derribar Gigantes Según La Biblia
00 Cómo Derribar Gigantes Según La Biblia
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AGRADECIMIENTOS
Éste libro está basado en las victorias que alcanzó David sobre los gigantes
filisteos. Primero derrotó al gigante Goliat, y luego a través de sus valientes
soldados venció a cuatro gigantes más. Lecciones de sumo valor para nuestra
vida actual, pues cada uno de nosotros enfrenta diversos obstáculos y
adversidades en el camino de la fe.
El libro recoge no sólo el proceso de aquellas victorias, sino el significado de
los nombres involucrados, tanto de los personajes como de los lugares, por
ejemplo uno de los gigantes se llamaba “Isbi-benob” nombre que significa: El
que produce agotamiento. Fue precisamente esa su estrategia y la Biblia nos
dice que David estuvo a punto de morir, pero finalmente el gigante fue
derrotado.
Hallaras grandes lecciones de vida, sumamente útiles no solo para ti, sino
para aquellos que te rodean y para enseñar en grupos e iglesias.
Sin duda la mejor manera de enfrentar un gigante es creyendo con certeza que
Dios es más grande que él. Este aspecto nos recuerda que la fe obedece a
Dios, aunque el camino tenga gigantes y los muros a derribar sean altos y
fuertes, pues no se trata de la fuerza del creyente sino del poder de Dios
operando en su hijo.
Aquí encontrarás los siguientes temas:
David tenía plena certeza (fe) en el poder del Dios viviente, 1 Samuel
17:26
“Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán a
aquel hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel?
Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los
escuadrones del Dios viviente?”.
Debemos tener en cuenta que aquella fe de David estaba soportada en una vida
personal de adoración, él era por excelencia un adorador. Su espíritu se
enardecía al ver cómo aquel gigante filisteo provocaba al pueblo de Dios, y su
deseo era quitar el oprobio (vergüenza, insulto) de Israel.
También es muy interesante ver que empezando desde el rey Saúl hasta el
último soldado hebreo todos tenían miedo, sin embargo David declara lo que
en realidad son, él los ve como “los escuadrones del Dios viviente”.
Gigante filisteo, con una altura aproximada de tres metros. Soldado principal
de su ejército. Su nombre “Goliat” y la raíz de ésta palabra, nos permite ver
varios significados: El que toma cautivos y los despoja. Destierro (a quienes
lleva cautivos). Rebelión (no se sujeta a Dios y promueve la desobediencia).
Goliat era un filisteo. Los filisteos eran una nación guerrera, por eso con
frecuencia hubo guerra entre filisteos e israelitas. Los filisteos eran idólatras,
sus principales dioses eran Dagón, Astoret y Baal-zebub; siendo Dagón el más
importante para ellos. El mismo Goliat era adorador de aquellos dioses, 1
Samuel 17:42-43
Quizá el problema sea grande pero el poder de Dios siempre será mayor. Sin
espada en su mano David venció, entonces no se trata de nuestras capacidades
sino del poder del Señor.
Goliat cayó cuán grande era, el Señor respaldó a David. En esta batalla
podemos ver la importancia y poder de la fe en Dios, aprendemos que no
importa el tamaño del problema, o la altura del obstáculo, lo más importante
es confiar en el cuidado de Dios. Él nunca te desamparará.
La Biblia nos enseña que la vida y la muerte están en poder de la lengua, por
eso es tan importante cuidar lo que decimos. El diablo también conoce el
poder de las palabras, y por eso las usa para lanzar palabras de fracaso, de
ruina, y provocar la desobediencia del hijo de Dios con las tristes
consecuencias que esto implica. La palabra de Dios es fiel y poderosa, es una
espada en nuestra boca con la que podemos derrotar los poderes del enemigo.
Nos dice la Biblia que “Saúl y todo Israel oyendo las palabras del filisteo se
turbaron y tuvieron gran miedo”. La palabra “turbaron” desde el hebreo
traduce en primer lugar: postrar, derribar. Entonces toda su fe, seguridad y
fortaleza se vinieron abajo ante las palabras del gigante Goliat.
Goliat es “uno o aquello que infunde miedo”. Los filisteos fueron opresores de
Israel en diferentes periodos, generalmente se imponían sobre el pueblo
hebreo como consecuencia de su infidelidad a Dios (idolatría). Israel entonces
caía bajo el temor y les pagaba tributo o les servía.
Los filisteos usaban el temor de Israel para mantenerlos subyugados. Hay
situaciones que afligen al cristiano y éste piensa que nada puede cambiar su
situación, y el miedo no le permite salir de su condición.
Es muy importante tener en cuenta que David usó las palabras correctas ante
Goliat, incluso peleó contra aquel gigante en el nombre de Jehová de los
ejércitos, y vemos que el Señor le dio la victoria.
La Biblia nos dice respecto a los planes del diablo “No podemos ignorar sus
maquinaciones”. Mediante palabras el reino de las tinieblas procura detener al
hijo de Dios al generar miedo en su corazón, en contraste la palabra de Dios
genera fe y fortaleza para avanzar y alcanzar la bendición del Señor.
David era consciente de todas las armas que Goliat tenía, y en las cuales era
un experto guerrero. También éste versículo nos deja ver como David usa el
tremendo poder que hay en el nombre de Dios. Recordemos entonces que
Jesús nos dijo: “En mi nombre echarán fuera demonios”.
b) Su seguridad en lo que Dios le había dado. 1 Samuel 17:40-41, David antes
de ir a la línea de batalla va un arroyo cercano y escogió cinco piedras lisas y
las puso en su morral, y tomando su honda fue hacia el filisteo. David no pudo
usar la armadura del rey Saúl, porque era grande y él nunca había usado
aquellas cosas. Más bien utiliza la habilidad que Dios le había permitido
desarrollar mientras cuidaba las ovejas y las defendía del oso y el león.
Asunto que nos recuerda usar las armas espirituales que Dios nos ha dado.
Nuestra batalla hoy no es contra carne ni sangre sino contras espíritus
inmundos, ante los cuales debemos usar el poderoso nombre de Jesucristo
nuestro Señor, la espada del Espíritu que es la palabra de Dios, la sangre del
Cordero, la oración, el ayuno, etc. Además de servir al Señor con los dones
que él nos ha dado.
Así como Dios le dio la victoria a David, quiere el Señor que nosotros
derribemos a los gigantes que se oponen al plan de Dios en nuestra vida, o que
derribemos aquellos obstáculos que enredan nuestra vida estancando nuestra
avanzada. ¿Qué está generando hoy día temor en tu corazón? Dios está contigo
para traer libertad y bendición.
El miedo busca tener atado al cristiano para que no use lo que Dios le ha
dado. El miedo fabrica pinturas de caos, fracaso y ruina ante los ojos del
cristiano para que no pueda ver los maravillosos planes que Padre celestial le
ha diseñado.
1) Las victorias del pasado han sido entrenamientos para las batallas del
futuro (1 Samuel 17:34-35). Donde David le cuenta al rey Saúl como él pudo
vencer al oso y al león cuando venían contra las ovejas que cuidaba, y de igual
manera derrotaría a Goliat.
3) Haz tu parte y Dios hará la suya (1 Samuel 17:47 “Y sabrá toda esta
congregación que Jehová no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la
batalla, y Él os entregará en nuestras manos”).
La frase Jehová no salva con espada y con lanza nos recuerda las palabras de
Dios a través del profeta Hageo que también nos dice: “no es con ejército ni
con fuerza sino con mi Santo Espíritu”. David usó su honda y una piedra, él
hizo su parte y Dios hizo el resto. No tienes que hacerlo todo, haz lo que te
corresponde y él peleará por ti, porque de Jehová es la batalla.
Aquí veremos como derribar el gigante que impide el avance. La Biblia nos
dice que la palabra de Dios es una semilla que genera vida, salud, fortaleza,
bendición, etc. El reino de las tinieblas también tiene sus semillas, mediante
éstas busca hacer germinar y multiplicar la maldad, la muerte, la rebelión, el
odio, la ruina, y la desobediencia en el corazón humano. Sin embargo Dios nos
ha dado su Espíritu Santo y su palabra para tener vida y vida en abundancia,
no permitamos que el diablo se lleve lo que el Señor ha destinado para
nosotros.
El rey David estaba haciendo la voluntad del Señor, todas las cosas
marchaban muy bien, el ejército de David avanzaba y ningún enemigo podía
resistirse, pues siempre Dios será más grande.
La Biblia nos enseña de comienzo a fin que el Señor bendice a aquellos que
pelean sus batallas. Por ejemplo, nos dice la Biblia en 1 Corintios 15:58
“Hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
Éste versículo de Crónicas (20:2) nos deja ver una corona de oro de un talento
(el cual indica un peso de 34 kilogramos), y tenía además piedras preciosas.
Además los israelitas tomaron muy grande botín. Vemos pues que el Señor
recompensa a sus soldados, así que persevera, fortalécete en Dios y continua,
el Señor viene con recompensa. Nunca será en vano tu servicio a Dios.
“Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer contra los filisteos;
y Sibecai husatita mató a Sipai de los descendientes de los gigantes; y fueron
humillados”.
Como soldados del ejército de Dios debemos ser conscientes del poder y
autoridad que le Señor nos ha dado, así como no debemos ser indiferentes a
las trampas del enemigo. Dios por su Espíritu Santo nos revela y equipa para
derrotar a todo gigante que quiera venir contra nuestra vida o familia.
Es necesario que veamos al detalle varias cosas que éste versículo cuatro nos
enseña:
Vemos pues que aquel gigante Sipai estaba allí para estorbar e impedir las
funciones sacerdotales de los levitas (representa a aquel o aquello que procura
impedir el servicio, el ministerio, el ejercicio de los dones espirituales en
Cristo, etc).
Aquel gigante se llama Sipai. Éste nombre significa: Guardia del umbral o de
la puerta principal. Tazón o vasija que contiene. Vemos en primer lugar un
símbolo de aquel o aquello que impide el acceso o controla el paso. Un
objetivo de las tinieblas es impedir que la iglesia del Señor, y por tanto el
cristiano avance a nuevos niveles de fe y poder en Cristo.
En segundo lugar representa aquello que pone límites, estanca o busca retener
lo que Dios ha planeado dar. Por eso la figura de “vasija que contiene”. Todas
las bendiciones nos han sido dadas por su divino poder, nos dice la Biblia,
pero hay muchas bendiciones de Dios que no se han manifestado, esto puede
ser por un estorbo demoniaco.
Por ejemplo la mujer que andaba encorvada, y Jesús dijo: “Y a esta hija de
Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de
esta ligadura en el día de reposo? Lucas 13:16. Estuvo en esa condición por
dieciocho años en los que el enemigo le quitó la salud, el gozo y una vida
normal. Pero Jesucristo el Señor apareció para deshacer las obras del diablo.
Ellos querían considerar sus posibilidades, esto lo podemos ver pues al final
se lamentan por el gran tamaño de los gigantes y las inmensas murallas de
aquellas ciudades. Todo esto nos recuerda que la fe obedece al Señor aunque
el avanzar tenga gigantes y muros que derribar, ya que no se trata de fuerza
humana sino del gran poder de Dios.
Debemos tener presente que la fe camina por encima de los sentidos físicos, la
fe nos lleva a avanzar aunque el sendero sea complicado. Los espías israelitas
reconocen aquella buena tierra, pero ellos no creen que sea posible
conquistarla. Fueron a ver la tierra porque: “le pareció bien a Moisés” y a
ellos (versículo 23), pero lamentablemente lo que hicieron fue desanimarse y
desalentar al resto del pueblo hebreo.
Lo que ellos habían hecho no le pareció bien al Señor, pues esto era más bien
incredulidad y desconfianza en él. Los doce espías no estaban creyendo que el
Señor les daría una gran victoria sobre sus enemigos, ellos no avanzaron en la
perfecta voluntad divina.
Lamentablemente el pueblo de Israel pensó más en los gigantes y murallas
que en el inmenso poder de Dios.
Este pasaje bíblico nos hace reflexionar en varias asuntos: Ellos vieron a los
gigantes cananeos, pero no veían la grandeza del Señor. Además consideraron
las inmensas murallas, pero no el gran poder del Señor. La Biblia nos enseña
entonces que la muralla más poderosa no era la de Jericó, sino la de su propia
incredulidad.
Ellos dieron más valor a la duda que a la fe en las promesas del Señor. La fe
en Dios logra derribar gigantes y las más altas y poderosas murallas,
Deuteronomio 1:28-29.
La Biblia nos dice que Moisés declara: “Jehová vuestro Dios, el cual va
delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que
hizo por vosotros en Egipto” Deuteronomio 1:30. Algo así como si Moisés
dijera: “No miren el tamaño de los gigantes, miren la grandeza y poder del
Señor. Recuerden todo lo que él hizo, derrotó a faraón y su imperio, abrió el
mar rojo y allí murieron miles del ejército egipcio, Amalec y sus miles fueron
derrotados.
El Señor hizo milagros maravillosos en medio del desierto y ante sus diversos
enemigos, y todo esto lo ha hecho no para volver atrás, sino para avanzar y
conquistar ahora lo que él ha planeado para su pueblo.
El Señor guía a su pueblo, y lo lleva su perfecto plan. Tal vez el camino tenga
algunas dificultades que superar, pero él ha prometido a sus hijos la victoria,
él es fiel y no fallará, por eso avanza, no dejes de hacerlo el Señor va contigo,
y su poder te acompaña, todo gigante caerá.
Capítulo 3
DERRIBANDO A LAHMI, EL GIGANTE DE LA RUINA.
Uno de los nombres de Dios es “Jehová de los ejércitos” lo que nos deja ver
que él es guerrero, y que como cristianos somos parte de su ejército. La Biblia
nos enseña que tenemos una batalla espiritual, Jesucristo nos hado las armas
para vencer y es necesario ejercitarnos para mantener la actitud correcta frente
a esta realidad. En él avanzamos en victoria, pues está escrito “las puertas del
hades no prevalecerán contra mi iglesia”.
Ten fe, Dios te ayudará. Debemos tener presente una verdad espiritual: somos
soldados del ejército de Dios. Nos dice 1 Crónicas 20:5 “Volvió a levantarse
guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de
Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar”.
Cuando Jesús venció al tentador en el desierto, la Escritura nos dice que “el
diablo se apartó de él por algún tiempo” lo que de manera implícita nos está
diciendo que posteriormente el tentador volvió y lo tentó, por ejemplo a través
de los escribas y fariseos quienes nos dice la Biblia con preguntas tentaban al
Señor.
A medida que estos gigantes se levantaban, los soldados del ejército de David
no sólo se hacían más fuertes, sino que se volvían diestros y expertos en
derribar gigantes, entonces los gigantes que un día mantenían con gran temor a
Israel, ahora le temían al pueblo de Dios.
La fe es un arma poderosa.
La Biblia nos dice que Dios levantó a Elhanán quien derrotó al gigante Lahmi,
quien era hermano de Goliat. Éste tenía una gran lanza igual a la de su hermano
con la que quería infundir miedo, pero Elhanán fue a combatir con fe, como lo
hizo David, y así triunfó. Todo aquel que confía en Dios nunca será
avergonzado.
Siempre el poder de Dios estará disponible para todo aquel que cree. A Dios
le agrada que sus hijos confíen en él. Su mano poderosa siempre está presta y
atenta para socorrer a los suyos, él tiene cuidado de ti.
Nos dice la Biblia que no podemos ignorar las maquinaciones del enemigo,
éste siempre procura dañar y estancar los planes de Dios con sus hijos.
Debemos siempre ejercer el discernimiento y utilizar las armas espirituales
que el Señor Jesús nos ha dado, así avanzaremos en victoria, pues en Cristo
somos más que vencedores. Dios es nuestro escudo y fortaleza, él es nuestra
victoria.
Dios es tu victoria.
“Volvió a levantarse guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jair mató a
Lahmi, hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de
telar”. 1 Crónicas 20:5.
En primer lugar se nos dice que era hermano de Goliat geteo (gentilicio del
habitante de Gat, así nos dice 1 Samuel 17:4 “Goliat, de Gat”), gigante que
cayó derrotado por mano de David. Podemos decir que quizá actuaba en éste
gigante un espíritu de venganza. El odio, la ira y los deseos de venganza hacen
cometer locuras al ser humano.
Por ejemplo Absalón mató a su hermano Amnón vengando así el abuso que
cometió éste con su hermana Tamar; luego Absalón cosechó la muerte siendo
joven, y perdió todo derecho al trono y todos los beneficios como príncipe,
hijo del rey David.
El Nuevo Testamento nos dice: “No paguéis a nadie mal por mal… no os
venguéis vosotros mismos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito
está: Mía, es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” Romanos 12:17 y 19.
Representa entonces a aquel o aquello que quita o roba el pan del pueblo de
Dios, es lo que procura detener la provisión del cristiano. Su naturaleza bélica
nos describe su batalla continua por impedir la bendición financiera sobre los
hijos de Dios. Hablamos de escasez, ruina, ausencia de frutos. Fracaso y
decaimiento en los negocios y en el trabajo.
Podemos recordar además que el Señor Jesús dijo: “No sólo de pan vivirá el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Por tanto éste
gigante nos recuerda que las tinieblas procuran estorbar el alimento de la
palabra para el pueblo del Señor.
Éste gigante procura todos los medios posibles para que el cristiano no lea, ni
estudie, ni escuche la palabra del Señor, pues ésta es la que nutre y hace fuerte
al creyente.
El asta de su lanza era como un rodillo de telar, igual que la lanza que usaba su
hermano Goliat, nos habla de su gran tamaño, y cuyo objetivo era infundir
miedo. Pero así como Dios estuvo con David y le dio la victoria, estuvo con
Elhanán (soldado del ejército del rey David) quien derrotó a este gigante; y
como estuvo el Señor con ellos también está con nosotros para darnos la
victoria.
Este gigante fue derrotado por Elhanán, siervo de David, quien contó con el
respaldo de Dios. Cuando avanzas por la fe y confías en el poder y cuidado de
Dios, él no te dejará avergonzado. Seguramente el enemigo intentará estorbar
las bendiciones sobre tu vida, o intentará detener tu avanzada, pero Dios está
de tu lado, fortalécete en él y persevera el Señor te dará su victoria.
Nos dice 1 Crónicas 20:5 que “Volvió a levantarse guerra contra los filisteos,
y Elhanán el hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de Goliat el geteo, el asta de
cuya lanza era como un rodillo de telar”.
Podemos recordar aquí a José el hijo de Jacob, que aunque era esclavo de
Potifar y luego estuvo en la cárcel injustamente, el favor y la gracia del Señor
estaban con él, de manera que “fue varón prospero porque Dios estaba con él,
y todo lo que hacía Dios lo hacía prosperar en su mano” Génesis 39:2-3, 23.
Entonces el favor y la gracia de Dios nos hacen prosperar, avanzar, ascender,
triunfar, en medio de la dificultad.
Es necesario que como hijos de Dios y con el fuego del Espíritu Santo en
nuestro corazón no permitamos que el conformismo nos limite, que el miedo o
la pereza nos impida avanzar y conquistar las bendiciones que el Señor ha
planeado darnos. Adelante, el favor de Dios está contigo, pues eres su
hijo.
Cuando leemos la Biblia y vemos aquellas grandes cosas alcanzadas por los
hombres de Dios nos podemos preguntar ¿Por qué no veo eso en mi vida?
¿Cómo lograr lo que el Señor me ha prometido? También sabemos que Dios es
fiel y no miente, él es poderoso para hacer lo que dice, entonces nos damos
cuenta que él requiere fe y perseverancia en sus hijos.
Es importante destacar aquí la frase: “hablaron mal entre los hijos de Israel,
de la tierra que habían reconocido”. El miedo y la incredulidad nos llevan a
hablar mal, es decir decimos cosas contrarias a las que Dios ha dicho,
magnificamos el tamaño de los gigantes y exaltamos la altura de los muros,
haciendo más grande el problema.
A pesar de haber caminado cuarenta años por el desierto con los demás, Caleb
tuvo actitudes que debemos valorar hoy día:
a) No caminó como los demás quejándose (aunque pudo haber dicho cosas
como: ¿Por qué debo caminar éste desierto si los rebeldes fueron ellos? ¿Por
qué debo esperar cuarenta años? O quizá podía estar enojado con todos ellos
pues al final ellos impidieron su conquista personal, etc).
d) Caleb sigue creyendo que Dios lo usará a él para cumplir lo que le había
prometido.
El texto nos enseña que Caleb recibió ésta ciudad “por cuanto había seguido
fielmente a Dios”. Aquella ciudad se llamaba Quiriat-arba porque Arba fue su
fundador (Arba es el padre de Anac, padre de los gigantes).
Ésta ciudad que era de los gigantes vino a ser de Caleb, él expulsó a estos
hombres de gran estatura porque Dios estaba con él, ésta ciudad se llamó
Hebrón que significa: amigo, también se le conoce como: Casa del Amado.
Allí fue sepultado el amigo de Dios: Abraham, y es la segunda ciudad más
importante de la religión judía después de Jerusalén.
Varios gigantes habían caído por mano de David y de sus generales, pero un
nuevo gigante viene contra el pueblo de Dios. De hecho el nombre satanás
desde el hebreo significa en primer lugar “adversario” “uno que se opone”.
Hablamos de uno que continuamente procura todos los medios necesarios para
estorbar y detener la obra de Dios y el avance de sus hijos.
Dios es quien nos capacita con su poder y autoridad para vencer. El Señor
bendijo a Adán con la bendición de la tierra, pero al desobedecer perdió los
privilegios; sin embargo Jesucristo vino a restaurar todas las cosas, y por él
podemos no sólo derrotar los obstáculos, sino cosechar las mejores
bendiciones.
Como nos enseña la Biblia no hay gigante ni obstáculo más grande que nuestro
Dios. Como nos dice la Escritura debemos avanzar “puestos los ojos en
Jesús”, él es nuestra inspiración y fortaleza.
Algunas veces por la tentación o por estrategias del enemigo el cristiano toma
el camino equivocado, y ante la ausencia de la luz de Dios el creyente tropieza
y el dolor es cosecha de su camino. Las tinieblas siempre pagan mal y por eso
Dios nos alienta a seguir su camino, Cristo es la luz verdadera y quien lo sigue
no tropezará, más bien las bendiciones le seguirán.
La luz de Dios debe iluminar nuestro camino.
Aquí podemos ver que aquel gigante no tenía nombre, a diferencia de los
anteriores, como: Goliat, Sipai y Lahmi. El hecho de que sea desconocido su
nombre nos permite concluir que trabaja solapadamente, encubiertamente, no
revela sus verdaderos propósitos, sino que trabaja de manera disimulada.
Trabaja en secreto carcomiendo la fortaleza espiritual y la pasión del cristiano
por Dios.
Es muy interesante tener en cuenta que tenía seis dedos en cada una de sus
extremidades, para un total de “veinticuatro dedos por todos” nos dice la
Biblia.
En la Escritura el número seis hace referencia a lo humano, es el número
imperfecto (pues el perfecto es el número 7); es el humanismo que desplaza a
Dios; el 666 es el número del anticristo, entonces se hace referencia aquí a
aquel o aquello que no está alineado con Dios, no está de acuerdo con el
diseño del Señor, se opone a Dios.
Concluimos entonces que éste gigante representa todo aquel o aquello que
trabaja socavando la autoridad y gobierno de Dios en la iglesia, atenta contra
el diseño divino, se levanta contra el mover del Espíritu Santo y todo aquello
que promueva el verdadero y genuino culto al Señor.
Nos dice además el texto que aquel gigante cayó ante Jonatán, pues finalmente
prevalece el poder de Dios ante la fe y valentía de sus hijos. Ya que su
estrategia fue encubierta, nos recuerda la importancia de hacer todas las cosas
a la luz de Dios, el poder de las tinieblas está en lo oculto, pero Dios ama la
verdad en lo íntimo del corazón, y reflejada en la vida diaria.
Este pasaje nos deja ver el arma y estrategia de aquel gigante que tuvo
enfrentar Jonatán (siervo del rey David). La Biblia nos dice que “injurió a
Israel” el pueblo de Dios. La palabra injuriar aquí se traduce del término
hebreo “Jarap” que además significa: criticar, blasfemar, difamar, avergonzar.
Este gigante cayó ante Jonatán, hijo de Simea. Su nombre Jonatán significa:
Dios ha dado. Dios ha establecido; y Simea significa: proclamación,
testimonio, palabra. Al unir estos significados podemos resumir que Jonatán
hijo de Simea significa: Dios ha dado su testimonio, Dios ha establecido su
palabra; y fue ante este que cayó el gigante. Así también fue como Cristo
venció al tentador, diciendo: “Escrito está”.
Leamos 1 Crónicas 20:8 “Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los
cuales cayeron por mano de David y de sus siervos”. David venció al primero
de los gigantes llamado Goliat, y ahora sus siervos, sus generales o capitanes
de su ejército han derrotado a los descendientes de los gigantes. La unción
para derribar gigantes ahora estaba sobre todo su ejército.
El pueblo y el ejército que les temía a los gigantes, ahora ha sido adiestrado
para enfrentarlos y vencerlos, ahora conquistarían las tierras que aquellos
gigantes habían dominado.
Por la autoridad de Cristo, por su poderosa palabra, por la unción del Espíritu
Santo y por la victoria en la cruz, como iglesia debemos avanzar y proclamar
la buena obra de Dios a favor de su pueblo.
La valentía es necesaria.
Al considerar las palabras de Dios a Josué vemos que no le dijo: “Yo te haré
valiente” sino “sé valiente”. Fue un encargo de Dios, él tenía que decidirse
por actuar de manera valiente ante el desafío que tenía delante: conquistar la
tierra prometida.
Debemos tener claro que es Dios la fuente de nuestra fortaleza. Los diferentes
significados de la palabra valiente, nos deja ver ciertas perspectivas, por
ejemplo:
Es muy interesante ver los versículos que rodean el pasaje leído, veamos
entonces Josué 1:5 y 8. En estos versículos Dios añade dos cosas muy
importantes:
Versículo 5: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como
estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”.
Versículo 8: “Este libro de la ley nunca se apartará de tu boca, sino que de día
y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que
en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien”.
Dios tenía el poder para derribar a los gigantes de Canaán y los poderosos
muros de sus ciudades, también podía derribar al gigante Goliat, pero él
requirió la valentía de David y de Josué, el Señor es todopoderoso pero
quiere actuar y moverse a través de ti, esfuérzate y se valiente, porque tu
valentía irá acompañada de señales sobrenaturales de Dios a tu favor.
Ser valiente no significa ausencia de temor, más bien nos habla de aquella
virtud por la que un cristiano avanza a pesar de sus dudas o miedos, pero lo
hace porque su confianza en Dios es mayor y cree que cumplirá lo que ha
dicho.
“Y cuando llegaron los días en que David había de morir, mandó a Salomón su
hijo, diciendo: Yo sigo el camino de toda la tierra; esfuérzate, y sé hombre.”
Podemos ver una gran similitud entre éste pasaje y las palabras que Dios le
dijo a Josué. David va a morir y su hijo va a heredar el reino, y ante esto debe
ser valiente. Las grandes cosas de Dios requieren valentía de sus hijos. El
tamaño de tu valentía está determinado por el tamaño de lo que vas a recibir.
Deseamos grande cosas de Dios, esto debe recordarnos que también se
requiere un carácter valiente.
Antes de vencer a Goliat David venció a muchos leones y osos que venían
contra las ovejas que cuidaba, allí fue entrenado. Josué peleó contra Amalec, y
así sucesivamente; vemos pues que las experiencias que hoy día son duras,
difíciles o dolorosas no son otra cosa que un entrenamiento de Dios en el que
se desarrolla un carácter valiente capaz de soportar la gloria que viene.
“Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón
perfecto, y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de
todos, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscares, lo
hallarás; mas si lo dejares, Él te desechará para siempre. Mira, pues, ahora
que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para santuario; esfuérzate, y
hazla. Entonces David dio a Salomón su hijo el diseño del pórtico, de sus
casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y del lugar del
propiciatorio”.
Éste templo sería construido siguiendo el modelo revelado por Dios mismo a
David, sin duda era un gran proyecto que demandó siete años de construcción.
Misión que sin duda requirió valentía por parte de Salomón, por eso su padre
antes de morir le dijo: “Esfuérzate y hazlo”.
Dios es aquel que nos unge con su poder para derrotar todo obstáculo y
enemigo, en él siempre venceremos. Él nunca deja a sus soldados tirados en el
campo de batalla. Ante el cansancio lo que debemos hacer es doblar nuestras
rodillas en la presencia de Dios para recibir nuevas fuerzas.
No nos dice la Biblia cuanto tiempo había transcurrido el rey David en paz,
pero volvieron los filisteos a hacer guerra contra el pueblo de Dios. El rey
David desciende con sus soldados y comienza la batalla contra los filisteos.
La Biblia tampoco nos dice cuanto tiempo llevaba aquella batalla, pudo haber
sido horas, días, semanas, etc, pero sí añade la Escritura una expresión muy
importante: “David se cansó”.
En éste caso David enfrenta otro gigante llamado Isbi-benob, su lanza pesaba
trescientos siclos, y tenía una espada nueva. Es interesante que según 1 Samuel
17:7 la lanza de Goliat pesara 600 siclos, es decir el doble de la lanza de Isbi-
benob. Podemos pensar: Sí David venció al que tenía la espada más grande (el
doble del peso) pues fácilmente derrotaría a éste siguiente gigante.
El versículo dieciséis nos dice que éste gigante estaba prevaleciendo sobre
David y por eso trato de matarlo, de hecho tuvo que venir uno de sus soldados,
Abisai, a ayudarle.
Podemos ver una figura o símbolo cuando la Biblia nos dice que éste gigante
vino con “una espada nueva” ya que la espada indica batalla, al ser nueva
podemos decir que el enemigo buscó una nueva estrategia contra David,
aunque su lanza sólo pesaba la mitad de la lanza de Goliat, éste gigante utilizó
el desgaste, el cansancio o agotamiento contra David, y estaba dando
resultado.
a) Respiración.
b) Que toma cautivo o preso.
c) Mi casa es Nob.
El rey David fue un hombre valiente, una gran y diestro guerrero, pero en
medio de la batalla un día se cansó y por poco muere. A veces ante el exceso
de ocupaciones y velocidad de vida en el mundo de hoy descuidamos nuestra
comunión con Dios, y eso genera debilidad espiritual y nos hacemos
vulnerables al enemigo. Por eso nos dice la Biblia: “Fortaleceos en el Señor
siempre”. Jesucristo es nuestra fortaleza, refugio y escudo…
Jesús dijo: “El ladrón no viene sino para matar, hurtar y destruir” Juan 10:10,
revelando las obras del diablo contra los hijos de Dios. El enemigo procura
diversas estrategias para impedir la bendición y vida de Dios, busca robar o
quitar lo que Dios da, además de intentar desaparecer o hacer perder lo
alcanzado por el cristiano (esto es destruir).
Dios es Aquel que nos fortalece y nunca nos abandona, 2 Samuel 21:17 nos
dice: “Más Abisai hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo
mató”.
Abisai hijo de Sarvia vino y ayudó a David, y aquel gigante cayó muerto. Nos
dice además la Biblia que los soldados de David juraron que nunca más
saldría él a la batalla no sea que lo alcanzare la muerte y se apagaría su
reinado y los planes de Dios con él. Por delante quedaban muchos años de
reinado para David, además del nacimiento y formación de su hijo Salomón, y
la encomienda de la construcción del templo para el Señor.
Abisai hijo de Sarvia fue quien ayudó a David. El nombre Abisai significa:
Regalo del padre; y Sarvia significa: bálsamo. Hablamos de aquel enviado por
Dios, que nos ayuda, nos anima, nos hace ver que error estamos cometiendo en
la batalla y nos alienta, es como un bálsamo o aceite que trae alivio y nuevas
fuerzas.
Así como David se cansó en medio de la batalla puede ocurrir con nosotros,
no debemos descuidar este aspecto tan importante de nuestra vida espiritual,
vamos a la presencia de Dios y renovemos nuestra fuerza y fe en el Señor,
Dios es más grande que todo gigante.
(Recuerda que puedes conocer los 30 libros que hemos publicado aquí en:
Página de Escritor Pastor Gonzalo Sanabria.).
Capítulo 6
¿CÓMO SUPERAR LOS OBSTÁCULOS?
“Oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre Israel,
subieron todos los filisteos para buscar a David; y cuando David lo oyó,
descendió a la fortaleza. Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el valle
de Refaim”.
Los filisteos se enteran de que David había sido ungido rey de Israel entonces
vienen a hacer guerra contra él. Cuando Dios nos da algo nuevo, o avanzamos
a un nuevo nivel, el enemigo procurará estorbar el plan de Dios con nosotros.
Los filisteos vinieron a Refaim cuya palabra significa “valle de los gigantes”,
los refaitas eran gigantes, recordemos que Goliat era un filisteo. Seguramente
se sentían seguros y ganadores al pelear allí. David enfrenta entonces un
problema o un obstáculo a superar.
Ya habían tenido una batalla, pero Dios continúa formando en David y sus
hombres su carácter. En el camino del Señor vendrán otras resistencias y
momentos que superar, detrás de todo eso, hay nuevas lecciones del Señor
para sus hijos. La actitud correcta no es renunciar, sino madurar. El enemigo
de la madurez cristiana es la obstinación, la autosuficiencia, el yo. Pero,
someternos a Dios honra su Nombre y es bendición para nosotros.
Tener valor, 2 Samuel 5:25 “Y David hizo como Jehová se lo había mandado;
e hirió a los filisteos desde Geba hasta llegar a Gezer”.
A veces ante las dificultades u obstáculos, la respuesta es huir, renunciar, o
dejarlo todo; pero en realidad esto es lo más fácil. David opto por batallar con
las fuerzas de Dios. Él persiguió a sus enemigos, desde Geba hasta Gezer (una
distancia aproximada de 30 kilómetros, unos dos días de viaje y persecución).
Con cierta frecuencia nos cuesta creer o pensar que aquellas grandes promesas
de la Biblia también sean para nosotros, o cuando Dios habla de grandes
planes y proezas el creyente generalmente duda. El miedo también aparece
diciendo “no es posible” “todo va a ser un fracaso” “¿y si todo sale mal?” etc.
Pero Jesús dijo: “para el que cree, todo le es posible”.
“Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron, y tuvieron
gran miedo” “Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y se
presentó por cuarenta días” “Y todos los varones de Israel que veían aquel
hombre, huían de su presencia, y tenían gran temor”
Recordemos que el libro de proverbios nos dice: “El temor del hombre
pondrá lazo, más el que confía en Jehová será exaltado” (Proverbios 29:25).
El más grande enemigo de Israel no era el ejército filisteo, ni el gigante Goliat
sino su propio miedo. Aquel miedo los tenía paralizados y por cuarenta días
nadie salía a hacerle frente.
El versículo once nos dice: “oyendo Israel las palabras del filisteo, se
turbaron y tuvieron gran miedo”. Vemos el gran efecto que tienen las palabras
en las personas, en este caso “ellos se turbaron” esto quiere decir se
asustaron, se quedaron pasmados o aterrorizados. “Tuvieron gran miedo”
aquel miedo generó en ellos una parálisis espiritual y física, nadie salía del
campamento hebreo a enfrentar al gigante.
Cuando decides creer en Dios tus pies avanzaran hacia el plan del Señor para
tu vida (fue lo que hizo David, y como está escrito: “Todo aquel que en Él
creyere nunca será avergonzado”).
Otra reacción ante el miedo es huir. Nos dice el versículo 24 que “los varones
de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor”.
Una manera de huir es evitar o esconderse. El miedo hace que las personas
eviten enfrentar desafíos que Dios pone por delante, ellos evitan asumir
liderazgo o el ejercicio de los dones que el Señor les ha entregado.
Ante una crisis familiar puede concluirse que huir es lo mejor, pero en
realidad lo mejor es perseverar de la mano de Jesucristo, pues él nunca te
fallará. Es así como derrotaremos a los gigantes.
Vemos que David decidió creer en el poder de Dios y avanzó contra Goliat y
Dios recompensó su fe dándole una gran victoria. La fe es como un motor que
nos hace avanzar, es aquella fuerza que nos impulsa a continuar porque el
corazón está confiado en la victoria que Cristo dará. La fe en Dios es la
principal arma para derrotar el miedo. Avanzar caminando sobre las palabras
del Señor es seguro.
Dios está de tu lado, él te ha equipado con las armas para vencer, de hecho
obtuvo Jesús la victoria en la cruz y nos ha dado su autoridad para avanzar en
su nombre y conquistar lo que él ha planeado para nuestra vida.
Esperamos que este libro haya sido de tu agrado.
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Muchas gracias.