El documento discute la importancia de promover la salud mental y desarrollar la resiliencia en adolescentes para enfrentar problemas como la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento. También expone que fortalecer la resiliencia en estudiantes es crucial para mejorar su salud mental y prevenir consecuencias negativas a futuro.
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El documento discute la importancia de promover la salud mental y desarrollar la resiliencia en adolescentes para enfrentar problemas como la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento. También expone que fortalecer la resiliencia en estudiantes es crucial para mejorar su salud mental y prevenir consecuencias negativas a futuro.
El documento discute la importancia de promover la salud mental y desarrollar la resiliencia en adolescentes para enfrentar problemas como la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento. También expone que fortalecer la resiliencia en estudiantes es crucial para mejorar su salud mental y prevenir consecuencias negativas a futuro.
El documento discute la importancia de promover la salud mental y desarrollar la resiliencia en adolescentes para enfrentar problemas como la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento. También expone que fortalecer la resiliencia en estudiantes es crucial para mejorar su salud mental y prevenir consecuencias negativas a futuro.
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Dentro del marco mundial, la OMS (2021) sigue promoviendo la salud
mental en la población adolescente, buscando fortalecer la capacidad para
regular sus emociones y desarrollar la resiliencia al “gestionar situaciones difíciles”. Puesto que, encontró que la depresión, ansiedad y trastornos del comportamiento son parte de las causas más frecuentes de malestar y afectación entre los jóvenes. A su vez, se estima que una de cada diez personas, de 10 a 19 años, sufre algún tipo de trastorno mental, las mismas que perjudicarían el desarrollo de una vida plena a largo plazo. Y, donde el suicidio está considerada como la cuarta causa por el cual jóvenes de entre 15 a 29 años fallecen. Aspectos que demuestran la necesidad de intervención desde la promoción y prevención, aprovechando los espacios de la comunidad o escuela para ejecutar estrategias en pro del bienestar de la juventud, especialmente de aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad. En el contexto nacional, la investigación doctoral de Carmen (2021) revela un hallazgo significativo, pues informa que el Perú se encuentra en el quinto puesto dentro del ranking de resiliencia a nivel de Sudamérica (p.38). Este dato proyecta una perspectiva alentadora respecto a la capacidad de adaptación y recuperación del país frente a adversidades. No obstante, es necesario reconocer que existen múltiples aspectos susceptibles de mejora en el ámbito de la resiliencia. Por ello, el presente trabajo académico tiene como propósito contribuir con un recurso adicional que fortalezca la resiliencia en los alumnos de educación secundaria de la Institución Educativa Jorge Chavez Dartnell 3062, ubicada en el distrito de Comas, Perú. Al mismo tiempo, se puede exponer que la resiliencia es crucial para prevenir el suicidio, ya que permite a las personas enfrentar adversidades extremas y mantener la esperanza, ayudándoles a superar crisis y pensamientos suicidas de manera efectiva. Tal como se menciona en la tesis de Quispe (2020) se ha observado que en adolescentes de escuelas públicas en Los Olivos, Lima, durante el año 2020, aquellos con niveles altos de resiliencia tienden a tener menores índices de pensamientos o comportamientos suicidas. Esto sugiere una correlación negativa entre la capacidad de adaptación psicológica de los jóvenes y su propensión a considerar o intentar el suicidio. Sin embargo, los adolescentes que asisten a escuelas públicas y provienen de familias de estatus socioeconómico medio bajo enfrentan desafíos particulares debido a su diversidad cultural y antecedentes migratorios. La falta de resiliencia en estos jóvenes los hace vulnerables a las adversidades diarias y problemas psicosociales, lo que puede comprometer su estabilidad emocional y llevarlos a conductas autodestructivas o incluso suicidas. Por lo tanto, fortalecer la resiliencia en estos adolescentes es crucial para mejorar su salud mental y prevenir consecuencias negativas. Por su parte, en el entorno o contexto educativo actual, marcado por rápidos cambios y desafíos de manera constante, la resiliencia se ha convertido en una habilidad esencial para los estudiantes. Más allá de la adquisición de conocimientos académicos, la capacidad de adaptarse y superar las adversidades es crucial y de suma importancia para su desarrollo y éxito a futuro. Sin embargo, cabe mencionar que no todos los estudiantes cuentan con la capacidad para desarrollar dicha capacidad adaptativa. La incidencia se refiere a la frecuencia con la que los estudiantes enfrentan desafíos que afectan su capacidad de ser resilientes, lo que puede generar problemas de salud mental y estrés académico. Tal como se mencionó en la tesis de Reyes y Romero (2023) La gran mayoría de alumnos actualmente consideran que la etapa escolar está llena de estrés, debido a que día a día viven con mucha preocupación por tratar de cumplir con sus demandas académicas como tareas, trabajos grupales, exposiciones o exámenes. Cabe recalcar que a esto se le suma presiones personales y familiares por conseguir un resultado excelente en su rendimiento académico, lo que provoca un conjunto de síntomas negativos en su salud mental (p. 18). Continuando con el tema respectivo, en la trascendencia del problema se ve reflejada el impacto a largo plazo en el bienestar y desarrollo de los estudiantes. Por lo que los escolares pueden presentar dificultades emocionales, psicológicas, sociales y un impacto en el futuro profesional, debido a limitaciones en la elección de carreras profesionales y desventajas en la competitividad laboral, por falta de una resiliencia sólida y habilidades de adaptación. En la tesis de Diaz Wong (2021) menciona que los escolares resilientes pueden usar lo que se considera dañino o perjudicial como una base sólida para generar autoaprendizaje y desarrollo personal. Posteriormente a situaciones o escenarios en donde tuvieron el coraje de aprender y adaptarse a los momentos difíciles de la vida. Por lo que dicha habilidad mejora y refuerza su madurez mental y genera la responsabilidad de asumir un crecimiento personal a futuro (p. 15) Por otro lado, Campuzano (2019) comenta que es fundamental trabajar con los niños desde temprana edad para que puedan desarrollar esta habilidad de manera saludable, ya que un niño con una autoestima positiva se convertirá en un adulto con una alta resiliencia (p.3). Ignorar la importancia de fomentar una autoestima saludable en los niños puede resultar en adultos con menor resiliencia, lo que afecta no solo su bienestar personal sino también su contribución a la sociedad. La inversión en el bienestar emocional de los niños es, por tanto, un aporte al progreso comunitario a largo plazo y la contribución de todos para este problema es igualmente necesario. Es por ello que, la resiliencia dentro de la etapa de la adolescencia se describe principalmente como la capacidad de respuesta frente a situaciones o acontecimientos difíciles, estresantes o adversos muchas veces en la cotidianidad; sin embargo, también hace énfasis a la capacidad de adaptación a consecuencia de un evento traumático o estresante. Según Gorrotxategi (2023) hace referencia de la resiliencia tiene otro contraste fuera de la problemática o situación difícil analizándolo más como un camino largo, gradual y ascendente, considerando que muchos expertos tomaron esto como un antídoto de la epidemia sobre los problemas de la salud mental, obteniendo como relativo sobre el conjunto de habilidades socioemocionales que configuran la resiliencia.