Sermón MiM Junio 2024
Sermón MiM Junio 2024
Sermón MiM Junio 2024
Junio 8, 2024
SERMÓN
El Dios Que Te Ve
Escrito por Edith Ruiz-Espinoza
TALLER
MINISTERIO DE LA MUJER
Saludos calurosos. Este mundo ha cambiado rápidamente en los últimos años. Parece que
cualquiera puede saber de nosotros. Los lugares que visitamos en línea, los lugares que
visitamos en persona o en nuestros automóviles, nuestras preferencias en el supermercado, y
nuestras donaciones caritativas; incluso nuestros teléfonos móviles rastrean cada uno de
nuestros movimientos y elecciones. Mas aún, los anunciadores cuentan con que la inteligencia
artificial sepa más sobre nosotros que nosotros mismos. Pero la inteligencia artificial y los
algoritmos no pueden medir, predecir ni satisfacer las necesidades espirituales de nuestros
corazones.
El tema del Día de Énfasis de Ministerio de la Mujer (DEMM) es “El Dios Que Te Ve”. Escrito
por Edith Ruiz-Espinoza, directora de Ministerio de la Mujer de la División Interamericana, el
sermón nos recuerda que Dios nos ve vagando por los “desiertos” de nuestras vidas, en el
dolor de los sueños y las relaciones perdidas, y en nuestra vergüenza cuando hemos fallado.
No sucede nada que Dios no se dé cuenta. Él es "El Dios que te ve". Él nos “sigue” y está
atento a nuestras necesidades. Él ve todo lo que sufrimos y todo lo que pasamos; todo lo
que somos y todo lo que llegaremos a ser confiando únicamente en su fuerza. El taller, “La
Niña de Sus Ojos”, nos muestra siete maneras en que Dios nos cuida de manera especial.
Nuestra oración es que veas como Dios te cuida y que cerca esta de ti. Que prestes atención
a Dios obrando en tu vida y que mantengas tus ojos enfocados en Él.
Heather-Dawn Small
Directora de Ministerio de la Mujer
12501 Old Columbia Pike, Silver Spring MD 20904-6600 USA • Office (301) 680 6608 • women.adventist.org
Tabla de Contenido
Tabla de Contenido.............................................................................................................. 3
Notas del Programa ............................................................................................................. 3
Acerca de la Autora.............................................................................................................. 4
Referencias Bíblicas .............................................................................................................. 4
Bosquejo del Culto Divino ................................................................................................... 5
Rincón Infantil ....................................................................................................................... 6
Sermón ................................................................................................................................... 8
Taller .................................................................................................................................... 14
Edith está casada con el pastor Isaías Espinoza y tienen dos hijas, Sarai y Rachel, ambas
casadas, y un nieto y una nieta. Además a ella gusta escribir, viajar y hacer ejercicio.
Sus mayores deseos son formar una familia temerosa de Dios, servir a Jesús en todo momento
y ver su pronto regreso.
Referencias Bíblicas
Todos los versículos de las Escrituras utilizados por el autor en este paquete están citados de la
versión Reina Valera, a menos que se indique lo contrario.
Los versículos marcados como (RVC) son tomados de la Reina Valera Contemporánea (RVC).
Los versículos marcados como RV 1960 son tomados de la Reina Valera 1960.
Llamado a la Adoración
Oración Inicial
Oración Pastoral
Música Especial
Sermón
Oración Final
-Fin-
¿A quién le gusta la lluvia? ¡Sí, muchos de ustedes! Cuando hace calor, la lluvia baja la
temperatura y es refrescante. Los niños quieren jugar bajo la lluvia, mojarse y refrescarse.
Fredy era un niño al que le encantaba la lluvia. Le gustaba mojarse bajo la lluvia y jugar con los
niños de su barrio cuando llovía. Ellos corrían de un lado a otro de la calle; chapaleaban en el
agua con los pies; e intentaban ver quién tomaba más agua de lluvia abriendo la boca.
Estaban felices en los días de lluvia.
Un día que estaba lloviendo, después de jugar un rato, Fredy se alejó un poco de sus amigos y
comenzó a correr hacia atrás. Por supuesto, no estaba mirando hacia dónde iba y no notó un
hoyo profundo en la calle que se había llenado de agua. Debido a que había llovido mucho la
noche anterior, el hoyo se hizo cada vez más profundo, y casi no se veía. De repente Fredy
cayó al profundo hoyo. Los niños seguían jugando bajo la lluvia y nadie lo vio caer, excepto un
niño que apenas estaba aprendiendo a hablar.
Fredy era de baja estatura y el hoyo era estrecho, profundo y estaba lleno de agua. Él no podía
mover los brazos para salir. Poco a poco empezó a hundirse. Al ver a Fredy desaparecer en el
hoyo, el niño corrió a contárselo a los demás, pero nadie escuchó. Se estaban divirtiendo
demasiado riendo y gritando. Pero alguien estaba escuchando al pequeño y observando a
Fredy quien intentaba escapar del hoyo. ¿Quién crees que era? Sí, Jesús estaba escuchando y
mirando.
A medida que Fredy se hundía más y más, la luz se bloqueó y el hueco se volvió oscuro.
Entonces el agua cubrió la cabeza de Fredy. El siguió pataleando fuertemente con las piernas
para salir del agua porque estaba desesperado por respirar. Los otros niños siguieron jugando
sin darse cuenta de que Fredy no estaba con ellos. No sabían que se estaba hundiendo en el
profundo hoyo lleno de agua. Casi sin fuerzas, Fredy se hundió bajo el agua.
De repente, Freddy sintió una mano grande y fuerte que lo agarraba y comenzaba a sacarlo
hacia la superficie del hoyo, y cada tirón del brazo de Fredy era más fuerte que el anterior.
En ese mismo momento, los demás niños notaron a Freddy y se apresuraron a averiguar por
qué estaba tirado en medio de la calle. Freddy les contó lo sucedido y les preguntó si habían
visto al anciano que lo había sacado del hoyo. Ninguno de los niños había visto pasar a nadie,
y mucho menos a un anciano.
Fredy entonces entendió que Dios lo había salvado, que Dios lo había visto en problemas en el
pozo de agua, y envió un ángel en forma de anciano para rescatarlo.
Hoy es bueno que recuerdes que cualquier situación que enfrentes, por difícil que parezca,
Jesús te ve y sabe qué hacer. Además, recuerda que tu ángel guardián siempre está a tu lado
dispuesto a hacer lo que Dios ordene, a hacer lo que sea necesario para salvarte.
Oremos.
-Fin de la historia-
1. DIOS TE VE EN TU DESIERTO
Introducción
Una caracterísMca impresionante de la naturaleza son los desiertos. El mundo Mene muchos
desiertos, pero el desierto de Atacama en América del Sur es considerado el más árido del
planeta. Es una meseta desérMca, una franja de Merra de aproximadamente 1,600 kilómetros
(1,000 millas) que se exMende a lo largo de la costa del Pacífico, al oeste de la cordillera de los
Así como Rizpa en su dolor, Dios también ve tus tragedias. Dios ve tus lágrimas cuando tu vida
está fuera de control. Dios no planea tu dolor, sino que ha dispuesto un Mempo para todo,
incluso un Mempo para llorar (Eclesiastés 3:1 y 4). Saber que Dios Mene el control no siempre te
quita el dolor, pero te dará paz y esperanza. Dios brinda sanidad emocional, [sica y espiritual, y
te recuerda que «todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados» (Romanos 8:28). Dios ve tu dolor y transforma tu dolor en una bendición. Dios te
dará fuerza en tu dolor porque ve tu necesidad y te restaura.
Pero Dios vio a Rizpa. Dios era su fuerza. Dios era su luz. Dios la sostuvo en sus manos. Él es el
Dios que ve. Dios restauró a Rizpa a través de su tragedia, porque el agua llenó la Merra después
de un largo Mempo sin lluvia, y el rey David enterró Mernamente los cuerpos de sus hijos en la
tumba de Cis, el padre de Saúl, el abuelo de ellos (vers. 13 y 14).
3. DIOS TE VE EN TU VERGÜENZA
Introducción
Todos en algún momento de la vida hemos senMdo vergüenza por algo que hicimos o dijimos.
Incluso naciones enteras han sufrido vergüenza, como lo hizo Brasil la noche en que lamentaron
la derrota más vergonzosa jamás registrada en su deporte nacional, el fútbol. Fue una goleada
de 7 a 1 contra Alemania en la semifinal de la copa del mundo de 2014. Pero este Mpo de
vergüenza no es la más significaMva que pueda experimentar una persona.
«La vergüenza es el senMmiento o experiencia intensamente dolorosa de creer que tenemos
defectos y, por lo tanto, somos indignos de aceptación y pertenencia».1
Así como la mujer adúltera en su vergüenza, Dios mira y ve tus fracasos. Él ve lo que te
preocupa, lo que te hace senMr insegura o indigna, lo que te hace llorar. Puede que sólo tú
conozcas tu vergüenza, pero Él la ve. Sin embargo, Dios no te condena. Él no te culpa. Él no te
criMca. En cambio, Él te cubre con amor y perdón, luego te restaura y te transforma. Solamente
al tener un encuentro personal con Jesús podemos encontrar la alegría y saMsfacción plena, por
eso recordemos siempre mirar a Jesús.
Dios vio a la mujer adúltera. Dios era su fuerza. Dios era su luz. Dios la sostuvo en sus manos.
Él es el Dios que ve. Y cuando Dios mira, hace algo con respecto a lo que ve.
Tu promesa
Reclama esta promesa de Dios para M.
«Así dice la Escritura: “Todo el que con[e en Él no será defraudado”» (Romanos 10:11,
NVI).
4. DIOS TE VE A TI EN TU TORMENTA
Una mujer llamada Edith tenía previsto tomar un vuelo en avión. Aunque el clima ese día no era
favorable, la aerolínea decidió que el vuelo se llevaría a cabo. En la pista, el piloto esperó bajo la
fuerte lluvia del cielo oscuro y nublado. Finalmente, el avión despegó en medio de aquella
fuerte tormenta. A medida que ascendía, entró en las densas nubes negras llenas de agua,
cargadas con la electricidad de los relámpagos. Dentro del avión, la atmósfera de tensión se vio
acentuada por ruidos extraños y movimientos espasmódicos. Después de unos minutos de
turbulencia, el avión atravesó las nubes negras. Inmediatamente cesaron los relámpagos, la
tormenta cesó y el sol brilló intensamente en un cielo azul. Era un hermoso día por encima de
las nubes de tormenta.
Al igual que Edith en su vuelo en avión, Dios ve los días nublados cuando sientes una atmósfera
gris a tu alrededor. Las tormentas de una crisis pueden desencadenarse sobre M. Las nubes
negras pueden estar cargadas de incerMdumbre, lo que te hará senMr abrumada. A veces todo
cambia de repente y en un instante te desequilibras con las sacudidas significaMvas de cambios
en tu vida, como el divorcio, la enfermedad, la falta de trabajo, la necesidad de trasladarte de
un lugar a otro, la soledad y situaciones que están fuera de tu alcance. El ambiente es tenso y
parece empeorar. Recuerda, la situación es sólo momentánea y la superarás. Por encima de las
nubes verás la luz, todo se aclarará y vendrán momentos más hermosos. Quizás pienses que los
nubarrones te han ocultado de la vista de Dios, pero Dios ve a través de la oscuridad. No sucede
nada que Dios no note porque Él es el Dios que ve. Él siempre está atento a tus necesidades. Él
ve todo lo que sufres, todo lo que te desgasta.
Dios te ve. Dios es tu fuerza. Dios es tu luz. Dios te Eene en sus manos. Él es el Dios que ve.
Dios ve todo lo que eres ahora porque te conoce plenamente. Y Él también ve todo lo que tu
llegarás a ser con su fuerza.
Tu promesa
Reclama esta promesa de Dios para M.
«Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces
veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal
y como soy conocido» (1 CorinMos 13:12, NVI).
Algún día verás a Jesús cara a cara. Sus ojos de amor se encontrarán con los tuyos. Él no sólo te
verá, sino que te abrazará, te dará una corona de victoria y te llevará a casa para estar con Él por
la eternidad. Él hará esto porque Él es tu Dios, el Dios que te ve y te ama.
LLAMADO
¿Quieres dejar todo en manos de Jesús esta mañana: tus crisis, tu soledad, tus miedos, tus
fracasos? ¿Traerás a Jesús el dolor que te abruma, que te hace senMr como si no pudieras seguir
adelante? ¿Le darás aquellas cosas que te avergüenzan, te inMmidan, te hacen senMr incapaz o
indigna?
No te escondas, no huyas, no te avergüences. En tu dolor, en tu necesidad, en tu desierto, ven a
Jesús. Jesús siempre es capaz de ver tu necesidad, de calmar tus miedos, de restaurar lo
dañado, de sanar tu dolor y de darle propósito a tu vida.
¡No lo dudes! Ven a Jesús ahora. Él te está esperando con amor. Jesús te mira con misericordia.
Jesús no te ve como eres, sino como lo que puedes llegar a ser en Él. ¡Ven a Jesús hoy!
Escúchalo invitándote: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar» (Mateo 11:28).
Por favor, ponte de pie si estás dispuesta a venir a Jesús y poner tus cargas de necesidad, de
dolor y vergüenza en sus manos.
ORACIÓN FINAL
La Niña De Su Ojo
EL DIOS QUE TE VE TAMBIÉN TE PROTEGE Y TE LIBERA
Escrito por Edith Ruiz-Espinoza
Directora del Ministerio de la Mujer de la División Interamericana
PARA DISCUTIR: ¿Cómo te evalúas a M misma? ¿Cómo se relaciona tu valor con la evaluación
que Menes de M misma? Cuando comprendes que tu verdadera autoesMma es cómo Dios te ve,
como su hija, su princesa real, ¿cómo afecta eso tu capacidad de verte a M misma?
4. DIOS ES TU PROTECTOR
Sabiendo que somos la niña de sus ojos, también sabemos que Dios nos protege. Por eso
debemos habitar bajo la sombra del Dios Todopoderoso. No existe temor bajo su sombra, sólo
seguridad y protección.
«El que habita al abrigo del Al]simo
morará bajo la sombra del Omnipotente» (Salmo 91:1).
La protección de Dios es tu fortaleza; su escudo te rodea. PracMca poner tu confianza en la
fuerza del Señor que te ama, incluso cuando estés siendo terca, rebelde o atrapada en la peor
de las situaciones.
«Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en Él confió mi corazón y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cánMco lo alabaré.» (Salmo 28:7).
La protección de Dios no significa que no tendremos problemas en nuestra vida, pero sí significa
que Él estará ahí con nosotros incluso en Mempos di[ciles. Él nos sacará adelante.
«Cuando pases por las aguas, yo estaré conMgo;
y si por los ríos, no te anegarán.
El enemigo que interfiere conMgo, toca la niña de los ojos de Dios. Y Dios siempre reacciona a la
interferencia. Dios te libra de tus aflicciones y cargas porque Él es tu fuerte Libertador.
«Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas lo librará Jehová» (Salmo 34:19).
«Mas Jehová está conmigo
como un poderoso gigante;
por tanto, los que me persiguen tropezarán
y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán;
tendrán perpetua confusión, que jamás será olvidada» (Jeremías 20:11).
PARA DISCUTIR ¿Cuál es la diferencia entre protección y liberación? ¿Cuál es la diferencia entre
nuestra redención y nuestra restauración?
6. DIOS TE RESTAURA
Escribe Ellen G. White «Somos del Señor por creación, y le pertenecemos por redención...».3
Debido a que Dios es tu Creador y Redentor, Él te restaura con su perdón y, a través de tu
perdón a los demás, Él restaura las relaciones terrenales, sana tus heridas y transforma tu
tristeza en alegría.
«Luego que ustedes hayan sufrido un poco de Mempo, Dios mismo, el Dios de toda
gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará, y los hará fuertes, firmes, y
estables» (1 Pedro 5:10 NVI).
¿Qué te han quitado las crisis de tu vida? ¿Qué has perdido? ¿Hijos, trabajo, amor, senMdo de la
vida, tu corazón limpio? Dios es capaz de restaurar o reponer lo que has perdido, ya sean cosas
materiales o afectos que ya no fluyen; ya sea la pérdida de seres queridos que han muerto o
que te han abandonado. Dios restauró a Job todas las cosas materiales que se habían perdido y
CONCLUSIÓN
A pesar de todo, recuerda que Dios te guarda “como a la niña de sus ojos”. (Deuteronomio
32:10).
Ser la niña de los ojos de Dios significa estar en el centro de su atención y protección.
De la misma manera, mantén a Dios y sus instrucciones en el centro de tu atención, tan
apreciados y protegidos como la niña de tus propios ojos.
Cuando nos concentramos plenamente en Jesús, nuestros propios miedos y preocupaciones se
desvanecen. Cuando estamos verdaderamente en Cristo, estamos protegidos como la niña de
los ojos de Dios.
«Así ha dicho Jehová de los ejércitos: “Tras la gloria me enviará Él a las naciones que os
despojaron, porque el que os toca, toca a la niña de mi ojo”» (Zacarías 2:8).
PARA DISCUTIR: ¿Qué aprendiste hoy que cambió tu perspecMva sobre M misma? ¿Qué
aprendiste hoy que cambió tu perspecMva acerca de Dios? ¿Qué lección te llevas del taller ‘La
niña de sus ojos’?
Las promesas bíblicas del taller se han escrito en una sola hoja de papel para distribuirlas al comienzo del taller. Las
parBcipantes pueden llevarse el folleto a casa para cortar las tarjetas de promesa. Esto funciona mejor si puedes
imprimir en un papel más grueso, como papel cartulina.