La Palabra de Dios Permanece
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Pasaje: Jeremías 36
Introducción
Jeremías nació en Anatot alrededor del año 650 a.c.. Fue llamado aproximadamente en el
año 630 a.c. (Aprox. 20 años). Inicia su ministerio en el año 625 a.c. (Aprox. 25 años) cuando
reinaba Josías, el buen rey que limpió a Jerusalén, hasta los días de Sedequías, el ultimo
rey de Judá hasta la deportación en el año 586 ( Aprox. 64 años). Según la tradición fue
forzado a ir a Mizpa con Gedalías y posteriormente a Egipto, allí fue apedreado por el
remanente de judíos, quienes le consideraron traidor.
Es a menudo llamado “el profeta llorón” por su manera poética de describir sus
emociones al servir como mensajero del Señor, pues tendría que anunciar durante 40
años los horrores que la nación de Judá afrontaría como consecuencia del abandono e
infidelidad hacia su Señor. El juicio severo de Dios era inminente y Jeremías era el
representante de este desagradable mensaje. Muchas personas le odiaron por el mensaje
que representaba, sufrió muchas penalidades por causa de la palabra de Dios, sin
embargo, su vida se considera gloriosamente exitosa porque estaba atada al mensaje, un
mensaje que permaneció y prevaleció por encima de toda autoridad para dejar su marca
imborrable en la historia, para dejarnos una enseñanza clara: “La Palabra del Señor
permanecerá para siempre”.
Josías compungió su corazón ante la ley del Señor cuando el rollo fue hallado durante la
reparación del templo en el tiempo de las reformas que limpiaron a Jerusalén y las
provincias aledañas de los ídolos y lugares de culto pagano. Josías procuró con diligencia a
través de las reformas retornar el corazón del pueblo hacia el Señor, pero no fue
suficiente. Se requiere mas que reformas para lidiar con el pecado, es necesario un juicio,
uno en el que alguien tiene que morir.
El Señor decidió que el reino del norte desaparecería como nación hacia el año 721 a.c.. Al
ver esto Judá debía arrepentirse, debía sentir temor de abandonar al Señor. Sin embargo,
su pecado fue peor; ofreció a sus hijos a Baal y su prostitución espiritual fue horrenda.
Por supuesto, a pesar de que Josías hizo un esfuerzo sus hijos solo degradaron la tierra
dejándola en oscuridad, por eso el Señor en el año 586 a.c. decidió desterrar a sus
habitantes aunque no para siempre.
El Señor le indica a Jeremías escribir una recopilación de todos los mensajes que El le
había dado desde el reinado de Josías para enviarlo a Joacim, hijo de Josías. Es
interesante ver la reacción de los funcionarios del Rey que se encuentran en el templo
mientras Baruc el secretario de Jeremías leía en voz alta estos mensajes. Ellos entendieron
que no eran simple palabras, sabían que venían de Dios. Por esta causa procuraron llevar
este rollo al Rey y los funcionarios con cargos altos. El Rey se encontraba en el cuarto de
invierno junto a un brasero cuando recibió el rollo de Jeremías, no sintió el mínimo
respeto o temor por los mensajes allí contenidos, los quemó uno a uno después de
escucharlos. Joacim quiso acallar la voz del Señor ya que no soportaba la idea de que
Nabucodonosor destruyera Jerusalén para dejarla vacía. Joacim quiso acallar la voz del
Señor y el resultado fue una muerte llena de deshonra y el corte definitivo de su linaje
sobre la tierra.
La nación entera vivía un completo desorden moral, la escala de valores era relativa. La
injusticia y la corrupción derramaban sangre inocente al mismo tiempo había necesidad
de dirección por parte de los lideres, buscaban pero en el lugar incorrecto, buscaban en la
boca de profetas mentirosos. A medida en el que la maldad de Judá crecía también lo
hacia la angustia por las continuas amenazas por parte de sus enemigos.
Conclusiones
Que desastre una nación en la que el líder no rasgue sus vestiduras sino el rollo. JA
Que desastre cuando una nación se queda con el rey pero sin el rollo. JA
La palabra no puede ser silenciada porque su autor no puede ser. JA
El abandono a la palabra de Dios trae como consecuencia vulnerabilidad y
enemistad con Dios.
Quien no se hace vulnerable a los concejos de la palabra de Dios termina siendo
vulnerable ante sus juicios.
Cuando el líder rasga no solo sus vestiduras sino también su corazón, la nación
entera se llena de paz y prosperidad.