Personajes Budistas - Shijo Kingo
Personajes Budistas - Shijo Kingo
Personajes Budistas - Shijo Kingo
Shijo Kingo
Fue un samurái que prestó servicio a la familia Ema, una rama del clan gobernante Hojo. Se
cree que adoptó al Daishonin como maestro durante los primeros años de la propagación de
su budismo en Kamakura, alrededor del año 1256. En esa misma época fue que también se
convirtieron al budismo discípulos como los hermanos Ikegami. En la actualidad, se conser-
van más de 30 cartas de aquel dirigidas a Shijo Kingo y a Nichigen-nyo, su esposa.
Shijo Kingo fue un destacado referente en la más tarde, el Daishonin fue enviado al exilio en
comunidad de seguidores de Nichiren Daishonin. la isla de Sado.
Era un hombre íntegro, de firmes conviccio- En 1274, con la alegría de ver que el Dai-
nes y principios. Pero, a la vez, era temperamen- shonin regresaba indultado de su destierro, Shi-
tal y propenso a la ira, lo que a veces generaba jo Kingo se propuso convertir a su señor feudal
asperezas en sus relaciones con las personas. Es Ema a las enseñanzas de su maestro. Motivado
de imaginar que su esposa Nichigen-nyo habrá por su sincero deseo de acercarlo a la felicidad,
orado por él y lo habrá apoyado en momentos trató de guiarlo en esa dirección, pero en lugar
de dificultades, preocupada por esta tendencia. de ello se ganó su rechazo. Incluso fue amenaza-
Cuando Nichiren fue llevado a Tatsunokuchi do con la confiscación de las tierras que Kingo
para ser ejecutado el 12 de septiembre de 1271, administraba, si no renunciaba a la fe en el Sutra
Shijo Kingo lo acompañó, decidido a morir a su del loto. Ema era un fiel seguidor de Ryokan,
lado. Las autoridades aprovecharon acusaciones sacerdote principal del templo Gokuraku-ji y
fraguadas para incriminar al Daishonin e inten- detractor acérrimo del Daishonin. Por tal moti-
taron ejecutarlo al amparo de la noche. En ese vo, la iniciativa de Shijo Kingo provocó la furia
momento, este discípulo corrió a su encuentro, de su superior. Por añadidura, algunos colegas
dispuesto a arriesgar su vida junto a él. Final- suyos, motivados por la envidia, aprovecharon
mente, el intento de ejecución fracasó y, un mes para echar a correr falsos rumores sobre él. Eso,
y algunos atentados contra su vida, lo
dejaron aislado y expuesto a una situa-
ción desfavorable.
Viendo que las cosas se agravaban
cada vez más para él, le informó al Dai-
shonin: «[U]na lluvia de dificultades se
ha cernido sobre mí».1 En este perío-
do de enormes penurias, el Daishonin
le envió una carta titulada La felicidad
en este mundo. Allí aparece un pasaje
que los miembros de la Soka Gakkai
de todo el mundo hemos grabado en
lo más hondo del corazón: «Sufra lo