Libro Mantenimiento Industrial
Libro Mantenimiento Industrial
Libro Mantenimiento Industrial
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PUESTA EN MARCHA DE INSTALACIONES
INDUSTRIALES Y CENTRALES ELÉCTRICAS
Colección MANTENIMIENTO INDUSTRIAL
⇒ Limpieza inicial de tuberías HTF y ciclo
agua-vapor
Volumen 1: El mantenimiento sistemático ⇒ Flushing de circuitos de lubricación y de
Volumen 2: Paradas y grandes revisiones
fluidos térmicos
Volumen 3: Mantenimiento Predictivo ⇒ Pruebas de presión con equipos especiali-
Volumen 4: Mantenimiento Correctivo
zados
Volumen 5: Mantenimiento Legal: Trabajos de mantenimiento según normas reglamentarias ⇒ Limpieza con aire
Volumen 6: Ingeniería del mantenimiento ⇒ Limpieza con mezcla de aire y burbujas
de agua
La colección MANTENIMIENTO INDUSTRIAL está editada por RENOVETEC, y está basada en el libro ⇒ Pigging (limpieza de tuberías con PIG)
“LA CONTRATACIÓN DEL MANTENIMIENTO” ⇒ Limpieza química de calderas
⇒ Limpieza de intercambiadores
Índice ⇒ Limpieza y mantenimiento de huertos so-
lares
2. Limpiezas técnicas
3. Paradas y grandes revisiones DESCUBRA TODO LO QUE PODEMOS HACER EN SU INSTALACIÓN
4. Tipos de empresas que emplean el mantenimiento sistemático
5. La contratación del mantenimiento sistemático
6. Fórmulas habituales de contratación de mto sistemático
Entre los tipos de tareas que suele incluir el mantenimiento sistemático están las siguien-
tes:
PUESTA EN MARCHA DE
CENTRALES TERMOSOLARES
• PRUEBAS DE PRESIÓN
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Limpiezas y soplado de tuberías
5 MANTENIMIENTO SISTEMÁTICO Pruebas de presión
2. LIMPIEZAS TÉCNICAS
Un caso especial de mantenimiento sistemático son las tareas de limpieza técnica. Deter-
minados equipos dentro de una planta sufren un ensuciamiento que reduce sus presta-
ciones (caso de los intercambiadores) o aumenta el riesgo de fallo (caso de los transfor-
madores de tensión o de los cuadros eléctricos)
⎯ Torres de refrigeración
Fig. 4.2 Las calderas, los intercambiadores de placas y las torres de refrigeración con equipos que requie-
ren de limpiezas técnicas periódicas
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LTI EMURSA 7 8 MANTENIMIENTO SISTEMÁTICO
pos en un momento determinado por las horas que lleva el equipo en producción, por
2.2. Justificación de la necesidad de las limpiezas técnicas intervalos fijos de tiempo o por cantidad producida. Muchas empresas realizan la mayor
parte de su actividad de mantenimiento programado en estas épocas determinadas, de-
Los altos costes de la energía y de los combustibles han provocado un aumento de la ne- dicándose el resto del año o el resto del tiempo a atender los problemas que van apare-
cesidad de mantener todos equipos relacionados con el intercambio de calor en perfecto ciendo.
estado. Por supuesto, el adecuado nivel de limpieza de las superficies de intercambio tie-
ne una incidencia más que considerable en el rendimiento de los equipos y en su eficien- Por la complejidad y la importancia de este tipo de trabajos, se ha preferido dedicar el
cia energética. volumen 2 completo (Pardas y grandes revisiones) a este tipo de revisiones y sus impli-
caciones.
2.3. Tipos de limpiezas técnicas
Existen dos grandes grupos de limpiezas técnicas: Descargue este volumen directamente en la página de LTI:
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LTI EMURSA 9
LTI—EMURSA
5. LA CONTRATACIÓN DEL MANTENIMIENTO SISTEMÁTICO Paseo del Saler 6
Las empresas contratan con una empresa externa la realización de tareas de manteni-
28 945 Fuenlabrada—Madrid
miento sistemático de las instalaciones en los siguientes casos: Tfno 91 288 51 40
⎯ Cuando se necesitan conocimientos específicos en un sistema o equipo concreto, y Móvil 626 132 873
la empresa no dispone de personal formado en esa especialidad
info@limpiezastecnicasindustriales.com
⎯ Cuando se necesitan herramientas especializadas de las que la empresa no dispone
⎯ Cuando, para asegurar la eficacia del trabajo, se prefiere dejar la máquina o instala-
ción en manos de los especialistas en ese equipo, se disponga o no de personal pre-
parado o de herramientas adecuadas
⎯ Cuando estas paradas programadas suponen una carga de trabajo adicional que la
plantilla habitual no puede absorber. En estos casos, en vez de contratar personal
se prefiere contratar el servicio completo.
⎯ Cuando el equipo está en periodo de garantía y se prefiere que las intervenciones
durante ese periodo las realice el suministrador, para evitar conflictos de responsa-
bilidad en caso de funcionamiento anómalo.
Las formas habituales de contratación del mantenimiento sistemático son dos: en el mar-
co de un contrato integral, de gran alcance, o como trabajo definido a precio cerrado.
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PARADAS PROGRAMADAS
Y GRANDES REVISIONES
Organización, planificación
y optimización
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Organización de paradas y grandes
revisiones
Organización, planificación y optimización de paradas
Índice
⎯ Cursos técnicos, con un alto contenido práctico, impartido por profesionales que provienen de la
empresa y que tienen relación directa con los equipos
⎯ Cursos con un coste razonable (inferior a 500 € para cursos de 16h de duración) pero de indudable
calidad técnica
⎯ Cursos sobre gestión (hay excelentes cursos en el mercado sobre gestión. A nosotros nos interesa la
técnica, los sistemas y los equipos)
⎯ Cursos que tratan sobre el negocio y el mundo económico asociado a la técnica (creemos que es un
tema suficientemente tratado. De hecho, hay áreas como la energía termosolar, en las que el 90%
cursos que se imparten son de este tipo)
⎯ Cursos eminentemente teóricos que abordan los equipos y sistemas únicamente desde su vertiente
termodinámica (la universidad ya trata sobradamente este punto de vista, y hay excelentes libros
en los que se puede encontrar la teoría asociada a la técnica)
RENOVETEC,
formación técnica especializada,
NI MÁS NI MENOS.
INTRODUCCIÓN
Las paradas o grandes revisiones son un caso especial de mantenimiento sistemático. En general,
se llevan a cabo en instalaciones que por razones de seguridad o de producción deben funcionar
de forma fiable durante largos periodos de tiempo. Así, refinerías, industrias petroquímicas o cen-
trales eléctricas son ejemplos de instalaciones que se someten de forma periódica a paradas para
realizar revisiones en profundidad. Otras empresas aprovechan determinados periodos de baja
actividad, como las vacaciones estivales o los periodos entre campañas, para revisar sus equipos
y disminuir así la probabilidad de fallo en los momentos de alta demanda de la instalación. La
industria de automoción, o la industria de procesamiento de productos agrícolas son claros ejem-
plos de este último caso.
Estas revisiones suponen un aumento puntual de la necesidad de personal y medios técnicos pa-
ra el que las empresas en general tienen dificultad para hacerles frente con medios propios. Se
recurre en la mayoría de los casos a empresas externas especializadas, que pueden suministrar
personal especializado en cantidad suficiente, junto con los medios y herramientas específicas
para realizar estos trabajos.
1
RAZONES HABITUALES PARA
REALIZAR UNA PARADA
⎯ Implementación de mejoras
Pero periódicamente es necesario sustituir algunos de los elementos internos sometidos a des-
gaste que necesitan de la realización de grandes trabajos, y la revisión de otros muchos puntos.
Tras la realización de estos trabajos, los equipos principales pueden estar en disposición de pro-
ducir durante otro largo periodo de tiempo.
Por último, la investigación tecnológica trae como consecuencia a veces el desarrollo de mejoras
en partes de la instalación, que suponen un aumento de la capacidad productiva, la solución a un
problema técnico que estaba causando una disminución de la disponibilidad y de la fiabilidad, o
un aumento del rendimiento. La implementación de estas mejoras puede suponer el desmontaje
de buena parte de la instalación, para sustituirla por los elementos mejorados. El tiempo de para-
da suele ser también alto.
En cualquiera de los cuatro casos, suele aprovecharse para realizar trabajos correctivos, peque-
ñas mejoras, inspecciones menores, etc., que si se hacen coincidir con paradas por otros motivos
ahorran días de indisponibilidad. Por ello, no puede decirse que existen cuatro tipos de paradas,
sino que más bien, en todas ellas se realizan trabajos de todo tipo pero que uno de ellos es la
causa principal de la parada.
Fig. 2. Las centrales eléctricas programan paradas para realizar grandes revisiones en
sus equipos térmicos
2
VENTAJAS E INCONVENIENTES
La ventaja de la realización de paradas programadas es evidente: el aumento indiscutible de la
disponibilidad. Valores de disponibilidad por encima del 90% sólo son posibles en instalaciones
industriales sometidas a severas revisiones programadas realizadas de forma sistemática.
Los inconvenientes de la realización de estas paradas son varios e importantes:
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3
EJEMPLO TÍPICOS DE PARADAS
PROGRAMADAS
Las centrales eléctricas organizan paradas periódicas para hacer revisiones en sus motores térmi-
cos y en las calderas, es decir, en los equipos principales de la central. Pueden diferenciarse dos
casos: la existencia de un motor térmico de combustión interna o la combustión externa en una
caldera.
Son plantas que cuentan con turbinas de gas o motores alternativos. En estos casos es el motor
térmico el que marca el momento en el que se ejecuta la parada, y la revisión del resto de los
equipos que componen la central se supedita a la realización de la revisión en el motor térmico.
Para estas plantas se organizan varios tipos de para-
das, en función del alcance de los trabajos que es ne-
cesario realizar. Generalmente hay paradas cortas, de
2- 4 días de duración, en el que el motor térmico se
inspecciona y se le realizan determinadas pruebas; pa-
radas intermedias, con una duración mayor (entre 4 y
7 días) en los que se realizan algunos desmontajes y
sustitución de piezas; y paradas de gran duración, en
las que el motor térmico se revisa completamente, sus-
tituyendo todos los elementos de desgaste de su inter-
ior y realizando todas las pruebas necesarias para ga-
rantizar que el motor térmico tiene características simi-
lares a las que presentaba cuando era nuevo. Estas
plantas suelen organizar con mucho rigor sus revisio-
nes y respetan al máximo las periodicidades que mar-
can los fabricantes de los equipos principales. La dispo-
nibilidad en este tipo de industrias es notablemente
superior que en cualquier otra (superior al 90% en to- Fig. 3. Vista aérea de una central de
dos los casos en los que no están presentes problemas ciclo combinado
de diseño).
Curiosamente, no es la turbina de vapor la que marca los periodos en que deben realizarse las
grandes revisiones, sino la caldera. La turbina es un equipo robusto, sencillo, bien conocido y
normalmente sobredimensionado, de forma que si las condiciones externas (vapor, refrigeración,
etc.) son las adecuadas, y se opera de una forma razonable, tiene una vida útil larga y sin inci-
dencias. La caldera en cambio está sometida a unas condiciones mucho más exigentes, y es el
elemento sometido a un desgaste mayor en una central eléctrica de ciclo Rankine
(caldera+turbina). Por tanto, son las revisiones de la caldera las que marcan los momentos en
que hay que realizar la gran revisión, aprovechando la circunstancia para revisar tanto la turbina
como todos los elementos auxiliares. No es extraño que en una central eléctrica de este tipo se
programe una de estas revisiones con carácter anual, aunque de unos años a otros se varíe el
alcance. Excepto en las centrales nucleares, cuyo mantenimiento es ejemplar desde todos los
puntos de vista, las centrales térmicas tradicionales sufren una reducción de costes de manteni-
miento y una relajación de los plazos de inspección mucho mayor que las anteriores. En España,
la consecuencia de esta política de reducción de costes de mantenimiento y de la disminución de
la frecuencia de inspección ha sido la disminución generalizada de la disponibilidad en este tipo
de centrales (es habitual que se sitúe entre el 80 y el 90%, y con una tendencia clara a la dismi-
nución de este valor)
Fig. 4 Central térmica con turbina de vapor. Las paradas se programan en función de
las necesidades de mantenimiento de la caldera
Las refinerías, y las industrias químicas y petroquímicas suelen ser plantas de proceso continuo
en las que las paradas no programadas tienen un gran impacto económico. Por ello, es aconseja-
ble realizar paradas programadas que eviten averías y problemas de seguridad inesperados.
Es habitual realizar paradas una vez al año, con un alcance diferente de un año a otro. Los equi-
pos que marcan la necesidad de realización de una parada son los intercambiadores de calor de
todo tipo (para limpiar su superficie y mejorar el intercambio), las columnas de destilación (que
sufren degradación en su interior), los reactores (por las condiciones agresivas en las que traba-
jan algunos de ellos), y los depósitos. Se aprovecha la parada para revisar todos los equipos
auxiliares, las tuberías y para realizar todo tipo de inspecciones reglamentarias.
El mantenimiento en estas instalaciones también suele ser ejemplar. Tanto por razones de segu-
ridad como por el impacto económico de una avería, se emplean en general las mejores formas
de gestión del mantenimiento y no se persigue la reducción de costes de mantenimiento como un
objetivo estratégico. La excepción está en la industria química no derivada del petróleo, sobre
todo de productos genéricos: los bajos márgenes de explotación y la competencia de sureste
asiático han hecho que se busque activamente la reducción de costes de mantenimiento, lo que
ha traído como consecuencia el deterioro paulatino de muchas instalaciones que han visto reduci-
da su vida útil, su disponibilidad y han visto no disminuidos sino aumentados sus costes de man-
tenimiento.
Fig. 5 Vista aérea de una refinería. Las paradas tienen como objetivo aumentar la fia-
bilidad, la seguridad, recuperar la capacidad de producción e implementar mejoras
Fig. 6 Vista aérea de la factoría SEAT. Las paradas se programan en momentos de baja
producción, coincidiendo generalmente con periodos vacacionales. El objetivo funda-
mental es aumentar la fiabilidad de las instalaciones
Los principales fabricantes de automóviles reducen o paralizan su actividad al menos una vez al
año, generalmente coincidiendo con los periodos vacacionales. De esa forma se adaptan mejor a
las condiciones del mercado, pero también pueden organizar con facilidad las vacaciones de su
personal sin que ello afecte a la producción.
Por tanto, en esta industria no es tanto la necesidad técnica de realizar una revisión, sino la facili-
dad que otorga disponer de las instalaciones paradas para poder realizar todo tipo de revisiones
en los equipos productivos. De esta forma, la empresa no sólo encuentra el mejor momento para
realizar revisiones en sus equipos en un momento en que no afecta a la producción, sino que
además busca no tener paradas imprevistas el resto del año. Para los responsables de manteni-
miento de estas empresas es difícil justificar una parada no programada, ya que les reprocharán
que han dispuesto del tiempo necesario para realizar las revisiones necesarias.
Junto con los equipos productivos, destacan las revisiones que se realizan en los servicios gene-
rales (sistemas eléctricos, red de aire comprimido, plantas de energía, sistemas de refrigeración,
etc.) y el montaje de nuevos equipos y nuevas líneas productivas.
Como consecuencia de una política de mantenimiento errónea, muchas plantas industriales están
más degradadas de lo que se corresponde con su antigüedad. Eso trae como consecuencia una
pérdida de disponibilidad y un trastorno constante en el plan de producción. Cuando la situación
se hace insostenible, o cuando a algún responsable económico de la instalación se le ilumina la
bombilla de la sensatez, se organiza una parada programada en la que se realiza una inspección
de los equipos, no ya con carácter preventivo, sino con un marcado carácter correctivo: poner a
punto todo lo que no funciona, o lo que funciona incorrectamente, e incluso aprovechar para co-
rregir algunos errores de diseño que la instalación presenta desde su puesta en marcha y que
han sido debatidos sobradamente entre los responsables técnicos de la planta.
A lo largo de la vida de una instalación lo normal es que se produzcan mejoras tecnológicas que
afectan a la capacidad productiva, a la solución de problemas técnicos que afectan a la disponibi-
lidad y/o fiabilidad, o incluso al coste de producción.
Hay una relación entre las grandes revisiones y esas mejoras tecnológicas: es conveniente cono-
cer qué avances ha habido en la técnica desde la última revisión, por si fuera interesante que,
aprovechando que muchos equipos van a ser desmontados y que se dispondrá de un tiempo con
la instalación parada, se implementaran esas mejoras técnicas.
Por otro lado, el avance tecnológico puede haber hecho que algunos equipos se hayan quedado
obsoletos, al haber aparecido en el mercado otros que les sustituyen y que tienen mayor capaci-
dad o costes de producción inferiores. En este caso, será necesario analizar si resulta interesante
llevar a cabo una gran revisión en un equipo técnicamente obsoleto, o si resulta más rentable
sustituirlo por uno nuevo con mejores prestaciones.
Colabora:
4
LA PLANIFICACIÓN Y EL CAMINO
CRÍTICO
Cuando una empresa ejecuta cualquier proyecto en general asume que va a durar más y que va
a costar más de lo inicialmente previsto. Si hacemos un viaje, siempre gastamos más de lo presu-
puestado inicialmente, si hacemos obras en casa, siempre duran de lo previsto y el presupuesto
se agota antes de finalizarlas, etc.
Es curioso, pero incluso trabajos que se han realizado más de una vez habitualmente acaban con
retraso, incluso aunque se aumente el tiempo de realización para absorber esos posibles retras-
os.
Aplicado a una parada programada en una instalación industrial, podría afirmarse que:
La tarea A comenzará a tiempo, e imaginemos que en vez de las 36 horas previstas, se acaba en
24 horas, el tiempo que supusimos razonable si no hay contratiempos. La actividad B probable-
mente no esté preparada para ese día, sino para 12 horas después. Además, como verán que
hay adelanto sobre el programa, nadie correrá: no merece la pena, se va con adelanto. El ade-
lanto en la actividad A no ha servido para nada, pues no ha adelantado el final de la parada ya
que B no estaba preparado. El adelanto no se acumula.
Imaginemos ahora una situación diferente: surge un imprevisto que hace que A dure 2,5 días,
uno más de lo estimado. B empezará al menos con un día de retraso, y la parada durará más de
lo previsto.
Por tanto, si añadimos un margen de seguridad a cada tarea y no surge ningún imprevisto, ese
margen de seguridad se perderá y no servirá para adelantar el programa, mientras que si progra-
mamos sin margen de seguridad en cada tarea, en caso de que se cumpla B estará preparado
Pero los imprevistos surgen. Por tanto es necesario contar con un margen de seguridad que ab-
sorba estos imprevistos. Pero para que sea de ayuda, este margen hay que añadirlo al final. Esa
es la clave de una correcta programación. Así, en el ejemplo anterior, si las tareas A y B pueden
realizarse en 1 día sin margen de seguridad para contratiempos, la programación correcta sería
planificar la realización del trabajo en 2,5 días, añadiendo un margen de 0,5 al final, que será
utilizado o no en función de los imprevistos que surjan:
La programación del inicio de B debe ser 1 día después de comenzar A, evitando así que se caiga
en el error de pensar que no se puede disminuir la velocidad de los trabajos por ir con adelanto,
en caso de que A termine a tiempo. El margen de seguridad de 0,5 días debe añadirse al final. El
trabajo puede durar así un 35% menos, sin apenas esfuerzo: únicamente teniendo en cuenta
este pequeño detalle sobre el margen de seguridad.
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20 Paradas programadas y grandes revisiones
La situación real de una parada es que no son dos las tareas implicadas, sino cientos de tareas
sencillas, que forman una maraña de trabajos unas veces consecutivos, otras veces paralelos. Si
a cada tarea se le añade un pequeño margen de seguridad, el programador añade otro, el res-
ponsable de la parada añade el suyo y los responsables de la planta, llegamos a la habitual e iló-
gica situación de que el tiempo de parada programado es más del doble del necesario, y además,
como los retrasos se acumulan pero los adelantos no, es muy posible no se finalice en el plazo
previsto.
Cuanto todo se vuelve complicado hay que buscar formas de simplificar. En una parada es impo-
sible prestar la máxima atención a todas las actividades. Es indudable que un retraso en una acti-
vidad puede conducir a un retraso de todo el proyecto, pero también puede ser que no influya.
No todas las actividades influyen de igual forma en un retraso o en un adelanto del final de la
parada.
En toda parada, y en todo proyecto en general, es posible determinar un conjunto de tareas en-
cadenadas que determinan la duración del proyecto. Este conjunto de tareas se denomina el
‘camino crítico’. Si queremos acortar la duración de un proyecto, debemos acortar la duración de
algunas de las tareas incluidas en ese camino. Es en estas tareas críticas en las que el responsa-
ble de la parada debe focalizar su atención y sus esfuerzos, tratando de reducir el tiempo de eje-
cución y asegurando que las siguientes fases van a poder realizarse sin retraso, en cuanto acabe
la tarea crítica en curso. La gestión del camino crítico se convierte así en el trabajo principal y
casi único del responsable de la parada, y el éxito de la realización en plazo de una parada de-
pende de esa gestión.
La identificación del camino crítico consiste, como se ha dicho, en identificar el conjunto de tare-
as encadenadas que marcan la duración de la parada. El camino crítico no puede ser más que
uno, aunque a veces haya tareas paralelas con una duración parecida que puedan inducir a du-
das. Una vez identificado, es muy importante verificar que el camino crítico es ese y no otro, con-
tando con la opinión del personal que pueda tener algún criterio al respecto.
de proyectos ha ayudado en muchos aspectos, pero no ha ayudado a mejorar la visión global del
proyecto y especialmente a identificar y gestionar el camino crítico. Confiar en que el software de
programación será capaz de identificar perfectamente este camino es una temeridad, y fiarse de
la información facilitada por él también lo es. Hoy por hoy, sigue siendo mucho más fiable la in-
tuición y el saber hacer de un gestor de proyectos experimentado y con una visión global adecua-
da, que confiar en la lista de tareas, normalmente extraña y caótica, que aporta un programa
informático de forma automática.
Identificado y verificado que es ése y no otro el camino crítico que hay que gestionar, la etapa
siguiente es estudiar la duración de cada una de esas tareas críticas. Es muy importante estudiar
con precisión tanto la duración de cada tarea crítica como los enlaces entre ellas. Esto será im-
portante para reducir el tiempo de duración, preparando herramientas y materiales con suficiente
antelación, como veremos en el apartado siguiente, y realizando anticipadamente todo lo que
pueda llevarse a cabo de esa tarea antes de que comience a ser crítica. Es curioso cómo es posi-
ble reducir el pequeño grupo de tareas que marcan la duración de una parada de forma drástica
si se centra la atención en ellas.
Tras optimizar la duración de cada una de las tareas críticas, es importante comprobar que el
camino crítico no ha cambiado, pues a veces la reducción en el tiempo es tan importante que las
tareas críticas pasan a ser otras. Es importante verificar continuamente que esta optimización o
los imprevistos que vayan surgiendo no hacen cambiar el camino crítico, pues si lo hicieran habr-
ía que volver a re-estudiar la planificación.
Una vez comprobado cual es el camino crítico tras la optimización, hay que subordinar el resto de
las trabajos a esas tareas críticas, de forma que aquellas no interfieran en la duración de éstas.
Habrá que comenzar las tareas en paralelo en el mejor momento para el camino crítico, como
veremos más adelante, incluso dotándolas de cierto margen de seguridad para evitar que lleguen
a provocar un retraso en una tarea crítica.
Para disminuir la duración de una parada, o al menos, para garantizar el cumplimiento del plazo
previsto, es muy importante la fase inicial de preparación. En esta fase se incluye la planificación
de las tareas, la determinación del camino crítico y la disposición de todo lo necesario para poder
acometer los diversos trabajos, como es:
⎯ Asegurar que todo el personal implicado conoce con exactitud lo que tiene que
hacer
⎯ Asegurar que los materiales necesarios estén en la planta antes de comenzar los
trabajos, y con suficiente antelación, por si la revisión de los materiales recibidos
⎯ Asegurar que se han solicitado todos los permisos de trabajo necesarios y que se
ha tomado todas las medidas de seguridad necesarias
En la fase de preparación, es conveniente distinguir entre las cosas que se pueden realizar antes
de la parada y lo que tiene que realizarse durante la parada. Todo lo que pueda realizarse antes
supondrá una descarga de trabajo y de incertidumbres.
Puede afirmarse sin temor a equivocarse que una parada bien preparada puede salir mal porque
surjan muchos imprevistos, pero una parada mal preparada es imposible que pueda completarse
de forma satisfactoria, ni en plazo ni en calidad.
El enlace entre tareas es el punto donde se generan mayor cantidad de tiempos muertos. Deno-
minamos enlace entre tareas al tiempo que transcurre entre la finalización de una tarea y el inicio
de la siguiente tarea enlazada. Como siempre, entre tareas que no están en el camino crítico el
problema del enlace es menos preocupante. Pero en tareas enlazadas en el camino crítico, hay
que prestar mucha atención, de forma que el responsable de la parada debe verificar constante-
mente que la siguiente tarea va a realizarse inmediatamente después de la anterior, sin tiempos
muertos.
Es muy importante asegurar que los recursos están disponibles. A veces, para aprovechar ‘mejor’
un recurso (un equipo de personas, una herramienta determinada, una grúa) se le encarga una
actividad para que la vaya realizando hasta que tenga que intervenir en esa tarea crítica. Y ocu-
rre con demasiada frecuencia que ese recurso, cuando se necesita para la tarea crítica, no está
disponible, porque se está empleando en esa otra tarea no crítica. Esto hay que evitarlo a toda
costa. Es preferible tener un recurso inactivo durante un periodo de tiempo que arriesgar a que
no esté disponible en el momento necesario. Si se trabaja de ocupar al máximo cada recurso,
puede que la rentabilidad aparente de éste sea buena, pero el retraso en el proyecto que puede
ocasionar será mucho más costoso que haber mantenido ese recurso inactivo pero disponible un
tiempo.
X Y
4.5. Los trabajos en paralelo
A B C D E
Ima-
ginemos esta habitual situación: el camino crítico está compuesto por 5 tareas y un trabajo en
paralelo, con otras dos tareas, se une al camino crítico en un momento determinado:
Es indudable que el camino crítico no pasa por la realización de X e Y, pero si se retrasan esas
dos actividades, D no puede completarse. ¿Son críticas las actividades X e Y? ¿Cuándo debe pro-
gramarse su realización? ¿Cuánto antes, para que no interfieran en el camino crítico, o justo an-
tes de que sean necesarias?
X Y Margen
A B C D E Margen
guntas. Las actividades X e Y no son críticas, aunque pueden volverse críticas si ponen en peligro
la tarea D. Para que no sean críticas, lo único que hay que hacer es asegurarse de que estarán
finalizadas antes de que sean necesarias. Esto nos lleva a que hay que considerar márgenes de
seguridad e n
los traba- j o s
en para- lelo,
para que n o
afecten a l a
p a r t e más
importan- t e
del pro-
yecto, que
es el ca- mino
crítico. Si colo-
camos l o s
márge- nes
de segu- ridad
de esta for-
ma, el r e -
sultado sería
el si-
guiente:
5
HERRAMIENTAS, MATERIALES
Y PROCEDIMIENTOS DE TRABAJO
Fig. 12 Sustitución de álabes durante una parada en una Central Térmica de Ciclo
Combinado
Las herramientas necesarias para la realización de una gran revisión son en general las necesa-
rias para llevar a cabo el montaje y desmontaje de elementos, las herramientas de comprobación
y calibrado (tanto para comprobaciones mecánicas como eléctricas y de instrumentación) y los
medios de elevación. Hay que tener en cuenta que para determinados equipos es posible que se
necesiten herramientas y útiles especiales, diseñados específicamente para realizar determinados
trabajos en un equipo concreto.
Todas ellas deberían estar en el sitio de realización del trabajo con al menos un día de antelación
al inicio del mismo, y no debería empezar la revisión si falta alguna de ellas. En realidad es con-
veniente que haya algo más de tiempo, por si en el proceso de verificación se detectara que falta
algo o que alguna herramienta no se encuentra en buen estado.
Especial mención merecen los medios de elevación. El puente grúa, como principal elemento de
elevación y transporte, suele ser un medio olvidado y descuidado. Muchas revisiones se han visto
retrasadas e incluso han provocado accidentes por el mal estado de alguno de los elementos del
puente grúa. Se trata de un medio un tanto especial, ya que habitualmente no se usa y no afecta
a las prestaciones del motor, pero que cuando se necesita, las pocas veces que se necesita, se
convierte en algo crítico. No tiene sentido basar el mantenimiento de los medios de elevación en
un correctivo puro o mantenimiento de crisis, es decir, reparar cuando se estropea, ya que nor-
malmente lo hace cuando resulta muy necesario. Además de una serie de tareas preventivas muy
elementales, como engrases, lubricación, inspecciones visuales y comprobación de la resistencia
de cables y anclajes, es necesario realizar comprobaciones periódicas de funcionamiento, espe-
cialmente unos días antes de comenzar la gran revisión.
5.2. Materiales
Igual que la herramienta, los materiales necesarios para realizar una gran revisión han de
listarse de forma previa. Adicionalmente, antes de comenzar la revisión en la planta,
es necesario comprobar que no falta nada y que todo se encuentra en buen estado.
Las empresas responsables de llevar a cabo una revisión deben tener experiencia
suficiente en la preparación de la lista de material necesario, por lo
⎯ Todas las mediciones, holguras y valores de referencia de cada una de las tareas
Es muy importante, para la correcta coordinación de las actividades de parada, que el cliente
identifique bien cuáles son sus obligaciones y compromisos en cuanto a la realización de los tra-
bajos y que los cumpla a tiempo, de manera que no retrase ni dificulte el trabajo del contratista.
7 tas, pero que a veces olvidan que también adquieren algunos compro-
misos que deben cumplir.
⎯ Que no se cuente con los subcontratistas que de forma reiterada incumplen sus
compromisos de inicio y fin de los trabajos que tienen contratados
Los problemas más habituales en paradas programadas, en las que la duración y la calidad de los
trabajos son fundamentales, son los siguientes:
⎯ La mala preparación de los trabajos. Eso supone en muchos casos no contar con la
herramienta y medios técnicos apropiados y tener que improvisar de forma constan-
te. En otros casos supone no disponer del material necesario, lo que provoca inte-
rrupciones constantes en los trabajos
⎯ Supervisión y dirección en obra de los trabajos muy deficiente, debida por un lado
a la falta de formación del supervisor en labores de organización y gestión (puede ser
un buen operario, pero ser supervisor necesita de alguna cualidad más) y por otro, a
una deficiente dirección técnica de los trabajos en campo
⎯ Realización en campo de tareas que deben ser llevadas a cabo en taller. Es obvio
que determinadas tareas se realizan mejor en la tranquilidad de un taller, donde se
cuenta con buenos medios y herramientas, que directamente en campo. Por otro
lado, la realización de trabajos en taller, como ensamblaje, preparación de equipos
de rotación, etc., acortan la duración de la parada.
OPTIMIZACIÒN DE PARADAS
⎯ Los retrasos que provoca el cliente por sus propios incumplimientos. El cliente de-
be cumplir los compromisos que adquiere en los referente a la organización del tra-
bajo
⎯ Los subcontratistas de bajo precio y mala calidad de servicio pueden complicar infi-
nitamente una parada
⎯ La puesta en marcha tras una revisión suele ser fuente añadida de retrasos, si no
se realiza siguiendo un procedimiento adecuado y si no se han completado las fa-
ses previas antes de llegar a ese punto.
El tiempo necesario para realizar una gran revisión en una instalación industrial es muy variable.
Puede oscilar entre los 2 y los 60 días, incluso más, dependiendo de la complejidad de la instala-
ción, del tamaño, de la organización y hasta de los requisitos de seguridad. Durante ese tiempo
la instalación o una parte de ella está paralizada, y no genera ingresos. Por ello, es habitual que
el propietario de la planta presione a los contratistas o al responsable de la parada para que acor-
te al máximo posible la intervención; también es habitual que el contratista resista esas presiones
y programe la intervención en el tiempo habitual.
¿Pero es posible realmente acortar el tiempo de intervención en una parada sin que la calidad del
trabajo o la seguridad en su realización se resientan? La respuesta, en todos los casos es sí. Es
posible realizar una parada en un tiempo notablemente inferior al que habitualmente se estable-
ce, de manera que el periodo que la instalación es improductiva sea mínimo.
Es la primera de las claves para establecer la duración y la calidad de la intervención en una pa-
rada. Hay tres aspectos que hay que preparar cuidadosamente: los materiales necesarios, las
herramientas y medios que se emplearán y la definición de las tareas que se van a realizar y su
programación en el tiempo, es decir, la planificación.
En una gran revisión hay una serie de tareas encadenadas que forman el camino crítico de la
intervención. Reduciendo la duración de cada una de ellas se disminuye el tiempo de interven-
ción, y aumentándolo, la intervención dura más. Si se gestiona adecuadamente ese camino crítico
dándole la importancia que requiere, es posible mejorar notablemente la duración de la parada.
Así, es importante identificar durante la programación de la intervención ese conjunto de tareas,
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Mantenimiento Predictivo
Índice
1. El mantenimiento predictivo
2. Análisis de vibraciones
3. Termografía
4. Otras técnicas predictivas
4.1. Boroscopias
4.2. Medición de ultrasonidos
4.3. Análisis de aceite
4.4. Análisis de gases de escape
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5
1 EL MANTENIMIENTO SISTEMÁTICO
FRENTE A LAS TÉCNICAS PREDICTIVAS
Frente al mantenimiento sistemático tiene la ventaja indudable de que en la mayoría de las oca-
siones no es necesario realizar grandes desmontajes, y en muchos casos ni siquiera pararla. Si
tras la inspección se aprecia algo irregular se propone o se programa una intervención. Además
de prever el fallo catastrófico de una pieza, y por tanto, pudiendo anticiparse a éste, las técnicas
de mantenimiento predictivo ofrecen una ventaja adicional: la compra de repuestos se realiza
cuando se necesita, eliminando pues stocks (capital inmovilizado)
Las técnicas predictivas que habitualmente se emplean en la industria y en el mantenimiento de
edificios son las siguientes:
⎯ Boroscopias
⎯ Termografías
⎯ Análisis de aceites
⎯ Inspecciones visuales
⎯ Lectura de indicadores
Como se daba por cierta esta curva para cualquier equipo, se suponía que transcurrido un tiempo
(la vida útil del equipo), éste alcanzaría su etapa de envejecimiento, en el que la fiabilidad dismi-
nuiría mucho, y por tanto, la probabilidad de fallo aumentaría en igual proporción. De esta mane-
ra, para alargar la vida útil del equipo y mantener controlada su probabilidad de fallo era conve-
niente realizar una serie de tareas en la zona de envejecimiento, algo parecido a un ‘lifting’, para
que la fiabilidad aumentara.
Zona de madurez
REVISIÓN
La estadística ha demostrado que, tras estudiar el comportamiento de los equipos en una planta
industrial, el ciclo de vida de la mayoría de los equipos no se corresponde únicamente con la cur-
va de bañera, sino que se diferencian 6 tipos de curvas, que se indican en la figura 7.3.
Curva de
No hay etapa
Probabilidad de
fallo
Baja probabilidad inicial;
Estable en toda
Curiosamente, la mayor parte de los elementos que constituyen los equipos no se comportan
siguiendo la curva A o ‘curva de bañera’. Los equipos complejos se comportan siguiendo el mode-
lo E, en el que la probabilidad de fallo es constante a lo largo de su vida, y el modelo F, en el que
tras una etapa inicial con una mayor probabilidad de fallo infantil, la probabilidad de fallo se esta-
biliza y permanece constante. Eso hace que no sea identificable un momento en el que realizar
una revisión sistemática del equipo, con la sustitución de determinadas piezas, ante la imposibili-
dad de determinar cual es el momento ideal, pues la probabilidad de fallo permanece constante.
Incluso, puede ser contraproducente si curva de probabilidad sigue el modelo F, pues estaríamos
introduciendo mayor probabilidad de fallo infantil al sustituir determinadas piezas, como se indica
en la figura 4.
Por todo ello, muchas plantas industriales prefieren abandonar la idea de un mantenimiento sis-
temático para una buena parte de los equipos que la componen, por ineficaz y por representar
un coste fijo elevado y poco justificado; en cambio, ha preferido recurrir a las diversas técnicas
de mantenimiento condicional o predictivo como alternativa al mantenimiento preventivo sistemá-
tico.
⎯ Vigilancia. Cuando se mide una variable física con este objetivo se busca que la técnica pre-
dictiva empleada indique la existencia de un problema. Debe distinguir entre condición buena
o mala para funcionar, e incluso, si es mala, indicar cuán mala es. Es el caso de la monitoriza-
ción en continuo de las vibraciones de una turbina de vapor, por ejemplo
⎯ Protección. Su objetivo es evitar fallas catastróficas. Una máquina está protegida, si cuando
los valores que indican su condición llegan a valores considerados peligrosos, la máquina se
detiene automáticamente.
⎯ Pronóstico. El objetivo es estimar cuánto tiempo más podría funcionar la máquina sin riesgo
de un fallo catastrófico.
Pero ¿es el mantenimiento predictivo una elucubración mental, el capricho de un técnico que de-
seoso de jugar con una herramienta de alta tecnología o realmente tiene alguna aplicación
práctica en un entorno industrial real?
Probablemente, quien así lo plantea está pensando únicamente en el análisis de vibraciones. El
precio de los equipos, la baja preparación de muchos técnicos, las dificultades de formación y lo
complicado que resulta el análisis de los resultados a la hora de tomar decisiones basadas en
éstos, han creado una mala fama a dicha técnica, que ha lastrado la imagen del mantenimiento
predictivo.
Y no es que el análisis de vibraciones no sea una técnica soberbia sobre el papel. Simplemente,
es que es complicada. Son tantas variables las que hay que tener en cuenta que hay que ser un
gran experto para sacar conclusiones válidas, conclusiones fiables, que por ejemplo nos hagan
tomar la decisión de abrir una máquina cara y cambiar sus rodamientos, o alinear, o rectificar un
eje.
¿Pero el mantenimiento predictivo es únicamente análisis de vibraciones? Por supuesto que no.
No es lo mismo cuestionarse el análisis de vibraciones como técnica fiable que el mantenimiento
predictivo en general.
Recordemos que el alma del mantenimiento predictivo es, precisamente, la predicción. Se basa
en tratar de predecir el estado de una máquina relacionándolo con una variable física de fácil me-
dición. Por tanto, parece que el mantenimiento predictivo no es sólo el análisis de vibraciones. ¿Y
qué variables físicas podemos relacionar con el desgaste? Muchas: la temperatura, la presión, la
composición fisicoquímica de un aceite de lubricación, etc. Hasta el aspecto físico de una máqui-
na puede relacionarse con su estado.
Así, tomar lectura de la presión de descarga de una bomba, y ver su evolución en el tiempo nos
puede dar una idea del estado de ésta (posibles obstrucciones en la admisión, estado del rodete).
Tomar la temperatura de los rodamientos de un motor diariamente es también mantenimiento
predictivo, por ejemplo.
Pueden establecerse en dos categorías relacionadas con las tareas de mantenimiento predictivo:
las técnicas sencillas, de fácil realización, y las técnicas que requieren de ciertos conocimientos y
equipos sofisticados. Dentro de las primeras estarían las inspecciones visuales de los equipos, las
tomas de datos con instrumentación instalada de forma permanente (termómetros, manómetros,
caudalímetros, medidas de desplazamiento o vibración, etc.). Estas técnicas rara vez se subcon-
tratan por sí solas, a no ser que estas comprobaciones entren dentro de un contrato de manteni-
miento mucho más amplio (un contrato de mantenimiento integral, por ejemplo). Dentro de
técnicas complejas destacan cinco: las boroscopias, los análisis de vibraciones, las termografías,
los análisis de aceite y el análisis por ultrasonido. Estas requieren de conocimientos profundos y
de equipos sofisticados que además es necesario mantener actualizados, y de los que las empre-
sas cliente no suelen disponer.
Las boroscopias requieren del manejo de un equipo óptico sencillo, pero una formación profunda
acerca de lo que se desea observar. Parece obvio que introducir una pequeña cámara o lente en
el interior de un gran motor de combustión para observar el estado de las camisas es más útil
que abrir el motor. Si hablamos de turbinas de gas o de vapor, todavía es mucho más obvio. Al
margen de que se disponga o no del equipo óptico, la formación necesaria sobre la máquina que
se está observando, y cómo se identifica un fallo o un comportamiento anormal en una superficie
del interior de una máquina es generalmente muy alta.
Sobre los análisis de aceites, necesitan de un laboratorio bien equipado, y de químicos que inter-
preten sus resultados. Es un servicio que generalmente se pone en manos de un laboratorio ex-
terno, aunque hay que tener en cuenta que el suministrador del aceite suele prestar de forma
gratuita este servicio.
Sobre el análisis de vibraciones, los equipos son caros y requieren de una formación realmente
profunda. Aún así, la interpretación de los resultados no resulta sencilla, y tomar la decisión de
programar una intervención cara o una sustitución de un elemento basándose únicamente en la
interpretación de los gráficos resultantes no suele ser sencillo.
Sobre termografías y mediciones termométricas, los equipos han bajado mucho de precio. La
formación es mucho más sencilla, ya que los defectos y fallas se ponen de manifiesto de una ma-
nera muy visual. Por tanto, es una técnica que rara vez se externaliza, por el precio bajo de los
equipos y la facilidad para recibir la formación necesaria, a no ser que el servicio esté incluido
dentro de un contrato de mantenimiento mucho más amplio.
⎯ Importancia y criticidad de los equipos dentro del proceso. Este es un factor determinante
para realizar un tipo de análisis u otro (o no hacerlo), e incluso para determinar el número
de puntos a medir, y la cantidad de veces a hacerlo.
⎯ Tipos de averías que se intentan evitar. A la hora de analizar un equipo, ayuda a simplificar
el hecho de que haya un tipo de avería que deba evitarse a toda costa, y otros tipos de fallo
que no sean tan importantes; eso nos permitirá enfocar la técnica en una dirección que ver-
daderamente pueda ofrecer resultados.
⎯ Riesgos a eliminar vs. riesgos a evitar. Ligado al punto anterior, se puede crear un listado
con los riesgos asumibles por parte de la planta, y los que se desean eliminar por completo.
Por ejemplo, se puede pretender eliminar por completo una desalineación en una transmi-
sión por correas en una planta donde un excesivo calentamiento de estas puede poner en
peligro las instalaciones o a personas, y en otra planta con el mismo equipo, ser un tipo de
avería perfectamente asumible.
Y por supuesto siempre debe suministrarse al técnico información genérica sobre el equipo:
⎯ Información histórica
⎯ Valor de compra del equipo. Sin ser necesario el uso explícito de ejemplos numéricos,
el valor de compra del equipo, siempre será un referente a utilizar como comparación. Por
supuesto es difícil establecer un límite para ello, el sentido común dirá cuán representativo
es el porcentaje que resulta del coste de uso de la herramienta respecto del valor de la
máquina:
Coste herramient a
Valor = x100
Coste de la máquina analizada
⎯ Valor de un paro productivo. Este suele ser un factor determinante a la hora de justifi-
car el uso de una herramienta predictiva
lo, mañana detectamos problemas en el aceite y paramos para solucionarlo, hacemos una boros-
copia y hay problemas en un álabe, y abrimos la turbina (1 mes) para solucionarlo, otro día la
bomba de lubricación tiene una temperatura alta en un rodamiento, y paramos, poco después
detectamos con termografía un problema en el alternador o en el transformador, y para-
mos...¿sería posible conseguir más de un 95% de disponibilidad, que es por cierto una cifra muy
habitual en ese sector?
La respuesta es no. En instalaciones que requieren de una altísima disponibilidad el mantenimien-
to no puede basarse únicamente en predictivo. Es imprescindible basarlo en un mantenimiento
sistemático, de forma que una vez al año haya una parada de mantenimiento en la que se revi-
sen determinados equipos, cada 2-4 años se sustituyen sistemáticamente los elementos de des-
gaste, se trata el aceite, se revisa la instalación eléctrica de forma exhaustiva, etc. Además de
eso, durante el tiempo de funcionamiento la planta va a estar muy vigilada de forma predictiva,
realizándose boroscopias, termografías, análisis de vibraciones, de aceite, medición de espesores,
etc. Y si se detecta un problema, será una gran desgracia y habrá que parar. Pero si el sistemáti-
co se hace correctamente, el diseño de la instalación y la selección de equipos es apropiada, el
preventivo sistemático suele dar un resultado estupendo, que el predictivo por sí solo sería inca-
paz de ofrecer.
Hay equipos, además, que se llevan a correctivo, sin más. Es el caso de equipos duplicados de
bajo coste y poca responsabilidad. No merece la pena hacer termografías, análisis de vibraciones,
análisis amperimétricos, análisis de aceite. Si se rompe se repara, y ya está. Se observa el equi-
po, se mantiene limpio y engrasado, eso sí, pero poco más.
Todo esto indica que las técnicas predictivas no son herramientas generalistas, y como se sub-
rayó al hablar de economía y información, se aplicará siempre que un equipo lo justifique econó-
micamente, o sea, en aquellos equipos cuyos fallos sean catalogados como críticos o importantes
en una planta.
Por tanto, aún siendo las técnicas predictivas de gran importancia y que han supuesto un paso
adelante en el mundo del mantenimiento, no es posible afirmar que todo el mantenimiento de
cualquier planta industrial deba basarse en tareas condicionales dependiendo del resultado de las
inspecciones predictivas.
Un contrato de servicios de mantenimiento predictivo suele tener un coste alto, por que los cono-
cimientos son muy especializados y porque los equipos que se emplean son caros.
Cualquier empresa que ofrezca servicios de mantenimiento predictivo debe contar con la mejor
herramienta disponible en el mercado. Eso supone:
⎯ Tener herramienta actualizada, que debe reponerse y amortizarse en plazos cortos, gene-
ralmente inferiores a dos años. En ese tiempo la tecnología suele haber dado avances muy
significativos que hacen que una empresa que no haya actualizado sus equipos tenga me-
dios obsoletos
Así, una empresa no puede ofrecer servicios de termografía infrarroja si no dispone de una cáma-
ra con resolución superior a 200x200 pixel; o no puede ofrecer servicios de análisis de vibracio-
nes si no dispone de los mejores sensores, el mejor equipo y el mejor software de análisis; tam-
poco puede ofrecer servicios de boroscopia una empresa con una máquina de observación sin
posibilidad de registro de las imágenes.
Por tanto, hay que distinguir claramente entre los equipos para mantenimiento que pueden for-
mar parte de la herramienta de un departamento y los equipos que deben tener las empresas
que ofrezcan servicios de mantenimiento predictivo.
Este informe y sus conclusiones deben ser precisos y exactos. No debe contemplar vaguedades o
dibujar una situación de forma imprecisa. Un buen informe debería reflejar todos los hallazgos de
funcionamiento incorrecto encontrados, sus causas y qué debe hacer el cliente para corregirlo.
⎯ Que una máquina presenta, por ejemplo, un nivel de vibraciones superior al aceptable
⎯ Cuales son las posibles causas que pueden provocar esa situación
⎯ A la vista de los datos estudiados, cuál es la causa exacta, de entre las expuestas, que se
corresponde con las observaciones y medidas obtenidas, descartando el resto
En la medida de lo posible, los informes que presenta una empresa contratista deben ser realiza-
dos por un analista experto, y no debe confiarse en los análisis automáticos que hacen determi-
nados equipos, por muy buen software que posea el equipo. Las empresas que carecen de los
equipos adecuados, de los analistas experimentados y que entregan informes imprecisos o inco-
rrectos acaban perdiendo sus contratos, y lo que es peor, hacen que la confianza que tengan los
clientes y los técnicos en las técnicas de mantenimiento predictivo queden mermadas.
⎯ Tener confianza en la valoración que realiza el técnico. Por ello, una vez más es necesario
destacar que los especialistas que llevan a cabo las mediciones predictivas deben estar
muy formados en la técnica que están aplicando, para poder fundamentar sus conclusiones
y generar confianza en el responsable de mantenimiento o en quien deba tomar la decisión
para realizar una intervención en un equipo
⎯ Realizar informes claros y precisos, sin vaguedades, sin múltiples opciones que puedan ser
causantes los mismos efectos (lo que supone que podrían ser diferentes actuaciones las
que se proponen, y que por tanto dificulta la decisión a tomar) y bien fundamentados. Así,
un informe no podría indicar que un problema de vibraciones puede ser debido a desali-
neamiento, desequilibrio o excentricidad del eje: debe indicar cuál es el problema y funda-
mentarlo correctamente.
Colabora:
2 ANÁLISIS DE VIBRACIONES
Esta técnica del mantenimiento predictivo se basa en la detección de fallos en equipos rotativos
principalmente, a través del estudio de los niveles de vibración. El objetivo final es obtener la re-
presentación del espectro de las vibraciones de un equipo en funcionamiento para su posterior
análisis.
Para aplicarla de forma efectiva y obtener conclusiones representativas y válidas, es necesario co-
nocer determinados datos de la máquina como son la velocidad de giro, el tipo de cojinetes, de
correas, número de alabes o de palas, etc., y elegir los puntos adecuados de medida. También es
necesario seleccionar el analizador más adecuado a los equipos existentes en la planta.
Existen dos técnicas diferentes:
La presencia de otras componentes de frecuencias como por ejemplo las relacionadas con torbe-
llinos de aceite, frecuencias de paso de bolas de rodamientos, incluso la detección de ruido audi-
ble deben constituir motivo de preocupación, y por supuesto deben ser observadas e investiga-
das de forma sistemática, y una vez analizada la causa que las provoca, debe ser corregida.
⎯ Velocidad. Es un valor relacionado con los parámetros anteriores. Es un vector que especi-
fica la derivada del desplazamiento en el tiempo
⎯ Duración de la batería
⎯ Visualización de datos
⎯ Tiempo requerido para realizar una medición completa de una máquina con dos apoyos
⎯ Datos que es necesario introducir en el equipo para que realice la medición. Si la cantidad
de datos que el equipo solicita para poder realizar una medición es excesiva, puede resul-
tar un inconveniente. Hay que tener en cuenta que en muchas máquinas se carece de una
información exhaustiva
⎯ Coste del equipo, de los accesorios necesarios y de las licencias de software adicionales
Esta norma proporciona guías para aceptación de la amplitud de vibración para maquinaria rotati-
va operando desde 600 hasta 12 000 RPM. Específica niveles de velocidad general de vibración
en lugar de niveles espectrales, y puede ser muy engañosa.
La norma ISO 2372 específica los límites de la velocidad de vibración basándose en la potencia
de la máquina y cubre un rango de frecuencias desde 10 Hz (o 600 RPM) hasta 200 Hz (o 12000
RPM). Debido al rango limitado de alta frecuencia, se puede fácilmente dejar pasar problemas de
rodamientos con elementos rodantes (rodamientos de bolas, de rodillos, etc.). Esta norma está
considerada obsoleta y se espera sea reformulada en breve.
Hay que tener en cuenta que estos niveles de severidad de vibración detallados en la tabla 7.1
están referidos únicamente a vibración por desequilibrio, por lo que sólo son aplicables en lo refe-
rente a ese fallo. Por ello, es más práctico comparar el espectro de vibración obtenido con el es-
pectro de referencia, es decir, aquel en el que se considera que la máquina funciona correcta-
mente (por ejemplo, el espectro tomado cuando la máquina era nueva). Si el nivel de vibración
ha aumentado 2,5 veces respecto a esa referencia, debe ser motivo de alarma, pero no de inter-
vención: habrá que vigilar el comportamiento del equipo. Si la vibración aumenta 10 veces, está
será inadmisible y habrá que intervenir. Esta es una norma general cuya validez habrá que com-
probar en cada caso particular.
Los fallos que pueden detectarse mediante el análisis de vibraciones son los siguientes:
⎯ Desequilibrios. Es el fallo más habitual, y podría decirse que en torno al 40% de los fallos
por vibraciones que se detectan en máquinas rotativas se deben a esta causa. Las tablas
de severidad que se manejan habitualmente, y que expresan el grado de gravedad de una
vibración, se refieren exclusivamente a vibración por desequilibrio. Cuando se presenta una
distribución de pesos anormal en torno al eje de rotación se aprecia en la gráfica del análi-
sis espectral una elevación de la velocidad de vibración a la frecuencia equivalente a la
velocidad de rotación, como la que se aprecia en la figura adjunta
Puede verse un único pico de vibración, que corresponde a la velocidad de rotación (la máquina
gira a 1.500 RPM, la misma frecuencia a la que presenta el pico). El desequilibrio que se aprecia
es admisible, teniendo en cuenta la tabla de severidad, pero será necesario observar su evolu-
ción.
⎯ Eje curvado
Es una forma de desequilibrio, pero que en este caso no tiene solución por equilibrado. En este
caso, se detecta la primera armónica (1xRPM) y se ve claramente la segunda.
⎯ Desalineamiento
Es una fuente de vibración fácilmente corregible, y causa más del 30% de los problemas de vi-
bración que se detectan en la industria. Es importante alinear los equipos al instalarlos, compro-
bar la alineación cada cierto tiempo (anualmente, por ejemplo) y realizarla siempre que se inter-
venga en el equipo. Hay que tener en cuenta que existen ciertas tolerancias al desalineamiento, y
que no es necesario que este sea absolutamente perfecto. Cada máquina y cada fabricante sue-
len aportar la tolerancia en el alineamiento. También es importante tener en cuenta que el hecho
de disponer de acoplamientos flexibles no elimina la necesidad de alinear los equipos: la mayoría
de los fabricantes recomienda alinear estos acoplamientos con el mismo cuidado y exactitud que
si fueran acoplamientos rígidos
Las siguientes referencias pueden ser útiles a la hora de estudiar el espectro de vibración:
⎯ Si las tres primeras armónicas son significativas en las mediciones efectuadas en la direc-
ción radial horizontal, es muy posible que el desalineamiento sea del tipo paralelo y esté pre-
sente en el plano vertical
⎯ Si las tres primeras armónicas son significativas en las mediciones efectuadas en la direc-
ción radial vertical, es muy posible que el desalineamiento sea del tipo paralelo y esté pre-
sente en el plano horizontal
⎯ Si las tres primeras armónicas son significativas en las mediciones efectuadas en la direc-
ción axial, entonces es muy posible que el desalineamiento sea del tipo angular
⎯ Si las tres primeras armónicas son significativas en las tres direcciones (radial horizontal,
radial vertical y axial) podemos afirmar que el alineamiento que presenta el equipo es un ver-
dadero desastre.
Es importante destacar que el nivel de vibración puede ser considerado bajo según la tabla de
severidad anterior, pero si están presentes esas tres armónicas posiblemente haya un problema
de desalineamiento que puede traducirse en una rotura, independientemente del nivel.
⎯ Problemas electromagnéticos.
Los motores y alternadores, además de todos los problemas asociados al resto de equipos rotati-
vos, son susceptibles de sufrir toda una serie de problemas de origen electromagnético, como
son los siguientes: desplazamiento del centro magnético estator respecto del centro del rotor;
barras del rotor agrietadas o rotas; cortocircuito o fallos de aislamiento en el enrollado del esta-
tor; o deformaciones térmicas. Suelen apreciarse picos a la frecuencia de red (50 o 60 Hz), a la
velocidad de rotación (1xRPM) y armónicos proporcionales al número de polos. También es fácil
apreciar en los espectros la presencia de bandas laterales que acompañan a la vibración principal.
En general, tienen poca amplitud, por lo que suelen pasar desapercibidos. Es necesaria gran ex-
periencia para identificarlos y no confundirlos con otros problemas, como desalineamiento, des-
equilibrio, etc.
Es otro de los problemas habituales en máquinas rotativas. Puede manifestarse como mala suje-
ción general a la bancada, o como es más habitual, con uno de sus apoyos mal fijado. En este
caso, se denomina ‘pedestal cojo’, y es un problema más frecuente de lo que pudiera parecer. Se
identifica en general por presentar altos niveles de vibración en la primera y segunda armónica
de la frecuencia de rotación (1XRPM y 2XRPM). Es curioso que, cuando se presenta el problema,
aflojando uno de los apoyos la vibración DISMINUYE, en vez de aumentar. Ese suele ser uno de
los principales indicativos de la presencia de este problema.
⎯ Holguras excesivas
Los fallos en rodamientos y cojinetes se detectan en general a frecuencias altas, por lo que son
fácilmente identificables observando las vibraciones en el rango alto, es decir, a frecuencias ele-
vadas (20xRPM o más). Para su análisis es conveniente tener en cuenta en número de elementos
rodantes, el tipo (bolas, rodillos), etc.
• Alto contenido de agua en el aceite. Es sencillo comprobarlo, pues cuando este pro-
blema ocurre el contenido en agua suele ser especialmente alto, por encima de
10%
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Junto con el análisis de vibraciones detallado en el punto anterior, las técnicas termográficas son
las estrellas del mantenimiento predictivo. Las inspecciones termográficas se basan en que todo
equipo y/o elemento emite energía desde su superficie. Esta energía se emite en forma de ondas
electromagnéticas que viajan a la velocidad de la luz a través del aire o por cualquier otro medio
de conducción. La termografía infrarroja es la técnica de producir una imagen visible a partir de
radiación infrarroja invisible para el ojo humano, emitida por objetos de acuerdo a su temperatura
superficial. La cámara termográfica, como la mostrada en la figura 7.9, es la herramienta que reali-
za esta transformación.
La cantidad de energía está en relación directa con su temperatura. Cuanto más ca-
liente está el objeto, mayor cantidad de energía emite, y menor longitud de onda tie-
ne esa energía. En general, esa emisión se hace en longitudes de onda mayor que la
correspondiente al color rojo, que es la mayor que es capaz de captar el ojo humano.
El espectro de emisión, es pues, infrarrojo y por tanto invisible. La cámara termográ-
fica permite “ver” esa energía, transformándola en imágenes visibles. La imagen pro-
ducida por una cámara infrarroja es llamada termografía o termograma.
La termografía permite detectar, sin contacto físico con el elemento bajo análisis, cualquier falla
que se manifieste en un cambio de la temperatura, midiendo los niveles de radiación dentro del
espectro infrarrojo. En general, un fallo electromecánico antes de producirse se manifiesta gene-
rando e intercambiando calor. Este calor se traduce habitualmente en una elevación de tempera-
tura que puede ser súbita, pero, por lo general y dependiendo del objeto, se presenta de forma
gradual, manifestando pequeñas variaciones con el tiempo.
Si es posible detectar, comparar y determinar dicha variación, entonces se pueden detectar fallos
que comienzan a gestarse y que pueden producir en el futuro cercano o a mediano plazo una
parada de planta y/o un siniestro afectando personas e instalaciones. Esto permite la reducción
de los tiempos de parada al minimizar la probabilidad de paradas imprevistas, no programadas,
gracias a su aporte en cuanto a la planificación de las reparaciones y del mantenimiento.
El descubridor de la radiación infrarroja fue Sir Frederick William Hershel, nacido en Alemania
1738, quien se interesó en verificar cuanto calor pasaba por filtros de diferentes colores al ser
observados al sol. Sir Willian pudo determinar que los filtros de diferentes colores dejaban pasar
diferente nivel de calor. Posteriormente hizo pasar luz del sol por un prisma de vidrio y con esto
se formó un espectro (el arco iris). Llevando un control de la temperatura en los diferentes colo-
res del espectro encontró que más allá del rojo, fuera de la radiación visible, la temperatura es
más elevada y que esta radiación se comporta de la misma manera desde el punto de vista de
refracción, reflexión, absorción y transmisión que la luz visible. Era la primera vez que se demos-
traba que había una radiación invisible al ojo humano.
⎯ Tamaño de la pantalla
⎯ Distancia hasta la que es capaz de medir sobre un equipo. Hay que tener en cuenta que en
ocasiones es necesario tomar las medidas a cierta distancia del objeto
⎯ Duración de la batería, por si es necesario realizar muchas mediciones en una sola sesión
Las inspecciones boroscópicas son inspecciones visuales en lugares inaccesibles para el ojo
humano con la ayuda de un equipo óptico, el boroscopio. Se desarrolló en el área industrial a raíz
del éxito de las endoscopias en humanos y animales.
Esta tecnología se basa en que casi todas las fricciones mecánicas, arcos eléctricos y fugas de
presión o vacío producen ultrasonido en frecuencias cercanas a los 40.000 Hertz, y de unas ca-
racterísticas que lo hacen muy interesante para su aplicación en mantenimiento predictivo: las
ondas sonoras son de corta longitud atenuándose rápidamente sin producir rebotes. Por esta
razón, el ruido ambiental por más intenso que sea, no interfiere en la detección del ultrasonido.
Además, la alta direccionalidad del ultrasonido en 40 Khz. permite con rapidez y precisión la ubi-
cación del fallo.
Entre las características más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un me-
didor de ultrasonidos están las siguientes:
⎯ Capacidad para variar la frecuencia de captación. No todos los equipos pueden variar la
frecuencia
⎯ Que tenga los accesorios necesarios para poder realizar las medidas que se necesitan
(direccionadores, diversos tipos de captadores, auriculares, etc.)
⎯ Que la pantalla del equipo sea clara e indique en dB la intensidad del sonido captado
⎯ Que el software que acompaña al equipo permita investigar el fallo y realizar informes.
⎯ Sistemas hidráulicos
⎯ Alternadores
⎯ Transformadores
⎯ Reductores de ventiladores
El estado del equipo se determina estableciendo el grado de contaminación del aceite debido a la
presencia de partículas de desgaste o sustancias ajenas a este. El estado del aceite se determina
comprobando la contaminación del aceite y la degradación que ha sufrido, es decir, la pérdida de
capacidad de lubricar causada por una variación de sus propiedades físicas y químicas y sobre
todo, las de sus aditivos. La contaminación del aceite se puede determinar cuantificando en una
muestra del lubricante, el contenido de partículas metálicas, agua, materias carbonosas y partícu-
las insolubles. La degradación se puede evaluar midiendo la viscosidad, la detergencia, la acidez
y la constante dieléctrica
Es conveniente indicar que la contaminación y la degradación no son fenómenos independientes,
ya que la contaminación es causante de degradación y esta última puede propiciar un aumento
de la contaminación
Las técnicas que se utilizan actualmente para identificar y cuantificar el contenido de partículas
de desgaste son principalmente la espectrometría de emisión, la espectrometría de absorción y la
ferrografía, aunque también existen una serie de técnicas complementarias, como son el contaje
de partículas y la inspección microscópica.
La espectrometría de emisión resulta muy útil, pues en menos de un minuto se analizan muchos
elementos distintos. Se basa en que los átomos, al ser excitados, emiten una radiación cuyas lon-
gitudes de onda son función de su configuración electrónica. Por ello, cada elemento emite unas
longitudes de onda características diferentes, y es posible identificar esos elementos a partir del
análisis del espectro de emisión. El resultado del análisis es la concentración en ppm (partes por
millón) o incluso ppb (partes por billón) de los diferentes metales presentes en una muestra de
aceite usado.
La espectrometría de absorción es una técnica más laboriosa, pues necesita un análisis por cada
elemento. Se basa en la que la cantidad de luz absorbida de una longitud de onda concreta por
un átomo determinado es proporcional a la concentración de ese átomo.
La ferrografía es la más compleja de las tres técnicas y requiere de grandes conocimientos y ex-
periencia para aprovechar todas sus posibilidades y toda la información que brinda. La muestra a
analizar se diluye y se pasa por un cristal inclinado, que tiene un tratamiento superficial específi-
co y está sometido a un fuerte campo magnético. Las fuerzas magnéticas retienen las partículas
en el cristal, y se alinean en tiras. Las partículas se distribuyen por tamaños, de manera que las
más grandes quedan junto al borde superior y las más pequeñas en la parte inferior. Las partícu-
las poco magnéticas no se alinean en tiras, sino que se depositan al azar a lo largo del ferrogra-
ma permitiendo una rápida distinción entre partículas férreas y no férreas. Calentando el ferro-
grama se puede distinguir entre fundición de hierro, acero de alta y baja aleación, diferentes me-
tales no ferrosos y materiales orgánicos e inorgánicos.
El contaje de partículas aporta información sobre la distribución de los distintos elementos pre-
sentes en la muestra de aceite por tamaños. La muestra pasa lentamente a través de un sensor
donde las partículas contenidas son iluminadas por un rayo láser que produce en un fotodiodo un
pico de corriente de altura proporcional al tamaño de la partícula; un sistema electrónico separa
las señales en categorías.
La microscopía es la inspección con un microscopio de las partículas recogidas en colectores
magnéticos, depósitos de aceite o filtros; es una técnica lenta pero relativamente económica.
Una vez determinado el contenido de partículas de desgaste, es necesario conocer su origen,
para identificar dónde hay un problema potencial. La tabla 7.2 puede servir de referencia en la
búsqueda del origen de esas partículas.
Los contaminantes que se suelen analizar son el contenido en agua y la presencia de sustancias
insolubles.
El agua en el aceite normalmente tiene dos orígenes. Puede, en primer lugar, proce-
der del sistema de refrigeración, por fugas en los intercambiadores; pero también
puede provenir de contacto directo entre el vapor y el aceite, por defectos en los se-
llos de vapor o por fallos en válvulas.
Por regla general puede decirse que el contenido de humedad del aceite no debe su-
perar un 0.5%. El método más sencillo para detectarlo es el llamado de crepitación,
que consiste en dejar caer una gota sobre una plancha metálica a 200 ºC y escuchar
si se produce el ruido característico de la crepitación. La intensidad del ruido es indi-
cativa de la cantidad de agua contaminante. Hay otros métodos rápidos de detección
como el polvo Hidrokit y el papel Watesmo, utilizados por los mini laboratorios conte-
nidos en maletas portátiles. En grandes laboratorios se utiliza el método del reactivo
Karl Fischer que permite detectar concentraciones muy pequeñas.
La presencia de insolubles en el aceite es principalmente síntoma de degradación por
oxidación, principalmente por temperatura excesiva. Como norma general, puede
establecerse que el contenido en insolubles no debe sobrepasar el 3%. Para su de-
terminación, se deposita una gota de aceite usado sobre un papel de filtro de alta
porosidad, y se observar al cabo de varias horas. La mancha que se forma presenta
tres zonas concéntricas:
⎯ Una zona planta oscura, por el alto contenido en carbón y rodeada de una aureola
donde se depositan las partículas más pesadas.
⎯ La zona intermedia o de difusión, más o menos oscura, que con su extensión indica el
poder dispersante del aceite.
⎯ La zona exterior o translúcida, que no tiene materias carbonosas y es donde llegan las
fracciones más volátiles del aceite. Una extensión exagerada puede deberse a la pre-
sencia de combustible auxiliar (gasoil, fuel, etc.).
Para cada aceite se recomienda hacer dos manchas, una a 20 ºC y otra a 200 ºC, comprobando
el estado del aceite (dispersividad y detergencia) en ambas condiciones.
⎯ TIF, indica la presencia de compuestos polares disueltos en el aceite con mucha sensi-
bilidad.
⎯ Rigidez dieléctrica. Es medida en una celda entre dos electrodos, y mide en kilovoltios
la capacidad de resistir la descarga disruptiva en el medio aceitoso.
⎯ Sedimentos. Es también una inspección visual, y para ser aceptable no debería detec-
tarse ningún tipo de sedimento.
⎯ Factor de Potencia, o tangente delta mide las corrientes de fuga a través de los conta-
minantes en suspensión en el aceite. Se mide a 25°C y a 100 °C. Es uno de los ensa-
yos más importantes puesto que es capaz de detectar leves contaminaciones de com-
puestos polares.
⎯ Humedad, mide el agua presente en el aceite, que puede estar en suspensión, solu-
ción, o emulsión. La humedad también es responsable de la variación de la capacidad
aislante
⎯ Análisis de PCB. El PCB o Bifenilo policlorado es una sustancia utilizada como refrige-
rante, que ha resultado ser un poderoso cancerígeno y que figura entre los 12 conta-
minantes más poderosos. Es necesario realizar el análisis de PCB en aceites de los que
se desconozca su procedencia o en aquellos que se sepa que han sido contaminados
con este producto. El valor límite aceptable de contaminación por PCB es de 50 PPM.
Por encima de este límite el aceite debe ser destruido por su impacto ambiental.
El servicio de análisis de aceite rara vez se realiza en la planta, prefiriéndose contar con un labo-
ratorio especializado del que no es fácil disponer en una planta industrial. Incluso las centrales
eléctricas y las industrias químicas, que sí disponen de laboratorios perfectamente equipados pa-
ra este fin, prefieren realizar de forma externa los análisis, contando para ello con el servicio
técnico del suministrador del aceite. La razón es clara: además de que el suministrador del servi-
cio es un especialista, realiza estos análisis de forma gratuita, ya que es un complemento del su-
ministro de aceite. Existen desde luego laboratorios no vinculados a suministradores de aceite, y
empresas que asesoran en lubricación que también prestan este servicio por un coste razonable,
pero la gran mayoría de las plantas cuentan con el servicio técnico de su suministrador de aceite
para realizar los análisis.
La gratuidad del servicio y las facilidades de todo tipo que proporciona el suministrador por estos
análisis que realiza sin coste aparente tienen una consecuencia: el cliente no valora este servicio.
Y esa falta de valoración se ve en varias fases del proceso.
En primer lugar, se aprecia en la toma de muestras. En general, puede afirmarse que la toma de
muestra se realiza con poco interés y con poco criterio. No se toman en el punto adecuado, no se
toman de la misma forma siguiendo un procedimiento establecido y bien estudiado, y así la ma-
yor parte de las veces la muestra no es representativa ni sus resultados son fiables. Un ejemplo
puede ser una toma de muestra de un tanque hidráulico: la concentración de determinadas partí-
culas y la presencia de agua será diferente si la muestra es tomada en la superficie o en el fondo.
Como puede verse en la figura 7.15, no será lo mismo tomar una muestra en el fondo del tan-
que, a la salida del filtro de impulsión o en el retorno.
Fig. 7.15 La toma de muestra es fundamental para la validez de los resultados de la inspección
Así, dos muestras del mismo aceite tomadas por dos operadores distintos pueden arrojar resulta-
dos completamente diferentes, uno de ellos aconsejando su sustitución inmediata y otro determi-
nando que el aceite está en perfecto estado de uso. Por otro lado, los recipientes de toma de
muestra o incluso el útil para extraer el aceite de la máquina pueden contaminar la muestra. En
esas condiciones, no es posible otorgar ninguna fiabilidad a las conclusiones que se extraen del
análisis.
En segundo lugar, junto con la muestra debe acompañarse una serie de información. En general
la información que debe adjuntarse y sin la cual el laboratorio no puede emitir un informe preciso
y útil es la siguiente:
Consta básicamente de un elemento sensor que puede llevar integrada la medición de varios ga-
ses o uno sólo, y un módulo de análisis de resultado, donde el instrumento interpreta y muestra
los resultados de la medición. El equipo es capaz de medir la concentración en los gases de esca-
pe de un número determinado de compuestos gaseosos. Los que se miden habitualmente son los
que se detallan en la tabla 7.3
La concentración de esas sustancias en los gases de escape se mide con dos finalidades, igual-
mente importantes:
⎯ Asegurar el cumplimiento de los condicionantes ambientales del motor, en base a los per-
misos y normativas legales que deba cumplir la planta
⎯ Cuando no se dispone del equipo necesario. Esta razón cada vez es menos frecuente, por
el paulatino abaratamiento de los equipos
⎯ Cuando por exigencia legal se precisa que la medición esté realizada por una empresa
certificada, y que realiza no sólo la medición, sino que da fe a la administración de la
validez de la medida.
Lo más habitual es contratar el servicio puntual, es decir, se paga y se contrata cuando se requie-
re. Suele ser el propietario o el contratista principal de mantenimiento el responsable de solicitar
el servicio y de llevar el control adecuado sobre su periodicidad, para cumplir al menos las exi-
gencias legales.
Menos frecuente es establecer contratos de larga duración con la empresa a la que se encarga la
realización del servicio. Cuando se hace así, también se incluye en el contrato el control sobre la
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Mantenimiento correctivo
Organización y gestión de la reparación de averías
Índice
1 QUE ES EL MANTENIMIENTO
CORRECTIVO
Esas son las razones que en muchas empresas inclinan la balanza hacia el co-
rrectivo. No obstante, estas empresas olvidan que el correctivo también tiene im-
portantes inconvenientes:
En la mayor parte de las empresas difícilmente las ventajas del correctivo puro
superarán a sus inconvenientes. La mayor parte de las empresas que basan su
mantenimiento en las tareas de tipo correctivo no han analizado en profundidad
si esta es la manera más rentable y segura de abordar el mantenimiento, y act-
úan así por otras razones.
4 LA EXTERNALIZACIÓN DEL
MANTENIMIENTO CORRECTIVO
Los contratos que se pueden establecer para la reparación de averías pueden ser
los siguientes:
El seguro puede cubrir tanto los costes de reparación totales (mano de obra, ma-
teriales, medios y subcontratos) como el lucro cesante, esto es, el beneficio que
el propietario de la planta deja de recibir por la pérdida de producción ocasiona-
da, y en algunos casos, los costes de amortización.
En realidad, estos seguros sólo cubren los casos de averías fortuitas no previsi-
bles y en los que el propietario o la empresa de mantenimiento contratada por
éste no tienen ninguna responsabilidad. Aún así, en caso de que el seguro abone
al propietario el importe de la avería (descontado el importe de la franquicia, que
suele ser elevado) se reserva el derecho a repetir la exigencia de responsabilidad
y la correspondiente indemnización contra otra entidad que pueda ser responsa-
ble (la ingeniería, si estima que es un mal diseño; el fabricante, en algún caso; o
la empresa de mantenimiento)
Estos seguros inicialmente fueron muy poco rentables para las empresas asegu-
radoras, por el desconocimiento del riesgo, por las bajas primas que en principio
se cobraban, y por la picaresca de determinados asegurados, que intentaban por
ejemplo que la compañía aseguradora cubriera mantenimientos normales como
grandes averías.
⎯ Tienen una franquicia elevada, de forma que las averías hasta un deter-
minado coste, sean fortuitas o no, no están cubiertas. En caso de gran
avería esa franquicia debe asumirla el asegurado, y se descuenta del
importe de la reparación. El lucro cesante suele tener también un límite
en el número de meses que se percibe, y la cantidad se establece de
antemano.
⎯ Los seguros penalizan a aquellas ingenierías y aquellas tecnologías que
han demostrado una especial siniestralidad, cobrando primas adiciona-
les si entienden que puede relacionarse una tecnología o una empresa
con esa siniestralidad elevada
⎯ Los peritos encargados de realizar la tasación del siniestro tienen una
formación técnica mucho más avanzada que los que lo hacían inicial-
mente, que eran peritos generalistas. Tienen además criterios bastante
restrictivos y dominan perfectamente el sector
⎯ Las primas se adaptan mucho mejor al riesgo que inicialmente, y son
muchísimo más elevadas que en su origen
⎯ Tienen en cuenta los periodos de grandes revisiones, y descuentan en
sus indemnizaciones la parte correspondiente a mantenimientos progra-
mados. Si una máquina está próxima a una gran revisión u overhaul, y
sufre una gran avería que la inutiliza, el coste de la reparación irá por
6 ANÁLISIS DE AVERÍAS
6.1.
El objetivo del análisis de fallos
El análisis de averías tiene como objetivo determinar las causas que han provo-
cado determinadas averías (sobre todo las averías repetitivas y aquellas con un
alto coste) para adoptar medidas preventivas que las eviten. Es importante des-
tacar esa doble función del análisis de averías:
Cuando se estudia una avería es importante recopilar todos los datos posibles
disponibles. Entre ellos, siempre deben recopilarse los siguientes:
Una vez recopilados todos los datos descritos, se puede estar en disposición de
determinar la causa que produjo el fallo.
Las causas habituales de los fallos son generalmente una o varias de estas cuatro:
En ocasiones, confluyen en una avería más de una de estas causas, lo que com-
plica en cierto modo el estudio del fallo, pues a veces es complicado determinar
cuál fue la causa principal y cuales tuvieron una influencia menor en el desarrollo
de la avería.
⎯ Por desgaste. Se da en piezas que pierden sus cualidades con el uso, pues
cada vez que entran en servicio pierden una pequeña porción de material.
Es el caso, por ejemplo, de los cojinetes antifricción.
⎯ Por rotura. Se produce cuando aplicamos fuerzas de compresión o de esti-
ramiento a una pieza sobrepasando su límite elástico. Es el caso del hundi-
miento de un puente por sobrepeso, por ejemplo. Las roturas a su vez pue-
den ser dúctiles o frágiles, dependiendo de que exista o no-deformación
durante el proceso de rotura. Así, las cerámicas, en condiciones normales
presentan roturas frágiles (las piezas pueden encajarse perfectamente tras
la rotura), mientras que el aluminio presenta una rotura dúctil, con impor-
tantes deformaciones en el proceso que impedirían recomponer la pieza ro-
ta por simple encaje de los restos.
⎯ Por fatiga. Determinadas piezas se encuentran sometidas a esfuerzos cícli-
cos de presión y/o estiramiento, en el que la fuerza aplicada no es constan-
te, sino que cambia con el tiempo. La diferencia importante con el caso an-
terior (fallo por rotura) es que estas fuerzas cíclicas están por debajo del
límite elástico, por lo que en principio no tendrían por qué provocar roturas.
Pero provocan el desarrollo de defectos del material, generalmente desde la
superficie hacia el interior de la pieza. De forma teórica es posible estimar
la cantidad de ciclos que puede resistir una pieza antes de su rotura por fa-
tiga, en función del tipo de material y de la amplitud de la tensión cíclica,
aunque el margen de error es grande. Determinados fenómenos como la
corrosión o las dilataciones del material por temperatura afectan a los pro-
cesos de fatiga del material.
Otra de las causas por las que una avería puede producirse es por un error del
personal de producción. Este error a su vez, puede tener su origen en:
⎯ Error de interpretación de un indicador durante la operación normal del
equipo, que hace al operador o conductor de la instalación tomar una deci-
sión equivocada
⎯ Actuación incorrecta ante un fallo de la máquina. Por ejemplo, introducir
agua en una caldera caliente en la que se ha perdido en nivel visual de
agua; al no conocerse qué cantidad de agua hay en su interior, es posible
que esté vacía y caliente, por lo que al introducir agua en ella se producirá
la vaporización instantánea, con el consiguiente aumento de presión que
puede provocar incluso la explosión de la caldera.
⎯ Factores físicos del operador: este puede no encontrarse en perfectas con-
diciones para realizar su trabajo, por mareos, sueño, cansancio acumulado
por jornada laboral extensa, enfermedad, etc.
⎯ Factores psicológicos, como la desmotivación, los problemas externos al
trabajo, etc., influyen enormemente en la proliferación de errores de opera-
ción
⎯ Falta de instrucciones sistemáticas claras, como procedimientos, instruccio-
nes técnicas, etc., o deficiente implantación de éstas
⎯ Falta de formación
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Para evitar fallos del personal de mantenimiento, en primer lugar (igual que en el
caso anterior) el personal debe estar motivado y adecuadamente formado. Si no
es así, deben tomarse las medidas que corresponda, que serán las mismas que
en el caso anterior (la empresa debe hacer todos los esfuerzos necesarios para
motivar al personal y si realizado todos los esfuerzos posibles la desmotivación
del trabajador supone un riesgo para sí mismo, para otros o para las instalacio-
nes el trabajador debe ser apartado de su responsabilidad).
La manera más eficaz de luchar contra los errores cometidos por el personal de
mantenimiento es la utilización de procedimientos de trabajo. Los procedimientos
contienen información detallada de cada una de las tareas necesarias para la
realización de un trabajo. Contienen también todas las medidas y reglajes nece-
sarios a realizar en el equipo. Por último, en estos procedimientos se detalla qué
comprobaciones deben realizarse para asegurarse de que el trabajo ha quedado
bien hecho.
Si se detecta en el análisis del fallo que éste ha sido debido a un error del perso-
nal de mantenimiento, la solución a adoptar será generalmente la redacción de
un procedimiento en el que se detalle la forma idónea de realización de la tarea
que ha sido mal realizada, y que ha tenido como consecuencia el fallo que se es-
tudia.
Las técnicas más usuales son las siguientes, aunque hay otras técnicas que pue-
den emplearse:
Por último, puede contarse con una empresa especializada este tipo de análisis,
siempre considerando que debe ser imparcial y sin intereses en el esclarecimien-
to de las causas de una avería, y que debe tener los conocimientos adecuados
para abordar las causas que han provocado el fallo.
⎯ Cursos técnicos, con un alto contenido práctico, impartido por profesionales que
provienen de la empresa y que tienen relación directa con los equipos
⎯ Cursos con un coste razonable (inferior a 500 € para cursos de 16h de duración)
pero de indudable calidad técnica
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nos interesa la técnica, los sistemas y los equipos)
Fase de estudio
Ingeniería conceptual
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Estudios de implantación (layout)
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REQUERIMIENTOS LEGALES
DE MANTENIMIENTO EN
PLANTAS INDUSTRIALES
Y EDIFICIOS
2
Índice
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DEL 3 DEFEBRERO AL 27 DE MAYO DE 2010
ENERGÍAS RENOVABLES
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3
En general, casi todas las obligaciones de mantenimiento están motivadas por la seguridad.
Casi todos los trabajos de este tipo pretenden asegurar que los equipos pueden trabajar en
condiciones de seguridad apropiadas, de forma que los trabajadores de la instalación, de
instalaciones próximas o la población en general puedan verse afectados.
Este tipo de obligaciones varían con el tipo de instalación y su tamaño; evolucionan con el
tiempo; varían de unos países a otros; e incluso, dentro del mismo país, pueden variar de unas
regiones a otras. Establecer pautas fijas y válidas para todas las instalaciones en todos los
países, regiones y en todo momento es algo imposible. Por ello, estas recomendaciones e
indicaciones deben ser tomadas como una simple guía de referencia, que habrá que comprobar
y completar en cada caso.
• Calderas
• Tuberías a presión
• Aparatos a presión (además de caldera y tuberías a presión)
• Aire Acondicionado
• Puentes grúa y otros equipos de elevación.
• Carretillas elevadoras
• Vehículos
• Estación de Regulación y Medida de Gas
• Planta de GNL
• Sistema contra incendio
• Red de aire comprimido
• Almacenamiento de productos químicos
• Contadores de gas
• Contadores eléctricos
• Torres de refrigeración
• Sistemas eléctricos
Fig. 7.1 Estación de regulación de gas natural, uno de los equipos sometidos a
inspecciones reglamentarias
De todas las pruebas e inspecciones que hay que realizar, es necesario conservar a disposición
de las autoridades competentes los correspondientes registros documentales de los trabajos
efectuados y sus resultados.
Es muy importante para el propietario de la planta, que será el responsable legal de que se
lleven a cabo estas inspecciones, y para el contratista de mantenimiento (en caso de que haya
asumido la responsabilidad de llevar a cabo éstas de acuerdo a la normativa vigente) cuidar dos
aspectos:
• Definir todas las obligaciones legales de mantenimiento impuestas por las diferentes
normativas de aplicación en la planta
• Determinar cómo debe conservar los registros documentales del cumplimiento de
dichas obligaciones, y ser cuidadoso con la llevanza de dichos documentos. En unos
casos se tratará de tener actualizados unos Libros de Registro, de carácter oficial y
debidamente diligenciados por la autoridad competente. Es el caso del Libro de
Aparatos a Presión, o del libro de Torres de Refrigeración; en otros casos solo tendrá
que mantener clasificados, actualizados y ordenados los documentos generados en los
trabajos (actas, informes de inspección, etc.)
Sea cual sea la modalidad de contratación, el propietario tiene que tener en cuenta que sobre él
recae la responsabilidad ante la Administración de la correcta ejecución de todos los requisitos
legales de mantenimiento, por lo que siempre debe mantener una supervisión activa del
mantenimiento legal y no debe entender nunca que por el hecho de contratarlo ha delegado la
responsabilidad y puede desentenderse de ese problema.
5. Normativas de referencia
Como simple referencia, teniendo siempre presente que la normativa cambia con el tiempo, y
que a una planta concreta le afecta la normativa supranacional, nacional, regional y local, la
tabla 5.1 contiene una relación de normas de obligado cumplimiento vigentes en España.
Tabla 5.1 Relación de normativas que regulan el mantenimiento legal de los equipos
de una planta industrial
1
RD: Real Decreto
Inspecciones Reglamentarias
Quien debe
Instalación Legislación realizarlo Inspecciones
Protecciones
Transformadores (ensayo rigidez
Instalación Mantenedor dieléctrica aceite)
RD 3275/1982
eléctrica Autorizado Aparamenta
Aislantes
Otros
RD 2913/1973 Protecciones contra corrosión
Empresa
Instalación de gas Orden 18-Nov- Uniones
especializada
1974 Inspección visual
Válvulas de seguridad
Presostatos de seguridad
Falta de corriente
Instalación de Mantenedor
RD 2060/2008 Falta de agua
aparatos a presión Autorizado
Reloj de tiempo
Toma de tierra
Otros
Instalación de aire Empresa Válvulas y equipos de seguridad de
REP
comprimido especializada seguridad
Sistema automático de detección y
alarma (RD 1942/1993 Tabla I)
Sistema abastecimiento de agua (RD
Mantenedor 1942/1993 Tabla I)
Autorizado Sistema abastecimiento de agua (RD
Instalación contra RD 1942/1993 1942/1993 Tabla I)
incendios RD 2267/2004 Sistemas fijos de extinción (RD
1942/1993 Tabla I)
Sistema abastecimiento de agua (RD
Empresa 1942/1993 Tabla II)
especializada Extintores (RD 1942/1993 Tabla II)
Extintores (RD 1942/1993 Tabla I)
Inspecciones Reglamentarias
Quien debe
Instalación Legislación realizarlo Inspecciones
Mantenedor
Medición Legionella
Autorizado
Turbidez
Hierro total
Torres de Empresa Aerobios
NTP 692
refrigeración especializada pH
Tª
Conductividad
Empresa
Medición Cl o Biocida utilizado
especializada
Duchas y lavaojos. EPI's
Libro de registro de inspecciones
realizadas
Fundaciones
Pernos de anclaje
RD 379/2001 Toma de tierra
Almacenamiento
ITC-MIE-APQ- Empresa Niveles e indicadores
de productos
006 especializada
químicos Tubuladuras
RD 668/1980
Pintura /aislamiento
Asentamientos
Espesores
Válvulas y accesorios
Cubetos y sistemas de drenaje
En cuanto a tuberías, es necesario clasificar todas las tuberías a presión de la planta por tipos,
para poder determinar las inspecciones a realizar y la frecuencia éstas.
- Las que realiza el propio usuario o una empresa mantenedora contratada por él, que suelen
de carácter anual
- Las que se realiza un organismo autorizado acreditado, que suelen tener una periodicidad
inferior (cada 3 o 5 años).
- Las que se realizan tras una modificación o reparación, que generalmente realiza un
organismo autorizado.
Sobre las pruebas hidráulicas o hidrostáticas, son pruebas bastante agresivas con la instalación.
En general supone elevar la presión de forma continuada durante un cierto periodo de tiempo
hasta un 150% de la presión máxima de servicio. Hay que vaciar la caldera, purgarla, rellenarla
y presurizarla con el líquido con el que se vaya a hacer la prueba (normalmente agua
desmineralizada tratada). Es muy habitual que durante este proceso se produzcan bloqueos de
válvulas, roturas de tubos, roturas de soldaduras en calderines y colectores, y fallos en la
instrumentación (sobre todo en el elemento sensor). Las normativas suelen prever la posibilidad
de realizar pruebas sustitutivas de las agresivas pruebas hidráulicas, aunque hay que solicitarlo,
con la argumentación correspondiente, y obtener la autorización para ello.
De todas las pruebas realizadas es necesario que exista un registro escrito. En general las
instalaciones deben contar con un Libro de Aparatos a Presión, debidamente diligenciado por la
autoridad competente. En él se debe anotar el resultado de las inspecciones realizadas por el
usuario, las inspecciones periódicas legales, las que resulten de modificaciones o reparaciones y
cualquier anomalía que se detecte en la instalación. Este libro puede ser sustituido en
determinados casos por un programa informático en el que se registre la misma información.
Además de este libro, suele ser obligatorio que exista un libro diario de calderas, en el que se
anoten todas las maniobras que se realicen en los equipos a presión. Habitualmente en las
plantas existe un libro diario en el que se anotan todas las maniobras e incidencias que se
tienen lugar en cada uno de los turnos de trabajo, no sólo de calderas y aparatos a presión sino
de todos los equipos. Este libro diario puede sustituir al libro obligatorio de aparatos a presión
7.3. Vehículos
Dentro de este grupo estarían las carretillas elevadoras y los turismos, furgonetas y vehículos
industriales usados en la actividad.
Las carretillas elevadoras deben seguir el plan de mantenimiento propuesto por el fabricante.
Puede realizarlo el usuario o un taller especializado. Los vehículos utilizados en una instalación
industrial están generalmente sujetos a normas comunes a todos los vehículos. En España y en
la Unión Europea, deben pasar periódicamente una Inspección Técnica, denominada ITV. En
otros países existen organismos e inspecciones equivalentes.
Además del tratamiento químico adecuado, que incluye la aplicación de los biocidas
correspondientes, suele ser obligatoria la realización de limpiezas en profundidad de torres y
circuitos de refrigeración, mediante la aplicación de biocidas en concentraciones muy superiores
a las habituales durante varias horas. También puede incluir la limpieza de los separadores de
gotas.
La limpieza debe ser realizada por una empresa homologada. El registro es el informe emitido
por la empresa, que debe ser registrado en el llamado Libro de Torres.
2
La legionelosis es una enfermedad bacteriana de origen ambiental que suele presentar dos
formas clínicas diferenciadas: la infección pulmonar o «Enfermedad del Legionario», que se
caracteriza por neumonía con fiebre alta, y la forma no neumónica, conocida como «Fiebre de
Pontiac», que se manifiesta como un síndrome febril agudo y de pronóstico leve.
Anualmente, el usuario de la instalación debe revisar, con su propio personal si tienen los
conocimientos necesarios o con personal externo, la revisión de todos los equipos y elementos
de tensiones inferiores a 1000 voltios
El usuario debe realizar al menos anualmente una revisión de todos los equipos relacionados
con el sistema de alta tensión, y dejar anotado en el Libro de Registro de Alta Tensión el
resultado de la inspección. Los puntos que habitualmente se inspeccionan son los siguientes:
1. - Embarrados
2.- Aparellaje
- Seccionadores
* Limpieza
* Verificación de aprietes y conexiones
* Comprobación de presión y estado de cuadrillas
* Observación de posibles fisuras de aisladores
* Verificación de la correcta maniobra de conexión-desconexión.
- Interruptores automáticos.
* Limpieza
* Verificación de apriete conexiones
* Comprobar presión gas (SF6).
* Verificar correcto funcionamiento del ciclo de maniobra
* Comprobar funcionamiento de disparo por acción de los relés de
protección.
* Revisión de mecanismos de mando, principalmente:
- Resortes
- Timonería y trinquete del sistema de disparo por acción de
los relés de protección o del pulsador de desconexión
- Indicadores "conectado" y "desconectado"
- Transformadores de salida
* Limpieza
* Verificación de apriete conexiones
* Limpieza
* Verificación apriete conexiones
* Verificación correcta maniobras conexión-desconexión
* Verificación correcta maniobrabilidad de aparamenta
* Visualización posibles deterioros, quemaduras, etc.
. Banquetas aislantes
. Cerrantes aislantes
. Extintores
. Placas de peligro
. Esquema unifilar de la instalación e instrucciones de
maniobra.
. Placa de primeros auxilios.
Una entidad autorizada que cuente con las correspondientes acreditaciones debe realizar una
inspección de la instalación. En general, debe inspeccionar todos los puntos detallados en el
apartado anterior.
Las inspecciones son realizadas por una empresa mantenedora autorizada que tenga la
acreditación necesaria. En general las tareas consisten en la comprobación de parámetros de
funcionamiento (temperaturas y presiones en evaporadores y condensadores, limpiezas,
detección de fugas, etc.
Para el registro suele ser suficiente con el archivo de los informes de revisión emitidos por una
empresa mantenedora especializada en ese tipo de instalaciones.
El registro que debe guardarse es el informe que emite la empresa encargada de la inspección
tras la realización de ésta.
Como registro es necesario conservar los informes de inspección emitidos por la empresa
autorizada
Además de una calibración habitual que puede ser realizada por personal habitual de planta,
hay que realizar cada cierto tiempo una calibración y comprobación de los equipos de medición
supervisada o realizada por un organismo de control.
Como registro, será necesario guardar los informes de calibración internos y las actas emitidas
por el organismo de control autorizado
Se trata de verificaciones que puede realizar el propio usuario de la instalación, con carácter
generalmente anual. En general se trata de comprobar la estanqueidad del almacenamiento y
de los elementos de retención que evitan derrames, de la protección catódica (si existe), de las
tuberías y equipos de bombeo que los transportan, y de los venteos que en su caso puedan
existir.
Líquidos inflamables
Igual que en el caso anterior, se trata de verificaciones que puede realizar el propio usuario de
la instalación, con carácter generalmente anual. En general se trata de igualmente de
comprobar la estanqueidad del almacenamiento y de los elementos de retención que evitan
derrames, de la protección catódica (si existe), de las tuberías y equipos de bombeo que los
transportan, y de los venteos que en su caso puedan existir. Además, hay que verificar
especialmente los equipos de lucha contraincendios específicos de esta instalación.
8. Libros de registro
En relación al mantenimiento, los libros de registro obligatorios en una planta industrial suelen
ser los siguientes:
- Libro de emisiones
- Libro de sistemas de alta tensión
- Libro de almacén de productos químicos
Además de éstos pueden existir otros ajenos al mantenimiento y que también pueden ser de
carácter obligatorio (libro de salidas de residuos peligrosos, de aceites usados, libros de registro
de entradas-salidas de combustibles, libros de registro de importaciones y exportaciones de
electricidad, libro relacionados con el personal, libro de visitas oficiales de la administración,
etc.).
La tabla 8.1 contiene una relación de los libros de registro y la documentación acreditativa de la
realización de las obligaciones legales de mantenimiento
ENERGÍAS RENOVABLES
ENERGÍAS SOSTENIBLES
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ARTICULO ÚNICO DE APROBACIÓN
Articulo Único
Ú de Aprobación :
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INSTRUCCIONES TÉCNICAS COMPLEMENTARIAS
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Disposiciones Adicionales
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Resumen Disposiciones Adicionales
Las Disposiciones Adicionales dan las pautas y directrices que deben cumplir los equipos o
instalaciones existentes para integrarse en el RD aunque seguirán rigiéndose por las
prescripciones técnicas y valores de pruebas hidráulicas que les fueron de aplicación en su
puesta en servicio.
1) Los equipos a presión instalados y en servicio antes de la entrada en vigor del RD 769/1999
afectados por el RD 1244/1979 de 4/4 (RAP) o por el RD 2443/1969 de 16/08 (RRP)
2) Los equipos a presión instalados y en servicio antes de la entrada en vigor del RD 2060/2008
pero posteriores al RD 769/1999 de 7/05
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Resumen Disposiciones
p Adicionales
Las fechas de partida para la realización de las pruebas periódicas, dependerán del nivel de
inspección a realizar, siendo la fecha de partida de los distintos niveles las siguientes :
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Resumen Disposiciones Adicionales
La instalación y puesta en servicio por cambio de emplazamiento así como la reparación de los
equipos, con categorías I a IV, se realizaran por los Artículos 4, 5 y 7 del REP y su caso por la
ITC correspondiente.
Presentar ante el órgano competente de la comunidad autónoma, proyecto técnico firmado por
técnico competente y visado por el correspondiente colegio oficial,
oficial en el que se recojan cálculos
de resistencia mecánica, accesorios de seguridad adoptados, planos y certificado de
conformidad de una OCA.
Tras la ejecución deberá emitirse un certificado de dirección técnica firmado por técnico
competente y visado por el correspondiente colegio oficial.
Los equipos excluidos de la MIE AP-06 que por la aplicación de la MIE EP-3 deban realizar
pruebas periódicas se podrán clasificar como de clase 5
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Resumen Disposiciones Adicionales
Los equipos a presión que se recogen
g en el segundo
g apartado ((Equipos instalados y en
servicio antes de la entrada en vigor del RD2060/2008 pero posteriores al RD 769/1999 de
7/05), deben cumplir con los requisitos de los capítulos II, III y IV del REP, debiendo colocar
la placa recogida en el Anexo II del REP en la primera inspección periódica de nivel B o C
que se realice.
q
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Disposiciones Transitorias
• Disposición Transitoria Primera :
Organismos de control autorizados con anterioridad a la entrada en vigor
de este Real Decreto.
• Disposición Transitoria Segunda :
Instalaciones en fase de tramitación.
tramitación
• Disposición Transitoria Tercera :
Empresas proveedoras de gases o fabricantes de botellas.
• Disposición Transitoria Cuarta :
Carnés de operador industrial de calderas.
• Disposición Transitoria Quinta :
Modificación de instalaciones de calderas existentes.
• Disposición Transitoria Sexta :
Utilización de recipientes a presión transportables.
• Disposición Transitoria Séptima :
Colores de identificación de los recipientes a presión transportables
• Disposición Transitoria Octava : (Repetida la Tercera)
Empresas proveedoras de gases o fabricantes de botellas.
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Resumen Disposiciones Transitorias
L b
Las botellas
t ll y b
botellones
t ll que utilizan
tili llos colores
l iindicados
di d en lla ITC AP
AP-7,
7
deberán adaptarse en el plazo de cinco años desde la entrada en vigor del
presente Real Decreto a lo indicado en la ITC EP-6.
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Resumen Disposiciones Transitorias
Referente a calderas, las instalaciones existentes sin marcado “CE” que
dispongan de expediente de control de calidad podrán adaptarse a la ITC EP-1
con solo presentar el proyecto técnico ante el órgano competente de la comunidad
autónoma , si fuese necesario realizar adaptaciones que afecten a la seguridad
deberá acompañarse del informe de una OCA, igualmente podrán adaptarse los
sistemas de vigilancia a los indicados en la ITC EP-1 presentando un proyecto
técnico de adecuación que en el caso de que el fabricante disponga de
dispositivos de vigilancia diferente no necesitará proyecto.
Los carnés de operador industrial de calderas que cumplan con las condiciones
del “RAP” ITC AP-1 y estén expedidos antes de la entrada en vigor del ”REP”
siguen teniendo validez .
En los casos en los que la instalación con la ITC AP-1 no necesitase carné y con
la ITC EP-1 si se requiera, tendrá tres años para acreditar al personal.
Los operadores con experiencia demostrada, en calderas, en los dos años anteriores
a la entrada en vigor del ”REP” podrán obtener el carné con un curso de 20 horas
impartido por entidades autorizadas y cumplir con lo exigido en la ITC EP-1.
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Disposición Derogatoria Única
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Disposiciones Finales
• Disposición Final Primera :
Título competencial.
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Reglamento de Equipos a Presión, “REP”
El Reglamento de Equipos a Presión, “REP”, esta estructurado de la siguiente manera:
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
CAPITULO I : Disposiciones generales
Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación.
1. Constituye el objeto de este reglamento el establecimiento de las normas y criterios de seguridad
para la adecuada utilización de los equipos a presión con relación a los campos que se definen
en el ámbito de aplicación de este reglamento.
2. El presente reglamento se aplica a la instalación, inspecciones periódicas, reparación y modificación
de los equipos a presión sometidos a una presión máxima admisible superior a 0,5 bar, y, en
particular, a los siguientes:
a) Equipos a presión, según Real Decreto 769/1999, de 7 de Mayo (Directiva 97/23/CE).
b) Recipientes a presión simples, según Real Decreto 1495/1991, de 11 de Octubre (Directiva
87/404/CEE).
c) Los recipientes a presión transportables, según Real Decreto 222/2001, de 2 de Marzo
(Directiva 1999/36/CE 29/04).
d) Las tuberías de conexión o conducción de cualquier fluido o sustancia, con todos sus equipos anejos
no incluidas en el anterior apartado 2.a.( La Directiva 97/23/CE considera las tuberías como equipos)
e) Los equipos a presión con presión máxima admisible superior a 0,5 bar excluidos o no
contemplados en los apartados anteriores deberán cumplir con las obligaciones que establece el
artículo 9 del presente reglamento.
3. Se excluyen del presente reglamento aquellos equipos a presión que dispongan de reglamentación de
seguridad específica, en la que expresamente estén reguladas las condiciones que en el se contemplan.
q
En cualquier caso,, se excluyen
y las redes de tuberías de suministro o distribución de agua
g fría o combustibles
líquidos o gaseosos, así como las redes de agua contra incendios y las de conducción de agua motriz de
las centrales hidroeléctricas.
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
“Fabricante”: Persona física o jurídica que asume la responsabilidad del diseño y fabricación de
un producto con objeto de comercializarlo en su nombre o ponerlo en servicio.
“Empresa Instaladora”: Persona física o jurídica que acreditando disponer de los medios adecuados
realiza la instalación y asume la responsabilidad de su correcta instalación.
p
“Empresa Reparadora”:
p Persona física o jjurídica q
que acreditando disponer
p de los medios adecuados
realiza la reparación y asume la responsabilidad de la misma.
“ Usuario” es la persona física o jurídica que utiliza, bajo su responsabilidad, los equipos a presión
o las instalaciones.
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión, “REP”
CAPITULO I : Disposiciones generales
Artículo 2. Definiciones.
«Presión máxima admisible PS» : La presión máxima para la que está diseñado el equipo
especificada por el fabricante. Esta presión es equivalente a la denominada como presión de diseño
en la reglamentación anterior
«Presión de precinto Pp» : La presión a la que está tarado el elemento de seguridad que protege al
equipo a presión
presión.
«Presión de prueba PT» : Aquella presión a la que se somete el equipo a presión para comprobar su
resistencia. Corresponde a la mayor presión efectiva que se ejerce en el punto más alto del aparato
durante la prueba de presión.
«Presión
P ió máxima
á i de
d servicio
i i Pms»
P : La
L presión
ió másá alta,
lt en llas condiciones
di i d
de ffuncionamiento,
i i t que
puede alcanzar un equipo a presión o instalación.
«Temperatura máxima/mínima de servicio Tms» : La temperatura más alta o más baja que se
estima puede producirse en el interior del equipo en condiciones extremas de funcionamiento.
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ANEXO IV
DOCUMENTOS PARA
ANEXO II REPARACIONES
REQUISITOS PARA LA MODIFICACIONES
INSTALACION Y INSPECCIONES PERIODICAS
PUESTA EN SERVICIO INSTALACION
REPARACIONES
INSTALACIÓN Y INSPECCIONES
MODIFICACIONES
PUESTA EN SERVICIO PERIÓDICAS
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión, “REP”
INSTALACIÓNÓ Y PUESTA EN SERVICIO
EMPRESAS INSTALADORAS
DOCUMENTACIÓN DE ACREDITACIÓN DE LA
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
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Presión “REP”
REP
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Las instalaciones con equipos a presión del articulo 3.3 del RD 769/1999 o
asimilados a dicha categoría según su articulo 3.2, podrán realizarse bajo la
responsabilidad del usuario.
Las instalaciones de los equipos a presión dispondrán de los dispositivos y medios
apropiados de protección necesarios para que su funcionamiento se realice de
forma segura.
L uniones
Las i permanentes
t que d deban
b realizarse
li en llas iinstalaciones
t l i d
deberán
b á ser
realizadas con Procedimientos de soldadura adecuados y por profesionales
acreditados.
Los equipos a presión se instalarán en condiciones que permitan la realización
posterior de las operaciones de mantenimiento y control previstas en las
instrucciones del fabricante y la realización de las inspecciones periódicas.
La descarga de las válvulas de seguridad o discos de rotura deberán evacuar a lugar
seguro.
Los cambios de emplazamiento de las instalaciones serán considerados como
una nueva instalación.
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Presión “REP”
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INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
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Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Las ITC podrán indicar condiciones diferentes para requerir la presentación de proyecto de
instalación o de otra documentación especifica.
especifica
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Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Una vez comprobado que nuestra instalación reúne las condiciones que hacen que se necesite
proyecto, veamos que documentos debe contener el proyecto :
a) Memoria :
- Clase de actividad industrial y uso a la que destinan los equipos a presión
- Identificación y características de los equipos a presión.
- Justificación de todos los requisitos reglamentarios que le sean de aplicación.
- Estudio de seguridad en la utilización de la instalación.
- Instrucciones en caso de emergencia y procedimientos de actuación en caso de activación
o fallo de las seguridades
b) Presupuesto.
c) Planos :
- Plano de ubicación de la instalación en el emplazamiento, con indicación de referencias
invariables (carretera, punto kilométrico, río,… ) y escala aproximada 1/10.000 a 1/50.000.
- Plano de situación de la instalación o del establecimiento con indicación de dimensiones
generales, localización de los equipos principales, y si procede distancias a otros riesgos.
- Esquema de principio de la instalación con indicación de todos los equipos a presión y la
situación de los accesorios de seguridad. Deberán indicarse los parámetros principales de
funcionamiento (presión. temperatura,…)
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Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Ya tenemos la Instalación clasificada y presentado el proyecto o no dependiendo de
l clasificación,
la l ifi ió pasamos a iinstalarla
t l l para llo que necesitamos
it una EMPRESA
INSTALADORA DE EQUIPOS A PRESIÓN .
En función de la capacidad para realizar instalaciones, que requieran proyecto o no
existen 2 categorías de EMPRESAS INSTALADORAS DE EQUIPOS A PRESIÓN :
Estas empresas instaladoras tanto EIP-1 como EIP-2, deberán estar inscritas, en la
categoría que decidan, en el registro del órgano competente de la comunidad
autónoma correspondiente a su domicilio social, comunicando las modificaciones de
l d
los datos
t o requisitos
i it que sirvieran
i i para su iinscripción.
i ió
La inscripción tendrá una validez de tres años, renovable antes de su caducidad, el
órgano competente de la comunidad autónoma podrá disponer un plazo mayor.
La autorización de las empresas
p instaladoras o reparadoras
p otorgada
g p
por cualquier
q
comunidad autónoma, o por las ciudades de Ceuta y Melilla, tendrá validez y eficacia
en la totalidad del territorio español.
Con carácter previo a la instalación, la EIP comprobará la documentación técnica y
las instrucciones de los fabricantes de los equipos
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Presión “REP”
REP
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Para p
poder obtener la inscripción
p como EMPRESA INSTALADORA,, deberán
cumplimentar al menos los siguientes apartados :
CATEGORÍA EIP-1 :
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Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
- Declaración de conocimiento del REP y sus ITC por los responsables de la empresa
y por el personal en plantilla que realiza las instalaciones.
- Libro o sistema de registro de las actuaciones realizadas (instalaciones o inspecciones).
- Acreditar la cobertura de responsabilidad civil derivada de sus actuaciones mediante
póliza de responsabilidad civil
civil, aval u otra garantía contratada con entidad debidamente
autorizada, de al menos 300.000 € por siniestro. La cantidad indicada deberá actualizarse de
acuerdo con las variaciones anuales del IPC, desde la entrada en vigor del REP.
CATEGORÍA EIP-2 :
- Deben cumplir con lo indicado para las empresas EIP-1 con la diferencia de que la cobertura de
la póliza de responsabilidad civil será de al menos 600.000 € por siniestro y además deberá
disponer de técnico titulado competente en plantilla, que actuará como responsable técnico
de la empresa.
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Finalizadas las obras de ejecución o montaje de las instalaciones, que incluyan equipos a presión
que correspondan a las categorías I a IV a que se refiere el artículo 9 y anexo II del Real Decreto
769/1999, de 7 de mayo, o asimilados a dichas categorías según el artículo 3.2 de dicho real
decreto, para la puesta en servicio se requerirá la realización de las pruebas en el lugar de
emplazamiento, para comprobar su buen funcionamiento y que dispone de condiciones de
utilización seguras y posteriormente la acreditación previa de las condiciones de seguridad de la
instalación ante el órgano competente de la comunidad autónoma correspondiente, mediante la
presentación de la pertinente documentación.
No obstante lo anterior, en ningún caso podrá superarse la presión de prueba que corresponda a
cada equipo a presión.
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INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
En caso de que el equipo a presión haya sufrido alguna anomalía durante el transporte o
manipulación que pueda haber afectado a la resistencia del mismo, o en las comprobaciones se
detecte algún fallo real o aparente se realizarán los ensayos y pruebas necesarios que
garanticen su seguridad, antes de proceder a su puesta en servicio.
Los ensayos y pruebas que se realicen deberán ser certificados por un O.C.A. o por el fabricante.
En caso de ser necesario realizar reparaciones, se atenderá a lo indicado para reparaciones en este
reglamento.
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Realizadas las pruebas en el lugar de emplazamiento se requerirá, tal como citamos con anterioridad, la acreditación
ante el órgano competente de la comunidad autónoma correspondiente
correspondiente, mediante la presentación de al menos la
siguiente documentación :
a) Certificado de dirección técnica emitido por técnico titulado competente y visado por el correspondiente colegio
oficial, conteniendo al menos la siguiente documentación :
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
b) Certificado de instalación emitido y firmado por el técnico titulado competente de la empresa
instaladora EIP-2 de equipos a presión inscrita y visado por el correspondiente colegio oficial
en el que se haga constar que los equipos cumplen el presente reglamento, que disponen de las
instrucciones de todos los equipos (incluidos los mencionados en el artículo 3.3 de Real Decreto
769/1999, de 7 de mayo), que se han realizado las pruebas requeridas, incluyendo en su caso
la correspondiente prueba hidrostática de resistencia de los elementos no probados y que el
funcionamiento es correcto.
correcto La documentación mínima que contendrá será :
*Este certificado puede sustituir al certificado de dirección técnica si además cumple los requisitos de
documentación recogidos en el apartado a)
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Los equipos a presión transportables que se utilicen de forma permanente en una instalación
fija bastará con la declaración del instalador de que el equipo a presión dispone del marcado a
que se hace referencia en el Real Decreto 222/2001, de 2 de Marzo, por el que se dictan las
p
disposiciones de aplicación
p de la Directiva 1999/36/CE,, del Consejo
j de 29 de Abril,, relativa a
los equipos a presión transportables.
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Instalaciones con CATEGORÍA I a IV que no necesitan proyecto de instalación
(I t l i
(Instalaciones d
de menor riesgo)
i )
a) Certificado de instalación suscrito tanto por empresa instaladora de equipos a presión (EIP-1 o EIP-2)
inscrita como por su responsable técnico, en el que se haga constar que los equipos cumplen el
presente reglamento,
g que disponen de las instrucciones de todos los equipos ((incluidos los
mencionados en el artículo 3.3 de Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo), que se han realizado
las pruebas requeridas, incluyendo en su caso, la correspondiente prueba hidrostática de
resistencia de los elementos no probados y que el funcionamiento es correcto.
La documentación mínima que contendrá será :
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Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
Una vez presentada la documentación relativa a la puesta en servicio, de la instalación o del equipo el órgano
competente
t t de
d la
l comunidad
id d autónoma
tó ffacilitará
ilit á las
l correspondientes
di t placas
l d
de iinstalación
t l ió e iinspecciones
i periódicas
iódi
ya que todos los equipos a presión de las categorías I a IV a que se refiere el artículo 9 y anexo II del Real Decreto
769/1999, de 7 de mayo, o asimilados a dichas categorías según su artículo 3.2 que forman parte de una instalación
deberán disponer de las citadas placas de instalación e inspecciones periódicas (Ver CUADRO II).
L placas
Las l estarán
t á realizadas
li d con materiales
t i l d duraderos,
d serán
á llegibles
ibl e iirán
á colocadas
l d en un llugar visible
i ibl d
dell equipo
i
o conjunto, cuando los equipos dispongan de placa, si se produce un cambio de emplazamiento a otra comunidad
autónoma, ésta decidirá si la mantiene o le otorga una nueva.
Las instalaciones en las que todos los equipos a presión sean de categoría inferior a la categoría I prevista en el
artículo
tí l 9 y anexo II ddell d
dell R
Reall D
Decreto
t 769/1999
769/1999, d
de 7 d
de mayo, o asimilados
i il d a di dichas
h categorías
t í según ú su
artículo 3.2 cumplirán con el artículo 9 de este reglamento y en particular requerirá que los usuarios tengan a
disposición del órgano competente de la comunidad autónoma al menos la siguiente documentación :
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INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
CUADRO II (Modelo de placa de instalación y prueba periódica)
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INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
CUADRO II (Continuación)
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INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
CUADRO II
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
ó “REP”
“
MODIFICACIONES DE INSTALACIONES
MODIFICACIÓN DE INSTALACIONES
MODIFICACIÓN MODIFICACIÓN
NO IMPORTANTE IMPORTANTE
DE INSTALACIONES DE INSTALACIONES
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Presión “REP”
REP
MODIFICACIONES DE LAS INSTALACIONES
MODIFICACIONES NO IMPORTANTES DE INSTALACIONES
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Presión “REP”
REP
MODIFICACIONES DE LAS INSTALACIONES
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSTALACIÓN Y PUESTA EN SERVICIO
- Disponer
p del correspondiente
p Libro o sistema de registro
g en donde se anoten las actuaciones
realizadas, indicando al menos :
Fecha de actuación.
Usuario.
Tipo
p de actuación.
Identificación o características del equipo o instalación.
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REPARACIÓNES
Ó Y MODIFICACIONES
EMPRESAS REPARADORAS
DOCUMENTACIÓN DE ACREDITACIÓN DE LA
REPARACIÓN Y MODIFICACIÓN
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Presión “REP”
REP
REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
Las reparaciones que afecten a las partes sometidas a presión de los equipos de las
categorías I a IV del Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo o asimilados deberán ser realizadas
por empresas reparadoras de equipos a presión inscritas en el registro del órgano competente de
la comunidad autónoma correspondiente a su domicilio social, y que, según se dispone en el
artículo 13.3 de la Ley 21/1992 de 16 de julio, de Industria, la autorización de las empresas
reparadoras otorgada por cualquier comunidad autónoma, o por las ciudades de Ceuta y Melilla
tendrá validez y eficacia en la totalidad del territorio español.
No obstante lo anterior, podrán inscribirse para la realización de reparaciones las empresas que
acrediten haber construido dicho equipo, o los usuarios que justifiquen el cumplimiento de las
condiciones establecidas para las empresas reparadoras de equipos a presión.
NO tendrán la consideración de reparaciones la sustitución de juntas ni el cambio de
accesorios por otros de iguales o superiores características o función.
Los equipos a presión una vez reparados deberán seguir cumpliendo las características de
diseño definidas por el fabricante, y en los equipos que dispongan de marcado ”CE”, además, los
requisitos esenciales de seguridad contemplados en el Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo.
Todo equipo a presión, una vez reparado, deberá ser sometido a una inspección por parte de
un O.C.A., el cual realizará las pruebas, exámenes y controles que considere necesarios con objeto
de comprobar que la reparación no ha afectado a las condiciones de seguridad, emitiéndose el
correspondiente certificado.
Antes de la puesta en servicio de un equipo a presión reparado, deberá realizarse la inspección
periódica de nivel C.
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
Para poder ser inscritas, deberán contar, con carácter previo, con la autorización del referido
órgano competente para lo que acreditarán la disponibilidad de medios técnicos y humanos, así
como la cobertura de la correspondiente responsabilidad civil derivada de sus actuaciones.
La inscripción tendrá una validez de tres años, renovable antes de su caducidad, el órgano
competente de la comunidad autónoma podrá disponer un plazo mayor.
La autorización de las empresas reparadoras otorgada por cualquier comunidad autónoma, o por
las ciudades de Ceuta y Melilla, tendrá validez y eficacia en la totalidad del territorio español.
En función de la capacidad
capacidad, según las Categorías
Categorías, para realizar reparaciones
reparaciones, las EMPRESAS
REPARADORAS DE EQUIPOS A PRESIÓN (ERP) se clasifican como sigue :
- Categoría ERP-1 : Solo pueden realizarlas reparaciones que afecten a las partes sometidas a
presión de los equipos de hasta categoría I del Real Decreto 769/1999
769/1999, de
7 de mayo o asimilados.
- Categoría ERP-2 : Las reparaciones que afecten a las partes sometidas a presión de los equipos de
l categorías
las t í I a IV del
d l Real
R l DDecretot 769/1999
769/1999, d
de 7 d
de mayo o asimilados.
i il d
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REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
Para p
poder obtener la inscripción
p como EMPRESA REPARADORA,, deberán
cumplimentar al menos los siguientes apartados :
CATEGORÍA ERP-1 :
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REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
- Declaración de conocimiento del REP y sus ITC por los responsables de la empresa
y por el personal en plantilla que realiza las reparaciones.
- Libro o sistema de registro de las actuaciones realizadas (reparaciones o modificaciones de
equipos a presión).
- Acreditar la cobertura de responsabilidad civil derivada de sus actuaciones mediante
póliza de responsabilidad civil, aval u otra garantía contratada con entidad debidamente
autorizada, de al menos 300.000 € por siniestro. La cantidad indicada deberá actualizarse de
acuerdo con las variaciones anuales del IPC, desde la entrada en vigorg del REP.
CATEGORÍA ERP-2 :
- Deben cumplir con lo indicado para las empresas ERP-1 con la diferencia de que la cobertura de
la póliza de responsabilidad civil será de al menos 600.000 € por siniestro y además deberá
disponer de técnico titulado competente en plantilla, que actuará como responsable técnico
de la empresa
empresa.
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REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
Las reparaciones que se realicen deberán certificarse por parte de la empresa reparadora
mediante la emisión del correspondiente certificado de reparación, que contendrá al menos los
siguientes
g datos :
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ó “REP”
“
MODIFICACIONES DE EQUIPOS A PRESIÓN
MODIFICACIÓN DE
EQUIPOS
Q A PRESIÓN
MODIFICACIÓN MODIFICACIÓN
NO IMPORTANTE IMPORTANTE
DE EQUIPOS A PRESION DE EQUIPOS A PRESIÓN
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ó “REP”
“
MODIFICACIONES DE EQUIPOS A PRESIÓN
MODIFICACIONES NO IMPORTANTES DE EQUIPOS A PRESIÓN (No requiere reevaluación)
Las modificaciones de un equipo a presión de las categorías I a IV de la DEP o los asimilados, así
como de sus correspondientes accesorios de seguridad, se realizarán teniendo en cuenta los
requisitos
equ s os indicados
d cados pa
para
a las
as reparaciones.
epa ac o es Las
as modificaciones
od cac o es debe
deberán
á ce
certificarse
ca se po
por pa
parte
e de la
a
empresa reparadora de equipos a presión mediante la extensión del correspondiente certificado de
modificación, de acuerdo con el contenido mínimo siguiente :
- Identificación de la empresa
p instaladora de equipos
q p ap presión ((nombre , dirección y Nº de
Identificación).
- Localización de la instalación (titular, dirección y Nº R.E.I.).
- Características técnicas de la instalación:
Identificación,, denominación,, clasificación,, fluido,, V,, PS,, TS,, Pms,, Tms y PT de los equipos.
q p
Accesorios de seguridad, Pp y otras características específicas según el tipo de equipo.
- Descripción de la modificación
- Fecha, nombre, firma del responsable y sello de la empresa instaladora.
- Identificación del organismo
g de control autorizado ((OCA)) q que ha intervenido.
- Descripción de los exámenes, controles y pruebas realizados.
- Que la instalación es segura.
- Fecha y firma.
- Identificación del responsable
p técnico de la empresa
p instaladora qque suscribe el certificado y
sello de la empresa.
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ó “REP”
“
MODIFICACIONES DE EQUIPOS A PRESIÓN
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
REPARACIÓNES Y MODIFICACIONES
OBLIGACIONES DE LAS EMPRESAS REPARADORAS
- Disponer del correspondiente Libro o sistema de registro en donde se anoten las actuaciones
realizadas, indicando al menos :
Fecha de actuación.
Usuario.
Tipo de actuación.
Identificación o características del equipo .
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INSPECCIONES PERIÓDICAS
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Resumen del Reglamento de Equipos a Presión,
Presión “REP”
REP
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Todos los equipos a presión de las categorías I a IV a que se refiere el artículo 9 y anexo II del
Real Decreto 769/1999 (DEP) o asimilados a dichas categorías según su artículo 3.2 de este
REP, se someterán periódicamente a las inspecciones y pruebas que garanticen el mantenimiento
de las condiciones técnicas y de seguridad, necesarias para su funcionamiento.
En el caso de los conjuntos incluidos en el Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo, podrá tenerse en
cuenta la clasificación de los diferentes equipos a presión que lo componen.
El usuario
i dispondrá
di d á los
l medios
di materiales
i l yh humanos necesariosi y lla preparación
ió dde llos equipos
i
o instalaciones para que estas inspecciones o pruebas se realicen en condiciones de seguridad.
Las inspecciones periódicas serán realizadas por una empresa instaladora de equipos a presión
por ell ffabricante
bi t o por ell usuario,
i sii acreditan
dit didisponer d
de llos medios
di tétécnicos
i yh
humanos que se
determinan para la empresa instaladora, o por un O.C.A.
En cualquier caso, los O.C.A. podrán realizar las inspecciones encomendadas a las empresas
instaladoras de equipos a presión.
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Las inspecciones periódicas deberán realizarse, a partir de la fecha de fabricación de los equipos
a presión o conjuntos o desde la fecha de la anterior inspección periódica, como máximo en el
mes correspondiente al plazo indicado.
En caso de no conocer la fecha concreta de fabricación, la primera prueba periódica se realizará
a partir de la fecha del certificado de instalación o, si no requiere instalación, la del año indicado en
las marcas del equipo.
Los plazos de inspección deberán considerarse como máximos, debiendo disminuirse si el O.C.A.
considera que el estado del equipo lo requiere. En este último caso, deberá notificarlo al órgano
competente de la comunidad autónoma
Todos los equipos a presión que deban someterse a inspecciones periódicas, dispondrán de la
correspondiente placa para anotar las inspecciones periódicas. En dicha placa se anotarán las fechas
de realización de las inspecciones periódicas de nivel B y C.
Cuando el agente que realice la inspección detecte un riesgo grave e inminente deberá paralizar
la instalación y notificarlo de forma inmediata al órgano competente de la comunidad autónoma.
Una vez subsanada la deficiencia podrá ponerse en servicio el equipo a presión o la instalación,
previa notificación al órgano competente de la comunidad autónoma por parte del agente que realizó
la inspección.
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Estas inspecciones periódicas se efectuarán en presencia del usuario, extendiéndose el
correspondiente
p certificado p
por duplicado,
p ,qquedando una copia
p en p poder del usuario y la otra en
poder de la entidad que haya realizado la inspección, quienes la conservarán a disposición del
órgano competente de la comunidad autónoma.
El Certificado incluirá al menos los siguientes datos :
El órgano competente de la comunidad autónoma podrá requerir que los O.C.A. presenten los
certificados de inspección o información de las actuaciones.
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R
Resumen d l Reglamento
del R l t dde Equipos
E i a Presión,
P ió “REP”
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Los plazos
L l d
de llas iinspecciones
i periódicas
iódi d
de llos equipos
i a presión
ió se realizan
li en ffunción
ió dde
la Categoría establecida en el artículo 9 del Real Decreto, 769/1999 de 7 de Mayo, del Grupo del
fluido y de los distintos niveles de inspección, los niveles de inspección se denominan ( A, B y
C), teniendo cada uno el siguiente alcance :
NIVELES DE INSPECCIÓN
NIVEL C
NIVEL A NIVEL B Inspección
I
Inspección
ió I
Inspección
ió F
Fuera de
d servicio
i i
En servicio Fuera de servicio Con
Prueba de Presión
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INSPECCIONES PERIÓDICAS
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Resumen del Reglamento
g de Equipos
q p a Presión,, “REP”
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Nivel C : Inspección
p fuera de servicio con p
prueba de p
presión
Consistirá, como mínimo, en una inspección de nivel B además de una prueba de presión
hidrostática, en las condiciones y presiones iguales a las de la primera prueba, o la
Indicada en el etiquetado expresado en el apartado 3.3 del anexo I del Real Decreto
769/1999 de 7 de Mayo, o cualquier prueba especial sustitutiva de ésta que haya sido
expresamente indicada por el fabricante en sus instrucciones o previamente autorizada
por el órgano competente de la comunidad autónoma correspondiente al emplazamiento
del equipo o instalación.
*Las inspecciones de nivel B y C serán realizadas por los O.C.A., debiendo ponerse fuera
d servicio
de i i ell equipo
i a presiónió o iinstalación
t l ió a iinspeccionar.
i
*Las inspecciones periódicas de nivel B y C realizadas deberán anotarse sobre la placa de
instalación e inspecciones periódicas correspondiente indicada por este reglamento.
En el caso de extintores
*En extintores, tuberías y otros equipos móviles de las categorías I a IV previstas
en el artículo 9 y anexo II del Real Decreto 769/1999, de 7 de mayo, tras la realización de la
primera inspección periódica del nivel B o C se colocará, en caso de que no exista, una placa
por el agente que la realice.
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Presión “REP”
REP
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Además
Ad á dde llas comprobaciones
b i iindicadas
di d en llas iinstrucciones
t i d
dell ffabricante,
bi t se realizarán
li á
al menos, el nivel de inspecciones y pruebas que se indican a continuación, con la
periodicidad y por los agentes indicados en las tablas 1, 2, 3.
Los extintores
L ti t d
de iincendios,
di como excepción,
ió se someterán
t á exclusivamente
l i t a llas pruebas
b d de NIVEL C
cada cinco años por empresas mantenedoras autorizadas por el Reglamento de instalaciones de
protección contra incendios, aprobado por Real Decreto 1942/1993, de 5 de noviembre y tendrán una
Vida útil de veinte años a partir de la fecha de fabricación.
Los recipientes frigoríficos, como excepción, al no tener regulación expresa sobre inspecciones
periódicas de los equipos a presión, serán inspeccionados por empresas instaladoras frigoristas
autorizadas de acuerdo con el Reglamento de Seguridad para Plantas e Instalaciones Frigoríficas
aprobado
b d por R Reall D
Decreto
t 3099/1977
3099/1977, d
de 8 d
de septiembre
ti b y no requieren
i lla realización
li ió dde iinspecciones
i
de nivel C, a no ser que el equipo haya sufrido daños, haya estado fuera de servicio por un tiempo
superior a dos años, se cambie el fluido por otro de mayor riesgo o haya sufrido una reparación.
Los recipientes
L i i t d de aire
i comprimido
i id cuyo producto
d t d de lla presión
ió máxima
á i d
de servicio
i i en b
bar por ell
volumen en litros sea menor de 5.000 podrán realizarse por las empresas instaladoras de equipos a
presión.
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Presión “REP”
REP
INSPECCIONES PERIÓDICAS
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Presión “REP”
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Presión “REP”
REP
INSPECCIONES PERIÓDICAS
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Son obligaciones del usuario, conocer y aplicar las disposiciones del fabricante en cuanto a la
utilización, medidas de seguridad
g y mantenimiento de los equipos.
q p
Utilizar los equipos en los márgenes de seguridad marcados por el fabricante y retirarlos del
servicio si no son seguros.
Realizar el mantenimiento de los equipos y sus sistemas de control y seguridad de acuerdo a las
condiciones de operación y las instrucciones del fabricante, debiendo examinarlos al menos una
vez al año.
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Presión “REP”
Ordenar la realización de las, inspecciones periódicas que correspondan así como las reparaciones
o modificaciones necesarias, debiendo disponer y mantener al día un registro de los equipos a
presión incluyendo las fechas de las inspecciones periódicas, reparaciones y modificaciones.
Así mismo, podrán instalar bajo su responsabilidad los equipos afectados por el Artículo 3.3 y los
asimilados según el Artículo 3.2 del RD 769/1999, de 7 de Mayo.
Para la ejecución de las pruebas periódicas el usuario dispondrá los medios materiales y
humanos necesarios así como la preparación de los equipos o instalaciones para que la ejecución
se realice en condiciones de seguridad.
Siempre que se produzca un accidente, el usuario del equipo deberá dar cuenta inmediata al
órgano competente de la comunidad autónoma, el cual llevará a cabo las actuaciones que
considere oportunas para esclarecer las causas, e informara al Ministerio de Industria, Turismo y
Comercio y si fuese necesario informara al Consejo de Coordinación de la Seguridad Industrial
Industrial.
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CONDICIONES ESPECIALES
En casos excepcionales y debidamente motivados, a solicitud del titular, el órgano competente
de la comunidad autónoma correspondiente
p p
podrá autorizar condiciones p
particulares especiales
p
diferentes a las indicadas en el REP o en sus ITC, siempre que garanticen un nivel de seguridad
equivalente.
La solicitud deberá acompañarse de un informe favorable de un OCA, pudiendo requerirse aquellos
informes y documentos complementarios
p q
que se estimen convenientes.
En este sentido, para la realización de las inspecciones periódicas podrá autorizarse la sustitución
del fluido de prueba, la disminución de los valores de las presiones de prueba , la utilización de
técnicas especiales de ensayos no destructivos o la modificación de las condiciones indicadas en
el REP o en la correspondiente
p ITC.
RESPONSABILIDADES
Serán considerados responsables del cumplimiento de los preceptos incluidos en este reglamento
los q
que p
para caso se determine y q
que se definen en el artículo 33 de la Ley
y 21/1992, de 16 de Julio
de Industria.
INFRACCIONES Y SANCIONES
Las infracciones de los p
preceptos
p contenidos en el p
presente reglamento
g y el incumplimiento
p de las
obligaciones en él establecidas se sancionará de acuerdo con lo indicado en el titulo V de la Ley
21/1992, de 16 de Julio, de Industria.
Con independencia de lo anteriormente indicado, los órganos competentes de las comunidades
autónomas p podrán ordenar la pparalización de un equipo
q p o instalación, en el caso de qque el
incumplimiento que haya sido detectado pueda implicar un riesgo grave para las personas, fauna
los bienes o el medio ambiente.
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INSTRUCCIÓN
Ó TÉCNICA
É
COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP- 1
CALDERAS
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP- 1
CALDERAS
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP- 1
CALDERAS
- Las de agua caliente de uso industrial con Pms (bar) x VT (Litros totales de la caldera ) < 10.000
y las incluidas en el RITE
RITE.
- Las de fluido térmico con Pms (bar) x Vi (Litros totales de la instalación) < 200 si Tms > 120ºC o
con Pms (bar) x Vi (L) < 2000 si Tms ≤ 120ºC .
.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
Definiciones
Caldera Automática.
Caldera Manual.
Riesgo ajeno (Es el que afecta a todos los centros ajenos al usuario )
Sala de calderas (Local cerrado de uso exclusivo donde está instalada la caldera)
Recinto de caldera (Espacio protegido por cercado
cercado, interior o abierto al exterior )).
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP- 1
CALDERAS
A efectos de las condiciones exigibles, las instalaciones se clasificarán en función del tipo de
caldera en:
CLASES DE CALDERAS
Pms (bar)
VT(Volumen total en litros (caldera+sobrecalentador)
Vi (Volumen total en litros de la instalación completa )
Para las Calderas de agua sobrecalentada, de agua caliente y de fluido térmico Pms será :
Presión (Altura Geométrica)+ Tensión de Vapor (portador térmico a Tms)+ Presión Dinámica (Bomba)
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-
EP 1
CALDERAS
Instalación y puesta en servicio
La instalación de los equipos de esta ITC EP-1 será realizada por empresas instaladoras de la
categoría EIP-2.
C ld
Calderas de
d clase
l primera
i
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP
EP- 1
CALDERAS
Instalación y puesta en servicio
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
REPARACIONES Y MODIFICACIONES
A efectos
f t de d cumplimiento
li i t d de llo señalado
ñ l d en ell REP
REP, la
l reparación
ió dde ttodos
d llos equipos
i d
de esta
t ITC
EP-2 tendrá que ser realizada por empresas de la categoría ERP-2 según queda recogido en el REP.
- Sustitución de hasta un 15 % del haz tubular en calderas pirotubulares (incluidos tubos soldados y
mandrinados), que no supongan más de 5 tubos.
- Sustitución de las tubuladuras de la caldera, siempre que se mantengan las condiciones originales
de diseño y que no haya sufrido originalmente un tratamiento térmico.
La modificación del sistema de vigilancia o de los sistemas de control y seguridad deberá ser
considerada como modificación importante si se incorporan sistemas no previstos por el fabricante
requiriendo una nueva evaluación de la conformidad por un organismo notificado.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
REPARACIONES Y MODIFICACIONES
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
Inspecciones Periódicas y Pruebas
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R
Resumen d l Reglamento
del R l t dde Equipos
E i a Presión,
P ió “REP”
INSPECCIONES PERIÓDICAS
Los plazos de las inspecciones periódicas de los equipos a presión se realizan en función de
la Categoría establecida en el artículo 9 del Real Decreto, 769/1999 de 7 de Mayo, del Grupo del
fluido y de los distintos niveles de inspección, los niveles de inspección se denominan ( A, B y C)
teniendo cada uno el siguiente alcance :
NIVELES DE INSPECCIÓN
NIVEL C
NIVEL A NIVEL B Inspección
Inspección Inspección Fuera de servicio
En servicio Fuera de servicio Con
Prueba de Presión
Veamos las especificaciones de la presente ITC EP-1 referentes a las definiciones de los Niveles
A, B y C, que aparecen en el cuadro de inspecciones periódicas, definiendo los conceptos de los
di ti t
distintos ti
tipos d
de iinspección
ió que en ellos
ll se recogen.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Inspecciones Periódicas y Pruebas
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Inspecciones Periódicas y Pruebas
Nivel B : Inspección fuera de servicio
Realizadas por OCA, consistirá, como mínimo, en una comprobación de nivel A y en una inspección completa de la
documentación y del estado de la caldera y partes a presión, de acuerdo con los tres apartados siguientes :
a) Comprobación de la documentación y de la placa de instalación e inspecciones periódicas.
b)) Inspección
p de los elementos de la caldera:
- Inspección visual previa y posterior a la limpieza.
- END suplementarios :
- Deformaciones
- Cordones de soldadura
- Medida de espesores por ultrasonidos (US)
- Accesorios y Válvulas de seguridad
- Manómetros y Termómetros
- Hogar y conducto de humos
- Obra refractaria
- Circuito
Ci it eléctrico
lé t i
- Virotillos y Tirantes
- Cartelas de refuerzo.
- Tubos, placas tubulares y colectores.
- Cajas
j de humos
- Estructura y fijaciones de tubos a tambores y colectores
- Economizadores, sobrecalentadores y recalentadores
- Haces tubulares o serpentines
c) Ensayos de funcionamiento :
- Regulación y precinto de las válvulas de seguridad
seguridad.
- Comprobación de los automatismos de regulación.
- Automatismos de seguridad.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP
EP-1
1
CALDERAS
Inspecciones Periódicas y Pruebas
Ni l C : Inspección
Nivel I ió ffuera d
de servicio
i i con prueba
b dde presión.
ió
Además de lo indicado para el Nivel B, la inspección incluirá una Prueba hidráulica de acuerdo
con la norma UNE 9-103.
La inspección incluirá las siguientes comprobaciones :
a) Comprobación de la documentación.
b) Inspección de los elementos de la caldera
En el caso de las calderas pirotubulares se realizarán ensayos mediante LP o PM en las
soldaduras siguientes :
- El 100% de la unión del hogar con la placa posterior o con la placa tubular de la cámara del hogar.
- El 100% de las del tubo hogar.
- El 50 % d
de lla unión
ió dde lla placa
l posterior
t i con llos ttubos
b d dell primer
i paso, sii ell combustible
b tibl es
gaseoso y el 10 % para el resto de los combustibles.
- El 100 % de la unión de los virotillos a la cámara del hogar y a la placa tubular posterior, si el
combustible es gaseoso y el 50 % para el resto de los combustibles
combustibles.
En el caso de las calderas acuotubulares, excepto las de fluido térmico :
- El 100% de las soldaduras de unión de los haces tubulares a colectores, recalentadores o
sobrecalentadores.
c) Prueba hidrostática
d) Ensayo de funcionamiento
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación
En las condiciones generales para la situación de las calderas deberán adoptarse las medidas de
seguridad, de rendimiento o medioambientales indicadas en las correspondientes disposiciones
especificas, diseñando la chimenea de evacuación de los productos de combustión según los criterios
indicados en la norma UNE 123.001 o en otra de reconocido prestigio, aislando obligatoriamente solo
las partes accesibles.
Tendremos en cuenta la clasificación de las calderas, considerando la clase de la mayor instalada con
independencia del número.
Las calderas deberán situarse en una sala o recinto que cumpla los siguientes requisitos :
a) Será de dimensiones suficientes para que las operaciones a realizar (mantenimiento, inspección, control, etc. ) sean
seguras, disponiendo de 1m de distancia a las paredes o cercado que en el caso de que no se impidan las
operaciones anteriores puede reducirse a 0,2 m.
b) La ventilación deberá ser permanente, será necesaria la llegada de aire continuo tanto para la renovación como
para la combustión, debiendo cumplir además con los requisitos específicos del combustible empleado.
- Sí la sala linda con el exterior, deberá disponer de aberturas al exterior para permitir la entrada y circulación
de aire, unas en la zona inferior a un altura del suelo no menor de 20 cm y otras en la parte superior opuesta.
La sección mínima total ,,en ambos casos será la resultante de la expresión:
p
S= Qt/0,58 donde S es la sección neta de ventilación en cm2 y Qt la potencia caloíifica en kW.
Existe otra restricción sobre este mínimo y es que dependiendo de las clases tendremos lo siguiente :
Calderas Clase Primera : S no podrá ser menor de 0,1 m2
Calderas Clase Segunda : S no podrá ser menor de 0,5 m2
- Si la caldera es interior y no tiene posibilidad de circulación natural de aire,
aire se dispondrá la llegada de aire
canalizado con un caudal mínimo de 2,5 Nm3/hora por kW de potencia calorífica total instalada.
.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación (Continuación)
d) En la sala estarán prohibidos todos los trabajos ajenos a los aparatos en ella instalados debiendo existir en todos
los accesos un cartel indicativo con la prohibición expresa de la entrada de personal ajeno al servicio de calderas.
No se permitirá la instalación de elementos ajenos al servicio ni el almacenamiento de productos, excepto el
depósito nodriza del combustible y los necesarios para el servicio de la caldera.
e) Deberá disponer del Manual de funcionamiento de las calderas allí instaladas y de los procedimientos de actuación
en caso de activación de seguridades.
En lugar visible de la sala o recinto de calderas, se colocará un cuadro con las instrucciones para casos de
emergencia.
Condiciones p
para las Calderas de Clase primera
p
Las calderas de Clase primera podrán situarse en una sala o recinto, con la condición de la existencia de un
espacio, para mantenimiento e inspección, delimitado por una valla metálica de 1,20 m de altura que impedirá el
acceso de personal ajeno.
Para las calderas de vapor o agua sobrecalentada con Pms x VT ≥ 10.000
10 000 la distancia entre caldera y el riesgo ajeno
será de 5 m , pudiendo alternativamente disponerse de un muro de 1 m de altura mínima por encima de la parte más
alta sometida a presión, con un espesor mínimo de 20 cm y con al menos 60 Kg de acero y 300 kg de cemento por m3.
Se podrán utilizar muros con un momento flector equivalente.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación (Continuación)
Condiciones para las Calderas de Clase segunda
Las calderas de Clase segunda deben estar situadas dentro de una sala con dos salidas accesibles, situadas en
muros diferentes.
En caso de qque la distancia a riesgos
g p propios
p y ajenos
j sea mayor
y de 10 y 14 m,, no será necesario disponer
p de
muro de protección.
Caso de existir los muros deben cumplir con las siguientes condiciones :
- El muro será, de 1 m de altura mínima por encima de la parte más alta sometida a presión, con un
espesor mínimo de 20 cm y con al menos 60 Kg de acero y 300 kg de cemento por m3.
Se podrán utilizar muros con un momento flector equivalente
equivalente.
Toda puerta o ventana situada frente a un quemador, conteniendo el eje del mismo, dispondrá de una protección
eficaz con un módulo resistente de 250 cm3
cm3, con el fin de poder resistir el impacto de aquél en caso de accidente
accidente.
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ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación (Continuación)
- La altura de los techos no será nunca inferior a 3 m sobre el nivel del suelo y deberá rebasar en
1 m, como mínimo, el punto más alto sometido a presión de la caldera, si existiesen plataformas
en la caldera, el techo estará como mínimo a 1,80 de estas.
- El techo del recinto será de construcción ligera, con una superficie mínima del 25% del total de la
sala.
No tendrán encima pisos o locales de publica concurrencia pudiendo autorizarse y no encima de la
caldera
ca de a ,es
,estructuras
uc u as que sopo
soporten
e equ
equipos
pos que formen
o e pa parte
e de la
a instalación.
s a ac ó
Deberán cumplir
p con los requisitos
q de instalación de la norma UNE 9-310 o cualquier
q otra norma
equivalente, podrá, acompañada de un informe favorable de un OCA, utilizar una norma que aporte
seguridad equivalente.
Las Calderas de fluido térmico de clase segunda no necesitaran cumplir los requisitos de las
calderas de clase segunda
g yp
podrá ser instalados en locales independientes
p o al aire libre.
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ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación (Continuación)
Sistemas de vigilancia de las calderas
Las calderas dispondrán de un sistema de vigilancia indicado por el fabricante en las instrucciones
de funcionamiento (Normas UNE-EN 12953 y 12952).
El operador de caldera deberá realizar las comprobaciones adecuadas de los controles
controles, elementos de
seguridad y de la calidad del agua de alimentación para asegurarse del buen estado de la caldera.
El sistemas de vigilancia cumplirá los siguientes requisitos:
- Vigilancia directa
Si el fabricante no ha indicado instrucciones para la vigilancia de la caldera
caldera, se considerará directa
directa.
El operador debe asegurar su presencia en la sala de calderas o en sala con repetición de las
señales de seguridades para poder actuar de forma inmediata en caso de anomalía.
En ese local deberá existir un pulsador de emergencia que pare de inmediato el sistema de aporte
calorífico de forma segura y que active los sistemas de disipación de energía que hayan sido
diseñados.
- Vigilancia indirecta
Las calderas que, de acuerdo con las instrucciones del fabricante, puedan actuar de forma automática
el operador deberá realizar comprobaciones funcionales para asegurar la operatividad de sus sistemas
de control y seguridad.
Los intervalos de comprobación serán indicados por el fabricante.
En caso de fallo de controles o seguridades, requerirá las instrucciones de emergencia, se pasará a
vigilancia directa hasta la subsanación de la anomalía.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Prescripciones de seguridad de la instalación (Continuación)
Normas
Las concretas ediciones de las normas UNE que figuran en el anexo seguirán siendo
válidas para la correcta aplicación de la ITC
ITC, incluso aunque hayan sido aprobadas y
publicadas ediciones posteriores, en tanto no se publiquen en el BOE por el centro
directivo competente en materia de seguridad industrial la resolución que actualice las
normas.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Obligaciones de los usuarios
- El usuario deberá designar a una persona capacitada para realizar la operación de la caldera, mientras
esté en funcionamiento, cumpliéndose en todo momento lo indicado sobre operadores de calderas
- En
E caso de d ffallo
ll dde controles
t l o seguridades,
id d requerirá
i á llas iinstrucciones
t i d
de emergencia,
i se pasará
áa
vigilancia directa hasta la subsanación de la anomalía.
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INSTRUCCIÓN TÉCNICA COMPLEMENTARIA
ITC EP-1
EP 1
CALDERAS
Operadores de calderas
- Una persona capacitada técnicamente, deberá llevar la conducción de la caldera.
Los operadores de calderas deberán ser instruidos en la conducción de las mismas por el
fabricante, el instalador o por el usuario, si dispone de técnico titulado competente.
- El operador de la caldera es el responsable de vigilar , supervisar y realizar el control del correcto funcionamiento de
la caldera,
caldera debiendo ser consciente de los peligros que puede ocasionar una falsa maniobra
maniobra, así como un mal
entretenimiento o una mala conducción.
- El operador de la caldera deberá obligatoriamente conducir el arranque, no pudiendo ausentarse hasta que se haya
comprobado que el funcionamiento es correcto y los dispositivos de seguridad, limitadores y controles funcionan
correctamente..
- El operador de la caldera deberá poder actuar de inmediato, manual o remoto, en caso del disparo de una VPS o
cualquier otra seguridad de la instalación, utilizando los procedimientos escritos hasta que se restablezcan las
condiciones normales de funcionamiento.
- Las calderas de la clase segunda deberán ser conducidas por operadores con carné de Operador industrial de calderas.
Para la obtención del carné deberán disponer de conocimientos técnicos adecuados, para ello, deberán superar un
curso de capacitación, de 50 horas, impartido por entidades autorizadas por el órgano competente de la comunidad
autónoma .
- El carné tendrá validez y eficacia en todo el territorio español, será expedido por el órgano competente de la comunidad
autónoma, una vez acreditado por el solicitante :
- Tener cumplidos 18 años
años.
- La superación de un curso impartido por una entidad autorizada que incluya los conocimientos y la duración mínima
- La superación de un examen realizado por el órgano competente de la comunidad autónoma.
- En el caso de extranjeros, previo cumplimiento de los requisitos previstos en la normativa española vigente en materia
de extranjería e inmigración.
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ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
LEGISLACIÓN DE REFERENCIA
R.D. 681/2003
R.D. 400/1996
DATOS DE CONTACTO:
Mª del Carmen Cabas Leo
p Prevención - Cádiz
Dpto.
Tlfno: 956 652 100 Móvil: 616 125 646
Fax: 956 660 337
Mail: mariadelcarmen.cabas@sgs.com
LEGISLACIÓN DE REFERENCIA
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
EQUIPOS INSTALACIONES
REQUISITOS
Q ESENCIALES DISPOSICIONES MÍNIMAS
2
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
LEGISLACIÓN DE REFERENCIA
Transposición
p de la Directiva 1999/92/CE
3
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
Art. 1 OBJETO
4
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
AMBITO DE APLICACIÓN
Para ello
P ll ell empresario
i deberá
d b á analizar
li en que áreas
á se utilizan
tili
sustancias inflamables o combustibles en procesos u operaciones, que
hagan posible que pasen al ambiente en una cantidad tal que permita la
formación de una Atmósfera Explosiva.
Explosiva
5
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
AMBITO DE APLICACIÓN
9 Industria química
9 Termosolares
9 Vertederos sellados que producen metano
9 EDAR con tratamiento de lodos
9 Industrias de la madera (uso de filtro y silos)
9 Talleres de esmaltado. Cabinas de pinturas
9 Elaboración de metales (Aluminio)
(Al minio)
9 Bodegas
6
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
EL EMPRESARIO DEBERÁ
Á GARANTIZAR:
A
A. Medidas organizativas:
7
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
8
ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
R.D.681/2003
El documento
d t de
d protección
t ió contra
t explosiones
l i se elaborará
l b á antes
t d
de
que comience el trabajo y SE REVISARÁ SIEMPRE QUE SE EFECTÚEN
MODIFICACIONES, AMPLIACIONES O TRANSFORMACIONES
IMPORTANTES EN EL LUGAR DE TRABAJO O EN LA ORGANIZACIÓN
DEL TRABAJO
9
Colección MANTENIMIENTO INDUSTRIAL
Volumen 6
INGENIERÍA
DE MANTENIMIENTO
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Colección MANTENIMIENTO INDUSTRIAL
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Ingeniería del mantenimiento
Técnicas avanzadas de mantenimiento en la industria
Índice
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS:
1 QUE ES LA INGENIERÍA
DE MANTENIMIENTO
Podría definirse la Ingeniería del Mantenimiento (IM) como la disciplina o profesión que aplica los
conocimientos, métodos o instrumentos de la ciencia al mantenimiento de estructuras, máquinas,
aparatos, dispositivos o procesos. La IM es pues la parte más científica del mantenimiento y su
objetivo principal es la mejora continua de los resultados tanto técnicos como económicos del
área de mantenimiento. La IM propone el uso de técnicas estadísticas, métodos de trabajo, análi-
sis de comportamientos de equipos y materiales, etc., que no pueden ser abordados por el técni-
co sumergido en el día a día de un departamento de mantenimiento. Así, la IM se ocupa entre
otras de diferentes actividades:
⎯ Análisis de fallos
Algunas empresas han creado subdepartamentos apartados del día a día absorbente que tiene el
mantenimiento, dedicado exclusivamente al desarrollo y aplicación de mejoras en el manteni-
miento de sus instalaciones. Otras, con menos capacidad o menos recursos, prefieren contratar
de forma externa las necesidades de IM que identifican. Este volumen abordará las diferentes
técnicas de ingeniería de mantenimiento aplicables en una planta industrial
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7
2 ELABORACIÓN DE PLANES
DE MANTENIMIENTO
Por desgracia, esto raramente se realiza. Sólo en los equipos más costosos de la planta industrial
suele haberse realizado este pormenorizado análisis, y lo suele haber realizado el fabricante del
equipo. Por ello, en esos equipos principales debe seguirse lo indicado por el fabricante. Pero el
resto de equipos y sistemas que componen la planta, capaces de parar la planta y provocar un
grave problema, también deben estar sujetos a este riguroso análisis.
Ocurre a veces que no se dispone de los recursos necesarios para realizar este estudio de forma
previa a la entrada en funcionamiento de la planta, o que ésta ya está en funcionamiento cuando
se plantea la necesidad de elaborar el plan de mantenimiento. En esos casos, es conveniente rea-
lizar este plan en dos fases:
1. Realizar un plan inicial, basado en instrucciones de los fabricantes (el modo más básico de ela-
borar un plan) o en instrucciones genéricas según el tipo de equipo, completados siempre por la
experiencia de los técnicos que habitualmente trabajan en la planta, y las obligaciones legales de
mantenimiento que tienen algunas instalaciones. Este plan puede elaborarse con rapidez. Hay
que recordar que es mejor un plan de mantenimiento incompleto que realmente se lleva a cabo
que un plan de mantenimiento inexistente.
2. Plan avanzado. Una vez elaborado este plan y con él ya en funcionamiento (es decir, los técni-
cos y todo el personal se ha acostumbrado a la idea de que los equipos hay que revisarlos perió-
dicamente), realizar plan más avanzado basado en el análisis de fallos de cada uno de los siste-
mas que componen la planta. Este análisis permitirá no sólo diseñar el plan de mantenimiento,
sino que además permitirá proponer mejoras que eviten esos fallos, crear procedimientos de
mantenimiento o de operación y seleccionar el repuesto necesario.
Una vez redactado el plan hay que ponerlo en marcha. No es estrictamente necesario acabar de
redactar el plan para poner en marcha cada una de las gamas y rutas de mantenimiento que lo
componen. Para ponerlo en marcha, es necesario tener en cuenta varias cosas:
⎯ Hay que asegurarse de que todo lo que se indica en el plan es realizable. Es muy
habitual que quien redacta el plan y quien lo ejecuta sean personas distintas, con puestos
distintos. Una vez redactado el plan y antes de ponerlo en marcha hay que comprobar cada
una de las tareas, fijando los rangos de medida que se entenderán como correctos, anotando
las herramientas que son necesarias, anotando el tiempo que se necesita para llevar a cabo
cada una de ellas. Hay gamas que no se podrán comprobar inmediatamente, porque impli-
quen paradas prolongadas del equipo. La única alternativa es esperar a que se puedan reali-
zar, y comprobar durante su realización la idoneidad de cada una de las tareas, anotando
todas las observaciones que puedan resultar interesantes.
⎯ Hay que designar una o varias personas que se encargarán de su realización. Cada
gama y cada ruta deben tener un responsable para su realización, contando con recursos
adicionales a los habituales, si es preciso.
⎯ Hay que realizar una acción formativa para la puesta en marcha de cada una de las ga-
mas y rutas, explicando claramente el alcance de cada una de las tareas y qué hacer en caso
de encontrar anomalías
⎯ Durante las primeras semanas tras la puesta en marcha, hay que supervisar la
realización, hablando con el personal encargado de realizarlas, y anotando sus sugerencias
y comentarios. Tras los primeros días de aplicación, empezarán a surgir cambios al plan ini-
cial. El sistema de revisión del plan debe ser suficientemente ágil para poder ir introduciendo
cambios a medida que se identifiquen las posibilidades de mejora del plan. Los primeros
cambios se referirán sobre todo a tareas que no puedan ser realizadas, a tareas que se han
olvidado y que pudiera ser necesario útil realizar, a rangos de medida incorrectos, a herra-
mientas y materiales no incluidos en la lista de cosas a preparar, o a correcciones en el tiem-
po necesario para su realización, entre otras. Más tarde, las correcciones se realizarán para
excluir tareas que no han demostrado ser útiles o rentables, o bien para incluir tareas que
surjan como consecuencia de averías y problemas que se hayan presentado, y que pudieran
evitarse con alguna medida preventiva.
El plan de mantenimiento no es algo estático, que una vez creado pueda permanecer inalterado
durante meses o años. Puede afirmarse exactamente lo contrario: si un plan de mantenimiento
permanece inalterado durante más de seis meses, seguramente no se está usando, o no se está
haciendo del modo adecuado.
A medida que se lleva a cabo el plan y se van realizando las distintas gamas de mantenimiento,
se detectan mejoras que es posible introducir: tareas a las que hay que cambiar la frecuencia,
tareas que resultan innecesarias y que no aportan ninguna mejoría en el estado de la instalación
o en el coste del mantenimiento; tareas que se habían olvidado y que aparecen como necesarias.
En otras ocasiones, es el mantenimiento correctivo el que genera modificaciones en el plan de
mantenimiento: el análisis de determinadas averías añade nuevas tareas a realizar, para evitar
que determinados fallos se repitan. Por último, la instalación también cambia con el tiempo: se
adquieren nuevas máquinas, se cambia el plan de producción (lo que conlleva un cambio en la
criticidad de los equipos, y por tanto, una variación en el modelo de mantenimiento aplicable),
etc. Esas tres fuentes de cambios posibles en el plan de mantenimiento se reflejan en la figura
2.1
EXPERIENCIA
REALIZANDO EL
PLAN
NUEVA VERSION
PLAN DE
AVERÍAS DEL PLAN DE
MANTENIMIENTO
MANTENIMIENTO
CAMBIOS EN LAS
MÁQUINAS
Por ello, hay que ser receptivo y mostrarse dispuesto a modificar el plan de mantenimiento tantas
veces como sea necesario. Es conveniente tener un sistema lo suficientemente ágil para permitir
cambios en el plan sin una burocracia excesiva, aunque sin caer en el error de que cualquiera
pueda modificar una parte del plan de mantenimiento sin haber estudiado previamente las conse-
cuencias. Eso sí, es necesario que el sistema permita conocer la última versión existente de cada
gama, evitando que puedan usarse por error gamas y rutas de mantenimiento que estén ya revi-
sadas.
⎯ Su interés se centra sobre todo en que el equipo no falle en el tiempo en que éste
está en garantía. El interés del propietario es diferente: necesita que el equipo esté
en servicio durante toda la vida útil de la planta.
⎯ El sistema en su conjunto necesita de la realización de una serie de tareas y pruebas
que no están incluidas en ninguno de los equipos por separado. Por ejemplo, la insta-
lación tiene dos bombas duplicadas, suele resultar interesante probar periódicamente
la bomba que permanece parada. El fabricante de la bomba nunca propondrá esta
tarea, entre otras razones porque no sabe cuántas de esas bombas hay en la instala-
ción.
Un buen plan de mantenimiento debe tener en cuenta las recomendaciones del fabricante, consi-
derando además que durante un periodo inicial los equipos estarán en garantía. Pero es mucho
más útil elaborar el plan basándose en el análisis de los sistemas y sus fallos potenciales, comple-
tando ese plan con las recomendaciones del fabricante. 1
1
El mantenimiento de equipos de alta tecnología constituye una clara excepción. Su mantenimiento en general está
basado casi exclusivamente en las recomendaciones del fabricante, pues en general es el único que tiene suficiente
experiencia en su máquina.
Imaginemos una planta que tiene, digamos, 5.000 referencias o ítem y que referimos el plan de
mantenimiento a cada uno de estos ítem (un ítem puede ser un motor, una bomba, una válvula,
un instrumento). Eso supone unas 90.000 gamas de mantenimiento (u órdenes de trabajo tipo)
que llegarían a generar más de 4.000.000 de órdenes en un solo año (unas 11.000 diarias). El
trabajo burocrático y la complicación de manejar tal cantidad de órdenes es implanteable. La ela-
boración de las gamas de mantenimiento no se acabaría nunca, el plan de mantenimiento siem-
pre estaría incompleto, y actualizarlo será una labor casi imposible.
La solución más interesante consiste en no referir el plan de mantenimiento a cada uno de los
ítem que componen la planta, sino dividir la planta en áreas o sistemas, y referir el plan a ellas.
El trabajo diario (rondas o gamas diarias), sobre todo el trabajo que no requiere de conocimien-
tos o experiencia sofisticados, debería ser siempre realizado por el personal de operación. Esto
ayuda, por un lado, a disminuir la carga de trabajo del personal de mantenimiento, cargando sólo
ligeramente al personal de operación. Además, el trabajo de operación en una planta automatiza-
da puede resultar incluso aburrido. El hecho de que los técnicos de operaciones o personal de
producción realice el trabajo diario, que suele consistir en inspecciones visuales, limpiezas, lectu-
ras, tomas de datos, etc., ayuda a hacer menos monótono el puesto de operador, a la vez que le
hace tener un conocimiento mayor de lo que ocurre en la planta.
Error nº 4: Creer que una vez que el plan de mantenimiento está elaborado, no hay
que modificarlo
Como se ha comentado en el apartado 2.3. La mejora continua del plan de mantenimiento, se
trata de un documento vivo que necesita de una retroalimentación constante de información. Las
averías que surjan y la experiencia que van desarrollando los técnicos al realizar las diferentes
tareas del plan hacen que los técnicos propongan nuevas inspecciones, cambio en las periodicida-
des, y anulación de tareas por considerarse ineficaces. Puede afirmarse con rotundidad que si no
existen cambios en el plan de mantenimiento inicial y que si no se proponen mejoras en las suce-
sivas ediciones que irá teniendo, el plan no se está desarrollando de la forma adecuada.
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empresa y que tienen relación directa con los equipos
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calidad técnica
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técnica, los sistemas y los equipos)
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tema suficientemente tratado. De hecho, hay áreas como la energía termosolar, en las que el 90%
cursos que se imparten son de este tipo)
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termodinámica (la universidad ya trata sobradamente este punto de vista, y hay excelentes libros
en los que se puede encontrar la teoría asociada a la técnica)
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de Presión (Nuevo REP)
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Lo ideal es que sea el personal habitual de la planta (ya sea el personal del propietario o del con-
tratista principal) quien realice el plan de mantenimiento de toda la planta, dirigidos por el jefe de
mantenimiento. Eso, sin duda, ayuda al proceso de implantación.
Cuando por falta de tiempo, falta de conocimientos o experiencia o incluso por falta de voluntad
para realizarlo la elaboración del plan de mantenimiento no puede encargarse al personal habi-
tual de la planta, es posible contar para este servicio con una empresa externa experimentada.
Como siempre, las empresas que pueden prestar este servicio pueden ser las siguientes:
⎯ El servicio técnico de los fabricantes de los equipos principales. Siempre habrá que tener
en cuenta que es posible que el conocimiento que tiene de los equipos auxiliares y del re-
sto de equipos que forman la instalación será mucho menor que el conocimiento de sus
propios equipos.
⎯ La ingeniería que ha desarrollado el proyecto. No suele ser una buena opción, pues se
mueven en un plano teórico normalmente alejado de la realidad del trabajo del día. Habi-
tualmente, las tareas y las frecuencias que propone deben ser revisadas con mucho cuida-
do
⎯ La empresa que ha suministrado los equipos y ha construido la planta. Tampoco suele ser
una opción, ya que suele considerar la elaboración de instrucciones de mantenimiento co-
mo una obligación impuesta y en otras ocasiones, una oportunidad estupenda para trasva-
sar determinadas responsabilidades en caso de deficiente funcionamiento. Los planes de
mantenimiento propuestos por los fabricantes y constructores deben ser siempre analiza-
dos por expertos en mantenimiento.
3 AUDITORÍAS TÉCNICAS
Una auditoría técnica o evaluación técnica del estado de una instalación analiza la degradación
que ha sufrido una instalación con el paso del tiempo. Es una especie de fotografía instantánea
del estado técnico en que se encuentra el conjunto de una instalación y de cada uno de los equi-
pos que la componen. Puede decirse que una auditoría técnica sirve para determinar todos los
fallos que presenta una planta industrial en un momento determinado. Con esos datos, es posible
determinar qué equipos necesitan ser sustituidos completamente, por haber llegado al final de su
vida útil, y qué reparaciones habría que efectuar en la instalación para que volviera a estar en un
estado técnico aceptable.
Por supuesto, su realización requiere un profundo conocimiento de la instalación, por lo que sólo
puede ser realizado por personal experto de los equipos principales y auxiliares que componen la
planta, y con una demostrada experiencia en ese tipo de trabajo.
tipo de trabajos, además de aportar unos conocimientos y experiencia que los técnicos propios
no tienen por qué tener, aporta una visión imparcial y no contaminada por el día a día.
⎯ Por un lado, garantiza que la instalación tendrá una larga vida útil
⎯ Por otro lado hace que el contratista se sienta ‘observado’, sobre todo si la realización de
auditorías se realiza de forma periódica
3.2.5. Estudio de una posible inversión, revisión o ampliación en una planta industrial
Antes de realizar una ampliación de una instalación o realizar una parada con un alto coste, con-
viene tener la seguridad de que la instalación se encuentra en un estado suficientemente bueno
como para invertir una fuerte cantidad de dinero con la seguridad de que será rentable. Así, si
una planta se encuentra fuertemente degradada y debe aumentarse su capacidad productiva por-
que el mercado lo está demandando, el propietario tendrá que valorar si es preferible ampliar la
planta o diseñar una nueva con mayor capacidad; si hay que realizar una revisión general con un
alto coste, habrá que conocer cuál es el estado de determinados equipos, pues puede suceder
que realizar la parada y la correspondiente inversión resulten inútiles dado el estado de la instala-
ción.
Estas decisiones pueden tomarse de manera intuitiva, o puede contarse con la ayuda de una em-
presa especializada para que elabore un informe sobre el que tomar la decisión.
Para llevar a cabo este trabajo, normalmente se divide la instalación en áreas. Para evaluar cada
una de ellas, se diferencia entre lo que tiene que hacer (punto de vista funcional), y cómo consi-
gue hacerlo (punto de vista técnico).
Para analizar la instalación desde el punto de vista funcional, el primer paso es definir lo que tie-
ne que hacer esa área, esto es, cuál es su función o funciones e incluso es posible cuantificarlo
fijando las especificaciones que debe cumplir. Determinadas estas funciones, y fijados los rangos
normales de funcionamiento o especificaciones, se estará en disposición de comprobar si ese
área es capaz de cumplir la función para la que está destinada. Así, por ejemplo, la función de
una estación de gas es proporcionar combustible gas a una temperatura, una presión y con un
grado de suciedad determinados a la entrada del equipo que utiliza este combustible, midiendo
además el caudal consumido. Si consigue hacer esto correctamente, en los diferentes modos de
operación posibles, puede decirse que el sistema ‘funciona’ correctamente. De esta forma se
comprueba si desde un punto de vista funcional la planta cumple sus especificaciones
Pero las especificaciones puede alcanzarlas de forma incorrecta. Por ejemplo, en la estación de
gas suele haber dos filtros de entrada, uno de ellos funcionando en reserva por si el otro tuviera
algún problema. Es posible que el filtro de reserva esté fuera de servicio, incluso completamente
destruido. La estación de gas alcanzará sus especificaciones correctamente (desde un punto de
vista funcional el sistema funciona, cumple sus especificaciones), pero con uno de los filtros fuera
de servicio. Si sólo se analizan las especificaciones globales del área no sería posible determinar
que un filtro de reserva está fuera de servicio. Es indudable que la fiabilidad de la planta no es la
misma con los dos filtros disponibles y en buen estado que con uno. Por ello, no sólo es necesa-
rio conocer si un sistema determinado alcanza sus especificaciones, sino también cómo las alcan-
za (en este ejemplo, con sus equipos de reserva en buen estado).
Por todo ello, la evaluación técnica de una instalación debe realizarse en dos partes: una primera,
en la que para cada área se realiza una serie de pruebas funcionales, que tratan de determinar si
el área cumple su función perfectamente, y una serie de inspecciones técnicas que tratan de de-
terminar si el estado técnico de cada uno de los equipos significativos que componen esa área es
el correcto.
¿Hasta qué limite hay que detallar el estudio? ¿Es necesario determinar el estado de cada torni-
llo? Evidentemente, no. Un análisis exhaustivo de cada elemento que compone la planta haría
que el estudio fuera caro y largo. En cada caso hay que determinar hasta donde llegar.
La realización de una Auditoría Técnica no está exenta de dificultades para su realización. Las dos
fundamentales son el coste y la interferencia con la normal explotación de la planta. La planifica-
ción de la auditoría se convierte así en una cuestión fundamental, no solo para poder realizar
ésta al mínimo coste posible, sino incluso para hacerla viable.
Para facilitar su planificación es necesario dividir el conjunto de pruebas en varias categorías:
⎯ Pruebas y/o inspecciones que pueden realizarse sin interferir con la operación normal de la
planta y que tienen un coste bajo o nulo. Se trata fundamentalmente de inspecciones visua-
les y lecturas de parámetros, bien con la instrumentación normal instalada en la planta o con
otra montada expresamente para la realización de estas pruebas. Se trata también de che-
queos en equipos redundantes o que no tienen un funcionamiento continuo.
⎯ Pruebas que interfieren con la operación normal, pero con un coste bajo. Supone situar la
planta en unas condiciones especiales, realizando incluso determinadas maniobras que condi-
cionan el programa de carga de la planta. El inconveniente que presenta su realización no es
tanto el coste en sí de la prueba, sino el coste que conlleva situar la planta a una carga dife-
rente a la óptima desde el punto de vista económico. Pueden ser pruebas para las que es
necesario parar la planta, situarla en determinadas condiciones (mínimo técnico, carga base),
⎯ Pruebas de alto coste que no afectan al programa de carga. Son pruebas para las que se ne-
cesitan medios de los que no se dispone en la planta, o personal con conocimientos especia-
les en el manejo de determinados equipos o especialidades concretas (metalurgia, química,
alta tensión). Pueden ser pruebas como la termografía (para la que se necesitan medios es-
peciales – cámara termográfica-) y conocimientos en esa materia.
⎯ Pruebas de alto coste con influencia en el programa de carga. Es el caso más desfavorable.
Clasificando las pruebas en las categorías que se indican se facilita enormemente el proceso de
programación de cada una de las inspecciones. Por un lado, hay un primer grupo de pruebas que
no es necesario programar, pues pueden realizarse en cualquier momento con personal y medios
de la planta. En segundo lugar, hay un grupo de pruebas que deben realizarse cuando se prevea
que la planta estará en una situación determinada durante el tiempo suficiente (parada, a plena
carga, a carga base, subiendo o bajando carga). Tampoco presentará este grupo de pruebas ma-
yor complicación que el de buscar el momento más adecuado, el momento en que no tiene inter-
ferencia con la explotación comercial. El tercer grupo, el de aquellas que no afectan al programa
de carga pero tienen un alto coste. La única complicación es buscar presupuesto para realizarlas.
Y por último, el grupo de pruebas más complicado de encajar es aquel compuesto por las que
tienen un alto coste y además interfieren con el programa de carga.
Curiosamente, más del 60% de las pruebas que se proponen para determinar el estado técnico
de la planta corresponden al tipo ‘a realizar sin afectar el programa de carga y de bajo coste’. Por
tanto, la mayor parte de las verificaciones que se proponen no tienen ningún obstáculo para ser
realizadas.
Una empresa de mantenimiento puede ofrecer sus servicios para determinar el estado técnico de
una instalación. Evidentemente, será aconsejable que la empresa conozca ese tipo de instalación,
pues en caso contrario es dudoso que pueda aportar información realmente útil. Es decir, la em-
presa a la que se encarga el trabajo de evaluar técnicamente la planta debe ser una experta co-
nocedora no de las instalaciones industriales a nivel genérico, sino de ese tipo de instalación con-
creto.
Además, es conveniente que la imparcialidad de sus observaciones esté garantizada. Por ello, si
la empresa está vinculada al contratista que realiza la operación y mantenimiento de la instala-
ción, o si puede usar este informe para que se le adjudique un contrato, los resultados de su in-
forme tendrán al menos una sombra de duda.
En este caso más que en ningún otro es necesario contar con contratistas expertos en este tipo
de trabajos, y asegurar que el personal que lo va a llevar a cabo también es suficientemente ex-
perto.
El objetivo final de una auditoría técnica es realizar un informe sobre el estado de la instalación
para que, basado en él, los responsables de la instalación tomen importantes decisiones sobre
ella. Estas decisiones pueden ser:
⎯ No contar con una empresa suficientemente experimentada. Una auditoría técnica no puede
ser realizada por cualquier empresa, incluso aunque tenga experiencia en la realización de
determinados trabajos de mantenimiento. Debe disponer de la metodología adecuada, de
determinadas herramientas de diagnóstico y sobre todo, de personal experimentado
⎯ Que la empresa que lo realice no sea imparcial. Cuando la empresa que realiza la auditoría
tiene intereses en la instalación, en el contratista o con el propietario, las conclusiones de su
informe siempre estará bajo sospecha, a menos que estén muy bien fundamentadas.
⎯ Que las pruebas e inspecciones con las que se va a determinar el estado de la instalación no
sean las correctas. El error habitual consiste en definir tareas de inspección sencillas de reali-
zar, siendo ese el criterio más importante para definirlas. Las pruebas que determinan el es-
tado de una instalación son las que son, sean fáciles o difíciles de realizar. Intentar simplificar
las pruebas puede hacer que sus resultados no sean fiables.
⎯ Que las pruebas e inspecciones planificadas no se lleven a cabo. Una vez determinadas y
acordadas las pruebas que se van a realizar, hay que llevarlas efectivamente a cabo. Si por
razones de producción, de complejidad o de colaboración del personal habitual una parte de
las pruebas e inspecciones no se realiza, el informe no será completo y por tanto, puede ser
que las conclusiones no lo sean tampoco.
⎯ Que el informe no sea el adecuado. Realizadas todas las pruebas necesarias, es imprescindi-
ble que los resultados y las conclusiones se reflejen en un informe suficientemente detallado
y clarificador. Es conveniente además que tenga dos partes diferenciadas y fácilmente locali-
zables: un resumen ejecutivo, que contendrá las conclusiones más importantes y que será lo
que leerá la alta dirección, y un detalle de las pruebas y resultados obtenidos, que será lo
que lean los técnicos y mandos intermedios responsables de la planta.
⎯ Que las conclusiones del informe no se lleven a cabo. Una auditoría técnica se realiza con el
objetivo de determinar el estado de una instalación. Si las conclusiones no se llevan a la
práctica y los puntos que se determinan como incorrectos no se solucionan, puede conside-
rarse que la auditoría habrá sido una pérdida de tiempo y de dinero.
4 AUDITORÍAS DE GESTIÓN DE
MANTENIMIENTO
4.1. Qué es una auditoría de gestión de mantenimiento
⎯ Que las paradas que se produzcan en los equipos como consecuencia de averías o interven-
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24 MANTENIMIENTO INDUSTRIAL, VOLUMEN 6
ciones programadas no afecten al Plan de Producción, y por tanto, no afecten a los clientes
(externos o internos)
⎯ Disponer de información útil y fiable sobre la evolución del mantenimiento que permita a los
responsables tomar decisiones.
Realizar una Auditoría de mantenimiento no es otra cosa que comprobar cómo se gestiona cada
uno de los diez puntos indicados anteriormente. El objetivo que se persigue al realizar una audi-
toría no es juzgar al responsable de mantenimiento, no es cuestionar su forma de trabajo: es
saber en qué situación se encuentra un departamento de mantenimiento en un momento deter-
minado, identificar puntos de mejora y determinar qué acciones son necesarias para mejorar los
resultados.
Claro está que hay que diferenciar entre auditorías técnicas vistas en el apartado anterior y las
auditorías de gestión. Ambas estudian el mantenimiento que se hace en una empresa, pero des-
de un punto de vista muy diferente: las primeras tratan de determinar el estado de una instala-
ción. Las segundas tratan de determinar el grado de excelencia de un departamento de manteni-
miento y de su forma de gestionar.
⎯ Puede utilizarse para una negociación con los principales seguros, sobre todo si el estudio
lo ha realizado una empresa de reconocido prestigio. Es especialmente útil para la con-
tratación de seguros de maquinaria o de gran avería, consiguiéndose, en caso de que el
informe no revele problemas graves, reducciones importantes en las primas
⎯ Es una herramienta de mejora, pues detecta los puntos que no se gestionan correcta-
mente (no-conformidades) y propone un plan de acción realmente útil y rentable
En primer lugar las empresas que tienen externalizado el servicio de mantenimiento, y sobre to-
do, las empresas que tienen contratos de mantenimiento de gran alcance están interesadas en
saber si la gestión que se realiza es la adecuada.
En segundo lugar, las plantas industriales degradadas también están interesadas en conocer si
los problemas que tienen se deben a deficiencias en el diseño o a una gestión inadecuada de la
producción o el mantenimiento. Hay que tener muy en cuenta que aunque se cambien los equi-
pos o se reparen todas las averías que existan en una planta en un determinado momento
(parada, puesta a punto, etc.) si la gestión que se hace del mantenimiento es inadecuada la plan-
ta volverá a estar degradada en un corto espacio de tiempo.
Por último, las empresas en las que la seguridad es importante por la peligrosidad potencial de
las instalaciones (refinerías, industria química y petroquímica, centrales nucleares, etc.) también
necesitan saber que el mantenimiento y las prácticas que se siguen en ese departamento son las
correctas.
Entre los problemas que más se repiten al realizar auditorías de gestión en diferentes empresas
están los siguientes:
plan de acción, es decir, donde se identifican problemas y se proponen soluciones. Es la parte del
informe que leerá con mayor atención la Dirección de la empresa, y será la base del trabajo de
los responsables de mantenimiento durante el periodo posterior a la auditoría.
Es importante que el plan de acción contemple, además de las recomendaciones o propuestas,
un responsable para su realización y una fecha máxima en la que deberá llevarse a cabo cada
una de las acciones propuestas. La ausencia de este apartado destinado a definir plazos y res-
ponsabilidades hará que las acciones se diluyan y que no haya un compromiso claro para implan-
tar esas mejoras.
Aunque las auditorías de gestión pueden realizarse de forma interna, es decir, con personal pro-
pio y habitual del departamento, es conveniente que lo realice una empresa externa no vinculada
al trabajo habitual de mantenimiento en la planta.
Las características más importantes que debe tener la empresa auditora son las siguientes:
5 I MPLANTACIÓN DE RCM
RCM se basa en analizar los fallos potenciales que puede tener una instalación, sus consecuen-
cias y la forma de evitarlos. Fue documentado por primera vez en un informe escrito por F.S.
Nowlan y H.F. Heap y publicado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de Amé-
rica en 1978. Desde entonces, el RCM ha sido usado para diseñar el mantenimiento y la gestión
de activos en todo tipo de actividad industrial y en prácticamente todos los países industrializados
del mundo. Este proceso definido por Nowlan y Heap sirvió de base para el desarrollo del RCM,
que ha sido mejorado y refinado con su uso y con el paso del tiempo. Muchas de las posteriores
evoluciones de la idea original conservan los elementos clave del proceso ideado por Nowlan y
Heap. Sin embargo el uso extendido del nombre “RCM” ha llevado a que surjan un gran número
de metodologías de análisis de fallos que difieren significativamente del original, pero que sus
autores también llaman “RCM”. Muchos de estos otros procesos no alcanzan los objetivos defini-
dos por Nowlan y Heap, y algunos son incluso contraproducentes. En general tratan de abreviar y
resumir el proceso, lo que lleva en algunos casos a desnaturalizarlo completamente.
Como resultado de la demanda internacional por una norma que estableciera unos criterios míni-
mos para que un proceso de análisis de fallos pueda ser llamado “RCM” surgió en 1999 la norma
SAE JA 1011 y en el año 2002 la norma SAE JA 1012. No intentan ser un manual ni una guía de
procedimientos, sino que simplemente establecen, como se ha dicho, unos criterios que debe
satisfacer una metodología para que pueda llamarse RCM. Ambas normas se pueden conseguir
en la dirección http://www.sae.org
⎯ Determina una serie de acciones que permiten garantizar una alta disponibilidad de la
planta
⎯ Determinación del stock de repuesto que es deseable que permanezca en planta para
afrontar con eficacia el mantenimiento de ésta.
La metodología en la que se basa RCM supone ir completando una serie de fases para cada uno
de los sistemas que componen la planta, a saber:
Fase 0: Codificación y listado de todos los subsistemas, equipos y elementos que componen
el sistema que se está estudiando. Recopilación de esquemas, diagramas funcionales, diagramas
lógicos, etc.
Fase 1: Estudio detallado del funcionamiento del sistema. Listado de funciones del siste-
ma en su conjunto. Listado de funciones de cada subsistema y de cada equipo significativo inte-
grado en cada subsistema.
Fase 3: Determinación de los modos de fallo o causas de cada uno de los fallos encontrados
en la fase anterior
Fase 4: Estudio de las consecuencias de cada modo de fallo. Clasificación de los fallos en
críticos, importantes o tolerables en función de esas consecuencias
Fase 5: Determinación de medidas preventivas que eviten o atenúen los efectos de los fa-
llos.
Rara vez la implantación de RCM se realiza con personal propio. Supone tener unos conocimien-
tos y una experiencia muy raros de encontrar. Es más habitual contratar el servicio con una con-
sultoría especializada en la implantación de RCM o con una empresa de mantenimiento generalis-
ta que ofrezca este servicio.
En general, la empresa contratista del servicio proporciona la metodología de trabajo, cierto ma-
terial (libros, manuales, software, formatos, etc.) y un facilitador, que es la persona que dirige
todo el proceso. La secuencia de implantación suele ser la siguiente:
⎯ Reunión de lanzamiento. Presentación del proyecto de implantación de RCM a todos los inte-
resados: dirección de la empresa, jefes de mantenimiento y producción, otras secciones co-
mo ingeniería, calidad o seguridad, y técnicos que van a estar implicados.
El coste de este tipo de servicios no es nada despreciable, y sólo dará un resultado acorde con el
fuerte desembolso si se dan estas condiciones:
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El TPM (Mantenimiento Productivo Total) surgió en Japón gracias a los esfuerzos del Japan Insti-
tute of Plant Maintenance (JIPM) como un sistema destinado a lograr la eliminación de las llama-
das <seis grandes pérdidas> del proceso productivo, y con el objetivo de facilitar la implantación
de la forma de trabajo “Just in Time” o “justo a tiempo”. TPM es una filosofía de mantenimiento
cuyo objetivo es eliminar las pérdidas en producción debidas al estado de los equipos, o en otras
palabras, mantener los equipos en disposición para producir a su capacidad máxima productos de
la calidad esperada, sin paradas no programadas. Esto supone:
⎯ Cero averías
⎯ Cero tiempos muertos
⎯ Cero defectos achacables a un mal estado de los equipos
⎯ Sin pérdidas de rendimiento o de capacidad productiva debidos al estado de los equipos
⎯ Participación de todo el personal, desde la alta dirección hasta los operarios de planta. Incluir
a todos y cada uno de ellos permite garantizar el éxito del objetivo.
⎯ Implantación de un sistema de gestión de las plantas productivas tal que se facilite la elimi-
nación de las pérdidas antes de que se produzcan.
⎯ Implantación del mantenimiento preventivo como medio básico para alcanzar el objetivo de
cero pérdidas mediante actividades integradas en pequeños grupos de trabajo y apoyado en
el soporte que proporciona el mantenimiento autónomo.
⎯ Aplicación de los sistemas de gestión de todos los aspectos de la producción, incluyendo di-
seño y desarrollo, ventas y dirección.
Desde la filosofía del TPM se considera que una máquina parada para efectuar un cambio, una
máquina averiada, una máquina que no trabaja al 100% de su capacidad o que fabrica productos
defectuosos está en una situación intolerable que produce pérdidas a la empresa. La maquina
debe considerarse improductiva en todos esos casos, y deben tomarse las acciones correspon-
dientes tendentes a evitarlos en el futuro. TPM identifica seis fuentes de pérdidas (denominadas
las <seis grandes pérdidas>) que reducen la efectividad por interferir con la producción:
2. Puesta a punto y ajustes de las máquinas (o tiempos muertos) que producen pérdidas
de tiempo al iniciar una nueva operación u otra etapa de ella. Por ejemplo, al inicio en la maña-
na, al cambiar de lugar de trabajo, al cambiar una matriz o molde, o al hacer un ajuste.
5. Defectos en el proceso, que producen pérdidas productivas al tener que rehacer partes de
él, reprocesar productos defectuosos o completar actividades no terminadas.
El análisis cuidadoso de cada una de estas causas de baja productividad conduce a estudiar pro-
puestas para eliminar esas causas. Es fundamental que el análisis sea realizado en conjunto por
el personal de producción y el de mantenimiento, porque los problemas que causan la baja pro-
ductividad son de ambos tipos y las soluciones deben ser adoptadas en forma integral para que
tengan éxito.
Desde un punto de vista práctico, implantar TPM en una organización significa que el manteni-
miento está perfectamente integrado en la producción. Así, determinados trabajos de manteni-
miento se han transferido al personal de producción, que ya no siente el equipo como algo que
reparan y atienden otros, sino como algo propio que tienen que cuidar y mimar: el operador sien-
te el equipo como suyo.
⎯ Nivel de técnico integrado. Dentro del equipo de producción hay al menos una persona de
mantenimiento que trabaja conjuntamente con el personal de producción, es uno más de
ellos. Esta persona resuelve problemas de más calado, para el que se necesitan mayores co-
nocimientos. Pero está allí, cercano, no es necesario avisar a nadie o esperar. El repuesto
también está descentralizado: cada línea productiva, incluso cada máquina, tiene cerca lo
que requiere.
⎯ Para intervenciones de mayor nivel, como revisiones programadas que impliquen desmonta-
jes complejos, ajustes delicados, etc., se cuenta con un departamento de mantenimiento no
integrado en la estructura de producción.
La implicación del operador en tareas de mantenimiento logra que éste comprenda mejor la
máquina e instalaciones que opera, sus características y capacidades, su criticidad; ayuda al tra-
bajo en grupo, y facilita compartir experiencias y aprendizajes mutuos; y con todo esto, se mejo-
ra la motivación del personal.
Existe una diferencia fundamental entre la filosofía del TPM y la del RCM: mientras que en la pri-
mera son las personas y la organización el centro del proceso, y es en estos dos factores en los
que está basado, en el RCM el mantenimiento se basa en el análisis de fallos, y en las medidas
preventivas que se adoptarán para evitarlos, y no tanto en las personas.
El Japan Institute of Plant Maintenance (JIPM) desarrolló un método en siete pasos cuyo objetivo
es lograr el cambio de actitud indispensable para el éxito del programa. Los pasos para desarro-
llar es cambio de actitud son los siguientes:
Fase 2. Medidas para descubrir las causas de la suciedad, el polvo y las fallas.
Una vez limpia la máquina es indispensable que no vuelva a ensuciarse y a caer en el mismo es-
tado. Se deben evitar las causas de la suciedad, el polvo y el funcionamiento irregular (fugas de
aceite, por ejemplo), se mejora el acceso a los lugares difíciles de limpiar y de lubricar y se bus-
ca reducir el tiempo que se necesita para estas dos funciones básicas (limpiar y lubricar).
1. La Gerencia da a conocer a toda la empresa su decisión de poner en práctica TPM. El éxito del
programa depende del énfasis que ponga la Gerencia General en su anuncio a todo el personal.
2. Se realiza una campaña masiva de información y entrenamiento a todos los niveles de la em-
presa de tal manera que todo el mundo entienda claramente los conceptos de TPM. Se utilizan
todos los medios posibles como charlas, carteles, diario mural, etc., de tal manera que se cree
una atmósfera favorable al inicio del programa.
3. Se crean organizaciones para promover TPM, como ser un Comité de Gerencia, Comités depar-
tamentales y Grupos de Tarea para analizar cada tema.
4. Se definen y emiten las políticas básicas y las metas que se fijarán al programa TPM. Con este
objeto se realiza una encuesta a todas las operaciones de la empresa a fin de medir la efectividad
real del equipo operativo y conocer la situación existente con relación a las ”6 Grandes Pérdidas”.
Como conclusión se fijan metas y se propone un programa para cumplirlas.
5. Se define un plan maestro de desarrollo de TPM que se traduce en un programa de todas las
actividades y etapas.
6. Una vez terminada la etapa preparatoria anterior se da la ”partida oficial” al programa TPM con
una ceremonia inicial con participación de las más altas autoridades de la empresa y con invita-
dos de todas las áreas.
7. Se inicia el análisis y mejora de la efectividad de cada uno de los equipos de la planta. Se defi-
ne y establece un sistema de información para registrar y analizar sus datos de fiabilidad y man-
tenibilidad.
8. Se define el sistema y se forman grupos autónomos de mantenimiento que inician sus activida-
des inmediatamente después de la ”partida oficial”. En este momento el departamento de mante-
nimiento verá aumentar su trabajo en forma considerable debido a los requerimientos generados
por los grupos desde las áreas de producción.
9. Se implementa un sistema de mantenimiento programado en el departamento de manteni-
miento.
10. Se inicia el entrenamiento a operadores y mantenedores a fin de mejorar sus conocimientos y
habilidades.
11. Se proponen mejoras en los equipos productivos.
12. Se consolida por último la implantación total de TPM y se estudia la efectividad de la implan-
tación.
Contratar con una empresa externa la implementación de TPM significa contratar un servicio de
consultoría especializado encargado de ir implantando en fases sucesivas el mantenimiento pro-
ductivo total. En general, un único asesor suele ser suficiente. A veces se ocupa del asesoramien-
to a tiempo completo, pero esto solo es rentable si la empresa tiene muchas líneas productivas.
Lo habitual es que el asesoramiento y el tutelaje del proceso lo pueda hacer a tiempo parcial,
dedicando más tiempo al principio y dejando poco a poco en manos del personal de producción
el liderazgo del proyecto de implantación
TÉCNICAS AVANZADAS DE
MANTENIMIENTO
EN EL SECTOR MINERIA
Organización, planificación y optimización del
mantenimiento
6 y 7 Noviembre 2009
Antofagasta — Chile
7 ANÁLISIS DE AVERÍAS
El análisis de averías tiene como objetivo determinar las causas que han provocado determinadas
averías (sobre todo las averías repetitivas y aquellas con un alto coste) para adoptar medidas
preventivas que las eviten. Es importante destacar esa doble función del análisis de averías:
La mejora de los resultados de mantenimiento pasa, necesariamente, por estudiar los incidentes
que ocurren en la planta y aportar soluciones para que no ocurran. Si cuando se rompe una pieza
simplemente se cambia por una similar, sin más, probablemente se esté actuando sobre la causa
que produjo la avería, sino tan solo sobre el síntoma. Los analgésicos no actúan sobre las enfer-
medades, sino sobre sus síntomas. Evidentemente, si una pieza se rompe es necesario sustituirla:
pero si se pretende retardar o evitar el fallo es necesario estudiar la causa y actuar sobre ella.
Cuando se estudia una avería es importante recopilar todos los datos posibles disponibles. Entre
ellos, siempre deben recopilarse los siguientes:
1 Relato pormenorizado en el que se cuente qué se hizo antes, durante y después de la avería.
Es importante detallar la hora en que se produjo, el turno que estaba presente (incluso los
operarios que manejaban el equipo) y las actuaciones que se llevaron a cabo en todo mo-
mento.
2 Detalle de todas las condiciones ambientales y externas a la máquina: temperatura exterior,
humedad (si se dispone de ella), condiciones de limpieza del equipo, temperatura del agua
de refrigeración, humedad del aire comprimido, estabilidad de la energía eléctrica (si hubo
cortes, microcortes, o cualquier incidencia detectable en el suministro de energía), tempera-
tura del vapor (si el equipo necesita de este fluido), y en general, las condiciones de cual-
quier suministro externo que el equipo necesite para funcionar.
3 Últimos mantenimientos preventivos realizados en el equipo, detallando cualquier anomalía
encontrada.
4 Otros fallos que ha tenido el equipo en un periodo determinado. En equipos de alta fiabilidad,
con un MTBF alto, será necesario remontarse a varios años atrás. En equipos con un MTBF
bajo, que presentan bastantes incidencias, bastará con detallar los fallos ocurridos el último
año. Por supuesto, será importante destacar aquellos fallos iguales al que se estudia, a fin de
poder analizar la frecuencia con la que ocurre.
5 Condiciones internas en que trabajaba el equipo. Será importante destacar datos como la
temperatura y presión a que trabajaba el equipo, caudal que suministraba, y en general, el
valor de cualquier variable que podamos medir. Es importante centrarse en la zona que ha
fallado, tratando de determinar las condiciones en ese punto, pero también en todo el equi-
po, pues algunos fallos tienen su origen en puntos alejados de la pieza que ha fallado. En
ocasiones, cuando el fallo es grave y repetitivo, será necesario montar una serie de sensores
y registradores que nos indiquen determinadas variables en todo momento, ya que en mu-
chos casos los instrumentos de medida que se encuentra instalados en el equipo no son re-
presentativos de lo que está ocurriendo en un punto determinado. El registro de valores a
veces se convierte en una herramienta muy útil, pues determinadas condiciones que provo-
can un fallo no se dan en todo momento sino en periodos muy cortos (fracciones de segun-
do por ejemplo). Es el caso de los golpes de ariete: provocan aumentos de presión durante
periodos muy cortos que llegan incluso a superar en 1000 veces la presión habitual.
Una vez recopilados todos los datos descritos, se puede estar en disposición de determinar la
causa que produjo el fallo.
Las causas habituales de los fallos son generalmente una o varias de estas cuatro:
En ocasiones, confluyen en una avería más de una de estas causas, lo que complica en cierto
modo el estudio del fallo, pues a veces es complicado determinar cuál fue la causa principal y
cuales tuvieron una influencia menor en el desarrollo de la avería.
⎯ Por desgaste. Se da en piezas que pierden sus cualidades con el uso, pues cada vez que en-
tran en servicio pierden una pequeña porción de material. Es el caso, por ejemplo, de los
cojinetes antifricción.
⎯ Por rotura. Se produce cuando aplicamos fuerzas de compresión o de estiramiento a una pie-
za sobrepasando su límite elástico. Es el caso del hundimiento de un puente por sobrepeso,
por ejemplo. Las roturas a su vez pueden ser dúctiles o frágiles, dependiendo de que exista o
no-deformación durante el proceso de rotura. Así, las cerámicas, en condiciones normales
presentan roturas frágiles (las piezas pueden encajarse perfectamente tras la rotura), mien-
tras que el aluminio presenta una rotura dúctil, con importantes deformaciones en el proceso
que impedirían recomponer la pieza rota por simple encaje de los restos.
⎯ Por fatiga. Determinadas piezas se encuentran sometidas a esfuerzos cíclicos de presión y/o
estiramiento, en el que la fuerza aplicada no es constante, sino que cambia con el tiempo. La
diferencia importante con el caso anterior (fallo por rotura) es que estas fuerzas cíclicas están
por debajo del límite elástico, por lo que en principio no tendrían por qué provocar roturas.
Pero provocan el desarrollo de defectos del material, generalmente desde la superficie hacia
el interior de la pieza. De forma teórica es posible estimar la cantidad de ciclos que puede
resistir una pieza antes de su rotura por fatiga, en función del tipo de material y de la ampli-
tud de la tensión cíclica, aunque el margen de error es grande. Determinados fenómenos
como la corrosión o las dilataciones del material por temperatura afectan a los procesos de
fatiga del material.
Otra de las causas por las que una avería puede producirse es por un error del personal de pro-
ducción. Este error a su vez, puede tener su origen en:
⎯ Error de interpretación de un indicador durante la operación normal del equipo, que hace al
operador o conductor de la instalación tomar una decisión equivocada
⎯ Actuación incorrecta ante un fallo de la máquina. Por ejemplo, introducir agua en una caldera
caliente en la que se ha perdido en nivel visual de agua; al no conocerse qué cantidad de
agua hay en su interior, es posible que esté vacía y caliente, por lo que al introducir agua en
ella se producirá la vaporización instantánea, con el consiguiente aumento de presión que
puede provocar incluso la explosión de la caldera.
⎯ Factores físicos del operador: este puede no encontrarse en perfectas condiciones para reali-
zar su trabajo, por mareos, sueño, cansancio acumulado por jornada laboral extensa, enfer-
medad, etc.
⎯ Factores psicológicos, como la desmotivación, los problemas externos al trabajo, etc., influ-
yen enormemente en la proliferación de errores de operación
⎯ Falta de formación
⎯ Realización de montajes y desmontajes sin observar las mejores prácticas del sector
⎯ No respetar o no comprobar tolerancias de ajuste
⎯ No respetar o no controlar pares de apriete
⎯ La reutilización de materiales que deben desecharse. Es el caso, por ejemplo, de la reutiliza-
ción de elementos de estanqueidad
⎯ Por el uso de repuestos no adecuados: repuesto no original, que no cumple las especificacio-
nes necesarias, repuesto que no ha sido comprobado antes de ser montado
⎯ Por el uso de herramienta inadecuada. El caso más habitual es el empleo de llaves ajustables
que provocan en muchos casos el redondeo de cabezas de tornillos
Como en el caso anterior, los errores del personal de mantenimiento también se ven afectados
por factores físicos, psicológicos, por la falta de implantación de procedimientos y por la falta de
formación.
Dependiendo de la causa que provoca el fallo, las medidas preventivas a adoptar pueden ser las
que se indican a continuación
Si se ha producido un fallo en el material, las soluciones a proponer son variadas. Entre ellas es-
tarían:
⎯ Si el fallo se ha producido por desgaste, habrá que estudiar formas de reducir el desgaste de
la pieza, con una lubricación mayor, por ejemplo. Si no es posible reducir el desgaste, será
necesario estudiar la vida útil de la pieza y cambiarla con antelación al fallo. Estas dos accio-
nes corresponden a mantenimiento. También puede rediseñarse la pieza o una parte de la
máquina para disminuir este desgaste, o utilizar materiales diferentes
⎯ Si el fallo se produce por corrosión, la solución será aplicar capas protectoras o dispositivos
que la reducen (protecciones catódicas o anódicas). También, hacer lo posible para evitar los
medios corrosivos (evitar la humedad, corregir el pH o las características redox del medio,
etc.)
• Reducir la energía y/o la frecuencia de las tensiones cíclicas a las que esté
sometida la pieza
• Cambiar el material, por otro con menor número de defectos (grietas, fisuras.
Hay que recordar que la fatiga, en general, es el progreso de una grieta ya
existente)
⎯ Si el fallo se produce por dilatación, modificar la instalación de manera que se permita la libre
dilatación y contracción del material por efecto térmico, bien modificando soportes, bien in-
corporando elementos que absorban las dilataciones y contracciones del material
⎯ Si se determina que no es posible corregir las causas que provocan el fallo del material, lo
correcto será cambiar el material, el diseño de la pieza o las características de la pieza que
falla por otra que pueda funcionar correctamente en las condiciones reales de trabajo (tanto
normales como esporádicas). Es posible que el cambio en una pieza lleve aparejados otros
cambios (reforma para adaptar la nueva pieza, cambios en otros equipos, etc.).
Un caso muy especial de análisis de fallo lo constituye el análisis metalográfico de piezas que han
fallado. El análisis metalográfico, que se realiza en laboratorios especializados, aporta información
muy precisa sobre la forma de rotura de una pieza, la zona de inicio del problema, la evolución, y
la composición del material que ha fallado.
Las técnicas más usuales son las siguientes, aunque hay otras técnicas que pueden emplearse:
⎯ Microscopia electrónica de barrido: con esta técnica se llevan a cabo análisis micro-
estructurales, estudios de superficies de fractura, microanálisis químico de EDS (Electron
Dispersive Spectroscopy), y estudios de porosidad, entre otros.
⎯ Microscopia óptica: con ayuda del microscopio óptico se realizan análisis microestruc-
turales y estudios de metalografía cuantitativa: (determinación de tamaño de grano aus-
tenítico, cantidad de fases, clasificación de inclusiones y cantidad de porosidad).
Cuando se produce un fallo que afecta de forma apreciable a la producción, a la calidad de los
productos, a la seguridad de las personas o puede provocar un grave impacto ambiental, es con-
veniente, casi imprescindible, realizar un análisis de averías. Si no se tienen los conocimientos, el
personal o el tiempo necesario para realizar este análisis, puede recurrirse a una empresa espe-
cializada.
Lo habitual es que en primer lugar se recurra al personal de planta, si se confía en su criterio. En
segundo lugar, la opinión y el análisis de la situación que puede hacer el fabricante del equipo
pueden resultar de mucha ayuda, por el conocimiento que se supone que el fabricante tiene de
sus equipos. Hay que tener en cuenta que en muchos casos realizará este análisis de forma gra-
tuita, porque es el primer interesado en conocer cómo y cuando fallan sus equipos.
Si se tiene contratado el mantenimiento con una empresa externa y el contrato es de gran alcan-
ce, el propietario debe exigir a la empresa contratista no sólo la solución a los problemas que
surgen, sino información detallada de los incidentes que ocurren. Muchas empresas contratistas
‘escatiman’ esta información al propietario, pensando que no es bueno que el cliente lo sepa to-
do. Sólo las empresas más serias son conscientes de que la ocultación de información y la no
realización de análisis detallados de los principales incidentes ocurridos y/o la ocultación de los
resultados de estos análisis merman la confianza del cliente y favorecen que se vuelvan a repetir
una y otra vez los mismos fallos.
Por último, puede contarse con una empresa especializada este tipo de análisis, siempre conside-
rando que debe ser imparcial y sin intereses en el esclarecimiento de las causas de una avería, y
que debe tener los conocimientos adecuados para abordar las causas que han provocado el fallo.
8 LA GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN:
SOFTWARE DE MANTENIMIENTO
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46 MANTENIMIENTO INDUSTRIAL, VOLUMEN 6
Hay que recordar que cuando se adquiere un Sistema de Gestión de Mantenimiento Asistido por
Ordenador se adquiere un programa vacío que hay que configurar, o utilizando la jerga informáti-
ca, habrá que parametrizar. Habrá que cargar los equipos y activos de que dispone la planta,
habrá que diseñar un esquema de generación y cierre de órdenes de trabajo, habrá que cargar el
mantenimiento preventivo diseñado para la instalación, la forma en que se gestionará la entrada
y salida de materiales de repuesto del almacén de repuestos, la forma en que se solicitarán los
materiales que se necesite y la gestión de compras, etc. Es muy normal acometer el proceso de
implantación sin tener una idea clara de lo que se quiere, sin tener experiencia en este tipo de
trabajo, y comenzar a introducir datos en el ordenador con una estructura que después será muy
difícil cambiar.
Para que el proceso de implantación sea el correcto y se obtenga el máximo partido del sistema
es conveniente definir en primer lugar qué objetivos se pretende alcanzar, definir de manera pre-
cisa qué es lo que se quiere conseguir con la implantación.
⎯ Ahorrar dinero
⎯ Poder disponer de información de manera rápida que ayude a los responsables de manteni-
miento y de producción a tomar decisiones.
Puede haber otros, pero seguro que son menos importantes que los dos indicados
Ya que el primer objetivo de toda empresa es ganar dinero, y el segundo es ganar cada día más,
cualquier nueva actividad que se emprenda debe suponer o bien un ahorro en los costes o bien
un aumento de los ingresos. Por tanto, el nuevo software debe proporcionar, a corto-medio plazo
un ahorro en los costes (puesto que el aumento en los ingresos no parece que se pueda conse-
guir por esta vía). Por ejemplo, debe suponer una disminución del personal indirecto, un ahorro
en el consumo de repuesto al saber en todo momento lo que tenemos (evitando así comprar ma-
teriales que tenemos en stock), aumento de la disponibilidad de los equipos (facilidad para locali-
zar el repuesto que tenemos en stock, posibilidad de incorporar un fichero con diagnósticos de
averías que nos permita localizar rápidamente un problema), etc.
Para conseguir ahorrar dinero, se debe, pues:
El segundo gran objetivo que debe marcarse una empresa que implanta un GMAO es el de dispo-
ner de información de manera rápida y sencilla que permita una más acertada toma de decisio-
nes. Es muy importante definir qué información es valiosa, que informaciones deben estar dispo-
nibles en todo momento con facilidad.
Una lista de las informaciones que debe proporcionar un buen sistema informático bien implanta-
do puede ser la siguiente:
⎯ Planificación del mantenimiento. Todas las órdenes de trabajo periódicas deben generarse,
además, automáticamente. Debe ser posible consultar la carga de trabajo programado en un
periodo determinado
⎯ Histórico de averías de todos los equipos. Este histórico puede estar dividido por sistemas,
áreas, equipos individuales, etc.
Si los objetivos marcados son los descritos en el apartado anterior (ahorrar dinero y disponer de
información útil), el proceso de implantación debe apuntar en esa dirección. Es muy habitual no
definir objetivos al comenzar el proceso de implantación de un sistema de gestión de manteni-
miento informatizado, y ponerse a realizarlo sin más. Como consecuencia, pueden surgir una se-
rie de problemas que alejan de los dos objetivos establecidos como los más importantes: el aho-
rro de dinero y la disposición rápida y sencilla de información valiosa para la toma de decisiones.
Pueden darse entonces algunas de las siguientes situaciones:
⎯ Coste del sistema mucho mayor del esperado, al no haber tenido en cuenta el alto cos-
te de implantación
⎯ Aumento del personal indirecto. Al no haber tenido en cuenta la carga de trabajo adicio-
nal que tiene una determinada forma de operar (para abrir y cerrar O.T., para dar de alta o
baja materiales en el almacén, para realizar las compras a través del sistema, etc.), el resul-
tado final es que resulta necesario incrementar el número de técnicos indirectos e improduc-
tivos para la introducción de datos en el sistema, cuando antes no había nadie encargado de
esta función improductiva
⎯ Aumento del volumen de información en soporte papel. El sistema que debería buscar
la reducción de la información en soporte papel proporciona montones de informes, a veces
voluminosos, donde antes no se generaba ninguna documentación. Se gasta más en papel,
en tonner, se plantea la posibilidad de adquirir nuevas impresoras más rápidas, se necesita
más espacio para estanterías, se genera un volumen mayor de residuos (papel) que hay que
gestionar, se requiere de más personal administrativo para manejar esta información, etc.
⎯ El sistema proporciona datos, pero no proporciona información. O al menos no pro-
porciona toda la información que precisamos. Una buena parte de la información útil necesa-
ria hay que generarla después con otras aplicaciones informáticas de desarrollo propio, como
hojas de cálculo, pequeñas bases de datos, o incluso, hay que seguir calculándolas de forma
manual.
⎯ La información no es fiable. Los sistemas de trabajo son tan engorrosos que los operarios
no son rigurosos y se los saltan habitualmente, con lo que se pierde información y fiabilidad.
Por ejemplo, si no se anotan todos los movimientos de almacén, cuando se realice un inven-
tario no coincidirá lo que hay realmente en el almacén con lo que hay registrado en el siste-
ma informático. Consecuentemente, al solicitar un inventario a través del sistema éste no
reflejará la realidad, no será fiable.
⎯ Codificación de los equipos. Creación de la estructura arbórea que contiene todos los acti-
vos de la planta y las relaciones de dependencia entre ellos
⎯ Introducción de los equipos en el sistema. Carga de los equipos en el sistema informático,
junto con las características más importantes de éstos
⎯ Introducción del personal en el sistema. Carga de las fichas de personal en el sistema, in-
cluyendo todos los datos relevantes para mantenimiento.
⎯ Codificación de tareas. Las tareas, sobre todo las tareas de mantenimiento programado de
carácter periódico deben estar codificadas, para facilitar (en algunos casos posibilitar) su planifi-
cación o programación en el tiempo. Debe diseñarse en esta fase el tipo código que deben tener
las tareas
⎯ Definición del Plan de Mantenimiento Programado. Una de las partes más importantes de
la implantación es la definición del plan de mantenimiento, que debe ser anterior a la puesta en
marcha del sistema información o parametrización del sistema de GMAO. Aunque parezca obvio,
es necesario recordar que el sistema informático no genera un plan de mantenimiento, sino que
gestiona un plan de mantenimiento previamente diseñado por el personal de mantenimiento.
⎯ Introducción del Plan en el Sistema
⎯ Definición de determinadas formas de funcionamiento:
• Apertura y cierre de órdenes de trabajo
• Entradas y salidas del almacén
• Gestión de compras
⎯ Diseño de los informes que debe generar el sistema. Es, evidentemente, la parte más im-
portante de la implantación. A menudo olvidada o deficientemente tratada, la información que
devuelve el sistema con todos los datos introducidos y que permite tomar las decisiones adecua-
das es la parte más importante del proceso y el objetivo último de éste. Antes de adquirir un sis-
tema GMAO y desde luego, antes de implantarlo, debe estar muy claro cuál es la información
que se pretende obtener de él y que justifica tanto esfuerzo y la fuerte inversión.
La lista de tareas que es conveniente preparar en paralelo a la implantación del programa para
que estén listos en el momento preciso en que se necesiten sería la siguiente:
La adquisición y preparación del programa informático pocas veces puede ser abordado por el
personal habitual, a menos que se contrate nuevo personal específicamente para esa función. Si
se trata de hacer con el personal habitual, el principal problema que surge es que se descuidan
durante mucho tiempo trabajos muy importantes. Es habitual que sea el propio jefe de manteni-
miento el que aborde este trabajo, pensando que es algo sencillo y compatible con su labor dia-
ria. Pero normalmente no es así. A no ser que se trate de plantas sencillas, con pocos equipos, y
que se pretenda una implantación simple, la carga de trabajo que supone es muy importante.
Para una planta mediana, puede suponer entre 500 y 1000 horas/hombre, es decir, entre tres y
seis meses de trabajo exclusivo de un técnico con experiencia. Es evidente que el trabajo de pa-
rametrización no es compatible con la labor diaria, y tratar de realizarlo sin tener en cuenta eso
suele suponer el descuido del trabajo diario o la prolongación de la implantación durante muchos
meses, incluso años.
Por tanto, en la mayoría de los casos la parametrización del programa debe ser contratada con
una empresa externa.
El candidato más inmediato para contratar este tipo de trabajo es, por supuesto, la empresa que
diseña y suministra el programa. Tiene personal preparado para esta función, y además suele
estar muy entrenado para hacerlo. Puede contratarse la parametrización junto con el programa, y
obtener así un precio razonable por el servicio. Siempre habrá que exigir que el técnico que dirija
la implantación sea una persona de experiencia acreditada que hay realizado trabajos parecidos
en otras ocasiones.
La segunda opción suele ser una empresa generalista, capaz de ofrecer el servicio de implanta-
ción de software. En algunos casos, no siempre, el precio puede ser más ventajoso. También en
este caso habrá que tener muy en cuenta que los técnicos destinados a esta función tengan una
experiencia acreditada en este tipo de trabajos.
9 FORMACIÓN
Como se verá más en detalle en el apartado 22.5, la formación es una actividad continua y de
gran importancia en los departamentos y empresas de mantenimiento. No es extraño pues que
la formación del personal de un departamento de mantenimiento sea una actividad para el que
una empresa suela recurrir a una compañía especializada.
Es indudable que entornos tan especializados como los departamentos de mantenimiento la for-
mación adquiere una importancia mucho mayor que en otros departamentos de la empresa. Casi
todos los que tienen una responsabilidad en el mantenimiento de una planta industrial son cons-
cientes de la importancia de la formación para la mejora del desempeño en puestos técnicos.
¿Qué ventajas tiene dedicar tiempo y recursos a la formación del personal de mantenimiento? Sin
duda, numerosas e importantes.
En primer lugar se puede afrontar la rotación de personal con mejores garantías. Asegura tener
personal formado en cantera, con un coste bajo si se estructura adecuadamente, para tener una
respuesta rápida en caso de rotación no deseada. Además, las actividades de formación, si son
continuadas, suponen un atractivo para el trabajador que evita la salida de personal y fideliza la
plantilla. Es fácil además para la empresa reclutar personal, por ese atractivo especial que tienen
las empresas que ofrecen formación a sus empleados.
En segundo lugar, minimizan los riesgos inflacionistas en el coste de la mano de obra, y permite
establecer políticas retributivas estables, en las que no sea necesario hacer demasiadas excepcio-
nes. La marcha de un trabajador que busca una mejora salarial que la empresa no puede ofrecer
puede combatirse sin problemas sin necesidad de renegociar las condiciones económicas con ca-
da trabajador del área de mantenimiento que comunique su intención de dejar la empresa.
Hay que tener en cuenta además que cuando se incorpora un trabajador necesita de un periodo
de adaptación hasta conocer las singularidades de su trabajo. Los periodos de adaptación del
trabajador de mantenimiento hasta que éste está en disposición de desempeñar su puesto de
trabajo con eficacia pueden acortarse enormemente si se cuenta si se cuenta con un plan de for-
mación que considere este periodo inicial de forma especial. Se este plan se preocupa además
de ir mejorando paulatinamente sus conocimientos y habilidades, se consigue una plantilla eficaz.
Un plan de formación bien estructurado facilita la promoción interna del personal. Con la creación
de planes de carrera personalizados es posible tener en puestos de mando a personal conocido
que ha demostrado ya su fidelidad a la empresa
Por último, es indudable que una formación bien diseñada reduce el riesgo de accidente, al mejo-
rar el conocimiento que el trabajador tiene sobre las tareas que realiza. Si además el plan está
especialmente concebido para este fin, los resultados son rápidos y concluyentes.
Las actividades de formación que organiza una empresa pueden ser de varios tipos:
⎯ Formación inicial, para los técnicos y mandos que se acaban de incorporar. Rara vez se
subcontrata
No es fácil para una empresa tener personal interno capacitado para dar formación al personal, y
menos aún tenerlo en dedicación exclusiva para esta actividad. Por ello, la mayoría de las empre-
sas recurren a compañías especializadas para que les organicen e impartan las actividades de
formación que necesitan.
Las empresas que imparten formación técnica relacionada con el mantenimiento son de tres ti-
pos:
⎯ El fabricante o el suministrador de equipos, que imparte formación inicial, avanzada o muy
especializada en los equipos que suministra, fabrica o diseña. En este caso, puede facilitar
esta formación desplazándose a las instalaciones del cliente, o, sobre todo en el caso de for-
mación muy especializada, prefiera que sea el personal a formar el que se desplace a sus
instalaciones
⎯ Compañías especializadas en un tipo de equipo o servicio. Así, no es extraño que una em-
presa de control químico pueda dar formación en calderas o en torres de refrigeración a otra,
sea cual sea el fabricante de esos equipos. Tampoco es extraño que una empresa especiali-
zada en servicios de mantenimiento predictivo organice actividades de formación en análisis
de vibraciones, por ejemplo, bien a instancias de la empresa cliente o bien por iniciativa pro-
pia.
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