Naves Industriales
Naves Industriales
Naves Industriales
Las naves industriales están presentes desde la revolución industrial, estas se utilizaban
únicamente para resguardar alimentos u objetos que no podían permanecer a la intemperie.
Solían ser construcciones de madera o piedra bastante rústicas, algo normal en su momento. No
obstante, con el pasar de los años todo esto cambió.
Hoy en día no solo podemos ver estructuras más fuertes, capaces de sostener cualquier inmueble;
sino que las naves industriales están más centradas en garantizar comodidades, ofreciendo una
correcta iluminación y calefacción interna para prevenir problemas, independientemente del tipo
de uso que le des.
Pero, ¿qué características tiene una nave industrial y cuáles son los beneficios que ofrece? Todas
estas preguntas y más, las responderemos a continuación:
Las naves industriales son estructuras metálicas de acero, utilizadas en distintos ámbitos para
diversos propósitos que van desde almacenes o garajes hasta viviendas, escuelas o espacios
agrícolas.
Entre las principales ventajas de estos espacios destacan su versatilidad, rápida fabricación y
montaje, un costo accesible y un impacto medioambiental nulo.
Seguridad estructural: Una nave industrial tiene la facilidad para cumplir con las más altas
exigencias de calidad y seguridad, respetando siempre la normativa antisísmica.
Costo accesible: Al tener una estructura de metal, su construcción es más rápida, haciendo que se
reduzca notablemente el costo de materiales y construcción.
Tamaño adaptable: No hay ningún tipo de restricción en cuanto al tamaño o la altura de estos
espacios, siempre y cuando se cumpla con la normativa.
Diseño según la necesidad: Este tipo de construcciones permiten tener total flexibilidad a la hora
de personalizarlo y todo dependerá de la necesidad del cliente.
Cuando se decide construir una nave industrial es imprescindible contar con un diseño
previamente. Dicho diseño atraviesa por un proceso de planificación, paso esencial para llevar a
cabo la edificación.
El tiempo para la construcción de naves industriales es variable. Va a depender del tamaño y los
recursos disponibles para estimar un tiempo. No obstante, muchos proyectos de este estilo
demandan un aproximado de 3 meses de trabajo. El clima, el personal contratado, la accesibilidad
a los recursos y los permisos requeridos también influyen en el proceso.
2. Cimentación
Esta etapa dependerá de la estructura metálica que tendrá la nave industrial. Aquí se consideran
elementos como las zapatas y las riostras y cada una tiene el objetivo de fungir como cimientos
para dar el soporte correcto a los objetos encargados de transferir el peso de toda la estructura al
suelo.
Durante esta etapa se levanta el esqueleto que da forma a las naves industriales. Se usan distintos
materiales para naves industriales, los cuales en su mayoría pueden ser piezas de acero u
hormigón (aunque existen casos donde se emplean estructuras mixtas). El cómo se elaborará el
esqueleto va a depender mucho del tipo de proyecto.
4. Cerramiento de la estructura
El cerramiento consiste en emplear los materiales para cubrir el perímetro del inmueble, como
también su cubierta. Es decir, se colocan ventanas, puertas, sanitarios, cableado eléctrico, etc.
Durante esta etapa es posible utilizar paneles aislantes, láminas acanaladas de acero, PVC o
traslúcidas. En el proceso, se emplea el concreto en secciones construidas con perfiles de acero
que requieren una protección extra para refuerzo del espacio.
5. Instalación de servicios
Para este punto del proceso, se comienzan a instalar las adecuaciones según las necesidades del
proyecto. Es decir, los encargados se centran en la instalación de servicios y energía eléctrica,
como también en la colocación de tuberías, climatizadores, iluminación, redes de internet y
teléfono, etc.
6. Acabados
Según el material utilizado, las naves industriales se clasifican de forma general en tres tipos:
Las naves industriales metálicas son el tipo más común por su comodidad y rápida construcción.
Poseen la ventaja de ofrecer espacios más iluminados y grandes sin tener que recurrir a pilares en
el interior del inmueble, optimizando así el uso del espacio.
Naves de hormigón
Al igual que en el caso anterior, se tratan de naves industriales fáciles y rápidas de armar. Sin
embargo, una clara diferencia con respecto a las naves de acero es la iluminación. Este tipo de
naves industriales no llegan a ser demasiado altas, ya que están limitadas por las características
del hormigón o concreto prefabricado.
Naves mixtas
En este caso se crea una mezcla entre estructura de acero y hormigón para lograr formas
geométricas personalizadas. Entre sus ventajas, destacan el ahorro económico en cuanto a
materiales y su resistencia estructural.